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PODA

La poda se define como la remoción de brotes, sarmientos, hojas y otras partes vegetativas vivas de la planta.
No incluye la remoción de inflorescencias o racimos. La poda se puede hacer en cualquier momento durante
el ciclo vegetativo o el periodo de reposo. La poda durante el ciclo vegetativo (poda en verde) puede usarse
como una técnica de manejo de canopia.

La poda tradicional manual es una de las más importantes operaciones culturales que se ejecutan en el viñedo
y, después de la cosecha, es la más cara y que más jornales consume. La poda tiene implicaciones
importantes para la función de la planta ya que influye en:

− la forma y el tamaño de la planta


− el balance entre la expresión vegetativa y productiva de la planta
− la cantidad y calidad de la producción.

Los objetivos de la poda pueden definirse como:

− Establecer y mantener a la planta en forma tal que facilite el manejo del viñedo.
− Mantener la producción en una calidad deseada.
− Seleccionar yemas que produzcan brotes fructíferos.
− Regular el número de brotes y por ende el número y tamaño de los racimos.
− Regular el crecimiento vegetativo de la planta.

Estos objetivos se alcanzan al ajustar el número y la posición de las yemas durante la operación de la poda.

Al aumentar el número de yemas por planta (menor severidad de poda) se producirá un mayor número de
brotes y racimos, y se reducirá el vigor del brote. Esto puede conducir a problemas de imperfecta maduración
de la uva si la planta está sobrecargada. Al reducir el número de yemas por planta (mayor severidad de poda)
se producirá una excesiva reducción de cosecha con pocos brotes de excesivo vigor y ello se asocia con
problemas de sombreado de los racimos. Esto reduce la capacidad de la planta al disminuir el desarrollo del
área foliar.

Para obtener una planta balanceada con un vigor “óptimo” la riqueza de poda debería estar entre estos
extremos. Este vigor “óptimo” para muchas variedades está representado por brotes de alrededor de 1 m en
longitud y 7 mm en diámetro en el séptimo entrenudo. En este nivel de vigor, las plantas tienen un crecimiento
moderado de feminelas.

El vigor del brote también está influenciado por factores del manejo, además de la riqueza de poda, que
influyen en la capacidad de la planta, por ejemplo el riego y la aplicación de fertilizantes.

Posición de las yemas

La selección de yemas implica reconocer las diferencias cualitativas entre las yemas y la importancia de la
posición del brote y la yema en la canopia. Esto puede ser muy importante en climas fríos y depende también
de las variedades.

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La fertilidad diferencial de las yemas a lo largo del sarmiento es una restricción en la elección del método de
poda. La poda a cargadores, o poda larga, es un requerimiento con variedades tales como la Sultanina que
tienen baja fertilidad de las yemas basales. La yema, y por ende la posición del brote en la canopia, debe
tener suficiente irradiación para la iniciación del primordio de inflorescencias, eficiente fotosíntesis foliar y
subsecuente desarrollo del fruto.

La distribución del brote determina el microclima y por lo tanto afecta la incidencia de enfermedades, la
temperatura e hidratación de las bayas, y la composición del fruto. En la siguiente gráfica se puede observar la
variación de la fertilidad, expresada en número de racimos por nudo, en cuatro viñedos conducidos en
espalderos altos a lo largo del sarmiento.

Variación de la fertilidad de yemas latentes según rango y variedad (Rodríguez, 2000)

El análisis muestra que existe un comportamiento similar en la variación de la fertilidad, aunque con algunas
particularidades varietales. Todas presentan una disminución de la fertilidad en la yema número 2, para luego
aumentar la misma en la parte media del sarmiento. Las variedades presentan una variación en dos grupos de
similar comportamiento. Malbec y Merlot alcanzan la mayor fertilidad en la yema 3, mientras que Cabernet y
Syrah en las yemas de la parte media del sarmiento. La fertilidad decae hacia el extremo en todas las
variedades.

Principios de la poda

Ciertos principios de la poda de la vid han sido delineados por Winkler y pueden ser sintetizados como sigue:

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Las plantas tienen una capacidad fija

Una planta en cualquier ciclo vegetativo puede madurar solamente una cierta cantidad de uva y soportar sólo
un cierto número de brotes. Esto depende de la capacidad de la planta. En efecto, la capacidad de la planta
varía con la variedad, el clima, el suelo y las prácticas de manejo del viñedo. Una poda apropiada permitirá la
expresión del potencial productivo intrínseco según la capacidad de la planta.

La capacidad solamente se puede modificar en varios ciclos vegetativos. Para aumentarla se deben
proporcionar a las plantas los nutrientes necesarios, irrigarlos convenientemente y evitar las producciones
elevadas.

En climas templados fríos la capacidad puede comprometer no solamente la producción del viñedo sino la
calidad de la cosecha.

La poda tiende a deprimir el crecimiento

La eliminación de yemas (brotes) remueve carbohidratos que potencialmente pueden ser utilizados para
aumentar la capacidad. La poda severa restringe el número de brotes y hojas y restringe la producción de la
máxima área foliar, limitando la capacidad fotosintética del inicio del ciclo vegetativo. La poda liviana resulta en
muchos brotes y un área foliar máxima. La poda severa aumenta el vigor pero reduce la capacidad. La
capacidad varía directamente con el número de brotes y el total del área foliar. La mayor superficie de hojas
fotosintéticamente activas aumenta la cantidad de carbohidratos que son asimilables por las reservas y para el
crecimiento. Una planta con más brotes (que ha sido podada con menor severidad) producirá más frutos, tanto
como aumenta el área foliar total. La producción se reduce con una poda severa, debido a la menor cantidad
de brotes producidos, a pesar de su vigor.

Un ejemplo de cómo influye la intensidad de la poda se observa en la producción de uva en fresco, en el cual
se realizan podas livianas, pero se complementa con un raleo importantes de los racimos. El resultado es un
incremento de la traslocación de los fotoasimilados favoreciendo el crecimiento y el aumento de hidratos de
carbono de los sumideros de la planta: bayas, sarmientos, estructuras permanentes de la planta y raíces. En
general la planta toma mayor porte.

La producción deprime la capacidad de la planta

Una alta carga productiva deprime el vigor, ya que reduce las reservas. Un cambio a una poda más ligera
conduce a un fuerte aumento en la producción en ese año y a una disminución en el año siguiente.

El efecto que tiene la producción sobre la capacidad es similar al efecto depresivo de la poda o eliminación de
futuros brotes. Un ejemplo claro se da en viñedos jóvenes en formación, que tienen óptimos factores de
crecimiento (agua, nutrientes, luz y temperatura), que al no tener producción toman un vigor importante.

Es por ello que la productividad de un viñedo es una herramienta valiosa para lograr el balance de la planta.

La fertilidad varía con el vigor del brote

Las condiciones que conducen a vigores extremos, tanto muy bajo como muy alto, no favorecen la fertilidad.
Entonces para asegurar un buen nivel de fertilidad es deseable un vigor intermedio. A medida que aumenta el
tamaño del brote aumenta el número de inflorescencias hasta un máximo a partir de la cual comienza a
disminuir.

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En este caso podemos dar como ejemplo al de los chupones sin competencia que nacen del tronco o brazos
de la planta. Se trata de brotes muy vigorosos que en algunos casos alcanzan varios metros de longitud, los
entrenudos son largos, la sección es aplastada (acintadas), los nudos poco prominentes y las yemas
pequeñas y triangulares. La fertilidad de estas yemas es muy limitada. En algunos casos verdaderos
sarmientos se comportan como chupones.

El vigor varía inversamente con el número de brotes y la carga de la producción

Una alta carga reduce el vigor individual de la planta, debido a un alto número de puntos de crecimiento. Una
poda severa producirá pocos brotes de alto vigor. Por el contrario la no poda resulta en muchos brotes de
poco vigor.

Es decir que podemos hablar de dos tipos de vigor: el vigor individual de cada órgano dado por la velocidad de
crecimiento del mismo; y el vigor de la planta entera, dada por la sumatoria del crecimiento de los órganos
formados en el ciclo vegetativo actual.

La capacidad de la planta es proporcional al crecimiento potencial total

Plantas grandes tienen un mayor potencial de crecimiento que las plantas pequeñas y pueden entonces
soportar un mayor número de yemas (mayor riqueza de poda). Este principio reitera la importancia de la
capacidad de la planta para determinar la riqueza de poda.

Las plantas pueden autorregularse

Una poda severa resultará en una alta proporción de brotes no deseados. Las plantas sometidas a podas
poco severas no producirán brotes en todas las yemas francas. Al reducir la severidad de la poda se
aumentará la producción en el primer año pero luego el nivel productivo se estabilizará. La planta regula la
producción al reducir el número de brotes por nudo, la proporción de brotes que desarrollan plenamente, y el
peso del racimo (pocas bayas por racimo y menor peso de la baya). Este principio ha sido demostrado con
poda mecánica, poda mínima y la no poda.

Este principio es medular para comprender el efecto no solamente de la poda, sino de diversas labores
culturales. Su interpretación se complementará con los componentes del rendimiento. Por otra parte la
autorregulación no es ilimitada.

La dirección del crecimiento influye en el tipo de crecimiento

El posicionado de los brotes hacia abajo tiende a disminuir el vigor. Por el contrario cuando se posicionan
hacia arriba lo estimulan. Este principio es utilizado como fundamento de algunos sistemas de conducción,
especialmente de canopia dividida para equilibrar la planta.

Épocas de la poda

La poda invernal normalmente se realiza después de la caída de las hojas y antes de la brotación, cuando no
hay transferencias apreciables de carbohidratos desde el sarmiento a las raíces. El floema está inactivo
durante el reposo y los vasos cribosos se cubren con callosa; la poda en este estado no tiene efectos sobre el

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almacenamiento de carbohidratos. Antes de la senescencia de las hojas, los carbohidratos son translocados a
las partes leñosas de la planta y la poda en este momento disminuye este importante proceso.

La poda tardía, poco antes de la brotación o cuando las yemas recién han brotado, puede retrasar la brotación
durante varios días o aún semanas. Esta estrategia puede usarse como control indirecto de los daños por
heladas y otras condiciones climáticas adversas en fases fenológicas críticas, como en floración. Si la
producción se aumenta es generalmente debido al incremento del cuaje. En regiones con inviernos suaves la
poda tardía puede aumentar significativamente la producción.

Componentes de la producción

El estado natural de la vid es sin poda. Como tal tiene un mecanismo inherente de autorregulación que
dictamina el balance entre el crecimiento vegetativo y la parte productiva, con una cierta producción. En el
rango de la riqueza de poda que se usa comúnmente en una poda manual, la producción se aumenta con un
mayor número de nudos; sin embargo eventualmente se llega a un punto por encima del cual nuevos
aumentos en la riqueza de poda no producen aumentos en la producción debido al efecto de compensación
de otros componentes de la producción. El primer componente, número de plantas por hectárea, o densidad,
está definido en la plantación. El número de racimos por brote (fertilidad) y el peso del racimo están
potencialmente determinados en la estación previa. El número de nudos por planta y los brotes por nudo están
determinados por la riqueza de poda y subsecuentemente por la brotación respectiva. El resto de los
componentes se determinan posteriormente, como el número real de racimos por brote, bayas por racimo y
peso de la baya.

Componentes de la producción y el periodo que lo determina

Componentes de la producción Determinado en:


Nº de plantas por hectárea Plantación
Nº de metros de canopia / ha Sistema de Conducción y connstrucción
Nº de racimos / brote Iniciación de inflorescencias en el ciclo anterior
Peso del raquis Carga en el año anterior
Nº de nudos / planta Invierno anterior al ciclo
Nº de flores / racimo Antes de la brotación
Nº de brotes / nudo Brotacion
Nº de bayas / racimo Momento de la cuaja
Peso de la baya Crecimiento de la baya

Compensación de los componentes de la producción

Cuando se cambia uno de los componentes de la producción los demás también cambian. Por ejemplo, si se
dejan más nudos en la poda, la producción no se incrementará proporcionalmente debido a que uno o más de
los componentes se reducirán, como la brotación, cuaje o tamaño de la baya. El componente que está bajo
control por el manejo todos los años es la riqueza de poda y el efecto sobre su variación ha sido investigado
minuciosamente.

El fenómeno de la compensación fue claramente ilustrado por un experimento de poda durante los ciclos
1973/77 sobre plantas de Syrah, que fueron podadas a 20, 40, 80 y 160 nudos. La producción aumentó hasta
los 80 nudos, luego no hubo un aumento significativo. El aumento es el resultado de un mayor número de
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brotes y por lo tanto mayor número de racimos. En riquezas de poda mayores hubo un más alto número de
brotes, pero relativamente pocos brotes crecían más de 5-15 cm, y podían no desarrollar racimos. Además,
riquezas de podas muy elevadas tenían un promedio de peso del brote que compensaba el incremento en el
número de brotes.

Componentes de la producción de vides de Syrah promedio de cinco años (Freeman et al. 1979)

Factores que afectan los componentes de la producción

Factores culturales y una secuencia fisiológica de eventos influyen en los componentes como:

Densidad de plantación
Esto determina el número de plantas por hectárea. La influencia de la densidad de plantación sobre otros
componentes está ligada al sitio y factores del sistema de conducción.

Diseño de conducción
La longitud de la canopia por hectárea se puede duplicar al dividir la canopia en dos como en el parronal en H,
Lira, Smart Dyson.

Iniciación de inflorescencias
Esto ocurre durante el ciclo anterior comenzando alrededor de la floración y determina potencialmente el
número de racimos por brote, peso del racimo y por ende la producción por nudo. En una canopia sombreada
disminuirá la fertilidad, y la producción, esto puede ser manejado por medio de la poda y técnicas de manejo
de la canopia.

Esto permite la determinación de la fertilidad de las yemas antes de la poda mediante cortes histológicos de
las mismas y observación con lupa. Esta fertilidad se denomina potencial, ya que existen procesos de
desdiferenciación y así una inflorescencia puede volverse en zarcillo.

Poda invernal
Determina el número de nudos dejados por planta. El número de brotes por planta está determinado
potencialmente por la riqueza de poda, pero se modifica con el porcentaje de brotación, que está en función
de la misma. Una poda severa produce un alto porcentaje de brotación.

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Brotación
El resultado de una poda severa en plantas con la capacidad de soportar más crecimiento provocará un
incremento del porcentaje de brotación (aún a más del 100 %). Esto es debido al crecimiento de brotes no
previstos y brotes múltiples en yemas francas. Inversamente, una poda muy ligera conducirá a un bajo
porcentaje de brotación.

También influye sobre la brotación el tipo de poda. La poda corta (pitones) suele presentar alto porcentaje de
brotación, mientras que la mixta o larga presentan valores menores de brotación. Esto influye en la
determinación de la arquitectura de la planta.

Floración
El número de flores por inflorescencia está determinado potencialmente poco antes de la brotación. Las flores
se terminan de formar dentro de la yema latente cuando se reinicia el crecimiento de la planta después del
reposo invernal.

Cuaja
La proporción de flores que desarrollan en bayas se regula mediante factores climáticos y endógenos. La
cuaja es mayor con menos racimos por planta. Un bajo porcentaje de cuaja es un importante mecanismo de
regulación de la producción de la planta que ha sido podada levemente. Habitualmente el porcentaje de cuaja
varía entre el 20 y el 30 %. Valores menores producen lo que se denomina corrimiento.

Desarrollo de la baya
Condiciones climáticas (tanto macro como microclimáticas), prácticas de manejo (irrigación, nutrición, riqueza
de poda, conducción) y características genéticas determinan el peso de la baya. Podas ligeras provocan una
baya más pequeña debido al aumento en el número de racimos.

Riqueza de poda

La riqueza de poda puede cuantificarse como el número de nudos dejados después de la poda. Este número
puede expresarse como nudos por planta, nudos por metro de hilera, nudos por metro de canopia o nudos por
unidad de superficie del viñedo. La clasificación de un sistema de poda como pobre o rica (en función de las
yemas francas dejadas) no es fácil ya que puede ser severa en términos de nudos por planta pero no serlo en
términos de nudos por hectárea. Es por ello que siempre es mejor la expresión por superficie.

− Muy Pobre, menos de 3 nudos por metro cuadrado: Esto es típico de viñedos de poca expansión
vegetativa, como las espalderas bajos o los sistemas de cabeza.

− Pobre, de 3 a 6 nudos por metro cuadrado: Representativo de viñedos de poco vigor, tanto en
espalderas con poda Guyot, como para cordones bilaterales.

− Media, de 6 a 9 nudos por metro cuadrado: Es típico de las espalderas altas de buen vigor y
expansión vegetativa y parronales con vigor medio.

− Rica, más de 9 nudos por metro cuadrado: Es la riqueza de poda de parronales de vinificar con alto
vigor.

− Muy Rica, más de 12 nudos por metro cuadrado: Es la riqueza de poda de viñedos para uva de mesa.

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La poda severa producirá pocos brotes, largos, gruesos y pocos racimos. Ocurre entonces un desbalance en
favor del crecimiento vegetativo a expensas de la producción de uva, particularmente en viñedos con
moderado a alto vigor. Inversamente podas muy ligeras producirán un gran número de brotes, cortos,
delgados y muchos y pequeños racimos; la uva puede no madurar con la calidad requerida comercialmente.

Poda balanceada

La poda balanceada es el concepto de equilibrar el número de nudos dejados en la poda con la capacidad de
la planta, el objetivo es mantener un balance entre el crecimiento vegetativo y la producción. El objetivo básico
de la poda balanceada es podar de acuerdo a la capacidad de cada planta; en efecto es cuantificar el proceso
intuitivo de un podador experimentado. Lo más común es dejar un número específico de nudos por cada kg de
madera de poda. Para las variedades comúnmente cultivadas en nuestra viticultura se sugiere una fórmula de
20 a 40 yemas por cada kilogramo de madera de poda por planta y 10 yemas más por cada medio kilo
adicional.

Determinación de la riqueza de poda

La riqueza de poda que se adopte cada año depende del balance del crecimiento vegetativo y productivo del
año anterior. Para determinar cuándo una planta está balanceada puede tomarse los siguientes parámetros:

Relación Producción/peso de poda: La relación (F/P) da una indicación del balance entre la producción de
frutos y el crecimiento vegetativo. Esta relación variará de acuerdo a la variedad y el medio ambiente. Un valor
de 5 - 10 parece ser el óptimo para un amplio rango de situaciones.

Peso de la madera de poda: Smart da un rango óptimo de 0.3 - 0.6 kg./m de canopia.

Peso del sarmiento: El peso del sarmiento es un buen índice del vigor; vigor excesivo se indica por brotes
largos y gruesos o sarmientos con excesivo crecimiento de feminelas. Se recomienda de 20 a 40 g como el
valor óptimo

Estas y otras mediciones sugieren que la riqueza de poda puede, dentro de ciertos límites, usarse para
mejorar las características de la canopia. En viñedos vigorosos con un sistema de conducción restringido,
puede ser necesario aumentar los nudos por planta y al mismo tiempo modificar el sistema de conducción
para evitar la excesiva densidad de los brotes.

Sistemas de poda

Poda manual

La poda manual abarca un amplio número de sistemas usados en el mundo. Los sistemas se pueden clasificar
en base a:

1. Cantidad y forma de la madera de más de dos años. Las plantas pueden conducirse en una cabeza
en el ápice del tronco vertical donde soporta las unidades de poda o conducción en cordón donde un

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brazo permanente o cordón soporta los pitones y/o cargadores. Los cordones pueden ser horizontales
o verticales y unilaterales, bilateral o cuadrilateral.

2. Longitud de las unidades de poda, elementos cortos (pitones) o elementos largos (cargadores).

3. Posición y ordenamiento de los elementos de poda, conducidos hacia arriba o abajo, plano o
arqueado. El aspecto de la planta dependerá de la altura del cordón o cabeza de la planta.

Poda a pitón

Pueden conducirse tanto en una cabeza como en un cordón, es más común esta última. Generalmente se
dejan dos yemas en cada unidad de poda. En la poda se remueve el nudo apical con el brote y se rebaja el
brote del nudo basal como pitón de dos yemas. La planta requiere una estructura rígida para soportar los
pitones.

Cuando las plantas son maduras el número de pitones dejados en la poda tiende a ser constante. La poda
corta funciona en la mayoría de las variedades excepto aquellas que son infértiles en las yemas basales,
como Sultanina. Se puede usar pitones de una yema en variedades muy fértiles, pero generalmente se
prefiere pitones de dos yemas.

Se puede usar pitones de más de dos yemas para incrementar el número de nudos por planta. Sin embargo
para evitar el excesivo desarrollo de los brazos secundarios, se combinan pitones largos de 3 a 4 nudos con
pitones de una yema (bourillon) denominado como poda de almena. Los pitones largos (4 a 6 nudos) se usan
en la Sultanina.

La poda corta en la actualidad se prefiere sobre la poda mixta por su simpleza y la economía. Los podadores
cortan con más facilidad los pitones y una planta puede podarse en la mitad del tiempo. La posición preferida
del pitón es la más cercana a la estructura del cordón y con posición hacia arriba o afuera más que hacia
abajo; son excepciones los sistemas Doble Cortina de Geneva y Scott Henry.

Poda mixta

Este sistema utiliza cargadores de alrededor de 8 a 20 nudos generalmente acompañado por dos pitones de
dos yemas de reemplazo que pueden proveer de sarmientos para el próximo ciclo. Las plantas se conducen
en cordones (Parral español), donde puede haber de 4 a 12 cargadores por planta: el número y la longitud
depende de la capacidad y del número de nudos deseado. La longitud de los entrenudos y la distancia entre
plantas puede determinar el largo de los cargadores para poder cubrir el espacio.

En la poda mixta, la estructura de la planta no es rígida y la forma de la planta se preserva más fácilmente que
en la poda corta. La mayoría de las variedades se adaptan a la poda mixta. Un problema típico es la
“dominancia apical” por la cual los nudos terminales brotan primero y se desarrollan más rápidamente a
expensas de las yemas ubicadas en la mitad del cargador. Se han sugerido muchas soluciones, como el
“quiebre” y el arqueado. Experiencias recientes con cianamida promueve una mejor brotación si se aplica
después de la poda y 3 a 4 semanas antes de la brotación normal.

La poda mixta en viñedos comerciales se divide usualmente en tres operaciones distintas:

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1. “poda propiamente dicha” eliminación de la madera no deseada y selección de los cargadores
deseados y pitones de reemplazo.
2. “tironeo” remoción de los sarmientos cortados.
3. “atadura” ligadura de los cargadores en los alambres.

Los cargadores se pueden envolver en el alambre, desyemar el último nudo y atar antes del mismo para evitar
que se mueva.

Selección de la madera

La selección de los cargadores depende de la calidad y posición del sarmiento. Un sarmiento fértil de buena
calidad tiene las siguientes características: bien madurado o agostado con respecto al color, dureza y relación
madera a médula; una longitud promedio de entrenudos de 60 a 80 mm; color marrón en la punta; un diámetro
promedio de alrededor de 7 mm; y entrenudos redondeados o elípticos más que aplastados o acintados.
Existen diferencias entre los sarmientos que han sido bien expuestos (“sarmientos soleados”) y los que han
crecido en posiciones menos expuestas (“sarmientos sombreados”); estos últimos tienden a tener entrenudos
más aplastados, ser de colores claros y estar menos madurados. La apariencia del sarmiento es más
importante que su posición de origen en la planta.

Herramientas de la poda manual

Se usan las tijeras para la poda manual. Recientes innovaciones de mangos móviles pueden disminuir la
fatiga. Similarmente, tijeras neumáticas e hidráulicas facilitan la poda donde es necesario hacer cortes
continuos como en el caso de la poda corta. Reducen el esfuerzo y la fatiga, a la vez que disminuyen los
costos en un 20 %. Una unidad de poda (fuente autopropulsada con aire comprimido o bomba hidráulica)
puede prestar servicio a cuatro podadores, y ser operada por control remoto desde uno de los podadores.
Existen también tijeras eléctricas con baterías anexas. Si se usan tijeras normales de podar, un par de
tijerones y serruchos son apropiados para los cortes en madera de más de dos años. Los cortes grandes, no
obstante, deberían evitarse si fuera posible para prevenir la posibilidad de infecciones, si es necesario,
deberían ser tratados con fungicidas.

Poda mecánica

Después de la mecanización de la cosecha, la poda manual queda como el mayor factor de costos en las
operaciones culturales. Sin embargo la presión para la introducción de la poda mecánica proviene inicialmente
de una amenaza en el acortamiento de la labor más que de consideraciones de costos.

Dos puntos de vista diferentes han emergido con la poda mecánica; una que intenta simular la poda manual, y
la segunda que asume que el incremento en el número de nudos es aceptable.

La primera, mediante una prepodadora de discos, se debe complementar con un retoque para determinar la
riqueza de poda. Se adapta mejor en la poda corta. La gran ventaja es que evita el tironeo y permite podar
grandes superficies en muy poco tiempo.

La poda mecánica en la actualidad se usa cada vez más en los viñedos, particularmente en viñedos grandes.
Las ventajas más importantes son la reducción de costos, en tiempo y requerimientos. En un viñedo de 40
hectáreas el costo anual de la poda se reducirá en un 50 %. La conversión de la poda manual a mecánica
requiere la reestructuración de los cordones viejos, o su completa remoción y reemplazo con nuevos
cordones.

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