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Unidad de aprendizaje 1

La regulación de
la competencia en
los mercados
tradicionales
Presentación del módulo

En este módulo se revisará el marco normativo en torno a la regulación de la


competencia y el consumo en mercados analógicos, tradicionales o de “ladrillo” en
Colombia y sus fundamentos constitucionales y legales para sentar las bases
fundamentales para el desarrollo de los demás módulos.

De igual manera se revisarán los bienes jurídicos protegidos por las áreas del
derecho de la competencia, las diferencias entre las mismas, la institucionalidad y
los fundamentos económicos básicos que soportan esta materia.

Objetivos del módulo

● Revisar el origen del derecho de la competencia, los bienes jurídicos


tutelados y la finalidad del derecho de la competencia.
● Analizar los fundamentos jurídicos básicos de la regulación de la
competencia y del consumo en mercados tradicionales.
● Revisar las cuatro áreas temáticas que comprende el derecho de la
competencia, esto es, (i) La competencia Desleal; (ii) Las Prácticas
Restrictivas de la Competencia; (iii) Control de Concentraciones y, (iv)
Derecho al Consumidor, en especial, las diferencias que existen entre estas.
Diagrama de temas

Tipologias de
Conceptualizacion y practicas
antecedentes restrictivas y
normativos control de
concentraciones
empresariales

Proteccion
del Competencia desleal
consumidor
Unidad de aprendizaje 1
Conceptualización y antecedentes normativos

Síntesis

En el desarrollo de este tema usted podrá aprender analizar el origen del derecho
de la competencia, los fundamentos económicos de la materia, a partir del estudio
de sus antecedentes constitucionales, su evolución y su desarrollo normativo.
Ello permitirá que Usted conozca el marco normativo e institucional que regula esta
área del derecho y, en consecuencia, servirá de base para los demás módulos
temáticos en los cuales se analizará sí las normas que regulan los mercados
tradicionales sirven para los fines de controlar el poder de mercado y las prácticas
restrictivas que se pueden presentar en los mercados digitales, o si se requieren
normas particulares y un arreglo institucional diferente.
Esta unidad temática sentará las bases para que usted pueda reflexionar sobre los
temas asociados a la regulación de los mercados digitales y el consumidor digital
de manera más detallada en los módulos posteriores.

Profundización

Concepto

En el lenguaje económico (Spencer) la competencia se refiere a la:

“Rivalidad entre compradores y vendedores de bienes y servicios. La competencia


tiende a estar en relación directa con el grado de difusión (por oposición a
concentración) del poder del mercado, y con la libertad con que compradores y
vendedores pueden entrar en, o salir de los mercados.” (1983)

Desde otro punto de vista, la competencia económica se ha definido como el


“ejercicio de la libertad en procura de captar la clientela, colocando en el mercado
productos y servicios a precios, calidades y en condiciones contractuales diferentes
a los demás participantes.” (Gómez, 1998).

De acuerdo con el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, (RAE,


1984) competencia significa “Disputa o contienda entre dos o más sujetos sobre
alguna cosa”.
De las definiciones mencionadas se concluye que la libertad de empresa en una
economía con competencia efectiva implica una posibilidad real para los agentes de
poder actuar en el mercado, con algunas limitaciones constitucional y legalmente
excepcionales.
Antecedentes normativos

La estructura normativa del derecho de la competencia en Colombia puede


enmarcarse cronológicamente en las siguientes disposiciones:

• La Ley 155 del 14 de diciembre de 1959, aún sólo vigente en su artículo 1º


que establece una clausula general 1 abarcaba todas las materias de
competencia desleal, operaciones de consolidación, fusión e integraciones
económicas, pero englobabas en el concepto de prácticas comerciales
restrictivas, sin las especificidades que luego adquirió la competencia desleal
frente a aquella materia y que serán revisadas más adelante.

• Con la expedición del Decreto 410 de 1971, Código de Comercio, se


tipificaron una serie de actos considerados desleales, al paso que se
estableció la posibilidad de pedir indemnización de perjuicios y se determinó
la competencia funcional para conocer estos asuntos en cabeza de los
jueces.

• En 1991, la Carta Política de Colombia, en sus artículos 332 a 336 consagra


la libre competencia como un derecho de todos 2 y la libertad de empresa, la
libre iniciativa privada, libertad de asociación, principios que expresan una
economía de mercado, bajo el siguiente principio: “La actividad económica y
la iniciativa privada son libres, dentro de los límites del bien común, para su
ejercicio, nadie podrá exigir permisos previos ni requisitos, sin autorización
de la ley”. 3 (Hemos subrayado).

1
Ley 155 de 1959, artículos 1. Modificado por el art. 1, Decreto 3307 de 1963. “Quedan prohibidos
los acuerdos o convenios (sic) que directa o indirectamente tengan por objeto limitar la producción,
abastecimiento, distribución o consumo de materias primas, productos, mercancías o servicios
nacionales o extranjeros, y en general, toda clase de prácticas, procedimientos o sistemas tendientes
a limitar la libre competencia y a mantener o determinar precios inequitativos.”
2
Constitución Política 1991. Artículo 333, inciso 2°y artículo 88.
3
Constitución Política 1991. Artículo 333, inciso 1°.
Los límites a la libertad económica y de empresa se justifican ante la
importancia y sensibilidad de algunos mercados, por ejemplo, el sector
financiero 4 o de servicios públicos domiciliarios 5, mercados en los cuales se
justifican restricciones sobre los requisitos que debe cumplir quien pretenda
participar en los mismos, la participación que puede llegar a alcanzar, las
condiciones frente a los usuarios, entre otros aspectos.

• El Decreto Ley 2153 de 1992, introdujo normas sobre prácticas comerciales


restrictivas, tipificando un listado de actos unilaterales, acuerdos restrictivos
y conductas que constituyen abuso de posición dominante. Para el
cumplimiento de estas normas se crea la Delegatura de Promoción de la
Competencia dentro de la Superintendencia de Industria y Comercio y se
establece un procedimiento administrativo especial para adelantar las
investigaciones por infracción a las normas sobre promoción de la
competencia y prácticas comerciales restrictivas.

• Finalmente, la Ley 1340 de 2009, estableció como autoridad única de


competencia a la SIC, encargada de vigilar y controlar las prácticas
restrictivas en todos los sectores de la economía, introduciendo importantes
novedades en materia de delación, dosimetría de las sanciones, garantías,
abogacía de la competencia, entre otras figuras propias de los regímenes
norteamericano y europeo.

• Por otra parte, en cuanto se refiere a competencia desleal, los antecedentes


provienen desde la Ley 110 de 1994, y en forma sucesiva se expidió Ley 391
de 1925, la Ley 59 de 1936 y Ley 155 de 1959, el Código de Comercio de
1971, que finalmente culminaron con la expedición de Ley 256 de 1996 que
regula actualmente la materia y deroga las normas preexistentes sobre la
materia.

4
Decreto 663 de 1993 Estatuto Orgánico del Sistema Financiero.
5
Ley 142 de 1994, Ley 143 de 1994, decreto 1165 de 1999.
Unidad de aprendizaje 2
Tipologías de prácticas restrictivas y control de
concentraciones empresariales

Síntesis

Este módulo tiene por objeto el estudio de las áreas temáticas que comprende el
derecho de la competencia o en forma amplia el derecho de los mercados y sus
principales diferencias, a saber: (i) Las Prácticas Restrictivas de la Competencia ii)
el Control de Concentraciones empresariales y, (iii) la Protección del Consumidor.

Profundización

En la legislación nacional se encuentran tres tipos de conductas que configuran las


denominadas prácticas comerciales restrictivas:

Acuerdos contrarios a la libre competencia

Los acuerdos restrictivos o colusorios en los términos del artículo 45 del Decreto
2153 de 1992, incluyen: contratos, convenios, concertación, práctica concertada o
conscientemente paralela entre dos o más empresas. La Conferencia de las
Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNTACD, 2004) define a la colusión
como un acuerdo entre competidores que tiene por objeto causar perjuicio a otros
competidores o a los consumidores, lo que se califica como acuerdos horizontales.

No obstante, los acuerdos restrictivos de la competencia no sólo se refieren a los


horizontales, es decir, cuando quienes los realizan son competidores por
encontrarse en el mismo nivel de la cadena de producción y dedicarse a las mismas
actividades, sino también pueden existir colusiones verticales, cuando quienes los
celebran son empresas situadas en distintos niveles de la cadena, como un
fabricante y un distribuidor.

En consecuencia, cualquier tipología jurídica en la que una pluralidad de agentes


compromete su voluntad para la realización de acuerdos abarcando incluso
conductas en las que no se encuentra expresamente la voluntad de los agentes,
pero se identifican actuaciones paralelas dirigidas a obrar en forma consciente
alrededor de una voluntad común, de manera tácita, cuando la autoridad logra
establecer que no exista una razón plausible que explique el comportamiento
económico coordinado. Lo anterior, implica que se cobijan tanto las colusiones
abiertas, encubiertas, como las tácitas.

Siguiendo la clasificación de COLOMA (2009), las colusiones abiertas se refieren


a situaciones en las cuales existe un acuerdo concreto con pruebas directas que
muestran la existencia de comunicaciones entre las empresas participantes a través
de las cuales las mismas acuerdan no competir en ciertos aspectos. La colusión
encubierta, en cambio, tiene lugar cuando el acuerdo no puede probarse de
manera directa, sino a través de indicios indirectos (por ejemplo, comunicaciones
entre empleados de la misma empresa que hacen referencia a la existencia de
acuerdos con competidores, ciertas conductas paralelas que no pueden explicarse
razonablemente de no mediar un acuerdo explícito entre los competidores, etc.),
Finalmente, en la colusión tácita se produce cuando varios competidores se
comportan como si estuvieran acordando entre sí, pero sin que medie comunicación
alguna entre ellos.

De manera específica, el artículo 47 del Decreto 2153 de 1992, contiene un listado


no taxativo de acuerdos que se considerarán anticompetitivos, dentro de los cuales
se encuentra la fijación directa o indirecta de precios, la asignación de cuotas de
producción, la repartición de mercados, el impedir a terceros el acceso a canales de
comercialización 6, entre otros, que se reprimen tanto por objeto como por efecto, de
manera que el elemento intencional es irrelevante.

Actos contrarios a la libre competencia:

Conforme al artículo 45 del Decreto 2153 de 1992, un acto unilateral es todo


comportamiento de quienes ejerzan una actividad económica que se califica como
restrictivo cuando se enmarca en los supuestos del Artículo 48 del Decreto 2153 de
1992, a saber: i) la negativa a contratar cuando se pueda entender como retaliación
a la política de precios del agente pasivo del tipo, ii) la infracción a las normas de
publicidad contenida en el estatuto al consumidor y iii) aquellos actos de
influenciarían a un agente de mercado para que aumente los precios o a desista
de su intención de rebajarlos.

6
Prohibición adicionada por el artículo 16 de la Ley 590 de 2000.
Abuso de posición dominante

El artículo 45 del Decreto 2153 de 1992 define la posición dominante como la


posibilidad de determinar directa o indirectamente las condiciones de un mercado,
situación que no se reprime como anticompetitiva salvo, como lo señala la OCDE
(2009):

“De conformidad con la Constitución, el Estado tiene la obligación de evitar y


controlar el abuso de la posición dominante en el mercado nacional, por lo cual no
se prohíbe la posición de dominio dentro del mercado, sino el abuso que se haga de
dicha posición.

“Este tipo de conducta anticompetitiva ocurre cuando una empresa ocupa una
posición dominante en el mercado y emplea de manera anticompetitiva ese poder
de mercado del que goza. Un ejemplo puede ser la conducta predatoria para excluir
un competidor del mercado; o la imposición de contratos atados a un cliente.”

En consecuencia, el artículo 50 del Decreto 2153 de 1992 contiene un listado


enunciativo de las conductas que constituyen abuso de la posición dominante,
siendo por principio una conducta individual. No obstante, el entendimiento inicial
del carácter no plural de esta conducta, han existido desarrollos jurisprudenciales
extranjeros, específicamente de la Comisión Europea y el Tribunal de Primera
Instancia de las Comunidades Europeas, como en el caso de la fusión Nestlé –
Premier, en los cuales han adoptado la teoría de la existencia de una posición de
dominio conjunta o predicable de varias empresas.
Las prohibiciones se tipifican por efecto y sólo una conducta de abuso de la posición
de dominio se reprime tanto por objeto como por efecto, que es la subordinación del
suministro de un producto a la aceptación de obligaciones adicionales que no hagan
parte del núcleo del negocio, que se conocen comúnmente como ventas atadas.

El control de concentraciones empresariales

El control previo de concentraciones impone deberes a las empresas que se


encuentren dentro del mismo mercado o dentro de la misma industria de informar a
la Superintendencia de Industria y Comercio sobre las operaciones que proyecten
llevar a cabo con el efecto de fusionarse, consolidarse o integrarse entre sí,
cualquiera que sea la forma jurídica de la operación proyectada.
En esta función de control previo, la SIC se pronuncia favorable o
desfavorablemente respecto a la autorización de operaciones de concentración que
pretendan adelantar empresas:

(i) que compitan en un mismo mercado, o


(ii) que no compitan directamente, pero que participen diferentes eslabones de
la misma cadena de valor.

El control previo le permite a la Autoridad de Competencia advertir si las


operaciones empresariales que se pretenden adelantar pueden conducir a la
consolidación de concentraciones económicas que pueden generar de distorsiones
en el mercado.

En este sentido, como lo sostiene la OCDE (2009):

“Colombia cuenta con un sistema de control previo de fusiones, al cual se acoge


todo tipo de persona física o jurídica, de todos los sectores económicos,
independientemente del tipo de forma jurídica de consolidación, mientras derive en
una toma de control de una empresa independiente por otra (es decir, que no
involucre a empresas de un mismo grupo económico).

Ese control previo se aplica a los agentes que se encuentren dentro de dos (2)
supuestos: i) Subjetivo: Encontrarse dentro de la misma industria o participar del
mismo mercado) y ii) Objetivo: Umbrales en unidades de valor tributario que deberá
determinar anualmente la Autoridad de Competencia.

Adicionalmente, si las empresas que proyecten llevar a cabo una operación de


integración cumplen con los criterios antedichos, pero no cuentan con una
participación de mercado superior al 20% por ciento, simplemente deberán notificar
a la Autoridad sobre la operación, sin que requieran de una autorización previa.

Se encuentran exentas del deber de información (pre-evaluación y notificación)


previa ante la SIC (numeral 4 de la Resolución 10930 de 2015), las operaciones de
concentraciones que no cumplan con alguno de los supuestos establecidos en los
numerales 2.1.1 (supuesto subjetivo) y 2.1.2 (supuesto objetivo) de la Resolución
10930 de 2015, a saber:
- Las operaciones de concentración en las que las intervinientes se encuentren
subordinadas a un mismo agente de mercado, por encontrarse en una de las
situaciones descritas en el artículo 261 del Código de Comercio (presunción
de subordinación).

- Las operaciones de concentración en las que exista relación de


subordinación entre las intervinientes, por encontrarse en una de las
situaciones descritas en el artículo 261 del Código de Comercio (presunción
de subordinación).

De lo contrario, deberán enviar a la Superintendencia de Industria y Comercio una


solicitud de prevaluación, con el fin de obtener una autorización para llevar a cabo
la operación, so pena de la imposición de multas e incluso de la posibilidad de la
reversión de la operación. Se encuentran exentas de la obligación de informar
aquellas empresas que hagan parte de un mismo grupo empresarial.

Una concentración se entiende como cualquier mecanismo utilizado para adquirir el


control total o parcial de una o varias empresas, independientemente de si se trata
de empresas nuevas o ya existentes. Por otro lado, implica la combinación de una
o más actividades económicas en las cuales se reduce o se anula la competencia
entre las intervinientes, sin importar la forma jurídica de la operación.

Existen tres tipos de integraciones:

- Integración horizontal: es aquella realizada entre empresas que participan


en el mismo eslabón de la cadena de valor.
- Integración vertical: es aquella realizada entre empresas que se ubican en
diferentes eslabones de producción y/o distribución, pero en la misma
cadena de valor.
- Conglomerados: empresas que desarrollan actividades económicas
diferentes, en cadenas de valor diferentes.

Según lo dispone la ley 1340 de 2009, el Superintendente de Industria y Comercio


deberá objetar la operación cuando encuentre que esta tiende a producir una
indebida restricción a la libre competencia. Sin embargo, podrá autorizarla
sujetándola al cumplimiento de condiciones u obligaciones cuando, a su juicio,
existan elementos suficientes para considerar que tales condiciones son idóneas
para asegurar la preservación efectiva de la competencia.
Los condicionamientos son obligaciones a las que se comprometen las empresas
intervinientes en una operación de integración empresarial, con el fin de obtener la
aprobación, por parte de la SIC, de dicha operación

Los tipos de condicionamientos pueden ser:

• Estructurales: modifican la estructura de la transacción y del mercado.


Impiden que se produzca la totalidad de la concentración empresarial.
Consisten en la obligación de enajenar una parte de la empresa resultante

• De comportamiento: implican la aceptación de compromisos de hacer o no


hacer. Son temporales y se refieren generalmente a la obligación de eliminar
exclusividades, prestar servicios, etc.

También es posible que se impongan una combinación de los mismos.


Unidad de aprendizaje 3
La competencia desleal

Síntesis

En este eje temático analizaremos el régimen de competencia desleal en Colombia,


contenido en la ley 256 de 1996, (en adelante LCD), revisando el encuadramiento
o los presupuestos necesarios para aplicar la LCD, frente a un supuesto de hecho
determinado, advirtiendo un previo encuadramiento sistemático de varios elementos
a saber: los ámbitos objetivo, subjetivo y territorial, la legitimación activa y pasiva, y
finalmente, el término de caducidad para el ejercicio de las acciones
correspondientes.
Analizados dichos presupuestos, nos referiremos a los elementos estructurales
presentes en la tipificación de cada una de las 13 conductas desleales previstas en
la LCD, con un enfoque de derecho comparado que permita entender la teleología
de la norma colombiana y su interpretación a través de algunos casos fallados por
la SIC, como autoridad jurisdiccional en esta materia.

Profundización

Como tuvimos la oportunidad de analizarlo en un artículo de nuestra autoría (García,


2009), la existencia de un régimen jurídico de competencia desleal protege no sólo
el interés privado de los agentes que participan en el mercado, sino el interés
colectivo de los consumidores y el propio interés público que tiene el Estado de
mantener un orden concurrencial exento de actos que puedan afectar el normal
funcionamiento de los mercados, de manera que el bien jurídico protegido es la libre
y leal competencia económica, orientada bajo el principio fundamental de buena fe
que se refleja en la prohibición de conductas tipificadas en la ley como desleales.
Recogiendo estos principios se expidió la Ley 256 de 1996 sobre Competencia
Desleal en Colombia, 7 (en adelante LCD), procurando que quienes participan en el
mercado lo hagan a través de sus propios esfuerzos empresariales, absteniéndose
de conductas que limiten la libertad de iniciativa económica de los terceros o que
obstaculicen la libertad de decisión de los consumidores.

7
Sin embargo, las normas relativas a competencia desleal en Colombia datan de 1914 con la Ley 110, y
posteriormente se expidió la Ley 391 de 1925, Ley 59 de 1936 y Ley 155 de 1959, el Código de Comercio de
1971, y finalmente, la Ley 256 de 1996
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (2004), señala
que las conductas consideradas contrarias a la ética o usos comerciales, también
llamadas de “competencia o comercio desleal” son susceptibles de distorsionar las
expectativas legítimas de los participantes en el mercado a no ser defraudados, y
por tanto, su realización perjudica tanto a los consumidores, quienes pueden verse
sujetos a un engaño, como a los productores.
La ley 256 de 1996, contempla dos tipos de acciones: i) la competencia desleal
jurisdiccional enmarcada normativamente por la Ley 256 de 1996 y la Ley 446 de
1998, y ii) La competencia desleal administrativa que tiene su origen sustancial en
la sentencia de constitucionalidad C-649 de 2001 y normativamente en el artículo 6
de la Ley 1340 de 2009 y que se activa cuando un comportamiento desleal puede
afectar las finalidades de la libre competencia y, por lo tanto, al mercado en general.

La diferencia fundamental entre los dos tipos de acciones referidas radica en que la
competencia desleal administrativa se configura cuando las conductas afectan al
interés general y la competencia desleal jurisdiccional se aplica a conflictos de
interés particular de quienes han sido afectados por comportamientos desleales.

La LCD en Colombia no contiene una definición del acto o conducta desleal, pero
delimito sus elementos estructurales en varias disposiciones, de manera que la
conducta relevante para aplicar dicha Ley, impone la presencia de los siguientes
elementos que se muestran en la siguiente gráfica y pasamos a analizar.
Tabla 1

LEGITIMACIÓN ACTIVA. ÁMBITO OBJETIVO Art. 2


Art. 21

PRESCRIPCIÓN. ART. ÁMBITO SUBJETIVO Art. 3


23

LEGITIMACIÓN PASIVA.
Art. 22
ÁMBITO TERRITORIAL. Art. 4

Fuente: propia
1. Ámbito objetivo 8
La finalidad concurrencia implica que el acto de competencia sea idóneo para influir
en la posición competitiva y que el comportamiento trascienda al mercado, es decir,
que tengan efectos en el mismo (acción declarativa y de condena) o pueda llegar a
producirlos (acción preventiva o de prohibición).
La presunción de la finalidad concurrencial no opera a favor del demandante, en
supuestos tales como los que señala Massaguer (1999), a saber: cuando una
asociación de consumidores haga públicos los resultados de una prueba
comparativa de productos o servicios o en el caso del científico que publica una
investigación que revela efectos negativos del uso o consumo de un determinado
producto
Por otra parte, la finalidad concurrencial no depende del propósito del sujeto activo,
ni del conocimiento sobre la aptitud de la conducta para causar un daño. Para estos
efectos, la LCD presume el fin concurrencial cuando la conducta se revela como
objetivamente idónea para mantener o incrementar la participación propia o de un
tercero en un mercado.
Finalmente, la ley no exige la presencia de fines concurrenciales, en la violación de
secretos empresariales conforme lo dispone el artículo 16 de la LCD, porque el
sujeto activo puede ser un trabajador no participa directamente en el mercado y no
mejora su posición competitiva al revelar un secreto o igualmente puede ser
cualquier persona que sustrae o adquiere el secreto cuya finalidad no es de carácter
concurrencial, como lo puntualiza Barona (2008, p. 578).

2. Ámbito subjetivo 9
Los comportamientos que se prohíben pueden provenir de cualquier participe en el
mercado, incluyendo a sujetos no comerciantes, como ocurre con quienes
desarrollan actividades que el artículo 23 Código de Comercio de Colombia no
considera mercantiles: consumidores, los profesionales independientes que ejercen

8
Art. 2. Ley 256 de 1996. “Los comportamientos previstos en esta ley tendrán la consideración de actos de
competencia desleal siempre que <sic> realicen en el mercado y con fines concurrenciales. La finalidad
concurrencial del acto se presume cuando éste, por las circunstancias en que se realiza, se revela objetivamente
idóneo para mantener o incrementar la participación en el mercado de quien lo realiza o de un tercero.”
9
Artículo 3o. Ámbito subjetivo de aplicación. Esta Ley se le aplicará tanto a los comerciantes como
a cualesquiera otros participantes en el mercado. La aplicación de la Ley no podrá supeditarse a la
existencia de una relación de competencia entre el sujeto activo y el sujeto pasivo en el acto de
competencia desleal.
una profesión liberal, los agricultores, los artistas, deportistas, trabajadores en
determinadas circunstancias, incluso la administración pública.
Un aspecto estructural del ámbito subjetivo se refiere a que la LCD, no exige la
presencia de una relación de competencia entre el sujeto activo de la conducta y el
afectado por las consecuencias de la conducta o sujeto pasivo.

3. Ámbito territorial 10
El comportamiento desleal debe producir efectos en el mercado colombiano, por
razón de que el orden concurrencial protegido por la ley 256, es el propio mercado
nacional, de manera que se protegen los intereses de los agentes que participen en
el mercado colombiano.

4. Legitimación activa 11 y pasiva 12


La legitimación en la causa está reconocida en la LCD no sólo en favor de las
personas que resulten perjudicadas (directamente), sino también frente a quienes
se vean amenazados con actos desleales, incluyendo la protección de intereses
colectivos, que cuando se ven comprometidos en un acto desleal, la autoridad tiene
competencia, incluso “ex – oficio” para adelantar una actuación administrativa que
tiene por objeto prohibir y sancionar con multas un acto desleal. 13
La legitimación pasiva está definida en forma amplia por la ley colombiana, en tanto
que la extiende a “cualquier persona que haya contribuido a la realización del acto”,
de manera que no sólo cobija al autor, sino también a quien coopera o contribuye a
la realización del acto desleal, lo que suscita interesantes supuestos, tales como la
posibilidad de vinculación de medios de comunicación que difunden publicidad

10
ARTÍCULO 4o. ÁMBITO TERRITORIAL DE APLICACIÓN. Esta Ley se le aplicará los actos de
competencia desleal cuyos efectos principales tengan lugar o estén llamados a tenerlos en el
mercado colombiano.
11
ARTÍCULO 21. LEGITIMACIÓN ACTIVA. En concordancia con lo establecido por el artículo 10 del
Convenio de París, aprobado mediante Ley 178 de 1994, cualquier persona que participe o
demuestre su intención para participar en el mercado, cuyos intereses económicos resulten
perjudicados o amenazados por los actos de competencia desleal, está legitimada para el ejercicio
de las acciones previstas en el artículo 20 de esta ley.
12
ARTÍCULO 22. LA LEGITIMACIÓN PASIVA. Las acciones (…) procederán contra cualquier
persona cuya conducta haya contribuido a la realización del acto de competencia desleal. Si el acto
de competencia desleal es realizado por trabajadores u otros colaboradores en el ejercicio de sus
funciones y deberes contractuales, las acciones (…) deberán dirigirse contra el patrono.
13
La competencia desleal administrativa tiene su origen en la sentencia de constitucionalidad C-649
de 2001 y en el artículo 6 de la Ley 1340 de 2009. La sentencia aclaró que la competencia desleal
administrativa, se activa cuando las conductas representen o puedan representar afectación al
interés general, y la competencia desleal jurisdiccional a conflictos de intereses particulares de
quienes han sido afectados por comportamientos desleales.
abiertamente engañosa de un anunciante y a los distribuidores que contribuyen con
el fabricante a la realización de actos desleales.
Finalmente, la norma establece una regla especial de legitimación por pasiva para
quien pueda calificarse como empleador o contratante, respecto de actos desleales
realizados por trabajadores y colaboradores en ejercicio de sus funciones y deberes
contractuales, lo que implica una regla de atribución de responsabilidad directa a la
persona por cuya cuenta y dirección obran aquellos.

5. Concepto de Prestaciones mercantiles


La ley colombiana define el concepto de prestaciones mercantiles como actos y
operaciones de los partícipes en el mercado, relacionados con la entrega de bienes
y mercancías, la prestación de servicios o el cumplimiento de hechos positivos o
negativos susceptibles de apreciación pecuniaria. Este concepto resulta relevante
en tanto y en cuanto varias de las conductas tipificadas en la ley 256 de 1.996,
establecen en su tipificación aquellas que tenga como objeto o como efecto afectar
las prestaciones mercantiles ajenas.

6. Prescripción 14
La LCD consagra un plazo subjetivo y objetivo para el ejercicio de las acciones
previstas en el artículo 20 de la misma, a saber, una acción declarativa y de condena
y una acción preventiva o de prohibición.
El plazo subjetivo se cuenta desde que el legitimado por activa tuvo conocimiento
de la persona que realizo el acto desleal y se extiende hasta dos años dentro de los
cuales sería posible adelantar la acción, en tanto que, el plazo objetivo tiene como
extremos temporales: la realización del acto desleal como extremo inicial y un plazo
de 3 años contados a partir de aquél, como fecha hasta la cual se puede ejercitar la
acción.
El término objetivo de prescripción sólo aplica en la medida en que el primer término
de 2 años de la caducidad subjetiva no haya operado, por cuanto la expresión “y en
todo caso, por el transcurso de 3 años”, no implica que siempre se cuenten con ese
término para ejercer la acción.

14
ARTÍCULO 23. PRESCRIPCIÓN. Las acciones de competencia desleal prescriben en dos (2) años
a partir del momento en que el legitimado tuvo conocimiento de la persona que realizó el acto de
competencia desleal y en todo caso, por el transcurso de tres (3) años contados a partir del momento
de la realización del acto.
7. Conductas desleales
La LCD, tipifica 13 conductas no taxativas que califica como desleales que pasamos a
balizar brevemente:

a. Prohibición general

La prohibición general en la LCD, contiene varios elementos en su tipificación que


dan lugar a su configuración, a saber: (i) la contravención al principio de la buena fe
comercial, (ii) a los usos honestos en el comercio, (iii) o a las sanas costumbres
mercantiles, apartándose de su inspiración más próxima contenida en la ley
española que estableció un elemento objetivo de enjuiciamiento en la prohibición
general en el siguiente sentido: “Se reputa desleal todo comportamiento que resulte
objetivamente contrario a las exigencias de la buena fe”.
Se extraña en la ley colombiana el adverbio “objetivamente contrario a las
exigencias de la buena fe”, porque el mismo representa la esencia de la cláusula
general que pretende consagrar un ilícito civil de carácter objetivo, de peligro y de
naturaleza fundamentalmente extracontractual.
Desde otro punto de vista, la consagración de la prohibición general resulta de gran
importancia para reprimir nuevos comportamientos desleales que puedan
presentarse en el mercado, por cuanto tiene el efecto de otorgarle a la ley 256, un
carácter no taxativo de las conductas desleales, encontrando recibo en ella
cualquier otro acto que no se encuentre expresamente tipificado.
b. Desviación de clientela 15

La jurisprudencia ha fijado el alcance de esta conducta a través de los siguientes


elementos: (i) el análisis de ilicitud se debe basar en los medios utilizados y no en
el objeto o el efecto de la conducta, de manera que se revisa si el medio empleado
estaba o no conforme con las reglas de comportamiento de mercado. (SIC, Res.
5321 de 2004). (ii) el principio se encuentra inmerso en la tipificación de la
desviación de clientela (SIC, Sentencia 3297 de 2016), (iii) se le ha reconocido su
carácter de conducta autónoma. (SIC, Sentencia 11 de 2005).

15
Art. 8.- ACTOS DE DESVIACIÓN DE LA CLIENTELA “Se considera desleal toda conducta que
tenga como objeto o como efecto desviar la clientela de la actividad, prestaciones mercantiles o
establecimientos ajenos, siempre que sea contraria a las sanas costumbres mercantiles o a los usos
honestos en materia industrial o comercial. “
c. Actos de desorganización 16

La causa que origina la desorganización es el elemento propio del reproche y en


ello resulta fundamental el análisis de las circunstancias que rodean cada situación.
A manera de ejemplo, la estrategia sistemática que emprende un agente del
mercado de contratar personal de su competidor puede generar esta conducta,
cuando se demuestra la importancia cualitativa de los empleados retirados del
afectado y contratados por el sujeto activo del acto desleal, como ocurre cuando los
trabajadores retirados tienen cargos directivos o son miembros de un grupo o
división importante de la empresa según su objeto social (SIC, Sentencia 31714 de
2003), así como la relevancia cuantitativa, es decir, el número de personas y el
porcentaje que representan en la organización o área específica afectada de la
misma, (SIC, Sentencia 615 de 2012), o según el tipo de información a la que logra
acceder en la empresa competidora. (SIC, Sentencia 3289 de 2012).
d. Confusión 17

En esta conducta el agente del mercado genera un error de juicio en la asociación


por el consumidor sobre la actividad, las prestaciones mercantiles o el
establecimiento ajenos, obtenida a través del uso o manipulación de instrumentos
de identificación empresarial o profesional.
e. Engaño 18

La norma reprime la inducción a error, (SIC, Sentencia 10 de 2005) en


circunstancias tales como difundir indicaciones incorrectas o falsas u omitir las
verdaderas o “(…) cualquier otro tipo de práctica que (…) sea susceptible de inducir
a error a las personas a las que se dirige o alcanza (…)”. La conducta igualmente se
genera por omisión de informaciones supuesto en el cual se determina si la misma

16
Art. 9.- ACTOS DE DESORGANIZACIÓN. “Se considera desleal toda conducta que tenga por
objeto o como efecto desorganizar internamente la empresa, las prestaciones mercantiles o el
establecimiento ajeno.”
17
Art. 10 Ley 256. Confusión. “En concordancia con lo establecido por el punto 1 del numeral 3º del
artículo 10 bis del Convenio de París, aprobado mediante Ley 178 de 1994, se considera desleal
toda conducta que tenga por objeto o como efecto crear confusión con la actividad, las prestaciones
mercantiles o el establecimiento ajenos”.
18
“En concordancia con lo establecido por el punto 1 del numeral 3º del artículo 10 bis del Convenio
de París, aprobado mediante Ley 178 de 1994, se considera desleal toda conducta que tenga por
objeto o como efecto inducir al público en error sobre la actividad, las prestaciones mercantiles o el
establecimiento ajenos”.
era relevante para que los consumidores decidieran sus preferencias por el producto
o servicio.
Para la configuración de un error se tiene en cuenta los siguientes criterios: (i)
Determinación del círculo de destinatarios del mensaje, que generalmente debe
hacerse teniendo en cuenta el conocimiento del consumidor medio. (SIC, Sentencia
32749 de 2004); (ii) establecer la impresión y las expectativas al percibir el mensaje,
es decir, medir el entendimiento que tienen sobre las prestaciones ofrecidas; (iii)
Posteriormente, se confrontan la impresión y las expectativas del destinatario
medio, con la realidad para advertir si fueron engañados; (iv) Un medio de prueba
suelen ser encuestas o estudios demoscópicos.
Finalmente, las características del engaño son las siguientes: (i) Es necesario que
la conducta se exteriorice, es decir, que se utilice en los canales de comunicación
con la clientela. (ii) La norma incluye el error sobre la actividad, las prestaciones o
el establecimiento ajenos, lo que nos parece anti técnico porque en esta conducta
por su propia naturaleza el agente del mercado se refiere a sus propias
prestaciones.
f. Descrédito

El acto de descrédito comprende la difusión de manifestaciones no veraces respecto


de un tercero, anotando que la ley tolera el menoscabo del crédito en el mercado
cuando las afirmaciones son ciertas, es decir, están cubiertas por la “exceptio
veritatis”, (SIC, Sentencia 2019 de 2012) siempre que igualmente resulten
pertinentes.
En lo que se refiere al concepto de pertinencia de las manifestaciones, la ley
colombiana guardo silencio, pero ley española nos da una idea de aquello que no
sería pertinente: “En particular no se estiman pertinentes las manifestaciones que
tengan por objeto la nacionalidad, las creencias o ideología, la vida privada o
cualesquiera otras circunstancias estrictamente personales del afectado”.
g. Comparación 19

La norma colombiana consagra un principio de licitud de la comparación,


condicionado al cumplimiento de determinados requisitos previos, justificado en

19
Artículo 13 de la ley 256 de 1.996, “Sin perjuicio de lo establecido en los artículos 11 y 13 de esta
ley, se considera desleal la comparación pública de la actividad, las prestaciones mercantiles o el
establecimiento propios o ajenos con los de un tercero, cuando dicha comparación utilice
indicaciones o aseveraciones incorrectas o falsas, u omita las verdaderas. Así mismo, se considera
desleal toda comparación que se refiera a extremos que no sean análogos, ni comprobables.”
permitir la afluencia de información importante para la formación de decisiones por
parte de los consumidores, con fines de transparencia en el mercado.
Los elementos característicos de la conducta son: i) confrontación de actividades,
prestaciones o establecimientos. ii). La referencia a uno o varios terceros
identificables por el destinatario del mensaje. iii) El objeto de la comparación es
resaltar la propia oferta. Este elemento resulta importante porque un supuesto de
publicidad adhesiva o parasitaria que equipara la propia actividad, establecimientos
o prestaciones con la de terceros particularmente conocidos para generar
asociación se enmarca en un acto de explotación de la reputación ajena.
Sin embargo, la comparación debe referirse a extremos análogos, relevantes y
comprobables. El requisito de que los extremos sean análogos y comprobables,
procura prohibir que se confronten propiedades que típicamente el consumidor no
compara. A manera de ejemplo, son análogos los extremos que tengan el mismo
ámbito, como las que se refieren a comparar utilidad, precio, rendimiento o
procedencia entre dos productos.
h. Imitación 20

Salvo que existan derechos de exclusiva protegidos, imitar se considera en principio


licito, de manera que las circunstancias que determinan la deslealtad de esta
conducta pueden referirse a la forma (riesgo de confusión o asociación, explotación
de la fama ajena o del esfuerzo ajeno) o la finalidad de una conducta (predación u
obstaculización de un competidor).
Por el primer aspecto, el párrafo segundo del artículo, contiene el reproche de la
imitación exacta y minuciosa, siempre que sea susceptible de causar confusión,
entendida como un error sobre la procedencia empresarial de la prestación. La

20
Artículo 14, ley 256 de 2.000: “La imitación de prestaciones mercantiles e iniciativas empresariales
ajenas es libre, salvo que estén amparadas por la ley.

No obstante, la imitación exacta y minuciosa de las prestaciones de un tercero se considera desleal


cuando genere confusión acerca de la procedencia empresarial de la prestación o comporte un
aprovechamiento de la reputación ajena.

La inevitable existencia de los indicados riesgos de confusión o de aprovechamiento de la reputación


ajena excluye la deslealtad de la práctica.

También se considerará desleal la imitación sistemática de las prestaciones e iniciativas


empresariales de un competidor cuando dicha estrategia se halle encaminada a impedir u
obstaculice su afirmación en el mercado y exceda de lo que según las circunstancias, pueda
reputarse como una respuesta natural del mercado.”
imitación minuciosa o exacta también se considera desleal cuando comporte un
aprovechamiento indebido de la reputación ajena que consiste en la usurpación
lograda a través del crédito o buen nombre, que utiliza el imitador con propósitos de
introducir o afirmar su propia oferta en el mercado.
En el tercer párrafo, se prevé que la imitación sólo es desleal cuando el imitador
pudo adoptar medidas para evitar la confusión y le era exigible hacerlo. Se
desprende de lo anterior, que para que exista confusión por un acto de imitación, la
prestación imitada y ofrecida en el mercado debe tener singularidad.
Finalmente, en el último párrafo de la norma se contempla un supuesto de imitación
en función de reprimir una finalidad predatoria o una estrategia encaminada a
impedir u obstaculizar la afirmación de un agente en el mercado. Dicha conducta
debe ser sistemática y se debe demostrar que estuvo dirigida a obstaculizar la
posición competitiva y que carecía de justificación competitiva, es decir, que excedió
la respuesta normal del mercado.
i. Explotación de la reputación ajena 21

La explotación de la reputación ajena ocurre normalmente por el empleo de signos


distintivos de un tercero, concepto utilizado en el segundo párrafo como una
categoría genérica, no necesariamente vinculada a los signos protegidos por la
propiedad industrial, sino comprende todos los elementos o medios que sean
idóneos para transmitir al consumidor informaciones acerca de las actividades,
prestaciones o establecimientos. Es decir, la norma no protege el uso de signos
distintivos en sus funciones primarias de identificar un origen empresarial (marcas
y nombres comerciales) o la procedencia geográfica (denominaciones de origen),
porque ello está comprendido en otras conductas como la confusión y el engaño, o
en las normas de la propiedad industrial. En efecto, esta norma protege el buen
nombre o la fama de las actividades, establecimientos (SIC, Sentencia 38 de 2011).
Aparicio (2011), considera que, para determinar la existencia de un
aprovechamiento de la reputación ajena por el uso de signos distintivos, deben
tenerse en cuenta necesariamente la reputación del signo, su notoriedad entre el

21
“Se considera desleal el aprovechamiento en beneficio propio o ajeno, de las ventajas de la
reputación industrial, comercial o profesional, adquirida por otro en un mercado. Sin perjuicio de los
dispuesto en el Código Penal y en los tratados internacionales, se considera desleal el empleo de
signos distintivos ajenos o de denominaciones de origen falsas o engañosas aunque estén
acompañadas de la indicación acerca de la verdadera procedencia del producto o de expresiones
tales como “modelo,” sistema”,” tipo”,” clase”, “género”, “manera”, “imitación”, y similares.”
círculo de destinatarios, la implantación del signo, el esfuerzo realizado para
propiciar la reputación del signo, y en fin, el aprovechamiento indebido.
Finalmente, el acto de explotación de la reputación ajena se justifica como conducta
autónoma tipificada en la ley de competencia desleal, porque no implica
necesariamente un engaño o confusión, y complementa la propiedad intelectual al
dejar de lado el principio de la especialidad marcaria.
j. Violación de secretos empresariales 22

La norma protege secretos industriales o relativos a la fabricación de un producto,


aplicación de cierto procedimiento, prestación de un determinado servicio,
composición de un producto, mantenimiento u optimización de una planta o
instalación industrial, información relativa a la organización y planificación de la
actividad interna de la empresa, en aspectos administrativos, financieros, listas de
clientes que establecen la identidad, localización, preferencias, hábitos de compra,
condiciones contractuales (SIC, Sentencia 31714 de 2003), estrategias, planes de
negocios, decisiones, estudios, entre otras.
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 260 de la Decisión 486 de 2.000, se
considera secreto empresarial cualquier información no divulgada que una persona
natural o jurídica legítimamente posea, que pueda usarse en cualquier actividad
productiva, industrial o comercial, y que sea susceptible de transmitirse a un tercero.
Las condiciones para considerar una determinada información como secreto
empresarial, son las siguientes:

• Que la información sea secreta en el sentido en que como conjunto o


configuración y reunión de sus componentes, no sea generalmente conocida
ni fácilmente accesible por los círculos que normalmente manejan la
información.

22
“…la divulgación o explotación, sin autorización de su titular, de secretos industriales o de cualquier
clase de secretos empresariales a los que se haya tenido acceso legítimamente pero con deber de
reserva, o ilegítimamente, a consecuencia de algunas de las conductas previstas en el inciso
siguiente o en el artículo 18 de esta ley. “

Tendrá así mismo la consideración de desleal, la adquisición de secretos por medio de espionaje o
procedimientos análogos, sin perjuicio de las sanciones que otras normas establezcan.

Las acciones referentes a la violación de secretos procederán sin que para ello sea preciso que
concurran los requisitos a que hace referencia al artículo 2º de esta ley. “
• Que tenga un valor comercial por ser secreta y en ese sentido, importa
demostrar ese valor para efectos de la indemnización perseguida por el uso
infractor del secreto.
• Que haya sido objeto de medidas razonables tomadas por su legítimo
poseedor para mantenerla secreta.
La Decisión Andina 486 de 2000, califica como desleales los siguientes actos:

• Explotar sin autorización de su poseedor legítimo, un secreto empresarial al


que ha tenido acceso con sujeción a una obligación de reserva resultante de
una relación contractual o laboral.
La explotación consiste en la utilización de la información secreta que sea
idónea para aprovecharla con cualquier finalidad y de cualquier modo.

• Comunicar o divulgar el secreto con ánimo de obtener provecho propio o de


un tercero. La divulgación comprende toda comunicación hecha por cualquier
medio que permita su ulterior utilización, bien sea al público o a una o varias
personas no autorizadas, sea activamente (puesta en conocimiento directa)
o pasiva (facilitación al tercero al acceso).
• Adquirir un secreto empresarial por medios ilícitos o contrarios a los usos
comerciales honestos. Un secreto empresarial se considera adquirido por
medios contrarios a los usos comerciales honestos cuando la adquisición
resulte de actos de espionaje industrial, el incumplimiento de un contrato u
otra obligación, el abuso de confianza, el incumplimiento de un deber de
lealtad, entre otros.

k. Violación de normas 23

Las normas que pretende acoger esta conducta para calificar su violación como
desleal, tendría su ámbito natural en aquellas destinadas a la regulación de los
mercados, tales como las normas sobre prácticas restrictivas de la libre
competencia, así como aquellas que en términos general fijen condiciones o
requisitos para el ejercicio de una actividad económica. En Colombia no se ha
considerado que normas contenidas en el código contencioso administrativo, (SIC,
sentencia 28 de 2010) en la legislación sobre marcas (SIC, Sentencia 2 de 2011) o

23
Artículo 18 – Violación de normas. Se considera desleal la efectiva realización en el mercado de
una ventaja competitiva adquirida frente a los competidores mediante la infracción de una norma
jurídica. “La ventaja ha de ser significativa.
trámites relativos a la importación de productos (SIC, Sentencia 11 de 2011),
tipifiquen esta conducta.
Ahora bien, a diferencia de otras normas de la LCD, en esta conducta se exige
expresamente un resultado representado en la obtención de una ventaja
competitiva, que además se califica como significativa, entendida como de tal
magnitud, que origine un efecto concreto en el mercado y en las condiciones del
mismo referidas a la decisión de los consumidores, de manera que exista un
desequilibrio en el afectado con las conducta, respecto a las ventaja que obtuvo el
demandado a través de la infracción de la norma.
l. Inducción a la ruptura contractual:

La inducción a la infracción de deberes contractuales básicos se refiere a deberes


que resulten relevantes en el funcionamiento del contracto, lo que debe revisarse
necesariamente frente a los potenciales sujetos inducidos, a manera de ejemplo, sí
es un trabajador, su deber contractual básico puede estar referido a prestar sus
servicios en forma exclusiva a su patrono o guardar reserva sobre la información
confidencial que conoce, en tanto que si es un proveedor, su deber contractual
básico con el afectado con la conducta desleal es suministrarle el producto y si es
un cliente pagarle el precio.
Ahora bien, la terminación regular se refiere a que el contrato fenece por vías
contractualmente establecidas, tanto legales como contractualmente pactadas, por
ejemplo, porque termina su período de vigencia. En este caso, la conducta se
considera desleal, sólo en la medida que se demuestre que tiene por objeto la
expansión de un sector o la intención de eliminar a un competidor o en general se
reprochan los medios utilizados para generar la terminación, como cuando son fruto
del engaño.
Resulta importante señalar con Barona (2009) que los medios desleales para inferir
que los mismos tienden a eliminar a un competidor cubren supuestos como la
captación de trabajadores ajenos, dadas características de su carácter masivo, la
especial cualificación, la esencialidad de los equipos de trabajo, entre otras.
m. Pactos desleales de exclusividad 24

La norma fue declarada condicionalmente exequible por la Corte Constitucional


(Sentencia C-535 – 97) en el entendido en que no prohíbe los pactos de
exclusividad, sino en cuanto restrinjan el acceso de los competidores o tengan un
efecto sustancial en la disminución de la competencia.
La disposición ha sido de escaso análisis en la jurisdicción y cuando se ha tenido
oportunidad de pronunciarse sobre la misma, se desestimado su configuración, al
considerar que el pacto no tiene el objeto prevenido en la norma, no produce el
efecto o no se demuestra la existencia de un contrato de suministro para configurar
la prohibición.

24
Art. 19. Pactos desleales de exclusividad. Se considera desleal pactar en los contratos de
suministro cláusulas de exclusividad, cuando dichas cláusulas tengan por objeto o como efecto,
restringir el acceso de los competidores al mercado, o monopolizar la distribución de productos o
servicios, excepto las industrias licoreras mientras éstas sean de propiedad de los entes territoriales.
Unidad de aprendizaje 4
La protección del consumidor

Síntesis

En esta unidad temática revisaremos los principios fundamentales de la


normatividad de protección al consumidor, conforme a lo regulado en el
estatuto contenido en la ley 1480 de 2011, los principales aspectos del
mismo y las acciones jurisdiccionales y administrativas previstas en la
norma.

Profundización

El estudio del derecho del consumo responde al principio de libre competencia


económica, reconocido constitucionalmente al garantizar la libertad de empresa o
de iniciativa económica, pero orientada en la búsqueda de un “orden económico y
social justo” que asegure una digna calidad de vida para todos. Sin embargo, el
ejercicio de dicho derecho está limitado al cumplimiento de responsabilidades por
parte de los agentes del mercado, a quienes se les exige que no vulneren el
ordenamiento y la organización de la competencia económica, lo que justifica el
establecimiento normativo de reglas de conducta de los operadores en un mercado,
exigiéndoles que concurran al mismo en forma independiente y valiéndose
exclusivamente de sus propios esfuerzos empresariales, de tal manera que por sus
conductas no limiten la libertad de iniciativa económica de los terceros ni que
obstaculicen la libertad de decisión de los consumidores.
Lo anterior justifica que el orden jurídico regule la materia, por medio de estatutos
(ley 1480 del 12 de octubre de 2011), todo con el objetivo de mantener la libre
concurrencia y los principios que rigen una economía de mercado como, entre otros,
el principio por el cual el consumidor puede elegir libremente los bienes y servicios
ofrecidos en el mercado, conociendo claramente lo que desea adquirir y el origen
empresarial, sin distorsiones en su elección por prácticas que falseen su libre
determinación.
Por lo anterior, las normas referentes a la protección del consumidor parte del
concepto de relación de consumo, para luego establecer las formas de reclamar
sobre la calidad e idoneidad de los productos o servicios, las obligaciones sobre
garantía de los vendedores o expendedores, la garantía mínima presunta, las
obligaciones derivadas de la indicación pública de precios, las cláusulas abusivas,
la responsabilidad por producto defectuoso, la publicidad y otra información que se
suministra al consumidor. El derecho del consumo adquirió una relevancia en el
país, después de casi 30 años de vigencia del primer estatuto de protección al
consumidor contenido en el Decreto 3466 de 1.982, se expidió en Colombia una la
ley 1480 de 2011.
El nuevo estatuto se caracteriza por el robustecimiento de la protección del
consumidor en nuevos ámbitos como el comercio electrónico, la compra de
inmuebles, los contratos de adhesión, las ventas a distancia, la ampliación del
derecho de retracto para ventas agresivas o a través de métodos no tradicionales,
financiadas o de tiempos compartidos, la responsabilidad por producto defectuoso,
la regulación más específica de las garantías, la protección frente a la publicidad,
entre otras temáticas que han puesto al país en la necesidad de ampliar la
protección en estas materias.
Finalmente, con las normas de protección del consumidor el legislador amplía la
protección jurídica de las que gozan en la legislación común las relaciones entre los
particulares, con el objeto de equilibrar una relación que se considera asimétrica,
puesto que se reconoce que el consumidor es la parte débil de la negociación
poniendo particular importancia en la etapa precontractual, contenido de la
información que le debe ser suministrada y estableciendo responsabilidad solidaria
entre el fabricante y el proveedor, entre otras manifestaciones de esta búsqueda de
equilibrio.
El concepto de consumidor y su conexidad con el derecho de la competencia se
explica porque cuando las empresas operan en un mercado competitivo, tienen
incentivos para producir a un menor costo, es decir, mejorar la eficiencia y la
competitividad de la compañía, con el fin de brindar mejor calidad y mejores precios.
Rodríguez Carrión (2003), define al consumidor como la persona que usa, desgasta,
agota o extingue el producto, es decir, quien tiene una relación de consumo con el
producto. Por su parte, el Diccionario de la Real Academia Española (RAE, 2022),
define consumidor como la persona que adquiere productos o utiliza servicios.
Consumidor conforme a la ley 1480 de 2011, es toda persona natural o jurídica que,
como destinatario final, adquiera, disfrute o utilice un determinado producto,
cualquiera que sea su naturaleza para la satisfacción de una necesidad propia,
privada, familiar o doméstica y empresarial cuando no esté ligada a su actividad
económica, concepto en el cual se entiende incluido el de usuario. 25

25
Art.5. numeral 3º Ley 1480 de 2011.
En este sentido, la regulación de la competencia protege al consumidor al
garantizarle su libertad de elección entre diferentes alternativas de precio, calidad y
servicio, de productos o servicios en el mercado. Los consumidores tienen derecho
a ser protegidos de manera especial en cuanto los siguientes derechos:

• Acceder libremente a los bienes y servicios y optar por aquellos que


satisfagan sus expectativas o necesidades.
• A la protección de su vida, salud, seguridad y la de sus bienes.
• A reclamar por lo defectos de calidad e idoneidad de los productos o servicios
que adquiere.
• A recibir información completa, veraz, transparente, oportuna, verificable,
comprensible, precisa e idónea y derecho a protegerse contra la publicidad
engañosa.
• A presentar peticiones, quejas y reclamos por violación de sus derechos y
acudir a las autoridades jurisdiccionales para obtener la protección de sus
derechos.
• La posibilidad de retractarse.

Con la expedición de la ley 1480 de 2011, también se robusteció la protección del


consumidor en nuevos ámbitos como el comercio electrónico, la compra de
inmuebles, los contratos de adhesión, las ventas a distancia, la ampliación del
derecho de retracto para ventas agresivas o a través de métodos no tradicionales,
financiadas o de tiempos compartidos, la responsabilidad por producto defectuoso,
la regulación más específica de las garantías, la protección frente a la publicidad,
entre otras temáticas que han puesto al país en la protección en estas materias.
Tabla 1.

Principales diferencias entre las áreas del derecho de la competencia.

Diferencias: Competencia Prácticas restrictivas


desleal

Bien jurídico Libre y Leal Interés General, libertad de


protegido competencia en mercado, orden público
beneficio de los económico.
participantes en el
mercado

Autoridad Juez Civil o SIC Autoridad Única de


competente Competencia SIC

Procedimiento Judicial o Proceso Administrativo


Administrativo

Legitimación - Afectado o - Se inicia el


activa Amenazado procedimiento por queja
de cualquier persona y
la autoridad única de
- Asociaciones
competencia de oficio
profesionales.
(SIC).

- Asociaciones
de
consumidores.

- Procurador
general.
Legitimación Investigados:
pasiva - Quien haya
contribuido a
la realización - Las personas naturales
del acto. o jurídicas que hayan
intervenido en la
práctica.
- El empleador
o patrono
cuando el - Los gremios cuando la
acto lo decisión se adopta al
cometen interior de los mismos.
trabajadores
en ejercicio de
- Intervención de
sus funciones.
terceros: competidores,
consumidores o, en
general, aquel que
acredite un interés
directo e individual en
las investigaciones.

Presupuestos Ámbitos: La autoridad investiga y


de aplicación sanciona prácticas
cuando las mismas
Objetivo. sean significativas.

Subjetivo
Territorial.

Caducidad 2 años desde 5 años de haberse


que el ejecutado la conducta
afectado tiene violatoria o del último
conocimiento hecho constitutivo de la
de la persona misma en los casos de
que realizo el conductas de tracto
acto. sucesivo, sin que el
acto administrativo
3 años desde sancionatorio haya sido
la ocurrencia notificado.
de la
conducta.

Segunda Jurisdiccional: Jurisdicción


instancia Tribunal Contencioso
Superior de Administrativa.
Bogotá.

Administrativa:
Jurisdicción
Contenciosa

Fuente: propia
ABC
Glosario

• Abuso de posición dominante: conductas realizadas por un agente


económico quien aprovechando el poder o la posición de dominio en un
mercado distorsionan la competencia económica efectiva y afectan a los
consumidores a través de conductas excluyentes y explotativas.

• Actos restrictivos: prácticas unilaterales de un agente del mercado que se


traducen en infringir las normas sobre publicidad contenidas en el estatuto
de protección al consumidor, influenciar a una empresa para que incremente
los precios de sus productos o servicios o para que desista de su intención
de rebajar los precios o negarse a vender o prestar servicios a una empresa
o discriminar en contra de esta cuando ello pueda entenderse como una
retaliación a su política de precios.

• Acuerdo restrictivo: práctica restrictiva de la competencia caracterizada por


la pluralidad de sujetos ejecutantes, quienes, a través de un contrato, un
convenio, una concertación, una práctica concertada o conscientemente
paralela, coordinan sus conductas de tal manera que logran causar una
restricción ilegítima o distorsión de la libre competencia.

• Libre competencia económica: la competencia es el conjunto de esfuerzos


que desarrollan los agentes económicos que, actuando independientemente,
rivalizan buscando la participación efectiva de sus bienes y servicios en un
mercado determinado.

• Prácticas comerciales restrictivas de la competencia: conducta en el


mercado que restringe ilegalmente la libre competencia
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Bibliografía

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