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Psicología de la Infancia

Trabajo Final

Por:
Benjamín Cárdenas
Camila Montenegro
Benjamín Vivallo

Profesora:
Albana Paganini

Ayudante:
Ivanna Moraga

Preguntas

1. Refiérase a los desarrollos teóricos de Spitz y Bolwby sobre el desarrollo


psíquico temprano, dando cuenta de sus puntos de encuentros, como así
también de los distintos énfasis y postulados teóricos. Además, analice las
implicancias ético-políticas de dichos abordajes

2. A partir de los aportes y alcances teóricos de dichos autores, analicen


críticamente la situación del SENAME en Chile, en términos de la
predominancia de lo que se ha denominado “una cultura del internamiento”, y
refiérase a los efectos psíquicos que podría tener para un niñe la experiencia
de internación prolongada en sistemas residenciales como los existente.

1. Un primer aspecto en común entre las investigaciones de Bowlby y Spitz es, el foco
de sus respectivos estudios en la organización psíquica de la primera infancia,
considerando como punto de partida una pregunta por el cómo se constituye la vida
psíquica. Esto da cuenta de un presupuesto básico en ambos autores: no atribuir vida
psíquica al recién nacido.
Sin embargo, Spitz y Bowlby van a diferir respecto a la manera de entender al bebé.
Por un lado, Spitz propone un modelo del bebé como indiferenciado. Esto es, el recién
nacido es incapaz de diferenciar los estímulos externos de sí mismo. Así, Spitz atribuye al
niño una cualidad primeramente pasiva en su proceso de representarse el mundo. Por el
otro lado, Bowlby concibe en el bebé pautas de conducta innatas. De esta manera, el bebé
para Bowlby viene “equipado” con una gama de comportamientos preprogramados que
movilizan al bebé, situándolo, a diferencia de Spitz, como un sujeto activo desde el
comienzo de su interactuar con el mundo exterior.
En segundo lugar, en el caso de estos dos autores, el objeto de su investigación
corresponde principalmente a la díada madre-hijo. Ambos ponen su énfasis en la manera en
que en dicha interacción se comienza a organizar la actividad psíquica del recién nacido. A
la vez, señalan la importancia del rol de la madre -o cuidador/a- y las experiencias
tempranas para un desarrollo óptimo del bebé.
Pese a que coinciden en esto, Spitz y Bowlby extraen diferentes observaciones dado
los sustentos epistemológicos de los que se sirven, propiciando una divergencia en la
construcción de sus modelos. Spitz, por un lado, siguiendo una epistemología más
psicoanalítica del sujeto. Por el otro lado, Bowlby que, si bien formado en psicoanálisis, se
hace de conceptos y construcciones provenientes de la etología en su aproximación a los
fenómenos que busca estudiar. En este punto, en el caso de Spitz la psique del neonato se
construye pasando por diferentes fases que organizan su psique en función de la
diferenciación de objetos y la posterior adjudicación de la libido a ciertos objetos
preferenciales del niño. Esto es, el modelo de Spitz de relaciones objetales, que se
desarrolla en tres estadios: estadio preobjetal, en el que “el mundo exterior está excluido de
la percepción del recién nacido por un umbral de percepción en extremo elevado” (Spitz,
1998); estadio del objeto precursor, en el que el bebé manifiesta una preferencia por el
rostro humano, mostrando así un desarrollo incipiente tanto somático como psíquico, a la
vez que una primera tendencia comportamental activa; y el estadio del objeto precursor, en
el que el bebé dejará finalmente el estado de objeto autístico mediante el reconocimiento de
la madre, a través del rostro de ella concebido como una Gestalt-señal que ayuda al bebé a
diferenciar a la madre de lo demás. En el caso de Bowlby, sirviéndose de la etología y el
concepto de impronta en su concepción del neonato como dotado de pautas
comportamentales y emocionales que “tienen el efecto de mantener al niño en una
proximidad más o menos estrecha con su figura materna” (Bowlby, 1988), lo sitúa como
participativo en la interacción con la madre desde un comienzo. Con esto, Bowlby construye
una teoría del apego que, según como las conductas de apego del infante sean atendidas,
manifestará tres posibles tipos de apego: apego seguro, en el que el neonato se muestra
alegre y con sensación de seguridad; cuando el apego se ve amenazado, el bebé
manifestará conductas y emociones tales como celos, ansiedad e ira; cuando se rompe el
vínculo de apego, donde el bebé manifestará dolor y depresión.
En tercer lugar, Spitz y Bowlby coincidían en un punto en particular: la idea de que
los bebés podían desarrollar depresión a causa de un alejamiento brutal, o más o menos
prolongado, de la madre. Esto es algo interesante de mencionar, ya que para los
académicos de esa época era imposible o muy poco probable de pensar, y postulaban que
los bebés eran incapaces de desarrollar depresión. Spitz incluso llegó a desarrollar la teoría
de la “Depresión Anaclítica”, en donde indaga a profundidad acerca de este tipo de
depresión.
Con todo lo anterior, se señala que estos autores coincidían en aspectos como la
importancia de las experiencias tempranas y de la interacción entre la madre y el bebé.
Tomando en cuenta que dicha interacción supone cierto cumplimiento de la madre tanto
material como emocionalmente a modo de auxilio, contención y guía del recién nacido.
Pero, a la vez, no se encontraban exentos de disputas teóricas y diferencias conceptuales,
como denuncia Bowlby respecto a la angustia del octavo mes en el modelo de Spitz,
argumentando que las evidencias clínicas muestran que el bebé podía manifestar dicha
angustia aún en presencia de la madre, demostrando que es falso aducir como causa a
dicha angustia frente a lo extraño, la ausencia de la madre (Fernández, 2002).
Finalmente, los aportes de ambos autores resultan ser determinantes en la manera
en que hoy en día buscamos aproximarnos socio-políticamente al cuidado de los bebés.
Huelga políticas de protección a la maternidad/paternidad, en el desarrollo de políticas de
protección a la infancia y de resaltar la importancia de un cuidado no tan solo material, sino
también afectivo en el ámbito clínico. A la vez, sugiere una desindividualización de ciertos
comportamientos antisociales, teniendo implicancias éticas significativas en términos
judiciales que reconfiguran las acciones penales ante tales comportamientos, promoviendo
la rehabilitación y apoyo a niños, niñas y jóvenes aquejadas/os por experiencias tempranas
traumáticas.

2. El Servicio Nacional de Menores (SENAME) es un organismo gubernamental


centralizado, colaborador del sistema judicial y dependiente del Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos. Se encarga de la protección de derechos de niños, niñas y
adolescentes, y de los jóvenes entre 14 y 17 años que han infringido la ley. Además, se
ocupa de regular y controlar la adopción en Chile (Servicio Nacional de Menores, s.f).
Fue creado el 10 de enero de 1979, por el Decreto Ley Nº 2.465 que constituye su
Ley Orgánica publicada en el Diario Oficial el 16 de enero del mismo año. Un decreto
supremo del 5 de diciembre de 1979 fijó la planta y el SENAME entró en funciones el 1 de
enero de 1980 (Servicio Nacional de Menores, s.f). Sin embargo, la historia del SENAME va
mucho más allá, pero se podría decir que su creación se implementa partir de un organismo
instaurado durante el gobierno de Frei Montalva, el Consejo Nacional de Menores
(CONAME), el cual tenía la función de coordinar, proponer y fiscalizar los diferentes actores
ministeriales y centros colaboradores (privados) en temas de protección de la infancia. Es
de esta forma, que en el año 1979, en plena dictadura, se crea el SENAME, un año
después de que Augusto Pinochet lograra ganar el plebiscito que contraría la resolución de
las Naciones Unidas, la cual condenaba al Estado chileno por no respetar los derechos
humanos, y se crea con el fin de responder ciertas premisas planteadas por decretos de
leyes que datan de 1973, 1974 y 1976 de la misma Junta de Gobierno. Premisas que
plantean el objetivo de situar al niño como un objeto de protección del Estado, y en base a
esta idea, hacer más eficiente el sistema de atención. No obstante, por el contrario de lo
que se pretendía lograr, se cae en una práctica de institucionalización de los NNA, como ya
se había visto en Chile desde el periodo de la colonización. Esto, y la crisis en la que el
SENAME se ha visto inserto durante estos años, se debe en parte a la misma política
pública, pero más enfáticamente al rol del Estado en materia de la protección de derechos
en un contexto neoliberal, asumiendo que la revolución neoliberal instalada por la dictadura
supuso importantes transformaciones en el aparato Estatal entre las que cabe destacar su
profunda reducción (Carquín, s.f). Siguiendo con esta idea, la crisis de SENAME surge
como una expresión más de la constante desafección de lo político por los esquemas de
eficiencia y gestión empresarial tan en boga en la actualidad y situados dentro de una grilla
de interpretación exclusivamente economicista que define a las niñas y niños como capital
humano o inversión social.
En otro orden de ideas, es importante señalar que a lo largo de la historia del
SENAME, se han revelado más y más falencias de esta institución, muchas de ellas de
carácter grave, razón por la cual se creó la Comisión Investigadora SENAME, para
investigar todas estas irregularidades, entre ellas, abusos y muertes irregulares. En este
aspecto, diversas investigaciones han apuntado que en los centros SENAME, a lo largo del
país, se cometen delitos de diversa índole, tales como violación, abuso sexual agravado,
explotación sexual infantil, muertes irregulares, violencia, exclusión, discriminación, y un
sinfín más que, en resumen, constituyen una violación sistemática de los derechos
humanos de estos niños. En este sentido, se hace relevante enfatizar en que el Estado de
Chile ha fallado en proteger los derechos de los NNA chilenos insertándolos en prácticas
totalmente deshumanizantes.
Por otro lado, cabe destacar que esta cultura de internamiento a la que se somete a
los niños de nuestro país, afecta exclusivamente a los que tienen una precaria situación
socio-económica, y se refleja en el conocido apodo del SENAME el “quita niños” de los
pobres. Es interesante destacar esto, ya que manifiesta el fracaso de esta institución Y al
hecho de que muchas veces detrás de conceptos como negligencia se esconde una
aparente penalización de la pobreza, lo cual se visualiza en, por ejemplo, que en los centros
SENAME no existen niños ingresados por negligencia de familias provenientes de sectores
socioeconómicos altos o que al localizar en el mapa las ubicaciones de los centros, estos se
encuentran en los sectores más vulnerables y no contempla a las comunas más ricas del
país, de lo cual se desprende en que para el Estado la vulneración de derechos ocurriría
solo en los sectores populares del país. En ese sentido, estamos hablando que los
programas de infancia aunque estén bajo el paradigma de unos derechos del niño y niña
que por su condición de derechos humanos son universales se focalizan en las poblaciones
pobres y vulneradas bajo un esquema de gestión, control, vigilancia y tutela.
Al revisar los aportes teóricos de autores enfocados en el desarrollo psicológico
durante la infancia, como lo son Bowlby y Spitz, podemos estudiar los efectos que pueden
tener estas deprivaciones o separaciones afectivas en las etapas tempranas del desarrollo
socio-emocional. Si bien dentro de este tipo de instituciones se promete un cuidado de los
NNA, brindándoles alimentos, techo, abrigo y cuidados básicos, se les descuida gravemente
en temas afectivos. Esto, explicado por los autores mencionados, llevaría a la creación de
un apego inseguro, produciendo deficiencias en las habilidades interpersonales y haciendo
muy difícil mantener relaciones emocionalmente sanas con otras personas.
El hecho de que un menor esté internado en una institución como el SENAME es
suficiente para argumentar que este tendrá problemas para desarrollarse sanamente. Ya
que esto implica que durante su infancia ha sufrido graves traumas, que como mínimo
empiezan por la separación de sus cuidadores primarios, sumados a posibles temas de
negligencia y/o abusos, y acompañado de un contexto socioeconómico vulnerable, que
serían las posibles principales razones de porqué el menor terminó internado. Luego hay
que considerar los desafíos que aparecen ya dentro de la institución como la ausencia de
un cuidador primario fijo con quien crear un vínculo de apego saludable, la ausencia de este
vínculo afectivo se relaciona estrechamente con el desarrollo de conductas de retraimiento,
inseguridad e inestabilidad emocional. Además, se deben tomar en cuenta los constantes
abusos y agresiones que se sufren dentro de la institución, ya sea a manos de sus pares o
de los propios cuidadores.
Por otro lado, la mentalidad mercantil y disciplinaria con la que trabajan en los NNA
criminaliza o patologiza sus pasados previos al internamiento, tomandoles como
”desviados” o “improductivos”, lo que dentro de la lógica neoliberal necesitan ser arreglados.
Esto es lo que promete esta institución, se promete reformar a estos individuos de pasados
trágicos para reintegrarlos en la sociedad como ciudadanos productivos y funcionales para
el mercado. Esto se pretende lograr a través políticas dentro de la institución que están
estructuradas a partir de programas prediseñados por el SENAME que son publicados bajo
el nombre de “Documentos de Orientación Técnica”. Inicialmente estas aparentan ser
comprensivas de la multiplicidad de necesidades que requieren los jóvenes, pero bajo un
análisis más detallado se reconoce la intención de homogeneizar la intervención en
aspectos únicos y exclusivos de trabajo: “la reinserción educativa”, “la preparación para un
oficio” y “el apoyo clínico-terapéutico” (González R, Martínez F, 2018). Esta mentalidad
descuida totalmente las necesidades afectivas y sociales de los NNA dentro de la
institución, convirtiéndose en un ambiente sumamente hostil para el desarrollo socio-
emocional temprano.

Referencias

Bowlby, J. (1988). Una base segura. Aplicaciones clínicas de una teoría del apego. Buenos
Aires: Paidós.

Carquín, C. (s.f). “Los hijos de los pobres”: la crisis del SENAME y la tecnocracia neoliberal.
Recuperado de: https://psicologia.uahurtado.cl/los-hijos-de-los-pobres-la-crisis-de-sename-
y-la-tecnocracia-neoliberal/

Fernández, M. (2002). Teoría del apego y psicoanálisis. Hacia una convergencia clínica.
Recuperado de: https://www.sepypna.com/documentos/articulos/fernandez-teoria-apego-
psicoanalisis.pdf

Reyes González, Carlos, & Durán Martínez, Felipe. (2018). Neoliberalism and discourse: a
socio-critical reading of the social reintegration policy for young law offenders in Chile.
Ultima década, 26(49), 128-147. Recuperado de: https://dx.doi.org/10.4067/S0718-
22362018000200128

SENAME. (s.f). Recuperado de: https://www.sename.cl/web/index.php/nuestra-institucion/

Spitz, R. (1998). El primer año de vida del niño: génesis de las primeras relaciones
objetales. México: S.L Fondo de Cultura Económica de España.

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