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La Teoría y Práctica de las Relaciones Internacionales Perspectivas Analíticas

en Disputa
Andrew L. Ross

Para el realismo, los estados son los actores más importantes, tienen unidad y
racionalidad y la seguridad nacional domina la jerarquía de las cuestiones
internacionales. El liberalismo enfatiza la función de los actores no estatales,
manifiesta que el estado no es ni unitario ni racional y amplía la agenda de la
política internacional a los temas económicos y sociales. El marxismo tiene su
enfoque en la naturaleza capitalista del sistema internacional, su desarrollo histórico,
en la dominación de las sociedades industriales avanzadas y la subordinación de las
sociedades menos desarrolladas y en la forma en que las economías moldean los
acontecimientos políticos. ¿Cuál de las tres perspectivas analíticas resulta útil?, ¿Se
excluyen mutuamente el realismo, el liberalismo y el marxismo? ¿Qué perspectiva
debería ejercer más influencia sobre las elecciones estratégicas de los EE.UU.?
La teoría debería iluminar en forma permanente todos los fenómenos, de manera
que podamos reconocer y erradicar más fácilmente los obstáculos que surgen de la
ignorancia; debería mostrar cómo se relaciona una cosa con la otra y mantener
separado lo que es importante de lo que no lo es... La teoría no puede llenar la
mente con fórmulas para resolver los problemas, ni puede marcar el estrecho
sendero donde se supone que radica la única solución, resguardando principios a
uno u otro lado. Pero sí puede brindarle a la mente un conocimiento más profundo
de la gran masa de los fenómenos y sus relaciones...- Carl von Clausewitz. 1
La teoría es un requisito previo para la acción. Ya sea de manera consciente o
inconsciente, son las ideas respecto de la forma en que funciona el mundo y las
expectativas sobre los resultados que se buscan, las que moldean las acciones. La
acción efectiva requiere entendimiento y no hay entendimiento sin teoría. 2 La teoría
está incorporada en los conceptos, en los marcos analíticos y en los enfoques
empleados por los estrategas y planificadores de fuerzas. Las decisiones que toman
tienen su base en hipótesis -algunas explícitas, algunas implícitas, algunas simples,
inclusive simplistas, algunas sofisticadas-sobre los acontecimientos que requieren
respuesta, los problemas para los que hay que prepararse y la medida en que
puede moldearse el mundo del futuro. La teoría es ubicua.
Las ideas, con frecuencia no reconocidas, sobre las que se basan las acciones de
los líderes políticos y militares responsables de las interacciones de sus países con
el resto del mundo, tienen sus raíces en tradiciones intelectuales opuestas que dan
sustento a los análisis de las cuestiones de política, economía y seguridad
internacional. Según ha observado el economista John Maynard Keynes: "las ideas
de los economistas y filósofos políticos....son más poderosas de lo que por lo
general se cree...los hombres prácticos que se consideran exentos de cualquier
influencia intelectual, generalmente son esclavos de difuntos escritores académicos
del pasado.3 Los desacuerdos entre los profesionales se originan en desacuerdos
entre los teóricos y analistas que intentan explicar las relaciones internacionales.
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Consideremos las siguientes evaluaciones divergentes sobre el fin de la Guerra Fría
por John Mearsheimer, un ex oficial del Ejército y de la Fuerza Aérea, que luego
trabajó como profesor de ciencia política en la Universidad de Chicago (ja pesar de
haber estudiado en West Point!) y Jessica Mathews, quien trabajó para el Consejo
de Seguridad Nacional y como Subsecretario de Estado Adjunto para Asuntos
Globales antes de convertirse en la presidente del Carnegie Endowment for
International Peace (Fundación Carnegie para la Paz Internacional). Según
Mearsheimer, la finalización de la Guerra Fría no significa el fin del sistema estatal,
ni que los estados deban preocuparse menos por la seguridad, que durante la
guerra fría. La política internacional seguirá siendo una actividad fundamentalmente
competitiva que involucra a los estados con capacidad para infligirse daños masivos
unos a otros.4
Mathews tiene una visión diferente:
El fin de la Guerra Fría no sólo ha producido ajustes entre los estados, sino una
nueva redistribución del poder entre los estados, los mercados y la sociedad civil.
Los gobiernos nacionales no sólo están perdiendo autonomía en la economía de la
globalización. Están compartiendo poderes -inclusive funciones políticas, sociales y
de seguridad centrales a la soberanía- con empresas, con organizaciones
internacionales y con numerosos grupos de ciudadanos conocidos como
organizaciones no gubernamentales... Hoy están despareciendo los absolutos
esenciales al sistema Westfaliano, que postulaba la existencia de estados
territoriales donde todo lo que tiene valor se encuentra dentro de las fronteras de
mismo; una autoridad única, secular, que gobierna cada territorio y que lo
representa en el exterior y ninguna autoridad por encima de esos estados. 5
El desacuerdo entre Mearsheimer y Mathews es sólo la punta del iceberg. Existe y
ha existido durante mucho tiempo un importante debate entre los analistas respecto
de la naturaleza de las relaciones internacionales en el pasado, en la actualidad y
en el futuro probable. El fin de la guerra fría sólo sirvió para reforzar conflictos de
larga data. Ya sea que uno se concentre en los actores que se consideran los más
importantes, en la importancia relativa de los niveles de análisis sistémicos,
nacionales o individuales, en la evolución de la estructura del sistema internacional,
en la preeminencia de los atributos nacionales tales como la democracia, la relación
entre la política y la economía o las áreas problemáticas consideradas de la mayor
importancia, abundan las controversias.
Esta controversia no puede desestimarse fácilmente. El análisis de las relaciones
internacionales hoy no puede basarse y de hecho, jamás se ha basado, en un solo
enfoque conceptual o paradigma.6 Por el contrario, ha tomado forma a partir de lo
que Stanley Hoffman denominó "las tres grandes teorías de la política
internacional"7: realismo, liberalismo y marxismo. Las conflictivas y hasta
contradictorias hipótesis que constituyen las bases sobre las cuales se han
construido estas tres teorías comportan la raíz de las controversias analíticas
evidentes en los trabajos contemporáneos sobre relaciones internacionales.

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Los argumentos adelantados por Mearsheimer y Mathews muestran
apropiadamente las diferencias entre e realismo y el liberalismo: las dos
perspectivas analíticas que dan forma al debate estratégico en marcha en los
EE.UU. Aunque no tan ausente en los EE.UU. como intentaron hacernos creer sus
críticos, tanto en el pasado como en la actualidad, el marxismo ya no es extraño
para nadie. El Marxismo, o quizás más precisamente el Por lo tanto, un
neomarxismo ha sido, por años, la base de debates y opciones en todo el mundo.
Por lo tanto un entendimiento adecuado de los problemas, debates y opciones que
enfrenta no sólo EE.UU. sino la comunidad internacional, requiere un conocimiento
de los principios fundamentales subyacentes en las tres tradiciones analíticas.
Según ha escrito Michael Doyle, “... al final del siglo veinte, se necesita cada uno de
esos principios para comprender la política en el mundo.” 8
Las tres tradiciones analíticas sobre las relaciones internacionales y las
controversias resultantes no son de poca importancia. No son ellas meras
curiosidades académicas que los hombres y mujeres de acción pueden ignorar.
Directa o indirectamente, las tres tradiciones intelectuales dan forma a las
percepciones de lo importante y lo no importante en las relaciones internacionales,
suministran las bases de los análisis de cómo funciona el mundo, sirven como
fuente de alternativas estratégicas para manejar problemas internacionales y. en
última instancia, constituyen las bases de las elecciones de los decisores. 9 Es así
que los decisores, tanto como los analistas, ya sea en forma implícita o explícita,
reciben la influencia de estos marcos intelectuales. Y los decisores, no menos que
los analistas, deben estar conscientes de las hipótesis sobre las cuales se basan
sus elecciones. Quien se dedique seriamente a las cuestiones internacionales debe
prestar atención a los postulados del realismo, el liberalismo y el marxismo. Según
ha expresado Stephen Walt; "existe un enlace inevitable entre el mundo abstracto
de la teoría y el mundo real [sic!] de la política" 10 Las ideas tienen importancia.11
El objetivo aquí es no tratar de resolver las diferencias entre el realismo, el
liberalismo y el marxismo ni argumentar a favor de uno a expensas de los otros.
Algunas diferencias, puede decirse, son insuperables y, aunque no lo fueran, se
requeriría más que estas pocas páginas para abordarlas. Por lo tanto, el objetivo
aquí es más limitado: transmitir la esencia de cada una de las tradiciones analíticas,
identificar las hipótesis centrales de cada perspectiva y aliviar las tensiones entre
ellas.

El Realismo

Si bien ningún paradigma ha regido la teoría y práctica de las relaciones


internacionales por sí solo, los proponentes de cada una de las tres tradiciones
intelectuales, aunque pueden no haber ejercido una dominación casi hegemónica,
seguramente han aspirado a ello. Como ha observado un notable actor de los
debates tanto políticos como teóricos: "El realismo ha sido la tradición dominante en
el pensamiento de la política internacional." 12 El predominio del realismo se debe, en
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parte, a su larga e ilustre tradición. Mucho antes de que surgiera el término
realpolitik (política real), la esencia del pensamiento y el comportamiento realista
fueron captados en el concepto renacentista de la raison d'etat. El distinguido linaje
intelectual del realismo incluye entre otros, a Tucídides, Maquiavelo y Hobbes. 13
Este fuerte legado ha dado forma a los escritos de analistas más recientes, tales
como Hans Morgenthau,14 Kenneth Waltz,15 y John Mearsheimer16 así como las
acciones de figuras políticas como Richard Nixon y Henry Kissinger.
La preocupación central del realismo es la guerra y la paz. Dado que es la guerra la
situación que más amenaza la supervivencia de los pueblos y los estados, los
realistas se concentran en las guerras, especialmente en las guerras importantes
entre potencias, las causas de las guerras y cómo se podrían evitar. En
consecuencia, los profesionales alineados en el realismo están preocupados por
mantener la seguridad nacional contra las amenazas militares externas.
El realismo contemporáneo gira en torno de seis hipótesis principales respecto de
cómo funciona el mundo. La primera es que la política internacional es anárquica.
Aquí la anarquía no debe tomarse como equivalente al caos. Los realistas
consideran que el sistema internacional es anárquico porque, a diferencia de los
sistemas políticos nacionales, no existe una autoridad política central que gobierne
las unidades que conforman el sistema internacional. El sistema político
internacional está formado por unidades políticas soberanas independientes -los
estados- que no están sujetos ni regidos por autoridades políticas superiores. La
soberanía reside en los estados, precisamente debido a la ausencia de una
autoridad política central capaz de imponer el orden. La soberanía estatal significa
que "formalmente, cada uno es un igual a todos los otros. Ninguno tiene derecho de
ordenar, ninguno tiene la obligación de obedecer" 17 Esta es la razón por la cual la
anarquía prevalece en el sistema internacional.
La segunda de las hipótesis centrales es que el estado constituye la unidad política
más importante, el actor fundamental en el sistema internacional. Las relaciones
internacionales son las relaciones entre los estados. Los realistas reconocen, por
supuesto, la existencia de otros actores no estatales. Pero sostienen que los actores
no estatales no poseen ni la independencia ni las capacidades de los estados, en
particular de los estados más importantes. Están formados por estados
(organizaciones internacionales) o sujetos a ellos (organizaciones no
gubernamentales). Los actores no estatales aún deben alcanzar la condición de
estados. Sólo los estados son actores soberanos. Son los estados soberanos los
que continúan tomando las decisiones críticas en las relaciones internacionales
decisiones sobre la guerra y la paz.
En tercer lugar, los estados son actores unitarios. A los fines analíticos, los realistas
parten de la hipótesis de que los estados son actores unitarios, integrados que
hablan con una sola voz en sus relaciones con otros estados. Los países confrontan
al resto del mundo unidos, es el estado o el gobierno central el que trata con otros
estados. El estado y la sociedad son uno, y los estados hablan por las sociedades, a
las que representan. Los actores nacionales o sociales como los partidos políticos,
las clases, los grupos de interés y los individuos no pueden representar al país en
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su totalidad en las cuestiones internacionales; sus intereses están subordinados al
superior interés del estado. En forma similar, se supone que los componentes del
estado deben coordinar su comportamiento y no actuar en forma independiente.
Según las palabras de Viotti y Kauppi "El estado es un actor unitario en el sentido de
que los realistas suponen que, en un momento determinado, tienen una sola política
sobre un tema determinado."18 Una vez tomadas las decisiones, los desacuerdos se
dejan de lado y el gobierno habla con una voz. Ni el poder ejecutivo, ni el legislativo,
ni el judicial, ni las diversas burocracias que conforman el poder ejecutivo poseen
intereses independientes del más amplio interés del estado o la nación.
Los realistas son conscientes de que ocasionalmente hay excepciones a esta regla.
No es frecuente, tal vez cuando se trata de cuestiones menores y los riesgos son
bajos, o cuando no existe una posición oficial, que los componentes del gobierno
pueden manifestar su desacuerdo en forma pública o los actores sociales pueden
expresare o actuar en forma independiente. Los realistas insisten, sin embargo, en
que si las cuestiones son importantes o hay mucho en juego, no se produce, o
rápidamente se disuelve, cualquier esfuerzo por realizar negociaciones
independientes, sin coordinar con el resto del mundo. Por lo tanto, la hipótesis de
que los estados son actores unitarios continúa siendo una hipótesis válida.
En cuarto lugar, los realistas también suponen que, a los fines del análisis, los
estados son actores racionales tanto como actores unitarios. 19 Se supone que los
estados tienen la habilidad de identificar sus intereses y objetivos, reconocer los
desafíos y las amenazas a sus intereses y objetivos, evaluar las alternativas que les
permitan enfrentar los desafíos y amenazas, y elegir la alternativa que maximice sus
intereses y objetivos. Por tanto, esta racionalidad es una racionalidad instrumental:
los estados son capaces de realizar cálculos de costo- beneficio dentro del contexto
de sus intereses y objetivos.
Los realistas son cautelosos al observar que, a pesar de la supuesta racionalidad
de los estados, el éxito no hagan malos cálculos por está garantizado. La
racionalidad no impide que los estados cometan errores disponer de información
incompleta e imprecisa. También ofrece poca protección contra los esfuerzos
deliberados de algunos estados por engañar a otros estados respecto de sus
intenciones, fortalezas y debilidades.
La quinta de las hipótesis principales del realismo sostiene que el sistema
internacional es el elemento más importante en la determinación del
comportamiento de un estado. En un sistema anárquico de estados soberanos que
interactúan sin el beneficio de una autoridad central capaz de imponer orden,
proveer seguridad, resolver conflictos y hacer cumplir las decisiones, los estados
deben valerse por sí mismos. El sistema internacional, en otras palabras, es un
sistema de auto ayuda.20 En un sistema de auto ayuda, los estados buscan asegurar
su supervivencia mediante la acumulación de las capacidades, o poderes,
necesarios para mantener la seguridad nacional. El poder que más importa a los
estados no es el poder absoluto sino el relativo, especialmente el poder militar
ofensivo y defensivo. Según la explicación de Mearsheimer: "...cuanto mayor es la
ventaja militar de un país sobre los otros, mayor es su seguridad. Cada estado
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desearía tener el poder militar más formidable dentro del sistema ya que es la mejor
manera de garantizar la supervivencia en un mundo que puede ser peligroso. 21 La
competencia por el poder y, por ende, los conflictos, son inherentes a un sistema
anárquico, de auto ayuda - es imposible que cada estado tenga el "poder militar más
formidable del sistema." Por tanto, para los realistas, el conflicto es inevitable y las
políticas internacionales constituyen un juego de suma cero. Cuando lo que importa
no es el poder absoluto sino el relativo, los estados pueden solo incrementar su
poder a expensas de otros. Si un estado gana, el otro debe perder.
Ningún estado es inmune a la lucha a la que induce el sistema por la supervivencia
y el poder. Ya sea que los estados persigan el poder mediante la construcción de
capacidades internas o mediante alianzas y/o coaliciones externas, se encuentran
motivados por esta lucha. Ni aun los estados que intentan aislarse a través de la
adquisición de capacidades militares defensivas más que ofensivas encontrarán
refugio. Los demás no dejarán de percibir una intención maligna y reaccionarán
aumentando sus propias capacidades militares, llevando al estado orientado a la
defensa, a responder. Este dilema de la seguridad es inevitable en la anarquía. 22 No
se puede escapar de las amenazas de guerra del mundo anárquico del realismo.
Las explicaciones realistas contemporáneas, destacan claramente las implicancias
de una anarquía sistémica sobre el comportamiento del estado. Las características
de los estados y líderes tienen poca importancia. No son las características de los
estados -si es que son democráticos, autoritarios o totalitarios, republicanos o
anárquicos- ni las de los líderes -ya sean idealistas o pragmáticos, morales,
amorales o inmorales- sino la naturaleza anárquica del sistema internacional, su
estructura y la posición que ocupa un estado dentro del sistema, lo que determina el
comportamiento del estado. De acuerdo con uno de los líderes del realismo... "el
realismo no distingue entre estados 'buenos' y 'malos' sino que, esencialmente, los
trata como bolas de billar de diferentes tamaños. 23
La sexta y última hipótesis del realismo es que, de todas las cuestiones que
manejan los estados en las relaciones internacionales, los temas de seguridad
nacional, en la forma en que se los ha concebido tradicionalmente, son los que más
importan.24 Los temas de seguridad son prioridad en las agendas de las naciones.
Para los realistas, la gran estrategia y la seguridad nacional constituyen la esencia
de la alta política; todo lo demás, incluyendo la economía está relegado a la baja
política. Esto no quiere decir que las cuestiones económicas no sean importantes.
Más bien, significa que los realistas plantean que los temas de seguridad y los
temas políticos relacionados, tienen prioridad sobre los temas económicos, no
importa cuán vitales sean. En verdad, la alta política domina y da forma a la baja
política, la política determina la economía - la economía está sujeta a la lógica de la
política.25 Meansheimer es muy contundente en este punto: "...los estados operan
tanto en un entorno político internacional como en un entorno económico
internacional y el primero domina al segundo cuando ambos sistemas están en
conflicto... Dado que un estado no puede tener un objetivo superior que el de la
supervivencia, cuando hay que ejercer una presión verdadera, las consideraciones
políticas internacionales serán primordiales en la mente de los decisores. 26 En un

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sistema anárquico, de auto ayuda, los estados inevitablemente se preocupan por la
seguridad nacional, la integridad territorial y la utilidad y fungibilidad del poder
militar. Para los realistas, según observan Wayman y Diehl "la capacidad económica
es importante sólo como medio para reforzar, mejorar y sostener la capacidad
militar."27

Liberalismo

El liberalismo es, especialmente en los EE.UU. y Europa Occidental la corriente


intelectual que desafía al realismo.28 La estirpe intelectual del liberalismo que incluye
a Platón, Aristóteles, Grotius, Locke, Montesquieu, Rousseau, Kant, Bentham y, en
la economía, a Adam Smith y David Ricardo no es menos distinguida que la lista de
los exponentes del realismo.29 Y sus defensores contemporáneos - Graham
Allison30, Francis Fukuyama31, Robert Kehoane32 y Joseph Nye33 y John Ruggie34,
por ejemplo- son tan reconocidos como cualquiera de los defensores
contemporáneos del realismo. En cuanto a los líderes políticos del siglo veinte que
se unen al liberalismo más que al realismo, los liberales colocan a Woodrow Wilson
y a Franklin Roosevelt como los opositores a los realistas Richard Nixon y Henry
Kissinger. Ud. elige.
Mientras los realistas se concentran en la guerra y la paz, el problema central de los
liberales es el conflicto y la cooperación. Los liberales han adoptado en forma
explícita una perspectiva más amplia que la de los realistas, cuya perspectiva,
argumentan, es demasiado estrecha, hasta miope. Las relaciones internacionales
son más que la guerra y la paz, la guerra no es la única forma de conflicto y la paz
no es la única forma de cooperación. La política internacional está impregnada de
conflictos económicos, ideológicos, culturales, sociales, religiosos y étnicos tanto
como militares. La guerra no es la única amenaza a la supervivencia de los pueblos
y de los estados: las pestes, la hambruna y las plagas también ponen en riesgo la
supervivencia de los pueblos y de los estados.35 Y la cooperación se lleva a cabo no
sólo cuando hay paz sino también cuando el conflicto prevalece. Aun durante la
Guerra Fría hubo cooperación entre EE.UU. y la Unión Soviética, entre la OTAN y el
Pacto de Varsovia; ocasionalmente, la cooperación para el control de armas sirvió
para mitigar el conflicto EE.UU.-Unión Soviética, Pacto de Varsovia-OTAN. Los
profesionales liberales, en consecuencia, no se encuentran tan aferrados a los
temas limitados de seguridad nacional como sus contrapartes realistas.
Los liberales continúan disputando cada precepto o hipótesis que los realistas
consideran primordiales.36 En primer lugar, tienen reparos al carácter de anárquico
que los realistas atribuyen al sistema internacional. Los analistas liberales están de
acuerdo con sus colegas realistas en que no existe una autoridad política central
dentro del sistema internacional que imponga orden, proporcione seguridad,
resuelva conflictos y exija decisiones. Pero destacan que los estados y los actores
cooperan, aun dentro de la anarquía, para que exista un orden, para mejorar la
seguridad, resolver conflictos y poner en práctica las decisiones. Es posible la
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existencia de una sociedad internacional aun en un sistema anárquico de estados. 37
Se ha desarrollado principios, normas, reglas, convenciones y procedimientos,
algunos de ellos instituidos en el derecho internacional, para limitar, e inclusive, regir
el comportamiento de los estados y otros actores. 38 Los estados se han unido e
invertido su soberanía para establecer instituciones y sistemas internacionales
donde se materializan tales principios, normas, reglas, convenciones y
procedimientos.39 "La anarquía" según la define Alexander Wend "es lo que los
estados hacen de ella."40 La soberanía del estado no es inviolable, con frecuencia y,
en forma deliberada, se la cede en un esfuerzo por crear y mantener instituciones
que sirven de base para el orden y la sociedad internacional. Por lo tanto, según el
criterio de los liberales, la soberanía es menos importante que para los realistas.
Parecería que la soberanía está más celosamente protegida por los realistas que
por los estados.41 En segundo lugar, los liberales rechazan lo que ellos consideran
un estrecho enfoque del realismo que considera al estado como el actor central. 42
Los estados no siempre son los actores centrales, especialmente, en lo que
respecta a las cuestiones económicas internacionales, donde se destinan miles de
millones de dólares por día a transacciones en las que los estados no participan. El
alcance de las relaciones internacionales es mucho más amplio que el que los
realistas reconocen; las relaciones internacionales implican más que las
interacciones entre los estados. Incluye también las actividades de una verdadera
sopa de letras de instituciones internacionales, mundiales, regionales y funcionales
establecidas por los estados (tales como la ONU, UE, OSCE, OAU, OEA, ASEAN,
APEC, British Commonwealth, OCI, OECD y OPCE)43 organizaciones no
gubernamentales (Amnistía Internacional, CARE, Greenpeace, Oxfam y La Cruz
Roja, entre otras), corporaciones multinacionales, organizaciones criminales,
carteles de drogas, e individuos que operan a través de las fronteras de los estados.
Estos actores no estatales tan diferentes y cada vez más numerosos interactúan
con actores estatales y no estatales. Introducen en la agenda internacional temas
que deberán ser analizados por los estados, se enfrentan a los estados y limitan su
comportamiento, con frecuencia burlan la autoridad del estado y, en ocasiones,
ejercen una influencia independiente sobre los acontecimientos. 44 Algunos actores
no estatales tienen medios que superan en varias veces los recursos de algunos de
los estados con los cuales negocian.
En tercer lugar, también se descarta la hipótesis de que los estados son actores
unitarios. Los estados no siempre se expresan con una sola voz cuando negocian
con otros actores. Los países no necesariamente enfrentan al resto del mundo como
un todo unido. El estado y la sociedad pueden no actuar como una unidad. Como
dicen Viotti y Kauppi: "la visión realista del estado como un actor unitario es una
abstracción que enmascara la esencia de la política que se encuentra,
principalmente, dentro del estado. El estado no es una entidad cosificada -una
abstracción a la cual debe tratarse como si fuera un ser físico que actúa con una
determinación única, siempre de manera coherente". 45 El comportamiento de los
estados no puede explicarse sin descomponer al estado en sus partes y examinar el
comportamiento de los componentes y subcomponentes, del gobierno y de los
grupos e individuos de la sociedad. Para explicar el comportamiento del estado, los

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analistas liberales recurren al proceso político de toma de decisiones y a los actores
que participan en tal proceso que es, con frecuencia, dificultoso.
Ni el estado ni el gobierno son una entidad abstracta, dentro de la caja negra que el
realismo considera al estado hay un gobierno formado por organizaciones y
burocracias, legislaturas y comisiones legislativas e individuos. Los estados actúan
cuando actúan las organizaciones, las burocracias y los individuos. Las decisiones
gubernamentales son producidas por organizaciones de mentalidad provinciana y,
en ocasiones, soberbia entre las que, con frecuencia, hay escasa coordinación.
Estas organizaciones basan totalmente sus acciones en procedimientos operativos
estándar; sus repertorios y su flexibilidad son limitados; en consecuencia, tienden a
adaptarse al cambio en forma lenta e incremental. Dentro de estas organizaciones
existen burocracias donde los jugadores están distribuidos por jerarquías.
Descartando la noción del realismo de un actor unitario, los liberales observan
muchos actores o jugadores: Jugadores que no se concentran en un tema
estratégico único sino en muchos diversos problemas intra-nacionales; los
jugadores que actúan sobre la base de un grupo de objetivos estratégicos no
uniformes sino, más bien, de acuerdo con varias concepciones de metas
nacionales, organizacionales y personales; jugadores que toman decisiones
gubernamentales no mediante una elección simple y racional, sino mediante el tira y
afloja que es la política.46
Las percepciones de estos jugadores y las posiciones que adoptan en las
cuestiones con que se encuentran, están muy teñidas por la posición que ocupan en
el proceso de toma de decisiones -el lugar desde el que uno mira depende del lugar
en el que está sentado.47
Los actores sociales -los partidos políticos, las clases, los grupos de interés, los
medios, los individuos- también buscan influir sobre las decisiones del gobierno.
Dichos actores sociales se enfrentan, compiten, negocian y transigen entre sí y con
los jugadores gubernamentales en la búsqueda de incidir sobre las decisiones y
acciones del gobierno. La política exterior así como la política nacional son el
resultado del toma y daca pluralista de la política. Muchos analistas liberales, en
realidad, rechazan la distinción realista entre lo nacional e internacional.
Este conjunto de actores públicos y privados -organizaciones, burocracias y
funcionarios gubernamentales y partidos políticos, clases, grupos de interés, los
medios y los individuos- tienen sus propios intereses y objetivos. Este conglomerado
de intereses públicos y privados, a veces en conflicto y, con frecuencia,
contradictorios, no guardan coherencia con la concepción realista de los "intereses
nacionales". Existen muchos intereses, pero pocos intereses nacionales
significativos. Por lo tanto, el concepto realista de interés nacional es, para los
analistas liberales, una construcción ambigua e inclusive vacía. En verdad, dado
que los debates sobre intereses nacionales van de lo abstracto a lo concreto, se
hace más difícil lograr un consenso.
Finalmente, los liberales argumentan que la concepción realista de estado como
actor unitario solo sirve para que los realistas no tengan que examinar de qué forma

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se toman las decisiones realmente y cómo se implementan. Según los liberales, los
realistas simplemente no ven la esencia y la complejidad de la política dentro y entre
los estados (o son demasiado cómodos para prestar atención a esos aspectos).
Una vez diseccionada la caja negra del estado, los liberales deben cuestionar
también la cuarta hipótesis del realismo: la que sostiene que los estados son actores
racionales. Si el comportamiento del estado es el resultado del tira y afloja de la
política y del conflicto y las concesiones una multitud de actores públicos y privados,
deben descartarse las nociones convencionales de racionalidad. Los estados no
solamente proceden de manera lógica y racional desde sus intereses y objetivos
hasta los desafíos o amenazas, sino que las alternativas para responder a los
desafíos o amenazas hasta, finalmente, la selección de alternativas que maximicen
sus intereses y objetivos. La política se infunde a cada paso del proceso de la toma
de decisiones. Según lo dice Allison "...lo que ocurre no se elige como una solución
a un problema sino que resulta de las concesiones, conflictos y confusiones de
funcionarios con intereses diversos e influencia desigual." 48 De esta manera, no nos
queda racionalidad sino con una "racionalidad limitada", sin maximización u
optimización del valor sino con la "satisfacción" del valor. 49
Su énfasis en la política de la toma de decisiones también lleva a los analistas
liberales a rechazar la quinta hipótesis del realismo. El sistema internacional no es
necesariamente el determinante más importante del comportamiento del estado. 50
Los determinantes a nivel nacional e individual compiten con los determinantes a
nivel sistema de la política internacional. Las características de los estados y sus
líderes pueden ser de gran importancia. Las democracias, parece, no se declaran la
guerra entre sí.51 En verdad, hemos visto el surgimiento de una comunidad con
seguridad democrática.52 Las democracias de Gran Bretaña y Francia se
comportaron de manera diferente a la de la Alemana Nazi de la década del treinta.
Los líderes políticos de los EE.UU. durante la guerra fría resaltaban que eran una
democracia, un país de mercado libre mientras que la Unión Soviética era un país
autoritario y comunista. Una Alemania democrática unida no inspira el mismo temor
que inspiraba la Alemania unida monárquica o totalitaria. A nivel individual, Churchill
y Hitler se comportaron de manera diferente, al igual que Roosevelt, Stalin y Gandhi
y Pol Pot. El comportamiento del estado no es simplemente el resultado de la
naturaleza anárquica del sistema internacional, su estructura y la posición del
estado dentro del sistema. La naturaleza de los estados y sus líderes también
importan.
Los analistas liberales rechazan también el argumento realista de que las relaciones
internacionales son por naturaleza conflictivas. A pesar de la naturaleza anárquica
del sistema internacional, la cooperación y el conflicto son evidentes entre los
estados. Los estados no siempre viven en armonía, pero tampoco están
constantemente en guerra entre sí. Con frecuencia, encuentran la forma de resolver
sus diferencias antes de ir a una guerra. Los estados cooperan tanto para mejorar
su seguridad como su bienestar económico. Las instituciones internacionales, la
interdependencia económica internacional y la democracia trabajan para mitigar los
efectos de la anarquía que inducen a la guerra. Los beneficios mutuos que surgen

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de la cooperación demuestran que la política internacional puede ser un juego de
suma positiva. Los liberales se inclinan a acordar con Keynes en que: "si actuamos
de manera consistente sobre las hipótesis optimistas, estas hipótesis pueden llegar
a convertirse en realidad...si actuamos sobre hipótesis pesimistas, seguiremos, por
siempre [sic], en el abismo de lo deseado”. 53
Finalmente, los liberales observan una gran cantidad de problemas en las agendas
nacionales e internacionales y emplean una concepción de seguridad más amplia y
abarcativa. Según Robert Keohane: "Tenemos una agenda enorme." 54 Los temas de
seguridad nacional tradicionales no siempre son prioridad en las agendas
nacionales e internacionales.55 Los temas económicos rivalizan con los temas de
seguridad cuando se trata de obtener mayores recursos; y un sinnúmero de otras
cuestiones -sociales, culturales, ideológicas, religiosas, ambientales y de bienestar
social- también se contraponen. La estrategia económica no es menos importante
que la estrategia de seguridad nacional. La distinción realista entre la alta y la baja
política es artificial y está pasada de moda. Y es la interacción entre la política y la
economía la que impulsa los acontecimientos; en realidad, la distinción entre política
y economía es tan artificial como la distinción entre la alta y la baja política. 56
Los liberales sostienen que los realistas han defendido, durante mucho tiempo, una
concepción innecesariamente limitada de la seguridad nacional. La seguridad, para
los liberales, implica más que la protección del país frente a las amenazas militares
externas.57 Las preocupaciones que no son de índole militar, por ejemplo, la
seguridad económica, la seguridad energética y la seguridad ambiental caen dentro
del más amplio alcance de la concepción de la seguridad nacional que tienen los
liberales. Las amenazas no militares pueden atentar tan seriamente a la vida y a la
integridad física como las amenazas militares. Según un informe "Sólo en el año
1996, aproximadamente entre 1 y 3 millones de personas murieron a causa de la
malaria... Entre 300 y 500 millones de personas son afectadas por esta enfermedad
cada año y se produce una muerte cada 15 segundos... Durante la última década, la
malaria ha matado 10 veces más niños que las guerras durante el mismo periodo." 58
¿Cuál es la lógica que hace que la guerra sea prioritaria en la seguridad nacional a
expensas de asesinos transnacionales tales como la malaria, el dengue, la fiebre
hemorrágica, y el SIDA?

Marxismo

Las teorías marxistas60 están tan lejos del realismo como del liberalismo. 61 Las
hipótesis y las categorías analíticas realistas y liberales tradicionales son
descartadas o se ponen de cabeza. Probablemente, ninguna tradición intelectual ha
sido más difamada, distorsionada y mal interpretada, especialmente por los políticos
uniformados y sus seguidores en los EE.UU. 62 No obstante, el marxismo ha sido de
gran influencia, tanto en lo político como en lo intelectual. Los poderosos escritos
intelectuales de Marx, Engels, y Lenin continúan resonando en los trabajos
contemporáneos de los eminentes economistas, historiadores, científicos políticos y
La Teoría y Práctica de las Relaciones Internacionales Perspectivas Analíticas en Disputa - 1
Andrew L. Ross 1
sociólogos neo-marxistas tales como Theotonio Dos Santos, 63 Eric Hobsbawn, 64
William Appleman Williams, 65 Peter Evans, 66 Fernando Henrique Cardoso, 67 e
Immanuel Wallerstein.
El fin de la lucha ideológica entre los EE.UU. y la Unión Soviética y la desaparición
de ésta última no significaron la muerte del marxismo; estos acontecimientos "en
realidad... no dicen nada sobre la validez de la teoría marxista." 69 El marxismo es
anterior a la Unión Soviética y, ha sobrevivido a la desaparición de la misma, sigue
vigente y prospera aun luego de su caída. En verdad, de acuerdo con lo expresado
por Timothy Garton Ash "el final de los regímenes marxistas en Europa ha
contribuido al resurgimiento del análisis marxista." 70 Tanto los pueblos del ex imperio
soviético como el marxismo mismo han sido liberados con el colapso del imperio.
Aquellos que alguna vez se vieron atrapados por las garras de la ortodoxia
occidental que indujo a la guerra fría ahora tienen libertad para reconocer, aunque
sea de mala gana, los duraderos y profundos conocimientos del análisis marxista y
neo-marxista.
Después de todo, la globalización económica que ahora se celebra en el "Consenso
de Washington" del mercado libre, había sido pronosticada por Marx. Para Marx y
los Marxistas, la globalización es inherente a la lógica inevitable del capitalismo. Si
se permite al capitalismo y a sus contradicciones internas causar un desastre de
mayor escala que en el pasado, la globalización, puede llegar a confundir a sus
seguidores. El crecimiento y la riqueza ensalzados por los triunfalistas del
capitalismo mundial han beneficiado más a unos que a otros. Inclusive la voz de The
New York Times, ha reconocido que aún quedan lugares en el mundo a los cuales
no ha llegado la riqueza."71 Debe recordarse que fue el capitalismo el que originó el
marxismo. El marxismo de Marx es, fundamentalmente, una crítica del capitalismo.
Siempre que el capitalismo, según lo ha expresado Howard Sherman "continúe
mostrando los mismos síntomas de enfermedad como crisis, explotación,
discriminación, contaminación, guerra y marginación," 72 seguirá existiendo el
marxismo.
Debería ser evidente que el problema central del marxismo no es la guerra ni la paz
ni los conflictos ni la cooperación. La guerra, la paz, los conflictos y la cooperación,
para los marxistas, son meras manifestaciones de una realidad subyacente, más
profunda. Los Marxistas se preocupan por las estructuras materiales de dominación
y subordinación y las consecuentes inequidades que se encuentran dentro de una
misma sociedad y entre ellas.
Las hipótesis subyacentes al marxismo difieren, en forma significativa, de aquéllas
sobre las que se apoyan el realismo y el liberalismo. En primer lugar, los marxistas,
aceptan el énfasis que ponen los realistas sobre la importancia del contexto
internacional dentro del cual se producen las interacciones. Pero su caracterización
de este contexto internacional difiere fundamentalmente del que proponen los
realistas. Los marxistas no se concentran en las implicancias de un sistema
anárquico internacional sino en la economía politica mundial. La característica más
importante del sistema internacional no es ni la anarquía del realismo ni el
institucionalismo y la interdependencia del liberalismo; más bien, para el marxismo,
La Teoría y Práctica de las Relaciones Internacionales Perspectivas Analíticas en Disputa - 1
Andrew L. Ross 2
la característica más importante del sistema internacional es que es capitalista. Por
lo tanto, lo que es clave para su entendimiento no es la lógica política del sistema
político internacional según la ve el realismo o el liberalismo, sino la lógica
económica del sistema mundial capitalista.
En segundo lugar, el desarrollo histórico de la economía mundial capitalista es un
elemento central para comprender su lógica y funcionamiento. En síntesis, la
posición dominante de algunas sociedades y la posición subordinada de otras es el
resultado del desarrollo y funcionamiento del sistema mundial moderno, es decir,
capitalista.73 Algunas sociedades se han beneficiado a partir del desarrollo y
funcionamiento del sistema mundial capitalista, otras no.
La historia del sistema mundial capitalista es la historia de su surgimiento a partir de
la Europa feudal, su transformación desde sus modelos agrícola, al industrial y
luego al financiero y luego su expansión. Esa expansión desde una base
inicialmente europea hasta la incorporación del resto del mundo ocurrió a causa del
imperialismo mercantilista de los estados capitalistas de Europa. Las dos olas de la
conquista imperial europea colocaron, primero al hemisferio occidental y luego, a
Asia y a África bajo el dominio del capitalismo. Durante el desarrollo y la expansión
del sistema capitalista, las primeras sociedades capitalistas de Europa y América del
Norte emergieron como centros del poder industrial y financiero. Quienes se
incorporaron más tarde al capitalismo en Latinoamérica, África y Asia sirvieron a las
sociedades dominantes como fuentes de productos agrícolas, recursos naturales y
mano de obra de bajo costo y, al mismo tiempo, como mercados para los productos
que fabricaban.
Las posiciones asimétricas de las distintas sociedades en el orden del mundo
capitalista son el resultado del desarrollo desparejo del capitalismo. El desarrollo y la
expansión histórica del sistema mundial capitalista dejó a las sociedades
industriales avanzadas del "Norte" con un ascendiente sobre menos desarrolladas
(o, para ser más optimistas, en vías de desarrollo) sociedades del "Sur". De acuerdo
con la lógica materialista del marxismo, las sociedades menos desarrolladas son
poco desarrolladas no porque no pudieran adaptarse a las formas del capitalismo e
integrarse completamente en el sistema mundial capitalista, como los economistas
liberales clásicos quisieran que creamos, sino por la forma en que se desarrolló y se
expandió el capitalismo para absorberlas. En consecuencia, las sociedades menos
desarrolladas en la economía mundial capitalista han estado subordinadas y han
dependido de las sociedades industriales avanzadas. Ni aun las sociedades en
desarrollo más avanzadas han podido ejercer ninguna medida de influencia
significativa sobre el destino de sus economías; su desarrollo continua dependiendo
de las carteras de inversiones de los capitalistas y de las inversiones directas de las
corporaciones multinacionales del Norte.
En tercer lugar, los actores más importantes para los marxistas no son los estados
sino las clases. Según han escrito Marx y Engels: "La historia de toda la sociedad
hasta hoy es la historia de la lucha de las clases" 74 Las clases se definen por su
relación con los medios de producción. Los propietarios de los medios, o los
factores o la producción -la tierra, la tecnología y el capital- constituyen la clase
La Teoría y Práctica de las Relaciones Internacionales Perspectivas Analíticas en Disputa - 1
Andrew L. Ross 3
dominante de la sociedad -la burguesía o los capitalistas. Los empleados por los
propietarios de los medios de producción constituyen la clase subordinada de la
sociedad -el proletariado, los obreros. De esta manera, tenemos estructuras
paralelas de dominación y subordinación a nivel nacional e internacional. Asimismo,
los propietarios de los medios de producción y los trabajadores en las sociedades
industriales avanzadas comparten más intereses con sus pares en las sociedades
en vías de desarrollo que entre sí, pero tanto los capitalistas como los trabajadores
en las sociedades industriales avanzadas se encuentran en posiciones superiores a
las de sus contrapartes en otros países y se esforzarán para mantener sus ventajas.
Los actores en los que se concentran los realistas y liberales son, para los
marxistas, poco más que herramientas de la clase capitalista dominante. Los
estados, las instituciones internacionales, los partidos políticos y los grupos de
interés son útiles a los intereses de la elite gobernante del capitalismo. La clase
dirigente capitalista usa a los estados para administrar las cuestiones nacionales e
internacionales del capitalismo, en especial, garantizando y exigiendo los derechos
de propiedad. Mientras los realistas observan que los estados chocan al intentar
maximizar los intereses nacionales, los marxistas sostienen que las clases entran en
conflicto al intentar maximizar los intereses de las clases. En palabras de Marx y
Engels, "El poder ejecutivo del Estado moderno no es más que un comité para
administrar las cuestiones comunes de toda la burguesía." 75 Los intereses
nacionales se establecen sobre la base de los intereses de quienes poseen los
medios de producción. Para los marxistas, los intereses de las clases dominan los
intereses nacionales.
En cuarto lugar, como puede observarse en las experiencias históricas y posiciones
asimétricas de la burguesía y el proletariado y de las sociedades industrializadas
avanzadas y las menos desarrolladas, existen ganadores y perdedores en el
sistema del mundo capitalista. Dentro de las sociedades, los capitalistas ricos y con
poder político dominan, inclusive explotan y a los trabajadores pobres que no tienen
poder político.76 A nivel internacional, las sociedades industriales avanzadas ricas y
políticamente poderosas dominan a las sociedades menos desarrolladas pobres y
sin poder político. De esta manera, tanto para los marxistas como para los realistas,
las relaciones internacionales son por naturaleza conflictivas y por lo general son
juegos de suma cero más que juegos de suma positiva.
En quinto y último lugar, mientras los realistas consideran que la política determina
la economía y, según los liberales, la interacción entre la política y la economía
impulsa los acontecimientos, para los marxistas, la lógica de la economía. La
economía es la base o el economía determina la política -la política está sujeta a
pilar de la sociedad, todo lo demás, incluyendo la política (y el estado) son meras
superestructuras. La economía es la llave que abre la puerta hacia el entendimiento
de la dinámica del sistema mundial. De esta manera, mientras los realistas ignoran
los estragos que causa la malaria y los liberales argumentan que debería
considerarse una amenaza a la seguridad nacional, los marxistas, más
radicalmente, manifiestan que "El dinero que se destina a la investigación de la
malaria es escaso, en parte, porque la enfermedad afecta principalmente a la gente

La Teoría y Práctica de las Relaciones Internacionales Perspectivas Analíticas en Disputa - 1


Andrew L. Ross 4
carenciada y los laboratorios farmacéuticos de occidente dudan que las poblaciones
del tercer mundo puedan pagar una nueva vacuna contra la malaria aun cuando se
desarrollara."77
Se puede apostar que en 2100, más o menos un par de décadas, el capitalismo de
la propiedad privada y él mercado libre se encontrará nuevamente sitiado, sacudido
como lo estuvo en 1848 y en 1917 y en la década de 1930 por las conmociones que
desata este magnífico y a la vez feroz sistema.
- Kurt Andersen78

Realismo, Liberalismo, Marxismo y Estructura del Sistema

Las divergentes concepciones de la estructura del sistema internacional que


proponen los realistas, los liberales y los marxistas son un ejemplo concreto de las
diferencias reales entre las tres perspectiva analíticas.
Para los realistas, la estructura del sistema está determinada por la distribución de
los recursos entre los estados.
La estructura del sistema internacional depende de la cantidad de estados con los
mayores recursos de poder. Se ha dicho que en los siglos dieciocho y diecinueve, el
sistema de estados europeos era multipolar, con cinco poderes principales -Gran
Bretaña, Francia, Rusia, Prusia/Alemania y el imperio Austro-Húngaro- que
luchaban por el poder y la influencia. Más recientemente, durante la guerra fría de la
segunda mitad del siglo veinte, cuando dos potencias o superpotencias dominaban
la política internacional, el sistema internacional era considerado bipolar. Al finalizar
la guerra fría y, en consecuencia, terminar anticipadamente el siglo veinte, el
sistema internacional adoptó, alternativamente, una estructura unipolar, en la que
EE.UU. era la única súper potencia; multipolar, donde EE.UU. debía luchar con
otras potencias como Rusia, China, Japón e, inclusive, la "Europa" de la Unión
Europea o la "Europa" de Gran Bretaña, Francia y una nueva Alemania unida, o, en
transición de una estructura unipolar a otra multipolar.
Típicamente, la conceptualización de la estructura del sistema contemporáneo de
los liberales tiene más matices y es más compleja. El mundo no es simplemente
unipolar, bipolar o multipolar. Dice Joseph Nye que "El poder se está volviendo más
multidimensional, las estructuras más complejas los estados más permeables. Esta
complejidad adicional significa que el orden mundial debe descansar sobre algo más
que el tradicional balance del poder." 79 Nye, describe el sistema internacional post-
guerra fría como una torta en capas. La capa superior es militar y, por ende,
unipolar, EE.UU. continúa siendo la principal potencia militar. En el medio, existe
una capa económica que ha sido tripolar desde principios de la década de 1970. En
la parte inferior, hay una capa de interdependencia transnacional que refleja la
difusión y fragmentación del poder. Aquí se encuentran "relaciones transnacionales

La Teoría y Práctica de las Relaciones Internacionales Perspectivas Analíticas en Disputa - 1


Andrew L. Ross 5
que cruzan las fronteras más allá del control del gobierno y que incluyen actores tan
diversos como banqueros y terroristas..."80
Para los marxistas, la finalización de la guerra fría no alteró la estructura del sistema
mundial. La estructura del sistema está determinada económicamente. Puede
ilustrarse como un conjunto de tres círculos concéntricos. En la parte central se
encuentra el núcleo, formado por las sociedades industriales avanzadas
dominantes. Fuera del círculo está la periferia, las sociedades menos desarrolladas
de América Latina, África y Asia. En el medio, se encuentra la semiperiferia, una
combinación de las sociedades que evolucionan desde la periferia hasta el núcleo y
aquellas que ya no pertenecen al núcleo. Según Wallerstein, esta estructura ha
existido desde el año 1640.81 Ha sobrevivido conmociones más graves que las
originados por la finalización de la guerra fría y continúa firme y en pie.
Los realistas siguen muy preocupados por la guerra entre las grandes potencias.
Dado que generalmente argumentan que los sistemas bipolares son más estables
que los sistemas multipolares, el cambio de la bipolaridad a la multipolaridad ha
causado alarma entre algunos analistas.82 Los liberales, más convencidos que los
realistas de los efectos pacificadores de las instituciones internacionales, la
interdependencia económica y el surgimiento de una comunidad de seguridad
democrática, se encuentran menos preocupados por los conflictos entre potencias
que por los conflictos regionales y de las comunidades. 83 Los marxistas señalan el
creciente abismo entre el núcleo y la periferia, los que tienen y los marginados,
como línea de falla central del sistema internacional. Los realistas responden que es
poco probable que los conflictos regionales, los conflictos internos entre las
comunidades y los desafíos de los marginados afecten el balance de poder entre los
estados más importantes. Para los realistas, las guerras principales entre las
potencias constituyen la única amenaza significativa a la estabilidad internacional.

A modo de cierre

Si bien existen lazos entre las tres perspectivas analíticas -por ejemplo, las
potencias más importantes del realismo constituyen el centro del sistema del mundo
capitalista marxista- las diferencias entre el realismo, el liberalismo, y el marxismo
aplastan sus similitudes. Los realistas y los marxistas brindan explicaciones
relativamente frugales, parsimoniosas respecto de cómo funciona el mundo. Pero
los realistas comienzan sus argumentos causales con la política mientras que los
marxistas comienzan con la economía. Los liberales se sienten obligados a
enmendar la parsimonia del realismo mediante diversas capas de complejidades
explicativas y sus argumentos causales enfatizan la interacción entre la política y la
economía. Abundan las divergentes y, con frecuencia, conflictivas hipótesis sobre
los problemas centrales de las relaciones internacionales, la naturaleza del sistema
internacional, los actores más importantes, la naturaleza del juego y la relación entre
la política y la economía.

La Teoría y Práctica de las Relaciones Internacionales Perspectivas Analíticas en Disputa - 1


Andrew L. Ross 6
No pueden ignorarse los desacuerdos entre realistas, liberales y marxistas. Los
debates teóricos e intelectuales entre las tres tradiciones se siguen reflejando en el
debate político. En EE.UU., donde el realismo y el liberalismo dominan el discurso
político sobre el papel de Estados Unidos en el mundo, las alternativas de gran
estrategia que han surgido luego de la guerra fría están moldeadas por variantes del
realismo y liberalismo.84 Durante la década de 1990, las declaraciones de estrategia
sobre seguridad nacional del gobierno de Clinton, así como las del gobierno de
Bush se entienden como un diálogo entre realistas y liberales. Institucionalmente, el
Departamento de Defensa se inclina hacia el realismo mientras que el
Departamento de Estado tiende a favorecer al liberalismo. 85 El marxismo, por su
parte, aunque no da forma al debate estratégico en EE.UU., aparece entre los
críticos de las propuestas de las estrategias realistas y liberales. 86

Notas

El autor agradece a Peter H. Liotta y a Mackubin Owens, Jr., por sus agudos
comentarios a la primera versión de este ensayo. El presente capítulo se finalizó en
diciembre de 1999. El autor no se hace responsable de los cambios de paradigmas
que se hayan producido a partir de entonces.
1. Carl von Clausewitz, On War (Sobre la Guerra), editado y traducido por Michael
Howard y Peter Paret, (Princeton: Princeton University Press, 1976), p. 578.
2. "Las relaciones internacionales involucran el estudio de un gran número de
"hechos" sobre el mundo. Sin embargo, estos hechos son importantes sólo cuando
existe un marco donde colocarlos... Es la teoría la que proporciona el marco. . . ."
Ngaire Woods, "The Uses of Theory in the Study of International Relations," (Los
Usos de la Teoria en el Estudio de las Relaciones Internacionales), en Ngaire
Woods, ed., Explaining International Relations Since 1945 (Explicación de las
Relaciones Internacionales desde 1945), (Oxford: Oxford University Press, 1996), p.
9.
3. John Maynard Keynes, The General Theory of Employment, Interest, and Money
(Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero), (Nueva York: Harcourt, Brace,
1936), p. 383.
4. John J. Mearsheimer, "Disorder Restored," (El Desorden Restablecido) en
Graham Allison y Gregory F. Treverton, eds. Rethinking America's Security: Beyond
Cold War to New World Order, (Replanteo de la Seguridad de Norteamérica: Más
allá de la Guerra Fría hacia un Nuevo Orden Mundial) (Nueva York: W. W. Norton &
Company, 1992), p. 235.
5. Jessica T. Mathews, "Power Shift," (Desplazamiento del Poder) Foreign Affairs,
Vol. 76, No. 1 (Enero/Febrero 1997), p. 50.

La Teoría y Práctica de las Relaciones Internacionales Perspectivas Analíticas en Disputa - 1


Andrew L. Ross 7
6. El concepto de "paradigma", que acaba de incorporarse a nuestro vocabulario
político, ha sido totalmente mal interpretado y se ha abusado del término. Para una
correcta visión del tema véase Thomas S. Kuhn, The Structure of Scientific
Revolutions, (La Estructura de las Revoluciones Científicas) 2da. Edición, (Chicago:
Chicago University Press, 1970).
7. Stanley Hoffmann, "The Politics and Ethics of Military Intervention," (Ética y
Política de las Intervenciones Militares), Survival, Vol. 37, No. 4 (Invierno 1995-96),
p. 34.
8. Michael W. Doyle, Ways of War and Peace: Realism, Liberalism, and Socialism,
(Las Formas de la Guerra y la Paz: Realismo, Liberalismo y Socialismo) (Nueva
York: W. W. Norton & Company, 1997), pp. 26-27.
9. Para obtener información sobre la manera en que el realismo y el liberalismo han
dado forma a la política exterior de EE.UU., véase David Callahan, Between Two
Worlds: Realism, Idealism, and American Foreign Policy After the Cold War, (Entre
Dos Mundos: Realismo, Idealismo y Política Exterior de EE.UU. después de la
Guerra Fría). (Nueva York: HarperCollins, 1994).
10. Stephen M. Walt, "International Relations: One World, Many Theories,"
(Relaciones Internacionales: Un Mundo, Muchas Teorías). Foreign Policy, No. 110
(Primavera 1998), p. 29.
11. Para disipar cualquier duda sobre la importancia de las ideas, véase Robert
Conquest, Reflections on a Ravaged Century, (Reflexiones sobre un Siglo
Devastado), (Nueva York: Norton, 1999).
12. Joseph S. Nye, Jr., Understanding International Conflicts: An Introduction to
Theory and History, (Cómo Comprender los Conflictos Internacionales: Introducción
a la Teoría y la Historia). (Nueva York: HarperCollins, 1993), p. 3. Entre los nombres
utilizados para las diversas versiones de esta perspectiva analítica se encuentran:
realismo clásico, neo-realismo, realismo estructural, realismo ofensivo, realismo
defensivo y realismo neo-clásico. Para una descripción extensa pero accesible del
realismo y su evolución, véase Robert Jackson y Georg Sørensen, Introduction to
International Relations, (Introducción a las Relaciones Internacionales) (Oxford:
Oxford University Press, 1999), pp. 67-105. También resulta útil leer a John A.
Vasquez, The Power of Power Politics: >From Classical Realism to
Neotraditionalism, (El Poder de la Política del Poder: Desde el Realismo Clásico al
Neotradicionalismo) (Cambridge: Cambridge University Press, 1998. Para analizar
un intento por demostrar la importancia del realismo luego de la guerra fría, véase
Ethan Kapstein y Michael Mastanduno, eds., Unipolar Politics: Realism and State
Strategies After the Cold War, (Política Unipolar: El Realismo y las Estrategias de
los Estados después de la Guerra Fría). (Nueva York: Columbia University Press,
1999). Un esfuerzo intrigante por salvar al realismo de algunos de sus
aparentemente confundidos proponentes es el que ofrece Jeffrey W. Legro y
Andrew Moravcsik, en "Is Anybody Still a Realist?" (¿Queda algún Realista?).
International Security, Vol. 24, No. 3 (Otoño 1999), pp. 5-55.

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Andrew L. Ross 8
13. Para información sobre las raíces intelectuales del realismo, véase Mark V.
Kauppi y Paul R. Viotti, The Global Philosophers: World Politics in Western Thought,
(Los Filósofos Globales: Política Mundial en el Pensamiento Occidental). (Nueva
York: Lexington Books, 1992); Benjamin Frankel, ed., Roots of Realism (Las Raíces
del Realismo), edición especial, Security Studies, Vol. 5, No. 2 (Invierno 1995), y
Doyle, Ways of War and Peace. (Las Formas de la Guerra y la Paz). Alexander
Hamilton generalmente es el ejemplo de profesional realista en los inicios de la
república americana. Véase Robert W. Tucker y David C. Hendrickson, Empire of
Liberty: The Statecraft of Thomas Jefferson, (Imperio de la Libertad: El Arte de
Gobernar de Thomas Jefferson) (Nueva York: Oxford University Press, 1990).
14. Hans J. Morgenthau, Politics Among Nations: The Struggle for Power and
Peace, (La Política entre las Naciones: La Lucha por el Poder y la Paz) (Nueva
York: Alfred A. Knopf, 1978).
15. Kenneth N. Waltz, Man, the State, and War: A Theoretical Analysis, (El Hombre,
el Estado y la Guerra: L Análisis Teórico). (Nueva York: Columbia University Press,
1959); y Waltz, Theory of International Politics, (Teoría de la Política Internacional).
(Reading, MA: Addison-Wesley, 1979).
16. John J. Mearsheimer, "Back to the Future: Instability in Europe After the Cold
War" (Vuelta al Futuro: Inestabilidad en Europa después de la Guerra Fría)
International Security, Vol. 15, No. 1 (Verano 1990), pp. 5- 56; y Mearsheimer, "The
False Promise of International Institutions," (La Falsa Promesa de las Instituciones
Internacionales) International Security, Vol. 19, No. 3 (Invierno 1994/95), pp. 5-49.
17. Waltz, Theory of International Politics, (Teoría de la Política Internacion p. 88.
18. Paul R. Viotti y Mark V. Kauppi, International Relations Theory: Realism,
Pluralism, Globalism, (Teoría de las Relaciones Internacionales: Realismo,
Pluralismo, Globalismo) 2da. edición (Nueva York: Macmillan, 1993), p. 6.
19. "... Los realistas suponen que el comportamiento del estado puede explicarse
como el producto de la toma de decisiones racional" Michael Mastanduno, "A Realist
View: Three Images of the Coming International Order," (Visión de un Realista: Tres
Imágenes del Orden Internacional que Viene) en T.V. Paul y John A. Hall, eds.,
International Order and the Future of World Politics, (Orden Internacional y el Futuro
de la Política Mundial) (Cambridge University Press, 1999), p. 21. Esta hipótesis es
esencial para la teoría deductiva que prevalece en el realismo. Véase Frank W.
Wayman y Paul F. Diehl, "Realism Reconsidered: The Realpolitik Framework and Its
Basic Propositions," (Reconsideración del Realismo: El Marco de la Realpolitik y Sus
Proposiciones Básicas) en Wayman y Diehl, eds., Reconstructing Realpolitik,
(Reconstrucción de la Realpolitik) (Ann Arbor: Michigan University Press, 1994). p.
10.
20. Según explica Waltz en su Theory of International Politics (Teoría de la Política
Internacional), p. 111, "Para lograr sus objetivos y mantener su seguridad, las
unidades en condición de anarquía... deben confiar en los medios que pueden
generar y los arreglos que pueden hacer ellas solas. La auto-ayuda es

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Andrew L. Ross 9
necesariamente el principio de la acción en un orden anárquico. La situación de
auto-ayuda constituye un alto riesgo -de quiebra en el reino de la economía y de
guerra en un mundo de estados libres."
21. Mearsheimer, "The False Promise of International Institutions," (La Falsa
Promesa de las Instituciones Internacionales) pp. 11-12.
22. Sobre el dilema de la seguridad, véase Waltz, Theory of International Politics
(Teoría de la Política Internacional), pp. 186-187; y Robert Jervis, "Cooperation
Under the Security Dilemma," (La Cooperación Bajo el Dilema de la Seguridad).
World Politics, Vol. 30, No. 2 (Enero 1978), pp. 167-214.
23. Mearsheimer, "The False Promise of International Institutions," (La Falsa
Promesa de las Instituciones Internacionales) p. 48.
24. Sobre este punto, véase Barry Buzan, "The Timeless Wisdom of Realism?" (La
Sabiduría Atemporal del Realismo?) En Steve Smith, Ken Booth, y Marysia
Zalewski, eds., International Theory: Positivism and Beyond, (Teoría Internacional:
Positivismo y Algo Más) (Cambridge: Cambridge University Press, 1996), p. 52.
25. Según Waltz, "Politics...prevails over economics" (La política... prevalece sobre
la economía). Kenneth N. Waltz, "Globalization and Governance," (Globalización y
Gobernabilidad) PS: Political Science and Politics, Vol. 32, No. 4 (Diciembre 1999),
p. 700.
26. Mearsheimer, "Back to the Future," (Vuelta al Futuro) p. 44.
27. Wayman and Diehl, "Realism Reconsidered," (Reconsideración del Realismo) p.
12.
28. Otros términos utilizados para nombrar las diferentes versiones de esta tradición
analítica son idealismo, optimismo, pluralismo, neo-liberalismo e institucionalismo
neoliberal. Una introducción más extensa pero accesible al liberalismo y su
evolución es la presentada por Jackson y Sørensen en Introduction to International
Relations, (Introducción a las Relaciones Internacionales) pp. 107-138. Para
encontrar un esfuerzo valioso por sistematizar el liberalismo, véase Andrew
Moravcsik, "Taking Preferences Seriously: A Liberal Theory of International Politics,"
(Tomando las Preferencias en Serio: Una Teoría Liberal de la Política Internacional)
<C3,5,0,0,0,0,255>International Organization, Vol. 51, No. 4 Otoño 1997), pp. 513-
553.
29. Para información sobre las raíces intelectuales del liberalismo, véase Kauppi y
Viotti, The Global Philosophers, (Los Filósofos Globales) y Doyle, Ways of War and
Peace (Las Formas de la Guerra y la Paz). De igual forma que Hamilton es
considerado exponente del realismo en los comienzos de la República Americana,
Jefferson es considerado defensor del liberalismo. Véase Tucker y Hendrickson,
Empire of Liberty (Imperio de la Libertad).
30. Graham T. Allison, Essence of Decision: Explaining the Cuban Missile Crisis,
(Esencia de las Decisiones: Explicación de la Crisis de los Misiles en Cuba) (Boston:

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Andrew L. Ross 0
Little, Brown, 1971); y Graham Allison y Philip Zelikow, Essence of Decision:
Explaining the Cuban Missile Crisis, 2da. ed., (Nueva York: Longman, 1999).
31. Francis Fukuyama, "The End of History?" (¿El Fin de la Historia?) The National
Interest, No. 16 (Verano 1989), pp. 3-18; Francis Fukuyama, The End of History and
the Last Man, (El Fin de la Historia y el ultimo Hombre). (Nueva York: La Prensa
Libre, 1992); y Francis Fukuyama, "Second Thoughts: The Last Man in a Bottle,"
(Pensándolo de Nuevo: El Último Hombre en una Botella). The National Interest, No.
56 (Verano 1999), pp. 16-33.
32. Robert O. Keohane y Joseph S. Nye, Jr., eds., Transnational Relations and
World Politics, (Relaciones Transancionales y Política Mundial) (Cambridge, MA:
Harvard University Press, 1979, 1971); Keohane y Nye, Power and
Interdependence, (Poder e Interdependencia), 2da. ed., (Glenview, IL: Scott,
Foresman, 1989); Keohane, After Hegemony: Cooperation and Discord in the World
Political Economy, (Después de la Hegemonía: Cooperación y Discordia en la
Economía Política Mundial), (Princeton: Princeton University Press, 1984); y ed. de
Keohane, Neorealism and Its Critics, (El Neorealismo y sus Críticos). (Nueva York:
Columbia University Press, 1986).
33. Joseph S. Nye, Jr., Bound to Lead: The Changing Nature of American Power,
(Líderes por Fuerza: La Cambiante Naturaleza del Poder de EE.UU.) (Nueva York:
Basic Books. 1990).
34. John Gerard Ruggie, ed., The Antinomies of Interdependence: National Welfare
and the International Division of Labor, (Las Antinomias de la Interdependencia: El
Bienestar Nacional y la División Internacional del Trabajo). (Nueva York: Columbia
University Press, 1983); Ruggie, Constructing the World Policy: Essays on
International Institutionalization, (Construyendo la Política Mundial: Ensayos sobre la
Institucionalización Internacional). (Londres y Nueva York: Routledge, 1998);
Ruggie, ed., Multilateralism Matters: The Theory and Praxis of an Institutional Form,
(El Multilateralismo Importa: Teoría y Práctica de una Forma Institucional). (Nueva
York: Prensa de la Universidad de Columbia, 1993); y Ruggie, Winning the Peace:
America and World Order in the New Era, (Ganando la Paz: EE.UU. y el Orden
Mundial de la Nueva Era); (Nueva York: Prensa de la Universidad de Columbia,
1996).
35. Véase William H. McNeill, Plagues and Peoples, (Las Plagas y los Pueblos),
(Nueva York: Anchor Press/Doubleday, 1976); Laurie Garrett, The Coming Plague:
Newly Emerging Diseases in a World Out of Balance, (La Plaga que Llega: Nuevas
Enfermedades en un Mundo sin Equilibrio), (Nueva York: Farrar, Straus y Giroux,
1994); y Richard Preston, The Hot Zone, (La Zona Caliente), (Nueva York: Random
House, 1994).
36. Keohane, por ejemplo, sostiene que "El realismo hoy en día encuentra graves
anomalías como resultado de las relaciones transnacionales, la actitud pacífica de
las democracias entre sí y la importancia, cada vez mayor, de las relaciones
internacionales" Robert O. Keohane, "International Relations, Old and New,"
(Relaciones Internacionales, Antes y Después) en Robert E. Goodin y Hans-Dieter
La Teoría y Práctica de las Relaciones Internacionales Perspectivas Analíticas en Disputa - 2
Andrew L. Ross 1
Klingemann, editores, A New Handbook of Political Science, (Nuevo Manual sobre
Ciencia Política). (Oxford: Prensa de la Universidad de Oxford, 1996), p. 462.
37. Véase Hedley Bull, The Anarchical Society: A Study of Order in World Politics,
(La Sociedad Anárquica: Estudio del Orden en la Política Mundial), (Nueva York:
Prensa de la Universidad de Columbia, 1977).
38. Veáse Robert O. Keohane, International Institutions and State Power: Essays in
International Relations Theory, (Instituciones Internacionales y Poder del Estado:
Ensayos sobre la Teoría de las Relaciones Internacionales), (Boulder: Westview
Press, 1989); Stephen D. Krasner, ed., International Regimes, (Regímenes
Internacionales), (Ithaca: Cornell University Press, 1983); James N. Rosenau y
Ernst-Otto Czempiel, editores, Governance Without Government: Order and Change
in World Politics, (Gobernabilidad sin Gobierno: Orden Cambios en la Política
Mundial), (Cambridge: Cambridge University Press, 1992).
39. Según Keohane en International Institutions and State Power, (Instituciones
Internacionales y Poder del Estado) p. 2, la institucionalización de la política mundial
influye de manera significativa en el comportamiento de los gobiernos. En especial,
los modelos de cooperación y discordia pueden comprenderse sólo en el contexto
de las instituciones que ayudan a definir el significado y la importancia de la acción
del estado...Las acciones del Estado dependen, en gran medida, de los arreglos
institucionales prevalecientes..."
40. Alexander Wendt, "Anarchy Is What States Make of It: The Social Construction
of Power Politics," (La Anarquía es lo que los Estados Hacen de Ella: La
Construcción Social de la Política del Poder), International Organization, Vol. 46, No.
2 (Primavera 1992), p. 395.
41. Para información sobre el cada vez más controvertido concepto de soberanía,
véase Thomas J. Biersteker y Cynthia Weber, eds., State Sovereignty as Social
Construct, (Soberanía del Estado y Construcción Social), (Cambridge: Cambridge
University Press, 1996); Peter Dombrowski y Richard Mansbach, "From Sovereign
States to Sovereign Markets?" (¿De Estados Soberanos a Mercados Soberanos?),
International Politics, Vol. 36, No. 1 (Marzo, 1999), pp. 1-23; David J. Elkins, Beyond
Sovereignty: Territory and Political Economy in the Twenty-First Century, (Más Allá
de la Soberanía: Territorio y Economía Política en el Siglo Veintiuno), (Toronto:
Toronto University Press, 1995); Robert Jackson, editor, "Sovereignty at the
Millenium," (Soberanía en el Milenio) edición especial de Political Studies, Vol. XLVII
(1999); y Stephen D. Krasner, Sovereignty: Organized Hypocrisy, (Soberanía: La
Hipocresía Organizada) (Princeton: Princeton University Press, 1999).
42. El realismo "...ha puesto demasiado énfasis en el rol del estado como actor"
Keohane, "International Relations, Old and New," p. 468. Wendt, en "Anarchy Is
What States Make of It," p. 424, manifiesta que "La importancia de los estados en
relación con las corporaciones multinacionales, los nuevos movimientos sociales,
las transnacionales y las organizaciones intergubernamentales está decayendo
notablemente...."

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Andrew L. Ross 2
43. Como lo dice un conocido analista, "Analizar la política mundial en la década de
los noventa consiste en analizar las instituciones internacionales: las normas que
gobiernan los elementos de la política mundial y las organizaciones que ayudan a
implementar tales reglas" Robert O. Keohane, "International Institutions: Can
Interdependence Work?" (Instituciones Internacionales: Puede Funcionar la
Interdependencia?), Foreign Policy, No. 110 (Primavera 1998), p. 82.
44. Las instituciones internacionales, por ejemplo, no son solo los instrumentos de
los estados que las establecen. Para información sobre la autonomía de las
instituciones internacionales, véase Robert Jervis, "Realism, Neoliberalism and
Cooperation" (Realismo, Neoliberalismo y Cooperación), International Security, Vol.
24, No. 1 (Verano 1999), pp. 42-63. Wendt, en "Anarchy Is What States Make of It,"
p. 394, discurre en apoyo del "argumento liberal de que las instituciones
internacionales pueden transformar las identidades y los intereses de los estados."
Véase también Helga Haftendorn, Robert O. Keohane y Celeste Wallander, eds.,
Imperfect Unions: Security Institutions over Time and Space, (Uniones Imperfectas:
Las Instituciones de Seguridad a Través del Tiempo y el Espacio) (Oxford: Oxford
University Press, 1999) y Michael N. Barnett y Martha Finnemore, "The Politics,
Power, and Pathologies of International Organizations," (La Política, el Poder y las
Patologias de las Organizaciones Internacionales), International Organization, Vol.
53, No. 4 (Otoño 1999), pp. 699-732.
45. Viotti y Kauppi, International Relations Theory, (Teoría de las Relaciones
Internacionales), p. 7.
46. Allison, Essence of Decision, (La Esencia de las Decisiones), p. 144.
47. "Cada participante, según el lugar en el que se siente, observará diferentes
lados de un mismo tema, debido a que su percepción de la cuestión estará
fuertemente influida por sus intereses particulares" Morton H. Halperin, con la
asistencia de Priscilla Clapp y Arnold Kanter, Bureaucratic Politics and Foreign
Policy (Burocracia de la Política y Política Exterior), (Washington, DC: The
Brookings Institution, 1974), p. 16.
48. Allison, Essence of Decision, p. 162.
49. Véase Allison, Essence of Decision, pp. 71-72.
50. "...La teoría liberal e institucionalista se centra en las variaciones más que en la
constancia del comportamiento de los estados -variación que se atribuye no solo a
la variación en las capacidades económicas sino a la variación en los procesos
políticos y particularmente, en el carácter de las instituciones humanas, nacionales e
internacionales." Keohane, "International Relations, Old and New," p. 468.
51. Véase Michael W. Doyle, "Liberalism and World Politics Revisited," (Revisión del
Liberalismo y la Política Mundial) en Charles W. Kegley, Jr., editor, Controversies in
International Relations Theory: Realism and the Neoliberal Challenge,
(Controversias en la Teoría de las Relaciones Internacionales: El Realismo y el
Desafio Neoliberal), (Nueva York: St. Martin's, 1995), pp. 83-106; y Bruce M.

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Andrew L. Ross 3
Russett, Grasping the Democratic Peace: orld, (Co Entender la Paz Democrática:
Principios para el Mundo de la Post- Principles for a Post-Cold War Guerra Fría),
(Princeton: Princeton University Press, 1993).
52. Emanuel Adler y Michael Barnett, editores. Security Communities,
(Comunidades de Seguridad). (Cambridge: Cambridge University Press, 1998).
53. John Maynard Keynes, Essays in Persuasion, (Ensayos sobre la Persuasión),
(Nueva York: Harcourt, Brace, 1932), pp. vii-viii.
54. Keohane, "Inernational Relations, Old and New," p. 471.
55. "No longer can all issues be subordinated to military security" (Ya no todas las
cuestiones pueden estar subordinadas a la seguridad militar), Keohane y Nye,
Power and Interdependence, (Poder e Interdependencia) p. 26.
56. Véase Andrew L. Ross, "The Political Economy of Defense: The Nature and
Scope of the Inquiry," (La Economía Política de la Defensa: Naturaleza y Alcance de
la Investigación) en Ross, editor, The Political Economy of Defense: Issues and
Perspectives, (La Economía Política de la Defensa: Cuestiones y Perspectivas),
(Westport, CT: Greenwood Press, 1991), pp. 1-21.
57. Véase Joseph J. Romm, Defining National Security: The Nonmilitary Aspects,
(Definición de la Seguridad Nacional: Aspectos No Militares), (Nueva York: Council
on Foreign Relations Press, 1993); y Theodore H. Moran, American Economic Policy
and National Security, (Política Económica y Seguridad Nacional de los Estados
Unidos), (Nueva York: Council on Foreign Relations Press, 1993).
58. Nicholas D. Kristof, "Malaria Makes a Comeback, Deadlier Than Ever," (Vuelve
la Malaria, Más Mortal que Nunca), The New York Times, 8 de enero de 1997.
59. Randy Newman, "The World Isn't Fair," (El Mundo No Es Justo), Randy Newman
Music, 1999.
60. Otros términos utilizados para esta tradición intelectual son neo-marxismo,
radicalismo, socialismo, estructuralismo y, menos apropiadamente, globalismo.
61. A pesar de la caída del comunismo en la ex Unión Soviética y Europa Oriental,
el análisis marxista está lejos de haber desaparecido. Marx y Engels jamás reinaron
en la Unión Soviética. Sus líderes adoptaron, en el mejor de los casos, una forma de
marxismo más bien corrupta.
62. Para una explicación imparcial del marxismo, véase Robert L. Heilbroner,
Marxism: For and Against, (Marxismo: A Favor y En Contra), (Nueva York: W.W.
Norton & Company, 1980). Véase también Shlomo Avineri, The Social and Political
Thought of Karl Marx, (El Pensamiento Social y Político de Karl Marx), (Cambridge:
Cambridge University Press, 1968).
63. Theotonio Dos Santos, "The Structure of Dependence," (La Estructura de la
Dependencia) American Economic Review, Vol. 60, No. 2 (Mayo 1970), pp. 231-
236.

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Andrew L. Ross 4
64. E. J. Hobsbawm, The Age of Revolution: Europe 1789-1848, (La Era de la
Revolución: Europa 1789-1848), (Nueva York: Praeger, 1969); Hobsbawm, The Age
of Capital, 1848-1875, (La Era del Capital, 1848-1875), (Nueva York: Scribner,
1975); Hobsbawm, The Age of Empire, 1875-1914, (La Era del Imperio, 1875-1914)
(Nueva York: Pantheon, 1987); Hobsbawm, The Age of Extremes: A History of the
World, 1914-1991, (La Era de los Extremos: Una Historia del Mundo, 1914-1991),
(Nueva York: Pantheon, 1995).
65. William Appleman Williams, The Tragedy of American Diplomacy, (La Tragedia
de la Diplomacia Estadounidense) 2da. ed. rev., (Nueva York: Dell, 1972).
66. Peter Evans, Dependent Development: The Alliance of Multinational, State, and
Local Capital in Brazil, (Desarrollo Dependiente: La Alianza del Capital
Multinacional, de la Nación y Local en el Brasil) (Princeton: Princeton University
Press, 1979).
67. Fernando Henrique Cardoso y Enzo Faletto, Dependency and Development in
Latin America, (Dependencia y Desarrollo en América Latina), (Berkeley: California
University Press, 1979).
68. Immanuel Wallerstein, The Modern World System 1: Capitalist Agriculture and
the Origins of the European World-Economy in the Sixteenth Century, (El Sistema
del Mundo Moderno I: Agricultura Capitalista y los Orígenes de la Economía del
Mundo Europeo en el Siglo Dieciséis), (San Diego: Academic Press, Inc., 1974);
Wallerstein, The Modern World System II: Mercantilism and the Consolidation of the
European World-Economy, 1600-1750, (El Sistema del Mundo Moderno II: El
Mercantilismo y la Consolidación de la Economía del Mundo Europeo, 1600-1750)
(Nueva York: Academic Press, Inc., 1980); Wallerstein, The Modern World System
III: The Second Era of Great Expansion of the Capitalist World-Economy, (El
Sistema del Mundo Moderno III: La Segunda Era de Gran Expansión de la
Economía del Mundo Capitalista), (San Diego: Academic Press, Inc.,1989); and
Wallerstein, The Capitalist World-Economy, (La Economía del Mundo Capitalista),
(Cambridge: Cambridge University Press, 1979).
69. Robert Jervis, "Realism in the Study of World Politics," (Realismo en el Estudio
de la Política Mundial), International Organization, Vol. 52, No. 4 (Otoño 1998), p.
793.
70. Timothy Garton Ash, "Ten Years After," (Diez Años Después), The New York
Review of Books, 18 de noviembre, 1999, p. 16.
71. "The Year 2000 and the Force of Change," (El Año 2000 y la Fuerza del Cambio)
The New York Times, 5 de diciembre de 1999.
72. Howard J. Sherman, Reinventing Marxism, (Reinventando el Marxismo),
(Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1995), p. 12. La continua relevancia del
marxismo es también evidente en la observación de Marcus de que "la sociedad
burguesa sigue viva y en pie -lo que significa, por supuesto, como siempre ha
significado, que se encuentra en pésimo estado." Steven Marcus, "Marx's

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Masterpiece at 150" (La obra maestra de Marx a los 150), The New York Times
Book Review, 26 de Abril, 1998, p. 39.
73. Para una explicación más extensa pero accesible respecto del desarrollo y
funcionamiento del sistema del mundo moderno, véase Steve Hobden y Richard
Wyn Jones, "World-System Theory," (La Teoría del Sistema Mundial) en John Baylis
y Steve Smith, eds., The Globalization of World Politics: An Introduction to
International Relations, (La Globalización de la Política Mundial: Introducción a
Relaciones Internacionales) (Oxford: Oxford University Press, 1997), pp. 125-145.
74. Karl Marx y Friedrich Engles, The Communist Manifesto, (El Manifiesto
Comunista) (Harmondsworth: Penguin Books, 1967), p. 79.
75. Marx y Engels, The Communist Manifesto, p. 82.
76. Los "... intereses de las clases se oponen. El grado en el cual una clase logra
sus intereses materiales mide el grado en el cual la otra no lo logra". James A.
Caporaso y David P. Levine, Theories of Political Economy, (Teorías de Economía
Política), (Cambridge: Cambridge University Press, 1992), p. 57.
77. Kristof, "Malaria Makes a Comeback, Deadlier Than Ever."
78. Kurt Andersen, "The Next Big Dialectic," (La Próxima Gran Dialéctica), The New
York Times, 28 de noviembre de 1999.
79. Joseph S. Nye, Jr., "What New World Order?" (¿Cuál Nuevo Orden Mundial?),
Foreign Affairs, Vol. 71, No. 2 (Primavera 1992), p. 88.
80. Joseph S. Nye, Jr., "Conflicts after the Cold War," (Conflictos después de la
Guerra Fría), The Washington Quarterly, Vol. 19, No. 1 (Invierno 1996), p. 9. En un
trabajo más reciente, la torta en capas de Nye se convierte en un juego de ajedrez
de tres niveles. Véase Joseph S. Nye, Jr., "Redefining the National Interest,"
(Redefiniendo el Interés Nacional), Foreign Affairs, Vol. 78, No. 4 (Julio/Agosto
1999), p. 24.
81. Wallerstein, The Capitalist World-Economy, (La Economía del Mundo
Capitalista) p. 18. Para información sobre la estructura centro-periferia, véase
también "New Patterns of Global Security in the Twenty-First Century." (Nuevos
Patrones de Seguridad Global en el Siglo Veintiuno), International Affairs, Vol. 67,
No. 3 (Julio 1991), pp. 431-451.
82. Véase Mearsheimer, "Back to the Future."
83. Véase Nye, "Conflicts after the Cold War."
84. Véase Barry R. Posen y Andrew L. Ross, "Competing Visions for U.S. Grand
Strategy," (Las Visiones en Competencia para la Gran Estrategia de EE.UU.),
International Security, Vol. 21, No. 3 (Invierno 1996/97), pp. 5-53.
85. En la Escuela de Guerra Naval, el curso sobre el Establecimiento e
Implementación de Politicas del Departamento de Toma de Decisiones sobre
Seguridad Nacional es la materialización del análisis liberal
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86. Un ejemplo intrigante puede encontrarse en Christopher Layne y Benjamin
Schwarz, "American Hegemony -without an Enemy. (Hegemonia Estadounidense -
sin Enemigos), Foreign Policy, No. 92 (Otoño 1993), pp 5- 23

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