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HOJA DE APLICACIÓN

EL ENANITO CURIOSO
Cuento popular, adaptado por Julia Sosa

ESTRATEGIA DE ENTRADA Tiempo sugerido: 15 minutos

EXPERIENCIA: IMAGINANDO CON EL TÍTULO


Previa a la sesión la (el) docente revisará la lectura y reconocerá las características de
cada uno de los personajes, así como, el contexto en el que se desarrolla el cuento. Es
necesario que promueva la animación empleando inflexiones de voz durante el
desarrollo de la lectura.
El docente muestra el título del texto, luego realiza las preguntas como: ¿Qué rol
cumplirá el enanito en el cuento? ¿Los enanitos son curiosos? ¿Qué personajes son
enanitos, generalmente? ¿Cómo describirías al enanito curioso? (rasgos físicos).

LECTURA
Iniciamos la lectura, tomando en cuenta que el docente debe de haber leído con
antelación el cuento, para que esté acostumbrado a la historia, y pueda usar
debidamente la entonación en los momentos que sea necesario.
Durante la lectura el docente también hará pausas para resolver inquietudes que los
estudiantes tengan sobre el vocabulario del cuento. Podemos pedir a los estudiantes
que den el significado, que lo busquen en el diccionario del aula o el docente
responda, de acuerdo a cómo lo juzgue apropiado.
Terminado el cuento, los estudiantes y el docente, comentarán ¿qué les gustó de la
lectura?, ¿qué les pareció interesante? y ¿qué fue lo que no les impactó?
Preguntaremos sobre el mensaje que rescatamos de la historia, tomando en cuenta
que cada estudiante merece respeto por su opinión, incluso si esta es que el cuento
no fue de su agrado.

ESTRATEGIA DE SALIDA Tiempo sugerido: 20 minutos

Para la etapa de apreciación de la lectura, proponemos la siguiente experiencia, que


el docente podrá moderar de acuerdo a cuan pertinente le parezca .

EXPERIENCIA: SOMOS ACTORES


Para finalizar, el docente solicitará voluntarios para representar teatralmente el
cuento. Cada niño deberá leer la parte que le corresponde, según el personaje que
eligió. El docente será el narrador.
Se pueden tomar fotos como evidencia y colocarlas en el mural del aula o subirlas al
blog o Facebook, con autorización de los padres de familia.

El enanito curioso
El enanito curioso
El enanito curioso
Este era un rey que tenía una hija, quien, no obstante poseer
grandes riquezas, no era feliz. Ella estaba enferma y los médicos
no acertaban a curarla.

Un día, el hada madrina de la princesa le dijo al rey:

— La princesa sólo se curará si come una manzana del árbol que


crece en el huerto de los tres hermanos huérfanos.

— Daré la mano de mí hija –prometió el soberano– a quien me


traiga esa manzana capaz de sanarla.

Esta noticia fue difundida por todo el reino, y de todas


partes acudían jóvenes con manzanas que la princesa probó, pero
sin lograr su recuperación.

La noticia llegó a oídos de tres hermanos que eran huérfanos,


quienes ignoraban la virtud de las manzanas de su huerto.

— Tal vez nuestras manzanas sean las que logren curar a la


princesa –dijo el mayor.

— ¿Por qué no probamos? –dijo el hermano menor.

— De acuerdo –dijo el hermano mayor–, pero seré yo quien se


case con la princesa.

5° grado / Módulo 1 / Lectura 1 1


El joven cogió las más grandes y perfumadas manzanas del
árbol y tomó el camino del palacio del soberano. Al cruzar un
bosque, se encontró con un enanito que le dijo:

— ¿Qué llevas en esa cesta, jovencito?

— Llevo patas de rana –dijo el joven–. Y apártate de mi camino,


que estoy con prisa.

Cuando llegó al palacio, fue conducido a la presencia del


soberano y de la princesa. Abrió la cesta para ofrecer a la joven
la más apetitosa de las manzanas; pero, ¡oh, sorpresa! saltaron
varias ranas.

— ¡Socorro! –gritó la princesa.

— ¿Pretendes burlarte de mí? –se molestó el rey–. ¡Sal de aquí,


inmediatamente!

Días después, el segundo hermano llenó la cesta con las más


hermosas manzanas y siguió la misma ruta por el bosque. Cuando,
de pronto, apareció el enanito y le hizo su curiosa pregunta.
Entonces, el joven contestó:

— ¡Llevo ratas!

— ¡Que sea como tú dices! –repuso el enanito.

Cuando el joven llegó a presencia del rey y de la princesa,


abrió su cesto, en ese instante un grupo de asquerosas ratas
saltaron y se dispararon en todas direcciones.

— ¡Auxilio! ¡Auxilio! –gritó la joven, espantada.

5° grado / Módulo 1 / Lectura 1 2


Los soldados palaciegos persiguieron a las ratas, que se
marcharon chillando y dando brincos. El rey se enfadó mucho e
hizo azotar al joven, que se marchó dolorido y triste.

— ¡Llegó mi turno! –exclamó el menor de los hermanos-, y


cogiendo la única manzana que quedaba en el árbol, la puso en
la canasta y tomó el camino que conducía al palacio. Al cruzar
el bosque, el enanito le salió al encuentro y le preguntó:

— ¿Qué llevas en esa cesta, jovencito?

— Una manzana para curar a la princesa –contestó el joven.

— Que sea como tú dices –dijo el hombrecillo.

Cuando el joven llegó a presencia del rey y de la princesa, el


monarca lo miró con el ceño fruncido y le dijo:

— Ten cuidado. Si pretendes burlarte de mí, como los otros, te


encerraré en el calabozo más oscuro de mi palacio y ahí
esperarás el final de tus días.

— Sólo vengo a ofrecer esta manzana a vuestra hija, señor –


respondió el muchacho.

La joven princesa probó la manzana y, al instante, se levantó


de su sillón y empezó a dar saltos de alegría.

— ¡Ya me siento bien! –gritó– ¡Esta manzana me ha curado!

Transcurrido un tiempo, el rey cumplió su promesa y el joven


campesino se casó con la bellísima princesa. Como este varón era
bueno y generoso, llamó a sus hermanos al palacio y les dio su
protección.

5° grado / Módulo 1 / Lectura 1 3


El enanito curioso comentó con los animalitos del bosque:

— Ése joven no pretendió burlarse de mí, como los otros, ni se


mostró orgulloso como sus hermanos. Es por eso que ha sido
recompensado justamente.

5° grado / Módulo 1 / Lectura 1 4

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