La palabra "sacramento" viene del latín sacramentum.
Fue el término que escogió San Jeronimo (autor de la versión latina conocida como la Vulgata, 383-406 d.C.) para traducir la palabra griega “misterion". En nuestra Biblia, no aparece la palabra "sacramento", pues es un término que inventaron los teólogos cristianos en sus discusiones sobre la doctrina. Tampoco aparecen en la Biblia palabras como "Trinidad" "encarnación", o inclusive "teología" pero las usamos, pues lo que importa no es tanto la palabra, sino la doctrina. Si la Biblia enseña una doctrina, debemos creerla. Ya después le damos el nombre. Como presbiterianos, tenemos una Confesión de Fe que resume la doctrina enseñada en la Biblia. El cap 27 de esta Confesión de Fe explica la doctrina de los sacramentos, y consta de 5 secciones:
Primera Seccion:
"Los sacramentos son signos y sellos santos del pacto
de gracia (Rm 4:11; Gn 17:7) instituídos directamente por Dios (Mt 28:19; 1 Cor 11:23) para simbolizar a Cristo y a sus beneficios y para confirmar nuestro interés en él (1 Cor 10:16 y 11:25-26; Gál 3:27), y también para hacer una distinción visible de aquellos que pertenecen a la Iglesia y los que son del mundo (Ex 12:48; I Cor 10:21), y para obligar solemnemente aquellos al servicio de Dios en Cristo conforme a su palabra. (Rm 6:3-4; 1 Cor 10:2-16).
Segunda Seccion:
En todo sacramento hay una relación espiritual o unión
sacramental entre el signo y la cosa significada, de donde resulta que los nombres y efectos del uno se atribuyen al otro. (Gén 17:10; Mat 26:27-28; Tito 3:5)." I. ¿Que es un Sacramento?
La Confesión dice que "los sacramentos son signos y
sellos santos del pacto de gracia".
A. El sacramento es una señal.
La señal sirve para indicar otra cosa (no a la señal
misma). Ejemplos de señales serían:
Ejemplo 1- (Ex 4:1-5): La vara de Moisés, al volverse
serpiente, fue una señal para los que la vieron de que Dios en verdad había aparecido a Moisés.
Ejemplo 2- (Mat 24:29, 30, 34): La destrucción de la
ciudad de Jerusalén (vv 15-22, por los romanos en el año 70 d.C.) fue la señal de que Jesucristo había iniciado ya su reinado y ministerio de mediador en el cielo.
Ejemplo 3- (Juan 2:ll,23) Los milagros de Jesús fueron
"señales" de que era quien decía ser: el Hijo de Dios, el Mesías divino.
Ejemplo 4- (Rom 4:11): La circuncisión de Abraham fue la
señal, "como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso.”
Por lo tanto, no confundamos la cosa señalada con la
señal. Un sacramento, en cuanto es señal, muestra que ha venido la gracia de Dios pero no es en sí el instrumento por el que vino la gracia de Dios. Solamente la confirma y la declara. B. El sacramento es un sello.
Un sello sirve para autenticar, o autorizar algo. Por ej,
Ester 3:12: "en nombre del rey Asuero fúe escrito y sellado con el anillo del rey". Si no hubiera sido sellado, siempre hubiera sido autoritativo, pues era un documento genuino del rey. El sello sirvió para los que lo recibieron, para convencerles de que en verdad procedía del rey. Así es con un sacramento, no beneficia al que lo da, sino a los que lo reciben. Confirma la gracia ya recibida.
C. El sacramento es algo instituído por Dios
El romanismo afirma que son 7 los sacramentos: el
bautismo, la confirmación, la cena del Señor, el matrimonio, las órdenes, la penitencia y la extrema unción. Nosotros sólo aceptamos 2, el bautismo y la cena del Señor, pues es imposible comprobar por la Biblia que Dios haya instituído los demás como señal de su gracia y de su pacto. En cambio, es fácil demostrar que Cristo ordenó tanto el bautismo (Mat 28:19) como la santa cena (l Cor 11:23).
I I. ¿Para Que Es Un Sacramento?
La Confesión habla de 4 propósitos:
A. Para simbolizar a Cristo y a sus beneficios. Es otra
manera de decir que un sacramento sirve como una señal.
B. Para confirmar el interés del creyente en Cristo. Es
otra manera de decir que un sacramento sirve como un sello Nota: los sacramentos se dan a creyentes. Son de beneficio exclusivamente a los que son hijos de Dios, no a los que son del mundo. La palabra de Dios es el gran medio que sirve para dar a conocer a Jesucristo a los mundanos (1 Cor 1:17), así como para confirmar a los creyentes en su fe. Los sacramentos son una prueba adicional para los creyentes que les confirma la gracia que anteriormente han recibido del Señor. C. Para hacer una distinción visible de aquellos que pertenecen a la Iglesia y los que son del mundo.
D. Para obligar solemnemente a los creyentes al servicio
de Cristo. Pero les llamamos sacramentos porque a través de ellos las bendiciones de Dios y Su gracia vienen a nosotros de manera única. No son meras experiencias personales e individuales. Somos miembros de una comunidad, y el bautismo y la Cena del Señor muestran que pertenecemos a una comunidad, la comunidad del pacto, las personas que pertenecemos a Jesús. Y por eso funcionan como marcas delimitantes. La Confesión de Westminster dice que “establecen una diferencia visible entre aquellos que pertenecen a la iglesia y el resto del mundo”.
Ambos son señales y sellos. Les llamamos señales porque
simbolizan las bendiciones de la salvación, el perdón de pecados, la recepción del Espíritu Santo y la capacidad de tener comunión con Jesucristo en Su presencia. Pero no solo son señales; también son sellos. Eso significa que realmente nos traen estas bendiciones. Nos dan seguridad y alientan nuestra fe, y es nuestra fe la que recibe esas bendiciones.
Algunas partes de la Biblia, como 1 Corintios 10 y 1 Pedro 3,
parecen decir que son los sacramentos los que reciben estas bendiciones de salvación. Pero los sacramentos alientan nuestra fe, y es nuestra fe la que realmente recibe las bendiciones y la que nos salva. J. I. Packer lo dice de esta manera: “De la misma forma en que la predicación de la Palabra hace que el evangelio sea audible, así los sacramentos lo hacen visible, y Dios alienta nuestra fe por medio de ambos”. Los sacramentos, por tanto, funcionan como medios de gracia bajo el principio de que ver nos lleva a creer.
Los sacramentos sólo pueden y deben ser administrados por
ministros debidamente ordenados que conozcan su significado y teman sabiamente en su administración. Ahora, veamos por un momento los siete sacramentos de la Iglesia Católica Romana. En primer lugar, para entender por qué hay siete, la Iglesia romana entiende que cada uno de los sacramentos es un medio de gracia en un sentido muy significativo. Es decir, que en estos ritos u ordenanzas que se observan en la iglesia, en cada uno de ellos se vierte o infunde gracia sacramentalmente en el alma del receptor. Y como Tomás de Aquino mencionó en su tiempo, que los siete sacramentos, por así decirlo, preparan a cada persona o a cada miembro comulgante para las diversas etapas particulares a lo largo del camino de la vida. Así que, obviamente el primer sacramento que recibe un comulgante católico romano es el sacramento del bautismo, que en el caso de los niños católicos se imparte a los infantes. Y el sacramento del bautismo es entendido por la Iglesia Católica Romana, de nuevo, como el primer sacramento en el que la gracia se infunde o vierte en el alma, el cual es la gracia de la justificación. Que si esa persona, posteriormente, coopera y asiente a esa gracia, puede ser llevada a un estado de rectitud por el cual Dios la declarará justa. Y la gracia dada en el sacramento del bautismo es una gracia que se dice que opera ex opere operato. Ahora, esta fórmula en la Iglesia Católica Romana se aplica a todos los sacramentos. Todos los sacramentos operan ex opere operato, lo que literalmente significa “a través del trabajo de las obras”. Los protestantes a veces, creo yo, describen incorrectamente esta función de los sacramentos en su funcionamiento ex opere operato diciendo que los sacramentos funcionan automáticamente. Eso no es del todo exacto. Existe esa idea de la eficacia automática, excepto que Roma deja en claro que funcionarán y comunicarán esa gracia que es dada en el sacramento si no hay ningún impedimento o obstáculo por parte del receptor. No es como si el poder del sacramento residiera en la persona y que el poder se comunicara prácticamente de forma automática, a menos que haya algún obstáculo convincente que lo bloquee por parte del receptor. Pero en todo caso, el bautismo es el inicio del camino y al recibir ese sacramento, el pueblo no sólo recibe la infusión de la gracia, sino que también recibe lo que Roma llama el sello indeleble que es puesta sobre el alma. Se llama el ‘character indelebilis’ de modo que esta marca espiritual sella al niño que recibe el sacramento, al grado que, incluso si la persona, posteriormente, deba perder toda la gracia que había obtenido en el sacramento y pierde su salvación, pierde su justificación, la persona todavía no es rebautizada porque ya ha sido bautizada de una vez y para siempre. Y ese bautismo original ha marcado su alma cuando era niño, habiendo recibido esa gracia inicial, la cual nunca más volverá a repetirse. Bueno, también vemos en el sistema católico romano el sacramento de la confirmación donde, en la confirmación, se confirma la gracia que se recibió en el bautismo y de nuevo, es un momento en el que está la transición, entre la infancia y la edad adulta, que se está realizando y en ese punto de transición que imita y refleja el concepto de bar mitzvah en el Antiguo Testamento de Israel, se da gracia nueva para preparar a ese niño para esta transición hacia la nueva etapa de la vida. El sacramento de la penitencia es lo que la iglesia define como el segundo tablón de justificación para aquellos cuyas almas han naufragado. Mencioné hace un rato que una persona recibe gracia salvífica en el bautismo. Esa gracia puede perderse cuando se comete pecado mortal, pero una persona puede ser restaurada de nuevo a un estado de gracia por medio de la penitencia. El sacramento de la penitencia que popularmente se llama confesión. El sacramento de la penitencia es esa segunda fuente sacramental para recibir la gracia justificadora donde una vez más la gracia de Cristo se infunde en el alma y se le da a la persona la oportunidad de ser restaurada a un estado de justificación. Luego, está el sacramento del matrimonio. Por supuesto, no todos en la iglesia reciben el sacramento del matrimonio porque no todos se casan. Pero según la Iglesia romana lo entiende, el matrimonio requiere gracia extra, y así cuando dos personas entran en esa unión sagrada, esa unión no sólo es bendecida por la iglesia, sino que también se imparte, sacramentalmente, gracia nueva a la pareja que se está casando a fin de que tengan la fuerza necesaria para crecer en esa relación mutua del matrimonio. Ahora, hay tres sacramentos más que encontramos en la lista de siete de la Iglesia Católica Romana. Uno es el sacramento de las órdenes sagradas que, de nuevo, no se da a todos, sino que corresponde a lo que llamaríamos ordenación en otras iglesias u otras denominaciones. Cuando una persona es elevada al sacerdocio, recibe el sacramento de las órdenes sagradas o de la ordenación por el cual ahora está facultada como sacerdote de la iglesia para poder impartir gracia a los demás a través de estos mismos canales y vasos de los sacramentos. Por ejemplo, sin haber recibido la gracia de las órdenes sagradas, uno no tendría la facultad para ofrecer la oración de consagración por la cual, en la Cena del Señor, los elementos del pan y el vino se transforman en el cuerpo y la sangre de Cristo. Y veremos eso en otra sesión cuando examinamos el significado de la Cena del Señor. Pero las órdenes sagradas tienen que ver, de nuevo, con que uno sea consagrado al sacerdocio. Luego, está el sacramento que comúnmente se llama el sacramento de la extremaunción o los santos óleos. Y sabes cuando una persona ha sido gravemente herida y está en su lecho de muerte, se llama al sacerdote y él viene y ora por esa persona, y se le da los santos óleos de la iglesia. Bueno, aquí de nuevo, esa persona está recibiendo gracia al final de su vida para prepararla para su llegada ante el tribunal de Dios. Pero originalmente el sacramento de la extremaunción no se consideraba el último rito, originalmente se basaba en las instrucciones de Santiago en el capítulo 5 del libro de Santiago: Si alguno está enfermo, que llame a los ancianos y los ancianos vendrán “y la oración de fe restaurará al enfermo”. Entonces, originalmente se basó en el principio de hacer que los ministros vayan a aquellos que estaban enfermos y los unjan con aceite. Y así, de eso es lo que trata la unción: es la unción con aceite y originalmente era un rito curativo en la iglesia, pero a medida que avanzaba el tiempo sobre la historia de la iglesia, se convirtió en el rito curativo final, por así decirlo, para sanar el alma cuando salía de este mundo. Bueno, he mencionado seis de los siete, el que aún no he mencionado es el que es considerado como el más importante y el más grande de todos los sacramentos por la Iglesia Romana, y ese es el sacramento de la Eucaristía o de la Cena del Señor, por el cual, de nuevo, la gracia santificante y el poder fortalecedor/nutritivo de Cristo se comunica a quienes lo reciben. Ahora, en términos de lo que significa la Cena del Señor y cómo opera en el sistema católico romano, lo veremos en nuestra próxima sesión, pero por ahora sólo quiero que mencionemos, de paso, que es uno de los siete sacramentos. Ahora, como dije anteriormente, en su mayoría, los protestantes han reducido el número de sacramentos; de siete a dos. Y un sello en el mundo antiguo era algo que garantizaba la autenticidad de la palabra de alguien. Si un rey emitía un decreto, usaba su anillo de señalización que tenía relieves, lo presionaría en la cera y pondría un sello en el edicto lo cual identificaba que el edicto provenía del que estaba en autoridad para emitir el decreto. Y así, para nosotros, los sacramentos representan el sello de las promesas de redención por parte de Dios. Son sus garantías visibles para todos los que creen que recibirán todos los beneficios que se nos ofrecen en Cristo.