Está en la página 1de 2

La arquitectura hostil se ha demostrado como una herramienta aporofóbica (rechazo sistémico de

la pobreza y de los pobres) se llama así porque lo que busca es incomodar u hostigar a la gente.es
un recurso del diseño de espacios públicos en el que se aplican una serie de modificaciones con la
finalidad desalentar su utilización indebida. Su misión principal es evitar la ocupación de los
espacios por personas sin hogar, el skateboarding y el ensuciamiento. Sus mecanismos son sutiles,
pero si se presta atención podemos apreciar un aumento de bancos con diseños hostiles,
Superficies de apoyo curvas, reposabrazos intermedios o en formato individual, para impedir que
puedan dormir en ellos. También las bandas de pinchos o picos salientes en superficies como
escalones o debajo de puentes,

La arquitectura hostil no es barata, es bien planificada y en algunos casos intenta tomar prestada
una estética contemporánea para disimularse lo cual a juicio de muchos la puede hacer lucís
atractiva o por lo menos moderna aunque tampoco es estética ni nueva, no es estética porque la
estética es el estudio de la belleza y la belleza es la manifestación de una virtud. La arquitectura
hostil pretende añadir ciertas características que hagan de la ciudad un territorio un tanto
complejo y difícil de transitar, restándole lugares de descanso a gente que lo necesita o sea que
esto es una antivirud, o sea una antiestética, tampoco se puede decir que es contemporánea
porque desde 2019 se han registrado construcciones o modificaciones que intentan frenar el uso
inadecuado de la estructura pública

Pros que a algunas personas los incomodan y de alguna manera pues si logran que hacer parecer
que la ciudad es limpia

Contras así no se va a acabar la pobreza, también nos afecta a nosotros cuando queramos charlar
o simplemente caminar, solo lleva a la muerte

¿Son estos mecanismos una solución al problema? A un nivel particular de propiedad, es posible
que sí, pero a un nivel general de espacio público, desde luego que no. La pobreza y el
sinhogarismo no van a disminuir por estas medidas, sino que, los rudos cambios en los modelos
sociales, tecnológicos y económicos están aumentando las tasas de pobreza y dejando a mucha
gente fuera del sistema. Es más, expulsando a personas sin hogar de cajeros o bancos, lo único
que se consigue es exponerlos más aun a las bajas temperaturas, a la lluvia y al viento,
aumentando así el riesgo a caer gravemente enfermos e incluso empujarlos a la muerte. Esta
segregación repercute no solo en las personas sin hogar, sino en toda la sociedad. Los bancos
individuales eliminan a los pobres que duermen, pero tampoco nos permiten sentarnos a charlar
con un grupo de amigos. Las plazas duras sin árboles ni mobiliario urbano impiden los
asentamientos en grupos, pero también que la plaza se habite de un modo cómodo. Esta
segregación corre el peligro de dificultar progresivamente la reinserción de las personas sin hogar
y su seguridad personal. Además, nos convierte en una sociedad más elitista y hostil, que no
quiere ver la “cara fea” de su ciudad.

Desde la industrialización las ciudades se han puesto al servicio de la movilidad, el comercio, el


consumo en aras de la productividad. Esta orientación histórica acaba haciendo de la ciudad un
medio hostil para muchos colectivos -niños, discapacitados, ancianos, madres, jóvenes- que no
pueden realizar actividades no productivas -sentarse rodeados de silencio, descansar, beber agua
potable sin coste, etc. Desde este punto de vista las ciudades necesitan ponerse al servicio de sus
ciudadanos y atender todas estas necesidades de socialización y cuidados.12

También podría gustarte