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La atmósfera terrestre es la capa más ligera y externa de las que constituyen la Tierra. Está
formada por una mezcla de diferentes gases, con diferentes propiedades, que recibe
genéricamente el nombre de aire. También contiene partículas sólidas y líquidas en
suspensión como polen, cenizas volcánicas, residuos de combustión, agua, etc. La cantidad
y composición de los gases varía según la altura.
Los gases que integran la atmósfera son el nitrógeno (78,08%), oxígeno (20,94%), vapor de
agua (entre 1 y 4% a nivel superficial) y argón (0,93%) y en cantidades minoritarias, el
dióxido de carbono (0,04%), neón (0,0018%), helio (0,0005%), metano (0,0001%), entre
otros.
schuetz-mediendesign. Amanecer (Pixabay License)
El aire no está repartido de manera uniforme por toda la atmósfera sino que se encuentra
concentrado cerca de la superficie, comprimido por la atracción de la gravedad,
disminuyendo su densidad con gran rapidez conforme aumenta la altitud. Así, en los 5,5
kilómetros más cercanos a la superficie se encuentra la mitad de la masa total de aire y por
debajo de los 15 kilómetros está el 95% de toda la materia atmosférica. Sin la presencia de
esta mezcla de gases la vida seria imposible.
2da parte
1. Nitrógeno (N2): Es el componente principal de la atmósfera, representando alrededor del
78% del aire que respiramos. Este gas es necesario para la vida, ya que es un componente
esencial de las proteínas y otros compuestos orgánicos.
Los gases como nitrógeno, dióxido de carbono y vapor de agua fueron liberados durante las
erupciones volcánicas tempranas de la Tierra.
3era parte
Hace aproximadamente 4500 millones de años la Tierra era un planeta geológicamente muy
activo. Tantas emanaciones volcánicas formaron la atmósfera primitiva, que e su mayoría
estaba compuesta por vapor de agua, dióxido de carbono, azufre y el nitrógeno. En este
punto, el oxígeno era apenas presente y aún no existían los océanos.
Así llegamos a la atmósfera actual que contiene los gases creados en cada una de las fases
anteriores. Estos se mantienen en movimiento por los vientos y las lluvias, permitiendo a los
humanos, y al resto de organismos vivos, respirar. Por esta razón, sin ellos no habría vida
en el planeta.