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El rol del Estado Chileno en el Sistema de Protección Social mediante la actual


atención y respuesta desde una mirada de Derechos en la Igualdad de
Oportunidades

Jorge Andrés Aguilar Ursic

Facultad de Ciencias Sociales, Trabajo Social, Universidad de Magallanes

Sistemas de Protección Social

Cristian Andrade Gallardo

12 de noviembre de 2021
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Introducción

A continuación, en el presente documento se tratará de abarcar y desplazar en diversos


ejes y aspectos del sistema de protección social en Chile con el objetivo de ofrecer una mirada y
noción dentro de lo posible amplia que el autor en este preciso momento posee desde el propio
interés con relación a lo que se ha permitido inmiscuir a través de la búsqueda de información en
esta materia, y lo que ha sido significativamente importante en su proceso de aprendizaje.

En esta oportunidad a lo largo y durante el progreso de la lectura se trata de poner énfasis


en el papel o función que le concierne al Estado de brindar cobertura a determinados servicios y
prestaciones que giran en torno específicamente en materia de la niñez, educación, salud y
previsión social, haciendo alusión con la triangulación de estas junto a una mirada en la igualdad
de derechos, por ende, se trata de ajustar a la incógnita sobre si ¿Se ha cumplido cabalmente
los derechos inherentes de la ciudadanía desde el sistema público de la protección social en
Chile?, dado a que para esta índoles e instancia se considera esencialmente indispensable,
considerando que en el país se concibe y circunscribe tanto local e internacionalmente por medio
de convecinos como un Estado garante de derechos, en la cual alude que accede y concede
igualdad sin discriminación para toda la ciudadanía en la atención de múltiples necesidades que
coexisten en la población, ya que incluso el propio Sistema de Protección Social opera bajo esta
noción respaldada concretamente desde la declaración y ratificación de los DESC o Derechos
Económicos Sociales y Culturales aún está legítimamente vigente. Claramente el sistema de
protección social en Chile ha sido cómplice estrechamente del progreso de una sociedad más
solventada respecto a las determinadas necesidades que diariamente demandan las personas
como seres humanos que son, y que con la ausencia de esta no cabe duda de que agraviaría
más las múltiples condiciones negativas que en una sociedad o país pueden converger ya sea
referido a problemáticas como la desocupación, el envejecimiento, la mortalidad infantil, la nula
o escaza entrega de servicios educativos, sanitaria, entre muchas otras índoles perniciosas
socialmente hablando, y que particularmente estos escenarios se deben ir abordando y
remediando con total atingencia, ya que sin duda estas cualidades son una gran parte de muchos
puntos susceptibles de una sociedad si no son plenamente consideradas, y que requieren de la
mayor atención posible por parte de las acciones gubernamentales responder de manera
oportuna.
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Desarrollo

En este sentido es válido reconocer que el sistema de protección social ha tenido


múltiples transformaciones en el que ciertamente mucho tiene que ver el contexto social, histórico
y político dado a las reformas que se han realizado a través de su desarrollo y que desde ahí se
ha ido tratando de optimizar en cuanto a la atención que se le confiere a la ciudadanía a través
de las diversas prestaciones que ofrece y que se les ha ofrecido a las y los usuarios. Siguiendo
esta lógica, las familias siendo estas un pilar fundamental en la sociedad lo han venido siendo
también para la cobertura de prestaciones que ofrece este sistema y que así mismo lo ha sido
en esta materia específicamente el ámbito social o familiar de la infancia ya que dicho énfasis y
valoración por parte del Estado se ha manifestado con la creación de componentes tales como
lo fue con la incorporación del Sistema de Protección Integral Chile Crece Contigo, que siendo
parte fundamental del sistema intersectorial de protección social ha sido una estrategia que
radica esencialmente en la protección social con la atención hacia madres, hijos e hijas a través
de la promulgación de la ley 20.379, y del cual se puede decir que evidentemente es una medida
oportuna dado a que se asume un rol de acompañamiento y apoyo en el sano desarrollo de la
niñez contribuyendo directamente y de forma positiva en el ciclo vital de estos usuarios/as desde
la gestación, ingreso preescolar y al sistema escolar básico específicamente hasta la edad de 8
o 9 años, tomando en cuenta además de que se aspira a optimizar el desarrollo temprano de
esta población la cual ha sido entendida como parte de las minorías sociales y que dicho sistema
se ha venido paulatinamente inmiscuyendo a la circunspección de los derechos humanos,
específicamente en el de la Convención de los Derechos del Niño, y que entre sus principales
propósitos apunta al de la promoción y garantía en el acceso de todas y todos los niños,
fundamentalmente de los más vulnerables socioeconómicamente, insertándoles a redes de
servicios y prestaciones que promuevan su desarrollo óptimo de una forma integral.

Conjuntamente, se puede aseverar que es integralmente adecuado si se habla de este


componente de Chile Crece Contigo ya que favorece ciertamente a este grupo social en
particular, dado a que en este sistema integral no actúa de forma aislada desde la administración
y supervisión gubernamental del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, ya que además
constituye, articula y avanza con la contribución de redes institucionales que fortalecen el apoyo
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y beneficio hacia la población infantil que padecen de un estado socioeconómico vulnerable,


dado a que participan al mismo tiempo el Ministerio de Salud, la JUNAEB, también desde el
MINEDUC, del mismo modo cuentan con el apoyo de las JUNJI y con el de Fundación Integra,
en donde se genera una alianza multisectorial en virtud del crecimiento saludable de la población
infantil ya que paralelamente desde los servicios de salud este sistema de protección aporta con
subcomponentes programáticos como el Apoyo al Desarrollo Biopsicosocial que por ejemplo tal
como se expresa brevemente con anterioridad es parte sustancial desde la gestación de niños/as
con el sentido de fortalecer su desarrollo prenatal y en la prevención de riesgos biopsicosociales,
cuentan con atención personalizada del proceso de nacimiento de tal manera que promueve la
participación de padres y/o acompañantes significativos que admita el acompañamiento de la
madre y facilite el proceso de gestación, seguidamente con la atención integral al niño/a durante
su periodo de hospitalización en el nacimiento y posterior desarrollo educativo, el fortalecimiento
de control de salud donde se supervisa el vínculo del cuidador y contexto situacional del núcleo
familiar insertando simultáneamente talleres de apoyo orientadas a la crianza denominado “Nadie
es Perfecto” fortaleciendo competencias parentales hasta niños/as de 5 años de edad., así luego
también programas como el de Apoyo Al recién Nacido donde se confieren recursos materiales
a cuidadores/as y/o padres en el momento del alta hospitalaria, el Programa a la Salud Mental
Infantil, los Servicios Médicos en el periodo de rendimiento en el ciclo de transición escolar
básica, entre muchas otras ofertas que por fortuna si es que se le puede llamar así es que el
Estado confiere atención a la ciudadanía o población más vulnerable, en este caso a este
segmento poblacional que históricamente ha sido excluido en la sociedad como a muchas otras
y que gracias a esto se puede evidenciar que se ha tratado de suprimir con un involucramiento
más activo del gobierno en esta dimensión específicamente.

Por lo tanto, en parte el Estado de acuerdo a su rol de generar condiciones para la


protección vital de las ciudadanía ante eventuales riesgos en materia infantil desde esos tiempos,
a comienzos del siglo XX ha estado últimamente más involucrado, ya que si bien el origen de
este sistema de protección social a la infancia nace en parte y se remonta en respuesta a una
incidencia de pobreza e indigencia que particularmente afectaba a este grupo etario el cual es
atendido por este sistema de protección integral, y que según los datos que expuso la (ENCAVI)
para el año 2006 la prevalencia de rezagos en el desarrollo en los menores de cinco años
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indicaba un 29,9% y de seis años a un 11,2%, observándose una brecha de rezago de 23,5% en
los niños del quintil más pobre, frente a una de 16,8% en el más rico o socioeconómicamente
privilegiado, y que por tales motivos surge esta creación de Chile Crece Contigo se ha ido
tratando de superar hasta la fecha dicha índole que perjudicaba el bienestar colectivo de los
niños y niñas más vulnerables del país.

Entonces, igualmente para tales efectos sería algo absurdo señalar y aseverar en materia
infantil de protección social que la participación Estatal está completamente endeble, ya que por
medio de esta se busca acompañar, proteger y apoyar integralmente a la infancia, por ende,
visiblemente es una medida favorable debido a que es una estrategia pertinente que se establece
desde el sentido de amparar el desarrollo efectivo y afectivo de la niñez quienes a futuro podrían
tener una mejor condición social de vida en comparación a previas generaciones que no lograron
adentrarse; a ser beneficiarios y beneficiarias de estos programas y de todas estas acciones del
sistema de protección social que operan en virtud de la formación optima ante niños y niñas, ya
que previamente estas oportunidades con las cuales muchos de este público objetivo cuentan
en la actualidad, en paralelo a las y los adultos, incluso principalmente en adultos mayores de
hoy es posible que desafortunadamente no hayan logrado tener un óptimo desarrollo integral en
los parámetros adecuados de sus procesos vitales de la niñez e incluso en la adolescencia, ya
que como no existían dichas ofertas para ser parte de estos beneficios de prestaciones sociales
lo que podría haber sido un privilegio social para muchos/as bajo aquel contexto en su ausencia,
en el que por ende no alcanzaron a gozar de tal sistema, siendo esto de tal manera una transición
positiva a lo largo de la historia del desarrollo del país en esta política del que actualmente refleja
mayor consideración por parte del Estado en el rol conforme a la protección y cobertura de esta
población como muchas otras que particularmente a lo largo de la historia han sido vulnerados,
incluso desde el reconocimiento y ratificación de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos previo al advenimiento de la dictadura militar, que luego ciertamente de vuelta en
periodos de democracia ha contribuido en el impulso hacia estos avances acorde al de cómo
desarrollar tanto las políticas actuales como las futuras a favor de esta minoría social e incluso
otras que puedan ser invisibilizadas y que históricamente se les ha vulnerado sus derechos
inherentes, demostrando que en Chile la concepción de la y el niño ha ido evolucionado poco a
poco de tal forma que en un principio eran concebidos de una manera reduccionista como
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simples sujetos de protección transformándose paulatinamente esta noción social hacia sujetos
plenos de derechos.

Ahora bien, este sistema de protección social integral de Chile Crece Contigo claramente
ha venido facultado el desarrollo óptimo de las nuevas generaciones pero que podría mejorar
aún más, y esto particularmente referido hacia la cobertura que ofrece ya que su límite es hasta
los 9 años de edad y que, como se insinúa desde sus lineamientos y definición, tiene el deber
de cumplir y modelar su correspondencia con el tratado internacional de la Convención de los
Derechos del Niño en el que para tales efectos de este presente convenio aún vigente en el país
“se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud
de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes de la mayoría de edad”, entonces según los
descrito en este acuerdo histórico ratificado por el mismo Estado chileno se ajusta a esta primera
característica dado a que se contempla la niñez hasta la edad previa de los 18 años, por tanto
se debería tomar más en cuenta la posibilidad de extender la cobertura particularmente de esta
prestación hasta el límite de tal rango etario, ya que no se refleja completamente la igualdad en
el acceso de oportunidades en este grupo social que se patrocina según el tratado, y que esta
concepción de tal manera podría hacer más imprecisa respecto a lo que el Estado entiende por
lo que es un niño/a.

Y así mismo, como el sistema de protección social integral de Chile Crece Contigo tiene
una fuerte correspondencia con prestaciones a la niñez e incluso en el ámbito de la salud, por
otra parte, en materia educacional en el país existe una transcendental separación de esta previa
noción más optimista en cuanto a su cobertura, y de la que nuevamente se triangula sutilmente
el vínculo tanto con la protección social en la entrega de servicios sociales con libres restricciones
de acuerdo a su accesibilidad y el cumplimiento en el reconocimiento de los derechos inherentes
que a la fecha todo niño, niña y adolescente debiese completamente poseer.
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Como bien es mencionado en un inicio, el desarrollo en el avance de materia de las


políticas sociales, sectoriales y de protección social proceden de múltiples acciones y
alteraciones desde las tomas de decisiones por parte de distintos gobiernos de turno, donde el
papel o función del Estado de generar mayores condiciones en contribuir al bienestar social de
la ciudadanía en el caso de la educación en Chile, la cobertura y provisión de este servicio ha
generado y ha sido el foco central de perdurables polémicas a la hora de abordar sobre este
tema.

Todo esto no es menor, puesto que “la protección social debería garantizar un nivel de
bienestar suficiente que posibilite sostener niveles de calidad de vida considerados básicos para
el desarrollo de las personas; facilitar el acceso a los servicios sociales y fomentar el trabajo
decente (Cecchini y Martínez, 2011), y que por lo tanto esta problemática en la educación en el
país se ha agravado transversalmente desde su privatización, cuyo matiz se fue instaurando en
la década de los 80 bajo el periodo de dictadura militar siendo una más de otras muchas reformas
que en ese entonces se hicieron como en la salud y seguros de previsión social, influyendo
adversariamente en el levantamiento de múltiples consignas y demandas sociales hacia el
Estado que se gestan por esta necesidad lo que claramente es un indicador de que esta no se
ha ejecutado de la manera más oportuna e integral, siendo igualmente desconcertante que sea
un obstáculo el poder gozar de una educación más igualitariamente digna, o bien equitativa de
condiciones más simétricas en cuánto a su calidad y accesibilidad.

Se considera inconcebible también que no haya sido una excepción vuelta a posteriores
gobiernos de turno más democratizados dada a la función que les faculta como Entidad máxima
para cumplir con una apuesta y respuesta atingente de un sistema educacional gratuito o incluso
de salud que proveyera total gratuidad o bien, realmente conceder total y completa universalidad
de su cobertura a la ciudadanía que muchas personas siguen aspirando, y es algo que se resalta
y considera realmente sorpréndete ya que la educación es parte de una más pero no menos
importante que otros derechos básicos que el propio Estado debiese de reconocer y amparar a
la par en conjunto de muchas otras normativas contempladas en el tratado ratificado por este
mismo sobre los Derechos Humanos y que en suma también están expresadas en la Convención
de los Derechos del Niño en el que “Todo niño tiene derecho a la educación y es obligación del
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Estado asegurar por lo menos la educación primaria gratuita y obligatoria. La aplicación de la


disciplina escolar deberá respetar la dignidad del niño en cuanto persona humana” y a fin de que
se pueda ejercer progresivamente en condiciones de igualdad de oportunidades tal derecho, y
es que este servicio en su cobertura a lo menos en la infancia no se cumple con cabalidad, ya
que desde los polos que existe entre establecimos educativos públicos, subvencionados y
privados agudizan esta brecha social en cuanto la calidad y accesibilidad, en el que para el año
2019 exactamente la educación pública brindó cobertura a 1.296.126 estudiantes, lo que
corresponden precisamente a un 36 % del total de escolares que alberga este sistema, pero que
no cubre en ese entonces ni a cerca del 50% del resto de estudiantes, siendo que la que
sobrepasa dicha cifra son colegios particulares subvencionados en que para dicho año señalado
con un total del 54% de la población escolar, y que de igual manera posteriormente esta fisura
que agudiza este sistema se ha reflejado en el proceso de admisión 2020 en el que de un total
de 76.972 alumnos y alumnas de establecimientos educacionales municipales que rindieron la
antiguamente denominada Prueba de Selección Universitaria, actual (PTU), sólo un 26.934 de
estas personas resultaron seleccionadas, y que según los resultados presentados por el (Cruch)
un 53% de los estudiantes que fueron seleccionados por universidades adscritas al Sistema
Único de Admisión (SUA) egresaron de colegios subvencionados, seguidamente luego con un
23% que proceden de establecimientos educacionales municipales, un 21% de particulares
pagados y un 3% de Servicios Locales de Educación Pública. Incluso, siguiendo bajo esta línea
en la población infantil según en guarderías y jardines los datos del Ministerio de Educación para
el año 2018 los establecimientos educacionales de dicha naturaleza los que son de carácter
particulares subvencionados cubren al 52% de esta población, le sigue un 15% las matriculas a
establecimientos de carácter municipalizado o gratuito, y finalmente con un 6,5% los
establecimientos particulares pagados o privados, evidenciado su compleja accesibilidad y
privilegio social.

Por lo que esto notoriamente demuestra que desafortunadamente en la sociedad chilena


las y los ciudadanos en su mayoría de los que acceden a esta cobertura de servicios educacional
se ha visto de cierta forma imprescindiblemente convencido a desembolsar de sus propios
bolsillos e incurrir a gastos de copagos para dar cobertura a este servicio que el Estado debiese
otorgar sin restricción alguna, ya que no se logra concebir mayor preferencia a la educación
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publica municipalizada puesto a que no garantiza calidad e igualdad de oportunidades como


debiera resultar según lo estipulado en el reconocimiento de los derechos inherentes de las
personas. Así mismo, se ha concebido también de que el Estado en este ámbito no logra ser
completamente acertado dado a que se ha declinado negativamente con la óptima provisión y
cobertura de este servicio y derecho público hacia la ciudadanía, y que “estas desigualdades
estructurales devienen en la consolidación de estratos socioeconómicos vulnerables,
condicionados a los vaivenes del mercado y a un Estado insuficiente en cuanto a las políticas de
protección social necesarias para alcanzar índices más altos de bienestar (Hardy, 2014), y que
con relación a lo expuesto en el marco educacional, ésta afecta directamente a la población más
vulnerable del país a diferencia de la población más privilegiada. También sería sensato sumar
y reconocer en este tema que dicha provisión del servicio educativo en el país últimamente frente
el contexto pandémico que la sociedad está en parte aún aferrada esencialmente bajo la esfera
pública, la brecha digital en materia educacional ha gradualmente visibilizado aún más esta
problemática, ya que el Estado no ha asumido completamente un rol eficaz de brindar cobertura
o mayores soluciones, dada a que muchas personas que estudian bajo dicho segmento se
encuentran en situaciones precarias de vulnerabilidad socioeconómica y no tienen mayor auto
solvencia para gozar totalmente de este servicio a distancia. Entonces, acá es donde se debería
concurrir mayormente la existencia a la cobertura y apoyo de problemas y necesidades sociales
que podrían ser eventualmente producto de la globalización, ya que Chile entre tantas
características del modelo político y económico por la cual se rige es un país que claramente
desde sus relaciones exteriores apuntan generalmente a tratados y acciones comerciales y no
potencialmente al fortalecimiento de políticas sociales y sistemas de protección, o en la
ratificación y consagración de acuerdo al menester de la ciudadanía.

Por otra parte, brevemente abriendo paso el sistema de protección social chileno desde
el ámbito de la educación hacia el sistema de salud, la cual procede de múltiples reformas
igualmente y que en los años 80 fue crucial para el desarrollo del país en materia de igualdad de
cobertura y provisión de tal servicio, ya que a la fecha también sigue vigente el modelo que
predomina y guarda directa relación con la generación de controversias tal como lo es aún hablar
de las oportunidades que actualmente se ofrece en la educación, ya que como esta anterior
dimensión, igualmente comparte una cualidad híbrida de dos grandes matices que polarizan y
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anulan el acceso universal gratuito de sus servicios a gran parte de la ciudadanía, esta condición
que viene explícitamente demacrada con respecto al aseguramiento que vela con la forma en
que las y los trabajadores deciden asegurarse ante eventuales situaciones que atenten contra
su salud tanto individual como el de las y los miembros de sus familias, y que acarrea
complicaciones a la sociedad, ya que una primera medida que podría considerarse en parte
asertiva es que a cada persona, o más bien, a cada trabajador y trabajadora dependiente, es
decir a quienes están sujetos formalmente por contrato indefinido son obligados a cotizar un
porcentaje de sus sueldos; amparado ante la ley 16.744 sobre el aseguramiento laboral tanto del
sector público como privado, y que desde el 2019 incluye a trabajadores/as independientes,
imponiendo a esta población contratar un seguro sanitario la cual corresponde al 7% del salario
bruto imponible. Es una medida que es favorable en el sentido sanitario en que el Estado quiere
avanzar particularmente en términos preventivos de múltiples enfermedades de la población,
pero que como se ha estado poniendo el foco en materia de protección hacia la igualdad de
oportunidades y derecho, ésta a cierto punto se desmorona, ya que nuevamente la brecha
fundada por la mercantilización de estos servicios que debiesen ser un derecho inherente que el
mismo Estado supone y debiera amparar.

Y es que en este fraccionamiento entre lo público y lo privado se materializan con las


aseguradoras que, si bien es de libre elección hasta cierto punto, y que en esta primera esfera
es representada por el Fondo Nacional de Salud (FONASA) que si bien esta cuenta con un plan
de salud tal como el (AUGE) o (GES), en el que este Plan de Acceso Universal de Garantías
Explicitas ofrece cobertura a más de 80 enfermedades siendo el único plan de salud con el que
se cuenta desde el ámbito público, en cambio las Instituciones de Salud Previsional (ISAPRES),
operan exclusivamente desde lo privado con la facultad de poder brindar aseguradoras privadas
que ofrecen desproporcionadamente mayor cobertura y que focaliza solamente a personas que
lo pueden costear. Por lo tanto, su modalidad de libre elección como lo estipula no es tal como
se expresa, ya que a personas quienes no cuentan con recursos económicos o ingresos
suficientes el sistema las margina de forma inmediata.
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Frente a este modelo sanitario que aún permanece, en donde las Isapres siendo las
aseguradoras del sector privado, toma netamente predominancia y concretamente a los grupos
sociales con mayores ingresos favoreciendo desproporcionadamente su financiamiento, y que
en cambio en el sector público la cual corresponde a Fonasa agrupa principalmente a personas
trabajadoras que cuentan con menos ingresos y que por ende pertenece a un segmento que se
caracteriza por ser de alto riesgo y escasos recursos, en donde el sistema de salud más que
integración y equidad tiende a generar mayor exclusión, y que además se visibiliza esta
problemática dado a que las Isapres por su parte mediante su financiamiento han tenido la
posibilidad de contribuir en la creación de múltiples redes institucionales sanitaras tales como
clínicas, establecimientos de salud privadas y hospitales a diferencia con la red de sistema de
salud público o estatales (Haindl, 2007). Siendo así un claro reflejo de la predominancia de
mercantilizar un servicio fundamental para la ciudadanía que debiese establecerse desde una
base de igualdad de derechos tal como lo estipula en los tratados internacionales a la cual Chile
estuvo y ha está articulado, siendo contraproducente e inconsistente en materia de respetar tales
derechos.

Además, es válido apuntar en lo posible que precisamente en la salud estatal, es decir,


en Fonasa desde su modalidad de acceso contempla ciertos requerimientos en lo que en esta
materia se les denominan “Tramos”, y que varía según la situación socioeconómica de cada
afiliado/a que pertenecen a este sistema, ya que afortunadamente en el Tramo A de Fonasa no
se incurren gastos de ningún tipo en el que reconoce a personas tales como las que son carentes
de recursos y a migrantes, luego también en el Tramo B su estándar considera a personas que
perciben un ingreso imponible mensual igual o menor a $337.000 pesos, en el Tramo C a
quienes logran percibir un sueldo imponible mensual mayor a esta última cifra y menor o igual a
$492.020 en el cual si se tiene 3 o más cargas familiares el sistema lo redirige al tramo
precedente y finalmente en el Tramo D son para personas que perciben un ingreso imponible
mensual mayor a esta última cifra mencionada en el que con 3 o más carga familia vuelve al
anterior tramo.
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Entonces, lo que se quiere vislumbrar acá de esto puntualmente es que son uno de
muchos obstáculos burocráticos que impone el sistema de salud siendo público, en el que aún
no se logra demostrar abiertamente y expresar mayor interés de parte del Estado por establecer
un acceso universal gratuito para toda la ciudadanía, ya que si bien en lo que se indica
anteriormente se puede abstraer aspectos que no son del todo negativos, como por ejemplo la
consideración en la cobertura gratuita hacia las personas en extrema vulnerabilidad y aún más
hacia migrantes que residen en Chile comparado a otras quienes han vivido en el país desde
formas más prolongada o permanente, lo que sin duda esto es susceptible de engendrar
cuestionamientos socialmente inaceptables para algunas personas, pero que perfectamente es
un claro ejemplo a seguir, lo que realmente el Estado de derecho debiese ofrecer, garantizar y
expandir de forma homogénea, y no así caer en excusas como establecer tramos en los que por
tener un determinado nivel de ingreso cercanamente apropiado para tener un mejor bienestar de
vida se les deba cobrar un copago, o fragmentar el sistema en dos ámbitos que lo único que
garantiza es la dilatación de una desigualdad social, ya que con tales cuotas o cifras, por muy
minúsculo que pueda representar para alguien que no tiene mayor de complicación en acceder
a un mejor prestación o servicio, se les vulnera también su derecho, sea a la salud o en la
educación.

Y, por último, no menos importante cabe añadir y hacer mención de que paralelamente el
goce y cobertura popular de una mejor o peor salud y educación no solamente recae en estos
componentes ya que de igual forma esta dicotomía se ha transmitido y ampliado de manera
prácticamente similar en el marco funcional de la previsión social, la cual precede también del
periodo autocrático de la dictadura militar, específicamente con la crea creación y privatización
de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) para la y el ciudadano común y las aún
vigentes caja de seguro previsional DIPRECA la cual corresponde a Carabineros y Gendarmes
del país, como también así CAPREDENA exclusivamente para las Fuerzas Armas en el cual
estipula la jubilación de sus funcionarios con 20 años de servicio activo con un monto mucho
mayor considerando que el resto de la personas que no son parte de estas instituciones,
legalmente la edad mínima de jubilación es mucho mayor siendo esto admisible de forma
opcional en mujeres recién a los 60 años y para hombres con 65 años de edad mínimo. Esto
claramente es de nuevo una falta al criterio de igualdad de oportunidades que se señala el marco
de derechos, dado a que el sistema previsional segrega la ciudadanía, pero que, aun así se
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debería tomar en cuenta tratar de generar las condiciones en que esta misma posibilidad que se
le otorga a esta última pueda ser ofrecida al resto de la ciudanía no con el sentido de suprimir o
desmoronar por completo tal caja previsional, o a lo menos que se permita establecer instancias
de dialogo más democratizado, que avance en esta materia entre el conjunto con la participación
de la Sociedad Civil, el Estado y las miembros representantes de las F.F.A.A. con un sentido de
dialogar, plantear alternativas favorables para todos y todas las partes, y posteriormente
establecer determinadas decisiones colecticas por medio de consensos

Conclusión:

A modo de concluir con la información complementada que se ha obtenido para el


desarrollo mismo de este documento, se puede señalar que con respecto al rol del Estado no es
completamente eficaz en relación a todas sus ofertas y coberturas de sus servicios hacia la
ciudadanía si se correlaciona además de forma estrecha en materia de derechos sociales a la
igualdad, donde no pareciera haber mayor responsabilidad gubernamental ante tal siendo que
aun la protección se ha visto envuelta en constantes reformas poa parte de varios gobiernos
fundamentalmente democráticos quienes supuestamente amparan tales principios o normas que
apunten a una sociedad más igualitaria o equitativa, y que a día de hoy estando aun en bajo
dicho contexto, no se le contesta de manera atingente a gran parte de la población sobre todo a
la más vulnerables si se refiere en los términos de la salud, la educación y previsiones sociales.

En cambio, afortunadamente el panorama en respuesta a la niñez en los últimos avances


de protección social ha sido mayormente acrecentando poco a poco el aporte para el desarrollo
de este segmento, como el sistema integral de Chile Crece Contigo siendo claramente uno de
los más demandados por la población infantil evidentemente más vulnerable, en la que ha sido
parte en el desarrollo vital de muchas nuevas generaciones de chilenos/as. No obstante, aún
falta ampliar su provisión de esta a lo que se entiende por niñez, ya que según la normativa de
derechos a la niñez esta noción integra conceptualmente a las y los adolescentes quienes aún
están en un periodo importante del desarrollo vital, por lo que requiere mayor consideración de
esta oferta hacia ellos, conjuntamente puede que este componente como así muchas otras que
otorgan beneficios a ciertos grupos sociales vulnerables a su vez podría encubrir múltiples
falencias y precariedades existentes como lo mencionado por parte del sistemas de salud
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pública, ya que no garantizan total gratuidad universal o incluso en la educación ya que este
sistema de Chile Crece Contigo concede prestaciones sanitarias en el periodo educativo básico.

Lo que respecta también en materia de previsión, y todos los servicio y prestaciones


mencionadas existe claramente una brecha de desigualad donde prevalece su mercantilización,
que si bien debe irse superando siempre y cuando el Estado realmente tome acciones de llegar
a un acuerdo con el resto de la sociedad para cubrir realmente múltiples necesidades con
servicios que sean gratuitas y universales, exento de copagos y de modalidades excluyentes
para acceder a determinadas coberturas tal como las que claramente privilegian a un resto de la
sociedad, o incluso insólitamente por ejemplo los beneficios que se mencionaron anteriormente
parcialmente para agentes del Estado como Carabineros o Fuerzas Armadas, pero no con el
sentido estricto de menoscabar el bienestar de quienes realmente pueden gozar de un buen
servicio y prestación, sino que se pueda tomar como un punto de referencia, un estándar
mínimamente garantizado, potenciar progresivamente estas prestaciones tal como se ha ido
haciendo a través de los años e inicio con el sistema de Chile Crece Contigo, en el que toda la
ciudadanía debiese contar para aumentar el bienestar social del país.
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Referencias:

file:///C:/Users/const/Downloads/64297-1359-231506-1-10-20210714.pdf

https://www.bcn.cl/leychile/navegar?idNorma=15824

file:///C:/Users/const/Downloads/undp-rblac-PNUD_bckPapers15-OK%20(1).pdf

https://www.crececontigo.gob.cl/acerca-de-chcc/como-funciona/

https://www.cepal.org/es/temas/proteccion-seguridad-social

https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/3907/1/S1100694.pdf

https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/4046/1/S2013036_es.pdf

https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/45779/1/S2000377_es.pdf

https://www.chileatiende.gob.cl/fichas/2161-chile-crece-contigo

https://www.crececontigo.gob.cl/wp-content/uploads/2020/08/A-10-an%CC%83os-Chile-Crece-
Contigo-claves-y-aprendizajes-para-la-construccio%CC%81n-de-sistemas-comprehensivos-de-
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https://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/115329/Buris,%20Pablo.pdf?sequence=1

https://www.cooperativa.cl/noticias/pais/educacion/colegios/matriculas-en-la-educacion-publica-
consolidan-aumento-y-crecen-en-mas-de/2019-08-16/014902.html

https://www.subtel.gob.cl/mujeres-personas-de-bajos-ingresos-y-con-menores-niveles-
educacionales-presentan-mayor-brecha-en-el-uso-de-servicios-digitales/

https://accioneducar.cl/el-dinamo-la-profunda-brecha-entre-educacion-publica-y-privada-que-
ratifico-el-proceso-de-admision-2020/

https://www.unicef.cl/archivos_documento/112/Convencion.pdf

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