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SC 1282 InamovibilidadEmbarazo
SC 1282 InamovibilidadEmbarazo
Expediente: 2009-20327-41-AAC
Distrito: Santa Cruz
Magistrado Relator: Dr. Ernesto Félix Mur
I.1.3.Petitorio
Solicita se declare “procedente” la acción de defensa planteada, ordenando a la empresa
demandada la restitución a su fuente de trabajo con todos los derechos a la seguridad social y
cancelación de sueldos devengados desde el día del despido injustificado, más subsidios de ley.
Con costas, daños, perjuicios y honorarios profesionales.
I.2.3. Resolución
La Sala Civil Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial de Santa Cruz, constituida en Tribunal
de garantías, pronunció la Resolución 30/2009 de 14 de agosto, cursante de fs. 211 a 212 vta.,
concediendo la tutela solicitada y declarando “procedente” la acción formulada, ordenando la
inmediata restitución de la accionante a su fuente laboral, más el pago de todo el tiempo que
quedó cesante con el reconocimiento de sus beneficios sociales, conforme lo establece la Ley 975;
es decir, hasta el año del nacimiento de su hijo. Sin costas ni responsabilidades.
El fallo dictado se basó en los siguientes fundamentos: 1) En relación a la legitimación pasiva, el
memorándum de despido de la accionante fue firmado por el Jefe de Recursos Humanos a nivel
nacional de YPFB, demandándose también contra su Presidente Ejecutivo a.i., quedando
efectivizado este requisito en cuanto a las personas demandadas; 2) En cuanto al fondo, la
accionante fue contratada suscribiendo dos contratos, finalizando el último el 29 de diciembre de
2008; sin embargo, continuó percibiendo haberes hasta febrero de 2009, habiendo sido despedida
a través de memorándum DNRH-0023/2009; 3) La accionante acreditó su estado de gestación a
momento de ser despedida, por las ecografías y exámenes médicos adjuntados; 4) El art. 48.VI de
la CPE, en relación a la Ley 975, establece que las mujeres no podrán ser discriminadas o
despedidas por su situación de embarazo, garantizando su inamovilidad laboral y la de los
progenitores hasta que el hijo o hija cumpla un año de edad; y, 5) En el caso, se incumplió la
referida norma constitucional así como la Ley 975, que prevé la inamovilidad de la mujer sea en
instituciones públicas o privadas; siendo YPFB una institución pública, en la que la accionante fue
despedida, cesando su labor en forma indebida e ilegal, vulnerándose su derecho a la seguridad
social, a la vida misma y a su fuente de trabajo.
En la vía de complementación, el abogado de la parte demandada, pidió que el Tribunal de
garantías se refiriera sobre la legitimación pasiva del codemandado Marco Antonio Teodovich
Zelada, a quien no hicieron alusión alguna en su fallo. Solicitud que fue declarada no a lugar,
estableciéndose que la legitimación pasiva se hallaba acreditada.
II.2.Consta un segundo contrato de trabajo a plazo fijo de 29 de enero de 2008, suscrito entre
YPFB y la accionante para que cumpla las funciones de Ingeniero Divisional III, en el Distrito
Comercial Oriente, asignándole el nivel “J” de la escala salarial de la “VPNO”; computable a partir
del 10 de enero al 31 de diciembre de 2008 (fs. 6 a 7).
II.6.A fs. 20, cursa aviso de afiliación del trabajador -ahora accionante- de la CPS, con data de 17 de
septiembre de 2007. Constando certificado médico de maternidad de 12 de marzo de 2009, en el
que se establece como fecha probable de parto el 11 de julio del mismo año (fs. 21). Así también,
informe ecográfico de 17 de diciembre de 2008, en el que se determina un embarazo de diez
semanas y dos días (fs. 23 a 24); carnet de salud materna de la CPS (fs. 25 a 26); y, ficha de
atención médica de consulta externa de la CPS del 12 de noviembre de 2008 (fs. 27).
II.9.La accionante adjunta papeletas de pago por los meses de septiembre a diciembre de 2007 -
más aguinaldo-; de enero a diciembre de 2008; y, de enero a febrero de 2009 (fs. 34 a 52).
Constando en la papeleta de enero de 2008, la cancelación de su sueldo únicamente por veintiún
días trabajados (fs. 44).
II.10.Del certificado de nacimiento cursante a fs. 79, se evidencia el nacimiento del hijo de la
accionante, el 3 de julio de 2009 (fs. 79).
De igual manera, este Tribunal en algunos casos, prescindió del principio de inmediatez, dadas las
particulares del asunto, y que si bien la acción hubiere sido planteada fuera del plazo de los seis
meses, se tenía constancia de que la accionante había impugnado su situación, la que no habría
sido considerada. En ese sentido, la SC 0530/2010-R de 12 de julio, precisó: “…en varios casos se
ha excusado inclusive la observancia de los principios de subsidiariedad e inmediatez que
informan el amparo constitucional, a los efectos del ejercicio pleno de este derecho que asiste a la
mujer trabajadora en estado de embarazo, no sólo para la protección de ésta, sino también y
fundamentalmente del nuevo ser…”.
En consecuencia la institución del contrato a plazo fijo, consagrada por la legislación laboral, que
supone la existencia de una relación laboral cuyo plazo ha sido previamente definido por las
partes, estableciéndose una fecha cierta para el vencimiento de la misma, resulta referencial para
la tutela, dado que el juzgador debe analizar si lo que se ha pretendido fue eludir los derechos
laborales, para lo cual deberá tener en cuenta de manera objetiva los antecedentes de la relación
laboral.
En ese orden de ideas, cabe señalar que de acuerdo a los principios que rigen la actividad laboral,
no basta con el simple vencimiento del plazo estipulado para que la relación laboral pueda darse
por terminada ante su falta de renovación por voluntad de las partes o de una ellas; pues las
normas rectoras del ordenamiento jurídico impiden que la decisión de desvincular a una persona
de su trabajo quede a la absoluta discreción del empleador; ello debido al carácter especial de
este tipo de contratos de trabajo atendiendo la protección especial que corresponde al Estado de
la maternidad por mandato constitucional, la jurisprudencia constitucional se ha referido a la
protección de la mujer embarazada sujeta a contrato de trabajo a plazo fijo.
Sin embargo, a estas alturas del desarrollo jurisprudencial citado, se hace necesaria una
modulación en cuanto corresponde a los casos de contratos a plazo fijo, en los que tanto el
empleador como la trabajadora -sea del sector público o del privado-, conocen desde el primer
momento de la relación, la fecha cierta y concreta de conclusión de la relación laboral, por lo que
más allá de ésta no sería dable el nacimiento o vigencia de derechos u obligaciones emergentes de
una relación laboral que ya no existe, no siendo posible obligar a un empleador a continuar con el
contrato del personal que ya cumplió el plazo establecido y acordado de antemano, a menos que
se presenten las circunstancias que se indicarán más adelante para lo que debe tomarse en
consideración:
Primero, que el art. 12 la Ley General del Trabajo (LGT), establece que el contrato de trabajo
puede pactarse por tiempo indefinido, cierto tiempo o realización de obra o servicio.
Segundo, los contratos a plazo fijo no implican necesariamente que una vez vencido el término
pactado, el trabajador deba indefectiblemente cesar en sus funciones, por cuanto podría suceder
alguna de las situaciones que las siguientes disposiciones prevén: a) El art. 21 de la LGT, prevé que
en los contratos a plazo fijo se produce reconducción cuando el trabajador continúa sirviendo
vencido el término del convenio; b) La RM 283/62 de 13 de junio de 1962, señala que el contrato
de trabajo podrá ser limitado en su duración si así lo impone la naturaleza c) Si bien la RM 193/72
de 15 de mayo de 1972, establecía que los contratos de trabajo pactados sucesivamente por un
lapso menor al término de prueba o por plazos fijos que sean renovados periódicamente,
adquirirán la calidad de contratos a plazo indefinido a partir de la segunda contratación y siempre
que se trate de realización de labores propias del giro de la empresa, no es menos cierto que el
art. 2 del DL 16187 de 16 de febrero de 1979, establece que no está permitido más de dos
contratos sucesivos a plazo fijo, como tampoco están permitidos contratos a plazo fijo en tareas
propias y permanentes de la empresa, en caso de evidenciarse la infracción de estas disposiciones
por parte del empleador, se dispondrá que el contrato se convierta en uno por tiempo indefinido.
Cabe advertir que prevalece lo dispuesto por el DL 16187 -que prohíbe más de dos contrataciones
a plazo fijo- al tratarse de una norma de superior jerarquía que la RM 193/72, que determinaba
que desde la segunda contratación los contratos a plazo fijo adquieren la calidad de indefinidos;
empero, subsiste la última parte de dicha Resolución Ministerial, referida a que en todo caso debe
tratarse de la realización de labores propias del giro de la empresa.
Entonces, aplicando las normas legales relativas a los contratos a plazo fijo al trabajo de las
mujeres trabajadoras embarazadas, deben tenerse en cuenta las siguientes subreglas:
1) Si la mujer fue contratada a plazo fijo, fenecido el término pactado entre partes, se extingue la
relación laboral, con la obligación del empleador de cancelar, si corresponde, los beneficios que la
ley acuerda para tales casos, sin que pueda exigirse al empleador mantener a la trabajadora en el
cargo aunque haya resultado embarazada en el lapso de la prestación de servicios;
2) Si el contrato a plazo fijo se renovó una sola vez, es decir que existirían dos contrataciones a
plazo fijo sucesivas, tampoco corresponde la aplicación de lo dispuesto por la Ley 975, por cuanto
no se ha operado la conversión del contrato en uno por tiempo indefinido, debiendo actuarse
conforme se señaló en el inciso anterior;
3) Si el contrato a plazo fijo fue renovado en más de dos ocasiones, conforme a las disposiciones
anotadas precedentemente, se produce la conversión del contrato en uno por tiempo
indeterminado, de manera que es de ineludible aplicación lo dispuesto por la Ley 975, o sea que se
debe respetar la inamovilidad de la trabajadora hasta que su hijo o hija cumpla el primer año de
edad, además de ser acreedora de las prestaciones y subsidios que la ley establece por la
maternidad" (las negrillas nos pertenecen).
Consideraciones que deben ser analizadas en cada caso concreto, a objeto de verificar la
procedencia o no de la tutela que brinda esta garantía jurisdiccional en casos de mujeres en
estado de gestación, sujetas a contratos de trabajo a plazo fijo. Observando que la mujer
trabajadora en estado de gravidez -así como el progenitor-, gozan de protección constitucional y
legal, a fin de amparar sus derechos al trabajo, a la vida, a la salud y a la seguridad social.
Por otra parte, es necesario hacer alusión a la SC 2831/2010-R de 10 de diciembre, fallo que
efectuó un examen de la naturaleza jurídica del contrato de trabajo y de la relación de trabajo. En
observancia a que, existen múltiples situaciones en las que no existe un contrato de trabajo. No
siendo permisible que ello resulte una excusa, para no conceder la protección constitucional y
legal de la que gozan las mujeres en estado de gestación, conforme a las subreglas desarrolladas
ut supra.
En ese marco, expresó: “El contrato de trabajo, es el convenio verbal o escrito, mediante el cual
una persona denominada trabajador, se obliga a prestar servicios o realizar obras a favor de otra
llamada empleador, bajo su dependencia, por un tiempo determinado o indefinido, a cambio de
un salario o remuneración. En cambio, la relación de trabajo, es la vinculación de hecho entre la
parte patronal y la obrera, a través de la prestación de trabajo y que tiene vigencia aún cuando no
se haya concretado la contraprestación, o sea, el pago inmediato del salario, siendo independiente
de la existencia o inexistencia del contrato de trabajo.
La importancia de la relación de trabajo radica en que la multiplicidad de situaciones que se
presentan en la realidad social, hace que, en la mayoría de los casos, ni siquiera se hable de la
existencia de contratos de trabajo. De hecho, se produce un acuerdo de naturaleza verbal, por el
que definen los lineamientos básicos de la prestación a desarrollar en una actividad laboral y se
inicia la ejecución de trabajo.
En Bolivia, la legislación prevé la existencia de contratos verbales y escritos, los que se acreditan
por todos los medios de prueba. En el caso de situaciones concretas donde el acuerdo ha sido
desarrollado en base a la buena fe y a la credibilidad del empleador y el trabajador, el ámbito
normativo se extiende hasta llegar a la incorporación del vínculo que liga las prestaciones de los
sujetos laborales, vale decir, a la relación de trabajo, cuya importancia radica precisamente en la
posibilidad de demostrarla y respaldarla jurídicamente, en ausencia de cualquier elemento
formalista. Así el art. 6 de la LGT, establece: 'El contrato de trabajo puede celebrarse verbalmente
o por escrito, y su existencia se acreditará por todos los medios legales de prueba…'. A ello se
agrega lo dispuesto en el DL 17189 de 16 de febrero de 1979, que en su art. 1 señala: 'El contrato
de trabajo puede celebrarse en forma oral o escrita por tiempo indefinido, a plazo fijo, por
temporada, por realización de obra o servicio, condicional o eventual. A falta de estipulación
escrita, se presume que el contrato es por tiempo indefinido, salvo prueba en contrario'.
Entre los elementos propios del contrato y de la relación de trabajo, encontramos; la relación de
dependencia o subordinación, que consiste en el sometimiento del trabajador a la voluntad del
empleador para la coordinación y ejecución de las actividades laborales, implica el cumplimiento
de órdenes y estar sometido al control y fiscalización del empleador; prestación personal referida
a la realización de un acto, la ejecución de una obra o la prestación de un servicio que vincula al
trabajador con el empleador a cambio de una remuneración; estabilidad laboral que consiste en
que las prestaciones sean sucesivas, prolongadas durante cierto tiempo. Cabanellas puntualiza
que, cuando la prestación es permanente, coincidiendo con la actividad principal desarrollada por
la empresa, y es además cumplida en forma continuada, el factor tiempo prevalece para
determinar que se trata de una auténtico trabajador, vinculado al empresario por un contrato de
trabajo, ya sea verbal, ya sea escrito; profesionalidad como condición inherente al trabajador en
cuanto presta los servicios propios de sus facultades y oficios, comprende la necesidad de que el
trabajador conozca de su oficio, de las labores que está desempeñando en la empresa;
remuneración puesto que no puede haber trabajo sin el pago de un salario como evidente
representación objetiva de la relación de trabajo; y, la exclusividad que constituye una presunción
favorable a la existencia del contrato de trabajo, regla que admite excepciones.
De modo que, será suficiente determinar si existen los caracteres de subordinación y dependencia,
remuneración periódica y los demás descritos precedentemente, para establecer si se trata de una
relación laboral, y de ser así, el empleador se encuentra obligado a reconocer todos los beneficios
que la ley acuerda para el trabajador, y con mayor razón, si se trata de mujeres trabajadoras en
estado de gestación” (las negrillas son agregadas).
e)No resulta condicionante para conceder tutela haber dado aviso al empleador sobre el estado de
gestación
Tomando en cuenta que actualmente la protección a la mujer embarazada se halla prevista en la
Ley Fundamental, la SC 0771/2010-R de 2 de agosto, determinó que la tutela: “…no está supedita
a determinadas condiciones o requisitos que deben ser cumplidos por la mujer o el hombre y, por
lo mismo, para su ejercicio, no se requiere el previo aviso al empleador del estado de embarazo o
de la existencia de un hijo o hija menor a un año.
Norma que, es directamente aplicable, en virtud a lo expresamente dispuesto por el art. 109.I de
la CPE, que refiere que: 'I. Todos los derechos reconocidos en la Constitución son directamente
aplicables y gozan de iguales garantías para su protección'. Bajo ese razonamiento, debe
entenderse que la tutela que brinda la Constitución Política del Estado a la mujer embarazada y
con hijos menores a un año, y a los progenitores, es más amplia y, por lo mismo, no se puede
aplicar la jurisprudencia constitucional contenida en la SC 1416/2004-R citada precedentemente,
al haber realizado una interpretación restrictiva de la Ley 975. Efectivamente, el requisito formal
de dar aviso a su empleador acerca de su estado de gravidez, sin el cual no existiría la protección
estatal en lo que respecta a su inamovilidad laboral, carece de relevancia frente a una necesidad
indubitable, que es precisamente asegurar el derecho a la vida y a la salud de la madre y el menor,
ya que con una fuente laboral, al menos se asegurará a la madre el poder agenciar los medios
necesarios para proteger las necesidades más premiosas que demande el niño o niña recién
nacidos.
En ese entendido, se debe cambiar el entendimiento jurisprudencial contenido en la SC
1416/2004-R, en sentido que no es necesario dar aviso al empleador sobre la situación de
embarazo de la mujer trabajadora, para acceder a la protección que brinda la Constitución Política
del Estado a la mujer gestante y con niño menor a un año; siempre que acuda de manera
inmediata al empleador solicitando el respeto y vigencia de sus derechos a través de su
reincorporación a su fuente de trabajo y el acceso a los beneficios que conlleva, …” (las negrillas
son nuestras).
En ese marco, de la documental adjunta al expediente, detallada en las Conclusiones del presente
fallo, se tiene como relevante lo siguiente: La accionante fue contratada a plazo fijo por YPFB, del
14 de septiembre al 31 de diciembre de 2007. Cursando un segundo contrato del 10 de enero al 31
de diciembre de 2008. Advirtiéndose por ende, un corte de diez días entre el primer y segundo
contrato suscritos.
Sin embargo de dicha interrupción entre el primer y segundo contrato, se evidencia que, antes que
finalizara la vigencia del segundo contrato, por circular ADCO-905-A/08 de 29 de diciembre de
2008, se designó a la accionante como Fiscal de obra descrita en la Conclusión II.3,
encomendándole actividades propias de YPFB, en el control del plazo de ejecución, avance del
servicio y conformidad a su finalización. De igual forma se procedió con las circulares ADCO-041-A
y ADCO-039-A de 15 de enero de 2009, designándole Fiscal de las obras detalladas en las
Conclusiones II.4 y 5, al mismo efecto descrito.
Evidenciándose por ende que; no obstante a que el contrato de trabajo a plazo fijo de la
accionante fenecía el 31 de diciembre de 2008, la empresa decidió continuar con la relación
laboral existente entre partes, al darle funciones que persistieron hasta el momento que se
expidió el memorándum DNRH-0023/2009 de 25 de febrero. Debiendo precisarse que si bien no
se signó un nuevo documento escrito, las tres circulares emitidas dan fe que la impetrante de
tutela siguió cumpliendo labores en la institución. Operándose la reconducción prevista en el art.
21 de la LGT, que determina su procedencia cuando el trabajador contratado a plazo fijo sigue
prestando funciones vencido el término del convenio, norma aplicable a la problemática analizada.
Siendo conveniente además precisar que, la accionante siguió cumpliendo labores propias al giro
de la empresa, percibiendo igual sueldo por el cargo de arquitecta.
Cabe en este apartado precisar que, la jurisprudencia sentada por este Tribunal en la SC
0771/2010-R, no exige haber dado parte al empleador de la situación de embarazo en forma
previa a su desvinculación, por cuanto al estar en la Ley Fundamental constitucionalizada la
protección a la maternidad, este interés se sobrepone, en observancia a los derechos involucrados
que merecen especial tutela por parte del Estado, razón por la que, aún cuando los demandados
alegan como motivo de denegatoria de la presente acción de defensa, que la accionante no
hubiese dado aviso a YPFB de su estado de gestación, dicho argumento carece de sustento.
Constatándose por otra parte que, el empleador estuvo en conocimiento de su estado de gravidez,
al existir en antecedentes ecografías que muestran que la accionante a momento de su despido,
tenía un embarazo de casi veintiún semanas, al mismo efecto la documental descrita en la
Conclusión II.6.
Por los argumentos expuestos, concierne otorgar la tutela impetrada por la accionante respecto
de los demandados, quienes a su turno, no le brindaron la protección constitucional que le atingía
ni las prestaciones que le eran inherentes por ley. Debiendo dejar constancia que, si bien el
memorándum se halla rubricado por el Director Nacional de Recursos Humanos codemandado;
reclamó su despido tanto al Presidente Ejecutivo a.i., autoridad máxima de la entidad a nivel de
dirección y representación; como al Distrital Comercial Oriente bajo cuya dependencia ejercía sus
funciones, quienes hicieron caso omiso a su pedido.
Correspondiendo por ende, conceder la tutela que brinda esta acción de defensa en consideración
a los preceptos constitucionales contenidos en los arts. 45. III y 48.VI de la CPE; protegiendo así de
los derechos a la vida, a la salud y a la seguridad social de la accionante y de su hijo.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional, en virtud de la jurisdicción y competencia que le confiere el art. 3 de la
Ley 040 de 1 de septiembre de 2010, que modifica el art. 4.I de la Ley 003 de 13 de febrero de
2010, en revisión, resuelve: APROBAR la Resolución 30/2009 de 14 de agosto, cursante de fs. 211 a
212 vta., dictada por la Sala Civil Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial de Tarija; y, en
consecuencia, CONCEDER la tutela impetrada.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional.