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Instituto San Francisco de Asís

Lengua y Literatura
6° año

Literatura argentina
El drama y el teatro
¿Drama o teatro?
En el ámbito de la literatura, se denomina drama al género literario
constituido por el conjunto de obras concebidas para su representación
teatral en el escenario.
Por su parte, el teatro es una forma de arte que se lleva a cabo en vivo y
consiste en la representación de obras dramáticas acompañadas de
escenografía, vestuario, música, etc.
De este modo, el drama es un componente fundamental del teatro, pero este
último incluye además otros elementos. Sintetizando, el drama es la historia
que se cuenta en vivo en el teatro.
Las características del drama
El drama es un tipo de texto literario que se caracteriza por:
Narrar una historia estructurada en tres partes: introducción, desarrollo
y desenlace. La introducción presenta a los personajes, el escenario y la
situación en la que se desenvuelve la historia. El desarrollo es la parte
central de la obra, donde se despliega la trama y se van desarrollando los
conflictos y los enfrentamientos entre los personajes. Finalmente, el
desenlace es el momento en que se resuelven los conflictos y se llega a una
conclusión.
Contar la historia mediante abundantes diálogos y acciones y no
mediante la figura del narrador.
No estar pensado para ser leído, sino para ser interpretado y
representado en un escenario.
Estar organizado en actos, escenas y cuadros. Los primeros están
marcados por el cierre del telón o por un oscuro, las segundas por la
entrada o salida de un personaje y los terceros por un cambio en la
escenografía.
Los elementos del teatro
El teatro, como rama de las artes escénicas, se compone de un conjunto de
elementos indisociables como:
 El drama, que es la composición escrita de la pieza teatral conformada
en gran parte por diálogos y también por acotaciones que definen la
historia.
 La dirección, que es la coordinación de los elementos que conforman la
representación, desde las actuaciones hasta la escenografía, el vestuario, la
decoración, el maquillaje, la música, el sonido, la iluminación, etc.
 La actuación, que es la forma en que los actores transmiten emociones,
haciendo énfasis en lo gestual y el lenguaje no verbal.
El público, es decir, los espectadores de la puesta en escena.
El origen del teatro
El teatro ha ido evolucionando con las diferentes épocas y culturas. Su
origen se remonta al hombre primitivo y a sus rituales asociados a la caza, la
cosecha, la muerte y el nacimiento. Con el paso del tiempo, estos ritos
desembocaron en ceremonias dramáticas que incluían bailes, imitaciones de
animales y culto a las divinidades.
No obstante, fue recién en la Antigua Grecia cuando el teatro fue
perfeccionado y tomó la forma con que la que se lo conoce actualmente, es
decir, con representaciones escénicas que incluyen vestuario, coreografía,
música y recitación para contar historias. El teatro griego se caracterizaba
fundamentalmente por estar escrito en verso y los actores -todos varones-
utilizaban máscaras. Entre los fundadores del teatro se encontraron los
creadores de famosas tragedias, tales como Esquilo, Sófocles y Eurípides, y
comedias, como Aristófanes. En dicha época, tanto comedias como tragedias
permitían expresar ideas políticas, sociales y religiosas, necesarias para
entender el tiempo en el que se vivía.
Los géneros dramáticos mayores
Las obras dramáticas se clasifican en dos grandes grupos: los géneros
mayores y los géneros menores. Los primeros reciben este nombre porque
son aquellas composiciones dramáticas que poseen mayor extensión y
antigüedad. Por lo tanto, la importancia e influencia que han tenido en el
desarrollo de estilos dramáticos posteriores son fundamentales. Entre estos se
encuentran:
La tragedia: se caracteriza por tratar temas profundos de la naturaleza
del ser humano (el amor, el respeto, los celos, la muerte, etc.), por lo que
posee un tono de reflexión social. Los personajes son nobles, ilustres y heroicos
y deben luchar contra la fatalidad y la imposición del hado o destino, lo que
los lleva a un desenlace desolador y fatalista.
La comedia: tiene como objetivos el reconocimiento de errores de la
condición humana y la crítica a instituciones a través de la risa, los enredos
y los equívocos, por lo que los temas que aborda y su tono son ligeros,
cotidianos y alegres. Los personajes de estas obras representan a arquetipos
de hombres y mujeres mundanos que encarnan un vicio o defecto, razón
por la cual son ridiculizados o caricaturizados y puestos frente a situaciones
absurdas o irrisorias. Su desenlace es siempre placentero, feliz y optimista.
La tragicomedia: su objetivo es mostrarse como un reflejo de la vida
misma, la cual está colmada de momentos trágicos y cómicos, de modo que
resulta una combinación entre la tragedia y la comedia. Los personajes son
realistas y atraviesan situaciones y conflictos cercanos a los vividos por los
espectadores. Su desenlace puede ser positivo o negativo.

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