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ACCIONES QUE

MATAN EL ÉXITO
DE UN LÍDER
CHARLA
PARA
LÍDERES
Se trata de seguir avanzando donde otros han renunciado.

¿Cómo se define el éxito de un líder? No hay dos líderes que tengan el mismo cuadro de lo que
es el éxito, podrían suponer que es poder, autoridad, reconocimiento, logro o popularidad. Sin
embargo, el proceso de liderazgo se basa en principios que no cambian. Por lo que podemos
decir que el mayor éxito de quien ejerce una posición de liderazgo sencillamente es: conocer sus
objetivos y llevar a la gente a cumplirlos.
Desde luego, un gran líder no siempre tiene éxito, pero si la mayoría de veces. Eso puede
atribuirse a la habilidad que tiene para aprender de sus errores. Un gran líder toma acciones que
fomentan el éxito y pone fin a las que fomentan el fracaso. Si bien es cierto que el fracaso es una
gran oportunidad de aprender, cuando nuestras acciones que lo fomentan no son abandonadas,
con el paso del tiempo nos sentiremos frustrados y acumularemos más derrotas que victorias.

A continuación, se enumeran siete acciones que matan el éxito de un líder. Evaluemos si en la


actualidad estamos incurriendo en alguna de ellas. Si lo hacemos frecuentemente, tenemos la
oportunidad de detenerlo y de tomar acción para evadirlas en el futuro. Si ya las hemos evadido
todas, estamos en el camino correcto.

No escuchar a la gente
Cuando dejamos de escuchar a nuestra gente, los resultados a menudo
incluyen una separación de ellos. Perdemos la lealtad y la gana el líder que
tenga la capacidad de escuchar los altibajos de las personas, ya que recibir
atención es un gran estímulo y un potente motivador. Cuando las personas
no se sienten escuchadas crean una visión mala del líder que lleva al
desacuerdo y a la hostilidad dentro de la empresa.
No comunicar de forma clara los objetivos
El cumplimiento de los objetivos depende en gran medida de que la gente los
comprenda y tenga una visión clara. Nuestra capacidad para comunicarlos
juega un papel importante. Aprender a comunicar los objetivos del área es, y
seguirá siendo, un trabajo difícil, porque no podemos hacerlo de forma
rápida. Cuesta tiempo para comunicarlos y que permanezcan como la máxima
en la mente de las personas.

No confiar en la gente
La única manera para hacer que alguien sea de confianza, es confiar en esa
persona, y la mejor manera de que no sea confiable es desconfiar y mostrarle
nuestra desconfianza. Puede ser difícil llegar a confiar en la gente, pero si
hacemos nuestro mejor esfuerzo para encontrar en las personas lo mejor y
no lo peor, con el tiempo reconocerán el interés que tenemos en ellas y el
sentimiento de confianza será mutuo.
Si nos mantenemos alejados de la gente, jamás nos dañarán; pero tampoco
nos ayudarán. Recordemos que la gente es el mejor recurso.

Jugar a la política
Algunos líderes se preocupan más por su próxima recompensa que manipulan
a la gente para que se unan en su cruzada, en lugar de tomar el tiempo
necesario para edificar su área y ganar como equipo. Un líder de verdad se
reconoce por el deseo de guiar a la gente hacia la prosperidad de la empresa,
no por el deseo de alcanzar algunos logros personales.

Deja de mejorar
Un verdadero líder no se acomoda nunca. Él no dice: Si no está descompuesto,
déjalo en paz. Contrario al comportamiento de muchos líderes, hace la
pregunta: SI no está descompuesto, ¿cómo podemos mejorarlo?
A menudo, un gran enemigo del éxito, es el éxito en el pasado. Cuando un
líder ha alcanzado un nivel de éxito razonable, se detiene. Se conforma con lo
que es adecuado y no se exige seguir mejorando y mejorar a los demás.
No fijar prioridades
Cuando no logramos diferenciar entre lo que hacemos y lo que deberíamos
estar haciendo lleva a la sensación de estar apurados, pero sin alcanzar
ningún resultado. Si no tenemos tiempo para nada, y aún así no logramos
nuestros objetivos, es porque no hemos aprendido a fijar prioridades. Fijemos
prioridades, entonces con la gente determinemos el trabajo y deleguemos.

No crear un ambiente de crecimiento


La realidad es que la gran mayoría de las empresas no separan suficiente
dinero ni tiempo para la capacitación continua de los trabajadores. La
tendencia de los trabajadores es culpar a la empresa por su falta de
crecimiento. Un gran líder, hace lo necesario para asegurarse que la gente se
alimente continuamente y que el ambiente conduzca al crecimiento personal.
La manera más eficaz para que la gente siga creciendo y auto educándose, es
tomar el ejemplo del líder, por lo que debemos ser nosotros quienes crezcan
primero.

¿Qué acciones tomamos que nos aleja cada vez más de nuestro éxito
como líderes?

Como se dijo anteriormente, un líder no siempre gana, pero si la mayoría de las veces, en tanto
no incurra una y otra vez en estas acciones. A veces estos comportamientos están tan arraigados
que cuesta trabajo siquiera notarlos. Pero cuando aprendemos a reconocerlos y hacemos un
esfuerzo encarecido por dejar de fomentarlos, mejoraremos muchísimo. Quizá no estemos
donde queremos, pero tampoco estaremos dónde solíamos estar.

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