Las Instituciones (Institutas) de Justiniano, constituye uno de los más
impresionantes legados de Justiniano, pues es un texto que contiene una compilación uniforme de derecho y de leyes que expone los principios básicos y doctrina del derecho. Forman parte del corpus iuris civilis, denominándosele así a la reunión de las leyes romanas, formada bajo el reinado y según las órdenes del emperador Justiniano. Resultando destacable su mérito histórico, legal y filosófico de esta colección de leyes o cuerpo de Derecho Romano. El referido texto deviene en una de esas obras en la que los legisladores posteriores a su publicación durante los trece siglos posteriores, utilizaron sus decisiones y preceptos como fuente, pues todavía es la base del derecho civil de muchos Estados modernos. Las Instituciones (Institutas) de Justiniano, no solamente es un texto, si no, aparte de ello se considera un libro elemental, puesto que Justiniano mandó a componerlo como objetivo de facilitar la enseñanza y el estudio del derecho, siendo que en su contenido da una serie da una serie de consejos “a la juventud que desea estudiar leyes”; las institutas al igual que el Digesto se publicaron en 533 a. C. la dirección estaba a cargo de Triboniano, con él colaboraron dos Juristas, Teófilo y Doroteo, quienes se basaron en obras de Ulpiano, Marciano y Gayo. De este último tomaron la estructura de su obra las Instituciones. Dentro del texto en comentario, además, se muestra la coherencia en planos, como los que se refieren a la temática y al estilo, pero sobre todo en cuanto a las explicaciones etimológicas, principalmente que, por su frecuencia, dan al texto un carácter acorde con sus propósitos. Además, que se evidencian algunos aspectos estructurales, principalmente lingüísticos, pues como ya se dijo, constituye una obra de índole legal, utilizada también para la docencia. Fue elaborada en Constantinopla a partir de fuentes anteriores de la legislación y la jurisprudencia romanas, mismas que habían sido aprovechadas para la composición del Corpus Iuris Civilis del cual forma parte, además del Código, y del Digesto, cuando sus trabajos estaban por concluirse. El tratar los aspectos estructurales de las Instituciones implica, en buena medida, dilucidar aquellos elementos que llegan a ser sistemáticos en la obra, aunque no necesariamente en los términos rígidos que expresa la definición de "sistema" en el Diccionario de la Academia, a saber, "conjunto de reglas o principios sobre una materia racionalmente enlazados entre sí", sino más bien como aspectos que, por su recurrencia a lo largo del texto, llegan a tener casi esa categoría. Las Instituciones de Justiniano se dividen en cuatro libros: cada libro está subdividido en títulos, y cada título en párrafos. Libro I: Donde se expone algunas ideas generales de la justicia y el derecho en sí; y trata de las personas, considerándose también dentro de éste libro el significado de la jurisprudencia y cada palabra de su significado. Libro II: En esta parte se tiene como tema las cosas; de los medios que se usan para adquirir objetos particulares, de los derechos reales, de las sucesiones testamentarias, etc. Libro III: Trata de las herencias ab intestato y otras sucesiones universales; de las obligaciones que vienen de contrato o cuasi contrato, es decir, en resumen de manera aleatoria de a algunos títulos de cada libro, podemos referir lo siguiente: En el LIBRO I en su Título I de la Justicia y el Derecho nos dice que la jurisprudencia es el conocimiento de las cosas divinas y humanas con la ciencia de lo justo y lo injusto. En la actualidad por Jurisprudencia se entiende que son las reiteradas interpretaciones que hacen los tribunales en sus resoluciones de la NORMA JURIDICA, y puede constituir una de las Fuentes del Derecho. En conclusión el concepto que Justiniano dio a la Jurisprudencia al igual que Gayo fue que considero a la Jurisprudencia como parte de la Justicia y no como Fuente del Derecho, y ahora nosotros tomamos a la Jurisprudencia como Fuente del Derecho porque nos ayuda a interpretar la norma y poder aplicarla en casos o situaciones similares. En el mismo libro y titulo, nos dice que el Derecho Romano se dividía en dos puntos: El Derecho Público que trataba del gobierno de los romanos; y el Derecho Privado es el que se refiere a la utilidad de los particulares y este a su vez consta de tres partes de los preceptos del derecho natural, del derecho de gentes y del derecho civil., En nuestro país, por ejemplo, el Derecho público es el conjunto de preceptos jurídicos destinados a la tutela o defensa del ser humano y al cumplimiento de los intereses generales de la comunidad; el Derecho Privado es también un plexo de normas jurídicas, pero su objetivo consiste en regular los intereses particulares de los individuos, a través de los códigos y leyes que al efecto se dicten. A partir de estos conceptos sacamos la conclusión de que el Derecho Público y el Privado tienen su origen en la Antigua Roma ya que estos manejan similares conceptos y su utilidad es la misma. Asimismo, también nos habla que el Derecho se dividía en Escrito y No Escrito, y este a su vez nos dice que fue lo mismo entre los griegos y que las leyes para ambos fueron escritas aquí encontramos a la Ley, el Plebiscito, el Senado- consulto, las Constituciones de los emperadores, los Edictos de los Magistrados, las Respuestas de los prudentes; y en las no escritas encontramos a la Costumbre o el Derecho Consuetudinario. En cuanto al LIBRO II en su Título II de las Cosas, nos habla que ciertas cosas son corpóreas o incorpóreas, son corpóreas las que por su naturaleza afectan a nuestros sentidos como los fundos, los vestidos, un esclavo, entre otros; y las incorpóreas son las que no afectan nuestros sentidos son las que contienen un derecho como la herencia, el usufructo, y las obligaciones. En el libro tercero en su TITULO I nos dice que el PATERFAMILIAS que muere abintestato (aquel que no ha dejado testamento alguno o si lo ha hecho este no tiene validez y por ende no deja ningún heredero), la herencia debe pasar a manos de su primogénito, o los que se hallen bajo su potestad (como nietos, biznietos, hijos), también heredan aquellos hijos que hayan sido concebidos fuera del matrimonio (en la convivencia), entre los hijos que heredan estan los naturales estos heredan y los adoptivos son considerados agnados y no heredan. En el Libro III, en su TITULO II nos habla de la sucesión legitima de los agnados (son aquellos varones que el Paterfamilias toma bajo su tutela creando así un vínculo jurídico o civil) la Ley Romana nos dice que los agnados podían heredar siempre y cuando no haya herederos o ninguno de los herederos legales llamados por el pretor pueda tomar la herencia esta pertenecerá al agnado más próximo, en este caso los hijos adoptivos también son agnados del paterfamilias. En su LIBRO IV en su Título XVIII de los Juicios Públicos nos habla que estos no se ordenan por medio de acciones, y en nada se parecen a los demás juicios de los que menciona antes, hay entre ellos una gran diferencia en cuanto a sus principios y en su prosecución. Asimismo en el mismo libro y titulo antes señalado sobre la Acción de los Bienes Arrebatados con Violencia nos dice que el que arrebata la cosa de otro es responsable por la acción de robo en efecto quien puede sustraer una cosa más contra la voluntad de su dueño que la arrebataba con violencia, sin embargo el pretor ha introducido contra este crimen una acción especial la Acción de los Bienes Arrebatados con Violencia, esta acción solo se da contra aquel que ha arrebatado con mal propósito. Teniendo en cuenta que el texto, materializado en las Instituciones de Justiniano, es considerado el principal impulso a la codificación del Derecho Romano, permitiendo, de ésta manera, que en la actualidad conozcamos al referido Derecho Romano, tal cual fue, cobraría una cabal relevancia para los que nos encontramos en proceso de formación profesional como abogados, pues el estudio del Derecho Romano aporta una visión global de un sistema jurídico y la lógica que lo estructura, razón por la que, a través de los siglos, ha servido de base de los cuerpos jurídicos de muchos de los Estados actuales. El conjunto de normas compiladas, que se materializan y describen en las Instituciones de Justiniano como obra textual, guardan una gran similitud con el espíritu de las normas que regulan nuestro actual ordenamiento jurídico, de lo que se determina la gran trascendencia que tiene el trabajo realizado por Justiniano en el estudio del derecho, debiendo ser apreciada de diferentes maneras, sin embargo, no se podría asegurar que el fin que se proponía a alcanzar, haya sido la idea de transmitir a los siglos futuros un cuadro de conjunto del derecho romano, tal cual lo representaban las obras de los grandes jurisconsultos, sin embargo si se podría deducir, que ha querido extraer de todas las fuentes, y crear según la necesidad reglas de derecho en relación con la civilización y las costumbres de su tiempos. Es justo reconocer que Justiniano es el autor de excelentes reformas. Desde el punto de vista histórico su obra se aprecia porque mientras el tiempo y la barbarie aniquilaban poco a poco la obra de los jurisconsultos romanos, el Digesto remediaba en parte esta pérdida conservando importantes fragmentos de sus tratados donde se reconocen las dotes de sus autores. La importancia y trascendencia del trabajo legislativo de Justiniano como en toda obra humana, cabe el elogio y cabe la censura. Pero el haber emprendido semejante tarea en una época de decadencia, y haberla llevado a su fin completo, es indicio de una inteligencia, y una voluntad no común. Tal monumento basta para la gloria de Justiniano, que ordenó su edificación y para Triboniano que lo dirigió.