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LA LITURGIA Y LOS SACRAMENTOS EN GENERAL

TEMA 1 NATURALEZA DE LA LITURGIA COMO OBRA DE DIOS Y DE LA IGLESIA

Dios Quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad(1 Tm
2,4). La obra de la redención humana y la perfecta glorificación de Dios, preparada por las
maravillas que Dios obró en el pueblo de la antigua alianza, Cristo la realizó principalmente por el
misterio pascual.1

Desde Pentecostés la Iglesia nunca ha dejado de reunirse para celebrar el misterio pascual:
leyendo cuanto a él (Pentecostés) se refiere en toda la Escritura, celebrando la Eucaristía y dando
gracias al mismo tiempo a Dios por el don inefable en Cristo Jesús, para alabar su gloria por la
fuerza del Espíritu Santo.2

Realmente en esta obra excelsa en la que Dios es perfectamente glorificado y los hombres
santificados, Cristo asocia siempre consigo a su amadísima esposa la Iglesia, que invoca a su Señor
y por El tributa culto al Padre Eterno.
Con razón, pues, se considera la liturgia como el ejercicio del sacerdocio de Cristo.3

TEMA 2 LOS ELEMENTOS FUNDAMENTALES Y ESTRUCTURALES DE LA


CELEBRACIÓN

Se entiende por estructura la organización, el acoplamiento o sintaxis de los diversos


elementos de una celebración , de sus diversas unidades, actos, signos, expresivos, etc.

a) Estructura verbal-simbólica: Es decir, la palabra y el símbolo. La palabra puede ser la


proclamación de un texto de la Escritura leído o comentado (palabra kerigmático-
predicacional) o la recitación de una plegaria (palabra oracional) o el canto de un salmo, un
himno, de poema (palabra lírico-meditativa).
El símbolo es una realidad dinámica, no estática; no es tanto una cosa cuanto un gesto, un
movimiento corporal, un quehacer con determinados objetos materiales que remiten a
significados nuevos, a realidades ulteriores y trascendentes. El núcleo de la acción litúrgica
consta siempre de la síntesis de palabra y símbolo. Esta articulación se ve claramente en la
eucaristía.

b) Estructura dialogal: Se trata del diálogo entre Dios y su pueblo. Este es el punto de vista
adoptado por el Concilio Vaticano II: “ En la liturgia Dios habla a su pueblo, Cristo anuncia
de nuevo el Evangelio y el pueblo responde a Dios mediante los cantos y las plegarias.4
Aquí aparece de un modo patente el carácter interpersonal de la liturgia. Como se ve,
estructura litúrgica aparece como un conjunto de lecturas, cantos, oraciones y gestos
simbólicos.

1
SC 5
2
SC 6
3
SC 7
4
SC 7 y 84
TEMA 3 EL CONCEPTO DE ECONOMIA SACRAMENTAL

Los sacramentos constituyen eventos de salvación del mismo orden que los signos y
prodigios del A.T, del cual prolongan la eficacia salvífica en el tiempo de la Iglesia. Los
sacramentos actualizan en el tiempo presente el evento único de la pascua del cual ha surgido la
Iglesia.
Durante el tiempo de la Iglesia, Cristo vive y actúa con ella ya de una manera nueva, la
propia de este tiempo nuevo. Actúa por los sacramentos; esto es lo que la tradición llama
“economía sacramental”; que consiste en la comunicación o dispensación de los frutos del misterio
Pascual de Cristo en la celebración de la liturgia sacramental de la Iglesia.5

TEMA 4 DOCTRINA SACRAMENTAL DE SAN AGUSTIN, SANTO TOMAS Y EL


CONCILIO DE TRENTO

a) Doctrina sacramental de San Agustín: El ser signo de una realidad sagrada, es la nota
fundamental desde la cual San Agustín propone al sacramento y que le permite definirlo como
signo visible de la gracia invisible. El sacramento es tal en cuanto signo que santifica al hombre.
El único Ministro de los sacramentos es Cristo, de ahí que el sacramento sea siempre y
exclusivamente una acción de Cristo, administrado por medio de un ministro eclesial. El
sacramento según ha descrito San Agustín, es un signo sensible, pero este signo tan solo adquiere
su virtualidad sobrenatural desde el contenido de fe que se transmite por la Palabra de Dios.
b) Doctrina sacramental de Santo Tomás: Los sacramentos son las mediaciones a través de
las cuales se comunica y aplica a los creyentes la salvación de Cristo, ya que reciben su eficacia del
mismo Verbo Encarnado. Así pues, Santo Tomás considera los sacramentos en una doble vertiente:
Cristológica: Ya que reciben su eficacia del Verbo Encarnado.
Antropológica: Ya que el sujeto que recibe su eficacia es el hombre.

¿Signo? Santo Tomás siguiendo a San Agustín lo define como aquello que, por la imagen que
proporciona a los sentidos, hace alguna otra cosa venir al conocimiento. Los sacramentos
pertenecen al género de los signos sagrados; pero con una salvedad: la realidad que significan
santifica a los hombres.

Los sacramentos de la antigua ley, que eran los ritos del A.T, santificaban no por virtud propia,
sino por ser expresión de la fe-esperanza en el redentor, la cual era propiamente la causa de la
santificación.
Los sacramentos de la Nueva Ley, son al mismo tiempo causa y signo y realizan lo que figuran.

Las dos notas típicas del sacramento en sentido estricto son:


*Ser signo.
*Tener una propia eficacia sobrenatural.

En la santificación pueden considerarse tres realidades:


La misma causa de nuestra santificación: Causa eficiente; es la Palabra de Dios.
La forma de nuestra santificación: Causa formal; consiste en la gracia y en las virtudes.
El fin último de nuestra santificación: Causa final; la vida eterna.

5
CEC 1076.
La materia y la forma: En los sacramentos las palabras son como la forma y las cosas
sensibles como la materia. La palabra como, es porque no concibe los sacramentos en condición de
sustancias, sino en condición de signos. La condición de signo se da con mayor perfección en las
palabras que en las cosas.

Fe y carácter: La acción de la fuerza Divina requiere la fe: La virtud de Cristo se nos une
por la fe. Los sacramentos son también signos en los que se manifiesta la fe.
Siguiendo a San Agustín, Santo Tomás afirma que la fe interviene en el mismo sacramento, ya que
la palabra proferida no actúa en cuanto dicha, sino en cuanto creída. Sin embargo, el efecto de los
sacramentos no depende totalmente de la fe del sujeto.

El carácter lo concibe como una disposición a las cosas del culto, y como todo culto deriva
del sacerdocio de Cristo, el carácter es signo de Cristo. Es imagen creada de la Trinidad.
Según esta definición es también signo distintivo de quien lo posee.

Finalidad de la recepción de las sacramentos:


 Ordenar al hombre al culto de Dios según la religión de la vida cristiana.
 Ser un remedio contra el pecado.

Eficacia: Todo sacramento ha recibido su eficacia por la institución Divina y, por lo tanto,
alterar algo de lo determinado por Jesucristo, equivale a destruir el signo sacramental y con ello su
eficacia.

Para Santo Tomás:


 Todo sacramento es eficaz a partir de la institución Divina.
 Si en la administración de un sacramento no se observa todo cuanto fue determinado por
Jesucristo en la institución de él mismo, la acción realizada carece de eficacia y, por lo tanto
no confiere la gracia.
 Tan solo por especial y extraordinario privilegio divino concedido por Jesucristo,( que no
ligó su poder infinito a las criaturas -los sacramentos-), puede la Iglesia alterar el signo
sacramental.
 En la administración de un sacramento no es lícito emplear una forma diferente a la
determinada por Jesucristo, aunque sus términos sinónimos expresen el mismo sentido
conceptual de aquella.

La institución de los sacramentos, fue un acto en el que de manera explícita o implícita


Jesucristo determinó la materia y la forma de cada uno de los sacramentos y por ello concluye que
a partir de la institución Divina, el efecto causal de la gracia queda vinculado a la estructura
material del signo sacramental determinado en concreto en el momento de la institución.

TEMA 5 DEFINICION DE SACRAMENTO

a) San Agustín: Signo visible de la gracia invisible.


b) Hugo de San Víctor: Elemento corporal o material que se manifiesta externamente como
un contenedor de la gracia espiritual, invisible.
c) Pedro Lombardo: Signo de la gracia de Dios y una forma de gracia invisible, siendo al
mismo tiempo imagen y causa de ello.
d) Santo Tomás: Signo de una realidad sagrada, en cuanto que santifica al
hombre.
e) Trento: Los sacramentos son símbolo de las cosas sagradas y forma visible de la gracia
invisible.6 Contienen y confieren la gracia que significan. 7 Por medio de ellos inicia la
justificación, se incrementa o, si se ha perdido, se repara.8
f) Catecismo de la Iglesia Católica: Los sacramentos son signos eficaces de la
gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia por los cuales nos es
dispensada la vida Divina.9 Obras maestras de Dios en la nueva y eterna alianza.10

TEMA 6 INSTITUCION Y NUMERO DE LOS SACRAMENTOS

A cuatro grupos han de reducirse las varias interpretaciones de la institución:

a) Institución inmediata: Jesucristo instituyó inmediatamente y sin mediación


alguna los siete sacramentos.
b) Institución mediata: Jesucristo instituyó determinados sacramentos a través de
segundas personas, como pueden haber sido los apóstoles o la Iglesia. (Hugo de
San Víctor y San Buenaventura) Esta posición fue condenada por San Pío X en
el decreto Lamentabili.
c) Institución in concreto: Jesucristo en el momento de la institución especificó
la materia y la forma de todos y cada uno de los sacramentos. (Santo Tomás)
d) Institución in genere: Jesucristo, al instituirlos sólo determinó el signo como
elemento a significar y su finalidad, pero no los elementos significantes, que
puede cambiar la Iglesia. (Tapper, teólogo tridentino)
e) Institución implícita: Cristo instituyó implícitamente los sacramentos al
instituir el sacramento primordial que es la Iglesia, del cual los siete
sacramentos son una explicitación. (Karl Rhaner) Algunos dicen que Cristo
instituyó implícitamente todos los sacramentos al instituir la eucaristía, la cual
los presupone a todos.11

Es importante anotar que entre los escolásticos estuvo vigente el principio


fundamental según el cual la Iglesia no puede instituir sacramentos.

El concilio de Trento es decisivo al decretar:


“Si alguno dijere que los sacramentos de la Nueva Ley no fueron instituidos
todos por Jesucristo, o que son más o menos de siete o también que alguno de estos
no es verdadero y propiamente sacramento: sea anatema.”12

Al igual que el concilio de Florencia, Trento tampoco especifica el modo como


fue llevada a cabo por Jesucristo la institución de los sacramentos, si de manera
inmediata o específica, es decir, determinando la materia y la forma de cada uno de los
sacramentos en el mismo momento de la institución realizada personalmente, o por el
contrario, si instituyó los sacramentos de manera genérica y mediata, sin determinar

6
Cap 3 Decreto sobre el sacramento de la Eucaristía, Dz 1639.
7
Dz 1606
8
Dz 1606
9
CEC 1131
10
CEC 1116
11
LG 11
12
Dz 1601; CIC 1114
directamente la materia y la forma de cada uno de ellos y delegando al poder de la
Iglesia su posterior determinación.

Sin embargo el concilio (Trento) al legalizar la comunión bajo la sola especie de


pan, recurrió al poder que tiene la Iglesia sobre los sacramentos, poder que, según la
manera de expresarse el Concilio, es universal y se extiende a todos los aspectos de la
sacramentalidad, menos a cuanto afecta a la substancia del sacramento.

El Papa Pío XII, al promulgar la constitución apostólica Sacramentum Ordinis,


propuso como norma de hecho que la Iglesia tiene potestad sobre la materia y la forma
de los sacramentos.

Reafirmó la doctrina de Trento, acerca de la institución de los sacramentos y


repitió que todos y cada uno de los sacramentos han sido instituidos por Jesucristo, y
propuso también de nuevo la doctrina sobre la limitación del poder de la Iglesia en la
substancia del sacramento. Esta afirmación es inicial, puesto que la negación luterana
afectaba a la doctrina que la iglesia venía enseñando de manera explícita desde el
Concilio de Lyón y que había refrenado por el decreto promulgado en Florencia para
los Armenios.

Lyón II (1274): “Sostiene también y enseña la misma Santa Iglesia romana que hay
siete sacramentos eclesiásticos”13.

Florencia (1445): “Siete son los sacramentos de la Nueva Ley, que mucho difieren de
los sacramentos de la Antigua Ley. Estos en efecto, no producían la gracia, sino que
sólo figuraban la que había de darse por medio de la pasión de Cristo; pero los nuestros
no solo contienen la gracia, sino que la confieren a los que dignamente los reciben.”14

TEMA 7 EFICACIA O CAUSALIDAD SACRAMENTAL

Para Lutero los sacramentos han sido instituidos para nutrir la fe y no causan la
gracia “ex opere operato.”
Lutero aceptó el sacramento del bautismo, la Eucaristía contiene la presencia
real de Cristo solamente durante la celebración de la ‘Cena del Señor’. Los
sacramentos son signos sagrados que, a partir del mandato institucional de Jesucristo,
han de ser celebrados por la Iglesia para que causen la gracia.
Los sacramentos causan por tanto la gracia en cuanto son acciones de la Iglesia
celebradas desde la Palabra de Dios. El signo sacramental causa la gracia al ser
aplicado intencionalmente por la Iglesia desde un comportamiento de fe.

“Celebrados dignamente en la fe, los sacramentos confieren la gracia que


significan. Son eficaces porque en ellos actúa Cristo mismo; El es quien bautiza, El
quien actúa en sus sacramentos con el fin de comunicar la gracia que el sacramento
significa”15.

13
Dz 860.
14
Dz 1310.
15
CEC 1127.
Para el catecismo de la Iglesia Católica, la causalidad de los sacramentos queda
vinculada a la fe de la Iglesia que los celebra. Y son eficaces porque en ellos es Cristo
quien actúa a través de la fidelidad instrumental de la Iglesia.

Se ha de decir, por lo tanto que, los sacramentos causan la gracia que significan
porque la Palabra de Dios, que es infalible, se actúa mediante la intención de la Iglesia.
Desde aquí se explica que la disposición del ministro no determina el efecto del
sacramento, y que sin la comunión eclesial, como ha enseñado el Vaticano II no
pueden darse acciones sacramentales.

Triple nivel de significación – eficacia- en el sacramento:


1.- Sacramentum Tantum (solo sacramento): es el rito externo.
2.- Res et Sacramentum (efecto y sacramento): es una realidad sobrenatural
producida por el rito, y que es a su vez signo eficaz de la gracia.
3.- Res Tantum (solo efecto): es la gracia, que el sujeto recibe en virtud de la res
et sacramentum, sino pone obstáculos.

La res et sacramentum de cada sacramento es :


 el carácter, en el Bautismo, Confirmación y Órden;
 el cuerpo y la sangre de Cristo bajo las especies, en la Eucaristía;
 el vínculo en el Matrimonio;
 la unción espiritual en la Unción;
 la contrición interior en la Penitencia.

Concilio de Trento

“Si alguno dijere que estos sacramentos fueron instituidos por el sólo motivo de
alimentar la fe: sea anatema”16.

“Si alguno dijere que los sacramentos de la Nueva Ley no contienen la gracia
que significan, o que no confieren la gracia misma a los que no ponen óbice, como si
sólo fueran signos externos de la gracia o justicia recibida por la fe y ciertas señales
de la profesión cristiana, por las que se distinguen entre los hombres los fieles de los
infieles: sea anatema.”17

“Si alguno dijere que no siempre y a todos se da la gracia por estos


sacramentos, en cuanto depende de la parte de Dios, aun cuando debidamente los
reciban, sino alguna vez y a algunos: sea anatema”18

“Si alguno dijere que por medio de los mismos sacramentos de la Nueva Ley no
se confiere la gracia ex opere operato, sino que la fe sola en promesa divina basta
para conseguir la gracia: sea anatema.”19

16
Dz 1605
17
Dz 1606
18
Dz 1607
19
Dz 1608
El “ex opere operato”: Consiste en la eficacia de los sacramentos por sí mismos y no
sólo en virtud de las disposiciones del ministro o del sujeto.20 Los sacramentos dan la
gracia por la obra obrada, por el hecho de que el rito se hace, por la fuerza misma del
rito sacramental. “Por el hecho mismo de que la acción es realizada”. Es decir, en
virtud de la obra salvífica de Cristo, realizada de una vez por todas. La existencia del ex
opere operato, depende siempre de la intención del ministro de hacer lo que hace la
Iglesia.
“Ex opere operantis”: Se refiere a las disposiciones del ministro o del sujeto como
causante de la gracia sacramental, el hecho que los sacramentos no cause la gracia
según las disposiciones del ministro no es doctrina de la Iglesia.

El efecto de los sacramentos en la persona es siempre el resultado de haberse


coordenado lo objetivo con lo subjetivo, el don de Dios con la disposición personal. Ni
la objetividad sacramental del ex opere operato anula la libertad humana, ni es el
hombre que desde su subjetividad quien otorga la validez objetiva a los sacramentos.

Santo Tomás: Comienza estableciendo la distinción que media entre la causa


principal y la instrumental:

 Causa principal: Es aquella que al obrar produce un efecto similar a su propia


naturaleza, y aplicando esta aclaración a la gracia causada por los sacramentos,
concluye que tan solo Dios puede ser su causa principal.
 Causa instrumental: No causa la gracia desde su propia naturaleza, sino por el
impulso que recibe de la causa principal, por lo que el efecto que causa no es
semejante al instrumento causante, sino al agente que lo impulsa.

Concluye Santo Tomás que los sacramentos causan la gracia en cuanto son
instrumentos al servicio de Dios, y, por lo tanto, quien la causa es Dios, aunque a través
de determinados instrumentos.

TEMA 8 LA ESTRUCTURA DEL SIGNO SACRAMENTAL

Según el Concilio de Florencia, todo sacramento se realiza con cosas sensibles


como materia y con palabras como forma. Las cosas que vienen llamadas materia del
sacramento, son tanto elementos materiales (Agua, óleo, pan, vino), cuanto acciones
sensibles, sea aquellas relativas al uso de tales elementos (ablución, unción) sea
acciones de otro género, como la imposición de las manos, la confesión de los pecados
etc.

Viene llamada forma del sacramento a las palabras pronunciadas por el


ministro en la realización del sacramento. Materia y forma constituyen la parte esencial
del signo sacramental, diversa de la parte ceremonial, de institución eclesiástica. Los
elementos materiales, los gestos y las palabras son cosas entre ellas heterogéneas, pero
en el sacramento constituyen una unidad de causa y de significación.

TEMA 9 DISPOSICIONES DEL MINISTRO Y DEL SUJETO


20
Dz 1607, 1608
a) Ministro:
Los reformadores pedían la santidad del ministro para que se pudiera
administrar válidamente un sacramento. Trento aclara que también un ministro en
pecado mortal celebra válidamente un sacramento.
“Si alguno dijere que el ministro que está en pecado mortal, con sólo guardar
todo lo esencial que atañe a la realización o colación del sacramento, no realiza o
confiere el sacramento sea anatema”21.
De parte del ministro, la condición para la validez del sacramento es que tenga
al menos la intención de hacer lo que hace la Iglesia.

“Si alguno dijere que en los ministros al realizar y conferir los sacramentos, no
se requiere intención por lo menos de hacer lo que hace la Iglesia: sea antema.”22

La intención del ministro:

 Actual: Aquella presente durante el rito sacramental.


 Virtual: Aquella hecha antes del rito y bajo la cual la ceremonia viene
celebrada, pero no viene constantemente reclamada a la mente.
 Habitual: Viene expresa en un tiempo precedente, mientras no se revoque, no
ejerce alguna influencia positiva sobre el rito.
 Interpretativa: No se expresa ni explícitamente ni implícitamente. Se deduce
que el ministro la ha hecho.

Santo Tomás: Si en la administración del sacramento, el ministro tiene la


intención de hacer lo que hace la Iglesia, aunque éste no tenga fe, esta intención es
suficiente para la administración válida del sacramento, porque el ministro, como mero
instrumento, obra una intención que es de la Iglesia, cuya fe suple la que falta en el
ministro incrédulo.

Concilio Vaticano II: Se exige del ministro que adapte su proceder a la


voluntad institucional del Señor.

b) Sujeto:
Es la persona que se beneficia directamente de la recepción del sacramento. La
recepción de la gracia divina depende de la disposición de quien la recibe. Para la
validez del sacramento, la intención de recibirlo es la condición de base del sujeto
adulto. La intención habitual de recibir un rito normal de la Iglesia es considerada
condición necesaria y suficiente respecto a todos los sacramentos, a prescindir del
matrimonio y la penitencia.

TEMA 10 EL CARACTER SACRAMENTAL

Es un signo esculpido por Dios en la persona, configurándola a Cristo. Es una


marca distinguible, así que el cristiano a través del bautismo es consagrado y
contradistinto del resto del mundo.
21
Dz 1612
22
Dz 1611, 1312
El carácter sacramental es un signo que dispone a la gracia, porque es signo y
causa de tal gracia. El carácter sacramental perfecciona la naturaleza humana y es
indeleble en esta vida y en la futura. San Cirilo de Jerusalén, escribe de un sigilo del
Espíritu Santo que no puede ser cancelado en la eternidad. Son tres los sacramentos que
imprimen carácter: Bautismo, confirmación y orden; por tanto son irrepetibles.

Concilio de Trento: “Si alguno dijere que en tres sacramentos, a saber, bautismo,
confirmación y orden, no se imprime carácter en el alma, esto es, cierto signo
espiritual e indeleble, por lo que no pueden repetirse: sea anatema.”23

TEMA 11 SACRAMENTALES

Definición: Son signos sagrados con los que, imitando de alguna manera a los
sacramentos, se expresan efectos, sobre todo de carácter espiritual, obtenidos por
intercesión de la Iglesia. Por ellos los hombres se disponen a recibir el efecto principal
de los sacramentos y se santifican las diversas circunstancias de la vida.

Puntos en común con los sacramentos:


 Son signos sensibles.
 Son medios públicos de santificación y de culto.
 Producen efectos espirituales.

Diferencia con los sacramentos:


 Son de institución eclesiástica.
 Actúan ex “opere operantis ecclesiae.”.
 Producen gracias actuales y otros frutos.
 Son signos de la oración de la iglesia.

23
Dz 1609.

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