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Los sacerdotes levitas descendían de Aarón, el hermano de Moisés, mientras que otros levitas tenían

varios roles relacionados con el templo.

Tanto los sacerdotes como los levitas tenían una importante autoridad religiosa en la antigua sociedad
israelita.

Moisés y su hermano, Aarón, fueron levitas, Aarón fue consagrado como el primer Sumo Sacerdote de
Israel (Cohen Gadol) y sus descendientes, también levitas todos ellos, constituyeron una auténtica clase
sacerdotal conocida como Cohanim. La clase sacerdotal de los cohanim compone una familia dinástica
dentro de la Tribu de Leví y, debido a ello, a todos los cohanim tradicionalmente se los considera ser
levitas, pero no todos los levitas son cohanim.

Cada una de las familias de Leví tenía funciones específicas. Los hijos de Coat (que sumaban 2.750 entre
la edad de 30 y 50 según Nm. 4.36) tenían a su cargo el traslado del moblaje una vez que había sido
cuidadosamente cubierto por los sacerdotes, que eran los únicos que podían tocarlo (Nm. 3.29–32; 4.1ss).
Los coatitas eran supervisados por Eleazar, hijo de Aarón. Los hijos de Gersón (2.630; Nm. 4.40)
cuidaban las cubiertas, las cuerdas, y las cortinas bajo la supervisión de Itamar, hijo de Aarón (Nm. 3.21–
26; 4.21ss). Los hijos de Merari (3.200; Nm. 4.44) tenían la tarea de transportar y levantar la estructura
del tabernáculo y su patio (Nm. 3.35–37; 4.29ss).

La responsabilidad levítica de representar al pueblo llevaba en sí ciertos privilegios. Si bien no tenían


herencia en la tierra (e. d. ninguna porción de ella fue separada para su uso exclusivo: Nm. 18.23–24; Dt.
12.12ss), los levitas eran sostenidos por los diezmos del pueblo, mientras que los sacerdotes recibían las
partes de las ofrendas que no eran consumidas en los sacrificios, las primicias del ganado mayor y menor,
y un diezmo de los diezmos levíticos (Nm. 18.8ss, 21ss; cf. Dt. 18.1–4).

La función representativa de los levitas, está simbolizada en los rituales de la purificación y la dedicación
(Nm. 8.5ss). Por ejemplo, tanto el hecho de que los israelitas (probablemente a través de sus líderes
tribales) les imponían las manos a los levitas (8.10), reconociéndolos como sustitutos (cf. Lv. 4.24, el
significado de la imposición de manos sobre la cabeza del animal, este pasa a ser sustituto o representante
de nuestros pecados, del mismo modo que Jesucristo fue nuestro sustituto o representante al expiar
nuestros pecados.) y el hecho de que los sacerdotes ofrecían a los levitas como ofrenda mecida
(probablemente llevándolos hasta el altar y luego apartándolos) de parte del pueblo (8.11), sugieren que
los levitas fueron dados por los israelitas a los hijos de Aarón para que los sustituyeran. Esto se explicita
en 8.16ss, donde a los hijos de Leví se les llama neṯûnı̂ m,"regalos".

Dentro de la familia de Coat el oficio de sumo sacerdote (heb. hakkōhēn, ‘sacerdote’ [Ex. 31.10, etc.];
hakkōhēn hammāšı̂ aḥ, ‘sacerdote ungido’ [Lv. 4.3, etc.); hakkōhēn haggāḏōl, ‘sumo sacerdote’ [Lv. 21.10
etc.]) era ejercido por el representante de mayor edad de la familia de Eleazar, a menos que
correspondiera aplicar las sanciones de Lv. 21.16–23. Era consagrado de la misma forma que los otros
sacerdotes y compartía sus obligaciones rutinarias. Sólo él llevaba las vestiduras especiales (Ex. 28; *
PECTORAL DEL SUMO SACRDOTE, * MITRA, * VESTIDO) e interpretaba los oráculos (* URIM Y
TUMIM). En el día de *expiación representaba al pueblo elegido ante Yahvéh, rociando la sangre de la
cabra del sacrificio sobre el propiciatorio (* SACRIFICIO Y OFRENDA).

Deuteronomio 18:1-8

"Los sacerdotes levitas, es decir, todos los de la tribu de Leví, no tendrán parte ni herencia como los
demás israelitas. Tendrán que mantenerse de los sacrificios que se ofrecen al Señor, y de lo que a él le
corresponde. No recibirán herencia como sus compatriotas, ya que su herencia es el Señor, como él lo ha
dicho. »Los derechos que los sacerdotes tienen sobre los sacrificios de toros o corderos ofrecidos por la
gente, son los siguientes: les tocará la espaldilla, la quijada y el cuajar, y también los primeros frutos de
trigo, vino y aceite, y la primera lana que se corte a las ovejas; pues el Señor su Dios los ha elegido a
ellos, de entre todas las tribus, para que de padres a hijos tengan siempre a su cargo el culto al Señor.
»Cuando un levita de alguna población de ustedes, de cualquier lugar de Israel, se sienta movido a venir
al lugar escogido por el Señor, podrá oficiar allí como sacerdote en el nombre del Señor, lo mismo que
todos sus compañeros levitas que están allí sirviendo al Señor, y recibirá la misma porción de alimentos
que ellos reciben, además de lo que obtenga de la herencia de su padre."

Mientras que Nm. llama a los sacerdotes hijos de Aarón, en forma característica (p. ej. 10.8),
Deuteronomio frecuentemente emplea la expresión sacerdotes levitas. Si bien algunos estudiosos, han
sostenido que no se hace ninguna distinción entre sacerdote y levita en Deuteronomio, el hecho de que se
asignan diferentes porciones a los sacerdotes en Dt. 18.3ss a los levitas en 18.6ss sugiere que se mantiene
a distinción. La frase “sacerdotes levitas” (p. ej. Dt. 17.9, 18; 18.1; 24.8; 27.9; cf. Jos. 3.3; 8.33) parece
significar “sacerdotes de la tribu de Leví”. A ellos el código deuteronómico asigna numerosas
obligaciones además del cuidado del santuario: sirven como jueces en casos que envuelven decisiones
difíciles (17.8–9), regulan el control de los leprosos (24.8), cuidan el libro de la ley (17.18), y ayudan a
Moisés en la ceremonia de renovación del pacto (27.9).

Los sacerdotes representan un papel más prominente que los levitas en el libro de Josué, especialmente en
el relato del cruce del Jordán y la conquista de Jericó. A veces se los llamaba “sacerdotes levitas” o
“levitas sacerdotes” (p. ej. Jos. 3.3; 8.33) y más frecuentemente “sacerdotes” a secas (p. ej. Jos. 3.6ss;
4.9ss), y tenían la función fundamental de portar el arca del Señor.

Las órdenes de David en 1 Cr. 23 ilustran los dos factores dominantes que produjeron cambios
sustanciales en los oficios levíticos: la ubicación permanente del arca en Jerusalén, lo cual
automáticamente tornó obsoletas todas las normas relativas a la función de los levitas como cargadores; y
la centralización de la responsabilidad de la religión oficial (como para todos los demás asuntos de la
vida) en el rey. La visión hebrea de la personalidad corporativa veía al rey como el gran padre de la
nación, cuyo carácter esencial derivaba de él. Como David llevó el santuario central a Jerusalén (1 Cr.
13.2ss), y determinó el esquema de su funcionamiento (1 Cr. 15.1ss; 23.1ss) de conformidad con los
principios de la legislación mosaica, también Salomón edificó, dedicó, y supervisó el templo y su culto
según los planes de su padre (1 Cr. 28.11–13, 21; 2 Cr. 5–8; nótese especialmente 8.15: “Y no se
apartaron del mandamiento del rey, en cuanto a los sacerdotes y los levitas”.

De manera semejante, Josafat comisionó príncipes, levitas, y sacerdotes para que enseñasen la ley en todo
Judá (2 Cr. 17.7ss), y designó ciertos levitas, sacerdotes, y cabezas de familias como jueces en Jerusalén
(2 Cr. 19.8ss) bajo la supervisión del sacerdote principal. Joás (2 Cr. 24.5ss), Ezequías (2 Cr. 29.3ss), y
Josías (2 Cr. 35.2ss) supervisaron a los sacerdotes y levitas y los volvieron a instalar en sus funciones
según el esquema davídico.

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