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TRABAJO 1.
1.1- El siglo de hierro: de las reformas a las rebeliones (1759-1810)
Las reformas, a pesar de que hayan tenido aspectos positivos, también trastornaron el orden tradicional,
ofreciendo solamente una sumisión a la metrópolis. América ya era capaz de invertir las relaciones de
fuerza, pero era una fuerza joven, que no conocía bien. Descubría esta fragilidad en la reaparición de las
epidemias.
1.2-De la muerte al mestizaje:
En 1692, la América andina se vio infectada por epidemias, estos sucesos se podrían tomar como un
indicador del comienzo del siglo XVII.
Desde los Andes del sur peruano se propago la viruela. En Nueva Granada se extendió el sarampión. Se
unen en las tierras altas de Quito, donde también azotaba la sequía. Desde allí se difunden hacia el sur: en
1693 se ven afectadas las ciudades de Lima y Potosí. En el centro de México se instala un segundo foco,
que combina las cosechas y epidemias (fiebres eruptivas). De todo esto han quedado huellas en los
registros de sepulturas de cinco parroquias de la meseta que rodea México.
Las dos oleadas confluyeron en 1693 en América central, donde la viruela y el sarampión fueron causas de
una acusada mortalidad. Las circunstancias que precedieron este contagio reflejaron también nuevas
épocas preindustriales: la enfermedad se declara en un obraje de los suburbios de México a finales de
agosto 1736. Esto se extiende por toda la capital y luego por el reino.
La viruela es la que cierra de manera estrepitosa la época colonial. Las crisis de hambruna arroja también
a muchos inmigrantes que extendieron el contagio. Por último, hay que destacar que la pandemia tuvo sus
mayores sobresaltos en los años 1782- 1802, en Nueva Granada, particularmente expuestos a ella porque
entraba por el puerto de Cartagena.
En Europa, durante la primera mitad del siglo XVII se practicó la inoculación de la viruela, 1763 se introdujo
en Chile y en 1782, en Nueva Granada. En 1798, se divulga el descubrimiento de Jenner, y a partir de
1802 diversos territorios americanos (Cuba, Nueva Granada) se procuran por obtener la vacuna. En 1803,
Carlos IV ordena que se lleve a América la expedición de Malmis, portadora de la vacuna.
Mientras tanto, las enormes tasas de mortalidad habían desgastado las poblaciones. Habían aumentado
las desigualdades ante la muerte. En Acatzinga (Región de puebla- México) en el siglo XVIII, cuando la
curva de los fallecimientos se quintuplicaba, la de los indígenas simplemente se duplicaba. De ahí el
aumento de agresividad demográfica de los mestizos. Muchos mestizos, población inestable, emigraron a
tierras baldías (llanuras litorales) a tierras abandonadas tras la epidemias, a las ciudades.
Desde el siglo la muerte es aliada del mestizaje pero en el siglo XVIII la alianza se hace a cara descubierta
y agrava las tensiones internas.
1.3-Tensiones sociales del fin de la colonia:
En 1730, se produjo una revuelta en Cochabamba, cuando el virrey Castel trataba de hacer pagar el tributo
indio a los mestizos. Esta identidad india, que se hace más patente al final del periodo colonial que se
vuelve a redesescubrir nuevamente.
Por otra parte, una mayor cantidad de indios sin tierra se convertía en presa de la gran propiedad que
reforzó su sistema de dominación. Los salarios que se pagaban a los indios en las haciendas peruanas
eran inferiores al mínimo vital. También se ejercía su influencia de un estado moderno. En el siglo XVII, el
estado había desarrollado una política de protección de la tierra india, los llamados “resguardos”.
En el caso de Brasil, el gran movimiento de rebelión correpondiente a los 1807-1835, según Katia Matoso,
en al región de Bahía estallan no menos de cinco insurrecciones importantes. Se pude considerar que la
segunda mitad del siglo XVIII es favorable a la expresión de una toma de conciencia afroamericana. La
creación de un grupo afroamericanos libre o libertos proporciona por fin al esclavo nuevas perspectivas y al
mismo tiempo un aliado esencial. Después del mestizaje con la llegada acelerada de esclavos africanos (el
negro es el principal inmigrante del Nuevo Mundo ibérico). La población de rasgos negroides se convierte
en la segunda fuerza biológica. Agregamos que al margen de la economía de plantación el sistema de la
esclavitud ya está en decadencia en muchas regiones desde finales del siglo XVII.
En 1793 se le concedía la cedula de Gracias al Sacar; la población mezclada tenía la posibilidad de
adquirir por medio de una contribución los derechos reservados de los blancos.
Por ello equivalía a resolver el problema que en el siglo XVIII se había convertido en la expresión de una
crisis de la sociedad entera: no se podía continuar tratando como marginal, como extranjero. En Brasil se
usa el término mameluco, mientras que en América española se utiliza el término morisco. Es decir, que
se le negaba la identidad ya que se le aplicaba a ellos mismos en condición “blancos” y no se les
reconocía como mestizos ni como mulatos.
La elite criolla de finales del siglo XVIII acelera sus procesos de mestizaje social. El enriquecimiento
económico fuerza el poder de un grupo restringido que no se encierran en una sola actividad. Mineros,
comerciantes, y grandes propietarios rústicos se funden en un solo grupo, el de los empresarios.
España era una metrópoli antigua, pero sin desarrollar. Durante la segunda mitad del siglo XVIII, la España
borbónica hizo balance de sí misma y buscó la manera de modernizar su economía, sociedad e
instituciones.
El deseo principal consistía más en reformar las estructuras existentes que en establecer otras nuevas, y el
principal objetivo económico residía más en mejorar la agricultura que en promover la industria. El gran
crecimiento del siglo XVIII y la creciente demanda de productos agrícolas, tanto en España con en el
mercado internacional, hizo subir los precios y las ganancias de los propietarios. Al mismo tiempo, el
crecimiento de la población rural originó una gran demanda de tierra, y las rentas empezaron a subir
incluso. Ahora más que nunca, resultaba gran importancia mejorar las técnicas, comercializar la
producción.
La ley de granos de 1765 abolió la tasa sobre estos, permitiendo el libre comercio de cereales en España y
su exportación excepto en tiempo de escasez. En 1788 los propietarios obtuvieron el derecho a cercar sus
tierras y arar tierras de pasto. Las mejoras económicas no llevaron a un gran cambio social. En Cataluña
se había desarrollado una moderna industria algodonera y lanera que exportaba a América vía Cádiz y
estaba buscando unos puntos de salida más directos. Los comerciantes y los manufactureros querían
liberalizar el comercio aún más y esperaban encontrar en América los mercados que no se podían
asegurar en España. De hecho, se anticiparon al comercio libre y se aprovecharon de él.
España, en cambio, prefería adquirir más tierras e importar productos suntuarios. Hacia 1790 el sistema de
trasportes era incapaz de cubrir la demanda existente. El trasporte impidió el crecimiento económico de
castilla y la privó de desarrollar su propia industria o bien de convertirse en un mercado para la industria de
otras regiones.
En la segunda mitad del siglo XVIII existió una cierta recuperación económica en la que la industria
catalana y el comercio colonial tuvieron su propio peso. Pero en España continuó teniendo una economía
esencialmente agraria. Las viejas estructuras sobrevivieron y el movimiento reformista se colapsó en medio
del pánico producido por la Revolución francesa y la consiguiente reacción durante el reinado de Carlos IV
(1788-1808).
Estos factores no significaron una política británica de carácter imperialista, ni un propósito de expulsar de
ella a España por la fuerza. El gobierno británico no tenía proyectos ni de conquista ni de liberación.
El imperio español en América descansaba en el equilibrio de poder entre varios grupos: la administración,
la iglesia y la elite local. La política borbónica alteró la relación existente entre los principales grupos de
poder. La propia administración fue la primera en perturbar el equilibrio. Los borbones revisaron el gobierno
imperial, centralizaron el control y modernizaron la burocracia, se crearon nuevos virreinatos y otras
unidades administrativas; se designaron nuevos funcionarios, los intendentes, y se introdujeron nuevos
métodos de gobierno. Los que la metrópoli concibió como un desarrollo racional las elites locales lo
interpretaron como un ataque a los intereses locales. Por ejemplo: los intendentes sustituyeron a los
alcaldes mayores y a los corregidores.
No obtenían sus ingresos de un sueldo, sino a través de actividades mercantiles, tales como comerciar con
los indios que tenían bajo su jurisdicción. Los indios se veían forzados a producir y consumir. Esta partica
estaba muy extendida en México y en el Perú influyó en la gestación de la rebelión indígena de 1780.
Los reformadores españoles decretaron la abolición de todo el sistema en nombre de una administración
racional y humana. La Ordenanza de Intendentes (1784 en Perú, 1786 en México). Las reformas
administrativas no funcionaron como se esperaba.
La abolición de los repartimientos constituía una amenaza no solo para comerciantes y terratenientes, sino
también para los indios mismos, poco acostumbrados a utilizar dinero en un mercado libre y dependientes
de crédito para la adquisición de ganado y de mercancías.
En México y Perú, repació el repartimiento, ya que los subdelegados querían redondear sus ingresos, los
propietarios deseaban ejercer control sobre la mano de obra y a los comerciantes les interesaba
restablecerlos viejos mercados. La política de los Borbones fue saboteada en las colonias mismas; las
elites locales respondieron de forma negativa al nuevo absolutismo y pronto tendrían que decidir si querían
hacerse con el poder políticos a fin de evitar nuevas medidas legislativas ilustradas.
Los Borbones de mismo modo que fortalecieron la administración, debilitaron la iglesia. Cuando expulsan a
los jesuitas de 1767, los bienes de los jesuitas fueron vendidos a la gente más rica de las colonias, es
decir, a las familias criollas. Los hispanoamericanos consideraron esto como un acto de despotismo porque
por ejemplo: de los 680 jesuitas expulsados de México, cerca de 450 eran mexicanos.
El poder de la iglesia, aunque no su doctrina, fue uno de los blancos principales de las reformas
borbónicas. Buscaron la manera de poner al clero bajo la jurisdicción de los tribunales seculares.
Después cuando las defensas de la iglesia se debilitaron, intentaron apropiarse de sus propiedades, ante
lo que el clero reaccionó. El bajo clero, cuyo fuero constituía virtualmente su única ventaja material, fue el
más afectado.
Los reformadores borbónicos quisieron ejercer una presión fiscal creciente sobre una economía controlada
y en expansión; bajaron las tarifas, abolieron el monopolio de Cádiz, abrieron comunicaciones directas
entre puertos de la península y las islas del caribe y el continente, y autorizaron el comercio entre las
colonias. Se fue extendiendo un comercio libre y protegido entre España y América, que en 1778 se aplicó
a Buenos Aires, Chile y Perú, y en 1789 a Venezuela y México. La mayoría de las exportaciones españolas
a América eran productos agrícolas: aceite de oliva, vino y aguardientes, harinas, frutos secos. ¿Pero que
hizo el comercio libre a favor de Hispanoamerica? Sin dudas, estimuló algunos sectores de la producción
colonial. Las rutas comerciales tradicionales de América se ensancharon y las exportaciones americanas a
España se multiplicaron a partir de 1782.
Pero el nuevo impulso del comercio español pronto saturo estos limitados mercados y el problema de las
colonias fue ganas lo suficiente para pagar las importaciones en aumento. Las bancarrotas fueron
frecuentes y las industrias locales decayeron.
En la segunda mitad del siglo XVIII, las nuevas oportunidades existentes en la administración colonial y en
el comercio llevaron a un creciente número de españoles a América. Algunos buscaron empleo en la nueva
burocracia y otros siguieron la ruta del comercio libre.
España desconfiaba de los americanos en puestos de responsabilidad política, los peninsulares aun eran
preferidos en los cargos más altos de la burocracia y en el comercio transatlántico. La conciencia de las
diferencias existentes entre criollos y peninsulares se acrecentó con el nuevo imperialismo. En Chile la
elite criolla estaba integrada dentro de grupos de parentesco y políticos y prefirió manipular la
administración más que enfrentarse a ella.
En toda América las guerras civiles de independencia fueron civiles, entre defensores y oponentes de
España, y hubo criollos tanto en un lado como en el otro. En este sentido, las funciones, los intereses y el
parentesco se entrevén más importantes que la dicotomía criolla-peninsular.
Las grietas de la economía colonial y las tensiones de la sociedad colonial mostraron con claridad en el
motín y la rebelión. De alguna manera se trataban de simples respuestas a la política borbónica.
UNIDAD 2:
Chile, libertado y libertador:
Chile consiguió la independencia más tarde que el Rio de la Plata, pero antes que el Alto Perú. Pero el
sentido de identidad de Chile estaba más desarrollado que en el Alto Perú, la sociedad era racionalmente
homogénea. Tenía no más de 800.000 habitantes, alrededor de la mitad de los cuales eran mestizos, con
una poderosa elite criolla de terratenientes, comerciantes y propietarios de minas. Esta sociedad mestiza
estaba entre los Andes y el Pacifico, Coquimbo y el Bío – Bío la frontera india en el sur. La actividad
económica se basaba en la producción y venta de productos agrícolas, especialmente carnes y cereales
para el mercado peruano, mientras que una pequeña cantidad de cobre encontraba un mercado en
Buenos Aires y Europa; el comercio libre no era un gran problema.
La dificultad de Chile era ganas lo suficiente como para pagar las crecientes importaciones; el no poder
hacerlo significaba que el mercado se saturaba, eran frecuentes las bancarrotas, la industria local
declinaba, y los metales preciosos salían del país. Al fin del imperio la economía chilena más que nada
necesitaba libertad para imponer su propia protección, arreglar sus propios impuestos, controlar su propio
crecimiento. De acuerdo con la economía política de la ilustración, quería libertad para expansionarse.
Ganar más para producir más.
Chile carecía de una fuerte clase empresarial capaz de representar los intereses comerciales o desafiar la
preponderancia de la aristocracia rural.
La estructura social estaba edificada en torno a la tierra. Los propietarios rurales de valle central eran el
grupo social dominante encabezadas por alrededor de 200 familias criollas reforzadas por gentes
procedentes del comercio y de la minería, seguros de sus propiedades. Las haciendas producían para los
mercados de ganado y de cereales de la Sudamérica de la costa del Pacifico. Esta prefería contratar a sus
trabajadores, para reducirlos a la situación de dependientes vinculados, cediéndoles lotes de terreno a
cambio de pago en moneda o en especie, pero sobre todo a cambio del trabajo personal en la hacienda.
Eran estos los inquilinos, que ya no eran arrendatarios, sino siervos, productos del aumento de la
comercialización y de la cerealizacion de agricultura en el siglo XVIII. Los inquilinos eran mestizos y en
menor grado castas y blancos pobres.
Los aristócratas criollos, en una época de impuestos crecientes, necesitaban poder político para protegeré
sus intereses económicos. Años antes de 1810 los criollos mantenían una constante oposición a los
impuestos imperiales, era vital para ellos controlar la clientela al igual que la administración.
Las exigencias de los criollos revelaban una actitud subversiva ante el dominio imperial. Por detrás de la
oposición a los impuestos y a las demandas de cargos públicos había un nuevo sentido de la identidad
chilena. Y el crecimiento de este se dirigía en primer lugar contra la más próxima manifestación del poder
extranjero, Perú.
Chile dependía totalmente del mercado peruano para vender sus cereales. En 1778 Chile ascendió de la
categoría de provincia a la capitanía general, y en 1798 consiguió la independencia administrativa del Perú.
La crisis de 1808-1810 obligó a los líderes criollos a actuar como nacionalistas, y en 1810 el concepto de
patria había empezado a significar en Chile.
En 1808, el soberano fue depuesto por Napoleón, la fábrica del imperio empezó a caerse. Después de una
reciente experiencia de buen gobierno, Chile cayó luego bajo el despótico dominio del gobernador
Francisco Antonio García Carrasco, gobernando con el apoyo de una facción española y de los intereses
de esta, pronto se enajeno a la aristocracia criolla. Su reacción ante la Revolución de Mayo en Buenos
Aires fue aplicar una represión mayor; y el cabildo de Santiago intento deponer al gobernador mediante la
fuerza. Para conservar algún tipo de control la propia audiencia depuso a Carrasco en 1810 y lo
reemplazó por un chileno, Mateo de Toro Zambrano.
Se convocó a un cabildo abierto en septiembre de 1810, aquí se estableció una junto de gobierno y se
hicieron preparativos para un congreso nacional. La junta estaba compuesta de criollos de clases altas y
de españoles, y al dar a los criollos cinco de los siete puestos reflejó el nuevo equilibrio del poder.
Los reformistas querían terminar con la presión colonial y con las restricciones económicas y establecer
una autonomía dentro de una armazón española. Pedían un congreso y una constitución. Los
revolucionarios iban más lejos: para ellos la lealtad a Fernando no era más que una máscara tras la cual
disimulaban su intención real- acabar con el dominio colonial en cualquier forma, y la independencia de
Chile. En 1810 los revolucionarios eran una minoría como Juan Egaña, Manuel de Salas y Bernardo O
´higgins. (Bernardo era hijo de Ambrosio O’ higgins, un irlandés al servicio de la corona española, fue
intendente de concepción, gobernador de Chile y Virrey del Perú).
Entre 1810 y 1814 Chile era una nación incipiente con un gobierno de instituciones propias pero sin la
declaración formal de independencia. Esto hizo de sus experiencias con un gobierno representativo, y
adquirió los hábitos de independencia.
La junta de 1810, dominada por una serie de reformas liberales, incluyendo el decreto del de febrero que
abrió los puertos de Chile al comercio internacional. La audiencia, centro de los intereses españolistas fue
disuelta.
O’Higgins identificaba tres sectores: los godos, que eran los españoles y los realistas criollos; los
indiferentes, que ocupaban una posición de no compromiso en el centro, y los patriotas, que eran
partidarios de la total independencia. La reunión del congreso nacional de 1811, fue la primera vez que en
Chile se pudo oír una opinión. La asamblea estaba dominada por la rama conservadora de la aristocracia
rural dirigida por la familia Larraín, y los radicales de la facción de Rozas.
El congreso empezó a frenar el cambio político, y formo una segunda junta ejecutiva a su gusto. En estas
circunstancias, Rozas y los radicales se retiraron a Concepción, donde formaron una junta provincial e
intentaron mantener viva la revolución. Pero el congreso fue su vez rebasado, primeramente purgado y
luego disuelto por un recién llegado a la escena revolucionaria, José Miguel Carrera.
Carrera volvió a Chile, convencido que había llegado la época de independencia de américa, este
consiguió mediante un virtual golpe de estado (15 de noviembre) que tenía como objeto la independencia,
pero el mismo no tenía programa político. Pero tenía más seguidores militares que cualquiera de sus
rivales, y esto le permitió enfrentarse a Rozas en 1812 y deportarlo. Carrera respondía a la necesidad de la
revolución de un caudillo militar, fue capaz de controlar el ejército patriota, y dar a la revolución la
organización militar que necesitaba, régimen que tuvo matices populistas. Bajo su dirección la revolución
consiguió un nuevo ímpetu político, u nuevo reclutas, especialmente en los campos del periodismo y de la
propaganda.
Un grupo de oposición se centró en torno a los Larraín, una poderosa y amplia red familiar. Y la rama
constitucional de la revolución miró hacia O´Higgins, quien en el sur era el heredero político de Rozas.
A principio d e1813 el virrey Abascal estaba convencido de que los patriotas chilenos perseguían la
independencia y de que no tenían un apoyo de masas. Así fue que la expedición española pudo
desembarcar en el sur, tomar Concepción y avanzar hacia el norte por el valle central, donde se le unieron
muchos simpatizantes chilenos, iniciando una guerra civil. La oposición puso su esperanza en O’Higgins,
pero este vacilo mucho antes de aceptar en 1813 el nombramiento de comandante en jefe. Tenía muy
poco sobre lo que mandar, y en el ínterin se había debilitado la posición patriota. Abascal golpeo de nuevo
enviando una segunda fuerza para reforzar a los realistas chilenos a principios de 1814. O’Higgins era un
novato comprado comparado con los profesionales. Pero los patriotas tenían muy poco con lo que
negociar, debilitados como estaban por la guerra civil entre las fuerzas de O’Higgins y Carrera.
O’Higgins y Carrera no pudieron reunir sus fuerzas de modo eficaz para enfrentarse a los realistas; los
revolucionarios fueron decisivamente derrotados en la batalla de Rancagua (1-2 de octubre de 1814)
donde a pesar de los heroicos esfuerzos de O’Higgins, sufrieron un gran desastre.
Después de Rancagua, O’Higgins y Carrera huyeron a través de los Andes hacia Mendoza, mientras que
Osorio entraba en Santiago triunfalmente, jactándose ante el virrey del Perú. Desmantelo la Patria vieja y
restauró el orden anterior de 1810. Porque lo que siguió a la victoria de Rancagua no fue una política de
reconciliación sino de represión.
En 1815 Osorio fue sucedido como gobernador por Francisco Casimiro Marcó del Pont, que
inmediatamente impuso un reino de terror sobre el país. Los líderes revolucionarios fueron encerrados en
la isla de Juan Fernández mientras que sus juicios se hacían terminables. Se confiscaron propiedades, se
destruyeron casas, se impusieron prestamos fuerzas. La represión que cato sobre los criollos de todas las
opiniones políticas.
En el campo empezaron a operar bandas de guerrilleros que se infiltraban en las ciudades. Y al otro lado
de los andes se estaba formando un gran ejército de liberación.
San Martin y ejército de los Andes:
Los años de 1814-1816 fueron años de represión para la totalidad del movimiento- revolucionario en
Sudamérica. Terminada la guerra peninsular y restaurado Fernando VII, España empezó a golpear
fuertemente en América. En chile dominaba la contrarrevolución. Los libertadores levantaron una segunda
oleada de emancipación, y este tomo la forma de un movimiento de piza a vasta escala continental,
convergiendo sobre Perú desde el norte y desde el sur. El movimiento del norte dirigido por Bolívar, el sur
por San Martín. En enero de 1814 San Martin fue nombrado comándate en jefe del batido ejercito del
norte. Su estrategia se basaba en que la revolución sudamericana no estaría segura hasta que el corazón
del poder español en Perú no fuera destruido; y la única manera de avanzar era realizar un movimiento de
flanco, a través de los Andes hacia Chile, luego subiendo por el Pacifico en una invasión por mar del Perú.
En organizar mejor las fuerzas armadas, aumentaron la economía regional de cuyo y con esos ingresos
pusieron en pue una industria de armas, reformaron la incidencia y la administración de los impuestos, y
sacaron una renta de las aduanas, las tasa sobre ventas, los pagos municipales, las donaciones.
En 1816 las perspectivas empezaron a mejorar aunque solo temporalmente. El congreso de Tucumán se
reunió en marzo, este dio lugar a una declaración de independencia. En su camino de regreso a Buenos
Aires, el director Pueyrredón se detuvo en Córdoba para entrevistar con San Martin; allí conoció el plan en
detalle, se mostró de acuerdo con la expedición trasandina, y prometió toda la ayuda posible. Comenzó a
planificar un gobierno para Chile, también su relación con O’Higgins se volvieron buenas. San Martin
estaba decidido a que O’Higgins se convirtiera en jefe del gobierno en Chile después de la liberación. En
1817 el ejército de la liberación empezó a salir de Mendoza. San Martin envió la part3e principal de su
ejército a través de pasos centrales de Los Patos y Uspallata, y otro pequeños destacamentos por las turas
del norte y del sur. Una vez llegado a Chile, el ejército se reagrupó, penetro la región central hacia
Santiago, derrotó a los realistas en las llanuras de Chaca buco en 1817 y entro en la capital. La vicotria de
Chacabuco fue indispensable pero no decisiva. Los realistas consiguieron reagruparse en el sur en torno a
la base naval de Talcahuano, y la expedición dirigida por O’Higgins fracaso en sus intentos de tomarla.
Bajo el mando del general Osorio, los realistas penetraron otra vez hacia el norte a través del valle central,
derrotaron a San Martin en Cacha Rayada el 19 de marzo de 1818 y amenazaron Santiago.
San Martin consiguió concentrar sus fuerzas y derrotar al ejercito realista en las llanuras de Maipo, en la
afueras de Santiago.
O’Higgins a portales: 1818 a 1823
O’Higgins le dio un gobierno estable y durante los cinco años siguientes dominó. Este buscaba no solo el
poder absoluto sino también para emprender las reformas contra los intereses creados. Si era necesario el
pueblo debería ser forzado a ser libre y feliz. O´Higgins estaba influido por la filosofía del siglo XVIII y para
él, como para Rivadavia, gobernar era poner en práctica la ilustración.
Creía que era necesaria la intervención del estado para cambiar las condiciones sociales y económicas.
Trajo nuevas ideas como la implementación del sistema lancasteriano en la educación, mejoro los
transportes, el Canal Maipo iniciando durante la época colonial, fue finalizado completado bajo su gobierno.
También se promulgo una constitución en octubre de 1822, O’Higgins afirmó que continuaría como director
supremo, por otros diez años. Esta fue donde la opinión se levantó contra él.
El intendente de Concepción general Ramón Freire, dirigió un movimiento revolucionario central la capital.
En el norte, Coquimbo se declaró también central O’Higgins. El 28 de enero de 1823, O’Hhiggins se mostró
de acuerdo en abdicar y transferir sus poderes a una junta nacional. Pronto se exilió en el Perú donde
dividió su tiempo entre Lima y si hacienda de Montalván, murió en ese país en 1842.
La caída de O’Higgins realizada mediante una rebelión de las provincias central la capital, destruyo la
unidad nacional. Así, además de producir un nuevo director supremo, el general Freire, la posición tuvo
que volver a ensamblar el país. En 1823 representantes de las provincias tuvieron que firmar un Acta de
Unión que reunía a las provincias sobre la base de igual representación en un senado y preparaba un
nuevo congreso constituyente. En el congreso se promulgo una constitución, obra de Juan Egaña que
utilizo Chile como laboratorio para poner a prueba sus ideas políticas.
En un año Egaña perdió su poder debido a la aversión de este en las asambleas elegidas. Las provincias
empezaron a retirar sus representantes y a establecer sus propias asambleas. En 1828 otro congreso se
reunió y produjo aun otra constitución totalmente liberal. En ese entonces tenían como presidente a
Antonio Pinto que durante su régimen los conservadores se reunieron en torno a portales, que puso a los
estanqueros a la cabeza del movimiento con el claro propósito de destruir el liberalismo. Mientras que los
conservadores comenzaron a unirse, los liberales comenzaron a dividirse.
En las elecciones de 1829 el congreso liberal dio la vicepresidencia al candidato liberal, esto dio a los
conservadores el pretexto y se sublevaron contra el gobierno. La revuelta unió a poderosas fuerzas “los
pelucones” y los estanqueros. Ambos grupos querían un fuerte gobierno central, objetando que la política
de los liberales no coincidía con las realidades de Chile.
Concepción se sublevo en octubre en 1829 y nombro a Prieto intendente suyo. Muele y luego Coquimbo se
declaró por Prieto.
Terminaron en la batalla de Lircay del 17 de abril de 1830, en una guerra civil. Lircay también supuso el
final de la revolución de Chile por la independencia. Los vencedores consiguieron lo que quieran. Los
nuevos gobernantes abolieron las actas del congreso liberal de 1829. En 1830 José Ovalle se convirtió en
el presidente títere y en abril Portales asumió los ministerios principales.
El nuevo orden fue institucionalizado mediante la Constitución de 1833 que protegía la propiedad y los
privilegios.
América central:
La gran convulsión que sufrió el imperio español de 1808 a 1814 también tuvo repercusión en el reino de
Guatemala (América central). El reino de Guatemala comprendía Guatemala, Chiapas (que tras la
independencia se integró a México) El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica. En 1786 se había
creado intendencias en El Salvador, Honduras, Nicaragua y Chiapas; Costa Rica era una aislada zona de
la intendencia de Nicaragua; Guatemala permaneció fuera del sistema de intendencias.
La elite centroamericana no hablo de intendencia política; solo aspiraba al desarrollo del comercio, la
navegación y la agricultura. El levantamiento de Hidalgo en México causo una extendida alarma entre esta
clase.
En Centroamérica no existieron levantamientos en masa, la efervescencia del periodo de las Cortes ayudo
a que se produjeran cuatro rebeliones y conspiraciones de poca dimensión. La primera de las
insurrecciones se produjo en el mes de noviembre de 1811 en San Salvador, cuando se solicitó un
obispado independiente; la segunda tuvo lugar en Granada en diciembre de 1811, debido a la
resentimiento causado por el predominio político de León y por la mala gestión del intendente: la tercera
estallo de nuevo en San salvador en enero de 1814, inspirada por el levantamiento de Morelos. Manuel
José de Arce, que más tarde sería el primer presidente de la república federal de Centroamérica, fue la
figura central de las rebeliones salvadoreñas. La conspiración más importante tuvo lugar en la ciudad de
Guatemala en diciembre de 1813, organizada en torno de la orden religiosa de los bethlemitas, pero fue
descubierta antes de que estuviera preparada. Todas estas insurrecciones fueron rápidamente aplastadas
por el gobierno de Bustamante.
Bustamante celebro la abolición de las Cortes puesto que las cortes habían ordenado su sustitución a
principios de 1814. Inmediatamente comenzó una persecución de los criollos liberales del grupo de
Aycinena y del ayuntamiento de la ciudad de Guatemala; de hecho, de todos los que habían aprobado las
instrucciones del cabildo a Larrazábal en 1810. En España, Larrazábal fue encarcelado por la reacción
absolutista. Hasta 1817, a los Aycinena y a otros individuos se les negó el pleno ejercicio de la ciudadanía,
fueron expulsados del ayuntamiento. Todo ellos incremento aún más sus quejas contra el capitán general .
Esto llevo a una alianza entre los dirigentes de las familias criollas y los letrados pobres y los miembros de
profesiones liberales. Esta alianza entre las primeras familias y los criollos pobres aspitantes a un empleo
llevaría a Guatemala a la independencia en 1821, dicha alianza estuvo bajo un estrecho control y
políticamente fue inactiva.
En 1818, Bustamante es reemplazado como presidente de la Audiencia y como capitán general por Carlos
Urrutia y Montoya, un militar de mayor edad. Urrutia adopto una política comercial que pensó evitar el
contrabando pero en realidad favoreció a la elite criolla que pedía un comercio más abierto. En 1819
autorizo el comercio con la posesión británica de Belice. Redujo la defensa costera establecida por
Bustamante contra los contrabandistas, lo que no solo impulso un mayor contrabando, sino las primeras
correrías en las aguas de Centroamérica de los corsarios que representaban a los gobiernos rebeldes de
Buenos Aires y Nueva Granda.
Desde la abolición de la constitución, el virrey Calleja juró en Nueva España que terminaría con la revuelta
y afínales de 1814 y principios de 1815 hizo una gran esfuerzo para acabar con la insurrección. Lo
consiguió hasta tal punto que tras luego de la captura y muerte de Morelos, la rebelión ceso de forma
gradual quedando en pie de guerra unos pocos dirigentes. Sin embargos los oficiales realistas temían que
las guerrillas hieran pasado a la clandestinidad. En septiembre de 1816 Calleja traspaso el mando a su
sucesor, dejo detrás suyo una revolución aplastada, un ejército amplio y bien adiestrado, una haciendo
organizada que proveían ingresos.
Ahora el nuevo virrey Juan Ruiz de Apodaca, pensó a finales de 1816 que la mejor política a seguir era
ofrecer una amnistía esperando que fuera posible volver a una relación políticas normales entre las clases
sociales y entre México. La oferta de amnistía fue aceptada por los rebeldes. Has antes de 1820, la única
amenaza que tuvo Apodaca fue el intento frustrado emprendido en 1817 por Javier Mina, una liberal
español que desembarco en la costa luchar por independencia, este fue capturado y ejecutado. Otra
preocupación del régimen fue la amenaza de guerra con los Estados Unidos, a causa de la demora en las
negociaciones de 1817 y 1819 para tratar la sesión de las Floridas. El tratado de Florida quedó concluido
en 1819; en el los Estados Unidos reconocieron una frontera definitiva, considerada por España. A pesar
de las complicaciones internacionales y del interior de México se estableció con rapidez, España volvió a
tener control sobre Nueva España pero no recupero ni toda la dimensión ni el prestigio de su antigua
autoridad. Sim embargo, la idea monárquica continuo siendo atractiva, hasta el pinto de basar en ella el
pacto que llevaría a la independencia a México, Yucatán y América Central.
El elemento catalizador de la revolución resulto ser “la revolución española” en enero a marzo de 1820,
que estallo cuando una gran fuerza expedicionaria, concentrada en Cádiz bajo el mando del antiguo virrey
Calleja que esperaba la orden de embarcarse para intentar la reconquista del Rio de la Plata, se levanto en
contra del régimen absolutista de Fernando VII. A lo largo de toda España, otras unidades del ejército se
sumaron a la revuelta. La revolución de 1820 obtuvo pronto el apoyo de los grupos liberales, apoyaron las
logias masónicas, radicales extremos, etc. estos estaban a favor de la renovación.
La revolución de 1820 y el fracaso de la expedición a América garantizo de hecho la independencia del Rio
de la Plata y Chile, mientras que el virrey del Perú al que se le negaron refuerzos realistas, previo la caída
de la colonia más leal a España. En otras partes DE Europa, la revolución española también dio nueva vida
a los elementos opuestos a decrepito absolutismo. La restauración de la constitución en España en
nombre del rey y con su aprobación, aunque fue forzada se implantara en su totalidad.
La revolución española de 1820 tuvo importantes consecuencias políticas tanto en México como en el resto
del imperio español. Estos no fueron, como han dicho algunos historiadores, el resultado del
conservadurismo contrarrevolucionario de la elite, porque los mexicanos en general apoyaron el
restablecimiento de la constitución tal como habían hecho en 1812. Más bien la inestabilidad política, es
decir, existencia en el régimen político español de una tensión continúa entre al Antiguo Régimen y el
sistema liberal, lo que enseño a los mexicanos que el control imperial español ahora era irrelevante para
ellos y sus intereses.
La prueba más importante de que las fuerzas independentistas mexicanas no se oponían a la constitución
es el hecho de que el programa sobre el que se estableció la independencia, el plan de Iguala, confirmaba
la constitución y se mantuvo en vigor hasta abril de 1823. El plan de Iguala, Iturbide, al garantizar la
estabilidad económica y política, la implantación de una monarquía constitucional y el mantenimiento de los
privilegios de la elite, a la vez que prometía la independencia y la igualdad, establecieron el compromiso
político que hizo posible la independencia. El régimen virreinal se hundió siete meses después de la
publicación del plan de Iguala.
La situación de Centroamérica era muy parecida, pero al más compleja. Allí el restablecimiento de la
constitución en 1820 dio lugar a una recuperación instantánea del constitucionalismo y la aparición de las
primeras facciones políticas abiertas. Las otras provincias de América centras fueron forzadas por la
actuación de la ciudad de Guatemala a tomar su propia decisión sobre la cuestión de la independencia y
también, lo que era asimismo muy importante, si iban a continuar formando parte de Guatemala o bien si
querían separarse. Para decidir el futuro eligieron unas juntas. En San Salvador, la junta, dirigida por los
liberales José Delgado y Manuel José Arce, declaró el 29 de septiembre la independencia, Nicaragua, el
28 de septiembre, su independencia de España y Guatemala. Nicaragua controlaba costa rica como parte
de su intendencia. Honduras se declaró independencia, pero se produjo una abierta escisión sobre si
debían integrarse en Guatemala o en México. La confusión fue resuelta, al menos temporalmente, cuando
Iturbide amenazo con enviar tropas mexicanas a américa central. Gabino Gainza invito ahora a las
ciudades centroamericanas a que estableciera cabildos abierto para discutió sobre la incorporación de todo
el antiguo reino de Guatemala en el Imperio mexicano. La gran mayoría dirigida por comerciantes
conservadores y gente importante estuvo a favor del movimiento. EL 29 de diciembre, las ciudades de
Guatemala y de Quezaltenango se unieron a México, y el 9 de enero de 1822 Gaiza anuncio la adhesión a
toda América central y México. Poco después, en 1823 el imperio mexicano se derrumbó. Iturbide, que
ahora era emperador. Después de vivir un tiempo en Italia e Inglaterra, volvió a México en julio de 1824,
fue encarcelado y ejecutado en el estado de Tamaulipas. La breve carrera imperial de Iturbide hizo que su
fama quedara, no debería olvidarse que gracias a su dirección y a los pactos que estableció en el plan
Iguala, hizo posible la independencia. El 1 de julio las restantes provincias proclamaron la independencia
de América central bajo el gobierno de una junta provisional. En México la ciada del imperio de Iturbide
llevo a la creación en 1824 de una república federal basada en una nueva constitución parcialmente
inspirada en la española de 1812.
La independencia de Brasil:
A finales del siglo XVIII, Portugal era un país pequeño, atrasado económicamente y culturalmente, en
extremo occidental, pero al menos en apariencia, con una gran ventaja: un imperio mundial que se
extendía por tres continentes incluyendo la inmensa y potencialmente rica colonia de Brasil. Las influencias
de las ideas ilustradas de la época pudieron en práctica una serie de medidas económicas y
administrativas destinadas a superar el atraso cultural y económico de Portugal y a reducir su dependencia
económica y política de Inglaterra. Se buscó modernizar la agricultura portuguesa; desarrollar las
manufacturas, especialmente la industrial textil; mejorar la educación; extender el comercio colonial.
Esto significo para el Brasil, en primer lugar, el establecimiento de mayores controles- y en alguna medida
la centralización de la administración. En segundo lugar el comercio colonial se liberalizo un poco, dentro
del marco del monopolio mercantilista. En 1766, puso fin al sistema de frota entre Portugal, Bahía y Rio de
Janeiro; se suprimieron las compañías privilegiadas que se habían creado para comerciar con Grao Pará y
Maranhao y con Pernambuco y Paraíba en 1755 y 1759. En tercer lugar, se hicieron grandes esfuerzos
para estimular la producción para la exportación, con la esperanza de ampliar al mismo tiempo el mercado
para las manufacturas portuguesas.
Para 1780, en parte como resultado de sus esfuerzos, la zona costera de Brasil comenzó a gozar de un
renacimiento agrícola. Esta recuperación se vio a fines del siglo XVIII por la expansión constante del
mercado de alimentos- el azúcar incluido- y de materias primas, especialmente algodón. El crecimiento
económico del Brasil entre 1780 y 1800, coincidió con, y fue parte del resultado de la revolución industrial
en Gran Bretaña y, especialmente del desarrollo sin precedentes de las industrias británicas de textiles y
siderúrgicas. El creciente mercado brasileño no se surtía de bienes portugueses pero si de manufacturas
británicas.
Finalmente el reajuste que hizo Portugal de sus relaciones políticas y económicas con sus colonias que se
llevó a cabo durante la segunda mitad del siglo XVIII no tuvo el alcance de las reformas españolas y no
significaron una amenaza directa para el statu quo ni para los intereses de la elite colonial. Por el contrario,
muchos brasileños se beneficiaron del renacimiento agrícola.
Lo cierto es que aunque Portugal y Brasil no lograron evitar del todo la revolución democrática y la crisis
del viejo sistema colonial en el mundo del Atlántico durante la segunda mitad del S. XVIII, solo hubo dos
conspiraciones significativas contra el dominio portugués en Brasil. La primera en Minas Gerais en 1788-
1789 y la segunda en Bahía en 1798. La incofindencia mineira fue el más serio de los movimientos
antiportugueses de finales del siglo XVIII, Minas Gerais era una de las capitanías más importantes y
pobladas de Brasil en la década de 1780, pero estaba sufriendo un aseria recesión económica mientras se
acomodaba a la ciada de la industria minera desde mediado de 1750 y la transición a una economía mixta
de agricultura y ganadería. Jueces de la corona, fazendeiros, mercaderes, recaudadores de impuestos,
sacerdotes, oficiales del ejército- participaron en la conspiración. La justificación ideológica para la rebelión
fue proporcionada por una generación brillante de intelectuales y poetas. La rebelión se inició como una
protesta en contra de unas contribuciones fiscales opresivas y torpemente impuestas y por un sistema de
recaudación de impuesto más eficientes y menos corrupto. La conspiración fracaso, tras el descubrimiento
sus líderes fueron apresados.
La conspiración que se llevó a cabo en Bahía diez años más tarde fue predominante urbana y dio lugar a
un movimiento mucho más radical dirigido a provocar el levantamiento de los mulatos, los negros libres y
los esclavos. Sus líderes eran en su mayoría artesanos y soldados. Los dirigentes de la rebelión aspiraban
a la independencia política de Portugal, a un gobierno demócrata y republicano, y a la libertad de comercio,
pero también propugnaban por la libertad, igualdad y fraternidad, así como por la abolición de la esclavitud
y de toda forma de discriminación racial. La rebelión de los Sastres fue duramente reprimida con barias
docenas de arrestos y castigos severos.
El gobierno portugués por consiguiente, siguió tomando algunas importantes medidas de liberalización
económica (los monopolio sobre la sal y la pesca de ballenas fueron abolidos en 1801) y nombrando a
brasileños en altos cargos de la administración metropolitana y colonial. Por otra parte, el gobierno
británico debido a una combinación de razones estratégicas y comerciales, estaba a favor del traslado
portugués a Brasil frente a las circunstancias de un invasión francesa. El 12 de agosto de 1807 Napoleón
emitió un ultimátum a ministro de asuntos exteriores portugués. Antonio de Araujo de Azevedo: el príncipe
regente debía cerrar sus puertos a los barcos ingleses, encarcelar a los ingleses residentes en Portugal y
confiscarles sus propiedades, o afrontar las consecuencias de una invasión francesa. El 23 de noviembre
se recibieron noticias de que cuatro días antes el ejército francés había cruzado la frontera portuguesa con
España y que solo se encontraba a cuatro días de marchar a Lisboa. Al día siguiente Dom Joao tomo la
decisión de abandonar el reino que no podía conservar a no ser como vasallo de Francia. Entre la mañana
del 25 de noviembre y 27 de diez a quince mil personas lograron conseguir pasajes del buque príncipe
Real.
Rio de Janeiro se convirtió de la noche a la mañana en la capital de un imperio mundial que extendía hasta
los confines de Goa y Macao. Entre abril y octubre de 1808 se instalaron allí las principales instituciones
del Estado absolutista portugués, incluyendo el conselho de Estado. Brasil era gobernado desde Rio y no
desde Lisboa. Durante su breve estancia en Bahía Dom Joao había abierto los puertos de Brasil al
comercio directo con las naciones amigas, por medio de la Carta Regia de 28 de enero de 1808. La
apertura de los puertos al comercio exterior provoco una muchas protestas por parte de los intereses
portugueses tanto en Rio como en Lisboa y en respuesta Don Joao, restringió el comercio exterior en cinco
puertos- Belem, San Luis, Recife, Bahía y Rio de Janeiro.
Tras la liberación de Portugal y el fin de la guerra en Europa, el príncipe regente regresaría a Lisboa. Dom
Joao se mostraba indeciso y termino haciendo caso a su ministro y quedándose en Brasil. Luego que
muere su madre pasa a ser rey de Portugal, Brasil y Algarves. Esta monarquía estaba al borde del fracaso
ya que no podía administrar a todos.
La independencia de Brasil fue precipitada, los acontecimientos que tuvieron lugar en 1820-1821. El 24 de
agosto de 1820 estallo en Oporto una rebelión liberal y nacionalista, seguida de otra en Lisboa el 15 de
Octubre. Provocadas por los militares, recibieron el apoyo de muchos sectores de la sociedad portuguesa,
pero especialmente la burguesía, insatisfecha con las condiciones económicas y políticas de Portugal tras
la guerra. El monarca absolutista Joao VI seguía en Rio de Janeiro. A fines de 1820, lo liberales
establecieron una Junta Provisoria que gobernaría en nombre del rey, a quien se exigía su regreso
inmediato a Lisboa. Se esperaba que Joao IV adoptara la constitución liberal española de 1812. En enero
de 1821 las tropas portuguesas en Belem se rebelaron y establecieron una Junta gobernativa liberal en
Pará, a al que se adhirieron Maranhao y Piauí; la junta se declaró dispuesta a organizar las elecciones
para las cortes de Lisboa. En Bahía el 10 de febrero, una conspiración militar similar, de tropas liberales
contra sus oficiales absolutistas produjo el establecimiento de una junta provisional que propugno una
constitución liberal para Rio Unido de Portugal y Brasil.
El 21-22 de abril hubo manifestaciones populares en la Praca de Comercio, cuando se exigieron una junta
de gobierno como las de Pará y Bahía y elecciones para las Cortes. Por fin, el 26 de abril, dom Joao se
embarcó rumbo a Lisboa después de 13 años de residencia en Brasil, dejando a Don Pedro como príncipe
regente. Los brasileños no tuvieron ahora alternativa sino organizarse para la defensa de los intereses
brasileños en las Cortes. Las elecciones tuvieron lugar, y los elegidos eran casi todos oriundos de Brasil.
Las cortes se congregaron por primera vez a fines de 1821. Las cortes manifestaron sus propósitos de
gobernar Brasil, al ordenar el desmantelamiento de todas las instituciones gubernamentales establecidas
en Rio en 1808 y su traslado de regreso a Lisboa.
El 12 de octubre cuando cumplía 24 años de edad, dom Pedro I fue aclamado emperador constitucional y
defensor de Brasil. Su coronación se llevó a cabo en Rio de Janeiro en una ceremonia el 1 diciembre de
1822. El movimiento brasileño por la independencia de Portugal había basado su fortaleza en las más
importante provincias del centro sur- Rio de Janeiro, Sao Paulo, Minas Gerais.
En septiembre de 1823, Portugal solicito los oficios de Gran Bretaña para establecer relaciones con Brasil,
y Canning capto intermediar. Sin embargo Canning, dejó bien claro que no estaba preparado para esperar
por el reconocimiento portugués de la independencia brasileña: de ser así se pondrían en peligro los
intereses comerciales y la influencia política de Gran Bretaña en Brasil. Canning sabía que en 1825
debería renovarse el tratado comercial anglo-portugués de 1810, que había sido aceptado por nuevo
gobierno brasileño, y sería entonces imposible seguir eludiendo negociaciones directas con Brasil. Las
conversaciones entre Brasil y Portugal, se iniciaron en Londres de 1824, y finalmente se rompieron en
febrero de 1825. Canning decidió que era de actuar sola gran Bretaña; envió a Charles Stuart que fue
enviado en misión especial a Rio de Janeiro para negociar un tratado comercial anglo- brasileño.
Stuart llego a Rio el 18 de junio y el 29 de agoto firmaba el tratado por medio del cual Portugal reconocía la
independencia de Brasil. A cambio, Brasil acordó pagarle a Portugal una compensación de 2 millones de
libras esterlinas. Por otra parte, Dom Pedro reservo los derechos de sucesión al trono portugués. Dejando
abierta la idea de reunificar el reino en algún momento. Hubo que pagar un precio por los servicios
prestados por Gran Bretaña por asegurar la independencia de Brasil. A través de las negociaciones había
exigido la volición del comercio de esclavos a cambio del reconocimiento de la independencia de Brasil. En
segundo lugar un tratado comercial anglo- brasileño firmado en 1827 donde incluyo la continuidad del
arancel máximo de mercancías británicas importadas a Brasil de 15 a 100.
La clase dominante brasileña (que incluya muchos portugueses de nacimiento) se vio forzada a seguir el
camino de la independencia por las revoluciones portuguesas de 1820., el regreso de la corte portuguesa a
Lisboa en 1821, y la determinación portuguesa de revertir los logros políticos y económicos conquistados
por Brasil desde 1808. Una vez tomada la decisión la independencia brasileña se estableció en forma
rápida y pacífica, además Brasil se dividió en vario sestados independientes. Sin embargo puede decirse
que en 1822-1823 la independencia brasileña era incompleta. Fue solo cuando la abdicación de dom pedro
el 7 de abril de 1831 a favor de su hijo de cinco años nacido en Brasil, el futuro Pedro II , cuando se
concluyó finalmente el proceso de separarse Brasil totalmente de Portugal.
La independencia de México
La revolución mexicana se diferencia de las de América del sur en dos aspectos, empezó como una
violenta protesta social desde abajo, y España tenía más que perder en México que en cualquier otro lugar
de América.
Durante el S XVIII la producción de plata subió extremadamente, pasando por el boom de 1770.
Guanajuato era la principal productora de plata del mundo.
En 1789 el comercio libre llegó a México, terminando con los monopolios de los consulados de Cádiz y la
Ciudad de México.
El otro pilar de la economía era la hacienda. Una inversión socia que absorbía los beneficios de la minería
y el comercio. Monopolizaba la tierra y creaba desigualdad y privaciones rurales.
Entre 1720 y 1810 sufrió diez crisis agrícolas, la escasez de maíz bajo a nivel de hambre y los precios
superaron los salarios. Esto originaba desempleo, huida a las ciudades y desórdenes sociales que
aumentaban los crímenes urbanos.
El bandidismo era síntoma del resentimiento contra los hacendados y monopolistas. El precio del maíz
subió a 56 reales una fanega en tiempo que el salario de un jornalero era de 1 a 2 reales. La violencia de la
primera revolución de México tuvo origen en el hambre y la desesperación de las masas indias.
La estructura social era rígida, la distinción esencial era la riqueza. Los blancos eran el 18% de la
población, los indio el 60% y las castas 22%.
El comercio estuvo siempre controlado por los españoles. La metrópoli se aseguró de que un grupo
pequeño número de españoles monopolizaran los cargos públicos en la administración y la Iglesia.
Había una aristocracia de las minas, el comercio y la propiedad de la tierra dominada por peninsulares. Los
inmigrantes treparon en lla escala social dejando a los criollos a un lado. A partir de la década de 1790 el
resentimiento criollo se expresó mediante la agitación política.
Los indios mexicanos y mestizos indianizados eran el 70% de la población. Un signo de su situación era el
tributo, pagado por las comunidades y también negros libres y mulatos. Siervos ante el estado, sujetos a la
economía colonial y mano de obra barata. Las masas a punto de estallar.
México se enteró del colapso de la monarquía española a mediados de julio de 1808. Iturrigaray, un virrey
hizo un llamado a la unidad. Los liberales criollos vocearon su oposición a la autoridad de la junta en
España.
Los golpistas actuaron el 15 de septiembre de 1808. El virrey fue detenido y enviado a España. El arma
militar del golpe fue ejército privado, milicia reclutada entre empleados de comerciantes españoles. La
revolución empezó con una reacción española. La cólera criolla y popular llevo a una nueva revolución en
1810.
A finales de 1800 un movimiento conspirativa reunió a algunos revolucionarios criollos: Ignacio Allende,
Miguel Domínguez y otros miembros de familias pudientes. Querían deponer a las autoridades, expulsar a
los españoles y establecer una junta de gobierno criolla. Pronto Hidalgo se convirtió en su líder.
En septiembre de 1810 llegó un nuevo virrey, Francisco Javier de Venegas. Hidalgo tuvo que activar la
revolución. Al amanecer del 16 de septiembre, lanzó el grito de Dolores, un grito de rebelión en el cual
probablemente no se habló de independencia, pero fue significativo para las generaciones venideras.
Hidalgo buscaba apoyo popular, su énfasis en aprisiomiento de europeos, la abolición del tributo indio y su
invocación a la indígena Virgen de Guadalupe eran intentos de dar al movimiento un apoyo de masas.
La participación criolla se dio en la periferia. El movimiento de Hidalgo fue un movimiento de masas. Abolió
el tributo indio, emblema de un pueblo oprimido. Abolió también la esclavitud bajo pena de muerte. La
prueba real de las intenciones de Hidalgo seria la reforma agraria. Esto lo enfrento, ordenando la
devolución de las tierras que en derecho pertenecían a comunidades indias.
La intención era devolver las tierras a los indios e impedir su enajenación. Condeno el pillaje, la destrucción
y el saqueo fueron endémicos en la revuelta.
Las doctrinas igualitarias y el odio racial, el ataque a las propiedades y el saqueo de Guanajuato, causaron
una profunda impresión en el resto de México y una oleada de repulsión contra la revolución.
Los criollos, atemorizados por Hidalgo, rescataron México para España. Todavía tenían que hacer frente a
una rebelión. Y había un nuevo líder, José María Morelos, otro cura rural.
Intento librar a la revolución de la mala imagen creada por el movimiento de Hidalgo. No perdonaba la
insubordinación. Prefería usar las hordas indias como fuerza de apoyo. Apelaba a amplias fuerzas
sociales, propugnando una combinación de nacionalismo mexicano y reformas esenciales.
Morelos fue el más nacionalista de todos los primeros revolucionarios, tenía también un profundo
contenido religioso. Veía la independencia casi como una guerra santa en defensa de la ortodoxia religiosa
contra los irreligiosos Borbones y los idolatras franceses. Pero el principal llamado era a las masas. El
programa que presento al Congreso de Chilpancingo era esencialmente político, planteaba la
independencia absoluta, el apoyo para la Iglesia católica sostenida por los diezmos, respeto a la propiedad,
instituciones representativas y republicanas, separación de poderes. Se proclamaba la abolición de la
esclavitud, del tributo, de los privilegios y de las distinciones entre clases.
Morelos fracaso, porque como Hidalgo, no recibió apoyo de los criollos. Fue condenado a herejía y fusilado
el 22 de diciembre de 1815.
Fernando VII fue obligado a restaurar la constitución de 1812 y volver a convocar a las Cortes. El nuevo
régimen español procedió a subvertir el mismo imperio que había proclamado.
La iglesia fue el primer objetivo. Se restringió el derecho a tener propiedades, se expulsó a los jesuitas, fue
abolido el fuero eclesiástico en todos los casos criminales, se dio orden de detención y confiscación de las
propiedades de opositores a la constitución.
En junio de 1821 el entero fuero militar del ejército colonial fue abolido. La oligarquía criolla se dio cuenta
de que España no podía seguir garantizándole un control aristocrático, se preparó a promover la
independencia, su líder el criollo Agustín de Iturbide. Era un modelo de la posición criolla: aborrecía la
revolución social y ayudo a destruirla. El 24 de 1821 publica el “Plan de Iguala”, representa los intereses de
los que estaban amenazados por España, recibió colaboración de la Iglesia, el ejercito y la oligarquía. Se
declaraba la independencia de una nación católica, unida, españoles y mexicanos eran iguales,
distinciones de castas abolidas, cargos públicos abiertos a todos los habitantes.
El plan garantizaba la estructura social existente. Las propiedades y privilegios de la Iglesia se
conservarían. Las masas no recibieron nada del Plan de Iguala. Pero la reacción popular no fue
abiertamente hostil. La influencia de la iglesia fue decisiva. Iturbide era el salvador de la religión contra los
impíos españoles. El 28 de septiembre de 1821 firmaron la declaración de independencia del “imperio
mexicano”.
Perú estaba conformado por un 57% de indios, mestizos 29%, los esclavos negros continuaban alrededor
de 4%. La aristocracia peruana era una aristocracia rural que tenía bajo su poder los cargos públicos y
comerciales. Vivian con constante miedo por temor a ataque de los “populachos”. Por otra parte los
liberales querían reformas y no la revolución. Los liberales no formaron un movimiento de independencia.
El propio virrey José Fernando de Abacal desde su llegada a Lima en 1806, de la crisis del gobierno
imperial demostró su nervio y reaccionó ante la revolución con gran energía. En 1809 envió tropas bajo el
mando de José Manuel de Goyeneche a aplastar la rebelión del Alto Perú, al siguiente año volvió a
anexarse la provincia al virreinato y empezó a organizar su defensa contra las fuerzas de Bs, As.
Los movimientos conspirativos del Perú fueron débiles y sin raíces. En 1812 un levantamiento indio en
Huánuco. La mayor amenaza contra la política de Abascal no procedía de Perú sino de España donde
pretendía tomar ideas liberales. A lo cual convocaron el consejo de regencia convocó unas cortes; y los
peruanos fueron llamados a elegir diputados, y se les informo que ahora no dependían de virreyes,
gobernadores y ministros, ahora quedaba todo bajo su poder. Los siete diputados peruanos apoyaban a
las cortes de Cádiz la petición de “mayor representatividad”.
La rebelión de Pumacahua:
Entre 1756-1800, solo en la provincia de Cajamarca, estallaron trece rebeliones indias, violentas aunque
inútiles protestas contra las muchas formar de servidumbre: trabajo mal pagado, extorción de tributos, los
repartimientos, los diezmos y otras cargas parroquiales. En 1780, el indio líder Túpac Amaru, declaró la
guerra a muerte contra los europeos, que la rebelión se difundió, a través del sur, Pero el Alto Perú
convocaba a los criollos a unirse a los indios. Túpac prometió la liberación de los esclavos. Durante la
rebelión Túpac; al menos 20 caciques, mantuvieron a sus pueblos leales a la carona y por consiguiente
recibieron recompensa y pensiones. El más distinguido cacique fue Mateo Pumacahua, descendiente de
los incas y cacique de Chincheros que no solo combatió contra Túpac sino también participó en la salvaje
represión.
A la rebelión india le faltaba una cosa más, esencial para la independencia: el liderazgo criollo. Los criollos
estaban comprometidos con la estructura económica existente, que se basaba en el trabajo indio en las
minas, haciendas y obrajes.
Así, un movimiento indio con éxito dependería de la unidad india y de la alianza criolla. En 1814, en el
Cuzco, estas condiciones se dieron durante un breve tiempo. Ahora Pumacahua había roto con el gobierno
colonial. Los españoles habían rehusado tolerar su nombramiento como presidente de la audiencia del
Cuzco y habían procurado su remplazamiento. En 1814, los criollos buscaban llevar adelante las reformas
liberales hechas por los constitucialistas españoles, reformas que amenazaban con subvertir el poder
absoluto del gobierno virreinal y dar a los criollos una porción cada vez mayor en las decisiones a tomar.
La oposición de los constitucionalistas criollos, quienes pedían la aplicación de las reformas liberales y la
constitución del 1812. Una vez que se procuraron un nuevo cabildo. Los reformistas le disputaron el control
del Cuzco a los de la audiencia. Estos últimos años replicaron aprisionando a los líderes criollos. Más tarde
los prisioneros se escaparon y se unieron a sus seguidores, pero debían conformar una base militar mayor
para poder y necesitarían el apoyo de los criollos y mestizos. El movimiento era esencialmente reformista
querían la destitución de funcionarios inaceptables, mayores oportunidades para los criollos y la aplicación
de la constitución de 1812. Los revolucionarios criollos de 1814 no tenían una política para con los indios y
en sus proclamaciones apenas se referían a sus hermanos de armas. Los criollos preferían el dominio
español a la rebelión india. La presión india, pues lejos de apresurar la independencia, despertó el latente
conservadurismo de los criollos y los persuadió para que aceptaran el dominio español hasta que se
produjera una oportunidad más favorable. Ye esta fue proporcionada por iniciativa peruana, sino por los
ejércitos primero de san Martin y luego de bolívar.
En 1820 San Martin ya listo para dar el último paso de su gran estrategia. La liberación del Perú podía
ofrecer beneficios a Chile a largo plazo: seguridad política y emancipación de un mercado. En febrero de
1819, chile y argentina firmaron un tratado de alianza por el cual cada parte se comprometió a contribuir
con la mitad de las fuerzas y de las finanzas necesarias para invadir Perú. Pero argentina, no podía repetir
el esfuerzo en el pacifico, las disputas entre los dos países llevaron a sus relaciones al borde de la ruptura.
EL libertador se preparó y envió un destacamento bajo el mando del general Arenales que entro en la
Sierra con el objetivo de avanza hacia el norte para entrar en Lima. La intención era bloquear lima por
tierra y mar.
En 1821, La Serna evacuo la capital pero no el Callao – y envió sus tropas al interior. San Martín
permaneció sin moverse para destruir el desorganizado ejército del virrey, que se reagrupó en la sierra. El
10 de diciembre san Martín entro en Lima, prometiendo protecciones a sus habitantes. El 14 de julio el
poder pasó a San Martín.
La independencia no podía estar segura en tanto que el callao permaneciera en manos realistas. Al final la
fortaleza de Callao se rindió unos pocos días después. San Martín creía que la guerra estaba ganada.
Cochrane estaba convencido que había que seguir combatiendo. Había perdido dos de sus barcos de
guerra y no tenía ni abastecimientos. San Martín dijo que esa era armada chilena y por qué tanto estaba a
cargo de Chile, no del Perú. Cochrane reacciono apoderándose de los fondos del gobierno en Ancón para
pagar a sus tripulantes. Este fue el final de la colaboración. Cochrane puso a sus fuerzas fuera del servicio
del libertador para continuar su propia compaña contra los navíos españoles en el pacifico.
La independencia de Perú fue declarada el 28 de julio de 1821. En noviembre de ese año san Martín confió
a García del Rio a un empresario inglés, james Paroissien, una misión secreta en Europa para ofrecer la
corona del Perú a un príncipe europeo, asegurarse el reconocimiento europeo de la independencia
peruana, y negociar. Otra medida con la monarquía fue la fundación de una nueva aristocracia peruana. En
el interior, las órdenes de san Martin no tenían efecto. Allí los españoles conservaban el poder.
San Martin quería tres cosas: la anexión de Guayaquil al Perú, la ayuda de las tropas colombianas para
sostener a sus propias tropas y derrotar a los españoles, y la conformación de una monarquía
constitucional. San Martin sinceramente intentaba revolucionar y no conquistar Perú En 1826 estuvo
completa la liberación de Perú y el congreso dio poder a una junta. En ese entonces quien tomaría el
poder como presidente seria Riva Agüero que estaba convencido de que Perú no podía conseguir la
independencia por su propio esfuerzo debido a la concentración de poder español, así que busco ayuda de
Bolívar.
Pero nuevamente la fuerza realista tomo Lima. El gobierno huyó a callao donde el congreso depuso a Riva
Agüero, pero Riva se rehusó a aceptar la destitución. Marcho a Trujillo, allí formo su ejército y disolvió el
congreso. Este último se constituyó en Lima ahora evacuados de realistas, , y nombro a un nuevo
presidente, Torre Tagle, a quien Riva Agüero se negó a reconocer.
Perú estaba dividida ahora por dos zonas, ocupada al sur por los españoles y dividido el norte por la guerra
civil. Esto llevo a la clase dirigente peruana a buscar la ayuda de Bolívar.
Bolívar llegó el 1 de septiembre de 1823 donde asumió la suprema autoridad militar y política. Las tropas
peruanas en ese entonces estaban conformadas pero argentinas, chilenas, peruanas y colombianas. El 7
de febrero 1824, las tropas argentinas y chilenas se amotinaron en El Callao y reclamando sus pagas
atrasadas y al no recibir, entregaron la fortaleza a los realistas. El enemigo ocupo de nuevo Lima. Torre
Tagle y los jefes principales se pasaron a los realistas, como anteriormente se habían pasado de estos a
los patriotas.
Bolívar entonces comenzó a organizar la resistencia, la tarea del libertador era formar un ejército,
conseguir más tropas colombianas y más reclutas del Perú, y buscar dinero para pagar hombres víveres.
Consiguió mediante halagos dinero de la iglesia. El ayudante de Bolívar que ayudo en la tarea de reclutar y
organizar fue el fiel Sucre que organizó un nuevo ejército de liberación. Los libertadores tenían otra
ventaja: el desorden enemigo. Bolívar en mayo puso en movimiento su ejército, el 6 de agosto trabaron
combate con Canterac en la meseta de Junín. Fue una batalla rápida y lograron la victoria. Bolívar luego
se fue a la costa en octubre organizando la administración civil sobre la marcha, en diciembre liberto Lima.
La Serna volvió inmediatamente al combate. Mndando las fuerzas conjuntas de Cantac y de Valdés,
avanzó sobre Sucre e intento rodearlo. Por último, el 8 de diciembre de 1824, los dos ejércitos se
enfrentaron en Ayacucho. El virrey serna fue tomado prisionero, y el 9 de diciembre ofreció su rendición al
general Cantarac. Perú estaba liberado, la revolución americana era prácticamente completa. Los realistas
concentraron todas las fuerzas restante en Perú y en el Alto Perú. Sucre pronto llevo a la guerra en Alto
Perú.
A mediado de 1825 Bolívar partió para el ato Perú dejando el gobierno de Perú en manos de tres ministros,
Tomas de Heres, Hipólito Unánue, un aristócrata peruano, y José María pando, se ocuparía de la
hacienda. La economía peruana se hallaba en estado de postración.
Por otra parte hay que destacar que la constitución de Perú de 1823 declaro que nadie nacía esclavo en
Perú y prohibió la trata de esclavos en el país. Fue en 1855 cuando Perú abolió la esclavitud. Pero en si
quienes sufrieron más fueron los indios durante la guerra de la independencia que era utilizados como
auxiliares o bestias de carga y luego sufrían represalias del bando opuestos.
Bolívar intento en 1823 bajo decretos abolir el sistema de tenencia comunal de tierras y distribuir estas
entre los indios bajo la forma de propiedades individuales. Pero el intento de Bolívar de convertir a los
campesinos indios en agricultores independientes fue obstaculizado por terratenientes, los caciques y
funcionarios. Bolívar tuvo que complementar estos decretos con otras medidas destinadas a reducir el
poder de los caciques y proteger a los indios de los abusos. El decretó del 1824 el tributo pero esto no se
llevó a cabo. En 1826 se restableció el tributo indio bajo el nombre contribuciones indígenas.
Mientras el Bajo Perú estaba envuelto en la guerra, el alto Perú había sido dejado más o menos
abandonado. El líder conservador del Alto Perú era Pedro Antonio de Olañeta. La acción de Olañeta inicio
una guerra civil entre los realistas “la guerra separatista” de 1824, cuando los absolutistas lucharon contra
los liberales y los únicos vencedores fueron los enemigos de ambos. Bolivar dejo en mano de la liberación
del Alto Perú a Sucre. Finalmente acorralado y aislado, Olañeta queda herido en la batalla de Tumusla (1
de abril de 1825) y sus tropas derrotadas. Esta fue la última batalla de la revolución americana e
inmediatamente después, Sucre ocupo potosí. Sucre proclamo en la Paz un decreto del 9 de febrero de
1825 proclamando prácticamente la independencia del Alto Perú.
Trabajo 3: el balance.
La independencia fue una gran fuerza libertadora, podía ser usada tano para bien como para mal. Bolívar
tenían sus dudas “la independencia es el único bien que hemos adquirido a costa de lo demás”
La guerra revolucionaria era en si una noble causa, en la cual los ejércitos insurgentes combatieron en
gloriosas batallas. Se vieron obligados, además, a entrar en relaciones con oros estaos, en Europa y
América, un proceso que los haría más conscientes de algunos de los nuevos estados – Uruguay y Bolivia
–
En el Rio de la Plata, la derrota de los invasores británicos en 1807 fue celebrada como una victoria
argentina en el poema de Vicente López y Planes, “El triunfo argentino” que anticipó el uso del nombre de
Argentina-
El telégrafo mercantil propagó aún más la palabra, refiriéndose como “ninfas argentinas”. Belgrano
observa: “Bien puede tener nuestra libertad todos los enemigos que quiera, puede experimentar todos los
contrastes, en verdad nos son necesarios para formar nuestro carácter nacional” el propio Belgrano diseño
la bandera azul y blanca de argentina. López y Planes escribió la “Marcha patriótica”
Cuando se completó la independencia estas fueron coleccionadas y publicadas por la autoridades en un
volumen titulado la lira argentina un gesto de esperanza en un momento en la que la nación estaba
amenazada, en el mejor de los casos por el federalismo extremo.
En los primero días de la revolución, nacionalistas mexicanos como Morelos utilizaban el término
americano para describir a du país, y se referían a sí mismos como americanos. ¿Hasta qué punto los
americanos consiguieron la independencia económica? Mientras las nuevas naciones rechazaban el
monopolio español, daban la bienvenida a los extranjeros que aportaban el tan necesario capital, los
productos manufacturados y las especializaciones empresariales.
La Doctrina Monroe en 1823, tuvo solo escasa relevancia desde luego no iba dirigida principalmente a
ellos: fue una declaración unilateral de los estados unidos, advirtiendo a los europeos contra las
incursiones en las Américas, fuera para colonizar de nuevo o para recolonizar a los nuevos estados.
Los latinoamericanos continuaban viendo al poderío naval británico y su potencia comercial como la mejor
prenda de su seguridad.
La guerra de independencia fueron destructivas para vidas y propiedades; el terror y la inseguridad
provocaron, además, la huida de mano de obra y capitales, lo que hizo más difícil organizar la recuperación
y aún más diversificar la economía. Los principales propietarios de capital – Iglesia y comerciantes – tenían
poco interés en invertir. Era más fácil permitir que las manufacturas afluyeran al mercado y prácticamente
destruyeran la producción nacional. Y detrás de las manufacturas británicas llegaron banqueros y
armadores británicos que venían a llenar el vacío empresarial dejado por España. La economía nacionales,
por tanto, estaban divididas originariamente por rivalidades internas, por conflictos entre el centro y las
regiones.
Pero las economías nacionales fracasaron ante4 la estructura social de los nuevos estados. Dos sectores,
una privilegiada minoría que monopolizaba las tierras y los cargos públicos, y una masa de campesinos y
obreros. Pero la rigidez social y los falsos valores sociales fueron a la vez causa y el resultado del retraso
económico. Muchos terratenientes consideraban a sus propiedades como una inversión más social que
económica. En cuanto a los campesinos, eran víctimas de la grotesca desigualdad. Sin una reforma agraria
no había posibilidades de elevar los niveles de vida e la gran masa del pueblo.
Unos campesino que vivían al nivel de subsistencia no podían ser consumidores de manufacturas, y los
trabajadores urbanos gastaban demasiado en alimentos como para que les quedara algo para los artículos
de consumo. Latinoamérica compraba productos importados o se quedaba sin artículos de consumo.
Mientras el estado colonial y sus instituciones se hundían, las haciendas se hacían más poderosas. Creció
también a expensas de la iglesia, cuando en 1767 los jesuitas fueron rematados a precios ridículamente
bajos a los hacendados vecinos y a los nuevos terratenientes.
Los terratenientes formaban la nueva clase dominante, prevaleciendo sobre los antiguos sectores
coloniales de las minas, el comercio y la burocracia.
Se decía que la hacienda era un obstáculo para el crecimiento de un estado nacional fuerte, porque no los
hacendados eran poderosos caciques locales que a menudo gobernaban sus distritos mediante decisiones
personales.
Las masas populares tenían escasas devoción por las naciones en las que vivían; durante las guerras
estaban sujetas al alistamiento forzoso y posteriormente a un estrecho control. Los esclavos negros, y los
peones recibieron muy pocos de los beneficios de la independencia, y tenían escasa razones para albergar
un sentido de la identidad nacional.
La estructura colonial de castas no sobrevivió a las guerras de independencia, puesto que la sociedad de
castas generaba tensiones entre sus componentes que amenazaban con destruir el orden tradicional en un
holocausto de violencia sociorracial.
Después de las guerras intentaron aliviar la tensión que había en la estructura social. el sistema político de
los nuevos estados representaba la determinación criolla de controlar a indios y negro, la fuerza rural de
trabajo y contener a las castas.
Los conservadores y los liberales, productos de la misma élite, tenían respuestas diferentes, aunque no
firmemente diferentes. En cambio, los liberales tenían una política que defendían el gobierno
constitucional, las libertades humanas básicas, el laissez-faire económico. En teoría los liberales eran
favorables al federalismo.
El caudillismo: el papel preponderante e los soldados, en un tiempo en que las instituciones civiles se
están desintegrando, significa que los soldados no solo combaten en las batallas, sino que dominan la
política. La revolución americana, pues, engendró el militarismo y produjo la personificación del militarismo,
el caudillo. Los ejércitos surgieron como un informal sistema de obediencia de varios intereses, que los
caudillos representaban y podían reunir. El militarismo luego fue perpetuado por los conflictos de la
posguerra, entre unitarios y federales en Argentina.
El caudillismo reflejaba la debilidad de las instituciones republicanas, que ni tranquilizaban ni convencían, y
que no podían de modo inmediato cubrir la brecha dejada por el colapso del gobierno colonial. Pero el
ascenso y caída de los caudillos, el recuente cambio de presidentes, los repetidos golpes, la suspensión de
las constituciones. Estos eran cambios superficiales, luchas por el poder que se celebraban dentro de la
propia clase dominante.
Acta de la sesión del congreso de tres cruces en la que se convino el reconocimiento de la
soberana asamblea general constituyente y legislativa de las provincias unidas:
Campo oriental delante de Montevideo, abril 5 de 1813.
El día 5 de Abril del año 1813, se convocó un congreso en el campamento de Tres cruces, entre las
razones por las cuales se había llevado a cabo, se encontraba el reconocer o no a la Asamblea General
Constituyente, también a que en la Banda Oriental existían cinco cabildos en sus veintitrés pueblos, se
pretendía lograr el nombramiento del mayor número de diputados que los representará en dicha asamblea.
Una vez finalizado el Congreso se estableció el ‘’Acta de la Sesión del Congreso de Tres Cruces en la que
se convino el reconocimiento de la Soberana Asamblea General Constituyente y Legislativa de las
Provincias Unidas’’, bajo algunas condiciones entre ellas:
Que Buenos Aires no tuviera el papel hegemónico y que cada provincia fuera autónoma hasta que el
Gobierno Supremo proclamara una constitución. Es decir que, cada provincia tendría poder para tomar sus
decisiones sobre los problemas que se dieran sobre sus territorios y para ello se estableció y garantizó una
Federación Ofensiva y Defensiva del Banda Oriental con el resto de las provincias unidas, a través de la
cual se prestarían asistencia mutua.
Brindarían el respeto merecido a la Constitución elaborada por la Asamblea, siempre y cuando esta
respetara la autodeterminación de las provincias. La Banda Oriental, pretendía permanecer con la plena
libertad que había adquirido como provincia compuesta de pueblos libres, pero sujeta a la Constitución.
La elección de los diputados que representarían a la Banda Oriental, se llevó a cabo y el resultado dio en la
elección de cinco diputados, cuyo nombramiento fue por la voluntad espontánea de los pueblos. Serían
ellos quienes defenderían estos principios en la Asamblea General Constituyente que se llevaría a cabo en
Buenos Aires y para ello, le fueron entregados lo que se denominó como ‘’ Instrucciones que se dieron a
los diputados de la provincia Oriental para el desempeño de su misión ante la Asamblea Constituyente de
Buenos Aires’’, con fecha de 13 de Abril de 1813.
Entre las instrucciones, se establecía como principal la independencia absoluta de las provincias del
virreinato del Río de la Plata, tanto en relación a la Corona Española como a la de cualquiera de los
miembros de la familia de los Borbones.
Del mismo modo, se consideraba necesario que cada provincia formara su propio gobierno, además de un
Gobierno Supremo de la Nación de acuerdo a los principios de igualdad, libertad y seguridad de los
ciudadanos y los pueblos, de los que Artigas se había inspirado teniendo en cuenta a Estados Unidos.
Además, se consideraba que, tanto los gobiernos provinciales como el Gobierno Supremo, debían dividirse
en tres poderes independientes entre sí, estos poderes eran: Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Para Artigas,
la República era la forma de gobierno que más se adaptaba a una sociedad igualitaria y democrática.
Además, solicitaban (como ya se había establecido en el acta previamente) que cada provincia fuera
autónoma, es decir que podrían resolver sus propios problemas y necesidades, pero los problemas
‘’generales’’ o de mayor importancia serían resueltos por el Gobierno Supremo que estaría integrado por
todos los representantes de las provincias, con esto pretendían que se mantuviera la unidad entre
provincias, pero que cada una conservase sus propias características. De la misma manera que los
puertos de Colonia y Maldonado fueran liberados.
Otra cuestión importante, es que se estableció fue que, era indispensable que la capital donde
permanecería el poder supremo estuviera fuera de Buenos Aires. Artigas consideraba que era necesario,
para que así no se concentrara todo el poder político, económico y militar.
En cuanto a la relación de Artigas con Buenos Aires, es que él defendía el federalismo (forma de
organización en las que las provincias se asociaban, delegando algunas atribuciones para constituir el
gobierno central, pero sin dejar de lado su autonomía), mientras que Buenos Aires pretendía una
centralización (consideraban que tenían mayores recursos y estaban mejor preparados para las funciones
de gobierno y toma de decisiones, por lo que, las demás provincias se subordinaran a ella).
TRABAJO 4:
La guerra de triple infamia: Norberto Galasso- German Ibáñez
La historia oficial ofreció al Paraguay como una expresión de barbarie y a su presidente como un déspota.
Halperin Dongui cita los hechos evitando una interpretación de manera tal que no aparecen claras las
razones de un lustro de luchas violentas. Sostiene al pasar, que Solano López tenía “ambiciones más
vastas que el presidente anterior” aunque reconoce que “el tratado de la Triple Alianza establecía el reparto
de las regiones paraguayas entre los aliados”
El modelo paraguayo:
¿Que era Paraguay en 1860? Era el país más desarrollado de América del sur. Era la realización practica
del programa morenista. La explotación de la yerba mate era monopolio gubernamental. Igual cosa ocurría
con las maderas de construcción. También existía el monopolio gubernamental del tabaco.
El gobierno hizo acordar repartos de tierras, haciendas y herramientas a los indios capaces. El estado no
concebía la existencia de un solo paraguayo sin hogar y sin tierra. En el chaco se fundaron numerosas
colonias agrícolas y además de obrajes de madera, fábricas de papel y artículos de loza. La industria
metalúrgica comenzó a prosperar con el establecimiento de la explotación y fundición de hierro de ibycui.
En 18612 se construyó el primer ferrocarril. Al poco tiempo la primera línea telegráfica.
La enseñanza era obligatoria. López contrató en Europa a ingenieros, mecánicos, escritores, matemáticos,
geógrafos, etc. la formación técnica de los paraguayos para habilitarlos a participar en la creación de las
industrias modernas fue la preocupación del estado paraguayo. El estado tenía toda gerencia de la vida
económica nacional… no existía la propiedad agraria, sino que era meras tenencias de terreno.
Conflicto en la Banda Oriental:
La guerra de la Triple Alianza obedece al interés de la oligarquía porteña, de la oligarquía motevideana, del
imperio del Brasil y de Gran Bretaña, dirigido a liquidar los focos populares y muy especialmente destruir el
modelo paraguayo de crecimiento autónomo.
Después de la batalla de pavón, el mitrismo en el poder inicia la presión sangrienta en el interior: centro,
cuyo, y noreste, para someterlo e imponer su modelo exportador y de apertura a la penetración comercial y
manufacturera británica. En esa lucha participan varios generales orientales, entre ellos Venancio Flores.
Así durante el año 1862, Flores prepara su expedición militar en Buenos Aires, con apoyo del gobierno
mitrista. La llama “Cruzada libertadora”
El 19 de abril de 1863, Flores desembarca en la Banda Oriental. Dos meses después, un barco argentino
que le llevaba armas es apresado por fuerzas orientales, a lo cual Mitre responde apresando a un barco
uruguayo y bloqueando el rio Uruguay, con lo que facilita la acción de Flores quien triunfa en Las Cañas
15/7/1863. El partido banco, en el gobierno de Uruguay solicita el apoyo del Paraguay.
Durante 1864 persiste el conflicto en la Banda Oriental. Brasil busca excusa para intervenir, pero el
presidente blanco, ahora Cruz Aguirre, se allana a ciertas exigencias y evita provocación.
Mientras tanto el inglés representante de Inglaterra en Buenos Aires reúne a Elizalde y al comisionado
brasileño en Montevideo con gente del coloradismo, y allí nace la propuesta de mediación en el conflicto
oriental. Puede decirse que el 18 de junio de 1864, se gesta la Triple Alianza.
En agosto de 1864, mientras el general Juan SAÁ se traslada a la Banda Oriental para unirse a los
blancos, la escuadra imperial de Brasil (comandado por Tamandaré) apresa a un buque oriental.
Inmediatamente el ejército brasileño ocupa los departamentos del norte de la banda oriental. En octubre la
guerra de Brasil contra el gobierno blanco de Uruguay es un hecho. Por otra parte, Urquiza afirma que se
convertirá en la vanguardia del ejercito de López y que, si no permite el paso de los paraguayos por
territorio argentino, será la excusa para su rompimiento con mitre.
Las fuerzas sociales se van alineando, de un lado las oligarquías de ambos puertos (Buenos Aires y
Montevideo) y el imperio de Brasil coincidentes en la política librecambista, anti latinoamericana, y
antipopular, con el apoyo de Gran Bretaña. Del otro, el gauchaje argentino y oriental junto al Paraguay
nacionalista. El capital ingles fue quien financió la guerra: préstamo del Banco de Londres.
Prolonguemos la Guerra:
A fines de 1864 Brasil inicia el sitio de Pasaysandú para abrir camino hacia Montevideo. La escuadra
brasileña bombardea la ciudad masacrando la población civil. Tamandaré se queda sin proyectiles, pero el
mistrismo lo aprovisiona
El 2 de enero de 1865 cae Paysandú, esto obliga a Solano López a tomar una decisión. Ante el avance del
Imperio, López ha tomado un barco brasileño en noviembre de 1864 y ha avanzado luego sobre Matto
Grosso. Ahora ante la caída de Paysandú y la vacilación de Urquiza, solicita permiso al gobierno de Mitre
para cruzar Corrientes. El 9 de febrero de 1865 el canciller Elizalde contesta negando el paso al ejercito
paraguayo mientras que el ejército de Brasil avanza por el sur y se acerca a Montevideo.
Ante esta situación Urquiza envía un emisario a tratar con López, pero descartando la posibilidad de una
alianza. Ahora intercambia cartas con mitre y por fin acepta la alianza con el Brasil.
El general Mitre negaba de todo punto al presidente del Paraguay su solicitud, mientras que con la otra
mano firmaba el permiso para que el Brasil hiciese su cuartel general en la provincia argentina de
Corrientes para llevar el ataque desde allí a las huestes paraguayas.
La guerra:
El 20 de febrero de 1865 capitula Montevideo, Venancio Flores toma el poder y declara la guerra al
Paraguay. El 23 de marzo Solano López declara la guerra a la Argentina. Esta declaración fue oculta por el
mitrismo.
El 13 de abril fuerzas paraguayas toman dos buquecitos argentinos en corrientes. Los paraguayos ocupan
corrientes, reciben apoyo general y entregar el poder a triunvirato constituido por correntinos.
El 1º de mayo de 1865 se firma el Tratado de la Triple Alianza (el tratado secreto por ahora) y comienza el
reclutamiento. El 14 de mayo, Urquiza, dignado por Mitre jefe del ejército de vanguardia, reúne 800
hombres y marcha hacia el norte. El coronel Telmo López, hijo de Estanislao López, se pasa con grupo de
gauchos a las filas paraguayas.
López Jordán, uno de los principales jefes entrerrianos, contesta la convocatoria de Urquiza de este modo:
“Usted nos llama para combatir al Paraguay, ese pueblo es nuestro amigo. Llámenos para pelear a
porteños y brasileños, esos son nuestros enemigos”
Mitre confiesa “hay que derrocar a esa abominable dictadura de López y abrir al comercio esa espléndida y
rica región”
Mitre dice que el peligro para la Republica Argentina esta en la preponderancia militar del dictador
paraguayo… Al triunfo de Paraguay, seguiría, para nosotros, el reinado de la barbarie.
Urquiza ha organizado sus fuerzas en Basualdo, pero cuando se dirige a Concordia para encontrarse con
Mitre, el gauchaje se desbanda. “viva Urquiza y muera Mitre” negándose a combatir contra el Paraguay.
El 12 de agosto, Venancio Flores derrota a las fuerzas paraguayas dirigidas por Duarte en Yatay. Los
aliados cercan a las tropas de Estigarribia en Uruguayana y este se rinde para evitar otra Paysandú. Esta
derrota significa el fin de la ofensiva paraguaya.
En noviembre se produce una nueva sublevación de las fuerzas entrerrianas, ahora en Toledo. Urquiza
abandona la lucha y se retira a su palacio de San José.
L guerra se convierte ahora en ofensiva de los aliados. En mayo de 1866 las fuerzas paraguayas son
derrotadas en Tuyuti. Gran Bretaña hace público el tratado secreto de la Triple Alianza para forzar una paz
que le de entrada a sus intereses en el Paraguay.
E julio de 1866 los ejércitos aliados fracasan en los esteros de Boquerón debiendo retroceder ante la
resistencia de las trincheras paraguayas.
EL 12 de septiembre de 1866, Mitre López se entrevistan en Yutaiti Corá y propone condiciones de arreglo,
pero mitre sostiene que debe consultar a sus aliados. A pesar del acuerdo de “congelar la situación hasta
tanto los aliados decidan” los ejércitos aliados dirigidos por Mitre se lanzan sobre las fuerzas paraguayas
en Curupaiti.
El triunfo paraguayo de Curupaití es bien recibido con festejos en el Noreste argentino, así como el Litoral.
Incluso Urquiza ofrece una gran fiesta en su palacio
El triunfo paraguayo en Curupaití estimula la acción de los federales en el interior. El ejercito aliado se
encuentra deteriorado, su jefe, Mitre, deja el mando en febrero de 1867 durante varios meses. Durante la
paralización bélica durante 14 meses se produce la “revolución de los colorados” (el 9 de noviembre de
1866) en Mendoza, liderada por el DR. Carlos Juan Rodríguez, amigo de Varela, y bajo la jefatura< militar
de Juan de Dios Videla.
El contingente que debía marchar al Paraguay se subleva uniéndose a los revolucionarios. Así, el 6 de
diciembre de 1866 lanza proclama revolucionaria dirigida a deponer al mitrismo. Allí convoca a los
entrerrianos después de exaltar a Caseros, para que se sumen a la revolución.
La revolución montonera se ha extendido en todo el interior. Urquiza permanece inactivo. A su vez, Mitre
se vuelve del Paraguay, con sus mejores tropas. Pero la revolución provinciana carece de respaldo
económico y especialmente aprovisionamiento bélico como para derrotar al mitrismo por si sola. De ahí su
esperanza en Urquiza.
Pero la defección de Urquiza frustra el intento federal del interior. El 1º de abril de 1867, Arredondo, con
fuerzas mejores equipadas, derrota en Paso de San Ignacio a las fuerzas de Juan Saa y Juan de Dios
Videla.
Quebrada la rebelión montonera, los aludos reinician la guerra contra el Paraguay. El 17 de agosto la
escuadra aliada fuerza de paso de Curupaití. El gobierno argentino reclama ante chile y Bolivia por le
apoyo a los montoneros.
Mientras las guerras siguen en curso, el 3 de noviembre de 1867, hombres del ejercito aliado enfrentan a
8.000 paraguayos en Tuyú Cué, se llama también la segunda Tuyutí y ambos bandos dan por logrados sus
objetivos. Poco después, Mitre queda retenido en Bs.As por la muerte de su vicepresidente Marcos Paz.
EN 1868 se inicia con el Manifiesto de los Pueblos Americanos lanzado por Felipe Varela. Los diarios de
Chile apoyan a Varela. En medio de las fuerzas Urquiza se inclina cada vez mas a favor del mitrismo.
La ofensiva aliada:
A mediados de febrero de 1868 los aliados se lanzan sobre Humaitá, la gran fortaleza paraguaya. Los
paraguayos rechazan evacuar la fortaleza y se repliegan. Las fuerzas aliadas continúan su avance
lentamente ganando posiciones. A fines de 1868 se produce una batalla muy importante, camino hacia
Asunción: Lomas y Valentinas. También llamada la batalla de los sietes días, que comienza el 21 de
diciembre y termina el 28.
Después de esta derrota, Solano López se repliega rumbo a Cerro Corá con los pocos hombres que le
quedaban. EL 5 de enero de 1869 los aliados entran en Asunción y las fuerzas brasileñas saquean la
ciudad, de esta manera se constituye un gobierno títere.
El fin:
Recién el 1º de marzo de 1870 Solano López y sus últimos hombres son muertos en Cerro Corá. Poco
después el 11 de abril de 1870, Urquiza es ultimado en Palacio de San José. El 4 de junio de 1870 muere
en chile Felipe Varela. El Paraguay ha quedado destruido.
La guerra del Paraguay como guerra civil:
Alberdi desde Europa analiza el conflicto como una guerra civil. Explica en su tesis que para Buenos Aires
el verdadero enemigo no es el Brasil sino los países interiores a quienes Buenos Aires les tiene
arrebatados el tesoro, el tráfico y todo su ser. Aquel interés es el trafico directo con el mundo exterior, la
renta publica procedente del trafico y el poder y el influjo derivados de la renta, es decir, del tesoro y del
crédito publico basado en él. Rio de Janeiro y Buenos Aires aspiran a dividírselo entre los dos.
¿Guerra de la Triple Alianza o guerra civil latinoamericana?
La hipótesis del trabajo remarcar que en la Guerra contra el Paraguay subyacen dos modelos económicos:
uno proteccionista y otro volcado al liberalismo. Ver la guerra del Paraguay como una necesidad del
imperialismo inglés para garantizar el libre comercio es, por u lado sobrestimación grosera del
nacionalismo paraguayo y de la codicia inglesa y, por otro lado, una subestimación de los intereses propios
de Argentina y del Brasil.
También habla de dos paradigmas económico- políticos de manera que cuando hablamos de política
librecambista, o economía financiera nos referimos al liberalismo económico implementado por Buenos
Aires de la mano de Inglaterra.
En este sentido, la política porteña tuvo como resultado el choque con las provincias ya que “la principal
causa fue la estrategia mitrista destinada a desplazar a los gobiernos cuño federal para reemplazarlos por
sus socios liberales” El mitrismo fue construyendo una trama apoyada sobre liderazgos de fuerzas
provinciales y regionales.
El 8 de diciembre de 1864, Mitre escribió “El Atila americano” haciendo alusión a la declaración de guerra
que gratuitamente el Paraguay le hacia al Brasil. Mitre se preguntaba que harían los pueblos argentinos si
acaso triunfaba Brasil. Acusa al Paraguay de perturbar la libre marcha de las civilizaciones, de la
peligrosidad de su preponderancia militar y de la inevitabilidad de entenderse con dictador.
Por lo que los pueblos argentinos no deberían oponerse al Brasil ya que un gobierno liberal, civilizado,
regular y amigo de la República Argentina.
Lo contrario del apoyo al Brasil sería el reinado de la barbarie por parte del Paraguay, y el atraso inevitable
de la Argentina. Mitre, trata de convencer a sus lectores de que Argentina estaba siendo obligada a ir a la
guerra.
Mitre instiga a las provincias a ponerse de acuerdo para “contrarrestar al nuevo Atila que amenazaba con
la irrupción de la barbarie” ¿Cuál fue la respuesta del interior? La sublevación de un cuartel policial en
Mendoza por el atraso en el pago del sueldo, y la posterior insurrección de un contingente destinado a la
guerra del Paraguay hizo estalla la rebelión.
A fines de 1866 todo cuyo y el Noreste se halló en manos de los caudillos federales.
El coronel Felipe Varela dio a conocer su Manifiesto el 1 3 de enero de 1868, en Bolivia. Allí denuncio la
política centralista porteña.
En contraposición Varela proclamaba ¡Solados Federales! Nuestro programa es la practica estricta de la
constitución jurada, el orden común, la paz y la amistad con el Paraguay.
Incluso Alberdi califico a la guerra como una guerra civil de nuestro pueblo contra la triple oligarquía
antinacional de Bs.As, Montevideo y Rio de Janeiro.
¿Civilización o Barbarie?
La integración del Paraguay al liberalismo económico de la mano de Inglaterra era inevitable y hasta
necesaria.
Feinnman, lo irreal de las ideas de Felipe Varela, esto es, la esperanza de un triunfo ante un paradigma
consolidado por las potencias económicas del momento, están plasmadas en la traición de Urquiza Como
ha señalado Hilda Sábato con respecto a Urquiza, la fe “gaucha” que Varela precio tener, fueron motivos
principales de fracaso del levantamiento en el interior. Urquiza representa la más grande traición a la causa
americana. En definitiva, siguiendo a Alberdi “la libertad que los presidentes Mitre y Sarmiento han servido
por la guerra contra el Paraguay, cuesta a la republica Argentina diez veces más sangre, diez veces más
dinero”
Conclusión:
La lucha por la imposición del modelo económico financiero por sobre el modelo proteccionista especifico
del Paraguay. Mas allá de los intereses manifiesta de Inglaterra, también se estaban dirimiendo los
intereses locales, de ahí que hablamos de guerra civil latinoamericana.
La consolidación de los Estados Nacionales es el resultado de la guerra, que empieza a emerger la
Argentina moderna y consolidarse un modelo liberal. No hay beneficio argentino en termino económicos
después de la guerra, como señala Alberdi, sino que lo que opera es la consolidación de las instituciones
del Estado que será el bastión de las políticas liberales para expandirse.
TRABAJO 5:
1- ¿Qué similitudes y diferencias encuentran en el pensamiento de Martínez y Estrada?
Entre algunas de las similitudes que he podido detectar entre ambos autores, es que tanto Carlos Walker
Martínez como José Manuel Estrada conciben un pensamiento conservador que van a hacer de la religión
un arma contra el liberalismo. “…La razón sin la fe es el hombre sin Cristo y el hombre sin Cristo marcha
en las tinieblas.”1
Martínez consideraba que, si el estado aniquilaba la libertad de culto, estaría retrocediendo mil quinientos
años atrás donde no existía la igualdad y que el hombre simplemente vivía en un estado de esclavitud
sublevado a las leyes del Estado. Al igual que José Estrada plantea que el evangelio no debía tratarse
simplemente de una filosofía la cual se consideraba como informativo de las doctrinas económicas y
sociales.
Es decir que, ambos defienden la doctrina religiosa creyendo ciegamente en su pensamiento conservador
y de esta manera, se oponen al liberalismo como un enemigo que organizaría la sociedad y la conciencia
acorde a sus intereses.
Sin embargo, se puede marcar la diferencia cuando el autor Martínez consideraba que el Estado debía
involucrarse en cuestiones más a la sociedad y su economía como por ejemplo: la explotación indiscreta
de minas, la construcción de un banco de nacional, de esta manera eliminar el individualismo. Creía que
debía hacerse cargo de estos asuntos, y no tanto en lo que a lo que concierne a las doctrinas religiosas y
su influencia en la sociedad.
1
ESTRADA, Manuel José. Discurso sobre el liberalismo (1884) Pág. 259
En cambio, Estrada expresaba: “La republica exige para recobrar el derecho; para restaurar el reinado
social de Jesucristo, (…) la constitución de un gobierno conservador y cristiano.” 2 Fundar un pensamiento
en la conciencia colectiva como Dios es el fin de todas las cosas y de esta manera tomar como las viejas
costumbres.
Estrada ejemplifica con la independencia de nuestro país que esta pudo lograrse gracias a una voluntad
divina en la cual dios guio a los hombres para poder concretar.
Ambos tenían posturas similitudes en lo que refiere a los aspectos religiosos, por la cual defendían las
doctrinas cristianas, pero a menudo se diferenciaba en el modo de reconstruir a la sociedad bajo una base
en la cual puedan regirse.
2- ¿Qué similitudes y diferencias encuentran en el pensamiento de Alberdi y Barreto?
El autor Alberdi en su texto trata de explicar su modo de conformar la sociedad y considera que todos lo
que se ha logrado es totalmente europeo partiendo desde el descubrimiento del suelo Americano es
Europeo, sin tener en cuenta que mucho antes de la llegada de Colón a estas tierra ya existía una
civilización en la cual tenían sus propias costumbres, cultos, etc.
Alberdi creía que “cada europeo que viene a muestras playas nos trae más civilización en sus hábitos que
luego comunica a nuestros habitantes, que muchos libros de filosofía.” 3
Es decir, que, a través de la llegada de inmigrantes europeos, la América podría lograr una civilización, la
diversidad cultos religiosos, y sobre todo un orden y progreso.
De esta manera se puede establecer una relación con el pensamiento del autor Barreto que expresa: “En
otras palabras, tenemos que refundir la sociedad renovando sus viejos elementos.”
Ambos pensadores establecen que la forma de poder erigir la sociedad es, a través de la idea de renovar
la vieja sociedad, tomando las costumbres y cultura europea para poder engrandecer América con la
llegada de inmigrantes.
Pero se puede observar también que, en ciertos aspectos, Alberdi y Barreto se desvinculan.
Por una lado Alberdi expresa que “El dilema es fatal: o católico exclusivamente y despoblada; o poblada y
próspera, y tolerante en materia de religión (…) Esto es verdadero a la letra: excluir los cultos disidentes de
la América del Sur, es excluir a los ingleses, a los alemanes, a los suizos, a los norteamericanos, que no
son católicos; es decir, a los pobladores de que más necesita este continente. Traerlos sin su culto, es
traerlos sin agente que le hace ser lo que son; a que vivan sin religión, a que se hagan ateos.” 4
Es decir, educar a los pobladores de América en la misma medida que los europeos tomando como punto
de partida la religión.
Pero es en esta ideología donde Barreto cree que la religión debe hacerse a un lado en lo que respecta a
la enseñanza, para que se pueda tomar mayor rigurosidad metodológica en las ciencias demostrables.
Barreto expresa que dentro del sistema de enseñanza de la academia sigue influyendo la religión; que de
esta manera sigue proporcionándoles falsos saberes y falsas virtudes.
La concepción de Barreto es, romper totalmente los lazos con la iglesia para que la sociedad pueda lograr
un progreso a través de las ciencias demostrables.
En cambio, Alberdi piensa que la población necesita de la religión porque de esa manera hace de la
población, lo que es, y no ser simplemente un ateo que no tiene motivos de progreso.
3-Elija un intelectual conservador y otro liberal y confróntelos señalando sus diferencias.
En el texto de Juan Manuel Estrada hace mucha insistencia en lo que refiere a los aspectos religiosos, que
la construcción de un Estado debía regirse bajo las leyes divinas del catolicismo y el conservadurismo; de
esta manera expresa: “¡Señores! Si los medios se subordinan a sus fines, el reino exterior de Cristo (…) la
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ESTRADA, Manuel José. Discurso sobre el liberalismo (1884) Pág.260
3
Alberdi, Juan Bautista. Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina (Fragmento) Pág.83
4
ALBERDI, Juan Bautista. Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina (Fragmento) Pág.85
deificación del Estado por el liberalismo, que en doctrina es blasfemia, en política es tiranía y en moral es
perdición…”5 Considera que el gobierno derribó los pilares de la enseñanza del catolicismo.
Estrada creía que esta enseñanza otorgaba a la sociedad la libertad de conciencia, la independencia de
las provincias sobre las manos opresoras del liberalismo que trataba de exterminar con su doctrina
cristiana. De esta manera, creía que la conformación de un republica con bases religiosas, era lo que la
población estaba exigiendo.
Pero en contraposición de este autor tomaré el pensamiento de Luis Pereira Barreto, quien consideraba
que la educación se mezclaba la teología con las ciencias y que simplemente lograban embrutecer aún
más a las personas con sus doctrinas no demostrables.
Expresaba en una frase su desagrado con la doctrina cristiana “…profesan el acuerdo entre la teología y
la ciencia, y que convierten nuestras Facultades de Medicina oficiales en una sucursal servicial de los
conventos y obispados.” 6
Es decir, su pensamiento era poder conformar la crítica en cada ciudadano a través de las ciencias
demostrables, dando los recursos necesarios para poder conformar el arte de gobernarse a sí mismo y no
regirse bajo doctrinas religiosas que creaban falsedades.
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ESTRADA, Manuel José. Discursos sobre el liberalismo (1884) Pág.257
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