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FUNDAMENTOS
OBJETIVOS
Mediante la poda se intenta alcanzar un equilibrio entre las funciones vegetativas y
reproductivas del cultivo, para conseguir producciones elevadas sin perjudicar la vitalidad
de los árboles, acortar el periodo improductivo en plantaciones jóvenes, así como alargar el
periodo productivo y/o retrasar el envejecimiento del árbol.
Control del desarrollo y forma del árbol. Los cítricos con frecuencia vegetan dando
lugar a formas muy irregulares. En tales casos hay que eliminar aquellas ramas mal
situadas y que puedan molestar en un futuro, dirigiendo de esta manera la forma del
árbol.
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Este proceso tiene una importante repercusión económica, ya que los años de elevadas
cosechas el número de frutos es elevado pero de calibre pequeño y, por tanto, de bajo
valor comercial. En cambio, los años de bajas producciones los frutos suelen ser muy
grandes, de piel gruesa y rugosa y, por tanto, su comercialización tampoco es óptima.
El fenómeno que causa la alternancia de cosecha es el control que ejerce el fruto sobre
la floración. Este control puede ser tal que el árbol no florezca y no se obtenga cosecha.
Cuando la cosecha es abundante tiene lugar un elevado consumo de nutrientes,
aumentando la competencia entre fotoasimilados y agotando las reservas disponibles
en distintos órganos de la planta. En consecuencia, la producción del año siguiente
puede verse seriamente afectada. Así, la poda se puede utilizar para que no se
produzcan grandes diferencias de producción entre unos años y otros, sin llegar a
eliminar completamente la alternancia.
En árboles propensos a la alternancia de cosecha, la intensidad de poda dependerá de
dos factores, por una parte del momento de recolección de la fruta, variedades
tempranas, de media estación o tardías, y por otro de la presencia/ausencia de flores
en el momento de la poda.
Por tanto, la práctica de la poda puede derivarse en un ahorro de mano de obra e insumos
en la ejecución de las operaciones de cultivo que, además, se verán facilitadas en gran
medida.
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TIPOS DE PODA
Poda de formación
Se conoce con el nombre de poda de formación al conjunto de operaciones de poda llevadas
a cabo durante los primeros años de la vida del árbol y que persiguen crear una estructura
de ramas principales adecuada, capaz de soportar el peso de la cosecha y evitar que las ramas
productivas se apoyen demasiado en el suelo.
Por otro lado, podas excesivas durante este periodo de formación favorecen la prolongación
del periodo juvenil, con la formación de chupones, así como un retraso en la entrada en
producción, y una reducción de las primeras cosechas.
Eliminar todos los rebrotes que nacen del patrón, hasta una altura de 40 a 60
centímetros (protector).
y Despuntar algunas ramas situadas en el centro del árbol y que, por su situación, no
serán ramas principales.
El crecimiento de la planta debe dejarse durante los primeros años para favorecer el
desarrollo foliar y, como consecuencia, el desarrollo radicular. Cuando el árbol se haya
desarrollado de forma natural en el campo, se procederá a eliminar todas aquellas ramas que
no vayan a aportar nada a la formación del esqueleto del árbol.
y Que tengan un fácil acceso, evitando ramas muy altas o muy bajas.
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En resumen, se deben escoger ramas que aseguren consistencia, que estén insertadas al
tronco a distinto nivel entre sí y con un ángulo adecuado, que no permitan prever roturas,
de inserción al tronco a partir de ente 60 y 70 centímetros de altura y orientadas en todas
las direcciones para facilitar la formación globosa del árbol (a 3 o 4 ramas).
Sistemas de formación
Sistema dicotómico: la persona que realiza la poda es la que decide la forma del árbol
desde el principio. Es un sistema fácil de aplicar y que le da al árbol una estructura
muy sencilla. Los pasos a seguir son los siguientes:
Primera dicotomía: bifurcar el tronco a una altura del suelo de 50 centímetros,
dando lugar a 2 ramas primarias a modo de horquilla, separadas unos 120º.
Segunda dicotomía: estas se dividen en otras 2 (ramas secundarias) a unos 50
centímetros, nuevamente separadas unos 120º, sobre las que se van asentar las
ramas de producción. ƒ Tercera dicotomía: crecerán nuevas ramas de
producción, faldas y ramas más verticales denominadas guías.
Cuarta dicotomía: se elegirán otras 2 guías con sus correspondientes faldas.
Al plantón que viene de vivero, se le debe equilibrar la parte aérea con la parte
radicular, realizando un corte en la raíz pivotante y en las raíces principales.
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Al año siguiente de la plantación, hay que eliminar ramillas endurecidas y brotaciones
mal formadas y el “tocón” (parte del tronco o rama del árbol que queda al realizar un
mal corte y que por consiguiente puede provocar un futuro rebrote).
Al segundo, tercer y cuarto año, despuntar o eliminar aquellas ramas que no van a
ser constitutivas del esqueleto del árbol.
Al quinto año, momento en el que el árbol está bien definido, si existe poca brotación
no se debe podar ya que se corre el riesgo de endurecer más al joven árbol.
La cantidad de ramas a eliminar no debe ser superior al 20 o 25 % del volumen total
del árbol.
Si el patrón es muy vigoroso, la intensidad de poda no debe superar el 20 %, ya que
una intensidad excesiva puede provocar respuestas vegetativas diferentes a las
deseadas.
Deshacer el cepellón, aunque sea de maceta, en agua con el fin de no dañar las
raicillas que forman la barbada. y Comprobar el estado de las raíces principales y
sanearlas, como se ha indicado anteriormente.
Plantar el plantón en su sitio definitivo, procurando arreglar las raíces de forma que
no se entrecrucen y estén bien distribuidas en el hoyo.
Cortar el tallo o parte aérea del plantón a unos 60 centímetros medidos a partir del
nivel del suelo, con el fin de evitar excesiva transpiración.
La frecuencia de esta poda debe ser anual y la fecha, en general, debe ser en primavera
después de ser recolectada la fruta y pasado el riesgo de heladas. En variedades tempranas
se adelantará todo lo posible y en variedades tardías se retrasará al verano.
Suprimir las ramas muertas o muy lesionadas. y Eliminar las ramas mal dirigidas y
mal emplazadas.
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Respetar ramas horizontales. y Levantar faldas a unos 50 centímetros del suelo. y
Aclarar las ramillas a mano o con tijeras. y Las ramillas interiores de relleno deben ser
despuntadas para ramificar lo más pronto posible.
Suprimir dos tercios de la totalidad de los chupones que nacen en las ramas
principales, dejando un tercio sin podar por si fuese necesario reemplazar alguna rama.
y Suprimir los chupones que nacen en el tronco.
Eliminar centros provenientes de chupones no eliminados en años anteriores y que
ocupan la parte superior del centro. El perfil del árbol debe recordarnos a una copa. y
Respetar las ramas guías y faldas.
Mantener entre árboles vecinos una distancia de 50 centímetros que permita el paso
de la luz y del personal operario.
Poda de regeneración
Es una poda severa en huertos viejos, con árboles agotados pero sanos, eliminando ramas
endurecidas y favoreciendo la brotación de yemas adventicias que regeneran la estructura
del árbol.
Procedimiento:
Rebajar las ramas principales. y Operaciones dirigidas a paliar el
desequilibrio entre el sistema radicular y aéreo. y Restricción
máxima de los riegos y el abonado.
Eliminación de malas hierbas y ligera poda de raíces (laboreo). y
Despuntes y aclareos de los nuevos brotes.
Constituir y orientar la nueva estructura.
Los huertos envejecidos pero sanos cada vez se emplean más para introducir nuevas
variedades reinjertadas.
Poda mecanizada
La poda mecanizada no es una técnica ampliamente aceptada en la agricultura española, ya
que no se trata de una poda como se concibe tradicionalmente y se le asocian diversos
inconvenientes. Sin embargo, una operación de prepoda mecanizada seguida de una limpia
manual podría permitir, además de reducir el tiempo dedicado a la poda y la necesidad de
mano de obra especializada, distanciar en el tiempo las intervenciones de poda de
mantenimiento, mejorando la rentabilidad de la explotación.
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acumulación de ramas secas en el interior del árbol, dificultando su manejo y reduciendo la
producción de fruta en el interior de la copa del árbol.
Un sistema de poda intermedio podría ser la solución a este último inconveniente.
Consistiría en una primera intervención con máquina (prepoda), a fin de controlar el
volumen del árbol, seguida de una intervención manual en el interior de la copa del árbol
(limpia), siendo esta última muy ligera y sin necesidad de emplear mano de obra
especializada.
En esta línea surge el cultivo superintensivo de cítricos: plantaciones de alta densidad con
árboles de reducido vigor (subestándar, semienanizantes y enanizantes) con unas 2.200
plantas por hectárea aproximadamente, marcos de plantación más estrechos (4 x 1,5 m2, 3,5
x 1,25 m2 o 5 x 1,5 m2) y formación en setos mediante el empleo de la poda mecanizada.
Está orientado a la recolección mecanizada con equipos cabalgantes sacudidores de follaje,
tipo vendimiadora (Gregoire, New-Holland o Pellenc) (Hervalejo et al., 2019).
Para conseguir estas estructuras en forma de seto debe optarse por una poda mecanizada,
realizando 3 pases al año. El primero, correspondiente a la poda anual, se realizará tras la
recogida de la fruta y los otros 2 pases, cuya función son la de eliminar chupones, se
realizarán 1 entre junio y julio y otro entre septiembre y octubre.
Tipos de podadoras
En la poda mecanizada se utilizan máquinas podadoras de discos giratorios o cuchillas,
ambas accionadas hidráulicamente por un tractor frutero de gran potencia. Dichas
podadoras se desplazan por el centro de las calles realizando cortes horizontales o verticales
respecto a la superficie del suelo, con un ligero ángulo de inclinación para favorecer, en la
medida de lo posible, la entrada de luz al interior de la copa del árbol.
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Podadora de discos en un eje fijo. Consiste en un
brazo rígido sobre el que se encuentran de forma
alineada varios discos de acero, normalmente 5. Este
brazo puede colocarse en cualquier posición por el
accionamiento hidráulico. Una vez situado el brazo, una
bomba conectada a la toma de fuerza del tractor hace
girar los discos que, gracias a sus dientes, van cortando
todas las ramas que se encuentran en el sentido de la
marcha.
Podadora de discos en 1 o 2 ejes rotativos. Consiste en varios discos colocados en
1 o 2 ejes rotativos. En el caso de 2 ejes, se permite en un solo pase realizar la poda
en altura de 2 filas de árboles por un solo lado, o también en un solo pase realizar la
poda en altura de una fila de árboles por ambos lados, quedando la parte superior en
forma de tejado “a dos aguas”. Con la podadora anterior se requerían 2 pases para
realizar la misma labor. Igualmente este equipo puede llevar un número variable de
discos dentados que se pueden colocar en cualquier posición por el accionamiento
hidráulico.
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Poda de falderas: consiste en realizar cortes horizontales de las faldas o ramas bajas
con el objetivo de impedir el contacto de los frutos con el suelo. Además, se evita el
contacto con encharcamientos y salpicaduras de lluvia que son factores que propician
la proliferación de Phytophthora spp. y, por tanto, el aguado de los frutos de las faldas
del árbol.
Poda en altura o topping: consiste en la eliminación de las ramas más altas de poca
productividad y difícil acceso. La parte alta del árbol no debe quedar horizontal sino
en forma de tejado a dos aguas, con el fin de facilitar la iluminación.
Poda lateral o hedging: consiste en la eliminación de las ramas laterales del árbol
realizando una poda de forma continuada en el sentido de la calle. El corte realizado
no debe ser perpendicular al suelo sino favorecer una ligera inclinación para facilitar
la entrada de luz al interior de la copa del árbol.
Ventajas:
La recolección mecanizada es la operación que se ve más beneficiada por
este tipo de poda,ya que la fruta es de fácil acceso para la máquina, puesto que se
localiza sobre todo en la parte exterior de la copa.
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Reducción de los costes de producción, principalmente de labores como la
poda, el control de las malas hierbas y tratamientos nutricionales y/o fitosanitarios
(control de plagas y enfermedades).
Inconvenientes:
El principal es la transmisión de enfermedades por virosis entre árboles
podados mecánicamente, dada la dificultad que supone la desinfección de las
herramientas utilizadas.
Las podas de altura y anchura se deben complementar con una poda manual para eliminar
las ramas interiores poco productivas, a las que la máquina no puede acceder.
HERRAMIENTAS
El material necesario para los labores de poda descritas a lo largo de la unidad didáctica son:
Uno de los métodos más comunes consiste en sumergir las herramientas en un cubo cargado
con una solución de 5 litros de agua mezclados con 1 litro de hipoclorito de sodio
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(comúnmente conocido como lejía), dejando remojar durante 10 minutos
aproximadamente.
El uso de esta técnica de desinfección, si bien elimina eficazmente las posibles enfermedades
transmitidas por los árboles, tiene la desventaja de que puede corroer los instrumentos de
trabajo si se aplica con mucha frecuencia.
Como se trabaja con una sustancia de riesgo, durante todo el proceso es necesario utilizar
máscaras protectoras y guantes de goma así como enjuagar muy bien las herramientas para
evitar que el hipoclorito de sodio se transfiera a los distintos elementos vivos que componen
la parcela.
Otros productos que suelen utilizarse para la desinfección son el alcohol isopropílico con
70 % de pureza o más y el amoniaco. En ambos casos se llena un cubo con la cantidad
suficiente de líquido que cubra la herramienta, la cual se deja en remojo aproximadamente
1 minuto. En este caso, las herramientas no requieren de un enjuague posterior.
También se pueden usar lavavajillas o detergentes para la ropa para desinfectar las
herramientas. En ese caso, se puede mezclar 1 taza de detergente en 3 litros y medio de agua
y remojar los instrumentos durante varios minutos, para luego enjuagarlos.
En todos los casos, es necesario que las herramientas no tengan adheridos restos de tierra o
árboles, por lo que antes de proceder a su inmersión se las debe limpiar con un paño o toalla
húmedos.
El último paso en el proceso de desinfección consiste en secar todas las piezas con un paño
suave, sobre todo en aquellos casos en que se emplearon soluciones de limpieza a base de
agua, ya que los restos de las mismas pueden oxidar las partes metálicas de las herramientas.
TÉCNICAS
Entalladuras
Esta operación consiste en practicar una entalladura o corte de entre 3 y 5 milímetros de
extensión que penetra en las capas exteriores de la madera cortando cierta cantidad de
conductos de savia. Esto provoca una desviación en la circulación de esta, que tiende a
favorecer el órgano que tratemos de fortalecer o debilitar. Las entalladuras realizadas en la
parte superior de las yemas, brotes, ramos o cualquier otro órgano, favorecen su vigor.
Desbrotado
Operación fundamental durante el periodo de formación del árbol. La supresión de brotes
se debe realizar con cautela, pues una supresión masiva causaría una brusca parada de la
circulación de la savia y, por lo tanto, un nuevo desequilibrio en el árbol. Se deben suprimir:
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superior de una rama. y Los que por su situación, fácilmente se
convertirán en chupones.
Y, en general, todos los que por su situación puedan entorpecer la
buena ventilación e iluminación del árbol.
Cuando el número de brotes que haya que suprimir sea mayor que el que haya que dejar,
esta operación se realizará en 2 o más intervenciones.
Pinzamiento
Consiste en suprimir parte del brote en el periodo de su desarrollo, generalmente cuando
este alcanza una longitud de entre 20 y 25 centímetros. Esta supresión causa un retroceso o
retención en la circulación de la savia, que vuelve a adquirir el ritmo normal de circulación
a los 12 o 15 días tras la operación. Se debe realizar en varias etapas, no es conveniente
repetir la operación hasta pasados 12 o 15 días del tratamiento anterior. Un pinzamiento
masivo de los brotes puede causar una brusca retención de la circulación de la savia.
La intensidad variará, desde dejar 3 o 4 hojas en la base del brote a suprimir hasta 2 o 3 hojas
en la terminación del brote. Los pinzamientos de intensidad media son los que mejor
resultado dan. Se ejecutan con los dedos pulgar e índice cuando los brotes son tiernos.
Cuando tienen consistencia, se realizan con las tijeras de poda.
Rayado
Es una técnica antigua, ampliamente utilizada en agricultura, con fines diversos: aumentar el
cuajado, inducir la floración de variedades alternantes (veceras), aumentar la floración y/o
aumentar el tamaño final del fruto.
Una vez elegida la rama a rayar, la tijera se colocará perpendicular a ella, para conseguir que
el rayado forme un círculo cerrado.
La tijera debe estar situada de manera que al iniciar el rayado se pueda desplazar hacia la
persona que lo está realizando. Antes de empezar el giro, se presionará la tijera hasta notar
que la hoja se ha introducido en la corteza, provocando su corte y llegando al cambium pero
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sin dañar la madera. En este momento se mantendrá la presión girando la herramienta de la
forma indicada anteriormente.
Debe ser el “filo de la tijera” junto al giro de la muñeca del personal, los que realicen el
rayado y no la fuerza del que lo ejecuta. La incisión se realizará a cierta distancia de la
inserción de la rama con el fin de que, si se repite el rayado, se haga por debajo del anterior
por ser una zona menos endurecida que la que queda por encima.
Hay ciertas precauciones que se deben tener en cuenta a la hora de realizar esta técnica:
El rayado solo debe realizarse en árboles sanos y, para lograr el efecto deseado, deben
tener ramas con un abundante número de hojas.
Debe realizarse alrededor de toda la rama, ya que si se deja incluso entre un 5 y un
10 % sin anillar, los resultados son notoriamente menores.
Para no dañar las raíces se recomienda rayar solamente dos tercios de las ramas
principales del árbol, dejando el tercio restante que actúe de tira savia y, así, nutra las
raíces.
Arqueado
Consiste en la inclinación de una rama o brote, haciéndola describir un arco más o menos
pronunciado por medio de ligaduras.
El efecto del arqueado es obstaculizar la circulación de la savia hacia el extremo del brote o
la rama, y hacer evolucionar los órganos que queden en la zona más elevada; o simplemente
que una mayor cantidad de savia se dirija a otros brotes o ramas situados en lugares más
convenientes del árbol.
También se realiza el arqueado de ramas o brotes para conseguir su pronta evolución a ramas
fructíferas.
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