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Levítico 6: 8-13

FUEGO: Se llama fuego al conjunto de particular o moléculas incandescentes de materia


combustible, capaces de emitir calor y luz, producto de una reacción química de oxidación acelerada. Las
llamas son las partes del fuego que emiten luz, mientras que el humo es el conjunto físico de las mismas
que ya no la emiten.

El fuego es una reacción química entre el combustible y el comburente, que mediante una energía
de activación, como por ejemplo una chispa, el fuego se inicia.

El fuego se compone de cuatro de elementos:

El combustible: son materiales sólidos, líquidos o gaseosos que liberan energía por medio de la
combustión y liberan energía luminosa y energía calórica.

El comburente: es un compuesto o sustancia que provoca o favorece la combustión, el comburente


por naturales con mayor presencia es el Oxígeno

Energía de activación: es el calor necesario para que comience la reacción.

Si falta cualquiera de estos elementos del fuego no se iniciara, estos 3 elementos se consideran
fundamentales para el fuego, pero hay otro más: la reacción en cadena que hacen que el fuego se
mantenga.

Para extinguir cualquier fuego siempre debemos eliminar algunos de estos 4 elementos.

El fuego proviene de la palabra hebrea, esh.

Materia ardiendo, con o sin llama, junto con el calor y la luz que desprende.

Por causa de la dificultad de encenderlo, en los tiempos antiguos se mantenían lámparas


encendidas continuamente con una fuente inmediata de fuego.

El fuego se usaba para cocinar, iluminar, calentarse y refinar metales.

En un contexto histórico de esta porción de la palabra, el holocausto se destacaba entre las


ofrendas porque era consumido enteramente por el fuego sobre el altar, era considerado el más perfecto
de los sacrificios. Aunque tenía el aspecto expiatorio representaba primordialmente la consagración del
oferente, la víctima se quemaba entera para Jehová. El termino holocausto significa “lo que sube” dado
que el material sacrificado se transformaba en otro, el humo y las llamas, que subían a Dios como un
perfume grato.

Todas las mañanas y todas las tardes delante del tabernáculo se ofrecía un cordero en holocausto
para que el pueblo de Israel recordara su consagración a Dios (Exodo29:38-42). De la misma manera
conviene que renovemos nuestra consagración diaria.

Pero qué ocurre si dejamos que el fuego de arder... Por eso he titulado esta enseñanza.
NO DEJES QUE EL FUEGO DEJE DE ARDER.
¿Ustedes se preguntaran, cual fuego? El fuego del Espíritu

En la cual estaremos desarrollando 4 condiciones por las cuales no debemos dejar que el fuego del
Espíritu deje arder en nuestras vidas.

1. Es una instrucción (Levítico 6: 8-12)


La palabra Mando proviene de la conjugación de verbo Mandar, se define como la expresión
de una persona (alguien con autoridad) su voluntad de que otra persona le obedezca.
En la biblia hay muchas instrucciones y tenemos una que es la que más recordamos y la
cantamos en los cumpleaños.
Vamos a leerla Josué 1:7-9
Es decir que Aarón y sus hijos debían de cumplir una serie de instrucciones o actividades
para cumplir con las leyes de los sacrificios y una de ella en específico, que el fuego encendido
sobre el altar no se apagara’ si no que el sacerdote pondrá en el leña cada mañana, que nos
confirma que es una instrucción diaria.
En resumen si no seguimos instrucciones, estamos desobedeciendo al Sr.
Entonces la instrucción diaria es que nosotros debemos estar una comunión con el Espíritu
Santo para que el fuego no deje de arden en nuestras vidas.

2. Perderíamos la dirección del camino.(Juan 12: 35)


Una de las características del fuego es que irradia luz, cuando nos encontramos andando por
un camino oscuro o una persona se encuentra perdida en un bosque, por falta de orientación o
confusión, es decir anda sin dirección, lo primero que hace es buscar como encender fuego para
tener una luz que le ayude a orientarse, en nuestras vidas debe irradiar la luz del fuego del
Espíritu a través de nosotros, porque el que anda en oscuridad o en tinieblas no sabe a dónde
va.
El Sr nos recuerda en Juan 14:6 “Jesús les dijo: yo soy el camino, y la verdad, y la vida, nadie
viene al padre sino es por mí y en Juan 8:12, Jesús les hablo otra vez diciendo : Yo soy la luz del
mundo, y el que me sigue no anduviera en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida, en
resumen, si no recordamos esto diariamente que puede ocurrir.
Recordemos lo que dice el libro de Mateo 5: 14-16, entonces como podremos mostrar el
camino a otros, sin nosotros no sabemos a dónde vamos o perdemos la dirección del camino.

3. Corremos el riesgo que nos sorprendan el enemigo.


(1 Pedro 5:8)
Entonces no es de extrañarnos que el Sr Jesucristo haya comparado al diablo con el león en
el versículo que acabamos de leer.
Oportunista y extremadamente organizado, el felino tiene atributos peculiares que no se
pueden encontrar en otro animal, con un rugido que puede escucharse a 8 kilómetros de
distancia, el mamífero tiene un olfato, vista y oído agudo. Son carnívoros, los leones pueden
cazar solos, pero sus habilidades de eximios cazadores se destacan el grupo.
Todas estas cualidades particulares lo hacen merecedor del título rey de la selva, que
dominan, atemorizan y cazan para fortalecerse, espiritualmente hablando son exactamente las
misma estrategias que nuestro adversario utiliza para devorarnos.

4. Nuestro amor se enfriara (1 Juan 4: 7-16)


Sabemos que una de las señales del fin es que por haberse multiplicado la maldad el amor
de muchos se enfriara.
La palabra enfriar tiene muchas definiciones, la que más me gusto fue la siguiente
“disminuir o suavizar la fuerza o intensidad de un fenómeno, de una actividad,
de un sentimiento o de una relación entre personas”
Me surge una pregunta ¿Qué haría usted por amor? Solo analice la pregunta pero no me
responda.
En la porción que acabamos de leer nos dice que “Dios es Amor”, entonces si nuestro amor
se enfría, es decir, que si disminuye o baja la intensidad en nuestra relación con el Espíritu
Santo.
Toda relación de amor necesita una continuidad, hay que trabajar en la relación para que el
amor no se enfríe, como humanos tenemos la tendencia a que el amor se vaya desgastando por
la rutina y por qué otras cosas de la vida nos distraen y no prestamos la debida atención a esa
persona especial.
Siempre se requiere de un esfuerzo extra para “avivar” una relación, como por ejemplo los
detalles que uno tiene con la otra persona para que se sienta amada, y los momentos de
intimidad emocional en la que se funde corazón con corazón.
Cuando se trata del Espíritu Santo, con mayor razón, por se trata de Dios. Quizás por que
nuestros ojos físicos no lo ven, pero tenemos la oración, leer su palabra como disciplinas para
buscarlo y que el fuego del Espíritu arda en nuestras vidas.

Que debemos hacer para el fuego arda en nuestras vidas


Se los voy a explicar con la siguiente imagen. Tomando como referencia la anterior,
vamos a cambiarle en nombre a todos los componentes...

El apóstol pablo, a Timoteo, está en 2 Timoteo 1:6, “Por los cual te aconsejo que
avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos.

Después de explicar la imagen…la alabanza…

“Así que, hermanos míos amados, estar firmes y constantes, creciendo en la obra del
Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el señor no es en vano”

Y a ti querido amigo que nos visitas el día de hoy, si crees que has perdido el
sentido de tu vida, que no sabes que hacer o que simplemente has agotado todas las
posibilidades, te invito a que el día de hoy tengas la luz de Cristo para que empezar a
caminar en el camino correcto.

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