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Kirchneristas son todos: …los hay a favor, los hay en contra

Después de tantos años vuelve a tener sentido la frase que pronunciara el Gral. Perón al
referirse a la oposición, pero con nuevos protagonistas. La figura de los Kirchner (Cristina en
este caso) se agranda a medida que pasan los años y demuestra, contra viento y marea, que
puede seguir timoneando el barco.
No somos un país fácil, la gente lo sabe.
Existe una contra, que sin resquicios ni descanso pronostica, casi desde que asumieron los
Kirchner, el desastre. Y aunque nadie sabe qué va pasar mañana, todavía estamos esperando
que pidan disculpas por todas las veces que se equivocaron.
Para los anti K siempre todo está peor, nunca hay mejoras. Pero, si verdaderamente cayó la
construcción o la industria en los últimos años, cómo es posible que nunca hubiera un titular
expresando la espectacular suba del sector desde hace más de una década. A esto se agrega,
una campaña incesante de denuncia contra el gobierno. El caso Nisman, el procesamiento de
Boudou o la ruta del dinero K por un Juez de Nevada. El objetivo de la oposición es claro,
ensuciar al gobierno tanto como se pueda. Si no cae la Presidenta, que caiga el Vice. Pues si
todo se va al carajo, si destruyo al Estado, aparecen los grandes negociados. Lo sorprendente
es que si bien los negocios los hacen los de afuera, los agoreros de la catástrofe, los
“entreguistas”, están de este lado. Esto me recuerda una frase de Arturo Illia: “No les tengo
miedo a los de afuera que nos quieren comprar, sino a los de adentro que nos quieren vender”.
Cito a un radical y aclaro para que se entienda, que aunque diga que todos son Kircheristas, no
soy Kirchnerista, soy “populista”. Por eso tiene sentido haber votado a Alfonsín y a Cristina
Luego de leer La razón populista del politólogo Ernesto Laclau, tomé conciencia que el populismo,
al menos el Latinoamericano, merece otra lectura. Es una postura históricamente denostada
por la derecha y la izquierda. La primera porque rebela al trabajador contra su “patrón”, y la
segunda, porque aborta la revolución. Pero ¿por qué no pensar que si la democracia, con todos sus
defectos, es el gobierno de las mayorías, los populismos son los gobiernos más democráticos?
Si uno es un ciudadano de a pie, de esos que viajan en colectivo y le cuesta llegar a fin de mes; o
simplemente le avergüenza que en un país proveedor de alimentos haya chicos que pasan
hambre, a quién escuchar sino a quien habla a las mayorías. Es decir, si uno tuviera 800 mil
hectáreas para explotar, como algún sector del agribusiness en el país, o 300 mil a su nombre,
como el señor Soros, seguramente repudiaría cualquier intento populista, y no dudaría en votar
a Macri (u otra gallina de ese gallinero) que prometen eliminar las retenciones. O a Carrió, que
dijo al sector que con ella “el dinero lo van a levantar en pala”. Pero no se pertenece a esa élite,
es lógico que vote a quién diga proteger el interés de las mayorías.
Esto no implica que el populismo esté exento de críticas. Entre ellas: el personalismo y la
demagogia, tener que aceptar la distancia que existe entre lo que dicen y lo que hacen. Pero el
discurso de la oposición ya de por sí es nefasto, proponen una sociedad para “ricos y famosos”
con millones de excluidos. El populismo, en cambio, apunta a extender la “clase media”, y en
muchas cuestiones toma el camino intermedio, el de los justos medios. Por ejemplo, en el
tema de la deuda externa la derecha dice: “paguemos, y sigamos con el endeudamiento para
comprar sus productos sin restricciones”, todo en aras de su panacea que es el “libre
mercado”. Esto termina en un Estado sin industrias, sin trabajo y manejado por los
organismos de crédito internacional. Mientras tanto, un grupete de familias, no más que eso,
la pasan bomba vendiendo productos importados vía telefónica desde su quinta en Pilar. Por
su parte la izquierda pregona: “no paguemos la deuda”, pues es ilegítima y primero hay que
saldar la “deuda interna”; y olvida que salirse del mundo tiene su precio.
En otro tema, como la inseguridad, la derecha que piensa al Estado únicamente como poder
de policía, mira el presente de países que bajan la edad de imputabilidad de los menores,
aplican pena de muerte, o que aumentan penas, cárceles o los efectivos policiales, sin ningún
resultado por ejemplo, el remedio populista busca la solución en el pasado, en el Estado de
Bienestar de los `60/`70, y no en. Los populistas proponen, proponemos, volver al Estado
Benefactor, no al Estado ausente, o. En los `60/`70 no había carros en la calle ni familias
enteras (incluidos niños) viviendo de la basura. Eso también es violencia.
Quiere decir que la disyuntiva del título se modifica a: populistas somos todos, …a favor o en
contra, y elijo estar a favor. Elijo estar a favor de este gobierno consustanciado con los
intereses de las mayorías populares.
Apruebo sus avances en cuestiones de género, educación, inclusión, medios y; en general, las que
tiene que ver con el orgullo de ser argentino. Apoyo la unión Latinoamericana, la dignidad y
orgullo con que festejamos el Bicentenario junto a los presidentes de los países hermanos, sin
esperar la llegada de príncipes, reyes o mandatarios de estados históricamente explotadores
en la Región. Su política internacional pacifista, pero no entreguista, y el protagonismo político
que busca dar a la población. “El silencio es salud” del Proceso es la postura de quienes no
quieren que se discutan u observen sus negociados, sus abusos. Por eso también apoyo la Ley
de Medios y la última de regulación de las relaciones de producción y consumo. No quiero que
las Empresas hagan lo que les da la gana.
Mi inclinación en favor del gobierno y su política también se explica en que soy docente, y un día
del maestro —ni uno antes ni uno después—, había en casa de regalo un libro enviado por la
presidenta. Por supuesto que no sólo a mí, sino a todos los docentes y eso lo hace más meritorio.
Podrán decir que eso es la peor demagogia, burdo clientelismo; pero saben qué, ningún presidente
se acordó de mí antes. Ni de Rocío Parabúe, una alumna que cuando le dieron la noteboock dijo: “…
yo nunca tuve una computadora”. Por eso cuando dicen “…a estos negros los compras con un chori y
un vaso de vino…”, sepan que los grasas, los negros, los pobres somos mayoría y en democracia
apoyamos gobiernos populistas.
El "Profe"

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