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Actividad 1.

Programa de evaluación
e intervención
psicológica en un
contexto deportivo.

Abel Merino Orozko


Noviembre de 2019
Psicología de la actividad física y el deporte
4º de Psicología
Profesora: Daniel Incera Fernández.
Presentación

Entrega individual
Los alumnos deberán llevar a cabo la evaluación psicológica de un deportista, y para
ello aplicarán algunos de los tests y cuestionarios recomendados en el tema 6 de la
asignatura. También propondrán las estrategias de intervención más adecuadas para las
alteraciones halladas en la evaluación del deportista. A modo de ayuda, dispondrán de
dos artículos de referencia en los que poder guiarse.
Pautas de trabajo

1. Los alumnos deberán elegir al menos cuatro test o cuestionarios, sobre las funciones
o procesos que quieren evaluar en el deportista. Tras la valoración, realizarán una
propuesta de intervención sobre los procesos alterados

2. Qué tiene que entregar:

o Los alumnos entregarán el trabajo en formato Word o PDF.


o El trabajo tiene que tener una extensión de entre 30 y 40 páginas. Se utilizará
tipografía Times New Roman, tamaño 12, párrafos justificados e interlineado
sencillo. Citación con normas APA.
o Se valorará la calidad de la información (40%), redacción técnica (20%),
utilización de cuadros, gráficas, tablas, etc. (20%) y la utilización de
referencias bibliográficas actualizadas (20%).
o Los alumnos deberán elegir al menos cuatro test o cuestionarios, sobre las
funciones o procesos que quieren evaluar en el deportista. Tras la valoración,
realizarán una propuesta de intervención sobre los procesos alterados o
susceptibles de mejoría. Se desarrollarán al menos los siguientes contenidos:
introducción, índice, evaluación, valoración diagnóstica, intervención,
conclusiones y bibliografía utilizada.

3. Se recomienda la utilización de los dos artículos de referencia.


4. La entrega se realizará a través del campus virtual.

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Índice

Introducción ...................................................................................................................... 4
Selección de constructos a evaluar ............................................................................... 5
Evaluación ........................................................................................................................ 6
Estrategias de afrontamiento ......................................................................................... 7
Análisis .................................................................................................................... 11
Ansiedad ..................................................................................................................... 11
Análisis .................................................................................................................... 13
Nivel de activación ..................................................................................................... 14
Análisis .................................................................................................................... 14
Socialización ............................................................................................................... 15
Análisis cualitativo de los datos y algún esbozo de intervención ........................... 19
Síntesis valorativa diagnóstica........................................................................................ 21
Intervención .................................................................................................................... 22
a. Intervención en ansiedad cognitiva: programa de relajación. ............................. 22
b. Dinámicas de cohesión grupal ............................................................................. 24
c. Otras pautas de intervención hipotéticas ............................................................. 25
Conclusiones................................................................................................................... 26
Bibliografía ..................................................................................................................... 27
Anexo 1........................................................................................................................... 29
Anexo 2........................................................................................................................... 34
Anexo 3........................................................................................................................... 35
Anexo 4........................................................................................................................... 36

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Introducción

Este trabajo pretende realizar una evaluación funcional inicial de las necesidades de un
deportista para planificar una intervención que trate de optimizar su rendimiento
deportivo. Para ello, Nieto y Olmedilla (2001) advierten de la necesidad de personalizar
los procesos de intervención, en lo que emerge como elemento crítico la precisión en
una evaluación inicial para detectar las necesidades y prioridad con el deportista. Lo que
confronta con un entrenamiento general e inespecífico. Así, antes de adaptar un
entrenamiento o acompañamiento psicológico, es preciso comprender las coordenadas
personales de los deportistas frente a las demandas de la tarea.
En nuestro caso, dada la naturaleza de la tarea, soy yo el que, dentro de las
oportunidades de acceso al campo, acudo a un equipo de fútbol muy cercano para
seleccionar a un amigo y realizar una evaluación inicial. La direccionalidad de la tarea
es opuesta a la función asistencial que puede desarrollar un psicólogo deportivo dentro
del ámbito del deporte de competición, de eminencia asistencial, lo que implica que la
toma de contacto y toma operativa del problema no radique de una necesidad consultiva
del deportista (Pérez-Córdoba, 2013). La vía natural es más cómoda para el evaluador a
la hora de acceder a los porteros que facilitan la entrada en el campo. Este criterio se
refuerza dado que, desde el inicio, se acortan trámites y tiempos frente a un acceso al
campo formal. La confianza inicial la avalan los porteros que me conocen.
Pese a ello y en un sentido contextualizador, se presenta las claves contextuales,
coyunturales y personales que sitúan el caso antes de desarrollar la evaluación, como
recomienda Pérez-Córdoba (2013), mediante una entrevista informal:
✓ Varón, 18 años.
✓ Jugador de fútbol en un equipo de Juvenil DH.
✓ Segundo año en el equipo.
✓ Narra que se muestra confiado en el equipo, aunque los resultados no estén
siendo los esperados en un principio. Este curso ha entrado gente nueva en el
equipo y dice que aún falta por integrar un bloque y un juego. Generalmente, es
un jugador que hace goles, pero considera que este curso podría haber hecho
más porque es de último año y nota que ahora él es ‘más fuerte’ respecto a otros
años.
✓ Estudiante de segundo de bachiller.
✓ Equipo de fútbol con incipiente sentido competitivo y resultadista. Resulta un
objetivo primordial salvar la categoría, pero los equipos rivales son bastante
fuertes.
Estas claves influyen directamente en la selección de los constructos psicológicos a
evaluar, en el modo en el que lo puede hacer incipientemente una auscultación y
anamnesis, como símil médico. Si bien, se considera que la evaluación no es algo
estático, si no que la observación, la dinámica del club, equipo deportivo, relaciones
interpersonales y registro del comportamiento del deportista podría reorientar la
evaluación e intervención de manera dinámica (Ibidem, 2013). Esta reflexión previa
sobre la situación del deportista (ojo, dentro de las posibilidades que tenemos como
estudiantes de psicología en el acceso a cuestionarios, baremaciones y a equipos) trata

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de evitar el sesgo habitual de la generalización, es decir, que la evaluación resulte de
una aplicación de test estandarizados sin adaptar a poblaciones de deportistas o se
consideren desde contexto a priori, sin profundizar en las necesidades específicas del
deportista (Íncera, 2019).
Dos aspectos que resultan importantes en cualquier práctica físico-deportiva son la
motivación y el autoconcepto de sus participantes, en cuanto pueden determinar su
adherencia y/o evitación del abandono deportivo (Usán, Salavera, yo y Murillo, 2018).
La motivación hacia la práctica deportiva es una de las variables psicológicas más
estudiadas con una gran incidencia para la explicación de numerosos comportamientos
en deportistas. La teoría de la autodeterminación (TAD) (Deci y Ryan, 2002) es una
macro teoría relacionada con el desarrollo y funcionamiento de la personalidad en
contextos sociales analizando el grado en que las conductas humanas son volitivas,
propias de la elección personal, o autodeterminadas, asumiendo que las personas son
organismos activos, con tendencias hacia el crecimiento y desarrollo psicológico que se
esfuerzan por integrar sus experiencias en un sentido coherente.
De esta manera, la TAD actúa como un continuo que abarca diferentes grados de
autodeterminación en la conducta, desde la no autodeterminada hasta la más
autodeterminada (Moreno y Martínez, 2006). Durante todo ese recorrido, se abarcan tres
tipos fundamentales de motivación (intrínseca, extrínseca y amotivación) con su propia
estructura y reguladas por el sujeto de manera interna o externa. La motivación
intrínseca, hace referencia a los motivos propios del desarrollo de la actividad
suponiendo el compromiso y disfrute del sujeto siendo un fin en sí misma (Deci y Ryan,
2000). La motivación extrínseca se basa en los motivos de práctica ajenos a la propia
actividad siendo una tarea externa a la tarea que se está realizando. La amotivación,
hace referencia a la falta de motivación para desarrollar una tarea o actividad en un
contexto determinado.

Selección de constructos a evaluar


Si bien, en este caso, se concreta en la naturaleza de la práctica de un deporte colectivo
sobre el que existen un compromiso tácito, es decir, tanto la edad del jugador como el
equipo tiene intereses de rendimiento deportivo, lo que hace que se infiera la adherencia
a la tarea. El fútbol es un deporte que requiere una capacidad heurística de gran
relevancia -etimológicamente proveniente del griego “hallar, inventar”- como aquellas
certezas alcanzadas por el humano mediante un procesamiento inductivo que confronta
con una realidad fenomenológica dada. Esto aporta un sentido positivo y necesario a la
naturaleza humana, pues se considera un atajo en los procesos mentales cuando una
situación es difícilmente abarcable o se presenta con información incompleta, algo
recurrente en este escenario. En un escenario táctico, dinámico y que favorece las
emociones, la heurística ofrece a los participantes estrategias mentales para la
resolución eficaz de cada jugada, ya que el número de estímulos a considerar para un
análisis exhaustivo de la situación en el momento sobrepasa las demandas cognitivas de
la persona (Lapresa et al, 2008). El heurístico de disponibilidad permite a los jugadores
completar el escenario coyuntural de juego con información transferible de otras
circunstancias de juego similares: instrucciones del entrenador, evaluación adulta de la

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jugada, posición de los rivales, acompañamiento de los compañeros, posibilidades
motrices, etc. Su uso eficaz contribuye con la construcción de la inteligencia táctica en
el fútbol, pues implica una toma de decisión eficaz y productiva para los intereses del
equipo (García, Rodríguez y Garzón, 2011). Ante una necesidad sobrevenida, cada
persona dependiendo de cómo valore que le afectará (valoración primaria) y los
recursos y estrategias que pueda poner en marcha (valoración secundaria) pondrá en
juego una u otra estrategia de afrontamiento (Lazarus, 1991). La determinación del
futbolista por ser productivo en el rendimiento personal, en un contexto de equipo de
fútbol, puede dar cuenta de la pertinencia de una evaluación de las estrategias de
afrontamiento que tiene el deportista, desde la escala de estrategias de afrontamiento de
Frydenberg y Lewis (2000) que, además de ajustarse a su edad, da claves de interés para
conocer su adaptabilidad a la microsocialización del equipo, ya que se habla de que es
un equipo con nuevos jugadores y él es de último año, lo que subyace una
responsabilidad para liderar la experiencia del equipo en la exigente categoría. Esto se
adereza con la aplicación del BAS, Batería de socialización 3 (Silva y Martorell, 2018).
Una línea de gran interés en la literatura de la psicología deportiva y que es pertinente a
esta evaluación inicial es la ansiedad, que se concreta en versión española del inventario
de ansiedad competitiva CSAI-2R (Lois, 2013). Se ha evidenciado cómo el fomento del
clima motivacional orientado hacia la tarea favorece una mayor implicación y diversión
del deportista con su actividad, frente a la orientación al ego, que puede contribuir con
la aparición de niveles altos de ansiedad o escasa diversión (García, Santos-Rosa,
Jiménez & Cervelló, 2005).
Asimismo, la competición deportiva requiere un nivel de activación por encima de lo
normal, dado que ha de predisponer al organismo pertinentemente -atención, emoción y
los procesos cognitivos- para la acción motriz compleja del fútbol; sin embargo, un
exceso de activación o de relajación repercute negativamente en la ejecución de tareas
motrices (Núñez y García, 2017). Aragón (2006) añade que gran parte del fracaso
motriz en la competición deportiva deriva del exceso de ansiedad. Afrontar una
competición implica un esfuerzo conductual y cognitivo para hacer frente a las
demandas internas y externas, el entrenamiento en la diversidad de estrategias de
afrontamiento para dar respuesta funcional, tanto evitativa como orientada al objeto,
optimiza el esfuerzo del deportista y su equilibrio emocional (Navlet, 2012). Esto
motiva la aplicación de la escala activation-deactivation adjective checklist de Thayer
(1967).

Evaluación

La evaluación en psicología del deporte no tiene una extensa tradición en el estudio


endémico de las variables psicológicas que se movilizan en la actividad física, si no que
bebe de otras áreas de la psicología. El interés a este respecto, además de continuar
concretando evaluaciones más específicas a las particularidades del deporte, reside es
una selección con pertinencia cualitativa a los constructos psicológicos de interés para la
optimización del rendimiento del evaluado, de manera que existen test que gozan de
cierto reconocimiento y uso habitual en psicología del deporte para la evaluación de

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concentración, motivación, atención, ansiedad, inteligencia, personalidad, agresión,
motivación, memoria, autoconfianza, cohesión grupal, expectativas, emoción, etc.
(Íncera, 2019) u otros de interés como el autoconcepto físico (Moreno et al., 2007) o las
estrategias de afrontamiento (Frydenberg y Lewis, 2000).
A fin de concretar el trabajo al contexto de la tarea de la asignatura, se opta por atender
a las facilidades de acceso al campo y pertinencia, de modo que se seleccionan
cuestionarios para la evaluación de los cuatro grandes constructos. Los resultados del
primero motivan que el cuarto sea sobre la socialización del jugador de fútbol juvenil en
su equipo, mientras que el segundo y el tercero se seleccionan entre los propuestos en el
material didáctico de clase:
1. estrategias de afrontamiento: ACS, ESCALAS DE AFRONTAMIENTO PARA
ADOLESCENTES (Frydenberg y Lewis, 2000)
2. evaluación emocional (específicamente ansiedad): VERSIÓN ESPAÑOLA DEL
INVENTARIODE ANSIEDAD COMPETITIVA CSAI-2R (Martens, Burton,
Vealey, Bump y Smith, 1990), en su actualización de Lois (2013).
3. nivel de activación: ACTIVATION-DEACTIVATION ADJECTIVE
CHECKLIST de Thayer (1967)
4. socialización: BAS, BATERIA DE SOCIALIZACIÓN 3, de Silva y Martorell,
2018).

Estrategias de afrontamiento
Se realiza el cuestionario ACS, Escalas de Afrontamiento para Adolescentes
(Frydenberg y Lewis, 2000), pues la ratio de edad se adecúa a la del joven deportista, 18
años, y aborda un constructo clave en la naturaleza del deporte de equipo que practica,
como se ha justificado en la introducción.
El cuestionario permite la aplicación de manera sencilla para el futbolista y estimula la
reflexión sobre las estrategias de afrontamiento que emplea, así como sus conductas, por
lo que puede ser empleada tanto como técnica de evaluación como de intervención
individual para su orientación.
En el anexo 1 se incluyen los ítems evaluados y el cálculo de sus respuestas, con las
operaciones pertinentes para obtener la puntuación. En base a estos resultados, se realiza
el análisis cuantitativo de cada ítem propuesto, de modo que se va a extrayendo cada
puntuación para realizar una comparativa a modo de gráfica. La propuesta tiene como
objetivo que se extraigan las tres máximas y las tres mínimas puntuaciones para, a
continuación, hacer una reflexión sobre estas puntuaciones obtenidas.
Tabla 1. Puntuaciones centiles al cuestionario ACS, parte I.

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Tabla 2. Puntuaciones centiles al cuestionario ACS, parte II.

Tabla 3. Puntuaciones centiles al cuestionario ACS, parte III.

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De tal modo que las tres estrategias de afrontamiento más y menos utilizadas (teniendo
en cuenta un análisis factorial de las 18) son:
Tabla 4. Puntos fuertes y débiles relativos al sujeto evaluado y sus estrategias de afrontamiento.

+++ ---
Resolver el Problema 100 Hacerse Ilusiones 20
Distracción Física 98 Ignorar el Problema 20
Esforzarse y Tener éxito 92 Acción Social 20

Figura 1. Estrategias de afrontamiento más y menos utilizadas por el deportista.

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Estructura conceptual de las sub-escalas de afrontamiento
✓ Acción social (So): Se refiere al hecho de dejar que otros conozcan el problema
y tratar de conseguir ayuda escribiendo peticiones u organizando actividades
como reuniones o grupos.
✓ Autoinculparse (Cu): Incluye conductas que indican que el sujeto se ve como
culpable o responsable de su problema o dificultad.
✓ Buscar apoyo espiritual (Ae): Compuesto por elementos que reflejan una
tendencia a rezar y a creer en la ayuda de Dios o de un líder espiritual.
✓ Buscar apoyo social (As): Incluye elementos que indican una inclinación a
compartir el problema con los demás y conseguir ayuda para aprontarlo.
✓ Buscar ayuda profesional (Ap): Denota el uso de consejeros profesionales
como un maestro o un psicólogo.
✓ Buscar diversiones relajantes (Dr): Incluye elementos que describen
situaciones de ocio y relajantes tales como la lectura o la pintura.
✓ Buscar pertenencia (Pe): Indica un interés por las relaciones con los demás en
general y más específicamente por lo que los otros piensan de uno.
✓ Concentrarse en resolver el problema (Rp): Es la estrategia que se dirige a
abordar el problema sistemáticamente y que tiene en cuenta diferentes puntos de
vista u opciones de solución.
✓ Distracción física (Fi): Consta de elementos que describen la dedicación al
deporte, el esfuerzo físico y mantenerse en forma.
✓ Esforzarse y tener éxito (Es): Se refiere a conductas de trabajo, laboriosidad e
implicación personal.
✓ Falta de afrontamiento (Na): Se compone de elementos que reflejan la
incapacidad del sujeto para enfrentarse al problema.
✓ Fijarse en lo positivo (Po): Se caracteriza por elementos que indican una visión
optimista y positiva de la situación presente y una tendencia a ver el lado bueno
de las cosas y a sentirse afortunado.
✓ Hacerse ilusiones (Hi): Consta de elementos que están basados en la esperanza
y la expectativa de que todo tendrá un final feliz.
✓ Ignorar el problema (Ip): Agrupa los elementos que reflejan un esfuerzo
consciente por negar el problema o desentenderse de él.
✓ Invertir en amigos íntimos (Ai): Se refiere al esfuerzo por comprometerse en
alguna relación de tipo íntimo.
✓ Preocuparse (Pr): Se caracteriza por elementos que indican temor por el futuro
en términos generales o más en concreto preocupación por la felicidad futura.
✓ Reducción de la tensión (Rt): Se caracteriza por elementos que reflejan el
intento por sentirse mejor mediante acciones que reduzcan la tensión.
✓ Reserva para sí (Re): Está representada por elementos que indican que el sujeto
tiende a aislarse de los demás y a impedir que conozcan sus preocupaciones.

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Análisis
Se observa cómo las tres puntuaciones mayores se encuentran entre las estrategias
dirigidas a la resolución del problema, lo cual denota que utiliza unas estrategias de
afrontamiento muy adecuadas para la superación de conflictos. En este sentido se puede
hacer ver al “adolescente” que, efectivamente, utiliza estrategias adecuadas. No
obstante, se puede hacer ver que presenta bajas puntuaciones en estrategias que
impliquen a otras personas, lo cual puede acarrear (si se atiende sólo a las puntuaciones
de la prueba) un ensimismamiento que le puede resultar igualmente insatisfactorio; de
hecho, se observa que una de las estrategias menos utilizada (acción social) se sitúa en
ese tipo de estrategias, por ello, podría ser conveniente hablar mediante una pequeña
entrevista con el adolescente sobre su socialización o aplicando alguna prueba al
respecto. Debido a que tan sólo son datos de una prueba, de modo previo sería
interesante consultar con el entrenador si realmente el sujeto puede presentar algún
comportamiento desadaptativo derivado de lo que apunta el cuestionario. Realmente no
tiene porqué implicar entrevistas, pero de confirmarse podría utilizarse ese recurso, ya
que se trata de un deportista adolescente y con las ideas claras en cuanto a las estrategias
de afrontamiento, es decir, en estos resultados obtenidos se le puede intuir cierta
madurez y determinación deportiva, así como autoeficacia.
Resulta interesante observar que las estrategias improductivas son poco utilizadas.
Realmente, resulta interesante que así sea y hacerle consciente de que las estrategias que
utiliza le han de ser útiles, se puede hablar sobre la superación cualitativa de los
problemas para analizar su eficacia práctica.
La concentración sobre el problema y el análisis de los diferentes puntos de vista, así
como el esfuerzo por resolver el problema es un factor muy importante para la
resolución. Esto no se ha de llevar al extremo, lo cual podría llevar a la obsesión; sin
embargo, en este caso es interesante observar que su tercera alternativa es la realización
de deporte, lo cual implica una evasión para tomar perspectiva sobre la relevancia que
en sí mismo tiene la actividad del fútbol para él, lo cual puede favorecer que no se
alcance la obsesión.
Las estrategias no utilizadas son congruentes con las más utilizadas, si acaso la no
utilización de la acción social puede llamar la atención sobre que el no compartir ciertos
problemas puede no resultar beneficioso, ya que en el apoyo social se pueden encontrar
soluciones, en tanto que personas de confianza pueden aportar otros enfoques,
experiencias, etc.

Ansiedad
Se opta por aplicar el CSAI-2, de Martens et al. (1990) dada su especificidad en la
ansiedad competitiva. La ansiedad es un constructo enrevesado por la diversidad de los
enfoques desde los cuales se puede aprehender y analizar: conductual, clínico,
fisiológico, emocional o educativo, y por los diferentes patrones de ansiedad que
existen: rasgo, estado, situacional o de tarea (Jarie, Salavera, Merino y Usán, 2019); por
ello, la concreción en el ámbito deportivo favorece la pertinente adecuación al futbolista
adolescente al que se le aplica, máxime en consideración de las tres dimensiones en las
que se concreta: ansiedad cognitiva, la ansiedad somática y la autoconfianza del/la
deportista (Íncera, 2019).

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A fin de facilitar la interpretación de los resultados, se opta por seleccionar la
adaptación del CSAI-2 revisado al español, de Lois (2013). La escala se compone de 18
ítems que se corresponden con las dimensiones del modo en el que se exponen en la
tabla 5.
Tabla 5. Composición del CSAI-2R en español.

Las respuestas a los ítems y los resultados se pueden ver en el anexo 2. Asimismo, se
trascriben en la gráfica de la figura 2, aplicando los criterios de composición del CSAI-
2R de la anterior tabla.

PUNTUACIONES CSAI -2R


17
18
16
16
14
13
12
10
8
6
4
2
0
Ansiedad somática Ansiedad cognitiva Autoconfianza

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Figura 2. Puntuaciones en la escala CSAI-2R

Aunque las puntuaciones son elocuentes y pueden vaticinar que la ansiedad cognitiva es
un valor que está alto, conviene considerar que el número de ítems no es el mismo y que
se debe comparar la escala con una baremación a una población. Por ello, se consideran
las medias de la población española realizada por Lois (2013).
Tabla 6. Estadísticos descriptivos de los factores del CSAI-2 (Lois, 2013).

Tras esta consideración, se incorpora a la gráfica de la figura 3 la media para comparar


verdaderamente los valores que podrían ser anormales en un deportista.

Puntuaciones comparadas con


medias
18 18
16 16
14 14
12 12
10 10
8 8
6 6
4 4
2 2
0 0
Ansiedad somática Ansiedad cognitiva Autoconfianza

Puntuación Medias

Figura 3. Puntuaciones en la escala CSAI-2R comparadas con las medias.

Análisis
Considerando la media de baremación, se puede percibir que la autoconfianza para
acometer la competición deportiva es la adecuada, pues parece que, en general, las
respuestas al cuestionario en este aspecto son altas en los deportistas. Este hecho puede
ser una característica definitoria del deportista respecto a la población normal. Sin
embargo, tanto en ansiedad somática como en la cognitiva, y especialmente la
cognitiva, se observan datos por encima de la media, lo que puede suponer un hándicap
en el abordaje de la competición deportiva. Estos resultados esbozan de modo decisivo
la necesidad de profundizar en la ansiedad (pre)competitiva del jugador y vincularlo a la
funcionalidad en el partido de fútbol, pues es sabido que una ansiedad competitiva
adaptativa puede vincularse con el eustrés y, consecuentemente, repercutir
positivamente en el rendimiento del jugador; sin embargo, el exceso de ansiedad podría
llevar a una resolución de situaciones ineficaz y/o la impulsividad.

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Para la ansiedad cognitiva que implica la actividad en el deportista, se esboza necesario
una intervención. Se ha de considerar la edad del adolescente, que por naturaleza tienen
unas particularidades de eminencia temperamental, pero parece que un exceso de
preocupación podría ser inhabilitante, por lo que se podría inferir la necesidad de un
plan o programa de relajación, esparcimiento y evasión que le distraiga cognitivamente
de la tarea que le genera ansiedad hasta llegar a unos niveles más funcionales o, al
menos, cercanos a las baremaciones.

Nivel de activación
Vinculado a la ansiedad (pre)competitiva, se opta por seleccionar el Activation-
Deactivation Adjective Checklist de Thayer (1967, citado por Íncera, 2019). Se opta por
esta herramienta por su facilidad para aplicarla y su eminencia cualitativa, en cuanto a
las cuatro escalas que utiliza: activación, calma, fatiga, tensión. La prueba se aplica en
un momento precompetitivo, antes de un partido. En este caso, no se dispone de
baremación, si no que los ítems sirven para describir la eminencia de su situación
personal antes del partido.
Las respuestas se pueden ver en el anexo 3, así como sus resultados, que se exponen de
un modo más gráfico en la figura 4. Se debe considerar que cada escala implica un
mínimo de sumatorio de 0 y un máximo de 15.

Puntuaciones en AD-ACL

Tensión 10

Fatiga 3

Calma 5

Activación 14

Figura 4. Puntuaciones en el AD-ACL.

Análisis
Las puntuaciones en esta batería se corresponden únicamente con las correspondientes a
una única sesión precompetitiva y sería interesante realizar un estudio más longitudinal
para precisar la verisimilitud de los resultados; si bien, lo acotamos al interés simbiótico
de una asignatura del grado en psicología. Parece que el partido se desarrolla con una
activación máxima que, ojo, quizás no sea demasiado funcional en ocasiones y pueda
ser concomitante con el exceso de ansiedad. No obstante, parece que llega al partido
bastante bien descansado y concentrado sobre la tarea. Thayer (1987) demostró con su
batería que las personas pueden incrementar su energía sin necesidad de incrementar su

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tensión gracias a la actividad física; en este caso, se ve que existe bastante tensión, pero
el nivel de activación es máximo y eso puede deberse, en términos del propio Thayer a
la actividad realizada durante el calentamiento, ya que la aplicación se realiza antes del
partido, pero después del calentamiento. Esto subraya la multidimensionalidad del
arousal.
No existe fatiga y parece que es compatible con la activación y la escasa calma, lo que
apunta a nivel de activación adecuado para acometer la tarea, siendo de interés
contrastar estos resultados con los encontrados en la ansiedad precompetitiva a fin de
proponer una intervención pertinente a la evaluación.

Socialización
Se trata de una batería de socialización dirigida a sujetos de entre 11 y 19 años, ya que
sólo se habla del BAS 3. A través de su aplicación se obtienen una puntuación de seis
aspectos facilitadores para trazar un perfil social:
✓ Consideración hacia los demás (CO)
✓ Autocontrol en las relaciones sociales (AC)
✓ Retraimiento social (RE)
✓ Ansiedad y Timidez (AT)
✓ Liderazgo (LI)
✓ Sinceridad (SI)
La prueba se lleva a cabo una semana después de la batería ACS, pues los resultados
incipientes hacían esbozar que en un deporte de equipo es necesario conocer la
integración y confianza hacia el grupo. Como en aquel caso, las puntuaciones obtenidas
pueden ser comparadas con la baremación que existe con el grupo control de cada sujeto
según su edad, de modo que se pueden extraer los centiles donde se situaría.
La prueba consta de 75 ítems a los que se ha de responder dicotómicamente entre sí o
no. De estas respuestas se calcula la puntuación directa de cada una de las seis áreas de
estudio:
1. Consideración con los demás (Co), con 14 elementos, detecta sensibilidad
social o preocupación por los demás, en particular por aquellos que tienen
problemas y son rechazados o postergados.
2. Autocontrol en las relaciones sociales (Ac), con 14 elementos, recoge una
dimensión claramente bipolar que representa, en su polo positivo, acatamiento
de reglas y normas sociales que facilitan convivencia en el mutuo respeto, y en
el polo negativo, conductas agresivas, impositivas, de terquedad e indisciplina.
3. Retraimiento social (Re), con 14 elementos detecta apartamiento tanto pasivo
como activo de los demás, hasta llegar, en el externo, a un claro aislamiento.

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4. Ansiedad Social/Timidez (Re), con 12 elementos, en los cuales se detectan
distintas manifestaciones de ansiedad (miedo, nerviosismo) unidas a reacciones
de timidez (apocamiento, vergüenza) en las relaciones sociales.
5. Liderazgo (Li), con 12 elementos, donde se detecta ascendencia, popularidad,
iniciativa, confianza en sí mismo y espíritu de servicio. De los 65 elementos de
socialización de la BAS-3 solo uno participa en dos escalas, al poseer
saturaciones casi idénticas en los 2 factores correspondientes. A las 5 escalas de
socialización se agrega:
6. Sinceridad (S), son 10 ítems corregidos en el sentido inverso de la escala L de
los cuestionarios de los Eysenck, siguiendo la idea de la versión española del
EPQ-J.
Las respuestas a los ítems, se corresponden con la siguiente tabla:
Tabla 7. Respuestas dicotómicas a los ítems del BAS 3.

1. NO 2. SÍ 3. SÍ 4. SÍ 5. SÍ
6. SÍ 7. SÍ 8. NO 9. SÍ 10. NO
11. SÍ 12. SÍ 13. SÍ 14. SÍ 15. NO
16. NO 17. SÍ 18. NO 19. NO 20. NO
21. NO 22. NO 23. SÍ 24. SÍ 25. SÍ
26. SÍ 27. NO 28. NO 29. NO 30. SÍ
31. SÍ 32. SÍ 33. SÍ 34. SÍ 35. NO
36. NO 37. SÍ 38. NO 39. NO 40. SÍ
41. NO 42. NO 43. NO 44. SÍ 45. SÍ
46. SÍ 47. SÍ 48. NO 49. NO 50. NO
51. SÍ 52. NO 53. NO 54. NO 55. NO
56. NO 57. NO 58. SÍ 59. SÍ 60. SÍ
61. SÍ 62. NO 63. NO 64. SÍ 65. SÍ
66. SÍ 67. SÍ 68. SÍ 69. NO 70. SÍ
71. SÍ 72. NO 73. NO 74. NO 75. SÍ

Para el cálculo de la puntuación directa, se aplica la fórmula para corregir la batería


(Silva y Martorell, 2018). De manera general, cada área obtendrá la puntuación directa
restando las no coincidencias entre respuestas del deportista y la plantilla correctora.
Tabla 8. Corrección de respuestas dicotómicas a los ítems CO del BAS 3.

Consideración hacia los demás (CO)


SÍ 3 5 11 12 14 16 27 51 59 60 61 66 68
Coincidencia S S S S S N N S S S S S S
No 16
Coincidencia S
Puntuación total 12 – 2 = 10 +10/(14)

Tabla 9. Corrección de respuestas dicotómicas a los ítems AC del BAS 3.

16
Autocontrol en las relaciones sociales (AC)
SÍ 22 36 46 50 53 73
Coincidencia N N S N N N
No 4 13 34 40 44 56 64 65
Coincidencia N N N N N N N S
Puntuación total 2 – 12 = - 10 -10/(14)

Tabla 10. Corrección de respuestas dicotómicas a los ítems RE del BAS 3.

Retraimiento social (RE)


SÍ 8 9 28 35 42 52 63 69 72
Coincidencia N S N N N N N N N
No 25 30 31 37 47
Coincidencia N N N N N
Puntuación total 1 – 13 = - 12 -12/(14)

Tabla 11. Corrección de respuestas dicotómicas a los ítems AT del BAS 3.

Ansiedad y Timidez (AT)


SÍ 1 18 19 38 39 43 48 54 55 57 62
Coincidencia N N N N N N N N N N N
No 33
Coincidencia N
Puntuación total O – 12 = -12 -12/(12)

Tabla 12. Corrección de respuestas dicotómicas a los ítems LI del BAS 3.

Liderazgo (LI)
SÍ 2 6 10 20 21 23 26 29 33 45 70 71
Coincidencia S S N N N S S N S S S S
Puntuación total 8–4=4 +4/(12)

Tabla 13. Corrección de respuestas dicotómicas a los ítems SI del BAS 3.

17
Sinceridad (SI)
SÍ 24 75
Coincidencia S S
No 32 15 41 49 58 67 74
Coincidencia N S S S N N s
Puntuación total 6–3=3 +3/(9)

Las puntuaciones directas que se obtienen se sitúan siempre en un intervalo que va


desde la máxima puntuación en positivo, hasta la máxima en negativo (coincidente en
valor absoluto). Estos intervalos son:
a) De -14 a +14: Consideración hacia los demás (CO), Autocontrol en las
relaciones sociales (AC) y Retraimiento social (RE).
b) De -12 a +12: Ansiedad y Timidez (AT) y Liderazgo (LI)
c) De -9 a +9: Sinceridad (SI)

A pesar de no poseer las baremaciones reales, para su análisis se van a pasar todos los
datos a base 100 proporcionalmente, de modo que se puedan establecer los puntos
fuertes y débiles del sujeto, al menos, respecto a sí mismo para el análisis de resultados.
De tal modo que se puede describir la gráfica que se muestra a continuación.

Figura 5. Gráfica de las puntuaciones directas en base 100.

Finalmente, se modifica la puntuación directa que se había calculado a la puntuación


psicométrica directa que se propone desde el BAS 3 para obtener los centiles, que se

18
encuentran en el anexo 4. Para ello, tan sólo los resultados han de ceñirse el resultado a
las coincidencias entre las respuestas y las marcadas por la plantilla de corrección. Por
tanto, las puntuaciones directas serían:
Tabla 14. Puntuaciones directas del sujeto del BAS 3.

Consideración hacia los demás Autocontrol en las relaciones


Retraimiento social (RE)
(CO) sociales (AC)
12 2 1
Ansiedad y Timidez (AT) Liderazgo (LI) Sinceridad (SI)
0 8 6

De este modo, se obtendría otra gráfica que correspondería con lo propuesto en el BAS
y que ciertamente difiere significativamente de los centiles intuidos anteriormente en la
figura 5. Sin duda, será esta gráfica, la que sea objeto de estudio cualitativo.

Figura 6. Gráfica de los centiles correspondientes a las puntuaciones del deportista.

Como se puede observar la gráfica varía bastante con la hipótesis que uno hace sin
conocer la realidad, de lo cual ya se puede extraer una conclusión, puesto que el error en
la baremación habría sido muy grande, lo cual conlleva un análisis cualitativo de la
realidad. Si bien es cierto que se está baremando sobre una población que no
corresponde a la edad real.

Análisis cualitativo de los datos y algún esbozo de intervención


Se aprecia una notoria polaridad en las puntuaciones obtenidas por el futbolista,
obteniendo datos bastantes extremos que podrían corresponderse con algún centil muy
altos o muy bajos. Véase el escaso autocontrol y la poca timidez que se contraponen al
gran centil de liderazgo.
En “sinceridad” se podría entender que se encuentra entre los parámetros normales o
tendiendo un poco hacia centiles superiores. Francamente, se trata de unas actitudes o
habilidades bastante funcionales para la socialización por lo que se podría considerar en
este sentido que posee herramientas útiles al respecto, lo cual se puede justificar del

19
mismo modo con la alta puntuación en “liderazgo”. Esto podría hablar de que su
integración en el equipo es muy funcional. Incluso se podría comentar que el potenciar
estas habilidades favorecerá una socialización adecuada sin problemas para con los
demás, máxime considerando la puntuación que se obtiene en “consideración hacia los
demás” es bastante adecuada. En este punto se observa un centil que aparece dentro de
la media, aunque si se observa la puntuación se entiende como alta, este aspecto se
entiende como básico y que puede favorecer la socialización y el alto centil en
liderazgo.
En “retraimiento Social” se observa cómo el deportista se sitúa claramente dentro de los
valores determinados por la media, con lo cual éstos han de valorarse de manera
conjunta a los otros. No obstante, es significativo que el retraimiento social en la media
aparezca junto a una escasa timidez. Estas son las habilidades que se han de valorar en
el sujeto y si acaso reforzar en caso de una entrevista con el futbolista y el entrenador,
en tanto que es interesante que conozca sus potencialidades; no obstante, requeriría una
especial atención los otros dos resultados, ya que, de confirmarse durante la entrevista,
podrían ir en claro detrimentos de las otras habilidades necesarias para el desempeño
deportivo.
Que se encuentre en un centil de “ansiedad o timidez” tan bajo parece que pueda ser
viable, puesto que puede ser explicable debido a la dicotomidad de la prueba (si/no) y
ser congruente con un retraimiento social en la media y un escaso “autocontrol”. Punto
que merece una especial atención. De hecho, se podría atisbar una coherencia con los
datos de “liderazgo” y “sinceridad” si se entiende que puede existir cierta impulsividad
en la misma naturaleza del fútbol (bajo autocontrol), que le hace ser espontáneo en cada
situación, siempre desde el respeto hacia los demás (dentro de la media). No obstante, el
escaso autocontrol puede que en contextos formales le sea desadaptativo: trato con el
árbitro, charlas técnicas, etc. Por lo que sería conveniente conversar con el sujeto para
conocer hasta qué punto le ha afectado este hecho. De hecho, no sólo habría de hacerse
con él, sino con sus cercanos mediante el entrenador, ya que primero se ha de confirmar
si lo que apunta la prueba posee significatividad en la su realidad.
La escasa timidez junto al poco autocontrol que apuntan los resultados podría merecer
una conversación con el futbolista, siempre y cuando esta atribución sea compartida por
algunos de los compañeros. Se ha de entender que estos aspectos pueden causar algún
problema o malentendido; de hecho, es tan interesante que el sujeto comprenda que su
actuación impulsiva o inhibida (entendiéndolo como un espectro de actuación) debe
ajustarse al contexto en el que se encuentra, como que conozca y potencie sus
habilidades más funcionales. En cualquier caso, puede aludirse durante la entrevista a
esas virtudes como liderazgo o respeto para hacerle ver que su conducta debe de
adaptarse a la situación.

20
Síntesis valorativa diagnóstica

Se presenta una pequeña síntesis de los resultados, sobre los que no se desea abundar
demasiado, ya que cada cuestionario se ha acompañado de un análisis específico y
complementario a la profundidad del caso. Se han hallado dos núcleos de interés que
podrían priorizar la intervención psicológica del deportista.
En primer lugar, es necesario reducir la ansiedad del futbolista. La exposición del
futbolista a la competición deportiva tiene una respuesta fisiológica comprobada:
aumenta el ritmo cardiaco y su estrés, entendido como respuesta psicobiológica de
desequilibrio concurrente de las capacidades personales, incluyendo el eustrés, que
potencia la agilidad mental de la persona en relación al estresor, y el estrés alto, que
tiende a deteriorar las operaciones cognitivas implicadas (Salazar, Pérez, y Flores, 2017;
Sandi, 2012).
Tanto la ansiedad somática como la ansiedad cognitiva indican niveles superiores a los
que pueden considerarse adecuados para abordar con efectividad la tarea deportiva. De
hecho, existe concomitancia con impulsividad en el desarrollo de los partidos, lo que
deriva en una decisión ineficaz y, como él narraba al comienzo, un descenso en su
productividad goleadora respecto a lo que él mismo se atribuye que debería ser. De
modo ineludible, esta evaluación aboca a una reducción de los niveles de ansiedad que
se puede llevar a cabo mediante técnicas de relajación. En este trabajo se presentan tres,
pero podría aderezarse con el empleo de otras técnicas consideradas en el siguiente
trabajo, que se dedica específicamente a ello.
Otro punto a considerar, ahora sucintamente, es la microsocialización del grupo. Para
trabajar como un equipo unido es ineludible trabajar la cohesión del grupo; si bien, sería
interesante para ello, profundizar en el resto de los jugadores y en la percepción del
propio entrenador. En ese punto, podría ser de gran interés una intervención grupal que
tenga como objetivo la cohesión grupal. Estas dinámicas suelen beneficiarse del
componente lúdico que vehiculiza emociones positivas e implica que se movilice un
sentido compartido de equipo.
La participación en un equipo con unos objetivos comunes anima a la identificación con
el equipo, incorporando a la personalidad rasgos que se desprenden de esta experiencia
deportiva (Llopis-Goig, 2013). Por lo que podría ser pertinente unas jornadas de
esparcimiento y concentración que aumenten el corporativismo hacia el club y el
equipo. Asimismo, la vivencia de experiencias éxito favorece que se genera un clima
social positivo, con relaciones sociales más fluidas y un sentido más corporativista, lo
que motivaría que podría ser interesante apoyarse en los resultados positivos que el
equipo ha tenido para fortalecer una identidad grupal. Además, aspectos como atenerse
a un calendario de entrenamientos común o apoyarse mutuamente favorecen la cohesión
del grupo, ya que les implica en una actividad deportiva orientada hacia la mejora
común, que acarrea la mejora persona, aunque se requieran sacrificios individuales
(Prapavessis y Carron, 1997).
Finalmente, existe una línea que habría que continuar explorando: el rol que el futbolista
tiene dentro del equipo, pues se le infiere un sentido de liderazgo, pero se ha definido un
escaso autocontrol en las relaciones social. Debería explorarse esta circunstancia y
dependiendo del clima del equipo podrían proponerse dinámicas exploratorias y de

21
intervención grupal como la Ventana de Johari. Dada la naturaleza práctica de esta
actividad, se proponen algunas pautas de intervención en este supuesto que merecería la
pena explorar con más profundidad.

Intervención

En el tratamiento del insomnio, en primer lugar, habrían de garantizarse ciertas medidas


de carácter no

a. Intervención en ansiedad cognitiva: programa de relajación.

En lo siguiente, se sintetizan tres técnicas de relajación que podrían entrenarse con el


jugador para que realizase antes de los momentos de mayor competitividad,
especialmente los partidos. Se ha definido un buen descanso, por lo que se pone el foco
en reducir los niveles de ansiedad somática, mediante la relajación muscular, y
cognitivas, mediante la evasión de pensamientos rumiativos. Esto puede aderezarse con
tareas que tengan que ver con algunos de los gustos del jugador y que no impliquen un
gran esfuerzo físico o mental: lectura, cine, etc.

La técnica Schultz:

Es un método de relajación descrito por el Neurólogo J.H. Schultz en el primer tercio


del siglo XX, que ha sido avalado por numerosos estudios científicos, que confirman su
eficacia en el terreno de la psicohigiene, pedagogía, prevención y terapia de numerosas
alteraciones conductuales y orgánicas.

Paso 1: preparación

Ha de buscarse un lugar donde podamos estar totalmente tranquilos sin que nada ni
nadie nos moleste.

Paso 2: instauración de la tranquilidad

✓ Comienza el ejercicio fijando en tu mente las palabras clave: Esto


completamente tranquilo.
✓ Estas palabras deben ser o pronunciadas o mentalizadas todas las veces que haga
falta hasta que se hayan interiorizado.

Paso 3: fase de pesadez

✓ A continuación, fijaremos en nuestra mente las palabras clave: Mis piernas son
pesadas.
✓ Debes realizar este proceso con todas las partes de tu cuerpo.
✓ Te recomendamos sigas un orden ascendente para no perderte.

22
Paso 4: fase de calor

✓ En esta fase las palabras clave serán: Mi pierna derecha está caliente.
✓ El calor produce la relajación de todo el cuerpo, así que al igual que en el paso
anterior, convertiremos estas palabras en una sensación real en nuestro cuerpo.
✓ Debes realizar este proceso con todas las partes de tu cuerpo.
✓ Te recomendamos sigas un orden ascendente para no perderte.

Paso 5: fase de regulación cardiaca

✓ En esta fase vamos a regular el ritmo del corazón, porque de todos es sabido que
los sentimientos como los nervios y el miedo aceleran su función.
✓ En este caso, las palabras clave que vamos a utilizar son: Mi corazón tiene un
ritmo constante y vigoroso.

Paso 6: fase de regulación respiratoria

✓ Ahora, después de haber relajado los músculos y regulado la actividad del


corazón llega el momento de normalizar la respiración.
✓ Para ello utiliza las palabras clave Mi respiración es tranquila.

Paso 7: fase de regulación de las vísceras abdominales

✓ En esta fase las palabras clave son: Mi plexo solar irradia calor.
✓ El plexo solar es toda la zona del aparato digestivo y que suele estar siempre
revuelta en casos de estrés o de miedo.

Paso 8: fase de regulación cefálica

Aquí relajaremos la actividad cerebral concentrándonos en la frente.


Las palabras claves son: Frescor agradable sobre la frente.

Después ten en cuenta que no podrás volver rápidamente a la vida agitada, así que
descansa un ratito y ve recuperando el vigor con leves movimientos, enciende la luz y
acostúmbrate a ella, bebe un vaso de agua, etc...

Método Jacobson

El entrenamiento en relajación muscular comenzó con el trabajo de Edmund Jacobson


(1929/1938), quien inició sus estudios sobre la relajación en la Universidad de Harvard
en 1908. Sus primeras investigaciones le llevaron a concluir que la tensión muscular
ocurría cuando una persona reportaba estar ansiosa y que si se eliminaba la tensión
dicha ansiedad desaparecía. En base a esto consideró que la relajación de las fibras
musculares, esto es, la ausencia completa de todas las contracciones, era el opuesto

23
fisiológico de la tensión y por lo tanto el tratamiento de elección en los casos de
demasiada tensión o ansiedad.

La técnica consta de cuatro tiempos:

1.- Tensar el músculo al máximo, aproximadamente durante cuatro segundos.

2.- Tomar conciencia de la tensión de dicho músculo.

3.- Destensar el músculo al máximo, aproximadamente ocho segundos.

4.- Tomar conciencia de la agradable sensación de relajación que se está


produciendo.

Se comienza contrayendo y relajando los dedos de los pies, las pantorrillas, abdomen,
estómago, espalda, hombros, pecho, cuello y mandíbula; dientes, ojos, labios, nariz,
frente, y termina con los brazos: puño, antebrazo y brazo. Luego, se tensan y destensan
todos a la vez.

Eutonía

Etimológicamente significa EU= buen + TONUS= tono, es decir, equilibrio armónico


del tono. En primer lugar, hay que hacer consciente el tono. Entonces podemos
preguntarnos: ¿mi tono es adecuado a la situación del momento que vivo?

La eutonía trata de armonizar nuestro tono, desbloqueando tales zonas. Utiliza


diferentes técnicas:

1) Aprender a sentir. Reconocer nuestro cuerpo, hacer consciente la tensión, hacer


"inventario" de nuestro estado.

2) Lograr la distensión. Mediante estiramientos pasivos, contacto con el suelo, trabajo


con otros materiales: bambú, pelotas de foam, de corcho, de tenis, etc. sobre la
superficie corporal o en zonas concretas.

3) El transporte óseo. Los huesos son la estructura que sujeta nuestro cuerpo y debemos
conocerlos más profundamente. El sacro, las vértebras, la pelvis, la cintura escapular,
las articulaciones de las extremidades, de los pies... Se trata de reeducar el cuerpo para
que transporte su peso a través de los huesos hasta el suelo.

La eutonía incluye otros trabajos corporales relacionados con el tacto, la posición del
cuerpo ante la fuerza de gravedad, el "yo" piel, etc.

b. Dinámicas de cohesión grupal

24
Las actividades lúdicas se utilizan deliberadamente como aliciente para aumentar la
cohesión del grupo, desde la inmanencia más humanista de la persona como Homo
ludens (Huizinga, 2012). Así, se sugiere que podrían desarrollarse actividades durante
los entrenamientos y actividades fuera de ellos, meramente con el sentido de favorecer
el ambiente del grupo.
A este segundo respecto, se podría considerar la celebración de una cena de equipo, de
unas jornadas de convivencia con ejercicio poco exigente (véase frontenis y otros
juegos, hasta videojuegos) o la salida a un circuito termal en la ciudad, que se puede
vincular a un momento de pertinencia a la relajación muscular, post-partido, quizás.
Dentro de las sesiones de entrenamiento, el calentamiento se puede prestar a desarrollar
tareas que favorezcan el sentido lúdico y de cohesión grupal, como: juegos de
persecución, formar grupos, el inquilino, carreras de grupos y otros juegos adecuados a
la edad y que consideran las capacidades físicas básicas. Igualmente, se puede estimular
el sentido lúdico en tareas principales con alicientes que supongan una motivación
extrínseca, ojo, si el grupo se presta a ello.

c. Otras pautas de intervención hipotéticas


Puestos a hipotetizar, se podría proponer alguna pauta de intervención con el futbolista,
en caso de que se confirme (por ejemplo) que su escaso autocontrol o impulsividad, que
le hace tener un comportamiento de eminencia ansioso durante los partidos, lo cual
podría, incluso, afectar a la imagen que los compañeros tienen de él. En ese caso, se
podrían proponer ciertas medidas para/con él y sus compañeros para prevenir futuros
comportamientos disruptivos:
✓ Implicar al futbolista concretamente, así como al resto de compañeros, en la
creación de unas normas de convivencia necesarias. Normas claras, formuladas
en positivo, que no sean muchas y que consideren el esparcimiento y
necesidades del grupo para un buen clima.
✓ Durante las charlas tácticas, de gran relevancia en la categoría, evitar
distractores muy “evidentes”.
✓ Los límites han de estar muy claros y deberían ser coherentes entre todos los
compañeros, implicando a los jugadores en la redacción de las normas.
✓ Por sus habilidades como líder, respeto y sinceridad. Este jugador podría ser
elegido en ocasiones como ayudante del entrenador en tareas como organización
de calentamientos u otras tareas, ya que por una parte podría ser bien valorado
por sus compañeros y, por la otra, podría implicar mucho proactivamente al
grupo, lo cual implícitamente podría repercutir en un mayor autocontrol en ese
ámbito.
La idea es que el heterocontrol del comportamiento de este jugador pueda ser asumido
progresivamente como autocontrol mediante la implicación en las tareas que realiza. No

25
es un asunto sencillo, el primero que ha de dar ejemplo es el entrenador con la
proyección de su actitud hacia él, la cual ha de ser reflexiva, perseverante en las tareas,
etc.

Conclusiones

En esta actividad hemos tratado de realizar una aproximación a la complejidad de la


evaluación psicológica en el deporte y su correlativa intervención. Se trata meramente
de una aproximación con todas las consideraciones coyunturales de un trabajo de una
asignatura del plan universitario; si bien, da cuenta del interés que puede tener este
ámbito de la psicología y del gran potencial que tiene para la optimización del
rendimiento deportivo de muchos deportistas, en un proceso concurrente de
profesionalización y sofisticación en el ámbito de la psicología deportiva. De acuerdo a
Pérez-Córdoba (2013), por supuesto, este es un proceso inacabado, únicamente es una
parte del proceso que supone el acompañamiento psicológico. Se habría precisado
profundizar más en las dinámicas de grupo del equipo a las que no se tiene un acceso
completo y sería absolutamente necesario realizar un seguimiento y evaluación de las
propuestas de intervención que se han propuesto para emprender procesos cíclicos de
análisis de necesidades, intervención y evaluación.
La evaluación en la psicología del deporte permite priorizar y analizar los aspectos que
requieren una intervención para el rendimiento del deportista y del equipo, en este caso,
estando por encima el rendimiento colectivo para el beneficio personal. Esto implica la
flexibilización de los procesos, entrenamientos y tareas aplicadas (Nieto y Olmedilla,
2001). Asimismo, y como los propios Nieto y Olmedilla (2001) indican, el proceso de
acompañamiento del psicólogo del deporte ha de tratar de adaptarse a la realidad que
está evaluado, de modo que no es aplicable un modelo a priori, aunque sí que se parta
de unos conocimientos previos, un bagaje personal, unas experiencias, etc.
Este escueto apartado de conclusiones no tiene ningún sentido sin la lectura profunda
del caso que se ha evaluado. Rica en cada aspecto evaluado por el joven futbolista. De
manera simbiótica, se espera que los resultados e interpretaciones puedan ayudar
positivamente a la relajación del futbolista para que ajuste sus niveles de ansiedad
previos a la tarea, para que se pueda traducir en una ejecución eficaz.
Finalmente, y con una intención naif, se asume que la mera toma de conciencia del
jugador de su situación y predisposición psicológica respecto al fútbol ha favorecido un
proceso de autorreflexión y autoconocimiento que repercute de modo favorable en su
rendimiento deportivo. Evidentemente, este punto requiere de una evaluación
consiguiente a los procesos emprendidos.

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28
Anexo 1

29
30
31
32
33
Anexo 2

34
Anexo 3

35
Anexo 4

Puntuación Centil

Puntuación Puntuación
VARONES MUJERES
Directa Directa
Co Ac Re At Li S Co Ac Re At Li S
0 -- 1 28 16 1 -- -- -- 38 3 1 1 0
1 -- 2 52 28 4 1 -- 1 63 7 5 2 1
2 -- 4 70 42 8 5 -- 2 77 16 10 5 2
3 1 7 81 55 13 10 -- 3 86 27 19 10 3
4 1 12 88 65 19 20 -- 6 91 33 32 19 4
5 1 17 94 73 32 33 -- 11 93 46 46 33 5
6 1 27 95 84 52 54 1 18 95 60 61 50 6
7 5 34 98 87 67 70 1 24 96 71 75 69 7
8 7 43 99 95 84 88 2 33 98 81 85 88 8
9 1 54 -- 97 89 95 4 45 99 89 94 97 9
10 16 60 -- 99 95 99 7 58 -- 96 97 99 10
11 27 72 -- -- 98 12 69 -- 98 99 11
12 40 82 -- -- 99 23 82 -- 99 -- 12
13 62 91 -- 47 93 -- 13
14 99 99 -- 99 99 -- 14

36

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