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Derecho Civil II Bienes Al 12-Dic-2023
Derecho Civil II Bienes Al 12-Dic-2023
BIENES
NOCIONES
Los derechos fundamentales no obstante
su enorme trascendencia para la
realización de la condición humana,
LOS BIENES quedan sin embargo fuera del ámbito de
esta asignatura del derecho civil (Bienes),
pues se protgen en la jurisdicción
preferente del derecho público, en tanto
tienen como contraparte al Estado;
mientras que los derechos de familia
tienen un régimen en la segunda parte de
NOCIONES Libro Primero del Código Civil.
Pero existe otra categoría de cosas –
corporales e incorporales- que son
susceptibles de valoración económica, de tal
manera que ocupan un lugar en el patrimonio
LOS BIENES de las personas, motivo por el cual
constituyen relaciones jurídicas de carácter
patrimonial. En estas cosas vamos a
concentrar ahora la atención, para
examinarlas primeramente en sí mismas,
como elementos objetivos y estáticos, y
NOCIONES observar luego su desempeño funcional en
una de las más importantes agrupaciones de
relaciones jurídicas patrimoniales: los
derechos reales, a los que se refiere el libro
segundo del Código Civil.
Estos derechos reales son potestades o
poderes jurídicos que las personas
ejercen inmediata y directamente sobre
LOS BIENES las cosas determinadas que constituyen
sus objetos, sin relación a personas
determinadas. Ellos se detentan respecto
de todos los demás sujetos que no son su
titular (erga omnes).
NOCIONES
A través de estos poderes jurídicos el ser
humano formaliza su vinculación
inmediata con las cosas que requiere
LOS BIENES para la satisfacción de sus necesidades,
ya sea haciéndolas suyas, como en el
caso del dominio; aprovechando
simplemente sus frutos, como en el
usufructo; o dándole ciertos usos
específicos como ocurre con las
servidumbres.
NOCIONES
No obstante descartarlos como materia
del presente estudio conviene
precisar, así sea brevemente, el concepto
LOS BIENES y ubicación de los llamados
derechos fundamentales.
UBICACIÓN DE
LOS DERECHOS
FUNDAMENTAL
ES
En cuanto al concepto, la doctrina no es
pacífica. Simón Campaña, luego de
llamar la atención sobre la utilización
LOS BIENES errática que de la categoría se ha hecho
en algunos casos, sintetiza cuatro
enfoques principales: liberal iusnaturalista
(que los ve como derechos esenciales,
innatos, que preexisten al estado y al
UBICACIÓN DE derecho), historicista (para el cual se trata
LOS DERECHOS de valores dotados de universalidad y
FUNDAMENTAL prevalencia, que el derecho simplemente
ES materializa en cada momento histórico),
positivista (son derechos fundamentales
aquellos que el derecho consagra como
tales) y estructuralista.
Estructuralista. Definición de Luigi Ferrajoli:
“Son ‘derechos fundamentales’ todos
aquellos derechos subjetivos que
corresponden universalmente a ‘todos’ los
LOS BIENES seres humanos en cuanto dotados del status
de persona, de ciudadanos o personas con
capacidad de obrar, entendiendo por
‘derecho subjetivo’ cualquier expectativa
positiva (de prestaciones) o negativa (de no
UBICACIÓN DE sufrir lesiones) adscrita a un sujeto por una
LOS DERECHOS norma jurídica; y por ‘status’ la condición de
FUNDAMENTAL un sujeto prevista asimismo por una norma
ES jurídica positiva, como presupuesto de su
idoneidad para ser titular de situaciones
jurídicas y/o autor de los actos que son
ejercicio de estas”.
Díez-Picazo y Gullón, que prefieren
denominarlos derechos de la
personalidad, destacan que para los
LOS BIENES cultivadores del Derecho público esta
categoría de derechos presenta una
problemática acentuada en la
fundamentación ética, filosófica y política,
en tanto que los iusprivatistas se
UBICACIÓN DE esfuerzan por encontrarle un espacio en
LOS DERECHOS el sistema tradicional de los derechos
FUNDAMENTAL subjetivos.
ES
Esto último no es sencillo, porque la
teoría tradicional de los derechos
subjetivos se construye básicamente a
LOS BIENES partir de la radical distinción e
independencia entre sujeto y objeto, y
sobre la summa divisio entre derechos
reales y personales, en la que se enlistan
todos los derechos subjetivos
UBICACIÓN DE patrimoniales.
LOS DERECHOS
FUNDAMENTAL
ES
Respecto de lo primero, si bien no se discute
(por lo menos no del todo y todavía, a pesar
de los intentos, con algún éxito, de los
defensores de los derechos de la naturaleza
LOS BIENES y de los animales) que las personas son los
titulares de estos derechos fundamentales, y
generalmente está claro cuáles son sus
objetos, como la vida, el honor o la intimidad,
resulta difícil predicar que en todos los casos
UBICACIÓN DE esos “objetos” puedan ser calificados como
LOS DERECHOS tales desde el punto de vista de la dogmática
FUNDAMENTAL tradicional del derecho subjetivo,
ES precisamente por faltar aquella sacramental
independencia con el titular, como ocurre con
el honor, que es la misma persona y está en
ella.
En cuanto a su posible enclave en el sistema
civilista de los derechos reales y personales,
Guzmán Brito los excluye de la primera
categoría argumentando, entre otras
LOS BIENES razones, que la vida, la integridad corporal, el
honor, la salud, etc., “no son cosas
corporales, pero tampoco incorporales en
el sentido jurídico, aunque a alguien se le
ocurra que lo sean en sentido filosófico, y no
UBICACIÓN DE obstante a veces les apliquemos la expresión
LOS DERECHOS ‘bienes’, sólo que en sentido puramente
FUNDAMENTAL moral o social”. En razón de su estructura,
ES estamos en presencia de “derechos
personales” que imponen una obligación
negativa, consistente en que nada se haga
en su contra y cuya fuente inmediata es la
ley (Constitución).
Parraguez Ruiz: Estas reflexiones demuestran la
inconveniencia de persistir en ese intento iusprivatista
al que se refieren Diez-Picazo y Gullón, de anclar
estos derechos fundamentales en el esquema
tradicional del derecho subjetivo. Si convenimos en
LOS BIENES las ideas fundamentales, de que son potestades de
los seres humanos de la más alta significación para
el ordenamiento jurídico, inalienables e
irrenunciables, de aplicación directa e inmediata
(artículo 11.3 de la Constitución de la República),
UBICACIÓN DE para exigir una conducta de abstención que
obviamente es erga omnes, creo que no tiene mucho
LOS DERECHOS sentido el esfuerzo de alguna doctrina, casi siempre
FUNDAMENTAL poco exitoso, para encasillarlos en el sistema clásico
de los derechos subjetivos, que ha sido concebido y
ES desarrollado preferentemente en función de los
derechos de contenido patrimonial (dominio,
usufructo, herencia, crédito, etc.).
Es imperativo entonces una reformulación de la
teoría de los derechos subjetivos a partir de la
expansión de la idea matricial de intereses
jurídicamente protegidos, y reservar en ella un
LOS BIENES nicho especial para esta categoría relevante de
derechos, construída con el aporte de materiales
teóricos provenientes del derecho público
nacional e internacional. Algo de esto se observa
en el autor chileno Carlos Ducci que, con
UBICACIÓN DE ocasión de su análisis de la naturaleza de los
derechos como cosas incorporales (artículo 594
LOS DERECHOS del C. civil), plantea una tesis distinta de la
FUNDAMENTAL sostenida por Guzmán Brito y concluye
ES acertadamente que “existen muchos otros
derechos, reconocidos y garantizados por el
ordenamiento positivo, que no invisten tal
carácter” (de reales o personales).
En primer lugar, son universales, en tanto
corresponden a todos los seres humanos;
extrapatrimoniales, en el sentido de que no
puede atribuírseles un valor económico con el
LOS BIENES cual incorporarse al patrimonio del titular. No
contradice este carácter el que eventualmente
pueda estimarse un determinado valor para
efectos de indemnización en caso de lesión,
porque entonces lo que se valora no es el
CARACTERÍSTI derecho sino el daño causado. Se encuentran
CAS DE LOS fuera del comercio humano, de manera que no
DERECHOS pueden ser objeto de negocios jurídicos que los
FUNDAMENTAL graven, limiten su eficacia o transfieran sus
propiedades a terceros, más allá de los casos
ES expresamente permitidos por el derecho (p.ej.,
actividades que ponen en riesgo la vida, el uso
de la imagen o la publicitación de ciertos
aspectos de la intimidad).
La noción de objeto tiene, para el
derecho, una importancia eminentemente
funcional en tanto traduce la idea de un
LOS BIENES determinado ente que desempeña el
papel objetivo en la relación jurídica.
No alude a un tipo o categoría específica
de cosas, ni tiene que ver
necesariamente con la naturaleza de
EL CONCEPTO éstas.
DE COSA Y SU
RELACIÓN CON
LA IDEA DE
BIEN
En cambio, no tiene el mismo carácter el
concepto particular de cosa, alrededor del
cual se han dado algunos debates de
LOS BIENES variado valor jurídico que se proponen
dilucidar que son las tales cosas, que
relaciones de aproximación o distancias
pueden establecerse con el concepto de
bien y, finalmente, cuáles pueden
EL CONCEPTO considerarse como objetos de derecho.
DE COSA Y SU No está de más advertir que en más de
RELACIÓN CON una ocasión las proposiciones lanzadas a
LA IDEA DE este debate han sido extrañas,
BIEN complicando innecesariamente el
panorama teórico de la materia.
La tesis de la corporeidad.
Un sector de la doctrina jurídica plantea
que, para los efectos que interesan al
LOS BIENES derecho, solamente pueden considerarse
cosas los entes materiales que existen en
la naturaleza. Es el caso de H., L. y J.
Mazeaud para quienes cosa es todo
“aquello que es corporal, todo lo
EL CONCEPTO perceptible por los sentidos, todo lo que
DE COSA Y SU tiene una existencia material”.
RELACIÓN CON
LA IDEA DE
BIEN
La tesis de la corporeidad.
Este criterio corporalista se advierte en
algunos códigos civiles como el alemán,
LOS BIENES según el cual cosas en sentido legal sólo
son los bienes corporales (§ 90) y el
japonés de similar tenor: A los efectos de
este Código, son cosas los objetos
corporales (Artículo 85).
EL CONCEPTO
DE COSA Y SU
RELACIÓN CON
LA IDEA DE
BIEN
La tesis de la corporeidad.
Buena parte de los autores alemanes, fiel
a la doctrina de su código, excluye de la
LOS BIENES noción de cosa a fenómenos como las
energías y fuerzas naturales libres. Así,
por ejemplo, en relación con la energía
eléctrica Oertmann sostiene que son
cosas los alambres conductores,
EL CONCEPTO acumuladores, etc., pero no la corriente
DE COSA Y SU mientras sea entendida simplemente
RELACIÓN CON como un estado especial de movimiento
LA IDEA DE de las moléculas, de donde se derivaría,
BIEN entre otras, la consecuencia de que no
puede haber hurto o robo de energía
eléctrica.
El criterio de la utilidad y su
consiguiente aptitud para ser objeto de
relaciones jurídicas.
LOS BIENES Otro sector de la doctrina, fuertemente
mayoritario, prescinde de la naturaleza
material para asociar el concepto de cosa
a su utilidad para el ser humano. Así lo
plantea Coviello, según el cual “dada la
EL CONCEPTO índole del derecho, ‘cosa’ no puede ser
DE COSA Y SU cualquier ente imaginable, sino
RELACIÓN CON únicamente lo que puede producir utilidad
LA IDEA DE al hombre, esto es, un bien”.
BIEN
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
En similar dirección, Claro
LOS BIENES Solar enseña que “con la palabra cosa se
designa todo lo que existe y que
puede ser de alguna utilidad, o ayuda a los
hombres, sea que pueda ser
EL CONCEPTO poseído por ellos, como un campo, un
DE COSA Y SU animal, el agua corriente, sea que por
RELACIÓN CON su naturaleza escape a la apropiación, como
LA IDEA DE el aire, el sol, la alta mar”.
BIEN
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
Es la tendencia dominante en la doctrina
LOS BIENES francesa. Josserand identifica a los bienes
como todos “los elementos activos de
patrimonio”. Por ello, se afirma, el sol,
los astros en general o el aire, son
EL CONCEPTO efectivamente cosas pero no bienes.
DE COSA Y SU
RELACIÓN CON
LA IDEA DE
BIEN
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
Coviello complementa el criterio de utilidad
LOS BIENES recién señalado, haciendo notar que en
sentido jurídico debe entenderse por cosa
“todo lo que puede ser objeto de derechos
patrimoniales; todo lo que es permutable,
EL CONCEPTO porque presenta una utilidad estimable en
DE COSA Y SU dinero por vía directa o indirecta”. Con similar
RELACIÓN CON perspectiva, Planiol y Ripert expresan que
LA IDEA DE las cosas se consideran jurídicamente como
BIEN bienes, “no sólo cuando son útiles al hombre,
sino cuando son susceptibles de
apropiación”.
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
Similar es el concepto de Valencia Zea,
LOS BIENES que vincula a la cosa con la apropiabilidad,
de manera que es todo aquello perceptible
por los sentidos, no sólo los cuerpos sólidos,
sino también los gaseosos, el vapor de agua,
EL CONCEPTO por ejemplo, siempre que sean apropiables,
DE COSA Y SU por personas naturales o jurídicas, públicas o
RELACIÓN CON privadas, porque a su juicio, sólo las
LA IDEA DE cosas que pueden apropiarse interesan al
BIEN derecho.
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
Rozas Vial se suma a este criterio cuando
LOS BIENES expone que “desde el punto de vista jurídico
positivo, cosa es todo lo que es relevante o
tomado en cuenta por la ley y que pueda ser
objeto de relaciones jurídicas”.
EL CONCEPTO
DE COSA Y SU
RELACIÓN CON
LA IDEA DE
BIEN
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
Este es el criterio predominante en doctrina,
LOS BIENES de manera que la voz cosa aparece como
una invocación genérica, incluyente de todo
aquello que, en palabras de Larrea Holguín,
es “real y posible”, mientras que bien es una
EL CONCEPTO categoría reservada para aquellas cosas que
DE COSA Y SU representan una utilidad de la que aquél
RELACIÓN CON puede apropiarse; es decir, una ventaja o
LA IDEA DE beneficio, inmediato o potencial, susceptible
BIEN de incorporarse a su patrimonio, de suerte
que, por esa razón, puede ser objeto de una
relación jurídica.
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
Bajo diferentes nomenclaturas se inscriben
LOS BIENES en esta corriente de la aptitud para ser objeto
de relaciones jurídicas, los artículos 333 del
Código civil de España (Todas las cosas que
son o pueden ser objeto de apropiación se
EL CONCEPTO consideran como bienes muebles o
DE COSA Y SU inmuebles), 810 del Código italiano (Sono
RELACIÓN CON beni le cose che passono formare oggetto di
LA IDEA DE diritti), 74 del Código boliviano (Son bienes
BIEN las cosas materiales e inmateriales que
pueden ser objeto de derecho) 28 y 202.1 del
portugués (Diz-se coisa tudo aquilo que pode
ser objecto de relações jurídicas).
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
Por ello el tratadista español Puig Peña,
LOS BIENES define las cosas, en su sentido técnico-
jurídico, como toda realidad, “corpórea o
incorpórea, susceptible de integrar la
materia sobre la cual pueda constituirse una
EL CONCEPTO relación jurídica”.
DE COSA Y SU
RELACIÓN CON
LA IDEA DE
BIEN
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
Pero ocurre que las nociones de utilidad y de
LOS BIENES apropiación que se asocian a la idea de bien
nos colocan frente a nuevas dificultades,
siendo la primera el propio concepto de
utilidad. Si por ella se entiende la valoración
EL CONCEPTO económica de la cosa, Peñailillo advierte
DE COSA Y SU sobre su subjetividad y relatividad: “con esa
RELACIÓN CON medida un pan sería una cosa, pero no un
LA IDEA DE gramo de pan”; y por ello sugiere la noción
BIEN de “cantidad no inferior a las necesidades
humanas”.
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
En efecto, dice el autor citado,
LOS BIENES “cierto objeto en una mínima cantidad podría
ser inservible en su destino habitual,
pero podría ser útil en otra función (así, cierto
medicamente en dosis ínfima, podría ser
EL CONCEPTO inútil para su natural destino de curar
DE COSA Y SU determinada enfermedad, pero podría ser
RELACIÓN CON suficiente, útil, para cierto análisis químico)”.
LA IDEA DE
BIEN
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
Y en cuanto al segundo elemento que se
LOS BIENES propone para la consideración jurídica de
bien ¿debe tratarse de una cosa apropiada,
o basta que sea susceptible de
apropiación? Acabamos de ver que Planiol
EL CONCEPTO y Ripert se inclinan por la apropiabilidad
DE COSA Y SU (“susceptibles de apropiación”), del mismo
RELACIÓN CON modo que lo hacen Diez-Picazo y Gullón,
LA IDEA DE que se refieren a la posibilidad de ser objeto
BIEN de apropiación.
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
Dicho aquello, queda todavía una nueva
LOS BIENES cuestión: ¿la susceptibilidad de
apropiación es objetiva y depende de la
naturaleza del bien, o subjetiva, entregada
a la apreciación de las personas? En
EL CONCEPTO realidad no se ven mayores dificultades en
DE COSA Y SU este punto, porque sea lo uno o lo otro,
RELACIÓN CON finalmente el resultado viene a ser el
LA IDEA DE mismo.
BIEN
El criterio de la utilidad y su consiguiente
aptitud para ser objeto de relaciones
jurídicas.
Efectivamente, luego se verá que, por
LOS BIENES naturaleza, todas las cosas son
susceptibles de apropiación, sea por el
estado o por los particulares, con la única
excepción de las cosas que la naturaleza ha
EL CONCEPTO hecho común a todo los seres humanos,
DE COSA Y SU como la alta mar (artículo 602); y desde una
RELACIÓN CON perspectiva subjetiva, todas las cosas
LA IDEA DE pueden ser bien desde que exista un sujeto
BIEN que las valore para incorporarlas a su
patrimonio.
Hacia un concepto integrador.
Es muy frecuente, y se ha comprobado en el
presente caso, que los autores se aferren a
propuestas excluyentes para exponer los
LOS BIENES conceptos y las instituciones de derecho,
dando origen a interminables
confrontaciones teóricas muchas veces de
dudosa utilidad. Una reacción bastante
EL CONCEPTO sensata a esa tendencia, y que
DE COSA Y SU generalmente da buenos resultados en la
RELACIÓN CON solución de los problemas jurídicos, es la
LA IDEA DE construcción de fórmulas eclécticas capaces
BIEN de integrar los elementos compatibles de las
diferentes tesis en juego.
Hacia un concepto integrador.
Esto puede apreciarse en el caso del
concepto de cosa. Cualquier reducción lo
empobrece, particularmente si lo observamos
LOS BIENES desde la normativa del Código civil
ecuatoriano, que comprende a las cosas
corporales e incorporales, materiales e
inmateriales, ocupen o no un lugar en el
EL CONCEPTO espacio, perceptibles o no por los sentidos,
DE COSA Y SU con o sin valor patrimonial, útiles o no al ser
RELACIÓN CON humano, incluyendo a los derechos y
LA IDEA DE acciones (artículos 583, 594 y 597), y a
BIEN los hechos que se deben que nuestro Código
civil reputa muebles (artículo 598).
Hacia un concepto integrador.
Siendo tan amplio el diseño legal del
concepto, resulta inútil intentar
definir las cosas en función de una
LOS BIENES naturaleza única, porque no existe una y
común para todas las cosas posibles. No hay
otra fórmula integradora que recurrir a un
expediente que, asumiendo la imposibilidad
EL CONCEPTO de explicar lo que las cosas son, opte por
DE COSA Y SU afirmar simplemente lo que ellas no son, y
RELACIÓN CON concluir que cosa es todo aquello que existe
LA IDEA DE en la naturaleza fuera del sujeto. Así lo
BIEN hacen Alessandri y Somarriva (“cosa es todo
lo que fuera del hombre, tiene existencia,
corporal o espiritual, natural o artificial, real o
abstracta”).
Hacia un concepto integrador.
De alguna manera Rozas Vial comparte este
criterio, porque no obstante lo expuesto más
arriba, al describir los caracteres de la noción
LOS BIENES de cosa, señala, entre ellas, la extrañeza
respecto del sujeto, su relevancia jurídica y la
utilidad para el ser humano. Peñailillo
observa este postulado con algunas
EL CONCEPTO reservas, y lo admite en tanto puede servir
DE COSA Y SU como base, pero lo critica en cuanto a que
RELACIÓN CON “no determina los límites del concepto”.
LA IDEA DE
BIEN
Hacia un concepto integrador.
Así es, en efecto, porque, tal como se
acaba de señalar, un concepto como el
propuesto no se propone determinar
LOS BIENES esos límites sino, por el contrario, dotarlo de
la suficiente amplitud como para que
reconozca como único límite al sujeto, que,
por lo visto, parece ser el criterio de nuestro
EL CONCEPTO legislador.
DE COSA Y SU
RELACIÓN CON
LA IDEA DE
BIEN
La mayor parte de las formulaciones
expuestas tienen bastante sentido
y algún interés teórico, pero en realidad muy
poco de todo el esfuerzo doctrinario
LOS BIENES desplegado en torno a estas materias tiene
interés para el derecho civil ecuatoriano,
porque el Código Civil nacional, con un
criterio más bien pragmático, no se ha
ocupado de los conceptos de cosa y bien, ni
COSA Y BIEN EN ha señalado líneas verificables de
EL CÓDIGO diferenciación entre ellos.
CIVIL Algunos autores sostienen que con esto la
ECUATORIANO discusión queda abierta, pero más bien
apunta a una indiferencia total.
El artículo 583 explica que los bienes
consisten en cosas y que estas pueden ser
corporales e incorporales, para agregar, en el
artículo 594, que las cosas incorporales son
LOS BIENES los derechos reales y los derechos
personales. Por otra parte, el artículo 602
señala que hay cosas, como la alta
mar, que no son susceptibles de dominio, sin
que ellos las prive de la calificación como
COSA Y BIEN EN tales.
EL CÓDIGO
CIVIL
ECUATORIANO
Con estas referencias podemos comprobar
que, en definitiva, para el legislador civil
ecuatoriano cosa es todo lo que tiene alguna
modalidad de existencia, material o
LOS BIENES inmaterial, ocupe o no un lugar en el
espacio, sea o no susceptible de
apropiación, lo que obviamente permite la
inclusión de todas las formas de energías y
fuerzas de la naturaleza.
COSA Y BIEN EN
EL CÓDIGO
CIVIL
ECUATORIANO
Por otro lado, la anunciada falta de distinción
entre cosa y bien, del tipo que ha construido
la doctrina mayoritaria, se confirma en el
artículo 594 según el cual los derechos son
LOS BIENES cosas incorporales. Lo reafirma el artículo
595 cuando agrega que los derechos reales
se ejercen sobre una cosa, idea que reitera
el artículo 599 al referirse concretamente al
derecho de dominio como un derecho real en
COSA Y BIEN EN una cosa.
EL CÓDIGO
CIVIL
ECUATORIANO
Luego expresa que los derechos y acciones
–cosas incorporales – se reputan bienes
muebles o inmuebles. Y si aquello pareciere
poco, pueden agregarse, para zanjar
LOS BIENES definitivamente el artificial debate, los
artículos 686 y 2392 relativos a la tradición y
la usucapión (prescripción adquisitiva de
dominio), respectivamente.
Según el primero, por la tradición se
COSA Y BIEN EN adquiere el dominio de las cosas;
EL CÓDIGO mientras que de acuerdo con el segundo la
CIVIL prescripción es un modo de adquirir las
ECUATORIANO cosas ajenas.
Con un interés creciente, justificado por los
notables avances de la ciencia y
la tecnología, la doctrina y legislación
contemporáneas han venido tratando de
LOS BIENES dilucidar si el cuerpo humano puede
considerado objeto de negocio jurídico y, en
ese sentido, asimilarse en alguna medida al
concepto de cosa.
NATURALEZA
JURÍDICA DEL
CUERPO
HUMANO
La cuestión no es pacífica, porque el tema
convoca consideraciones de
orden valórico, algunas con un rampante
fundamentalismo, generalmente de
LOS BIENES contenido religioso, en las que muchas
veces, como señala Gabriel Zapa, se pierden
de vista “los múltiples beneficios que el
cuerpo con o sin vida de una persona
puede proporcionar al resto de los hombres”,
NATURALEZA cuando lo aconsejable, agrega el
JURÍDICA DEL mismo autor, es alejar ideas preconcebidas y
CUERPO poner en acción “una capacidad
HUMANO imaginativa superior y oportuna, que impidan
obrar con retraso, o bien caer en la
aplicación de reglas inapropiadas”.
Por otro lado, no es tema menor el hecho de
que alrededor de los negocios jurídicos
relativos al cuerpo humano, o de sus
componentes, orbitan los intereses
LOS BIENES mercantiles de grandes empresas
biotecnológicas y farmacéuticas lo que pone
en la mira el riesgo de que los
criterios de mercado se impongan sobre las
motivaciones altruistas que debieran
NATURALEZA dominar en esta materia.
JURÍDICA DEL
CUERPO
HUMANO
En esta línea de pensamiento, por sobre las
limitaciones dogmáticas debe
prevalecer la visión cada vez más
generalizada de que las operaciones
LOS BIENES jurídicas no lucrativas que tienen como
materia el cuerpo humano, lejos de
reprochables, son expresiones de altruismo y
solidaridad, dos principios fundamentales
que informan la Ley Orgánica de Donación y
NATURALEZA Trasplante de Órganos, Tejidos y Células
JURÍDICA DEL
CUERPO
HUMANO
El cadáver humano
NATURALEZA
JURÍDICA DEL
CUERPO
HUMANO
El cuerpo humano vivo
Parraguez: Esa tesis dominante es
discutible, por lo menos en el sistema
del Código civil ecuatoriano cuya muy amplia
LOS BIENES noción de cosa –que comprende
también aquellas que no son susceptibles de
apropiación- hace posible incluir al
cuerpo humano vivo, en su compleja
integralidad, compuesta por una multiplicidad
NATURALEZA de elementos materiales e inmateriales,
JURÍDICA DEL aptos, como tal o por sus componentes,
CUERPO para ser objeto de determinadas relaciones
HUMANO jurídicas.
El cuerpo humano vivo
Ejemplo notable de relación jurídica que tiene
como materia el cuerpo humano es el negocio
jurídico mediante el cual una persona lo presta
LOS BIENES para un experimento científico, hipótesis a la que
se refiere el artículo 16-6 del Código civil francés
con la limitación de que no puede concederse
remuneración por ello; y que en nuestro país es
admitida por el artículo 7 LOS que, entre los
NATURALEZA derechos de las personas relativos a la salud,
contempla el no ser objeto de pruebas, ensayos
JURÍDICA DEL clínicos, de laboratorio o investigaciones, sin su
CUERPO conocimiento y consentimiento previo por
HUMANO escrito…(literal l).
Otro tanto puede decirse del negocio jurídico que
tiene como objeto la prestación gratuita del
cuerpo en los casos de maternidad subrogada.
Componentes anatómicos
LOS BIENES
LA
NATURALEZA
COMO SUJETO
DE DERECHOS
El inciso primero del artículo 71 de la
Constitución declara que aquella tiene derecho a
que se respete íntegramente su existencia y el
mantenimiento y regeneración de sus ciclos
LOS BIENES vitales, estructura, funciones y procesos
evolutivos; y el inciso segundo concede a
cualquier persona la facultad de exigir a la
autoridad pública el cumplimiento de dichos
derechos. El artículo 72, por su parte, agrega el
LA derecho de la Naturaleza a la restauración; y el
artículo 83.6 impone a los ecuatorianos y
NATURALEZA ecuatorianas el deber de respetar los derechos
COMO SUJETO de la naturaleza.
DE DERECHOS
¿Los elementos de la naturaleza son objetos de
derecho?
LOS BIENES
LA
NATURALEZA
COMO SUJETO
DE DERECHOS
CLASIFICACI
ÓN DE LOS
BIENES
a) Las clasificaciones que miran a
los bienes aisladamente
considerados, diferencian entre
LOS BIENES bienes corporales e incorporales;
muebles e inmuebles; genéricos y
específicos; consumibles y no
consumibles; fungibles y no
fungibles; divisibles e indivisibles.
CLASIFICACIÓN
Art. 593.- Las cosas muebles se
dividen en fungibles y no
fungibles.
LOS BIENES A las primeras pertenecen aquellas
de que no puede hacerse el uso
conveniente a su naturaleza sin que
se destruyan.
Las especies monetarias, en cuanto
CLASIFICACIÓN perecen para el que las emplea
como tales, son cosas fungibles.
b) Las que ordenan los bienes según
sus relaciones con los demás, se
refieren a los bienes principales y
LOS BIENES accesorios; singulares y universales.
CLASIFICACIÓN
c) Finalmente, clasificarlos desde el
punto de vista de su relación con la
persona, o su apropiabilidad y
LOS BIENES titularidad, lleva a distinguir entre
bienes apropiables e inapropiables;
comerciales y extracomercio;
públicos y privados.
CLASIFICACIÓN
La primera clasificación contemplada
formalmente por el Libro II del
Código civil, es la contenida en el artículo 583
que distingue entre cosas corporales e
LOS BIENES incorporales*. En el concepto del Código,
aquéllas tienen una existencia real, física,
perceptible por los sentidos, como el ganado,
una máquina o una casa, mientras que las
segundas sólo pueden concebirse
intelectualmente, porque como expresa el inciso
segundo del precepto citado, consisten en meros
CORPORALES E derechos, como los créditos y las servidumbres
INCORPORALES activas.
BIENES
MUEBLES E
INMUEBLES
Castán Tobeñas, por su parte, se
refería a la demanda unánime de la
CLASIFICACIÓ doctrina científica en orden a suprimir “los
N DE LOS numerosos vestigios que quedan en los
Códigos del antiguo principio res mobilis,
BIENES res vilis”; y cita a Pascual Marín
(Introducción al Derecho registral) para
quien esta clasificación de cosas muebles
BIENES e inmuebles hoy está superada y resulta
artificiosa e inútil, por lo que se impone
MUEBLES E una nueva clasificación que distinga entre
INMUEBLES cosas registrables y no registrables y un
nuevo régimen de publicidad de los
cambios de titularidad.
Algunos pasos en esta nueva dirección se
han dado en nuestro sistema civil. Así lo
CLASIFICACIÓ observamos, por ejemplo, en el régimen
N DE LOS administrativo ordinario de la
sociedad conyugal ecuatoriana, que luego
BIENES de las reformas que se le introdujeron
por las leyes Nº 43 de 1989 y Nº 88 de
1990, logró una razonable, aunque
BIENES todavía tímida aproximación en el
régimen jurídico de los bienes raíces y
MUEBLES E muebles.
INMUEBLES
Igualmente ha ocurrido en la protección
de los bienes muebles de valor superior a
CLASIFICACIÓ mil dólares, de las personas bajo tutela o
N DE LOS curaduría, que se han asimilado a los
inmuebles para efecto de la limitación que
BIENES afecta a los tutores y curadores para
celebrar transacciones o compromisos
(artículo 425 CC).
BIENES
MUEBLES E
INMUEBLES
Se entiende por bienes muebles aquellos
que son movilizables (del latín
CLASIFICACIÓ mobilis), es decir, que pueden trasladarse
N DE LOS de un lugar a otro sin afectación o
detrimento de su substancia, como ocurre
BIENES con un caballo, un automóvil, una
computadora o los títulos valores, con
independencia de su volumen y valor.
BIENES Como dicen Las Partidas, todas las cosas
que los omes pueden mover de un lugar a
CORPORALES otro, e todas las que se pueden ellas por
MUEBLES si mover naturalmente (Partida 3ª).
No obstante la precisión del concepto,
que nos conduce a identificar un
CLASIFICACIÓ fenómeno –la movilidad- que depende de
N DE LOS la naturaleza de las cosas, el legislador
ha introducido algunas variantes, por
BIENES consideraciones de orden eminentemente
práctico, de tipo económico, que le quitan
a la noción su estricta dependencia de la
BIENES contextura natural.
CORPORALES
MUEBLES
En efecto, el propio artículo 585, luego de
definir los bienes muebles, excluye toda
CLASIFICACIÓ una categoría de bienes que por su
N DE LOS naturaleza lo son, como es el caso de los
llamados inmuebles por destinación (p.
BIENES ej., los instrumentos de labranza de una
finca), al tiempo que el artículo 589 le
atribuye esta condición a otros que desde
BIENES un punto de vista técnico-jurídico son
inmuebles (los muebles por anticipación,
CORPORALES como los frutos pendientes de los
MUEBLES árboles).
Por lo dicho, los ya mencionados artículos
585 y 589 permiten clasificar los
CLASIFICACIÓ bienes muebles en dos grupos: aquellos
N DE LOS que lo son por su naturaleza y los
llamados muebles por anticipación.
BIENES
BIENES
CORPORALES
MUEBLES
En esta clase de muebles la aptitud de
movilización obedece a la propia
CLASIFICACIÓ naturaleza del bien, que hace posible su
N DE LOS transportación, como es el caso de un
caballo, un automóvil y un ordenador
BIENES personal. Ahora bien, profundizando un
poco en la fuente o causa de su
movilidad, estos bienes muebles por
BIENES naturaleza permiten una nueva distinción:
MUEBLES POR a) Cosas semovientes
NATURALEZA b) Cosas inanimadas
a) Cosas semovientes, en los cuales la
propiedad movilizatoria proviene de
CLASIFICACIÓ fenómenos biológicos propios de la
N DE LOS particular naturaleza del bien, de manera
que, dicho de otro modo, la posibilidad de
BIENES desplazamiento obedece a sus propias
fuerzas internas, vitales, que es el caso
de los animales (moviéndose por sí
BIENES mismas, artículo 585).
MUEBLES POR
NATURALEZA
b) Cosas inanimadas, por el contrario, son
las especies muebles cuya movilidad
depende de la acción de una fuerza exterior,
CLASIFICACIÓ ajena por tanto a su naturaleza, como un
N DE LOS escritorio y las mercaderías (non pueden por
BIENES si mouer, pero muevenlas, Partida 2ª, ley 1º,
tít. 17). Debe incluirse en este subgrupo a los
ingenios autopropulsados –vehículos
motorizados, robots, etc., en los que la
BIENES movilidad proviene de un sistema de energía
MUEBLES POR que si bien aparece incorporado a la
estructura interna del bien, no tiene que ver
NATURALEZA con su naturaleza, pues se origina en la
acción de un agente externo, sea el ser
humano u otro ingenio creado y accionado
por éste.
Es conveniente adelantar, y luego se lo
examinará con mayor detención,
CLASIFICACIÓ que se excluye de la categoría de bienes
N DE LOS muebles aquellos que a pesar de serlo
por su naturaleza, la ley los reputa
BIENES inmuebles por adherencia o por
destinación, según los artículos 586 y
588.
BIENES
MUEBLES POR
NATURALEZA
Mientras se encuentra arraigado, es decir,
adherido permanentemente al suelo, un
CLASIFICACIÓ árbol y sus frutos pendientes, de la misma
N DE LOS manera que sus raíces, ramas y hojas,
forman parte de él, no pueden
BIENES desplazarse y, por tanto, debido a su
adherencia permanente al suelo, uno y
otros son jurídicamente bienes inmuebles
BIENES (artículo 586), calidad que ya se
observaba en la sentencia de Gayo:
MUEBLES POR fructus pendentes pars fundi videntur.
ANTICIPACIÓN Pero una vez que se desprenden, los
frutos se tornan movilizables y se
convierten, por lo mismo, en bienes
muebles por naturaleza.
Ocurre, sin embargo, que por
consideraciones de orden práctico
CLASIFICACIÓ encaminadas a posibilitar la celebración
N DE LOS de negocios jurídicos sobre esos frutos,
con independencia del suelo al que
BIENES adhieren, la ley permite que se les
considere como bienes muebles aun
antes de su separación del árbol, y por
BIENES consiguiente del suelo. En otras palabras,
la ley anticipa su calificación
MUEBLES POR mobiliaria. Por ello la doctrina los
ANTICIPACIÓN denomina precisamente muebles por
anticipación. Al respecto dispone el
artículo 589:
Los productos de los inmuebles, y las
cosas accesorias a ellas, como las
CLASIFICACIÓ hierbas de un campo, la madera y frutos
N DE LOS de los árboles, los animales de un vivar,
se reputan muebles, aun antes de su
BIENES separación, para el efecto de constituir un
derecho sobre dichos productos o cosas
a favor de otra persona que el dueño.
BIENES Lo mismo se aplica a la tierra o arena de
un suelo, a los metales de una mina, y a
MUEBLES POR las piedras de una cantera.
ANTICIPACIÓN
La calificación mobiliaria de estos
“productos” y “cosas accesorias”, para
CLASIFICACIÓ los efectos de anticipación señalados en
N DE LOS el artículo 589, es de singular importancia
a la hora de definir la forma en que se
BIENES perfeccionan los contratos translaticios
relativos a ellos y el modo de adquisición
del dominio. Siendo muebles, aquellos no
BIENES requieren formalidades, se perfeccionan
con el mero consentimiento y la tradición
MUEBLES POR puede tener lugar por cualquiera de las
ANTICIPACIÓN modalidades, reales o fictas, previstas en
el artículo 700.
De no haber existido esta norma, primero,
no habría sido posible negociarlos
CLASIFICACIÓ independientemente del suelo; y luego,
N DE LOS de serlo, dichos contratos habrían
quedado sujetos al régimen de escritura
BIENES pública propio de los bienes inmuebles,
como lo dispone el artículo 1740, inciso
segundo, para el caso del contrato de
BIENES compraventa, y la tradición tendría que
practicarse mediante la inscripción del
MUEBLES POR título en el Registro de la Propiedad
ANTICIPACIÓN (artículo 702).
Por ello y en consonancia con el artículo
589, el inciso tercero del artículo 1740
CLASIFICACIÓ excluye del régimen escriturario a la venta
N DE LOS de “los frutos y flores pendientes, los
árboles cuya madera se vende, los
BIENES materiales de un edificio y los que
naturalmente adhieren al suelo, como
piedras y substancias minerales de toda
BIENES clase”.
MUEBLES POR
ANTICIPACIÓN
Son bienes inmuebles aquellos que no
pueden movilizarse de un lugar a otro, ni
CLASIFICACIÓ por obra de su propia naturaleza ni por
N DE LOS efecto de fuerzas externas, sin detrimento
de su substancia. En términos de Rivas
BIENES Cadena, estas cosas “se hallan sumidas
raigalmente en un lugar del espacio físico
y no pueden ser separadas o trasladadas
BIENES a otro sitio sin que cambie su naturaleza”.
CORPORALES
INMUEBLES
En efecto, no es posible llevar un lote de
terreno de un lugar a otro, aunque si
CLASIFICACIÓ pueden efectuarse movimientos de su
N DE LOS tierra, pero en este caso el lote sigue
siendo el mismo inmueble, mientras que
BIENES la tierra movilizada pierde la naturaleza
inmueble que tenía estando incorporada
al suelo y se torna en cosa mueble. Por
BIENES esta circunstancia de fijeza o arraigo los
bienes inmuebles reciben el nombre de
CORPORALES bienes raíces. El Código también se
INMUEBLES refiere a ellos utilizando las
denominaciones de predio (artículos 859
y 1771), finca (artículos 586, 1770) y
heredad (artículos 666 y 2402.1).
Sin llegar al punto de una clasificación
explícita, los artículos 586, 587 y 588 del
Código civil aluden a tres categorías de
CLASIFICACIÓ bienes inmuebles, que la doctrina ha
N DE LOS denominado: por naturaleza, por adherencia
BIENES y por destinación.
Algunos autores y jurisprudencia hablan de
una cuarta categoría que denominan
inmuebles por radicación, en la que se
BIENES incluyen “las cosas de comodidad u ornato
CORPORALES que se clavan o fijan en las paredes de las
casas de manera que forman un mismo
INMUEBLES cuerpo con ellas, aunque puedan separarse
sin detrimento”; es decir, aquellas descritas
en el artículo 590, y que para nosotros son
simplemente un caso de inmuebles por
adherencia.
Esta primera categoría inmobiliaria
corresponde por excelencia al propio
concepto de bien inmueble que se ha
CLASIFICACIÓ expuesto más arriba, estrictamente asociado
N DE LOS a la idea de inmovilidad y, por lo mismo,
BIENES reservado únicamente al suelo o la tierra,
expresión esta última que utiliza el artículo
586. El mismo artículo agrega a las minas, lo
que constituye un error, pues ellas no son
BIENES otra cosa que sino suelo con una particular
INMUEBLES concentración de algún elemento mineral, en
POR grado económicamente rentable. A su vez, el
NATURALEZA autor español Sánchez Román incluye en
esta clase inmobiliaria al subsuelo, lo que
igualmente es equivocado porque tampoco
es una cosa esencialmente distinta del suelo.
“En principio – escriben Planiol y Ripert –
el carácter inmobiliario de las cosas
CLASIFICACIÓ depende de su naturaleza; la inmobilidad
N DE LOS es un hecho que el Derecho comprueba
sin crearlo”. Por consiguiente, la primera
BIENES clase de inmuebles, la que ha servido de
punto de partida para crear a los otros,
comprende las cosas que son inmuebles
BIENES por su naturaleza.
INMUEBLES
POR
NATURALEZA
A ellos se refiere la primera parte del inciso
primero del artículo 586:
CLASIFICACIÓ Inmuebles, fincas o bienes raíces son las
N DE LOS cosas que no pueden transportarse de un
BIENES lugar a otro, como las tierras y minas, y las
que adhieren permanentemente a ellas,
como los edificios y los árboles.
Las cosas y heredades se llaman predios o
BIENES fundos.
INMUEBLES
POR
NATURALEZA
La parte final del inciso primero del recién
transcrito artículo 586 da cuenta de esta
segunda modalidad de bienes cuya
CLASIFICACIÓ naturaleza es mobiliaria, pero a los que la ley
N DE LOS reputa inmuebles debido a su adherencia
BIENES permanente al suelo, sin importar tanto que
este ligamen los haga inamovibles o de
lesiva remoción, porque igual sigue
considerándoselos inmuebles aunque
BIENES eventualmente pueden ser separados del
INMUEBLES POR suelo. El artículo 586 menciona entre ellos a
ADHERENCIA O los edificios y los árboles.
INCORPORACIÓN
Se les conoce también con el nombre de
inmuebles por incorporación,
CLASIFICACIÓ denominación que parece muy apropiada
N DE LOS porque en su caso, más que un fenómeno
de simple adherencia, se produce una
BIENES verdadera integración al suelo, bien
inmueble matricial que aparece así con
“un poder atractivo ilimitado, una fuerza
BIENES de absorción sin límites”.
INMUEBLES POR
ADHERENCIA O
INCORPORACIÓN
Debe observarse que para la calificación de
esta clase especial de inmuebles, el Código
exige que la adhesión al suelo sea
CLASIFICACIÓ permanente. Este requisito no ofrece
N DE LOS mayores complicaciones tratándose de los
BIENES árboles y plantas, porque en ellos la
permanencia se produce por el hecho de
encontrarse arraigados, es decir,
introducidas en el suelo sus raíces, como lo
BIENES expresa claramente el artículo 587 con
INMUEBLES POR relación a las plantas, que sólo se reputan
ADHERENCIA O inmuebles mientras adhieren al suelo por sus
INCORPORACIÓN raíces; y no lo son cuando falta esa
incorporación porque están en macetas o
cajones, que pueden transportarse de un
lugar a otro, en cuyo caso conservan su
naturaleza mueble.
Como consecuencia de la naturaleza
inmobiliaria de los árboles y plantas, deben
serlo también, al menos en principio, sus
CLASIFICACIÓ frutos mientras permanezcan adheridos a
N DE LOS ellos, y dejan de serlo desde el momento
BIENES de su separación, a partir del cual se
convierten en bienes muebles, y aun
antes, según ya se vio, como muebles por
anticipación.
BIENES
INMUEBLES POR
ADHERENCIA O
INCORPORACIÓN
Pero la cuestión ha suscitado algunas
dificultades tratándose de los edificios,
CLASIFICACIÓ pues en este caso la idea de
N DE LOS permanencia podría confundirse con la de
perpetuidad y pensarse equivocadamente
BIENES que sólo serían inmuebles por adherencia
aquellos edificios erigidos con el propósito
de que subsistan sin una limitación
BIENES temporal precisa, particular que se
INMUEBLES POR evidencia por el tipo de técnicas y
ADHERENCIA O especificaciones constructivas. No es
INCORPORACIÓN este sin embargo el espíritu del Código
civil y así lo admiten los autores
Para Claro Solar una cosa adhiere
permanentemente cuando se mantiene
CLASIFICACIÓ sin mutación en el mismo lugar, mientras
N DE LOS dura la adherencia. Desde este punto de
vista, el requisito de permanencia, y por
BIENES ende el carácter inmueble del bien, se da
también en aquellas edificaciones
concebidas para una duración temporal,
BIENES como las que se levantan para
INMUEBLES POR campamentos, ferias y exposiciones,
ADHERENCIA O siempre, claro está, que cumplan el
INCORPORACIÓN requisito de adherencia.
En cambio, quedan excluidas de esta
condición inmobiliaria, por falta de
adherencia permanente, aquellas
CLASIFICACIÓ construcciones que no se fijan al suelo sino
N DE LOS que simplemente se posan sobre él, o tienen
BIENES fijaciones manifiestamente
provisionales, como las carpas aseguradas
al suelo con cuerdas y estacas. La
adherencia al suelo es necesaria, -explican
BIENES H., L. y J. Mazeaud- y resulta a veces
INMUEBLES POR delicado decir si se cumple esta condición.
ADHERENCIA O No es sin duda indispensable que el edificio
INCORPORACIÓN descanse sobre cimientos, ni que el poste
eléctrico se apoye en un pedestal de
cemento; pero se exige al menos una
incorporación, un vínculo duradero con el
suelo…
… Una construcción volante, como la tienda
de un circo, una barraca de feria, no son
inmuebles. Este tipo de edificaciones
CLASIFICACIÓ conservan la calidad de bien mueble
N DE LOS propia de su aptitud trasladable, de una
BIENES manera similar al caso de las plantas
en macetas que pueden moverse de un lugar
a otro y a las que se refiere el artículo 587.
Asimismo son inmuebles por adherencia los
BIENES puentes, durmientes y rieles de ferrocarril,
INMUEBLES POR postes, cables eléctricos y telefónicos,
ADHERENCIA O transformadores de electricidad,
INCORPORACIÓN instalaciones de calefacción y aire
acondicionado, acueductos, etc.*
* Jurisprudencia chilena
Sin embargo, es necesario tener en
cuenta el cambio de naturaleza que
CLASIFICACIÓ experimentan los elementos de las
N DE LOS instalaciones que se han mencionado,
desde que son proporcionados por la
BIENES persona que los instala, pues hasta el
momento de la instalación los postes,
equipos de aire acondicionado, cables,
BIENES cañerías, durmientes, etc., son bienes
INMUEBLES POR muebles, de la misma forma que lo son
ADHERENCIA O los materiales de construcción antes de
INCORPORACIÓN ser incorporados en la edificación.
Precisiones:
PÚBLICO
Nevados perpetuos y tierras altas.
Estos bienes fueron declarados
CLASIFICACIÓ nacionales de uso público por el artículo 1
N DE LOS del Decreto Nº 390 de 1963 (publicado en
el Registro Oficial Nº 67 de 28 de
BIENES septiembre de 1963), y agregados al
inciso segundo del artículo 604 del
Código civil: “Asimismo, los nevados
BIENES perpetuos y las zonas del territorio
NACIONALES situadas a más de 4.500 metros sobre el
DE USO nivel del mar”.
PÚBLICO
Con el propósito de asegurar el efectivo
uso público, que podría verse impedido u
CLASIFICACIÓ obstaculizado por la existencia de predios
N DE LOS de dominio privado, el artículo 2 del
Decreto 390 estableció una servidumbre
BIENES legal y gratuita de tránsito a través de los
predios por donde sea más fácil el acceso
a dichos nevados y zonas de altura,
BIENES mientras no haya caminos, ferrovías,
NACIONALES teleféricos o cualquier otro medio de
DE USO transporte públicos.
PÚBLICO
Caminos públicos, puentes y otras
construcciones afines.
CLASIFICACIÓ A estos bienes se refiere el artículo 608
N DE LOS del Código civil para declarar que los
caminos construidos a expensas de
BIENES personas particulares, en tierras que les
pertenecen, no son bienes nacionales,
aunque los dueños permitan el uso y
BIENES goce a todos. Este reconocimiento de
NACIONALES dominio privado ha sido restringido por
DE USO la Ley de Caminos, que declara de
PÚBLICO dominio público del Estado los siguientes
bienes:
1) Los caminos públicos, entendiéndose por
tales todas las vías de tránsito terrestre
construidas para el servicio público y las
CLASIFICACIÓ declaradas de uso público (inciso primero del
N DE LOS artículo 1: Son caminos públicos todas las vías
BIENES de tránsito terrestre construidas para el servicio
público y las declaradas de uso público). La
declaratoria de uso público de un camino privado
corresponde al Ministerio de Obras Públicas
BIENES (artículo 6.g de la Ley).
NACIONALES 2) Se consideran, además, como públicos los
DE USO caminos privados que han sido usados desde
PÚBLICO hace más de quince años por los habitantes de
una zona (inciso segundo del artículo 1 de la
Ley).
3) Los caminos construidos mediante el sistema
de mingas, que por mandato del artículo 16 del
Reglamento de Caminos Privados se reputan
CLASIFICACIÓ públicos siempre que los terrenos por los que
N DE LOS atraviesan estén ocupados legalmente.
BIENES 4) Los senderos laterales para peatones y
animales, los taludes, las cunetas o zanjas de
desagües, terraplenes, puentes, obras de arte de
BIENES cualquier género, habitaciones para
guardapuentes, camineros y otros
NACIONALES requerimientos análogos permanentes, que
DE USO forman parte de los caminos públicos y de los
PÚBLICO caminos privados considerados públicos, por
disposición del artículo 5 de la Ley.
El control y conservación de estos bienes
corresponde al Ministerio de Obras
CLASIFICACIÓ Públicas (artículos 2 y 7 de la Ley) que lo
N DE LOS ejerce a través de los respectivos
Directores Provinciales de Obras
BIENES Públicas, sin perjuicio de la
responsabilidad por la conservación que
corresponde a las autoridades
BIENES seccionales en sus respectivas
NACIONALES jurisdicciones (artículo 23 de la Ley).
DE USO
PÚBLICO
El dominio público aéreo.
El territorio nacional comprende, además
CLASIFICACIÓ del espacio continental, marítimo, insular
N DE LOS y submarino, el espacio suprayacente
continental, insular y marítimo, dentro de
BIENES los límites determinados por los tratados
vigentes (inciso primero del artículo 4 de
la Constitución). El inciso primero del
BIENES artículo 610 del Código civil declara de
NACIONALES dominio nacional este espacio aéreo
DE USO correspondiente al territorio del Estado,
PÚBLICO incluído en éste el mar territorial.
El artículo 3 del Código Aeronáutico (CA)
agrega que el Estado tiene y ejerce
CLASIFICACIÓ soberanía plena y exclusiva sobre el
N DE LOS espacio aéreo que cubre su territorio y
aguas jurisdiccionales.
BIENES
En el ejercicio de esta soberanía compete
al Estado la planificación, regulación y
BIENES control de la aeronavegación civil en el
NACIONALES territorio ecuatoriano (artículo 1 de la Ley
DE USO de Aviación Civil).
PÚBLICO
El dominio público sobre los recursos de la
biodiversidad.
BIENES
FISCALES
El patrimonio estatal forestal, de áreas naturales y vida
silvestre.
(…)
Si se trata de áreas de bosques
naturales pueden otorgarse adjudicaciones a
empresas madereras nacionales para su
CLASIFICACIÓ explotación como materias primas para su
N DE LOS industria, con la obligación de reforestarlas
BIENES (artículo 23 LFAN).
BIENES
FISCALES
El patrimonio cultural de propiedad estatal.
Por mandato del inciso primero del artículo 9 de
la Ley de Patrimonio Cultural (LPC) son
CLASIFICACIÓ patrimonio del Estado ecuatoriano, los bienes
N DE LOS arqueológicos que se encontraren en el suelo o
BIENES el subsuelo y en el fondo marino del territorio
ecuatoriano sean estos objetos de cerámica,
metal piedra, o cualquier otro material
perteneciente a las épocas prehispánicas y
colonial, incluyéndose restos humanos o de la
flora y de la fauna relacionados las mismas
BIENES épocas, sin importar el dominio de la superficie
FISCALES en que se encontraron deliberada o
casualmente. Los derechos relacionados con
este patrimonio, los ejerce el Estado a través del
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural.
En este artículo el concepto de
patrimonio del Estado se identifica con
CLASIFICACIÓ el de propiedad estatal o fiscal, es decir
N DE LOS del dominio privado del Estado, lo que
queda de manifiesto en el inciso segundo
BIENES del mismo artículo que comienza
precisando que se trata de un dominio
exclusivo por parte del Estado.
BIENES
FISCALES
Aeropuertos, helipuertos y
aeródromos.
CLASIFICACIÓ De conformidad con lo dispuesto por el
N DE LOS artículo 23, literal a) de la Ley de Aviación
Civil de 1974, los aeropuertos, helipuertos
BIENES y aeródromos abiertos al tránsito civil
forman parte del patrimonio de la
Dirección General de Aviación Civil que
es una entidad autónoma de derecho
BIENES público, con personería jurídica y fondos
FISCALES propios.
De propriedad.
LA
PROPIEDAD 1. f. Derecho o facultad de poseer alguien
algo y poder disponer de ello dentro de
los límites legales.
Enmiendas
(Las diez primeras enmiendas (Bill of
EVOLUCIÓN Rights) fueron ratificadas efectivamente el
15 de diciembre de 1791.)
DEL CONCEPTO
DE PROPIEDAD
* Fuente: https://www.archives.gov/espanol/constitucion
Enmienda V
Nadie estará obligado a responder de un delito
castigado con la pena capital o con otra
infamante si un gran jurado no lo denuncia o
LA acusa, a excepción de los casos que se
PROPIEDAD presenten en las fuerzas de mar o tierra o en la
milicia nacional cuando se encuentre en servicio
efectivo en tiempo de guerra o peligro público;
tampoco se pondrá a persona alguna dos veces
en peligro de perder la vida o algún miembro con
EVOLUCIÓN motivo del mismo delito; ni se le compelerá a
DEL CONCEPTO declarar contra sí misma en ningún juicio
criminal; ni se le privará de la vida, la libertad o la
DE PROPIEDAD propiedad sin el debido proceso legal; ni se
ocupará la propiedad privada para uso público
sin una justa indemnización.
Enmienda XIV
(9 de julio de 1868)
LA Artículo 17.
PROPIEDAD
1. Toda persona tiene derecho a la
propiedad, individual y colectivamente.
2. Nadie será privado arbitrariamente de
EVOLUCIÓN su propiedad.
DEL CONCEPTO
DE PROPIEDAD
Constitución de la República del Ecuador
(1998)
TITULO III
LA DE LOS DERECHOS, GARANTIAS Y
PROPIEDAD DEBERES
(…) Capítulo 2
De los derechos civiles
Art. 23.- Sin perjuicio de los derechos
establecidos en esta Constitución y en los
EVOLUCIÓN instrumentos internacionales vigentes, el Estado
DEL CONCEPTO reconocerá y garantizará a las personas los
siguientes:
DE PROPIEDAD
(…) 23. El derecho a la propiedad, en los
términos que señala la ley (…).
Constitución de la República del Ecuador (1998)
TITULO III
DE LOS DERECHOS, GARANTIAS Y DEBERES
LA (…) Capítulo 4
PROPIEDAD De los derechos económicos, sociales y
culturales
Sección primera
De la propiedad
Art. 30.- La propiedad, en cualquiera de sus formas
y mientras cumpla su función social, constituye un
EVOLUCIÓN derecho que el Estado reconocerá y garantizará para
DEL CONCEPTO la organización de la economía.
Deberá procurar el incremento y la redistribución del
DE PROPIEDAD ingreso, y permitir el acceso de la población a
los beneficios de la riqueza y el desarrollo.
Se reconocerá y garantizará la propiedad intelectual,
en los términos previstos en la ley y de conformidad
con los convenios y tratados vigentes.
Constitución de la República del Ecuador
(2008)
TITULO II
LA DERECHOS
PROPIEDAD (…) Capítulo sexto
Derechos de libertad
TITULO VI
LA REGIMEN DE DESARROLLO
PROPIEDAD (…) Capítulo sexto
Trabajo y producción
(…) Sección segunda
Tipos de propiedad
CARACTERES
DEL DOMINIO
No obstante, la plenitud de esta facultad
de inacción, que para algunos podría
suponer la frustración del destino
LA económico de los bienes, hoy en día
PROPIEDAD resulta discutible en presencia de
legislaciones que contemplan la extinción
de ciertas formas de dominio ocioso,
como acontece con las leyes de reforma
agraria, respecto de los predios agrícolas
CARACTERES inexplotados o insuficientemente
DEL DOMINIO explotados. Vale decir, entonces, que la
perpetuidad viene a ser un elemento
prescindible y por ello puede admitir
excepciones en la práctica.
La abstracción
Ciertamente la suma del valor del dominio
se mide por las facultades que otorga a
LA su titular, sin embargo, su existencia
PROPIEDAD como derecho es independiente de esas
facultades y puede subsistir aún en el
caso de que falten una o más de ellas.
este carácter hace posible que una o más
facultades dominicales concretas, el goce
CARACTERES o el uso de la cosa, por ejemplo, puedan
DEL DOMINIO desprenderse del ámbito señorial del
propietario para dar lugar a un derecho
real distinto y dependiente, como el
usufructo o el derecho de uso, en
beneficio de otra persona.
La elasticidad
Con lo que acabamos de exponer se
evidencia, además, que el derecho de
LA propiedad tiene la virtud de reducirse,
PROPIEDAD cuando se constituye en favor de un
tercero un derecho real que le resta
algunas de sus facultades, como ocurre
con el usufructo, y de recuperar luego
toda su plenitud cuando deja de concurrir
CARACTERES ese derecho real. (Alessandri y
DEL DOMINIO Somarriva). Se dice que el dominio tiene
una fuerza atractiva, que atrae y contiene
necesariamente cuantas facultades
dominicales no estén en poder de
persona distinta de su titular .
Como vimos en el Art. 599 del CC se
indica una definición de dominio. Tal
concepto legal recoge la fórmula romana
LA clásica que concentra en el dominio
PROPIEDAD aquella plenitud de facultades a las que
aludimos con sus caracteres, y que se
expresa en el poder de usar, gozar y
disponer de la cosa. Aunque en el
artículo no se mencione expresamente,
FACULTADES existe la facultad del propietario de usar,
DEL DOMINIO dentro de la de gozar la cosa.
Esta noción, dicen los autores, fue la
dominante hasta finales del siglo XIX, y
buena parte del siglo XX, pues se
LA encuentra en la Ley de las Siete Partidas
PROPIEDAD hasta el Código Civil francés, por el cual
fue transmitido a los códigos del siglo
XIX. Luego, algunos códigos suavizaron
sus potestades absolutas, pero sin afectar
en lo medular el sistema clásico, es el
FACULTADES caso de Ecuador.
DEL DOMINIO
Podríamos agruparlas en dos tipos de
actos:
a) Actos relacionados con el aspecto
LA material de la propiedad, también
PROPIEDAD llamados actos de goce y de disposición
material; o sea, aquellos que puede
realizar el propietario para obtener las
ventajas económicas materiales de la
cosa: usarla, gozar de sus frutos y
FACULTADES disponer materialmente de ella.
DEL DOMINIO
b) Actos jurídicos mediante los cuales se
persigue la utilidad civil de la cosa; es
decir, la facultad de ejercer actos jurídicos
LA sobre su bien, para aprovecharse de su
PROPIEDAD valor pecuniario, pues la propiedad es el
único derecho que concede la vocación a
la totalidad de ese valor.
FACULTADES
DEL DOMINIO
La facultad de usar la cosa (ius utendi)
El propietario tiene, en primer lugar, la
potestad para dedicar la cosa a la
LA realización del destino que le es propio.
PROPIEDAD En este sentido, puede habitar su casa,
transportarse en su automóvil, o consultar
los libros de su biblioteca. Pero nada
impide, dada la plenitud de este derecho,
que dé a la cosa un uso distinto de aquel
FACULTADES que corresponde a su naturaleza, porque
DEL DOMINIO estando facultado para lo más, como es
el disponer de ella, puede lo menos,
como el destinar un vehículo como local
para expendio de bebidas, o la biblioteca
para una cafetería.
La facultad de uso no se extiende hasta el
aprovechamiento de los frutos de la cosa,
cuestión que ciertamente carece de
LA importancia cuando se analiza el derecho
PROPIEDAD de uso del propietario, porque a este
también le corresponde el derecho a los
frutos, de donde puede pasear por su
finca (uso) de la misma manera que
recoger los frutos de los árboles que
FACULTADES encuentra a su paso (disfrute).
DEL DOMINIO
Pero la cuestión adquiere indudable
relieve cuando el propietario está
desprovisto de la facultad de percibir los
LA frutos, porque ahora este derecho
PROPIEDAD corresponde a un tercero (usufructo).
Entonces, ahora sí, resulta imprescindible
marcar la diferencia entre ambas
facultades para delimitar los poderes de
sus respectivos titulares.
FACULTADES
DEL DOMINIO
La facultad de disfrutar la cosa (ius
fruendi)
El concepto de disfrute (o goce) de una
LA cosa tiene en el derecho una estricta
PROPIEDAD correspondencia con su sentido
etimológico, es decir, se refiere
específicamente al aprovechamiento de
los frutos naturales y civiles que la cosa
produce. Según el Art. 661 son frutos
FACULTADES naturales los que da la naturaleza,
DEL DOMINIO ayudada o no de la industria humana,
como los vegetales que produce la tierra
o la lana de los animales (Art. 662).
Frutos civiles, en cambio, son los precios,
pensiones o cánones de arrendamiento, y
los intereses de los capitales exigibles, o
LA impuestos a fondo perdido (Art. 663); en
PROPIEDAD otras palabras, lo que el dueño de la cosa
percibe de un tercero a cambio de su uso.
Corresponde al propietario el goce de los
frutos civiles y naturales de una cosa, a
menos que por un acto suyo o por las
FACULTADES otras causas que contempla la ley (Art.
DEL DOMINIO 780), este derecho, denominado
usufructo (Art. 778), se le haya conferido
a otra persona, en cuyo caso se dice que
el propietario conserva solamente la nuda
propiedad.
La facultad de disposición material (ius
abutendi)
La última y más radical de las facultades
LA materiales que el dominio confiere al
PROPIEDAD propietario es la de disponer o abusar de
la cosa, lo que comprende la potestad
para destruirla, transformarla o
degradarla*. Se trata de una prerrogativa
bastante cuestionada y, de hecho,
FACULTADES generalmente restringida por una serie de
DEL DOMINIO consideraciones de innegable contenido
social.
* Alessandri y Somarriva
Así, por ejemplo, la necesidad de
asegurar el normal abastecimiento de
ciertos productos alimenticios básicos,
LA impide que el propietario los destruya o
PROPIEDAD degrade. Tampoco puede destruir
bosques o dar a este tipo de suelos un
uso distinto. No puede tampoco destruir,
deteriorar, alterar o sacar bienes del
patrimonio cultural.
FACULTADES Más adelante veremos esto.
DEL DOMINIO
La facultad de disposición jurídica
El propietario también puede disponer de
la cosa en un sentido puramente jurídico,
LA sin atentar contra su integridad material,
PROPIEDAD mediante la celebración de actos jurídicos
que transfieren su dominio o que
constituyen sobre ella otros derechos
reales a favor de terceros (usufructo,
servidumbre, hipoteca, etc.). Sin
FACULTADES embargo, en algunos casos
DEL DOMINIO excepcionales esta facultad enajenatoria
puede encontrarse reducida por
disposición de la ley, por decisión judicial
o por la propia voluntad del propietario.
Así, por ejemplo, la ley prohíbe al
propietario la enajenación de un bien
incorporado al patrimonio cultural de la
LA nación. La enajenación de bienes con
PROPIEDAD préstamos hipotecarios de la seguridad
social, o las prohibiciones de enajenar
impuestas por patrimonio familiar.
La resolución judicial que decreta el
embargo de un bien o la prohibición de
FACULTADES enajenarlo es otra forma de limitación
DEL DOMINIO temporal de la facultad de disposición
jurídica de su propietario.
Finalmente, los mismos propietarios
pueden autolimitar su libertad dispositiva
en aquellos casos permitidos por las
LA leyes, como sucede con el patrimonio
PROPIEDAD familiar voluntario reglado por los
artículos 835 y siguientes del CC, en cuya
virtud los bienes que lo forman son
inalienables y no están sujetos a embargo
ni a gravamen real, excepto el de las
FACULTADES servidumbres preestablecidas y el de las
DEL DOMINIO que llegaren a ser forzosas y legales.
Lo que parece discutible para un sector
de la doctrina es la posibilidad de que
el propietario limite su facultad de
LA disposición jurídica mediante una
PROPIEDAD prohibición de enajenar voluntaria,
fuera de los casos autorizados por ley.
Algunos códigos prohíben
expresamente estas estipulaciones:
FACULTADES
DEL DOMINIO
Código Civil peruano
Improcedencia de prohibición de
enajenar o gravar
LA Artículo 882º.- No se puede establecer
PROPIEDAD contractualmente la prohibición de
enajenar o gravar, salvo que la ley lo
permita.
FACULTADES
DEL DOMINIO
Código Civil y Comercial de la Nación
Argentina
Artículo 1972. Cláusulas de inenajenabilidad
En los actos a título oneroso es nula la cláusula
LA de no transmitir a persona alguna el dominio de
PROPIEDAD una cosa determinada o de no constituir sobre
ella otros derechos reales. Estas cláusulas son
válidas si se refieren a persona o personas
determinadas.
En los actos a título gratuito todas las cláusulas
señaladas en el primer párrafo son válidas si su
FACULTADES plazo no excede de diez años.
DEL DOMINIO Si la convención no fija plazo, o establece un
plazo incierto o superior a diez años, se
considera celebrada por ese tiempo. Es
renovable de manera expresa por un lapso que
no exceda de diez años contados desde que se
estableció (…).
En Ecuador
A falta de una prohibición legal expresa al
respecto podríamos pensar que estas
LA cláusulas de inalienabilidad son posibles
PROPIEDAD en el sistema ecuatoriano, aunque dada
la naturaleza del derecho de propiedad
deberíamos pensar que deben ser
temporales y justificadas por un interés
legítimo, como ocurre tratándose de las
FACULTADES frecuentes prohibiciones que tienen por
DEL DOMINIO objeto asegurar el cumplimiento de una
obligación (como las normas que
anteceden).
Al derecho de dominio generalmente lo
encontramos con la relación de poder que
una persona tiene sobre una cosa. Esta
LA forma de ver al dominio es la más
PROPIEDAD frecuente: una persona es dueña de una
cosa. Sin embargo, el dominio puede
presentarse de otras formas, como la
relación de varias personas con una cosa,
MODALIDADES o como la relación de varias personas con
varias cosas, como cuando se forma una
O TIPOS DE sociedad, o como combinación de estas
DOMINIO modalidades.
Tenemos entonces que el dominio,
además del que podríamos llamar
dominio “típico”, “simple” o “no sujeto a
LA modalidades”, podría hallarse bajo las
PROPIEDAD modalidades de:
Comunidad
Sociedad
MODALIDADES Propiedad Horizontal
O TIPOS DE
DOMINIO
Comunidad o copropiedad
Esta es una modalidad de la propiedad en
la que varios sujetos son dueños de un
LA mismo objeto. Si varias personas son
PROPIEDAD dueñas de una sola cosa, como ocurre
cuando dos personas compran “a medias
una cosa”, significa que hay unidad o
singularidad de objeto y pluralidad de
MODALIDADES sujetos. En estos casos, existe también
igualdad de pretensiones jurídicas y
O TIPOS DE llamamiento simultáneo a ejercer el
DOMINIO dominio.
Por igualdad de pretensiones debemos
entender el hecho cierto de que todos y
cada uno de los distintos sujetos, que se
LA llaman condueños o comuneros tienen la
PROPIEDAD misma pretensión, la de dueño, todos
ellos sienten y piensan lo mismo respecto
de la cosa, es decir tienen la misma
pretensión jurídica. También existe
MODALIDADES “llamamiento simultáneo” de la Ley a
ejercer el dominio es decir al mismo
O TIPOS DE tiempo todos los sujetos están llamados a
DOMINIO ejercer el dominio no existe un orden en
el tiempo para ejercer como dueños.
La comunidad puede originarse en
distintos hechos o circunstancias. puede
originarse en la ley, en el testamento, en
LA el contrato o incluso fortuitamente. Si
PROPIEDAD nace de la ley se llama “comunidad legal”
y es el caso de la sociedad conyugal que
se origina en la disposición legal, según la
cual, por el hecho del matrimonio, los
MODALIDADES cónyuges son copropietarios, entre otros,
de los bienes que se adquieran durante el
O TIPOS DE estado de matrimonio o de los frutos de
DOMINIO los bienes propios de cada uno de ellos y
que se devenguen durante el matrimonio.
Puede originarse en el testamento y
entonces se llamará “comunidad
testamentaria” y ocurre cuando una
LA persona, al testar dispone, que un
PROPIEDAD determinado bien sea adquirido a su
muerte por dos o más personas. Puede
también originarse en el contrato o
convenio y se llamará “comunidad
MODALIDADES voluntaria”, como cuando dos o más
personas compran un bien en partes
O TIPOS DE iguales, o en proporciones determinadas,
DOMINIO un tercio cada una, un quinto cada una, o
un porcentaje o alícuota cada una.
La comunidad se administra, es decir, se
ejerce el dominio de la cosa en común,
por la voluntad y en la forma que
LA determine la mayoría de los comuneros o
PROPIEDAD copropietarios y a falta de ese acuerdo
será un juez quien disponga lo pertinente.
La ley concibe a esta modalidad de la
propiedad como un estado temporal de la
MODALIDADES propiedad y que está llamada a no durar
más del tiempo que los comuneros
O TIPOS DE quieran que exista. Por eso, salvo
DOMINIO acuerdo cuya duración no puede exceder
de 5 años, cualquiera de los condueños
puede pedir la partición de la cosa que
tiene en comunidad con otras personas.
Sociedad
Esta es una modalidad de la propiedad en
la que existen pluralidad de sujetos y
LA pluralidad de objetos. Si dos o más
PROPIEDAD personas ponen en común varias cosas,
cada uno su aporte, ciertamente que
existe pluralidad de sujetos y pluralidad
de objetos. Esta modalidad tiene origen
MODALIDADES únicamente contractual, es decir, solo se
origina en la voluntad de las personas.
O TIPOS DE respecto a la forma en que se ejerce el
DOMINIO dominio y se administra el conjunto de
aportes también se rige por la voluntad de
los socios, generalmente por medio de un
representante.
Siendo el objetivo de esta forma de
propiedad el obtener beneficios de la
unión de las cosas, los socios dejan de
LA ser dueños de los aportes que pasan a
PROPIEDAD pertenecer a la sociedad y aquellos pasan
a serlo de una porción del conjunto, ya
sean acciones, participaciones o aportes.
Existen muchas y muy variadas clases de
MODALIDADES sociedad, entre civiles y mercantiles,
sociedades anónimas, limitadas, en
O TIPOS DE comandita, en nombre colectivo, etc.
DOMINIO
Propiedad Horizontal
La propiedad horizontal es una modalidad
combinada en la que existen al mismo
LA tiempo, coexisten, la propiedad no sujeta
PROPIEDAD a modalidades como la copropiedad
comunidad; es decir, al mismo tiempo que
una persona es dueña exclusiva de una
cosa, es también, con otras personas,
MODALIDADES propietaria o con dueña de otra cosa.
O TIPOS DE
DOMINIO
Esta modalidad se presenta únicamente
en bienes inmuebles cuyas distintas
partes puedan tener un acceso
LA independiente a la vía pública, así, un
PROPIEDAD edificio destinado a contener varias
viviendas, puede someterse a esta
modalidad de la propiedad, de modo tal
que cada una de las personas al tiempo
MODALIDADES que es dueño exclusivo (propiedad
simple) departamento, es también y al
O TIPOS DE mismo tiempo copropietaria con los
DOMINIO demás dueños de departamentos del
terreno en que se levanta el edificio, el
techo, sus entradas, escaleras, etc. (lo
que la ley llama bienes comunes).
Esta modalidad de propiedad se rige por
leyes especiales, normas reglamentarias
y ordenanzas. Para terminar con esta
LA modalidad es necesario precisar que solo
PROPIEDAD se origina en la voluntad del dueño del
inmueble y nunca en la ley ni en el
testamento ni casual o fortuitamente y
debe cumplir algunos requisitos.
MODALIDADES
O TIPOS DE
DOMINIO
Desde antiguo y con independencia de la
concepción filosófico-jurídica que haya
inspirado su tratamiento en cada época y
LA lugar, y con mucha mayor razón en los
PROPIEDAD tiempos modernos, el dominio ha estado
sometido, con diferentes grados de
intensidad y extensión, a ciertas restricciones
que concretan aquella verdad recordada por
Josserand en el sentido de que todas las
LIMITACIONES facultades jurídicas, por la razón de que se
A LA realizan en un medio social, comportan
fatalmente límites, se encuentran
PROPIEDAD comprimidas en nombre de situaciones, de
aspiraciones igualmente respetables que
reivindican su parte legítima y que deben
obtenerla.
En ocasiones esas restricciones se dirigen a
compatibilizar su ejercicio con el de otros
derechos de propiedad, de tal manera que
LA pueda darse un mejor aprovechamiento de
PROPIEDAD cada uno y, con ello, concretarse finalmente
el interés general de la colectividad. Es el
caso de las limitaciones que vienen
impuestas por el derecho ajeno, a las que
alude el artículo 599 del Código Civil, en
LIMITACIONES virtud del aforismo según el cual el derecho
A LA propio termina donde comienza el derecho
de los demás. También, como consecuencia
PROPIEDAD de lo anterior, las que resultan de las
relaciones de vecindad.
Otras restricciones tienen su fundamento
inmediato en los intereses generales de la
sociedad y se vinculan sin duda alguna con
LA la función social de la propiedad, como
PROPIEDAD aquella restricción que obedece al ejercicio
abusivo del derecho, y que este carácter
general, porque puede afectar a todas las
facultades dominicales. Se trata de una
materia de enorme importancia teórica y
LIMITACIONES práctica, con gran desarrollo doctrinario y
A LA jurisprudencial en el derecho comparado.
PROPIEDAD
Otras son más particulares, entre las que
merecen señalarse las relacionadas con
las necesidades de la planificación
LA urbana, las relativas a la propiedad
PROPIEDAD agraria, la preservación del medio
ambiente, la protección de los recursos
forestales, la conservación del patrimonio
cultural, las necesidades de la defensa
LIMITACIONES nacional y la seguridad del tráfico aéreo.
A LA
PROPIEDAD
Existen además restricciones
convencionales, voluntariamente
pactadas por el propietario de un bien,
LA como ocurre con las “cláusulas de
PROPIEDAD inalienabilidad” o “prohibiciones
voluntarias de enajenar”, las cuales ya
hemos dejado mencionadas.
LIMITACIONES
A LA
PROPIEDAD
EL DERECHO
DE
USUFRUCTO
De conformidad al artículo 778 del Código
Civil, “El derecho de usufructo es un
derecho real que consiste en la facultad
EL de gozar de una cosa con cargo de
USUFRUCTO conservar su forma y substancia, y de
restituirla a su dueño, si la cosa no es
fungible; o con cargo de volver igual
cantidad y calidad del mismo género, o de
pagar su valor, si la cosa es fungible”.
CONCEPTO
a) Es un derecho real, específicamente un
derecho real de goce (a diferencia de otros
derechos reales, llamados “de garantía”, como la
hipoteca y la prenda). Siendo el usufructuario
EL propietario de su derecho real, podrá intentar la
USUFRUCTO acción reivindicatoria y las acciones posesorias,
si el usufructo recae sobre inmueble. En el
usufructo coexisten dos derechos reales: el del
nudo propietario, titular del derecho real de
dominio, y el del usufructuario, que tiene un
derecho de uso y goce. En este aspecto, el
CARACTERÍSTI usufructo se distingue del fideicomiso, en el cual
CAS sólo existe un derecho, radicado primero en el
fiduciario y luego en el fideicomisario. El derecho
real de usufructo puede ser mueble o inmueble,
según lo sea el bien sobre que recaiga (artículo
597).
b) Es un derecho real principal, en lo que
se diferencia de la prenda y de la
hipoteca, que son derechos reales
EL accesorios, que sirven para asegurar el
USUFRUCTO cumplimiento de una obligación principal.
Con todo, no es un derecho autónomo,
pues necesita la existencia simultánea del
derecho de dominio en otro titular.
CARACTERÍSTI
CAS
c) El usufructuario es mero tenedor de la
cosa dada en usufructo, ya que reconoce
el derecho del nudo propietario; en
EL cambio, tiene la propiedad y la posesión
USUFRUCTO de su derecho real de usufructo.
CARACTERÍSTI
CAS
d) El usufructo es temporal, limitado en el
tiempo (artículo 779, inciso 2º). Su
duración la fija generalmente un plazo;
EL puede ser también una condición y en
USUFRUCTO todo caso dura a lo más por toda la vida
del usufructuario.
CARACTERÍSTI
CAS
e) El usufructo es un derecho
intransmisible, no se transmite por causa
de muerte (artículo 787); pero sí puede
EL enajenarse, aunque bajo ciertas
USUFRUCTO condiciones (es transferible, en la medida
que el constituyente no haya prohibido la
enajenación, conforme lo establece el
artículo 807).
CARACTERÍSTI
CAS
f) El usufructo debe recaer sobre una
cosa que no pertenezca al usufructuario:
artículo 747 numeral 2.
EL
USUFRUCTO
“Art. 747.- El dominio puede ser limitado:
1o.- Por haber de pasar a otra persona, en virtud
de una condición;
2o.- Por el gravamen de un usufructo, uso o
habitación, a que una persona tenga derecho en
CARACTERÍSTI las cosas que pertenecen a otra;
CAS 3o.- Por la constitución del patrimonio familiar; y,
4o.- Por las servidumbres”.
a) Bien susceptible de usufructo
ELEMENTOS (…)
(…)
Cabe señalar que el artículo 782 impide
constituir un usufructo bajo una condición o plazo
que suspenda su ejercicio, por la posibilidad de
EL encubrir tal situación usufructos sucesivos, ya
USUFRUCTO que pendiente la condición, podría usufructuar la
cosa un tercero, restituyendo el usufructo al
cumplirse la aludida condición. Si de hecho se
constituye un usufructo en la forma descrita, no
tendrá valor alguno. Con todo, el inciso 2º del
artículo 782 advierte que si el usufructo se
ELEMENTOS hubiere constituido por testamento, y al momento
de fallecer el testador la condición se había
cumplido o el plazo hubiere expirado, valdrá el
usufructo (esta disposición se relaciona con los
artículos 1100 y 1110, en el ámbito de las
asignaciones por causa de muerte).
Las fuentes del usufructo son la ley, la voluntad
del propietario, la prescripción y la sentencia
judicial.
a) La ley.
EL El artículo 824 se refiere a tres usufructos
USUFRUCTO legales, o derechos legales de goce:
• El usufructo legal de los padres conjuntamente
(o de aquel a quien se le haya confiado su
cuidado) sobre ciertos bienes del hijo que está
bajo patria potestad. El artículo 285 establece
qué bienes del hijo quedan excluidos del
CONSTITUCIÓN derecho legal de goce del padre o madre que
O FUENTES ejerza la patria potestad;
• El usufructo legal de la sociedad conyugal
sobre los bienes de los cónyuges.
• El caso de la donación revocable o del legado,
cuando la cosa se entregó en vida del donante
o testador (artículo 1167).
Algunos agregan el caso de los
poseedores provisionales de los bienes
del desaparecido, conforme al artículo 89.
EL Con todo, otros han señalado que los
USUFRUCTO poseedores provisionales no tendrían un
usufructo, sino la propiedad sujeta a
condición resolutoria.
CONSTITUCIÓN
O FUENTES
b) Por voluntad del propietario.
Puede constituirse voluntariamente el
usufructo por testamento o por acto entre
EL vivos. Si se constituye por testamento, se
USUFRUCTO someterá el usufructo a las formalidades
del testamento. Si se constituye por acto
entre vivos, la formalidad depende de la
naturaleza de la cosa fructuaria: si recae
sobre muebles, es consensual; si recae
CONSTITUCIÓN sobre inmuebles, es necesario
O FUENTES instrumento público inscrito (artículo 781).
Se ha discutido el rol de la inscripción en
este caso.
Se sostiene por algunos que desempeña el
doble papel de solemnidad del acto
constitutivo y de tradición del derecho real de
EL usufructo; para otros, sólo desempeña esta
USUFRUCTO última función, quedando perfecto el acto
constitutivo, con el sólo perfeccionamiento
del instrumento público y sin que haya un
plazo para proceder a la inscripción (en tal
posición, Claro Solar: “La inscripción no es
una solemnidad del acto de constitución del
CONSTITUCIÓN usufructo que queda perfecto con el
O FUENTES otorgamiento de la escritura pública (…) pero
es necesario además que se realice el modo
de adquirir, esto es, la tradición del derecho
que se constituye, sin la cual el usufructuario
no puede llegar a ser propietario de su
derecho de usufructo.”
Lo mismo piensa Rozas Vial: “Si se
considera que la inscripción es una
solemnidad del acto constitutivo del usufructo
EL sobre inmuebles su omisión acarrearía la
USUFRUCTO nulidad absoluta del acto constitutivo, pero
¿en qué momento? No hay duda que la
inscripción hay que hacerla después de
otorgada la escritura pública, pero ¿cuándo?
Si el que debe practicar la inscripción se
demora en hacerlo, estaría ratificando un
CONSTITUCIÓN acto nulo absolutamente. Todo ello nos
O FUENTES parece ilógico. Creemos que del contrato
otorgado por escritura pública nace el
derecho personal para exigir la inscripción de
la que nacerá el derecho real de usufructo.”
La inscripción, en todo caso, debe efectuarse
en el Registro de la Propiedad donde esté
ubicado el inmueble (Art. 702 del Código
EL Civil).
USUFRUCTO
Si el usufructo se constituye por testamento,
y recae sobre inmuebles, no es necesaria su
inscripción, tanto porque ella se exige para el
usufructo constituido por acto entre vivos,
como porque en este caso, la adquisición del
CONSTITUCIÓN derecho real de usufructo se efectuaría por
O FUENTES sucesión por causa de muerte. En la
práctica, sin embargo, se inscribe.
c) Por prescripción.
Esta posibilidad, contemplada expresamente
en el artículo 780 N° 4, no es muy frecuente,
EL ya que lo usual es que quién posee una
USUFRUCTO cosa, lo haga con ánimo de señor y dueño
sobre el bien en su integridad. Sin embargo,
podría tener aplicación cuando se constituye
el usufructo sobre una cosa ajena, o cuando
el título de constitución es nulo. Las reglas y
plazos para adquirir el usufructo por
CONSTITUCIÓN prescripción, son las del dominio (artículo
O FUENTES 2412 del Código Civil).
d) Por sentencia judicial.
CONSTITUCIÓN
O FUENTES
El usufructo produce derechos y
obligaciones tanto para el usufructuario
(los más importantes), como para el nudo
EL propietario.
USUFRUCTO
a) Derechos del usufructuario.
a.1) Derecho a usar la cosa fructuaria.
EFECTOS DEL
USUFRUCTO
b) Obligaciones del usufructuario.
(…)
Determinar cuál o cuales características de la
cosa debe respetar el usufructuario y qué
cambios en ella pueden ser aceptables,
EL implica estudiar cada caso, con la constante
USUFRUCTO de que es deber del usufructuario respetar el
“ser esencial” de la cosa. Para examinar y
juzgar la conducta del usufructuario, habrá
que considerar también las posibilidades que
tuvo de consultar al nudo propietario, la
magnitud de las facultades que le otorgó el
EFECTOS DEL título, etc. El Código Civil, en todo caso,
USUFRUCTO admite un criterio flexible, al aludir en el
artículo 778 a la “forma y substancia”, en el
artículo 797 a “conservarlos en su ser” y en
el artículo 801 a “su naturaleza y destino”.
b.3.2 Pagar las expensas y las mejoras
que se requieran, para la conservación de
la cosa.
EL
USUFRUCTO El usufructuario está obligado al pago:
(….)
(…)
• De los impuestos periódicos fiscales y
municipales, que graven la cosa
EL fructuaria, en cualquier tiempo que se
USUFRUCTO hayan establecidos (artículo 810). Por
ende, si fuera un impuesto
“extraordinario” y no periódico, no sería
de cargo del usufructuario;
• De las deudas hereditarias y
EFECTOS DEL testamentarias, en la proporción que
USUFRUCTO establece el artículo 1384 y demás
normas de la sucesión por causa de
muerte, si el usufructo se hubiere
constituido por testamento.
b.4 Obligaciones del usufructuario, una vez
extinguido el usufructo.
EFECTOS DEL
USUFRUCTO
c.3) Derecho a indemnización por pérdida o
deterioro de la cosa fructuaria.
El usufructuario deberá indemnizar al
EL propietario, por aquellos daños causados en
USUFRUCTO la cosa fructuaria, que provengan de su dolo
o culpa (artículo 801). En el mismo sentido,
si los animales dados en usufructo mueren o
sufren daños imputables a hecho o culpa del
usufructuario, deberá indemnizar al
propietario (artículo 802); por su parte, el
EFECTOS DEL artículo 816 advierte que el usufructuario es
USUFRUCTO responsable no sólo de sus propios hechos u
omisiones, sino de los hechos ajenos a que
su negligencia haya dado lugar (aplicación
de las reglas de la responsabilidad
extracontractual).
c.4) Derecho a percibir intereses, por
dineros ocupados en ciertas inversiones.
(…)
Según estudiaremos en Obligaciones, se
ha planteado si la enumeración del
artículo 1491 es taxativa o si por el
EL contrario, la regla debe hacerse extensiva
USUFRUCTO a otros derechos reales, como los de
usufructo, uso o habitación, no
mencionados en la disposición. La
enumeración sería taxativa, atendido el
carácter excepcional del artículo 1507,
EXTINCIÓN DEL norma que deroga en favor de los
USUFRUCTO terceros de buena fe el principio general
de la retroactividad de la condición
resolutoria cumplida. (…)
Como disposición excepcional, debe
interpretarse restrictivamente. Para los
gravámenes no mencionados en el
EL artículo 1507 regiría entonces el principio
USUFRUCTO general: los usufructos y el derecho de
uso o de habitación siempre se
extinguirán por la resolución del derecho
de quien los constituyó, aunque los
titulares de tales derechos reales estén
EXTINCIÓN DEL de buena fe.
USUFRUCTO
d) Por consolidación del usufructo con la
nuda propiedad; art. 820.
(…)
Otros niegan la aplicación de la prescripción
extintiva; la acción por la que se reclama un
derecho sólo se extingue por la prescripción
EL adquisitiva del mismo derecho (art. 2417).
USUFRUCTO Además, como en el esquema del código el
usufructuario tiene el derecho de dominio
sobre su usufructo, debe aplicársele la regla
correspondiente y por lo tanto el usufructo no
se extinguiría, puesto que el dominio no se
extingue por la sola circunstancia de no
EXTINCIÓN DEL ejercerlo (Alessandri).
USUFRUCTO
f) Por renuncia del usufructuario (artículo
806).
EXTINCIÓN DEL
USUFRUCTO
g) Por destrucción completa de la cosa
fructuaria (artículos 821 y 822).
DEFINICIÓN
Los términos del Código Civil dan a
entender que estamos ante dos derechos
(artículo 833). En estricto rigor, sin
EL DERECHO embargo, estamos ante un solo derecho,
DE USO el derecho real de uso, que al recaer
sobre una casa, toma el nombre de
derecho de habitación. Ello no significa
que el derecho de uso no pueda recaer
en un inmueble, un predio agrícola, por
ejemplo, sin considerar el habitar la casa
DEFINICIÓN que en él pueda encontrarse.
a) Es un derecho personalísimo.
• Al habitador;
• Al usuario, si el uso se constituye
CARACTERÍSTI sobre cosas que deban restituirse en
CAS especie.
e) Básicamente, el uso o la habitación se
limitan a las necesidades personales del
usuario o habitador.
EL DERECHO
DE USO Dentro de tales necesidades personales,
se comprenden las de la respectiva
familia (artículo 829). En todo caso, la
extensión del derecho se determinará, en
primer lugar, por el título que lo constituyó
CARACTERÍSTI (artículo 828).
CAS
f) El usuario o habitador deben ejercitar
su derecho con la moderación y cuidado
de un buen padre de familia (artículo
EL DERECHO 832).
DE USO
CARACTERÍSTI
CAS
LAS
SERVIDUMB
RES
La justificación clásica del derecho de
dominio se instala en la conveniencia de
que el propietario pueda poner en acción
SERVIDUMB su amplio espectro de potestades para
RES obtener los provechos esperados según
la naturaleza y aptitud económica del bien
objeto de su derecho. Visto así es
comprensible que la propiedad de una
hacienda, por ejemplo, tenga auténtico
sentido económico-jurídico, en la medida
FUNDAMENTO que su dueño pueda cultivarla, extraer la
madera de sus bosques, criar ganado,
etc., para lo cual necesita disponer de
accesos adecuados, cerramientos, agua
para riego, etc.
Si por cualquier causa ese ejercicio útil se
hace imposible o altamente dificultoso, el
derecho de propiedad se debilita, pierde
SERVIDUMB alguna medida de su razón de ser. La
RES posesión de la hacienda deviene inútil si
carece de agua, o si el propietario no puede
ingresar ni sacar sus productos, porque no
tiene acceso directo a un camino público. No
debe extrañar entonces que en casos como
el propuesto la ley concurra en auxilio de ese
FUNDAMENTO derecho que se encuentra disminuido para
compensar sus desventajas y carencias
mediante un mecanismo jurídico que le
proporcione las facilidades indispensables
para su adecuado aprovechamiento.
Con buen criterio la jurisprudencia más
reciente ha conectado esta cuestión con
el dogma constitucional de la función
SERVIDUMB social de la pro piedad que siendo las
RES más de las veces un argumento restrictivo
del derecho de dominio puede y debe ser
también un recurso que lo fortalezca en
las circunstancias negativas que se han
venido exponiendo.
FUNDAMENTO
En este sentido la sentencia de 22 de
septiembre de 2009 de la Corte Nacional
de Justicia consideró que “el
SERVIDUMB cumplimiento del mandato constitucional
RES impuesto a la propiedad privada impone
que el marco jurídico preste aquellas
facilidades necesarias para que el
propietario de un predio rústico lo pueda
explotar eficientemente y de esta manera
cumpla con su función social, lo que sería
FUNDAMENTO imposible o al menos muy difícil si tal
predio está privado de comunicación con
un camino público.
CARACTERÍSTI
CAS
b) Para el predio dominante, es decir en
cuanto servidumbre activa:
CARACTERÍSTI
CAS
b.4) Es un derecho perpetuo: en el
sentido que subsiste mientras
objetivamente existan los predios a que
SERVIDUMB se refiere y la necesidad o justificación del
RES gravamen. Sin embargo, debe tenerse
presente que no hay impedimento para
que se establezcan por las partes con
duración limitada (artículo 929 N° 2) y que
pueden extinguirse por el no uso (artículo
CARACTERÍSTI 929, número 5).
CAS
b.5) Es un derecho indivisible: la
servidumbre no puede adquirirse,
ejercerse o extinguirse parcialmente; se
tiene o no se tiene (arts. 865, 866 y 930).
a) Según su origen (artículo 870): pueden
ser naturales, legales y voluntarias.
BASE DE
CLASIFICACIÓN
Libre descenso o circulación natural
de las aguas
SERVIDUMBRES
NATURALES
Servidumbres legales
CONCEPTO
Nuestro Código no define este patrimonio
familiar, pero en su artículo 835 contiene
los elementos más importantes para
PATRIMONIO avanzar un concepto:
FAMILIAR
“El marido, la mujer o ambos
conjuntamente, si son mayores de edad,
tienen derecho a constituir, con bienes
raíces de su exclusiva propiedad, un
patrimonio para sí y en beneficio de sus
CONCEPTO descendientes, quedando aquellos
bienes excluidos del régimen ordinario de
la sociedad conyugal y de toda
acción de los acreedores”.
A estos elementos hay que agregar los
expresados en el inciso segundo
del artículo 836, que permite instituir
PATRIMONIO patrimonio familiar sobre bienes propios
FAMILIAR de cualquiera de los cónyuges; y en el
artículo 837, que lo extiende a las
personas no casadas, viudo, divorciado o
célibe que también pueden constituirlo en
beneficio suyo o de sus hijos.
CONCEPTO
Puede decirse entonces, con las reservas
del caso, que el patrimonio familiar es un
patrimonio inalienable e inembargable,
PATRIMONIO constituido por el marido o la mujer, por
FAMILIAR ambos cónyuges conjuntamente, o por
una persona que no está casada, sobre
uno o más inmuebles propios o de la
sociedad conyugal, en beneficio del
constituyente y/o de sus descendientes,
conservando aquél, aunque ahora
CONCEPTO limitado, su derecho de dominio.
Esta institución se caracteriza por su
naturaleza inmobiliaria, contenido
eminentemente social, constituir una
PATRIMONIO limitación del dominio, tener una cuantía
FAMILIAR limitada, carácter temporal, y ser
inembargable y personalísimo.
PRINCIPALES
CARACTERES
1) El patrimonio familiar no es un
derecho real, pero otorga derechos de
esta naturaleza
PATRIMONIO Se ha sostenido que el patrimonio familiar
FAMILIAR es un derecho real porque su género
próximo es el de los derechos reales y,
dado su carácter inalienable, constituye
una limitación al dominio y confiere a sus
titulares facultades de uso y disfrute que
PRINCIPALES pueden defenderse frente a cualquier
CARACTERES persona.
Pero aunque efectivamente este instituto
constituye una Iimitación al dominio,
existen razones de peso para sostener
PATRIMONIO que esa no es la auténtica naturaleza del
FAMILIAR instituto, aunque confiere a sus
beneficiarios derechos reales de uso y
disfrute:
1. Antes que nada y por tipificación legal,
el patrimonio familiar es
PRINCIPALES fundamentalmente eso: un patrimonio
CARACTERES inmobiliario, es decir, uno o más raíces,
como lo declara categóricamente el
artículo 835 con el que tratamiento
normativo y en el que se señalan sus
elementos constitutivos.
2. El inciso segundo del artículo 595 no lo
menciona entre los derechos reales. Vale
decir que este argumento no es por sí
PATRIMONIO sólo concluyente, porque la enumeración
FAMILIAR de dicho precepto no es taxativa, en el
sentido que hemos mencionado antes, y
además porque los legisladores
nacionales no siempre son lo
suficientemente acuciosos en materia de
PRINCIPALES reformas legales, pero puede
CARACTERES considerarse un dato ilustrativo que
adquiere peso cuando se Io asocia con
los otros antecedentes que se esgrimen.
3. Es notoria la diferencia de tratamiento
que reserva el Código para referirse a las
limitaciones al dominio que efectivamente
PATRIMONIO constituyen derechos reales y al
FAMILIAR patrimonio familiar. Mientras que respecto
de este último insiste en la idea de bienes
incuestionablemente corporales a los
primeros los denomina francamente
derechos denotando su naturaleza de
PRINCIPALES derecho real (Título IX: Derecho de
CARACTERES usufructo; Título X: Derechos de uso y
habitación; y artículos 867, 878, 888, etc.:
derecho de servidumbre).
Por tanto, desde el punto de vista de los
bienes que lo conforman y de los
derechos comprendidos en su sistema,
PATRIMONIO observamos simplemente una masa
FAMILIAR patrimonial excluida del régimen general
de la responsabilidad civil, que consiste
en uno o más bienes corporales
inmuebles sobre los cuales coexisten dos
órdenes de derechos reales diferentes:
PRINCIPALES
CARACTERES
a) Uno, el de dominio que conservan los
instituyentes con limitaciones dispositivas
en virtud de una prohibición legal de
PATRIMONIO enajenar y gravar, como lo declaran los
FAMILIAR artículos 852 (patrimonio para sí) y 855,
inciso segundo (el acto constitutivo del
patrimonio familiar no significa
enajenación; y,
PRINCIPALES
CARACTERES
b) Otro, el de los beneficiarios, que
contiene las facultades de uso, habitación
y disfrute legales, de extensión limitada,
PATRIMONIO pues los comparten con el constituyente,
FAMILIAR sobre los bienes que integran el
patrimonio familiar (artículos 838 y 842,
inciso tercero). Así pues, este patrimonio
especial, lejos de ser él mismo un
derecho, es el objeto sobre el que se
PRINCIPALES ejercen los derechos reales indicados, de
CARACTERES manera similar a lo que ocurre con la
herencia, que es una masa patrimonial
sobre la que se ejerce el derecho real del
mismo nombre.
No obstante, es de toda evidencia que el
aspecto más notable de esta figura no
radica tanto en esos derechos cuanto en
PATRIMONIO su efecto elusivo en cuya virtud los bienes
FAMILIAR comprometidos escapan a la acción de
los acreedores. Así lo subrayó la Corte
Suprema en el fallo citado más arriba y en
cuya parte pertinente expresó:
PRINCIPALES
CARACTERES
“el legislador contemporáneo otorgó a los
cónyuges el derecho a constituir
voluntariamente un bastión en guarda de
PATRIMONIO la estabilidad económica familiar, que
FAMILIAR podía verse amenazada por acción de
acreedores de cualquier orden; después,
el legislador creó el patrimonio familiar
ipso iure para proteger los bienes
adquiridos fuera de la actividad
PRINCIPALES económica libre y más bien como
CARACTERES resultado de la acción social de
cooperativas, mutualistas y reforma
agraria”
Es por estas consideraciones de
protección, y no por un inexistente
carácter de derecho real, que el
PATRIMONIO patrimonio familiar se constituye como
FAMILIAR una limitación al dominio: y ello podría
explicar, en el método del Código, su
ubicación entre otras limitaciones que,
como el usufructo, uso, habitación y
servidumbres, estas sí, son además, iura
PRINCIPALES in re.
CARACTERES
2) Naturaleza inmobiliaria
Por expresa disposición del artículo 835,
reafirmada por las normas que lo siguen
PATRIMONIO en la regulación del instituto, el patrimonio
FAMILIAR familiar solamente puede constituirse con
bienes raíces.
3) Contenido social
El patrimonio familiar es, sin duda, un
PRINCIPALES instituto claramente inserto en el derecho
CARACTERES social que, por razones que no parecen
discutibles, como lo expresó la Corte
Suprema en el fallo recién citado, “se ha
incorporado en la estructura secular del
derecho civil”.
4) Es una limitación al dominio
El instituyente conserva la propiedad del bien
o bienes que conforman el patrimonio
PATRIMONIO familiar, pues el acto constitutivo no significa
FAMILIAR enajenación, sino tan sólo limitación del
dominio, como expresa el inciso segundo del
artículo 838. Por esta razón, el artículo 835
señala que, si bien los descendientes
pueden ser beneficiarios del patrimonio, el
marido, la mujer o ambos conjuntamente lo
PRINCIPALES constituyen para sí, toda vez que la
CARACTERES constitución no altera el régimen dominical.
CLASES
2) El patrimonio familiar obligatorio, legal o
constituido por el sólo ministerio de la ley
CONSTITUYENT
ES Y
BENEFICIARIOS
Si bien la situación no se encuadra
estrictamente en ninguno de los casos
anteriores, puesto que la ley no lo prohíbe
PATRIMONIO y la hipótesis se conforma a plenitud con
FAMILIAR las finalidades que persigue la institución,
también podrían constituir patrimonio
familiar sobre un bien poseído proindiviso,
los dos progenitores de un hijo aunque no
CONSTITUYENT sean marido y mujer ni convivan en unión
de hecho con eficacia legal.
ES Y
BENEFICIARIOS
b) Beneficiarios del patrimonio familiar
CONSTITUYENT
ES Y
BENEFICIARIOS
De conformidad con el artículo 861, para
la validez de la constitución del patrimonio
familiar se requiere:
PATRIMONIO
FAMILIAR 1. Autorización Judicial
Obviamente esta autorización no es
exigible en los casos de patrimonio
familiar obligatorio, que queda constituido
REQUISITOS por el sólo ministerio de la ley.
PARA SU
CONSTITUCIÓN
2. Escrituración y registro
La sentencia judicial constitutiva debe reducirse
a escritura pública e inscribirse en el Registro de
la Propiedad del cantón en que se encuentra
PATRIMONIO situado el inmueble. En los casos de patrimonio
FAMILIAR familiar obligatorio, se hace constar la
constitución legal en la misma escritura de mutuo
hipotecario.
La constitución del patrimonio familiar está
exenta del pago de impuestos de alcabala y del
REQUISITOS 50% de los derechos notariales y registrales
PARA SU (artículo 854).
La omisión de cualquiera de los requisitos
CONSTITUCIÓN establecidos en el Título XI, acarrea la nulidad de
la constitución. Así Io expresa el artículo 858: “el
patrimonio familiar que no se hubiere constituido
de acuerdo con las prescripciones de este título
no tendrá valor legal”.
Administración del patrimonio familiar
EXTINCIÓN
2. La terminación del matrimonio, siempre que
hubieren fallecido los beneficiarios; y por la
extensión del artículo 222, la terminación de la
unión de hecho legalmente establecida, como lo
PATRIMONIO declaró la Corte Suprema en sentencia de 21 de
FAMILIAR septiembre de 2006: “por mandato legal del
artículo 222 del Código Civil, la unión de hecho
se asimila al matrimonio, pero en lo relativo a su
extinción, aquella debe ser declarada
judicialmente, como ocurre en el presente caso
(... ) al no haber procreado hijos en común y en
EXTINCIÓN virtud de lo dispuesto en el artículo 851, numeral
segundo del Código Civil, antes señalado, no
procede mantener el patrimonio familiar en
beneficio exclusivo de uno de los
exconvivientes”.
3. El acuerdo de los cónyuges.
Esta causal opera siempre que no existan hijos o
nietos de uno o ambos cónyuges, con derecho a
ser beneficiario (artículo 851.3).
PATRIMONIO
FAMILIAR 4. La subrogación real.
La subrogación es una ficción legal en virtud de
la cual se considera que una persona
(subrogación personal) o una cosa (subrogación
real) ocupan el lugar que jurídicamente
corresponde a otra persona o cosa. En virtud de
EXTINCIÓN este mecanismo legal un inmueble constituido en
patrimonio familiar puede ser sustituido por otro,
y en este caso se constituye un nuevo patrimonio
familiar sobre el segundo inmueble (subrogante)
y extinguido el que afectaba al primero
(subrogado). (…)
(…) para que tenga lugar esta
subrogación se requiere autorización
judicial o notarial, a petición del
PATRIMONIO instituyente, procedimiento en el cual el
FAMILIAR funcionario que autoriza deberá valorar la
conveniencia de la subrogación para los
beneficiarios (artículo 851.4 cc, artículo
18.10 de la Ley Notarial y Disposición
reformatoria QUINTA.16 del COGEP).
EXTINCIÓN
Una variante de esta subrogación,
contemplada en el artículo 852, tiene lugar
en los casos de expropiación del inmueble
PATRIMONIO constituido en patrimonio familiar, por causa
FAMILIAR de necesidad y utilidad pública. En esta
eventualidad el total de la indemnización
expropiatoria subroga al inmueble
expropiado y en tal virtud se depositará en
un Banco para que, con la compra de otro
inmueble, siga constituido el patrimonio, lo
EXTINCIÓN que dará lugar a una nueva subrogación.
Entre tanto —agrega este precepto— los
beneficiarios percibirán los dividendos por
intereses en vez de los frutos a que antes
tenían derecho.
Una vez extinguido el patrimonio familiar
los bienes que lo formaban volverán al
pleno dominio del que lo constituyó o de
PATRIMONIO la sociedad conyugal, según el caso, o
FAMILIAR pasará a los herederos que tuvieren
derecho a ellos (artículo 857).
EXTINCIÓN
MODOS DE
ADQUIRIR
EL DOMINIO
Concepto de modo de adquirir. El
sistema nacional: la doctrina del título
MODOS DE y el modo
ADQUIRIR
Siguiendo la construcción tardía del
EL DOMINIO derecho romano, o por lo menos la
interpretación causalista de uno de los
modos más comunes de adquisición —la
traditio— el Código civil ecuatoriano,
como otros muchos, ha mantenido la
CONCEPTO distinción que llegó a ser clásica entre
modo de adquirir y título adquisitivo.
El primero es el hecho jurídico al que el
ordenamiento jurídico atribuye la aptitud
MODOS DE para hacer nacer el dominio en favor de
ADQUIRIR una persona. A veces el modo adquisitivo
consiste efectivamente en un simple
EL DOMINIO hecho del hombre o de la naturaleza
(hecho jurídico strictu sensu), como
ocurre en la ocupación de las cosas sin
dueño o en la accesión por efecto de
fuerzas naturales, o en la sucesión por
CONCEPTO causa de muerte.
En otras ocasiones el modo de adquirir
consiste en un negocio jurídico, una
MODOS DE convención, es decir, un acuerdo de
ADQUIRIR voluntades encaminado a producir la
transferencia del dominio, que es el caso
EL DOMINIO de la tradición, que desde un punto de
vista material, o factum constitutivo,
consiste en la entrega de la cosa.
CONCEPTO
Tratándose de este modo, la doctrina
clásica enseña que la entrega no es
MODOS DE suficiente, entre otras razones porque
ADQUIRIR puede obedecer a muy distintas causas
que no son precisamente la transferencia
EL DOMINIO del dominio (p. ej., entrega en préstamo,
en arrendamiento, en depósito, en
devolución de lo recibido en préstamo,
etc). Se exige entonces un antecedente
que explique y justifique que la entrega
CONCEPTO significa transferencia. Ese antecedente
es el título que por su idoneidad para
transferir el dominio recibe el nombre de
título translaticio o translativo de dominio
(artículo 691).
Este era precisamente el sistema romano,
tal como lo describe el profesor Álvaro
MODOS DE D'Ors: “La apropiación posesoria de la
ADQUIRIR traditio, como simple acto material, no
produce por sí misma la datio. Para que
EL DOMINIO se produzca este resultado adquisitivo es
necesario que la traditio se base en un
convenio anterior que justifique la datio,
una iusta causa”.
CONCEPTO
Un ejemplo muy claro del funcionamiento
de esta dualidad en nuestro sistema civil
MODOS DE tiene lugar en el contrato de compraventa
ADQUIRIR que no transfiere el dominio del bien, el
comprador no se hace dueño de la cosa
EL DOMINIO comprada; solamente adquiere un
derecho personal para exigir del vendedor
la entrega y transferencia del dominio; y
en mérito de este efecto obligacional el
contrato sirve como antecedente o título
CONCEPTO suficiente para que luego se produzca la
transferencia por efecto del modo de
adquirir, la tradición o entrega de la cosa
comprada, practicada por alguna de las
formas que contempla la ley.
Este fenómeno que se aprecia
claramente en la compraventa y
MODOS DE adquisición de inmuebles, donde la
ADQUIRIR tradición consiste en la inscripción del
título en el Registro de la Propiedad, no
EL DOMINIO se aprecia con la misma nitidez en la
compraventa de bienes muebles, sobre
todo de escaso valor, en los que
normalmente la entrega-tradición tiene
lugar simultáneamente con el contrato,
CONCEPTO generalmente consensual, o
inmediatamente de celebrado éste.
En la construcción del sistema el Código
de Bello optó por ajustarse al descrito
MODOS DE esquema romano y tomar distancia de su
ADQUIRIR modelo francés, en el cual los contratos
traslaticios, como la compraventa, son
EL DOMINIO contratos de efecto real en tanto
producen ellos mismos la traslación del
dominio.
CONCEPTO
El artículo 603 del Código civil enumera los
siguientes modos adquisitivos: la ocupación,
la accesión, la tradición, la sucesión por
MODOS DE causa de muerte y la prescripción. Esta
ADQUIRIR enumeración es numerus clausus, de
EL DOMINIO manera que no hay otros fuera de los allí
señalados. Así lo ha confirmado la ex Corte
Suprema que dijo sobre este punto: “Los
modos de adquirir el dominio son taxativos, y
no existen otros fuera de los señalados en el
CONCEPTO Art. 622 (actual artículo 603) del Código Civil
(...) Son, además, (...) notoria y
conceptualmente distintos entre sí, por ser
diversas o diferentes la naturaleza jurídica y
las causas, requisitos y consecuencias de
cada uno de ellos”.
Finalmente debe tenerse en cuenta que una
vez operado un modo de adquirir cualquiera,
no tienen cabida los demás, porque carece
MODOS DE de sentido imaginar siquiera la posibilidad de
ADQUIRIR ser propietario a más de un título, como lo
EL DOMINIO dejó en claro la sentencia de 19 de marzo de
1996 de la Corte Suprema: “el actor pretende
adquirir el dominio del 50% que pertenece al
demandado en el inmueble de propiedad de
ambos, sin reparar, acaso, en que el dominio
CONCEPTO sólo puede adquirirse mediante un modo:
ocupación, accesión, tradición, sucesión por
causa de muerte y prescripción”.
Clasificación de los modos de adquirir el
dominio
Los modos adquisitivos pueden clasificarse
MODOS DE desde diversos de vista, a saber:
ADQUIRIR a) Atendiendo a la existencia o no de una
EL DOMINIO relación de sucesión o continuidad con
respecto al anterior propietario
CLASIFICACIÓN
De esta clase son la ocupación (por la
que se adquiere el dominio de las cosas
MODOS DE que no pertenecen a nadie), la accesión
ADQUIRIR (el dueño de una cosa pasa a serlo de lo
que ella produce o de lo que se junta a
EL DOMINIO ella), y la prescripción (por la que se
adquiere el dominio de una cosa ajena
por haberla poseído un determinado
tiempo y concurriendo los demás
requisitos legales).
CLASIFICACIÓN
2. Son derivativos, en cambio, aquellos
modos en los que el dominio se adquiere
MODOS DE teniendo como antecedente precisamente
ADQUIRIR el dominio anterior sobre la misma cosa,
de manera que con propiedad puede
EL DOMINIO hablarse aquí de una sucesión dominical.
Es el caso de la tradición, que consiste en
la entrega real o ficta que el dueño de una
cosa hace a otro, y de la sucesión por
causa de muerte, mediante la que se
CLASIFICACIÓN adquiere el dominio de los bienes
transmisibles quedados al fallecimiento
de una persona.
Para Emilio Betti el criterio diferenciador
entre adquisición derivativa y originaria
MODOS DE debe buscarse en la “circunstancia que,
ADQUIRIR según la valoración del orden jurídico,
justifica propiamente la adquisición
EL DOMINIO misma. Si la adquisición está justificada
por una relación el adquirente con otra
persona legitimada, mediante la cual se
opera necesariamente, tiene carácter
derivativo. Si, por el contrario, la
CLASIFICACIÓN adquisición se justifica por una relación
inmediata con el objeto de cuya
adquisición se trata, sin depender de la
mediación de otra persona, tiene
entonces carácter originario”.
Esta distinción adquiere singular
trascendencia tratándose de la prueba del
derecho de dominio, pues si se invoca un
MODOS DE modo originario basta justificar los elementos
ADQUIRIR que lo constituyen (p. ej., la aprehensión de
EL DOMINIO un bien mueble abandonado por su
propietario), mientras que si se alega un
modo derivativo, como la tradición, no es
suficiente la prueba de haberlo recibido de
quien era su dueño o se tenía como tal, sino
CLASIFICACIÓN que debe justificarse, además, el dominio de
este antecesor, como consecuencia de la
regla nemo dare potest quod non habet
(nadie puede transferir un derecho que no
tiene), que el Código recogió en el artículo
698.
b) Desde otro punto de vista —la extensión
de su objeto— los modos de adquirir pueden
ser a título singular y a título universal
MODOS DE
ADQUIRIR 1. Son modos de adquirir a título singular
EL DOMINIO aquellos por los que se adquiere el dominio
de cosas singulares. La ocupación (con la
posible excepción del tesoro) y la accesión
son siempre modos adquisitivos de esta
clase.
CLASIFICACIÓN
2. Modos de adquirir a título universal son los
que operan la adquisición del dominio de
universalidades jurídicas. Es de esta clase la
MODOS DE sucesión por causa de muerte, y en ciertos
ADQUIRIR casos la tradición, cuando se trata de la
EL DOMINIO transferencia que hace el heredero de su
cuota en la herencia. También lo es la
prescripción por la que una persona adquiere
el derecho de herencia del que está en
posesión.
CLASIFICACIÓN
c) En relación con la necesidad o no de una
contraprestación parte del adquirente, se
clasifican en modos de adquirir a título oneroso y
MODOS DE a título gratuito
ADQUIRIR
EL DOMINIO 1. Son a título oneroso aquellos en los que la
adquisición impone al adquirente la necesidad de
una contraprestación. Al respecto el artículo
1456 señala que el contrato (o título, para
efectos de la adquisición del dominio) es oneroso
cuando tiene por objeto la utilidad de ambos
CLASIFICACIÓN contratantes, gravándose cada uno a beneficio
del otro. De esta manera, será a título oneroso la
tradición que tiene como antecedente un
contrato de compraventa en el cual ambas
partes, vendedor y comprador, se gravan u
obligan recíprocamente, o una permuta.
2. En los modos de adquirir a título gratuito,
por el contrario, no existe una
contraprestación, sea porque consisten en
MODOS DE un simple hecho de la naturaleza o del ser
ADQUIRIR humano, como la ocupación, la accesión y la
EL DOMINIO cesión por causa de muerte, o bien, porque
tienen como antecedente un negocio jurídico
lucrativo, que reporta utilidad sólo para una
de las partes (artículo 1456), como ocurre
con la tradición que obedece a una donación
CLASIFICACIÓN y con la sucesión por causa de muerte.
d) Por último, los modos de adquirir pueden
ser entre vivos o por causa de muerte
MODOS DE 1. Modos de adquirir entre vivos son aquellos
ADQUIRIR que están destinados a producir su efecto en
EL DOMINIO vida del adquirente. Es el caso de la
ocupación, la accesión, la tradición y la
prescripción.
2. Por causa de muerte o mortis causa es el
modo de adquirir que sólo produce su efecto
CLASIFICACIÓN como consecuencia del fallecimiento de una
persona. Únicamente la sucesión por causa
de muerte es de esta clase.
LA
OCUPACIÓN
Mediante la ocupación —que se
encuentra definida por el artículo 622—
se adquiere el dominio de las cosas que
LA no pertenecen a nadie, y cuya adquisición
OCUPACIÓN no está prohibida por las leyes
ecuatorianas, o por el Derecho
Internacional.
CONCEPTO
Puede afirmarse que es el modo natural,
elemental o más primitivo de adquirir, pues
históricamente está en el origen de todo
LA dominio. Josserand, la destaca, con razón,
OCUPACIÓN como “el modo originario por excelencia” y la
define como “un medio de adquirir una cosa
apoderándose de ella voluntariamente, es
decir, con intención de convertirse
efectivamente en su propietario, de suerte
que la voluntad unilateral crea entonces el
CONCEPTO derecho, el derecho más completo que
existe. Poniéndole encima la mano —como
Io decía Pothier— nos convertimos en dueño
de la cosa”.
En consecuencia, para que tenga lugar este
modo adquisitivo, esencialmente originario, a
título gratuito, inter vivos y a título singular,
LA deben concurrir los siguientes elementos:
OCUPACIÓN
a) Un elemento material: la aprehensión de
la cosa
Es preciso que se produzca la aprehensión
material de la cosa; decir un acto que haga
ostensible el advenimiento del poderío del
REQUISITOS sujeto sobre ella. En otras palabras, una
toma de posesión, de donde resulta acertada
la afirmación de Guzmán Brito en el sentido
de que la ocupación "es primordialmente una
forma de obtener la posesión, de que deriva
el dominio como efecto automático."
Esta aprehensión puede materializarse de
diferentes maneras según sea la
naturaleza del bien apropiable y así
LA tenemos, por ejemplo, la caza, la pesca, o
OCUPACIÓN el apoderamiento de una cosa inerte. Lo
importante como señalan los autores, es
que este acto sea adecuado a esa
naturaleza.
REQUISITOS
La aprehensión puede ser real, como sucede
cuando una persona toma efectivamente la
cosa en sus manos, o bien presuntiva, en
LA aquellos casos en los que no existe ese
OCUPACIÓN apoderamiento material de la cosa pero se
evidencian acciones que hablan de la
intención del sujeto de aprehenderla y
adquirir su dominio. Esto último se produce,
por ejemplo, en la situación prevista en el
artículo 633 que considera ocupante al
REQUISITOS cazador o pescador desde que ha herido al
animal bravío y lo persigue, aunque no haya
alcanzado a apoderarse materialmente de él.
b) Un elemento objetivo-jurídico: la
apropiabilidad de la cosa
REQUISITOS
El Título IV del Libro Segundo contiene
una pormenorizada regulación de las
distintas formas de ocupación, algunas de
LA ellas campestres, o más bien anacrónicas
OCUPACIÓN y muchas veces inaplicables hoy día, que
pueden resumirse en dos modalidades,
según se trate de semovientes o de cosas
inanimadas.
CLASES
a) Ocupación de semovientes o cosas
animadas. A ellas se refieren los artículos
623 a 639 relativos a la ocupación de los
LA animales silvestres o bravíos, mediante la
OCUPACIÓN caza y la pesca.
b) Ocupación de cosas inanimadas, de la
que tratan los artículos 640 al 658, que se
verifica por la invención o hallazgo, que
incluye el descubrimiento del tesoro, la
ocupación de especies al parecer
CLASES perdidas, naufragadas y la captura bélica.
La ocupación de semovientes
Para definir las posibilidades y formas de
ocupación de los animales, es necesario
LA recurrir a la clásica distinción entre
OCUPACIÓN animales bravíos, animales amansados y
animales domésticos, que el Código civil
ha recogido en el artículo 624, que debe
complementarse con las disposiciones del
nuevo Código Orgánico del Ambiente
(COAM), relativas al manejo responsable
CLASES de la fauna urbana.
1. Animales domésticos o mansos
Son aquellos que pertenecen a especies
que viven ordinariamente bajo la
LA dependencia del hombre, como los
OCUPACIÓN perros, las gallinas o las ovejas. Estos
animales no pueden ser objeto de
ocupación porque están sujetos a
dominio, en los términos del artículo 639,
de manera que el dueño conserva su
propiedad incluso en los casos de fuga y
CLASES aun cuando hayan entrado en tierras
ajenas, salvo en cuanto las ordenanzas
de policía rural o urbana establecieren lo
contrario.
El Título VII del COAM contiene un conjunto de
normas relativas al manejo responsable de la
fauna urbana encaminadas a su bienestar
(artículo 139), prohibiciones generales (p. ej.,
LA muerte, maltrato, sufrimientos innecesarios,
OCUPACIÓN aislamiento permanente, etc., del artículo 148) y
prohibiciones relativas a usos específicos,
incluso de animales silvestres (p.ej., la
prohibición del artículo 147 de utilizarlos en
espectáculos circenses y la vivisección de
animales en los planteles de educación inicial,
CLASES básica y bachillerato). Sin embargo, esta
normativa que ciertamente limita el ejercicio del
derecho de dominio sobre ellos, no altera
significativamente la ocupación de los animales
domésticos, en los términos previstos en el
Código Civil.
2. Animales amansados o domesticados
A esta categoría de animales pertenecen
aquellos que sin embargo de ser bravíos por
naturaleza, se han acostumbrado a la
LA domesticidad, y reconocen, en cierto modo, el
OCUPACIÓN imperio del hombre, como es el caso de las
fieras que suelen exhibirse en los circos,
utilización que ha sido prohibida por el artículo
147.7 del COAM.
De acuerdo con el inciso segundo del artículo
624 estos semovientes siguen la regla de los
CLASES animales domésticos mientras conservan la
costumbre de volver al amparo o dependencia
del hombre y, por tanto, en esas circunstancias
no pueden ser objeto de ocupación. Pero perdida
esa costumbre y recuperada su libertad primitiva,
se someten al régimen de ocupación de los
animales bravíos.
El artículo 635 hace una aplicación
consecuente de esta regla general,
cuando se refiere a los animales bravíos
LA que se encuentran en jaulas, pajareras,
OCUPACIÓN colmenas, estanques o corrales:
CLASES
4. Régimen de ocupación de los animales
que forman parte de la fauna silvestre, que
por mandato del artículo 73 de la Ley forestal
LA y de conservación de áreas naturales y vida
OCUPACIÓN silvestre (LFAN derogada) eran de dominio
del Estado.
Por disposición de la norma indicada
corresponde al Ministerio del Ambiente el
control de la cacería, recolección,
aprehensión, transporte y tráfico de estos
CLASES semovientes; y la regulación de su
aprovechamiento en las áreas no
comprendidas en el patrimonio de áreas
naturales del Estado (artículo 74 LFAN
derogado).
La pesca
Por la pesca se adquiere el dominio de los
animales bravíos que viven en un medio
LA acuático: mar territorial, mar interior, ríos,
OCUPACIÓN lagos y canales naturales y artificiales; y
puesto que todos los recursos bioacuáticos
existentes en esos medios son bienes
nacionales, la ley encomienda al Estado su
regulación y aprovechamiento racional. Se
rige por la Ley Orgánica para el Desarrollo
CLASES de la Acuicultura y Pesca (2020).
La ocupación de abejas y palomas
Con una preocupación que si se justificó
en su época hoy luce anacrónica, los
LA artículos 636 y 637 del Código civil se han
OCUPACIÓN ocupado de regular especialmente la
situación de las abejas y de las palomas
que abandonan definitivamente sus
colmenas y palomares.
CLASES
a) Respecto de las abejas que huyen de
la colmena para posarse en árbol ajeno,
vuelven a su libertad natural y por lo
LA tanto, recobran su condición de animales
OCUPACIÓN bravíos. En consecuencia, cualquiera
puede apoderarse de ellas y de los
panales fabricados por ellas (...),
siguiendo las reglas generales de la caza,
que han sido reproducidas para este caso
particular por el artículo 636. Esto
CLASES significa que el dueño puede perseguirlas
libremente en tierras ajenas que no están
cercadas ni cultivadas; y que nadie puede
hacerlo sin autorización en tierras ajenas
cercadas o cultivadas.
b) En cuanto a las palomas que
abandonan el palomar para fijarse en
otro, el artículo 637 dispone que puede
LA adquirirlas por ocupación el dueño del
OCUPACIÓN segundo, siempre que éste no se haya
valido de alguna industria para atraerlas o
aquerenciarlas (inciso primero), en cuyo
caso debe devolverlas al propietario del
palomar primitivo, o pagar su precio, a
elección de este último, más la
CLASES indemnización de perjuicios (inciso
segundo).
La ocupación de las cosas
inanimadas: la invención o hallazgo
CLASES
c) La invención o hallazgo de cosas al
parecer perdidas por su dueño y respecto de
las cuales debe suponerse que el propietario
LA no tuvo la intención de desprenderse del
OCUPACIÓN dominio. En este caso no tiene lugar la
ocupación pues el inciso primero del artículo
664 ordena que si se encuentra una cosa al
parecer perdida, deberá ponerse a
disposición de su dueño; y no presentándose
nadie que pruebe ser suya, se entregará a la
CLASES autoridad competente, la cual deberá dar
aviso del hallazgo (...)
(…) Si no se presenta el dueño dentro del
año siguiente al último aviso del hallazgo, la
especie debe venderse en pública subasta
LA (artículo 646).
OCUPACIÓN
En este tipo de hallazgos el único derecho de
la persona que encuentra la cosa es el de
percibir un porcentaje del producto del
remate, luego de deducidos los gastos de
aprehensión, conservación y demás en que
CLASES se haya incurrido.
El hallazgo del tesoro
Por tesoro el inciso segundo del artículo 660
del Código civil entiende a la moneda o
LA joyas, u otros efectos preciosos que,
OCUPACIÓN elaborados por el hombre, han estado largo
tiempo sepultadas o escondidos, sin que
haya memoria ni indicio de su dueño. En
consecuencia, son cinco los elementos que
configuran esta categoría especial de cosas
inanimadas:
CLASES a) su naturaleza mueble (efectos);
b) su valor considerable (preciosos);
c) su elaboración por el hombre;
d) la condición de encontrarse oculto; y,
e) que no haya memoria ni indicio de su
dueño.
La exigencia final del precepto transcrito, en el
sentido de que no debe haber memoria ni indicio
de su dueño, tiene una cierta imprecisión y
parece que debe entenderse en el sentido de
LA que no existan indicios de un propietario actual
OCUPACIÓN que tenga derecho a reclamarlo, que es la
fórmula del artículo 932 del Código italiano (cui
nessuno puo provare d’ essere proprietario); o
como se dijo en una sentencia de 30 de enero de
1990 del Tribunal Supremo de España, cuando
siendo conocida la identidad del dueño, “la
CLASES excesiva lejanía en el tiempo haga prácticamente
imposible, a través de las intermedias
transmisiones hereditarias que hayan podido
producirse, venir en conocimiento de quienes
sean los sucesores del referido dueño originario
y, por ende, legítimos propietarios actuales del
mencionado hallazgo”.
Para definir la suerte del tesoro, producto
de un hallazgo legítimo, el artículo 642 del
Código ha optado por una solución
LA ecléctica venida del derecho romano y las
OCUPACIÓN Partidas, que tiende a beneficiar -ex
aequo et bono- tanto al descubridor como
al dueño del terreno en que se ha
encontrado:
a) Si se produce en terreno ajeno, de
manera fortuita o con permiso del dueño
CLASES (hallazgo legítimo), se dividirá, por partes
iguales, entre el dueño del terreno y la
persona que haya hecho el
descubrimiento (inciso primero).
b) Si se produce en terreno ajeno, como
consecuencia de una búsqueda
premeditada y sin permiso del dueño
LA (hallazgo ilegítimo), el descubridor no
OCUPACIÓN tendrá derecho a su porción (inciso
segundo) y todo el tesoro pertenecerá al
dueño del terreno (inciso final).
CLASES
Esta última solución es perfectamente
comprensible en el sistema del Código,
pues tiende a que las personas que
LA tienen noticia de un tesoro en terreno
OCUPACIÓN ajeno, procuren la autorización del
propietario del terreno para realizar las
actividades de búsqueda. Si el hallazgo
tiene lugar en terreno propio del
descubridor, todo el tesoro le pertenece:
cuando sean una misma persona el
CLASES dueño del terreno y el descubridor,
pertenecerá todo el tesoro al dueño del
terreno (inciso final).
1. Búsqueda de especies propias en terreno
ajeno
Relacionado con el tratamiento del tesoro, se
LA encuentra el caso normado por el artículo
OCUPACIÓN 643, relativo a la persona que asegura que
dineros y alhajas de su propiedad se
encuentran escondidas en terreno ajeno. La
norma citada le confiere el derecho para
solicitar permiso al dueño del inmueble con
el objeto de cavar en busca de aquellas
CLASES especies; e impone a este último la
obligación de conceder el permiso, siempre
que el interesado señale el lugar donde
están escondidas las especies, ofrezca
seguridades de que probará su derecho
sobre ella y de que abonará los prejuicios
que se ocasionen al inmueble.
Ahora bien, una vez encontrados los dineros
y alhajas, pueden presentarse dos
situaciones:
LA a) Quien busca efectivamente prueba su
OCUPACIÓN derecho sobre los dineros y alhajas. En este
caso puede retirarlas, abonando los
perjuicios que se hayan causado al inmueble
con ocasión de la búsqueda (p. ej., daños a
cultivos, árboles derribados, cerramientos
destruidos, etc.).
CLASES b) Si no puede probar su derecho, los
dineros y alhajas se considerarán como
bienes perdidos, eventos en el que deberán
aplicarse las reglas del artículo 645 (entrega
a la autoridad competente); o bien como
tesoro, según se desprenda de los
antecedentes y señales (artículos 644).
2. Hallazgo del tesoro por encargo
El Código no ha previsto el destino del tesoro
que ha sido encontrado como resultado de una
búsqueda encargada por otra persona, sea en
LA virtud de un contrato de mandato o de una
OCUPACIÓN relación laboral. Parece natural que en ambos
casos no tendrá lugar la repartición prevista en el
artículo 642. La ya citada sentencia de 30 de
enero de 1990 del Tribunal Supremo de España
se hizo cargo de esta hipótesis y resolvió que si
el dueño del terreno encargó encontrarlo, por
CLASES relación de trabajo o arrendamiento, "entonces le
correspondería el mismo al dueño del terreno,
sin perjuicio de la contraprestación pactada con
los halladores." Siguiendo la misma lógica si el
encargo Io hizo una persona distinta del dueño,
le corresponderá la mitad reservada para el
descubridor.
3. Exclusión de los bienes que pertenecen al
patrimonio de la nación
Se excluyen de las normas revisadas sobre
LA el reparto del tesoro aquellos bienes que
OCUPACIÓN según la Ley Orgánica de Cultura pertenecen
al patrimonio histórico y cultural del Estado
ecuatoriano y respecto de los cuales los
descubridores no tendrán más derecho que
la recompensa prevista para su hallazgo.
CLASES
Otras modalidades particulares de
ocupación de cosas inanimadas
1. La captura bélica
LA El artículo 656 se refiere a una forma de
OCUPACIÓN ocupación especialísima, absolutamente
ajena al derecho civil y particularmente
odiosa: la llamada captura bélica que
comprende, en su propuesta más primitiva y
arbitraria, la ocupación de toda clase de
bienes, muebles e inmuebles, públicos y
CLASES privados de la nación y ciudadanos
enemigos.
Las normas y doctrinas contemporáneas
sobre la guerra, aparentemente más
humanizadas, han atemperado estos
LA excesos, al menos nominalmente, para
OCUPACIÓN restringir la legitimidad de la captura a los
bienes muebles, particularmente las armas
enemigas, y proscribir el apropiamiento de
territorios por esta reprochable vía.
Sin embargo de que aquella tesis jurídica ha
sido tan cara para Ecuador, y como una
CLASES sombría señal de su época y de la doctrina
internacionalista de Andrés Bello, el artículo
656 señala que “El Estado se hace dueño de
todas las propiedades que se toman en
guerra de nación a nación, y dispone de ellas
con arreglo a leyes especiales”.
2. Captura por irregulares
Tratándose de la captura de especies
hechas por bandidos, piratas o
LA insurgentes, el artículo 657 señala que no
OCUPACIÓN transfieren dominio; y que una vez
recuperadas, deben restituirse a sus
dueños con un procedimiento similar al
establecido para las especies al parecer
perdidas.
CLASES
3. Salvamento de especies náufragas
Para concluir con esta materia, los artículos 651
a 655 se encargan de reglamentar el régimen de
las cosas naufragadas, optando por el principio
LA de que estas especies no son objeto de
OCUPACIÓN apropiación mediante la ocupación. Todas las
cosas salvadas de un naufragio, sea que
pertenezcan al aparejo o a la carga de un buque,
deben entregarse a la autoridad competente
para que se restituyan a quienes prueben su
derecho sobre ellas, sin perjuicio del pago de la
CLASES gratificación correspondiente, que debe ser fijada
por la autoridad (artículo 654), y del reembolso
de los gastos de salvamento (artículo 671). De
no haber interesados se procede, como en los
casos de las especies al parecer perdidas
(artículo 653).
LA
ACCESIÓN
El artículo 659 del Código civil define a la
accesión como un modo de adquirir por el
cual el dueño de una cosa pasa a serlo de lo
LA que ella produce, o de lo que se junta a ella.
ACCESIÓN En este concepto se han recogido las dos
modalidades de accesión señaladas por la
doctrina jurídica tradicional:
CONCEPTO
Algunos autores han llegado a negar el
carácter de modo de adquirir de la accesión
en general, para proponerla como una simple
LA extensión del derecho de propiedad, porque,
ACCESIÓN se afirma, cuando una persona adquiere lo
que produce una cosa propia (accesión
discreta o de frutos), no hace sino realizar su
facultad de gozar de la cosa fructuaria que le
pertenece; y en los casos de la accesión
auténtica o continua, es por efecto de su
CONCEPTO derecho de dominio que se hace dueño de la
cosa accesoria que se une a la suya, al
amparo del aforismo accesorium sequitur
principale.
Entre esas dos propuestas que se debilitan
por su extremismo, una tercera posición
doctrinaria llama la atención sobre la
LA necesidad de diferenciar entre las varias
ACCESIÓN modalidades de accesión, para comprobar
que muestran distintas naturalezas. No hay
duda de que, en efecto, la accesión continua
es un auténtico modo adquisitivo, porque
mediante ella el propietario de la cosa
principal (p. ej., el suelo) efectivamente pasa
CONCEPTO a hacerse dueño de otra que hasta el
momento de la accesión no le pertenecía (p.
ej., los materiales de lo edificado en él).
Pero no ocurre lo mismo tratándose de la
accesión discreta, donde en realidad sólo
habría una prolongación del derecho de
LA propiedad, pues se postula con mucha razón
ACCESIÓN que en estos casos no se produce una
adquisición de dominio, al menos no en el
sentido de que una persona pasa a ser
dueña de una cosa que hasta entonces era
ajena. Lo mismo dice Stolfi, citado por
Castán Tobeñas: los frutos “representan el
CONCEPTO producto de la cosa, y se adquieren no por
derecho de accesión, sino por la natural
aplicación del derecho de propiedad, que sin
ella resultaría inútil y perdería su facultad de
goce que es su prerrogativa esencial”.
Para Larrea Holguín esta explicación sería la
que mejor se compagina con la estructura de
nuestro Código, pero siendo la más ajustada
LA al rigor técnico, no cabe duda de que el
ACCESIÓN legislador ecuatoriano, al disciplinar la
accesión de frutos, mostró su inclinación por
la frágil teoría de que toda accesión
(auténtica o discreta) constituye un modo de
adquirir.
CLASES
¿Es aplicable esta modalidad de accesión
teniendo en cuenta que el aumento
aluvional corresponde a playas, lechos o
LA cauces que son bienes nacionales de uso
ACCESIÓN público?
CLASES
Parece claro que la norma sobre accesión
del artículo 666 tiene el efecto de mutar
aquella calidad y trasladar el dominio
LA público de esos bienes a manos de
ACCESIÓN particulares, como lo sostienen los
autores colombianos Peña Quiñónez y
Peña Rodríguez.
CLASES
Así lo entendió también la Corte Superior
de Azogues, en sentencia de 30 de marzo
de 1989, en la que declaró: "siendo la
LA propiedad de los actores ribereña al río
ACCESIÓN Burgay, la ribera que aumenta por aluvión
accede a dicha propiedad en razón de lo
dispuesto por el Art. 685 (hoy Art. 666) del
Código Civil dentro de sus respectivas
líneas como constan en los croquis que
obran del cuaderno de segunda instancia”
CLASES
La avulsión
A ella se refiere el artículo 668 como la
parte del suelo que por una avenida o por
LA otra fuerza natural violenta es
ACCESIÓN transportada de un sitio a otro. En este
caso pueden darse dos alternativas
previstas en el mismo precepto:
a) Si el dueño primitivo puede recuperar
el terreno transportado y llevárselo,
conserva su dominio y no se produce
CLASES accesión.
b) Si no lo reclama dentro de un año, la
hace suya por accesión el propietario del
sitio al que fue transportado
Planteadas así las cosas, ¿cuál es el
status jurídico a que da origen este
fenómeno durante el año en que el
LA propietario primitivo puede hacer uso de
ACCESIÓN su derecho a reclamar el terreno
desplazado?
CLASES
Naturalmente sobre los predios de
dominio privado que quedan
comprendidos entre los dos brazos,
LA conservan los propietarios su derecho.
ACCESIÓN Vale también para esta modalidad de
accesión natural lo dicho en el caso de
aluvión sobre el dominio público de los
cauces.
CLASES
La formación de una isla
Las reglas que contiene el artículo 672
respecto de esta forma de accesión
LA inmobiliaria, son aplicables únicamente
ACCESIÓN cuando se trata de nuevas islas que no
hayan de pertenecer al Estado, según el
Art. 613, el que, a su vez, según
comentamos sobre las clases de bienes,
declara de dominio público las nuevas
islas que se formen en el mar territorial y
CLASES en los ríos y lagos de dominio público.
Ahora bien, habida cuenta que en nuestro
sistema jurídico pertenecen al dominio
nacional de uso público el mar adyacente y
LA todos los ríos y aguas que corren por cauces
ACCESIÓN naturales, así como los lagos naturales
(artículos 609 y 612 cc y 10 LORHUA),
resulta que la generalidad de las islas
nuevas formadas en estos medios acuáticos
naturales pertenecen a la nación, razón por
la que no existen prácticamente esas nuevas
CLASES islas que no hayan de pertenecer al Estado,
a las que se refiere el artículo 672, y resultan
inaplicables sus normas sobre accesión, lo
que exime de mayores comentarios sobre
esta modalidad de accesión inmobiliaria.
¿Debe inscribirse la accesión inmobiliaria
en el Registro de la Propiedad?
La accesión natural inmobiliaria es una
LA modalidad de ocurrencia más bien escasa,
ACCESIÓN sea porque los fenómenos naturales que la
producen no son frecuentes, sea porque,
como se señaló en cada caso, no siempre se
podrán aplicar las reglas del Código, debido
al régimen de dominio público vigente que
afecta a los ríos y lagos y sus respectivos
CLASES lechos, lo que hace dudoso, por decir lo
menos, que puedan aplicarse las reglas
sobre accesión en favor de los propietarios
riberanos.
Mas, como quiera que sea, aún en la
discutible lógica del Código, la agregación
de parte de un predio ajeno que podría
LA darse en alguno de los casos previstos en
ACCESIÓN aquél, como el aluvión o el cambio de
cauce de un río, por ejemplo, plantea una
interrogante respecto de la necesidad de
inscribir la accesión en el Registro de la
Propiedad.
CLASES
La respuesta debe ser afirmativa, pero
con la aclaración de que dicha inscripción
no constituye tradición pues el dominio
LA del predio adherido se adquirió por
ACCESIÓN accesión, sino que tiene la función de
hacerla oponible a terceros y mantener la
historia de la propiedad raíz, de manera
que ahora aparezca a nombre del
adquirente lo que estaba registrado a
nombre del anterior propietario.
CLASES
Para esta inscripción, así entendida, será
menester recurrir al juez a efectos de que
verifique y declare en sentencia la
LA existencia de la accesión con precisión de
ACCESIÓN la ubicación, cabida y linderos del predio
adherido; y será esta sentencia el
instrumento que deberá inscribirse en el
Registro de la Propiedad para los efectos
que se han señalado.
CLASES
Accesión artificial o industrial
inmobiliaria
Se designan con esta denominación
LA aquellas formas de accesión que
ACCESIÓN consisten en la adherencia de cosas
muebles a bienes inmuebles, por efecto
de la industria humana. Los artículos 684
y 685, en el parágrafo De la accesión de
las cosas muebles a inmuebles, regulan
dos modalidades —la edificación y la
CLASES plantación o siembra— a las que aplican,
en lo esencial, un mismo régimen jurídico.
Tres son los presupuestos de esta nueva
modalidad de accesión:
1) Que la cosa mueble adherente y el inmueble
al que adhiere, pertenezcan a distinto dueño, de
LA tal manera que exista efectivamente, un
ACCESIÓN desplazamiento de dominio.
2) Que la incorporación o arraigo de la cosa
mueble en el bien raíz sea permanente de suerte
que no pueda separarse de él sin detrimento,
porque, como se verá, si no se produce esa
incorporación el dueño del bien mueble puede
CLASES reclamarla y no habrá accesión.
3) Que no exista una relación contractual entre el
propietario del suelo y el tercero que edifica,
planta o siembra, pues en tal caso las
consecuencias de la edificación o plantación no
se gobiernan por las reglas de la accesión sino
por las estipulaciones del contrato.
Este último requisito, que no está presente en el
Código, ha sido propuesto por la jurisprudencia
nacional, invocando la opinión de importantes
sectores doctrinarios y con argumentos de
LA inobjetable lógica jurídica. Al efecto, en su
ACCESIÓN sentencia de 10 de abril de 1996 la Corte
Suprema declaró que “el artículo 685 del Código
Civil (... ) no es aplicable al caso de que exista
una relación contractual entre el propietario del
suelo y el tercero que ha edificado, plantado o
sembrado en el mismo”. Por este motivo no hay
CLASES accesión cuando un inquilino levanta
construcciones en el terreno arrendado, si fue
autorizado para ello por el arrendador y se
convino en el contrato de arrendamiento que las
mejoras quedarán en beneficio de este último,
sin lugar al reembolso de los gastos realizados
en esas edificaciones.
La accesión mobiliaria
Esta forma de accesión, que consiste en
la unión de cosas muebles, tiene lugar en
LA los casos de adjunción y mezcla a que se
ACCESIÓN refieren los artículos 673 y 679. El Código
contempla además, como modalidad de
accesión de mueble a mueble, a la
especificación (artículo 678), presenta
muy discutibles rasgos de accesión.
CLASES
a) La adjunción
El artículo 673 define la adjunción como una
especie de accesión que se verifica cuando dos
cosas muebles, pertenecientes a diferentes
LA dueños, se juntan una con otra, pero de modo
ACCESIÓN que puedan separarse y subsistir cada una
después de separada; como cuando el diamante
de una persona se engasta en el oro de otra, o
en un marco ajeno se pone un espejo propio. El
rasgo característico de esta modalidad es que
las cosas que participan en la adjunción
CLASES conservan su entidad, no se funden (el diamante
sigue siendo diamante y el oro no pierde su
condición de oro), de modo que es posible
distinguir una de otra a pesar de la unión.
1) Que por lo menos el dueño de una de
las cosas intervinientes no tenga
conocimiento de la unión (no habiendo
LA conocimiento del hecho por una parte,
ACCESIÓN artículo 674). Si ambas lo tuvieran y no
impidieran la unión habría consentimiento
expreso o tácito, la unión sería por tanto
el resultado de una convención y, como
advierte Claro Solar, no habría accesión
sino la enajenación de una de las cosas
CLASES de un propietario al otro o bien una
copropiedad sobre el bien resultante de la
unión.
2) Que no exista mala fe en la otra parte,
es decir, aquella que tuvo conocimiento
de la unión (artículo 674). En este caso la
LA mala fe consiste en haber provocado la
ACCESIÓN unión o no haberla impedido pudiendo
hacerlo. La exigencia es obvia pues como
se señaló al comienzo de este capítulo, y
comprobado en el curso de las
explicaciones, la accesión, salvo
contadas excepciones revisadas en la
CLASES accesión de mueble a inmueble,
normalmente es el resultado de la
adherencia casual de una cosa corporal a
otra.
3) Que las cosas puedan separarse y
subsistir cada una después de separada
(artículo 673).
LA Puede parecer curiosa esta última
ACCESIÓN exigencia, pues para un lector profano
parecería seguramente lógico suponer
que la imposibilidad de separar las cosas
que intervienen en la adjunción da más
fuerza a la accesión.
CLASES
Alessandri Rodríguez y Somarriva
Undurraga califican como desatinada esta
norma y entienden que lo que la ley quiso
LA decir “es que la adjunción supone una
ACCESIÓN conexión de tal naturaleza que no hace
perder su fisonomía individual a las cosas
juntadas, que éstas en caso de
separarse, pueden subsistir después
conservando su ser específico”, lo que,
como veremos, la diferencia de la
CLASES especificación y la mezcla, modalidades
en que las cosas involucradas pierden
definitivamente su individualización.
* La conclusión a la que llegan los autores citados es la simple y
necesaria consecuencia de una lectura atenta del texto legal.
Reuniéndose a estos presupuestos, el
artículo 674 agrega que el dueño de la
cosa principal se hace dueño de la
LA accesoria, con cargo de pagar su valor.
ACCESIÓN Empero, tratándose de dos especies
muebles, ¿cuál de ellas es la principal y
cuál la accesoria? Los artículos 675, 676
y 677 proporcionan tres reglas para
determinar estas calidades:
CLASES
Primera regla: es principal la de mayor
estimación o valor, incluyendo en esta
apreciación el valor afectivo que tengan para su
dueño: Se mirará como de mayor estimación la
LA cosa que tuviere para su dueño un gran valor de
ACCESIÓN afección (artículo 675). En principio, la
estimación o valor de las cosas es la de
mercado, lo que permitiría concluir que en el
caso de haberse adherido un gran diamante a un
aro de oro el primero tiene mayor valor que este
último; pero en ocasiones interviene un valor
CLASES afectivo que puede alterar lo anterior y que es
razonable tomarlo en cuenta para la estimación
de las cosas (p. ej., el aro de oro perteneció a
una lejana antepasada de su propietario y ha
permanecido durante más de un siglo en su
familia).
Segunda regla: si no hay mucha
diferencia de valor entre ambas, se tendrá
como accesoria la que sirva para el uso,
LA ornato o complemento de la otra (artículo
ACCESIÓN 676). Así, en el ejemplo del marco y el
espejo del artículo 673, si sus valores son
similares deberá concluirse que el marco
es de menor valor porque sirve de
complemento al espejo.
CLASES Tercera regla: de no poder aplicarse las
reglas anteriores, se mirará como
principal lo de mayor volumen (artículo
677).
b) La mezcla
Tomando en cuenta las ideas presentes
en el artículo 679, puede definirse la
LA mezcla como la formación de una nueva
ACCESIÓN cosa por unión de dos o más cuerpos
sólidos o líquidos, pertenecientes a
diferentes dueños, que pierden por esa
unión su individualidad.
En estos casos, el artículo citado
prescribe que la nueva cosa pertenece
CLASES proindiviso a los dueños de las materias
mezcladas, a prorrata del valor de la
materia que a cada uno pertenezca.
A primera vista podría discutirse que
estemos en presencia de una auténtica
accesión, pues no se observa, al menos
LA en apariencias, una efectiva traslación del
ACCESIÓN dominio, por lo menos no de la totalidad
de la cosa. Sin embargo, bien miradas las
cosas, desde que la copropiedad es la
solución que ofrece el artículo 679, hay
en efecto un desplazamiento parcial del
dominio de los elementos que participan
CLASES de la mezcla, pues el propietario de cada
una de ellos pasa a serlo de una parte del
otro que, hasta entonces, no le
pertenecía.
c) La especificación
Definida por el artículo 678, la
especificación tiene lugar cuando de la
LA materia perteneciente a una persona,
ACCESIÓN hace otra persona una obra o artefacto
cualquiera; como si de uvas ajenas se
hace vino, o de plata ajena una copa, o
de madera ajena una nave (inciso
primero).
CLASES
Como lo dijimos antes, aparentemente la
especificación no tiene visos de accesión
ni desde el punto de vista jurídico ni
LA fenomenológico, pues consiste en la
ACCESIÓN simple transformación de una cosa en
otra, como claramente lo ilustran los
ejemplos propuestos por el propio artículo
678. Ello ha dado lugar a numerosas
críticas sobre su inclusión en el sistema
de la accesión y hay códigos, como el
CLASES argentino (Art. 1957), que con el nombre
más comprensible de transformación, la
tratan como un modo particular de
adquirir el dominio.
Los incisos segundo y tercero del artículo
679 contienen las reglas que permiten
atribuir el dominio de la cosa producida,
LA dado el supuesto de que no ha existido
ACCESIÓN conocimiento del hecho por una parte ni
mala fe por otra:
a) Si la materia es de igual o mayor valor,
o de un valor escasamente inferior a la
nueva cosa que resulta de la
transformación (lo que significa que el
CLASES trabajo incorporado es de escaso valor),
su dueño tendrá derecho a reclamar la
especie producida, pagando la hechura
(inciso segundo).
b) Si la nueva especie es de mucho
mayor valor que el de la materia, como
cuando se pinta en lienzo ajeno, o de
LA mármol ajeno se hace una estatua, la
ACCESIÓN cosa pertenece al especificante o autor
de la obra, que deberá indemnizar los
perjuicios al dueño de la materia (inciso
tercero).
CLASES
c) Finalmente, si la materia es en parte
ajena y en parte propia del especificante,
y ambas partes son inseparables (como
LA el ejemplo del trozo de mármol), se forma
ACCESIÓN una comunidad: la nueva especie
pertenecerá en común a los dos
propietarios; el uno a prorrata del valor su
materia; y el otro a prorrata del valor de la
suya y de la hechura (inciso tercero).
CLASES
Reglas comunes accesión mobiliaria
Los artículos 680 y 683 nos traen dos
reglas aplicables a las distintas formas de
LA accesión de mueble a mueble:
ACCESIÓN 1. Derecho del dueño de la materia para
solicitar su restitución
Siempre que el dueño de la materia que
se ha utilizado sin su conocimiento tenga
derecho a la cosa en que se ha
empleado, lo tendrá igualmente para
CLASES pedir que, en lugar de dicha materia, se le
restituya otro tanto de la misma
naturaleza, calidad y aptitud, o su valor en
dinero (artículo 681).
Así, el propietario de cinco litros de uno
de los vinos utilizados en la mezcla, podrá
rehusar la copropiedad sobre esta última
LA y exigir que se le restituyan cinco litros del
ACCESIÓN mismo tipo de vino; y asimismo, el dueño
del mármol con la que el especificante
hizo una estatua, podrá renunciar a su
derecho sobre ésta y reclamar que se le
de un trozo del mismo tamaño y calidad
del mármol que le pertenecía.
CLASES
2. Derecho a la separación de la cosa
Cuando no sea posible reemplazar una
materia unida, por otra de la misma
LA calidad, valor y aptitud, y pueda
ACCESIÓN separarse sin detrimento de lo demás,
como ocurre generalmente en la
adjunción (el ejemplo del diamante y el
aro), su dueño podrá pedir la separación
y entrega, a costa del que hizo uso de
ella, siempre que no haya tenido
CLASES conocimiento de la unión (artículo 680).
La mal llamada accesión de frutos
CLASES
En el mismo sentido se pronuncia Claro
Solar, para quien “hay cierta impropiedad de
lenguaje en hablar de accesión tratándose
LA de los productos de una cosa ya que
ACCESIÓN corresponde más bien la idea de separación
(... ) En realidad no hay verdadera accesión
sino cuando hay unión o confusión física de
una cosa con otra, cuando una cosa
individualmente distinta viene a agregarse o
juntarse a otra”. Esta opinión dominante tiene
CLASES muy pocas excepciones, entre ellas la de
Rivas Cadena para quien la apropiación de
los frutos es la más elemental e inmediata
forma de accesión.
LA
TRADICIÓN
El artículo 686 del Código civil define a la
tradición como un modo de adquirir el
dominio de las cosas, y consiste en la
LA entrega que el dueño hace de ellas a otro,
TRADICIÓN habiendo, por una parte, la facultad e
intención de transferir el dominio, y por
otra, la capacidad e intención de
adquirirlo (.. .) Lo que se dice del dominio
se extiende a todos los otros derechos
CONCEPTO Y reales.
CARACTERES
Esta modalidad es una expresión
evolucionada de la traditio del derecho
romano tardío que consistía en la translación
LA material (transdatio) de la cosa del
TRADICIÓN propietario al adquirente y en cuya virtud
este último adquiría la posesión o poder de
hecho efectivo sobre la misma, que era, en
esencia, lo fundamental del concepto romano
de propiedad.
CONCEPTO Y
CARACTERES
El mecanismo de transdatio material no
siempre era posible, por lo que en algunos
casos debía ser reemplazado por recursos
LA simbólicos como el simple señalamiento de
TRADICIÓN un fundo que hacía el propietario al
adquirente extendiendo la mano (traditio
longa manu), o una especie de entrega
material diferida (constitutio posesorio) que,
sin embargo, representaba un
desplazamiento de la posesión jurídica; o
CONCEPTO Y simplemente la ausencia de entrega material
CARACTERES efectiva cuando el adquirente ya la tenía en
su poder a otro título, como el de
arrendatario (traditio brevi manu).
La tradición es sin duda el modo adquisitivo de
mayor frecuencia pues está presente en cada
momento de nuestra cotidianidad. Ella nos hace
dueños, estemos o no conscientes de aquello,
LA de todas las cosas grandes y pequeñas,
TRADICIÓN importantes e insignificantes, que compramos
durante nuestra vida. Por otra parte, se trata,
como se verá, de una operación jurídica de
amplio espectro, ya que mediante ella se puede
adquirir el dominio de una amplísima gama de
bienes (corporales e incorporales, muebles e
CONCEPTO Y inmuebles) y a distintos títulos (gratuitos y
CARACTERES onerosos). Estas circunstancias ponen de resalto
su trascendencia, enriquecida por una variedad
de cuestiones técnico-jurídicas que la convierten
en una figura particularmente interesante.
Entre los principales caracteres de
este modo adquisitivo pueden
LA destacarse:
TRADICIÓN 1) Es un modo de adquirir entre
vivos y derivativo, pues está llamada
a producir sus efectos en vida de las
partes y el adquirente se hace dueño
de la cosa con fundamento y como
CONCEPTO Y consecuencia del dominio de que
CARACTERES era titular su tradente.
2) Mediante ella puede adquirirse el
dominio de todos los derechos
transferibles: reales y personales.
3) Puede ser a título gratuito (p. ej.,
si su antecedente es una donación)
LA o a título oneroso (vgr., si el título es
TRADICIÓN un contrato de compraventa).
4) Es un negocio jurídico extintivo,
una convención con efecto de pago,
porque pone fin a la obligación
preexistente de transferir, que
CONCEPTO Y gravaba al tradente.
CARACTERES
Para que tenga lugar este modo de
adquirir deben concurrir los siguientes
elementos:
LA 1) Un elemento subjetivo: constituido por
TRADICIÓN los dos sujetos que intervienen en ella: el
tradente y el adquirente.
2) Un elemento intencional: el
consentimiento de ambas partes
orientado a la transferencia del dominio.
3) Un elemento jurídico: la existencia de
ELEMENTOS un título translaticio de dominio, es decir,
idóneo para operar la transferencia.
4) Un elemento material: la entrega de la
cosa.
El elemento subjetivo de la
tradición: tradente y adquirente
LA Según el Art. 687: “Se llama tradente
TRADICIÓN la persona que por la tradición
transfiere el dominio de la cosa
entregada por él o a su nombre, y
adquirente la persona que por la
tradición adquiere el dominio de la
ELEMENTO cosa recibida por el o a su nombre”
SUBJETIVO
1. Para el efecto de transferencia del dominio
es necesario que el tradente sea dueño de la
cosa tradida
LA La tradición sólo puede producir el efecto
TRADICIÓN translaticio de dominio que persiguen las
partes, si el tradente es dueño de la cosa y
tiene, además, la capacidad para enajenarla.
La primera condición es por demás obvia, en
virtud del principio nemo dare potest quod
non habet que se encuentra acogido en el
ELEMENTO primer inciso del artículo 698: “Si el tradente
SUBJETIVO no es verdadero dueño de la cosa, no se
adquieren por medio de la tradición otros
derechos que los transmisibles del mismo
tradente sobre la cosa entregada”.
En este caso la ineficacia translativa de la
tradición hecha por quien no es
propietario de la cosa entregada, cuando
LA su título es un contrato de compraventa,
TRADICIÓN no afecta la validez de este último en
razón de que en nuestro derecho es
válida la venta de cosa ajena (artículo
1754).
ELEMENTO
SUBJETIVO
2. Sin embargo, como negocio jurídico
que es, la tradición hecha por quien no es
propietario de la especie tradida es válido
LA Este aserto es sostenido por la mayor
TRADICIÓN parte de los comentaristas del Código de
Bello y algunos fallos de los tribunales
chilenos. La validez de la tradición de
cosa ajena, como negocio jurídico que ha
cumplido con los requisitos legales,
ELEMENTO aunque privada de eficacia adquisitiva de
SUBJETIVO dominio, se pone de manifiesto por los
otros importantes efectos que ella
produce, entre los que destaca el
señalado en el inciso segundo del artículo
698.
Puede objetarse que siendo la tradición
un pago por el que se satisface la
preexistente obligación de transferir que
LA nació de su título, para que sea válido
TRADICIÓN debe ser hecho por quien tiene la facultad
de enajenar, según el inciso segundo del
artículo 1591, facultad que no tiene el
tradente que no es dueño de la cosa que
se enajena. Así es en efecto, pero una
ELEMENTO vez más la cuestión gira en torno a la
SUBJETIVO eficacia de una tradición de este tipo que
ciertamente no extinguirá la obligación de
transferir el dominio que pesa sobre el
tradente no propietario.
3. Capacidad de tradente y adquirente
Para la validez de la tradición es preciso
que se reúnan los requisitos generales
LA previstos por el artículo 1461 para la
TRADICIÓN validez de los actos o negocios jurídicos,
entre ellos la capacidad legal de las
partes, a la que se refiere el artículo 686,
entendiéndose que se trata de la
capacidad de ejercicio que las habilita
ELEMENTO para la libre administración de sus bienes.
SUBJETIVO
No se discute que el tradente deba tener
capacidad de ejercicio, pero no ocurre lo
mismo respecto del adquirente. Un sector
LA importante de la doctrina sostiene
TRADICIÓN bastaría la capacidad general de goce del
adquirente, es decir, la calidad de
persona, por Io que sería válida la
tradición hecha a quien que no tiene la
libre administración de sus bienes. (…)
ELEMENTO
SUBJETIVO
Es la posición de Alessandri Rodríguez,
para quien “el tradente debe tener
capacidad de ejercicio, es decir, aptitud
LA para disponer de la cosa y el adquirente
TRADICIÓN debe tener capacidad de goce, esto es,
debe estar investido de ese atributo de la
personalidad que lo habilita para adquirir
derechos. Larrea Holguín comparte esta
tesis. “Para recibir, sostiene este último,
ELEMENTO basta ser persona (con capacidad de
SUBJETIVO goce, por consiguiente)”.
Parece apenas lógico que también el
adquirente debe ser persona con capacidad
para administrar libremente sus bienes, pues
LA su consentimiento es necesario para la
TRADICIÓN validez de la tradición (artículo 689) y
solamente las personas con capacidad de
ejercicio pueden expresar válidamente su
voluntad, de acuerdo con las reglas
generales (artículo 1461). En segundo
término, el artículo 1594.1 sanciona con
ELEMENTO nulidad el pago hecho al acreedor (que en el
SUBJETIVO caso de la tradición es el adquirente) que no
tiene la administración de sus bienes. Esta
es la tesis mayoritaria entre los
comentaristas del Código de Bello.
El elemento intencional de la tradición:
el consentimiento de las partes
ELEMENTO
MATERIAL
c)Tradición por entrega previa o brevis manus.
Esta versión se verifica cuando la entrega resulta
innecesaria porque el adquirente ya tiene la cosa
en su poder porque la había recibido a otro título,
LA como usufructuario, arrendatario, comodatario,
TRADICIÓN depositario, etc. A ella se refiere el artículo 700.5:
Por la venta, donación u otro título de
enajenación conferido al que tiene la cosa
mueble como usufructuario, arrendatario,
comodatario, depositario o a cualquier otro título
no translativo de dominio.
ELEMENTO
MATERIAL
La Corte Suprema se pronunció sobre esta
modalidad en la sentencia de 9 de Junio de
1978, con ocasión de la prueba del nuevo título
invocado: “la tradición de una cosa corporal
LA mueble, esto es el modo de adquirir su dominio,
TRADICIÓN puede tener lugar por cualquiera de los medios
enumerados en esa regla entre los cuales se
halla la venta, donación u otro título de
enajenación conferido al que tiene la cosa
mueble”.
ELEMENTO
MATERIAL
d) Tradición figurada, mediante el pacto de
constitución posesoria. Los romanos llamaron
constitutum possesorium a una modalidad de
tradición en la que no había un desplazamiento
LA efectivo de la cosa tradida del tradente al
TRADICIÓN adquirente, porque, sin embargo de la
transferencia dominical, ella continuaba en poder
del tradente pero ahora a un título diferente del
de propietario, como por ejemplo, el de
arrendatario o de usufructuario.
ELEMENTO
MATERIAL
d) Tradición figurada, mediante el pacto de
constitución posesoria. Los romanos llamaron
constitutum possesorium a una modalidad de
tradición en la que no había un desplazamiento
LA efectivo de la cosa tradida del tradente al
TRADICIÓN adquirente, porque, sin embargo de la
transferencia dominical, ella continuaba en poder
del tradente pero ahora a un título diferente del
de propietario, como por ejemplo, el de
arrendatario o de usufructuario.
ELEMENTO
MATERIAL
La razón de esta denominación, que
puede parecer extraña, es que, a pesar
de que no hay entrega efectiva de la cosa
LA tradida y, por lo mismo, tampoco tenencia
TRADICIÓN material por el accipiens, este queda
constifuido poseedor de ella, fórmula que
utiliza el art. 930 del BGB para describir
esta figura: si el propietario está en
posesión de la cosa, la entrega puede ser
ELEMENTO sustituida por el hecho de que entre él y
MATERIAL el adquirente se acuerde la constitución
de una relación jurídica, en virtud de la
cual el adquirente obtiene la posesión
mediata de la cosa.
La constitución posesoria es, por
consiguiente, la hipótesis contraria a la de la
tradición brevis manus y consta en el artículo
LA 700.5 del CC: Y recíprocamente, por el mero
TRADICIÓN contrato en que el dueño se constituye
usufructuario, comodatario, arrendatario, etc.
Posiblemente resulte mejor explicada esta
modalidad en la forma que la describe el
artículo 1264 del Código civil portugués:
(Constituto possessório).1. se o titular do
ELEMENTO direito real, que está na posse da coisa,
MATERIAL transmitir ese direito a outrem, não deixa de
considerar-se transferida a posse para o
adquirente, ainda que, por qualquer causa,
aquele continue a deter a coisa.
3. La tradición simbólica
Mediante ella, en lugar de la cosa se
entrega al adquirente otra que la
LA represente o signifique, como las llaves
TRADICIÓN del granero, almacén, cofre o lugar
cualquiera en que esté guardada la cosa
(artículo 700.3); o los títulos de dominio o
el sello en que consta la marca que la
distingue.
ELEMENTO
MATERIAL
Los numerales 2, 3 y 4 del artículo 194
del antiguo Código de Comercio
contemplaba otras formas de entrega
LA simbólica como la transmisión del
TRADICIÓN conocimiento o carta de porte o factura,
tratándose de venta de mercaderías en
tránsito; el hecho de poner su marca el
comprador en las cosas compradas, con
el consentimiento del vendedor; y la
ELEMENTO transmisión del certificado de depósito de
MATERIAL mercaderías depositadas en Almacenes
Generales de Depósito.
Tradición de los derechos reales sobre bienes
corporales inmuebles
Desde muy antiguo la transferencia del dominio
de los bienes raíces estuvo rodeada de
LA especiales solemnidades que tenían por objeto
TRADICIÓN dificultarla, para conservar la cohesión de la
riqueza familiar, llamar la atención de las partes
sobre la significación especial del acto
enajenatorio y, finalmente, hacer conocer a la
colectividad este acontecimiento de reconocida
trascendencia social. Modalidades notablemente
ELEMENTO formalistas como la mancipatio y la in iure cessio
MATERIAL romanas, las investidura y saisines de la Francia
medieval y la apropiance bretona, apuntaban
claramente hacia estos propósitos.
En 1790 el régimen revolucionario francés
estableció el sistema de transcripción de los
títulos en los registros de los escribanos, que
LA a partir de 1798 se convirtió en requisito de
TRADICIÓN publicidad y para hacer oponible la
transferencia a terceros. El Código de
Napoleón contempló la tradición mediante la
transcripción registral para los casos de
donación de bienes susceptibles de
hipotecas, mas no para las transferencias a
ELEMENTO título oneroso, que quedaban perfeccionadas
MATERIAL entre las partes eon el puro contrato
translaticio
Dejando de lado el modelo francés, Andrés
Bello se inclinó la modalidad registral como
forma de tradición sinnbólica de los bienes
LA raíces, que quedó consignada en el artículo
TRADICIÓN del Código civil nacional:
ELEMENTO
MATERIAL
Al efecto el artículo 714 dispone que la
tradición de los derechos personales se
efectúa por la entrega del título, hecha por el
LA cedente al cesionario, regla que aparece
TRADICIÓN reiterada por el artículo 1841 que trata de la
cesión de derechos: La cesión de un crédito
personal, a cualquier título que se haga, no
produce efecto entre el cedente y el
cesionario sino en virtud de la entrega del
título. Parece claro que en este texto la
ELEMENTO referencia al título no es al contrato
MATERIAL translativo sino al instrumento en que consta
este último.
Sin embargo de que la transferencia, en lo
que se refiere a la relación cedente-
cesionario, tiene lugar por la entrega del
LA título, tal como lo expresan los preceptos
TRADICIÓN recién mencionados, para que este cambio
de propietario produzca efectos frente al
deudor y terceros, es preciso que se
cumplan las normas sobre cesión de
derechos personales del Título XXIV del
Libro Cuarto, entre ellas, la notificación de la
ELEMENTO cesión al deudor o su aceptación (artículo
MATERIAL 1842).
Esta exigencia se explica por la naturaleza
personal de la relación existente entre
acreedor y deudor, que impone a este último
LA el cumplimiento de una obligación en favor
TRADICIÓN del primero, de donde nace la necesidad de
que se le informe sobre la existencia del
nuevo acreedor con el que quedará
jurídicamente vinculado. Rivas Cadena
abunda en este singular carácter de la
relación creditoria poniendo de resalto que
ELEMENTO “el acreedor ha consentido en otorgar un
MATERIAL crédito al deudor en virtud de una singular
consideración a su persona, y
recíprocamente el deudor ha aceptado
obligarse para con él de similar modo”.
Ahora bien, ocurre que no todos los créditos
constan en títulos, porque en ocasiones se
originan en contratos verbales. Por cierto,
LA esa circunstancia no impide la transferencia
TRADICIÓN del derecho pero plantea el interrogante de
cómo efectuar su tradición.
Para Claro Solar la vía que debe utilizarse en
estos casos es la novación por cambio de
acreedor (artículo 1647.2) en la que deberá
intervenir el deudor para contraer la nueva
ELEMENTO obligación. En tal evento el derecho personal
MATERIAL puede ser igualmente transferido por su
titular a un tercero, aunque no tenga un
instrumento en que conste su existencia.
En contrario, Alessandri Rodríguez y
Somarriva Undurraga lo resuelven con una
interpretación del artículo 699 del Código
LA chileno, con texto igual a nuestro artículo
TRADICIÓN 714, según la cual esta disposición no exige
en realidad la entrega material del título
“pues lo que se transfiere no es la cosa
corporal, el documento en que consta el
crédito, sino éste, que es un derecho y, por
tanto, un ente que no se toca ni se mira y
ELEMENTO que existe con independencia del título (... )
MATERIAL Una conclusión contraria significaría la
imposibilidad de ceder créditos que no
constaran por escrito, pues faltaría el
documento para hacerla entrega material.”
En consecuencia, agregan, la tradición de
estos derechos también puede hacerse
de manera simbólica. Apoyan su
LA conclusión en varios pronunciamientos de
TRADICIÓN los tribunales de su país. Otro tanto hace
Rivas Cadena en Ecuador para quien, “en
determinadas ocasiones tal entrega
puede no ser sino ficta y aun prescindir
del título mismo, siempre que otros
ELEMENTO documentos auténticos lo reemplacen”.
MATERIAL
Tradición sujeta a modalidades
SUJETA A
PLAZO
Efectos de la tradición
1. La transferencia del dominio
Transferir el derecho de propiedad es el
LA efecto fundamental de la tradición y su
TRADICIÓN función como modo adquisitivo. Para ello es
preciso que el tradens sea dueño de la cosa
tradida, en virtud del ya anunciado principio
de que nadie puede transferir más derechos
de los que tiene (nemo dare potest quod non
habet), que se encuentra recogido en el
EFECTOS primer inciso del artículo 698: Si el tradente
no es verdadero dueño de la cosa que se
entrega por él o a su nombre, no se
adquieren por medio de la tradición otros
derechos que los transmisibles del mismo
tradente sobre la cosa entregada.
2. ¿Es válida la tradición hecha por quien no
es propietario de la cosa?
La pregunta tiene sentido aunque a primera
LA vista, y sin mayor examen, podría
TRADICIÓN argumentarse de inmediato una respuesta
negativa. Y lo tiene porque el principio de
eficacia de los negocios jurídicos nos dice
que si la tradición, en cuanto negocio que es,
reúne todos los requisitos de validez del
artículo 1461 y, de ser el caso, cumple con
EFECTOS las formas legales, no hay causa de nulidad
(artículos 1697 y ss); y, por lo mismo,
tampoco una razón para poner en entredicho
su validez.
Sumemos a ello el hecho de que una
tradición de cosa ajena produce importantes
consecuencias jurídicas que se exponen
LA algunas líneas más adelante; y finalmente, la
TRADICIÓN posterior adquisición del dominio por parte
del tradens produce el efecto de transferirlo
desde el momento de la tradición (inciso
segundo del artículo 698), lo que no tendría
explicación si dicha tradición no hubiera sido
válida.
EFECTOS
La tesis de la validez está sólidamente
asentada en la doctrina del Código de Bello y
reconocida por los tribunales chilenos. Para
LA sustentarla se hace una distinción de rigor
TRADICIÓN técnico entre el tema de la validez de la
tradición como negocio jurídico, como acaba
de verse, y su eficacia en cuanto a la
adquisición del dominio. La conclusión es
que puede ser válida, en el sentido expuesto,
pero no transferir el derecho de dominio en
EFECTOS virtud de lo dispuesto en el artículo 698.
No ocurre lo mismo con la doctrina y
jurisprudencia nacionales. Rivas Cadena se
suma a la tesis expuesta y comenta que si
LA bien la tradición hecha por quien no es
TRADICIÓN dueño “no transfiere el dominio, empero
posee validez legal puesto que no es nula” y
puede producir determinadas consecuencias.
Eguiguren, en cambio, afirma
categóricamente el requisito de que el
tradente debe ser dueño de la cosa tradida y
EFECTOS se apoya fundamentalmente en el concepto
del artículo 686 que habla de la entrega que
el dueño hace de la cosa.
Así lo dice en efecto, porque normalmente la
entrega la hace el dueño, pero el mismo
Código reconoce luego la eficacia de la
LA entrega que hace un no dueño cuando
TRADICIÓN posteriormente llega a serlo (artículo 698,
inciso segundo). Finalmente, Larrea Holguín
se limita a comentar la ineficacia de la
tradición hecha por un tradente que carece
del dominio ("nada adquiere la otra parte,
puesto que nadie puede dar lo que no tiene")
EFECTOS sin entrar a considerar en la cuestión de su
validez.
Efectos de la tradición hecha por el no
propietario de la cosa tradida
La validez de la tradición a non domino,
LA doctrina con la que concuerdo, se
TRADICIÓN comprueba en nuestro derecho porque a
pesar de no provocar la transferencia del
dominio —lo que, insisto, afecta a su
eficacia no a su validez—, produce
algunos importantes efectos jurídicos que
no serían posibles si estuviera viciada de
EFECTOS nulidad, a saber:
a) Se adquieren los derechos transmisibles
que el tradente tiene sobre la cosa.
EFECTOS
Pero cuando se trata de la tradición de
inmuebles asoma una dificultad de gran
calado debido a que, como ya se expuso,
LA aquella debe practicarse necesariamente
TRADICIÓN mediante la inscripción de la correspondiente
escritura de compraventa en el Registro de la
Propiedad, lo que en este caso no será
posible por lo dispuesto en el inciso segundo
del artículo 12 de la Ley de Registro según el
cual el Registrador debe negarse a inscribir,
EFECTOS salvo orden judicial, si el inmueble aparece
vendido por una persona que no es su
verdadero dueño o actual poseedor.
Pero aun en el evento hipotético de que
aquello sea posible y que la inscripción
efectivamente se practicó, supongamos el 10
LA de junio de 2016, se presenta una nueva
TRADICIÓN dificultad. En efecto, si para satisfacer el
presupuesto del artículo 698 el tradente no
propietario (A) compra luego el inmueble a
quien era su verdadero dueño (B) e inscribe
el título el 18 de diciembre de 2017, ¿podrá
admitirse que esta nueva inscripción-
EFECTOS tradición tiene el efecto retroactivo de dar
eficacia a la tradición-inscripción anterior, de
10 de junio, hecha a favor de C?
Si así fuera subsistirían dos inscripciones
respecto del mismo inmueble (a nombre de A
y C), anomalía que resulta intolerable pues
LA proporciona una falsa información sobre el
TRADICIÓN dominio de A que puede perjudicar a terceros
(p. ej., sus acreedores) que de buena fe han
confiado en ella. En un caso como este,
plantea Ferrante, “necesariamente la
segunda inscripción debe nacer abortada o
cancelada” para dar vida útil a la norma del
EFECTOS inciso segundo del artículo 698.
c) En todo caso, la tradición hecha por quien
no es el dueño constituye al adquirente en
poseedor de la cosa tradida, lo que le
LA permite ganarla por prescripción, incluso en
TRADICIÓN el evento de que el tradente no hubiera
podido hacerlo por no haber sido poseedor.
Así lo expresa el artículo 699, que si bien no
se refiere de manera expresa a la posesión,
Io hace implícitamente: La tradición da al
adquirente, en los casos y del modo que las
EFECTOS leyes señalan, el derecho de ganar por
prescripción el dominio de que el tradente
carecía, aunque el tradente no haya tenido
ese derecho.
Lo dicho no significa que la tradición
transfiera la posesión, porque los hechos no
se transfieren ni se transmiten, la posesión
LA siempre comienza con el poseedor, incluso
TRADICIÓN en el caso de sucesión por causa de muerte
(artículo 732). Simplemente otorga al
adquirente un justo título para iniciar su
posesión regular y quedar en aptitud para
prescribir. Esta función de título posesorio,
que sostienen Alessandri Rodríguez y
EFECTOS Somarriva Undurraga, ha sido objetada por
autores como Peñailillo Arévalo con el
argumento de que la tradición no está
contemplada entre los títulos posesorios que,
en el caso de nuestro Código civil, se
mencionan en el artículo 718, además de
que la tradición es consecuencia de un título.
Las razones no parecen muy sólidas, porque
la enumeración de los títulos del artículo 718
no es taxativa, especialmente en lo que se
LA refiere a los títulos translativos de su inciso
TRADICIÓN tercero, además de que el hecho que la
tradición requiera un título como modo de
adquirir el dominio, no impide que ella misma
(y no su título) pueda serlo para justificar la
posesión regular.
EFECTOS
LA POSESIÓN
En el entendimiento común la idea de
posesión suele vincularse, frecuentemente, a
una serie de situaciones en las que se
LA observa cierta relación material entre una
POSESIÓN persona y una cosa, con prescindencia de si
existe o no un antecedente jurídico que la
justifique. De esta manera no es raro
escuchar que se tilda de poseedor a quien
tiene un computador porque efectivamente le
pertenece, tan bien como al que lo tiene
CONCEPTO porque le fue entregado en préstamo o
simplemente porque lo sustrajo.
Ciertamente esa relación fáctica es
sugerente e invita a pensar en posesión,
aunque ello sea un error desde el punto de
LA vista jurídico. Pero, como generalmente
POSESIÓN sucede con las percepciones populares, algo
de razón hay en este caso, porque si bien no
todas las hipótesis expuestas se acomodan
al concepto técnico de posesión, si se
encuadran en el catálogo de las llamadas
relaciones de hecho o materiales entre las
CONCEPTO personas y las cosas, una de las cuales es
precisamente la posesión, para distinguirlas
de las relaciones jurídicas o de derecho,
entre las que destaca nítidamente el derecho
de dominio.
Unas y otras son muy diferentes, pero no
se excluyen necesariamente. Mejor aún,
las más de las veces se complementan,
LA porque el propietario de una cosa (titular
POSESIÓN de la relación jurídica) será normalmente
su poseedor (sujeto de la relación de
hecho), aunque se presenten casos en
los que el dueño no posea la cosa que le
pertenece, porque fue desposeído, y,
viceversa, el poseedor no sea el
CONCEPTO propietario.
Entre las mencionadas relaciones de
hecho sujeto-cosa encontramos una
interesante variedad que muestra
LA diferencias de naturaleza y
POSESIÓN consecuencias. Algunas revelan en el
sujeto la intención de comportarse como
dueño de la cosa, como sucede con
quienes la poseen con el propósito de
adquirirla por prescripción; otros la tienen
en virtud de un derecho personal, como el
CONCEPTO inquilino, que carece de vocación
adquisitiva.
Hay quienes se relacionan materialmente
con la cosa por una simple yuxtaposición
local, es decir mediante un contacto físico
LA que en realidad no es querido, como el que
POSESIÓN tiene lugar entre el bebé y su chupete, el
preso y sus cadenas y el de la persona
dormida a la que se coloca un objeto en sus
manos. Por último, hay casos que la
doctrina, tomando el término del Código civil
alemán, llama servidores de la posesión, en
CONCEPTO los que el sujeto no es poseedor ni tenedor
de la cosa con la que tiene contacto en razón
de una relación de dependencia, como
ocurre con el obrero respecto de la máquina
que maneja.
De entre todas estas relaciones de hecho,
dos nos interesan en este momento: la
posesión, concepto técnico jurídico que se
LA construye con materiales más o menos
POSESIÓN complejos (corpus y animus) que nos dan
cuenta de una vocación de dominio, aunque
no se lo tenga, y que, por lo mismo, lo alejan
de la idea vulgar a la que nos hemos referido
más arriba; y la mera tenencia, en la que
solamente encontramos el vínculo material
CONCEPTO (corpus), sin vocación dominical, porque el
sujeto que detenta la cosa reconoce el
dominio ajeno o, dicho de otro modo, la tiene
en nombre de su dueño.
Estas dos figuras corresponden a lo que el
derecho romano llamó, en el mismo orden,
possessio civilis y naturalis possessio.
LA Respecto de esta última tenemos la siguiente
POSESIÓN cita de Paulo: “Se denominó la posesión,
como dice también Labeón, de sede, como si
se dijera posición, porque naturalmente es
tenida en el que está en ella” (quia naturaliter
tenetur ab eo). En cuanto a la primera, el
mismo Paulo advertía, que el concepto
CONCEPTO transcrito no era el de posesión civil
(possessio civilis). Algunos códigos civiles,
como el español (artículo 430), han
conservado la nomenclatura romana.
Sirva lo dicho hasta aquí para anunciar
una primera distinción que debe tenerse
presente en nuestro sistema civil, entre
LA tener y poseer, a lo que debe agregarse
POSESIÓN una segunda que mira a la forma de
poseer, según se exhiba o no un
antecedente jurídico o título que justifique
la posesión.
CONCEPTO
De la primera surge la ya señalada
diferenciación entre mera tenencia y
posesión; y de la segunda, la que
LA distingue entre posesión regular y
POSESIÓN posesión irregular. Por lo expuesto y lo
que luego se añadirá, en el régimen de
nuestro Código civil no tienen asidero
afirmaciones como la de Lacruz Berdejo,
en orden a que el apelativo de posesión
se aplica indistintamente a todas las
CONCEPTO formas de tenencia, aunque finalmente la
mayor parte de ellas tengan, en distintos
grados, alguna forma de protección
jurídica.
Por otro lado, es cierto lo que hace notar
dicho autor, citando a Jordano, sobre la
inconveniencia de aplicar el calificativo de
LA posesión a situaciones jurídicas como la
POSESIÓN llamada posesión de estado, extensión
que, en cambio, hacen Planiol y Ripert
quienes plantean “que en el Derecho
moderno, la noción de posesión ha salido
del dominio derechos reales, para
extenderse a otros derechos” (p. ej.,
CONCEPTO posesión de estado y posesión de un
crédito).
Sin embargo, debe distinguirse entre las
hipótesis de posesión de estado (p. ej.,
posesión del estado de matrimonio, del
LA artículo 338; posesión notoria del estado
POSESIÓN de hijo, del artículo 339), y el caso de la
posesión de un crédito. En aquéllas, que
constituyen la instalación en una
determinada situación jurídica, la
expresión posesión no puede entenderse
como la tenencia de una cosa con ánimo
CONCEPTO de señor y dueño, mientras que en el
caso del crédito existe efectivamente la
tenencia de una cosa incorporal con
animus domini.
El Código civil ecuatoriano, siguiendo la
doctrina clásica de Savigny, en boga a la
época de su promulgación, concibe la
LA posesión como una entidad compleja que,
POSESIÓN a partir de un hecho material que le sirve
de fundamento, cual es la tenencia de
una cosa bajo el poder o potestad de una
persona (corpus), la complementa con la
concurrencia de un elemento intencional
que consiste en el ánimo de quien ejerce
CONCEPTO aquel poderío fáctico, de actuar como
señor y dueño de la cosa.
Corresponde al modelo romano de
posesión civil, presente también en las
Siete Partidas que la definían como la
LA tenencia de las cosas corporales con
POSESIÓN ayuda del cuerpo et del entendimiento
(Titulo XXX, Partida tercera), frase en la
que reconocemos el corpus y el animus.
CONCEPTO
En este punto ha habido un cierto
distanciamiento del Código civil francés,
cuyo artículo 2228 define la posesión
LA como la detentación o el disfrute de una
POSESIÓN cosa o de un derecho que tenemos o
ejercemos por nosotros mismos o por otro
que la tiene o lo ejerce en nuestro
nombre. No aparece aquí el
requerimiento del animus domini, que, sin
embargo, se lo exige a continuación, en el
CONCEPTO artículo 2229, para efectos de la
prescripción, que precisa una posesión en
concepto de dueño (â titre de propiétaire).
El corpus solo es insuficiente —explica
Josserand— “porque el detentador no
posee verdaderamente; por otra parte, la
LA sola voluntad de comportarse como
POSESIÓN propietario de una cosa es, en principio,
impotente mientras no se materialice en
actos de dueño”.
Dispone, al efecto, el artículo 734:
Posesión es la tenencia de una cosa
determinada con ánimo de señor y dueño;
CONCEPTO sea que el dueño o el que se da por tal
tenga la cosa por sí mismo, o bien por
otra persona en su lugar y a su nombre.
El poseedor es reputado dueño, mientras
otra persona no justifique serlo.
A esta definición legal, hasta ahora
indiscutida y de valor general en nuestro
derecho, le ha salido al paso una
LA construcción paralela en la Ley orgánica
POSESIÓN de Tierras Rurales y Territorios
Ancestrales que hemos revisado
brevemente antes, y que incorpora una
nueva nomenclatura posesoria, además
de conceptos diferentes al de la posesión
del derecho civil, sin que se adivinen
CONCEPTO argumentos razonables que justifiquen
esas novedades.
Art. 55 sobre “posesión agraria”:
“Ocupación”: ¿corpus?
Para que sea eficaz debe durar no menos de
CONCEPTO 5 años. Puede darse a título individual o
familiar.
ELEMENTOS
1. El corpus o elemento material
Consiste en la tenencia, es decir, la relación
objetiva o poder de hecho (factus) sobre la
LA cosa, que otorga al detentador la posibilidad
POSESIÓN física de disponer de ella. Este componente
se da sin lugar a dudas mientras el poseedor
tiene efectivamente aprehendida la cosa,
bajo su poder inmediato y directo, como
cuando viste su traje, ocupa la vivienda o
conduce su automóvil. Este poder sobre la
ELEMENTOS cosa se manifiesta típicamente en la relación
material que el sujeto tiene con ella, pero no
se agota allí porque también hay corpus
cuando subsistiendo el poder de hecho esa
relación no está visible.
La Corte Suprema citando a Peñaherrera
resolvió “La tenencia en nuestro lenguaje
legal significa, no solamente la aprehensión
LA u ocupación material de una cosa, siendo el
POSESIÓN hecho de estar dicha cosa bajo nuestra
potestad o a nuestra disposición, y así se
aplica tanto a las cosas corporales como a
las incorporales”. En sentencia de 22 de
marzo de 2006 (GJS XVIII, N02), la Corte
insistió en que “[e]l corpus es la relación de
ELEMENTOS hecho existente entre la persona y la cosa; el
conjunto de actos materiales que se están
realizando continuamente durante el tiempo
que dure la posesión. El corpus constituye,
pues, la manifestación visible de la posesión,
la manera de ser comprobada por los
sentidos”.
Por este motivo existe el corpus aun en los
casos en que la cosa es tenida sólo en parte y
también cuando ha salido materialmente de las
manos del poseedor, si este conserva el poder
LA de dominación que le permite disponer de ella.
POSESIÓN Esto significa, en el ejemplo anterior, que si el
traje está guardado en el closet, o no se ocupa la
vivienda porque el poseedor se encuentra en su
lugar de trabajo, o el automóvil está en un
parqueadero durante la jornada laboral o, para
utilizar el ejemplo de Paulo, el poseedor de un
ELEMENTOS fundo no Io recorre en su totalidad, no por ello
pierde el corpus y la posesión, aunque se haya
roto transitoriamente la conexión material sujeto-
cosa, pues a pesar de esa desconexión el
poseedor conserva la potestad de hecho sobre
ella.
Como dice Puig Peña, “mientras la cosa
está en el área de disponibilidad del
poseedor, no se entiende nunca perdida
LA (.. .) Es preciso pues —para que la
POSESIÓN posesión se pierda— que la cosa salga
de modo definitivo del área de
disponibilidad de quien la posee”. Este es
el criterio que se observa en el artículo
742: La posesión de la cosa mueble no se
entiende perdida mientras se halla bajo el
ELEMENTOS poder del poseedor, aunque este ignore
accidentalmente su paradero.
Esta norma nos advierte que el corpus, aun
siendo en esencia el elemento material de la
posesión, no está desprovisto de un cierto
LA contenido volitivo que actúa positivamente,
POSESIÓN para afirmar la posesión, cuando el poseedor
tiene la intención de conservar el poder de la
cosa, que es precisamente la hipótesis de
dicho precepto; pero que, a la vez, puede
operar en una dirección negativa para
indicarnos que no hay posesión, aunque
ELEMENTOS exista vínculo material con la cosa, si quien
la detenta no tiene la intención de ejercer
sobre ella ese poder, que es lo que ocurre en
el conocido ejemplo propuesto por Ihering
del preso con respecto a las cadenas que
carga.
2. El animus, o elemento intelectual o
sicológico
Este segundo elemento está dado por la
LA intención del tenedor de la cosa de actuar
POSESIÓN respecto de ella como “señor y dueño
(animus sibi habendi), con la voluntad de
excluir a los demás del uso y disfrute de
la cosa”.
ELEMENTOS
El animus —escribe Jean Carbonnier,
citado por la sentencia de 22 de marzo de
2006 de la Corte Suprema (GJS XVIII, NO
LA 2)—, “es el elemento psíquico, de
POSESIÓN voluntad que existe en la persona, por el
que se califica y caracteriza la relación de
hecho; sirve, por así decirlo, de respaldo
a los actos posesorios ejercidos sobre la
cosa; es la voluntad de tener la cosa para
si de modo libre e independiente de la
ELEMENTOS voluntad de otra persona y en función del
derecho correspondiente; es la voluntad
de conducirse como propietario sin
reconocer dominio alguno”.
No se exige que el poseedor tenga la
convicción de dominio, porque como bien
advierte Peñaherrera, no debe
LA confundirse el animus con la creencia.
POSESIÓN Quien tiene una cosa en su poder y sabe
que no es su dueño (falta de creencia),
puede ser poseedor desde que tenga la
intención de actuar como tal y de hecho lo
hace.
ELEMENTOS
El usurpador de un bien, ejemplo que
pone Peñaherrera, aunque carece de
todo título y tiene la convicción de que no
LA es su propietario, es poseedor porque lo
POSESIÓN moviliza la intención de obrar como dueño
y no reconoce el dominio ajeno, mientras
que el inquilino, que está asistido por un
título para detentar la cosa (el contrato de
arrendamiento), no tiene la calidad de
poseedor porque falta en él ese animus o
ELEMENTOS intención de considerarse y actuar como
dominus pues reconoce el dominio del
arrendador.
La exigencia del animus ha dado lugar a
largos debates doctrinarios, algunos
matizados por interpretaciones
LA encontradas de los textos legales, que
POSESIÓN buscan identificar la naturaleza jurídica de
la posesión y sus diferencias con la mera
tenencia. Se trata, sin duda, de
cuestiones con notable interés teórico que
no es posible abordar en esta asignatura.
ELEMENTOS
Por otra parte, nadie ha desconocido
hasta ahora la necesaria concurrencia de
este componente intencional para la
LA configuración de la posesión, en tanto se
POSESIÓN trata de un hecho del ser humano,
reduciéndose esencialmente la discusión
doctrinaria a dirimir su exacta ubicación
en la estructura de la posesión, es decir, a
precisar si está integrado en el corpus o si
es un elemento independiente y adicional
ELEMENTOS a éste.
También exime de un tratamiento más
profundo, el hecho de que la cuestión
parece resuelta en el Código civil
LA ecuatoriano que, al menos en este punto,
POSESIÓN muestra una posición suficientemente
clara en la que el animus está
expresamente señalado como un
elemento distinto del corpus y de
importancia crucial en este instituto.
ELEMENTOS
La concepción objetiva de la posesión
Todo lo expuesto antes corresponde a lo que se
ha denominado concepción subjetiva de la
posesión, que fuera expuesta por Savigny, a
LA partir de sus estudios del derecho romano, y a la
POSESIÓN que se ha adherido nuestro Código. Como se ha
visto, esta línea doctrinaria proclama la
necesidad de un elemento voluntario, un animus,
el de comportarse como propietario de la cosa,
de desconocer, por consiguiente, que exista otra
persona de mejor derecho sobre ella, sin que
ELEMENTOS aquello signifique, aclaraba Savigny, que el
poseedor debe abrigar la idea jurídica de la
propiedad. Ausente el animus, sólo queda esa
vinculación material que es la mera tenencia a la
que se refiere el artículo 729 del Código civil.
Contra la doctrina subjetiva se alzó la
tesis de Ihering, que calificó a la
explicación de Savigny como “totalmente
LA falsa”, y a la que se sumó, con algunas
POSESIÓN variantes, el profesor de la Universidad de
París, Raymond Saleilles. Conocida como
concepción objetiva, producto de una
lectura distinta de las fuentes romanas,
pone el acento esencialmente en el
corpus, o detentación de la cosa, que,
ELEMENTOS como se ha visto, es el componente
objetivo y perceptible.
Pero no desestimó Ihering el rol de la
voluntad, simplemente la objetivizó, en el
sentido de que en la posesión no ha de
LA tenerse en cuenta la voluntad individual o
POSESIÓN concreta de quien tiene la cosa, sino la
voluntad típica o abstracta, es decir, no la
voluntad que el poseedor tiene, sino la
que debe tener, de donde resulta que el
animus domini ya no tiene cabida ni
sentido como requisito de la posesión.
ELEMENTOS
Ahora bien, en relación con el corpus la
tesis de Ihering insiste en la función de la
voluntad, pues sostiene que este
LA elemento que hoy llamamos tenencia
POSESIÓN material lleva implícita una intención de
poseer, que distingue el corpus posesorio
de una simple relación de lugar (Blossen
Raumverhiisz), y que, a la vez, es distinta
al ánimo o intención de señor y dueño
que reclama la concepción subjetiva
ELEMENTOS plasmada en el artículo 734 del Código
civil.
En otras palabras, el jurista alemán
atribuye al componente voluntario una
dimensión diferente, referido a la relación
LA material con la cosa. Para esta tesis es
POSESIÓN suficiente que el sujeto quiera poseer,
aunque no pretenda aquel señorío
dominical (ser señor y dueño) que
reclama la concepción subjetiva cobijada
en nuestro Código.
ELEMENTOS
Resulta entonces que, desde este nuevo
punto de vista, bien puede haber una
relación posesoria de tipo dominical,
LA como la del propietario de la cosa, que
POSESIÓN efectivamente la tiene como señor y
dueño, de la misma manera que puede
presentarse una relación en la que el
poseedor, sin animus domini, tiene
simplemente la intención de ejercer un
poder.
ELEMENTOS
Se ha dicho que la concepción objetiva
ofrece por lo menos dos ventajas
relacionadas con la prueba de la
LA posesión:
POSESIÓN
a) En primer lugar, supera la dificultad de
tener que indagar en la intención del
sujeto para establecer la existencia del
animus domini.
ELEMENTOS
En realidad la anotada dificultad no es tal,
porque en nuestro ordenamiento para probar
el ánimo de señor y dueño no hay que
LA recurrir a la intención del sujeto, lo que
POSESIÓN efectivamente sería un inconveniente, sino a
su exteriorización, es decir, a los actos
visibles mediante los cuales se evidencia ese
animus, tal como se plantea en el artículo
969 según el cual se deberá probar la
posesión por hechos positivos (.. .) como la
ELEMENTOS corta de maderas, la construcción de
edificios, la de cerramientos, las plantaciones
o sementeras, y otros de igual significación,
ejecutados sin el consentimiento del que
disputa la posesión.
b) En segundo término, releva al
poseedor de la carga de la prueba porque
al dar por sentado que toda relación de
LA detentación entre el sujeto y la cosa, que
POSESIÓN esté asociada al mínimo voluntario
propuesto por Ihering, es un caso de
posesión, esta pasa a ser la regla general
y la mera tenencia queda como figura de
excepción que solamente tiene lugar
cuando la ley expresamente excluye la
ELEMENTOS hipótesis posesoria.
El Código civil alemán (BGB) adoptó la
tesis objetiva. Su Art. 854 dispone que la
posesión se adquiere por la obtención, de
LA hecho, del señorío sobre la cosa. Ello no
POSESIÓN significa, sin embargo, que el BGB haya
prescindido del elemento voluntario.
ELEMENTOS
Determinar la naturaleza jurídica de la
posesión es, desde antiguo, uno de los
temas más controvertidos del Derecho
LA civil, situándose principalmente el debate
POSESIÓN entre los extremos que la consideran un
derecho o simplemente un hecho. Ambas
proposiciones ofrecen matices más o
menos interesantes. Los primeros,
sugiriendo diferentes modalidades de
NATURALEZA derechos (real, real provisional, personal,
JURÍDICA mixto). Los segundos, admitiendo que se
trata de un hecho de caracteres
singulares, del que nacen importantes
consecuencias de derecho.
a) Tesis de la posesión como derecho
Un destacado sector de la doctrina
considera a la posesión como un derecho
LA y habla, por consiguiente, de un ius
POSESIÓN possidendi.
Por referencia de Lasarte esta es la tesis
dominante en la doctrina española,
citando al efecto autores tan importantes
como Clemente de Diego, Cossío y
NATURALEZA Sánchez Román, a los que habría que
JURÍDICA agregar a Díez-Picazo.
Se fundamenta esta postura en la
protección que le brinda el ordenamiento
jurídico mediante un potente
LA equipamiento de acciones judiciales,
POSESIÓN conocidas tradicionalmente como
interdictos posesorios, que permiten al
poseedor defenderse de las turbaciones
de que es víctima o recuperarla cuando
ha sido despojado de ella, incluso
NATURALEZA respecto del mismo propietario del bien
JURÍDICA poseído.
Desde luego, tal es la posición de Ihering
que observa en ella un interés
jurídicamente protegido y, por lo mismo,
LA un derecho subjetivo al que califica como
POSESIÓN derecho real; y de Molitor que le atribuye
una naturaleza mixta, real y personal a la
vez. También Von Thur es partidario de
esta tesis: “La posesión es un derecho
(provisional) o, al menos, una relación
NATURALEZA jurídica entre una persona y una cosa que
JURÍDICA puede ser modificada por voluntad del
sujeto; por eso su cesión y abandono
entran en el concepto de acto dispositivo”.
La tesis ha sido receptada por el Código
civil de Panamá que configura
expresamente a la posesión como un
LA derecho que puede adquirirse, entre otros
POSESIÓN modos, por los actos propios y
formalidades legales establecidos para
adquirir tal derecho (artículo 413); y
perderse por cesión hecha a otro por
título oneroso o gratuito (artículo 446.2).
NATURALEZA Algo similar, plasmado desde sus efectos,
JURÍDICA aunque con menos frontalidad, ocurre con
el Código de Brasil cuyo artículo 1206
declara que la posesión transmite-se aos
herdeiros ou legatários do possuidor com
os mesmos caracteres.
Entre los comentaristas del Código de
Bello, el tratadista colombiano Valencia
Zea expone la tesis de la posesión como
LA un derecho real provisional, y señala que
POSESIÓN en el derecho moderno “es derecho
subjetivo real todo poder de voluntad que
se ejerza sobre las cosas, y que mediante
acciones pueden hacerse valer frente a
todos” , de donde se colige que la
NATURALEZA posesión es un derecho, en tanto poder
JURÍDICA de hecho que se ejerce sobre las cosas,
“poder que se encuentra protegido con
acciones reales, pues las acciones
posesorias se refieren a cosas y pueden
ejercerse contra todos”.
Agrega que este derecho es provisional
“en el sentido de que puede desaparecer
frente a la acción que se deriva de la
LA propiedad, de uno de los derechos reales
POSESIÓN desmembrados de ella o de un simple
derecho personal”, a diferencia de la
propiedad y los demás derechos reales
propiamente tales, que son poderes
jurídicos definitivos”. El autor, también
NATURALEZA colombiano, Luis Guillermo Velásquez, la
JURÍDICA considera con características de derecho
puesto que es “un poder jurídico
protegido por la ley”, aunque luego
reconoce que “para nuestro Código Civil
la posesión es un hecho”.
Por lo menos en dos oportunidades la
Corte Suprema del Ecuador se alineó con
esta tesis, apoyándose, una, en la
LA autoridad de Peñaherrera: “al respecto el
POSESIÓN Dr. Víctor Manuel Peñaherrera, en la
página 175 de su libro La posesión
expone: existe la acción posesoria porque
existe el derecho posesorio”; y la otra,
sentencia de la 1a Sala de 29 de marzo
NATURALEZA de 1979 pronunciada en juicio de obra
JURÍDICA nueva, en la que fue reiterativa en el uso
de la expresión derecho posesorio.
Recientemente la Ley Orgánica de Tierras
Rurales y Territorios Ancestrales (Ley 0,
Suplemento RO 711 de 14 de marzo de
LA 2016) habla también del derecho de
POSESIÓN posesión, como ocurre, por ejemplo, en
su artículo 56 que contempla la facultad
del poseedor de tierras agrarias para
transferir “su derecho de posesión”
mediante instrumento público.
NATURALEZA
JURÍDICA
b) Tesis de la posesión como hecho
Otra vertiente doctrinaria enseña que la
posesión es un hecho y para ello acude a
LA las explicaciones de Savigny y Pothier.
POSESIÓN Para el primero, esta naturaleza fáctica
reposa en la circunstancia de asentarse
principalmente en un elemento material
que es la vinculación de hecho entre el
sujeto y la cosa poseída, que se conoce
NATURALEZA como corpus posesorio, aunque, como se
JURÍDICA ha visto más arriba, no desconoce la
función capital del elemento intencional.
Pothier, cuya doctrina inspira al Código en
esta materia, “enseñaba que la posesión
es un hecho más bien que un derecho en
LA la cosa poseída. Un usurpador tiene
POSESIÓN verdaderamente la posesión de la cosa
de que se ha apoderado injustamente; no
obstante es evidente que no tiene ningún
derecho en esta cosa (... ) aunque la
posesión no sea un derecho en la cosa,
NATURALEZA ella da sin embargo al poseedor muchos
JURÍDICA derechos con respecto de la cosa que
posee”.
Así Io sostienen en Francia, entre otros,
Planiol y Ripert, BaudryLacantinerie y
Aubry y Rau. Lasarte, en España,
LA minimiza la trascendencia de la cuestión,
POSESIÓN no obstante Io cual termina inclinándose
por esta doctrina: “Las situaciones
posesorias calificables como ius
possidendi probablemente deban
considerarse, sin ambages, como hechos,
NATURALEZA sin que dicha naturaleza sea obstáculo
JURÍDICA alguno a que el ordenamiento jurídico
atrihuya a tales situaciones fácticas las
consecuencias jurídicas que considere
pertinentes (básicamente la protección
interdictaI)”.
Los autores argentinos Ricardo Papaño,
Claudio Kiper, Gregorio Dillon y Jorge
Causse, se suman a esta doctrina; y
LA Mariani de Vidal agrega que en la
POSESIÓN jurisprudencia de ese país, que muy poco
ha tocado problema, “pareciera que
predomina la opinión de que nos
encontramos frente a un hecho”.
NATURALEZA
JURÍDICA
La tesis prima en la doctrina chilena.
Claro Solar sostiene que “la posesión es
una situación de hecho, no una relación
LA de derecho”; y para Alessandri Rodríguez
POSESIÓN y Somarriva Undurraga las disposiciones
del Código civil “aparecen informadas por
el pensamiento de que la posesión es un
hecho, desde la propia definición”. Lo
confirma Peñailillo Arévalo: “entre
NATURALEZA nosotros predomina ampliamente la
JURÍDICA conclusión de que, al menos en el
Código, está concebida como un hecho”.
En Colombia Peña Quiñónez y Peña
Rodríguez critican la posición de Valencia
Zea en esta materia y concluyen que, no
LA obstante tratarse efectivamente de una
POSESIÓN relación jurídica ello no le da a la
posesión la naturaleza de derecho, ni
siquiera provisional, sino simplemente de
un hecho jurídico que puede producir
derechos, doctrina que también sustenta
NATURALEZA la jurisprudencia de ese país.
JURÍDICA
Entre nosotros, Pérez Guerrero y Larrea
Holguín se han pronunciado por esta tesis. El
primero, luego de hacer un breve recuento
LA sobre las distintas explicaciones acerca del
POSESIÓN punto, concluye que “la posesión es, en si
misma un hecho, y nada más, pero un hecho
generador de derechos e íntimamente
relacionado, ya con el derecho de dominio,
ya con los derechos especiales que de ella
se derivan”. Larrea Holguín, sostiene, por su
NATURALEZA parte, que “Dentro de nuestro sistema civil
JURÍDICA positivo, dados sus orígenes históricos, creo
que la posesión debe apreciarse solamente
como un hecho que funda derechos, que da
origen a derechos, pero no como un
verdadero derecho en sí misma
considerada”.
Además de los argumentos que se han
expuesto, puede agregarse el hecho de
que el artículo 595 no la enumere entre
LA los derechos reales y que el Código
POSESIÓN contempla la posibilidad de adquirirla con
vicios como la violencia (artículos 724 a
727), lo que no sería pensable tratándose
de un derecho.
NATURALEZA
JURÍDICA
La mera tenencia
Diferente de la posesión, con su
exigencia primordial del ánimo de señor y
LA dueño, la mera tenencia —también
POSESIÓN llamada posesión precaria por algunos
autores— es la detentación puramente de
hecho de una cosa de la que el tenedor
ciertamente puede aprovecharse de
manera bastante parecida a como lo hace
LA MERA el poseedor, pero respecto de la cual
TENENCIA reconoce, o no puede dejar de reconocer,
el dominio ajeno, por la sencilla razón de
que o carece de título o el que sirve de
antecedente a su detentación implica
necesariamente ese reconocimiento.
En efecto, existen títulos que no otorgan
sino la mera tenencia de la cosa, por más
que el detentador, en su fuero íntimo,
LA pretenda alguna forma de señorío sobre
POSESIÓN ella. Así acontece, por ejemplo, con el
contrato de arrendamiento, uno de cuyos
elementos esenciales es el pago de la
pensión arrendaticia, factor que impide,
objetivamente, que el inquilino pueda
LA MERA reconocerse a sí mismo como señor del
TENENCIA bien arrendado. Otro tanto ocurre con el
usufructo, que supone, en el
usufructuario, el reconocimiento del
derecho del nudo propietario.
Este concepto y los ejemplos aludidos,
aparecen expresados en el artículo 729:
CLASES DE
POSESIÓN
b) Teniendo en cuenta su aptitud para
conducir a la adquisición del dominio
mediante la prescripción, la doctrina
LA distingue la posesión útil y la posesión
POSESIÓN inútil. Se afirma que son útiles la posesión
regular y la irregular, porque ambas
pueden llevar a la prescripción
adquisitiva; e inútiles las llamadas
posesiones viciosas que menciona el
CLASES DE artículo 724 (Son posesiones viciosas la
POSESIÓN violenta y la clandestina), que no servirían
para adquirir por prescripción.
No obstante, como veremos en la
prescripción extraordinaria, esta
afirmación, tenida generalmente por cierta
LA durante mucho tiempo, se encuentra
POSESIÓN actualmente controvertida por un
importante sector doctrinario que sostiene
la posibilidad de que también los
poseedores viciosos adquieran el dominio
por prescripción, lo que haría inoficiosa la
CLASES DE distinción entre posesiones útiles e
POSESIÓN inútiles.
La posesión regular
Esta especie de posesión, definida por el
artículo 717, tiene lugar cuando el
LA poseedor dispone de justo título y la ha
POSESIÓN adquirido de buena fe aunque la buena fe
no subsista después de adquirida la
posesión. Agrega el inciso segundo del
mismo artículo que si el título es traslativo
de dominio es también necesaria la
CLASES DE tradición, la misma que se presume
POSESIÓN cuando una cosa se posee a ciencia y
paciencia del que se obligó a entregarla
(inciso final).
De manera que los requisitos o elementos
constitutivos de la posesión regular son:
CLASES DE
POSESIÓN
4) Los títulos putativos o aparentes, como
el del heredero aparente o putativo que
no es en realidad heredero pero pasa por
LA serlo pues se atribuye la calidad de tal; el
POSESIÓN del legatario cuyo legado ha sido
revocado por acto testamentario
posterior. Pero la calidad de heredero
putativo puede llegar a constituir justo
título cuando se le ha otorgado la
CLASES DE posesión efectiva; de la misma manera
POSESIÓN que servirá de justo título para el legatario
putativo el correspondiente acto
testamentario que haya sido judicialmente
reconocido (inciso final del artículo 719).
Segundo requisito de la posesión
regular. la buena fe
Los dos primeros incisos del artículo 721
LA explican lo que debe entenderse por
POSESIÓN buena fe para efectos posesorios, en los
siguientes términos:
CLASES DE
POSESIÓN
Esta exigencia consta en el inciso segundo
del artículo 717: Si el título es traslativo de
dominio, es también necesaria la tradición. Y
LA a renglón seguido el inciso tercero agrega un
POSESIÓN caso en el que se presume la tradición: La
posesión de una cosa a ciencia y paciencia
del que se obligó a entregarla, hará presumir
la tradición; a nlenos que esta haya debido
efectuarse por la inscripción del título. Si se
tiene en cuenta que la tradición del dominio y
CLASES DE de los demás derechos reales sobre
POSESIÓN inmuebles debe practicarse mediante la
inscripción del título en el Registro de la
Propiedad, resulta claro que esta presunción
queda limitada a la posesión de bienes
muebles.
La posesión irregular
La posesión irregular, llamada también
posesión defectuosa es, según la define
LA el artículo 723, aquella que carece de uno
POSESIÓN o más de los requisitos que señala el
artículo 717 para la posesión regular. Por
tanto pertenecen a esta clase la posesión
de mala fe, la que carece de justo título y
aquella a la que falta la tradición
CLASES DE tratándose de un título traslaticio de
POSESIÓN dominio.
La consecuencia más importante de esta
forma de posesión dice relación con la
prescripción adquisitiva. En caso de
LA posesión regular puede adquirirse por
POSESIÓN prescripción ordinaria de dos años para
los bienes muebles y de cinco para los
inmuebles. Tratándose de la posesión
irregular, el dominio sólo puede adquirirse
por prescripción extraordinaria de 15
CLASES DE años.
POSESIÓN
Posesiones viciosas
El artículo 724 declara posesiones
viciosas a la posesión violenta y la
LA posesión clandestina que, bien miradas,
POSESIÓN no son sino modalidades agravadas de
posesión irregular.
CLASES DE
POSESIÓN
a) La posesión violenta
ADQUISICIÓN
2. Capacidad para adquirir la posesión
El artículo 738 ha hecho una adecuación
bastante acertada de las normas generales
sobre la capacidad de goce y la capacidad de
LA ejercicio, al hecho de la posesión.
POSESIÓN a) Adquisición de la posesión de los bienes
muebles
Respecto de estos bienes el Código ha seguido
en cierta medida el criterio de la capacidad de
goce, atributo de todas las personas, permitiendo
que adquieran la posesión no sólo aquellas
ADQUISICIÓN personas que tienen la libre administración de
sus bienes, sino también los incapaces, con la
única salvedad de los dementes y los infantes
inciso segundo del artículo 738; y siempre, por
supuesto, que se den los elementos constitutivos
de la posesión: el corpus y el animus.
b) Adquisición de la posesión de los
bienes raíces
La regla es distinta para esta clase de
LA bienes. El artículo 739 prescribe que si la
POSESIÓN cosa es de aquellas cuya tradición debe
hacerse por inscripción en el
correspondiente libro del Registrador de
la Propiedad, nadie podrá adquirir la
posesión de ella sino por este medio. En
consecuencia, como ahora se trata de
ADQUISICIÓN adquirir la posesión mediante un negocio
jurídico, como es la tradición, únicamente
pueden hacerlo las personas que tienen
la libre administración de sus bienes.
3. Adquisición en nombre propio y a
nombre ajeno
La posesión puede adquirirse a nombre
LA propio, por el mismo poseedor, o por otra
POSESIÓN persona que lo hace en su nombre, en
virtud de un mandato, de la
representación legal, o simplemente por
una gestión oficiosa.
ADQUISICIÓN
4. Adquisición de la posesión legal de
la herencia
La adquisición de la posesión legal de la
LA herencia ha sido sometida a un régimen
POSESIÓN especial, que no exige la concurrencia de
corpus y animus. En efecto, por
disposición del artículo 737, esta
posesión se adquiere por el sólo
ministerio de la ley —motivo por el que se
la llama posesión legal— en el instante en
ADQUISICIÓN que es deferida, aunque el heredero Io
ignore. El deferimiento de la herencia
tiene lugar en el momento defallecer la
persona de cuya sucesión se trata (inciso
segundo del artículo 998).
Naturalmente, la adquisición efectiva de
la posesión dependerá, en definitiva, de la
aceptación o repudiación de la herencia
LA que haga válidamente el heredero. Si la
POSESIÓN acepta, se confirma la posesión desde el
fallecimiento del causante. Si la repudia,
se entiende no haberla poseído jamás
(inciso segundo del artículo 737).
ADQUISICIÓN
Conservación y pérdida de la posesión de los
bienes muebles
1. Conservación de la posesión
LA Respecto de esta clase de bienes rige el
POSESIÓN principio de que la posesión se conserva
mientras el poseedor mantenga el animus o
voluntad de poseer, que expresa su poder
sobre la cosa, aunque se encuentre
circunstancialmente privado de su tenencia
material (corpus), e incluso ignore su
CONSERVACIÓN paradero. Es lo que expresa el artículo 742:
La posesión de la cosa mueble no se
entiende perdida mientras se halla bajo el
poder del poseedor, aunque este ignore
accidentalmente su paradero.
2. Pérdida de la posesión de los bienes
muebles
La posesión de los bienes muebles se
LA pierde en los siguientes casos:
POSESIÓN 1. Cuando desaparecen sus dos
elementos constitutivos (corpus y
animus), lo que ocurrirá, por ejemplo, en
el evento de que el poseedor enajene la
cosa o la abandone para que otro la haga
suya.
PÉRDIDA
2. Por la sola pérdida del corpus, aunque
subsista el animus, hipótesis que tiene
lugar cuando otra persona se apodera de
LA la cosa con ánimo de hacerla suya
POSESIÓN (artículos 741 y 2402.2), aunque lo haga
violenta o clandestinamente. Esta última
hipótesis de pérdida posesoria la prevé el
artículo 744 para los bienes inmuebles no
inscritos, pero no se ve razón para no
aplicarla igualmente a los bienes muebles
PÉRDIDA que también pueden ser poseídos con
estos vicios.
3. Finalmente, cuando se ha hecho
imposible el ejercicio de actos posesorios,
aunque la posesión no haya pasado a
LA otras manos. El artículo 2402.1 ilustra
POSESIÓN este caso con el ejemplo de una heredad
que ha sido permanentemente inundada.
PÉRDIDA
LA
PRESCRIPCIÓ
N
El artículo 2392 define a la prescripción
como un modo de adquirir las cosas
ajenas, o de extinguir las acciones y
LA derechos ajenos, por haberse poseído las
PRESCRIPCIÓN cosas, o no haberse ejercido dichas
acciones y derechos, durante cierto
tiempo, y concurriendo los demás
requisitos legales (inciso primero).
CONCEPTO Y
FUNDAMENTOS
En este concepto genérico aparece la
doble dimensión de esta importantísima
institución jurídica: una de carácter
LA negativo en virtud de la cual se extinguen
PRESCRIPCIÓN las acciones y derechos como
consecuencia de su falta de ejercicio por
parte del titular, Io que determina, a su
turno, la extinción de las correlativas
obligaciones; y otra de función mixta, que
CONCEPTO Y es positiva en cuanto permite adquirir el
FUNDAMENTOS dominio de las cosas que se han poseído
por un cierto tiempo, y negativa a la vez,
porque al adquirir el poseedor el dominio
se pone término al derecho de propiedad
preexistente.
La primera modalidad se denomina
prescripción extintiva y su estudio es
competencia del Derecho de
LA obligaciones, motivo por el cual suele
PRESCRIPCIÓN criticarse la metodología del Código civil
que en lugar de tratarla junto con los
demás modos de extinción obligacional,
la regula conjuntamente con la segunda
modalidad: la prescripción adquisitiva,
CONCEPTO Y llamada también usucapión, modo de
FUNDAMENTOS adquirir constitutivo y originario de
dominio.
La crítica al método del Código en esta
materia parece razonable, a pesar de que
ambas prescripciones tienen algunas
LA reglas comunes, un fenómeno primordial
PRESCRIPCIÓN compartido que es el transcurso del
tiempo y, sobre todo, un mismo
fundamento.
CONCEPTO Y
FUNDAMENTOS
Respecto de esto último, de más está
decir que la prescripción, particularmente
la adquisitiva, ha sido criticada por
LA quienes la ven como un instituto injusto
PRESCRIPCIÓN en tanto hace prevalecer los intereses del
poseedor, que muchas veces aparece
como un sujeto abusivo, por sobre los del
propietario.
CONCEPTO Y
FUNDAMENTOS
Sin embargo, además de las razones que
justifican la protección posesoria, en el
caso de la usucapión, en toda
LA prescripción, extintiva o adquisitiva, está
PRESCRIPCIÓN presente la necesidad del orden social de
estabilizar las relaciones jurídicas que
permanecen inciertas debido a una
prolongada inactividad del titular, llámese
propietario o acreedor, lo que, por otra
CONCEPTO Y parte, sugiere una ausencia de interés en
FUNDAMENTOS la conservación de su derecho y justifica
esa especie de sanción jurídica que es su
pérdida.
La jurisprudencia se ha pronunciado
reiteradamente sobre este doble
fundamento. Así, en lo que respecta a la
LA necesidad de proporcionar certidumbre a las
PRESCRIPCIÓN relaciones de derecho, la Corte Suprema ha
dicho que la prescripción adquisitiva de
dominio trasunta “el interés del Estado en
disminuir por el bien de la colectividad la
prolongación de litigios, y se origina en el
concepto de que quien posee por largo
CONCEPTO Y tiempo una cosa sin protesta o interrupción
FUNDAMENTOS de terceros debe ser declarado dueño. Y en
lo que atañe al fundamento sancionatorio, ha
declarado que “en esencia la prescripción es
una sanción aplicable a quien, por su
negligencia, abandona su derecho”.
En el mismo sentido se ha pronunciado la
jurisprudencia chilena respecto de la
usucapión: “Es una manera de sancionar
LA el descuido o indolencia de los
PRESCRIPCIÓN propietarios que abandonan sus cosas,
dejándolas en manos de otros que
introducen en ellas su esfuerzo personal y
sus capitales, que las hacen producir, y
que contribuyen así al incremento de la
CONCEPTO Y riqueza particular y, consecuentemente, al
FUNDAMENTOS de la pública”.
Hay, además de estas razones de orden
jurídico, una consideración ética que se
da cita en apoyo de la prescripción
LA adquisitiva a favor del poseedor, que ha
PRESCRIPCIÓN perseverado en su vinculación efectiva
con la cosa dándole el destino que
corresponde a su naturaleza y vocación
económica; (…)
CONCEPTO Y
FUNDAMENTOS
(…) y otra de carácter práctico, pues al no
ser la inscripción registral prueba del dominio
inmobiliario, ningún propietario de un bien
LA raíz está completamente seguro de su
PRESCRIPCIÓN dominio por la simple tradición, ya que puede
ser objetado de múltiples formas,
principalmente exigiéndosele que pruebe, a
su vez, el dominio de su antecesor y el del
antecesor de su antecesor y así
sucesivamente, dando lugar a una prueba
CONCEPTO Y imposible que por ello los antiguos llamaron
FUNDAMENTOS probatio diabólica. Solamente la usucapión lo
pone a salvo, borrando los eventuales
defectos posesorios del pasado.
Reglas comunes a toda prescripción
Los artículos 2392 al 2397 contemplan
algunas reglas generales aplicables a
LA ambas modalidades de prescripción que,
PRESCRIPCIÓN sin embargo, por los propósitos de la
presente obra, serán revisadas
únicamente en ción de la prescripción
adquisitiva. Ellas son:
1) La necesidad de alegarla.
REGLAS 2) Su renunciabilidad.
COMUNES 3) Las reglas de la prescripción se aplican
contra el Estado y otras corporaciones.
La prescripción debe ser alegada
La prescripción no opera de pleno
derecho ni puede ser declarada de oficio
LA por el juez, salvo casos muy calificados
PRESCRIPCIÓN expresamente contemplados por la ley.
Es menester que sea alegada por aquel
que la pretende en su favor, sea para
adquirir el dominio de la cosa que posee
(usucapión), o para liberarse de la
REGLAS obligación que lo grava (prescripción
COMUNES extintiva o liberatoria). Al respecto
expresa el artículo 2393: El que quiera
aprovecharse de la prescripción debe
alegarla. El juez no puede declararla de
oficio.
En el caso de la usucapión esta alegación
pueden hacerla el poseedor de la cosa cuyo
dominio se trata de adquirir y, cuando
LA corresponda, también sus sucesores por
PRESCRIPCIÓN causa de muerte: heredero y, legatarios; o
por acto entre vivos, como los cesionarios
(no de la posesión propiamente, que no se
transfiere, sino del derecho que la justifica).
El interesado tiene dos vías para alegar la
prescripción:
REGLAS a) Como acción, es decir, demandando al
COMUNES propietario o al acreedor, según el caso, para
que se declare su dominio sobre la cosa
poseída o la extinción de la obligación que
pesa sobre él.
Para demandar la usucapión no se exige
que el poseedor esté siendo molestado
en su posesión, pues su objeto no es la
LA protección posesoria. Basta el interés del
PRESCRIPCIÓN actor en la declaratoria judicial de su
dominio. Esta aclaración sería
innecesaria si no fuera por una sentencia
de 29 de septiembre de 1975, de la 3a
Sala de la Corte Suprema en la que se
REGLAS sostuvo una doctrina contraria que resulta
COMUNES francamente insólita.
Dijo la Corte que para entablar la
usucapión se requiere que exista
violación de alguno de los derechos que
LA el hecho de la posesión le confiere al
PRESCRIPCIÓN actor, mediante un acto cometido por el
demandado que le ocasione perturbación
o violación de dicho derecho, porque de
Io contrario continúa rigiendo
inalterablemente el principio consagrado
REGLAS en el segundo inciso del Art. 754 (actual
COMUNES Art. 715) del Código Civil de que el
poseed es reputado dueño, mientras
otras personas no justifiquen serlo.
b) Como reconvención. Suele afirmarse
que se puede alegar como excepción, lo
que es un error, porque esta sólo es un
LA mecanismo de defensa contra la
PRESCRIPCIÓN demanda de reivindicación interpuesta
por el propietario de la cosa. Por
consiguiente, alegada de esta manera, el
juez, a lo más y de justificarse los
elementos de la prescripción, únicamente
REGLAS podría rechazar la demanda, mas no
COMUNES declarar la usucapión, porque esta no ha
sido la pretensión formulada por el
poseedor demandado.
Lo que se quiere decir es que,
independientemente de las excepciones
que puede oponer a la demanda, el
LA poseedor demandado debe alegarla al
PRESCRIPCIÓN momento de contestar la demanda (no
hay otro momento procesal para ello),
mediante una reconvención o
contrademanda enderezada contra el
propietario accionante, en la que pide
REGLAS formalmente que se declare la
COMUNES prescripción en su favor. Así Io ha
declarado uniformemente la
jurisprudencia. En una de sus sentencias
más recientes sobre la materia dijo la
Corte Nacional:
“Respecto a las excepciones de
prescripción extraordinaria adquisitiva de
dominio del inmueble objeto de la
LA demanda de reivindicación y de nulidad
PRESCRIPCIÓN de la escritura pública (...) no procede que
tales cuestiones sean planteadas vías
excepción a la demanda sino solamente
mediante una acción directa o por
reconvención, según se ha pronunciado
REGLAS esta Sala (...)
COMUNES
No obstante que la reconvención debe
proponérsela al tiempo de contestar la demanda
y debe ser resuelta en la sentencia, es
improcedente confundirla con las excepciones
LA como si se tratasen de la misma institución
PRESCRIPCIÓN procesal, pues una y otra son distintas y tienen
un propósito procesal diferente: así las
excepciones son medios de defensa para
contradecir las pretensiones del actor, en tanto
que la reconvención contempla el planteamiento
de otra controversia; en consecuencia las
REGLAS excepciones no pueden conllevar a reconocer o
COMUNES declarar derechos, puesto que estas
pretensiones sólo deben ejercerse mediante
demanda o contrademanda, a fin de que, con
observancia del debido proceso, la contraparte
pueda asimismo ejercer la defensa de sus
derechos”.
Cualquiera sea la vía que se utilice, la
alegación de la prescripción debe
plantearse conectada precisamente con
LA el caso concreto de que se trata,
PRESCRIPCIÓN exponiendo pormenorizadamente la
forma en que se han cumplido los
distintos requisitos que dan lugar al
instituto. No basta la afirmación de
generalidades, como decir, por ejemplo,
REGLAS que se posee por más de 15 años un
COMUNES predio de aproximadamente dos
hectáreas. Es necesario, en relación con
estos elementos, precisar con exactitud la
época en que comenzó la posesión y la
descripción de la cosa.
La prescripción es renunciable una vez
cumplida
Antes de que se reúnan los presupuestos
LA legales que permiten alegarla, nadie puede
PRESCRIPCIÓN renunciar a la prescripción, pues, por una
parte, el derecho a prescribir (y la
consecuente posibilidad de renunciar a él)
solamente ingresa al patrimonio del
poseedor una vez que se han cumplido
dichos presupuestos; y por otra, ella no mira
REGLAS únicamente al interés individual de quien
COMUNES puede reclamarla, sino también al general de
la sociedad que, como ya se dijo, a través de
esta institución busca proporcionar seguridad
jurídica respecto de la propiedad de los
derechos.
Pero una vez que se han cumplido las
exigencias legales, que es a lo que se
refiere el artículo 2394 cuando emplea la
LA expresión prescripción cumplida, el hacer
PRESCRIPCIÓN o no uso efectivo de la posibilidad de
prescribir, es una cuestión que atañe
únicamente al poseedor, por lo que, si
tiene la libre administración de sus bienes
(artículo 2395), puede renunciar a la
REGLAS prescripción, sea en forma expresa,
COMUNES mediante una declaración que haga
explícita su decisión, o tácita,
manifestando de cualquier forma su
reconocimiento del derecho ajeno de que
se trata. Así Io dispone el artículo 2394.
“La prescripción puede ser renunciada
expresa o tácitamente; pero sólo después
de cumplida.
LA Renúnciase tácitamente, cuando el que
PRESCRIPCIÓN puede alegarla manifiesta, por un hecho
suyo, que reconoce el derecho del dueño
o del acreedor. Por ejemplo, cuando
cumplidas las condiciones legales de la
prescripción, el poseedor de la cosa la
REGLAS toma en arriendo, o el que debe dinero
COMUNES paga intereses o pide plazo”.
Las reglas de la prescripción se aplican a
favor y en contra del Estado y otras
corporaciones
LA Según el artículo 2397 la prescripción
PRESCRIPCIÓN puede alegarse contra el Estado, los
consejos provinciales, las
municipalidades, los establecimientos y
corporaciones nacionales, respecto de
bienes que forman parte de su
REGLAS patrimonio.
COMUNES
Refiriéndose a esta regla, aplicada a una
corporación concreta del Estado, la Corte
Suprema resolvió “que de ninguna
LA manera se ha violado el Art. 29 de la
PRESCRIPCIÓN Constitución de la República, por cuanto
los inmuebles del IESS si pueden ser
adquiridos por prescripción adquisitiva de
dominio como Io son los del Estado,
Consejos Provinciales, Municipales,
REGLAS establecimientos y corporaciones
COMUNES nacionales y los de los individuos
particulares que tienen la libre
administración de lo suyo, según lo
prescrito en forma expresa por el Art.
2421 del Código Civil”.
Se excepcionan de esta regla general aquellos
bienes nacionales que la Constitución y las leyes
declaran imprescriptibles, entre los que pueden
citarse los bienes culturales patrimoniales del
LA Estado (artículo 379 CR), los recursos naturales
PRESCRIPCIÓN no renovables, hidrocarburos, yacimientos
minerales y substancias cuya naturaleza sea
distinta de la del suelo, el espectro radioeléctrico
(artículo 317 y 408 CR), y las tierras rurales del
Estado que no pueden ser objeto de prescripción
adquisitiva de dominio, por mandato del artículo
REGLAS 18 de la Ley orgánica de tierras rurales y
COMUNES territorios ancestrales (Ley O, Supl. RO 711 de
14 de marzo de 2016).
También son imprescriptibles los bienes
nacionales de uso público, pues no están
en el comercio humano (artículo 417
LA COOTAD), entre ellos los recursos
PRESCRIPCIÓN hídricos, la biodiversidad y su patrimonio
genético.
REGLAS
COMUNES
Para que tenga lugar la prescripción
adquisitiva se requiere:
1) Que se trate de cosa apta para
LA adquirirse por este modo;
PRESCRIPCIÓN 2) Que exista posesión;
3) Que haya transcurrido el tiempo
señalado por la ley;
4) Que el cómputo de dicho plazo no se
haya interrumpido;
5) Que tampoco se haya suspendido,
REQUISITOS requisito que varía según la modalidad de
prescripción de que se trate.
Primer requisito de la prescripción: la
prescriptibilidad de la cosa cuya
adquisición se pretende
LA Como regla general pueden ganarse por
PRESCRIPCIÓN prescripción todos los bienes corporales
que están en el comercio humano,
muebles o inmuebles; y los derechos
reales que no se encuentran
expresamente exceptuados. Al efecto
dispone el artículo 2398:
REQUISITOS
Salvo las excepciones que establece la Constitución, se
gana por prescripción el dominio de los bienes corporales
raíces y muebles que están en el comercio humano, y se
han poseído con las condiciones legales.
Se ganan de la misma manera los otros derechos reales
que no están especialmente exceptuados.
Segundo requisito de la prescripción
adquisitiva: la posesión de la cosa cuya
adquisición se pretende
LA La posesión es el presupuesto de hecho
PRESCRIPCIÓN fundamental de la prescripción adquisitiva,
en cuanto pone de manifiesto la existencia
de una persona que detenta la cosa cuya
adquisición se reclama y se comporta como
señor y dueño de ella. Se comprende
entonces la necesidad de probarla y de
REQUISITOS singularizar adecuadamente la cosa poseída,
por la sencilla razón, que ha sido destacada
por la jurisprudencia, de que en el evento de
aceptarse la demanda, debe ordenarse la
protocolización e inscripción de la sentencia
respectiva.
Tercer requisito de la prescripción
adquisitiva: el transcurso del plazo
legal
LA Como veremos, el Código establece
PRESCRIPCIÓN diferentes plazos de prescripción, según
se trate de bienes muebles o inmuebles y
de usucapión ordinaria o extraordinaria.
REQUISITOS
Cuarto requisito de la usucapión: la no
interrupción de la prescripción
Puesto que las razones que justifican la
LA prescripción adquisitiva son, de un lado, la
PRESCRIPCIÓN prolongada posesión de un bien y, de otro, la
inactividad de su propietario respecto de
quien lo está actualmente poseyendo, es de
toda lógica que si el poseedor pierde el
poder de hecho sobre la cosa poseída, o si el
propietario la reclama, desaparecen
REQUISITOS fundamentos y pasa a justificarse ahora una
interrupción en el curso de la usucapión.
CLASES
La prescripción adquisitiva ordinaria
Para adquirir por prescripción ordinaria,
además de las exigencias generales ya
LA examinadas para toda especie de
PRESCRIPCIÓN usucapión, se requiere que exista
posesión regular y el transcurso del
tiempo específico que contempla la ley
para esta modalidad. Al efecto dispone el
artículo 2407: Para ganar la prescripción
ordinaria se necesita posesión regular no
CLASES interrumpida, durante el tiempo que las
leyes requieren.
1. Primer requisito: posesión regular no
interrumpida
Ya se vio que esta clase de posesión,
LA definida por el artículo 717 es aquella que
PRESCRIPCIÓN dispone de justo título, ha sido adquirida
de buena fe aunque esta no subsista
después de adquirida la posesión y ha
tenido lugar la tradición si el título es
translativo de dominio.
CLASES
2. Segundo requisito: tiempo de posesión
Según el artículo 2408 el tiempo para
ganar la prescripción ordinaria es de tres
LA años para los bienes muebles, y de cinco,
PRESCRIPCIÓN para los raíces. Para computar estos
plazos es preciso tener en cuenta:
CLASES
Primer requisito de esta modalidad de
prescripción: la posesión irregular
El Código no contiene una disposición que
LA señale explícitamente que la posesión
PRESCRIPCIÓN irregular sea requisito para la procedencia de
la prescripción extraordinaria, no obstante lo
cual ello se desprende fácilmente de la
circunstancia que la posesión regular es
exigencia para la prescripción ordinaria; y se
confirma con normas como la contenida en la
CLASES regla 2a del artículo 2410, según la cual para
la prescripción extraordinaria no es necesario
título alguno; basta la posesión material en
los términos del Art. 715. En otras palabras,
es suficiente la posesión irregular.
Plazo para la prescripción extraordinaria
El plazo de posesión irregular para la
prescripción extraordinaria es de 15 años
LA (artículo 2411) y se computa según las reglas
PRESCRIPCIÓN generales del Título Preliminar del Código
Civil, y con la regla particular consignada en
el mismo artículo 2411, en el sentido de que
este plazo corre contra toda persona, y no se
suspende en favor de las enumeradas en el
Art. 2409.
CLASES
El artículo 2410 somete esta prescripción a
las siguientes reglas: