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División de Ciencias Naturales y Exactas

Licenciatura en Ingeniería Química

Química Analítica

Víctor Manuel Mejía Cobos

Fernando Granja Villegas

Proyecto final de investigación


Concepto

La corrosión es un proceso químico mediante el cual los materiales, especialmente


los metales, sufren deterioro gradual debido a reacciones electroquímicas con su
entorno. Es un fenómeno común que puede ocurrir en diversos entornos, como el
agua, el aire o el suelo, y puede afectar objetos cotidianos como automóviles,
tuberías, puentes, estructuras metálicas, entre otros.

El fundamento de la corrosión se basa en la naturaleza electroquímica de los


metales. Los metales, en su forma pura, tienen una tendencia inherente a perder
electrones y convertirse en iones positivos, lo que se conoce como oxidación. Este
proceso es acelerado en presencia de oxígeno y agua, ya que el agua actúa como un
electrolito que facilita la transferencia de electrones.

Etapas de la corrosión

1. Etapa de corrosión inicial: En esta etapa, el metal se expone al ambiente


corrosivo y se inicia la formación de una capa de óxido o corrosión
superficial. Los factores que influyen en esta etapa incluyen la composición
del metal, el tipo de ambiente corrosivo y la presencia de agentes oxidantes.
La capa de óxido inicial puede ser delgada y protectora, proporcionando
cierta resistencia a la corrosión.
2. Etapa de corrosión avanzada: Si las condiciones corrosivas persisten, la capa
de óxido inicial puede volverse más porosa y permitir un mayor acceso del
agente corrosivo al metal subyacente. En esta etapa, se produce una reacción
electroquímica más activa entre el metal y los agentes oxidantes presentes,
lo que resulta en una corrosión más rápida y profunda. Se pueden formar
productos de corrosión más voluminosos y visibles, como óxidos,
hidróxidos o sales, que pueden desprenderse y dejar una superficie más
expuesta al ambiente corrosivo.
3. Etapa de falla o degradación: Esta etapa ocurre cuando la corrosión ha
avanzado lo suficiente como para afectar la integridad estructural o
funcional del material. La corrosión continua debilita el metal, provocando
la pérdida de masa y cambios en su estructura. Esto puede resultar en la
formación de grietas, perforaciones o desprendimiento de capas, lo que
finalmente conduce a la falla del material.
Aspectos que pueden afectar el tipo de corrosión y velocidad

1. Tipo de metal: Diferentes metales tienen diferentes propiedades y


reactividades, lo que puede influir en su susceptibilidad a la corrosión.
Algunos metales, como el aluminio y el acero inoxidable, forman capas de
óxido protectoras que pueden ralentizar la velocidad de corrosión, mientras
que otros, como el hierro, pueden ser más propensos a la corrosión.

2. Ambiente corrosivo: El entorno en el que se encuentra el material


desempeña un papel crucial en la corrosión. Factores como la humedad, la
presencia de sustancias químicas corrosivas, el pH, la temperatura y la
presencia de gases como el oxígeno pueden acelerar o retardar el proceso de
corrosión.

3. Velocidad de flujo del medio: Cuando se trata de corrosión en metales


expuestos a líquidos, la velocidad de flujo del medio corrosivo puede ser un
factor importante. Un flujo rápido del líquido puede ayudar a mantener una
capa protectora delgada en la superficie del metal, mientras que un flujo
lento o estancado puede promover la acumulación de sustancias corrosivas
y acelerar la corrosión.

4. Área de superficie expuesta: Cuanto mayor sea el área de superficie del


metal expuesta al ambiente corrosivo, mayor será la velocidad de corrosión.
Esto se debe a que hay más sitios de reacción disponibles para que ocurran
los procesos corrosivos.

5. Condiciones de tensión y esfuerzo: La presencia de tensiones o esfuerzos en


un material puede acelerar la corrosión. La corrosión bajo tensión ocurre
cuando un material está sujeto a tensiones mecánicas y ambientes corrosivos
al mismo tiempo, lo que puede debilitar la estructura y causar fallas
catastróficas.

6. Reacciones electroquímicas locales: En muchos casos, la corrosión es un


proceso electroquímico en el que se producen reacciones de oxidación y
reducción en diferentes áreas de la superficie metálica. Estas reacciones
pueden ser influenciadas por la presencia de microambientes corrosivos,
como áreas con altas concentraciones de iones o condiciones locales que
favorecen reacciones electroquímicas específicas.
Protección anódica y catódica

1. Protección catódica: En la protección catódica, se utiliza un metal sacrificado


o una corriente eléctrica externa para prevenir la corrosión del metal
objetivo, que se denomina el cátodo. En este método, se conecta un metal
más reactivo (con mayor potencial de reducción) al metal objetivo. Este
metal más reactivo se convierte en el cátodo y se sacrifica para proteger al
metal objetivo, que se convierte en el ánodo. El metal sacrificado se corroerá
en lugar del metal objetivo, lo que ralentiza o detiene el proceso de
corrosión. También es posible utilizar una corriente eléctrica externa en
lugar de un metal sacrificado para proporcionar electrones adicionales al
metal objetivo y protegerlo de la corrosión.

2. Protección anódica: La protección anódica se utiliza en casos específicos


donde se requiere proteger una estructura metálica mediante la aplicación
de una corriente eléctrica externa. En este método, la estructura metálica se
convierte en el ánodo y se aplica una corriente eléctrica controlada para
forzar la reacción de oxidación en el ánodo y evitar la corrosión. Al
proporcionar una corriente anódica a la estructura metálica, se previene la
corrosión al mantenerla en un estado de oxidación constante.

Ambos métodos de protección contra la corrosión tienen sus ventajas y


aplicaciones específicas. La protección catódica es ampliamente utilizada en
estructuras sumergidas en agua, como tuberías enterradas, tanques de
almacenamiento subterráneos y estructuras marinas, ya que es efectiva para
proteger grandes áreas. Por otro lado, la protección anódica se utiliza en
situaciones más especializadas y requiere una corriente eléctrica externa para
proporcionar protección selectiva.

Ejemplo
Un ejemplo común de una reacción química redox que ocurre durante el proceso de
corrosión es la oxidación del hierro en presencia de oxígeno y agua, lo que lleva a la
formación de óxido de hierro, comúnmente conocido como herrumbre. La reacción
química general se puede representar de la siguiente manera:

2 Fe(s) + O2 (g) + 2 H2O(l) -> 2 Fe (OH)2(s) 2 Fe (OH)2(s) + 1/2 O2(g) -> Fe2O3·H2O(s)
(herrumbre)
En esta reacción, el hierro (Fe) es oxidado, perdiendo electrones, mientras que el oxígeno
(O2 ) es reducido, ganando electrones. El agua (H 2 O) actúa como un electrolito y facilita la
transferencia de electrones entre las especies químicas.

Durante la etapa inicial de la corrosión, el hierro se oxida para formar iones de


hierro (Fe 2+ ). Estos iones pueden reaccionar con el agua presente en el ambiente
para formar hidróxido de hierro (Fe (OH)2 ). Luego, el hidróxido de hierro puede
reaccionar adicionalmente con el oxígeno atmosférico para formar óxido de hierro
(Fe2 O3 ·H2 O), que es la herrumbre típica que observamos en el proceso de corrosión
del hierro.

Conclusiones

En conclusión, la corrosión es un proceso natural que puede afectar ne gativamente


la integridad y la vida útil de los materiales metálicos expuestos a entornos
corrosivos. Las etapas de la corrosión incluyen la corrosión inicial, la corrosión
avanzada y la falla o degradación. La velocidad y el tipo de corrosión están
influenciados por diversos factores, como el tipo de metal, el ambiente corrosivo, la
velocidad de flujo del medio, las tensiones mecánicas, las reacciones
electroquímicas locales, entre otros.

Para prevenir o mitigar la corrosión, se utilizan técnicas de protección como la


protección catódica y anódica. En la protección catódica, se utiliza un metal
sacrificado o una corriente eléctrica externa para proteger el metal objetivo,
mientras que en la protección anódica se aplica una corriente eléctrica externa para
evitar la corrosión. Ambos métodos requieren un monitoreo y mantenimiento
adecuados para asegurar su efectividad a lo largo del tiempo.

La comprensión de los procesos de corrosión y las técnicas de protección es


fundamental en el diseño y mantenimiento de estructuras metálicas, permitiendo
prevenir daños y prolongar la vida útil de los materiales. Además, la investigación
continua en el campo de la corrosión busca desarrollar nuevos materiales
resistentes a la corrosión y mejorar las técnicas de protección existentes, con el
objetivo de minimizar los efectos negativos de la corrosión en diversas industrias y
aplicaciones.
Bibliografía

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aplicada a los problemas de corrosión. Revista Digital de Investigación y
Postgrado, ISSN-e 2244- 7393, Vol. 2, Nº. 4, 2012, págs. 297-306
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