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Jesús y la ciudad de Cafarnaún.

Análisis desde algunos datos Arqueológicos.

Sergio Candia Olmeño SVD


2

ÍNDICE

ÍNDICE 2
INTRODUCCIÓN 3
I. Informaciones generales sobre Cafarnaún 4
II. Cafarnaún y los periodos previos al romano 5
III. Cafarnaún y la Arqueología 7
IV. La Sinagoga de Cafarnaún 9
V. La casa de Pedro 10
CONCLUSIÓN 13
ANEXO 14
BIBLIOGRAFÍA 19
3

Introducción.

En este trabajo, queremos “viajar” a la cuidad de Cafarnaún, ya que ella fue el


centro de “operaciones” misioneras de Jesús. Para realizar este ejercicio, recurriremos a
la información que la Arqueología, a través de los años, ha ido revelando. No haremos
aquí un análisis arqueológico de tal o cual prueba, o de tal o cual pieza de cerámica
encontrada en las excavaciones. Nos proponemos, al revisar los descubrimientos
arqueológicos, reconocer el lugar por donde Jesús predicó su Buena Noticia. Será como
juntar “piezas de un puzle” que nos ayuden a armar un panorama, más o menos claro del
espacio geográfico elegido por Jesús para su ministerio.

Para llevar adelante nuestro trabajo, recurriremos en primer lugar a revisar los
testimonios literarios sobre la Cuidad de Cafarnaún y su ubicación geográfica. Luego
retrocederemos en el tiempo y revisaremos, si existe o no testimonio alguno de la
existencia de la ciudad de Cafarnaún durante épocas anteriores al período romano
temprano. En tercer lugar, detallaremos la historia de las excavaciones realizadas en la
ciudad y sus hallazgos. Finalizaremos nuestro trabajo concentrándonos en dos edificios
importantes de la ciudad: La sinagoga y la así llamada “casa de Pedro”.

Esperamos ir uniendo las piezas del “puzle”, para que podamos tener elementos
que nos ayuden a comprender la elección que hace Jesús para su vida pública, de esta
ciudad periférica de Galilea.
4

I. Informaciones generales sobre Cafarnaún.

El nombre de esta ciudad significa en hebreo “aldea de Naún”, nombre que resulta
familiar, ya que es el que lleva uno de los llamados “profetas menores”. Cafarnaún se
encuentra situada en la orilla noroeste del Lago de Genesaret (Cf. Figura 1 Anexo).
Joaquín Echegaray al referirse al paisaje de la ciudad dirá que: “como todas las orillas del
lago, es de una belleza encantadora, pero la tierra donde se levanta la ciudad… resulta
más bien hosca y seca, sin llegar a ser desértica”.1

Hablar de Cafarnaún, es hablar de la ciudad que eligió Jesús como “plataforma”


para su ministerio público. Por este motivo, podríamos considerarla como un lugar
importante dentro del elenco de ciudades que los Evangelios nombran. El Evangelio de
Marcos describe la llegada de Jesús a la ciudad (Mc 1, 21), luego en la sinagoga realizará
el primer milagro, la curación de un hombre poseído por un espíritu impuro (Mc 1, 23ss).
El mismo evangelista dirá más adelante, que Jesús, en Cafarnaún, estaba en “su casa”
(Mc 2, 1; 9, 33). Mateo ubica el traslado de Jesús a Cafarnaún, luego de que Juan el
Bautista fue encarcelado (Cf. Mt 4, 12-13). Por su parte el evangelista Lucas también
destaca la relación entre Jesús y Cafarnaún. Jesús predice que los presentes en la sinagoga
de Nazaret le reclamarán que haga allí los mismos milagros que realizó en Cafarnaún (Lc
4, 23). El Evangelio de Juan también atestigua que Cafarnaún es parte del itinerario
misionero de Jesús. Permaneció allí varios días después del milagro en Caná (Jn 2, 12),
curó al hijo del centurión que estaba en Cafarnaún (4, 46), fue a Cafarnaún donde lo siguió
la muchedumbre (Jn 6, 17.24) y enseñó en su sinagoga (6, 59).

A pesar de que los evangelios nombran con frecuencia a Cafarnaún, no nos


entregan datos que nos ayuden a caracterizarla. “Señalan que en ella vivían pescadores
(cf. Mt 4, 12ss), que había allí un portazgo (Mc 2, 13-14), y que allí residía un centurión…
La presencia de una muchedumbre en busca de Jesús (Mc 2, 1) implicaría que se hallaba
en una zona de fácil acceso o muy poblada”.2 Vemos que estos datos no alcanzan para
tener un panorama amplio de cómo era la ciudad.

Para ser una ciudad que albergó parte de la actividad pública de Jesús, no existen
otras fuentes literarias que aludan a dicha ciudad durante aquel período. “Ni la Biblia
hebrea ni los textos literarios anteriores a Jesús la nombran y Josefo se refiera a ella como

1
J. GONZÁLEZ ECHEGARAY, Arqueología y Evangelios, Estella, Verbo Divino, 1994, 79.
2
J. L. REED, El Jesús de Galilea, aportaciones desde la arqueología, Salamanca, Sígueme, 2006, 180.
5

la aldea a la que fue llevado después de ser derribado por su caballo cerca de Betsaida”. 3
Por lo tanto, se puede deducir que al no ser mencionada en otros escritos de la época, la
Cafarnaún del siglo I d.C., no era considerada una ciudad importante. Por lo tanto, y dada
la “falta de descripciones literarias…haya que recurrir a la arqueología”, 4 para poder
caracterizar lo mejor que se pueda, a la ciudad de Cafarnaún.

Por lo pronto, creemos importante que antes de enfocarnos en la Cafarnaún del


siglo I d.C., podamos revisar si hay testimonios de ocupación de esa zona, en los períodos
previos al romano.

II. Cafarnaún y los periodos previos al romano.

Si bien es importante profundizar en los trabajos arqueológicos de la Cafarnaún


del siglo I d.C., se hace necesario mirar el proceso previo de ocupación de la zona. De
esta manera obtendremos más información sobre lo acontecido antes del periodo romano.

Para esta parte de nuestro trabajo, seguiremos la información que J. Reed da al


respecto:

“En Cafarnaún sólo se han descubierto débiles huellas de ocupación del Bronce Medio (2.200-
1.550 a.C.) y del Hierro I (1.200-1000 a.C.); los datos sobre este último periodo son además
insuficientes para determinar si los ocupantes eran israelitas, aunque la Biblia hebrea asigna los
territorios situados al oeste del Río Jordán y el mar de Galilea a la tribu de Neftalí (Jos 13, 29-39).
Tampoco hay indicios que de que Cafarnaún fuera ocupada durante el Hiero II y el Hierro III
(1.000-587 a.C.). Las prospecciones y excavaciones desarrolladas en la región demuestran que los
asirios la despoblaron en la segunda mitad del siglo VIII a.C.”.5

Dada esta información es difícil establecer a una población viviendo de manera


constante en estos periodos de tiempo, tampoco se puede deducir con certeza la
descendencia de la población que vivió allí. Claro está que el territorio queda despoblado
luego de la ocupación asiria en territorio israelita. Habrá que esperar hasta los periodos
persa y helenístico temprano para obtener información sobre alguna población viviendo
en la zona de Cafarnaún.

“Unos pocos fragmentos cerámicos de los periodos persa y helenístico temprano (siglos IV-II a.C.)
sugieren la instalación de un campamento o de una estación de viandantes, pero los primeros restos
de alguna entidad, acompañados de elementos arquitectónicos, datan del periodo helenístico
tardío, a finales del siglo II a.C. El incremento de la cultura material en Cafarnaún y su aparición

3
Ibíd.
4
Ibíd., 181.
5
REED, El Jesús de Galilea, 185.
6

como una aldea durante el periodo helenístico tardío concuerda con el aumento general de
asentamientos en el Norte, vinculado a la expansión de los Macabeos o la colonización de
Galilea”.6

Es interesante notar que recién en el periodo helenístico tardío tendremos una


población instalada en la zona de Cafarnaúm. Los pocos datos arqueológicos previos a
aquel periodo, manifiestan la poca población que habitó durante los siglos IV-II a.C. Se
podría pensar que el territorio no era llamativo o no proporcionaba lo necesario para vivir,
o que quizá no era un territorio seguro. Es importante el dato de que durante la
“colonización de Galilea” ya existe una aldea en Cafarnaún, es decir, podemos pensar en
una población con espacios más “ordenados” o establecidos para la vida común del
pueblo.

“Cafarnaún y las restantes aldeas situadas al noroeste del Mar de Galilea formaban un puente de
asentamientos judíos que unía la Alta y la Baja Galilea a través del Jordán con el Golán, que a su
vez estaba rodeado de ciudades y asentamientos gentiles. Al norte, los itureos ocupaban las
regiones montañosas del Haurán y las faldas del monte Hermón, mientras que en el valle del Huleh
y al norte de la Alta Galilea se habían asentado los sirofenicios (tirios); sobre la orilla oriental del
lago se extendían los territorios de Hippos y Gadara, ciudades de la Decápolis”. 7

Durante el periodo romano temprano vemos un fortalecimiento en el


establecimiento de Cafarnaún como una ciudad, pero es importante notar que ya hay
información sobre los pueblos vecinos. Esto da a entender el crecimiento de la población
en la zona y la presencia de “asentamientos gentiles”. Cafarnaún es parte de la población
judía de la época y durante el reinado de Herodes el Grande formaba parte del conjunto
de ciudades que formaban su reino.

Luego de la muerte de Herodes el Grande (4 a.C.), Cafarnaún queda en territorio


del Tetrarca Herodes Antipas (4 a.C. – 39 d.C.). En aquel entonces la ciudad contaba con
una población de un millar de habitantes y una superficie de 10 hectáreas (Cf. Figura 2
Anexo).8 La ausencia de edificios institucionales hace pensar que la actividad social,
comercial y judicial se desarrollaba en zonas abiertas, los lugares donde se reunía la gente
para escuchar las enseñanzas de Jesús, la plaza o el patio de una gran casa particular.9

6
Ibíd.
7
Ibíd., 186.
8
Lo referente a la cantidad de habitantes y la superficie de Cafarnaún varía según los autores. “Cafarnaún
fue en la época de Jesús una ciudad modesta, con una extensión de 6 ha, y con una población que no llegaba
ni a 10.000 habitantes”. GONZÁLEZ ECHEGARAY, Arqueología y Evangelios, 80. “Basándonos en el tipo y
distribución de los edificios, la densidad de población no excedería en Cafarnaún de las 150 personas por
hectárea; tal vez como mucho 100 personas. Dado que la extensión mínima de Cafarnaún en el siglo I d.C.
sería de 6 hectáreas y que en todo caso no superaría las 10 hectáreas, la población en tiempos de Jesús
oscilaría entre 600 y 1.500 habitantes”. REED, El Jesús de Galilea, 192.
9
Cf. J. OCHOA, Atlas histórico de la Biblia. Nuevo Testamento, Madrid, Archivos Acento, 2004, 116.
7

Durante este periodo, la ciudad de Cafarnaún tendrá más conexión con sus vecinos
y con el “comercio exterior”. Puede ser reconocida como una ciudad estratégica, ya que
se encontraba cerca de la Via Maris, una de las rutas comerciales más importantes de la
época. Además, la ciudad servía como puesto fronterizo entre la Galilea y la tetrarquía de
Filipo. Por lo tanto, habrían allí aduanas y puestos de recaudación de impuestos.10

La ciudad continúa como tal durante los periodos romano y bizantino, incluso
hasta después de la invasión árabe. “A partir de ese momento, Cafarnaún queda
deshabitada y sus ruinas van cubriéndose de tierra”.11

III. Cafarnaún y la Arqueología.

Luego de que el tiempo haya “escondido” bajo tierra a Cafarnaún, es importante


que revisemos los principales hitos arqueológicos, los cuales nos ayudarán a “desenterrar”
la ciudad de Cafarnaún del siglo I d.C. “Las ruinas de la antigua Cafarnaún, y
especialmente los restos de sus magníficos santuarios judío y cristiano, son fascinantes
cuando se ven en el marco de la controversia histórica y teológica que rodea el sitio”. 12

A pesar de que Cafarnaún no fue una ciudad que se destacara por sus edificios
públicos y que el pueblo carecía de urbanización planificada, distribución ordenada de
calles como en las ciudades romanizadas, ni que fuera reconocida como una ciudad
importante, existen dos espacios entre las ruinas que han generado discusión e interés a
lo largo del tiempo. “La discusión de los restos arqueológicos de Cafarnaún se ha centrado
ante todo en dos temas: la cronología de la sinagoga… y el emplazamiento de la basílica
sobre el lugar en que supuestamente se hallaba la casa de Pedro”. 13 En los próximos
capítulos desarrollaremos particularmente lo referente a estos dos sitios, aquí indicaremos
el camino que la investigación ha tomado.

10
Cf. GONZÁLEZ ECHEGARAY, Arqueología y Evangelios, 80-81. Véase también el aporte de REED, El
Jesús de Galilea, 188.
11
Ibíd.
12
Traducción personal de: “The ruins of ancient Capernaum, situated on the northwestern shore of the Sea
of Galilee, and especially the remains of its magnificent Jewish and Christian sanctuaries, are fascinating
when viewed within the framework of the historical and theological controversy surrounding the site”. V.
TZAFERIS, “New archaeological evidence on ancient Capernaum”, The Biblical Archaeologist 46 (1983),
199.
13
REED, El Jesús de Galilea, 189.
8

Edward Robinson visitó en el año 1857 el sitio donde se encontraba la antigua


ciudad de Cafarnaún, identificando correctamente que las ruinas visibles del lugar,
corresponderían a una sinagoga. Lugo de casi 10 años, el topógrafo Inglés Charles
Wilson, fue el primero en identificar el lugar como la ciudad de Cafarnaún, y concluyó
que las ruinas identificadas por Robinson, podrían ser las de la sinagoga nombrada en el
Nuevo Testamento. 14

El año 1894 el terreno es adquirido por los Franciscanos Custodios de Tierra


Santa. Ellos cercan el terreno para evitar que sea saqueado, y una vez asegurado el lugar
fue posible comenzar las labores arqueológicas. En 1905 H. Kohl y C. Watzinger
condujeron un estudio sobre las sinagogas de Galilea. El trabajo que realizaron preparó
el camino para realizar estudios arqueológicos más profundos. Luego del estudio de Kohl
y Watzinger, los franciscanos W. Hinterkeuser y G. Orfali dirigieron excavaciones en
Cafarnaún por casi 20 años. Orfali estaba convencido de que la sinagoga en la estaba
excavando era de la época de Jesús. Esta hipótesis fue descartada luego de que se hallaran
restos de cerámica de un periodo posterior al siglo II d.C. 15 En 1921 el P. Orfali realizó
excavaciones en otras áreas del poblado.

En el año 1969, los franciscanos V. Corbo y E. Lofredda comenzaron las


campañas de excavación en toda la ciudad, las cuales se extendieron hasta el año 1985.
Descubrieron “un conjunto urbanístico de gran interés, tanto desde el punto de vista
arqueológico, como con vistas al mejor conocimiento histórico de los orígenes del
cristianismo”.16

La parte de la ciudad que se ha descubierto, comprende una gran calle mayor, “que
en dirección norte-sur puede seguirse en unos 125 m de recorrido”.17 A ambos costados
de la calle tiene varias manzanas de casas, llamadas Insulae18. Las casas de Cafarnaún
mayoritariamente agrupadas “de tres en tres o de cuatro en cuatro en torno a un patio
común, formando bloques de aproximadamente 40 por 40 metros”.19 Otra particularidad
de las casas, es que podrían agruparse en dos grupos: las primeras serían las levantadas
en torno a un patio interior, los que se encuentran al oeste de la ciudad; las otras serían

14
Cf. L. J. Hoppe, “Capernaum and its Synagogue”, Bible Today 46 (2008), 257.
15
Ibíd.
16
GONZÁLEZ ECHEGARAY, Arqueología y Evangelios, 80.
17
Ibíd.., 81.
18
Ibíd.
19
REED, El Jesús de Galilea, 193.
9

pequeñas habitaciones, a veces entrelazadas entre sí y dan directamente a la calle, son las
que están al este de la ciudad. Posiblemente estas fueron tiendas o comercios. (Cf. Figura
3 Anexo).20 En las “unidades domésticas” se han encontrado restos de vasijas de piedra,
de las llamadas herodianas. La cerámica encontrada es mayoritariamente del tipo común,
las lámparas son del tipo herodiano sencillo, sin decorar.21 Esto demuestra que los
habitantes de Cafarnaúm pertenecían a la clase socioeconómica más humilde, con lo cual
no podían importar vasijas o cerámicas de mayor calidad, que eran más costosas.

IV. La Sinagoga de Cafarnaún.

Las investigaciones en torno a la Sinagoga han sido importantes, en primer lugar,


para determinar su datación, y si las ruinas que existen son realmente de la Sinagoga del
tiempo de Jesús. Este edificio sobresale en su monumentalidad, tiene una extensión de
casi 1.000 m2 sobre un podio artificial. “Es un edificio de piedra de sillería con esbeltas
columnas de capiteles corintios”.22 Dada la duda que existía si su datación era del S. I d.
C o posterior, hoy los autores se inclinan por ubicarla entre la última década del siglo IV
d.C. y la mitad del siglo V d.C. 23

Por otro lado, lo interesante es que las excavaciones han demostrado que esta
sinagoga fue “reedificada sobre un edificio anterior, que data del siglo I d.C. y que es, sin
duda, la sinagoga que aparece citada en los evangelios (Mc 1, 21-29; Lc 4, 31-38; Jn 6,
59)”.24 Esta información es corroborada por S Loffreda en su artículo sobre la cronología
de la sinagoga de Cafarnaún,25 ya que en las excavaciones encontraron “pavimentos de

20
Otra caracterización de las casas de la Cafarnaún del siglo I: “Las casas estaban agrupadas en torno a
patios cerrados por los edificios habitados por una familia, entendida ésta de forma amplia, lo que los
arqueólogos franciscanos que han excavado la ciudad han llamado insulae. En las casas se utilizaba el
oscuro basalto local como material de construcción, sin darle forma de bloque y rellenando los huecos con
piedras más pequeñas y barro. Sobre dos hileras de este material levantaban las paredes de adobe, donde
apenas había vanos que servían sólo para renovar el aire e introducir algo de luz y no para abrirse al paisaje,
como en los triclinios de las villas romanas. No cubrían la habitación con tejas, sino con madera y ramas,
usando el barro como elemento aislante (el tipo de techado que se deduce de Mc 2,4). La baja calidad de la
construcción la hacía frágil y necesitada de constantes reparaciones. El patio cumplía múltiples funciones
de la vida cotidiana incluidas las de cocina y comedor y, si era grande, tenía reservado un espacio para
animales como cabras o pollos”. OCHOA, Atlas histórico de la Biblia, 115-116. Otra se encuentra en: REED,
El Jesús de Galilea, 198-201.
21
Reed, El Jesús de Galilea, 201.
22
GONZÁLEZ ECHEGARAY, Arqueología y Evangelios, 81.
23
Cf. S. LOFFREDA. “The Late Chronology of the Synagogue of Capernaum” Israel Exploration
Journal 23, (1973), 37.
24
GONZÁLEZ ECHEGARAY, Arqueología y Evangelios, 81.
25
LOFFREDA. “The Late Chronology of the Synagogue of Capernaum”, 38.
10

piedra basáltica, muros y un sistema de drenaje, el cual antecede a la construcción de la


Sinagoga”.26

Evidentemente la construcción del edificio que está debajo de la Sinagoga, debió


ser más modesta por los materiales con la cuál fue construida. De esta construcción se
“han conservado un pavimento de piedras de tamaño irregular y unos muros de basalto
negro sobre los que directamente descansan los muros de caliza blanca de la sala de
plegarias de la sinagoga posterior”. 27

Otro hallazgo que ayudó a establecer la época de la Sinagoga en la superficie, fue


el de unas monedas escondidas debajo del piso del edificio (Cf. Figura 4 Anexo): “Debajo
de una de estas losas en el edificio A se descubrió un tesoro de 282 denarios de oro de
Ummayad, proporcionando valiosos datos cronológicos”.28 Este descubrimiento vino a
desechar completamente la teoría de que esta Sinagoga era del Siglo I d.C.

La antigua Sinagoga de Cafarnaún es una de las más bellas construcciones que


han sobrevivido al paso del tiempo. Su brillante piedra caliza blanca fue trabajada con
delicadas decoraciones geométricas y florales. Al observar las fotos de las columnas,
sorprende la habilidad con la que fueron decoradas, reflejando la sensibilidad estética de
la época, y el esfuerzo y dedicación para construirlas.29

Si bien durante el siglo I d.C. la sinagoga no era identificada como un espacio


particular para la liturgia religiosa, la magnificencia de la sinagoga del siglo IV-V d.C.
(Cf. Figura 5 Anexo), indicaría la presencia de una prospera comunidad judía, que se
dedicaría al comercio, la pesca y la agricultura. 30

V. La casa de Pedro.

Si observamos el mapa de Cafarnaún (Cf. Figura 3 Anexo), la llamada “casa de


Pedro” se encuentra en la segunda manzana al sur de la sinagoga. “Las excavaciones de
los arqueólogos franciscanos entre 1968 y 1985 en Cafarnaún sacaron a la luz tres

26
Ibíd.
27
GONZÁLEZ ECHEGARAY, Arqueología y Evangelios, 81-83.
28
TZAFERIS, “New archaeological evidence on ancient Capernaum”, 202. Imagen de las monedas en
Anexo.
29
Cf. HOPPE, “Capernaum and its Synagogue”, 259
30
TZAFERIS, “New archaeological evidence on ancient Capernaum”, 204.
11

interesantes estratos en el lugar donde se suponía que se hallaba la casa del discípulo de
Jesús, que ellos llamaron la insula sacra.”31 José Ochoa detalla de manera breve lo
existente en cada estrato de la investigación:

“El estrato más reciente era una iglesia bizantina del siglo V de planta octogonal cuyo pavimento
estaba decorado con mosaicos y cuyo espacio central era sostenido por ocho columnas. Debajo
había otra iglesia, anterior en un siglo, de planta cuadrangular. En los revocos de sus muros se
hallaron múltiples grafitos en griego, siríaco, hebreo y latín, que demuestran que fue lugar de
peregrinación y soporte para la diatriba religiosa, dado que algunos son profanos y bastante
ordinarios. La atención de los fieles sobre este lugar se puede remontar al siglo II, cuando la
estructura probablemente pasó de ser una casa privada para convertirse en una iglesia de culto
cristiano.
El estrato más bajo corresponde a una casa del siglo I de la misma escasa calidad de construcción
y humilde condición que han mostrado todas las casas de Cafarnaún del primer período romano.
La conclusión de los trabajos arqueológicos es la identificación de uno de los pocos lugares de
ubicación verosímil de la tradición neotestamentaria”.32

Es importante destacar la “devoción” que generaba este lugar, dado que entre el
siglo I d.C. y el V d.C. la llamada “casa de Pedro” pudo haberse transformado en un lugar
de culto. Llama la atención aquella parte “especial” de la casa, que llegó a ser considerada
como la “habitación de Jesús”. Joaquín González Echegaray nos entrega una descripción
profunda de la casa:

“[Su] construcción data del siglo II a.C., habiendo sido reparada en varias ocasiones. La entrada
es también por la calle mayor y tiene una pequeña explanada delante de la puerta, estando ésta un
poco remetida en relación con las fachadas. La puerta da acceso a un patio bastante amplio en
forma de L de 84 m2. A él se abre media docena de habitaciones, algunas con los clásicos
ventanales y con la escalera exterior para subir al tejado. Una de estas habitaciones, la mayor, la
más independiente y cercana a la entrada general, fue la que con ciertas ampliaciones y
acondicionamientos se convirtió a los pocos años en iglesia doméstica y más tarde constituyó el
centro de la basílica bizantina. Dada la veneración con que ha sido tratada, es casi seguro que fuera
la habitación destinada a Jesús mientras vivió en la casa. Al sur del patio y de las habitaciones
descritas hay otro patio con nuevas habitaciones”.33

Es digno de destacar el tamaño de la casa e imaginarnos la cantidad de personas o


familias vivían en ella (Cf. Figura 6 Anexo). La vida al interior de ellas debió ser de
carácter comunitario sin mucha independencia personal. Es posible imaginar comidas
nocturnas, en donde se hacía necesario contar con la luz de las lámparas de aceite del tipo
herodiana (Cf. Figura 7 Anexo).

Cabe destacar la conexión existente entre lo dicho anteriormente y los testimonios


evangélicos sobre esta casa, preferentemente del evangelista Marcos.

“Marcos nos da a entender que estaba próxima a la sinagoga (Mc 1, 29), lo que, como hemos visto,
corresponde a la realidad. También es Marcos quien nos cuenta que, al anochecer, había un gran

31
OCHOA, Atlas histórico de la Biblia. Nuevo Testamento,117.
32
Ibíd.
33
GONZÁLEZ ECHEGARAY, Arqueología y Evangelios, 85.
12

gentío reunido junto a la puerta de la casa (Mc 1, 33), lo que coincide con el hecho de que, delante
de ella, existe en efecto una explanada, donde se apiñaría la gente que llegaba desde la calle mayor.
En otra ocasión nos dice que, cuando en la ciudad se enteraron de que había vuelto Jesús, acudió
a la casa tanta gente «que no cabía ni delante de la puerta» (Mc 2, 2), expresión que parece suponer
en quien la escribió que conocía la casa de Pedro y sus características, pues en otras casas no existe
la explanada que ésta tiene. Más adelante dice que, como no podían entrar en la habitación donde
estaba Jesús, a causa del gentío, cuatro hombres portadores de una camilla con un paralítico
«levantaron la techumbre por encima de donde él estaba, abrieron un boquete y descolgaron la
camilla» (Mc 2, 4; Lc 5, 18-19)”.34

El Evangelio también alude a que en esta casa vivía la suegra de Pedro. Si bien no
tenemos más datos que los dados por estos relatos, en esta casa Jesús curó a la suegra de
Pedro de la fiebre que la agobiaba (Mt 8, 14-15; Mc 1, 30-31; Lc 4, 38-39). Pero, además,
los evangelios atestiguan que en esta casa se estableció Jesús, transformándola en la
plataforma de su ministerio público.35

34
Ibíd.
35
Ibíd., 87.
13

Conclusión.
Al concluir nuestro trabajo, reconocemos la importancia que tiene el estudio de la
arqueología para una mayor comprensión de la historia y el ministerio de Jesús. También
consideramos importante este tipo de estudios para conocer de mejor manera el contexto
socio-cultural de las personas que escucharon la predicación de Jesús. Por otro lado, se
pueden comprender mejor las imágenes-parábolas empleadas por Jesús y el significado
profundo que encierran.
Al hacer una mirada “global” a esta ciudad que albergó los esfuerzos misioneros
de Jesús, no podemos dejar de reconocer lo “insignificante” que era la ciudad de
Cafarnaún, en relación a su contexto geográfico más inmediato. Aunque no resulta
extraña esta opción por las periferias por parte de Jesús. Sin duda alguna Cafarnaún
ofreció a Jesús múltiples posibilidades, no sólo geográficas, sino también el estar y
compartir con los más desprotegidos y descuidados de su época.
Cobra un sentido mayor las palabras de San Pablo, en su carta a los Filipenses,
cuando los exhorta a tener “los mismos sentimientos de Cristo Jesús, quien a pesar de su
condición divina, no hizo alarde de ser igual a Dios; sino que se vació de sí y tomó la
condición de esclavo, haciéndose semejante a los hombres” (Flp 2, 5-7).
Tener una mayor comprensión de las opciones de Jesús, desafía la propia vida
para vaciarla de egoísmos y entregarla generosamente para que más hermanos “se salven
y lleguen al conocimiento de la verdad” (1 Tim 2, 4).
14

ANEXO
15

• Figura 1. Cafarnaúm y ciudades cercanas. 36

• Figura 2. El reino de Herodes el grande.37

36
http://www.es.josemariaescriva.info/image/capernaum00_j_gil.jpg. Acceso: 27/6/2017.
37

https://www.google.com.ar/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&cad=rja&uact=8&ved=0a
hUKEwip3rX1h93UAhVFFJAKHb4eAUsQjRwIBw&url=http%3A%2F%2Fwww.bible-
history.com%2Fnew-
testament%2Fkingdom_of_herod_the_great.html&psig=AFQjCNF27QvhF30TyDz4JjI5oEOAdO6Hbw&
ust=1498619780693367. Acceso: 27/6/2017
16

• Figura 3. Mapa de la ciudad de Cafarnaún.38

38
J. GONZÁLEZ ECHEGARAY, Arqueología y Evangelios, Estella, Verbo Divino, 1994,82.
17

• Figura 4. Monedas descubierta en Sinagoga de Cafarnaún.39

• Figura 5. Bosquejo de la Sinagoga de Cafarnaún realizado por P. Orfali.40

39
V. TZAFERIS, “New archaeological evidence on ancient Capernaum”, The Biblical Archaeologist 46
(1983), 202.
40
Ibíd.., 203
18

• Figura 6. La casa de Pedro.41

• Figura 7. Lámparas herodianas.42

41
J. L. REED, El Jesús de Galilea, aportaciones desde la arqueología, Salamanca, Sígueme, 2006, 199.
42
J. GONZÁLEZ ECHEGARAY, Arqueología y Evangelios, Estella, Verbo Divino, 1994, 86.
19

BIBLIOGRAFÍA

Libros:

• GONZÁLEZ ECHEGARAY, Joaquín, Arqueología y Evangelios, Estella, Verbo


Divino, 1994.
• OCHOA, José, Atlas histórico de la Biblia. Nuevo Testamento, Madrid, Archivos
Acento, 2004.
• REED, Jonathan, El Jesús de Galilea, aportaciones desde la arqueología,
Salamanca, Sígueme, 2006.

Artículos de Revistas:

• HOPPE, Leslie J., “Capernaum and its Synagogue”, Bible Today 46 (2008) 254-
259.
• LOFFREDA, Stanislao, “The Late Chronology of the Synagogue of
Capernaum” Israel Exploration Journal 23, (1973) 37-42.
• TZAFERIS, Vasillios, “New archaeological evidence on ancient Capernaum”, The
Biblical Archaeologist 46 (1983) 198-204.

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