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De los delitos relativos a la autonomía


personal
Creado por Xochilt Hernández

Fecha @12/09/2023

La intimidación, también conocida como coacción.


Antes habíamos discutido la libertad de acción y sus limitaciones, incluyendo la privación de la libertad,
como en el caso de secuestros, ataques a la libertad individual, detención de particulares y restricciones a la
libertad en la navegación. También habíamos explorado cómo estas acciones podrían ser llevadas a cabo
por menores o en la vida pública y lugares similares, y luego habíamos avanzado al capítulo siguiente.

En el contexto de las conductas relacionadas con la autonomía personal, nos habíamos detenido en la
intimidación, que también se conoce como coacción. Ahora, continuando desde donde lo dejamos, estamos
hablando de cuando se obliga a alguien a llevar a cabo una acción o a abstenerse de hacerlo, lo cual
representa otra forma de limitación de la libertad. Esta limitación puede ser ejecutada por cualquier persona,
independientemente de su género.
En este contexto, la violencia se presenta como un medio para forzar a alguien a actuar en contra de su
voluntad, lo que constituye la coacción. Esto significa que alguien puede obligar a otro a realizar acciones
que no desea llevar a cabo debido a la fuerza o la intimidación ejercida sobre ellos.
Recordar que ya hemos discutido un poco sobre la coacción en el contexto general del derecho penal y
cuando exploramos la culpabilidad en el Código Penal. Recordamos que la culpabilidad incluye la
imputabilidad, la conciencia de la ilicitud y la exigibilidad. La exigibilidad es el concepto opuesto a la no
exigibilidad.

Un ejemplo de no exigibilidad podría ser cuando un médico tiene múltiples pacientes y debe priorizar a uno
de ellos; en ese caso, no se le exigiría que atienda a todos de manera simultánea. Otro caso de no
exigibilidad podría ser cuando alguien está atrapado en un incendio y no puede ordenar a un bombero que
rescate a todas las personas o que vuelva a ingresar cuando ya no es seguro.

También recordamos que dentro de las circunstancias de no exigibilidad, se incluyen el estado de necesidad,
la coacción y el estado de necesidad disculpante. Estas son situaciones en las que se debe elegir entre dos
bienes jurídicos de igual importancia, y uno de ellos se sacrifica para preservar el otro. Por ejemplo,
mencionamos el caso de la tabla de carneades, donde dos personas se encontraban en una tabla que solo

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podía sostener a una de ellas, y en el caso del avión que no podía soportar la carga y se debían arrojar las
maletas para salvar a los pasajeros. En ambos casos, se trataba de un estado de necesidad, pero uno era
disculpante y el otro justificante, dependiendo de la jerarquía de los bienes jurídicos involucrados.
En resumen, estamos hablando de dos tipos de estados de necesidad: uno disculpante cuando los bienes
jurídicos involucrados son de igual valor y otro justificante cuando los bienes jurídicos tienen desigual
valor.
Anteriormente, habíamos discutido la coacción como una forma de estado de necesidad disculpante en el
estrato de culpabilidad. En este contexto, consideramos un ejemplo en el que una cajera de banco fue
coaccionada por un individuo que mostró una foto de su hija y un video que sugería que la niña estaba en
peligro, exigiendo dinero. La cajera, bajo coacción e intimidación, decidió entregar el dinero al individuo
para salvar a la niña. En esta situación, la ley reconoce que la coacción anula la voluntad de la persona, lo
que la exime de responsabilidad penal.

La coacción se considera un delito, y el sujeto activo en este caso es quien coacciona, mientras que el sujeto
pasivo es la víctima que sufre la coacción sin tener responsabilidad en el acto. El medio utilizado para
cometer este delito es la violencia, y la ley lo describe en el artículo 153.

El delito de coacción se clasifica como un tipo básico o fundamental, y cualquier persona puede ser el
sujeto activo. Implica acciones que obligan a la víctima a realizar, tolerar u omitir ciertas acciones. La
finalidad de la coacción es siempre impedir el ejercicio de un derecho fundamental, como la libertad de
acción. En resumen, el bien jurídico protegido en este tipo penal es la libertad de obrar.

También puede ser dejar de hacer algo, como cuando alguien es coaccionado para no asistir a un evento
religioso o para interrumpir una tarea y distraerse con aplicaciones como TikTok o Facebook. La libertad,
en este contexto, es un concepto amplio y su contenido varía en la doctrina legal.
La libertad de acción se encuentra restringida en el derecho penal, ya que es un bien jurídico disponible. Por
ejemplo, uno puede optar por obedecer las leyes de tránsito o no, pero esta libertad está limitada por las
normas legales.
La conducta que se aborda en el caso de la coacción es la de obligar a alguien, a través de la violencia, a
realizar, tolerar u omitir una acción. La parte subjetiva de este delito se basa en el dolo directo, donde el
autor tiene conocimiento de la violencia utilizada y busca doblegar la voluntad de la víctima.
La violencia se puede dividir en varios tipos, como la "vis corporis afflicta," que es la fuerza física aplicada
sobre el cuerpo de la víctima, y la "vis compulsiva," que es la fuerza psicológica o intimidación. También
existe la "vis irebus," que es la fuerza en las cosas que afecta a las personas.
En términos generales, la violencia se entiende como la negación abierta realizada por el sujeto activo,
limitando la libertad de voluntad del sujeto pasivo.
Para establecer la responsabilidad penal, se necesita una relación de causalidad entre el sujeto activo y el
resultado, ya sea un resultado material o psicológico. Esta relación de causalidad conecta al sujeto activo
con las consecuencias de sus acciones.

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El sujeto activo es quien realiza la acción de obligar a otro a llevar a cabo o abstenerse de realizar una
acción específica, y el resultado es la ejecución o la omisión de dicha acción. Por ejemplo, si alguien fuerza
a otra persona a hacer algo en contra de su voluntad, a tolerar algo que no desea o a dejar de hacer algo que
la ley prescribe, se está produciendo un resultado. En algunos casos, la coacción puede llevar a que la
persona no realice una acción activa, sino que omita hacer algo que originalmente tenía la intención de
hacer.
En cuanto a la clasificación de este delito, es considerado un delito de resultado, ya que implica la
producción de un resultado específico. Para que el delito de coacción se consume, es necesario que se
produzca el resultado, es decir, que la víctima efectivamente realice, tolere u omita la acción forzada por la
coacción.
En cuanto a la tentativa, cabe preguntarse si puede aplicarse en el delito de coacción. La tentativa es la
ejecución incompleta de un delito, y existen dos tipos de tentativas: la acabada, donde todos los actos
necesarios para cometer el delito se realizan, pero no se obtiene el resultado deseado, y la inacabada, donde
se realizan algunos actos, pero se interrumpe antes de completar el delito. En el caso de la coacción, dado
que es un delito de resultado, la tentativa solo se aplicaría si se han realizado todos los actos necesarios para
coaccionar a la víctima, pero no se logra el resultado deseado debido a una interrupción externa o a un fallo
en la ejecución.
En cuanto al otro tipo de delito relacionado, la amenaza, se refiere a la acción de amenazar a alguien para
lograr un objetivo específico. La coacción, por otro lado, se refiere a la obligación de alguien a través de la
violencia o la intimidación para realizar o abstenerse de hacer algo. Ambos tipos de delito involucran la
restricción de la libertad de voluntad de la víctima.
Se está haciendo referencia al artículo 144 de los tratados internacionales y la Constitución, que establece la
base legal para discutir el delito de amenaza. Ahora bien, pasando a la definición de la amenaza en el
artículo 154, se refiere a la acción de un sujeto activo que amenaza a uno o varios sujetos pasivos con
causarles daño a ellos o a sus familias. Este daño debe ser un acto prohibido por la ley, es decir, un delito.

La amenaza se entiende como la comunicación a otra persona de la intención de causarle un perjuicio o


mal, ya sea a la persona misma o a su familia. Esto puede expresarse mediante palabras, gestos, actos o
señales que denoten la intención de causar dicho daño.

En este delito, el bien jurídico protegido es la libertad, que se considera relativa y disponible. Además, se
trata de un delito común, ya que cualquier persona puede cometerlo, dado que la acción consiste en
pronosticar un mal a otro individuo o a su familia.
El mal anunciado puede abarcar distintos aspectos, como la libertad (como en el caso de un secuestro o una
violación), el patrimonio (como el robo de propiedades) o incluso daños a la reputación (como la
difamación, la injuria o la calumnia).
La amenaza debe manifestarse de alguna manera, ya que no puede quedarse en el pensamiento del sujeto
activo. Además, el delito implica privar a la víctima de un bien, ya sea presente o futuro. Por ejemplo, si

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alguien amenaza con causar un daño en el futuro, esa persona está afectando la tranquilidad y la libertad del
sujeto pasivo en el presente, ya que este vivirá con temor y preocupación.

El comportamiento consiste en expresar la intención de causar daño a otra persona o privarla de un bien
presente o futuro. Es importante recordar que las amenazas pueden manifestarse a través de palabras
escritas o habladas, así como mediante gestos o cualquier otra forma de expresión. Lo fundamental es que
la intención de causar daño se exprese de alguna manera.
El mal que se pronostica en una amenaza debe constituir un delito, y estos delitos están regulados por la ley.
En este contexto, el dolo directo se aplica, lo que significa que el agente conoce y desea la acción
amenazante que está llevando a cabo.

La amenaza se diferencia de la coacción en que es un delito de mera actividad, lo que significa que se
consuma cuando la persona amenazada tiene conocimiento de la amenaza. Por ejemplo, cuando se anuncia
que se va a causar un daño, este delito se considera consumado en el momento en que la víctima lo escucha.
Tanto la coacción como las amenazas pueden agravarse en ciertas circunstancias especiales, como cuando
se cometen con armas o cuando varias personas participan en la amenaza de manera conjunta. La presencia
de armas aumenta la gravedad de la amenaza, ya que implica la capacidad de usarlas para infligir daño.
Además, cuando varias personas amenazan a alguien en conjunto, se intensifica la ofensividad de la
situación.

En casos de amenazas anónimas, donde la víctima no conoce la identidad del agresor, se considera una
circunstancia agravante debido a la perturbación causada a la víctima al no saber quién la amenaza.
Además, en estos casos, es imposible prepararse para la defensa, ya que no se sabe de dónde provendrá el
ataque ni quién lo llevará a cabo.
Por último, se menciona la amenaza condicional, que es cuando se hace una amenaza con ciertas
condiciones o términos específicos. También se aborda el delito de inseminación no consentida, donde se
atenta contra la libertad de una persona en su decisión de llevar a cabo la técnica de reproducción asistida
de inseminación.

Inseminación artificial.
Entonces, el proceso implica que el esperma masculino se dirige a través de la próstata y, en algunos casos,
su cantidad puede variar dependiendo del hombre, que puede mantener su libido hasta los 70 años, mientras
que las mujeres, a los 25 o 40 años, su capacidad de tener hijos suele estar más limitada. La ventana de
reproducción óptima para las mujeres generalmente se encuentra entre los 18 y los 20 años, aunque esto
puede extenderse hasta los 24 o 25 años si se cuida adecuadamente.
La inseminación artificial es una técnica de reproducción asistida que implica la introducción de
espermatozoides seleccionados dentro del útero para aumentar las posibilidades de fertilización. Esta
técnica se realiza bajo la supervisión de un especialista y generalmente se lleva a cabo en un laboratorio. La
selección de espermatozoides se realiza para garantizar que sean saludables y fuertes, lo que aumenta las
posibilidades de una fecundación exitosa.

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La muestra de semen es preparada por el especialista, y se selecciona cuidadosamente para maximizar su
potencial de fertilización. También pueden administrarse vitaminas como la vitamina C y D para mejorar la
calidad del semen. Se requieren al menos dos millones de espermatozoides, y se eligen los más fuertes y
saludables para la introducción en el útero.

Después de la inseminación artificial, se realiza una prueba de embarazo aproximadamente dos semanas
después para determinar si ha sido exitosa. Este procedimiento se utiliza en casos de infertilidad o cuando
una pareja no puede concebir de manera natural y se realiza con el consentimiento de ambas partes.
La fertilidad de las mujeres generalmente disminuye después de los 35 años, pero puede mantenerse si se
cuidan adecuadamente y no se han enfrentado a problemas de salud o infecciones. A pesar de esto, la mejor
época para la reproducción se encuentra en los primeros 20 a 24 años, aunque las circunstancias personales
pueden influir en la decisión de tener hijos en momentos diferentes.

Cualquier tipo de inseminación artificial sin el consentimiento de la mujer es un delito grave, y se castiga
con penas de prisión, especialmente si se lleva a cabo mediante amenazas, engaño, coacción o falta de
promesa. También se establecen sanciones para casos en los que se alteren las condiciones acordadas para
la inseminación artificial.
Es la homóloga, es una inseminación de tipo homólogo, pero también existe otro tipo llamado inseminación
heteróloga, y esto depende de ciertas condiciones. Por ejemplo, si se utiliza un donante anónimo, a veces se
aplican ciertas restricciones para preservar la privacidad. En algunos casos, surgen problemas para
determinar la paternidad debido a problemas en el banco de esperma y, posteriormente, se realizan pruebas.
Además, algunas personas venden esperma, lo que agrega un elemento adicional de complejidad. Si tienes
alguna pregunta, no dudes en hacerla.
Luego, tenemos la inseminación artificial, que puede ser tanto simple, donde una mujer puede realizarla por
sí misma, o asistida, que requiere la intervención de un especialista en un laboratorio para una selección
más precisa y, en ocasiones, un mejor resultado, ya que se pueden realizar múltiples intentos.

Después de la inseminación artificial, se puede recurrir a la fertilización in vitro (FIV), especialmente si una
mujer mayor de 35 años necesita fecundar varios óvulos, lo que puede resultar en múltiples embriones. Esto
puede llevar a consideraciones sobre la responsabilidad y la manutención de los niños nacidos de este
proceso.
En casos de infertilidad o incapacidad para concebir de manera natural, la reproducción asistida se utiliza
para ayudar a las parejas a tener hijos. Sin embargo, también es relevante destacar que algunos de estos
métodos pueden ser ilegales en ciertas circunstancias, y lo crucial no es que una mujer quede embarazada,
sino si se realizó la acción de inseminación.

Es necesario abordar este tema con respeto y cuidado, evitando cualquier tipo de coacción, amenaza,
violación o acto ilegal. La justicia considera diferentes conductas y acciones por separado, y en algunos
casos, se aplican concurso real cuando se cometen dos o más delitos, cada uno juzgado por su propia
naturaleza.

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