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COLEGIO DE BACHILLERES DE TABASCO

NOMBRE DEL ALUMNO: Itzel Monserrat Pérez Balcázar


NOMBRE DEL DOCENTE: MIGUEL ÁNGEL PALACIOS
GALLEGOS
SITUACIÓN DIDÁCTICA 1: Y TÚ… ¿DE QUÉ GÉNERO ERES?
PUES… DÉJAME QUE TE CUENTE
SEMESTRE: 3° GRUPO:”H” TURNO: MATUTINO
Había una vez un mundo de fantasía, donde los humanos eran cazadores de trolls.
Estas criaturas gigantes y maliciosas acechaban en los rincones oscuros del
bosque, representando una amenaza constante para las aldeas humanas. Los
cazatroles eran valientes y decididos, pero también sabían que cada enfrentamiento
con un troll podía ser su último aliento.

En una pequeña aldea, vivían dos jóvenes enamorados, Amelia y William. Sus
familias habían sido separadas hace muchos años debido a una antigua rivalidad,
pero su amor floreció a pesar de esta disputa. No podían verse debido a la
enemistad entre sus padres, así que idearon un ritual para demostrarse su amor a
través de mensajes.

Cada noche, Amelia encendía una lámpara en la ventana de su casa, una luz que
iluminaba su habitación y que William podía ver desde la distancia. Como respuesta,
William dejaba una piedra cerca de la ventana de Amelia. Cada piedra tenía una
forma especial y única, tallada con esmero por William para expresar sus
sentimientos.

Los meses pasaron, y su amor creció con cada luz encendida y cada piedra dejada.
Pero una noche fría de invierno, la señal de Amelia no apareció. William esperó
afuera de la ventana de su amada, pero el tiempo pasó y la lámpara permaneció
apagada. El frío penetró en sus huesos, y finalmente, el joven cazatrolls murió de
hipotermia bajo el manto de la noche estrellada.

La noticia de la trágica muerte de William se extendió rápidamente por la aldea. La


historia se convirtió en una leyenda, y la gente comenzó a contar que, en el Día de
San Valentín, el espíritu de William aparecía cerca de la ventana de Amelia. Era un
espectro triste y solitario que buscaba la luz que nunca volvió a ver.

Años después, en una hermosa tarde de San Valentín, Amelia se paró junto a la
ventana, mirando la lámpara encendida con ojos melancólicos. Recordaba a su
amado William, pero el tiempo había empañado los detalles de su rostro y la pasión
de su amor. A lo lejos, un espíritu se materializó en la oscuridad. Era William, pero
su imagen era borrosa y difusa.

Amelia miró al espectro con asombro y tristeza, pero no lo reconoció. El espíritu dejó
una piedra, como lo había hecho en vida, y luego se desvaneció en la noche. Amelia
recogió la piedra y la sostuvo en sus manos con cariño, sin comprender
completamente quién la había dejado allí.

Los años pasaron, y la aldea creció y cambió. La historia de los amantes separados
se convirtió en un cuento de fantasía, y la leyenda de William persistió, aunque su
verdadera identidad se desvaneció en la bruma del tiempo. Amelia, a medida que
envejecía, se olvidó del joven cazatrolls que había amado con pasión.

El mundo de fantasía continuó su curso, y las historias de amor y pérdida se


entrelazaron con los hilos del destino. Pero la trágica historia de Amelia y William ya
no era más que un eco distante en la memoria de un mundo que siempre cambia. Y
así, el destino jugó su papel, borrando los recuerdos, pero dejando atrás una piedra
tallada con amor en un rincón olvidado de la historia.
En los años que siguieron, Amelia se convirtió en una respetada curandera en la
aldea. A pesar de su juventud, tenía un don innato para sanar heridas y aliviar el
sufrimiento. A menudo, los aldeanos acudían a ella en busca de ayuda y consuelo, y
ella siempre estaba dispuesta a ofrecer su apoyo. Sin embargo, Amelia nunca se
casó ni formó una nueva familia. El amor que una vez compartió con William había
dejado una huella imborrable en su corazón.

La piedra que William le dejó en aquella fría noche de San Valentín se convirtió en
su posesión más preciada. La llevaba consigo a todas partes, incluso cuando salía
al bosque a recolectar hierbas medicinales. La piedra era un recordatorio constante
de su amor perdido y del sacrificio que él hizo por ella.

A medida que pasaban los años, la aldea enfrentaba nuevos desafíos. Los trolls se
volvieron aún más peligrosos, atacando con mayor frecuencia. Los cazatroles se
vieron obligados a unirse en una lucha desesperada para proteger a sus seres
queridos. La rivalidad entre las familias se desvaneció en la urgencia de la
supervivencia.

Amelia continuó encendiendo la lámpara en su ventana cada noche, aunque ahora


era un acto de memoria y devoción hacia el espíritu de William en lugar de una
señal de amor compartido. La aldea comenzó a ver la lámpara como un faro de
esperanza en tiempos oscuros, un recordatorio de que el amor y la valentía podían
trascender la adversidad.

Un día, mientras buscaba hierbas en el bosque, Amelia se encontró con un troll


herido y moribundo. A pesar de su instinto de temor, no pudo evitar sentir
compasión por la criatura herida. Con cuidado y determinación, utilizó sus
habilidades curativas para sanar al troll. Esta acción inesperada comenzó a cambiar
la percepción de los trolls en la aldea.

Amelia continuó cuidando de los trolls heridos siempre que podía, desafiando las
creencias arraigadas de su aldea. La historia de su compasión se difundió, y
gradualmente, los humanos comenzaron a ver a los trolls no solo como monstruos,
sino como criaturas que también buscaban sobrevivir en un mundo hostil.

Con el tiempo, la aldea alcanzó un frágil equilibrio con los trolls, y los cazatrolls se
convirtieron en protectores en lugar de simples cazadores. La lámpara de Amelia ya
no era solo un símbolo de amor perdido, sino un faro de unidad y comprensión en
un mundo que había cambiado profundamente.

La historia de Amelia se convirtió en una leyenda aún más poderosa que la de


William. Su compasión y valentía inspiraron a generaciones posteriores a buscar la
paz en lugar de la confrontación. Y aunque Amelia nunca volvió a ver a William, su
amor perduró en el legado que dejó atrás, una piedra tallada con amor que
representaba no solo un romance truncado, sino la esperanza de un mundo mejor.

A medida que la aldea y su gente evolucionaban, la piedra de William se convirtió en


un símbolo icónico de la comunidad. Cada año, en el Día de San Valentín, los
habitantes se reunían para recordar la historia de Amelia y William. Encendían luces
en sus ventanas y colocaban piedras talladas con amor en sus alféizares como un
tributo a la pareja que desafió las probabilidades y cambió el destino de su aldea.

Los jóvenes enamorados que escuchaban la historia de Amelia y William


encontraban inspiración en su amor eterno y en su voluntad de cambiar el mundo
que los rodeaba. En lugar de alimentar viejas rivalidades, se esforzaban por unir a
las familias separadas y construir un futuro mejor juntos.

La lámpara de Amelia se convirtió en un faro de esperanza no solo para los


amantes, sino para toda la aldea. Representaba la capacidad del amor para iluminar
incluso los momentos más oscuros y recordaba a todos que, a través del perdón y la
comprensión, podían superar los obstáculos más aparentemente insuperables.

Con el tiempo, la aldea se convirtió en un ejemplo de coexistencia pacífica entre


humanos y trolls. La antigua rivalidad fue reemplazada por una colaboración mutua
en la protección del bosque y sus recursos. Amelia y William, a través de su historia,
habían allanado el camino para un mundo en el que el amor y la compasión
prevalecían sobre el miedo y el odio.

Y así, la piedra tallada con amor, un simple gesto de un joven cazatrolls enamorado,
se convirtió en el símbolo perdurable de un cambio profundo en la aldea y en el
corazón de su gente. Una prueba de que, incluso en un mundo lleno de desafíos y
adversidad, el amor y la valentía podían ser las fuerzas más poderosas de todas
Asunto que narra: Pareja separada por una rivalidad entre
sus padres

Tipo de narrador: Omnisciente

Personajes: Principal: Amelia y William

Secundario: Los trolls

Incidental: Su familia

Ausente: No hay

Espacio: Obra: Mundo de fantasía

Historia: Pequeña aldea

Acciones: Manifestar su amor mediante


piedras esculpidas de diferentes formas

Psicológico: No hay

Tiempo: Obra: No especifica

Historia: No especifica

Acciones: Años en los que existieron


los trolls

Psicológico: La lámpara de Amelia creó


una unidad entre trolls y humanos.
CONFLICTO COGNITIVO:
1. El texto leído, ¿es narrativo, lírico o dramático? Narrativo

2. ¿Por qué consideras que es de ese género? Porque el narrador es ajeno a los
hechos pero sabe la historia detalladamente.

3. ¿Cómo relacionas el relato con la época actual? El relato destaca temas


universales como el amor, la comunicación, memoria e importancia de las leyendas
y tradiciones de la sociedad.

4. ¿Se siguen utilizando estas formas de dar a conocer el mensaje? Si , ¿Por qué?
Porque la forma en la que estaba esculpida cada piedra demostraba su amor.

5. ¿Cómo consideras la decisión del joven? Valiente.

6. ¿Qué características te permiten identificar a qué subgénero narrativo pertenece?


Por la literariedad.

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