Mateo: El evangelio real

4.12–25

El comienzo
del ministerio de Jesús
Después de que Jesús fue tentado por Satanás (4.1–11), pero antes de que Juan fuera encarcelado por
Herodes Antipas (4.12; vea 14.3–5), Jesús estaba de lleno en Su ministerio que se registra en Juan 1.19—3.36.
Mateo, junto con Marcos y Lucas, omite ese período de tiempo.
La presente sección (4.12–25) sirve como introducción al ministerio de Jesús y conduce al Sermón del
Monte (5.1–7.29). Mateo describió el establecimiento de Jesús en Capernaum como el cumplimiento de las
Escrituras (4.12–17), registró el llamado de cuatro de Sus discípulos (4.18–22) y presentó un resumen de
Su ministerio y de las regiones conmocionadas por el mismo (4.23–25).

EL estableciMIENTO en Capernaum (4.12–17)

12
Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió a Galilea; 13y dejando a Nazaret, vino y habitó en
Capernaum, ciudad marítima, en la región de Zabulón y de Neftalí, 14para que se cumpliese lo dicho
por el profeta Isaías, cuando dijo:
15
Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,
Camino del mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los gentiles;
16
El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz;
Y a los asentados en región de sombra de muerte,
Luz les resplandeció.
17
Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha
acercado.

Versículo 12. A pesar de que Juan estaba preso en este punto del ministerio de Cristo, Mateo reservó
los detalles de ese encarcelamiento hasta el 14.1–12. Cuando Jesús oyó la noticia acerca de Juan, volvió
a Galilea. No se da la razón exacta por la que volvió. El verbo «volver» ( aj n acwre÷ w , anachōreō), también
traducido como «dejar» o «salir», se utiliza con frecuencia en Mateo para expresar la intención de escapar de
situaciones peligrosas (2.12–14, 22; 12.15; 14.13; 15.21). En este momento, ¿era conveniente que los asociados
con el ministerio de Juan se distanciaran de la región donde había predicado? Probablemente no, porque
Herodes Antipas, que arrestó a Juan en Perea (Transjordania), también gobernó Galilea, adonde fue Jesús.
«Es más probable», como León Morris observó, «que con el ministerio de Juan acabado, Jesús vio que era
el momento de iniciar el suyo; mientras que Juan había hecho su labor en el desierto, Jesús haría Su mayor
parte entre el pueblo de Galilea».1
Jesús escogió esta región, en lugar de Judea y la ciudad santa de Jerusalén, como punto central de
Su ministerio. Los de Judea habían despreciado a menudo a sus hermanos galileos como atrasados y sin
educación (26.69, 73; Juan 7.41, 52; Hechos 2.7; 4.13). No obstante, Dios a menudo escoge «lo necio del
mundo […] para avergonzar a los sabios» (1ª Corintios 1.27).

1 
Leon Morris, The Gospel according to Matthew (El Evangelio según Mateo), Pillar Commentary (Grand Rapids, Mich.:
Wm B. Eerdmans Publishing Co., 1992), 80.

1
 Versículo 13. Jesús volvió a Nazaret, que era
Su ciudad natal (2.23). Sin embargo, después de
un breve periodo de tiempo, dejó ese lugar, talvez,
como consecuencia del rechazo de las personas
(Lucas 4.16–31)2 y estableció Su base de operaciones
en Capernaum, ciudad marítima. A esta ciudad se
le refiere más adelante como «su ciudad» (9.1) y se
situaba en la región originalmente asignada a las
tribus de Zabulón y de Neftalí.
La ubicación más lógica para Capernaum
es Tell Hum, un sitio en el extremo noroeste
del Mar de Galilea. Los franciscanos excavaron
completamente el sitio en 1905 y suministraron
evidencia convincente de que era, de hecho, la
ubicación de la antigua Capernaum. El nombre
«Capernaum» quiere decir «el pueblo de Nahúm» y
podría haber sido el hogar de ese profeta del Antiguo
Testamento. «Nahúm» quiere decir «compasivo».
También podría ser que el nombre fue dado al pueblo
debido a la disposición cariñosa de su gente.
Capernaum proporcionaba un punto central
para la predicación y enseñanza de Jesús. Estaba
situada al lado del mar de Galilea, también llamado
mar de Cineret (Números 34.11), el lago Genesaret
(Lucas 5.1) y el mar de Tiberias (Juan 21.1). El mar
no constituía una gran masa de agua. Hoy día,
tiene veintiún kilómetros de largo, de norte a sur,
y casi trece kilómetros de ancho, de este a oeste, en
el punto más ancho. Está a doscientos trece metros
bajo el nivel del mar. Alrededor de sus costas había
varios de los principales centros de población
de Palestina. Bordeando sus orillas había nueve
ciudades populosas, de las cuales hoy únicamente
queda Tiberias.
Versículo 14. Mateo indica que el viaje de Jesús
a Capernaum no fue por casualidad, sino para que
se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías. La
profecía que Mateo citó en los siguientes versículos
es de Isaías 9.1, 2.
Versículo 15. En Capernaum convergen caminos
importantes. La ciudad aprovechó la principal ruta
comercial entre Siria y Egipto llamada el camino del
mar (Isaías 9.1). Refiriéndose más específicamente
a Galilea, Donald A. Hagner comentó:
El «camino del mar». . . fue la calzada romana
(la vía maris) que conectaba a Damasco con
Cesarea sobre la costa mediterránea, una de
cuyas bifurcaciones iba a lo largo de la ribera
occidental del Mar de Galilea, a través de
Betsaida y Capernaum, ciudades clave en el
ministerio de Jesús.3
2 
Mateo no habla del rechazo de Jesús en Nazaret hasta
el 13.53–58.
3 
Donald A. Hagner, Matthew 1—13 (Mateo 1—13),
2
Capernaum también se encontraba enclavada
en la zona más densamente poblada de Palestina. El
historiador judío Josefo, que había sido gobernador
de Galilea, escribió que había 240 villas y ciudades
en esa región, ninguna de las cuales tenía una
población de menos de quince mil personas.4
La población en Galilea era de diversas
nacionalidades. Conocida como Galilea de los
gentiles (Isaías 9.1), porque había sido poblada
y en gran parte controlada por gentiles desde el
siglo VIII hasta el siglo II a. C. y estuvo rodeada de
naciones gentiles. Siria estaba al norte y al este, los
descendientes de los fenicios estaban al oeste, y los
samaritanos estaban hacia el sur. Desde sus inicios,
Galilea había sido infiltrada con gentiles cuando
Salomón dio veinte ciudades de Galilea a Hiram,
rey de Tiro (1º Reyes 9.11). Además, los israelitas a
los que este territorio fue dado no habían expulsado
completamente a los paganos que habían habitado la
tierra antes que ellos (Jueces 1.30, 33). Galilea estuvo
influenciada por las diversas costumbres y culturas
de estos pueblos como no lo estuvo ninguna otra
región de Palestina. Josefo dijo que «siempre les
apasionó la innovación y naturalmente dispuestos
a cambios, y les deleitaban las sublevaciones». 5
Versículo 16. La profecía citada (Isaías 9.2)
envisionaba un momento en que la región que había
sido asolada por los asirios y arrojada a las tinieblas
espirituales vería la luz brillante de la verdad de
Dios. El profeta aseveró que esta luz que vendría
al mundo no brillaría primeramente en Judá ni
en Jerusalén, sino que se le vería por primera vez
en esta región de tinieblas. La palabra «tinieblas»
describe la ceguera espiritual, la depravación moral
o el abatimiento desesperante. Su opuesto, la «luz»,
se refiere a la visión o conocimiento espiritual o una
vida de moralidad y gozo. La venida de Jesús a esta
región quitaría el velo oscuro que por mucho tiempo
se había cernido sobre la misma y la iluminaría con
la gran luz de la verdad. Jesús mismo sería «la luz»
(Juan 1.4, 8, 9; 3.19; 8.12; 12.46).
El pueblo (lao÷ ß , laos) al que Jesús vino eran
judíos. Mateo utiliza con frecuencia este término
griego para identificar la nacionalidad (1.21; 2.4,
6; 4.23; 9.35; 13.15; 15.8; 21.23; 26.3, 5, 47; 27.1,
25, 64). El ministerio de Jesús iba dirigido a «las
ovejas perdidas de la casa de Israel» (10.6; 15.24).
El hecho de que estos judíos vivían en «Galilea de
los gentiles» presagiaba el carácter universal del
Word Biblical Commentary, vol. 33A (Dallas: Word Books,
1993), 73.
4 
Josefo Vida 45; Guerras 3.3.2.
5 
Josefo Vida 17.
mensaje del evangelio, el cual es para «todas las
naciones» (28.19; vea comentarios sobre 1.3; 2.1).
Versículo 17. La frase Desde entonces apunta
a una nueva fase en las actividades de Jesús. La
frase comenzó Jesús a predicar no sugiere que
no había estado predicando entre el momento
de Su bautismo y el encarcelamiento de Juan,
porque Lucas dice que había estado predicando y
ministrando en otras partes de Galilea (Lucas 4.14,
15). Marcos 1.14 registra que «Después que Juan
fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando
el evangelio del reino de Dios». La frase de Mateo,
«comenzó […] a predicar», quiere decir que Jesús
entró en regiones en las que previamente no había
predicado Juan. Sirve como una declaración que
resume Su enseñanza pública durante la primera
parte de Su ministerio.
Jesús instó a las personas diciéndoles:
Arrepentíos (metanoe÷ w , metanoeō), una palabra
que indica un cambio de mentalidad que lleva
a un cambio de vida. Las personas necesitaban
arrepentirse, porque el reino de los cielos se
[había] acercado. El reino no había llegado en ese
momento, sin embargo, su llegada estaba cerca. El
arrepentimiento es una necesidad irrefutable para
aquellos que desean entrar en el reino de Dios (Lucas
13.3, 5; Hechos 2.38; 17.30). Jack P. Lewis comentó:
«En este caso, el mensaje de la predicación de Jesús
retomaba el que fue proclamado antes por Juan el
Bautista (Mateo 3.2) y más tarde proclamado por
Sus propios discípulos (Mateo 10.7)».6
El llamado de los primeros
discípulos (4.18–22)
18
Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a
dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su
hermano, que echaban la red en el mar; porque eran
pescadores. 19Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré
pescadores de hombres. 20Ellos entonces, dejando
al instante las redes, le siguieron. 21Pasando de allí,
vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo,
y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su
padre, que remendaban sus redes; y los llamó. 22Y
ellos, dejando al instante la barca y a su padre,
le siguieron.
El relato de Mateo nos habla de la forma como
Jesús eligió a los primeros cuatro de Sus discípulos.
Hay relatos paralelos de Jesús llamando a dos parejas
de hermanos: Pedro y Andrés (4.18–20), y Jacobo
6 
Jack P. Lewis, The Gospel According to Matthew, Part 1
(El Evangelio según Mateo, 1ª parte), The Living Word Com-
mentary (Austin, Tex.: Sweet Publishing Co., 1976), 74.
y Juan (4.21, 22). Los relatos contienen los mismos
elementos: 1) el movimiento de Jesús, 2) el hecho
de que ve a los hermanos, 3) la actividad pesquera
de ellos, 4) la invitación de Jesús al discipulado y
5) la respuesta de los discípulos.7
No era la primera vez que Jesús se había
encontrado con al menos dos de estos hombres.
Pedro y Andrés, junto con Felipe y Natanael, le
habían acompañado en Su regreso a Galilea después
de Su bautismo (Juan 1.35–45). De algo de lo que
se puede decir con seguridad es que los cuatro
discípulos mencionados en dicho texto se hallaban
con Él cuando Jesús realizó Su primer milagro en
Caná de Galilea (Juan 2.1, 2).
Un discípulo es un «seguidor» o «estudiante»
del que sigue. Era común entre los judíos que los
estudiantes buscaran un maestro,8 sin embargo,
no era común que un maestro buscara discípulos
como lo hizo Jesús (Juan 15.16).9 Durante la parte
inicial de Su ministerio, Jesús tuvo numerosos
discípulos. Multitudes le siguieron. En este punto,
envió a setenta de ellos en una «comisión limitada»
a preparar el camino en algunas de las ciudades
judías que estaba planeando visitar (Lucas 10.1).
En algún momento, de entre este grupo más amplio
de discípulos, Jesús eligió a doce hombres que se
convirtieron en Sus apóstoles (Lucas 6.13–16; vea
Mateo 10.1–4). Los llamó «apóstoles» porque los
había seleccionado, les había dado un encargo y
los había enviado con autoridad para actuar en
Su nombre. Los doce hombres que Jesús escogió
se convirtieron en Sus embajadores personales
para que dieran testimonio de Él (Hechos 1.8). Los
cuatro discípulos llamados por Jesús en 4.18–22 se
convirtieron en Sus más cercanos apóstoles (17.1;
26.37; Marcos 5.37; 13.3).
Versículo 18. Cuando Jesús encontró a Simón
y a su hermano Andrés, estos estaban pescando. La
red (ajm fi÷ b lhstron, amphiblēstron) que utilizaban
habría tenido forma circular y se le hacía hundir
con bolas de plomo.10 Estos hombres tenían un
negocio de pesca, junto con Jacobo y Juan y su padre
Zebedeo (Marcos 1.20; Lucas 5.7, 10). Simón y Andrés
eran originarios de Betsaida (Juan 1.44), pero más
recientemente habían hecho su hogar en Capernaum
(8.5, 14; Marcos 1.21, 29; Lucas 4.31, 38).
Jesús le dio a Simón el nombre de «Cefas» (arameo)
o Pedro (griego), que quiere decir «piedra» (Juan 1.42).
  7 
Hagner, 76.
  8 
Mishná Aboth 1.16.
  9 
Observe las similitudes entre el llamado que Jesús les
hace a los pescadores y el de Elías a Eliseo en el que este
deja sus sembradíos y familia (1º Reyes 19.19–21).
�� 
Lewis, 74.
3
Se le podía describir como «esperanzador, audaz,
confiado, valiente, sincero, impulsivo, enérgico,
vigoroso, fuerte y amoroso, y fiel a su Maestro a pesar
de su deserción antes de la crucifixión».11
«Andrés» es un nombre griego que quiere decir
«valiente» o «masculino». Parece haber sido el
primero de los doce en convertirse en seguidor de
Cristo (Juan 1.40). Tan pronto como le presentaron
a Jesús, fue a buscar a su hermano Simón y le trajo
a Cristo (Juan 1.41, 42). Con frecuencia se le refiere
simplemente como «hermano de Simón Pedro»
(Juan 1.40; 6.8; vea Mateo 10.2; Lucas 6.14), sin
embargo, se caracteriza por traer personas, aparte
de Pedro, a Jesús (Juan 6.8, 9; 12.20–22). A Andrés
se le ha caracterizado por ser optimista y generoso.
Versículo 19. La declaración de Jesús a Pedro
y Andrés fue «Venid en pos de mí, y os haré
pescadores de hombres». En griego, la palabra
«venid» (deuv t e , deute) es un adverbio de lugar que
lleva el efecto de un mandamiento fuerte. La frase
«venid en pos de mí» también podría traducirse
como «Seguidme». Era común que los estudiantes
literalmente siguieran a sus rabinos de un lugar
a otro con el fin de aprender de ellos. La frase
«os haré» indica que Jesús los prepararía para su
próxima misión.
Estos hermanos habían sido pescadores de
peces, sin embargo, se convertirían en «pescadores
de hombres». Lucas añade algunos detalles a lo que
parece ser la misma ocasión (Lucas 5.1–11). Después
de una captura increíble de peces, casi suficiente para
hundir sus barcos, Jesús le dijo a Simón: «No temas;
desde ahora serás pescador de hombres» (Lucas
5.10). El uso de imágenes de la pesca de hombres
tiene sus raíces en el Antiguo Testamento, donde
la concentración de personas era con el propósito
de hacer juicio (Jeremías 16.16; Amós 4.2; Habacuc
1.14–17). En el Nuevo Testamento, la imagen es de
salvación, atrayendo a las personas al reino de Dios.
La parábola de 13.47 expresa el esparcimiento de
la red del evangelio que captura la mayor cantidad
posible para Cristo.12 Un comentarista dijo: «Ya no
es cuestión de tomar peces del lago, sino de sacar
hombres del abismo del pecado y de la muerte,
¡capturándolos en la gran red de Dios!».13 En la Gran
�� 
James M. Gray, “Peter, Simon” («Pedro, Simón»), en
The International Standard Bible Encyclopedia (Enciclopedia de la
Biblia de estándar internacional), ed. James Orr (Grand Rapids,
Mich.: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1939), 4:2349.
12 
Douglas R. A. Hare, Matthew (Mateo), Interpretation
(Louisville: John Knox Press, 1993), 31. En la parábola de la
red (13.47–50), los ángeles se encargan de separar los peces
buenos (los fieles) de los peces malos (los infieles).
�� 
Suzanne de Dietrich, The Gospel According to Matthew
(El Evangelio según Mateo), trad. Donald G. Miller, Layman’s
4
Comisión, dada primeramente a los apóstoles, pero
destinada a Sus seguidores hasta «el fin del mundo»
(28.20), Jesús dejó claro que este era Su deseo para
todos Sus discípulos.
Versículo 20. La respuesta de Pedro y Andrés
al llamado del Maestro fue inmediata. Mateo dice
que, dejando al instante las redes, le siguieron. A
diferencia del término específico en 4.18, la palabra
griega que se traduce como «redes» (di÷ k tua ,
diktua) en este versículo es más genérico e incluye
diferentes tipos.
Lucas 5.11 dice que «dejándolo todo, le
siguieron». Más tarde, Pedro expresó el sacrificio
que habían hecho con la palabra «todo». «He
aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos
seguido; ¿qué, pues, tendremos?» (19.27). Jesús les
aseguró a Sus discípulos que las bendiciones de
ellos superarían con creces lo que habían dejado
para ser Sus discípulos (19.28–30).
Versículos 21, 22. Cuando Jesús se acercó a
Jacobo y a Juan, estos hermanos estaban en la barca
con […] su padre, que remendaban sus redes. El
verbo «remendaban» es de katarti÷ z w (katartizō),
que quiere decir «restaurar» o «poner en orden».
En lo que se refiere a las redes de los pescadores, la
palabra podría inferir limpiar o doblar las redes.
El texto dice simplemente que los llamó. Aunque
no se nos dice aquí lo que les dijo, es razonable
suponer que fue lo mismo que les dijo a los otros
dos: «Venid en pos de mí, y os haré pescadores de
hombres» (4.19). Su respuesta fue la misma que la de
Pedro y Andrés, quienes, dejando al instante la barca
y a su padre, le siguieron. Dejaron todo, incluyendo
sus empresas pesqueras, sus hogares y familias, con
el fin de ser Sus apóstoles (19.27–30).
Este es el único lugar en las Escrituras donde
nos encontramos directamente con Zebedeo, padre
de Jacobo y Juan. Su nombre quiere decir «don de
Yahvé». Puede que su mujer Salomé haya sido la
hermana de María, madre de Jesús (27.56; Marcos
15.40; Juan 19.25). Si es así, entonces Jesús fue
primo de Jacobo y Juan. Esta relación física podría
ayudar a explicar por qué tan pronto le siguiéron
y por qué su padre no pareció oponerse.
Jacobo y Juan recibieron el apodo de «Boanerges»,
que quiere decir «Hijos del trueno» (Marcos 3.17).
Su apresurado y severo temperamento se mostro
cuando quisieron hacer llover fuego del cielo sobre
una ciudad de Samaria que había rechazado a Jesús
(Lucas 9.51–56). A Jacobo y a Juan también se les
describe como ambiciosos. Por medio de su madre,
Bible Commentary, vol. 16 (Richmond, Va.: John Knox Press,
1961), 26.
apelaron a Jesús para que les diera los primeros
puestos en el reino (20.20–28; Marcos 10.35–45).
Su tiempo con Jesús transformó sus vidas. Juan
es probablemente el único al que se le llegó a
conocer como el discípulo «al cual Jesús amaba»
(Juan 13.23; 20.2; 21.7, 20–24), y Jacobo se convirtió
en el primero de los apóstoles en ser martirizado
(Hechos 12.1, 2).
el ministerio temprano en Galilea
(4.23–25)
23
Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en
las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio
del reino, y sanando toda enfermedad y toda
dolencia en el pueblo. 24Y se difundió su fama
por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían
dolencias, los afligidos por diversas enfermedades
y tormentos, los endemoniados, lunáticos y
paralíticos; y los sanó. 25Y le siguió mucha gente
de Galilea, de Decápolis, de Jerusalén, de Judea
y del otro lado del Jordán.
Mateo se abocó ahora al ministerio temprano
de Jesús en Galilea. Insertó resúmenes breves a lo
largo de su evangelio (4.23–25; 8.16, 17; 9.35; 12.15,
16; 14.14, 35, 36; 15.29–31; 19.1, 2; 21.14).
Versículo 23. Este fue el primero de varios
recorridos realizados por Jesús en Galilea (vea
9.35—11.1; Lucas 8.1–3), que era la parte norte de
Palestina (vea los comentarios sobre 4.15). Aunque
había una gran población gentil en la región, es
claro que la enseñando y la predicación de Jesús
tuvieron lugar en las sinagogas (9.35; 12.9; 13.54),
subrayándose con ello que Su ministerio se limitó
a los judíos (10.5, 6; 15.21–28).
En la actualidad, se cree que las sinagogas
comenzaron a usarse durante la cautividad
babilónica, pese a que no se mencionan en los
registros históricos hasta alrededor del año 200 a. C.14
Las mismas conformaron el centro de la vida
religiosa judía. Fueron las «iglesias» de esos días,
donde las personas se congregaban en el día de
reposo para escuchar la lectura y análisis de las
Escrituras. Según la Mishná, donde vivían diez
varones judíos, podía existir una sinagoga.15 El
Talmud de Jerusalén registra que, antes de la
destrucción de Jerusalén en el año 70 d. C., había
480 sinagogas funcionando en Jerusalén,16 el Talmud
�� 
Ecclesiasticus 51.23.
�� 
Mishná Meguilá 1.3; 4.3; Sanedrín 1.6; Aboth 3.6.
�� 
Talmud de Jerusalén Meguilá 3.1. Las citas del
Mishná, además de la Guemará (un análisis de la Mishná),
fueron compiladas juntos en 1) el Talmud de Jerusalén y
babilónico dice que eran 394.17
Idealmente, la sinagoga se encontraba en el
centro de la ciudad, situada sobre una colina para
poder ser vista fácilmente. 18 Sin embargo, esta
práctica no siempre fue posible. Otra tendencia era
que la sinagoga se encontrara cerca de un río o mar
para facilitar los lavados rituales.
La sinagoga era presidida por «principales»
(Marcos 5.22; Lucas 8.41; Hechos 18.8, 17). Las
responsabilidades de estos líderes era organizar
los servicios y mantener el orden (Lucas 13.14).
Después de la lectura de la Ley y los Profetas, el
principal de la sinagoga a menudo invitaba a un
rabino visitante a dirigirse a la congregación (Hechos
13.15; vea Lucas 4.16–27). Esta costumbre les dio a
Jesús y a Sus apóstoles oportunidades para hablar
con las personas.
Jesús estaba enseñando con las Escrituras, sin
embargo, también estuvo predicando el evangelio
del reino. La palabra «evangelio» quiere decir
«buenas nuevas». Puede que este haya sido el
mismo mensaje al que se refiere el versículo 17,
que dice: «Arrepentíos, porque el reino de los
cielos se ha acercado». Si bien el reino no había
aparecido todavía, estaba cerca y vendría pronto,
incluso cuando todavía vivían muchos a quienes
Jesús habló (vea Marcos 9.1). Jesús proclamó este
mensaje «hasta el día en que fue recibido arriba»
y estuvo «hablándoles acerca del reino de Dios»
(Hechos 1.2, 3).
No únicamente estuvo predicando y enseñando,
sino también sanando toda enfermedad y toda
dolencia en el pueblo. Los milagros de Jesús fueron
parte de lo que le distingue de Juan el Bautista, quien
no realizó milagros. Jesús pudo curar cualquier tipo
de enfermedad o dolencia, sin importar su fuente
u origen. Todo Su poder sanador sirvió como señal
de que efectivamente era el Mesías enviado por
Dios (11.2–6).
Versículo 24. Como resultado directo de estos
milagros, la fama de Jesús se extendió por toda
Siria. En el siglo primero, «Siria» se refería a una
gran provincia romana que incluía la totalidad
de Palestina (Lucas 2.2). Mientras algunos creen
que la designación aquí se refiere únicamente a la
nación al norte de Galilea, parece haber abarcado
las regiones mencionadas en 4.25.
La fama de Jesús hizo que las personas de
toda la región llevaran a sus enfermos y muertos
2) el Talmud babilónico (designado «Talmud» en el presente
comentario).
17 
Talmud Ketuboth 105a.
18 
Talmud Shabbath 11a.
5
a Él, incluyendo a los endemoniados, lunáticos y Jordán»; NIV). Esta última frase se refiere a Perea.
paralíticos. Muy probablemente se menciona esta
diversidad de personas únicamente para mostrar
que Jesús tenía poder sobre todo tipo de condiciones Lección
y no se le limitaba en Su capacidad para sanar.
el Plan de Dios para alcanzar a los
Versículo 25. Otro resultado de la popularidad
perdidos: la Predicación (4.12–25)
de Jesús fue que las multitudes comenzaron a
Después de Su bautismo y tentaciones, Jesús
seguirlo adondequiera que iba. Estas multitudes
comenzó Su ministerio en Galilea predicando,
venían de todas partes de Palestina, no únicamente
enseñando y sanando. También llamó a algunos
de Galilea.
pescadores para que fueran Sus discípulos. Del
Decápolis fue un distrito más allá del Jordán
presente texto podemos aprender las siguientes
que, de acuerdo con el significado de su nombre
lecciones importantes:
griego, incluía diez ciudades. Estas ciudades
helenísticas fueron identificadas por Plinio el 1. El plan de Dios para alcanzar a la humanidad
Anciano como Damasco, Filadelfia, Raphana, perdida consiste en predicar la Palabra
Escitópolis (Bet-seán), Gadara, Hippos, Díon, Pella, (4.12–17).
Gerasa y Canatha.19 Comúnmente se cree que la 2. Tenemos que ocupar los lugares de quienes
totalidad de Decápolis estuvo poblada por veteranos nos han precedido (4.12, 17).
del ejército de Alejandro Magno, lo que le ayudó a 3. Es necesario que seleccionemos y entrenemos
mantener su cultura griega básica. Con la excepción a otros para que ocupen nuestro lugar,
de Escitópolis, que estaba al oeste del Jordán, las manteniendo activo el plan de Dios (4.18–22).
ciudades estaban al oriente del Jordán. 4. Tenemos que centrarnos en lo que Jesús
A medida que Mateo seguía resaltando las consideró importante en Su predicación
grandes distancias recorridas por las multitudes para (4.17, 23).
escuchar a Jesús, mencionó Jerusalén, […] Judea y 5. Tenemos que entender la diferencia entre los
el otro lado del Jordán («la región al otro lado del verdaderos milagros y los presuntos intentos
de los impostores de hoy (4.23, 24).
�� 
Plinio Historia Natural 5.16.74.

Autor: Sellers Crain

©Copyright 2013, por LA VERDAD PARA HOY
Todos los derechos reservados