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“Es la relación jurídica ese vínculo que se presenta entre las personas por la posesión de
los bienes, en la satisfacción de las necesidades, sancionado por el ordenamiento En la
relación siempre hay dos sujetos enfrentados. Alguien que puede y alguien que debe. La
simultaneidad de poder y deber es evidente e insustituible, al punto de no ser concebibles
escindidos, de que la inteligencia del uno impone la de su pareja.
Poder jurídico, potestad, facultad, derecho es posibilidad, aptitud de actuar frente a los
demás, de mandar, de desarrollar intereses propios o ajenos que tiene como
contrapartida al deber jurídico, necesidad, imposibilidad total o parcial, de mando, de
disponer de sí en cierto sentido o de obrar en general. Poder significa: capacidad,
idoneidad; deber: imposibilidad; necesidad. La amplitud o restricción de uno y otro van
siempre en proporción directa. Tanto más amplio el poder cuanto mayores las limitaciones
del sujeto pasivo, esto es, mientras más fuerte se presente el deber. “
Relación Jurídica
Sujeto activo Sujeto pasivo
Poder jurídico correlatividad Deber jurídico
Conducta humana interferida
“Relación jurídica establecida entre dos personas determinadas (1), en razón de la cual un
sujeto activo, que se denomina acreedor, espera (4) fundadamente un determinado
comportamiento, colaboración, que es la prestación (2), útil para él y susceptible de
valoración pecuniaria, de parte y a cargo de otro, sujeto pasivo, llamado deudor, quien se
encuentra, por lo mismo, en la necesidad (4) de ajustar su conducta al contenido del nexo
(3), so pena de quedar expuesto a padecer ejecución forzada (5), o sea a verse
constreñido alternativamente, a instancia de su contraparte, a realizar la prestación
original (6) o a satisfacer su equivalente en dinero (7) y, en ambos casos, a resarcir los
daños y perjuicios ocasionados por su incumplimiento (8)” (Hinestrosa: 55).
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(8) Débito adicional: indemnización de daños y perjuicios.
- Sujetos:
• Activo: es un sujeto determinado llamado acreedor.
• Pasivo: es un sujeto determinado llamado deudor.
Usualmente la determinación de los sujetos de la relación obligacional se efectúa desde
un principio, pero nada impide que se realice con posterioridad a la constitución de la
relación, siempre y cuando la determinación no supere (cronológicamente) el momento de
exigibilidad de la obligación.
Alguno o ambos extremos de la relación obligatoria pueden estar constituidos por varios
sujetos. Esto sucede en las obligaciones conjuntas, solidarias e indivisibles.
Objeto:
Objeto de la obligación es primordialmente un comportamiento humano. Es el deber de
una persona, la orientación que ella ha de dar a su conducta en forma útil para el
acreedor. Una conducta humana que se traduce en un praestare o prestación; entregar un
objeto determinado o bienes de género de la calidad, en la cantidad y oportunidad
señaladas en el título, realizar una actividad personalísima o fungible, omitir determinados
actos en favor, de otro sujeto. Así el objeto que primariamente consiste en un praestare
positivo o negativo, comisión o abstención, se desdobla no sólo en este sentido inicial,
sino en uno más íntimo: entregar un objeto y realizar o abstenerse de realizar un acto, y
de ahí porque se hable de que el objeto de la obligación puede consistir en una porción
del mundo exterior (cosa) o en una actividad u omisión del deudor.
………….., teniendo presente que el objeto originario de la obligación es una conducta del
deudor, se entiende genéricamente por objeto una cosa, aquella sobre la cual recae el
interés del acreedor, o un comportamiento personal o anónimo del deudor o una
abstención suya
………….._ :
EL OBJETO
- Se refiere al “qué” de la obligación y se llama prestación, la cual es una conducta
cuyas características son las siguientes:
• Susceptible de valoración pecuniaria.
• Determinada.
• La conducta que el acreedor puede exigir del deudor es la misma que éste debe
cumplir a favor del acreedor.
La prestación puede clasificarse de varias maneras:
► Según la clase o modalidad de conducta que la constituya:
→ Prestación positiva (acción):
◘ Dar - entregar: consiste en la atribución (constitución o transferencia) de un derecho real
sobre un bien y en la consecuente entrega material del mismo (“La obligación de dar
contiene la de entregar la cosa”, art. 1605 CC). Toda prestación de dar apareja la de
entregar, el entrega es consecuencia necesaria de la tradición.
◘ Entregar: consiste en la entrega material de un bien. No toda prestación de entregar
implica la de dar (ejemplos: comodato, depósito, arrendamiento, etc.).
Las prestaciones de dar o entregar pueden tener por objeto bienes corporales o
incorporales (cesión de créditos, por ejemplo), de género o de cuerpo cierto.
◘ Hacer: es toda acción diferente de dar o entregar.
→ Prestación negativa (abstención): no hacer.
► Según el número de conductas que la constituyan:
→ Prestación simple: está constituida por una sola conducta positiva o negativa.
→ Prestación compleja: está constituida por más de una conducta.
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Contenido:
Contenido de la obligación es, como ya se anotó la estructuración del vínculo, Ios matices
que presenta, las particularidades de la orientación que se ha de dar a la conducta del
deudor, la contemplación precisa de la cosa materia de la relación.
Al ser el objeto una cosa, el contenido consiste en la relación económica que se establece
sobre ella, dando piso o base a la relación jurídica. Si el objeto es nada más que una
conducta, si la satisfacción del acreedor se agota en la actividad o en la omisión del
deudor, sin que haya una cosa en el fondo, el contenido de ese nexo es la estructuración
de ese comportamiento o de esa conducta omisiva,-tal como se formula en el título.
Puede parecer sutil la diferencia, pero es evidente,, Se trata de dos entidades distintas,
de dos aspectos diversos de un mismo fenómeno: su materialización y la forma como esa
materialización se produce. El objeto mismo y el modo como ese objeto es ordenado. El
interés de los sujetos y la regulación de ese interés a través del vínculo que por tales
razones se ha establecido
Es la regulación de la conducta de las partes, tanto del acreedor como del deudor; se
refiere al “cómo”, “cuándo” y “dónde” de la obligación. Tratándose de obligaciones
negociales, el contenido de la obligación coincide con el contenido del negocio
(estipulaciones, cláusulas o términos negociales). El contenido puede ser:
“Dos momentos se captan en el nexo obligacional: uno estático, que se forma por la
necesidad del deudor de acomodar sus actos, dentro de la pauta que señala el título, en
favor del acreedor, para satisfacer el interés suyo que da consistencia a la relación
jurídica, necesidad a la que corresponde una expectativa, una confianza del sujeto activo,
consistente en la vigilancia sobre el proceder del obligado y en su espera al día fijado para
recibir la prestación. Pero por sí solo este aspecto del vínculo, así esté autorizado y
patrocinado por el derecho, no alcanza a caracterizar la obligación. El aspecto coactivo, el
momento dinámico viene a dar realidad '' en muchas oportunidades a lo que solamente
era confianza. Sin llegar al extremo de SCHOLSSMANN, citado por BARASSI de situar la
obligación en la transgresión del deber, de captar únicamente el momento procesal del
nexo, la responsabilidad del deudor, con las posibilidades que se abren para el acreedor
en cuanto el sujeto pasivo rehúye el cumplimiento, completa el concepto, le otorga plena
vida en sus distintas contingencias.
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Garantía del crédito es ante todo la honorabilidad o buena fe del deudor, respaldada con
sus haberes presentes y futuros y con su fuerza de trabajo» De ahí por qué, cuando
quiera que el deudor no satisface las legítimas aspiraciones del acreedor, se ve expuesto
de inmediato a la persistencia de éste en forma de ejecución específica y
subsidiariamente a la subrogación del objeto bajo la forma de dinero- equivalente
pecuniario del valor de la prestación- acompañado de la indemnización de los daños y
perjuicios ocasionados con la renuencia definitiva o temporal, parcial o completa.
Así como la llamada obligación natural no es realmente obligación; dado que no cuenta
con el elemento "responsabilidad", la acción civil no se concede sino a quien realmente
posee un crédito y frente a quien se encuentra afectado por un débito, Esa la importancia
de los dos aspectos de la obligación y la necesidad conceptual de su presencia
simultánea para la totalización de la idea”.( Fernando Hinestrosa)
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rem) y la indemnización de los perjuicios, especificados y apreciados por él bajo
juramento (art. 428(1) CGP) o de llegar a esa pretensión ante el fracaso o la dificultad de
la ejecución in natura intentada (arts. 428 [2 y 3] y 437 CGP) . Habiendo de precisarse
que la idea de responsabilidad y, con mayor nitidez, la de responsabilidad patrimonial no
se circunscribe al evento de sustitución del objeto por su equivalente pecuniario, pues
dicho fenómeno, y con la adjetivación mencionada, se presenta así mismo en la hipótesis
de ejecución específica
Art. 1610 CC: “Si la obligación es de hacer y el deudor se constituye en mora, podrá pedir
el acreedor, junto con la indemnización de la mora, cualquiera de estas tres cosas, a
elección suya:
1) Que se apremie al deudor para la ejecución del hecho convenido.
2) Que se le autorice a él mismo para hacerlo ejecutar por un tercero a expensas del
deudor.
3) Que el deudor le indemnice de los perjuicios resultantes de la infracción del
contrato”.
Los numerales 1º y 2º se refieren al débito primario; el 3º, al débito adicional.
Art. 1612 CC: “Toda obligación de no hacer una cosa se resuelve en la de indemnizar los
perjuicios, si el deudor contraviene y no puede deshacerse lo hecho.
Pudiendo destruirse la cosa hecha, y siendo su destrucción necesaria para el objeto que
se tuvo en mira al tiempo de celebrar el contrato, será el deudor obligado a ella, o
autorizado el acreedor para que la lleve a efectos a expensas del deudor.
Si dicho objeto puede obtenerse cumplidamente por otros medios, en este caso será oído
el deudor que se allane a prestarlos.
El acreedor quedará de todos modos indemne”.
Inciso 1º: correcta utilización del término “perjuicios” (débito primario + débito
adicional).
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Inciso 3º (“En caso de que…”): utilización impropia de la palabra “perjuicios” (se
ordena el débito primario siempre que no se haya pedido débito secundario).
ARTÍCULO 426. EJECUCIÓN POR OBLIGACIÓN DE DAR O HACER. Si la obligación es
de dar una especie mueble o bienes de género distinto de dinero, el demandante podrá
pedir, conjuntamente con la entrega, que la ejecución se extienda a los perjuicios
moratorios desde que la obligación se hizo exigible hasta que la entrega se efectúe, para
lo cual estimará bajo juramento su valor mensual, si no figura en el título ejecutivo.
De la misma manera se procederá si demanda una obligación de hacer y pide perjuicios
por la demora en la ejecución del hecho
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Excepciones a la estructura de la relación jurídica obligacional:
El fiador no es deudor y, por tanto, responde sin tener un débito propio. En la fianza, la
respectiva relación, lleve ese nombre u otro, es de garantía personal, con un tope máximo
señalado por el monto y los términos de la “obligación principal”: el fiador no puede
obligarse a más ni en términos más gravosos que el deudor: cuantía, tiempo, lugar,
condición, modo, pena (arts. 2369 y 2370 [1] c. c.), garantía que habrá de reducirse a
dicho límite en cuanto exceda de él (art. 2370 [3] c. c.). Su valor y demás caracteres serán
los expresados en el título, pero se entiende, si nada aparece en contrario (naturalia
negotia), que comprende el crédito con todos sus accesorios. El fiador, de suyo, al otorgar
la fianza se entiende responsabilizarse por “toda la extensión de la obligación principal”,
pero bien puede restringir su responsabilidad en la cuantía, el tiempo, el modo, la
condición 24. Cómo fijar el alcance de su garantía, “es una cuestión de hecho que el juez
decide de conformidad con los términos del acto y la intención de las partes”.
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→ Hipoteca: “La hipoteca es un derecho de prenda constituido sobre inmuebles que no
dejan por eso de permanecer en poder del deudor” (art. 2432 CC).
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2) Débito sin responsabilidad: el acreedor espera que el deudor cumpla su
obligación espontáneamente, pero si éste no lo hace, aquél no podrá pretender la
ejecución forzosa. Esto sucede en las obligaciones naturales.
Artículo 1528. La sentencia judicial que rechaza la acción intentada contra el naturalmente
obligado, no extingue la obligación natural.
Artículo 1529. Las fianzas, hipotecas, prendas y cláusulas penales constituidas en
terceros para seguridad de estas obligaciones, valdrán.
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2. Obligaciones civiles y naturales: Según el art. 1527 c.c., las obligaciones son
civiles o naturales. La obligación civil (perfecta) es la que da acción para exigir el
cumplimiento de la prestación y excepción para retener lo pagado por el deudor, mientras
que en la obligación natural (imperfecta) el acreedor carece de acción para exigir el
cumplimiento de la prestación pero cuenta con excepción para retener lo que se ha dado
o pagado en virtud de ella.
Tanto las civiles como las naturales son verdaderas obligaciones jurídicas, en tanto que
constituyen un vínculo jurídico entre determinadas personas que coloca el deudor en la
necesidad de realizar la prestación, solo que en la obligación natural el cumplimiento
queda entregado a la simple voluntad o conciencia del deudor. Se trata pues de un
vínculo que aunque jurídico es incompleto, pues no da derecho para exigir su
cumplimiento al deudor: da al acreedor solamente una excepción contra la demanda de
restitución que el deudor que cumplió la obligación le promueva.
Además de lo anterior, existe una diferencia más manifiesta entre el deber moral y la
obligación natural: quien cumple un deber moral sin estar obligado legalmente efectúa una
liberalidad, hace una donación; por el contrario, quien cumple una obligación natural
verifica un pago, cumple la prestación.
El siguiendo apartado de Laurent aclara las diferencias entre las obligaciones civiles y las
naturales, por un lado, y entre estas últimas y el deber moral, por el otro: “Dos condiciones
son requeridas para que haya obligación natural: es necesario desde luego un vínculo
jurídico existente entre dos personas; y es necesario que este vínculo no sea reconocido
por la ley [se refiere al no reconocimiento de la acción para exigir el cumplimiento]. El
primer carácter distingue la obligación natural del deber moral; el segundo la distingue de
la obligación civil”.
Así las cosas, el legislador no puede otorgarle el mismo estatuto a ambas clases de
obligaciones por razones obvias (prescripción, nulidad), pues eso sería legitimar la
violación del orden jurídico; pero el legislador tampoco puede desconocer que tales
vínculos jurídicos (las obligaciones prescritas, las obligaciones “nulas”, las obligaciones
desvirtuadas por falta de prueba) existen en la conciencia del acreedor y del deudor, de
manera que no debe violentar la conciencia individual que motiva el pago, fomentando la
honradez, la buena fe y el respeto en la palabra empeñada.
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Según Fueyo Laneri la obligación natural se fundamenta en: Sanción de una relación
viciada o desvirtuada, reconocimiento legal del pago y del deber de conciencia.
5. Taxatividad de las obligaciones naturales: Por regla general, toda obligación
está dotada de acción (es civil); solo excepcionalmente acepta el legislador la existencia
de obligaciones que no le otorgan al acreedor el derecho de exigir el pago (naturales). Así
las cosas, tratándose de un régimen excepcional, las obligaciones naturales solo existen
en virtud del texto expreso de la ley, siendo improcedente toda aplicación analógica.
i. obligaciones civiles extinguidas por prescripción (art. 1527, num. 2º, c.c.): en
estricto sentido, la prescripción extintiva (liberatoria) no extingue la obligación, sino la
acción de cumplimiento de la prestación, ya que, por definición (arts. 2512 y 2535
c.c.),la prescripción extintiva es un modo “…de extinguir las acciones o derechos
ajenos…”; así las cosas, la prescripción extintiva lo que hace es transformar la obligación
civil en natural, mediante la supresión de la posibilidad de exigir por vía judicial el
cumplimiento de la prestación.
¿Se requiere sentencia judicial que declare la prescripción extintiva para que la obligación
civil degenere en natural?, ¿será que basta con el solo transcurso del término establecido
por la ley?: algunos doctrinantes sostiene que el solo transcurso del tiempo basta para
trasformar la obligación civil en natural (Ospina Fernández, Claro Solar)); otros afirman
que sí es necesaria la sentencia judicial que declare la prescripción extintiva de la acción
(Alessandri Rodríguez).
ii. obligaciones que no han sido reconocidas en juicio por falta de prueba
(art. 1527, num. 4º, c.c.): la falta de elementos probatorios para acreditar la existencia de
la obligación en un proceso jurisdiccional hacen que no prosperen las pretensiones del
acreedor y por esa vía, que la obligación civil degenere en natural. Es necesario,
entonces, una sentencia absolutoria del demandado justificada en la falta de prueba del
derecho del acreedor (la disposición no se aplica cuando el deudor es absuelto por otra
causa)
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i. obligaciones contraídas por personas que teniendo suficiente juicio y
discernimiento, son incapaces de obligarse (art. 1527, num. 1º, c.c.): El numeral 1º del
art. 1527 solo se refiere, pues, a las obligaciones contraídas por los incapaces relativos
(menor adulto y disipador interdicto). Esta norma no se refiere en ningún caso a las
obligaciones contraídas por los incapaces absolutos (demente, impúber y sordomudo que
no puede darse a entender), pues en relación con estos el numeral 2º del art. 1504
establece que “Sus actos no producen ni aun obligaciones naturales…”. Tampoco se
aplica a las demás causales de nulidad relativa (vicios del consentimiento y lesión
enorme); si un acto jurídico es rescindido por una causal diferente a la incapacidad
relativa de uno de sus agentes, las obligaciones civiles que de él nacían desaparecen y
no subsisten ni aun como naturales.
La doctrina discute en este punto sobre si los actos del disipador interdicto producen o no
obligaciones naturales. Alessandri Rodríguez sostiene que este incapaz relativo carece de
juicio y discernimiento para la administración de sus bienes y por ende, no contrae ni aun
obligaciones naturales. Ospina Fernández y Claro Solar afirman que “El pródigo, a
diferencia del demente, no pierde con la interdicción, ni su inteligencia ni su voluntad”, de
manera que aun estando en entredicho su prudencia a la hora de administrar el
patrimonio, adquiere obligaciones de carácter natural.
¿Se requiere sentencia judicial que declare la nulidad relativa por incapacidad relativa o
basta con la sola incapacidad relativa para celebrar actos jurídicos por sí mismo?:
Alessandri Rodríguez afirma que sí es necesaria la sentencia declaratoria de la rescisión
por incapacidad relativo; Claro Solar y Somarriva Undurraga sostienen que basta
únicamente la incapacidad relativa de contratar.
ii. obligaciones que proceden de actos a que faltan las solemnidades que la ley
exige para que produzcan efectos civiles (art. 1527, num. 3º, c.c.): son obligaciones
naturales aquellas que se derivan de actos jurídicos absolutamente nulos por la omisión
de la solemnidad o formalidad sustancial establecida por la ley; no caben en este
supuesto de obligaciones naturales las obligaciones derivadas de actos absolutamente
nulos por objeto ilícito, causa ilícita o incapacidad absoluta de uno de sus agentes.
¿Se requiere sentencia judicial que declare la nulidad relativa por omisión de la formalidad
sustancial o basta con la sola configuración de la causal de nulidad absoluta referida?:
existen igualmente posiciones doctrinales encontradas, pues por un lado autores como
Alessandri y Fueyo Laneri aseveran la necesidad de la declaración judicial y, por el otro,
Claro Solar sostiene que “No es necesario, como se ha sostenido, que una sentencia
declare la nulidad absoluta del acto para que nazca la obligación natural”.
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i. El pago debe ser voluntario: Según Pothier “Paga voluntariamente (…) el que paga
libre y espontáneamente una obligación que sabe que no se le puede exigir por el
acreedor”, es decir, que es necesario que el deudor tenga conocimiento y conciencia de
que la obligación es natural. Además, es indispensable que la voluntad de pagar esté
exenta de vicios (error, fuerza, dolo).
ii. El pago debe ser hecho por persona que tenga “libre administración” de sus
bienes: debe entenderse “libre disposición”, expresión de mayor alcance y contenido
que la erróneamente utilizada por la norma (mientras “libre administración” denota
únicamente actos de conservación y mantenimiento de bienes -ej. art. 2158 c.c.-, “libre
disposición” incluye además la facultad de comprometer el propio patrimonio -enajenar,
gravar-).
Hecha la anterior aclaración, tienen libre disposición de los bienes y, por lo tanto,
efectuado por ellos el pago no puede repetirse lo pagado, aquellas personas mayores de
edad en quienes no concurren ni incapacidades generales (absolutas o relativas) ni
incapacidades particulares en relación con la disposición de un bien determinado.
iii. Deben reunirse los requisitos de validez del pago (arts. 1630 a 1665 c.c.)
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d) Pueden ser caucionadas
“Las fianzas, hipotecas, prendas y cláusulas penales constituidas en terceros para
seguridad de estas obligaciones, valdrán” (art. 1529 CC). De manera que pueden
constituirse cauciones para garantizar el cumplimiento de obligaciones naturales
Así entonces, los actos de los incapaces relativos producen obligaciones naturales. Se
agrega que si la obligación es nula por otras razones, por ejemplo, por un vicio de la
voluntad, no hay obligación natural sino una obligación civil nula, por lo que si se
declarada nulidad deberá restituirse lo dado o pagado en virtud de ella. De esto último se
puede inferir que habría una distinción entre las obligaciones civiles nulas y las
obligaciones naturales originarias, cuestión que será relevante para sostener la categoría
en que se encuentran las obligaciones naturales en los casos del n. 1 del artículo 1527.
Alcance de la antinomia
El artículo 1687-1746 tiene un ámbito de aplicación mayor, toda vez que se aplica a toda
causal de nulidad, por lo que el campo controvertido se reduce a los dos supuestos de
obligaciones naturales originarias establecidos en el artículo 1470-1527 que configuran
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causales de nulidad. En esos casos, la controversia se reduce al evento en que se hayan
cumplido las prestaciones, esto es, cuando debe operar el efecto restitutorio, el que tiene
lugar una vez declarada la nulidad. Si no se han cumplido las prestaciones no se verifican
órdenes contradictorias, toda vez que la nulidad declarada da lugar a la inexigibilidad de
las obligaciones, lo que es por definición la característica central de las obligaciones
naturales.
Ahora bien, para que se produzca la contradicción entre el efecto anulatorio y el derecho a
retener es necesario que no se verifiquen los supuestos que expresamente desvirtúan el
efecto anulatorio. Precisamente, en el caso del artículo 1470-1527 n. 1 no debe verificarse
el supuesto del artículo 1688-1747, en virtud del cual no puede pedirse la restitución de lo
pagado a un incapaz, y en el caso del artículo 1470-1527 n. 3 no debe darse el supuesto
de que el que alega la nulidad (para obtener la restitución) no haya celebrado el acto o
contrato sabiendo o debiendo saber el vicio que lo invalidaba.
Fueyo sostiene que solo hay obligación natural una vez que la nulidad es declarada, toda
vez que antes la obligación produce todos sus efectos, ya que es válida. Alessandri
Rodríguez sostiene que con arreglo a los artículos 1687[-1746] y 1689[-1748] la nulidad
no produce efectos entre las partes ni respecto de terceros sino en virtud de la sentencia
judicial que la declare- y en tanto la sentencia no se dicte el acto se presume legalmente
válido: de allí que para esta concepción hay obligación natural solo desde que se declara
la nulidad.
Según otros la obligación es natural desde que nace. En este sentido, Claro Solar indica
que la obligación es natural desde que el acto se celebró. Quienes sostienen que la
obligación natural existe como tal desde su origen se basan en que el artículo 1470-1527
n. 1 emplea la expresión contraídas. En el caso del n. 3 la ley emplea la expresión
proceden. Además cabe agregar que el artículo 14701527 n. 1 no utiliza en su literalidad
la expresión obligaciones nulas, lo que da mayor fuerza a la posición que sostiene que la
obligación es natural desde que se contrae. En este sentido, para el caso del n. 1 se
argumenta en esta línea con base en el artículo 2375[-2400] n. 1, regla que indica que el
fiador no tiene derecho a reembolso cuando la obligación del deudor principal es
puramente natural y no se ha validado por la ratificación o por el lapso de tiempo,
respecto de la cual se señala que únicamente se puede validar una obligación antes de
que se declare la nulidad, puesto que una vez declarada no se puede validar.
Con respecto a la posición de que la obligación natural es tal desde que se declara la
nulidad, Baraona sostiene que tal solución es al menos coherente sistemáticamente al
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"negar la inexistencia y sostener la nulidad con previa declaración judicial" pero agrega
que "con ello anula el sentido de las obligaciones naturales que, si alguno tiene, es
permitir la solutio retentio cuando el pago se ha hecho sin que las partes hayan discutido
en sede jurisdiccional sobre la nulidad: el artículo 1471[-1528] es bastante esclarecedor a
estos efectos".
Dicho defecto no está presente en la construcción de Claro Solar, para quien no procede
la restitución. En este sentido, afirma que "no es necesario que una sentencia declare la
nulidad absoluta del acto para que nazca la obligación natural- ni es admisible que antes
de la sentencia exista una obligación civil nula absolutamente, que si el deudor paga
podrá repetir lo pagado, pidiendo la nulidad de la obligación". Y expone un supuesto: "el
legatario del legado podrá retenerlo no obstante la sentencia que en el juicio
posteriormente promovido declare la nulidad del testamento. Si el juicio se promueve
antes de que el heredero pague el legado, la sentencia que declara la nulidad del
testamento hará desaparecer legalmente este como si jamás hubiera existido/ y en tal
caso no habrá habido testamento ni por lo mismo, legado".
Con respecto a esta posición Baraona cuestiona la circunstancia de que "un acto pueda
producir obligaciones naturales y al mismo tiempo causar eficacia o validez provisional"37.
Agrega que "la solución del profesor Claro Solar, si bien resuelve correctamente el
problema de las obligaciones naturales, al menos en los casos de los n. 1 y 3, al no exigir
declaración judicial previa, sin embargo deja en sede de nulidad al descubierto la
incoherencia de tal planteamiento al exigir que toda nulidad absoluta o relativa deba ser
declarada judicialmente".
En estos respectos estimo que la obligación es natural desde que se contrae, por lo que,
siguiendo a Ospina, corresponde denominarlas obligaciones naturales originarias, lo que
no quiere decir que la obligación sea civilmente válida antes de la declaración de nulidad.
Lo anterior, toda vez que la invalidez es el estado previo en que se encuentra el acto,
situación jurídica que precisamente autoriza a la declaración judicial de nulidad (ya que
esta no opera de pleno derecho, como se expuso antes en este trabajo).
Cabe apuntar que la afirmación de que la obligación es natural desde que se contrae por
las partes (toda vez que la ley no exige declaración judicial para entender que una
obligación es natural) no implica señalar que la obligación natural sea civilmente válida en
el entretanto, por ello no es que esté dotada de validez provisional, sino de validez
natural, cuyo efecto, precisamente, es que causa eficacia para retener (y además para
caucionar y novar).
En este sentido, la solución planteada por Claro Solar no es incoherente (como señala
Baraona), toda vez que el estado del acto en los supuestos de los n. 1 y n. 3 del artículo
1470-1527 no es la nulidad sino la invalidez civil, en atención a que establecen casos de
validez natural.
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A modo de conclusión
Obsérvese la diferencia de matiz entre esta última calificación, que parte de la base de la
existencia de una obligación civil, y aquellas otras, que no admiten que la obligación haya
accedido a tal estadio, pues habiendo abortado como civiles, nacen como naturales.
Diferencia de matiz que habrá de reflejarse en el tratamiento que haya de dárseles. El
segundo grupo lo conforman las hipótesis previstas por los numerales 2 y 4, que son
casos de obligaciones civiles perfectas pero que, por razones diversas, se han
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desvirtuado, cual ocurre con las obligaciones extinguidas por prescripción y las que no
han sido reconocidas en juicio por falta de prueba
Se discute, en cambio, si los actos de los disipadores (hoy inhabilitado por DMR ley
1306 de 2009), celebrados sin la autorización del curador, pueden dar origen a una
obligación natural. Algunos piensan que no, puesto que si el disipador ha sido declarado
interdicto es, precisamente, porque carece de suficiente juicio y discernimiento; otros se
pronuncian por la tesis opuesta, porque “tener juicio suficiente y discernimiento, en el
sentido que indica el art. 1470 [1527 del colombiano], significa tener inteligencia suficiente
y estar en posesión de las facultades necesarias para apreciar la declaración de voluntad
que ha de dar origen a la obligación. El pródigo, a diferencia del demente (DMA ley 1306
de 2009)), no pierde con la inhabilitación, ni su inteligencia ni su voluntad.
A tal punto parece concluyente esta forma de pensar, que algunos, como R. Uribe
Holguín, partiendo de la misma premisa, pero razonando de modo diferente, llegan a
sostener que de los cuatro casos de obligación natural contemplados por el artículo 1527
del Código Civil, los tres primeros son de simples obligaciones civiles.
Examinando –dice– con atención los tres primeros casos citados en el artículo, fácilmente
se concluye que ninguno de ellos es de obligación meramente natural, sino todos tres de
obligaciones civiles. En efecto: 1.º. Cuando una persona relativamente incapaz pero de
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suficiente juicio y discernimiento, que se haya obligado sin la intervención de su
representante legal, paga su obligación de manera voluntaria y siendo ya capaz, ratifica
tácitamente el acto o el contrato por el cual se obligó (artículo 1754 del Código).Por
consiguiente, antes del pago hubo una obligación civil y no meramente natural: si el pago
fue total, extinguió la obligación civil, y si fue parcial –consentido así por el acreedor, se
entiende–, dejó con vida en la parte insoluta la obligación civil.
ALESSANDRI
Don Arturo Alessandri Rodríguez no lo piensa así. Para él, una vez anulado el contrato
por la incapacidad del menor adulto, nace una obligación natural, de modo que si el
deudor, llegado a la mayoría de edad, la paga voluntariamente, no puede repetir. Para
que las obligaciones contraídas por estas personas –dice– sean naturales, es menester, a
juicio de la unanimidad de los autores, que la nulidad haya sido declarada por sentencia
judicial, porque con arreglo a los artículos 1684 y 1687 del Código Civil, la nulidad no
produce efectos entre las partes ni respecto de terceros, sino en virtud de sentencia
judicial que la declare. Mientras la sentencia no sea dictada, el acto goza de la
presunción legal de que es válido y que se ha ajustado a la ley en su celebración.
De manera que todo deudor que pague una de estas obligaciones antes de producirse la
sentencia judicial que la declare nula, paga una obligación civil, aunque los vicios que la
hicieron anulable o rescindible hayan desaparecido. Por el contrario, el deudor que paga
una obligación civil declarada nula en los casos del artículo 1470, n.º 1, habrá pagado una
obligación natural.
Y remata su raciocinio así: Hay, pues, tres etapas jurídicas distintas en las obligaciones a
que se refiere este n.º 1 del artículo 1470: antes de declararse la nulidad, la obligación es
civil, pero expuesta a anularse o rescindirse; después de declarada la nulidad, la
obligación es meramente natural; y la tercera etapa se presenta después que la obligación
se ha saneado por la prescripción o por la ratificación, en cuyo caso se trata de una
obligación civil perfecta que no merece reparo de ninguna especie64. Nos parece, sin
embargo, que esta postura está montada sobre un sofisma, puesto que si la obligación es
declarada nula, la consecuencia lógica es la de que desaparece como civil, pero sin que,
simultáneamente, pueda afirmarse que subsiste como natural, toda vez que si la nulidad
equivale al desvanecimiento total del acto o contrato, a la supresión de toda huella del
negocio, como si éste jamás hubiese existido, es evidente que de la nada (el negocio
anulado) no puede surgir nada, ni siquiera una obligación natural. ¿Querrá decir lo
anterior que no estamos frente a un caso de obligación natural? La respuesta a este
interrogante debe ser, a nuestro juicio, negativa. Lo que dice el numeral 1 del artículo
1527 del Código Civil es, simplemente, que la obligación contraída por incapaz con
suficiente juicio y discernimiento, es una obligación natural. De esta manera, si paga,
mientras continúa en estado de incapacidad, en el convencimiento de que está obligado
civilmente, puede obtener la restitución por la vía de la declaración de nulidad; pero, si en
ese estado, paga voluntariamente, es decir, a sabiendas de que sobre su obligación pesa
un vicio que le permitiría obtener la anulación, extingue una obligación natural y no puede
repetir alegando pago de lo indebido. En apoyo de esta interpretación podría invocarse la
autoridad de varios de los más connotados comentaristas del código de Bello.
Bástenos con lo que a este propósito dice don Luis Claro Solar: Es precisamente la
incapacidad de contratar la que produce el efecto de que la obligación contraída por el
incapaz sea una obligación natural, y no una obligación civil. No nos parece, por esto,
conforme con el derecho la opinión de los que sostienen que es necesario que se declare
la nulidad o se rescinda el acto o contrato por sentencia judicial, para que nazca la
19
obligación natural; y que mientras la sentencia no sea dictada, el acto o contrato goce de
la presunción legal de que es válido y que se ha ajustado a la ley en su celebración. Se
llega en esta doctrina a la conclusión, absurda a nuestro juicio, de que todo deudor que
pague una de estas obligaciones antes de producirse la sentencia judicial que declare la
nulidad del acto o contrato de que emane, pagaría una obligación civil, aunque no
hubieran desaparecido los vicios que la hacen rescindible; y que el deudor que paga esta
obligación civil declarada nula, habría pagado una obligación natural.
El otro caso de obligaciones naturales originarias es el del numeral 3 del artículo 1527 del
Código Civil, a saber: “las que provienen de actos a que faltan las solemnidades que la ley
exige para que produzcan efectos civiles; como la de pagar un legado, impuesto por
testamento, que no se ha otorgado en la forma debida”. Al igual que en la hipótesis de los
incapaces con suficiente juicio y discernimiento, para un sector de la doctrina es necesario
que la nulidad haya sido previamente declarada por el juez para que aparezca la
obligación natural. La tesis es insostenible, tanto por las razones que se dejan expuestas
como por ser contraria al texto legal que las consagra. Y con más veras aquí, pues la falta
de solemnidad, en sí misma, hace inocua la acción del acreedor.
El punto de mayor controversia en relación con este caso tiene que ver con la
circunstancia de si la norma se refiere exclusivamente a actos unilaterales a los que
ha faltado una solemnidad exigida por la ley o si, a la inversa, dentro de su
supuesto de hecho también quedan comprendidos los negocios jurídicos
bilaterales, verbigracia la compraventa de un inmueble por documento privado. Una
interpretación textual de la norma, así como sus antecedentes históricos, sugiere restringir
esta posibilidad a los actos unilaterales, y esta ha sido la conclusión de la doctrina
mayoritaria. Pero es, tal vez, el argumento de la reducción al absurdo el que en definitiva
inclina la balanza a favor de la tesis restrictiva. En efecto, de aplicarse a actos bilaterales,
por ejemplo la compraventa de un inmueble, se llegaría a resultados injustos: el contrato
celebrado en tales condiciones generaría obligaciones naturales, de manera que si el
comprador paga el precio, el vendedor podrá retenerlo, sin que el comprador pueda exigir
que se le haga la tradición del inmueble, pues carece de acción, y sin que, por otra parte,
el vendedor pueda cumplir esa, que es su obligación, aun si su conciencia así se lo indica
y quiera hacerlo. “Justo es reconocer –dice René Abeliuk– que este argumento no milita
en los contratos unilaterales, y así el donante de una obligación no insinuada y cumplida
voluntariamente no puede repetir, según se ha fallado, porque habría cumplido una
obligación natural”. Claro Solar, cuyas conclusiones en relación con el tema de las
obligaciones naturales se apartan, por lo general, como hemos venido viéndolo, de
aquellas a que ha llegado la gran mayoría de la doctrina chilena, señala que “con la
expresión actos la ley se refiere a toda declaración de voluntad sea de una sola persona,
sea del concurso de voluntades de dos o más personas”. Y cita en apoyo de su tesis el
caso de la donación no insinuada en que se impone al donatario una prestación a favor de
un tercero. Si el donatario ejecuta la prestación, habrá pagado una obligación natural. A
primera vista, este argumento a favor de la tesis amplia parece incontrovertible. Pero es,
en el mejor de los casos, de alcance limitado. No explica la dificultad que se presenta en
los contratos bilaterales, como en el caso de la compraventa ya mencionado.
¿Tendríamos, entonces, que aceptar una posición matizada? Para algunos, cual es el
caso de Ospina Fernández, la hipótesis de obligación natural prevista por el numeral 3 del
artículo 1527 del Código Civil debe extenderse a todos los contratos bilaterales. El
ejemplo de la compraventa de inmuebles, a su juicio, es un caso extremo de inexistencia
del negocio jurídico, del cual no pueden surgir ni obligaciones civiles ni naturales. “La
hipótesis legal –dice Ospina– tiene cabida generalmente en los casos en que la forma
20
solemne se ha cumplido en su esencia, pero sin observancia de la plenitud de los
requisitos que le son propios, como cuando se ha otorgado la escritura pública de
compraventa de bien inmueble, pero alguno de los otorgantes no está debidamente
identificado. En tal caso, si se concluye que el contrato es nulo, si la escritura se inscribe
en el registro de instrumentos y si el deudor cumple su obligación de entregar la cosa
vendida, no se ve por qué no haya de reputarse que ha pagado una obligación natural”71.
Frente a lo cual cabe preguntar: ¿Qué sucede si el vendedor no entrega?: que el
comprador queda en el registro como propietario, pero sin tener la posesión del bien, ni
poder exigir judicialmente la entrega. Y si canceló el precio, no puede pedir su restitución,
porque pagó una obligación natural. O sea, un propietario de papel empobrecido. ¿No es
esta, precisamente, la situación de injusticia que denuncian Alessandri, Abeliuk y
Peñailillo?
21
declara la nulidad, se impondría la conclusión de que de la nada no puede salir nada, ni
siquiera una obligación natural. Objeción a la que, a su turno, se responde con la
afirmación de que, propiamente hablando, la prescripción no extingue el derecho (la
obligación), sino simplemente la acción. Y ya se sabe que una obligación jurídica sin
acción equivale a una obligación natural; o, lo que es lo mismo, que si la obligación queda
civilmente extinguida por la providencia judicial que decreta la prescripción, no puede
decirse, retomando y adaptando palabras que son de G. Pacchioni, que se haya
extinguido “naturalmente”, porque el pronunciamiento judicial no alcanza a destruir la
existencia real de la “causa debendi”. Algo similar podría decirse respecto de las
obligaciones que no han sido reconocidas en juicio por falta de prueba. A pesar del
resultado desfavorable del proceso, la causa debendi permanece intacta; y si bien,
después de la sentencia, es imposible demandar de nuevo, nada se opone a que el
deudor pague voluntariamente su obligación, que subsiste como natural, esto es,
desprovista de acción, pero perfecta en cuanto a sus elementos esenciales (sujetos y
objeto determinados)
Con lo que llevamos dicho hasta aquí, sale avante la idea de que para Bello, y así quedó
reflejado en su código, no puede haber obligación natural más que allí en donde hubo o
pudo haber una obligación civil, concepción que sacó de la tradición del derecho romano
clásico y de la lectura, en contexto, de la obra de Pothier, a la que remite como fuente de
inspiración del artículo 1470 del Código Civil chileno, idéntico al 1527 del colombiano. No
llegó a pensar que la obligación natural pudiera originarse en un simple deber moral o de
conciencia, o en el deber impuesto por el sentido del honor. Idea a la que, por otra parte,
ha permanecido fiel la jurisprudencia colombiana, pues en una de las raras ocasiones en
que se ha referido a este tema, descarta la existencia de una obligación natural en la
hipótesis, tan mencionada y evocada por la doctrina y la jurisprudencia francesas para
justificar su tradicional postura moralista, de apoyo alimentario entre hermanos y tíos y
sobrinos. Este punto de vista puede confirmarse echando un vistazo a las otras hipótesis
de obligación natural contempladas por el código. El que en la disposición de cabecera
(C. C., art. 1527) se indique, luego de dar la definición de obligación natural, que “tales
son”, enumerándolas enseguida, no quiere decir que el legislador haya hecho una
enunciación taxativa de ellas, pero tampoco que hubiera abierto una compuerta para que,
según las circunstancias de cada caso concreto, el juez estime si el desembolso hecho
por un imperativo de conciencia constituye o no el pago de una obligación natural. Habría
que hablar, entonces, como lo hace F. Hinestrosa, de una “tipicidad legal no rígida”.
Posición a la que adhiere la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia: Pero
de que en el artículo 1527 del Código Civil no estén comprendidas todas las hipótesis de
obligaciones naturales, de ahí no se sigue que entre nosotros pueda el Juez, al resolver
un litigio, considerar como obligación natural un caso no contemplado en la ley como tal.
Es decir, basado en que la enumeración del artículo 1527 del Código Civil no es taxativa,
el Juez no puede catalogar como obligaciones naturales casos que en la ley no están
descritos como de obligaciones naturales. Estas son, en nuestro derecho, las enumeradas
en el artículo 1527 citado del Código Civil, y las indicadas en otras disposiciones del
mismo código, aun cuando no se les haya dado el nombre de tales, a condición de que se
le atribuyan por la misma ley los efectos propios de ellas. La doctrina ha identificado tales
hipótesis tiempo ha. Al mencionarlas de pasada aquí, quisiéramos poner de relieve, una
vez más, por una parte, su origen negocial, es decir, que cuando se afirma que no puede
haber obligación natural sino allí en donde hubo o pudo haber una obligación civil, la
causa o fuente de ella no puede ser otra que un acto o contrato; y por otra parte, que el
Código Civil rechaza explícitamente la idea de que la obligación natural pueda ser el
equivalente de un deber moral o de una deuda de honor, pues, de lo contrario, le habría
22
dado tal categoría al pago de las deudas de juego. Tradicional ha sido citar como
hipótesis de obligación natural el pago de la multa para el caso de no cumplirse el
compromiso matrimonial (C. C., art. 111). En efecto, el artículo 110 prevé que “los
esponsales o desposorios, o sea la promesa de matrimonio mutuamente aceptada, es un
hecho privado que las leyes someten enteramente al honor y conciencia del individuo, y
que no produce obligación alguna ante la ley civil”. Parece lógico, por lo tanto, que si la
promesa es ineficaz, también lo sea cualquier pacto que le sea accesorio, como lo es la
cláusula penal o multa. Si esto es así, resulta difícil comprender el porqué del inciso 2 del
artículo 111, que dice: “Pero si se hubiere pagado la multa, no podrá pedirse su
devolución”. Tal es el efecto principal de las obligaciones naturales: su pago no es
indebido y da derecho a la solutio retentio. ¿Será, acaso, que para esta hipótesis el señor
Bello decidió apartarse de su concepción de la obligación natural como obligación
imperfecta, para aceptar la de cumplimiento de un deber moral? En nuestra opinión, tal
interpretación sería incorrecta, por, al menos, dos razones. Un primer argumento en
contra de la tesis podría extraerse de un parangón con el supuesto de hecho contemplado
por el artículo 1525 del Código Civil. Como se sabe, esta norma dispone que lo que se ha
pagado en razón de un contrato cuyo objeto o causa son ilícitos, no podrá ser repetido. Es
la consagración legal de la máxima In pari causa turpitudinem cesat repetitio. El efecto del
pago en tales circunstancias es similar al que la ley prevé para las obligaciones
imperfectas. De allí que, a menudo, la doctrina se pregunte si tal hipótesis no es un caso
de obligación natural, adicional a los previstos por el artículo 1527 del Código Civil. La
respuesta ha sido siempre negativa, pues no sólo un contrato que adolece de ilicitud
jamás podrá engendrar obligación alguna, civil o natural, sino que la imposibilidad de
repetir se explica como una sanción o pena privada impuesta al contratante que, sabedor
de la contrariedad del negocio celebrado con el orden público o las buenas costumbres,
ejecuta la prestación a su cargo, a pesar de que la amenaza de la pena debería haberlo
cohibido de hacerlo. Algo parecido ocurre cuando voluntariamente se paga la multa
acordada para el caso de ruptura de la promesa matrimonial. El promitente no está
obligado ni a casarse ni a pagar la multa (C. C., art. 111); pero si la paga no puede
obtener su restitución, no porque hubiera pagado lo que debía, sino a título de sanción
penal. Frente a lo cual cabría la réplica de que si se estudia con atención el Proyecto de
Código Civil de 1853 podrá verse que en la nota correspondiente al artículo 112 (idéntico
al 111 del código definitivo), Bello remite a la conditio indebiti. Tal remisión al
cuasicontrato del pago de lo no debido permite suponer que, o bien Bello estimaba que el
esposo (promitente) que cancela la multa, al hacerlo está atendiendo a un deber de
conciencia, razón por la cual carece del derecho a repetir; o bien, que si el promitente
paga la multa, en realidad paga lo que debe, aunque tal débito no sea exigible por la vía
judicial; y si este fuera el caso, el derecho a retener la multa, evidentemente, no se
explicaría por la idea de pena privada. ¿Se trata de una obligación natural? Todo parece
indicar que no. El artículo 2314 del Código Civil dispone que “no se podrá repetir lo que se
ha pagado para cumplir una obligación puramente natural, de las enumeradas en el
artículo 1527”. Sin que esta remisión al listado del artículo 1527 deba interpretarse como
una enunciación taxativa de las hipótesis de obligaciones naturales, sí resulta claro, en
cambio, que para Bello había pago de lo indebido en aquellos casos en que no hubo o no
pudo haber una obligación civil. Y si a ello se agrega que de acuerdo con el artículo 110
del Código Civil, en los esponsales no hay ni puede haber obligación alguna ante la ley
civil, es evidente que el pago de la multa en el caso que nos ocupa no puede serlo de una
obligación natural. ¿Cuál, entonces, la razón por la cual el pago de la multa en los
esponsales no pueda repetirse? ¿Cumplimiento de un deber moral? No, si se ha de ser
coherente con el sistema adoptado. Entonces, la única explicación plausible sería la de
que si el promitente infiel a su palabra paga la multa, hace en realidad una donación. En
23
efecto, el inciso 2.º del artículo 112, que venimos comentando, concuerda con el 2553 del
proyecto de 1853 (véase el art. 2317 del Código Civil colombiano), que decía: “Del que da
a sabiendas lo que no debe, se presume que lo dona; pero, para alegar donación, deberá
probarse que el donante tuvo perfecto conocimiento de lo que hacía, tanto en el hecho,
como en el derecho”80. El promitente que paga la multa, a sabiendas de que no debe, y,
en el caso de los esponsales, necesariamente debe saberlo, hace una donación. Tal es la
conclusión que se impone si se lee conjuntamente el inciso 2.º del artículo 112 con el
artículo 113 que dice: “lo dicho [el derecho a retener la multa] no se opone a que se
demande la entrega de las cosas prometidas bajo la condición de un matrimonio que se
ha llevado a efecto, o la restitución de las cosas donadas y entregadas bajo la condición
de un matrimonio que no se ha efectuado”81. No hay restitución porque el pago de la
multa, se repite, constituye una donación de acuerdo con el artículo 2317 del Código Civil,
la cual está exceptuada, por decisión política del legislador, de la regla general: el derecho
del promitente a obtener la restitución de las donaciones hechas bajo la condición de
celebrarse el matrimonio. Pero si se quiere, es en la regulación del contrato aleatorio del
juego o apuesta en donde más a las claras puede verse que la concepción moralista de la
obligación natural fue definitivamente descartada del código de Bello. Es cierto que en el
proyecto de 1853 se conservaba, parcialmente, la concepción de Pothier a este propósito,
puesto que en el artículo 2410 se preveía que el juego y la apuesta no producen acción,
sino solamente excepción, por lo que quien gana no puede exigir el pago, pero si quien
pierde paga, no puede repetir, a menos que haya sido con dolo. No es otra cosa que la
deuda de honor de que habla la doctrina francesa, aunque con alcance marginal, pues el
juego, en el sistema de Bello, por regla general adolece de causa ilícita, es nulo de
nulidad absoluta y, como tal, no puede generar obligación de ninguna naturaleza. En este
sentido, el artículo 1647 del proyecto disponía lo siguiente: “Hay asimismo causa ilícita en
las deudas contraídas en juegos de azar, en las apuestas que exceden de los límites
legales, [...]; y generalmente en todo contrato reprobado por las leyes con la expresión
terminante: se prohíbe”. Sobre esta base, en el Código Civil chileno vigente se distinguen
tres situaciones: el juego de azar, ilícito, que no da origen ni siquiera a una obligación
natural; por consiguiente, si quien pierde paga, puede repetir; el juego en donde
predomina la inteligencia, en el cual el ganador carece de acción para cobrar la apuesta,
pero si quien pierde la paga, el ganador puede conservar la suma, lo que constituye, al
menos en cuanto a su efecto principal, una hipótesis de obligación natural; y el juego de
fuerza o destreza corporal, que da tanto acción como excepción, genera, por lo tanto, una
obligación civil. En el Código Civil colombiano, por virtud de lo dispuesto en el artículo 95
de la Ley 153 de 1887, sólo caben dos hipótesis de juego: aquellos en que predomina la
fuerza o destreza corporal dan origen a obligaciones civiles perfectas; todos los demás,
sea que en ellos predomine el azar o la destreza intelectual, “no producen acción ni
excepción. El que gana no puede exigir el pago. Si el que pierde paga, tiene, en todo
caso, acción para repetir lo pagado”. No hay obligación natural y ni siquiera la posibilidad
de retener lo pagado a título de pena privada en aplicación de lo previsto por el artículo
1525 del Código Civil. Es una excepción a la regla Nemo auditur propriam turpitudinis
allegans. Queda, por último, el caso del pago de intereses no estipulados en el contrato
de mutuo. Dispone el artículo 2233 del Código Civil: “Si se han pagado intereses, aunque
no estipulados, no podrán repetirse ni imputarse al capital”. Algunos consideran que aquí
tampoco se está frente al cumplimiento de una obligación natural, puesto que el pago de
los intereses no tiene su origen en la voluntad de las partes. No hubo, ni pudo haber,
como suele afirmarse, obligación civil de pagarlos. Con todo, el efecto principal de la
obligación natural, la solutio retentio, se da, y ello, así como la probabilidad de que otros
de los efectos de las obligaciones naturales (novación, caución) puedan, eventualmente,
producirse a través de una manifestación unilateral previa del mutuario que reconozca su
24
obligación, ha hecho que tanto la doctrina como la jurisprudencia la traten como
obligación natural. Sería un caso adicional, tal vez el único, a los previstos por el artículo
1527 del Código Civil. Last but not least, la mejor prueba de que nuestros códigos civiles
se mantuvieron atados a la tradición del derecho romano clásico en esta materia, es la
asignación de múltiples efectos a la figura de la obligación natural. El Código francés sólo
menciona el derecho del acreedor a retener lo pagado por tal concepto. Como se trata
simplemente del pago de un deber moral, parece lógico que no pueda tener efectos
adicionales, ni siquiera el de la novación, como lo reconocen abiertamente Ripert y
Boulanger. En la actualidad, la doctrina se inclina por admitir la posibilidad de novar. A la
objeción de que la novación exige la preexistencia de una obligación civil que habrá de
extinguirse por la creación de otra, se le sale adelante acudiendo al mecanismo de la
promesa unilateral de pago, de aplicación restringida en el código francés83. Entre
nosotros, en cambio, como la obligación natural es una verdadera obligación, aunque
imperfecta, los efectos que la ley le asigna son, como ya se ha dicho, variados. Es así
como, además de autorizar la retención de lo pagado en razón de ella, puede ser novada
(C. C., art. 1689); caucionada por terceros, ya sea con garantía real o personal (C. C.,
arts. 1529, 2364, 2384, 2410 y 2448), si bien el fiador no goza del beneficio de excusión ni
del derecho de reembolso (C. C., art. 2400); en todo caso, es preciso que la fianza o la
garantía real respalden a la obligación natural como tal: por ello, el artículo 2516 del
Código Civil señala que “el fiador podrá oponer al acreedor la prescripción renunciada por
el principal deudor”; si la obligación civil no ha sido reconocida en juicio por falta de
prueba y está garantizada con hipoteca o prenda, ésta y aquélla se extinguen con la
sentencia de absolución, en virtud del principio de que lo accesorio sigue la suerte lo
principal; será necesaria, entonces, una nueva garantía real, constituida por tercero
después de la sentencia absolutoria del deudor; y de igual manera ha de procederse en
las demás hipótesis de obligación natural. Además, puede ser compensada
voluntariamente, aunque no legalmente, pues uno de los requisitos de la compensación
legal es el de que ambas deudas sean actualmente exigibles (C. C., art. 1715), y la
obligación natural no lo es; en fin, respecto de ella no hay autoridad de cosa juzgada: “la
sentencia judicial que rechaza la acción intentada contra el naturalmente obligado, no
extingue la obligación natural” (C. C., art. 1528). Se ha discutido, por otra parte, si el pago
de una obligación natural puede ser objeto de la acción revocatoria o pauliana. Algunos,
en Francia, lo niegan, salvo en el caso especialísimo del artículo 2225 del código de
Napoleón, que dice: “Los acreedores
• La conducta del deudor afecta a todas las prestaciones: el deudor debe
cumplir con el débito secundario (subrogado pecuniario de la prestación elegida
por el acreedor) y con el o cualquier persona que tenga interés en que la prescripción
cumplida sea pronunciada pueden alegarla aun si el deudor o propietario renuncian a
ella”. “Así –dicen Marty y Raynaud–, los derechos de los acreedores civiles priman sobre
el deber que puede impulsar a una conciencia delicada a no atenerse al resultado de una
prescripción cumplida.” Y agregan: “Resulta difícil precisar con certeza el alcance exacto
de este texto. Si la Corte de casación parece haberlo considerado como una aplicación de
la acción pauliana, las sentencias más recientes no retoman nítidamente esta afirmación.
En todo caso, la preferencia concedida a los acreedores civiles no está subordinada a la
prueba de la complicidad o a la mala fe del beneficiario de la obligación natural. Se ha
podido ver en ello al menos la similitud con el régimen de la acción pauliana contra los
actos gratuitos”. Otros, como Ghestin y Goubeaux, piensan que la acción revocatoria es
viable en todos los eventos de actos dispositivos del deudor, no sólo en el anterior, pues
en tratándose de obligaciones naturales no sería de recibo la regla según la cual dicha
acción no procede contra los pagos. En nuestra opinión, esta es la posición que se
impone en el código de Bello. La acción pauliana, de acuerdo con lo establecido por el
25
artículo 2491 del Código Civil, procede contra todos los actos jurídicos celebrados por el
deudor en perjuicio de sus acreedores, y, a no dudarlo, el pago de una obligación, civil o
natural, es un acto dispositivo. Cosa distinta es la de saber si a la revocación han de
aplicarse las exigencias de los actos a título gratuito (perjuicio y fraude pauliano), o las de
los actos a título oneroso (perjuicio, fraude pauliano y consilium fraudis). Dado que en
Francia la obligación natural equivale a un deber de conciencia, la tendencia es la de
aplicar las reglas, menos exigentes, de la revocación de los actos a título gratuito88. No
todos, sin embargo, piensan así. Es el caso de Ph. Malaurie, quien explica el punto de la
siguiente manera: “A veces se dice que el hecho de que estos pagos y promesas
voluntarias tengan por causa obligaciones naturales impide que sean sometidos al
régimen desfavorable de las liberalidades: ‘pagar’ una obligación natural sería,
necesariamente, realizar un acto a título oneroso”. Y añade: “Este análisis ha sido
combatido: un pago no es hecho, en efecto, necesariamente a título oneroso; por ejemplo,
el cumplimiento de una donación es un pago y constituye, sin duda alguna, una
liberalidad. Hay que distinguir dos hipótesis. [...]. Hay otros casos en los que el
cumplimiento de una obligación natural no es una liberalidad: por ejemplo, el pago de una
deuda prescrita no tiene por móvil el deseo de causar placer al accipiens. Así, la
jurisprudencia ha decidido que los acreedores que ejercen la acción pauliana no pueden
criticar este pago sino demostrando la mala fe de su deudor: este pago está sometido al
régimen de los actos a título oneroso”89. Esta manera de ver las cosas es la que, a
nuestro juicio, debe imperar entre nosotros. Queda, pues, demostrado que en el código de
Bello el simple deber moral o de conciencia no es fuente de obligaciones, naturales o
civiles. El empeño, por loable que pueda parecer, de “moralizar” a toda costa el derecho,
con la carga ideológica que lleva implícita, y con la finalidad plausible de humanizarlo y de
hacerlo avanzar para ajustarlo a las exigencias de cada momento histórico, nos parece
exagerado, innecesario y hasta peligroso. La moral y las buenas costumbres juegan su
papel, bien importante por cierto, en el campo de los límites de la autonomía privada. Y si
algunos creen que la teoría de la obligación natural todavía interviene como factor
revolucionario o, en todo caso, innovador del derecho positivo, más les valdría atenerse a
las palabras con que el decano Carbonnier sentenció su importancia menor: El papel de la
obligación natural, se ha podido escribir (Gobert, op. cit., p. 87 s.) –dice–es el de perturbar
el orden jurídico positivo. ¿Es, por lo mismo, un instrumento de evolución (si no de
revolución) social? Podríamos atribuirle el mérito de haber despejado la vía a dos grandes
reformas legislativas (cfr. Flour, préface Th. Gobert): la ley de 16 de noviembre de 1912,
la ley de 15 de julio de 1955 estuvieron precedidas de una fase jurisprudencial en la que
el deber alimentario del padre natural o adulterino era reconocido bajo la forma de
obligación natural. Pero uno no ve que, contra ninguna de las injusticias sociales
denunciadas con mayor ahínco hoy en día (ya sea, según los partidos, la insuficiencia de
los salarios o la depreciación de la moneda), la obligación natural juegue el menor papel
(para los salarios, tendencia de los fallos judiciales a tratar las gratificaciones de fin de
año como liberalidades y no como complementos de salario; para la depreciación
monetaria, dos casos en siglo y medio). La razón es que, para que intervenga la
obligación natural, no es suficiente con tener jueces dispuestos a reconocerla: es
necesario, ante todo, tener deudores dispuestos a pagarla.”
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Las obligaciones de objeto singular tienen una sola prestación, es decir, el deudor está
obligado a la realización de una sola conducta, que puede ser de dar, hacer o no hacer.
Cuando la prestación es de dar, su objeto puede estar conformado por uno o por varios
bienes, sean de especie o de cuerpo cierto. Cuando son varios los bienes, se deben dar
todos ellos para que haya cumplimiento de la obligación.
Obligaciones alternativas:
Regulación:
Título VI, Libro IV CC; arts. 1556 CC – 1561 CC (aplicación al ámbito mercantil de las
disposiciones civiles atinentes a las obligaciones alternativas, vía remisión normativa: art.
822 CCo).
Concepto:
Art. 1556 CC: “Obligación alternativa es aquélla por la cual se deben varias cosas, de tal
manera que la ejecución de una de ellas exonera de la ejecución de las otras”.
Características:
- Pluralidad “in obligationem”: la obligación alternativa tiene varios objetos, varias
prestaciones independientes.
- Unidad “in solutionem” (unidad en la solución, en el pago).
En las obligaciones alternativas encontramos dos o más prestaciones vinculadas por una
disyunción (“o”).
Para que una obligación sea alternativa se requiere una cláusula, un elemento accidental
del negocio jurídico. Sólo habrá obligación alternativa cuando las partes pacten
expresamente que la obligación tiene varias prestaciones de las cuales el deudor sólo
debe cumplir una.
“Ius eligendi”:
Es el derecho a elegir la prestación que el deudor debe ejecutar a favor del deudor para
liberarse de la obligación. El ius eligendi es un negocio jurídico unipersonal que, salvo
pacto en contrario, se hace irrevocable a partir de su comunicación.
Por regla general, el ius eligendi corresponde al deudor, salvo pacto en contrario: “La
elección es del deudor, a menos que se haya pactado lo contrario” (art. 1557, inciso 2
CC).
- Ius eligendi en cabeza del deudor:
• Las partes guardan silencio sobre el titular del ius eligendi.
• Las partes pactan expresamente que el ius eligendi corresponde al deudor.
• La cláusula relativa al ius eligendi es confusa, oscura, imprecisa; cuando haya
duda en relación con el titular del ius eligendi, éste le corresponderá al deudor.
- Ius eligendi en cabeza del acreedor:
• Las partes pactan expresamente que el ius eligendi corresponde al deudor.
27
• El deudor es, en un principio, titular del ius eligendi, pero no lo ejerce
oportunamente (mora del deudor en la elección del ius eligendi).
28
Art. 1561 CC: “Si perecen todas las cosas comprendidas en la obligación alternativa, sin
culpa del deudor, se extingue la obligación, Si con culpa del deudor, estará obligado al
precio de cualquiera de las cosas que elija, cuando la elección es suya; o al precio de
cualquiera de las cosas que el acreedor elija, cuando es del acreedor la elección”.
Obligaciones facultativas:
Regulación:
Título VII, Libro IV CC; arts. 1562 CC – 1564 CC (aplicación al ámbito mercantil de las
disposiciones civiles atinentes a las obligaciones facultativas, vía remisión normativa: art.
822 CCo).
Concepto:
Art. 1562 CC: “Obligación facultativa es la que tiene por objeto una cosa determinada,
pero concediéndose al deudor la facultad de pagar con esta cosa o con otra que se
designa”.
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Características:
- Unidad “in obligationem”: en principio, la obligación facultativa tiene por objeto una
sola prestación (“prestación debida”), es decir, se presenta como una obligación de objeto
simple.
- Pluralidad “in solutionem”: en el negocio jurídico se establece que el deudor tiene
la facultad de cumplir la obligación mediante la ejecución de una prestación diferente a la
prestación debida (“prestación facultativa”).
Las obligaciones facultativas son obligaciones de objeto simple que puede ser cumplida
mediante la ejecución de una prestación diferente a la debida.
Para que haya obligación facultativa se requiere una cláusula (elemento accidental del
negocio jurídico) que reconozca al deudor la facultad de cumplir con una prestación
distinta de la debida. La prestación facultativa debe ser determinada.
- El ius eligendi es siempre exclusivo del deudor.
- En ningún caso puede el acreedor reclamar el cumplimiento de la prestación
facultativa, sólo puede reclamar el cumplimiento de la prestación debida. Para el acreedor
sólo existe la prestación debida; sólo existirá para él la prestación facultativa si el deudor
decide ejecutarla.
- Imposibilidad fortuita y sobrevenida de cumplimiento de la prestación debida: la
obligación facultativa se extingue. Si el deudor ejecuta la prestación facultativa, estará
efectuando un pago de lo no debido.
- Imposibilidad de cumplimiento de la prestación debida por causa imputable al
deudor: el deudor puede elegir y ejecutar la prestación facultativa y liberarse así de la
obligación. Si el deudor elige la prestación debida, deberá cumplir no solamente con el
débito secundario (subrogado pecuniario de la prestación debida), sino también con el
débito adicional. Si el deudor no ejecuta ni la prestación debida ni la prestación facultativa,
el acreedor sólo podrá exigir el débito secundario (subrogado pecuniario de la prestación
debida, nunca de la prestación facultativa) y el débito adicional.
Art. 1563 CC: “En la obligación facultativa el acreedor no tiene derecho para pedir otra
cosa que aquélla a que el deudor es directamente obligado, y si dicha cosa perece sin
culpa del deudor y antes de haberse este constituido en mora, no tiene derecho para pedir
cosa alguna”.
- En caso de duda sobre el carácter alternativo o facultativo de una obligación, ésta
se tendrá como alternativa: “En caso de duda sobre si la obligación es alternativa o
facultativa, se tendrá por alternativa” (art. 1564 CC).
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Nuestro código olvida que “La determinación de las cosas, pues, debe hacerse de tal
manera que se gane cada vez más en intensidad y se pierda en extensión. Del reino, es
decir, de lo universal, al grupo, al orden, a la familia, a la clase, al género, a la especie, al
individuo [cuerpo cierto]. El individuo es la máxima determinación, por cuanto en él se
concretan las categorías lógicas de cantidad y calidad.
- características:
ii. el acreedor solo puede reclamar el cuerpo cierto y el deudor solo cumple con su
obligación entregando o traditando (según el caso) ese mismo cuerpo cierto (arts. 1626 y
1627, inc. 2º, c.c.)
iii. la obligación debe ser cumplida íntegramente y en solo momento, salvo que
acreedor acepte cumplimientos parciales, pues éste no está obligado a recibir el objeto
por parcialidades (art. 1649 c.c.)
iv. la obligación de cuerpo cierto implica para el deudor una serie de obligaciones o
cargas accesorias:
1. conservación y custodia del cuerpo cierto hasta su entrega física y jurídica (art.
1605 y 1606 c.c.), so pena de la obligación indemnizatoria; esta obligación, en cuanto al
contenido de la prestación, es tanto de hacer (hacer lo necesario para que la cosa no se
pierda, deteriore o menoscabe) como de no hacer (abstenerse de causarle daño o
deterioro)
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v. el cuerpo cierto es susceptible de perderse físicamente, lo que acarrea, de
acuerdo con el art. 1625, num. 7º, c.c., la extinción de la obligación, en lo que se ha dado
en llamar la “teoría de los riesgos” (arts. 1605, 1607 y 1729 a 1739 c.c.), según la cual,
por regla general, el cuerpo cierto que se debe perece para el acreedor, salvo en los
casos excepcionales que establece la ley (arts. 1732, 1607, 1731 inc. 2º, 1735 c.c.)
4. Obligaciones de género
- concepto (art. 1565 c.c.): obligación de género es aquella en que se debe una
cantidad determinada de individuos indeterminados de un género determinado (p. ej. dos
caballos, dos kilos de arroz, dos metros de cabuya)
- características
ii. el deudor cumple con su obligación entregando o dando cualquier individuo del
género determinado, siempre que éste sea de una calidad media (buena: ni mala ni
excelente), salvo que las partes hayan establecido algo diferente (una alta calidad o una
baja calidad) – art. 1566 c.c.
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- Hay varios acreedores y varios deudores. (Mixta)
Artículo 1568. En general cuando se ha contraído por muchas personas o para con
muchas la obligación de una cosa divisible, cada uno de los deudores, en el primer caso,
es obligado solamente a su parte o cuota en la deuda, y cada uno de los acreedores, en
el segundo, sólo tiene derecho para demandar su parte o cuota en el crédito.
Pero en virtud de la convención, del testamento o de la ley puede exigirse cada uno de
los deudores o por cada uno de los acreedores el total de la deuda, y entonces la
obligación es solidaria o in solidum.
La solidaridad debe ser expresamente declarada en todos los casos en que no la
establece la ley.
Artículo 1581. La obligación es divisible o indivisible según tenga o no tenga por objeto
una cosa susceptible de división, sea física, sea intelectual o de cuota.
Así, la obligación de conceder una servidumbre de tránsito, o la de hacer construir una
casa, son indivisibles; la de pagar una suma de dinero, divisible.
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Ejemplo: Si dos deudores deben mil cargas de café a un solo acreedor, cada cual debe la
mitad: quinientas, y el acreedor no le puede cobrar a cada uno sino esa cuota, sin que la
renuencia o la insolvencia de cualquiera de ellos repercuta sobre el otro. Si un solo
deudor debe esa misma cantidad a dos acreedores, a cada cual le debe la mitad,
quinientas, y cada uno de estos está limitado a esa cifra en su pretensión. Si la obligación
existe de parte de dos deudores hacia dos acreedores, cada uno de estos no podrá exigir
más que su mitad, pero a cada deudor sólo su cuota dentro de ella: mil el total, quinientas
la mitad de cada acreedor, pero debidas por los dos deudores, por lo cual cada uno de
ellos le debe doscientas cincuenta. Lo que no impide que el título (negocio jurídico,
sentencia) prevenga y disponga una proporción distinta, p. ej., que el derecho de uno de
los acreedores sea de setecientas y el otro de trescientas, o que un deudor deba
cuatrocientas y el otro seiscientas.(Tomado de Fernando Hinestrosa)
En el Contrato de arrendamiento.
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deudores están generalmente obligados a partes o cuotas iguales, y los acreedores están
generalmente legitimados para reclamar cuotas o partes iguales.
Ejemplos de la regla general:
• “A” (acreedor) está vinculado por una obligación conjunta con “x”, “y” y “z”
(deudores). La prestación consiste en dar $30’000.000. En principio, cada deudor sólo
está obligado a pagar $10’000.000 a “A”.
• “A”, “b” y “c” (acreedores) están vinculados por una obligación conjunta con “x”
(deudor); el objeto de la prestación es de $30’000.000. En principio, cada acreedor sólo
podría reclamar $10’000.000 a “x”.
• “A”, “b” y “c” (acreedores) están vinculados por una obligación conjunta con “x”, “y”
y “z”; el objeto de la prestación es de $30’000.000. En principio, cada acreedor sólo podría
reclamar a cada deudor $3’333.333, y cada deudor sólo estaría obligado a pagar a cada
acreedor $3’333.333.
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• Interrupción: “La prescripción que extingue las acciones ajenas puede
interrumpirse, ya naturalmente, ya civilmente. Se interrumpe naturalmente por el hecho de
reconocer el deudor la obligación, ya expresa, ya tácitamente. Se interrumpe civilmente
por la demanda judicial…” (art. 2539 CC). La interrupción, a diferencia de la suspensión,
implica que el tiempo que se venía contando antes de la interrupción se pierde. La
interrupción puede ser:
→ Natural: se presenta cuando el deudor reconoce expresa (mediante una declaración de
forma libre) o tácitamente (solicitud de plazos, pagos parciales o pagos de intereses) su
obligación.
→ Civil: se presenta cuando el acreedor demanda al deudor. Pero, aunque el artículo
2539 CC señale que la interrupción opera desde el momento de instauración de la
demanda, esto no sucede en todos los casos. Veamos.
Art. 94 CGP: “ARTÍCULO 94. INTERRUPCIÓN DE LA PRESCRIPCIÓN, INOPERANCIA
DE LA CADUCIDAD Y CONSTITUCIÓN EN MORA. La presentación de la demanda
interrumpe el término para la prescripción e impide que se produzca la caducidad siempre
que el auto admisorio de aquella o el mandamiento ejecutivo se notifique al demandado
dentro del término de un (1) año contado a partir del día siguiente a la notificación de tales
providencias al demandante. Pasado este término, los mencionados efectos solo se
producirán con la notificación al demandado.
La notificación del auto admisorio de la demanda o del mandamiento ejecutivo produce el
efecto del requerimiento judicial para constituir en mora al deudor, cuando la ley lo exija
para tal fin, y la notificación de la cesión del crédito, si no se hubiere efectuado antes. Los
efectos de la mora solo se producirán a partir de la notificación.
La notificación del auto que declara abierto el proceso de sucesión a los asignatarios,
también constituye requerimiento judicial para constituir en mora de declarar si aceptan o
repudian la asignación que se les hubiere deferido.
Si fueren varios los demandados y existiere entre ellos litisconsorcio facultativo, los
efectos de la notificación a los que se refiere este artículo se surtirán para cada uno
separadamente, salvo norma sustancial o procesal en contrario. Si el litisconsorcio fuere
necesario será indispensable la notificación a todos ellos para que se surtan dichos
efectos.
El término de prescripción también se interrumpe por el requerimiento escrito realizado al
deudor directamente por el acreedor. Este requerimiento solo podrá hacerse por una vez.
Ejemplo: “x” debe 100’000.000 a “y” y la obligación que los vincula consta en una letra de
cambio, la cual (al igual que el pagaré) prescribe en tres años. [El cheque prescribe en
seis meses]. En la letra se estableció que el pago debía hacerse el 1º de febrero de 2004,
pero el deudor incumple. De manera que “y” instaura una acción cambiaria (proceso
ejecutivo con base en un título valor) pretendiendo el pago.
La demanda se instaura el 30 de enero de 2007. El mandamiento ejecutivo (mandamiento
de pago) se elabora el 1º de mayo de 2007; se notifica al demandante (por estados) el 3
de mayo de 2007 (la notificación al demandante del mandamiento de pago debe hacerse
dos días después de su elaboración), y al demandado se lo notifica (personalmente) el 1º
de febrero de 2008.
Para determinar si la prescripción se interrumpe el 30 de enero de 2007 (fecha de
presentación de la demanda) o el 1º de febrero de 2008 (fecha de notificación del
mandamiento ejecutivo al demandado), debemos determinar si ha transcurrido o no un
año entre el 4 de mayo de 2007 (un día después de la notificación al demandante) y el 1º
de febrero de 2008. En este caso la respuesta es negativa, por lo tanto la interrupción
operará a partir del 30 de enero de 2007, y será oportuna. Pero si, por ejemplo, “y”
hubiera sido notificado del mandamiento ejecutivo el 10 de mayo de 2008, la interrupción
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hubiera sido inoportuna y la obligación se hubiera extinguido por prescripción (en realidad,
no se hubiera extinguido, se hubiera convertido en una obligación natural). En este último
caso, el juez debe dictar sentencia desestimatoria de las pretensiones, siempre y cuando
el demandado excepcione la prescripción extintiva.
En las obligaciones conjuntas, la interrupción de la prescripción (sea civil o natural) sólo
afecta al deudor o al acreedor correspondiente (art. 2540 CC: “La interrupción que obra a
favor de uno o varios coacreedores, no aprovecha a los otros, ni la que obra en perjuicio
de uno o varios codeudores, perjudica a los otros, a menos que haya solidaridad, y no se
haya esta renunciado en los términos del artículo 1573, o que la obligación sea
indivisible”).
• Como cada uno de los deudores lo es de su propia cuota, la insolvencia de uno de
ellos no grava a los demás, sino que corre por cuenta del acreedor. Pero, aunque el
acreedor, ante la insolvencia de uno de sus deudores, no esté legitimado para cobrarle a
los otros, debe demandar al deudor insolvente pretendiendo el pago para evitar que la
obligación prescriba.
• En caso de litigio entre alguno de los deudores y alguno de los acreedores, la
sentencia proferida en ese proceso no produce efectos de cosa juzgada frente a los
demás sujetos de la obligación.
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LECTURA 3. Fernando Hinestrosa
Efectos de la divisibilidad
A las reflexiones formuladas atrás como premisa introductoria ha de agregarse acá,
insistiendo en la distinción entre el caso de divisibilidad cuando cada parte la integra un
solo sujeto, el de pluralidad originaria y el de pluralidad sobrevenida, lo relativo a la
independencia de cada fracción: efecto esencial de la divisibilidad es que cada sección
del objeto o de la prestación global es independiente y corre su propia suerte. La
coligación estriba apenas en el hecho de tener todo un mismo origen o una misma fuente,
pero su desenvolvimiento es autónomo; el total se fracciona indefectiblemente. Las varias
porciones del objeto andan por separado (cuotas, pagos periódicos, prestaciones de
tracto sucesivo, principal y accesorios, cauciones). Por lo tanto, y esta es una nota
fundamental, lo que cada deudor haga con el solo acreedor o con uno de los varios, o lo
que ocurra entre ellos, únicamente tiene efecto respecto de esa o esas relaciones
singulares y no repercute sobre las demás (p. ej., pago, compensación, novación,
remisión, concesión de quitas o de plazos o esperas, otorgamiento de garantías,
interrupción de la prescripción) y la acción que intente el acreedor es singular (pro parte),
como también lo es la ventaja que conceda a uno o varios de los deudores. En fin, la
insolvencia de cualquiera de estos, sean ellos iniciales o sean herederos o sucesores por
liquidación del primitivo, no afecta o grava a los restantes (arts. 1412 y 1583 [ 1] c. c.), ni
la mora de uno afecta a los demás (arts. 1608 c. c.). La cosa juzgada respecto de uno no
lo es delante de los otros, por falta de identidad de partes (art. 332 c. de p. c.), y en caso
de haberse pactado cláusula penal, esta, en cuanto estimación anticipada de perjuicios
(art. 1592 c. c.), es divisible al compás de la divisibilidad de la obligación (art. 1597 c. c.) y
no será exigible sino en la parte que no se ha cumplido la obligación y de quien no la ha
cumplido, proporcionalmente a la infracción, con las solas salvedades de la garantía real
(hipotecaria o prendaria) (art. 1598 c. c.) y de la pena que se incluyó como accidentalia
negotia expresamente para que no pudiera hacerse el pago fraccionadamente, caso en el
cual el infractor deberá íntegra la multa y los demás solamente su cuota (art. 1597 [2] c.
c.).
Unitariedad del pago
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La fraccionabilidad del objeto interesa aquí en función de la pluralidad de sujetos, ya
activos, ya pasivos, ya de ambos. Cuando en una relación obligacional entre un solo
acreedor y un solo deudor el objeto es divisible, no por ello el pago necesariamente podrá
hacerse fraccionadamente: la acción del deudor ha de sujetarse al tenor de la obligación
(art. 1627 c. c.): la partición solamente se acepta cuando así se ha dispuesto, o proviene
de la naturaleza de la prestación, o de su función, o de lo consagrado en la ley o derivado
de los usos y costumbres (p. ej., el precio del arrendamiento o las obligaciones
correlativas en el contrato de suministro), tal como lo manda el art. 1649 c. c. Caso de que
la prestación sea pagadera por partes, pueden surgir dificultades en cuanto a la
imputación de lo que se da (arts. 1653 a 1655 c. c. y 881 c. co.) y a la prueba de lo
pagado (arts. 1628 c. c. y 879 c. co.), y presentarse el cumplimiento parcial (arts. 1613 y
1596 c. c.); y si se suscita controversia sobre la cantidad de la deuda o sus accesorios, el
juez puede ordenar el pago de lo no disputado y dejar pendiente el resto (art. 1650 c. c.).
Para determinar si la obligación es conjuntiva o dividua es menester observar el objeto.
Divisible, según las voces del art. 1581 [1] c. c., es la obligación que tiene por objeto una
cosa susceptible de división, sea física, sea intelectual o de cuota. Esto movería a pensar
que el problema de la divisibilidad se reduce a las obligaciones de dar o entregar un bien;
sin embargo, la divisibilidad o indivisibilidad, que, verdad sea dicha, tiene allá un interés
protuberante, no circunscribe sus alcances a esas solas hipótesis, sino que se proyecta
sobre toda clase de prestaciones. Con razón se anota, observando la realidad del tráfico
jurídico, que “la obligación conjuntiva constituye el derecho común de la obligación plural,
pero que en la práctica se la encuentra raramente, pues cuando la obligación es
contractual, el acreedor que se encuentra en presencia de varios deudores, siempre tiene
el cuidado de exigir que estos se obliguen solidariamente; en las obliga-iones comerciales
tal estipulación se presume; y cuando se trata de obligaciones delictuales y
cuasidelictuales, la jurisprudencia descarta la regla de las obligaciones conjuntas'
OBLIGACIONES SOLIDARIAS:
Son aquellas obligaciones de sujeto plural en las cuales cada uno de los acreedores está
legitimado para exigir el total de la prestación, y cada uno de los deudores está obligado a
ejecutar el total de la prestación. En las obligaciones solidarias es improcedente la división
o el fraccionamiento de la prestación.
Características:
- Pluralidad de sujetos.
- La prestación es única, idéntica y no se fracciona, es decir, cada acreedor puede
exigir el total del crédito y cada deudor está obligado al total de la deuda.
- La prestación puede ser divisible o indivisible, a pesar de que algunos autores
afirman que debe ser divisible por cuanto la obligación sería indivisible y no solidaria si la
prestación fuera divisible. En realidad, ninguna norma exige la divisibilidad de la
prestación para que la obligación sea considerada solidaria, y las partes pueden pactar la
solidaridad independientemente del carácter divisible o indivisible de la prestación.
Cuando ésta es indivisible, la obligación, además de ser solidaria, será indivisible.
Clasificación:
- Solidaridad (por) activa (contraria a la división o fraccionamiento del crédito en
cuotas): varios acreedores y un deudor.
- Solidaridad (por) pasiva (contraria a la división o fraccionamiento de la deuda en
cuotas): varios deudores y un acreedor.
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- Solidaridad mixta: varios acreedores y varios deudores. En este caso se aplican,
para los acreedores, las reglas de la solidaridad activa, y para los deudores, las reglas de
la solidaridad pasiva.
Fuentes:
“En general cuando se ha contraído por muchas personas o para con muchas la
obligación de una cosa divisible, cada uno de los deudores, en el primer caso, es obligado
solamente a su parte o cuota en la deuda, y cada uno de los acreedores, en el segundo,
sólo tiene derecho para demandar su parte o cuota en el crédito. Pero en virtud de la
convención, del testamento o de la ley, puede exigirse, a cada uno de los deudores o por
cada uno de los acreedores, el total de la deuda, y entonces la obligación es solidaria o in
solidum” (art. 1568, inciso 2 CC).
Según lo anterior, todas las obligaciones de sujeto plural cuya prestación sea divisible son
conjuntas, a menos que la ley o el negocio jurídico establezcan una cosa diferente. De
manera que las fuentes de la solidaridad son:
- Ley: un caso de solidaridad activa legal está dado por el art. 7 de la ley 820 de
2003, según el cual existe solidaridad tanto entre arrendadores como entre arrendatarios
de un bien destinado a vivienda urbana. Ejemplos de solidaridad pasiva establecida por la
ley son los siguientes:
• Art. 235 CC: “Serán obligados solidariamente a la obligación de todos los
perjuicios y costas ocasionados a terceros por la incertidumbre de la paternidad, la mujer
que antes del tiempo debido hubiere pasado a otras nupcias y su nuevo marido”.
• Art. 418 CC: “En el caso de dolo para obtener alimentos, serán obligados
solidariamente a la restitución y a la indemnización de perjuicios todos los que han
participado en el dolo”.
• Art. 510 CC: “Es solidaria la responsabilidad de los tutores o curadores cuando
sólo por acuerdo privado dividieren la administración entre sí”.
• Art. 1338 CC: “Siendo muchos los albaceas, todos serán solidariamente
responsables, a menos que el testador los haya exonerado de la solidaridad, o que el
mismo testador o el juez hayan dividido sus atribuciones, y cada uno se ciña a las que le
incumben”.
- Negocio jurídico: el tipo de elemento negocial mediante el cual se establece la
solidaridad varía según el ámbito al que pertenezca el negocio celebrado, así:
• Ámbito civil: según el inciso 3 del art. 1568 CC, tanto la solidaridad activa como la
pasiva debe ser expresamente declarada en todos los casos en que no la establece la ley.
Así las cosas, la solidaridad, pasiva o activa, en los negocios jurídicos civiles, debe ser
establecida mediante un elemento accidental.
• Ámbito mercantil: según el art. 825 CCO, “En los negocios mercantiles, cuando
fueren varios los deudores, se presumirá que se han obligado solidariamente”. Según lo
anterior, en los negocios mercantiles la solidaridad pasiva viene establecida por un
elemento natural supletivo. Como la ley comercial guarda silencio en relación con la
solidaridad activa, frente a ésta debe seguirse la misma regla del derecho civil, es decir, la
necesidad de pacto expreso (elemento accidental) que la establezca.
SOLIDARIDAD ACTIVA:
Cada uno de los acreedores, individualmente considerado, está legitimado para exigir y
para recibir del deudor la totalidad de la prestación debida. El deudor que le paga la
totalidad a un acreedor se libera frente a los otros.
Efectos:
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Es necesario diferenciar las relaciones internas (“relaciones después del pago”) de las
relaciones externas (“relaciones antes del pago”). Las primeras se refieren a las
relaciones existentes entre el grupo de acreedores cuando ya el deudor se ha liberado de
su obligación. Las segundas aluden a la relación existente entre la parte acreedora (grupo
de acreedores) y la parte deudora (deudor), es decir, al comportamiento de los
acreedores frente al deudor antes del pago.
Relaciones externas:
Relaciones internas:
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Cuando el causante es reemplazado por varios herederos, éstos deberán actuar
conjuntamente para exigir el pago total. Si actúan individualmente, cada uno de ellos sólo
podrá cobrar una cuota de la prestación, equivalente a su cuota hereditaria. Ejemplo: “A”,
“B” y “C” son acreedores solidarios de “x”; el objeto de la prestación es de $100’000.000.
En las relaciones internas, cada acreedor tiene una cuota de $33,33…millones en el
crédito. “A” muere y es reemplazado por H1 y H2. La cuota hereditaria de H1 es del 70%
del patrimonio del causante; la de H2 es del 30%. Si actúan conjuntamente, pueden
cobrar los $100 millones a “x”. Si actúan por separado, sólo podrán cobrar de la siguiente
manera: H1 podrá cobrar el %70 de los $100 millones, es decir $70 millones, y H2 podrá
cobrar el %30 de esos $100 millones, es decir $30 millones. En este último caso, “B” y “C”
seguirán siendo acreedores solidarios por los $70 millones restantes.
SOLIDARIDAD PASIVA:
Características:
- Pluralidad de sujetos (deudores), originaria (desde el momento mismo de la
constitución de la relación jurídica obligatoria) o derivada - sucesiva (con posterioridad al
surgimiento de la obligación, como en los casos de sucesión, cesión de créditos y
asunción de deuda).
- Unidad e identidad de la prestación.
- La naturaleza de la prestación puede ser divisible o indivisible.
- Puede ser uniforme o no uniforme, dependiendo de la homogeneidad o
heterogeneidad de las situaciones de cada deudor en relación con su deber jurídico frente
al acreedor. No es necesario que los modos (plazo, condición, obligación pura y simple)
sean iguales para todos los deudores y, en caso de ser diferentes, el acreedor debe
respetar cada uno de ellos.
Fuentes:
- Negocio jurídico.
- Ley: ejemplos de solidaridad pasiva legal:
• Art. 2214 CC: “Si la cosa ha sido prestada a muchos, todos son solidariamente
responsables”. En el contrato de comodato, existe solidaridad entre los comodatarios
frente a la obligación de restituir el bien.
• Art. 1272 CCo: “Cuando el mandato se confiera a varias personas, cada uno de los
mandatarios podrá obrar separadamente; pero una vez cumplido el encargo por uno de
éstos, deberá el mandante notificar del hecho a los demás, tan pronto como tenga
conocimiento de la celebración del negocio, so pena de indemnizar los perjuicios que
cause con su omisión o retardo. Si conforme al contrato los mandatarios deben obrar
conjuntamente, serán solidariamente responsables para con el mandante”. Cuando en el
mandato mercantil existen varios mandatarios y se establece que cada uno de ellos debe
actuar individual o separadamente, no hay solidaridad sino que cada mandatario
responde por la porción del encargo que le ha sido asignada; en este caso habría,
entonces, una obligación conjunta entre los diversos mandatarios. Si, por el contrario, en
el contrato se establece que los mandatarios deben obrar conjuntamente para la
ejecución del encargo, habrá entre ellos una obligación solidaria. Así que el carácter
conjunto o solidario de la obligación de los mandatarios (en el ámbito mercantil) depende
del contenido del contrato, de la forma como los mandatarios deban cumplir el encargo.
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• Art. 2344 CC: “Si un delito o culpa ha sido cometido por dos o más personas, cada
una de ellas será solidariamente responsable de todo perjuicio procedente del mismo
delito o culpa, salvas las excepciones de los artículos 2350 y 2355. Todo fraude o dolo
cometido por dos o más personas produce la acción solidaria del precedente inciso”.
Cuando un mismo daño deriva del comportamiento de varios sujetos, la obligación de
indemnizarlo corresponde a todos ellos solidariamente. Normalmente, el carácter solidario
de la obligación indemnizatoria consta en la sentencia de condena. Sin embargo, las
partes pueden celebrar una transacción o una conciliación y acordar el monto de la
indemnización para evitar un debate procesal. El art. 2344 CC es una norma supletiva,
por lo tanto las partes pueden pactar una cláusula de no solidaridad entre los
responsables, por cuanto se trata de un derecho patrimonial disponible.
• Art. 7, ley 820 de 2003: hay solidaridad tanto entre los arrendadores como entre
los arrendatarios de un bien destinado a vivienda urbana. En estos casos, una cláusula de
no solidaridad podría desmejorar la situación de los arrendatarios, lo cual contraría el
espíritu protector de la ley 820.
• Art. 632 CCo: “Cuando dos o más personas suscriban un título valor, en un mismo
grado, como giradores, otorgantes, aceptantes, endosantes, avalistas, se obligarán
solidariamente…”.
• Ley 675 de 2001: este caso se refiere a las deudas que por concepto de
administración ordinaria recaen sobre el propietario de un inmueble sometido al régimen
de propiedad horizontal. Cuando el propietario enajena su inmueble existe solidaridad
entre él y el adquirente pero sólo frente a las deudas (expensas ordinarias comunes) que
no han sido pagadas con anterioridad a la tradición; a partir de la tradición, las deudas son
asumidas exclusivamente por al adquirente (aunque el notario debe solicitar paz y salvo
para poder autorizar la escritura pública de venta). Si el propietario no enajena su
inmueble si no que lo entrega materialmente en virtud de un título de mera tenencia, la
solidaridad será entre propietario y el tenedor. Si, por ejemplo, tenedor y propietario
pactan la asunción de las expensas comunes ordinarias por parte del propietario, el
tenedor demandado por la administración no podrá alegar frente a ésta dicha cláusula,
aunque eventualmente pueda hacerla valer frente al propietario (repetición y terminación
del contrato por incumplimiento).
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La solidaridad pasiva no es una caución (“Caución significa generalmente cualquiera
obligación que se contrae para la seguridad de otra obligación propia o ajena. Son
especies de caución la fianza, la hipoteca y la prenda”, art. 65 CC), por cuanto no
constituye una obligación accesoria. Sin embargo, la solidaridad cumple la misma función
de una caución. Podemos afirmar que la solidaridad es un mecanismo de extensión de la
responsabilidad: cada deudor solidario individualmente considerado asume la
responsabilidad de su propio débito y la responsabilidad del débito de los demás
deudores solidarios, de modo que el acreedor tiene tantos patrimonios como deudores.
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• Indiferencia del acreedor frente a la causa que motiva la vinculación negocial del
deudor solidario: frente al acreedor, todos los deudores solidarios son tales sin importar si
tienen o no interés en la deuda, si reciben o no beneficio económico de la misma. Por
ejemplo, en los contratos de arrendamiento es usual que las agencias, en lugar de exigir
fiadores, exijan deudores solidarios (el fiador goza de los beneficios de división y
excusión; el deudor solidario no). El hecho de que alguno o algunos de ellos no vaya a
ocupar el inmueble y por tanto no vaya a recibir beneficio patrimonial del contrato de
arrendamiento, no afecta en absoluto las relaciones externas (todos los arrendatarios son
deudores solidarios y responden por el total de la deuda), aunque sí en las internas. Una
excepción de falta de interés en la deuda, propuesta contra el acreedor, sería irrelevante.
• Mantenimiento de la solidaridad por el pago insoluto (el pago parcial no extingue la
solidaridad).
Renuncia a la solidaridad:
→ Formas de la renuncia:
- Renuncia expresa: el acreedor manifiesta, emite una declaración renunciando a la
solidaridad.
- Renuncia tácita: el acreedor realiza una conducta que permite inferir su intención
de renunciar a la solidaridad. La renuncia tácita puede ser:
• Positiva: se presenta cuando el acreedor formula una pretensión de pago de la
cuota de un deudor.
• Negativa: ocurre cuando el acreedor acepta el pago que le hace un deudor de su
cuota.
En los dos casos anteriores, no habrá renuncia a la solidaridad si el acreedor indica
expresamente que continúa la solidaridad pasiva por el saldo insoluto. En este caso, la
solidaridad se mantiene pero se reduce la prestación.
→ Alcances de la renuncia:
- Renuncia con efectos generales: es aquella que favorece a todos los deudores
solidarios, y puede ser expresa o tácita. Este último caso se presenta cuando el acreedor
reclama a todos los deudores el pago de su respectiva cuota, o cuando acepta de todos
los deudores el pago de su respectiva cuota.
44
- Renuncia con efectos limitados: es la que favorece a uno o a varios deudores
solidarios, siempre y cuando queden dos o más deudores que, por no ser beneficiarios de
la renuncia, siguen debiendo solidariamente el saldo insoluto. Esta renuncia limitada
puede ser expresa o tácita.
45
En el ejemplo anterior, la nulidad relativa sólo puede ser alegada por el sujeto
directamente afectado, con el fin de liberarse de la obligación. Pero los demás deudores
solidarios, en el evento de ser demandados por el acreedor por el total de la prestación,
pueden excepcionar la reducción de la misma en virtud de la sentencia de nulidad; en
este caso, la sentencia será estimatoria de las pretensiones, pero no se ordenará el pago
total sino el pago parcial.
Ejemplo: “A” está vinculado mediante una obligación solidaria con “x” – “y” – “z”. “X” ofrece
a “A” el pago de su cuota, y “A” lo acepta sin efectuar reserva expresa, renunciando así a
la solidaridad frente a “x” (renuncia tácita negativa con efectos limitados). Si luego “A”
demanda a “x” pretendiendo el pago total, “x” podrá proponer la excepción puramente
personal (legitimación directa – exoneración de la prestación) de la renuncia tácita
negativa, ante lo cual el juez dictará sentencia desestimatoria de las pretensiones. Si “A”,
en lugar de demandar a “x” demanda a “z” por el pago total, “z” podrá proponer la
excepción simplemente personal (legitimación indirecta – reducción de la prestación) de la
renuncia, ante lo cual el juez deberá dictar sentencia estimatoria de las pretensiones, pero
no por el total sino por lo que resta de la prestación.
La compensación:
Ejemplo: “A” es acreedor de los deudores solidarios “x” – “y” – “z”; la prestación es de dar
$100’000.000. “A” demanda a “x” pretendiendo el pago total, y “x” excepciona la
compensación, probando que es acreedor de “A” por una suma de $25’000.000. En este
caso, la clasificación de la excepción de compensación no es tan clara, pues, a pesar de
que se evidencia una legitimación directa, no se produce una exoneración de la
prestación sino una reducción de la misma (“x” no será condenado al pago de
$100’.000.000 sino de $75’000.000). El juez deberá dictar sentencia estimatoria de la
pretensión, pero no por $100’.000.000 sino por $75’000.000. Lo único que puede
afirmarse con seguridad es que esta excepción es subjetiva o personal; no es claro si es
puramente personal o simplemente personal.
Siguiendo el mismo ejemplo, si “x” es condenado a pagar los $75 millones y cumple con
dicha obligación espontáneamente, pero “A” demanda a “z” pretendiendo el pago total, “z”
puede excepcionar, como indirectamente legitimado, la compensación de los $25
millones, y puede también proponer la excepción común de pago de los $75 millones
restantes.
46
En caso de incumplimiento por culpa o mora de un deudor solidario, el acreedor puede
exigir la ejecución específica (si ésta es posible) o la ejecución genérica (subrogado
pecuniario) a alguno, algunos o todos los deudores solidarios. Es decir, la solidaridad se
refiere tanto al débito primario como al secundario. Pero frente al débito adicional
(indemnización de perjuicios), sólo el deudor culpable o moroso (sólo el deudor que dio
lugar al incumplimiento) es obligado. Si el incumplimiento se debe a la mora o a la culpa
de varios deudores solidarios, éstos responderán solidariamente por el débito adicional
(art. 2344 CC).
RELACIONES INTERNAS:
Para determinar la situación de cada deudor en las relaciones internas, es preciso realizar
dos diferenciaciones:
- Gratuidad u onerosidad de la extinción de la obligación solidaria:
• Extinción gratuita de la obligación solidaria: se presenta cuando ninguno de los
deudores solidarios realiza un sacrificio patrimonial. Esto sucede en los siguientes casos:
remisión total de la deuda, imposibilidad fortuita y sobrevenida de cumplimiento;
resolución por incumplimiento; nulidad absoluta; prescripción extintiva.
• Extinción onerosa de la obligación solidaria: en esta forma de extinción, alguno de
los deudores realiza un sacrificio patrimonial directo (un bien sale de su patrimonio, como
en el pago total, la novación y la transacción) o indirecto (un bien deja de entrar a su
patrimonio, como en la compensación).
47
- Interés o falta de interés del deudor solidario en la obligación.
48
No obstante, el deudor no interesado que paga la totalidad está pagando como si fuera un
fiador y por lo tanto en su posibilidad de recobro o repartición podrá dirigirse contra los
deudores interesados y cobrar a cada uno la totalidad, sin necesidad de dividir la deuda
entre ellos a prorrata de sus cuotas. Lo anterior significa que la obligación solidaria
subsiste entre el deudor no interesado, fiador, y los deudores interesados. Precisemos
que la solidaridad en este caso es una facultad y no una obligación para el acreedor (En
este evento, el deudor no interesado que pagó se convirtió en acreedor.)
Otra interpretación establece, en ese mismo caso, que el deudor no interesado que pagó
la totalidad podrá repetir contra los deudores interesados pero dividiendo la deuda a
prorrata de sus cuotas respectivas, de tal manera que D1 podría sólo cobrar $ 500.000 a
D2 y $500.000 a D3.
Según el art. 1579 (3) CC, “La parte o cuota del deudor insolvente se reparte entre todos
los otros a prorrata de las suyas, comprendidos aun aquellos a quienes el acreedor haya
exonerado de la solidaridad”.
Ejemplo: “A” es acreedor de “w” – “x” - “y” – “z”, deudores solidarios interesados. El objeto
de la prestación está constituido por $100’000.000. “W” paga la totalidad de la deuda, y
con ello surge una obligación conjunta en la que “w” es acreedor y “x”, “y” y “z” son
deudores. En esta nueva obligación, la prestación será de $75’ millones, y cada deudor
debe $25’. Si, por ejemplo “x” y “y” pagan sus respectivas cuotas pero “z” no paga la suya
porque está insolvente, su cuota ($25’ millones) se repartirá entre “x” y “y”: cada uno de
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ellos, actuando como deudores subsidiarios de “z”, deberá pagar a “w” $12.5 millones
(además de los $25’ que les correspondía).
Ejemplo: “A” es acreedor de cinco deudores solidarios interesados: “v” -“w” - “x” – “y” – “z”.
El objeto de la prestación son $100 millones y “w” efectúa el pago total. Surge una
obligación conjunta en que “w” es acreedor de “v” – “x” – “y” – “z”, y la prestación es de
$80’ millones. Si “v” y “x” pagan sus respectivas cuotas, es decir, $20’ millones cada uno,
pero “y” y “z” son insolventes, ¿qué pasa?: “v” responde por la mitad de la cuota de “y”, es
decir, por $10’ millones, y por la mitad de la cuota de “z”, es decir, por otros $10’ millones;
“x” responde por la mitad de la cuota de “y”, es decir, por $10’ millones, y por la mitad de
la cuota de “z”, es decir, por otros $10’ millones.
De manera que, en las relaciones internas, los deudores interesados son entre sí
deudores subsidiarios del insolvente.
Si existen varios no interesados, que la ley trata como fiadores, y uno de ellos pagó, y
solo hay un deudor interesado, la insolvencia de éste la tienen que asumir todos los
fiadores, con base en el artículo 2392CC que estatuye que si hay varios fiadores éstos
asumirán la insolvencia de uno de ellos. .”(p.466 Estudio sobre obligaciones, Hernán
Darío Velásquez Gómez
Artículo 2392. Si hubiere dos o más fiadores de una misma deuda que no se hayan
obligado solidariamente al pago, se entenderá dividida la deuda entre ellos, por partes
iguales, y no podrá el acreedor exigir a ninguno sino la cuota que le quepa.
La insolvencia de un fiador gravará a los otros; pero no se mirará como insolvente aquel
cuyo subfiador no lo está.
El fiador que inequívocamente haya limitado su responsabilidad a una suma o cuota
determinada, no será responsable sino hasta concurrencia de dicha suma o cuota.
Ahora, si existen varios deudores interesados, el deudor no interesado que pagó no podrá
dirigirse contra los demás no interesados, hasta tanto no sea posible que alguno o varios
de aquellos asuman la insolvencia del interesado, porque tal insolvencia sigue gravitando
sobre los demás deudores interesados que es a quienes pude perseguir el solvens.
Quiere decir lo anterior que el no interesado sólo asumirá la insolvencia de los interesados
cuando el otro no interesado que pagó la totalidad no pueda repetir contra los interesados
por la totalidad.
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El anterior planteamiento del tratadista Herman Darío Velásquez, no es asumido por la
gran mayoría de la doctrina que interpreta en contrario. La posición de estos últimos se
dirige a concluir que el no interesado sólo es fiador para efectos de la subrogación en la
solidaridad, es decir que tiene derecho a repetir frente a los interesados únicamente, que
es a quienes concierne la deuda y no frente a los demás no interesados. Los no
interesados entonces no son fiadores en las relaciones internas para cubrir la insolvencia
de los interesados. Así las cosas, en el ejemplo propuesto, D3 que pagó la totalidad de la
deuda y trató de repetir frente a D1 y frente a D2 infructuosamente, soportaría
temporalmente la insolvencia de estos y le correspondería esperar que tengan solvencia
en el futuro.
La afirmación de Velásquez, en el sentido de darle calidad de fiador a los no interesados
para efectos de cubrir la insolvencia de uno o más interesados, en la práctica los
convertiría en deudores interesados, lo que, por supuesto, está muy lejos de lo que
prescribe el artículo
1579 CC, que claramente los excluye de asumir insolvencia alguna en las relaciones
internas. Los no interesados, se reitera, son fiadores de los interesados porque asumirán
la deuda frente al acreedor y si pagan podrán subrogarse y cobrar a los interesados la
totalidad.
Articulo 1579CC.El deudor solidario que ha pagado la deuda o la ha extinguido por alguno
de los medios equivalentes al pago, queda subrogado en la acción del acreedor con todos
sus privilegios y seguridades, pero limitada respecto de cada uno de los codeudores a la
parte o cuota que tenga este codeudor en la deuda.
Si el negocio para el cual ha sido contraída la obligación solidaria, concernía solamente a
alguno o algunos de los deudores solidarios, serán estos responsables entre sí, según las
partes o cuotas que le correspondan en la deuda, y los otros codeudores serán
considerados como fiadores.
La parte o cuota del codeudor insolvente se reparte entre todos los otros a prorrata de las
suyas, comprendidos aún aquellos a quienes el acreedor haya exonerado de la
solidaridad.
-OBLIGACIONES INDIVISIBLES:
51
uno de los codeudores es solamente obligado al pago de la suya; y la cuota del deudor
insolvente no gravará a sus codeudores. Exceptúanse los casos siguientes:
1o.) La acción hipotecaria o prendaria se dirige contra aquel de los codeudores que
posea, en todo o parte, la cosa hipotecada o empeñada. El codeudor que ha pagado su
parte de la deuda, no puede recobrar la prenda u obtener la cancelación de la
hipoteca, ni aún en parte, mientras no se extinga el total de la deuda; y el acreedor a
quien se ha satisfecho su parte del crédito, no puede remitir la prenda o cancelar la
hipoteca, ni aún en parte, mientras no hayan sido enteramente satisfechos sus
coacreedores.
2o.) Si la deuda es de una especie o cuerpo cierto, aquel de los codeudores que lo posee
es obligado a entregarlo.
3o.) Aquel de los codeudores por cuyo hecho o culpa se ha hecho imposible el
cumplimiento de la obligación, es exclusiva y solidariamente responsable de todo
perjuicio al acreedor.
4o.) Cuando por testamento o por convención entre los herederos, o por partición de
la herencia, se ha impuesto a uno de los herederos la obligación de pagar el total de la
deuda, el acreedor podrá dirigirse o contra este heredero por el total de la deuda, o
contra cada uno de los herederos por la parte que le corresponda a prorrata.
Si expresamente se hubiere estipulado con el difunto que el pago no pudiese hacerse
por partes, ni aún por los herederos del deudor, cada uno de estos podrá ser obligado
a entenderse con sus coherederos para pagar el total de la deuda, o a pagarla él
mismo, salvo su acción de saneamiento.
Pero los herederos del acreedor, si no entablan conjuntamente su acción, no podrán
exigir el pago de la deuda, sino a prorrata de sus cuotas.
52
ARTICULO 1586. INTERRUPCION DE LA PRESCRIPCION EN
OBLIGACIONES INDIVISIBLES La prescripción interrumpida respecto de uno de
los deudores de la obligación indivisible, lo es igualmente respecto de los otros.
ARTICULO 1587. DEMANDA CONTRA DEUDOR DE OBLIGACIONES
INDIVISIBLES. Demandado uno de los deudores de la obligación indivisible podrá
pedir un plazo para entenderse con los demás deudores, a fin de cumplirla entre
todos; a menos que la obligación sea de tal naturaleza que él solo pueda cumplirla,
pues en tal caso podrá ser condenado desde luego al total cumplimiento, quedándole a
salvo su acción contra los demás deudores, para la indemnización que le deban.
ARTICULO 1588. EXTINCION DE LA OBLIGACION POR CUMPLIMIENTO. El
cumplimiento de la obligación indivisible por cualquiera de los obligados, la extingue
respecto de todos.
ARTICULO 1589. PROHIBICIONES A LOS ACREEDORES. Siendo dos o más los
acreedores de la obligación indivisible, ninguno de ellos puede, sin el consentimiento
de los otros, remitir la deuda o recibir el precio de la cosa debida. Si alguno de los
acreedores remite la deuda o recibe el precio de la cosa, sus coacreedores podrán
todavía demandar la cosa misma, abonando al deudor la parte o cuota del acreedor
que haya remitido la deuda o recibido el precio de la cosa.
ARTICULO 1590. DIVISIBILIDAD DE LA ACCION DE PERJUICIOS. Es divisible
la acción de perjuicios que resulta de haberse cumplido o de haberse retardado la
obligación indivisible: ninguno de los acreedores puede intentarla, y ninguno de los
deudores está sujeto a ella, sino en la parte que le quepa. Si por el hecho o culpa de
uno de los deudores de la obligación indivisible, se ha hecho imposible el
cumplimiento de ella, ese solo será responsable de todos los perjuicios.
ARTICULO 1591. RESPONSABILIDAD DEL CODEUDOR INCUMPLIDO. Si de
dos codeudores de un hecho que deba ejecutarse en común, el uno está pronto a
cumplirlo, y el otro lo rehusa o retarda, éste sólo será responsable de los perjuicios
que de la inejecución o retardo del hecho resultaren al acreedor.
Regulación:
Título X, Libro IV CC; arts. 1581 CC – 1591 CC.
Concepto:
Art. 1581 CC: “La obligación es divisible o indivisible según tenga o no tenga por
objeto una cosa susceptible de división, sea física, sea intelectual o de cuota.
Así la obligación de conceder una servidumbre de tránsito, o la de hacer construir
una casa, son indivisibles; la de pagar una suma de dinero, divisible”.
En las obligaciones indivisibles, se da una imposibilidad de satisfacción parcial del
interés del acreedor; dicho interés sólo se satisface si se cumple totalmente y
mediante cumplimiento único. El pago de las obligaciones indivisibles no admite
fraccionamiento.
. En estricto sentido no es el objeto el que es indivisible, sino la entrega, el
cumplimiento de la obligación o ejecución las que son indivisibles. Porque el
interés del acreedor es recibir un todo, no parcialidades.
Solo tiene sentido indagar por la divisibilidad o indivisibilidad de la obligación,
cuando existe pluralidad de sujetos.
53
CLASES DE INDIVISIBILIDAD
•1. Absoluta, natural o necesaria: Está determinada por la naturaleza misma del
objeto, por la esencia, la sustancia de la cosa objeto de la prestación. Necesita de
2 condiciones concurrentemente: o El bien sea indivisible materialmente: Si de su
fraccionamiento se pierde su esencia, o pierde sustancialmente su valor. Hace
referencia a una cosa. o El bien sea indivisible idealmente: Si no es posible
imaginar su fraccionamiento material, no es posible suponer la cosa dividida
físicamente. Hace referencia a derechos.
La única situación en la que se configura la indivisibilidad absoluta, natural o
necesaria, es en el derecho real de servidumbre. Donde así se divida el predio
sobre el que recae la servidumbre, esta no se divide.
•2. Relativa, contractual o convencional: Es establecida por las partes o por los
usos y costumbres sociales, por lo que el objeto de la prestación en este caso es
naturalmente divisible, pero las partes acuerdan su ejecución total.
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Art. 1583 CC:
1. Garantías reales: “La acción hipotecaria o prendaria se dirige contra aquél de
los codeudores que posea, en todo o parte, la cosa hipotecada o empeñada. El
codeudor que ha pagado su parte de la deuda, no puede recobrar la prenda u
obtener la cancelación de la hipoteca, ni aun en parte, mientras no se extinga el
total de la deuda; y el acreedor a quien se ha satisfecho su parte del crédito, no
puede remitir la prenda o cancelar la hipoteca, ni aun en parte, mientras no hayan
sido enteramente satisfechos sus coacreedores” (numeral 1). En primer lugar,
debemos aclarar que aunque este numeral se refiere al poseedor como el sujeto
pasivo de la pretensión hipotecaria, es en realidad el propietario quien ostenta
dicha calidad: “La demanda deberá dirigirse contra el actual propietario del
inmueble, la nave o la aeronave materias de la hipoteca o de la prenda” (art.
468,N°1, inciso 3 CGP). La garantía real no se cancela ni se reduce en virtud del
pago parcial; en otras palabras, el pago parcial de una obligación con garantía real
no la afecta. Una obligación que, en principio, sea divisible o conjunta, puede
devenir indivisible si se constituye una garantía real para asegurar su pago.
3)” Aquel de los codeudores por cuyo hecho o culpa se ha hecho imposible el
cumplimiento, es exclusiva y solidariamente responsable de todo perjuicio al
acreedor.” Es indivisible la acción de perjuicios causados por la culpa o el hecho
de uno de los deudores. La palabra solidaria está mal utilizada en este numeral,
porque es ilógico decir que un solo deudor debe todo en forma solidaria.
En las obligaciones indivisibles, cuando el bien se destruye, por el hecho o culpa
de uno o varios deudores:
55
Responsabilidad ante el débito secundario: Todos los codeudores sin importar
si fueron culposos o no, son responsables conjuntamente.
Responsabilidad frente al débito adicional: La culpa fue de un solo deudor,
debe responder totalmente por los perjuicios
La culpa fue de varios deudores, responden en forma solidaria. Art 2344 cod civ
INDIVISIBILIDAD ACTIVA
Relaciones externas
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EFECTOS ENTRE ACREEDORES Y DEUDOR
El coacreedor puede exigir la totalidad pero no tiene derecho a ella.
Estos efectos corresponden a indivisibilidad por la naturaleza del objeto o
absoluta, toda vez que la indivisibilidad en el pago o convencional la indivisión sólo
se predica por el aspecto pasivo, debido a que cada acreedor puede exigir su
cuota por ser la obligación en si misma divisible, sólo que por conveniencia se
dispone el pago, no el cobro, indivisible..
La indivisibilidad en el pago, que corresponde exclusivamente a lo normado en el
artículo 1583 CC, genera los efectos que se determinan en los artículos 1584 y
1591 sólo al aspecto pasivo, porque en el activo se toma como obligación divisible.
INDIVISIBILIDAD PASIVA
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Vínculo entre un acreedor y varios deudores.
EFECTOS
Entre acreedor y deudores (Relaciones externas)
Art. 1587 CC: “Demandado uno de los deudores de la obligación indivisible podrá
pedir un plazo para entenderse con los demás deudores, a fin de cumplirla entre
todos; a menos que la obligación sea de tal naturaleza que él solo pueda
cumplirla, pues en tal caso podrá ser condenado desde luego al total
cumplimiento, quedándole a salvo su acción contra los demás deudores para la
indemnización que le deban”.
1. Si uno de los deudores es el único que puede cumplir, como por ejemplo
el que posee el cuerpo cierto que se debe, es él en principio el que debe
ser demandado, y si lo es tendrá que cumplir sin facultad de solicitar
plazo.(1583-2 CC)
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Art. 1590 CC: “Es divisible la acción de perjuicios que resulta de haberse (¿in?)
cumplido o de haberse retardado la obligación indivisible; ninguno de los
acreedores puede intentarla, y ninguno de los deudores está sujeto a ella, sino en
la parte que le quepa. Si por el hecho o culpa de uno de los deudores de la
obligación indivisible, se ha hecho imposible el cumplimiento de ella, ese solo será
responsable de todos los perjuicios”.
Art. 1591 CC: “Si dos de los codeudores de un hecho que deba ejecutarse en
común, el uno está pronto a cumplirlo, y el otro lo rehúsa o retarda, éste solo será
responsable de los perjuicios que de la inejecución o retardo del hecho resultaren
al acreedor”.
5. La resolución del contrato. Debe promoverse contra todo los deudores por
ser indivisible la obligación o el pago.
6. Indemnización de perjuicios por incumplimiento. La culpa es independiente.
Si son varios los culpables, la indemnización es solidaria.
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8. La extinción de la obligación por uno cualquiera de los deudores la extingue
frente a todos. Artículo 1588CC. “El cumplimiento de una obligación indivisible por
cualquiera de los obligados, la extingue respecto de todos”.
9. Transmisibilidad de la indivisibilidad a los herederos de los deudores, salvo
que el cumplimiento de la obligación sea intuitu personae
Relaciones internas:
Las reglas relativas a las relaciones internas en las obligaciones solidarias se
aplican a las obligaciones indivisibles.
INDIVISIBILIDAD Y SOLIDARIDAD:
Art. 1584 CC: “El ser solidaria una obligación no le da el carácter de indivisible”.
“La solidaridad es una condición que pueden asumir las obligaciones divisibles, no
las indivisibles. No obstante, quienes admiten, tal como se dijo, que sí es posible
que sobre una obligación indivisible se pacte solidaridad, entonces no quedará
más remedio que darle el efecto que correspondería al de la responsabilidad
solidaria parta todos los deudores, gobernándose en lo demás por las
disposiciones sobre indivisibilidad” .”(p.553 Estudio sobre obligaciones, Hernán
Darío Velásquez Gómez
El pago que hace cualquiera de los El pago que hace cualquiera de los
deudores a cualquiera de los acreedores deudores a cualquiera de los acreedores
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extingue la obligación respecto de todos extingue la obligación respecto de todos
Siendo la cosa divisible por disposición Cada deudor no debe sino su cuota pero
de testamento, convención o ley cada se ve forzado a efectuar un pago
deudor debe el total de la deuda y por integral, porque la obligación no es
esto puede reclamársele el pago íntegro susceptible de ejecución parcial
Cada heredero es responsable de aquella Cada uno de los herederos del deudor es
parte de la cuota que le corresponda a obligado a satisfacerla en el todo y cada
su porción hereditaria uno de los herederos del acreedor puede
exigir su ejecución total
Como cada codeudor lo es del total no Puede el deudor pedir un plazo para
puede oponer ninguna excepción para entenderse con los demás a fin de
pedir el concurso de los codeudores para cumplirla entre todos
efectuar el pago
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Obligaciones con modalidad:
Son obligaciones de exigibilidad y/o extinción diferidas. Frente a las obligaciones
con modalidad se presentan, entonces, tres posibilidades:
- Exigibilidad diferida, como en el contrato de compraventa cuando se pacta
un plazo.
- Extinción diferida, como cuando el donante se compromete a donar cierta
suma de dinero mensual durante 5 años.
- Exigibilidad y extinción diferida, como cuando el donante se obliga a donar
cierta suma mensual, durante 5 años, contados a partir de una fecha
posterior a la de celebración del contrato de donación (fecha en la cual se
comienza a hacer exigible la obligación del donante).
Sólo hay modalidad cuando las partes la pactan mediante un elemento accidental
del negocio. De modo que, en principio, toda obligación es pura y simple y, por lo
tanto, se hace exigible y se extingue “inmediatamente”, a menos que las partes
establezcan la modalidad mediante una cláusula.
En algunos casos la modalidad es contingente, es decir, puede existir o no según
la voluntad de las partes; en otros, la modalidad es necesaria en cuanto es
inherente a la figura contractual misma (como en los contratos de arrendamiento,
de promesa, de suministro y de seguro).
Tipos de modalidad:
- Condición (obligaciones condicionales): Título IV, Libro IV CC.
- Plazo o término (obligaciones a plazo): Título V, Libro IV CC.
- Modo o cargo (obligaciones modales): Libro III CC. Las obligaciones
modales no se utilizan en los contratos.
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Una obligación cambiaria es una obligación derivada de un título valor de
contenido crediticio (cheque – pagaré – letra de cambio…). Frente a las
obligaciones cambiarias no es procedente la condición, pero sí el plazo, el cual es
necesario en las letras de cambio.
Obligaciones condicionales:
Concepto: “Es obligación condicional la que depende de una condición, esto es,
de un acontecimiento futuro, que puede suceder o no” (art. 1530 CC).
ES UN HECHO FUTURO E INCIERTO DEL CUAL SE HACE DEPENDER EL
NACIMIENTO O LA EXTINCIÓN DE UN DERECHO U OBLIGACIÓN.
De manera que el hecho que constituye la condición tiene TRES características:
- 1. Futuridad: la futuridad del acontecimiento constitutivo de la obligación
condicional se predica respecto al momento de la celebración del contrato:
“Lo pasado, presente y futuro se entenderá con relación al momento de
testar, a menos que se exprese otra cosa” (art. 1129, inciso 2º CC). Lo
anterior acarrea dos consecuencias:
Si la condición establecida por las partes se refiere a un hecho pasado o
presente y este hecho ocurrió, la condición se tiene por no escrita (la
obligación será, entonces, pura y simple, siendo su exigibilidad y su
extinción inmediatas).
Si la condición establecida por las partes se refiere a un hecho pasado o
presente y este hecho no ocurrió, la obligación será inexistente.
- 2. Incertidumbre: SE REFIERE A QUE LOS HECHOS PUEDAN SUCEDER
O NO. DEBE SER OBJETIVA, GENERAL O COMÚN PARA TODOS O
PARA UN GRAN NUMERO DE PERSONAS
- lo determinante para establecer si la modalidad consiste en un plazo o en
una condición no es la incertidumbre respecto a la época en que debe
realizarse el hecho que la constituye, sino la realización misma de ese
hecho.
- 3. Requiere estipulación expresa
Clasificación:
→1. Según los efectos de la condición:
- 1.1 Condición suspensiva: “La condición se llama suspensiva si, mientras
no se cumple, suspende la adquisición de un derecho…” (Art. 1536 CC). La
condición es suspensiva cuando suspende la exigibilidad de la obligación;
es decir, con la realización de la condición suspensiva la obligación se hace
exigible.
63
- 1.2Condición resolutoria o extintiva: “La condición se llama…resolutoria
cuando por su cumplimiento se extingue un derecho” (art. 1536 CC). La
condición resolutoria suspende la extinción de la obligación; es decir, con la
realización de la condición resolutoria la obligación se extingue. Las
obligaciones sujetas a condición resolutoria nacen y producen sus efectos
normalmente, hasta el momento en que se realice la condición extintiva.
64
4.1.2 Simplemente potestativa: depende de la voluntad o decisión de uno
de los sujetos de la obligación
Te doy 100 si vas a Bogotá o te doy 1000 si voy a Bogotá.
- 4.2 Condición casual: es aquella que depende de un acontecimiento
completamente ajeno al ámbito de decisión de las partes, bien sea un
“acaso” (hecho aleatorio, contingente) o el hecho de un tercero no
dependiente de los sujetos de la obligación. Si juan lo aprueba te doy 100º
si mañana llueve te doy 100.
- 4.3 Condición mixta: es aquella que depende, en parte, de la decisión de
uno de los sujetos de la obligación, y en parte de un acontecimiento ajeno
al ámbito de decisión de los mismos. te doy 100 si te casas con c
Art. 1534 CC. Condición potestativa, casual y mixta: “Se llama condición
potestativa la que depende de la voluntad del acreedor o del deudor; casual la que
depende de la voluntad de un tercero o de un acaso; mixta la que depende de la
voluntad del acreedor y en parte de la voluntad de un tercero o de un acaso”.
Art. 1535 CC. Condición meramente potestativa: “Son nulas las obligaciones
contraídas bajo una condición potestativa que consista en la mera voluntad de la
persona que se obliga.
Si la condición consiste en un hecho voluntario de cualquiera de las partes,
valdrá”.
Art. 1532 CC. Condiciones imposibles: “La condición positiva debe ser física y
moralmente posible.
Es físicamente imposible la que es contraria a las leyes de la naturaleza física; y
moralmente imposible la que consiste en un hecho prohibido por las leyes, o es
opuesta a las buenas costumbres o al orden público.
Se mirarán también como imposibles las que están concebidas en términos
ininteligibles”.
Art. 1533 CC. Inoperabilidad de la condición: “Si la condición es negativa de una
cosa físicamente imposible, la obligación es pura y simple; si consiste en que el
acreedor se abstenga de un hecho inmoral o prohibido, vicia la disposición”.
CLASIFICACIÓN DE LA CONDICIÓN”
65
(Art. 1531 y 1532 C.C.) - Negativa que una cosa no acontezca
- Físicamente posible que no contraríe las leyes de la
naturaleza
- Moralmente posible que no contraría la ley, el orden
público y las buenas
costumbres
66
- Resolutorias - Físicamente la obligación nace como pura y
(Art. 1537 inc. 4º C.C.) Simple
Se considera la condición como no escrita
Nunca se resolverá ese derecho
Vg: A le presta $100 a B y se lo restituye si
va al Sol
Las condiciones positivas imposibles suspensivas no valen; las resolutorias se tienen por
no escritas, por ellos la condición es pura y simple
3-) Negativas
imposibles - Suspensivas - Físicamente este hecho es cierto que no
(Art. 1533 C.C.) sucederá (no es incierto)
si no es incierto no hay condición
la obligación es pura y simple
se interpreta la voluntad presunta de las partes
Vg: A le da a B $100 si no va al Sol
67
Vg: A le dona a B $100 si no mata a B
A nadie se le tiene que pagar para que se porte
bien y cumpla la ley
la obligación es nula vicia la disposición
es una causal de nulidad absoluta (Art. 1523 )
68
exigible; si la condición es resolutoria, la obligación producirá sus efectos
hasta que opere una causal de extinción diferente.
Efectos:
Efectos de la condición suspensiva
iii. la prescripción extintiva de la acción del acreedor solo se cuenta a partir del
momento del cumplimiento de la condición, cuando la obligación nace y se hace
exigible (art. 2535, inc. 2º, c.c.)
69
Como consecuencia de lo anterior, si la condición falla por un hecho culposo del
deudor, se entiende que la condición se cumple (art. 1538, inc. 3º, c.c.)
v. el acto jurídico del cual surge la obligación condicional se rige por las
normas vigentes al momento de su celebración, independientemente de que
encontrándose pendiente la condición entre a regir una ley que exija nuevos
requisitos de manera retroactiva (art. 38, ley 153 de 1887).
vi. acciones conservativas del acreedor sub conditione (arts. 1549, in fine, y
1136, inc. 1º, c.c.): durante el estado de pendencia de la condición, el acreedor
puede intentar los mecanismos idóneos para proteger su derecho eventual.
vii. transmisión del derecho condicional (art. 1549, inc. 1º, c.c.): durante el
estado de pendencia de la condición, la obligación del deudor y el derecho del
acreedor se transmite a los herederos de uno o de otro, en caso de muerte de
alguno de ellos.
De acuerdo con el art. 1549, inc. 2º, c.c., “Esta regla no se aplica a las
asignaciones testamentarias, ni a las donaciones entre vivos”. Esta norma, en su
generalidad, da a entender que ni el derecho condicional del acreedor ni la
obligación condicional del deudor, emanadas de un testamento o de una donación,
son transmisibles a sus respectivos herederos. No obstante, aplicando el art.
1136, inc. 2º, c.c. (norma especial), debemos concluir que en estos casos la
obligación del deudor condicional se transmite a sus herederos, no así el derecho
del acreedor condicional (“asignatario”), el cual, según dicha norma, no se
transmite a sus herederos.
70
derecho a obtener la restitución de lo dado o pagado; si se habían practicado
medidas conservativas del derecho eventual del acreedor, deben ser canceladas,
pues ya perdieron su objeto.
Para establecer los efectos de la condición resolutoria se deben diferenciar tres (3)
instituciones relacionadas con el tema, pues cada una de ellas produce efectos
distintos
Si lo que está pendiente es la extinción de un derecho real (te dono mi casa, pero
si mueres antes que yo la donación quedará sin efecto), el que tiene la cosa se
puede reputar como propietario (condicional o fiduciario) y poseedor hasta tanto
no se cumpla la condición. Puede disfrutarla sin restricciones e incluso enajenarla
(art. 750 c.c.)
71
restitución de la cosa o se oponga a la ejecución de la obligación impulsada por el
acreedor después del cumplimiento de la condición.
- condición resolutoria tácita (art. 1546 c.c.): es la que por ley se incorpora
como elemento de la naturaleza en los contratos bilaterales y que consiste en que
uno de los contratantes incumpla las obligaciones surgidas del contrato bilateral.
OBLIGACIONES A PLAZO:
Regulación: Libro IV, Título V (arts. 1551 CC a 1555 CC) – Libro III (arts. 1138 CC
a 1146 CC).
72
Art. 1551 CC: “El plazo es la época que se fija para el cumplimiento de la
obligación…”
Clasificación:
→ Según la forma de manifestarse:
- Plazo expreso.
- Plazo tácito.
Art. 1551 CC: “El plazo es la época que se fija para el cumplimiento de la
obligación; puede ser expreso o tácito. El tácito es el indispensable para
cumplirlo.”
→ Según la determinación:
- Plazo determinado: existe certeza frente a la época en que ha de realizarse
el hecho que lo constituye.
- Plazo indeterminado: no existe certeza frente a la época en que ha de
realizarse el hecho que lo constituye.
→ Según la forma de contabilización:
- Plazo continuo o común: se cuentan todos los días calendario. Este tipo de
plazo se aplica en tres casos:
Plazos legales de meses y años (ejemplo: prescripción extintiva).
Plazos judiciales de meses y años (ejemplo: plazo que le concede el juez al
deudor de una obligación indivisible).
Plazos convencionales o negociales, salvo pacto en contrario.
- Plazo discontinuo o hábil: sólo se cuentan los días hábiles. Este plazo se
aplica en tres casos:
Plazo legal de días (ejemplo: fijación legal de cierto número de días para la
contestación de una demanda).
73
Plazo judicial de días.
Plazo convencional o negocial, cuando medie pacto expreso.
Art. 829 CCo: “En los plazos de horas, días, meses y años, se seguirán las reglas
que a continuación se expresan:
1. Cuando el plazo sea de horas, comenzará a contarse a partir del Reimer
segundo de la hora siguiente, y se extenderá hasta el último segundo de la
última hora inclusive.
2. Cuando el plazo sea de días, se excluirá el día en que el negocio jurídico se
haya celebrado, salvo que de la intención expresa de las partes se
desprenda otra cosa.
3. Cuando el plazo sea de meses o de años, su vencimiento tendrá lugar el
mismo día del correspondiente mes o año; si éste no tiene tal fecha,
expirará en el último día del respectivo mes o año. El plazo que venza en
día feriado se prorrogará hasta el día siguiente. El día de vencimiento será
hábil hasta las seis de la tarde.
Parágrafo 1º. Los plazos de días señalados en la ley se entenderán hábiles; los
convencionales, comunes.
Parágrafo 2º. Los plazos de gracia concedidos mediante acuerdo de las partes,
con anterioridad al vencimiento del término, se entenderían como prórroga del
mismo”.
Art. 70 CC: “En los plazos de días que se señalen en las leyes y actos oficiales, se
entienden suprimidos los feriados y de vacantes, a menos de expresarse lo
contrario. Los de meses y años se computan según el calendario; pero si el último
día fuere feriado o de vacante, se extenderá el plazo hasta el primer día hábil”.
→ Según la fuente:
- Plazo legal. Ejemplos:
Art. 2225 CC: “Si no se hubiere fijado término para el pago no habrá derecho de
exigirlo dentro de los diez días subsiguientes a la entrega” (contrato de mutuo).
Art. 1389 CC: “La ley señala al partidor, para efectuar la partición, el término de un
año, contado desde la aceptación de su cargo.
El testador no podrá ampliar este plazo.
Los consignatarios podrán ampliarlo o restringirlo como mejor les parezca, aun
contra la voluntad del testador”.
Art. 1937 CC: “Si se estipula que por no pagarse el precio al tiempo convenido, se
resuelva ipso facto el contrato de venta, el comprador podrá, sin embargo, hacerlo
subsistir, pagando el precio, lo más tarde, en las veinticuatro horas subsiguientes
a la notificación judicial de la demanda”.
- Plazo judicial: el juez sólo puede fijar plazos para la exigibilidad o extinción
de una obligación cuando una norma lo faculte expresamente para ello.
Art. 961 CC: “Si es vencido el poseedor, restituirá la cosa en el plazo fijado por la
ley o por el juez, de acuerdo con ella…”
ARTÍCULO 56 ley 1306 de 2009. CURADORES Y CONSEJEROS SUPLENTES.
Los curadores o consejeros suplentes serán sucesivos y reemplazarán al principal
o al suplente antecesor en sus ausencias definitivas o temporales.
74
Para entrar en ejercicio del cargo no se requiere el cumplimiento de formalidad
alguna, pero el suplente deberá comunicarlo de inmediato al Juez del proceso con
indicación de las causas que motivaron su actuación.
Con todo, los suplentes podrán solicitar al Juez ordene la rendición de cuentas y
entrega formal de los bienes del incapaz que administren y, en tal caso, se
suspenderá la asunción del cargo hasta cumplida dicha diligencia, que deberá
practicarse en un plazo no mayor de un (1) mes, contado a partir de la solicitud por
parte del suplente.
Cuando sea necesario, el Juez podrá ordenar al suplente la asunción inmediata
del cargo, a pesar de quedar pendiente la rendición de cuentas; pero en tal caso,
dicho suplente no asumirá responsabilidad patrimonial y esta será de cuenta del
curador que va a ser reemplazado, sin perjuicio de la responsabilidad individual
del suplente por las acciones que le puedan ser atribuidas.
75
embargo, concederá en este caso al interesado el plazo que pida para el pago de
la demanda, y que por las circunstancias del demandado parezca equitativo”.
- Plazo negocial.
Efectos:
- Plazo suspensivo vigente:
La obligación no es exigible, el acreedor no puede reclamar la ejecución de
la prestación, y si lo hace, el deudor puede proponer la excepción
(impropia) de plazo pendiente.
Si la ley o el negocio jurídico lo establecen, se causan intereses
remuneratorios o de plazo antes de la extinción del plazo (en el negocio
mercantil, estos intereses de plazo son elementos naturales; en el civil, son
accidentales).
Si el deudor paga no puede repetir, pues se entiende que está renunciando
al plazo.
Art. 1552 CC: “Lo que se paga antes de cumplirse el pago, no está sujeto a
restitución…”.
El acreedor puede pedir medidas conservatorias necesarias.
El acreedor puede disponer de su derecho de crédito, mediante cesión de
créditos (transferencia) o sucesión (transmisión).
No corre el término de prescripción extintiva.
Art. 2535 CC: “La prescripción que extingue las acciones y derechos ajenos exige
solamente cierto lapso de tiempo durante el cual no se hayan ejercido dichas
acciones. Se cuenta este tiempo desde que la obligación se haya hecho exigible”.
- Plazo suspensivo extinto:
La obligación se hace exigible.
Si el deudor no paga oportunamente surgen, por disposición legal (no es
necesario pacto expreso), intereses moratorios.
Comienza a correr el término de prescripción extintiva.
76
Moratorios: Se causan después de la vigencia del plazo, una vez se ha hecho
exigible la obligación; estos cumplen una función es sancionar a quien no ha
cumplido la obligación en el plazo previsto
Regulación de intereses en el derecho privado:
CIVIL: Art 2231y 2232 cod civ. Se debe diferenciar:
MERCANTIL: Ley 510 de 1999 art 111, art 884 cod comercio
Remuneratorios: o Legal: Sera el interés bancario corriente si las partes no
establecen el %. Son elementos de la naturaleza del contrato. o Convencional:
Existen dos posturas: Considera que no pueden exceder el interés corriente
bancario Sean remuneratorios o moratorios jamás se podrá exceder el interés
corriente bancario más la mitad, esta es la postura mayoritaria
Moratorios: o Legal: 1 y ½ el interés bancario corriente si las partes no lo
establecen. Es un elemento de la naturaleza del contrato. o Convencional: Existen
dos posturas: No puede exceder el interés corriente bancario más una mitad.
Sean remuneratorios o moratorios jamás se podrá exceder el interés corriente
bancario más la mitad, esta es la postura mayoritaria
Si las partes exceden el interés convencional permitido por la ley, la sanción, es la
perdida de los intereses y se deben entregar doblados. Esta sanción se aplica
también en civil. Es una sanción por la mala fe. La ley 510 modifica la ley 45 en la
sanción, pero no dijo si se tenían que entregar doblado o no, por lo que esta
sanción se entiende vigente por la remisión que hace el art 884 del cod comercio.
77
1. EXPIRACIÓN O VENCIMIENTO DEL PLAZO: se refiere al mero transcurso
del tiempo. Las partes tienen un poder absoluto de disposición sobre el
vencimiento del plazo, pudiendo pactar prórrogas o periodos de gracia para
ampliarlo.
“g) Efectuar pagos anticipados en toda operación de crédito en moneda nacional sin incurrir en
ningún tipo de penalización o compensación por lucro cesante, de las cuotas o saldos en forma
total o parcial, con la consiguiente liquidación de intereses al día del pago.
Este derecho del consumidor financiero no será aplicado a operaciones de crédito cuyo saldo
supere los ochocientos ochenta (880) SMMLV. Para los créditos superiores a este monto, las
condiciones del pago anticipado serán las establecidas en las cláusulas contractuales pactadas
entre las partes.
Es derecho del deudor decidir si el pago parcial que realiza la abonará a capital con disminución de
plazo o a capital con disminución del valor de la cuota de la obligación.
En el evento en que el deudor posea varios créditos con una misma entidad que sumados superen
el monto indicado en el inciso tercero, solo podrá realizar el pago anticipado aquí regulado hasta
dicho límite. En el evento en que el deudor posea varios créditos con diferentes entidades, podrá
realizar el pago anticipado aquí regulado con cada entidad, hasta límite establecido en la presente
ley.
78
Parágrafo 1. La posibilidad de pago anticipado de los créditos anteriormente especificados, aplica
a los créditos otorgados a partir de la entrada en vigencia de esta ley
Artículo 6°. La presente ley rige a partir de su promulgación y deroga todas las disposiciones que le
sean contrarias.
Posibilidad de Efectuar Pagos Anticipados de Créditos Financieros en Moneda Nacional Sin Ningún Tipo de
Penalización se Aplica También a los Créditos Adquiridos con Anterioridad al 9 de Julio de 2012
La Corte Constitucional mediante Sentencia C- 313 de 2013, Magistrado Ponente Gabriel Eduardo Mendoza
Martelo declaró exequible el parágrafo del artículo 1º de la Ley 1555 de 2012, en el entendido que los créditos
a los cuales se refiere el literal g) del artículo 5º de la Ley 1328 de 2009 tomados antes del 9 de julio de 2012,
también podrán ser pagados anticipadamente, sin incurrir en ningún tipo de penalización o compensación. La
Corte debía definir, si limitar la posibilidad de pago anticipado de créditos financieros enunciados en la norma
demandada, sin ninguna penalización, solamente para aquellos adquiridos a partir de la entrada en vigencia
de la Ley 1555 de 2012, esto es, el 9 de julio de 2012 configura un quebrantamiento de la igualdad, atenta
contra el Estado social de derecho y vulnera el principio de legalidad de la sanción y de contera, el debido
proceso.
DECISIÓN
Declarar EXEQUIBLE el parágrafo del artículo 1º de la Ley 1555 de 2012, en el entendido que los créditos a
los cuales se refiere el literal g) del artículo 5º de la Ley 1328 de 2009 tomados antes del 9 de julio de 2012,
también podrán ser pagados anticipadamente, sin incurrir en ningún tipo de penalización o compensación.
FUNDAMENTOS DE LA DECISIÓN
Para resolver el primer cargo, la Corporación aplicó un test intermedio, como quiera que la medida que se
impugna compromete derechos constitucionales no fundamentales, pero ofrece un indicio de inequidad. En
relación con lo primero, hay que tener en cuenta que el artículo 335 de la Constitución consagró como objetivo
del legislador promover la democratización del crédito, lo cual implica como contrapartida un derecho en
cabeza de los asociados. En cuanto atañe al indicio de inequidad, señaló que se trata de una medida que si
bien estipula un beneficio a favor de un grupo de deudores del sistema financiero, en razón de un cierto tipo
de créditos, lo cual tiene a la democratización del crédito, también es cierto que se encuentra una exclusión
de otro grupo de deudores a quienes no cobijaría la medida que propende por la realización de un objetivo
constitucional. Observó, que se trata de un indicio, ya que es posible aducir en principio, algunas razones
plausibles a favor de la medida y solo el juicio de igualdad dará cuenta de la equidad o inequidad de lo
dispuesto por el legislador.
En conclusión, la Corte señaló que no resultaba necesario afectar la posibilidad de pago anticipado sin multa
de los tomadores de crédito antes de la entrada en vigencia de la ley para lograr los propósitos propuestos.
De esta forma, el indicio de inequidad no se ha desvirtuado, toda vez que si bien podrían aducirse a favor de
la exclusión del beneficio para los adquirentes de créditos antes de la entrada en vigor de la ley, razones de
seguridad jurídica y respeto de la libertad contractual, lo cual es plausible, también militan en pro de la
extensión del beneficio a dichos deudores, razones constitucionales fundadas en la cláusula del Estado social
de derecho (art. 1), el logro de la promoción de la prosperidad general (art. 2º), la defensa de los derechos de
los consumidores (art. 78), el derecho a la libre competencia (art. 333), el mejoramiento de la calidad de vida
de los habitantes (art. 334), el derecho a que se promueva la democratización del crédito (art. 335), con lo
cual se configura la vulneración del principio de igualdad.
Por último, la Corte advirtió que en el presente caso no se puede calificar como situación jurídica consolidada
o derecho adquirido, la posibilidad de cobrar una penalidad cuando se presentan pagos anticipados en
materia de créditos, como quiera que esta solo puede tener lugar si se produce dicho pago, de manera que se
está frente a una mera expectativa. El carácter de situaciones jurídicas consolidadas se presentaría solo en
aquellos eventos en los cuales ya se hizo el pago anticipado y se ha generado el derecho de hacer efectiva la
sanción. Pero en aquellos casos en los que el supuesto fáctico no ha acontecido, es válida la afectación por
parte de la nueva ley. Adicionalmente, observó que el demandante incurre en confusión del principio de
legalidad de la pena con las consecuencias jurídicas de pactos mercantiles, razón por la cual, dado el
resultado de la sentencia, fue desatendida por el Tribunal.
79
Con el fin de extender el beneficio de pago anticipado sin sanción, acorde con la cláusula del Estado social de
derecho entre cuyas finalidades más significativas, se cuenta la realización efectiva de los derechos, la Corte
procedió a proferir una decisión de exequibilidad condicionada.
El magistrado Luis Guillermo Guerrero Pérez se apartó de esta decisión, toda vez que consideraba que lo
procedente era un fallo inhibitorio, por cuanto advertía en la demanda deficiencias en los cargos, por falta de
certeza y pertinencia. Observó, que era relevante que en los antecedentes se constató que en el curso del
debate legislativo, se plantearon impedimentos de los congresistas, razón por la cual se decidió establecer un
efecto hacia el futuro, de manera que los bancos puedan incorporar esa cláusula, sin que por ello se
beneficien los parlamentarios que votaron sobre la Ley 1555 de 2012. De otra parte, recordó que la Corte
(1998) ya declaró exequible una norma que permitía ese prepago del crédito, siempre y cuando se pactaran
intereses, sin que se desvirtuara la existencia de cosa juzgada material. Indicó que el Procurador General de
entonces exhortó a la toma de una medida de intervención del Estado para evitar el abuso de una posición
dominante de la entidad bancaria. Así mismo, advirtió que la aplicación de un test intermedio de igualdad se
basa en el artículo 335 de la Constitución, pero no se explica cómo se afecta la democratización del crédito de
personas que ya accedieron al mismo, ni por qué no se afecta la libertad contractual y la seguridad jurídica. A
su juicio, esas deficiencias no le permitían a la Corte contar con todos los elementos, para un examen de
fondo de la constitucionalidad de la norma demandada.}
80
La aplicación de la ley 550 de 1999, de acuerdo a lo dispuesto por la ley
1116 de 2006, solo es aplicable a las entidades territoriales, a las
descentralizadas y universidades estatales.
De modo que esta causal de caducidad del plazo sólo se predica de las
obligaciones a plazo en las que el deudor es un comerciante.
El procedimiento es el siguiente: cuando un comerciante se encuentra en
dificultades económicas, se inicia un proceso de reorganización empresarial con el
fin de obtener, entre el deudor y sus acreedores, un acuerdo (“acuerdo de
reorganización”) que le permita a aquél salvar su empresa. Si el acuerdo de
reorganización se incumple, se debe promover un proceso de liquidación judicial
de la empresa para pagarle a los acreedores. Este proceso se inicia cuando el
juez profiere la “providencia de apertura del proceso de liquidación judicial”, uno de
cuyos efectos es la caducidad del plazo (num. 9, art. 50, ley1116 de 2006).
Artículo 50. Efectos de la apertura del proceso de liquidación judicial. La
declaración judicial del proceso de liquidación judicial produce:………
9. La exigibilidad de todas las obligaciones a plazo del deudor. La apertura del
proceso de liquidación judicial del deudor solidario no conllevará la exigibilidad de
las obligaciones solidarias respecto de los otros codeudores.
81
Artículo 565. Efectos de la providencia de apertura. La declaración de
apertura de la liquidación patrimonial produce como efectos:
6. La exigibilidad de todas las obligaciones a plazo a cargo del deudor. Sin
embargo, la apertura del proceso de liquidación patrimonial no conllevará la
exigibilidad de las obligaciones respecto de sus codeudores solidarios
Según el art. 1553, núm. 2º, c.c., para que proceda la caducidad del plazo por esta
causal es indispensable que el deterioro o la extinción de las cauciones se deban
a un hecho o culpa del deudor, excluyendo, en principio, el caso fortuito y la fuerza
mayor. No obstante, debe entenderse que ese precepto constituye una regla
general que se aplica en ausencia de una norma en contrario especialmente
aplicable a la extinción o disminución de una garantía en particular, como por
ejemplo:
-.Pérdida material o deterioro del bien hipotecado (art. 2451 c.c.): el plazo caduca
cuando el bien hipotecado se destruye o se deteriora, independientemente de que
ello se deba a un caso fortuito o a un hecho culpable o doloso del deudor, salvo
que el deudor mejore la hipoteca o constituya otra caución.
-. Insolvencia del fiador (art. 2375 c.c.): si el fiador se insolventa, el deudor debe
otorgar nueva fianza so pena de caducidad del plazo; obviamente que en este
caso no interesa para nada si el deudor actuó con dolo o con culpa o si la
insolvencia del fiador se debe a una circunstancia extraña al deudor.
-Cuando deudor que no ha constituido las cauciones que le ofreció al acreedor
para obtener su consentimiento (por analogía del art. 1553, núm. 2º, c.c.):
obviamente que esta es también una situación de hecho que debe ser declarada
mediante un proceso verbal (art. 394 CGP)
82
4. Citación de acreedores proceso ejecutivo con garantía real
Artículo 462 CGP.. Citación de acreedores con garantía real . Si del certificado
de la oficina de registro correspondiente aparece que sobre los bienes embargados existen
garantías prendarias o hipotecarias, el juez ordenará notificar a los respectivos acreedores,
cuyos créditos se harán exigibles si no lo fueren, para que los hagan valer ante el mismo
juez, bien sea en proceso separado o en el que se les cita, dentro de los veinte (20) días
siguientes a su notificación personal.
Si dentro del proceso en que se hace la citación alguno de los acreedores formula
demanda que sea de competencia de un juez de superior categoría, se le remitirá el
expediente para que continúe el trámite del proceso.
Si vencido el término a que se refiere el inciso anterior, el acreedor notificado no hubiere
instaurado alguna de las demandas ejecutivas, sólo podrá hacer valer sus derechos en el
proceso al que fue citado, dentro del plazo señalado en el artículo siguiente.
“CLÁUSULA ACELERATORIA”
– “cláusula de exigibilidad anticipada”: no hay una norma general que se refiera a
las cláusulas aceleratorias en todos los negocios jurídicos, pero sí hay normas
especiales atinentes a ciertos contextos particulares (art. 962: compraventa con
pacto de reserva de dominio; art. 69 de la ley 45 de 1990: operaciones financieras;
art. 19 de la ley 546 de 1999: créditos para adquisición de vivienda). Según
Bohórquez Orduz, mediante la cláusula aceleratoria “las partes estipulan que si se
dan ciertas circunstancias el vencimiento de la obligación pactada a plazos se
acelerará o, lo que es lo mismo, que la deuda se hará totalmente exigible aun
cuando reste parte del tiempo para que lo sea de conformidad con el pacto
original”. De manera que, por regla general, la simple mora del deudor en la
cancelación de las cuotas no da derecho al acreedor para exigir la devolución del
crédito en su integridad. La cláusula aceleratoria, como elemento accidental del
negocio jurídico, hace surgir este derecho en cabeza del acreedor. Las causales
de aceleración son establecidas por las partes (ejemplos: mora en el pago de una
o varias cuotas periódicas, mora en el pago de los intereses remuneratorios,
embargo de los bienes del deudor…). La cláusula aceleratoria puede ser
automática (opera sin ningún requisito adicional al pactado por las partes) o
potestativa (su operancia exige que, una vez cumplidas las causales establecidas,
el acreedor requiera al deudor).
83
OBLIGACIONES MODALES
El título IV del libro IV del Código Civil se denomina "De las obligaciones
condicionales y modales", sin embargo, en ninguna de sus disposiciones se regula
el modo, salvo el artículo 1550 que hace aplicable las normas que regulan las
asignaciones testamentarias modales.
Por tanto, el modo sólo se encuentra regulado, en las normas sobre asignaciones
testamentarias modales, en los artículos 1147 a 1154 del Código Civil.
“Si se asigna algo a alguna persona para que lo tenga por suyo, con la obligación
de aplicarlo a un fin especial, como el de hacer ciertas obras o sujetarse a ciertas
cargas, esta aplicación es un modo y no una condición suspensiva. El modo, por
consiguiente, no suspende la adquisición de la cosa asignada”.
Los partidarios del concepto restringido del modo, que lo hace aplicable sólo a las
liberalidades, lo definen como "la carga o gravamen ligado a una disposición a
título gratuito que pesa sobre el beneficiario de ésta.
Los partidarios del concepto amplio del modo, que lo hacen aplicable tanto a los
actos a título gratuito como a los a título oneroso, lo definen como "la prestación
de carácter excepcional y accesoria impuesta al adquirente de un derecho.
84
En este sentido, el modo impone una obligación a un sujeto, y no importa un mero
consejo. Así, por ejemplo, si se estipula una cláusula que dice "Le lego a Juan
$50.000.000.- para que pueda construir una casa para sí", debe entenderse que
esa cláusula no importa un modo sino que un simple consejo.
(ii) Deudor modal. Es el acreedor del contrato, que al recibir la cosa se transforma
en deudor de la obligación modal.
Por ejemplo, Juan dona a Pedro una casa con la modalidad de que una de las
habitaciones deberá ser ocupada por la abuela Vidalita hasta que muera.
El Código Civil en el artículo 1147, en su última parte dice "el modo, por
consiguiente, no suspende la adquisición de la cosa asignada."
85
En este sentido, el acreedor modal sólo puede exigir el cumplimiento del
gravamen acordado en su favor y no puede demandar la resolución del contrato
por el incumplimiento del gravamen, a menos que se haya estipulado una cláusula
resolutoria, caso en el cual el incumplimiento de la carga autoriza para solicitar la
resolución del contrato.
Es por esta razón que el Código Civil establece que no es necesario prestar fianza
o caución de restitución para el evento de no cumplirse el modo.
El artículo 1541 del Código Civil establece que las condiciones deben cumplirse
literalmente en la forma convenida. Con esa norma se prohibió todo cumplimiento
por equivalencia de la condición. En cambio, en el modo, existe una norma
expresa que permite el cumplimiento por equivalencia.
Como criterio diferenciador se ha señalado que si la cosa se adquiere una vez que
se haga algo, se está frente a una condición, en cambio, si la cosa se adquiere
para que se haga algo, se está frente a un modo.
Por ejemplo, si se estipula "te dejo mi casa si haces una donación de $1.000.000.-
a un hospital de niños", se está en presencia de una condición suspensiva. En
cambio, si se dice "Le dejo mi casa a Pedro quien deberá hacer una donación de
$1.000.000.- a un hospital de niños", se está en presencia de un modo.
86
La forma normal de cumplirse el modo es de acuerdo a lo que hayan estipulado
las partes. Si las partes no determinaron suficientemente el tiempo o la forma
especial en que ha de cumplirse el modo, se aplica el artículo 1152 del Código
Civil.
Sin embargo, en aquellos casos en los cuales, la carga sólo podía ser llevada a
cabo por el deudor, la muerte extingue la obligación modal.
"Si el modo consiste en un hecho tal, que para el fin que el testador se haya
propuesto sea indiferente la persona que lo ejecute, es transmisible a los
herederos del asignatario."
Cláusula resolutoria
87
La cláusula resolutoria siempre debe expresarse, salvo cuando el asignatario
modal es un banco, pues en tal caso, se entiende que la obligación modal
envuelve siempre cláusula resolutoria. En consecuencia, si la cláusula resolutoria
no se expresa en una asignación testamentaria o en un contrato unilateral, el
incumplimiento de la carga no da derecho para exigir la resolución del contrato.
Por tanto, surge la pregunta ¿En los contratos bilaterales en que se impone un
modo a alguna de las partes, es necesario estipular expresamente la cláusula
resolutoria?
En apoyo de esta tesis, Stitchkin cita el artículo 1461 inciso primero del Código
Civil, que establece que las donaciones con carga, que son contratos bilaterales,
en el evento en que el donatario incumpla con la carga impuesta, el donante
tendrá derecho a la ejecución forzada o a la resolución del contrato, con la
correspondiente indemnización de perjuicios. Luego, en ese caso, que no es más
que una donación modal, se hace aplicable el artículo 1546
Para otro sector de la doctrina, en los contratos bilaterales que imponen un modo,
es indispensable, establecer la cláusula resolutoria, si se quiere lograr ese efecto,
ya que en las obligaciones modales es indispensable expresar la cláusulas
resolutorias, sin importa si la obligación es unilateral o bilateral. Por tanto, la
condición resolutoria tácita no operaría en las obligaciones modales, ya que allí,
habría una norma expresa, el artículo 1148 del Código Civil, que establece que la
condición debe ser expresa.
¿Quién puede demandar la resolución?
Somarriva sostiene que la resolución puede solicitarla, (i) el beneficiario del modo,
ya que tiene interés y (ii) los herederos, ya que lo que reste después de pagar el
modo acrece a la herencia, con exclusión del asignatario modal.
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Artículo 1154 del Código Civil.
"Siempre que haya de llevarse a efecto la cláusula resolutoria, se entregará a la
persona en cuyo favor se ha constituido el modo una suma proporcionada al
objeto, y el resto del valor de la cosa asignada acrecerá a la herencia, si el
testador no hubiere ordenado otra cosa.
El asignatario a quien se ha impuesto el modo no gozará del beneficio que pudiera
resultarle de la disposición precedente."
Las normas que regulan los efectos de la imposibilidad en el modo son dos, más
la aplicación de las reglas generales.
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LA CLAUSULA PENAL
1. FUNDAMENTO JURIDICO:
2. DENOMINACIONES:
“Estipulatio poenae”
“Pena”
“Multa”
“Cláusula penal”
3. CONCEPTO:
1. Artículo 1.592 del Código Civil: “La cláusula penal es aquella en la que una
persona para asegurar el cumplimiento de una obligación, se sujeta a una pena que
consiste en dar o hacer algo, en caso de no ejecutar o retardar la obligación principal”.
Aunque la norma no lo menciona, la pena también podrá consistir en una abstención
(no hacer).
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4. CARACTERISTICAS:
“Con todo, cuando uno promete por otra persona, imponiéndose una
pena para el caso de no cumplirse por esta lo prometido, valdrá la pena,
aunque la obligación principal no tenga efecto por falta de
consentimiento de dicha persona.
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ARTICULO 1597. Cuando la obligación contraída con cláusula penal es de
cosa divisible, la pena, del mismo modo que la obligación principal, se divide
entre los herederos del deudor a prorrata de sus cuotas hereditarias. El
heredero que contraviene a la obligación, incurre, pues, en aquella parte de la
pena que corresponde a su cuota hereditaria; y el acreedor no tendrá acción
alguna contra los coherederos que no han contravenido a la obligación.
Exceptuase el caso en que habiéndose puesto la cláusula penal con intención
expresa de que no pudiera ejecutarse parcialmente el pago, uno de los
herederos ha impedido el pago total: podrá entonces exigirse a este heredero
toda la pena, o a cada uno su respectiva cuota, quedándole a salvo su recurso
contra el heredero infractor. Lo mismo se observará cuando la obligación
contraía con cláusula penal es de cosa indivisible
La divisibilidad de la pena se admite siempre y cuando ella sea divisible, pues si no lo es,
como la entrega de un cuerpo cierto que solo posee uno de los deudores, únicamente
éste es el llamado a cumplirla.
Cuando las obligaciones son de sujeto simple, sin importar la naturaleza de la prestación,
siempre el cumplimiento es indivisible, porque el acreedor no está obligado a recibir por
parcialidades, excepto si pactan en contrario.
Si la pena está garantizada con hipoteca, toda la pena pude perseguirse en el inmueble
hipotecado, sin importar quien ha otorgado la misma, si el deudor o un tercero. 1598 CC
Solidaridad: si uno de los deudores incurre en mora, la cláusula penal puede hacerse
efectiva a todos los deudores, lo cual constituye una excepción al art 1578 CC que ordena
que los perjuicios sólo se reclamen al moroso o culpable
La cláusula penal puede consistir en una prestación de dar, hacer o no hacer. Lo más
frecuente es la obligación de dar una suma de dinero, o un bien determinado.
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Dicha prestación de la cláusula penal es completamente distinta a la obligación principal.
Mientras la principal puede ser una suma de dinero a clausula penal puede ser dar un
cuerpo cierto o viceversa.
Nada impide, sin embargo, que la pena tenga por objeto una prestación idéntica a la dela
obligación principal….De todos modos, la obligación penal debe estar permitida por el
orden jurídico (Hernán Darío Velásquez P 919)
Se trata de un derecho del deudor que no puede ser desconocido por el acreedor y sobre
el cual no sería válido pactar en contrario como cuando se estipulare que hay lugar a la
totalidad de la pena aunque exista cumplimiento parcial.
Esta reducción opera cuando la cláusula penal es compensatoria, no moratoria, toda vez
que aquella no es acumulable con la obligación principal y además de acuerdo al 1596
CC la rebaja procede por falta de cumplimiento de la obligación. Si procede la
acumulación el acreedor podrá añadir la pena al cumplimiento, pero con rebaja
proporcional.
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Ahora bien, ¿si el deudor en mora de la totalidad paga después esa totalidad, habrá
derecho a la rebaja? A primera vista pareciera que el acreedor tiene derecho a reclamar
tanto la obligación como la totalidad de la pena, lo cual podría resultar inequitativo. No
tiene sentido que recibiendo parte se rebaje la pena y recibiendo la totalidad no haya
reducción.
5.3 Función indemnizatoria: La cláusula penal puede servir como tasación anticipada de
perjuicios. Lo que facilita la exigibilidad de las obligaciones. Ello implica que el
acreedor queda relevado de la obligación de:
5.4 Función sancionatoria: La cláusula penal puede servir como pena o sanción del
incumplimiento.
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4.5 Función de garantía: Sólo cuando se obliga a un tercero
Supera los topes legales: El juez los reduce al límite máximo, a solicitud del
deudor.
Es pactada en cuantía excesiva en los negocios de cuantía determinable.
El juez la reduce a su justa tasación.
7.5 Rebaja de la cláusula penal por cumplimiento parcial de la obligación principal, con la
aceptación del acreedor (Artículo 1.596 del Código Civil).
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8. TIPOS DE CLÁUSULAS PENALES:
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(Artículo 1.600 del Código Civil): «No podrá pedirse a la vez la pena y la
indemnización de perjuicios, a menos de haberse estipulado así
expresamente; pero siempre estará al arbitrio del acreedor pedir la
indemnización o la pena»
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«En caso de incumplimiento total o parcial de cualquiera de las
obligaciones derivadas del presente contrato, la parte cumplida o
dispuesta a cumplir podrá exigir a la parte incumplida el pago de la
suma de $25’000.000, a título de cláusula penal. Habrá lugar al pago
de la cláusula penal aun por el simple retardo»
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10. FUNCIÓN PRACTICA DE LA CLÁUSULA PENAL:
10.3 TIPO DE CLÁUSULA PENAL PACTADA: Depende también del interés de las
partes en el contrato. A manera de ejemplo: si una de las partes se encuentra en
posición de mayor posibilidad de incumplir el contrato, procurará pactar una cláusula
penal en cuantía baja y con un carácter subrogatorio (reemplazando la obligación
principal). Igualmente, pactará la imposibilidad de que el otro contratante reclame la
cláusula penal y la indemnización de perjuicios.
Ni aun por vía contractual, mediante una cláusula expresa en el contrato, sería posible
demandar ejecutivamente el pago de la cláusula penal careciendo de la prueba del
incumplimiento contractual, que lo sería exclusivamente una sentencia judicial
debidamente ejecutoriada.
El Artículo 422 del Código General del Proceso establece que podrán demandarse
ejecutivamente “…Las obligaciones expresas, claras y exigibles que consten en
documentos que provengan del deudor o de su causante y que constituyan prueba contra
él………….”
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El artículo 427 CGP establece que si la obligación estuviere sometida a condición
suspensiva a la demanda deberá acompañarse el documento privado que provenga del
deudor, el documento público, la inspección o la confesión judicial extraprocesal o la
sentencia que pruebe la contravención
El pacto sobre restituciones mutuas deberá incluir, entre otros aspectos, los
siguientes: El término o plazo preciso para que se realicen, si se tratare de
bienes (muebles o inmuebles), el manejo de las mejoras incorporadas por el
tenedor, la tasa de interés generada por las sumas de dinero pagadas y
recibidas, etc.
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de indemnización plena de los perjuicios sufridos con ocasión de la
terminación anticipada del contrato de arrendamiento.
MODELOS
PROMESA DE COMPRAVENTA DE INMUEBLE
CLAUSULA PENAL: El incumplimiento por cualquiera de las partes de la totalidad o
de alguna o algunas de las obligaciones derivadas del presente contrato, dará
derecho a aquella que hubiere cumplido o se hubiere allanado a cumplir las
obligaciones a su cargo, para exigir inmediatamente a título de pena a quien no
cumplió o no se allanó a cumplir, el pago de una suma equivalente a
$____________, a título de cláusula penal o pena por incumplimiento, la cual será
exigible por la vía ejecutiva al día siguiente a aquel en que debieron cumplirse las
correspondientes prestaciones, sin necesidad de requerimiento privado o judicial
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para la constitución en mora, derecho al cual renuncian ambas partes en su
recíproco beneficio. Por el pago de la pena no se extingue la obligación principal,
la cual podrá ser exigida separadamente. El contratante que hubiere cumplido o se
hubiere allanado a cumplir sus obligaciones, podrá demandar, en caso de que el
otro no cumpla o no se allane a cumplir lo que le corresponde, bien el cumplimiento
del contrato o bien la resolución del mismo. En ambos casos, tendrá derecho el
contratante cumplido a pedir el pago de la pena, tal como lo permiten los artículos
870 del Código de Comercio y 1546 y 1600 del Código Civil. En el evento de
demandarse la resolución del contrato por el incumplimiento o mora del
PROMITENTE COMPRADOR, EL PROMITENTE VENDEDOR podrá retener la suma
pactada como cláusula penal, de las sumas ya recibidas como anticipo con cargo a
este negocio e imputarla al valor de dicha cláusula penal.
ARRENDAMIENTO
DÉCIMA SEXTA: CLAUSULA PENAL. Cualquier incumplimiento o violación de EL
ARRENDATARIO de una o varias de las obligaciones consignadas en este contrato,
lo constituirá en deudor de EL ARRENDADOR, por el valor de tres (3) cánones de
arrendamiento vigentes a la fecha del respectivo incumplimiento, a título de
cláusula penal o pena por incumplimiento, la cual podrá ser exigida
simultáneamente con el derecho de exigir indemnización de perjuicios, cobro de los
arrendamientos pendientes, costas judiciales, si fuere el caso, así como el
cumplimiento de las demás obligaciones de cargo de EL ARRENDATARIO. Esta
sanción será exigible ejecutivamente, sin necesidad de requerimiento alguno para
la constitución en mora, con la sola afirmación de EL ARRENDADOR, sobre la
violación o incumplimiento de la respectiva obligación contractual.
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