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UNIDAD VII: Situación económica, política y social de la colonia en el siglo XVII

7.1 Causas y consecuencias de las devastaciones de 1605 y 1606. Despoblación


y crisis económica

Los motivos de las devastaciones de Osorio:

El motivo principal de las devastaciones fue el contrabando, el objetivo era acabar con


esta práctica ilegal en la banda norte de la isla de Santo Domingo, ya que esta acción
estaba afectando económicamente a la corona española.

Históricamente se conoce como las «devastaciones de Osorio» la orden del rey de


España Felipe III al gobernador de La Española de despoblar la parte occidental de la
isla para trasladarla hacia la parte cercana de Santo Domingo entre 1605 y 1606 como
forma de aniquilar el contrabando en la zona.

Causa

En primer lugar estaba el problema comercial. España trataba de mantener el esquema


monopólico en el comercio con las colonias. Los rescates de los habitantes de la isla
con los extranjeros inferían grave daño a los intereses de la burguesía comercial de
Sevilla y al propio Estado español que dejaba de recaudar sumas importantes por
concepto de impuestos. En otro orden de ideas, el Estado Español interpretaba el
comercio ilegal como fuente de enriquecimiento de los países enemigos, por lo que las
motivaciones económicas se unían a las de índole política y militar.

En el aspecto políticos la Corona temía que la generalización del contrabando


conllevara a la posibilidad de secesión de la isla e incluso de otros territorios
americanos, al surgir claros intereses en la clase esclavista local contra el exclusivismo
monopólico (de hecho las protestas de los Cabildos de la isla contra las Devastaciones
y la Rebelión de Guaba muestran que tal posibilidad era real). Las reivindicaciones de
la clase esclavista y la clase media contra el monopolismo español, que como hemos
visto tenían casi un siglo de manifestaciones, se habían agudizado con la practica
continua del contrabando durante mas de 30 años y la decadencia de España.

Otra causa fue el ya señalado desplazamiento de la actividad económica de la isla de


la región Este a las zonas del Norte y Oeste por el cambio de la industria azucarera a la
ganadería. Las devastaciones tuvieron que ver, por último, con el divergente de España
y otros países europeos. Mientras en España se entronizó plenamente la reacción
feudal y desaparecieron las manufacturas y los gérmenes de capitalismo, en Inglaterra
y Holanda las relaciones capitalistas y el crecimiento manufacturero avanzaron con
gran rapidez en la segunda mitad del siglo XVI. A pesar del monopolio, España
dependía de estos A pesar del monopolio, España dependía de estos manufacturados
tanto la península como las colonias. De ahí que la incapacidad de competencia
comercial de España era absoluta.

Consecuencias

El efecto inmediato mas importante de las Devastaciones fue causar un agudizamiento


de la decadencia económica que desde hacia un tiempo era palpable en la isla. Con la
medida, las mayores riquezas ganaderas fueron prácticamente liquidadas; ademas
numerosos bienes en casas, muebles, etc. De los vecinos se perdieron para siempre.
La mitad de la isla dejó de ser aprovechada en todos los sentidos y quedó totalmente
deshabilitada. Desde 1606 Osorio extendió los despoblaciones a zonas más orientales
dejando como limites del territorio poblado las ciudades de santiago en el Norte,
y Azua en el Sur. Entre los daños causados por las Devastaciones se encuentra la
destrucción de los ingenios mas importantes de la isla en ese momento, los cuales
estaban en Puerto Plata, Yaguana y San Juan de la Maguana. Se observa que
después de las despoblaciones solo quedaron 12 ingenios con un total de 888
esclavos, incluyendo los del servicio doméstico.

El estado Español trató de revivir la actividad comercial de la isla después de las


Devastaciones. Para eso proveyó protección a los comerciantes e instituyo cuotas
obligatorias de participación comercial con la isla al comercio español con América. Si
vemos el cuadro de navegación se observa que efectivamente hay un aumento
relativamente importante de la navegación después de 1605 hasta aproximadamente
1620. Estos paliativos, sin embargo, no pudieron ser duraderos ni consistentes pues las
Devastaciones agudizaron extremadamente las tendencias decadentes de la colonia de
Santo Domingo. Por otra parte., al propiciar el establecimiento de extranjeros en las
zonas occidentales, unido al aumento de la piratería, la seguridad en la isla se hizo
extremadamente precaria, de donde se acrecentó rápidamente la tendencia migratoria
de esclavistas, esclavos y personas de las clases medias a otras colonias americanas.

7.2 Situación económica de la Isla (El situado)

La isla de Santo Domingo era en el siglo XVII un enclave español tragado por la


miseria, y su vida estaba plagada de precariedades y penurias. De esa inopia aún
quedan vestigios, expresados en la exclusión social, la pobreza, la desigualdad y la
injusticia.

El Situado era el dinero que la corona de España dispuso enviar desde México para
sufragar los gastos de la Colonia de Santo Do- mingo.

7.3 Luchas por el territorio insular. Cincuentenas, Bucaneros, Filibusteros,


habitantes y Engañes.

Antes de describir la piratería americana es conveniente explicar las diferencias entre


piratas, corsarios, bucaneros y filibusteros, los protagonistas de esta historia. Se suele
utilizar estas denominaciones como sinónimos, sin tomar en cuenta que se refieren a
personajes diferentes y con diversas motivaciones

De acuerdo con Manuel Lucena, el pirata "era el que robaba por cuenta propia en el
mar o en sus zonas costeras... es un enemigo del comercio marítimo en general porque
se mueve exclusivamente por su afán de lucro, sin discriminar ningún pabellón
nacional". Era, por tanto, un hombre que se situaba al margen del sistema imperante en
aquella época. En su mayoría los piratas eran gentes pobres, miserables, delincuentes,
vagabundos, desertores o perseguidos por sus ideas. De hecho, "a la piratería se
llegaba por necesidad, difícilmente por vocación".
El corsario, en cambio, era un marino particular contratado y financiado por un Estado
en guerra para causar pérdidas al comercio del enemigo y provocar el mayor daño
posible en sus posesiones. Aceptaba las leyes y usos de la guerra y ofrecía una fianza
en señal de que respetaría las ordenanzas de su monarca. La actividad corsaria
finalizaba al momento de firmarse las paces entre las potencias beligerantes, aunque
muchos corsarios continuaron hostilizando al enemigo en tiempos de supuesta paz.

Los ingleses John Hawkins y Francis Drague fueron los grandes personajes que
señalaron la aparición del corsarismo en la América del siglo XVI. Glorificados por la
literatura se constituyeron en símbolos de esta actividad.

Propiamente americanos fueron los bucaneros y los filibusteros. Los primeros


aparecieron desde 1623 en partes deshabitadas de La Española, que poseía gran
cantidad de ganado cimarrón. Estos personajes cazaban el ganado, que luego era
asado y ahumado (bucan), labor que les valió el epíteto de bucaneros. Muchos de ellos
se hicieron piratas, aunque continuaron auto designándose bucaneros, otros siguieron
dedicados a la caza y venta de productos ganaderos.

"Eran gentes sin rey procedentes de cualquier nación, -señala Lucena- no les
amparaba ningún pabellón, ningún gobierno. No eran reformistas, ni anglicanos, ni
calvinistas, ni católicos, y podían serlo todo sin que nadie les dijera nada por ello. Eran
malditos rebeldes que vivían en un mundo bárbaro al margen de la civilización...".
Fueron propios del Caribe y del segundo cuarto del siglo XVII, período que coincide con
el declinar del Imperio español, el cual difícilmente pudo controlar las depredaciones
que realizaban en el vasto mundo isleño.

Cuando los bucaneros abrazaron abiertamente la piratería se transformaron en


filibusteros, fenómeno exclusivo del Caribe que tuvo su momento más importante en la
segunda mitad del siglo XVII. La principal guarida de los filibusteros fue la pequeña isla
Tortuga, ubicada al noreste de La Española.

Merece destacarse la conformación de la Cofradía de los Hermanos de la Costa,


agrupación gremial masculina que asoció a los filibusteros con la finalidad de garantizar
a sus miembros el libre ejercicio independiente de tal profesión. No existía la propiedad
individual sobre tierras y barcos, considerados bienes comunales. Los miembros de la
cofradía sólo eran propietarios de sus pertenencias y de una parte del botín. Cuando
alrededor de la última década del siglo XVII se empezaron a perder estas costumbres
comunitarias esta asociación desapareció.

"El filibusterismo fue sagazmente aprovechado por los países de Europa occidental en
su pretensión colonialista. Les brindaron refugio y ayuda a cambio de la cual se
convirtieron en serviles a sus propósitos. Por esto, para Deschamps, el filibustero es un
pirata semidomesticado e igualmente de un tiempo muy determinado...".

7.4 Presencia de Francia en la parte Occidental de la Isla

En 1660, Francia continuaba en La Tortuga, pasada la expedición de castigo. A partir


de allí los franceses empezaron a colonizar la zona occidental de la isla de Santo
Domingo. En 1697 el tratado de Ryswick formaliza la cesión de esa parte a Francia. La
parte francesa tomó el nombre de Saint-Domingu

La presencia de franceses en territorios que hoy forman parte de la República


Dominicana data desde el mismo siglo XVI. En las crónicas sobre el segundo viaje de
Cristobal Colón a las Antillas, aparece mención de un religioso francés que
acompañaba la delegación jerónima que fue, junto con los dominicos y los
franciscanos, de las primeras órdenes religiosas en establecerse en la isla.

Al momento de esta declaración, toda la isla se encontraba bajo el dominio de la


Francia Revolucionaria, una consecuencia del Tratado de Basilea de 1795. La parte
oriental, que tradicionalmente había sido el Santo Domingo español, permaneció bajo
administración francesa hasta 1809, cuando volvió a integrarse a los territorios bajo la
jurisdicción de la Corona Española. En 1821, el Santo Domingo español intentó
declararse independiente y sumarse a la Gran Colombia que se estaba constituyendo
bajo el liderazgo y la acción de Simón Bolívar. Sin embargo, esta situación fue
preocupante para los dirigentes del territorio occidental y es así como Toussaint
Louverture y, más tarde Henri Christophe, invadió Santo Domingo, para luego
establecerse por un período de 22 años. Poco después de declarada la independencia
de la República Dominicana, la Francia de Napoleón III estableció relaciones
diplomáticas con la incipiente República Dominicana.

7.5 Invasión de Pen y Venables

SANTO DOMINGO, el domingo 25 de abril de 1655, tropas españolas atacaron en una


emboscada a las fuerzas del Almirante William Penn y el General Robert Venables, que
salieron ese día de Nizao, con 6 mil hombres a la ciudad de Santo Domingo. ... En esa
segunda emboscada los españoles mataron más de 600 militares ingleses.

7.6 La Paz de Nimega (1678)

La Paz de Nimega o Tratados de Nimega fueron una serie de pactos concertados en


la ciudad holandesa de Nimega (agosto de 1678 - febrero de 1679) para poner término
a la agresión de Francia contra las Provincias Unidas. ... Así, Inglaterra firmaba
una paz por separado con las Provincias Unidas.

7.7 El Tratado de Ryswick

El Tratado de Rijswijk (se pronuncia Réisveik), también llamado Tratado de


Ryswick (nombre antiguo de la ciudad) es el tratado de paz que da fin a la Guerra de
los Nueve Años, que vio enfrentadas a Francia contra España, Inglaterra, las
Provincias Unidas de los Países Bajos y el Sacro Imperio Romano.

7.8 El cruce racial

El cruzamiento o mestizaje en La Española en principio tomó una sola dirección: el


cruzamiento del varón peninsular con hembra aborigen, por la casi total ausencia de
mujeres europeas. ... En ese mismo momento se inauguró el largo y terrible ciclo de la
violencia sexual contra las hembras aborígenes. Además fue originalmente el fruto de
la violencia, es decir, de situaciones forzadas por los delincuentes convertidos en
expedicionarios; de la unión ocasional o fortuita por el pleno placer o también de la
dependencia que originaba el ambiente de sometimiento de la población aborigen, lo
que no excluía el miedo y el terror que creaba la situación de esclavitud que
comenzaron a padecer los indios.
7.9 División de la Isla en dos colonias

El 20 de septiembre de 1697, diecinueve años después del Tratado de Nimega,


mediante el Tratado de rijswijk, firmado en esa localidad de la provincia de Holanda
Meridional, España aceptó definitivamente la división de la isla en dos colonias:
Santo Domingo Español (oriental) y Santo Domingo Francés (occidental).

La gran rebelión de los esclavos conocida como la Revolución Haitiana arruinó el


sistema de plantaciones de la parte francesa y desarticuló el sistema político en
ambas colonias. Una larga guerra racial, social e internacional cambió por completo
las relaciones entre ambos territorios.

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