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2. Mesolítico o Epipaleolítico (9000 - 5000 a. C.) y Neolítico (5000 - 2500 a. C.). Hacia el
año 9000 a. C. finalizó la última glaciación (Würm) y se inició la fase climática actual. Los hielos
permanentes se retiraron hacia el norte y en la península ibérica, al igual que en todo el Mediterráneo,
el clima se volvió más cálido y seco. Este cambio climático dio comienzo al Mesolítico, que se
caracterizó por la pervivencia de la economía depredadora del Paleolítico (caza y recolección), pero
en un escenario de creciente presión demográfica: al desaparecer los grandes herbívoros de clima
frío, la forma de vida cazadora resultaba cada vez más difícil para una población en aumento. En el
caso de los grupos cazadores la presión demográfica se da cuando el crecimiento de la población
obliga a cazar a un ritmo superior al de la capacidad de reproducción de las especies cazadas, por lo
que estas tienden a extinguirse.
El crecimiento de población y la disminución de la caza obligaron a pasar de una economía
depredadora a otra de producción, basada en la agricultura y la domesticación de animales. Este
proceso se conoce como “Revolución neolítica”.
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La gran ventaja de la agricultura, respecto a la caza, es que permite producir más cantidad de
alimentos por unidad de superficie y, por lo tanto, posibilita mantener a poblaciones más densas y en
crecimiento. Sin embargo, tiene también sus inconvenientes: requiere invertir más esfuerzo y tiempo
de trabajo que la caza-recolección y proporciona una dieta alimenticia más pobre. Asimismo, se
produce un fuerte impacto medioambiental, los ecosistemas forestales desaparecen tras las intensas
deforestaciones y roturaciones que exige la nueva actividad económica (agricultura y domesticación
de animales).
En consecuencia, el ser humano dejó de ser nómada para convertirse en sedentario, con lo que
acabó agrupándose en comunidades, formando poblados. Los grupos fueron adquiriendo una
complejidad creciente y la división social del trabajo –jefes, sacerdotes, guerreros, agricultores,
pastores– originó diferencias de riqueza y de poder entre sus miembros. La sedentarización favoreció
la generación de excedentes de producción y, por tanto, la aparición de la propiedad privada y la
diferenciación social. Esta nueva forma de vida exigía una organización social más reglamentada, que
acabaría desembocando en la aparición del Estado. Los avances tecnológicos serán la cerámica y el
pulimentado de la piedra.
Paleolítico Neolítico
Se trataba de una economía de producción.
Comienzan a producir su propio alimento
mediante la agricultura y la ganadería. Estas
actividades permiten la aparición de un
Se trataba de una economía
excedente con el que se puede comerciar y
depredadora, es decir, que
una división especializada del trabajo que
aprovecha lo que la Naturaleza
Economía favorece el desarrollo tecnológico que
crea sin reponerlo. Las sociedades
realimenta la productividad de las
vivían de la caza, la pesca el
actividades agropecuarias. En consecuencia,
carroñeo y la recolección.
los excedentes alimentarios permiten la
aparición de actividades como la elaboración
de tejidos, la fabricación de cerámica, el
pulimento de la piedra y el comercio.
Eran grupos nómadas que se
desplazaban de forma estacional La necesidad de vivir junto a los cultivos hizo
siguiendo el alimento. Los que disminuyeran los desplazamientos, lo
Organización individuos se reunían en pequeños que impulsó el sedentarismo y la aparición
social grupos, con una organización muy de poblados estables. Progresiva
elemental. Inexistencia de diferenciación social (por la división social
diferencias sociales (había división del trabajo).
social del trabajo por sexo o edad).
- Aumento de la población, consecuencia de un crecimiento lento pero constante.
- Disminución de la caza por un cambio climático durante el Mesolítico, que provocó
Causas del la retirada de la fauna de clima frío.
cambio - Por tanto, presión demográfica, que obligó a adoptar la agricultura como nueva
fuente de recursos para alimentarse capaz de mantener a poblaciones más densas
y en crecimiento.
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Estándar de aprendizaje n.º 2 - Identifique las diferencias entre
una imagen de pintura cantábrica y otra de pintura levantina.
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Época a la que pertenece cada una de estas pinturas y qué información nos proporcionan,
directa o indirectamente, sobre esa época
La primera (bisontes de la cueva de Altamira) pertenece al periodo final del Paleolítico (Paleolítico
superior) y nos informa esencialmente de la fauna existente en la zona. Su significado ha sido objeto
de debate entre los historiadores y se han elaborado diversas teorías explicativas. La más clásica y
tradicional es la que considera la realización de estas pinturas como parte de un ritual mágico cuyo
objetivo sería propiciar la fertilidad y la caza de los animales representados.
La segunda (escena de caza de la cueva de los caballos de Valltorta) pertenecería al Mesolítico,
según la opinión más extendida, que data toda la pintura levantina en este periodo de la Prehistoria,
aunque algunos historiadores la posponen al Neolítico. En apoyo de la datación en el Mesolítico está
el tema representado, una escena de caza, que alude a la forma de vida anterior a la adopción de la
agricultura durante el Neolítico. Por otra parte, la presencia de las pinturas en abrigos y zonas poco
profundas de las cuevas nos hace pensar que fueron realizadas en un periodo de clima más benigno,
es decir, tras el cambio climático que caracteriza al Mesolítico.
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Estándar de aprendizaje n.º 3 - Explique el diferente nivel de
desarrollo de las áreas celta e ibera en vísperas de la conquista
romana, en relación con la influencia recibida de los indoeuropeos,
el reino de Tartesos y los colonizadores fenicios y griegos .
El área ibera
- Comprendía el sur y el Levante peninsular, incluido el antiguo reino de Tartesos.
- Al contacto con los colonizadores griegos y fenicios habían recibido su influencia civilizadora:
Economía rica, con un activo comercio y uso frecuente de la moneda.
Estructura social evolucionada, con grupos diferenciados por su poder o riqueza, desde la
aristocracia hasta los esclavos1.
Organización política de tipo estatal, según el modelo griego o fenicio de la ciudad-Estado, con
formas de gobierno monárquicas (bajo el gobierno de régulos) o democráticas (con asamblea,
senado y magistrados).
Resumen de las características principales del reino de Tartesos y cita de las fuentes
históricas para su conocimiento.
Características
- Primer Estado (reino) de la península ibérica de cuya existencia histórica se tiene noticia (desde
¿finales del segundo milenio a. C.? hasta el siglo V a. C.).
- Localización: suroeste peninsular (Huelva, Sevilla y Cádiz); su área de influencia, hasta Cartagena.
Los reyes son personajes legendarios, excepto Argantonio (cuya existencia sí está documentada).
1 No tenían derechos políticos ni civiles, eran simplemente una propiedad de su dueño. La condición de esclavo se tenía
desde el nacimiento (por ser hijo de una esclava) o se podía adquirir por varias circunstancias: caer prisionero de guerra
o de piratas, ser condenado a esclavitud por los tribunales, ser vendido por el padre o incluso por autoventa (por ejemplo,
para saldar una deuda).
2 Conjunto de pueblos originarios de las estepas euroasiáticas que, acuciados por la presión demográfica, emprendieron
masivos movimientos de población hacia el sur de Europa, Próximo Oriente, Irán e India. Su presencia en la península
ibérica se puede constatar al menos desde finales del segundo milenio, pero a partir del siglo VIII a. C. penetraron a través
de los Pirineos nuevas oleadas, en esta ocasión de celtas procedentes de Europa Central y Occidental, que se asentaron
principalmente en el interior y el oeste peninsular. Introdujeron la metalurgia del hierro, pero su economía y su organización
social y política estaban poco evolucionadas.
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- Civilización con fama de muy culta (leyes escritas en verso, según los textos griegos).
- Gran prosperidad económica: riquezas agrícolas, ganaderas y minerales (oro, plata, cobre), que
propiciaban un activo comercio con las islas británicas y con los fenicios y griegos de la Península.
Fuentes
- Las fuentes escritas griegas, que dan el nombre de Tartesos a un río –el Guadalquivir–, a un
extenso territorio al sur de la Península y a una ciudad que, si existió, no ha sido localizada hasta el
momento.
- Las fuentes arqueológicas, que han proporcionado numerosos vestigios materiales que corroboran
la riqueza tartesia.
- Es muy dudosa y rechazada por la mayoría la identificación de Tartesos con la Tarsis citada en la
Biblia.
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Unidad 2. La Hispania romana (218 a. C. - 476 d. C.)
Se entiende por romanización el proceso de imposición y/o adaptación de los pueblos hispanos
a las estructuras económicas, sociales, políticas y culturales del Imperio romano (entre los años 218
a. C. y 476 d. C.). Se trata, pues, de la asimilación, voluntaria o forzada, de la cultura y forma de
vida romanas por parte de los pueblos prerromanos peninsulares. El proceso de romanización
de Hispania tuvo dos fases: la conquista militar y la integración de los pueblos hispanos en el Imperio
romano. Sin embargo, este fenómeno de aculturación no fue homogéneo sino que fue un proceso
discontinuo con resultados desiguales:
- En el área ibera (sur y levante peninsular), más urbanizada y con formas de organización no muy
diferentes de las de Roma, no solo fue más fácil la conquista, sino también su inserción en la
civilización romana.
- En el centro y oeste peninsular la romanización fue tanto más difícil cuanto menor era su grado de
urbanización y desarrollo.
- En el norte peninsular, la zona más atrasada y la última en conquistarse, la vida urbana era
inexistente y los romanos no consiguieron desarrollarla ni imponer del todo su modelo de vida.
Medios empleados
1) La extensión de la vida urbana3. En el sur y Levante peninsular los romanos aprovecharon la
amplia red de ciudades preexistentes y se limitaron a transformar sus órganos de gobierno autónomos
en órganos dependientes de la administración general romana. En cambio, en el resto de la Península
se crearon nuevas ciudades, según el modelo romano, para romper las primitivas formas indígenas
de organización económica, social y política.
2) EI papel del ejército. El ejército fue uno de los más importantes vehículos de difusión de la
civilización romana. Se reclutaron tropas auxiliares entre los pueblos indígenas, lo que facilitaba su
contacto con los romanos, y, además, al término de su servicio militar, podían obtener el privilegio de
la ciudadanía romana y recibir lotes de tierras. A veces, junto a los campamentos de las legiones, se
formaron canabae, núcleos urbanos habitados por mercaderes, soldados licenciados, mujeres e hijos
de soldados, etc., que con el paso del tiempo se convirtieron en municipios romanos. Es el caso, por
ejemplo, de León, cuyo nombre deriva de legio, ya que allí estuvo asentada la Legio VII Gemina.
3 Las civitates eran las células básicas de la administración territorial romana. Estaban compuestas por un amplio territorio
rural (el territorium), dividido en tierras de propiedad privada y tierras de aprovechamiento comunal, regido por un núcleo
urbano (urbs), que actuaba como centro económico (mercado), político (órganos de gobierno), religioso (templos) y de
esparcimiento (teatro, anfiteatro, termas, etc.). La autonomía de cada ciudad dependía de su grado de integración y
aceptación de la dominación romana: en general, a mayor grado de romanización, mayor autonomía y más privilegios.
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(Augusta Emerita), por ejemplo, fue fundada por orden del emperador Augusto para asentar a los
veteranos de las guerras cántabras (o guerras asturcántabras).
Con esta romanización la población indígena de la Península asimiló los modos de vida romanos
en diversas facetas (lengua, religión, obras públicas, derecho, administración, urbanismo...). La
romanización conllevó cambios radicales para la historia peninsular: latinización (expansión
del latín y eliminación de las lenguas ibéricas e indoeuropeas, lo que supuso la unificación
lingüística de la Península), creación de estructuras político-administrativas (provincias,
gobernadores, ciudades, municipios), principios de derecho, red viaria, grandes
infraestructuras, toponimia y onomástica nuevas, idea de ciudadanía, nuevo orden social,
cultura romana, nuevos sistemas religiosos (incluido, ya muy tardíamente, en el siglo III de
nuestra era, el cristianismo).
Las ciudades peninsulares, tras el impulso romano a la urbanización: Itálica (cerca de Sevilla),
Corduba (Córdoba), Tarraco (Tarragona), Hispalis (Sevilla), Augusta Emerita (Mérida), Cæsaraugusta
(Zaragoza), se configuraron según el modelo de la propia Roma e incorporaron por ello construcciones
características de la vida urbana romana: termas y baños, alcantarillado, teatros (Mérida, Itálica,
Sagunto), anfiteatros, templos, basílicas, acueductos (Segovia, Mérida), foros, arcos de triunfo (Bará,
Medinaceli), circos, murallas (Lugo, Coria). La amplia red viaria de calzadas construida (Vía Augusta,
Vía de la Plata...) y las obras de infraestructura complementarias (puentes, como los de Córdoba y
Alcántara, puertos) vertebraron la Península; y con el tiempo, diversos ramales y redes interiores
tejieron una especie de gran retícula de comunicaciones interpeninsulares.
Por todo ello, Hispania terminó por ser una de las provincias más romanizadas del imperio. Así
lo muestra la aparición de importantes personalidades romanas originarias de aquí: escritores (el
filósofo Séneca, el poeta Lucano, etc.), senadores, gobernadores provinciales, altos funcionarios,
tribunos militares, emperadores (Trajano, Adriano, Teodosio). En suma, las élites hispanas se
integraron pronto en el sistema romano. Hispania fue así una parte del universo romano
occidental. Tras el derrumbe del Imperio el cristianismo se convirtió, con el emperador Constantino a
partir del Edicto de Milán4, en la principal salvaguarda de las esencias de la cultura latina y en la
fundamental impulsora de la romanización de las tribus bárbaras.
4 Disposición legal promulgada por el emperador Constantino en Milán en el año 313 mediante la cual se estableció la
libertad de religión en el Imperio romano. Supuso el fin de las persecuciones y la clandestinidad de los cristianos.
Posteriormente, será con el Edicto de Tesalónica, norma promulgada por el emperador Teodosio, en Tesalónica, en el año
380, cuando el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio romano.
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Unidad 3. La transición de la Antigüedad a la Edad Media (476 - 711)
Sociedad
- Continuó la tendencia del Bajo Imperio romano a la polarización social en dos grupos principales:
Una minoría poderosa y latifundista (los gardingos6 y sus fieles, los bucelarios7).
Una mayoría apenas diferenciada en la que se fundían antiguos esclavos, libertos8, siervos,
colonos y pequeños campesinos.
- Se reforzaron las relaciones de tipo personal: a las relaciones de dependencia de origen romano
se añadió la costumbre germánica del comitatus o juramento de fidelidad del guerrero a su jefe,
contribuyendo a reforzar las relaciones de tipo personal heredadas de la tradición romana.
5 En el Bajo Imperio romano (siglos IV y V) eran los antiguos hombres libres sin recursos quienes trabajaban parcelas de
los grandes propietarios en beneficio propio a cambio de ciertos pagos y servicios al latifundista. En algunos casos, el
colono quedaba adscrito forzosamente a la tierra que trabajaba y esta situación se transmitía a sus herederos.
6 Nobleza territorial latifundista en la monarquía visigoda. Inicialmente eran guerreros fieles de los que se rodeaban los
reyes, pero con el tiempo estos tendieron a recompensar los servicios militares de los gardingos con la entrega de tierras
en usufructo vitalicio. Los gardingos acabaron convirtiendo esas tierras en hereditarias y gobernándolas con total
autonomía del poder del rey.
7Hombres fieles al servicio de los gardingos. El bucelario obtenía del noble gardingo protección y tierras y, a cambio,
adquiría con él un compromiso de fidelidad y obediencia.
8 Eran antiguos esclavos manumitidos (liberados). El antiguo dueño pasaba a convertirse en su patrono y podía exigir al
liberto ciertas obligaciones. Tenían derechos civiles, como los libres, pero el estatuto de liberto no se borraba normalmente
hasta la tercera generación, que adquiría ya la libertad plena.
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- Las principales instituciones políticas eran:
El Officium Palatinum, integrado por los magnates de mayor confianza del rey, auxiliaba a este
en las tareas de gobierno y en las domésticas de palacio.
El Aula Regia, asamblea de carácter consultivo, heredera del tradicional Senado o Consejo de
Ancianos visigodo e integrada por todos los miembros del Officium Palatinum y otros magnates,
que asesoraban al rey en asuntos políticos y militares y en la elaboración de las leyes.
Los Concilios de Toledo, inicialmente solo asambleas eclesiásticas, pero tras la conversión de
Recaredo al catolicismo (589) adquirieron también un gran poder político. Los convocaba el rey,
integraban a magnates del Aula Regia y en ellos se establecieron importantes normas y decisiones
que afectaban a la monarquía, como las condiciones para la elección de reyes o las obligaciones
con las que debían cumplir.
- En el ámbito de la administración territorial, los visigodos respetaron la división provincial romana
del Bajo Imperio, aunque incorporaron algunas modificaciones:
Al frente de cada provincia estaba un gobernador o duque con amplias funciones civiles y
militares.
Posteriormente se establecieron nuevas circunscripciones dentro de cada provincia, los
territorios, bajo la autoridad de un conde o un juez.
La cultura y el arte
- En la cultura fue indiscutible el protagonismo absoluto de la Iglesia.
- La figura más importante fue San Isidoro, arzobispo de Sevilla, conocido sobre todo por su gran
obra, las Etimologías, en la que pretendió recopilar todo el saber humano de su época. Calificada
como «la primera enciclopedia cristiana», fue ampliamente difundida y admirada en Europa durante
siglos.
- En cuanto al arte, los visigodos –como todo pueblo nómada en origen– carecían de tradición
arquitectónica. Por ello y por la recesión económica de la época, las obras conservadas son escasas
y de reducido tamaño.
- Tampoco la escultura tuvo un gran desarrollo y se limitó casi en exclusiva a los relieves
arquitectónicos.
- En cambio, destacan las piezas de orfebrería y en particular las coronas votivas en oro y piedras
preciosas, como la corona de Recesvinto.
* Fechas aproximadas
235 - 284 Crisis del siglo III (anarquía militar en el Imperio romano).
a) Homo antecessor:
Tipo humano al que corresponden los restos más antiguos de hombres europeos. Se ha
encontrado en la sierra de Atapuerca (Burgos) y se ha datado en unos 900.000 años. Según parece,
practicaban el canibalismo, eran altos y fuertes, con un cerebro pequeño y una cara semejante a la
del hombre actual.
b) Homo neanderthalensis:
Especie descendiente en Europa del homo antecessor, presenta muchas similitudes con el
hombre actual, aunque no somos descendientes de ella. Su grado de desarrollo era elevado:
producían instrumentos de piedra muy elaborados, eran capaces de hacer fuego y enterraban a los
muertos. Entre hace 80.000 y 50.000 años vivieron su momento de máxima expansión,
distribuyéndose por toda Europa, Próximo Oriente y Asia Central. Se extinguió definitivamente hace
unos 30.000 años. Resulta difícil explicar las causas de su desaparición.
c) Homo sapiens:
Especie descendiente en África del homo antecessor, es nuestro antepasado directo. También
conocido como hombre de Cro-Magnon (o Cromañón), su presencia en Próximo Oriente se remonta
a hace 100.000 años y en la península ibérica a unos 40.000 años. Coexistió durante algún tiempo
con el hombre de Neandertal en unas mismas zonas, pero acabó reemplazándolo.
d) Calcolítico:
Primer periodo de la Edad de los Metales, caracterizado por la utilización del cobre (kalkós en
griego), metal no demasiado duro, pero relativamente fácil de trabajar.
f) Protohistoria:
Periodo de transición de la prehistoria a la Edad Antigua, definido por la aparición de documentos
escritos aislados. En España se inicia en los siglos VIII - VII a. C., momento en que aparecen los
primeros textos griegos que hablan de la península ibérica.
g) Área ibera:
Se denomina así al área del sur y el Levante peninsular en vísperas de la conquista romana. Los
iberos eran descendientes de los indígenas prehistóricos y, al contacto con los colonizadores griegos
y fenicios, habían recibido su influencia civilizadora. Su economía era rica, con un activo comercio y
uso frecuente de la moneda. Tenían una estructura social evolucionada, con grupos diferenciados por
su poder o riqueza. Y su organización política era de tipo estatal, según el modelo griego o fenicio de
la ciudad-Estado.
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h) Área celta:
Se denomina área celta o indoeuropea al centro, el oeste y el norte peninsular. También se puede
incluir dentro del área celta a los llamados celtíberos (zona centro-oriental de la Meseta y el valle medio
del Ebro). Estaba menos evolucionada que el área ibera, pero era muy heterogénea. Su economía se
basaba en una agricultura o ganadería en general poco evolucionadas, el comercio era escaso y sin
moneda, y el pillaje sobre los pueblos vecinos constituía una práctica frecuente. Sus estructuras
sociales eran primitivas (clanes y linajes). Y su organización política era de tipo preestatal, propia de
bandas y aldeas.
i) Colonización griega:
Los griegos llegaron a la Península hacia el siglo VII a. C. por la vertiente septentrional del
Mediterráneo. La fundación de Massalia (Marsella, en el sur de Francia) sirvió de punto de partida
para el establecimiento de colonias en la costa catalana, como Rhode (Rosas) y Emporion (Ampurias,
fundada hacia el 600 a. C.). Aunque se conocen referencias a otras fundaciones más meridionales,
como Hemeroskopeion (Denia) o Mainake (junto a la Malaka fenicia), no existe confirmación
arqueológica de su existencia. Fundaron sus colonias con la intención de comerciar con los nativos y
en especial con Tartesos. Estaban muy evolucionados, conocían la metalurgia del hierro y utilizaban
la moneda.
j) Colonización fenicia:
Los fenicios establecieron enclaves comerciales por todo el sur del Mediterráneo. La colonia más
antigua que fundaron en la Península fue Gadir (Cádiz), cuyo origen parece remontarse como máximo
al año 800 a. C., según los testimonios arqueológicos, y no a 1100 a. C., como se desprendía de las
fuentes literarias. A esta fundación inicial siguieron otras en la costa andaluza, como Malaka (Málaga),
Sexi (Almuñécar) o Abdera (Adra). Al igual que los griegos, fundaron sus colonias con la intención de
comerciar con los nativos y en especial con Tartesos, estaban muy evolucionados, conocían la
metalurgia del hierro y utilizaban la moneda.
k) Colonización cartaginesa:
Tiro, última ciudad fenicia que permanecía independiente en Próximo Oriente, cayó en poder de
los babilonios en el siglo VI a. C. A partir de ese momento, Cartago, colonia que había sido fundada
por los tirios en el norte de África, tomó el relevo de los fenicios en el control del comercio en el
Mediterráneo occidental. Los cartagineses siguieron una política de colonización más hostil, que acabó
en la ocupación militar del sur y del sureste de la península ibérica .
l) Provincia senatorial:
Era uno de los dos tipos de provincia surgidos de la reforma administrativa de Augusto (27 a. C.);
en concreto eran las plenamente pacificadas, que no necesitaban la presencia permanente de
legiones y quedaban bajo la administración directa del Senado de Roma. En Hispania solo tenía este
rango la Bætica.
m) Provincia imperial:
Era el otro tipo de provincia surgido de la reforma administrativa de Augusto (27 a. C.). Eran las
de más reciente conquista, en las que las legiones seguían siendo necesarias y, por tanto, quedaban
bajo la administración y control directo del emperador romano, en su calidad de jefe supremo del
ejército. En Hispania eran la Tarraconense y la Lusitania.
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n) Convento jurídico:
Demarcaciones territoriales en que se dividían las provincias a efectos de administración de
justicia. Su origen estaba en las reuniones (conventus) que se convocaban en días y lugares fijos
dentro de cada provincia para que el gobernador provincial impartiera justicia. Con el tiempo, estas
reuniones adquirieron carácter permanente y los conventos jurídicos se convirtieron en distritos
provinciales con capitales fijas.
ñ) Órdenes romanos:
Constituían la categoría superior de la estructura social romana, integrada por una minoría
privilegiada y dominante, que desempeñaba los más altos cargos políticos, financieros, militares y
religiosos. Existían tres órdenes, con notables diferencias de poder y riqueza, y para pertenecer a ellos
había que cumplir ciertos requisitos que limitaban el acceso: orden senatorial, integrado por los
miembros del Senado romano, para los cuales estaban reservadas las más altas magistraturas
(cónsules, pretores...); orden ecuestre, compuesto por procuradores (responsables de las finanzas),
prefectos de caballería, etc.; y orden decurional, integrado por los miembros de los senados
municipales (decuriones) de las diferentes ciudades del Imperio, que desempeñaban las magistraturas
municipales.
o) Ciudadanos romanos:
Los ciudadanos romanos gozaban de privilegios políticos –participaban y votaban en las
asambleas políticas–, militares –podían integrarse en las legiones– y sociales –tenían derecho a la
beneficencia pública y privada, como el reparto gratuito de trigo, por ejemplo–. Sin embargo, existían
grandes diferencias de fortuna en el conjunto de los ciudadanos romanos, desde los más pobres, que
vivían casi en exclusiva de la beneficencia, hasta los muy ricos y los pertenecientes a órdenes .
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Vídeos de la colección “Memoria de España” en Play de RTVE - Radio Televisión Española
https://www.rtve.es/play/videos/memoria-de-espana/
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