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UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO

“AÑO DE LA UNIDAD, LA PAZ Y EL DESARROLLO”

INFORME DE JURISPRUDENCIA

ALUMNO(A): DIESTRA SÁNCHEZ, KATHERINE JULISSA


ID: 000054304
DOCENTE: JUAN CASTAÑEDA MÉNDEZ
CURSO: DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
NRC: 15832
Fecha de entrega: miércoles 13 de setiembre del 2023.

Trujillo – Perú
2023
Detención en relación a la conducta obstruccionista del procesado: STC
1257-2005-HC/TC (caso Enrique José Benavides Morales)
En el Expediente 1257-2005-HC/TC se estableció
como precedente vinculante el contenido en el primer fundamento jurídico de la
sentencia, referido a la conducta obstruccionista del procesado. Puede leerlo a
continuación:
1. Antes de determinar si la pretensión resulta fundada, este Colegiado
considera pertinente hacer notar, como ya lo señaló anteriormente [Exp.
N.º 3966-3004-HC/TC], que la extradición “(…) es un instituto jurídico
que viabiliza la remisión de un individuo por parte de un Estado, a los
órganos jurisdiccionales competentes de otro, a efectos que sea
enjuiciado o cumpla con una condena señalada”. Los Estados recurren a
tales procedimientos en el caso de que un imputado se sustraiga de la
acción de la justicia, ocultándose en un país distinto del suyo. El
sustraerse de la acción de la justicia constituye, evidentemente, una
conducta obstruccionista del proceso, tanto más si ello implica salir del
territorio del país, obligando así a las autoridades judiciales a recurrir al
procedimiento de extradición. Dicha conducta debe ser tomada en
cuenta al momento de determinar el plazo razonable del proceso y de la
detención, conforme a los criterios expuestos por este Tribunal en la
sentencia recaída en el expediente N.º 2915-2004-HC/TC.
Duración de detención policial: STC 06423-2007-PHC/TC (caso
Alí Guillermo Ruiz Dianderas)
En este caso el Tribunal le otorga estipuló como precedente vinculante el inciso
12 del Expediente 06423-2007-PHC/TC, en el que fija reglas sustanciales y
procesales en torno al plazo máximo de detención policial. A la letra dice:
Sentado lo anterior, resulta necesario establecer las reglas sustantivas y
procesales para la tutela del derecho a ser puesto a disposición judicial dentro
de los plazos señalados supra. Estas reglas deben ser interpretadas en la
perspectiva de optimizar una mejor protección del derecho a la libertad
personal, en la medida que no solo es un derecho fundamental reconocido,
sino que además es un valor superior del ordenamiento jurídico y presupuesto
de otros derechos fundamentales.
a) Regla sustancial: El plazo de la detención que la Norma Fundamental
establece es un plazo máximo, de carácter absoluto, cuyo cómputo es
inequívoco y simple, pero no es el único, pues existe también el plazo
estrictamente necesario de la detención. Y es que, aún sí la detención
no hubiera traspasado el plazo máximo, ese dato per se no resulta
suficiente para evaluar los márgenes de constitucionalidad de
la detención, pues esta tampoco puede durar más allá del plazo
estrictamente necesario (límite máximo de la detención). Como es
evidente, el límite máximo de la detención debe ser establecido en
atención a las circunstancias de cada caso concreto, tales como las
diligencias necesarias a realizarse, la particular dificultad para efectuar
determinadas pericias o exámenes, el comportamiento del afectado con
la medida, entre otros. En suma, resulta lesiva al derecho fundamental a
la libertad personal la privación de esta en los supuestos en que ha
transcurrido el plazo máximo para la detención, o cuando, estando
dentro de dicho plazo, se ha rebasado el plazo estrictamente necesario;
en ambos casos, dicho estado de cosas queda privado de fundamento
constitucional, y la consecuencia debe ser la puesta inmediata de la
persona detenida a disposición del juez competente para que sea este
quien determine si procede la detención judicial respectiva o la libertad
de la persona, sin perjuicio de las responsabilidades que señala la ley
para la autoridad, funcionario o persona que hubieren incurrido en ellas.
b) Regla procesal: El derecho a ser puesto a disposición judicial dentro
del plazo estrictamente necesario de la detención o dentro del plazo
máximo de la detención resulta oponible frente a cualquier supuesto de
detención o privación de la libertad personal que se encuentre regulado
por el ordenamiento jurídico (detención policial, detención preliminar
judicial, etc.). En ese sentido, a efectos de optimizar su tutela, lo que
corresponde es que la autoridad competente efectúe un control de los
plazos de la detención tanto concurrente como posterior, dejándose
constancia del acto de control, disponiendo, si fuera el caso, las medidas
correctivas pertinentes, bajo responsabilidad. Este control de los plazos
de la detención debe ser efectuado tanto por el Representante del
Ministerio Público como por el juez competente, según corresponda, sin
que ambos sean excluyentes, sino más bien complementarios.
Plazo razonable de la prisión preventiva: STC 3771-2004-HC/TC (caso
Miguel Cornelio Sánchez Calderón)
Los precedentes vinculantes del Expediente 3771-2004-HC/TC están referidos
principalmente sobre la prisión preventiva. Así pues, se analiza su relación con
la presunción de inocencia, los parámetros que deben tomarse en cuenta para
determinar razonablemente su duración y sus plazos máximos. Los
fundamentos jurídicos con carácter vinculante son:
a) Debe señalarse que, hallándose la causa en sede del Tribunal
Constitucional, en el estado de absolverse el grado del recurso
extraordinario, con fecha 1 de diciembre de 2004, entró en vigencia el
Código Procesal Constitucional (Ley N.° 28237), que regula los procesos
constitucionales, entre ellos el hábeas corpus.
b) Este corpus normativo establece, en su Segunda Disposición Final, que
“las normas procesales previstas por el presente Código son de
aplicación inmediata, incluso a los procesos en trámite. Sin embargo,
continuarán rigiéndose por la norma anterior: las reglas de competencia,
los medios impugnatorios interpuestos, los actos procesales con
principio de ejecución y los plazos que hubieran empezado”.
c) Es necesario precisar que si bien de la citada disposición legal se puede
interpretar que un proceso constitucional en curso, como el de autos,
puede comenzar a ser regido por una nueva ley procesal, ello solo será
posible siempre que la aplicación de la referida norma garantice la
vigencia del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, lo que debe ser
apreciado atendiendo a las particularidades del caso en concreto.
d) Al igual que por imperio del derecho a la presunción de inocencia, el
encarcelamiento preventivo no se ordenará sino cuando sea
estrictamente necesario para asegurar que el proceso se pueda
desarrollar sin obstáculos hasta su finalización, cuando la sentencia con
que culmine no deje de merituar ninguna prueba (ni sufra la adulteración
de alguna) por obra del procesado, y cuando se cumpla efectivamente la
pena que ella imponga.
e) Por la misma razón (la presunción de inocencia), tampoco podrá
prolongarse más de lo estrictamente indispensable para que el proceso
se desenvuelva y concluya con una sentencia definitiva, mediante una
actividad diligente de los órganos jurisdiccionales especialmente
estimulada por la situación de privación de la libertad de un presunto
inocente, y sin que pueda pretenderse la ampliación de aquel término
argumentándose que se mantienen los peligros para los fines del
proceso o la concurrencia de cualquier clase de inconvenientes prácticos
(todos los imaginables deben estar comprendidos en el término límite),
ni mucho menos con argumentos que encubran o pretendan justificar la
incuria o displicencia de los funcionarios responsables.
Libertad Personal. Detención Preventiva. Principio tempus regit
actum: STC 2496-2005-HC/TC (caso Eva Valencia Gutiérrez)
En el Expediente 2496-2005-HC/TC, el TC desarrolló precedentes vinculantes
sobre los límites a la libertad personal y sobre el principio tempus regim actum,
que establece que la ley procesal aplicable en el tiempo es la que se
encuentra vigente al momento de resolverse. Los fundamentos
jurídicos vinculantes son los siguientes:
a) En reiterada jurisprudencia, este Colegiado ha sostenido que el proceso
de hábeas corpus no tiene por objeto proteger en abstracto el derecho al
debido proceso. En el presente caso, habida cuenta de que se han
establecido judicialmente restricciones al pleno ejercicio de la libertad
locomotora, tras la imposición de la medida cautelar de detención
preventiva, el Tribunal Constitucional tiene competencia, ratione
materiae, para evaluar la legitimidad de los actos judiciales considerados
lesivos.
b) Conforme a lo enunciado por éste Tribunal en reiterada jurisprudencia, la
libertad personal es no es solo un derecho fundamental reconocido, sino
un valor superior del ordenamiento jurídico, pero su ejercicio no es
absoluto e ilimitado; pues se encuentra regulado y puede ser restringido
mediante ley.Por ello, los límites a los derechos pueden ser impuestos
por la misma norma que reconoce el derecho; por el ejercicio de uno o
más derechos constitucionales, o por el ejercicio de uno o varios bienes
jurídicos constitucionales.
c) c) El artículo 9º del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
establece que toda persona detenida o presa a causa de una infracción
penal será llevada sin demora ante un juez u otro funcionario autorizado
por la ley para ejercer funciones judiciales, y tendrá derecho a ser
juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad. La
prisión preventiva de las personas que hayan de ser juzgadas no debe
ser la regla general, pero su libertad podrá estar subordinada a garantías
que aseguren la comparecencia del acusado en el acto del juicio, o en
cualquier momento de las diligencias procesales y, en su caso, para la
ejecución del fallo.
d) d) De cuyo contenido se infiere que la detención preventiva constituye
una de las formas constitucionales de garantizar que el procesado
comparezca a las diligencias judiciales.
Duplicación del plazo de prescripción de los delitos cometidos en agravio
del Estado: STC 1805-2005-HC/TC (caso Máximo Humberto Cáceda
Pedemonte)
a) En este orden de ideas, resulta lesivo a los principios de economía y
celeridad procesal, vinculados al derecho al debido proceso, que el
representante del Ministerio Público, titular de la acción penal, sostenga
una imputación cuando esta se ha extinguido, o que formule denuncia
penal cuando la potestad persecutoria del Estado, por el transcurso del
tiempo, se encuentra extinguida, y que el órgano jurisdiccional abra
instrucción en tales supuestos.
b) Este Supremo Colegiado considera que duplicar el plazo de prescripción
en todos los delitos cometidos en agravio del Estado, sería atentar
contra el principio de legalidad, de cuya interpretación pro homine se
infiere que aplicarlo a todos los imputados a los que se procese es
extender in malam parte lo que pudiera afectar a este, cuando por el
contrario su aplicación debe ser in bonam parte. En consecuencia, dicha
duplicidad solo es aplicable en el caso de delitos cometidos contra el
patrimonio del Estado o de organismos sometidos por este, de
conformidad con el artículo 41°, in fine, de la Constitución.
El Código Penal reconoce dos formas de intervención delictiva; la autoría y la
participación.
 El artículo 23.º de Código Sustantivo establece que “[E]l que realiza por
sí o por medio de otro el hecho punible y los que lo cometan
conjuntamente serán reprimidos con la pena establecida para tal
infracción”. A su vez, distingue tres formas en que una persona puede
cometer un delito (realizarlo) en calidad de autor: a) cuando realiza por
sí misma el hecho punible; b) cuando realiza por medio de otro el hecho
punible; c) cuando realiza el hecho punible juntamente con otro u otros.
 La doctrina precisa que solamente puede hacerse tal delimitación en los
tipos dolosos. Así, define como autor de delito doloso a “[a] aquel que
mediante una conducción consciente de fin, del acontecer causal en
dirección del resultado típico, es señor sobre la realización del
tipo”[8]. Es decir, el autor puede manipular sobre el resultado del hecho
y puede desistirse inclusive.

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