La ciudad genérica transforma los esquemas de la ciudad histórica, su memoria y
fuerza simbólica, para desplazarse hacia el lugar neutro de coexistencia de grupos sociales, culturas, géneros, lenguas, religiones… diferentes. La ciudad genérica pasa a ser el nuevo laboratorio de relaciones, miradas, tolerancias, reconocimientos que confrontan directamente el modelo heredado de la antigua ciudad, dominada por la memoria de un tiempo sobre el que se construía la historia de una identidad. Esta se constituye de acuerdo a lógica de la expansión y acumulación, representa otro modelo de concebir y mostrar la ciudad. PRESERVACIÓN DE LA CIUDAD ANTIGUA La identidad concebida como esta forma de compartir el pasado es una propuesta destinada al fracaso: no sólo hay un modelo estable de continuar la expansión de la población- proporcionalmente cada vez es menos la de compartir, sino que la historia también tiene una ingrata vida a medias -como se abusa más de ella, se vuelve menos significativa- al punto que sus derogatorios panfletos se tornan insultantes. Esta disolución es exacerbada por la masa de turistas en constante aumento, una avalancha que, en una búsqueda perpetua de "carácter", va moliendo las identidades exitosas hasta convertirlas en un polvillo insignificante. EL NUCLEO "el lugar más importante", paradójica-mente tiene que ser, al mismo tiempo, el más viejo y el más nuevo, el más fijo y el más dinámico; soporta la adaptación más intensa y más constante, la cual luego se ve comprometida y complicada por el hecho de que tiene que ser una transformación inadvertida, invisible al ojo desnudo. Es decir que a pesar de los cambios en los que esta pueda estar inmersa, esta tiene que tener la capacidad de adaptabilidad al entorno futuro, haciéndose parte de la evolución y la nueva creación del entorno sin tener afectaciones negativas en su contexto ni mucho menos en su sociedad, pero esta tiene una dualidad en cuanto a que depende del crecimiento o estancamiento de sus adyacentes, ya que si el contexto inmediato no evoluciona este núcleo tiende a estar estancado, y si no viceversa, creando una dependencia toxica que impide la innovación de entornos. LA CIUDAD GENERICA La Ciudad Genérica rompe con este destructivo ciclo de dependencia: no es nada sino un reflejo de la actual necesidad y la actual habilidad. Es la ciudad sin historia. Es suficientemente grande como para todos. Es fácil. No necesita mantenimiento. Si se torna demasiado pequeña simplemente se expande. Si se torna vieja simplemente se autodestruye y se renueva. La gran originalidad de la Ciudad Genérica es simplemente abandonar lo que no funciona -aquello que ha sobrevivido a su uso- para romper el techo del idealismo con los martillos perforadores del realismo y aceptar lo que sea que crezca en su lugar. La estética de la Ciudad Genérica es libre, donde tres elementos: calles, construcciones y naturaleza coexisten dentro de las relaciones flexibles, donde cualquiera de los tres puede ser dominante. Contrariamente a lo que supone ser una característica principal de la ciudad, la Ciudad Genérica es calma y cuanto más calma hay más se aproxima al estado puro. La Ciudad Genérica es fractal, una repetición sin fin del mismo módulo estructural. Es posible reconstruirla desde su entidad más pequeña: una computadora o incluso un disquete. Entre las distintas Ciudades Genéricas la diferenciación más fuerte serían los aeropuertos. La diferenciación de los mismos en términos de iconografía concentra al mismo tiempo lo hiperfocal y lo hiperglobal. Lo hiperfocal se vincula a la decoración y también a su ubicación en relación a otro y lo hiperglobal está en que allí se pueden obtener productos que no se encuentran ni en la ciudad. El creciente nomadismo que ha convertido en universal la condición de en tránsito, hace que los aeropuertos, con servicios tan completos que parecen barrios de la Ciudad Genérica, sean lo que miles de personas conocen de una ciudad. La población de la Ciudad Genérica es multirracial y multicultural. Es fundada por gente en movimiento, siempre pronta para seguir moviéndose. Estos movimientos generan el establecimiento sorpresivo de un asentamiento, que crea la Ciudad Genérica.