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RESUMEN
Por otra parte, del total del N de los fertilizantes inorgánicos y orgánicos añadidos al
suelo durante la fertilización, sólo una parte es realmente recuperada por absorción de las
plantas, fracción que constituye la eficiencia de la fertilización o Coeficiente Aparente de Uso.
Según Mengel y Kirkby (2000) del total de N aportado al suelo vía fertilización,
aproximadamente el 50% es absorbido por el cultivo, el 30% es inmovilizado, el 15% es
desnitrificado o volatilizado y el 5% es perdido por lixiviación. Donahue et al. (1981) indica que
el coeficiente aparente de uso de los fertilizantes nitrogenados, fosforados y potásicos es del
orden de 30 – 70% para el N, 20 – 30 % para el P y 50 – 80 % para el K.
Contenido
Teniendo en consideración el contenido de materia orgánica de los suelos (5% en
promedio y hasta 10 % en los suelos orgánicos) y el contenido de N en la materia orgánica
(5%), el contenido de N total en el suelo varía entre 0.2 y 0.5%.
El clima a través de la influencia de la temperatura y el régimen de lluvias sobre el
desarrollo de las plantas y microorganismos, tiene influencia determinante en el nivel de N del
suelo. Jenny en 1930, halló relaciones inversas entre la temperatura y los contenidos de
materia orgánica y N del suelo, y relación directa entre la precipitación pluvial y los contenidos
de materia orgánica y N del suelo.
N2 + 3 H2 2 NH3
Pero las plantas sólo pueden tomar el N del suelo en forma nítrica (N-NO 3-) y amoniacal
(N-NH4+), de modo que el N elemental atmosférico, enorme reserva de este elemento, resulta
inaprovechable. Sin embargo, numerosas especies de bacterias, algunos actinomicetos y algas
azul-verdosas, tienen capacidad para “fijar” N atmosférico, unos en forma simbiótica y otros
asimbióticamente, constituyendo la “fijación biológica”.
NH2
Este proceso requiere el uso de energía y es catalizado por una enzima específica, la
nitrogenasa. Esta no es una enzima simple, sino que se trata de un complejo enzimático
formado por dos proteínas llamadas proteína I y proteína II. La proteína I contiene Fe y Mo y se
llama molidbdoferrodoxina; esta enzima se halla sólo en las bacterias fijadoras y está
completamente ausente en las células vegetales, y su función es reducir el N a amoníaco
(NH3). La proteína II (molibdoproteína) tiene como función transferir a la proteína I, la energía
necesaria para su funcionamiento.
Fe, Mo
N2 + 6 H+ + 6 e- 2 NH3
Nitrogenasa
La fijación puede tener lugar con asociación directa con las plantas superiores o sin ella,
pudiéndose diferenciar:
a. Sistemas simbióticos formadores de nódulos:
Con leguminosas
Con no leguminosas
b. Sistemas simbióticos no formadores de nódulos.
c. Sistemas no simbióticos.
Las bacterias del género Rhizobium, asociadas con leguminosas, son la mayor fuente
biológica de N. En base a sus tasas de crecimiento, se diferencian dos grupos de rizobios: el
género Rhizobium de crecimiento rápido y el género Bradyrhizobium de crecimiento lento.
Estas bacterias que invaden los pelos radiculares y células corticales, inducen la formación de
nódulos radiculares utilizando los hidratos de carbono del hospedero como fuente de energía y
transfiriendo a cambio una parte del N fijado; otra parte queda en la bacteria y el nódulo, y
después de la muerte de la bacteria y el desprendimiento del nódulo, entran en el proceso de
mineralización.
Existe otra asociación entre la leguminosa Sesbania rostrata y la bacteria del género
Rhizobium, pero en este caso los nódulos son caulinares (a lo largo de los tallos) (Rev. Mundo
Científico N° 45)
Las cantidades de N fijadas son muy variables pero en cualquier caso constituyen una
alternativa muy importante a considerar teniendo en cuenta el alto costo de los fertilizantes y su
efecto sobre la contaminación ambiental:
Otros organismos que forman nódulos son los actinomicetos del género Frankia que
viven en asociación simbiótica con especies no leguminosas (angiospermas) del género Alnus
(allisos).
Finalmente existen bacterias de vida libre como Azotobacter y Clostridium que pueden
fijar de 10 – 20 kg N/ha/año en suelos no ácidos.
AMINIZACION
Es la descomposición hidrolítica de las proteínas y liberación de aminas y amino ácidos;
en este proceso las moléculas de proteínas y ácidos nucleicos son depolimerizados a peptonas
y polipéptidos por enzimas proteolíticas y luego a amino ácidos. En el proceso intervienen
hongos y bacterias.
AMONIFICACION
Es la transformación de aminas y amino ácidos a compuestos amoniacales; se produce
bioquímicamente por desaminación y decarboxilación y la realizan preferentemente los hongos.
DENITRIFICACION
Incluye una serie de procesos biológicos que conducen a la reducción de los nitratos (N-
NO3-) hasta óxido nitroso (N2O) y N molecular (N2) en condiciones anaeróbicas, con su
consecuente pérdida del suelo en forma gaseosa. Las probables reacciones serían:
En estas reacciones intervienen enzimas como la nitrato reductasa (1), nitrito reductasa
(2) e hiponitrito reductasa (3).
Los microorganismos involucrados en estos procesos son bacterias anaeróbicas que
tiene capacidad para obtener su oxígeno a partir de los nitratos y nitritos, liberando óxido
nitroso y N molecular. Estos organismos, heterótrofos denitrificantes serían: Pseudomonas
denitrificans, Bacterium sp., Bacillus sp., y también autótrofos como Micrococcus denitrificans y
Thiobacillus denitrificans (Tisdale y Nelson, 1970; Fassbender, 1975).
Las condiciones requeridas para que se produzca la denitrificación son: la reducción o
encharcamiento de los suelos (exclusión del oxígeno) y pH mayor de 4.8; de esta manera, los
suelos arroceros pueden presentar grandes pérdidas de N por esta vía. La denitrificación
constituye sin duda alguna, un resultado de la pérdida de oxígeno antes que de la presencia
del agua (Tisdale y Nelson, 1970).
Terman (1979) explica las pérdidas amoniacales por la reacción del NH 4+ con los
compuestos cálcicos del suelo en la siguiente forma:
Ureasa
CO (NH2) 2 + H2O (NH4) 2CO3
por lo que las pérdidas de N-NH4+ de la urea aplicada al suelo puede ocurrir tanto en suelos
alcalinos como en los ácidos. Consecuentemente la urea aplicada superficialmente, puede
estar menos sujeta a pérdidas iniciales de amoníaco en suelos calcáreos, en relación a los
otros fertilizantes amoniacales, ya que si existe poca ureasa en el suelo, el agua de lluvia o de
riego puede llevar el fertilizante a mayor profundidad antes de que ocurra la hidrólisis.
FIJACION DEL AMONIO POR ARCILLAS 2:1
Arcillas del tipo 2:1 presentan entre unidades vecinas (espacio interlaminar), espacios
hexagonales cuyo diámetro es similar al diámetro iónico del K+ y NH 4+; estos iones pueden
entrar en tales espacios y quedar atrapados.
Otros factores que afectan esta fijación, son la temperatura y humedad del suelo: las
heladas y la sequedad del suelo incrementan la capacidad de fijación.
Otro de los caminos que puede seguir el N-NH 4+ en el suelo es su retención por el
complejo de cambio; debido a su naturaleza catiónica, el NH 4+ es atraído por las cargas
negativas de las arcillas y materia orgánica, disminuyendo de este modo las posibilidades de
pérdidas por lixiviación, como sí sucede con aniones como el nitrato (NO 3-). Suelos arenosos
con baja capacidad de cambio de cationes, permite una apreciable pérdida de N con las aguas
de drenaje.
ABSORCION
Las formas más comúnmente absorbidas por las plantas son: el anión nitrato (NO3-) y el catión
amonio (NH4+). La úrea (NH2-CO-NH2) también puede ser absorbida por las plantas, pero por
vía foliar, ya que, en el suelo, la forma amídica es rápidamente transformada a la amoniacal por
la enzima ureasa.
% M.O. = %C x 58 / 100
% M.O. = %C x 1.724
CONTENIDO DE N EN LA MATERIA ORGANICA
%N = % M.O. x 5/100
Toda materia orgánica que es incorporada al suelo, sufre una serie de transformaciones que
conducen tarde o temprano a su mineralización, es decir, liberación de elementos en forma
mineral. La velocidad de esta mineralización es fuertemente dependiente de ciertas
condiciones medioambientales. El clima es el factor más importante y dentro de este, la
temperatura y precipitación pluvial, juegan papeles preponderantes; de igual manera, el pH y
nivel nutricional del suelo así como la relación C/N de los materiales incorporados tienen similar
importancia.
Trébol 12 Vacuno 21
Estiércol 20 Equino 20
Caña de azúcar (rastrojos) 50 Caprino 16
Maíz (rastrojos) 60 Gallinas 12
Cereales 80 Cuyes 17
Aserrín 300 - 400
BIBLIOGRAFIA
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