Salas, Ernesto (2004) “Reseña de …”, en revista Lucha Armada, Nº 1.
Reflexiones sobre las organizaciones armadas enmarcadas en:
-Salas, lectura “Papeles de Walsh” e idea de “patrulla perdida” -Debate en la izquierda a partir del 2001, nuevos movimientos sociales, zapatismo ponen en discusión las ideas de vanguardia, leninismo, partido de cuadros. -Reflexiones individuales y colectivas de militantes y ex militantes, que tienden a separa tajantemente a la conducción que carga con la responsabilidad exclusiva de los errores y los militantes de base que serían “héroes”. Estas visiones del pasado inmediato deben analizarse en el contexto de la difusión de la teoría de los dos demonios y la necesidad de responder defendiendo el compromiso de los militantes y su relación con las luchas populares. Si bien contienen un dato histórico (la compleja relación entre dirección y base), son insuficientes y esquemáticas. (98)
Flaskamp sintentiza la mayor parte de las claves para ese debate
-Origen organizaciones armadas en los 60’s a partir de la concepción de guerra popular prolongada. Montoneros primera organización que comprende que la salida electoral hacía necesaria una adaptación. Ese cambio los convierte en una “potente organización política”. Sin embargo, consideraron esa adaptación como un giro táctico y no como una reformulación estratégica. - Creyeron que el triunfo era fruto de su propia acción, aspirando a “hegemonizar” el movimiento, siendo “reconocida como dirección política por haber estado a la vanguardia de la lucha armada”. Esto los llevo a rechazar alianzas y a enfrentarse de manera solitaria a la política de marginamiento implementada por Perón y la derecha del movimiento. (99) - Si bien Montoneros era realmente una alternativa, no lo era por sus aciertos, sino por haber logrado una fuerza numérica y organizativa sin precedentes en la izquierda peronista. El problema es que dilapido ese apoyo implementando un “vanguardismo suicida”. - A partir de la fusión con las FAR, se plantea el abandono del concepto de Organización Político-Militar y se adopta la idea de Partido. La concepción marxista del partido como vanguardia de clase era totalmente inadecuada a la naturaleza policlasista del peronismo y de la Tendencia Revolucionaria. El eje de trabajo político de Montoneros era la JP, una organización territorial, “expresión autentica” de una corriente política, pero no de una clase. Esto fue acompañado de la adopción de conceptos teóricos del marxismo dogmático y la consolidación del uso de categorías militares para el análisis político. (100) - A partir del pase a la clandestinidad y su resultado, la disolución del frente territorial, quebró los lazos que “aún quedaban entre Montoneros y el pueblo”. - En este marco la disidencia era difícil, tanto por ser dolorosa para el militante como por darse en el contexto de la “hegemonía del centralismo sobre la democracia” a partir de la cual los niveles superiores aparecen como una unidad sin fisuras. Cuando las críticas de los militantes no llegan a destino, la vanguardia pierde su “cable a tierra” y se transforma en una “patrulla perdida”.