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ISSN: 0120-0534
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REVISTA LATII-IOAMERICAI-IA DE PSICOLOGIA
1972 VOLUMEI-I 4 - 1-19 1 75-88
KAZ ABE,
CÉSARPÉREZ DE FRANCISCO,
nicos que como veremos tienen mucha relación con los determinantes
genéticos."
Basándose en que la ansiedad altera el metabolismo del lactato,
Pitts y McClure partieron de la hipótesis de que el ión lactato pudie-
ra producir ataques de ansiedad en las personas susceptibles (Pitts y
McClure, 1967). Seleccionaron un grupo de 15 pacientes con antece-
dentes de neurosis de angustia y otro grupo de 10 sujetos normales
como control. Oscilaban todos alrededor de los 30 años de edad y
los dos sexos estaban representados. Cada individuo recibió lO mI. por
Kg. de peso, por vía intravenosa, durante 20 minutos, y en tres sesio-
nes separadas por intervalos de 5 a 10 días, las siguientes soluciones:
500 mM. de lactato sódico (DL), 500 mM de lactato (DL) con 20 mM
de cloruro de calcio y 551 mM de glucosa en 167 mM de cloruro só-
dico. Estas soluciones tenían osmolaridades similares. Las pruebas se
hicieron con método doblemente ciego y se analizaron varias veces
sangre y orina antes y después del experimento.
Todos los sujetos fueron capaces de identificar las tres soluciones
desconocidas. Consideraron a la glucosa en perfusión salina como ino-
cua, al lactato como productor de síntomas claros y al lactato con
calcio como responsable de síntomas de mucha menor severidad. Los
pacientes con neurosis de ansiedad identificaron los síntomas produ-
cidos por el lactato de sodio como los mismos que se presentan en sus
"peores ataques". El lactato con calcio como "si algo los protegiese
de los síntomas ansiosos que perciben" y la perfusión con glucosa
produjo "bienestar". En los normales (de control), las reacciones, aun-
que variadas eran del siguiente tipo: "si no supiera que está usted
provocándome esto y que no dejaría que me ocurriese nada malo,
estaría seguro de estar muriéndome de un ataque cardíaco o algo te-
rrible". Los síntomas fueron mínimos cuando había calcio en la per-
fusión.
La interpretación de Pitts y McClure (1967) y de Pitts (1969) es
bioquímica, pero no dejan de señalar los determinantes genéticos. La
teoría de estos autores ha sido criticada recientemente (Grosz y Far-
mer, 1967) en forma de especulación gratuita, ya que no existe en
dicho trabajo ningún respaldo experimental.
Precisamente en reciente trabajo, y a propósito de los determi-
nantes genéticos, planteábamos la siguiente pregunta: ¿podría la neu-
rosis cardíaca deberse a un gene dominante autosómico que determi-
nara una alteración del metabolismo del lactato y del calcio? (Pérez
de Francisco, 1969 b).
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Merece recordarse aquí lo que Da Fonseca (1963) llama equiva-
lentes afectivos y que Slater (1968) ha llamado "un estudio sobre ge-
melos muy bien documentado". Da Fonseca estudió en 1958 una serie
de gemelos, encontrando entre los familiares directos de los probantes
una incidencia de trastornos afectivos de aproximadamente el 20 por
ciento. La concordancia en los pares fue de 75 por ciento en los mono-
zigóticos y del 38 por ciento en los dizigóticos. (Estos datos coinciden
con los que Kallmann presentó en 1950).Además de los hallazgos pu-
ramente psiquátricos Da Fonseca encontró una gran frecuencia de
trastornos psicosomáticos en los familiares de sus casos. Puntualiza
síndromes de tipo reumático, asmático, de úlcera péptica y algunas
dermatosis. Establece cierta correspondencia de estos síndromes con
personalidades determinadas; los ataques reumáticos se presentarían
en sujetos con personalidades ciclotímicas obsesivas y ciclotímicas
"preocupadas" predominantemente. El asma se manifestaría sobre to-
do en ciclotímicos preocupados e irritables, mientras que los "gástri-
cos" serían síndromes propios de personalidades sintónicas depresivas
y el eczema de personalidades hipomaniacas y ciclotímicas.
Da Fonseca explica así su concepción: "la hipótesis sugiere que
las manifestaciones timopáticas somáticas aparecerían preferente-
mente en personas cuyos sistemas neurovegetativos fueran lábiles o
insuficientemente maduros. A través de un factor hereditario domi-
nante el individuo ciclotímico o timopático se vuelve predispuesto a
desórdenes afectivos: el trastorno aparecerá de preferencia si hay tamo
bién una inmadurez del sistema neurovegetativo por el cual, órganos
o sistemas funcionales están en relativo peligro (sistema digestivo, la
piel, ete.)". Basados en estas hipótesis, uno de nosotros tiene bajo tra-
tamiento con carbonato de litio un caso típico de neurosis cardíaca,
con un control de cerca de un año razonablemente aceptable (Pérez
de Francisco, en preparación).
Melnnes (1937) hizo el estudio familiar de 50 neuróticos ansio-
sos y encontró que 23 de ellos tenían padres normales. Los padres de
los 27 casos restantes tenían alguna anormalidad que se distribuye de
la siguiente manera: 15 padecían ansiedad, 8 trastornos nerviosos in-
definidos, 4 eran alcohólicos, 3 asmáticos, 1 melancólico y 1 hipocon-
dríaco. Entre los 189 hermanos y hermanastros de estos 50 casos de
neurosis de ansiedad, 21 casos (42 por ciento), tenían historia de neu-
rosis, y de ellos 14 (28 por ciento) tenían ansiedad.
Cohen y sus colaboradores (1951) estudiaron las familias de 139
pacientes con astenia neurocirculatoria. Dividieron sus casos en aste-
nia neurocirculatoria crónica y aguda de la siguiente manera: los que
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TABLA
cías, también lo lograba con el otro fármaco, y mostraba una vida me-
dia de oxifenilbutazona larga. Los hallazgos mostraron una falta de
especificidad de las enzimas que hidroxilan el fármaco en el hombre
y también la importancia del factor genético que influye en el nivel
plasmático estable de estos antidepresivos; ya había sido señalado
que la vida media de la oxifenilbutazona estaba determinada genéti-
camente en forma notable.
REFERENCIAS
Pitts, F. N. Jr. The biochemistry of anxiety. Scientiiic American, 1969, 220, 69-75.