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Revista Latinoamericana de Psicología

ISSN: 0120-0534
direccion.rlp@konradlorenz.edu.co
Fundación Universitaria Konrad Lorenz
Colombia

Abe, Kaz; Pérez de Francisco, César


Determinantes genéticos de las variables psicofisiológicas
Revista Latinoamericana de Psicología, vol. 4, núm. 1, 1972, pp. 75-88
Fundación Universitaria Konrad Lorenz
Bogotá, Colombia

Available in: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80540104

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REVISTA LATII-IOAMERICAI-IA DE PSICOLOGIA
1972 VOLUMEI-I 4 - 1-19 1 75-88

DETERMINANTES GENETICOS DE LAS VARIABLES


PSICOFISIOLOGICAS

KAZ ABE,

Universidad de Osaka, Japón

CÉSARPÉREZ DE FRANCISCO,

Universidad Nacional Autónoma de México.

Studies of the genetic influence on varíous physiological


functions related to the activity of the autonomic nervous
system, on response to drugs and on sleep behaviors were
reviewed. Genetic factor appears to play a significant role in;
heart beat, electrocardíogramm, heart beat and respiratory
response to startling events, or adrenalin or atropin injectíon,
in predísposítíon to cardiac neurosis, peripheral vasomotor
activity, (acrocyanosis, frost-bite) sweat gland activity (hy-
peridrosis), galvaníc skin reflex, salivarysecretion rate, mo-
tion síckness, basal metabolism, blood sugar level, response
to antídepressants, drug-induced Parkinsonism, sleepwalking,
sleeptalking, childhood insomnia, and major shifts of sleep
stages as observed 'by electroencephalogramm during sleep.

Aunque los aspectos genéticos de algunas características anató-


micas y morfológicas han sido bien investigadas, las características fun-
cionales o fisiológicas, especialmente en cuanto a su variabilidad den-
tro de los límites normales, no han sido todavía bien exploradas des-
de el punto de vista genético. Uno de los avances más importantes en
el campo de la genética humana en estos últimos años ha sido el des-
arrollo de la genética bioquímica especialmente, y a través de ella el
descubrimiento del polimorfismo enzimático.
76 ABE Y PEREZ DE FRANCISCO

El aspecto genético de las características fisiológicas ha sido des-


cuidado últimamente, y muchos de los hallazgos de antaño en este
campo han sido olvidados. Dado el progreso de la psicofisiología, se-
ría de utilidad para psicólogos, psiquiatras y fisiólogos investigando
en áreas conexas, examinar cómo las variables fisiológicas empleadas
habitualmente están predeterminadas o modificadas por factores ge-
néticos.
Este breve trabajo intenta alcanzar este objetivo y es una revi-
sión de las investigaciones genéticas de algunas funciones reguladas
por el sistema nervioso autónomo, como es el cardíovascular, las ca-
racterísticas vasomotoras periféricas, las actividades de las glándulas
sudoríparas y salivares, y además, alguna investigación hecha sobre los
factores genéticos que influyen en el sueño, metabolismo y respuesta
a algunas drogas. La investigación en este campo comenzó hacia los
años de 1920.

FUNCIONES CARDIOVASCULARES, ASTENIA NEURO-


CIRCULATORIA, ACTIVIDADES VASOMOTORAS PE-
RIFERICAS y LA REACCION VASCULAR AL FRIO

En 1924 Weitz publicó su amplio estudio de 45 pares de geme-


los monozigóticos (Weitz, 1924) y encontró que la presión arterial sis-
tólica y el grado de arritmia respiratoria son aproximadamente igua-
les en los gemelos. La frecuencia de pulso durante el reposo era simi-
lar en los gemelos excepto en algunos pares en los que uno de ellos
había practicado deportes o trabajo físico intenso, mostrando entonces
una frecuencia de pulso significativamente más baja. Los electrocar-
diogramas de los gemelos monozigóticos eran tan parecidos que, en
algunos casos, los trazos apenas podían distinguirse uno del otro. En-
contró también que los gemelos eran siempre concordantes en cuanto
a la cianosis y a la hinchazón de los dedos. Curtius y Korkhaus (1936)
investigaron la frecuencia del pulso, la presión arterial y la curva de
glucosa sanguínea después de inyecciones subcutáneas de un mg. de
adrenalina en 3 pares de gemelos monozigóticos. Se demostró una
marcada semejanza entre los gemelos (en los 3 pares) en cuanto a
presión arterial y curvas deglicemia.
Tiempo después, Werner (1935) inyectó un mg, de atropina, 10
mg. de pilocarpina y un mg. de adrenalina, cada substancia en dife-
rentes días a 15 gemelos monozigóticos y 15 gemelos dizigóticos, ob-
\T ARIABLÉS PSíCOFISIOLOGicAS 77
servando sus reacciones de sequedad de la boca, salivación, sudora-
ción o palpitaciones respectivamente e integraron curvas para el pul-
so, frecuencia respiratoria, y presión arterial, durante 2 o 3 horas. En-
contró que el máximo de la reacción para cada una de las variables
mencionadas un poco más arriba, estaban más cercanas entre los ge-
melos monozigóticos que entre los gemelos dizigóticos (este investiga-
dor usó la relación. Diferencia entre monozigóticos / Diferencia en-
tre dizigóticos (como un índice) e hizo hincapié sobre la importancia
de los factores genéticos en estas anatómicas.
Recientemente, Vanderberg y sus colaboradores (1965), encon-
traron un componente hereditario significativo en la reacción de la
frecuencia del latido cardíaco y de la respiración a un acontecimiento
inesperado como el destello de una luz.
La neurosis de ansiedad es un complejo sintomático separado por
primera vez de la neurastenia por Freud (1894), quien lo describió
en detalle. Los ataques se caracterizan por trastornos de la actividad
cardíaca, como palpitación con o sin arritmia transitoria, taquicardia,
y se acompaña frecuentemente con poca amplitud en la inspiración,
sudoración, temblor, parestesia, vértigo y espera temerosa. También
es característica la irritabilidad general, una hiperestesia auditiva es-
pecial, y espera ansiosa (a veces bajo la forma de la "folie du doute"}.
Este complejo sintomático que acabamos de describir se parece enor-
memente (¿es idéntico?) al "síndrome de esfuerzo" de los autores bri-
tánicos, a la "astenia neurocirculatoria" de los autores estadouniden-
ses y a la "Herzneurose' de los autores alemanes.
La clínica permite acercarse a las variables psicofisiológicas de
expresión cardiovascular (Pérez de Francisco, 1969 a). Así fue como Da
Costa en 1871 describió lo que llamó "corazón irritable", aclarando
que se trataba de trastornos funcionales y no de lesiones cardíacas
(Da Costa, 1871). Durante la primera guerra mundial se utilizaron
los términos de "acción desordenada del corazón" (DAH de los in-
gleses) y "corazón de soldado". Perkinson y Lewis emplearon el sinó-
nimo de "síndrome de esfuerzo" a causa de la facilidad con que pue-
de provocarse dicha sintomatología por medio de un esfuerzo físico
mínimo. Los primeros en usar la denominación de "astenia neuro-
circulatoria" fueron Oppenheimer y sus colaboradores, en 1918, ha-
ciendo hincapié en la debilidad del sistema circulatorio debido pro-
bablemente a su inervación y reconociendo, asimismo, los importan-
tes factores psíquicos. El problema clínico no entra en los objetivos
de este trabajo, y nos limitaremos a señalar algunos aspectos patogé-
78 ABE Y PERÉZ DE FRANcISCO

nicos que como veremos tienen mucha relación con los determinantes
genéticos."
Basándose en que la ansiedad altera el metabolismo del lactato,
Pitts y McClure partieron de la hipótesis de que el ión lactato pudie-
ra producir ataques de ansiedad en las personas susceptibles (Pitts y
McClure, 1967). Seleccionaron un grupo de 15 pacientes con antece-
dentes de neurosis de angustia y otro grupo de 10 sujetos normales
como control. Oscilaban todos alrededor de los 30 años de edad y
los dos sexos estaban representados. Cada individuo recibió lO mI. por
Kg. de peso, por vía intravenosa, durante 20 minutos, y en tres sesio-
nes separadas por intervalos de 5 a 10 días, las siguientes soluciones:
500 mM. de lactato sódico (DL), 500 mM de lactato (DL) con 20 mM
de cloruro de calcio y 551 mM de glucosa en 167 mM de cloruro só-
dico. Estas soluciones tenían osmolaridades similares. Las pruebas se
hicieron con método doblemente ciego y se analizaron varias veces
sangre y orina antes y después del experimento.
Todos los sujetos fueron capaces de identificar las tres soluciones
desconocidas. Consideraron a la glucosa en perfusión salina como ino-
cua, al lactato como productor de síntomas claros y al lactato con
calcio como responsable de síntomas de mucha menor severidad. Los
pacientes con neurosis de ansiedad identificaron los síntomas produ-
cidos por el lactato de sodio como los mismos que se presentan en sus
"peores ataques". El lactato con calcio como "si algo los protegiese
de los síntomas ansiosos que perciben" y la perfusión con glucosa
produjo "bienestar". En los normales (de control), las reacciones, aun-
que variadas eran del siguiente tipo: "si no supiera que está usted
provocándome esto y que no dejaría que me ocurriese nada malo,
estaría seguro de estar muriéndome de un ataque cardíaco o algo te-
rrible". Los síntomas fueron mínimos cuando había calcio en la per-
fusión.
La interpretación de Pitts y McClure (1967) y de Pitts (1969) es
bioquímica, pero no dejan de señalar los determinantes genéticos. La
teoría de estos autores ha sido criticada recientemente (Grosz y Far-
mer, 1967) en forma de especulación gratuita, ya que no existe en
dicho trabajo ningún respaldo experimental.
Precisamente en reciente trabajo, y a propósito de los determi-
nantes genéticos, planteábamos la siguiente pregunta: ¿podría la neu-
rosis cardíaca deberse a un gene dominante autosómico que determi-
nara una alteración del metabolismo del lactato y del calcio? (Pérez
de Francisco, 1969 b).
VAiUA~LES PSttOFISiotOGICAS 79
Merece recordarse aquí lo que Da Fonseca (1963) llama equiva-
lentes afectivos y que Slater (1968) ha llamado "un estudio sobre ge-
melos muy bien documentado". Da Fonseca estudió en 1958 una serie
de gemelos, encontrando entre los familiares directos de los probantes
una incidencia de trastornos afectivos de aproximadamente el 20 por
ciento. La concordancia en los pares fue de 75 por ciento en los mono-
zigóticos y del 38 por ciento en los dizigóticos. (Estos datos coinciden
con los que Kallmann presentó en 1950).Además de los hallazgos pu-
ramente psiquátricos Da Fonseca encontró una gran frecuencia de
trastornos psicosomáticos en los familiares de sus casos. Puntualiza
síndromes de tipo reumático, asmático, de úlcera péptica y algunas
dermatosis. Establece cierta correspondencia de estos síndromes con
personalidades determinadas; los ataques reumáticos se presentarían
en sujetos con personalidades ciclotímicas obsesivas y ciclotímicas
"preocupadas" predominantemente. El asma se manifestaría sobre to-
do en ciclotímicos preocupados e irritables, mientras que los "gástri-
cos" serían síndromes propios de personalidades sintónicas depresivas
y el eczema de personalidades hipomaniacas y ciclotímicas.
Da Fonseca explica así su concepción: "la hipótesis sugiere que
las manifestaciones timopáticas somáticas aparecerían preferente-
mente en personas cuyos sistemas neurovegetativos fueran lábiles o
insuficientemente maduros. A través de un factor hereditario domi-
nante el individuo ciclotímico o timopático se vuelve predispuesto a
desórdenes afectivos: el trastorno aparecerá de preferencia si hay tamo
bién una inmadurez del sistema neurovegetativo por el cual, órganos
o sistemas funcionales están en relativo peligro (sistema digestivo, la
piel, ete.)". Basados en estas hipótesis, uno de nosotros tiene bajo tra-
tamiento con carbonato de litio un caso típico de neurosis cardíaca,
con un control de cerca de un año razonablemente aceptable (Pérez
de Francisco, en preparación).
Melnnes (1937) hizo el estudio familiar de 50 neuróticos ansio-
sos y encontró que 23 de ellos tenían padres normales. Los padres de
los 27 casos restantes tenían alguna anormalidad que se distribuye de
la siguiente manera: 15 padecían ansiedad, 8 trastornos nerviosos in-
definidos, 4 eran alcohólicos, 3 asmáticos, 1 melancólico y 1 hipocon-
dríaco. Entre los 189 hermanos y hermanastros de estos 50 casos de
neurosis de ansiedad, 21 casos (42 por ciento), tenían historia de neu-
rosis, y de ellos 14 (28 por ciento) tenían ansiedad.
Cohen y sus colaboradores (1951) estudiaron las familias de 139
pacientes con astenia neurocirculatoria. Dividieron sus casos en aste-
nia neurocirculatoria crónica y aguda de la siguiente manera: los que
80 AirE y PERÉZ DE FRANCISCO

tenían una evolución del trastorno a lo largo de toda su vida o que


nunca pudieron realizar un trabajo duro o atlético, eran catalogados
como "crónicos", mientras que los que habían tenido una buena sa-
lud, capacidad para realizar trabajo muscular o atlético, y habían
gozado de estabilidad nerviosa antes del inicio de la enfermedad fue-
ron catalogados como "astenia neurocirculatoria aguda". Se reunie-
ron 67 pacientes con astenia neurocirculatoria crónica y un 54.8 por
ciento de las madres, 17.5 por ciento de los padres, 13.3 por ciento
de los hermanos, y 12.1 por ciento de las hermanas padecían astenia
neurocirculatoria. En cambio hubo muy pocos casos con este trastor-
no entre los familiares de los 44 pacientes con astenia neurocircula-
toria aguda; 4 casos entre las madres, 4 casos entre los hermanos, y
1 caso entre los padres. Esto demostró que los familiares de los en-
fermos con astenia neurocirculatoria crónica padecían el síndrome con
mucha mayor frecuencia que los familiares de los pacientes con la
forma aguda de este trastorno. El análisis genético de los hallazgos en
relación con la astenia neurocirculatoria crónica surgirieron que la
distribución del trastorno seguía aproximadamente un patrón men-
deliano dominante, con un solo gene o bien doble gene en cuanto a
algunas características.
Richter y Beckman (1969) encontraron que en el 34 por ciento
de los pacientes con "Herzneurose" uno o los dos padres tenían algu-
na sintomatología cardíaca y en el 17 por ciento de los pacientes, uno
o ambos padres que tenían quejas típicas de neurosis cardíaca. Esta
incidencia es mucho mayor que la frecuencia en la población gene-
ral, de aproximadamente 2-5 por ciento, según cálculos de Delius. Sin
embargo, la incidencia entre las madres es 8.5 veces mayor que la
encontrada entre los padres: este hallazgo no concuerda con el mode
lo genético ordinario.
Tienari (1963) reportó 9 pares de gemelos monozigóticos, en los
que uno o los dos tenían síntomas de neurosis de ansiedad. Los ni-
veles de concordancia para la existencia (o historia pretérita) de dife-
rentes síntomas fueron: en cuanto a la cefalea 6 pares fueron con-
cordantes y ningún par discordante. En cuanto al temblor, 3 pares
fueron concordantes y ninguno discordante. En cuanto a las palpita-
ciones o ritmo cardíaco irregular, 3 fueron concordantes y 6 fueron
discordantes. En cuanto al miedo a la muerte, un par fue concor-
dante y 5 fueron discordantes. La sensación de sofocación y disnea se
encontró discordante en 3 pares y no hubo concordancia en ninguno.
Los hallazgos anteriores parecen mostrar que la cefalea frecuente y
el temblor están fuertemente influidos por factores genéticos.
VARIABLES PSICOFISIOLQGICAS si
En cuanto a las regulaciones vasomotoras periféricas, (1936) in-
vestigó 97 gemelos monozigóticos y 38 gemelos dizigóticos en los cua-
les uno o ambos manifestaron algún tipo de labilidad del sistema
nervioso autónomo, y obtuvieron las siguientes cifras de concordancia
que se muestran en la Tabla 1.

TABLA

Regulaciones vasomotoras periféricas en gemelos *

Acrocianosis Monozigóticos 92.3 Dizigóticos 30.8


Congelación Incipiente Monozigóticos 75.3 Dizigóticos 23.8
Acroparestesia, etc. Monozigóticos 55.6 Dizigóticos O

• Datos tomados de Curtius (1936).

ACTIVIDADES GLANDULARES: SALIVA, SUDORACION


y RESPUESTA GALVANICA DE LA PIEL

Goodman y sus colaboradores investigaron en gemelos la canti-


dad de secreción salival. Midieron el flujo de la parótidas y de la
glándula sublingual submaxilar en 16 gemelos monozigóticos y 18
gemelos dizigóticos encontrando una variación significativamente más
peq ueña entre los gemelos monozigóticos, concretamente P < 0.005
para la parótides y P<0.025 para la glándula sublingual submaxi-
lar, correspondiente a sus flujos respectivos (F-test).
Abe (Abe y Shimakawa, 1966; Abe, Amatoni y Kajiyama, en pre-
paración; Abe, en preparación) comparó el grado de secreción salivar
durante el período de crecimiento de los dientes en los niños, con el
de sus padres en la infancia, basándose en los datos obtenidos por
cuestionarios enviados a las abuelas paternas y maternas de los niños
estudiados. La salivación excesiva tendía a presentarse con mayor fre-
cuencia en los niños con uno o los dos padres habiendo presentado a
su vez hipersalivación en su infancia. El resultado sugería un tipo
dominante de herencia.
En cuanto a las actividades glandulares sudoríparas, Siemens
(1924) examinó el sudor palmar de 35 gemelos monozigóticos y 23
gemelos dizigóticos, dividió e incluyó a cada individuo en alguna de
tres categorías: patológicamente húmedo (hiperhidrosis palmo-plan-
tar), húmedo, y seco. En relación a la hiperhidrosis, los tres pares de
................... _._--

82 ABE Y PERÉZ DE FRANCISCÓ

gemelos monozigóticos fueron concordantes, mientras que solo un par


de los 3 pares de gemelos dizigóticos fue concordante. El resto de los
pares de gemelos, 31 de 32 pares monozigóticos, y 11 de 20 pares dizi-
góticos fueron concordantes en cuanto a la dicotomía humedad-seque-
dad considerada normal. Cloward (1957) encontró que especialmente
la hiperhidrosis palmar era común en los jóvenes de familia proce-
dente de Okinawa. Un parámetro psicofisiológico usado era con fre-
cuencia, y relacionado con la sudoración es el reflejo galvánico de la
piel (también llamado reflejo psicogalvánico).
La respuesta galvánica de la piel fue investigada por Carmena
(l934) encontrando que la magnitud y duración de la respuesta tiende
a ser mucho más parecida en los pares de gemelos monozigóticos que
en los pares de gemelos dizigóticos. Jost y Sontag (1944) compararon
las respuestas galvánicas de la piel de hermanos y unos cuantos pa-
res de gemelos y concluyeron que había evidencia suficiente para pen-
sar en un factor hereditario. En cambio, Vanderberg, Clark y Sarnvels
(1965) examinaron la respuesta galvánica de la piel a estímulos ines-
perados (flash, temblor y martillo) en 34 pares de gemelos monozigó-
ticos y 26 pares de gemelos dizigóticos encontrando que la relación
cociente F de las variaciones intrapares de los primeros y de los se-
gundos no es significativa, es decir, los pares de gemelos monozigóticos
no son más parecidos que los pares de gemelos dizigóticos.
Lader y Wing (1966) investigaron diversos parámetros fisiológi-
cos en 11 pares de gemelos monozigóticos y 11 pares de gemelos dizi-
góticos del mismo sexo, concluyendo que por lo menos 3 variables
dependen de influencias genéticas. Estas variables fueron: el nivel de
habituación de la respuesta galvánica de la piel, el número de fluc-
tuaciones espontáneas en la capacidad conductiva de la piel y la fre-
cuencia del pulso.
Hay también grandes diferencias entre individuos en cuanto a la
susceptibilidad al frío (congelación incipiente); el mismo individuo
tiende a padecerla cada invierno. Esta reacción se considera como
una exageración de la contracción arteriolar normal y de la dilata-
ción capilar que resulta como respuesta al frío. Siemens hizo notar
que esta reacción al frío ocurría con frecuencia en ciertas familias y
la consideró como una característica genética-constitucional. El pri-
mer estudio familiar sistemático sobre este fenómeno fue hecho por
Harris (1966). Investigó a individuos del personal de la Marina que
padecían frío frecuentemente y obtuvo un resultado que sugiere un
tipo de herencia mendeliana dominante e irregular de esta que po-
dríamos llamar gran susceptibilidad al frío. Abe, Amatomi y Kaji-
VAÍUABLES PSICOFÍSIOLOGiCÁs 83
yama (en preparación) investigaron esta congelación incipiente en
796 niños de 3 años de edad así como los datos correspondientes de
la infancia de sus padres, en una área habitacional de una población
homogénea perteneciente a la clase media.
Los datos sobre el frío durante la infancia de los padres fueron
obtenidos por correo o por cuestionarios verbales a sus respectivas ma-
dres, es decir, a las abuelas paternas y maternas de los niños de 3 años
de edad. Encontraron que el frío es más frecuente en los niños cuyos
padres han padecido ambos el frío en su infancia, y menos frecuente
en los niños cuyos padres no han sufrido nunca estos trastornos. Aun-
que el efecto de la dieta, etc., debería tomarse también en considera-
ción, el "medio ambiente común" no juega en este caso un papel im-
portante, ya que la susceptibilidad al frío en los niños es comparada
a la de sus padres en un medio ambiente distinto en el tiempo apro-
ximadamente de una generación.

SUE~O, METABOLISMO Y RESPUESTA A FARMACOS

Geyer (1937, 1938) hizo un detallado estudio de 13 gemelos mo-


nozigóticos y 13 dizigóticos, todos mujeres, durante el sueño, abar-
cando 3 semanas de estancia en el "campamento de gemelos" (Zwi-
Ilingslager). En los gemelos monozigóticos había una marcada con-
cordancia en cuanto a la tendencia a dormir, a hablar durante el sue-
ño, a caminar durante el mismo, a rechinar los dientes, en relación
con la postura adoptada durante el sueño y en el movimiento rítmico
automático durante el estado hipnagógico, comparado con los geme-
los dizigóticos en que la discordancia fue la regla. También había
una gran semejanza en los detalles de la conducta durante el desper-
tar, como era un despertar lento y gradual con un período largo de
confusión o bien un despertar inmediato, o bien un despertar prema-
turo, etc.
Abe y Shimakawa (1966) compararon los estilos de sueño en la
infancia de los padres, preguntando a sus respectivas madres (es de-
cir, las abuelas paternas y maternas de los niños examinados), y los
niños fueron comparados entre sí también en relación con sus pautas
de sueño. Los que tenían dificultad para conciliar el sueño (insomnio
inicial) o tenían sueño ligero inestable (insomnio intermitente) du-
rante la infancia tienden a tener hermanos con el mismo tipo de in-
somnio. El resultado sugiere que el insomnio en la infancia es la ma-
nifestación de cierto factor genético constitucional.
84 ÁBÉ y PERÉZ DE FRANC:ISCÓ

Zung y Wilson (1967) hicieron un. análisis Markov de los patro-


nes de sueño y ensueño en 3 gemelos monozigóticos y 3 gemelos di-
zigóticos y encontraron que no hay diferencia significativa entre los
gemelos de los dos tipos respecto al tiempo requerido para dormirse,
duración del sueño, distribución del sueño continuo registrado por el
electroencefalograma como porcentajes de tiempo empleados en los
diferentes estadios del sueño; y también el porcentaje del tiempo de-
dicado a los "movimientos rápidos oculares". Sin embargo, hubo una
completa concordancia entre los gemelos monozigóticos en cuanto a
los cambios más importantes de estadios del sueño y de fluctuaciones
periódicas. La periodicidad del patrón de "movimientos rápidos de
los ojos" fue concordante en los gemelos monozigóticos y discordante
en los gemelos dizigóticos.
Los primeros estudios sobre el metabolismo realizados en geme-
los fueron hechos por Werner. En cuanto al metabolismo de carbo-
hidratos investigó los niveles de azúcar sanguínea en ayunas y los
correspondientes a cada 30 minutos después de 4 horas de la ingestión
de 50 gr. de glucosa realizada por 16 gemelos monozigóticos y 17 ge-
melos dizigóticos del mismo sexo. Dividió los pares en similares, in-
termedios, y diferentes de acuerdo a la curva de glicemia encontrada.
Entre los pares monozigóticos encontró 10 similares, 5 intermedios,
y un par diferente y entre los pares dizigóticos halló 2 similares, 6 in-
termedios y 9 pares diferentes. Encontró que el nivel de glicemia en
ayunas y el nivel máximo de glicemia eran especialmente parecidos
entre los gemelos monozigóticos.
Estudió más tarde el metabolismo basal en 10 gemelos monozi-
góticos y 10 gemelos dizigóticos del mismo sexo después de ayuno de
10 a 12 horas y después de tomar un desayuno consistente en 100 gr.
de carne, 30 gr. de mantequilla, 100 gr. de pan y 200 ce. de sopa
(muestras tomadas cada 30 minutos durante 3 horas), y encontró que
la diferencia promedio entre los monozigóticos es casi igual a la di-
ferencia entre los valores de dos investigaciones sucesivas en el mismo
individuo así como mucho más pequeña que la encontrada entre ge-
melos dizigóticos.
Para los psiquiatras, es muy importante conocer cómo y hasta
qué punto el metabolismo de diferentes antidepresivos puede ser mo-
dificado por factores genéticos, y por ello damos en seguida algunos
resultados de investigaciones recientes.
Hay grandes diferencias intraindividuales en el metabolismo de
la isoniacida. Aquellos que inactivan rápidamente la isoniacida son
VARIABLES PSICOFISIOLOGICAS 85

llamados "inactivadores rápidos" y los demás "ínactivadores lentos".


En pacientes con tuberculosis, los inactivadores lentos responden re-
lativamente bien a la ísoniacída, pero también tienden a tener efectos
colaterales más frecuentemente. Los IMAO usados como antidepresi-
vos tienen una estructura íntimamente relacionada con la isoniacida,
y sus efectos favorables en pacientes deprimidos son más frecuentes
entre los inactivadores lentos. Price-Evans (1965) encontró que esta
diferencia individual no es en sí una diferencia cualitativa que per-
mita dicotomizar en inactivadores lentos. Price-Evans (1965) encon-
tró que esta diferencia individual no es en sí una diferencia cualita-
tiva que permita dicotomizar en inactivadores lentos y rápidos, sino
una diferencia cuantitativa debida a un polimorfismo genéticamente
determinado de la acetil transferasa del hígado.

También encontró una determinación genética a la hipersensi-


bilidad al difenilhidantoinato, un anticonvulsivo, mostrando que en
estos individuos (metabolizador lento) el nivel sanguíneo del fármaco
disminuye tan lentamente que después de administraciones repetidas
de dosis terapéuticas se acumula, produciendo efectos colaterales se-
rios.

Los polimorfismos enzimáticos determinados genéticamente han


sido revisados recientemente por Harris. Vesell y Page (1968) admi-
nistraron una dosis oral única de fenilbutazona, aproximadamente 6
mg/kg., a 7 pares de gemelos monozigóticos y 7 pares de gemelos di-
zigóticos. La disminución de la fenilbutazona en el plasma fue expo-
nencial, exactamente igual que la disminución de una substancia ra-
dioactiva. Los gemelos monozigóticos mostraron unas cifras de vida
media de la fenilbutazona muy parecidas: se encontró una diferencia
significativamente mayor en la vida media de la substancia entre los
gemelos dizigóticos. Así, pues, las grandes variaciones entre individuos
en cuanto al metabolismo de la fenilbutazona parecen ser genética-
mente determinados, más que por el medio ambiente.

Hammer, Martens y Sjoqvist (1969) dieron a 5 mujeres hospita-


lizadas con varios tipos de depresión, desmetilimipramina (25 mg. 3
veces al día con intervalos de 8 horas durante 17 días) nortriptilina
(25 mg. 3 veces al día durante los 18 días siguientes para cambiar nue-
vamente a la desmetilimipramina durante 20 días) y oxifenilbutazona
(100 mg. 3 veces al día durante 2 días), y compararon los niveles de
plasma de desmetilimipramina y nortriptilina con la vida media de
la oxifenilbutazona en cada paciente. Los pacientes que lograban un
nivel plasmático relativamente alto y estable con una de las substan-
86 ABE Y PEREZ DE FRANCISCO

cías, también lo lograba con el otro fármaco, y mostraba una vida me-
dia de oxifenilbutazona larga. Los hallazgos mostraron una falta de
especificidad de las enzimas que hidroxilan el fármaco en el hombre
y también la importancia del factor genético que influye en el nivel
plasmático estable de estos antidepresivos; ya había sido señalado
que la vida media de la oxifenilbutazona estaba determinada genéti-
camente en forma notable.

Hay algunas otras investigaciones de importancia para la farma-


coterapia de la depresión. Pare (1962) probó, en un estudio doble cie-
go, la hipótesis de que la respuesta de un paciente a un grupo parti-
cular de antidepresivos puede depender del tipo genético de su de-
presión y que los familiares en primer grado suelen responder en for-
ma semejante. Los pacientes en primer grado respondieron a los anti-
depresivos en forma similar a como lo había hecho el probando. El
autor sugiere que puede haber dos tipos de depresión genéticamente
determinadas y que uno de estos tipos respondería mejor al grupo de
la imipramina y el otro a los IMAO.

En forma independiente Angst (1961, 1964) sugirió en 1961, ba-


sándose en un estudio de familias, que si probando responde favora-
blemente a cierto antidepresivo, el fármaco también era efectivo en
su familiar con depresión endógena. Este resultado se confirmó en
su última investigación (1964) sobre 47 pares de familiares con de-
presión endógena, de los cuales 40 fueron concordantes y 4 fueron
discordantes en relación con el efecto de la imipramina, lo cual es un
resultado significativo de P < .00 1 (otros 3 pares fueron tratados con
otros antidepresivos).

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