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INTRODUCCIÓN

El caso González y otras (“Campo Algodonero”) vs. México fue una de las
tantas controversias resueltas por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos y la sentencia fue realizada el sentencia de 16 de noviembre de
2009. En este breve resumen posteare un análisis jurídico sobre lo más
concreto de la sentencia final.

El “Campo Algodonero”, corresponde al homicidio brutal y con móvil sexual de


8 mujeres. Tres de estos homicidios, uno cometido en contra de una mujer
adulta y dos en contra de mujeres menores de edad, fueron llevados por los
familiares de las víctimas, a través de diversas Organizaciones de la Sociedad
Civil protectoras de los derechos humanos, a la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (la Comisión). La Comisión acumuló los tres casos y
presentó el correspondiente informe en el que emitía una serie de
recomendaciones al Estado mexicano, otorgándole 2 meses para adoptarlas.
Después de la presentación del primer informe de cumplimiento por parte del
Estado, éste solicitó una prórroga, misma que le fue otorgada.

Los peticionarios manifestaron, a lo largo de este proceso, su interés de que el


caso fuera sometido a la jurisdicción de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (la Corte). La Comisión, valorando dicha petición y el informe final del
Estado mexicano, en el cual no se reflejaba el cumplimiento de todas las
recomendaciones, decidió someter el caso a la Corte. La demanda en contra
del Estado mexicano se hizo el 4 de noviembre de 2007.

La sentencia de 16 de noviembre de 2009, en la cual se presenta los hechos,


controversias, testigos de las dos partes. Y conforme a este escrito daré un
criterio si lo resuelto por parte de la Corte, se da de manera correcta o no. Se
presenta no solo lo sucedido en este caso, sino las variedades de asesinatos,
violaciones, hostigamiento que es muy común escuchar sobre las mujeres en
el estado de Chihuahua y aún más estos se dan con más regularidad a las
niñas y jóvenes los cuales se aprovechas de que carencia económica y
estudios de estas.

DESARROLLO
En lo que se refiere a los hechos, la Corte observó que el Estado admitió, en
términos generales, los hechos de contexto relativos a la violencia contra las
mujeres en Ciudad Juárez, particularmente los homicidios que se han
registrado desde el inicio de los años 90, tomando en cuenta los artículos 51 y
61 de la Convención y procedió a la demanda contra los Estados Unidos
Mexicano.

En lo que se refiere a las pretensiones de derecho, la Corte declaró que había


cesado la controversia sobre la violación de los artículos 5° (derecho a la
integridad personal), 8° (garantías judiciales), 25° (protección judicial) 19°
(Derechos del Niño) y 25° (Protección Judicial) de la Convención, en relación
con las obligaciones establecidas en los artículos 1.1 (Obligación de Respetar
los Derechos) y 2 (Deber de Adoptar Disposiciones de Derecho Interno) de la
misma, y el incumplimiento de las obligaciones que derivan del artículo 7 de la
Convención para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer
(en adelante “Convención Belém do Pará”), en perjuicio de los familiares de las
víctimas identificados, por las violaciones aceptadas por el Estado.

La Convención de Belém do Pará identifica los espacios en los que una mujer
puede ser víctima de violencia; asimismo, en su artículo 3 enfatiza que toda
mujer tiene derecho a una vida libre de violencia, tanto en la esfera pública
como en la privada. Sin embargo, a pesar de la existencia de un marco jurídico
internacional tendiente a proteger los derechos humanos de las mujeres, la
violencia de género persiste en todos los países del mundo como una
violación generalizada de los derechos humanos y uno de los obstáculos
principales para lograr la igualdad de género.

La demanda fue notificada al Estado el 21 de diciembre de 2007 y a los


representantes el 2 de enero de 2008. Los representantes de las víctimas,
solicitaron a la Corte que se le declara la responsabilidad del Estado por la
violación de los derechos a la libertad personal y al derecho a la dignidad y a la
honra igual de la Convención.

Los hechos sucedieron en Ciudad Juárez, lugar donde se desarrollan día con
día diversas formas de delincuencia organizada. Asimismo desde 1993 existe
un aumento de homicidios de mujeres influenciado por una cultura de
discriminación contra la mujer.

Laura Berenice Ramos, estudiante de 17 años de edad, desapareció el 22 de


setiembre de 2001. Claudia Ivette Gonzáles, trabajadora en una empresa
maquilladora de 20 años de edad, desapareció el 10 de octubre de 2001.
Esmeralda Herrera Monreal, empleada doméstica de 15 años de edad
desapareció el lunes 29 de octubre de 2001. Sus familiares presentaron las
denuncias de desaparición. No obstante, no se iniciaron mayores
investigaciones. Las autoridades se limitaron a elaborar los registros de
desaparición, los carteles de búsqueda, la toma de declaraciones y el envío del
oficio a la Policía Judicial.

El 6 de noviembre de 2001 se encontraron los cuerpos de Claudia Ivette


Gonzáles, Esmeralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ramos Monárrez,
quienes presentaban signos de violencia sexual. Se concluyó que las tres
mujeres estuvieron privadas de su libertad antes de su muerte. A pesar de los
recursos interpuestos por sus familiares, no se investigó ni se sancionó a los
responsables.

La Comisión y los representantes se refirieron a lo vivido por las jóvenes


González, Ramos y Herrera como “violencia contra la mujer”. Los
representantes alegaron que “los asesinatos del presente caso coinciden en su
infinita crueldad, y son crímenes de odio contra estas niñas y mujeres
juarenses, crímenes misóginos acunados en una enorme tolerancia -e impulso
social y estatal- a la violencia genérica contra las mujeres”.

El hallazgo de los cuerpos de estas mujeres fue el 6 de noviembre de 2001,


estas fueron encontradas en un campo algodonero e identificadas como las
jóvenes Ramos, González y Herrera; de igual manera se encontraron los
cuerpos de otras cinco mujeres, que no hacen mención a su nombre puesto
que no tienen relevancia al caso presente. Y es que no solo se encontraron sin
vida, sino que presentaban violencia física, que hubo violación sexual, abuso
sexual y que fueron torturadas durante la privación de la libertad. A
continuación los representantes de las víctimas manifestaron que “la forma en
que fueron encontrados los cuerpos sugiere que fueron violadas y abusadas
con extrema crueldad”.

En las pruebas testimoniales y periciales, la mayoría de los testigos por parte


de la Comisión y el Estado, declararon “inter alia” (entre otras cosas) sobre
cada uno de los hechos de este caso, como son los resultados del peritaje
cuando se encontraron los cuerpos, la omisión de la policía ante este caso, el
tiempo en que se llevaron para identificar los cuerpos y que como conclusión
no se hizo de una manera adecuada su identificación, etc.

Pero por la descomposición de los cuerpos no se pudo certificar en la autopsia


si existió violación o abuso sexual, ya que no se era apreciable, los peritos
determinaron que por la manera en que se les fue encontradas a los jóvenes,
estas especificadas en la parte de “hallazgo de los cuerpos”, se presume que si
existió violación sexual. Y que por consiguiente no se pudo determinar la causa
de su muerte de las tres jóvenes.

El Estado, reconoció “la problemática que enfrenta por la situación de violencia


contra las mujeres en Ciudad Juárez, particularmente, los homicidios que se
han registrado desde principios de los 90s del siglo pasado”.

En primera cuando las madres de las víctimas dan su declaración de cuando


fueron a poner una denuncia se demuestra la ineptitud de las fuerzas
policiacas y algo que se muestra mucho el machismo y la insensibilidad por los
mismos. El decir que “se fue con el novio” que “es culpa de ellas (las víctimas)
que les suceda eso por su comportamiento”.

Por parte los peritos, se demuestra que no existió las medidas necesarias para
el levantamiento de los cuerpos y que era necesario que al realizar la
necropsia, la identificación de los cuerpos y la causa de la muerte, existiere una
médico certificado.

Otra causa, la delincuencia organizada, ha tomado control sobre estas


regiones porque el gobierno se lo ha permitido, no sería la primera vez que se
conozca que el gobierno apoya a la delincuencia, en varias ocasiones y desde
que surgieron este tipo de grupos criminales, el gobierno sabe todo lo que
estos hacen, se debe de existir en un país en donde se cumpla la ley, en
donde la persona que nos representara no se sienta más que la sociedad solo
por ocupar un cargo que nosotros le hemos dado para que nos represente.

El Estado afirmó que “cumple con su obligación de protección a los niños con
la adopción de medidas acordes con su situación especial de vulnerabilidad”.
Además, sostuvo que no tendría responsabilidad internacional puesto que “no
existió participación directa de agentes estatales en los homicidios […],
además de que no se demostró que la minoría de edad de las víctimas hubiera
sido un factor relevante”, y por ha implementado “medidas especiales para
asegurar la plena vigencia de los derechos del niño”.

Como últimos puntos, la Comisión manifestó que “México debe adoptar


medidas de rehabilitación para los familiares de las víctimas, como las medidas
de rehabilitación psicológica y médica”.

Los representantes de la víctima solicitaron que “el estado mexicano brinde la


asistencia médica y psicológica desde dos instituciones de carácter federal
para garantizar un servicio de calidad o […] que garantice la remuneración de
los especialistas que atiendan a las familias hasta que […] se concluya con los
[…] tratamientos”. Estos, confirmaron que las familias han sufrido daños por la
muerte de las jóvenes. Pero el Estado afirmó, haberles dado atención a las
madres de las víctimas, de manera psicológica y atención médica. Eso sí, el
Estado no demuestra haberles dado atención a los demás familiares afectados.

En indemnizaciones, señalan los representantes de las víctimas que el único


apoyo extraordinario entregado a las familias de las víctimas es el denominado
“Fondo de Auxilio Económico a Familiares de las Víctimas de homicidio de
Mujeres” De otra manera se reconoce el monto que recibió cada familiar de las
víctimas por lo sucedido, por medio de este tipo de fondo.

Los puntos resolutivos por parte de la Corte son:

En este caso el Tribunal declaró que el Estado violó los derechos humanos de
Claudia Ivette González, Esmeralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ramos
Monárrez, así como los de sus familiares identificados en el párrafo 9 supra,
por lo que serán considerados como “parte lesionada” y beneficiarios de las r

Se decide por unanimidad, aceptar parcialmente la excepción preliminar


interpuesta por el Estado, de conformidad con los párrafos 31 y 80 de la
presente Sentencia y, por ende, declarar que: tiene competencia contenciosa
en razón d la materia para conocer de alegadas violaciones al artículo 7 de la
Convención Belém do Pará, y no tiene competencia contenciosa en razón de la
materia para conocer de supuestas violaciones a los artículos 8 y 9 de dicho
instrumento internacional.

Aceptar el reconocimiento parcial de responsabilidad internacional efectuado


por el Estado, en los términos de los párrafos 20 y 30 de la presente Sentencia.

La Comisión indicó que “una reparación integral exige que el Estado investigue
con la debida diligencia, en forma seria, imparcial y exhaustiva, las
desapariciones y posteriores asesinatos” de las víctimas con el propósito de
“esclarecer la verdad histórica de los hechos”, para lo cual el Estado debería
“adoptar todas las medidas judiciales y administrativas necesarias con el fin de
completar la investigación, localizar, juzgar y sancionar al o los autores
intelectuales y materiales de los hechos, e informar sobre los resultados”. Los
representantes coincidieron con esta solicitud.

No puede atribuir al Estado responsabilidad internacional por violaciones a los


derechos sustantivos consagrados en los artículos 4 –Derecho a la vida, 5 –
Derecho a la integridad personal y 7 –Derecho a la libertad personal, de la
Convención americana sobre Derechos Humanos, derivadas del
incumplimiento de la obligación de respeto contenida en el artículo 1.1 de la
misma, de conformidad con los párrafos 238 a 242 de esta sentencia. Lo
anterior porque se señala que presuntamente quien cometió el homicidio, son
policías estatales, pero en esto no se tiene prueba de lo sucedido.

Así se le atribuye al Estado la violación de los Derechos ya mencionados.

‘El Estado violó los derechos a la vida, integridad personal y libertad personal
reconocidos en los artículos 4.1, 5.1, 5.2 y 7.1 de la Convención americana, en
relación con la obligación general de garantía contemplada en el artículo 1.1 y
la obligación de adoptar disposiciones de derecho interno contemplada en el
artículo 2 de la misma, así como con las obligaciones contempladas en el
artículo 7.b y 7.c de la Convención Belém do Pará, en perjuicio de Claudia
Ivette González, Laura Berenice Ramos Monárrez y Esmeralda Herrera
Monreal, en los términos de los párrafos 243 a 286 de la presente sentencia.

Además de todo esto, se realizó una indemnización económica y psicológica


para los familiares de las víctimas, aunque esto obviamente no les devolverá a
la vida a sus familiares y el daño moral de estos será casi irremediable.

CONCLUSIÓN
El caso González y otras (“Campo Algodonero”) vs. México fue solo un
caso de los miles que han ocurrido y posiblemente siguen ocurriendo en los
estados fronterizos del país, resaltando Cd. Juárez en Chihuahua que desde
los años 90’s ha resaltado no solo a nivel nacional sino hasta en nivel
internacional, por los miles de feminicidios que se realizan en estos lugares.

El caso del “Campo Algodonero” provocó una fuerte reacción en la sociedad, al


presentar ante el público la negligencia de la autoridad correspondiente, al
hacer caso omiso en las denuncias presentadas por la desaparición de las
víctimas y actuar de forma irresponsable en la integración de la investigación
desde sus inicios, aún más cuando la propia autoridad reconoció su error y
dejó pasar un tiempo invaluable para la recolección de pruebas y evidencias
importantísimas para el esclarecimiento del hecho. Es por ello que en nuestros
días la mujer mexicana incluso la más pobre, ya tiene una voz que clama por
la igualdad que merece y sin duda es tiempo que el gobierno y la sociedad de
este país reconozcan y respeten la equidad de género.

Esta sentencia resalto mucho porque los mismos familiares alzaron la voz y no
se quedaron conformes con los pretextos y excusas que el Estado Mexicano
les estaba dando, las recomendaciones que dictaba la Comisión de Derechos
Humanos en México no eran de grandes impactos.

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