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“AÑO DE LA UNIDAD, LA PAZ Y EL DESARROLLO”

INTEGRANTES:

DOCENTE:

CURSO: POLICIA COMUNITARIA


TEMA:

PIURA - PERU
2023
DEDICATORIA

A nuestra familia y maestros por ser nuestra guía y apoyo en los


momentos más difíciles.

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INTRODUCCIÓN

Conforme al artículo 1 y al inciso 22 del artículo 2 de la Constitución Política del

Perú, la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad, son el fin

supremo de la sociedad y del Estado; y toda persona tiene derecho a la paz, a la

tranquilidad, al disfrute del tiempo libre y al descanso, así como a gozar de un

ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de su vida. Es lo que, de manera

práctica, los ciudadanos conocen como Seguridad Ciudadana, que como

podemos apreciar, constituye no solo la principal finalidad de la sociedad y del

Estado, sino un Derecho Fundamental de la persona humana. Mejorar los

niveles de Seguridad Ciudadana, es un requerimiento primordial y prioritario de

la comunidad y se encuentra acorde con la Sétima Política de estado del

Acuerdo Nacional “Erradicación de la Violencia y Fortalecimiento del Civismo y

de la Seguridad Ciudadana”2 , que establece el compromiso de normar y

fomentar las acciones destinadas a fortalecer el orden público y el respeto al

libre ejercicio de los derechos y al cumplimiento de los deberes individuales, para

lo cual el Estado deberá consolidar políticas orientadas a prevenir, disuadir,

sancionar y eliminar aquellas conductas y prácticas sociales que pongan en

peligro la tranquilidad, integridad o libertad de las personas, así como la

propiedad pública y privada. De hecho, mejorar la Seguridad Ciudadana

constituye un factor decisivo para el futuro, bienestar y desarrollo económico del

país, por lo que existe un reclamo permanente de la comunidad nacional que

espera una mejor respuesta del Estado con respecto a disminuir el accionar de

la delincuencia, cuyo tratamiento se viene tornando muy complejo en los últimos

tiempos.

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POLICIA COMUNITARIA
Es de tenerse en cuenta al respecto, que la sociedad en su conjunto con
sus problemas de orden moral, social y económico, también contribuye de
manera importante al crecimiento de la criminalidad. Los padres, son en
muchos casos, responsables por su indiferencia, ausencia, falta de
consejo, buen ejemplo y otros, de las tendencias delictivas de sus hijos,
complementado con el entorno degradado, una educación carente de
valores, familias disfuncionales y una sociedad indiferente ante el
crecimiento del problema delincuencial. Y esto tiene explicación en el
hecho de que el hombre es condicionado, hasta cierto punto, por las
costumbres y las tendencias sociales del grupo dentro del cual vive. En
agosto 1997, la Dirección de Participación Ciudadana (DIRPACI) de la
Policía Nacional del Perú, inició un programa de acercamiento a la
ciudadanía con dos objetivos principales: Retomar las positivas relaciones
que siempre tuvo la Policía con la comunidad y que por acción del
terrorismo se fueron deteriorando. Trabajar juntos para luchar contra la
criminalidad y la delincuencia. Para lograrlo, organizó progresivamente a
la comunidad a nivel nacional en Juntas Vecinales de Seguridad
Ciudadana, y se materializaron programas de prevención social que
posibilitaron la participación real los ciudadanos y que algunos de ellos
aún siguen vigentes. En la Comisarías se crearon las Oficinas de
Participación Ciudadana (OPC), con efectivos policiales que mantuvieron
activas y dinámicas a la Juntas Vecinales de Seguridad Ciudadana, pero
las ciudades crecen junto con sus problemas y su trabajo ya no llegó a
tener el alcance de los primeros años. Frente a ello, en los últimos años a
través de la Policía Nacional del Perú, se ha tratado de promocionar con
más tenacidad, la participación de la comunidad frente a la inseguridad
ciudadana, mediante las denominadas Juntas Vecinales de Seguridad
Ciudadana las cuales han venido cumpliendo nuevamente su importante
rol de colaboración a las tareas de prevención del delito que realiza la

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Policía Nacional, pero acorde con las nuevas tendencias de control del
delito, es necesario que estos esfuerzos de la comunidad se articulen y
dinamicen en torno al trabajo coordinado de autoridades locales y
policiales para identificar y buscar soluciones a los problemas que afectan
la seguridad de la comunidad, con el objeto de disminuir los riesgos y
peligros existentes, reduciendo los niveles de criminalidad, generando
cultura de seguridad ciudadana y mejorando la convivencia, la paz y la
calidad de vida de las personas. Es necesario, por tanto, ingresar a una
nueva etapa del trabajo policial en materia de prevención del delito,
basado fundamentalmente en el modelo de Policía Comunitario, para ello
se requiere la selección, formación y capacitación de Policías
Comunitarios, dedicados a esta nueva modalidad de trabajo con la
comunidad. En esta nueva fase mediante el Patrullaje, se involucrarán en
la comprensión de la problemática que afecta la convivencia y la
seguridad en sus sectores de vigilancia (Cuadrantes), y desarrollarán
mecanismos para su intervención y solución, mediante un trabajo
proactivo especializado y permanente, que incluye reacción frente al
delito. Recordemos que el patrullaje y la vigilancia de las ciudades, es la
razón de ser de la Policía, y que su mejor forma de hacerlo es mediante el
acercamiento y el trabajo conjunto con la comunidad. La Policía
Comunitaria, no interfiere con el trabajo de otras unidades especializadas
de la Policía Nacional, por el contrario, coordina y se complementa con
cada una de ellas para el logro de sus fines. De esta manera, contaremos
con Policías con habilidad para comunicarse con la población,
sensibilidad social, criterio para identificar problemas, ejecutar planes de
solución, actitud de servicio basada en la prevención, capacidad para
disuadir y reaccionar. Iniciativa para involucrar otros actores, policiales,
municipales, sectoriales, empresariales, etc. en la solución de problemas.
POLICÍA COMUNITARIA EN LA POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ
Sin embargo, la Policía Comunitaria no siempre fue un mito en el Perú. La
primera y más relevante experiencia de Policía Comunitaria en el Perú, se
registró el año 2003 en la ciudad de Trujillo, inspirado en las experiencias

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internacionales y adaptado a la realidad nacional, se desarrolló en 55
Cuadrantes de la ciudad de Trujillo28. Esta novedosa experiencia policial,
dio un giro total a la forma habitual de brindar el servicio policial respecto
al mando, permitiendo en primer lugar el reconocimiento de las
capacidades profesionales de los Policías Comunitarios, así como de sus
capacidades individuales inteligentes y creativas que iban más allá de la
dinámica de los requerimientos y de la actuación convencional, en el
sentido de que eran capaces de solucionar conflictos menores y sugerir
iniciativas para la resolución de problemas concretos en sus áreas de
responsabilidad. Las características propias del modelo de Policía
Comunitaria, entre ellas la de corresponsabilidad, la dinámica del servicio,
su integración social, la aceptación social y el reconocimiento de sus
servicios orientados a la solución de problemas, por parte de la
comunidad, permitieron que tuvieran un mayor grado de implicancia e
identificación en su tarea y, en consecuencia, en su motivación en
relación a su función y valor social que iba muchas veces más allá del
cumplimiento del deber, participando en las actividades cívicas,
comunales, sociales, religiosas, como autoridad del Cuadrante en donde
laboraba, muchas de ellas en días festivos dedicados a su descanso, pero
siempre estaban presentes. Otra nota distintiva del servicio de Policía
Comunitaria en la ciudad de Trujillo, fue la desvinculación del sistema
jerarquizado tipo vertical que existe de manera imperativa en la Policía
Nacional. En principio los Policías Comunitarios desarrollaban sus
actividades en base a un cronograma de trabajo semanal, sin sujeción a
ningún tipo de mando, pero con monitoreo permanente, es más,
solamente existía un Jefe de la Policía Comunitaria como Coordinador
General y debajo de su estructura, los Coordinadores de campo que eran
Suboficiales con experiencia y debidamente capacitados, los mismos que
se encargaban de dialogar permanentemente con las autoridades
vecinales a efectos de evaluar el trabajo de los Policías Comunitarios.

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CUADRAS SOLIDARIAS
La experiencia del trabajo del Policía Comunitario en Sullana, permitió a
los policías que participaron del Proyecto, experimentar situaciones
diferentes al trabajo que habían estado desarrollando anteriormente,
muchos de ellos por primera vez sintieron lo que era ser parte de la
comunidad, involucrarse en sus problemas y en la solución de los
mismos, un trabajo arduo y difícil, pero muy reconfortante para todos
ellos. El Policía Comunitario, en su territorio geográfico (Cuadrante)
visitaba a todos los vecinos “casa por casa” de acuerdo a su hoja de ruta;
y, buscaba en cada cuadra un aliado quien sería el coordinador, una
persona que deseara colaborar, y en compañía de este, poder hacer un
llamado a los vecinos del barrio comunicándoles que “los Policías
Comunitarios deseamos conocerlos y que nos conozcan, les queremos
presentar a un amigo, su vecino” para luego acudir con estos nuevos
amigos a un tercero y los tres donde un cuarto vecino y así
sucesivamente. Luego de reunirse el grupo de amigos de la cuadra,
(algunos de ellos se saludaban por primera vez, otros ni siquiera se
conocían) deciden conversar en un lugar cercano, puede ser el parque o
la casa de alguno de ellos, o simplemente en la calle y finalmente se les
invitaba a conformar las denominadas “CUADRAS SOLIDARIAS”.

ESCUELAS DE SEGURIDAD CIUDADANA


Con la finalidad de vincular a la comunidad al tema de la inseguridad, y
como parte de sus estrategias de Prevención Comunitaria contra el delito,
la Policía Comunitaria de Sullana tuvo la iniciativa de crear las Escuelas
de Seguridad Ciudadana, con la finalidad de capacitar a la comunidad en
temas de seguridad y convivencia con el objetivo de mejorar los
comportamientos ciudadanos e incentivar a los líderes capacitados a
orientar a sus comunidades para que apoyen a las autoridades en tareas
preventivas, impulsando la creación de nuevas Juntas Vecinales de

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Seguridad Ciudadana (JUVESC), organizaciones comunitarias que
integran a los vecinos por cuadras o barrios para que superando el temor,
la indiferencia o la falta de solidaridad colaboraran de manera activa con
sus autoridades policiales. Así por ejemplo se analizaban temas de
Prevención Situacional, frente a un potencial hecho criminal y la forma de
enfrentarlo antes que se realice, neutralizando “La Cadena del Delito”, en
la cual confluyen tiempo, lugar, el potencial delincuente, la víctima, el
objeto deseado y el entorno que presenta las mejores condiciones para
que se materialice el hecho.
DIPOCOM SULLANA

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CONCLUSIONES

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La organización y conducción de la experiencia de Policía Comunitaria en
la ciudad de Sullana definitivamente implicó modificaciones sustanciales
culturales y operativas en la metodología y en el quehacer tradicional de
la Policía Nacional del Perú; entre ellas, la descentralización del mando,
por cuanto el Policía Comunitario adquiría con este modelo mayor
autonomía para patrullar, coordinar, intervenir, resolver pequeños
conflictos, conciliar, prestar auxilio, desarrollar programas de prevención
contra el delito dentro de tu territorio asignado sin necesaria sujeción al
mando de la Comisaría. Inicialmente, el Proyecto se instaló en la
Comisaría PNP de Sullana, sin embargo, tuvo que ser trasladado a otra
sede a efecto de continuar con su desarrollo, por cuanto se detectó
conflicto con los mandos de la Comisaría, quienes exigían a los Policías
Comunitarios reportar todas y cada una de sus intervención a la
Comisaría en donde deberían elaborar el Acta de intervención
correspondiente, por otro lado intentaron utilizar a los Policías
Comunitarios en actividades ajenas a su labor, como por ejemplo
operativos, comisiones, notificaciones, etc.. En su nueva sede funcionó
como Unidad Policial Especializada con jurisdicción en 55 Cuadrantes
correspondientes a la ciudad de Sullana. La Policía Comunitaria de
Sullana, fue desactivada por la misma Policía Nacional del Perú en abril
del año 2005, probablemente por contraponerse a una cultura y
organización institucional conservadora muy difícil de cambiar o modificar
si no existe la voluntad política de apoyar este nuevo enfoque de la
Seguridad Ciudadana. El nuevo servicio policial estuvo orientado
prioritariamente al uso de métodos de resolución de problemas, al
acercamiento a la comunidad, al establecimiento de un sistema mucho
más flexible de turnos y horarios a fin de permitir que los Policías cuenten
con el tiempo necesario para entrar en contacto con la comunidad cuando
sus integrantes han terminado de trabajar y puedan asistir a las
reuniones, con total criterio de descentralización del mando policial, el
cual era concebido como facilitador más que como autoridad de un
sistema jerárquicamente centralizado. Esta característica no fue bien

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entendida y continuamente se criticaba el trabajo de los Policías
Comunitarios por parte de los mandos que no compartían su forma de
trabajo. Otro aspecto central de la experiencia de Policía Comunitaria en
la ciudad de Sullana, es que puso énfasis en que el Policía se encuentra
en la calle para mantener contacto directo con el público realizando sus
tareas junto a los ciudadanos, cumpliéndose la meta que los policías
conozcan a los vecinos de los Territorios Vecinales donde trabajan,
permaneciendo en la misma área donde patrullaban sin ser removidos.

ANEXOS

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