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La indignación de
Unported.

Alexis:
La re-lectura “indignada” de Alexis de Tocqueville

POR PABLO SIMÓN COSANO //


Doctorando en Ciencias Políticas
por la Universitat Pompeu Fabra

L
os cambios políticos y económicos de este último siglo han llevado a una
progresiva pérdida de autonomía democrática en las sociedades occiden-
tales. Como reacción a esta situación ha surgido el movimiento de los in-
dignados cuya reivindicación principal es el cambio a una “democracia real”. En
este artículo se busca confrontar el pensamiento de Alexis de Tocqueville con las
propuestas de los indignados. El pensador francés consideraba que la democra-
cia es compatible con la tiranía siempre que se renuncie a la libertad en favor de
la igualdad. Para evitar este mal tan sólo cabe oponer el asociacionismo, la virtud
de la moderación y la concepción del interés particular como conectado con el
bienestar general. Es por ello que la constitución de los indignados como un tejido
social asociativo y sus demandas de transparencia, control de la política, reformas
institucionales encaminadas a separar los poderes, representación de la pluralidad
de partidos… conectan con las propuestas de Tocqueville, en su tradición liberal-
republicana, para construir una sociedad tan igualitaria como libre.

Palabras clave INTRODUCCIÓN


Tocqueville Uno de los temas más recurrentes de estos
últimos años, y más desde la entrada en es-
Libertad
cena de la crisis económica en 2008, es la
Igualdad incapacidad de las democracias liberales
Democracia real tradicionales para afrontar los retos del siglo
Indignados XXI. Esta incapacidad se manifiesta desde al
menos dos aristas. La primera es un evidente
cambio del escenario de juego: el marco tra-
dicional del Estado-nación se ha visto clara-
mente superado.

La crisis financiera internacional y la proble-


mática derivada del capitalismo global, el ca-
lentamiento climático, el agotamiento de las

Ecléctica, Revista de estudios culturales ǀ 2012 ǀnúm. 1 ǀ 17- 27 ǀ


Pablo Simón Cosano

materias primas, la gestión de los flujos mi- ser ilustrativo para dar respuestas a las pre-
gratorios, la superpoblación del planeta… son guntas del presente. De cuantos autores se
retos cuya gestión difícilmente puede restrin- han ubicado en el filo de la navaja del cambio,
girse a acciones dentro de las fronteras nacio- quizá el más importante ha sido Alexis de To-
nales.1 Pero una segunda expresión, causa y cqueville. El vizconde, jurista, pensador, polí-
consecuencia de la primera, es el progresivo tico y magistrado, abanderó un pensamiento
“secuestro” de la capacidad de auto-gobierno que se incardina en el liberalismo temprano.
de las democracias representativas por parte Sin embargo su obra destaca principalmente
de instancias tecnocráticas no electas (técni- por la combinación que hace al aproximarse
cos, agencias reguladoras, instancias supra- al fenómeno novedoso de su época, la demo-
nacionales) con capacidad para tomar deci- cracia. Lejos de detenerse en un estudio nor-
siones al margen de una voluntad popular a mativo o institucional, Tocqueville se adentra
la cual contrapesan, frenan y a veces hasta en la captación de las condiciones sociales
bloquean.2 Por lo tanto, la llegada del siglo XXI que posibilitan la democracia, siempre des-
ha cambiado tanto la dimensión de los retos de la comparación con los “humores” propios
como la autonomía de los propios mecanis- del Antiguo Régimen. Su obra “La democra-
mos democráticos para hacerles frente. Este cia en América” es, por lo tanto, un tratado
siglo ha traído consigo una crisis en el sentido que recoge la investigación de la democracia
más genuino del término. En palabras de Ber- en su vertiente social, centrándose siempre
tolt Brecht, nos encontramos en un momento en la igualdad como idea motora.4
en que lo viejo no acaba de morir y lo nuevo
no acaba de nacer, a caballo entre dos mun- La pertinencia de rescatar su pensamiento
dos diferentes: persisten dinámicas, actores tiene dos buenas justificaciones. La primera
y frames mentales modernos con interfaces es la propia relevancia del momento histórico
y dinámicas propias de la post-modernidad que vivió el autor y su similitud con el presen-
líquida3. te. Entre el cambio del Antiguo Régimen ha-
cia los regímenes democráticos, de un lado, y
el movimiento que propugna cambiar de una
“democracia incompleta” hacia una “Demo-
“Para Tocqueville cuando no cracia Real” del otro, existe el hilo rojo común.
existen los debidos “con- Este hilo es precisamente, mutatis mutandi, el
cambio en las condiciones políticas, materia-
trapesos democráticos”, el les y normativas en la transición entre ambos
hombre cede fácilmente su periodos. Comparar ambas transiciones pue-
libertad a cambio de su co- de parecer pretencioso pero dado que la obra
de Tocqueville se centra más en los valores y
modidad y consumo” condiciones sociales que en el cambio de los
marcos institucionales, la comparativa puede
sostenerse ya que se centra en los “humores”

El movimiento de los “Indignados” es una for-


ma de expresión de la catarsis y cambio de 1. Taibo, C.: En defensa del decrecimiento: Sobre
época que nos concierne. Bajo el lema de capitalismo, crisis y barbarie. Madrid, Catarata,
“No nos representan” y su mecanismo asam- 2009, pp. 13-41.
bleario, cuestionan la legitimidad del sistema 2. Sánchez-Cuenca, I.: Más democracia, menos
político y económico vigente. Este movimien- liberalismo. Madrid, Katz Editores, 2010, pp..9-10.
to explicita los interrogantes propios del cam-
3. Bauman, Z.: La postmodernidad y sus descon-
bio: ¿Cómo? ¿Hacia dóvnde? ¿Para qué? tentos. Madrid, Akal, 2001.
Los mismos interrogantes que han surgido
4. Aron, R.: «Tocqueville retrouvé», The Tocqueville
en periodos de cambio en el pasado. Es por
Review, 1 (1979), pp. 8-23.
ello que mirar al pensamiento de aquellos que
vivieron periodos de cambio similares puede

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La indignación de Alexis

sociales que posibilitan el cambio. Pero por LA DEMOCRACIA Y LA IGUALDAD


otro lado, y dado que la democracia se ha ca- DE CONDICIONES
racterizado como igualdad y autogobierno,5
revisitar la concepción de la primera permi- Para entender la definición de democracia de
te centrar el foco en uno de sus pilares más Alexis de Tocqueville hay que verla como una
esenciales. De este modo, se toma el pulso a superación del liberalismo clásico de la épo-
uno de los valores fundamentales de las so- ca. Para el liberalismo tradicional la prioridad
ciedades democráticas contemporáneas. es la defensa de los derechos individuales y
protegerlos de los “excesos democráticos.”
Este artículo no pretende ser un repaso ex- Su leit-motiv es la definición de una esfera
haustivo de la obra de Tocqueville. Antes bien, negativa de derechos individuales inviolables
lo que se pretende es sentar al vizconde en frente a las pretensiones invasivas de la volon-
la Puerta del Sol y confrontar algunas de las té générale rousonianna. Sin embargo, Toc-
bases de su pensamiento con el cambio so- queville argumenta a lo largo de su obra la ne-
cial y político que explicitan los “indignados”. cesidad de hermanar ambas dinámicas. Para
El argumento principal de este escrito es que él es completamente necesario conciliar la
la democracia para Tocqueville no es incom- herencia de Constant, “libertad de los moder-
patible con el despotismo. Dado que la pa- nos”, la soberanía limitada y la independencia
sión por la igualdad del hombre democrático privada de un lado y, por el otro, la herencia
lo aleja de la esfera social, cuando no existen de Rousseau, “la libertad de los antiguos”, el
los debidos “contrapesos democráticos”, este imperativo de la participación pública.6 De esa
cede fácilmente su libertad a cambio de su unión es de la que nace su concepción de
comodidad y consumo. Por lo tanto, cuando la democracia. Para él la democracia es un
los “indignados” reclaman una “Democracia conjunto de determinadas formas políticas
Real” lo que hacen es reclamar, en palabras entre las cuales cabe destacar el principio de
de Tocqueville, la lucha contra ese despo- la soberanía popular. Sin embargo, en ningún
tismo blando en que las sociedades demo- momento la asocia con el gobierno del pue-
cráticas se han gangrenado. En conclusión, blo, representantes o separación de poderes.
se puede sostener fácilmente que Alexis de Se trata de un estado social en que puede
Tocqueville estaría entre los primeros indigna- coexistir tanto la libertad como la igualdad a
dos del 15M porque su pensamiento pasa, en través de un conjunto de leyes susceptibles
parte como este movimiento, por hacer com- de ser moldeadas por el hombre.
patible la libertad con el inevitable triunfo de la
condición democrática. Esta concepción en abstracto de la democra-
cia se sustancia en la idea madre de la que
surge: el valor de la igualdad. Sin embargo, es
necesario introducir una cautela: la igualdad
para Tocqueville no equivale a una igualdad >

5. Sánchez-Cuenca, I.: Más democracia, menos libera-


lismo. Madrid, Katz Editores, 2010, cap.1.
6. Jardin, A.: Alexis de Tocqueville: 1805-1859. París, Ha-
chette, 1984

Ecléctica |19
Pablo Simón Cosano Figura 1 >

de hecho (que todos los hombres sean social a uniformizar los modos de vida, una suerte
o económicamente iguales) y va más allá de de “aburguesamiento” de las sociedades de-
la igualdad de derecho ante la ley. Lo que esta mocráticas.8 Pero además, su consecuencia
noción de igualdad plantea es que ya no exis- es una vida social basada en la mediocridad,
ten las desigualdades de condición heredita- un ámbito intelectual ausente de originalidad
rias dado que todas las ocupaciones, honores y una profunda resistencia a aceptar nuevas
y dignidades son “potencialmente” accesibles ideas, hecho que termina por fosilizar la vida
a todos los individuos. Por lo tanto, las dis- en común
tinciones entre los sujetos son meramente
pasajeras, al ser posiciones intercambiables.7 En síntesis, la igualdad es en el ideal demo-
La igualdad trae consigo la movilidad social: crático un “deber ser” ambicioso que ignora la
el dinero circula debido a la inexistencia de posibilidad real de satisfacer las necesidades.
grandes fortunas, cambiando completamente Es el deseo que continuamente queda incum-
la estructura jerárquica y desigual del Antiguo plido por las propias posibilidades reales de
Régimen. Ahora las relaciones no se basan satisfacer dichas expectativas. De aquí que lo
en la obediencia voluntaria propia del derecho que Tocqueville plantea en esencia es que el
divino. En democracia las relaciones son me- egoísmo es el hijo de la democracia y el des-
ramente contractuales. De la disolución de los encadenante de innumerables frustraciones
estamentos se desprende necesariamente el nacidas de la expectativa incumplida. Algo
atomismo individual. Ahora cada cual se en- que es el germen de la tiranía tanto como de
frenta a su semejante en igualdad e impoten- la libertad. >
cia y nadie está obligado a obedecer al otro.
Así pues es de esta pasión por la igualdad,
fuerza motora de la democracia, de donde
surge también su principal problema para To-
cqueville.

La democracia lleva necesariamente al indi-


vidualismo en el que el sujeto se ensimisma
en la contemplación de su universo más pri-
vado, el de pariente y amigos, y abandona la
esfera de lo colectivo. El centro es ahora la
pasión por el bienestar y las comodidades
materiales, con exclusión de toda considera-
ción de los asuntos públicos. De aquí el pe-
ligro: el hombre democrático es demasiado
propenso a optar por un despotismo blando
que le de seguridad y comodidades materia-
les. Dado que la búsqueda de la comodidad
excede con mucho el celo en la defensa de
la libertad, cuando hay que optar entre am-
bas, el hombre democrático siempre preferirá Figura 1: Lyon I, Marc Delcan
la primera y el bienestar material que “poten- 7. Jardin, A.: Alexis de Tocqueville: 1805-1859. Pa-
cialmente” reporta. Por lo tanto, el ánimo de- rís, Hachette, 1984.
mocrático es para Tocqueville perfectamente
8. Aron, R.: «Tocqueville retrouvé», The Tocqueville
compatible con el despotismo. Los hombres Review, 1 (1979), pp. 8-23.
demócratas, pese a ser diferentes en talento,
tienen tal pasión por la igualdad que hace que
esté en su ser sentirse igual a sus semejantes,
lo que es origen de frustración y ambición sin
límite. En la vida cotidiana esto genera una red
de intereses micro-conservadores que tiende

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Ecléctica |21
Pablo Simón Cosano

LA REDENCIÓN DE LA
DEMOCRACIA

A Tocqueville le alarmaba la creciente centra- Es cierto que los gobiernos se hacen más
lización de los gobiernos y su desarrollo de poderosos que nunca y los individuos pare-
inmensos poderes tutelares que, de buena cen indefensos. Sin embargo, hay “recursos
gana, aceptan cargar con la comodidad y el democráticos” que han sido empleado con
bienestar de los ciudadanos. Ello hacía que el éxito en los EEUU y han permitido la libertad.
demócrata bien pudiera abandonar su liber- El primero es un cuerpo de legistas o jueces
tad a cambio de un despotismo blando que le independientes que tutelen los derechos fun-
provea de seguridad hecho que, en cualquier damentales. El segundo es la propia institu-
caso, no es incompatible con la soberanía po- ción del jurado popular, que enseña la prácti-
pular. Al fin y al cabo, el pueblo en su conjunto ca del civismo frente al egoísmo particular. Y
podría consolarse en el conocimiento de que el tercero, crucial en este país, es una religio-
él mismo eligió a sus amos. De aquí que la de- sidad que actúa como freno a las pasiones
mocracia sea compatible con la tiranía. Pero humanas. Para Tocqueville la religión es una
además, este despotismo coexiste con otro forma de autoridad interna y no externa (por
de los temores del autor: la tiranía de la ma- lo que no constriñe) cuya fuerza moderadora
yoría. Tocqueville argumenta que la aparente moraliza la democracia y sirve como contra-
homogeneidad de la sociedad democrática peso frente a un materialismo que degrada la
oculta a nuestra vista la heterogeneidad in- condición humana. Por lo tanto, la religiosidad
agotable del talento. La idea de la igualdad tal como está planteada en EEUU es la con-
implica que la autoridad de la mayoría es in- secuencia de la estructura de deseos que ge-
cuestionable y que la cantidad es el ahora nera la igualdad; es el núcleo del nuevo orden
único criterio válido llega hasta el extremo del democrático.
ataque al intelecto. La mayoría exige una con-
ducta conformista y aplasta cualquier disen- Pero en cualquier caso el principal de los re-
timiento. Una omnipotencia legislativa que se cursos democráticos es la libertad de aso-
sitúa por encima del poder ejecutivo o judicial ciación. Para Tocqueville las asociaciones
y cuya tiranía se ejerce a través de la confor- defienden los derechos de la minoría frente
midad social tras el quebranto de la opinión a la tiranía, pues sólo gracias a ellas pueden
disconforme. oponer sus opiniones. Es más, mientras que
otros autores veían en los partidos, facciones
Para solucionar este problema de la demo- y asociaciones una fuente de división de la so-
cracia y empujarla hacia la libertad la solu- ciedad, para Tocqueville eran absolutamente
ción debe estar en armonía con el principio esenciales para la sociedad democrática ya
de igualdad democrática. Tocqueville subraya que canalizan los intereses individuales hacia
si el individualismo es la causa del atomismo fines compartidos. De hecho, no sólo prote-
de la sociedad democrática, es la libertad la
que puede reestablecer un sentido de inter-
dependencia política. La igualdad es así la
9. Tocqueville, A.: De la Democracia en América.
única base desde la que construir la libertad: Madrid, Alianza Editorial, 2002, p. 613.
“Por lo que a mi toca, lejos de echar en cara
10. Ramoneda, J.: Contra la Indiferencia. Barcelo-
a la igualdad la indocilidad que inspira, la ala-
na, Galaxia Guttemberg, 2010, cap.2.
bo por esto principalmente. La admiro al verla
depositar en el fondo del espíritu y del cora- 11. Fukuyama, F.: El fin de la historia y el último
hombre. Barcelona, Editorial Planeta, 1992.
zón de cada hombre esa noción oscura y esa
propensión instintiva hacia la independencia 12. Taibo, C.: En defensa del decrecimiento: So-
política, preparando así el remedio al mal que bre capitalismo, crisis y barbarie. Madrid, Catara-
ta, 2009, pp. 55-59.
causa”.9

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La indignación de Alexis

gen frente a la tiranía, Tocqueville argumenta tales homologable a la del paso del Antiguo
que también ayudan a superar la mediocridad Régimen a las sociedades burguesas del XIX.
y transforman a los hombres en ciudadanos La identificación como clase obrera, por po-
conscientes. Solo gracias a ellas germina el ner un ejemplo, ha perdido la condición “es-
llamado “interés propio bien entendido” que tamental” que le presuponía unos intereses y
hace que el individuo comprenda que sus in- condición homogénea, lo que ha englobado a
tereses particulares están relacionados con todos los individuos bajo una etiqueta común
el interés general. Este asociacionismo es el de igualdad de condiciones: la clase media. El
que suple la ausencia de virtud del hombre capitalismo ha perdido su antítesis y los cam-
democrático, el cual sacrifica tiempo y rique- bios socio-políticos de la segunda mitad del
za a favor de lo público. Gracias a ello los XX han abonado el terreno para la erosión de
hombres ven lo deseable de aplazar su satis- las identidades ideológicas lo que exacerba el
facción inmediata con la esperanza de que la atomismo individual.
suya misma futura provenga del bienestar de
la comunidad.

“El fin de la historia, preco-


VIEJOS EXCESOS, nizada por Fukuyama, ha
NUEVA BARBARIE entronizado la política como
una forma de administración
Los cambios sociales de finales de la Guerra de las cosas más que como
Fría han tendido a acelerar y redoblar los exce-
sos propios de la sociedad democrática. Sin
la contraposición de diferen-
embargo, siguiendo a Tocqueville, el proble- tes proyectos colectivos”
ma no radica en los defectos que se puedan
derivar de la esta “igualdad de condiciones”,
que en esencia son los mismos entonces y
ahora. La clave es saber si las sociedades
Pero este salto en el individualismo no pue-
contemporáneas - en particular España - han
de entenderse sin el cambio en las condicio-
sido capaces de desarrollar los contrapesos
nes materiales que lo permiten, a saber, el
que permiten a esta igualdad convivir con la
capitalismo globalizado. La implicación más
libertad.
notable de este proceso ha sido convertir el
Los excesos de la “igualdad de condición” consumo, la eficiencia y la productividad en
contemporánea pueden hoy sustanciarse los únicos horizontes de emancipación indi-
en dos pilares cruciales: el individualismo y vidual. Es decir, que los sujetos en su bús-
el consumismo. El individualismo es el fun- queda de la felicidad solo pueden realizarse a
damento crucial de la modernidad y tiene través del consumo. Tocqueville ya señalaba
su cara en convertirlo en el referente de la esta tendencia pero en nuestro tiempo ha vis-
emancipación. Sin embargo, otros autores to acusada gracias a la trinidad del exceso:
han señalado que sus excesos han implica- el crédito, para consumir a pesar de no te-
do la pérdida de los horizontes comunes de ner; la publicidad, para desear lo que no se
ciudadanía.10 Esta tendencia al individulismo necesita; y la caducidad, para no re-utilizar lo
ya había estado presente en el pasado pero que se tiene.12 Sin embargo el consumo resul-
su aceleración exponencial llega con la caída ta insatisfactorio al ser un acto que se agota
del Muro de Berlín. El fin de la historia, pre- en sí mismo dada la insaciabilidad del deseo.
conizada por Fukuyama,11 ha entronizado la De este modo se produce la mercantilización
política como una forma de administración creciente de las relaciones sociales y de la
de las cosas más que como la contraposi- pérdida de referentes comunes es de donde
ción de diferentes proyectos colectivos. Ello nace la despolitización, la desafección y la in-
ha generado una ruptura de horizontes men- diferencia.13 >

Ecléctica |23
^ Figura 2

Esta situación ha generado el terreno abo- Desafortunadamente la evidencia no es muy


nado para uno de los principales temores halagüeña. Un repaso rápido por los da-
del autor francés, la tiranía de la mayoría, en tos para el caso de España muestra que el
nuestro tiempo sustanciada en la tiranía de asociacionismo es inferior a tasas del 15%,
la opinión pública. La extensión de unos me- independientemente de si se consideran aso-
dios de comunicación de masas fuertemente ciaciones políticas, religiosas, profesionales,
ligados a conglomerados económicos y polí- vecinales, culturales, juveniles o incluso de-
ticos ha generado la tiranía de la opinión “pu- portivas.15 Por supuesto, existe un patrón de
blicada”. Aunque existe una tarea de control menor asociacionismo en países Mediterrá-
político parcial, su doble naturaleza (actor y neos frente a los Nórdicos, unos 10 puntos
observador) ha hecho de la propaganda y la por encima, pero ya se apunta a que ni de
manipulación una vía para generar una “espi- lejos hay una sociedad civil vigorosa. Inclu-
ral del silencio”14 que ha tendido a homoge-
neizar las opiniones a favor de aquellas que
son mayoritarias. Lo alternativo ha pasado a Figura 2: Berlín I, Marc Delcan
ser estigmatizado mientras que lo mediocre y 13. Ramoneda, J.: Contra la Indiferencia. Barcelo-
lo políticamente correcto copan la esfera pú- na, Galaxia Guttemberg, 2010, pp. 177-183.
blica. Una forma de despotismo dentro de las 14. Noëlle-Neumann, E.: La espiral del silencio.
patologías democráticas. Sin embargo, frente Opinión pública: nuestra piel social. Barcelona,
a esta tiranía de la mayoría y el atomismo in- Paidós, 1995.
dividual cabe oponer el vigor de la sociedad 15. Morales, L.: «¿Existe una crisis participati-
civil, las asociaciones en las que Tocqueville va? La evaluación de la participación política y el
deposita sus esperanzas para reconstruir ar- asociacionismo en España», Revista Española de
tificialmente los nexos que crean ciudadanos.

24 | Ecléctica
La indignación de Alexis

queda maniatada y los gobernantes no llevan


a cabo sus propios programas pues, aunque
quieran, tales instancias lo vetan. Algo que ha
resultado particularmente perjudicial a todos
“No es de extrañar la coinci- aquellos proyectos que pasan por la eman-
dencia entre el “liberalismo cipación del mercado. En resumen, las so-
inquieto” de Tocqueville y el ciedades democráticas contemporáneas no
sólo perfeccionan los excesos del individua-
sentir mayoritario de los in- lismo y el consumismo; además carecen de
dignados” los contrapesos que les permita regenerarse
para salir de su propia crisis.

so algunos autores hablan que ni siquiera en TOCQUEVILLE EN LA ASAMBLEA


EEUU se mantiene su potente sociedad civil y
participativa del pasado.16 Si Tocqueville se acercara a una asamblea de
indignados no tardaría mucho en encontrar-
Finalmente, el “despotismo blando” de nues- se cómodo. Es evidente que el movimiento
tro tiempo pasa por el hurto último de la so- es plural, diverso e irreductible, pero muchas
beranía popular. China ha demostrado que el de las matrices ideológicas que lo forman tie-
capitalismo no requiere de instituciones libres nen un fundamento básicamente liberal. De
sino de consumidores potenciales y por lo ahí que no sea de extrañar esta coincidencia
tanto, la traslación de la soberanía y la pérdida entre el “liberalismo inquieto” de Tocqueville y
de autogobierno democrático eran los pasos el sentir mayoritario de los indignados. En las
naturales por parte de las elites gobernantes. demandas que articulan, su conocido con-
Agencias de rating, entidades supranaciona- senso de mínimos19, Tocqueville encuentra su
les no electas (FMI) o con déficits democráti- punto en común más poderoso con la razón
cos (UE)… son los poderes que restringen el de ser de los “indignados”. Si para el autor
autogobierno de las sociedades democráti- francés los ciudadanos han estados dispues-
cas17 La expansión de la burocracia junto con tos a aceptar una suerte de despotismo buro-
cada vez menos instancias electas pasa por crático/tecnocrático supranacional a cambio
la sacralización de la eficiencia. Ni siquiera los de seguridad y crecimiento sin control, los
propios partidos y gobernantes escapan de “indignados” suponen una reacción de base
esta lógica. Stuart Mill lo apuntó certeramen- para recuperar la libertad democrática.
te cuando dijo que “los gobernantes acaban
siendo tan esclavos de su organización y dis- La esencia misma del movimiento como tal
ciplina como los gobernados lo son de sus es algo que simpatiza con el ideal de Tocque-
gobernantes”.18 En nuestro tiempo la política ville: Contrapesar los excesos de la pasión

Ciencia Política, 13 (2005), pp. 51-87


16. Putnam, R.: Bowling Alone: The collapse and revival
of amercian community. Nueva York, Simon & Schuster,
2000.
17. Sánchez-Cuenca, I.: Más democracia, menos libera-
lismo. Madrid, Katz Editores, 2010.
18. Stuart Mill, J.: Sobre la libertad. Madrid, Alianza Edi-
torial, 1970, pp. 125.
19. http://acampadabcn.wordpress.com/demandes/

Ecléctica |25
Pablo Simón Cosano

democrática. Si bien en un principio el movi- para el control político del siglo XXI. Pero de
miento tuvo su origen como la expresión del igual modo, la movilización es ahora posible
descontento, a raíz de las acampadas ha ten- de manera mucho más eficaz por lo cual el
dido a devenir en un movimiento social esta- poder establecido, por primera vez, comienza
ble. O lo que es lo mismo, se ha convertido en a verse desbordado. Es por ello que Tocque-
una suerte de asociación descentralizada que ville defendería este espacio de libertad crea-
une a individuos de diferentes procedencias, tiva, de asociación y de movilización, el cual
ideologías e intereses, cuya piedra de toque se convierte en el contrapunto ideal que frene
en la insatisfacción con el actual sistema. Por la tendencia despótica del poder centralizado
lo tanto esta suerte de asociación ayuda a la y burocrático que en su mediocridad aplasta
construcción de los nexos sociales artificiales la disidencia intelectual.
requeridos para frenar los excesos de la igual-
dad de condición. Para Tocqueville el propio Hay que hacer especial hincapié en algunas
movimiento es sí mismo un éxito ya que gra- de las demandas de los indignados también
cias a su proceso agonístico y asambleario pasan también por cambios institucionales en
permite que el individuo tome conciencia del el sistema político entre las cuales la principal
interés común a través de su participación y, es la reforma de la Ley Electoral: En particular
por lo tanto, se constituya en ciudadano. La el aumento de su proporcionalidad. En Espa-
solidaridad del movimiento permite acercar- ña es conocida la tendencia al bipartidismo
se al “interés propio bien entendido”, es decir, del sistema electoral actual, que perjudica a
permite que el sujeto puentee la indiferencia a los partidos pequeños con bases electora-
la que el individualismo y consumismo le abo- les dispersas22. Pues bien, para Tocqueville
ca. La indignación es así el contrapoder frente esta reforma es un proceso perfectamente
al totalitarismo de la indiferencia20. justificable para aumentar la pluralidad de las
facciones y partidos en liza. Cuantos más nu-
merosos y más diversos tanto mejor vigilarán
el ejercicio del poder. Y es que sus propios
“Tocqueville estaría contemporáneos vieron la deseabilidad de la
indignado” pluralidad política. Madison dijo que “la cre-
ciente variedad de partidos incluidos en la
Unión aumenta su seguridad” y Rousseau
consideraba que los partidos, dado que son
inevitables, “es mejor que haya tantos como
Pero además, la indignación como movimien- sea posible y evitar que todos sean desigua-
to es a la par un activo en la lucha frente a la les”23. Esta demanda, además, se conecta
tiranía de la mayoría constituida a través de la con la de una efectiva separación de poderes,
opinión pública(da), resguardo del status quo. otro de los componentes del consenso de mí-
Ello es así gracias a una nueva interfaz que nimos. Tocqueville subrayó la existencia una
permite soslayar el monopolio informativo de judicatura independiente como recurso para
los medios de masas: la red de redes. Internet garantizar el ejercicio de la libertad. Aunque
ha tenido un rol crucial para la información y
la movilización de manera creciente durante
los últimos años en un cambio comparable
20. Ramoneda, J.: Contra la Indiferencia. Barcelo-
al de la invención de la imprenta21. Gracias na, Galaxia Guttemberg, 2010, cap.2.
a ella el control del poder, obsesión para la
21. Que van desde los indignados hasta las re-
Tocqueville, puede llevarse a la dimensión de
vueltas árabes, desde el alzamiento de la oposi-
lo inmediato. Transparencia a través de de- ción en Irán hasta las movilizaciones del 11 al 14
claraciones de patrimonio, publicidad total de marzo de 2004.
de ingresos de los cargos públicos, gobierno
22. Montero, J.R., Llera, F.J., Torcal, M.: «Siste-
abierto, la oposición a la “Ley Sinde” o inclu- mas Electorales en España: Una recapitulación»,
so las filtraciones de Wikileaks han explicitado Revista de Investigaciones Sociológicas, 58
como la red deviene en el interfaz preferente (1992), pp. 7-56.

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La indignación de Alexis

pueden oponerse argumentos por su carác- publica(da) no ha encontrado contrapeso en


ter contra-mayoritario no electo24, también es una sociedad civil que es poco rica y plural y
cierto que para él de los tres poderes el ju- a la cual se le ha hurtado su poder soberano,
dicial es el que menos capacidad tiene para en manos de burocracias tecnocráticas que
socavar los principios constitucionales. le son alienas. En el caso de España, además,
el shock de la crisis todavía ha hecho más
Por lo tanto el pensamiento de Tocqueville trágica la situación de la ciudadanía secues-
puede con facilidad encontrar acomodo entre trada. Una ciudadanía cuya reacción ha sido
los “indignados” tanto por su elemento cons- la indignación.
titutivo (la movilización social y el contrapoder
de la sociedad civil) como por muchas de sus Tocqueville estaría indignado. Y esto es así
demandas (la transparencia, el control del po- porque vería en esta reacción, posiblemente,
der o la reforma del sistema electoral). En la la única salida para la regeneración de la so-
medida en que los “indignados” sustancian ciedad democrática y la trampa en la que se
sus demandas en la recuperación de la Po- ha atrapado. El pensador francés, esencial-
lítica y por lo tanto, de la dimensión pública mente optimista sobre la naturaleza humana,
de la democracia, lo que hacen es reforzar no dudaría en tomar la palabra para potenciar
la idea de Tocqueville de hacer a esta última aquellos principios que permitan deponer el
compatible con la libertad. despotismo blando propio de nuestra so-
ciedad. En sumarse al salto por esa “Demo-
CONCLUSIÓN: cracia Real”. La constitución del movimiento
LA INDIGNACIÓN DE ALEXIS como un tejido de sociedad civil que ciudada-
nos concienciados, el desmantelamiento de
la tiranía de la mayoría a través de Internet,
La tensión del pensamiento de Alexis de To-
la transparencia y el control de la política a
cqueville oscila siempre entre la libertad y la
través de este mismo interfaz, las reformas
igualdad. De esta tensión de donde nace la
institucionales encaminadas a separar los
idea de que la democracia es compatible con
poderes y la representación de la pluralidad
la tiranía siempre que se renuncie a la pri-
de partidos… No cabe duda que todas ellas
mera a favor de la segunda. Para curar este
serían, a juicio de Tocqueville, los mojones im-
mal tan sólo cabe oponer el asociacionismo,
prescindibles en el camino a la recuperación
la virtud de la moderación y la concepción
de la libertad. Una libertad que es la condi-
del interés particular como conectado con
ción indispensable para hacer de la sociedad
el bienestar general. Sólo a través de estos
democrática una sociedad que aspire a la fe-
mecanismos se puede salvaguardar la liber-
licidad de sus miembros 
tad en las sociedades democráticas. Como
he presentado arriba, la sociedad contempo-
ránea ha exacerbado los males propios de la
sociedad democrática sin oponer ninguno de
sus contrapesos. El individualismo, el atomis-
mo, el consumismo y la tiranía de la opinión

23. Colomer, J.M.: Cómo votamos: Los sistemas elec-


torales en el mundo. Barcelona, Editorial Gedisa, 2004,
pp. 73.
24. Sánchez-Cuenca, I.: Más democracia, menos libera-
lismo. Madrid, Katz Editores, 2010, pp.161-187.

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