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GUÍA BÁSICA

DE AUTOCUIDADO
Todo lo que necesitas saber para
empezar a practicar el autocuidado y
alcanzar el bienestar que mereces.

Noelia Cerdeño
www.noeliacerdeno.com
· Prohibida su reproducción parcial o total para la venta ·
¿Qué es el autocuidado y
por qué es importante?
El autocuidado es el conjunto de acciones que tomamos para
proporcionarnos salud a todos los niveles: físico, mental,
emocional, espiritual y social.

Cuidarse a uno mismo significa preguntarse qué necesito y


responder honestamente.

Significa también identificar y tomar mejores decisiones sobre


nuestras necesidades.

Puede ser tan simple como acostarse temprano después de un


largo día de trabajo, o tan difícil como estudiar los hábitos que
hemos creado y sus efectos a largo plazo.

En primer lugar, debemos comenzar haciéndonos conscientes


de que nosotros somos los responsables de nuestro propio
bienestar.

El autocuidado es relativo. Cada ser humano es único y el


autocuidado es diferente para cada uno de nosotros.

La forma en que te cuidas a ti mismo, no es la misma forma en


la que otra persona se cuida. La clave está en que cada uno
encuentre las formas de autocuidado que más se ajusten a sus
necesidades personales.

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¿Qué NO es autocuidado?

Autocuidado no es solo algo que nos obliguemos a hacer o


algo que disfrutemos. Tiene mucho de ambos, porque a veces
debemos priorizar y ese es el mayor de los retos.

Pero, sin lugar a dudas, el autocuidado no nos quita energía,


sino que nos recarga de ella.

No es un acto egoísta. Tampoco se trata de cuidar la


proyección que las personas o la sociedad tienen sobre
nosotros. El autocuidado no va de cumplir las expectativas de
otros, sino de hacer lo que te haga sentir bien a ti.

El autocuidado no debe suponer un esfuerzo o sacrificio, sino


todo lo contrario, debe ser algo que aporte bienestar.

Una de las principales excusas que nos decimos para no


persistir en el autocuidado es: simplemente no tengo tiempo.

Afortunadamente hay un gran número de cosas que podemos


hacer por nosotros y ninguna de ellas es especialmente difícil
o requiere mucha planificación.

El truco es encontrar algo que realmente disfrutemos y que se


ajuste a nuestra vida y nuestros valores.

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Las 5 dimensiones
del autocuidado

Físico

Mental

Emocional

Espiritual

Social

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Autocuidado f ísico

El autocuidado físico se trata de atender a nuestro cuerpo.

La actividad física es vital para nuestro bienestar corporal, que


además contribuye a desahogarnos y a liberar el estrés, pero
hay otras muchas actividades que puedes realizar para
cuidarte físicamente.

Aquí te dejo algunas ideas:

Alimentación consciente, nutritiva y saludable.


Ir a la cama un poco más temprano para tener buena
rutina de sueño.
Una ducha o baño caliente (puedes añadir sales, encender
velas, poner música...)
Ir a la peluquería y cuidar tu cabello.
Practicar yoga, pilates o algún otro deporte de baja
intensidad.
Regalarte una sesión de belleza.
Practicar crossfit o ejercicios de fuerza y alta intensidad.
Salir a correr o a caminar.
Bailar, danzar.
Mimarte con un masaje relajante.

No necesitas practicar todas ellas. Escoge las que más vayan


contigo y se ajusten a tus necesidades personales.

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Autocuidado mental

El autocuidado intelectual consiste en ejercitar nuestra mente,


estimular el pensamiento crítico y la creatividad. También se
trata de aprender a mantener la mente relajada y limpia de
pensamientos intrusivos y dañinos para nuestra salud.

A continuación te dejo algunas ideas para cuidar tu mente:

Leer un libro.
Ir a terapia o pedir ayuda si lo necesitas.
Invertir en ti (realizar cursos, talleres, retiros, terapias o
cualquier otra actividad que te aporte bienestar).
Hacer un puzzle, rompecabezas o crucigrama.
Escribir (diario de gratitud, poesía, relato o cualquier cosa
que te guste y te haga sentir bien).
Tocar algún instrumento.
Fomentar tu creatividad haciendo dibujos o collages.
Meditar.
Realizar manualidades, costura...
Aprender a hacer cosas nuevas que te mantengan
estimulado, motivado y entretenido.
Escuchar un podcast educativo sobre algo que te guste y
te resulte interesante.
Cocinar algo nuevo.

Recuerda: Escoge las que más vayan contigo y se ajusten a tus


necesidades personales.

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Autocuidado emocional

Cuando se trata de nuestra salud emocional, uno de los retos


más importantes es asegurarnos de identificar la emoción.
Solo así podremos gestionarla. Para eso, es vital conocerse a
uno mismo.

Tendemos a intentar evitar sentimientos desagradables como


el miedo, la tristeza o el enfado, pero debemos ser conscientes
de que cada emoción nos trae una información.

Recuerda que no hay emociones «buenas» o «malas», sino


«agradables» o «desagradables». Todas ellas son funcionales e
igual de importantes.

Ideas de autocuidado emocional:

Identificar, aceptar y validar lo que sientes sin juzgar si te


gusta o no.
Cuidar tu diálogo interno.
Practicar la autocompasión.
Escribir un diario y ser totalmente honesto acerca de tus
sentimientos.
Ir a terapia si no consigues gestionar tus emociones.
Pedir ayuda a las personas de nuestro entorno.
Meditar.
Practicar la risoterapia (Podcast, monólogos, películas...)
Permitirse llorar y no estar bien. No somos máquinas.

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Autocuidado espiritual

El autocuidado espiritual consiste en conectar con tus valores


y lo que realmente te importa. Se relaciona con quién eres en
tu interior, encontrar tu verdadera esencia, conectar con tu
alma.

Es hacerte consciente de que eres mucho más que lo que se


ve. Que tienes un cuerpo espiritual y energético y debes
cuidarlo y atenderlo al igual que haces con el cuerpo físico.

Aquí van algunas ideas:

Mantener una práctica diaria o frecuente de meditación o


atención plena consciente.
Practicar la abundancia.
Hacer una lista de los valores más importantes para ti y
actuar siempre en base a ellos para ser coherente contigo.
Respiración consciente o pranayama.
Buscar el equilibrio espiritual/físico/mental/emocional.
Conectar con la naturaleza y contemplar su belleza.
Escribir un diario de gratitud.
Decir afirmaciones o mantras que te eleven.
Utilizar elementos como piedras, gemas o aceites
esenciales para mantener una alta vibración.
Realizar limpieza energética de tu espacio (puedes utilizar
incienso, palo santo, atados de salvia...)
Hacer rituales de cierre o apertura de ciclos.

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Autocuidado social

La conexión con otras personas es necesaria para nuestra


felicidad. Necesitamos de los otros para compartirnos y
disfrutar en conjunto.

Cómo nos relacionamos con los demás es un claro reflejo de la


relación que tenemos con nosotros mismos, por eso es
importante cultivar relaciones auténticas y saludables.

No se trata solo de hacer cosas con otros por el simple hecho


de hacerlo, sino de elegir hacer cosas con personas que
realmente nos hacen sentir bien.

Algunos ejemplos son:

Aprender a marcar límites y decir no sin sentirte culpable.


Tener iniciativa y proponer planes a familiares o amigos
con los que te apetezca compartir tiempo.
Practicar la comunicación asertiva.
Escribir a esa persona que echas de menos.
No compararse con los demás.
Unirse a un grupo de personas que comparten tus
intereses y ampliar tu entorno.
Dejar de socializar y de hacer planes con aquellos que no
te hacen bien y te quitan tu energía vital.
Iniciar una conversación con alguien que te interese.
Responsabilidad afectiva en todas tus relaciones.

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Beneficios del autocuidado

Mejorar la productividad.
Con la práctica del autocuidado aprendes a marcar límites y
decir «no» a las cosas que no te hacen sentir bien y comienzas
a hacer tiempo para las cosas que son importantes para ti.

Hace que visualices mejor tus metas para enfocarte y


concentrarte en lo que estás haciendo.

Mejorar la autoestima.
Cuando tenemos tiempo para nosotros mismos, tiempo en el
que nos tratamos bien y satisfacemos nuestras propias
necesidades, enviamos un mensaje positivo a nuestro
subconsciente. Un mensaje personal de que somos
importantes, haciendo que mejore nuestro diálogo interno.

Conocerte mejor.
Practicar el autocuidado requiere pensar en lo que realmente
nos gusta hacer y necesitamos. El ejercicio de descubrir qué es
lo que realmente nos apasiona e inspira, ayuda a entendernos
mejor.

Tener más para dar.


Cuando eres bueno contigo mismo, puedes pensar que eres
egoísta, pero en realidad te brinda los recursos que necesitas
para ser compasivo con los demás también. Valoras a otros
porque te valoras a ti mismo. Das mucho porque eres mucho.

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Noelia Cerdeño
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