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Introducción:

Dios nos creó para que disfrutáramos una vida plena. Una
existencia llena de dolor, angustia, desesperanza, sensación
permanente de culpa no estaba en su mente cuando nos
concibió a usted y a mí. Si quisiéramos sintetizarlo, podríamos
decir que Dios nos creó para ser felices. No obstante lo anterior,
nuestro Adversario espiritual— Satanás— está empecinado
desde el comienzo, en destruirnos.
No se concibe que nosotros podamos vivenciar la armonía en
nuestro mundo interior. Si se lo permitimos, nos ata y lleva a
prisiones de las que difícilmente podremos salir a menos que le
abramos las puertas al Señor Jesús. Él vino a libertarnos, romper
las cadenas, hacernos libres y darnos una vida de excelencia en
todos los órdenes. Si se lo permitimos, el Señor Jesús sana
nuestras heridas emocionales para que disfrutemos esa
existencia renovada. La decisión está en nuestras manos. Es
necesario que le abramos las puertas del corazón al obrar de
Jesucristo.
I. Nuestro enemigo espiritual está empeñado en robarnos las
bendiciones e impedirnos una vida plena.
1. Si podemos identificar a nuestro enemigo espiritual y de qué
manera opera, podemos enfrentarlo.
1.1. Dios nos concibió para que disfrutáramos la vida a plenitud
(Génesis 1:26-28)
a. Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios (vv. 26 a, 27)
b. Fuimos creados para dominar sobre la tierra (vv. 26 b, 28)
c. Dios nos concibió para ser un pueblo grande y bendecido. El
pecado, sin embargo, trajo maldición y ruina. (Génesis 3:1-7; 13-
24)
“Por mucho tiempo se ha dicho que la vida cristiana normal es
derrota; que está saturada de dificultades, de opresión…
Indiscutiblemente yo estaba equivocado; fallé al no reconocer en
un comienzo, que existe otro reino y, que no todo lo que sucede
viene de Dios; si uno se sujeta a toda circunstancia, muchas
veces se estará sujetando a derrota, y dominio del reino de las
tinieblas.” (Coleman, Jimmy. “Herido y sanado”. México, Centro
de Entrenamiento Bíblico Cristo al mundo. 1989, pg. 13)
1.2. No podemos resignarnos a una condición de derrota,
opresión, dominio y control sobre todas las áreas de nuestra
vida.
1.3. No sabemos qué es la victoria hasta tanto enfrentemos la
situación de dolor, frustración y desesperanza que nos ha traído
el enemigo espiritual (Juan 10:10)
2. Hasta tanto estemos en pecado, enfrentaremos un caos en
nuestro mundo interior:
a. El pecado se convierte en una atadura física y espiritual (Juan
8:34)
b. El pecado nos impide avanzar (Proverbios 5:22, 23)
c. Cristo por su sacrificio en la cruz nos hizo libres de la esclavitud
del pecado (1 Corintios 7:23)
d. Es necesario permanecer en Cristo para no estar de nuevo
bajo esclavitud del pecado (Romanos 6:15-18)
e. La decisión de no ser de nuevo esclavizados por el pecado, es
nuestra (Gálatas 5:1)
3. Dios nos ofrece lo mejor de la vida. Él no nos creó para vivir en
la infelicidad y la derrota, sino en victoria (Cf. 1 Juan 5:5); sin
embargo es necesario que nos decidamos por la libertad que nos
da Cristo
Esclavo à Gr, doulos à El grado más inferior de servidumbre.
Sujetos a la voluntad de otro.
Esclavitud à Gr. Douleia à Estar atado; sujeto a alguien
4. Dios espera que nos levantemos en victoria, la que ganó Cristo
para nosotros. Dios quiere que seamos libres del yugo del diablo,
nos levantemos triunfantes y poseamos lo mejor de la tierra; que
nos movamos en dirección a una vida plena.
5. Satanás tiene preparada una estrategia contra toda persona
para dominar, controlar y destruir su vida en las dimensiones
física y espiritual (Juan 10:1; 10:10 a)
5.1. El pecado abre las puertas a la opresión y la influencia
demoníaca.
5.2. Hay áreas de nuestra vida en las que Satanás establece
ataduras para traer dominio, control y destrucción.
6. Como lo hizo con el pueblo de Israel, Dios nos ofrece lo mejor
de la tierra que es el disfrute de la vida plena. Nos corresponde
entrar a poseer la bendición (Deuteronomio 1:21)
6.1. La parte de Dios es darnos
6.2. La parte del creyente es recibir las bendiciones (Josué 1:1-6).
a. La tierra que debían poseer los israelitas estaba gobernada por
31 reyes.
b. Dios instruyó a Josué, y a nosotros hoy, para que seamos
“esforzados y valientes”.
c. A usted y a mí nos corresponde sacar al enemigo de nuestro
territorio (Santiago 4:7)
6.3. El Señor Jesús ya nos hizo libres y tenemos asegurada la
victoria sobre toda atadura de nuestro enemigo espiritual
(Colosenses 1:9-14; Colosenses 2:13-15)
6.4. No podemos pedirle al Señor Jesús que libre nuestra batalla
contra Satanás y sus huestes, porque ya él nos dio poder y
autoridad sobre el mundo de las tinieblas (Lucas 10:17-19;
Salmos 91:13)
a. No podemos permitirle al enemigo que todavía tenga derecho
legal sobre nuestra vida (Jueces 1:19, 21, 27, 28, 30-35)
b. Decidieron hacer un “pacto de convivencia” con el enemigo, y
el enemigo— como nos ocurre hoy si se lo permitimos, se
quedará viviendo junto nuestro para oprimirnos.
c. Dios no quiere que cedamos terreno al enemigo mediante el
pecado.
d. Cuando aceptamos compartir nuestro espacio con el enemigo,
él se fortalece y nosotros nos debilitamos.
7. Jamás podemos llegar al punto de consentir con el enemigo,
con Satanás, y establecer acuerdo con él. No podemos vivir una
sola parte de lo que Dios nos ha dado. Esto sería tanto como
prepararnos para experimentar una vida sin frutos. Recordemos
que el enemigo permanecerá en nuestro territorio mientras se lo
permitamos. Es hora de levantarnos y poseer las enormes
bendiciones que el Señor tiene para nuestra existencia.
“Dios no quiere que sigas siendo el objetivo del enemigo. Él no
quiere que vivas bajo la opresión y las ataduras. Quiere
romperlas y darte libertad para que lo conozcas y puedas vivir
como una persona normal.” (Coleman, Jimmy. “Herido y
sanado”. México, Centro de Entrenamiento Bíblico Cristo al
mundo. 1989, pg. 13)
7.1. Peleamos en el mundo espiritual, no en nuestras fuerzas
sino en las de Dios (2 Corintios 10:3, 4).
7.2. Los ataques del enemigo los recibimos en nuestro mundo
interior , así como en la dimensión física y espiritual.
a. Nuestro amado Salvador Jesucristo es nuestra fortaleza en la
batalla.
b. Así como lo hizo con sus discípulos, el Señor Jesús nos ha dado
autoridad (Mateo 10:1; Cf. Salmos 91:13)
Autoridad à gr. Exousia à Permiso o libertad de hacer las cosas
como a uno le parezca. Poder con el que uno ha sido investido.
Es poder para regir o gobernar, y ser obedecido.
c. Tener la autoridad depende de la permanencia con el Señor
Jesús, bajo cuyo poder podemos hacer cosas grandes (Juan
14:12; Cf. Colosenses 2:10; Filipenses 2:9-11; Efesios 1:21)
d. Ejercemos autoridad de Cristo en nuestra vida, por fe.
e. Nuestra vida cristiana se afianza en la victoria, y debe ser por
naturaleza dinámica y creciente.
f. La intimidad con Dios está ligada al ejercicio de la autoridad
sobre el mundo de las tinieblas.
g. En Cristo tenemos asegurada la victoria sobre las tinieblas (1
Juan 5:4; Romanos 8.37)
Victoria à Gr. Nike à Vencer, alcanzar la victoria.
8. Dios quiere que usted y yo vivamos en victoria espiritual, lo
que a su vez se refleja en armonía con nuestro mundo interior.
II. Si queremos vencer el terreno del enemigo espiritual,
debemos conocerlo y saber de qué manera opera
1. Nuestro enemigo, Satanás, utiliza varias estrategias que
debemos conocer:
1.1. Mentira y engaño. Tergiversa la verdad en nuestra mente,
por lo que debemos cuidar nuestros pensamientos (Filipenses
4.8). Al afectar nuestra forma de pensar, incidirá en nuestras
acciones. No podemos olvidar que Satanás es el padre de la
mentira (Juan 8:44)
1.2.Sentimientos de condenación y acusación. La naturaleza de
nuestro adversario espiritual es acusarnos por los errores del
ayer, de los que Dios ya nos perdonó. Quiere hacernos sentir mal
constantemente. Nos lleva a pensar que Dios no os perdonará
jamás (Apocalipsis 12:10; Zacarías 3:1-3; Romanos 8:33-35)
1.3.Persecución. Experimentamos intolerancia por parte de
quienes nos rodean. Libran tremendos ataques en contra nuestra
(Juan 15.20)
1.4.Duda y temor. Cuando el enemigo gana territorio en nuestro
mundo interior por medio del miedo y la incredulidad, levanta
una enorme barrera al mover de Dios (Hebreos 3:19; 4:4)
1.5.Una mente cautiva con pensamientos de maldad. Satanás
aprovecha una mente no renovada para establecer fortalezas a
través de pensamientos de maldad (2 Corintios 10:3-5: Romanos
12:2) Ejerce influencia gracias a factores externos.
1.6.Ataques en la mente. Gran parte de las batallas que libra el
ser humano, se producen en la mente. Es allí donde se fortalece
la posesión o la influencia de los demonios (2 Corintios 10:3-6)
Obediencia — > Gr. Hupakoe. Término compuesto de dos raíces
griegas. Hupo , que traduce debajo, en un nivel inferior y akuo ,
que vertido al español es oír, escuchar atentamente, oír con
sumisión y declarándose de acuerdo.
2. ¿Qué hacer en todo ese proceso?
2.1. Someter los pensamientos a Cristo obliga esfuerzo y
constancia , porque el enemigo está siempre al acecho.
2.2. Mientras dejemos abiertas las puertas de nuestros
pensamientos, el enemigo tomará ventaja generando
tentaciones hacia la carnalidad.
2.3. Dejamos de confesar palabras de derrota y proferimos
palabras de bendición. Declarar ruina, fracaso y derrota nos
granjea enormes dificultades en las dimensiones física y
espiritual. No podemos olvidare que Satanás arrebata las
palabras alentadoras del Reino de Dios para sembrar, a cambio,
iniquidad y destrucción (Cf. Mateo 13:19)
2.5. Debemos estar preparados para enfrentar las diversas
formas como el enemigo espiritual libra ataques en contra
nuestra (Romanos 8:35-37; 1 Corintios 15:57, 58)
Vencedores à Gr. Hipernikao. Del término huper , que traduce
sobre o encima de y Nikao , que vertido al español es conquistar.
Alguien que tiene todas las condiciones para salir airoso,
victorioso, no importa las circunstancias que estén en contra.
a. En la lucha contra el mundo de las tinieblas que busca golpear
nuestro mundo interior, fuimos llamados a vencer.
b. Sólo vencen, quienes asumen su condición de vencedores.
“Si intentas servir a Dios tomando como base tu naturaleza
humana, terminarás justificando tus fracasos y debilidades. Si
dices que el temperamento es tu única fortaleza pero también tu
debilidad, ¿dónde está entonces la fuerza del Espíritu? Al hablar
de esta manera reconoces que caminas de acuerdo con tu propia
naturaleza… estoy seguro que el Señor no habría hecho la obra
que ha realizado en nuestro ministerio si no hubiera sometido las
debilidades de mi carne al Espíritu Santo. En vez de justificarlas
con los temperamentos, decidí someterlas a la obediencia del
Señor.” (Luna, Cahs. “En honor al Espíritu Santo”, Editorial Vida,
EEUU. 2010, pg. 27)
3. Es necesario que comprendamos que el mundo de las tinieblas
se encuentra bien organizado:
Jerarquía del mundo de las tinieblas (Efesios 6.12)
Principados
Gr. Archos à Los primeros o preeminentes. La primera persona
de una serie, el que lidera (Romanos 8:38; Colosenses 1:16; 2:9,
10; 13-15)
Potestades
Gr. Exousia à Poder para reinar o gobernar. Espíritus de maldad
con autoridad, la que le confiere el pecado (1 Corintios 15:24, 25;
Efesios 1:20, 21; 2:1, 2; 3:8-13)
Gobernadores de las tinieblas
Gr. Kosmokratoras. De kosmo — mundo y kratoras — fuerzas o
poderes. El mundo de las tinieblas tiene espíritus
estratégicamente ubicados en ciertos lugares del mundo (Efesios
6:12).
Huestes espirituales
Gr. Pheumatika à Espiritual y Poneria — Maldad; espíritu de
maldad y en género femenino, se refiere a prostitución, al
intento de corromper toda carne. Las huestes de maldad operan
en los mundos físico y espiritual (Efesios 3:9, 10; 6.12)
3.1. Es esencial que si tenemos una lucha contra el mundo
espiritual de maldad, como paso para vencer, no olvidemos que
Dios nos ayuda en la batalla (Salmos 110:1, 2)
a. El Señor Jesús en la cruz quitó el pecado del hombre y le
libertó del poder de las tinieblas (Colosenses 1:13; 2:13-15; 1
Juan 3.8)
b. El Señor Jesús está sentado sobre todo principado, porque Él
gobierna con poder (Efesios 1:20. 21)
3.2. Como Iglesia de Jesucristo asumimos una actitud de
confrontación del mundo de las tinieblas para frenar su avance y
recobrar territorios que nos robó (Salmos 45:6; 108:13)
3.3. Es necesario ejercer autoridad sobre el mundo de las
tinieblas (Mateo 16:19; 18:18)
“Esta es la situación que nosotros enfrentamos al entrar en la
Guerra Espiritual de nuestra tierra o mundo interior; tenemos
que pararnos frente a un enemigo que ha estado morando y,
prácticamente reinando en ella por largo tiempo; ha construido
fortalezas y ataduras tan grandes que parece imposible
derrumbarlas, entrar en la tierra y poseerla. El hecho es que el
enemigo no se va a asustar y salir corriendo porque tú has
tomado la decisión de lograr una liberación. Tú tienes que actuar
en el principio de la Guerra Espiritual. Fuerza contra fuerza, reino
contra reino. El enemigo sólo conoce ese principio.” (Coleman,
Jimmy. “Herido y sanado”. México, Centro de Entrenamiento
Bíblico Cristo al mundo. 1989, pg. 25)
III. El principal centro de ataque en contra nuestra es la mente.
1. Nuestro enemigo espiritual ha morado por años en la mente,
logrando control sobre varias áreas vitales.
1.1. Es necesario recobrar el dominio de la mente.
1.2. Satanás no querrá que se recobre el dominio de la mente
a. Satanás se aprovecha de una mente pasiva
b. Satanás se aprovecha de una mente engañada
c. Satanás se aprovecha de una mente no renovada
1.3. El cristiano está llamado a renovar la mente como paso
esencial para crecer en todas las áreas (Romanos 12:2; Tito 3:4,
5)
a. Debemos darle el primer lugar a Dios en nuestra mente
(Marcos 12:30)
b. Debemos derribar las fortalezas mentales (2 Corintios 10:3-5)
c. La mente se acostumbra a determinados parámetros que
debemos modificar con ayuda de Dios.
d. Renovar la mente implica asumir nuevos parámetros de
pensamiento (Romanos 12:2)
e. En la mente se anida la angustia, el temor, la incredulidad, la
perversidad.
2. Después de convertirnos a Cristo, nuestra mente no se
renueva. Es necesario emprender ese proceso con ayuda de
Dios, que implica reprogramar nuestra forma de pensar y de
actuar ya que Satanás— cuando estábamos en pecado— nos
programó para la derrota, la frustración, el fracaso y la
destrucción. El enemigo nos sembró pensamientos equivocados
que por años gobernaron nuestra forma de obrar (Cf. 2 Corintios
4:4)
ESTRATEGIAS DEL ENEMIGO
Engaño
Fanatismo religioso. Irracionalidad. No se filtran los
pensamientos. Se llega a considerar que todos los pensamientos,
visiones y sensaciones provienen de Dios (Cf. 2 Corintios 11:3)
Pasividad
Las personas no evalúan nada. Lo aceptan todo, especialmente
en el ámbito de la espiritualidad. Aceptan incluso los recuerdos
del pasado que les causan daño. Aun cuando les generan dolor y
confusión, reciben todos los pensamientos. Tienen dificultades
para concentrarse.
Mente no renovada
Temor, rechazo, preocupación, ansiedad, negativismo, olvido. No
confrontar las emociones.
2.1. Es necesario renovar nuestra mente. Alguien puede ser
creyente, pero no haber renovado su mente; por este motivo, su
forma de pensar y actuar— muchas veces ligadas a un pasado sin
Cristo, siguen siendo las mismas.
Engaño à Gr. Exapatao à Gr. Ek , intensivo. Apatao
àEmpequeñecer. Seducir completamente.
a. Permitir que Dios gobierne nuestros pensamientos, traerá paz
y armonía a nuestro mundo interior (Isaías 26:3,4)
Paz à Gr. Shalom àSalud, felicidad, bienestar. En el contexto se
refiere a nuestra capacidad creativa, que descansa en Dios sin
importar las circunstancias.
b. Confiamos en Dios cuando llevamos a Su presencia en oración,
todo aquello que nos perturba (Filipenses 4:6, 7)
2.2. Fuentes de origen de los pensamientos
a. Nosotros
b. El diablo
c. Dios
2.3. El crecimiento espiritual y la renovación de la mente deben
ir de la mano (Cf. Efesios 4:22-24)
IV. El cristiano no mantendrá su libertad en Cristo hasta tanto
experimente libertad en su voluntad
1. La voluntad nos permite tomar decisiones. Dios respeta lo que
determinemos como personas (Cf. Génesis 2:16, 17;
Deuteronomio 30:15, 19); sin embargo, cuando hay armonía con
Dios, alcanzaremos equilibrio en lo que escojamos.
1.1. La mente nos dice lo que pensamos
1.2. La voluntad materializa lo que queremos
1.3. Las emociones expresan cómo nos sentimos
2. El enemigo sabe que si afecta nuestra mente, incidirá
directamente sobre nuestra voluntad.
A través de la voluntad se tiene una capacidad para reinar y
gobernar; en esa forma es como Dios le ha dado dominio al
hombre, y la habilidad para reinar; y también es donde Satanás
ataca para quitárselos y robarlos, es decir, el dominio y la
capacidad de reinar. (Coleman, Jimmy. “Herido y sanado”.
México, Centro de Entrenamiento Bíblico Cristo al mundo. 1989,
pg. 98)
2.1. El hombre debe tomar control de su voluntad lo que se ve
reflejado en el dominio de cuerpo, alma y espíritu.
2.2. Si hay gobierno de la voluntad, se tendrá control de las
emociones y los sentimientos (Proverbios 25:28)
2. Si no tomamos control de nuestra voluntad— con ayuda de
Dios— tomará ventaja el mundo de las tinieblas (Romanos 8:12,
13; Colosenses 3:5-7)
2.1. Nuestro adversario espiritual se aprovecha de los recuerdos
y hechos traumáticos que subyacen en el inconciente.
2.2. En la medida en que la mente se renueva (Cf. Romanos
12:2), la voluntad se fortalece.
SEÑALES DE ALERTA SOBRE FORTALEZAS ESPIRITUALES DE
MALDAD QUE AFECTANM NUESTRA VOLUNTAD
Inercia
Resignación ante los obstáculos. Aceptación de cuanto ocurre
alrededor, incluso la adversidad.
Falta de perseverancia
La persona jamás termina lo que emprende
Dispersión de los pensamientos
A la persona se le dificulta concentrarse. No pueden siquiera
conservar el hilo de una conversación.
Inseguridad
Incapacidad de tomar decisiones. Temor a asumir
responsabilidades. Dejan que los demás decidan por ellos.
Doble ánimo
Las personas fluctúan entre perseverar en el camino de Dios o
permitir que les arrastre de nuevo la mundanalidad.
2.3. Identifique áreas de engaño en su vida. Recuerde que la
verdad nos hace libres (Cf. Juan 8:31, 32)
Verdad à Gr. Ginosko à Conocimiento de un principio, aplicación,
desarrollo y el logro. Saber algo por experiencia personal
2.4. Tome control de su voluntad. Es necesario que pongamos
filtro a nuestros pensamientos (1 Tesalonicenses 5:21).
a. Es necesario que usted resista en su voluntad y en su mente
todos los pensamientos de maldad que le asaltan, enviados por
Satanás (Cf. Santiago 4:7; 2 Corintios 10:5).
b. Si el Adversario controla nuestra voluntad tendrá dominio del
cuerpo, muerte y espíritu (1 Corintios 9:26, 27)
Retener àGr. Kateco àSostener o sujetar firmemente. Gr. Kata à
Abajo. Gr. Eco àTener en la mente, adherir
2.3. Es necesario tomar decisiones con ayuda de Dios, asumiendo
las consecuencias que se deriven.
IV. El poder de Dios nos liberta para que podamos tomar control
de las emociones y sentimientos
1. Quien gana ventaja con la permanencia de las heridas
espirituales que experimentamos, es nuestro Adversario
espiritual.
1.1. El propósito de Dios es que haya sanidad permanente en
nuestro mundo interior (1 Tesalonicenses 5:23)
1.2. Las heridas emocionales comienzan con un hecho
traumático que se transforma en resentimiento y da lugar al
odio. A partir de entonces se produce la amargura de corazón y
toma fuerza hasta llevar a la persona a la destrucción física y
espiritual.
1.3. Satanás se aprovecha de las heridas emocionales (Cf. Efesios
4:279
3. Las heridas emocionales tienen factores desencadenantes:
3.1. Las relaciones rotas. Frecuentes en los matrimonios que
terminan en divorcio y que desencadenan heridas en los
cónyuges.
3.2. No perdonar. La decisión de mantener la herida emocional y
no perdonar al causante del mal, se constituye en una atadura
espiritual (Cf. 2 Corintios 2:10, 11)
3.3. El Rechazo. Comienza generalmente desde la niñez y
persiste en el tiempo. No obstante, los hechos traumáticos
también afectan a los adultos.
3.4. El Maltrato. Se producen por las reacciones que se reciben
de otras personas y que involucran violencia física y verbal.
Causan heridas emocionales.
3.5. Palabras hirientes. Son términos expresados generalmente
por alguien en estado de exaltación que producen heridas
emocionales (Proverbios 10:31; Salmos 37:30)
3.6. Abuso sexual. Produce heridas emocionales que pueden
marcar la vida de una persona para siempre.
3.7. Raíces de amargura. Constituyen el producto de heridas sin
sanar que nos impiden una vida plena y desencadenan
contaminación espiritual a otras personas (Cf. Hebreos 12:15)
a. Dios quiere que seamos libres de las consecuencias de los
hechos traumáticos que nos afectaron (Hebreos 12:1)
b. Dios que nos creó, es el único que puede sanarnos
V. Dios quiere traernos libertad a partir del perdón (Lucas 6:37)
1. Dios nos perdonó y espera que nosotros perdonemos a
quienes nos han causado daño (Efesios 4:32)
1.1. Estar atados al pasado cuando no perdonamos, nos impide
crecer en todas las áreas de4 nuestra vida.
1.2. Cuando perdonamos a quienes nos han causado daño,
desatamosa quien nos causó daño y de paso quedamos libres
(Juan 20:23)
2. Quien no perdona recibe las consecuencias de su
determinación. Experimentará un estado de tormenta interior
permanente (Mateo 18:21-35)
2.1. Quien más se perjudica es aquél que no perdona
2.1.1. ¿Qué produce la falta de perdón?
a. Produce enormes impedimentos para amar y ser amados.
b. Produce reacciones de resentimiento hacia quien nos causó
daño.
c. Produce daño emocional y físico a quien experimenta ese
rencor.
2.1.2. ¿Qué hace quien no perdona?
a. Siente que aquél que le causo daño “le debe algo”
b. Asume la posición de “No perdono hasta tanto me pidas
perdón”. Como pasan los días y no advierte esa actitud, expresa
su rechazo verbal y gestual a quien considera es el causante de
su resentimiento.
c. Decide prorrogar su resentimiento por tiempo indefinido como
una forma de expresar hacia él o ella palabras que la hieran, o a
los menos pensamientos en los que imagina, está tomando
venganza.
d. Genera estancamiento espiritual:
d.1. No perdonar es uno de los frutos de la carne (Gálatas 5:19-
21).
d.2. Quien perdona, crece espiritualmente porque afianza en su
vida los frutos del Espíritu Santo (Gálatas 5:21-25).
e. Experimenta falta de paz interior y exterior.
f. Aviva el deseo de tomar venganza.
3. Quien no perdona refleja su rencor y resentimiento en su
relación con Dios y con los demás
3.1. Reacciones de no perdón (Gálatas 6: 7).
3.2. El resentimiento y la falta de perdón se “transpiran”.
3.3. Lo grave es que quien no perdona, desconoce que
“transpira” rencor en sus relaciones interpersonales.
3.4. La falta de perdón puede permanecer por años.
¿Hacia quiénes pudiéramos guardar rencor por años, sin
proponérnoslo?
a.- Hacia los padres.
b.- Hacia las personas con las que tuvimos una relación
sentimental traumática.
c.- Hacia nuestros hermanos y amigos, de quienes sentimos, nos
fallaron alguna vez.
4. ¿Por qué experimentamos falta de perdón en el corazón?
4.1. Experimentamos falta de perdón por las heridas provocadas
a conciencia por terceros.
4.2. Experimentamos falta de perdón por la forma errada como
percibimos que aquello que dijeron o hicieron “era a propósito”
para herirnos, muchas veces sin que hubiese mediado ninguna
intencionalidad.
4.3. Por un deseo represado de tomar venganza que nos lleva a
dilatar cualquier arreglo.
4.4. ¿Por qué no se arreglan las situaciones?
a. Por el orgullo de quien nos causó daño.
b. Por nuestro orgullo de no dar el brazo a torcer.
c. Porque esperamos que los demás den el “primer paso”.
5. ¿Cómo identificamos en nosotros un espíritu no perdonador?
5.1. Cuando sentimos molestia apenas encontramos a
consideramos que nos hizo daño.
5.2. Cuando aprovechamos la más mínima oportunidad para
criticar a quien nos causó daño.
5.3. Cuando recordamos vívidamente el daño que nos causaron.
5.4. Cuando sentimos que nuestra vida es un “caos” por el daño
que nos causaron.
“La gente se ha equivocado al interpretar la santidad como el
comportamiento perfecto, libre de defectos y errores. Pero no es
así. Vivir en santidad es entregarse a cumplir aquellos mandatos
que él nos da y que nos transforman cada día.” (Luna, Cahs. “En
honor al Espíritu Santo”, Editorial Vida, EEUU. 2010, pg. 29)
6. Para perdonar se requiere un cambio de actitud.
6.1. Debemos reconceptualizar la idea de que el perdón es para
los “insulsos” y el rencor y la venganza para los “vivos”.
6.2. Cuando identificamos dónde tiene origen nuestro rencor a
partir de tres preguntas:
a. ¿Dónde comenzó mi resentimiento?
b. ¿Qué me dijo o hizo la persona que considero me hizo daño,
para sentirme así?
c. ¿Qué puedo hacer –como por ejemplo perdonar— para que la
situación cambie?
6.3. Usted está en libertad de informarle a quien le hizo daño
que “lo perdonó”, pero también, de guardar con prudencia esa
decisión y más bien, cambiar su trato.
6.4. Leyendo Mateo 18:21, 22, aprendemos que no podemos
poner “límites” al perdón.
6.5. Aprendemos también que Dios espera de nosotros que
asumamos una actitud de “perdón” a quienes nos causan daño.
VI. El proceso de liberación comienza con la decisión de permitir
que Jesucristo obre en nuestro ser
1. Confiese sus pecados. Hasta tanto no se confiesen todos los
pecados delante de Dios, el Adversario espiritual tendrá
“derecho legal” para seguir poseyendo o influenciando a la
persona (1 Juan 1:9).
2. Arrepiéntase con sinceridad. Debe haber arrepentimiento
sincero en la persona, podrá ser libre. Es esencial que se
reconozca la magnitud del error cometido y la grandeza de la
misericordia de Dios (Proverbios 28:13)
3. Perdone a alguien si guarda odio aún. Un enorme muro que
pone tropiezo a la liberación espiritual lo representa la falta de
perdón en las personas. El amado Señor Jesús enfatizó en la
importancia del perdón (Marcos 11:25)
4. Renuncie y rompa toda atadura. La decisión de romper a toda
puerta abierta al enemigo y romper toda atadura, en el nombre
de Jesucristo, parte de la propia persona. Cada quien debe
reconocer la obra de Cristo y decidirse por Él, dándole la espalda
al Adversario espiritual.
5. Renuncie a toda maldición generacional. Las maldiciones
generacionales ocupan un lugar relevante en los procesos de
liberación individual. Pocas veces quien está bajo posesión o
influencia demoníaca sabe que sus ascendientes abrieron
puertas al mundo de las tinieblas, pero eso no les exime de sufrir
las consecuencias; por ese motivo es primordial que, de manera
conciente, repita una oración en la que usted le guíe,
renunciando a toda maldición generacional.
6. Ordene a todos los espíritus que salgan. En la medida en que
la persona esté conciente, llévela para que ordene a todos los
espíritus salir de su cuerpo. Si hay manifestación demoníaca, le
corresponde a usted como ministro de liberación hacerlo.
Ordénele a los entes de maldad que salgan. Hay autoridad de
Cristo en su vida, tal como Él, en su ministerio terrenal lo hizo
(Cf. Lucas 4:40, 41)
7. Confiese a Jesucristo como Señor y Salvador. Una vez la
persona ha sido liberada, es esencial que declare a Jesús como
Señor y Salvador. Debe recibir a Cristo en Su corazón.
Conclusión:
Fuimos concebidos por Dios para disfrutar la libertad que Él nos
ofrece. Su propósito eterno es que disfrutemos sanidad física y
emocional. Que no permitamos atadura de ninguna clase. Quien
se aprovecha de las puertas que le abrimos en la mente, es
nuestro Adversario Satanás. Él no desaprovecha oportunidad.
Procura gobernar los procesos de pensamiento, incluso el
subconsciente, para traernos a la derrota, la sensación de no ser
salvos y no haber recibido perdón de Dios. Cuando reconocemos
que esa no es la voluntad de Dios para nosotros y le permitimos
a Jesucristo que obre en nuestro ser, toda atadura se rompe y
llegamos a ser verdaderamente libres. ¡Hoy es el día para que
disfrute esa libertad que nos ofrece el Salvador, Jesucristo

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