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Existen casos donde las transformaciones de las oraciones a voz pasiva apelan a la
reposición de un “nosotros inclusivo”. Estas estructuras donde el sujeto está elidido,
invisibilizado o convertido en un argumento paciente-afectado, cumplen con el
propósito de promover la objetividad para avalar la autoridad del propio juicio u
opinión.
Con ello, se cristaliza un efecto de lectura vinculado a un tipo de discurso
científico desde donde las pruebas resultan suficientes para entender lo enunciado en el
mismo sentido crítico que como lo ve el enunciador. Esa presunción de objetividad
encauza el objetivo principal del discurso ya que promueve una verdad clave para
implantar la idea de un “cambio de rumbo”. Las premisas devienen de la forma en que
se construye la argumentación así como la posibilidad de brindar un desenlace “natural”
de los hechos.
Respecto a los “modelos de relación”, tanto los del tipo atributivo como los
ecuativos funcionan en un mismo sentido, construir una representación lo más
abarcativa posible de todos los significados asociados al peronismo, incluso si estos se
contradicen entre sí. Este modo de definir la otredad impulsa una “cadena de
equivalencias” entre significados que van forjando enunciados claves y naturalizando
una representación donde los programas políticos no son más que una simple repetición
con ligeras variaciones. Por ejemplo, la igualdad en construcciones que habilitan una
interpretación ecuativa buscan alinear los signos de dos conjuntos, donde las
construcciones subordinadas operan para introducir el juicio externo que se vuelve parte
de la caracterización:
“Si esta observación es correcta, Ø podemos deducir que en el peronismo
coexisten dos almas, “evitista” y “neoliberal”, peronista de Eva y peronista
de Perón, anticapitalista y mesiánica la primera, capitalista a pesar suyo y
pragmática la segunda, la primera “popular” e Ø imbuida de “sensibilidad
social”, como le Ø gusta definirse a sí misma, la segunda cínica y
“tecnocrática”, según la desprecian muchos” (2022: online).
En este ejemplo además, el modo condicional que expresa probabilidad opera a favor de
la legitimación del propio punto de vista.
Por esta razón, la alineación de significados pertenecientes a cadenas diferentes
desde estructuras ecuativas, logra forjar representaciones que reúnen ambas
dimensiones para definir a un antagonista. Al mismo tiempo, los modelos relaciones
refuerzan esta agrupación de los significados para vincular primero dos entidades en una
relación de igualdad y luego ésta con un conjunto de valores como en: “Ø sería injusto
Ø afirmar que los dos peronismos son en realidad uno solo, el mismo traje al revés”
(2022: online), premisa que sostiene la primera parte del desenvolvimiento
argumentativo.
En esta misma lógica, el peronismo pasa a ser un constructo a identificar, de allí
que se refuercen las cadenas de significados asociadas a un todo homogéneo pese a la
acumulación de particularidades diversas ya que el desarrollo discursivo activa una
lectura de extrema adaptación que se condice con la falta de determinación del grupo.
Esta reposición paradigmática se orienta a construir una cristalización de atributos que
en lugar de pertenecer a dos “cadenas de equivalencias” en interacción, terminan por
volverse parte del mismo sistema de clasificación al ser contrapuestas con la postura
adoptada por el enunciador, tratando de justificar su invalidación ideológica. Tal y como
se advierte en enunciados del tipo: “Si esta es, en pocas palabras, la trama de la que Ø
hablaba, se Ø pueden entender mejor dos elementos recurrentes de la historia
argentina. Uno más que el otro” (2022: online).
Además de la lectura condicional basada en la comprobación de un juicio
valorativo, la acumulación de significantes se encamina a avalar una representación que
presupone la alineación de definiciones propias y ajenas. Esto hace posible instalar los
valores sobre los que se construye el antagonismo y al mismo tiempo, por oposición, la
propia cosmovisión. Bajo esta lógica, todo lo que distingue al “yo” y su colectivo de
identificación se posiciona desde una oposición para con las cualidades recurrentes
sobre el tema central del artículo: el peronismo.
Respecto a las transformaciones, la elisión de la agentividad nos lleva a reponer
en función sujeto formas nominales como ‘el gobierno’, ‘los peronistas’, ‘la Argentina’
para plantear así un distanciamiento entre la postura de quien enuncia y una otredad
carente de nombres propios. Por medio de este recurso, se justifica el predominio de
verbos no transactivos así como de subordinadas donde la elisión del sujeto agiliza la
lectura en tanto éste puede ser repuesto con facilidad: “Ø Confunde así roles y funciones
que en toda democracia Ø van separados. En su atávica pulsión totalitaria, nunca Ø
asumida por lo tanto nunca Ø superada” (2022. online). Allí radica la construcción de
una oposición o antagonismo en tanto, más allá de la elisión del agente, las
subordinadas del participio tienen asociada una carga valorativa que comanda el cómo
interpretar sus enunciados.
De la misma manera, la utilización de sucesivas preguntas retóricas contribuye a
legitimar un juicio afirmativo ya que la función de sujeto gramatical pasa a trasladarse
al pronombre interrogativo. Afirmar por medio de preguntas conduce a una
desresponsabilización para con lo enunciado así como también, la utilización de
metáforas abren camino hacia “lo posible”, dotando de significado a cosas, entidades
y/o eventos hasta el momento no introducidas al orden simbólico.
Al mismo tiempo, las comparaciones que guían el encadenamiento de la
argumentación organizan una interpretación contrapuesta bajo modelos del orden de lo
certero, lo que deriva en oraciones del tipo: “Así como Juan Perón fue en su segundo
mandato el sepulturero del evitismo de Eva, así como Carlos Menem lo Ø fue del
evitismo sindical, que había hecho la vida imposible a Raúl Alfonsín, ¿será Sergio
Massa el que le hará el funeral al evitismo kichnerista?” (2022: online) donde, más allá
de la construcción de frases nominales para recortar grupos, lo importante es que
acudimos a una afirmación donde las cláusulas que anteceden a la pregunta, organizan
la clave de comprensión.
Por otro lado, el uso del ‘se’ dentro de perífrasis verbales de condicional también
se orienta a anular esa lectura agentiva para, por ejemplo, fortalecer el carácter de
verosimilitud de la información política circulante. En este sentido, los procesos de
pasivización que recurren al ‘se impersonal’ para borrar al argumento agente, buscan
reponer un sujeto semánticamente indefinido ya que remiten a una lectura de causalidad
como en: “Si esta es, en pocas palabras, la trama de la que Ø hablaba, se Ø pueden
entender mejor dos elementos recurrentes de la historia argentina” (2022: online). Esta
naturalización habilita una reinterpretación de la historia dado el intento por cristalizar
un modo de entender aquello que no puede ser cuestionado por la clausura histórica. La
reducción de información cumple su objetivo al sintetizar el propio juicio como algo
que no es necesario explicar, asociado a los “significantes vacíos”.
Bajo esta lógica, las estrategias orientan la naturalización de una construcción de
lo real desde la descripción de la política argentina “tal cual es” donde todo encuentra
una explicación en base a la relectura de lo ya acontecido. Esto supone un tipo de
transformación asociado a la reinterpretación, motivado por la selección, abstracción y
cambio de foco de ciertos lexemas que cristalizan diferentes épocas en unas pocas
palabras, resignificando las doctrinas ya circulantes.
La historia se vuelve así, un contenido moldeable de acuerdo a los intereses que
comandan la enunciación. De acuerdo a esta manipulación asociada al cómo leer la
política argentina, la construcción de la destinación orienta gran parte de sus ejes hacia
la figura de un paradestinatario, aunque también hemos encontrado formas que permiten
dirigir la información hacia creencias compartidas así como a posibles críticas respecto
a lo dicho (adversario).
Las afirmaciones que se orientan al prodestinatario pertenecen a todo el
contenido referente a ese “pasado peronista” a los fines de reafirmar las premisas hacia
el interlocutor con el que se comparte un mismo razonamiento. El enunciador busca la
complicidad para con su lector, quien debe adherir a su cosmovisión, llevando a
construir enunciados del tipo: “Ø Aclarado esto, Ø volvamos a nuestras preguntas. Ø
Sería injusto Ø afirmar que los dos peronismos son en realidad uno solo. (…) Ø Sería
miope no Ø advertir el denso sistema de vasos comunicantes que Ø hace muy fluido el
paso de ideas y personas de un peronismo a otro” (2022: online).
Apelar a una información del tipo académico sobre la naturaleza de dicho grupo
organiza la comprensión bajo la demostración de una hipótesis. En este caso, los
colectivos de identificación que se recortar en el “nosotros inclusivo” acompañan la
lógica de quien enuncia en el armado de un conjunto interno que reúne al yo con “el
pueblo”, de allí la crítica y la posibilidad de pensar en un cambio de modelo. Con ello,
podemos deducir que la interpretación de lo real avanza en la misma línea presupuesta
por el prototipo de lector que elige el diario La Nación.
No obstante, el enunciador se reconoce partícipe indirecto (simpatizante) de un
partido político, por lo que muchas de las estrategias se organizan en torno a la
representación de un receptor indeciso. Formas pertenecientes al orden de la persuasión
pero donde la presentación de la propia opinión como una verdad impacta en la
búsqueda del adoctrinamiento de la mirada en el orden del convencimiento. Por otro
lado, las estructuras de tipo causal se adelantan a la probable réplica de un
contradestinatario, habilitando la posibilidad de comprobar la veracidad de lo dicho. Por
esta razón, los colectivos de identificación buscan alinear principios ideológicos para así
reforzar la mirada crítica tras la comparación con otros países (peronista, kichnerista,
castrismo, chavismo, “los gobiernos”, etc.).
En el mismo sentido, los metacolectivos singulares refuerzan un pasaje
paradigmático entre modelos ideológicos que hacen a la representación de
homogeneidad respecto a la realidad latinoamericana (América Latina, país, Argentina,
democracia, Chile, Colombia, Cuba, Venezuela) con distintos valores asociados. Es así
como se legitima la construcción de una realidad que fundamenta la propia opinión y se
presenta como algo compartido no sólo para descartar la crítica sino también para
convencer al paradestinatario de que lo que se afirma es algo desencadenante de un
modelo repicado en otros Estados.
Por esta razón, el foco está puesto en la apelación hacia aquellos a quienes se
intenta persuadir (paradestinatarios), organizando un conjunto de significantes que
permitan atraer a esa masa al plano de la propia ideología. De eso se trata, de encaminar
la postura del “indeciso” hacia el mismo sistema de creencias, buscando que vea el
mundo de la misma forma en que lo propone el texto, es allí donde operan todas las
estrategias pertenecientes a la interpelación. Los colectivos de identificación remiten
explicativamente a ese público ya que quien enuncia es consciente de su postura así
como la de quienes la comparten pero apunta al convencimiento de ese grupo quizás
mayoritario sobre el que recae el peso argumentativo.
Todo enunciado ligado a la narración se vincula con el paradestinatario para
alinear pasado y presente, impactando en el ordenamiento de los enunciados y su
correspondiente comprensión contemporánea. De esta manera, como ya lo hemos
advertido, los colectivos de identificación asociados a “el peronismo” y formas
derivadas son los más recurrentes al delimitar el tema que sostiene el marco textual,
dando lugar por ejemplo, a comparaciones que se corresponden a una lectura de
asimilación entre figuras políticas.
En este sentido, los colectivos de generalización permiten referirse a los
“ciudadanos” o “argentinos” buscando el apoyo de estos paradestinatarios en la
introducción de un “nuevo” grupo político al poder, con el que se identifica todo aquel
que reconozca y adhiera a la política ideológica del diario. En lo referente a la
asimilación de estas entidades, subsiste un mayor uso de formas nominales con un
sentido marcadamente explicativo que apuntalan un nuevo “modo de leer” orientado a
desmontar ciertas representaciones naturalizadas (“intolerancia peronista, sensibilidad/
sostenibilidad social, crisis financiera, enamoramiento menemista”, etc.).
La carga valorativa de estos sintagmas refuerza un sentido irónico que recae en
la creación de un colectivo incapaz de gobernar. Todas estas nominalizaciones
cristalizan las identidades y los valores asociados a esa “oposición” desde los mismos
marcos interpretativos: “¿Resultado? El peor de los mundos: paternalismo, moralismo,
irracionalidad, familismo, amiguismo, mala conciencia” (2022: online). Los refuerzos
negativos sobre la caracterización de esta otredad pueden pensarse en términos de
mitigación dado que existe una acumulación de significados que activan una lectura
causal, no para remitir a un ataque directo sino naturalizando el hecho de que los
antagonistas son la causa de aquello que denuncian.
La similitud entre “peronismo” y “evitismo” se desancla de los nombres propios
y las épocas puntuales puesto que el ‘traslado’ de ideas y sujetos permite reconocer la
repetición de modelos y es allí donde se incentiva al paradestinatario bajo la
constatación de un sistema caótico carente de determinismos ideológicos claros. En
torno a esta lógica, si bien la organización de una lectura de corte histórico busca
reforzar el convencimiento al prodestinatario a la vez, trata de captar la atención del
paradestinatario motivando la duda respecto a la ideología peronista dada la
comprobación empírica de la hipótesis: “No Ø es raro que algunas fotos amarillentas
nos recuerden el pasado enamoramiento menemista de tantos kichneristas puros y
duros de hoy” (2022: online).
Como ya hemos mencionado, el predominio de componentes asociados a la
descripción encamina la interpretación hacia la naturalización de una representación de
la alteridad que opera junto a esa recapitulación del pasado para introducir la necesidad
de un cambio. La narración, vinculada a estructuras del tipo declarativas pero también
interrogativas en uso retórico, configura una construcción de “lo real” que explica el
cómo deben darse los hechos, ligados a la “visión del mundo” que reenvía a la
validación del enunciador como fuente de legitimidad.
Mientras tanto, las zonas textuales asociadas al didactismo irrumpen en
momentos donde por ejemplo, las referencias se saturan a través de una comparación
para con entidades de la industria cultural (Dr. Jekyll y Mr. Hyde, cuento de los tres
cerditos), o en casos donde el despliegue del saber está ligado a la explicitación del
funcionamiento de la política en Argentina y sus correspondientes consecuencias:
“Me Ø explico: si la Argentina debe ingerir dosis masivas y dolorosas de
medicinas “neoliberales” con mayor frecuencia y virulencia que otros
países, Ø es porque lo Ø imponen los efectos de la intolerancia peronista
hacia la economía de mercado, de su pretensión de Ø gobernarla con
preceptos teológicos” (2022: online).