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Etnocentrismo, estereotipos, prejuicios, discriminación

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
FACULTAD DE EDUCACIÓN
GRUPO DE INVESTIGACIÓN DIVERSER

ETNOCENTRISMO, ESTEREOTIPOS, PREJUICIOS Y DISCRIMINACIÓN

Apartes tomados de: Matsumoto, D. (2000). Culture and Psychology:


People around the world. Belmont, CA: Wadsworth. (Traducción Zayda Sierra)

Contribuciones de la Psicología Transcultural

La psicología transcultural se interesa por la comprensión de principios psicológicos


de carácter universal (que se aplican a las personas de todas las culturas) o de carácter
específico (aplicables para algunas personas de algunas culturas) (10).
Gran parte de la psicología actual como ciencia es producto de modos de pensar
la mente y la ciencia tradicionalmente europeos o norteamericanos. Todo el proceso
científico y sus productos—las teorías y modelos que sintetizan nuestra comprensión
del comportamiento humano—están atadas y limitadas por los contextos culturales de
los cuales se derivan y en los cuales existen. Estas teorías y los procedimientos
empleados para probarlas, pueden o no pueden tener relevancia para las gentes de
otras culturas. Ello ha significado un movimiento hacia una psicología cultural, o
mejor, multicultural que incorpore las psicologías únicas de la multitud de culturas
alrededor del mundo que pueden no ser asimilables a una psicología única (13).
Una de las principales contribuciones de la psicología transcultural es el proceso
que potencia el hacerse preguntas como: “lo que conocemos para este grupo de gentes
¿es cierto para otras personas de diferente contexto cultural?”. (...) Ese proceso tiene
más de pensamiento crítico que otra cosa. La psicología transcultural puede ser
entendida de hecho, como una extensión del pensamiento crítico. El incremento de
nuestras habilidades de pensamiento en este sentido es de gran ayuda en la vida
cotidiana, especialmente en un cada vez más reconocido mundo multicultural (14).

Sobre el concepto de cultura

Cultura se refiere en mayor medida a la vida y modos de vivir, pero la cultura en


sí misma no puede ser vista, sentida, escuchada o probada. Lo que es concreto y
observable no es la cultura per se sino las diferencias en el comportamiento humano
tales como acciones, pensamientos, rituales, tradiciones, entre otros. Vemos las
manifestaciones de la cultura, pero nunca a la cultura en sí misma. (...) En este sentido,
la cultura es un concepto abstracto, un constructo explicatorio que nos ayuda a
entender y a categorizar aquellas similitudes dentro de un grupo, así como diferencias
entre grupos. Es una entidad conceptual o teórica que nos ayuda a comprender por qué
hacemos lo que hacemos y explicar las diferencias en comportamiento de diferentes
grupos de gente. (p. 21)
Matsumoto define cultura como “un sistema dinámico de reglas, explícitas e
implícitas, establecidas por grupos para asegurar su supervivencia, que involucran
actitudes, valores, creencias, normas y comportamientos, compartidas por un grupo
pero cobijadas de manera diferente por cada unidad específica dentro del grupo,
comunicadas a través de generaciones, relativamente estables pero con el potencial de
cambiar a través del tiempo. (24).
Cultura es un constructo sociopsicológico, un compartir entre personas de
fenómenos psicológicos tales como valores, actitudes, creencias y comportamientos. Lo
que define si se es o no miembro de una misma cultura es si se comparten esos
fenómenos psicológicos. Lo que distingue a miembros de una cultura de otra es la
ausencia de estos fenómenos compartidos. (26). Elementos objetivos de la cultura: son
manifestaciones físicas de una cultura, aquello que podemos ver y tocar como ropa,
artefactos, utensilios, comida y arquitectura. Elementos subjetivos de una cultura son
aquellos aspectos que no podemos ver y tocar pero que sabemos que existen tales
como normas sociales, costumbres, actitudes y valores. Los aspectos subjetivos de una
cultura son los que más interesan a la psicología, y son los más consonantes con la
definición de cultura propuesta anteriormente (39).
El concepto de etnicidad se usa generalmente en referencia a grupos
caracterizados por una nacionalidad, origen geográfico, cultura o lenguaje comunes. El
concepto etnicidad se deriva de la palabra griega ethnos que significa gente de una
nación o tribu. (...). La categoría no deja de tener sus limitaciones pues no explica
claramente la diferencia entre etnicidad y psicología: ¿Exactamente cuales variables
relacionadas con la etnicidad dan cuenta de diferencias psicológicas entre individuos y
grupos de individuos? Puesto simplemente, el que conozcamos la etnicidad (raza o
nacionalidad) de una persona no nos ofrece mucho para explicar respuestas
psicológicas cognitivas, emocionales, motivacionales o de salud (31).

Etnocentrismo y estereotipos

Puesto que todos existimos dentro de nuestras propias culturas y en nuestros


propios contextos culturales, tendemos a ver las cosas a través de ese contexto. La
cultura actúa como un filtro, no solamente cuando percibimos cosas, sino también
cuando pensamos e interpretamos eventos (37). No siempre tenemos la habilidad de
separarnos a nosotros mismos de nuestro propio contexto y sesgo cultural para
comprender el comportamiento de otros. Este tipo de resistencia forma la base del
etnocentrismo—ver e interpretar el comportamiento de otros a través de nuestros
propios filtros. Toda la gente debe tomar conciencia de estos sesgos cuando trata de
comprender el comportamiento de otros pertenecientes a contextos culturales diferentes
(37). Podemos decir que cada persona en el mundo es etnocéntrica, puesto que cada
persona aprende una cierta manera de comportarse, y al hacerlo, aprende cierta
manera de percibir e interpretar los comportamientos de otros. Es una consecuencia
normal de crecer en sociedad. En este sentido, el etnocentrismo no es bueno ni es
malo, simplemente refleja una situación que todos tendemos a ver el mundo a través de
nuestros propios filtros culturales. El etnocentrismo es una consecuencia normal del
proceso de socialización y enculturación (77). Dado que todos somos etnocéntricos de
algún modo, lo importante es saber si somos o no conscientes de dicho
etnocentrismo. El asunto, entonces, no es si el etnocentrismo existe, pero si la gente
reconoce o no que es etnocéntrica. (79).
Puesto que no es posible que nos deshagamos del etnocentrismo, es importante
desarrollar la capacidad de ser flexibles cuando interactuamos con otros, mientras al
mismo tiempo reconocemos nuestro propio etnocentrismo.

El etnocentrismo flexible significa aprender a ver el mundo desde otras


perspectivas. Esto no significa que tengamos que aceptar o que nos gusten otros
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puntos de vista; significa hacer el esfuerzo de comprenderlos. Los siguientes pasos


pueden contribuir con el desarrollo del etnocentrismo flexible:
a) conocer como nuestra propia cultura filtra la realidad, distorsionando,
rotando o coloreando imágenes de modo que veamos las cosas de una determinada
manera;
b) reconocer y apreciar el hecho de que la gente de diferentes contextos
culturales tienen filtros diferentes que producen sus propias distorsiones, rotaciones
y coloraciones de la realidad, y que su versión de la realidad parecerá tan real y
válida a ellos como a nosotros la nuestra;
c) aprender de alguna manera a tratar con las emociones, juicios morales y
juicios de personalidad que van asociados con nuestro etnocentrismo y filtros
culturales. Significa darnos la oportunidad de ir más allá de aquellas reacciones que
nos generan otras culturas, controlar nuestros juicios morales y reacciones
emocionales, que emergen de manera automática por nuestro mismo aprendizaje
cultural y tratar de ver el mundo desde otros puntos de vista (79-80).

El etnocentrismo inflexible se refiere a la noción tradicional del término, esto


es, la inhabilidad de ir más allá de nuestros propios filtros culturales al interpretar los
comportamientos de otros. Surge por ignorancia de los procesos necesarios para ganar
un punto de vista cultural diferente, o por un rechazo a involucrarse en dicho proceso.
Es importante hacer la diferencia entre el etnocentrismo como un proceso general
aplicable a las gentes de todas las culturas, y el uso flexible o inflexible de dicho
etnocentrismo en modos positivos o negativos.

El etnocentrismo está relacionado muy cerca de otro tópico importante:


estereotipos. Los estereotipos son actitudes, creencias, opiniones generalizadas sobre
gente que pertenece a culturas diferentes de la nuestra. Los estereotipos pueden
basarse en hechos pero a menudo son combinaciones de hechos y ficciones acerca de
la gente de un grupo cultural particular. Los estereotipos pueden ser útiles en darle a la
gente alguna base para juzgar, evaluar, e interactuar con gente de otras culturas—una
especie de marco referencial—pero pueden ser muy peligrosos y destructivos cuando la
gente se adhiere a ellos inflexiblemente y los aplica a toda la gente de ese contexto
cultural, sin reconocer las bases falsas del estereotipo o las diferencias individuales
dentro de esa cultura. (...) El hacer juicios de valor prematuros y mantener una actitud
inflexible etnocéntrica no conduce a ningún avance en el campo de la interculturalidad.
(38). La gente se forma estereotipos de su propio grupo tanto como de otros y éstos
pueden ser positivos o negativos, apoyados en informaciones certeras o totalmente
falsas. Varios estudios han mostrado que la estructura de los estereotipos se asocia con
factores como la edad, el género, y el estatus socio económico (85-86).
No es posible evitar la formación de estereotipos pues ellos son parte inevitable
de la vida psicológica de los seres humanos. Como categorías generales de conceptos
mentales, los estereotipos ayudan a guardar información del mundo organizada en
representaciones mentales. Formamos representaciones categóricas de muchos
objetos en el mundo, sin las cuales no seríamos capaces de seguirles el trazo. Cuando
estas representaciones categóricas se refieren a la gente, se les denomina estereotipos.
El problema es que es relativamente fácil que surjan estereotipos negativos, porque
nuestra propia crianza y filtros culturales, y el etnocentrismo crean una serie de
expectativas en nosotros acerca del comportamiento y características de otros. Cuando
observamos gente de otros contextos culturales, nos exponemos a comportamientos,
actividades o situaciones que no concuerdan con nuestras expectativas iniciales,
basadas en nuestros propios contextos culturales. Esto nos puede llevar a dar
atribuciones negativas a eventos, intenciones, o características psicológicas de la gente
que está siendo observada. (89-90). Una vez un estereotipo se forma, este se refuerza
fácilmente, puesto que están íntimamente atados a nuestras emociones, valores, y ser
interno, por lo tanto, son difíciles de cambiar una vez los adquirimos.(90).
Los estereotipos existen, aún, entre la gente más pluralista. Lo importante es
saber como ir más allá de ellos, usándolos sólo como guías básicas para interactuar
con personas de otros contextos culturales. Como guías, los estereotipos no están
escritos en piedra, sino que nos dan ideas, impresiones o imágenes de la gente que
podemos usar en nuestros encuentros iniciales, después de los cuales se pueden
desechar o reforzar dependiendo de la naturaleza de la interacción. Hay una línea muy
débil entre usar una generalización como guía o usar un esteretipo para defender
nuestra manera personal de ver el mundo. Defender puntos de vista usando
estereotipos rígida e inflexiblemente permite una muy limitada perspectiva del mundo,
sus gentes y eventos, lo cual provee el marco dentro del cual aparezca el prejuicio y la
discriminación. (91-92).

Prejuicio y discriminación

El prejuicio se refiere a la tendencia de prejuzgar a otros con base en la


pertenencia a un grupo. Esto es, gente con prejuicios piensa acerca de otros solamente
en términos de sus estereotipos. Aunque el etnocentrismo y los estereotipos son
consecuencias normales e inevitables del funcionamiento psicológico, el prejuicio no.
Los prejuicios resultan solamente de la inhabilidad individual de reconocer las
limitaciones del propio pensamiento etnocéntrico y estereotipado. Aquellas personas
que reconocen que tienen estereotipos, que sus estereotipos pueden no ajustarse a la
realidad, y que los estereotipos nunca describen a todos los miembros de un grupo, son
menos dadas a ser prejuiciadas.
Los prejuicios pueden tener dos componentes: un componente cognitivo
(pensamiento), y otro afectivo (sentimientos). Los estereotipos forman la base del
componente cognitivo—creencias, opiniones y actitudes estereotipadas que uno se
forma acerca de otros. El componente afectivo compromete los sentimientos personales
hacia otros grupos de gente. Estos sentimientos pueden incluir ira, desprecio,
resentimiento, o desdén, o aún, compasión, simpatía y afinidad. Los componentes
cognitivos y afectivos, aunque relacionados, pueden existir independientemente dentro
de la misma persona.
La discriminación típicamente se refiere al trato injusto de otros con base en la
pertenencia a un grupo. La diferencia entre prejuicio y discriminación es la diferencia
entre pensar/sentir (prejuicio) y actuar (discriminación) sobre otro. Como los
estereotipos y prejuicios, la discriminación puede incluir tratamientos positivos o
preferenciales, tanto como tratamientos negativos o desfavorables. Si uno tiene
estereotipos positivos acerca de un grupo de gente y está prejuiciado a su favor, por
ejemplo, uno puede involucrarse en comportamientos que activamente promueven o
engrandecen individuos de dicho grupo solamente con base en la pertenencia a dicho
grupo. Desde luego, la discriminación siempre es negativa, resultando en un trato
menos justo y favorable hacia otros. El aspecto importante para definir discriminación es
que esta gira alrededor del concepto de justeza en el trato a otros con base en su
pertenencia a un grupo. (93)
Prejuicios y discriminación son procesos que ocurren a nivel individual. Cuando
ocurren a nivel de grupo o a nivel organizacional, se conocen por el sufijo ‘ismo’
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(racismo, clasismo, sexismo) o discriminación institucional. Constituyen una ideología y,


como tal, puede pasar de una generación a otra, de la misma manera que otros
elementos culturales (100).
Una de las maneras más importantes de trabajar para reducir la discriminación
(además de reconocer nuestros propios etnocentrismos y estereotipos, y pensar
críticamente acerca de las limitaciones de dichos estereotipos) es aprender a controlar
nuestras emociones. Necesitamos ser capaces de regular nuestras emociones
negativas cuando ellas se presenten, así como nuestras emociones positivas cuando
estas son cuestionadas. Sólo cuando podemos regular tales procesos emocionales en
nosotros mismos, podemos adentrarnos en ejercicios de pensamiento crítico,
examinando los posibles sesgos en nuestros pensamientos, sentimientos y acciones,
ajustándolos como sea necesario. Sin la habilidad de regular las emociones, tales
procesos de pensamiento de alto orden no son posibles (100-101).

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