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Segundo Parcial

Prácticos

1- Basualdo, Eduardo, Concepto de patrón o régimen de acumulación y


conformación estructural de la economía

El concepto de régimen o patrón de acumulación de capital

Es una categoría del análisis económico y social, un instrumento analítico sumamente


trascendente que permite diferenciar los distintos comportamientos económicos que se
suceden en el tiempo. Esto es posible debido a que este concepto alude a la articulación de un
determinado funcionamiento de las variables económicas, vinculado a una definida estructura
económica, una peculiar forma de Estado y las luchas entre los bloques sociales existentes.

Es preciso indicar que las variables económicas para poder constatar la existencia de un
patrón de acumulación de capital deben cumplir dos requisitos:

➔ Regularidad en su evoluciòn

Se refiere a la cadencia que exhibe el recorrido de una variable económica, es decir el ritmo o
repetición de determinado fenómeno a intervalos más o menos regulares. Por supuesto, la
cadencia o regularidad no es exacta sino que se trata de ciclos que se repiten con etapas de
expansión o crisis que comprometen tiempos diferentes porque en su desarrollo intervienen
factores circunstanciales que las acortan o las alargan (una crisis internacional, una sequía,
etc).

➔ Orden de prelaciòn

Se refiere a la jerarquía que se establece entre las variables en un doble sentido:

1. La importancia relativa: paso clave para poder dilucidar el carácter del proceso en
marcha. En el caso de la producción agropecuaria pampeana primero y la producción
industrial luego, fueron hasta mediados de la década de 1970 los sucesivos ejes
rectores de la economía argentina a los que se les subordinaban –y articulaban- el
comportamiento de las restantes actividades económicas.
2. la causalidad o dependencia: si se le presta atención a la segunda etapa de
sustitución de importaciones, surge claramente la dependencia que mantenían los
fenómenos monetarios respecto a la marcha de la economía real y específicamente en
relación a la economía industrial. Más aún, el endeudamiento externo de esos años
-tanto la deuda externa estatal como la contraída por las grandes empresas
oligopólicas privadas- estaba en función de consolidar el proceso de industrialización
imperante en esos años.
Tanto la regularidad en el comportamiento de las variables económicas como el orden de
prelación de las mismas, están asociadas a una determinada estructura económica que si bien
expresa los avances tecnológicos y de los proceso productivos, todos ellos finalmente se
aplican como resultado de las luchas sociales que se entablaron entre el capital y el trabajo e
involucran a las diferentes fracciones del capital y los distintos estratos sociales dentro de los
trabajadores.

Cabe señalar que las fracciones del capital no aluden necesariamente a sectores de actividad
económica sino que dentro de los capitales más poderosos predominan los grupos o
conglomerados económicos, tanto de capital local como extranjero, que controlan múltiples
firmas que actúan en diversas actividades económicas (industria, agro, finanzas, servicios,
etc.). Por el contrario, los estratos dentro de la clase trabajadora están vinculados a las
características sectoriales (dinamismo, importancia en la estructura económica, niveles de
productividad, etc.).

En reiteradas ocasiones, el tránsito de un patrón de acumulación de capital a otro puede traer


aparejada una modificación en los factores que determinan el comportamiento de las
diferentes variables económicas. Por supuesto se trata sólo de una posibilidad pero es
relevante advertir para, por un lado, no adoptar concepciones mecanicistas sobre la vida
social y económica. Por otro lado, porque cuando se modifican las causas que definen el
comportamiento de una variable económica relevante estamos ante un cambio en el patrón de
acumulación o ante modificaciones cualitativas dentro de un mismo patrón de acumulación
de capital.

En este contexto, es ineludible mencionar que cada patrón o régimen de acumulación de


capital es conducido por un bloque de poder específico que articula distintas fracciones
del capital. Como señala Nikos Poulantzas (1973) dentro del bloque de poder hay pugnas
entre sus integrantes que tienen menor importancia que las que mantiene el conjunto del
capital con los asalariados, sobre todo cuando para resolverlas pueden avanzar sobre los
derechos adquiridos de estos últimos. También dentro del mismo hay jerarquías ya que
algunas fracciones del bloque de poder ejercen el predominio económico y la hegemonía
política. Vale tener en cuenta que el predominio económico y la hegemonía política son
patrimonio de fracciones del capital diferentes aunque ambas integran el mismo bloque de
poder. El predominio alude a la estructura económica mientras que la hegemonía a la
incidencia sobre la dinámica estatal.

A su vez, es relevante considerar el dinamismo, es decir, la tasa de crecimiento anual de


las distintas variables como un indicador a tener en cuenta de un patrón de acumulaciòn.
Las diferencias en la evolución relativa de los agregados económicos o de grandes
actividades económicas son indicadores del impacto que tienen las políticas económicas en
términos estructurales y, por lo tanto, permiten comprender los sesgos en el comportamiento
de la economía en el corto o largo plazo. Este indicador es sumamente útil no sólo en el caso
de los grandes agregados o sectores de actividad sino también para analizar la importancia
relativa de las diferentes producciones que integran un determinado sector económico.

Siguiendo a Guillermo O´Donnell (1984), se puede afirmar que el capitalismo es el único


modo de acumulación en donde si bien los trabajadores no poseen los medios de
producción, los capitalistas están desposeídos del control directo sobre los medios de
coacción. Esta es la razón por la cual el Estado aparece en las sociedades actuales como un
sujeto social y económico más, que garantiza las relaciones capitalistas de producción pero
está desvinculado tanto de los trabajadores como de los capitalistas.

Patrón de acumulación agroexportador (1880-1930)

● Argentina como el “granero del mundo”.


● Exportación de productos agropecuarios de la pampa húmeda
● Importación de bienes industriales
● Incorporación de capital foráneo y mano de obra europea que hicieron posible tanto la
instalación de la infraestructura necesaria como la viabilidad de la producción
agrícola y de los servicios (el Ferrocarril)
● Factores externos: dominación inglesa a nivel internacional basado en su control
sobre la producción de manufacturas y la necesidad de abaratar el costo de la mano
industrial en Gran Bretaña promulgada por David Ricardo
● Factores internos: una gran burguesía agraria pampeana (es decir los grandes
propietarios agropecuarios), que devino en oligarquía por el control que ejerció en la
conformación del Estado (oligarquía terrateniente). No obstante, es relevante tener en
cuenta que una fracción de esa oligarquía destinó una parte de la renta del suelo para
insertarse en otras actividades neurálgicas de la economía argentina como las
finanzas, el comercio e incluso la actividad central en las décadas posteriores: la
producción industrial
● Industria textil→ fabricación de bolsas de arpillera (envase para el transporte de los
granos)
● Industria local → los frigoríficos de exportación como los talleres ferroviarios
● Las panaderías se destinaban a abastecer la demanda interna. Por la subordinación de
la producción industrial al mercado externo es que la producción de alimentos
representaba un tercio de su valor de producción cuando en los otros países de
características similares donde explicaba sólo un cuarto de la producción industrial
total

La crisis de 1930 dio comienzo a una prolongada agonía del modelo agroexportador que tuvo
como contrapartida un afianzamiento de la producción industrial que se expandió al calor de
las nuevas políticas que algunos años después John Maynard Keynes fundamenta desde la
teoría económica

Patrón de acumulación industrial (1930-1976)


Primera parte - ISI (1930-1958)

A partir del golpe militar de 1943, llevada a cabo por una fracción del ejército, comienza el
final de ese orden conservador que durante los años 30 se denominó como “década infame”
por haberse basado en el “fraude patriótico”, los negociados y las pugnas de poder. Se
consolida de allí en más una acentuada expansión industrial que en buena medida permitió
que la cantidad de trabajadores de esa actividad se duplicara entre 1935 y 1946, al calor
ahora de las migraciones internas de zonas rurales a las urbanas que se originaron a raíz de la
crisis del planteo agroexportador. Durante esos mismos años, se pusieron en marcha políticas
orientadas a enfrentar uno de los mayores problemas sociales derivados de la debacle del
modelo agroexportador: la crisis de los arrendatarios.

Un proceso que termina con las bases estructurales del modelo agroexportador como
resultado de nuevas alianzas sociales que impulsan un capitalismo de Estado sustentado
en la industrialización como el eje fundamental del desarrollo económico

● Convergencia, en el marco de la infraestructura industrial existente, de una expansión


de las empresas locales con la radicación en el país de subsidiarias extranjeras
destinadas ahora a abastecer el mercado interno
● Actividad industrial: elaboración de productos textiles, rama dinámica. Bloque textil
algodonero → Núcleos técnicos y económicos: el hilado y el tejido
● Peronismo: incorporación de la clase trabajadora como un factor de poder en la vida
política y social, conformándose en ese momento el mercado de trabajo urbano y
alcanzando la participación de los asalariados en el ingreso
● El valor agregado industrial supera al del sector agropecuario
● La burguesía nacional: se constituyó como una fracción del capital pero no ejerció el
predominio económico que siguió en manos del capital extranjero industrial
● Culminó la primera etapa de sustitución de importaciones con la producción
metalúrgica como la actividad dinámica industrial

Segunda parte - ISI (1958-1976)

● Se derroca al peronismo con un golpe de Estado


● “Desarrollismo”: basado en la incorporación de capital extranjero y la persecución de
la clase trabajadora
● Nueva inversión extranjera directa y reinversión de utilidades
● Se incorporan a la estructura industrial del país: la producciòn automotriz, la
fabricación de acero y la petroquímica
● Cadencias: la evolución del PBI estuvo regida por sucesivos ciclos (denominados
“ciclos cortos”) caracterizado por expansiones y crisis periódicas que exhibían una
notable regularidad a lo largo de esos años. Igualmente, ya en términos sectoriales
(cadena de actividades vinculadas por relaciones de insumo-producto), la producción
agropecuaria pampeana estuvo regida por el denominado ciclo ganadero que era el
resultado de la evolución de las rentabilidades relativas entre la producción
ganadera y agrícola

A partir de 1964 se genera una modificación substancial del “ciclo corto”. Su


evolución ya no trajo una disminución del PBI en términos absolutos durante la fase
declinante del ciclo, sino únicamente una desaceleración de su crecimiento debido al
elevado ritmo de expansión de las exportaciones industriales (e incluso las de
productos agropecuarios) y del endeudamiento externo público y del sector privado.

Este cambio cualitativo dentro de un mismo patrón de acumulación de capital que


permitió plasmar durante esos años el crecimiento económico e industrial más
acentuado y prolongado de la historia argentina (1964-1974), difiere con la
modificación de las causas de la inflación antes y después de la dictadura militar que
se inicia en marzo de 1976. Hasta ese momento una de las causas principales de la
inflación había sido la pugna por la distribución del ingreso entre el capital y el
trabajo, cuestión que se modifica drásticamente en 1976 y 1977 a raíz de que la
inédita contracción del salario real provocó una violenta redistribución del ingreso en
contra de los asalariados que pierden aproximadamente del PBI. A partir de allí, la
causante de la inflación ya no será la pugna entre el capital y el trabajo sino la disputa
entre las diferentes fracciones del capital por apoderarse, vía la modificación de los
precios relativos, de ese excedente que perdieron los trabajadores. A diferencia del
caso anterior, en este caso se está ante un cambio en los factores que provocan la
inflación debido a la instauración de un nuevo patrón de acumulación de capital.

El proceso económico que impuso la dictadura militar a partir de 1976, interrumpiendo la


industrialización basada en la sustitución de importaciones, constituyó un caso particular,
quizá el más profundo y excluyente en América Latina, del nuevo comportamiento de la
economía mundial.

Patrón de acumulación financiero (1976-2001)

● Las fracciones del capital dominante contrajeron deuda externa para luego realizar
con esos recursos colocaciones en activos financieros en el mercado interno (títulos,
bonos, depósitos, etc.) con el propósito de valorizarlos debido a la existencia de un
diferencial positivo entre la tasa de interés interna e internacional, y posteriormente
fugarlos al exterior
● Se abandona la preocupación por la expansión industrial y se pasa a impulsar la
obtención de renta financiera

Esta modificación se expresó al menos en tres procesos fundamentales.

1. Gracias al endeudamiento del sector público con el mercado financiero interno


la tasa de interés en dicho mercado superó sistemáticamente al costo del
endeudamiento en el mercado internacional.
2. El endeudamiento externo estatal fue el que posibilitó la fuga de capitales
locales al exterior, al proveer las divisas necesarias para que ello fuese posible.
3. La subordinación estatal a la nueva lógica de la acumulación de capital por
parte de las fracciones sociales dominantes posibilitó que se estatizara, en
determinadas etapas, la deuda externa privada, la deuda interna y se
privatizaran las empresas públicas para entregárselas al poder establecido.

La centralización del capital y sus desafios

El proceso de acumulación de capital durante el siglo XX (la expansión del stock de medios
de producción generado por el proceso de inversión), estuvo regido principalmente por las
grandes firmas oligopólicas (locales y extranjeras) que controlaban los núcleos técnicos y
económicos de los principales bloques sectoriales. Es decir, la unidad económica
predominante era la empresa y el proceso de acumulación avanzó al calor de la concentración
económica.

A partir de la valorización financiera la situación se modifica y comienza a predominar la


centralización del capital sobre la concentración económica que antes estaba presente pero no
como central en la estructura económica. Este concepto alude a los procesos en los cuales
unos pocos capitalistas acrecientan el control sobre la propiedad de los medios de producción
con que cuenta una sociedad, mediante la expansión de su presencia en una o múltiples
actividades económicas basándose en una reasignación del capital existente (compras de
empresas, fusiones, asociaciones, etc.).

La centralización del capital no se produce necesariamente en una rama de actividad, sino


prioritariamente a través del control sobre diversas firmas que actúan en distintas actividades
económicas. Esta transformación es trascendente porque modifica la unidad económica de las
fracciones del capital más poderosas de la economía, sean éstas de origen local o extranjero.
En ellas, la empresa deja de serlo y queda subsumida a través de la propiedad en un ámbito
más amplio, el grupo o conglomerado económico, en el cual se define el comportamiento
productivo, tecnológico, comercial y financiero de todas las firmas que lo integran.

Para analizar esta característica tan significativa, se expone la composición del bloque
sectorial algodonero pero ahora acompañado por las empresas textiles que controlaba el
grupo económico Alpargatas a principios de la década de 1990:

Sin realizar un análisis exhaustivo, se comprueba que parte de sus numerosas empresas están
insertas en los núcleos técnicos y económicos, pero además otras de sus firmas actúan en
otras producciones de este bloque sectorial respondiendo a una lógica de integración vertical
de sus actividades. A pesar de que el grupo Alpargatas es uno de los de mayor integración
vertical también tiene una notable diversificación de actividades.

Conclusión general: mientras que las empresas que no forman parte de un grupo o
conglomerado (sean pequeñas, medianas o grandes firmas) por su inserción económica tienen
como horizonte una determinada actividad o a lo sumo un bloque sectorial, los grupos o
conglomerados tienen como referencia al conjunto de la economía local e incluso la
economía internacional

2- Rapoport, Mitos, etapas y crisis de la economía argentina

1. La etapa agroexportadora: 1880 - 1930

Argentina disponía potencialmente de grandes recursos naturales, pero debía traer del
exterior los capitales y la mano de obra necesarios para instalar el sistema de transportes,
especialmente el ferroviario, y la infraestructura portuaria y urbana, y modernizar la
agricultura y la ganadería.

El modelo se sustentaba en un esquema socioeconómico en donde el bien abundante,


la tierra, estaba en pocas manos. El país se transforma en un importante exportador de
productos agrícolas e importador de manufacturas y bienes de capital, en el marco de un
escenario internacional que facilita ese proceso:

➢ Existe una división internacional de trabajo hegemonizada por la potencia


industrial de la época: Gran Bretaña

➢ En 1873 se produce una crisis a nivel mundial, dando inicio al período denominado
la Gran Depresión, que afecta particularmente el poder hegemónico británico. La
Argentina juega un rol importante en ese esquema, porque Gran Bretaña está
perdiendo mercados en el mundo, justamente por la competencia de países
emergentes, por lo que otras colonias (como Arg) proporcionan los alimentos y las
materias primas que el Reino Unido necesita para alimentar a su población.

Sistema político: en este período se produce la unidad nacional bajo la dirección de


gobiernos oligárquicos. Esos gobiernos guardan las formas constitucionales, aunque excluyen
a los sectores opositores del posible ejercicio del poder y eligen a sus sucesores. Por otro
lado, abren las puertas a los nuevos inmigrantes, pero no les facilitan su conversión en
ciudadanos. (2 oleadas inmigratorias: los años 80 y los primeros años del siglo XX)

En lo económico: elementos → la concentración de la propiedad de la tierra, el


endeudamiento externo y una ideología rectora: el liberalismo económico. La expansión
económica y productiva resultó evidente, pero con crisis importantes en su transcurso debido
primordialmente al endeudamiento externo (característica clave del MAE).

★ Importante dependencia de los ciclos económicos de los centros capitalistas


mundiales

¿Por qué el desarrollo económico argentino no siguió el camino de otros países de


formación similar? → Una de las principales diferencias que se nos presentan, se asocia, a la
estructura de tenencia de la tierra. Dominio del latifundio en nuestro país.
La Argentina no logró generar una clase media rural que ampliase el mercado interno
y estimulase el desarrollo regional.

El sector agropecuario era la principal actividad económica que motorizaba al país,


con una gran concentración de poder en manos de los grandes estancieros, que, por lo
general, no volcaron sus ganancias a las nacientes actividades industriales, o directamente las
obstaculizaron.

La poderosa elite que gobernaba el país tenía como principales características una
cultura fuertemente rentística (sus principales ingresos provenían de la renta de la tierra); una
conducta en el poder antidemocrática, basada en la marginación de gran parte de la
ciudadanía, la corrupción y el fraude electoral; y una visión del mundo dependiente.

A partir de los años de la primera guerra mundial dos fenómenos marcaron una
diferencia con respecto al proceso anterior. Gracias a la ley Saénz Peña, de 1912, se instaura
un sistema democrático, con la UCR a la cabeza y se desarrolla un triángulo comercial y
financiero anglo-argentino-norteamericano de profundas consecuencias internas y externas en
los años futuros.

Durante la misma guerra, se advierte también un limitado desarrollo industrial,


motivado por las restricciones externas, que tiene sus límites con la finalización del conflicto
y la normalización de los mercados mundiales.

2. El proceso de industrialización:

Tres períodos diferenciados:

I. La industrialización «espontánea» (1930-1945)

II. El proyecto industrializador peronista (1946-1955)

III. La industrialización «desarrollista» (1955-1976)

I.

Nuevamente otra crisis de origen externo, que se inicia en EEUU en 1929 y


constituye el comienzo de un período de depresión económica mundial que impacta en la
Argentina.

Este proceso recesivo se caracterizó por una severa deflación en un sentido amplio,
dado que generó restricciones monetarias y financieras, bajas de precios y salarios, y
retroceso de las actividades económicas. La caída de la producción industrial indujo a una
contracción de los mercados internacionales y a una disminución de la demanda de materias
primas, cuyos precios bajaron acentuadamente. Los países productores de bienes primarios
entraron en bancarrota o devaluaron sus monedas, y los países industriales debieron soportar
la caída de los precios de sus productos, aunque protegieron sus mercados con barreras
arancelarias o de otro tipo.

La Argentina, sufrió de llenó ese impacto con una severa caída de sus exportaciones y
un amplio déficit en su balanza comercial.

El proceso de sustitución de importaciones, fue en gran parte producto de la necesidad


y no de la voluntad política: había que hacer frente a la crisis económica mundial que
afectaba al país.

Además, en los comienzos de la década de 1930, retorna al poder, mediante un golpe


de estado cívico-militar, la elite oligárquica, que pone en práctica una intervención creciente
del estado en la economía (control de cambios, juntas reguladoras, proteccionismo, diversas
medidas fiscales y financieras), que tienden a paliar la situación.

El país logra cierto margen de autonomía económica, aunque se mantienen los


servicios de la deuda externa y se intenta conservar el mercado británico para la colocación
de las carnes enfriadas.

La industria, a partir de los años 30, se convertirá en uno de los sectores impulsores
del crecimiento económico. En general, las ramas de mayor crecimiento producían bienes de
consumo finales. Las maquinarias y los insumos intermedios utilizados eran, en una alta
proporción, importados. De esta forma, comenzó a perfilarse una característica que se
acentuaría en las décadas siguientes: el crecimiento de la producción impulsaba un
incremento de las importaciones, lo que en el futuro enfrentaría al país a serios problemas en
la balanza de pagos. En este marco, las ramas tradicionales vinculadas al modelo
agroexportador, crecieron mucho más lentamente, perdiendo participación relativa en el PBI,
mientras que el PBI industrial se duplicó.

Los cambios en la composición de la estructura social, a lo que contribuyeron las


migraciones internas del campo a las ciudades, junto con el vacío político resultante de
gobiernos apartados de los derechos y aspiraciones de la ciudadanía (fraudulentos y
represivos), dieron lugar a la aparición del peronismo, que estimulará el desarrollo industrial
sobre la base de la participación social de los nuevos sectores sociales.

II.

★ La industrialización promovida por el peronismo se diferenció de la controlada por la


oligarquía.

El peronismo nace planteando la necesidad de montar mecanismos de justicia social


que no existían e introduce en el terreno económico y político:

● Una apreciable mejora en la distribución de los ingresos, llegando los asalariados a


tener una participación del 50 % del ingreso nacional.
● La entrada en vigencia de una serie de leyes sociales, como jubilaciones y pensiones,
aguinaldos, vacaciones pagas, convenios colectivos de trabajo.
● El otorgamiento de beneficios diversos para los sectores de más bajos ingresos
-construcción de viviendas populares, hoteles sindicales, etc.
● Un proceso de nacionalización de las empresas de servicios públicos.

Pese a que Perón fue reelegido y se produjeron cambios en la política económica que
permitieron superar la crisis, en septiembre de 1955, el presidente se vio desplazado del poder
por un golpe de estado cívico-militar.

III.

Hubo una fuerte inestabilidad del sistema político, que comenzó con la proscripción
del peronismo. Esto condujo, por un lado, a la radicalización de vastos sectores populares, y
llevó, por otro, a un endurecimiento del «partido de derecha», que se expresaba a través de
las fuerzas armadas.

En este período de industrialización se vuelve a caer en repetidas crisis de la balanza


de pagos, los conocidos ciclos de stop-go, como consecuencia de los requerimientos del
propio proceso de industrialización que se contrapone con una estructura dependiente de las
exportaciones agropecuarias. Sumado todo esto a que los ciclos económicos estaban ligados
al mismo tiempo al mercado interno y a los mercados externos.

Ese proceso de industrialización fue cambiando en los años 50 y pasando a otra etapa,
poniendo énfasis en la necesidad de capitales externos y de que el aumento de los salarios
esté ligado al incremento de la productividad.

El gran problema en este período no fue principalmente económico sino político, en


particular por el hecho de que el partido mayoritario, el peronismo, estaba proscrito y de que
los militares intervinieron permanentemente en la vida pública. Desde el punto de vista
político lo que se observa es una grave y seria inestabilidad que termina con el golpe de
estado de 1976, lo que de ninguna manera reflejaba el agotamiento del proceso de
industrialización.

3. El modelo rentístico-financiero:

En el golpe militar de marzo de 1976, la intención explícita de sus promotores fue la


de eliminar en forma definitiva a actores mayoritarios de la escena política nacional
debilitando sus bases económicas y sociales. El «disciplinamiento social y político»,
encarnado por la represión, será la contracara del «disciplinamiento económico»

Factores externos: la crisis del dólar y la del petróleo, creó una amplia disponibilidad
de capitales dispuestos a reciclarse en los países del Tercer Mundo. Por su parte, los
organismos financieros internacionales, como el FMI y el Banco Mundial, querían facilitar la
inserción de los países en desarrollo a los nuevos circuitos financieros.
Factores internos: La Argentina había vivido un proceso de agudos conflictos sociales
y políticos. Los levantamientos obreros (tales como el «Cordobazo» y el «Viborazo») así
como la existencia de fuertes grupos radicalizados, concluyeron en una seria dificultad para la
persistencia de los modos de producción vigentes e iban a llevar al abandono del proceso de
sustitución de importaciones, a la liberalización de la economía y a un nuevo tipo de
inserción en la economía mundial.

En 1976, convicción por parte de las elites tradicionales de que las proscripciones
políticas ya no servían para eliminar las alianzas populistas y que, como éstas se asentaban
sobre el aparato productivo industrial, concluyó en que era imprescindible modificar
radicalmente la estructura económica. Ello suponía también la reformulación del papel del
estado.

Argentina tenía hasta mediados de los 70 un aparato industrial con problemas pero de
dimensiones respetables, ciertos niveles de protección, un sistema financiero bastante
controlado y, a pesar de diversas crisis en la balanza de pagos y procesos inflacionarios, tasas
de crecimiento relativamente buenas y sostenidas. Todo eso se destruyó:

● Se promovió la desregulación financiera y la apertura indiscriminada de la


economía, que afectó a la balanza comercial y a la cuenta corriente de la
balanza de pagos.
● Se produjo un fuerte proceso de desindustrialización y reprimarización de la
economía.
● Se implementó una reforma que ubicaría al sector financiero en una posición
hegemónica en términos de absorción y asignación de recursos, mediante su
liberalización, el alza de las tasas de interés y una mayor vinculación con los
mercados internacionales.

La especulación financiera pasó a ser un factor fundamental: se traían del exterior


dólares que se convertían en pesos a un cambio sobrevaluado, se colocaba esos pesos a altas
tasas de interés y cuando se pensaba que el dólar iba a subir, se volvía a cambiar pesos por
dólares y se los fugaba al exterior. Se hacían así negocios fáciles y altamente rentables.

A principios de los 80, sin embargo, se produjo otro ciclo recesivo mundial: las tasas
de interés pasaron del 6 % al 14 %, volviéndose a captar capitales del exterior en los países
centrales y creando una década perdida para América latina, al expandirse notablemente el
endeudamiento externo de la región.

En 1981, había estallado la crisis en la Argentina, con una fuerte devaluación de la


moneda y el retorno de procesos inflacionarios y con la inmensa carga del endeudamiento
externo. Ese endeudamiento había tenido que ver, con la especulación financiera, los
autopréstamos, los gastos militares y la corrupción. Incluso la deuda privada se adquirió y
transformó en deuda pública.

La derrota en la guerra de las Malvinas terminó por hundir al régimen militar y fue en
ese momento crítico en el que retornó la democracia. Pero el gobierno de Alfonsín en el
terreno económico, a pesar de algunos esfuerzos iniciales por trazar un rumbo diferente,
reconoció y sostuvo el endeudamiento anterior con más endeudamiento y a costos más altos,
impidiendo que el país pudiera volver a recuperarse económicamente.

En el escenario internacional de los años 90 predominaban, una cierta euforia política


y un proceso de globalización financiera. Estas circunstancias iban a producir otra
sobreabundancia de capitales en el norte que fluyeron hacia la Argentina en busca de mayores
rentabilidades

Consenso de Washington, paquete de reformas donde se recomendaba que las


políticas económicas tuvieran como eje central

● El control del gasto público y la disciplina fiscal


● La liberalización del comercio y del sistema financiero
● El fomento de la inversión extranjera
● La privatización de las empresas públicas
● La desregulación y reforma del estado.

Esas ideas coincidían, a su vez, en la Argentina, con una aguda crisis


hiperinflacionaria; producto del fracaso de las políticas implementadas y estimuladas en
gobierno de Alfonsín.

En 1989 Carlos Menem gana las elecciones presidenciales y comienza allí la etapa
más dura del neoliberalismo en Argentina. Se implementó por ley un sistema de
convertibilidad que llevó al abandono de toda política monetaria y a la sobrevaluación del
peso; a la apertura irrestricta de la economía, sobre todo de la cuenta de capital; a la
desregulación total del sector financiero; a la flexibilización laboral y al ajuste salarial, junto
con importantes privatizaciones como las de YPF y la del sistema de previsión social.

★ Clave del sistema: convertibilidad con un tipo de cambio fijo, el cual contradijo todas
las otras medidas de liberalización.

Las tasas de crecimiento relativamente altas de comienzos de la década del 90 se


revelaron muy frágiles. No sólo beneficiaron a pequeños sectores de la sociedad, sino que no
pudieron sostenerse en el tiempo, y así vino la caída final del 2001-2002

Se produjo una fenomenal fuga de capitales y se verificó un incremento casi


exponencial del endeudamiento externo, creando así las condiciones de una grave depresión
en la economía argentina, que se aceleró por las sucesivas crisis financieras internacionales.

Entonces llegamos a la crisis de 2001, cuyos primeros síntomas se advierten desde los
años finales del último gobierno de Menem y se agravan con el gobierno de De la Rúa, que
siguió las recetas ortodoxas del FMI. Se intentó una dolarización de los depósitos bancarios a
través de un tipo de cambio artificial la cual no se sostuvo provocando el colapso del sistema
bancario. Con esto, se arribó finalmente a una explosión social, que produjo por primera vez
la caída de un gobierno sin ninguna intervención militar. La devaluación posterior y el cese
del pago de la deuda externa fueron una consecuencia de estos procesos.
4. Comparación entre los modelos:

Comparar los tres modelos económicos descritos:

❖ Las tasas de crecimiento en la época primario-exportadora no fueron tan altas como se


dicen: hubo serias crisis financieras, y la distribución de los ingresos era muy
regresiva.
❖ Período de 40 años de industrialización: fue la época económica y socialmente más
importante de la historia argentina.
❖ 1949 - 1974 → PBI argentino creció un 127% y su PBI industrial un 232%
❖ 1974 - 1999 → PBI argentino aumentó un 55% y su PBI industrial sólo un 10%
❖ Entre 1974 y el 2000, la diferencia entre el 10 % de la población de mayores ingresos
y el 10 % de menores ingresos había aumentado más de 40 veces.
❖ El porcentaje que tenían los asalariados en el ingreso nacional hacia 1950 era del 50
%, y a comienzos del nuevo siglo no llegaba ni a la mitad de esa cifra.
❖ La tasa de desempleo, que históricamente se hallaba en torno al 6 %, a partir de 1994
saltó al 12,2 y alcanzó más del 24 %.

5. Después de la crisis:

Luego de la caída en el default y un interregno de sucesivos y breves gobiernos que


culminaron con la presidencia provisoria de Duhalde, resultó finalmente elegido, en un nuevo
llamado a elecciones presidenciales, Néstor Kirchner, que asumió, sin haberse superado aún
la crisis, en el 2003. Una de las más importantes iniciativas del nuevo gobierno en el orden
político y jurídico fue su firme política de derechos humanos.

Entre 2003 y 2007 el PBI creció en forma notable, casi un 9 % anual, mientras que la
desocupación descendió sensiblemente y se redujeron los niveles de pobreza. Por otra parte,
se terminó el default con el canje de la deuda y se pagó el total de la deuda pendiente con el
FMI, aunque el nivel de endeudamiento que queda es aún considerable.

Se inició por otra parte un nuevo proceso de industrialización basado en el mercado


interno.

3- Diamand, Marcelo, El péndulo argentino: ¿hasta cuándo?

Las ùltimas dècadas en la Argentina se han caracterizado por cambios muy bruscos y muy
frecuentes de la polìtica econòmica que muestran una oscilaciòn pendular entre dos corrientes
antagònicas: la corriente expansionista o popular y la ortodoxia o el liberalismo
econòmico.
La justificación que esgrimen cada una de las tendencias por su falta de éxito: alegan la
insuficiencia de poder político para concretar su proyecto. Que el empate de fuerzas políticas
les impide avanzar.

La tesis de este trabajo es que esta visiòn es errònea. Aunque es cierto que cualquier polìtica
econòmica para triunfar necesita un apoyo polìtico, ni la polìtica popular ni la polìtica
ortodoxa, tal como se ejecutaron en el pasado, hubieran podido triunfar aunque hubiesen
contado con un poder político total. Eso se debe a que ninguna de ellas tenía viabilidad
instrìnseca y ambas estaban condenadas al fracaso por motivos puramente económicos.

La falta de viabilidad de ambas polìticas se debe a la inadecuaciìn de los modelos


intelectuales en los que se basan a la realidad: del keynesianismo, en el caso de la corriente
popular, y del neoclàsico, en el de la ortodoxa

“La aptitud para ser un paìs industrial eficiente se logra ùnicamente a travès de la
industrializaciòn misma”

Diamand habla de que la transición de una economía primaria a una industrial es dificultosa
al principio. Lo suelen pintar como que es realidad es el país que no está hecho para ser
industrial pero, en realidad, si se observan los paìses industrializados de hoy en día, todos
sufrieron turbulencias al principios. No les salió todo de una. Es un proceso, pero hay que
transitarlo y mantener una cierta estabilidad. No darse por vencido, realizar una falsa
transición a la industrialización. No sirve.

Ha sido incoherente la manera en que fue implementada la industrialización en la práctica y


ha ocasionado la aparición de un nuevo modelo económico muy poco comprometido, con una
problemática compleja.

Estructura productiva desequilibrada o EPD

Se trata de una estructura compuesta de dos sectores de niveles de productividad


diferentes: el sector primario, en el caso argentino el agropecuario, de una alta productividad,
que trabaja a precios internacionales y exporta, y el sector industrial, de una productividad
mucho màs baja, que trabaj a precios sustancialmente superiores a los internacionales,
fundamentalmente para el mercado interno.

La actividad primaria, que tiene una marcada ventaja comparativa respecto a las demás
actividades. fija un standard de referencia de una productividad excepcional, imposible de
alcanzar por el resto del país. De allí los altos precios en dòlares y la aparente ineficiencia de
las demàs actividades, y en especial la de la industria.

Esta ilusiòn de ineficiencia industrial lleva al primer problema con el que se enfrenta la
Argentina y muchas otras EPD. Dicho problema, que afecta profundamente las políticas
económicas, consiste en la hostilidad de la sociedad hacia su propio proceso de
industrialización. Porque la convicción de que la industria es ineficiente lleva inmediatamente
a la conclusión de que podría ser más eficiente si sòlo quisiera y que, si no lo es, el hecho se
debe a la incapacidad o desidia de los empresarios. Los regímenes de protección se pasan a
visualizar como instrumentos creadores de ineficiencia, impuestos por la presión política pura
para beneficiar a los empresarios ineptos en perjuicio del resto de la población. Aparece así
un estereotipo anti industrial que inspira los periódicos planes de “eficientistas”, destructivos
de la capacidad productora industrial y , segùn veremos, bloquea las políticas econòmicas
màs necesarias.

ÙNICA CONCLUSIÒN VERDADERA: el sector industrial tiene efectivamente desventajas


comparativas frente al sector primario.

Dado que estas desventajas se repiten en todos los países exportadores primarios en proceso
de industrialización, resulta muy poco probable que se puedan deber a una ineficiencia
culposa que por obra de causalidad aqueje justamente a todos ellos. Resulta màs lògica la
conclusiòn de que estamos frente a una diferencia de productividades de caràcter estructural,
que aparece siempre entre el sector primario y el industrial en las primeras dècadas de la
insdustrializaciòn.

El desarrollo económico de las EPD se caracteriza por una DIVERGENCIA CRÒNICA


entre el CONSUMO DE DIVISAS y SU GENERACIÒN. RESTRICCIÒN EXTERNA.
Planes de estabilizaciòn recesivos

La crisis de la balanza de pagos provoca generalmente el advenimiento del poder de la


corriente ortodoxa.

Salidas que propone: programas recesivos de estabilizaciòn que coinciden con los famosos
planes de estabilizaciòn del FMI y polìticas de endeudamiento externo acumulativo

El endeudamiento externo acumulativo

Una caracterìstica comùn a todas las EPD es la bùsqueda permanente de inversiones y


prèstamos financieros en el exterior. Contrariamente a lo que se suele creer, la importancia de
estos aportes no reside en la necesidad de complementar el ahorro nacional con el ahorro
externo sino en el hecho de que, al ingresar a paìs en divisas, permiten solucionar el
desequilibrio externo.

NUNCA ES UNA SOLUCIÓN, a lo sumo es un parche. Diamand dice que si se invirtieran


en un nueva capacidad exportadora o se canalizaran hacia los rubros sustitutivos (desarrollar
básicamente, cambiar la estructura) ahì sì servirìa de algo. Sino sòlo amortigua y trae despuès
desgracias. Sòlo le da un respiro al sector externo evitando una recesión y permite que siga
creciendo el mercado interno.

Volviendo al pèndulo

El pèndulo argentino tiene causas más profundas que el llamado empate polìtico. Los ciclos
de expansiòn-recesiòn obedecen siempre a un problema no resuelto de la balanzas de pagos
que por una vìa u otra aflora como un resultado inherente a la polìtica que se aplica.

(lo que màs o menos fuimos diciendo pero lo incluyo por las dudas)
Este trabajo

Propone:
➔ Reactivaciòn del mercado interno, con una política del sector externo basada en el
reconocimiento explícito de las productividades diferenciales en las EPD, lo que
implica acentuar expresamente la diversificación cambiaria.
➔ Compatibilizar la política que se desea implementar con las exigencias presentadas
por los acreedores del FMI. Lo que requiere es comprenderlas bien para ver cómo
actuar: el primer objetivo del Fondo es asegurar la capacidad de repago de los
servicios de deuda por parte de los países deudores. Pero como su trasfondo es de la
libertad de comercio internacional y las ventajas comparativas, se ve impedido de
proponer medidas equilibrantes que vayan en contra de estas ideas. Esto le deja como
única alternativa, los planes recesivos de estabilización o las políticas de
endeudamiento acumulativo. Pero NO TODO ESTÀ PERDIDO porque SON RE
COPADOS AL FINAL ahre→ Si los funcionarios del paìs lo proponen, se hacen los
dolobus los del FMI y aceptan la heterodoxia. Saben que los EPD tienen
características especìficas. Lo único es que los planes que presenten los funcionarios
tienen que ser coherentes y cerrar desde el punto de vista técnico.
Igual una kk todo porque la experiencia muestra que la situación señalada se da pocas
veces. Existe una TOTAL confusión de ideas respecto a la deuda externa y a la forma
de enfrentarla, originada en el falso dilema ortodoxia-corriente popular.

4- Castillo, José, Taller Economía Argentina: La actualidad del modelo y sus


perspectivas

Los nuevos desequilibrios de la economía argentina – Katz

El modelo emergió de la descomunal debacle del 2001. Esta crisis fue superada con la
reconstitución de este sistema y el consiguiente mantenimiento de los privilegios de las clases
dominantes. Es decir, se mantuvo la supremacía del cimiento agrícola sobre una esfera
industrial subordinada.

El modelo se ha distanciado de todas las vertientes usuales del neoliberalismo.

Objetivos y conflictos

★ Un propósito del modelo → recuperar la gravitación que tuvo la industria.

Como la intención industrialista era atenuar la preeminencia de la actividad agro-exportadora,


el principal conflicto que afrontó el gobierno fue en torno al manejo de la renta agraria. Sin
embargo, lo que en realidad se pretendía era reconstruir el tejido industrial en coexistencia
con una estructura agro-capitalista renovada y tecnificada.
Durante el 2002-7 el modelo mantuvo el apoyo unánime de todos los grupos dominantes.
Pero este estado de gracia se disipó durante el choque con los agro-sojeros, los capitalistas
agrarios paralizaron cualquier intento oficial de avanzar hacia las metas industrialistas. Esta
restricción fue asumida por el gobierno y el establishment aceptó la continuidad del modelo.

Los cuestionamientos del modelo no modificaron su continuidad, pero hay una enorme
brecha entre lo buscado y los conseguido. Se registró un alto crecimiento de la industria, que
recuperó la ocupación y frenó el desmantelamiento fabril, sin embargo, el continuado peso de
la extranjerización socavó el intento de reconstruir la vieja burguesía nacional. Estas
limitaciones de los capitalistas nacionales coinciden con una tendencia opuesta hacia la
argentinización de los servicios. El modelo frenó la privatización foránea para incentivar un
reingreso de los empresarios nacionales, pero nuevamente se verifica la ausencia de una clase
capitalista dispuesta a asumir el riesgo de la inversión fabril.

Otra restricción fue en el escenario agrario. La Pampa Húmeda atravesó un intenso proceso
de modernización capitalista que generó una rentabilidad que disolvió cualquier intento de
potenciar otras actividades de la economía. Además, la supremacía de la soja instauró un
monocultivo regresivo que incrementó la vulnerabilidad externa de la economía y bloqueó así
la expansión del empleo genuino. El gobierno cuestionó la especialización sojera pero no
adoptó medidas drásticas para revertir esa primacía.

Otro tipo de límite estuvo relacionado con que la estructura bancaria se ha reconstituido, pero
no suministra el crédito de inversión que requeriría un proceso de reindustrialización.

Contradicciones y escenarios

Durante el período 2002-7 el modelo funcionó con pocas perturbaciones. Sin embargo, en el
2007 comenzaron los problemas: se frenó el intenso crecimiento, resurgió la preocupación
por la deuda y se acentuó la desaparición del superávit fiscal. La inflación fue uno de los
principales focos de tensión: los precios aumentaron principalmente para mantener la
rentabilidad de las grandes empresas.

Comportamiento de las clases dominantes→ ante cualquier perturbación giran el dinero al


exterior (fuga de capitales) → ese dinero expatriado es sustraído de la inversión industrial
Principal restricción → baja inversión que no permite un ritmo elevado de crecimiento y
obstruye la competitividad económica.

El gobierno en lugar de introducir reformas fiscales progresivas recurre al endeudamiento.

Modelos y contemporización social

El gobierno se auto-asigna los méritos del crecimiento y se vanagloria de una orientación que
contuvo los vendavales externos con superávit fiscal, excedente comercial y colchones de
reservas. Sin embargo, se oculta que el aprovechamiento de la coyuntura internacional ha
estado muy conectado con la sangría que provocó la mega-devaluación y la confiscación de
los depósitos.

Los Kirchner encabezan una administración de centroizquierda, que acepta las conquistas
democráticas y recurren al asistencialismo en gran escala, evitando el uso de la violencia
estatal contra los oprimidos.

Ciertamente la insurgencia del 2001 se desactivó y la autoridad estatal fue reconstituida, pero
persiste la inestabilidad, la erosión de los viejos paridos y un significativo bloqueo a la
gestación de un proyecto conservador El gobierno no reconstruyó el lazo popular duradero
que forjó el viejo peronismo, pero mantiene una política de contemporización con los
oprimidos. Prioriza la contención y por eso combina la instrumentación de las exigencias de
los capitalistas con la aceptación de demandas populares.

El esquema económico recompuso todos los índices sociales frente a las dramáticas
magnitudes del 2001, pero no restituyó los niveles de pobreza, salario o empleo
predominantes en los ciclos de mayor normalidad.

Programa y alternativa

Como el modelo y sus alternativas derechistas expresan proyectos de las clases dominantes,
resulta necesario construir otra opción al servicio de las mayorías populares. Esta opción es
indispensable para superar la falsa polarización que han creado el gobierno y la derecha. Para
lograr un país de igualdad, justicia y democracia hay que crear una alternativa de izquierda; y
la coyuntura actual es propicia para avanzar sobre la construcción de esta tercera fuerza.
Apuntes para analizar la política económica kirchnerista – Castillo

¿Existencia de “un modelo económico post-convertibilidad”?

Si definimos modelo como usualmente se lo hace para periodizar la economía argentina


(MAE, ISI, valorización financiera) la respuesta es tajante: no. No hay un nuevo modelo
económico post-convertibilidad. Las continuidades con los ejes centrales de acumulación del
capital en nuestro país son mucho mayores a las rupturas.

Los grandes ejes del modelo siguen siendo las características centrales para entender la
estructura económica argentina y sus políticas actuales:

● Endeudamiento externo
● Fuga de capitales financiada por la apertura cambiaria
● Prioridad a la concentración y centralización del capital

Afirma la permanencia de un mismo régimen de acumulación que continúa desde 1976. No


se ha abierto un nuevo régimen basado en la industrialización y la diversificación productiva
hacia el mercado interno, ni tampoco hay una “reprimarización” de la economía basada en la
soja que permita hablar de una vuelta al régimen agroexportador.

Evidentemente las políticas económicas de este gobierno son diferentes a las de la década del
´90. Sin embargo, esto no supone ninguna excepcionalidad ya que el régimen de acumulación
de valorización financiera ya tuvo diferentes políticas económicas incluso dentro de un
mismo gobierno.

Continuidades y rupturas al interior de las políticas económicas post-convertibilidad

Las políticas económicas en sus grandes rasgos, han mantenido continuidades desde la
maxidevaluación de 2002.

Dos períodos → antes y después de la crisis del 2007

● Primer período: Fuerte “viento de cola” y superávits gemelos. La economía argentina


crece a tasas muy altas, en el marco de lo que sucede en todo Latinoamérica y el
mundo.
● Segundo período: Coyuntura internacional más adversa. Primero la economía cae en
recesión y luego de un conjunto muy agresivo de políticas económicas contracíclicas,
se da la reactivación posterior.

Además, estos dos momentos coinciden con diferencias en relación con el apoyo de la
burguesía. En un primer momento se encuentra la existencia de una mayoría muy sólida y
homogénea de la burguesía nacional y extranjera que se alineaba con el gobierno. Luego, se
abre un segundo momento donde se da una división muy importante en la burguesía con un
sector que pasa claramente a la oposición. Y se inicia así un periodo de un gobierno
claramente a la defensiva.

Consecuencias sobre la estructura económica argentina

Sector agropecuario → gran transformación-reconversión que se venía incubando y que,


precios relativos mediante, se produce desde el 2008.

Sector financiero → sector donde hubo menos modificaciones, tales como la mayor presencia
de los bancos estatales en los mercados de depósitos y créditos.

Sector industrial → si bien se ha producido algún grado de re-sustitución de importaciones,


no se ha modificado estructuralmente el patrón de acumulación. La industria argentina sigue
caracterizándose por su falta de articulación en sus eslabones productivos.

Sector minero → nuevo elemento que irrumpe en la estructura productiva argentina.

Resultados sociales de las políticas económicas

Las políticas económicas post 2003 no logran romper la matriz regresiva del modelo de
valorización financiera.

Esa matriz se caracteriza por:

● La existencia de desempleo (visible y estructural), con las consecuentes dificultades


para los sectores más vulnerables.
● Trabajadores pobres. Una masa importantísima de la clase trabajadora por debajo de
la canasta familiar.
● Pobreza estructural de masas y sus consecuencias sociales: marginación, delito,
analfabetismo, desnutrición y prostitución.
En general, los indicadores sociales sí mejoraron en comparación con el desastre de fines del
2001, pero la mayoría se estabilizó en valores de la década del ´90.

¿De qué dependieron, en concreto, las políticas redistributivas del periodo?

● De las luchas post argentinazo.


● Del cambio de precios relativos y de una tenue re-sustitución dependió el incremento
del empleo.
● De las luchas salariales que modificaron parcialmente la distribución del ingreso.
● Post 2008 aparecieron algunas políticas anticíclicas importantes

Contradicciones del esquema vigente

El principal problema de la economía argentina, y el límite para la viabilidad de sus políticas


económicas, sigue siendo el nivel de deuda externa.

Otro elemento importante, que orada constantemente la lógica del modelo económico, es la
persistencia de la inflación con sus efectos sobre la distribución del ingreso y la revaluación
del tipo de cambio.

Un tercer ítem es la calidad de la inversión. Que más allá de que el porcentaje de inversión
con respecto al PBI este evidentemente alto su desagregado presenta serios problemas cuando
analizamos su impacto sobre la matriz reproductiva.

El cuarto elemento tiene que ver con los actores sociales en os que se apoya el gobierno.
Ausencia de una burguesía nacional con un proyecto de desarrollo capitalista autónomo para
la Argentina.

Los impactos de la crisis internacional

La crisis mundial abierta en julio del 2007 desnudo que el modelo dependía y depende de
precios internacionales y de la posibilidad de refinanciar la deuda.

Esta crisis entonces le pegó a Argentina primero en la limitación y encarecimiento de fuentes


de financiamiento. Segundo en los movimientos oscilatorios de los precios internacionales de
las commodities. Tercero, en la decisión de las multinacionales que operaban en la Argentina
de despedir o suspender personal. Un cuarto elemento fue la caída del crecimiento económico
y por tanto la demanda de importaciones.
Comparaciones con el resto de Latinoamérica

Resulta imposible realizar un análisis comparativo de Argentina con respecto a los otros
países de la región desvinculado del análisis político. Sin embargo, esto no debe hacernos
caer en la trampa de la “excepcionalidad de la política económica argentina”. Nuestro país
comparte muchos rasgos comunes con otros: su subordinación a los pagos de la deuda
externa, la matriz de saqueo de ciertos recursos naturales, y también los intentos de
aprovechar mercados internos regionales.

La política económica en la primera década del siglo XXI – Gigliani

El colapso financiero de 2001 y las devaluaciones de 2002 marcaron el fin de la


convertibilidad y el paso a una nueva etapa económica y política. En este período se obtuvo
el mayor crecimiento de la historia argentina contemporánea.

Este ciclo de fuerte expansión estuvo sostenido por dos elementos decisivos:

→Elevado nivel del tipo de cambio real.

→Desde 2003, un ascenso de los precios de exportación en el mercado mundial, que


benefició a los países de la periferia.

Dos períodos:

● Duhalde y Néstor Kirchner. El gobierno hace una fuerte apuesta a los factores de
mercado que impulsaron una rápida recomposición del ritmo productivo y de las
inversiones.
● Desde 2007, se puso de manifiesto un mayor énfasis en la política asistencial,
tendiente a corregir los duros indicadores de pobreza y de marginación social.

Como elementos distintos de la política económica desplegada durante este período podemos
encontrar que por primera vez en décadas la tasa de ganancia del conjunto de la economía
ostentó niveles muy elevados y crecientes alcanzados a las distintas fracciones del capital. Y
por otro lado el gobierno argentino dio pasos concretos para reencausar las relaciones
financieras con el exterior.

La contracara de estos dos hechos –altas ganancias y transferencias a los acreedores- está
dada por la situación del salario real.
El análisis de los datos de largo plazo muestra que, desde 1976, el salario real de la economía
presenta una tendencia hacia la baja, que no conoce interrupciones. Es cierto que a lo largo de
todo este periodo se verifican fases cíclicas en las cuales el aumento de la producción
posibilita incrementos del salario real. Sin embargo, en ningún momento las alzas cíclicas
exhiben la fuerza suficiente para poder revertir la tendencia a la desvalorización del salario. A
pesar del crecimiento del PBI y de la productividad del trabajo, aquella tendencia de largo
plazo no se revirtió.

Los datos oficiales muestran que, más allá del discurso oficial, no estamos frente a un
programa de reforma social ni de redistribución del ingreso en favor de las clases populares

Límites del programa “neodesarrollista”

La política favorable a la actividad industrial consistió en garantizar un tipo de cambio alto,


pero dejando al mismo tiempo, que las fuerzas de mercado asignaran los recursos. Este
esquema pasó a ser calificado como “neodesarrollismo”. Sin embargo, se trata de un tipo
particular de desarrollismo, que no encaró ningún objetivo en materia de inversiones o de
sustitución. Los déficits de divisas que genera este modelo desestructurado son cubiertos con
los dólares provenientes del sector agrícola.

5- Amico, Fabián, La macroeconomía de Macri: adiós represión financiera,


bienvenido nuevo default

Este artículo analiza la experiencia de política macroeconómica del gobierno de Mauricio


Macri que va desde diciembre de 2015 hasta fines de 2019. Desde fines de 2015, el
gobierno de Macri dispuso un cambio completo en la orientación macroeconómica. En ese
marco, el consumo estimulado mediante transferencias públicas o por aumentos de salarios,
fue considerado una forma artificial ("populista") de estimular el nivel de actividad, limitada
al muy corto plazo, una orientación considerada responsable de la decadencia y la inflación
crónica de largo plazo.

El cambio trascendental fue la retirada del Estado como motor de la expansión económica y
de redistribución progresiva del ingreso, y el intento (fracasado, como veremos) de ceder el
liderazgo del proceso de crecimiento y desarrollo al sector privado. Este cambio tenía una
traducción macroeconómica bien precisa: en lugar del consumo financiado vía gasto público
o mediante aumentos de salarios, los motores del crecimiento serían ahora la inversión
privada y las exportaciones.
El requisito de este cambio estratégico era la reducción del tamaño del Estado y el ajuste de
su déficit, lo que suponía un fuerte ajuste del gasto público para aliviar la "insoportable"
carga tributaria que pesaba sobre el sector privado. Había que desandar el camino abierto
desde 2003, donde el gasto público habría crecido no menos de 15 puntos del PIB según
estimaciones del gobierno.

El argumento oficial se basó, de facto, en la hipótesis de la contracción fiscal expansiva.


Según esta visión, el elevado nivel de gasto público llevaba al tipo de cambio real hacia un
“valor de equilibrio bajo”. A su vez, el financiamiento de la inversión requería una cantidad
considerable de ahorro externo. Por ese motivo, se debía aumentar el ahorro doméstico y,
para ello, “la reducción del déficit fiscal tiene un papel muy importante”. En suma, el
principal rol del Gobierno en el crecimiento económico era brindar un marco institucional
estable que abra paso a la iniciativa del sector privado. Los incentivos, enteramente basados
en el sistema de precios, "harían su trabajo"para estimular la inversión y las exportaciones.

¿Qué rol juega el consumo en el crecimiento según este enfoque? Como mucho, puede tener
una papel de muy corto plazo, pero "el consumo nunca es la base del crecimiento. Es al revés:
es el aumento de la riqueza lo que nos permite vivir mejor y, por tanto, aumentar el consumo.
La administración kirchnerista cambió la causalidad y terminamos en una economía
estancada y cada vez más regulada y distorsionada" (énfasis nuestro).

En este contexto, como el ajuste del sector público adquiría dimensiones épicas (debido al
nuevo criterio de medición), se acuñó la denominación de "gradualismo" para referirse a una
política de ajuste paulatino del déficit. En esa etapa de transición había que decidir cómo
financiar el desequilibrio de las cuentas públicas.

Como es sabido, existen tres opciones: la deuda pública, el financiamiento monetario del
banco central ('monetización'), o la suba de impuestos. La "monetización" fue
inmediatamente descartada al ser considerada per sé inflacionaria. El aumento de los
impuestos fue igualmente descartado porque se asumió que el sector privado ya estaba
soportando una carga fiscal "asfixiante" (que incluso debía disminuir). Quedaba el expediente
del endeudamiento, que presentaba dos alternativas: tomar deuda en moneda doméstica o
emitir deuda en moneda extranjera.

El gobierno consideró que el aumento de la deuda pública en moneda doméstica conduciría al


desplazamiento (crowding out) de la inversión privada, ya que el aumento de la deuda
pública llevaría a una suba de la tasa de interés local y esto provocaría la disminución de la
inversión privada.

Adicionalmente, el aumento de la tasa de interés (consecuencia del mayor endeudamiento en


moneda local) llevaría a un desplazamiento (crowding out) de las exportaciones netas
(exportaciones menos importaciones) debido a que el diferencial de tasas induciría un influjo
neto de capitales del exterior, provocando una apreciación del tipo de cambio real y por ende
una disminución de las exportaciones netas. En conclusión, el gobierno debía acumular deuda
en moneda extranjera para financiar el déficit fiscal. Además, pesó también el (sorprendente)
argumento de que la deuda externa era más "barata" en términos fiscales, ignorando por
completo los problemas asociados al descalce de monedas (doméstica y externa).

El artículo realiza un análisis de las fases principales de la dinámica macroeconómica, y de


sus principales resultados. El trabajo está organizado del siguiente modo:

SECCIÒN 2 → se analizan las etapas principales de la dinámica macroeconómica. Se


muestra cómo la economía pasó de una fase inicial de "shock" (en la búsqueda de cambiar los
precios relativos y la distribución del ingreso), para ingresar luego en una fase signada por el
ciclo electoral, que implicó una moderación de la política de shock. Luego de la victoria
electoral, el intento de ajustar la política del BCRA (fuertemente influenciada por objetivos
distributivos) para incentivar un mayor ritmo de devaluación, se combinó faltamente con los
efectos del excesivo endeudamiento externo, generando una crisis cambiaria y un colapso
productivo y social.

1) Desde diciembre de 2015 hasta junio de 2016 tiene lugar una etapa caracterizada por
una política de shock apuntada a la "liberación" de los precios claves (el tipo de cambio
nominal y los precios de los servicios públicos), lo que lleva a una caída abrupta del
nivel de actividad. La contracción del PIB fue muy rápida, llegando a -7% anual en
julio de ese año
➔ El nuevo gobierno eliminó completamente los controles de capitales.
Impedían-aunque no totalmente- la compra de dólares por parte de empresas y
familias, y habían originado un mercado paralelo donde el tipo de cambio era
sustancialmente más alto. Consideraba el gobierno que los precios tenían incorporado
el valor del tipo de cambio del mercado paralelo.
➔ Tras la liberación del mercado, el tipo de cambio nominal tuvo un ajuste del 40% en
un día.
➔ El banco central (BCRA) adhirió al sistema de metas de inflación con flotación del
tipo de cambio y anunció que el objetivo de una inflación baja era independiente de la
evolución del valor del tipo del cambio.
➔ Fuerte devaluación del peso.
➔ El BCRA subió las tasas de interés.
➔ Ajuste del gasto público y una reducción de la carga tributaria.
➔ Cambios introducidos en la medición del déficit fiscal
➔ Disminución de los impuestos a las exportaciones ("retenciones") agropecuarias y
mineras.
➔ Baja del impuesto de las ganancias y sobre los bienes personales (beneficiaron a los
grupos sociales más ricos de la sociedad).
➔ Fuerte aumento de precio de los servicios públicos (y la consecuente reducción de los
subsidios).
➔ El gobierno decidió pagarles 9.300 millones de dólares a los denominados "fondos
buitres" (vulture funds o holdouts). El pago se hizo con el argumento de que
permitiría al país salir de un supuesto default en el que se encontraría. El pago a los
holdouts fue interpretado como un regreso triunfal de Argentina a los mercados de
capitales y como un hito en su "reinserción" en la economía mundial. Generó un
rápido endeudamiento externo.
➔ Al final de 2016 la economía argentina mostró una caída de 2,1% del PIB y una
reducción aún mayor de la inversión, lo que se tradujo en una suba de la tasa de
desempleo promedio A su vez, el tipo de cambio real había subido, mientras los
salarios reales del sector privado formal habían disminuido, mientras la inflación
minorista anual creciò.
➔ El Gobierno impulsó la ampliación de los beneficiarios de programas sociales, pero
esto no llegó a compensar el impacto de la caída de los salarios reales en el consumo
privado.

JUSTIFICACIÒN DEL GOB → Argentina tenía los precios relativos "fuera de lugar", lo
que impedía al sector privado liderar el proceso de crecimiento a través de la inversión
privada y las exportaciones.

2) Desde julio de 2016 hasta noviembre de 2017 se desarrolla un experimento


denominado "populismo tardío". En esta etapa hay una recuperación del nivel de
actividad inducida deliberadamente por el gobierno para mejorar su performance en
las elecciones de medio término. La economía dejó de caer hacia mediados de 2016 y
luego aceleró su ritmo de expansión a partir de abril de 2017.

Esta dinámica parecía insinuar un patrón de "ciclo económico político", donde "el
pleno empleo sólo se lograría en la cúspide del auge, pero los auges serían relativamente
moderados y breves. Sin embargo, como veremos luego, ese patrón no se confirmó y
derivó en una crisis abierta.

➔ A comienzos de 2017 el gobierno redujo sustancialmente el ritmo de devaluación y de


ajuste de las tarifas públicas.
➔ Argentina ingresó en una fase de expansión del nivel de actividad con fines
electorales.
➔ Proceso de apreciación real del tipo de cambio real
➔ Moderado aumento del salario real en el sector privado registrado
➔ Aumento del poder de compra real del gasto público.
➔ Estabilización de la participación de los asalariados en el ingreso
➔ Los efectos expansivos vinculados a la desaceleración de la inflación, combinados
con un aumento del gasto público, posibilitaron un rápido aumento del nivel de
actividad, lo que tuvo una innegable incidencia en los positivos resultados electorales
obtenidos por el gobierno en su segundo año de mandato.
➔ Populismo tardío: recurso que si bien fue dictado por razones políticas, constituyò un
desvío forzoso de la proclamada agenda de largo plazo. Ese desvío llevaba implícito
un dilema. Por un lado, para triunfar en las elecciones el gobierno necesitaba generar
una expansión económica. Sin embargo, tras el amplio triunfo electoral surge un
problema de "consistencia interna" en la estrategia oficial. El gobierno había
estimulado el crecimiento utilizando una receta enteramente "populista", es decir,
utilizando los mismos medios que criticaba del gobierno anterior. Lo más sintomático
es que la economía había crecido (y también la inversión).
➔ Sin embargo, el gobierno planteaba que si bien el populismo tardìo era tan fructífero
en términos político-electorales, conspiraba contra el intento "modernizador"
apuntado a una mejora de rentabilidad general de la economía.
➔ Este "populismo tardío" ponía en cuestión la rentabilidad agregada por la vía de la
apreciación cambiaria. Así, en diciembre de 2017, en una conferencia de prensa
conjunta de miembros del gabinete económico y el presidente del BCRA, el ministro
de Economía (en el lugar del presidente del BCRA) anunció un cambio en las metas
de inflación: se anunció una reducción de las tasas de interés y la intención de
permitir una tipo de cambio real más alto, aún al costo de una mayor inflación.
➔ Efecto inmediato en el dólar
➔ Devaluaciòn de la moneda
➔ La pretensión del BCRA de continuar con una política de altas tasas de interés, al
estilo convencional del inflation targeting, es decir, focalizado enteramente en la
inflación, llevaba a una mayor apreciación cambiaria, una suba aún mayor de los
salarios reales y la erosión creciente de los márgenes de beneficio (especialmente en
el sector de tradables). Sobre este telón de fondo, el Gobierno optó por la reducción
de las tasas de interés. Desde allí en más, el tipo de cambio mantuvo una dinámica
ascendente.

3) Desde noviembre de 2017 en adelante se inicia una fase de recesión y crisis cambiaria.
La desaceleración comienza inmediatamente después de las elecciones de octubre. Entre
noviembre de 2017 y febrero de 2018 la contracción es suave, pero desde marzo de 2018
se transforma en un colapso del nivel de actividad, coincidiendo con la crisis cambiaria
y la corrida contra el peso.

➔ Desde el cambio de las metas de inflación en diciembre de 2017, el tipo de cambio


mantuvo una dinámica ascendente, con fases diferentes de aceleración eventualmente
determinadas por episodios particulares relacionados con el sector externo.
➔ El cambio en la política monetaria de diciembre de 2017 se combinó con otros
episodios cruciales que fueron sucediéndose en el tiempo. Un factor crucial fue la
colocación de 9.000 millones de dólares a comienzos de enero de 2018. Tras esa
emisión de deuda, el mercado internacional comenzó a racionar el crédito para
Argentina y el gobierno no pudo colocar nuevos títulos en el exterior.
➔ Una suba de las tasas de interés.
➔ Alteración de todos los mercados emergentes. Peor para Arg por su fragilidad externa.
➔ Un impuesto a la renta financiera para los inversores extranjeros. Este fue el evento
coyuntural que, operando sobre los factores antes mencionados, disparó la corrida
contra el peso.
➔ En marzo de 2018 el BCRA comenzó a intervenir, sin mucha convicción, pero no
consiguió frenar la dolarización. Tras una pérdida importante de reservas, el gobierno
pidió la asistencia del FMI, reforzando la corrida. Días después, el BCRA colocó una
oferta de 5.000 millones a la venta a un tipo de cambio de $25 para frenar la corrida.
La medida consiguió estabilizar el tipo de cambio.
➔ Sin embargo, a comienzo de junio se anunció el acuerdo con el FMI por un total de 50
mil millones de dólares (con un desembolso inicial por 15 mil millones), y al día
siguiente el BCRA retiró la oferta de 5.000 millones de dólares a la venta y,
naturalmente, el tipo de cambio comenzó una nueva escalada.
➔ El gobierno creyó que el simple anuncio del apoyo del FMI restauraría la confianza.
En los hechos, como el plan acordado con el FMI impedía las intervenciones
discrecionales efectivas del BCRA, eso provocó el efecto opuesto y aumentó la
volatilidad cambiaria.
➔ La crisis continuó desarrollándose sin solución aparente, con una imparable escalada
del tipo de cambio, y con el BCRA corriendo por detrás de los acontecimientos,
subiendo las tasas de interés y perdiendo buena parte de las reservas acumuladas en
base a préstamos del propio FMI.
➔ Los acuerdos alcanzados habían restringido fuertemente los instrumentos del BCRA
para intervenir en el mercado cambiario y orientar las expectativas. La gradual
recuperación de esos instrumentos hizo posible mayores grados de intervención, y con
mayor discrecionalidad, lo que redundó en una relativa estabilización.
➔ Esa estabilidad se volvió a trastocar en las elecciones primarias de agosto de 2019,
ante lo cual el gobierno decidió colocar un control cambiario más rígido aún que el
vigente en 2015. El saldo que dejó un año de crisis cambiaria fue abrumador

SECCIÒN 3 → exhibe y analiza los principales resultados macroeconómicos de este proceso.

Hay que observar que el gobierno, pese a todo, consiguió varios de los objetivos planeados:
al final de 2019 hay un tipo de cambio real mucho más alto (tiene como contraparte un nivel
de salario real más bajo), un menor déficit fiscal, una reducción significativa del costo laboral
y un aumento de la rentabilidad media. La evolución macroeconómica general del período se
caracterizó por una disminución global del PIB, que será más profunda al cabo de 2019, una
disminución del consumo y un colapso de la inversión.

Solo crecen muy moderadamente las exportaciones, y se produce un brutal ajuste de las
importaciones que sigue al derrumbe de la inversión y la disminución del consumo, lo que
permitió reducir el déficit de la cuenta corriente externa.

En cierto sentido, el gobierno de Macri puede ser caracterizado como un periodo de


"estancamiento liderado por exportaciones" (export-led stagnation).

El salario real medio disminuyó en 2016, alcanzando sus menores registros hacia mitad del
año, recuperó solo parte de la pérdida real en la "fase electoral" y se derrumbó a partir de
junio de 2018. En julio de 2019 el salario real medio (del sector privado formal) era 14%
inferior al de diciembre de 2015.
Un aspecto interesante para observar es que en las fases de aceleración de la inflación
(impulsadas por la devaluación de la moneda) la tasa de crecimiento del gasto nominal se
mantiene (e incluso aumenta) pero la inflación disminuye su poder de compra y contrae el
gasto real. Este es el caso de la primera y la tercera fase señaladas, mientras en la fase
"electoral" expansiva (desde mediados/fines de 2016 hasta noviembre de 2017) el gasto
nominal y su poder de compra se mueven en la misma dirección. En particular, resulta
notable que desde abril de 2018 el gasto público nominal acelera su ritmo de crecimiento,
mientras el gasto real se contrae sin pausa.

Dado que las variaciones en la masa salarial real fueron fuertemente determinadas por la
evolución del salario real (aunque el empleo se movió a la baja en la misma dirección que el
salario), la participación de los asalariados en el ingreso se movió en la misma dirección:
luego de caer en 2016, se mantuvo en 2017 y registró una caída aún peor en 2018.

Esto revela que la política macroeconómica de Macri tuvo como foco principal a la cuestión
distributiva, siendo la tasa de inflación un factor completamente subordinado. De facto, el
medio para alcanzar el objetivo distributivo en una economía caracterizada por alta
resistencia del salario real fue una casi permanente aceleración de la inflación, espoleada por
las tarifas públicas y, muy especialmente, por el tipo de cambio.

Esta "propensión a la devaluación" de la política macroeconómica y la inestabilidad


resultante, tuvo dos efectos: fortaleció la tendencia a la formación de activos externos y
agudizó el proceso inflacionario y el conflicto distributivo. Tales tendencias interactuaron
auto-reforzándose una a otra. La creciente formación de activos externos estimuló aún más la
devaluación de la moneda, acelerando la inflación e intensificando el conflicto distributivo.
Luego, la exacerbación del conflicto, determinante de una elevado pass-through, llevaba a los
empresarios a demandar del gobierno un nuevo ajuste del tipo de cambio, reiniciando el ciclo
en una escala superior.

Por último, las transferencias de seguridad social (programas sociales y pensiones)


describieron la misma trayectoria: el gasto real en estos rubros cae sin pausa hasta diciembre
de 2016, se recupera y aumenta hasta final de 2017, y luego regresa a un sendero contractivo.
Estos factores (masa salarial, transferencias sociales y gasto público (salarios) explicaron la
débil dinámica del consumo privado.

Un hecho notable es que el gobierno esperaba que, como resultado de sus políticas, se
produjera un aumento significativo de la inversión privada, en particular de la afluencia de
inversión extranjera directa (IED). Respecto de esta última variable, aunque creció
ligeramente, se mantuvo bien por abajo del pico máximo del último gobierno kirchnerista
registrado en 2012.

En verdad la inversión productiva privada es una variable inducida por el crecimiento de la


demanda efectiva siguiendo el principio del acelerador flexible, hipótesis que cuenta con un
amplio respaldo empírico. Desde el lado empírico, lo que debe evaluarse es el crecimiento
ponderado de los componentes de la demanda agregada (y no solo su variación porcentual).
Así, desde este punto de vista en 2017 la mayor contribución al aumento de la demanda
agregada provino del consumo privado. Sin embargo, ese aspecto es secundario. Desde el
punto de vista macroeconómico la inversión (aún cuando crezca más que el consumo) solo
puede ser una demanda derivada, y no puede crecer si no es justificada por el aumento de los
gastos en bienes finales que no crean capacidad productiva (como el consumo, las
exportaciones, el gasto público, entre otros). Así, el sendero de crecimiento nunca puede ser
liderado por la inversión privada.

Cabe entonces preguntarse cuáles fueron los factores que lideraron la fugaz recuperación de
2017. La casi totalidad del fuerte despegue de la construcción en 2017 provino del sector
público y solo tardíamente (y en una medida mucho menor) se sumó la construcción
privada.34 Esta expansión de la actividad de la construcción implicó una fuerte demanda
hacia la industria, en particular sobre aquellas ramas de bienes intermedios que producen
bienes relacionados con la construcción (como el sector de metales básicos y el de minerales
no metálicos, entre otros). Enseguida, esa expansión fue aumentando los grados de utilización
de la capacidad en el conjunto de la industria, aunque fuertemente apoyada en las ramas de
bienes intermedios, y comenzó a estimular la inversión en capacidad productiva. El aumento
de la inversión, a su vez, disparó parcialmente las importaciones, pero también constituyó una
nueva demanda (inducida por la expansión) sobre la propia industria para producir los bienes
de capital.

Por estos motivos, en 2017 tuvo lugar una de las primeras expansiones en muchos años donde
la mejora asalariada (y por ende la demanda de bienes de consumo) fue un factor de segundo
orden en la recuperación.

En ese marco, el gobierno anunció en diciembre de 2017 el cambio de las metas de inflación,
consistente en una tasa de interés más baja y un tipo de cambio más alto. Este movimiento es
la raíz de la crisis cambiaria e inicia un sendero creciente del tipo de cambio que se
transformará en una inusitada corrida contra el peso desde mayo de ese año.

La irrupción de la fase de crisis tiene relación directa con este manejo de la política monetaria
y cambiaria, aunque tal cambio se relaciona muy estrechamente con las restricciones que
impone el conflicto distributivo.

Del acuerdo con el FMI se impuso una política fuertemente contraccionista, incorporando
una meta de eliminación del déficit fiscal primario en 2019 ("déficit cero"). Pero el acuerdo
potenció la inestabilidad ya que el gobierno se comprometió a mantener "un tipo de cambio
flexible y determinado por el mercado", limitando las intervenciones del BCRA a períodos en
los que se detecte "una clara disfunción del mercado" (FMI, 2018b). El FMI consideraba que
la corrida contra el peso era un síntoma del desequilibrio interno (fiscal) que se traducía en
más déficit externo y endeudamiento. El ajuste fiscal y cambiario corregirían las cosas.
Al tiempo que disminuía el peso de la deuda pública intraestatal, el endeudamiento público
en moneda extranjera con el mercado privado prácticamente se multiplicó. Este exceso de
deuda es un rasgo específico de Argentina y no tiene paralelo en la región. La diferencia
crucial reside en que el acelerado endeudamiento de Argentina tuvo lugar mayormente en
moneda extranjera. Este tipo de "exceso" de deuda encierra un verdadero riesgo de default del
cual están exentos los otros países (y el mercado lo sabe).

Tras las elecciones generales de octubre, con la derrota en primera vuelta, el gobierno
extremó el control cambiario hasta niveles más rígidos que los aplicados en el último
gobierno kirchnerista.
Antes, los préstamos del FMI tenían lugar después de la crisis, mientras en Argentina el
rescate se producía en el intento de evitar la crisis. La actitud del FMI tuvo estrecha relación
con la política de Estados Unidos hacia Argentina, y en particular hacia el gobierno de Macri.
Así, "desde el advenimiento de la democracia en 1983 y la reforma constitucional de 1994,
ningún presidente había contado con tanto apoyo político en Estados Unidos para ser reelecto
como Mauricio Macri".
En el transcurso de la crisis cambiaria, la salida de divisas y la dolarización prácticamente
consumieron el total del préstamo del FMI, en un contexto de abrupta contracción del nivel
de actividad y de las importaciones.

Los resultados macroeconómicos globales revelan un fracaso completo de la visión del


gobierno. Se suponía que los motores del crecimiento debían ser la inversión privada y las
exportaciones. El aumento del ahorro agregado era la condición para posibilitar la suba de la
inversión, con lo cual debía verificarse una relación negativa entre consumo e inversión (ya
que el consumo debía crecer más tarde y después que la inversión).

SECCIÒN 4 → formula algunas pocas observaciones finales e implicaciones de política


económica.

Dos observaciones con importantes implicaciones sobre la política económica:

➔ En primer lugar, queda evidenciado una vez más que el sector privado no puede, por
su propia naturaleza, liderar ningún proceso de crecimiento sostenido. Análogamente,
ni la inversión privada ni las exportaciones pueden liderar el crecimiento del
producto. La inversión privada no puede hacerlo porque es una demanda derivada y
por tanto una variable inducida por el propio nivel de actividad. En pocas palabras,
depende del crecimiento (más que a la inversa). Las exportaciones tienen una
importancia estratégica (así como la sustitución de importaciones) porque son el
aporte genuino de divisas que se requiere para financiar el crecimiento de los gastos
domésticos. Pero su aporte por el lado de la demanda agregada, el producto y el
empleo es insuficiente para asegurar un crecimiento mínimamente aceptable tanto
económica como socialmente.
El crecimiento de la economía argentina depende orgánicamente de la expansión
de la demanda interna (gasto público, transferencias sociales, salarios reales). Es
una característica estructural, y no una opción de política ("populista" o como se la
quiera denominar). Simplemente, dado su tamaño, Argentina no puede crecer de otro
modo.

➔ En segundo lugar, es importante hacer notar que para mejorar la sustentabilidad de la


deuda no es importante reducir el nivel del ratio deuda pública/PIB, sino cambiar la
composición de la deuda pública: más deuda pública en moneda doméstica, y
menos deuda en moneda extranjera. De facto, el problema no es tener déficit fiscal
(algo natural en un contexto recesivo), sino tomar deuda en moneda extranjera para
"financiarlo". Además, el uso de instrumentos de deuda en moneda doméstica
implicaría brindar una activo de inversión en moneda local con una rentabilidad
adecuada para constituirse en una alternativa a la dolarización de los portafolios. En
síntesis, tratar de que en este aspecto Argentina vuelva a parecerse a sus vecinos
latinoamericanos.

6- Castillo, José, La política económica del gobierno de Macri (2015-2019) y el


debate sobre la continuidad del régimen de acumulación financiera

Comenzaremos caracterizando al gobierno de Macri como agente directo del imperialismo,


de las multinacionales, de la gran burguesía agroexportadora, de los grupos económicos
locales y del capital financiero. Hasta la crisis que comenzó en abril de 2018, el conjunto del
capital concentrado expresaba su aprobación con el gobierno. Sólo existía una fracción
burguesa que se quejaba de las políticas económicas del macrismo, remitida a la pequeña y
mediana empresa local.

Los primeros dos años de la política económica de Macri: ajuste para los trabajadores, “fiesta
financiera” y endeudamiento astronómico.

El gobierno llevó adelante una batería de medidas que provocaron una traslación de ingresos
de más de 20.000 millones de dólares desde los trabajadores y otros sectores populares hacia
las fracciones más concentradas del capital. Devaluación, liberación de precios y
consiguiente inflación, quita de retenciones, pago a los buitres, tarifazos, entre otros. Se
generó una ola de despidos y una fuerte pérdida adquisitiva del salario.
El gobierno fracasó rotundamente en 2016 en los objetivos: reducción de la inflación y
reactivación económica.
Períodos
A. diciembre 2015-marzo 2016. Incluye las baterías de medidas iniciales, que suman la
devaluación retóricamente encubierta detrás de la “salida del cepo cambiario”, la
eliminación de las retenciones, la primera tanda de tarifazos y la primera ola de
despidos en el sector público (enero-marzo 2016). Este período incluye hasta el
acuerdo con los fondos buitres
B. abril-diciembre 2016. Mientras el gobierno anunciaba una “reactivación inminente”
y proclamaba la llegada de una ola de inversiones extranjeras, la economía se fue
hundiendo en la recesión, a la vez que seguía creciendo la inflación. El panorama a
mediados de 2016 era clásicamente el de “estanflación”. El gobierno instaló entonces
la muletilla de que la reactivación se vería “en el segundo semestre”. El pico recesivo
se vivió entre los meses de julio-setiembre. Los salarios terminaron el año con una
pérdida del poder adquisitivo de entre el 5 y el 10%.
C. enero-setiembre 2017. El año 2017 mantuvo los parámetros claves de la política
macrista: continuaron el endeudamiento creciente y siguieron los tarifazos. Se va a ir
verificando una muy lenta recuperación de la economía. El gobierno realizó algunos
recursos “reactivantes” de corto plazo: básicamente un crecimiento del crédito del
55% interanual y una aceleración de la obra pública una nueva caída del consumo
D. octubre-diciembre 2017. Después de las elecciones legislativas el gobierno se lanzó
a un intento fuerte de profundizar el ajuste. Lo hizo a través de reforma fiscal
(básicamente ajuste hacia las provincias), reforma laboral y reforma jubilatoria. La
crisis política y social abierta tras esta reforma obligó al macrismo a posponer todo el
paquete de reforma fiscal y a archivar el proyecto de reforma laboral.
E. Fin de diciembre 2017-abril 2018. Suba del tipo de cambio, el dólar se disparó y se
produjo un salto inflacionario. El consumo, que ya había comenzado a ralentizarse y
siguió este camino

★ ¿Hay un modelo en el macrismo? sí: bajar el costo salarial para transformar a la


Argentina en una factoría exportadora de commodities

En concreto, la política económica del macrismo requería:

● Que se produjera una reforma laboral que hubiera permitido flexibilizar las
actividades y redujera, por incrementos de productividad el costo salarial, en
particular el costo salarial en dólares.
● Una reducción en el poder adquisitivo local del salario, para consolidar un modelo
económico que se base en la inversión y no en el consumo.
● Una reducción del tamaño del gasto público, en aproximadamente 20 puntos Esto
incluía un incremento de las tarifas de servicios a valores internacionales y la
privatización tanto de empresas públicas como de otras actividades e incluso la
re-privatización del sistema de seguridad social (jubilaciones).

Crecientes déficit en el sector externo y público

Sector externo

La balanza comercial 2017 culminó con un déficit de 8.471 millones de dólares. El déficit
comercial industrial era monstruoso. La Argentina tenía déficit con todos sus socios
comerciales más importantes y hubo un fuerte crecimiento en importaciones, muchas de ellas
de productos de consumo que desplazaban producción local. El total de la cuenta corriente de
la balanza de pagos terminó con déficit.

Endeudamiento

Desde fines de 2015 hasta abril de 2018 el endeudamiento se había incrementado en 108.173
millones de dólares. La realidad mostraba que el endeudamiento argentino no era sustentable.
El sector público
El macrismo terminó el 2017 con un déficit fiscal total de 612.700 millones de pesos. Se
reducía el déficit primario bajando el gasto público, pero eso era más que compensado por los
nuevos pagos de servicios de deuda.

En concreto, desde el gobierno se insistía en que se avanzaba a la velocidad que lo permitía la


coyuntura política, mientras un conjunto de economistas presionaba por una mayor velocidad
en el ajuste.

El gobierno de Macri decía discursivamente que la baja de la inflación era su principal


objetivo. Pero era falso. Su prioridad estaba en garantizar y aumentar las tasas de ganancia de
los grandes capitales que operan en la Argentina. Usaba la “lucha contra la inflación” como
una excusa para ajustar, bajar jubilaciones o poner techos salariales. La prioridad del
gobierno era garantizarle sus súper-ganancias a los sectores más concentrados de la economía
antes que bajar la inflación.

La crisis: megadevaluaciones, ajuste del FMI y debacle final

Se produjo una abrupta y violentisima reversión del ingreso de capital especulativo que se
venía daño hasta entonces.

El programa de reducción del déficit fiscal, conjuntamente a la baja de la presión impositiva y


la realización de las reformas previsional y laboral fueron un fracaso del intento por parte del
macrismo de llevarlas adelante en el momento de su mayor fortaleza (luego de su triunfo
electoral en octubre de 2017), lo que fue determinante para la pérdida de “confianza” de los
capitales internacionales con el gobierno de Cambiemos.

La imposibilidad del cumplimiento con los compromisos de deuda externa obligó a la


reaparición del FMI que se consolidó como el actor determinante en la elaboración de las
políticas económicas.

A. De la devaluación al primer acuerdo con el FMI (abril-junio 2018)


Alto monto otorgado, exigencia de un plan de ajuste clásico, muy fuerte. Se volvieron
a colocar retenciones
B. Del primero al segundo acuerdo con el FMI (junio-septiembre 2018)
La cotización de la divisa volvió a dispararse generando una crisis que llevó tanto al
recambio de funcionarios del área económica como también una renegociación del
propio préstamo con el Fondo.
C. Del segundo acuerdo a la flexibilización del uso de los fondos prestados (octubre
2018-marzo 2019)
El segundo acuerdo incrementó el monto total del préstamo (lo llevó a 57.000
millones de dólares) y aceleró los plazos de entrega. La contrapartida fue la exigencia
de un mayor ajuste al planteado en el acuerdo de junio. el endeudamiento de empresas
y familias alcanzó niveles descomunales. 2018 terminó en recesión y con una
inflación que más que duplicó la esperada a principios de año.
D. La transición pre-electoral (abril-julio 2019)
Flexibilización por parte del FMI sobre el uso de divisas para estabilizar el tipo de
cambio. Esto le permitió a Macri financiar estabilidad cambiara durante el período
electoral. La contrapartida fue una fuga de capitales.
E. Nuevas devaluaciones, default parcial, cepo y debacle de la política económica
macrista (agosto - diciembre de 2019)
Se dio una violenta fuga de capitales especulativos que devaluó fuertemente el tipo de
cambio. El macrismo tuvo que recurrir a dos medidas extremas: un default parcial de
bonos y letras nominadas en pesos y la instauración de un virtual cepo a la libre
compraventa de divisas. El 2019 terminará con una caída del PBI de 2,3% y con una
inflación que superará el 50%. El PBI per cápita, en los cuatro años de macrismo, se
redujo casi 4.000 dólares.

Macrismo: continuidades y rupturas con el régimen de acumulación de valorización


financiera

Macri terminó su mandato fracasando: atravesaron una corrida especulativa como nunca se la
hubieran imaginado. Terminaron con cepo cambiario, retenciones y una parte de la deuda
defaulteada.
No bajaron la inflación, sino que la subieron. Hubo recesión en 3 de los 4 años de mandato.
Las
exportaciones no incrementaron y la deuda externa aumentó en 150.000 millones de dólares.
Los salarios perdieron el 30% de su poder adquisitivo → más pobreza y desempleo.
La política económica de Macri fue diferente a los tres gobiernos previos, conceptualmente y
en la práctica. Sin embargo, las consecuencias no fueron solo producto de sus políticas
económicas, sino que corresponden al régimen de acumulación iniciado en el 76. La
estructura impositiva argentina, regresiva desde hace décadas, fue funcional a todo lo que
desarrolló y profundizó el macrismo.
El régimen de valorización financiera sigue rigiendo el funcionamiento del capitalismo
argentino. Hubo distintas políticas económicas, algunas profundizaron los efectos del
régimen, como la dictadura, el menemismo y el macrismo, pero el resto tampoco rompió los
hilos estructurales. El incremento de la semi-colonización, el saqueo de recursos, la
concentración y extranjerización de la propiedad, la desindustrialización y el endeudamiento,
fueron las marcas de la continuidad del régimen de valorización financiera.
La post-convertibilidad no terminó con el régimen, el macrismo es una de las expresiones
más extremas del clasismo de las clases dirigentes y fue posible porque funcionó sobre este
mecanismo de acumulación que impide el desarrollo de la economía argentina.

Teóricos

7- Castillo José, 50 años de cronicidad de la crisis capitalista mundial

8- Girado Gustavo A, China y las cadenas globales de valor

El auge de las CGV se considera una de las características más importantes de la acelerada
globalización económica de las últimas décadas. se trata de la manera en cómo se hace gran
parte de los bienes que se producen en el planeta y cómo se prestan los servicios.

Una CGV comprende una serie de tareas necesarias para la entrega de un producto desde su
creación a los consumidores finales. Hay partes del proceso productivo que se realizan en
distintos países y a veces por distintas empresas.

Es decir, puede ser realizado por empresas que pertenecen a un mismo grupo económico (una
multinacional, que pueden ser diferentes filiales o sucursales), que tiene el control total o
parcial sobre el capital de cada una, en cuyo caso se trataría de transacciones entre ellas,
dando a lugar al comercio intrafirma.

O también, las actividades pueden ser realizadas por diferentes empresas de distintos dueños
y hay una decisión tomada fundamentalmente por alguien o algunos –que en el proceso
fungen como unos agentes económicos, privados o estatales– para producir un bien o brindar
un servicio de una manera determinada.

Las actividades globales de dichas CGV ya representan aproximadamente el 80 % del


comercio mundial. La proliferación de estas CGV ha transformado gran parte del comercio
de mercancías en comercio de actividades o de tareas.

Las CGV y su estudio resultan útiles para conocer el grado en el cual las exportaciones al
mundo de una economía son dependientes de una determinada cantidad de insumos
provenientes de terceras economías o, lo que es lo mismo, para conocer el grado de
dependencia que tienen sus exportaciones de las importaciones que deba realizar para tales
fines.
También, los estudios de las CGV pueden ser útiles para poder analizar de qué manera las
economías en vías de desarrollo se integran y/o podrían integrarse en dichas cadenas
globales.

El llamado proceso de globalización habría contribuido a reducir los costos de transacción.


Asimismo, el papel jugado por las políticas de liberalización comercial y de desregulación en
general también fue considerable, porque impulsó a gran parte de las economías del mundo a
integrarse de alguna manera; en suma, la razón principal de por qué las firmas pueden
fragmentar su producción es que los costos de comercio han disminuido de manera
significativa.

Esto significa que las estadísticas de producción industrial y el comercio frecuentemente


pueden ofrecer una visión parcial (o incluso engañosa) acerca de dónde realmente se crea y
captura el valor en la economía global.

La participación en las CGV manufactureras permitiría que las empresas capturen algunas de
las ganancias asociadas con el bien manufacturado en la cadena sin tener que dominar todas y
cada una de sus etapas de producción.

En teoría, la fragmentación y la especialización vertical están permitiendo a las naciones


participar en los mercados mundiales en la medida en que eliminan la necesidad de dominar
todos los aspectos que intervienen en la producción de un bien final.

El tema de las CGV es importante, y más lo es para las economías en vías de desarrollo.
quienes se insertan son empresas, básicamente, y ellas tienen dueños, que no necesariamente
son guiados por los mismos intereses que tienen aquellos que toman decisiones en las
economías mencionadas.

Al identificarse las entidades económicas (empresas) y separarlas de su origen geográfico o


“pertenencia”, se puede analizar mejor el hecho de que hay grandes firmas que son las líderes
y quienes en definitiva deciden sobre los ciclos de los productos.

Durante las últimas dos décadas el aumento de la fragmentación de la producción mundial


que estamos presentando ha permitido a las empresas que dependan menos de los insumos
nacionales para la producción, evento que tiene enormes implicancias políticas.
Los resultados de la eventual participación en las CGV no son los mismos para todas las
economías, y todo parece depender del lugar que ocupa la economía que tiene en su territorio
esa parte, porción, de la producción o del proceso productivo.

Diferenciar la propiedad del capital. Tomar a la economía- nación como un agente económico
que exporta e importa es, por lo menos, un error. Son las empresas que trabajan dentro de
ellas las que realizan las actividades económicas, que a su vez tienen dueños, los que pueden
estar dentro o fuera del país en cuestión.

Centrándonos en el Sudeste asiático, particularmente en China, es importante entender que el


costo de la mano de obra y las condiciones de producción ultraflexibilizadas permiten el
crecimiento de las producciones en China. Su dinámica y crecimiento se entiende por el lugar
estratégico que ocupan en las CGV. China es uno de los países que más involucrado está en
ellas, crecen gracias a que las empresas de distintas partes del mundo tercerizan sus
producciones en China. De esta manera es que ha ido ascendiendo en las CGV hasta
transformarse en un eslabón estratégico.

9- Tavilla, Pablo, Centro y Periferia. El debate latinoamericano sobre


desarrollo. Estructuralismo de CEPAL y teoría de la dependencia

Idea de estructura productiva periférica: la existencia de formaciones con insuficiencias y


carencias en cuanto a contar con un sistema industrial integral y desarrollado, con relativa
ausencia de actividades productivas complejas tecnológicamente, problemas crónicos de
financiamiento en moneda internacional e incapacidad de abastecer a un mercado doméstico
de cierta relevancia. Poseen una inserción subordinada en la división internacional del
trabajo, el sistema financiero y en el orden político mundial.

El sistema industrial es el soporte material que ha permitido al capital orientar el desarrollo


de las fuerzas productivas mediante el proceso de reproducción ampliada (acumulación) en
los países que han logrado mayor nivel de desarrollo y de bienestar material.

El momento decisivo en materia de desarrollo de las fuerzas productivas, un verdadero punto


de inflexión o "parte aguas" histórico, fue la conocida como “revolución industrial”.

Burachik, G. (2016) define:

Los países desarrollados son los que se industrializaron durante el siglo XIX; tienen elevada
productividad laboral e ingresos per cápita, lideran el proceso de cambio tecnológico y por lo
tanto acaparan la mayor parte del comercio internacional de productos industriales complejos.
Constituyen el núcleo de la acumulación de capital a escala global y son por lo tanto la
principal fuente (actualmente, también el principal destino) de inversión y crédito
internacional. Esta supremacía económica les confiere también capacidad de dominación
política y militar (y viceversa).

Los países periféricos son aquellos que experimentaron una industrialización parcial,
distorsionada y tardía y en los que la acumulación depende de la tecnología, el capital y los
mercados de los países desarrollados. La dominación social de la burguesía en las sociedades
periféricas refleja el carácter dependiente que allí adquiere el capitalismo; el empresariado
local comparte la apropiación del producto del trabajo local con el capital extranjero.

Se puede hablar de un verdadero “sistema centro-periferia” en el momento en que se dan


complementariedades e interdependencias: cuando crece el comercio mundial y se configura
una especialización de países periféricos en la provisión de ciertos bienes básicos, es decir,
que forman parte en los procesos de fabricación de otros bienes y son "necesarios" (insumos,
materias primas), incluyendo alimentos o "wage goods" integrantes de la canasta de consumo
de la fuerza laboral empleada en la industria (p.e. exportación de carne argentina) .

Martínez Peinado y Vidal Villa (1995) definen:

El Centro (modelo de acumulación autocentrado)

Autónomo: su desarrollo capitalista ha sido autónomo, desde su origen como Estado nación,
es decir, se trata de países que tuvieron un desarrollo propio, endógenamente impulsado, y no
por imposición exterior. Una estructura económica configurada en torno a las clases sociales
típicas del capitalismo (burguesía y proletariado). Son países de Europa Occidental, EEUU,
Canadá, Japón, Australia y Nueva Zelanda.

Articulación sectorial: Formación de un mercado interior que expresa la articulación sectorial


de los sectores productivos, que resulta en un tejido industrial en que la matriz input-output
de relaciones industriales aparece “llena”. El progreso tecnológico se difunde alcanzando a
todas las actividades productivas (homogeneidad de productividades). Esa fuerte articulación
entre sectores productivos permite un alto grado de diversificación productiva.

Expansión exterior: desde el centro se articula la dinámica del sistema capitalista mundial, a
partir de las fuerzas que empujan a estas formaciones centrales a la expansión exterior.

Desarrollo socioeconómico: esta dinámica del capitalismo autocentrado ha llevado al


desarrollo: progreso (industrialización y tercerización moderna), alto nivel de vida
(disponibilidad de bienes de consumo y servicios personales y públicos) y regulación estatal
interna controlada (y estados de bienestar).

La periferia (modelo extravertido)


Modelo periférico de acumulación: Capitalismo inducido, extraversión, especialización,
desarticulación y dependencia.

Inducido: el desarrollo capitalista tuvo un origen externo violento, impuesto, no espontáneo


ni fruto del propio desarrollo histórico. No hubo actores sociales (burguesía) que implantaran
el capitalismo, sino, en el mejor de los casos, actores asociados a los intereses extranjeros que
implantaron el capitalismo.

Especialización: a partir de la expansión del capital desde los países centrales en busca de
materias primas minerales, explotación agrícola-ganadera, etc., crearon colonias y
destruyeron bases económicas anteriores no capitalistas generando estructuras productivas
especializadas: regímenes exportadores en base a sistemas de plantación de café, azúcar,
caco, caucho, cereales, etc. y exportadoras de minerales como cobre, plomo, cinc, estaño,
plata, oro, fosfatos y petróleo, etc.

Extraversión: sus principales sectores productivos están orientados hacia los


mercadosexteriores, mayoritariamente al mercado de productos primarios o con baja
elaboración (manufacturas de origen agrícola ganadero o minero). En varios casos en
situaciones de monocultivo o próximas a ellas, con estructuras productivas simplificadas o
poco complejas, los países periféricos son incapaces de autoabastecerse de productos y son,
en consecuencia, muy dependientes de importaciones.

Desarticulación sectorial: reflejo de la especialización y extraversión, hay ausencia o escasez


de producción en numerosos sectores productivos. Diversos tipos de desarticulaciones: entre
sector I y II (medios de producción y de consumo), entre agricultura e industria, dentro de la
industria entre proveedores de materias primas e insumos y sectores de producción final.
También desarticulación territorial. Heterogeneidad en los mercados de trabajo (sector
informal y formal, etc.).

Desintegración: efecto de la anterior, es decir, escasa complementariedad de las actividades


productivas nacionales. Con actividades económicas que no dependen de su propio mercado
interno sino del internacional. Con sectores “modernos” eficientes que son más bien una parte
o apéndice de la economía mundial en el territorio nacional periférico. Un ejemplo actual es
el caso de una industria automotriz, en países periféricos más avanzados como Argentina, con
pocos eslabonamientos hacia adelante (rutas, servicios mecánicos, etc.) y, sobre todo hacia
atrás (plástico, neumáticos, autopartes, etc.), armadurías.

Dependencia: debilidad en cuanto al control nacional de los motores del desarrollo, débil
poder de decisión autónoma. Concepto que se desarrolla más adelante.

El debate latinoamericano sobre desarrollo

A partir de la posguerra, años 1950 y 1960, se da un interesante debate en términos de


“problemáticas de desarrollo” atento al contexto económico mundial marcado por:
- La necesidad de reconstrucción de países que habían entrado en guerra (Europa, Japón)
- Los desafíos del proceso histórico de descolonización en Asia y Africa
- La visualización como “atraso” y la necesidad de “modernización” en América Latina
- Para los países del “mundo capitalista occidental”, el peligro que representaba el ejemplo
competitivo de la URSS (Guerra Fría) para “Occidente” del capitalismo desarrollado.

El enfoque sobre la problemática propia latinoamericana lo encararon dos corrientes


“regionales” que apuntaron a la “no convergencia” o “catch up” en cuanto a alcanzar niveles
de desarrollo semejantes al grupo minoritario de países centrales, desarrollados o
industrializados (Europa, EEUU y Japón):

El estructuralismo de CEPAL

CEPAL: Comisión Económica para América Latina de la Organización de las Naciones


Unidas (ONU)

⦁El foco está puesto en la configuración de las estructuras económicas a partir de la lógica
histórica específica derivada de la expansión del capitalismo y, en particular, del rol de los
países periféricos en el comercio internacional.
⦁Propone tomar al desarrollo como cambio estructural, es decir, diversificar y complejizar la
estructura productiva mediante la industrialización. A partir de una acción consciente del
Estado (planificación económica), instrumentando políticas específicas de desarrollo
industrial que tiendan a remover esos obstáculos estructurales, en especial, los “puntos
críticos” derivados de la falta de integración de su aparato productivo.

El punto de partida específico de la corriente estructuralista latinoamericana, sus análisis en


términos de Centro y Periferia y de heterogeneidad estructural se asocia a las primeras obras
del economista argentino Raúl Prebisch, que presenta esa clásica división del sistema
económico mundial a partir de lo que llamaba: “la difusión desigual del progreso técnico y de
sus frutos en el mundo”.

El crecimiento de la periferia se encontraba limitado por:

-la tendencia a la caída de los términos del intercambio (relaciones de precios expo-impo)
para los países exportadores de materias primas, que expresaba y reproducía una distribución
desigual de los frutos del progreso técnico (repartos de productividad obtenida) entre países
centrales y periféricos y al interior de estos últimos 3 Commodities remite a la idea de bienes
sin diferenciación, sometidos a las reglas más duras de la competencia, por precio y no “por
calidad” (p.e. exportaciones a granel, sin diferenciación o marca registrada).
-La tendencia a la consolidación de la heterogeneidad de la estructura productiva debido al
carácter asimétrico de la difusión del progreso técnico entre centro y periferia.
-El problema de las elasticidades ingreso de las importaciones y exportaciones. Altas las
primeras, bajas las segundas.
La tesis “Prebisch-Singer” del deterioro de los términos de intercambio

-Contrapuesta a la teoría de las ventajas comparativas, evidencia la falacia de la idea de que


el progreso técnico del mundo industrializado tiende a propagarse y repartirse igualando
capacidades productivas y estándares de desarrollo en los diferentes sitios del mundo.
-Sostiene que existe la tendencia, a largo plazo, a la caída de los términos o relaciones del
intercambio para los países productores y exportadores de productos primarios (o
commodities). Una evoluciòn desfavorable en los ingresos reales medios entre el centro y la
periferia.
En consecuencia, la dicotomía centro–periferia sería un rasgo estructural del sistema de
comercio mundial que tendía a reproducirse indefinidamente con la desigual propagación del
progreso técnico y de sus frutos.

En línea con esta visión, Arthur Lewis destacaba que detrás de la tesis Prebisc Singer están
las características de los países periféricos, es decir, NO es un problema del tipo de bien en
que se especializan sino de cuestiones que hacen a la estructura económica y social, sobre
todo esta última.

En Prebisch jugaba el conocido como “pesimismo de las elasticidades” (Amico 2011): la


Elasticidad ingreso de las importaciones era alta y mayor que la Elasticidad ingreso de las
exportaciones, esto ponía un límite al crecimiento económico por la “insuficiencia estructural
de divisas” o “cuello de botella externo” (Restricción Externa), al crecer mucho más rápido
las importaciones que la “capacidad para importar”.

La propuesta era industrializarse para diversificar el aparato productivo y exportar bienes


industriales que contaran con elasticidades ingreso de la demanda mayor

¿Qué es lo que explicaba para Prebisch y para la CEPAL la tendencia al deterioro de los
términos de intercambio (TI) de los países productores de bienes primarios?

La descripción de la ampliación de la brecha entre Centro y Periferia se basaba en constar


que:

•El progreso técnico es mucho más acelerado en el Centro y posibilita mayores incrementos
de productividad laboral.
• Los frutos derivados de ese progreso técnico se concentran en los centros industriales.
•El progreso técnico sólo penetra en los sectores modernos exportadores de la Periferia
(heterogeneidad) y no en otros sectores, como sí sucede, en cambio, en las economías del
Centro con mayor homogeneidad sectorial.

La Teoría de la Dependencia
Implica otro marco de interpretación crítica acerca de la realidad de América Latina desde la
década de 1960, animando un rico debate que incluyó también la década siguiente en torno a
la interpretación del capitalismo periférico latinoamericano, criticando el evolucionismo
modernizador de Rostow, ciertas interpretaciones marxistas "mecanicistas", al “primo
hermano” estructuralismo de CEPAL y, por supuesto, al liberalismo.

Según los dependentistas, en pocas palabras, somos una modalidad de capitalismo deformado
creada a partir de la evolución de la economía mundial capitalista, la división internacional
del trabajo y las relaciones de poder.

Se trata de relaciones imperialistas o de hegemonía mundial condicionantes, vistas desde la


Periferia, en la que se pone también el foco sobre las instituciones reproductoras de la
dependencia y en los actores locales (socios del sistema imperialista o hegemónico) que se
benefician con la situación dependiente (p.e. exportadores de materias primas y commodities
en general, actores transnacionales, rentistas financieros globalizados, actividades integradas
a cadenas globales de valor).

No se trata de un simplismo tipo “país periférico explotado por país central imperialista”,
sino de un sistema mundial jerárquico pero más complejo en cuanto al sistema de relaciones
de poder y dominación. Sistema de dominación, con sus implicancias en términos de
coerción y dominación cultural.

Desarrollo subdesarrollador:“dos caras del mismo proceso capitalista mundial”

La idea de estos análisis en términos de “periferia” y de “dependencia” es que el


subdesarrollo de países periféricos y el desarrollo de países centrales son los resultados de un
mismo y único proceso histórico de desarrollo del capitalismo: un sistema mundial que
producía y produce al mismo tiempo desarrollo y subdesarrollo. “Dos caras de la misma
moneda”.

La dependencia expresa una situación condicionante, de “desarrollo subdesarrollador” (A.


Gunder Frank), que configura asimismo un tipo de estructura económica interna especial: en
tanto los países dominantes se expanden y se pueden auto-impulsar, los países dependientes
sólo pueden crecer como mero reflejo de las decisiones de los otros (“centros cíclicos”
dominantes que impulsan demanda mundial de materias primas y manejan políticas
monetarias y financieras). Una situación de retraso que estaría ligada a una extracción de
recursos desde la periferia (intercambio desigual, desventajosas condiciones de acceso a
capitales financieros, monedas periféricas sin aceptación como medios de pago internacional,
etc.).

No es que los países periféricos y dependientes sean subdesarrollados o “atrasados” porque


no hayan participado del proceso capitalista que fue desplegando la acumulación de capital a
nivel planetario desde el siglo XVI, sino todo lo contrario: porque participó en una forma
subordinada es la otra cara de la misma expansión de los países centrales integrantes del
orden interestatal jerárquico.

En contraposiciòn, desde el centro, nos encontramos con el “desarrollismo culturalista”,


“neo-weberiano” o “de la modernización”, de W.W. Rostow.

⦁Razona en clave de las ideas de “atraso y modernización”. La idea de que existe un único
modelo capitalista de etapas a cumplir que, finalmente, conduciría a la convergencia o
nivelación de todas las naciones en cuanto a niveles de desarrollo y estándares tecnológicos y
de niveles de productividad y de vida.
⦁Optimismo en una dinámica de crecimiento más bien asociada a cierta libertad para el
funcionamiento de los mecanismos de mercado y para la conducción privada del proceso
evolutivo.
⦁Se apoyaba en el éxito de la difusión de ciertos valores modernos. Que se adquirieran estos
valores de modernidad era la clave para lograr luego el “take off” o despegue: las
transformaciones económicas que llevaban hacia el estadio desarrollado referenciado en su
máxima expresión en las características de EEUU.
⦁El subdesarrollo no constituye más que una fase o etapa evolutiva anterior respecto del
desarrollo pleno. Es decir, este último implicaría una situación accesible para todos los países
que lograran crear las condiciones adecuadas para el Take off, o “despegue”.

SÌNTESIS DE LOS 3: mientras en esta última visión rostowiana las diferencias entre
economías nacionales eran un problema de “falta de capitalismo”, de necesidad de una mayor
integración con este; en los primeros (CEPAL, Dependencia) se trataba de capitalismos
periféricos que eran la otra cara del capitalismo central. Se trata mas bien de una expresión de
ese mismo desarrollo capitalista mundial que generaba a la vez desarrollo en el Centro y
Subdesarrollo en la Periferia.

Bloqueo estructural del desarrollo periférico

En primer lugar debemos mencionar que cuando hablamos de un país dependiente estamos
considerando una economía que se ve imposibilitada de actuar según lo que serían sus
propios intereses y objetivos políticos de desarrollo.

La dependencia se da y se reproduce en el mismo ámbito interno del país dependiente, es


decir, en la articulación de intereses de actores internos (nacionales) que se benefician de la
relación de dependencia aún cuando estén también en relación subordinada respecto de los
actores hegemónicos.

En este sentido, la conocida como “restricción externa” no es más que la expresión de los
vínculos de dependencia de los países que no logran el desarrollo de un sistema industrial con
mayores grados de integración y autonomía decisoria.
DESCARGO--> No se han fortalecido centros nacionales de decisión y transformación de los
Estados ni transformaciones agrarias o de la propiedad y gestión de recursos naturales en
profundidad ni se fijaron barreras efectivas a la penetración extranjera (aranceles a
importaciones, regulación de inversione extranjeras, regulaciones al capital financiero).
Tampoco se controlan procesos de desarrollo científico y tecnológico propios ni se garantiza
cierto margen para la asignación de divisas con prioridades vinculadas a objetivos nacionales
de desarrollo.

“Adultos y no niños”

"Un niño se parece a un enano, pero no es un enano. Un enano se parece a un niño pero no es
un niño.” Eduardo Galeano.

La metáfora sintetiza la teoría de la dependencia: los países capitalistas periféricos y


dependientes son ya adultos, con sus bloqueos específicos, y no niños con potencialidades. El
subdesarrollo es una forma específica de capitalismo y no una fase o etapa, como en Rostow.

No se trata de economías “infantiles” que evolucionarán, crecerán y les irá bien convergiendo
con niveles de desarrollo de países centrales gracias a las reglas de juego del capitalismo, es
decir, con análisis del tipo de W.W. Rostow o las versiones más actuales celebratorias de las
posibilidades que daría la globalización.

Finalmente, y a modo de síntesis, nos quedamos con la idea de existencia de dependencia


financiera como gran condicionante de todo proyecto nacional autónomo, en el sentido que le
da Vernengo (2004): la capacidad de endeudarse en la propia moneda y así estimular el
desarrollo de las fuerzas productivas o de contar con suficiente financiamiento en la moneda
aceptada internacionalmente (país valorado geopolíticamente, subpotencia, etc.).

10- Tavilla, Pablo, Sistema mundial, capitalismo y poder internacional

Aquí se elige como opción teórica la necesidad de entender a la Argentina como parte
integrante de un sistema capitalista y un orden interestatal mundiales. Un marco económico y
político desplegado a nivel mundial, que integramos como parte de su “periferia” a partir de
la segunda mitad del siglo XIX. Y nos condiciona e incluso determina.

Como propósito conceptual de este ensayo, está el de tratar de no caer en el “ombliguismo” o


lo que puede llamarse “nacionalismo metodológico”: que los procesos económicos y
políticos se explican sólo por lo que sucede al interior de las sociedades nacionales. Esto
recorta la mirada y nos priva de una dimensión clave, como es la internacional o los “factores
externos”, para entender cuestiones decisivas que hacen a los problemas estructurales de
cualquier economía nacional en los planos social, económico y político (formación de estados
y actores hegemónicos, orden nacional territorial, dependencia tecnológica y monetaria) y a
sus posibilidades de desarrollo capitalista.
Visto desde Argentina, está aquello que se puede llamar “restricción política” al crecimiento
y a la acumulación de capital de las economías capitalistas periféricas, además de la conocida
como Restricción Externa “económica” (financiera y tecnológica), más propia del campo de
la Economía, si bien imbricadas. Remite a la necesidad de contar con moneda aceptada
internacionalmente a partir de las relaciones comerciales y financieras registradas en la
Balanza de Pagos de cada país.

Esta limitante o restricción “política”, a su vez, remite a la consideración de dos dimensiones


relevantes:

➔ una interna o nacional, referida principalmente al conflicto de clases y político o


“kaleckiana” (conflicto capital-trabajo) pero también a la necesidad de ciertas
condiciones políticas internas para el desarrollo: posibilidad de coaliciones
“desarrollistas”, bloqueos desde intereses ligados a actividades tradicionales de
explotación de recursos naturales, etc.
➔ otra “externa” o de geopolítica internacional, que remite a los condicionantes
derivados del sistema capitalista interestatal y a sus jerarquías de poder (relaciones de
dependencia). Sobre las oportunidades y la influencia decisiva del ámbito externo, es
decir, el sistema capitalista mundial interestatal (competencia entre países, conflictos,
intereses hegemónicos, etc.), pesan las asimetrías de poder y de desigualdad en el
desarrollo económico acumulado. Pueden identificarse tres aspectos decisivos en estas
diferencias claves: poder militar, control de la moneda y las finanzas internacionales,
control sobre las tecnologías y el progreso técnico

Matías Vernengo (2021) sitúa como clave en los que llama "Estados Desarrollistas"
exitosos, como EEUU, Alemania, Francia e Inglaterra, a la capacidad de endeudarse sin
límites o, al menos, con laxitud. Lo cual implica decir que el desarrollo capitalista periférico
es posible o requiere: ya sea ser un Estado Hegemónico o bien “subpotencia” o cercano, o de
interés económico especial o geopolítico, o asociado al país hegemónico en cada momento
histórico. Fueron pocos los casos exitosos en materia de desarrollo desde la Periferia, “late
comers” o de “industrialización tardía”: Corea del Sur, China, Japón, Taiwán, Israel,
Australia y Nueva Zelanda. Hablamos de un “desarrollo por invitación”

Las explicaciones del Take Off (Despegue) de los países occidentales industrializados, para
estos enfoques se relaciona con la transferencia de recursos desde las colonias y países
periféricos bajo relaciones políticas (de poder) y económicas desiguales: provisión de
materias primas baratas, endeudamiento, tratados asimétricos, apoyos condicionados por
interés geopolítico (disputa entre potencias), etc.

“Restricción externa” o problema estructural de tendencia a la escasez de divisas


(moneda internacional):
Nos quedamos en una definición más amplia del concepto de restricción externa: “cuando el
crecimiento de la economía y del empleo deben frenarse debido a la ausencia de
financiamiento internacional”.

“La dependencia tecnológica (incapacidad para generar autónomamente innovaciones


tecnológicas) aunque importante, es subsidiaria, en tanto la dependencia financiera
(incapacidades para endeudarse en su propia moderna) es central”. (Vernengo, M. 2004)

En Argentina, desde fines de los 70s, todas las operaciones registradas en distintos rubros de
la Balanza de Pagos pasaron a estar involucradas en el problema de “restricción externa”, es
decir, no sólo de la Cuenta Corriente sino también y especialmente la cuenta Capital y
Financiera.

La dependencia financiera de los países periféricos nos obliga a mantener la atención sobre
cuestiones que hacen a la economía y la geopolítica en el ámbito del sistema mundial, desde
el original maridaje entre Estado y Capitalismo hacia el siglo XVI, con el punto de inflexión
que implicó la revolución industrial desde el siglo XIX y su expansión “imperialista”, la
hegemonía británica y sus disputas (Francia), el surgimiento de un grupo privilegiado de
nuevos países capitalistas industriales o “estados desarrollistas” (EEUU, Japón, Alemania),
siempre en un escenario de competición económica y política que incluso desemboca en dos
terribles guerra mundiales “imperialistas”.

Entender los movimientos y cambios económicos y políticos mundiales, especialmente en el


nuevo orden estadounidense “militar y financiero” que se consolida a partir de las décadas de
1980 y 1990 resulta fundamental para entender las relaciones condicionantes de dependencia
política, financiera y monetaria y su expresiones tanto en la conocida como “Restricción
Externa” (estrangulamiento de divisas) como en lo que se puede llamar “Restricción Política”
para el desarrollo capitalista nacional.

Acumulación económica y de poder, economía y política

Se adopta aquí como marco inspirador principal (ordenador) a la perspectiva teórica del
cientista social brasileño José Luis Fiori (2004, 2009, 2018) sobre las características y la
historia de la constitución del sistema económico y político internacional, que llama “sistema
interestatal capitalista”, a partir de la integración de aspectos políticos y económicos (poder,
conquista, guerra, acumulación, hegemonía o sistemas imperiales, geopolítica, sistema
monetario, tecnología capacidades militares, etc.). Es decir, la relevancia de nociones de
“poder global” y de “Estados-economías nacionales”, además de “capitalismo” y su ley
rectora de acumulación de capital.

El sistema mundial surge cuando se encuentran el poder político y el mercado,


confluyen las dos lógicas de acumulación: de poder y de capital, remontándose a los
primeros estados-economías nacionales de los siglos XV y XVI Y si hablamos de poder,
hablamos también de sistema de dominación y su organización con Estado
centralizados, fenómeno originado en Europa.

GEOPOLÍTICA: las políticas que se dan las potencias estatales en materia de relaciones
internacionales, en función de sus estrategias e intereses respecto del sistema mundial
económico y de poder. Se refiere a las cambiantes condiciones creadas por un sistema
mundial a la vez capitalista e interestatal en que los estados compiten. Esta competencia y
lucha en el centro de la economía mundial impacta asimétricamente y define campos de
acción que pueden ser aprovechados por algunos pocos países periféricos.

José Luis Fiori (2009) se basa en el rol primordial que habría jugado el poder y las
guerras para dar cuenta del origen del sistema mundial moderno. Las conquistas y la
monopolización de nuevas posiciones de poder político y económico constituyen las fuerzas
impulsoras del nuevo sistema que fue formando las unidades territoriales expansivas que
forjaron el régimen de producción capitalista y lo expandieron por el planeta. Se trató de
Estados y economías, alianzas del poder y el capital, articuladas en bloques nacionales
europeos con ambiciones expansivas imperialistas.

De ahí que, en esta visión, la guerra y la preparación para la guerra tienden a transformarse en
actividades humanas históricas “crónicas” en tanto es el instrumento para la conquista y la
acumulación de poder o, al menos, para la preservación de lo logrado. Y de paso, el poderío
militar guarda una íntima relación con el desarrollo tecnológico y los estímulos a este.

Los enfoques en término de poder son fecundos también a la hora de dar cuenta de las
jerarquías monetarias, la existencia de monedas periféricas y centrales, tema clave a la hora
de dar cuenta de los problemas y condicionamientos estructurales de los países capitalistas
periféricos como Argentina con sus péndulos, ciclos stop and go y la centralidad de la
conocida como “restricción externa” (tendencia a la escasez estructural de divisas, es decir,
de monedas aceptadas internacionalmente como medios de pago y transacciones) o
fenómenos como los problemas de demanda de divisas para ahorro y fuga (FAE, formación
de activos externos).

CAPITALISMO: lógica de “la acumulación por la acumulación”. Y sólo triunfa cuando se


identifica con el Estado, cuando es el Estado (por lo del tema del poder político como
movilizador)

J.L. Fiori (2004) sostiene que la defensa del libre mercado o el libre comercio, es la retórica
de las potencias victoriosas, de las economías más fuertes. Interesante visión, compatible con
la idea de que usan “la escalera para ascender y después la patean” para que nadie más suba
(se desarrolle) en el juego de competencias y luchas internacionales.

El comercio fue decisivo para la extracción de recursos, vía intercambio desigual


especialmente. A gran escala durante la fase de capitalismo comercial liderados por los reinos
ibéricos mediante la imposición del monopolio comercial. Durante la hegemonía británica, el
libre comercio fue mucho más eficaz y eficiente que los corsarios y las invasiones directas.

A partir de los años 1970s más recientes, con el auge de las finanzas y la hegemonía
financiera, que se sumó al comercio, el endeudamiento se constituyó en un medio eficaz,
tanto a partir de los pagos de intereses y amortizaciones como del diseño de políticas. Una
relación colonial “sin rostro”

En línea con Fiori (2018), podríamos decir más bien que “Imperialismo” alude a una fuerza,
una característica y una dimensión que es ya constitutiva y “marca de origen” de todos los
Estados integrantes del sistema interestatal capitalista europeo desde sus orígenes asentados
en el siglo XVI. Un sistema en permanente movimiento de expansión territorial y económica,
competencia, luchas, guerras y acumulación de poder y riqueza.

Los teóricos de la “economía mundo capitalista” (World System Theory)

Nos referimos principalmente a Immanuel Wallerstein y a Giovanni Arrighi con sus


ambiciosos programas de investigación y sus esfuerzos y propuestas teóricas de integración
de factores económicos y políticos para dar cuenta de la configuración del “sistema
económico mundial capitalista”, si bien podemos encontrar un sesgo hacia el énfasis en los
factores principalmente económicos.

Fue Immanuel Wallerstein quien planteó que la expansión planetaria del capitalismo se inició
allá por inicios del siglo XVI, coincidiendo con la irrupción de lo que se conoce como Edad
Moderna, y constituye una referencia teórica importante en la materia.

El moderno sistema mundial es una entidad económica pero no política, a diferencia de los
imperios, los estados naciones y las ciudades estado. Contiene en su interior, definido por
relaciones económicas, a los emergentes estados nacionales y a las ciudades estado. Es una
“economía mundo” en ese sentido: la base de las vinculaciones entre las partes del sistema
son económicas, si bien se refuerza con relaciones culturales y arreglos políticos y es también
un sistema interestatal y de expansión del capital privado.

Aquí cobra relevancia también el tipo de bienes que se comercia para definir la
conformación de un sistema, con zonas periféricas y centrales. Nos referimos al comercio de
larga distancia: se puede hablar de “sistema mundo” cuando hay intercambio entre bienes
“esenciales” o “básicos” y bienes “de lujo” o “suntuarios” o “no esenciales”, es decir entre
estos y aquellos.

Podemos hablar apropiadamente de “sistema” recién cuando empieza a darse una división
internacional del trabajo entre un centro y una periferia. Esta última como proveedora de
bienes esenciales, es decir de materias primas (energía, insumos, etc.) y “wage goods”, que
participan en la elaboración de otros bienes más complejos, fabricados en áreas industriales
centrales en ascenso. Un “sistema”, vale recordar, remite a la idea de partes relacionadas de
cierta manera, una funcionalidad.

La “economía mundo capitalista”, cuando se puede hablar propiamente de “world


system”, es con el Centro industrial europeo consolidado en las innovaciones y
desarrollos de las últimas décadas del siglo XIX y con la Periferia especializada en la
exportación de materias primas y alimentos baratos para ese Centro, (p.e.Argentina).

El intercambio desigual, una práctica antigua, constituye un aspecto crucial de la motivación


misma de los sistemas de dominación, sean imperios o economías mundo. Se trata de la
transferencia de una parte de la ganancia o excedente producida por una zona y transferida a
otra.

Wallerstein reconoce como elementos claves del poder estatal en el desarrollo capitalista: la
jurisdicción estatal (delimitación de fronteras y su control); el derecho a legislar (normas que
rigen las relaciones de producción dentro del territorio); la capacidad impositiva (ingresos
estatales y su funcionalidad estructural en el apoyo a la acumulación de capital) y las fuerzas
armadas (en competencia mundial, fuerzas de seguridad en el orden territorial interno). Todo
ello en el proceso de lo que fue definiendo en última instancia el lugar en la jerarquía mundial
de poder efectivo: la capacidad de aumentar la acumulación de capital dentro de sus fronteras
y en relación con otros estados rivales.

Giovanni Arrighi da relevancia más explícita al concepto de hegemonía (coerción y


hegemonía o liderazgo con legitimación moral, política y cultural), en la tradición del teórico
político italiano Antonio Gramsci. Esto permite dar cuenta de la mayor complejidad del
sistema de dominación mundial.

A diferencia de un “imperio-mundo”, con una única estructura política global y una única
división del trabajo (como el romano, chino y turco), se propone como más adecuado el
concepto de Hegemonía para dar cuenta del rol de cada estado nacional en el marco
interestatal jerárquico moderno de la economía mundo, desde el siglo XVI y, en ese sentido,
coincidiendo con el enfoque de Fiori.

Identifica y destaca también la combinación de una lógica histórica de expansión territorial,


es decir, estrategias y políticas diplomáticas, económicas y militares desplegadas a partir del
interés de los estados nacionales; con una lógica capitalista, impulsada por el imperativo de la
acumulación sin fin.

Asimismo, este autor estudia el proceso histórico de expansión del capital en el largo plazo e
identifica regularidades: centros históricos y “ciclos sistémicos de acumulación” sucesivos.

TENDENCIAS RECIENTES:
➔ Primacía de EEUU en cuanto a poder militar, financiero, económico, tecnológico y
como poder global. Los pilares: “diplomacia de las armas” y “diplomacia del dólar”,
es decir, la política imperial de las armas y del capital financiero (M.C. Tavares, 1999)
➔ Un patrón dólar flexible, que da poder a la Reserva Federal americana que maneja la
tasa de interés internacional y así ostenta una decisiva capacidad para influir sobre los
flujos de capitales internacionales. Desde 1970, con fin de patrón “oro –dólar” se
libera EEUU de las restricciones para elegir políticas, propias del período de post
segunda guerra: cuando el viejo orden de Bretton Woods con finanzas reguladas o
reprimidas (“embridadas”, en Harvey, 2005). La revancha del rentista en la segunda
mitad de los 70s, contra la “eutanasia” postulada por Keynes. (Vernengo, 2004)
➔ Auge de las finanzas, consolidado en los últimos 20 años del siglo pasado
(liberalización financiera): un contexto de mercados financieros globales desregulados
y expandidos
➔ Carácter predominantemente financiero de la dependencia de los países periféricos
como Argentina. La falta de moneda internacional en general, y las crisis de las
deudas en moneda extranjera (dólar), en particular, explican y expresan el carácter de
la dependencia financiera de América Latina. Ya no es sólo una problemática de
“dependencia tecnológica”, tal como la consideraban algunos de los trabajos de
CEPAL y de otros estructuralistas argentinos .
➔ Emergencia de China como nueva potencia nacional, con su revolución industrial
vigente y su constitución como “fábrica del mundo” y nuevo “centro cíclico” en
materia de comercio internacional (efectos de “desacople”, crecimiento del comercio
“sur-sur”).
➔ Cambios en la estructura productiva mundial a partir de la redistribución de
capacidades productivas en la industria manufacturera hacia Asia oriental
(deslocalizaciones y relocalizaciones, desintegración vertical, externalización).
➔ Concepto de CGV, Cadenas Globales de Valor, un fenómeno asociado a los flujos de
capitales hacia el este asiático centralmente.
➔ Integración mundial en la conocida como globalización, al menos en las finanzas.

La geopolítica es uno de los aspectos olvidados del estructuralismo latino-americano, hay que
revalorizarlo y actualizarlo. El contexto actual de dependencia financiera a partir de las
políticas de desregulación implementadas en América Latina constituye un factor clave de
limitación para el desarrollo, habiendo jugado los gobiernos de EEUU un papel determinante
en íntima relación con sus definiciones de intereses geopolíticos funcionales a su estrategia
de reproducción hegemónica. La que puede llamarse “diplomacia del dólar” tiene sus efectos
en materia de contexto de “dependencia financiera” que constituye el obstáculo principal para
el desarrollo periférico.

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