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DERECHO CIVIL II

BIENES

Paulo Maruri Jiménez


LOS BIENES:
NOCIONES
Toda relación jurídica supone una
vinculación más o menos perceptible
entre uno o varios sujetos que le dan vida
LOS BIENES para procurarse los beneficios que
han sido previstos por ellos mismos en el
marco de las regulaciones del
ordenamiento jurídico; o, también entre
los sujetos y las cosas.La primera parte
del Libro Primero del Código Civil se
ocupa del régimen aplicable al primer
NOCIONES componente – los sujetos o personas,
naturales y jurídicas, considerados en sí
mismos- y a su estudio he dedicado un
trabajo específico.
Toca ahora revisar el segundo
elemento: los objetos de la relación
jurídica.
LOS BIENES
Para ello es necesario formular
algunas precisiones previas que
delimiten el campo de esta
asignatura.
NOCIONES
Existen relaciones de derecho que tienen
por objeto ciertos valores de singular
relieve que a lo largo del desarrollo
LOS BIENES cultural de la humanidad se han ido
perfilando progresivamente como
derechos fundamentales del ser humano:
vida, dignidad, integridad corporal,
libertad, etc. Hay otras relaciones
jurídicas que se escenifican en el espacio
de la familia y tienen como objetos el
NOCIONES respeto y la fidelidad conyugales, los
bienes familiares, la seguridad y bienestar
de los hijos, etc.
Por esta razón no forman parte del
patrimonio de las personas y dan origen,
por lo mismo, a las llamadas relaciones
LOS BIENES jurídicas extrapatrimoniales.

NOCIONES
Los derechos fundamentales no obstante
su enorme trascendencia para la
realización de la condición humana,
LOS BIENES quedan sin embargo fuera del ámbito de
esta asignatura del derecho civil (Bienes),
pues se protgen en la jurisdicción
preferente del derecho público, en tanto
tienen como contraparte al Estado;
mientras que los derechos de familia
tienen un régimen en la segunda parte de
NOCIONES Libro Primero del Código Civil.
Pero existe otra categoría de cosas –
corporales e incorporales- que son
susceptibles de valoración económica, de tal
manera que ocupan un lugar en el patrimonio
LOS BIENES de las personas, motivo por el cual
constituyen relaciones jurídicas de carácter
patrimonial. En estas cosas vamos a
concentrar ahora la atención, para
examinarlas primeramente en sí mismas,
como elementos objetivos y estáticos, y
NOCIONES observar luego su desempeño funcional en
una de las más importantes agrupaciones de
relaciones jurídicas patrimoniales: los
derechos reales, a los que se refiere el libro
segundo del Código Civil.
Estos derechos reales son potestades o
poderes jurídicos que las personas
ejercen inmediata y directamente sobre
LOS BIENES las cosas determinadas que constituyen
sus objetos, sin relación a personas
determinadas. Ellos se detentan respecto
de todos los demás sujetos que no son su
titular (erga omnes).

NOCIONES
A través de estos poderes jurídicos el ser
humano formaliza su vinculación
inmediata con las cosas que requiere
LOS BIENES para la satisfacción de sus necesidades,
ya sea haciéndolas suyas, como en el
caso del dominio; aprovechando
simplemente sus frutos, como en el
usufructo; o dándole ciertos usos
específicos como ocurre con las
servidumbres.
NOCIONES
No obstante descartarlos como materia
del presente estudio conviene
precisar, así sea brevemente, el concepto
LOS BIENES y ubicación de los llamados
derechos fundamentales.

UBICACIÓN DE
LOS DERECHOS
FUNDAMENTAL
ES
En cuanto al concepto, la doctrina no es
pacífica. Simón Campaña, luego de
llamar la atención sobre la utilización
LOS BIENES errática que de la categoría se ha hecho
en algunos casos, sintetiza cuatro
enfoques principales: liberal iusnaturalista
(que los ve como derechos esenciales,
innatos, que preexisten al estado y al
UBICACIÓN DE derecho), historicista (para el cual se trata
LOS DERECHOS de valores dotados de universalidad y
FUNDAMENTAL prevalencia, que el derecho simplemente
ES materializa en cada momento histórico),
positivista (son derechos fundamentales
aquellos que el derecho consagra como
tales) y estructuralista.
Estructuralista. Definición de Luigi Ferrajoli:
“Son ‘derechos fundamentales’ todos
aquellos derechos subjetivos que
corresponden universalmente a ‘todos’ los
LOS BIENES seres humanos en cuanto dotados del status
de persona, de ciudadanos o personas con
capacidad de obrar, entendiendo por
‘derecho subjetivo’ cualquier expectativa
positiva (de prestaciones) o negativa (de no
UBICACIÓN DE sufrir lesiones) adscrita a un sujeto por una
LOS DERECHOS norma jurídica; y por ‘status’ la condición de
FUNDAMENTAL un sujeto prevista asimismo por una norma
ES jurídica positiva, como presupuesto de su
idoneidad para ser titular de situaciones
jurídicas y/o autor de los actos que son
ejercicio de estas”.
Díez-Picazo y Gullón, que prefieren
denominarlos derechos de la
personalidad, destacan que para los
LOS BIENES cultivadores del Derecho público esta
categoría de derechos presenta una
problemática acentuada en la
fundamentación ética, filosófica y política,
en tanto que los iusprivatistas se
UBICACIÓN DE esfuerzan por encontrarle un espacio en
LOS DERECHOS el sistema tradicional de los derechos
FUNDAMENTAL subjetivos.
ES
Esto último no es sencillo, porque la
teoría tradicional de los derechos
subjetivos se construye básicamente a
LOS BIENES partir de la radical distinción e
independencia entre sujeto y objeto, y
sobre la summa divisio entre derechos
reales y personales, en la que se enlistan
todos los derechos subjetivos
UBICACIÓN DE patrimoniales.
LOS DERECHOS
FUNDAMENTAL
ES
Respecto de lo primero, si bien no se discute
(por lo menos no del todo y todavía, a pesar
de los intentos, con algún éxito, de los
defensores de los derechos de la naturaleza
LOS BIENES y de los animales) que las personas son los
titulares de estos derechos fundamentales, y
generalmente está claro cuáles son sus
objetos, como la vida, el honor o la intimidad,
resulta difícil predicar que en todos los casos
UBICACIÓN DE esos “objetos” puedan ser calificados como
LOS DERECHOS tales desde el punto de vista de la dogmática
FUNDAMENTAL tradicional del derecho subjetivo,
ES precisamente por faltar aquella sacramental
independencia con el titular, como ocurre con
el honor, que es la misma persona y está en
ella.
En cuanto a su posible enclave en el sistema
civilista de los derechos reales y personales,
Guzmán Brito los excluye de la primera
categoría argumentando, entre otras
LOS BIENES razones, que la vida, la integridad corporal, el
honor, la salud, etc., “no son cosas
corporales, pero tampoco incorporales en
el sentido jurídico, aunque a alguien se le
ocurra que lo sean en sentido filosófico, y no
UBICACIÓN DE obstante a veces les apliquemos la expresión
LOS DERECHOS ‘bienes’, sólo que en sentido puramente
FUNDAMENTAL moral o social”. En razón de su estructura,
ES estamos en presencia de “derechos
personales” que imponen una obligación
negativa, consistente en que nada se haga
en su contra y cuya fuente inmediata es la
ley (Constitución).
Parraguez Ruiz: Estas reflexiones demuestran la
inconveniencia de persistir en ese intento iusprivatista
al que se refieren Diez-Picazo y Gullón, de anclar
estos derechos fundamentales en el esquema
tradicional del derecho subjetivo. Si convenimos en
LOS BIENES las ideas fundamentales, de que son potestades de
los seres humanos de la más alta significación para
el ordenamiento jurídico, inalienables e
irrenunciables, de aplicación directa e inmediata
(artículo 11.3 de la Constitución de la República),
UBICACIÓN DE para exigir una conducta de abstención que
obviamente es erga omnes, creo que no tiene mucho
LOS DERECHOS sentido el esfuerzo de alguna doctrina, casi siempre
FUNDAMENTAL poco exitoso, para encasillarlos en el sistema clásico
de los derechos subjetivos, que ha sido concebido y
ES desarrollado preferentemente en función de los
derechos de contenido patrimonial (dominio,
usufructo, herencia, crédito, etc.).
Es imperativo entonces una reformulación de la
teoría de los derechos subjetivos a partir de la
expansión de la idea matricial de intereses
jurídicamente protegidos, y reservar en ella un
LOS BIENES nicho especial para esta categoría relevante de
derechos, construída con el aporte de materiales
teóricos provenientes del derecho público
nacional e internacional. Algo de esto se observa
en el autor chileno Carlos Ducci que, con
UBICACIÓN DE ocasión de su análisis de la naturaleza de los
derechos como cosas incorporales (artículo 594
LOS DERECHOS del C. civil), plantea una tesis distinta de la
FUNDAMENTAL sostenida por Guzmán Brito y concluye
ES acertadamente que “existen muchos otros
derechos, reconocidos y garantizados por el
ordenamiento positivo, que no invisten tal
carácter” (de reales o personales).
En primer lugar, son universales, en tanto
corresponden a todos los seres humanos;
extrapatrimoniales, en el sentido de que no
puede atribuírseles un valor económico con el
LOS BIENES cual incorporarse al patrimonio del titular. No
contradice este carácter el que eventualmente
pueda estimarse un determinado valor para
efectos de indemnización en caso de lesión,
porque entonces lo que se valora no es el
CARACTERÍSTI derecho sino el daño causado. Se encuentran
CAS DE LOS fuera del comercio humano, de manera que no
DERECHOS pueden ser objeto de negocios jurídicos que los
FUNDAMENTAL graven, limiten su eficacia o transfieran sus
propiedades a terceros, más allá de los casos
ES expresamente permitidos por el derecho (p.ej.,
actividades que ponen en riesgo la vida, el uso
de la imagen o la publicitación de ciertos
aspectos de la intimidad).
La noción de objeto tiene, para el
derecho, una importancia eminentemente
funcional en tanto traduce la idea de un
LOS BIENES determinado ente que desempeña el
papel objetivo en la relación jurídica.
No alude a un tipo o categoría específica
de cosas, ni tiene que ver
necesariamente con la naturaleza de
EL CONCEPTO éstas.
DE COSA Y SU
RELACIÓN CON
LA IDEA DE
BIEN
En cambio, no tiene el mismo carácter el
concepto particular de cosa, alrededor del
cual se han dado algunos debates de
LOS BIENES variado valor jurídico que se proponen
dilucidar que son las tales cosas, que
relaciones de aproximación o distancias
pueden establecerse con el concepto de
bien y, finalmente, cuáles pueden
EL CONCEPTO considerarse como objetos de derecho.
DE COSA Y SU No está de más advertir que en más de
RELACIÓN CON una ocasión las proposiciones lanzadas a
LA IDEA DE este debate han sido extrañas,
BIEN complicando innecesariamente el
panorama teórico de la materia.
La tesis de la corporeidad.
Un sector de la doctrina jurídica plantea
que, para los efectos que interesan al
LOS BIENES derecho, solamente pueden considerarse
cosas los entes materiales que existen en
la naturaleza. Es el caso de H., L. y J.
Mazeaud para quienes cosa es todo
“aquello que es corporal, todo lo
EL CONCEPTO perceptible por los sentidos, todo lo que
DE COSA Y SU tiene una existencia material”.
RELACIÓN CON
LA IDEA DE
BIEN
La tesis de la corporeidad.
Este criterio corporalista se advierte en
algunos códigos civiles como el alemán,
LOS BIENES según el cual cosas en sentido legal sólo
son los bienes corporales (§ 90) y el
japonés de similar tenor: A los efectos de
este Código, son cosas los objetos
corporales (Artículo 85).
EL CONCEPTO
DE COSA Y SU
RELACIÓN CON
LA IDEA DE
BIEN
La tesis de la corporeidad.
Buena parte de los autores alemanes, fiel
a la doctrina de su código, excluye de la
LOS BIENES noción de cosa a fenómenos como las
energías y fuerzas naturales libres. Así,
por ejemplo, en relación con la energía
eléctrica Oertmann sostiene que son
cosas los alambres conductores,
EL CONCEPTO acumuladores, etc., pero no la corriente
DE COSA Y SU mientras sea entendida simplemente
RELACIÓN CON como un estado especial de movimiento
LA IDEA DE de las moléculas, de donde se derivaría,
BIEN entre otras, la consecuencia de que no
puede haber hurto o robo de energía
eléctrica.
El criterio de la utilidad y su
consiguiente aptitud para ser objeto de
relaciones jurídicas.
LOS BIENES Otro sector de la doctrina, fuertemente
mayoritario, prescinde de la naturaleza
material para asociar el concepto de cosa
a su utilidad para el ser humano. Así lo
plantea Coviello, según el cual “dada la
EL CONCEPTO índole del derecho, ‘cosa’ no puede ser
DE COSA Y SU cualquier ente imaginable, sino
RELACIÓN CON únicamente lo que puede producir utilidad
LA IDEA DE al hombre, esto es, un bien”.
BIEN
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
En similar dirección, Claro
LOS BIENES Solar enseña que “con la palabra cosa se
designa todo lo que existe y que
puede ser de alguna utilidad, o ayuda a los
hombres, sea que pueda ser
EL CONCEPTO poseído por ellos, como un campo, un
DE COSA Y SU animal, el agua corriente, sea que por
RELACIÓN CON su naturaleza escape a la apropiación, como
LA IDEA DE el aire, el sol, la alta mar”.
BIEN
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
Es la tendencia dominante en la doctrina
LOS BIENES francesa. Josserand identifica a los bienes
como todos “los elementos activos de
patrimonio”. Por ello, se afirma, el sol,
los astros en general o el aire, son
EL CONCEPTO efectivamente cosas pero no bienes.
DE COSA Y SU
RELACIÓN CON
LA IDEA DE
BIEN
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
Coviello complementa el criterio de utilidad
LOS BIENES recién señalado, haciendo notar que en
sentido jurídico debe entenderse por cosa
“todo lo que puede ser objeto de derechos
patrimoniales; todo lo que es permutable,
EL CONCEPTO porque presenta una utilidad estimable en
DE COSA Y SU dinero por vía directa o indirecta”. Con similar
RELACIÓN CON perspectiva, Planiol y Ripert expresan que
LA IDEA DE las cosas se consideran jurídicamente como
BIEN bienes, “no sólo cuando son útiles al hombre,
sino cuando son susceptibles de
apropiación”.
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
Similar es el concepto de Valencia Zea,
LOS BIENES que vincula a la cosa con la apropiabilidad,
de manera que es todo aquello perceptible
por los sentidos, no sólo los cuerpos sólidos,
sino también los gaseosos, el vapor de agua,
EL CONCEPTO por ejemplo, siempre que sean apropiables,
DE COSA Y SU por personas naturales o jurídicas, públicas o
RELACIÓN CON privadas, porque a su juicio, sólo las
LA IDEA DE cosas que pueden apropiarse interesan al
BIEN derecho.
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
Rozas Vial se suma a este criterio cuando
LOS BIENES expone que “desde el punto de vista jurídico
positivo, cosa es todo lo que es relevante o
tomado en cuenta por la ley y que pueda ser
objeto de relaciones jurídicas”.
EL CONCEPTO
DE COSA Y SU
RELACIÓN CON
LA IDEA DE
BIEN
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
Este es el criterio predominante en doctrina,
LOS BIENES de manera que la voz cosa aparece como
una invocación genérica, incluyente de todo
aquello que, en palabras de Larrea Holguín,
es “real y posible”, mientras que bien es una
EL CONCEPTO categoría reservada para aquellas cosas que
DE COSA Y SU representan una utilidad de la que aquél
RELACIÓN CON puede apropiarse; es decir, una ventaja o
LA IDEA DE beneficio, inmediato o potencial, susceptible
BIEN de incorporarse a su patrimonio, de suerte
que, por esa razón, puede ser objeto de una
relación jurídica.
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
Bajo diferentes nomenclaturas se inscriben
LOS BIENES en esta corriente de la aptitud para ser objeto
de relaciones jurídicas, los artículos 333 del
Código civil de España (Todas las cosas que
son o pueden ser objeto de apropiación se
EL CONCEPTO consideran como bienes muebles o
DE COSA Y SU inmuebles), 810 del Código italiano (Sono
RELACIÓN CON beni le cose che passono formare oggetto di
LA IDEA DE diritti), 74 del Código boliviano (Son bienes
BIEN las cosas materiales e inmateriales que
pueden ser objeto de derecho) 28 y 202.1 del
portugués (Diz-se coisa tudo aquilo que pode
ser objecto de relações jurídicas).
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
Por ello el tratadista español Puig Peña,
LOS BIENES define las cosas, en su sentido técnico-
jurídico, como toda realidad, “corpórea o
incorpórea, susceptible de integrar la
materia sobre la cual pueda constituirse una
EL CONCEPTO relación jurídica”.
DE COSA Y SU
RELACIÓN CON
LA IDEA DE
BIEN
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
Pero ocurre que las nociones de utilidad y de
LOS BIENES apropiación que se asocian a la idea de bien
nos colocan frente a nuevas dificultades,
siendo la primera el propio concepto de
utilidad. Si por ella se entiende la valoración
EL CONCEPTO económica de la cosa, Peñailillo advierte
DE COSA Y SU sobre su subjetividad y relatividad: “con esa
RELACIÓN CON medida un pan sería una cosa, pero no un
LA IDEA DE gramo de pan”; y por ello sugiere la noción
BIEN de “cantidad no inferior a las necesidades
humanas”.
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
En efecto, dice el autor citado,
LOS BIENES “cierto objeto en una mínima cantidad podría
ser inservible en su destino habitual,
pero podría ser útil en otra función (así, cierto
medicamente en dosis ínfima, podría ser
EL CONCEPTO inútil para su natural destino de curar
DE COSA Y SU determinada enfermedad, pero podría ser
RELACIÓN CON suficiente, útil, para cierto análisis químico)”.
LA IDEA DE
BIEN
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
Y en cuanto al segundo elemento que se
LOS BIENES propone para la consideración jurídica de
bien ¿debe tratarse de una cosa apropiada,
o basta que sea susceptible de
apropiación? Acabamos de ver que Planiol
EL CONCEPTO y Ripert se inclinan por la apropiabilidad
DE COSA Y SU (“susceptibles de apropiación”), del mismo
RELACIÓN CON modo que lo hacen Diez-Picazo y Gullón,
LA IDEA DE que se refieren a la posibilidad de ser objeto
BIEN de apropiación.
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
Dicho aquello, queda todavía una nueva
LOS BIENES cuestión: ¿la susceptibilidad de
apropiación es objetiva y depende de la
naturaleza del bien, o subjetiva, entregada
a la apreciación de las personas? En
EL CONCEPTO realidad no se ven mayores dificultades en
DE COSA Y SU este punto, porque sea lo uno o lo otro,
RELACIÓN CON finalmente el resultado viene a ser el
LA IDEA DE mismo.
BIEN
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
Efectivamente, luego se verá que, por
LOS BIENES naturaleza, todas las cosas son
susceptibles de apropiación, sea por el
estado o por los particulares, con la única
excepción de las cosas que la naturaleza ha
EL CONCEPTO hecho común a todo los seres humanos,
DE COSA Y SU como la alta mar (artículo 602); y desde una
RELACIÓN CON perspectiva subjetiva, todas las cosas
LA IDEA DE pueden ser bien desde que exista un sujeto
BIEN que las valore para incorporarlas a su
patrimonio.
Hacia un concepto integrador.
Es muy frecuente, y se ha comprobado en el
presente caso, que los autores se aferren a
propuestas excluyentes para exponer los
LOS BIENES conceptos y las instituciones de derecho,
dando origen a interminables
confrontaciones teóricas muchas veces de
dudosa utilidad. Una reacción bastante
EL CONCEPTO sensata a esa tendencia, y que
DE COSA Y SU generalmente da buenos resultados en la
RELACIÓN CON solución de los problemas jurídicos, es la
LA IDEA DE construcción de fórmulas eclécticas capaces
BIEN de integrar los elementos compatibles de las
diferentes tesis en juego.
Hacia un concepto integrador.
Esto puede apreciarse en el caso del
concepto de cosa. Cualquier reducción lo
empobrece, particularmente si lo observamos
LOS BIENES desde la normativa del Código civil
ecuatoriano, que comprende a las cosas
corporales e incorporales, materiales e
inmateriales, ocupen o no un lugar en el
EL CONCEPTO espacio, perceptibles o no por los sentidos,
DE COSA Y SU con o sin valor patrimonial, útiles o no al ser
RELACIÓN CON humano, incluyendo a los derechos y
LA IDEA DE acciones (artículos 583, 594 y 597), y a
BIEN los hechos que se deben que nuestro Código
civil reputa muebles (artículo 598).
Hacia un concepto integrador.
Siendo tan amplio el diseño legal del
concepto, resulta inútil intentar
definir las cosas en función de una
LOS BIENES naturaleza única, porque no existe una y
común para todas las cosas posibles. No hay
otra fórmula integradora que recurrir a un
expediente que, asumiendo la imposibilidad
EL CONCEPTO de explicar lo que las cosas son, opte por
DE COSA Y SU afirmar simplemente lo que ellas no son, y
RELACIÓN CON concluir que cosa es todo aquello que existe
LA IDEA DE en la naturaleza fuera del sujeto. Así lo
BIEN hacen Alessandri y Somarriva (“cosa es todo
lo que fuera del hombre, tiene existencia,
corporal o espiritual, natural o artificial, real o
abstracta”).
Hacia un concepto integrador.
De alguna manera Rozas Vial comparte este
criterio, porque no obstante lo expuesto más
arriba, al describir los caracteres de la noción
LOS BIENES de cosa, señala, entre ellas, la extrañeza
respecto del sujeto, su relevancia jurídica y la
utilidad para el ser humano. Peñailillo
observa este postulado con algunas
EL CONCEPTO reservas, y lo admite en tanto puede servir
DE COSA Y SU como base, pero lo critica en cuanto a que
RELACIÓN CON “no determina los límites del concepto”.
LA IDEA DE
BIEN
Hacia un concepto integrador.
Así es, en efecto, porque, tal como se
acaba de señalar, un concepto como el
propuesto no se propone determinar
LOS BIENES esos límites sino, por el contrario, dotarlo de
la suficiente amplitud como para que
reconozca como único límite al sujeto, que,
por lo visto, parece ser el criterio de nuestro
EL CONCEPTO legislador.
DE COSA Y SU
RELACIÓN CON
LA IDEA DE
BIEN
La mayor parte de las formulaciones
expuestas tienen bastante sentido
y algún interés teórico, pero en realidad muy
poco de todo el esfuerzo doctrinario
LOS BIENES desplegado en torno a estas materias tiene
interés para el derecho civil ecuatoriano,
porque el Código Civil nacional, con un
criterio más bien pragmático, no se ha
ocupado de los conceptos de cosa y bien, ni
COSA Y BIEN EN ha señalado líneas verificables de
EL CÓDIGO diferenciación entre ellos.
CIVIL Algunos autores sostienen que con esto la
ECUATORIANO discusión queda abierta, pero más bien
apunta a una indiferencia total.
El artículo 583 explica que los bienes
consisten en cosas y que estas pueden ser
corporales e incorporales, para agregar, en el
artículo 594, que las cosas incorporales son
LOS BIENES los derechos reales y los derechos
personales. Por otra parte, el artículo 602
señala que hay cosas, como la alta
mar, que no son susceptibles de dominio, sin
que ellos las prive de la calificación como
COSA Y BIEN EN tales.
EL CÓDIGO
CIVIL
ECUATORIANO
Con estas referencias podemos comprobar
que, en definitiva, para el legislador civil
ecuatoriano cosa es todo lo que tiene alguna
modalidad de existencia, material o
LOS BIENES inmaterial, ocupe o no un lugar en el
espacio, sea o no susceptible de
apropiación, lo que obviamente permite la
inclusión de todas las formas de energías y
fuerzas de la naturaleza.
COSA Y BIEN EN
EL CÓDIGO
CIVIL
ECUATORIANO
Por otro lado, la anunciada falta de distinción
entre cosa y bien, del tipo que ha construido
la doctrina mayoritaria, se confirma en el
artículo 594 según el cual los derechos son
LOS BIENES cosas incorporales. Lo reafirma el artículo
595 cuando agrega que los derechos reales
se ejercen sobre una cosa, idea que reitera
el artículo 599 al referirse concretamente al
derecho de dominio como un derecho real en
COSA Y BIEN EN una cosa.
EL CÓDIGO
CIVIL
ECUATORIANO
Luego expresa que los derechos y acciones
–cosas incorporales – se reputan bienes
muebles o inmuebles. Y si aquello pareciere
poco, pueden agregarse, para zanjar
LOS BIENES definitivamente el artificial debate, los
artículos 686 y 2392 relativos a la tradición y
la usucapión (prescripción adquisitiva de
dominio), respectivamente.
Según el primero, por la tradición se
COSA Y BIEN EN adquiere el dominio de las cosas;
EL CÓDIGO mientras que de acuerdo con el segundo la
CIVIL prescripción es un modo de adquirir las
ECUATORIANO cosas ajenas.
Con un interés creciente, justificado por los
notables avances de la ciencia y
la tecnología, la doctrina y legislación
contemporáneas han venido tratando de
LOS BIENES dilucidar si el cuerpo humano puede
considerado objeto de negocio jurídico y, en
ese sentido, asimilarse en alguna medida al
concepto de cosa.
NATURALEZA
JURÍDICA DEL
CUERPO
HUMANO
La cuestión no es pacífica, porque el tema
convoca consideraciones de
orden valórico, algunas con un rampante
fundamentalismo, generalmente de
LOS BIENES contenido religioso, en las que muchas
veces, como señala Gabriel Zapa, se pierden
de vista “los múltiples beneficios que el
cuerpo con o sin vida de una persona
puede proporcionar al resto de los hombres”,
NATURALEZA cuando lo aconsejable, agrega el
JURÍDICA DEL mismo autor, es alejar ideas preconcebidas y
CUERPO poner en acción “una capacidad
HUMANO imaginativa superior y oportuna, que impidan
obrar con retraso, o bien caer en la
aplicación de reglas inapropiadas”.
Por otro lado, no es tema menor el hecho de
que alrededor de los negocios jurídicos
relativos al cuerpo humano, o de sus
componentes, orbitan los intereses
LOS BIENES mercantiles de grandes empresas
biotecnológicas y farmacéuticas lo que pone
en la mira el riesgo de que los
criterios de mercado se impongan sobre las
motivaciones altruistas que debieran
NATURALEZA dominar en esta materia.
JURÍDICA DEL
CUERPO
HUMANO
En esta línea de pensamiento, por sobre las
limitaciones dogmáticas debe
prevalecer la visión cada vez más
generalizada de que las operaciones
LOS BIENES jurídicas no lucrativas que tienen como
materia el cuerpo humano, lejos de
reprochables, son expresiones de altruismo y
solidaridad, dos principios fundamentales
que informan la Ley Orgánica de Donación y
NATURALEZA Trasplante de Órganos, Tejidos y Células
JURÍDICA DEL
CUERPO
HUMANO
El cadáver humano

Valencia Zea: el cadáver humano es una


cosa susceptible de apropiación, aunque
LOS BIENES sometida a un régimen especial.
Larrea Holguín: “De hecho se permite que
una persona disponga en vida sobre el
destino que se dará a su cadáver; desde la
antigüedad, se acepta que en el testamento,
NATURALEZA o en otra forma, se disponga, por ejemplo, si
JURÍDICA DEL el cadáver debe ser enterrado o cremado,
CUERPO etc.; y no se ve inconveniente ni jurídico ni
HUMANO moral, para que se determine otro empleo o
destino razonable, o aun altamente benéfico
que se pueda dar al cadáver o a alguna de
sus partes”
El cadáver humano
La discusión ha devenido irrelevante desde
que quedó zanjada por la Ley Orgánica de
Salud (LOS), que, aun sin decirlo así,
LOS BIENES trata al cadáver humano como materia
prestacional (por lo tanto, cosa) del
contrato de donación. Efectivamente, el
artículo 89 de la Ley no sólo permite, sino
que plantea como una obligación alternativa,
NATURALEZA la donación a las facultades de
JURÍDICA DEL Ciencias Médicas o de la Salud, de Los
CUERPO cadáveres no identificados o que no
HUMANO fueren reclamados en el plazo de treinta días
posteriores a su fallecimiento….
El cadáver humano
De manera que está fuera de dudas que el
cadáver humano es comerciable, en el
sentido de bien in commercium, aunque
LOS BIENES pueda decirse por algunos que, en cambio,
no es comercializable, si se entiende por ello
el que sólo admite negocios jurídicos
gratuitos.
NATURALEZA
JURÍDICA DEL
CUERPO
HUMANO
El cadáver humano
Lo dicho respecto del cadáver se aplica a
sus componentes anatómicos, que si bien
son de prohibida comercialización, es decir,
LOS BIENES de negocios jurídicos que reporten directa o
indirectamente beneficios económicos o de
otra índole, en virtud de los dispuesto por los
artículos 81 LOS y 4.c) de la Ley
Orgánica de Donación y Trasplante de
NATURALEZA Órganos, Tejidos y Células (LODT),52 no
JURÍDICA DEL sólo que pueden ser objeto de donación, sino
CUERPO que, siguiendo una tendencia creciente en el
HUMANO derecho comparado, ésta se presume
legalmente, salvo declaración expresa en
contrario, por el artículo 29 LODT
El cuerpo humano vivo
Corriente mayoritaria: La consideración de
que el cuerpo humano vivo no es
jurídicamente cosa, de manera que ni
LOS BIENES siquiera podría pensarse en un posible
derecho de propiedad de las
personas sobre su propio cuerpo.
En Colombia, Valencia Zea afirma que el
cuerpo vivo es objeto de un derecho de la
NATURALEZA personalidad, pero en ningún caso se asimila
JURÍDICA DEL a una cosa.
CUERPO
HUMANO
El cuerpo humano vivo
En similar sentido se pronuncia Larrea
Holguín en Ecuador, para quien “repugna al
sentido moral y al sentido jurídico, que se
LOS BIENES pueda considerar al cuerpo humano, de una
persona viva, o a sus partes no separadas
de él, como objeto de comercio jurídico”.

NATURALEZA
JURÍDICA DEL
CUERPO
HUMANO
El cuerpo humano vivo
Parraguez: Esa tesis dominante es
discutible, por lo menos en el sistema
del Código civil ecuatoriano cuya muy amplia
LOS BIENES noción de cosa –que comprende
también aquellas que no son susceptibles de
apropiación- hace posible incluir al
cuerpo humano vivo, en su compleja
integralidad, compuesta por una multiplicidad
NATURALEZA de elementos materiales e inmateriales,
JURÍDICA DEL aptos, como tal o por sus componentes,
CUERPO para ser objeto de determinadas relaciones
HUMANO jurídicas.
El cuerpo humano vivo
Ejemplo notable de relación jurídica que tiene
como materia el cuerpo humano es el negocio
jurídico mediante el cual una persona lo presta
LOS BIENES para un experimento científico, hipótesis a la que
se refiere el artículo 16-6 del Código civil francés
con la limitación de que no puede concederse
remuneración por ello; y que en nuestro país es
admitida por el artículo 7 LOS que, entre los
NATURALEZA derechos de las personas relativos a la salud,
contempla el no ser objeto de pruebas, ensayos
JURÍDICA DEL clínicos, de laboratorio o investigaciones, sin su
CUERPO conocimiento y consentimiento previo por
HUMANO escrito…(literal l).
Otro tanto puede decirse del negocio jurídico que
tiene como objeto la prestación gratuita del
cuerpo en los casos de maternidad subrogada.
Componentes anatómicos

Naturalmente renovables: sangre, cabello,


semen, óvulos.
LOS BIENES
Su disposición no afecta mayormente el
funcionamiento del organismo. Siendo así, se
admite que constituyen cosas comerciables
respecto de las cuales pueden celebrarse
NATURALEZA negocios jurídicos gratuitos y en algunos casos
onerosos. Esto último ocurre en el ejemplo
JURÍDICA DEL frecuentemente citado por los autores del cabello
CUERPO que una persona vende a una fábrica de
HUMANO pelucas. En otros casos, la ley (Art. 74 LOS)
exige gratuidad, como en el de la sangre, sus
derivados y componentes, y de las células y
tejidos renovables
Componentes anatómicos

Naturalmente no renovables: principalmente


órganos
LOS BIENES
Existen escasas referencias normativas: artículo
19 del Reglamento de la LODT, que
contiene una fugaz referencia a los órganos
regenerables, para disponer que solamente
NATURALEZA fracciones de ellos y los órganos pares pueden
donarse en vida,y en otras ocasiones resulta
JURÍDICA DEL simplemente implícito, como en el artículo 9
CUERPO LODT que deja al margen de sus disposiciones a
HUMANO los casos de sangre humana, sus componentes
diferenciados, espermatozoides y óvulos, que
son componentes renovables, y que están
sujetos a un régimen jurídico diferente, en la
LOS
¿Puede la naturaleza ser sujeto de
derechos?

LOS BIENES

LA
NATURALEZA
COMO SUJETO
DE DERECHOS
El inciso primero del artículo 71 de la
Constitución declara que aquella tiene derecho a
que se respete íntegramente su existencia y el
mantenimiento y regeneración de sus ciclos
LOS BIENES vitales, estructura, funciones y procesos
evolutivos; y el inciso segundo concede a
cualquier persona la facultad de exigir a la
autoridad pública el cumplimiento de dichos
derechos. El artículo 72, por su parte, agrega el
LA derecho de la Naturaleza a la restauración; y el
artículo 83.6 impone a los ecuatorianos y
NATURALEZA ecuatorianas el deber de respetar los derechos
COMO SUJETO de la naturaleza.
DE DERECHOS
¿Los elementos de la naturaleza son objetos de
derecho?

LOS BIENES

LA
NATURALEZA
COMO SUJETO
DE DERECHOS
CLASIFICACI
ÓN DE LOS
BIENES
a) Las clasificaciones que miran a
los bienes aisladamente
considerados, diferencian entre
LOS BIENES bienes corporales e incorporales;
muebles e inmuebles; genéricos y
específicos; consumibles y no
consumibles; fungibles y no
fungibles; divisibles e indivisibles.
CLASIFICACIÓN
b) Las que ordenan los bienes según
sus relaciones con los demás, se
refieren a los bienes principales y
LOS BIENES accesorios; singulares y universales.

CLASIFICACIÓN
c) Finalmente, clasificarlos desde el
punto de vista de su relación con la
persona, o su apropiabilidad y
LOS BIENES titularidad, lleva a distinguir entre
bienes apropiables e inapropiables;
comerciales y extracomercio;
públicos y privados.

CLASIFICACIÓN
La primera clasificación contemplada
formalmente por el Libro II del
Código civil, es la contenida en el artículo 583
que distingue entre cosas corporales e
LOS BIENES incorporales*. En el concepto del Código,
aquéllas tienen una existencia real, física,
perceptible por los sentidos, como el ganado,
una máquina o una casa, mientras que las
segundas sólo pueden concebirse
intelectualmente, porque como expresa el inciso
segundo del precepto citado, consisten en meros
CORPORALES E derechos, como los créditos y las servidumbres
INCORPORALES activas.

* Distinción con origen en la filosofía


No es afortunada la definición legal de cosas
corporales, inspirada en la célebre formulación
de Gayo, quae tangi possun; en primer lugar,
porque la realidad, a la que se refiere el artículo
LOS BIENES 583 como uno de los elementos del concepto, no
es una característica propia de esta categoría, ya
que también son reales los derechos, es decir,
las cosas que, según el mismo precepto son
incorporales. Larrea Holguín formula la misma
crítica: “Los ejemplos son exactos y
significativos, pero no se puede admitir la
CORPORALES E confusión entre lo “real” y lo “corporal”. Todo lo
INCORPORALES corporal ciertamente es real, en el sentido de
realidad, pero no son menos reales las cosas
incorporales.
Tampoco es efectivo que toda cosa
corporal sea perceptible por los sentidos,
pues existen algunas, como el honor, el
LOS BIENES espíritu, ciertas energías libres en la
naturaleza, etc., que son sensorialmente
imperceptibles no obstante lo cual, en el
sistema del artículo 583 deben calificarse
de corporales por la sola circunstancia de
no consistir en derechos.
CORPORALES E
INCORPORALES
Materialidad e inmaterialidad de las cosas
corporales

Un difundido equívoco, desde la perspectiva de


LOS BIENES nuestro derecho positivo, es aquel que confunde
lo corporal con lo material y, por ende, sus
contrarios: lo incorporal con lo inmaterial. Así,
Rozas Vial afirma que entre las cosas
incorporales deben mencionarse no sólo los
derechos, sino “una numerosa serie de
entidades que sólo se pueden concebir
COSAS intelectualmente”, entre las cuales señala las
CORPORALES energías, el espacio aéreo, el trabajo y hecho del
hombre, las obras del ingenio y las situaciones
jurídicas de hecho, para llegar, en cada caso, a
la contradictoria conclusión de que no son
bienes.
Materialidad e inmaterialidad de las cosas
corporales

De acuerdo con la naturaleza de cada una,


LOS BIENES las cosas corporales, o sea todas aquellas
que no constituyen derechos, pueden estar
dotadas de materia, realidad que
efectivamente podemos percibir por nuestros
sentidos, como un animal, un automóvil o un
quintal de arroz, en cuyo caso las cosas o
COSAS bienes son materiales; o bien están privados
CORPORALES de aquélla, imperceptibles por tanto para
los sentidos, y entonces se las denomina
inmateriales, que no por ello dejan de ser
jurídicamente corporales en el concepto del
Código civil.
Nuestro Código civil no ha hecho una
referencia expresa a la condición de las
energías y fuerzas naturales, como sí lo hizo,
por ejemplo, el (anterior) Código de
LOS BIENES Argentina en su artículo 2311, que les aplica
las disposiciones referentes a las cosas. Es
cierto, como sostienen Papaño,
Kipper, Dillon y Causse, que esa norma del
Código argentino no afirma que la energía
LAS ENERGÍAS sea cosa, pues simplemente “…se limita a
Y FUERZAS declarar aplicables a aquéllas las normas
referentes a éstas”.
NATURALES
Más categórico es el artículo 814 del Código
civil italiano que considera bienes muebles a
las energías naturales que tienen valor
económico (Si considerano beni mobili le
LOS BIENES energie naturali che hanno valore
económico).
Sobre la naturaleza de estas energías,
Barbero, para quien la “cosa” es una
entidad material, escribe que “entendida la
LAS ENERGÍAS materialidad como un carácter en virtud del
Y FUERZAS cual el objeto es perceptible a los sentidos,
entra decididamente en las “cosas” también
NATURALES la energía eléctrica”, porque si bien no puede
ser tocada, ni oída ni vista, ni gustada, ni
olfateada, “sin embargo, es indiscutible que
el sentido revela su presencia”.
Como puede apreciarse, el enfoque de los
códigos es coincidente sólo en cuanto han
optado por contemplar expresamente al
tratamiento de estas energías como cosas,
LOS BIENES pero muestran diferencias en las condiciones
que exigen para tal efecto. Estas
matizaciones van desde la simple aplicación
de las normas contempladas para las cosas
(Argentina), hasta considerarlas
LAS ENERGÍAS cosas solamente cuando son apropiables
Y FUERZAS (Perú), pasando por el reconocimiento
únicamente de aquellas que tienen valor
NATURALES económico (Italia) y las controladas por el ser
humano (Bolivia).
No hay motivos para pensar que el silencio
del Código nacional respecto de estas
entidades deba interpretarse como una
exclusión de la categoría, puesto que
LOS BIENES no ha sido su método enumerar las cosas,
sino ofrecer una noción general que, como
se ha visto, es de muy amplio espectro.
Entonces no es para nada aventurado
afirmar que las energías y otras fuerzas
LAS ENERGÍAS naturales son, en nuestro sistema, cosas
Y FUERZAS corporales (por cuanto no son
derechos) e inmateriales (porque son
NATURALES inaprensibles).
Larrea Holguín, en el Ecuador (“Respecto de
las fuerzas de la naturaleza, como la energía
magnética o la eléctrica, etc., que algunos
autores discuten si son o no cosas, más bien
LOS BIENES puede plantearse si son cosas corporales o
incorporales. La naturaleza íntima de estos
entes resulta bastante misteriosa en el
estado actual de las ciencias; pero para los
efectos jurídicos considero que deben
LAS ENERGÍAS tenerse por cosas corporales…”).
Y FUERZAS
NATURALES
Rozas Vial, en Chile, hace una
imprescindible distinción entre las
energías y los medios materiales
LOS BIENES empleados para utilizarlas, porque siendo
aquella siempre un bien inmaterial, estos
últimos (p. ej. transformadores, cables
que la transportan, etc.) son siempre
bienes materiales.
LAS ENERGÍAS
Y FUERZAS
NATURALES
Artículo 408 de la Constitución de la
República declara de propiedad
inalienable, imprescriptible e
LOS BIENES inembargable del Estado, es decir, objeto
del derecho de dominio estatal, el
espectro radioeléctrico, declaración que
ya estaba contenida en el artículo 2 de la
Ley Especial de Telecomunicaciones (El
LAS ENERGÍAS espectro radioeléctrico es un recurso
natural de propiedad exclusiva del Estado
Y FUERZAS y como tal constituye un bien de dominio
NATURALES público, inalienable e imprescriptible, cuya
gestión, administración y control
corresponde al Estado).
El artículo 584 anuncia que las cosas
corporales se dividen en muebles e
CLASIFICACIÓ inmuebles, aunque luego el Código
N DE LOS precisa que esta clasificación también es
aplicable a las cosas incorporales, es
BIENES decir, los derechos y acciones (artículo
597); y que una especie particular de
cosas corporales –los hechos que se
BIENES deben escapan a esta clasificación
porque son siempre de naturaleza mueble
MUEBLES E (artículo 598).
INMUEBLES
Esta es una de las divisiones más
importantes de los bienes y cruza
CLASIFICACIÓ prácticamente todo el ordenamiento
N DE LOS jurídico, dejando en evidencia el plan del
legislador en orden a dotar a los bienes
BIENES inmuebles de un régimen jurídico
notablemente más protectivo, y por ende,
más rígido que el destinado a los bienes
BIENES muebles.
MUEBLES E
INMUEBLES
El fundamento de esta distinción hay que
buscarlo en la importancia histórica de la
CLASIFICACIÓ riqueza inmobiliaria, que comenzó a
N DE LOS gestarse en el derecho romano tardío, se
fortaleció especialmente durante el
BIENES feudalismo, con un notorio desprecio por
las cosas muebles (res mobilis res vilis),
se afincó en el Code y la codificación del
BIENES siglo XIX, y subsistió durante buena parte
de la época contemporánea,
MUEBLES E especialmente en sociedades como las
INMUEBLES nuestras que basaron sus modelos de
desarrollo en la actividad agropecuaria,
con la consecuente valoración económica
y social de la propiedad hacendaria.
Sin embargo, desde mediados del siglo
XX comenzó a destacarse la importancia
CLASIFICACIÓ económica de los bienes muebles,
N DE LOS fenómeno que ya se venía anunciando
desde la revolución industrial y con mayor
BIENES vigor con el posterior desarrollo del
modelo capitalista. Maquinarias altamente
sofisticadas, procesos tecnológicos,
BIENES títulos valores, etc., son la base, hoy día,
de fortunas mobiliarias que superan con
MUEBLES E mucho el valor de las más robustas
INMUEBLES riquezas inmobiliarias.
El derecho ha debido adecuar el régimen
jurídico de los bienes al ritmo de
CLASIFICACIÓ esas transformaciones, para aproximar
N DE LOS los estatutos de muebles e inmuebles.
Este fenómeno ha dado lugar a una
BIENES tendencia doctrinaria que busca expresar
la nueva realidad en el derecho positivo,
de manera que la diferencia de régimen
BIENES jurídico no se apoye tanto en la
naturaleza mueble o inmueble de los
MUEBLES E bienes, cuanto en el valor patrimonial de
INMUEBLES las cosas.
“Será preciso –escribía Josserand– un
día u otro, poner fin a este conflicto entre
CLASIFICACIÓ la realidad económica y la ficción jurídica;
N DE LOS será preciso, si no colmar, por lo menos
hacer menos honda la sima que se había
BIENES abierto entre ambas formas de riqueza”.

BIENES
MUEBLES E
INMUEBLES
Castán Tobeñas, por su parte, se
refería a la demanda unánime de la
CLASIFICACIÓ doctrina científica en orden a suprimir “los
N DE LOS numerosos vestigios que quedan en los
Códigos del antiguo principio res mobilis,
BIENES res vilis”; y cita a Pascual Marín
(Introducción al Derecho registral) para
quien esta clasificación de cosas muebles
BIENES e inmuebles hoy está superada y resulta
artificiosa e inútil, por lo que se impone
MUEBLES E una nueva clasificación que distinga entre
INMUEBLES cosas registrables y no registrables y un
nuevo régimen de publicidad de los
cambios de titularidad.
Algunos pasos en esta nueva dirección se
han dado en nuestro sistema civil. Así lo
CLASIFICACIÓ observamos, por ejemplo, en el régimen
N DE LOS administrativo ordinario de la
sociedad conyugal ecuatoriana, que luego
BIENES de las reformas que se le introdujeron
por las leyes Nº 43 de 1989 y Nº 88 de
1990, logró una razonable, aunque
BIENES todavía tímida aproximación en el
régimen jurídico de los bienes raíces y
MUEBLES E muebles.
INMUEBLES
Igualmente ha ocurrido en la protección
de los bienes muebles de valor superior a
CLASIFICACIÓ mil dólares, de las personas bajo tutela o
N DE LOS curaduría, que se han asimilado a los
inmuebles para efecto de la limitación que
BIENES afecta a los tutores y curadores para
celebrar transacciones o compromisos
(artículo 425 CC).
BIENES
MUEBLES E
INMUEBLES
Se entiende por bienes muebles aquellos
que son movilizables (del latín
CLASIFICACIÓ mobilis), es decir, que pueden trasladarse
N DE LOS de un lugar a otro sin afectación o
detrimento de su substancia, como ocurre
BIENES con un caballo, un automóvil, una
computadora o los títulos valores, con
independencia de su volumen y valor.
BIENES Como dicen Las Partidas, todas las cosas
que los omes pueden mover de un lugar a
CORPORALES otro, e todas las que se pueden ellas por
MUEBLES si mover naturalmente (Partida 3ª).
No obstante la precisión del concepto,
que nos conduce a identificar un
CLASIFICACIÓ fenómeno –la movilidad- que depende de
N DE LOS la naturaleza de las cosas, el legislador
ha introducido algunas variantes, por
BIENES consideraciones de orden eminentemente
práctico, de tipo económico, que le quitan
a la noción su estricta dependencia de la
BIENES contextura natural.
CORPORALES
MUEBLES
En efecto, el propio artículo 585, luego de
definir los bienes muebles, excluye toda
CLASIFICACIÓ una categoría de bienes que por su
N DE LOS naturaleza lo son, como es el caso de los
llamados inmuebles por destinación (p.
BIENES ej., los instrumentos de labranza de una
finca), al tiempo que el artículo 589 le
atribuye esta condición a otros que desde
BIENES un punto de vista técnico-jurídico son
inmuebles (los muebles por anticipación,
CORPORALES como los frutos pendientes de los
MUEBLES árboles).
Por lo dicho, los ya mencionados artículos
585 y 589 permiten clasificar los
CLASIFICACIÓ bienes muebles en dos grupos: aquellos
N DE LOS que lo son por su naturaleza y los
llamados muebles por anticipación.
BIENES

BIENES
CORPORALES
MUEBLES
En esta clase de muebles la aptitud de
movilización obedece a la propia
CLASIFICACIÓ naturaleza del bien, que hace posible su
N DE LOS transportación, como es el caso de un
caballo, un automóvil y un ordenador
BIENES personal. Ahora bien, profundizando un
poco en la fuente o causa de su
movilidad, estos bienes muebles por
BIENES naturaleza permiten una nueva distinción:
MUEBLES POR a) Cosas semovientes
NATURALEZA b) Cosas inanimadas
a) Cosas semovientes, en los cuales la
propiedad movilizatoria proviene de
CLASIFICACIÓ fenómenos biológicos propios de la
N DE LOS particular naturaleza del bien, de manera
que, dicho de otro modo, la posibilidad de
BIENES desplazamiento obedece a sus propias
fuerzas internas, vitales, que es el caso
de los animales (moviéndose por sí
BIENES mismas, artículo 585).
MUEBLES POR
NATURALEZA
b) Cosas inanimadas, por el contrario, son
las especies muebles cuya movilidad
depende de la acción de una fuerza exterior,
CLASIFICACIÓ ajena por tanto a su naturaleza, como un
N DE LOS escritorio y las mercaderías (non pueden por
BIENES si mouer, pero muevenlas, Partida 2ª, ley 1º,
tít. 17). Debe incluirse en este subgrupo a los
ingenios autopropulsados –vehículos
motorizados, robots, etc., en los que la
BIENES movilidad proviene de un sistema de energía
MUEBLES POR que si bien aparece incorporado a la
estructura interna del bien, no tiene que ver
NATURALEZA con su naturaleza, pues se origina en la
acción de un agente externo, sea el ser
humano u otro ingenio creado y accionado
por éste.
Es conveniente adelantar, y luego se lo
examinará con mayor detención,
CLASIFICACIÓ que se excluye de la categoría de bienes
N DE LOS muebles aquellos que a pesar de serlo
por su naturaleza, la ley los reputa
BIENES inmuebles por adherencia o por
destinación, según los artículos 586 y
588.
BIENES
MUEBLES POR
NATURALEZA
Mientras se encuentra arraigado, es decir,
adherido permanentemente al suelo, un
CLASIFICACIÓ árbol y sus frutos pendientes, de la misma
N DE LOS manera que sus raíces, ramas y hojas,
forman parte de él, no pueden
BIENES desplazarse y, por tanto, debido a su
adherencia permanente al suelo, uno y
otros son jurídicamente bienes inmuebles
BIENES (artículo 586), calidad que ya se
observaba en la sentencia de Gayo:
MUEBLES POR fructus pendentes pars fundi videntur.
ANTICIPACIÓN Pero una vez que se desprenden, los
frutos se tornan movilizables y se
convierten, por lo mismo, en bienes
muebles por naturaleza.
Ocurre, sin embargo, que por
consideraciones de orden práctico
CLASIFICACIÓ encaminadas a posibilitar la celebración
N DE LOS de negocios jurídicos sobre esos frutos,
con independencia del suelo al que
BIENES adhieren, la ley permite que se les
considere como bienes muebles aun
antes de su separación del árbol, y por
BIENES consiguiente del suelo. En otras palabras,
la ley anticipa su calificación
MUEBLES POR mobiliaria. Por ello la doctrina los
ANTICIPACIÓN denomina precisamente muebles por
anticipación. Al respecto dispone el
artículo 589:
Los productos de los inmuebles, y las
cosas accesorias a ellas, como las
CLASIFICACIÓ hierbas de un campo, la madera y frutos
N DE LOS de los árboles, los animales de un vivar,
se reputan muebles, aun antes de su
BIENES separación, para el efecto de constituir un
derecho sobre dichos productos o cosas
a favor de otra persona que el dueño.
BIENES Lo mismo se aplica a la tierra o arena de
un suelo, a los metales de una mina, y a
MUEBLES POR las piedras de una cantera.
ANTICIPACIÓN
La calificación mobiliaria de estos
“productos” y “cosas accesorias”, para
CLASIFICACIÓ los efectos de anticipación señalados en
N DE LOS el artículo 589, es de singular importancia
a la hora de definir la forma en que se
BIENES perfeccionan los contratos translaticios
relativos a ellos y el modo de adquisición
del dominio. Siendo muebles, aquellos no
BIENES requieren formalidades, se perfeccionan
con el mero consentimiento y la tradición
MUEBLES POR puede tener lugar por cualquiera de las
ANTICIPACIÓN modalidades, reales o fictas, previstas en
el artículo 700.
De no haber existido esta norma, primero,
no habría sido posible negociarlos
CLASIFICACIÓ independientemente del suelo; y luego,
N DE LOS de serlo, dichos contratos habrían
quedado sujetos al régimen de escritura
BIENES pública propio de los bienes inmuebles,
como lo dispone el artículo 1740, inciso
segundo, para el caso del contrato de
BIENES compraventa, y la tradición tendría que
practicarse mediante la inscripción del
MUEBLES POR título en el Registro de la Propiedad
ANTICIPACIÓN (artículo 702).
Por ello y en consonancia con el artículo
589, el inciso tercero del artículo 1740
CLASIFICACIÓ excluye del régimen escriturario a la venta
N DE LOS de “los frutos y flores pendientes, los
árboles cuya madera se vende, los
BIENES materiales de un edificio y los que
naturalmente adhieren al suelo, como
piedras y substancias minerales de toda
BIENES clase”.
MUEBLES POR
ANTICIPACIÓN

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