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Rated: Fiction M -
"James dudo seriamente eso." Dije suavemente. Sus ojos afilados se posaron sobre
mí.
"Vamos. Todos van a estar ahí. Quiero ir." Dijo enojado, sus ojos tornándose más
oscuros. Temblé ligeramente.
"Te recogeré a las siete." Dijo suavemente. Asentí; Me giré para verlo y alcancé a
ver una parte de la persona de la que me enamoré dos años atrás. Un artista,
dañado por el trauma pero muy dulce y cuidadoso para dejar mostrarlo. Me sonrió
cálidamente antes de que la dura mascara reapareciera. Me giré y salí del auto
rápidamente. "Siete." Repitió. Asentí y cerré la puerta antes de correr hacia la
puerta. Pude escuchar el ruido de su motor alejándose y suspire.
A las siete en punto el timbre sonó. Bajé las escaleras y saludé a James antes de
que entrara. "¿Lista?" Preguntó. Asentí. Se giró sobre sus tobillos y comenzó a
caminar hacia su carro. Me metí silenciosamente y prendió el motor. El camino
estuvo lleno de un incómodo silencio.
Cuando llegamos, James inmediatamente se volvió posesivo sobre mí. Puso su
brazo alrededor de mi cintura y me jaló a su lado. Un hombre tropezó fuera de la
puerta principal, ebrio, y me sonrió. El pobre niño no obtuvo la oportunidad. James
le gruñó al niño y comenzó a juntar sus puños. El chico se puso blanco y se
marchó. James me jaló hacia dentro. "Mantente lejos de los chicos." Me gritó.
Asentí débilmente. "Y de aquellas chicas que te meten en problemas."Asentí
conteniendo un suspiro. Así que iba a ser una de esas noches. James asintió y me
besó en la mejilla antes de ir en busca de sus amigos.
Anduve rondando sin sentido alguno por unos minutos, nadie se atrevió a tocarme.
Era como una plaga andante. Suspiré y finalmente subí las escaleras. Miré
alrededor y finalmente encontré un cuarto vacío. Sonreí y me escabullí adentro. Me
quite mis tacones y me recosté en la cama. Aunque James me hubiera hecho venir,
no podría hacer que me gustara. De pronto me encontraba divagando hasta que
me quedé dormida.
"Bella." Su voz era rasposa y sus palabras sonaron ligeramente mal pronunciadas.
"De ninguna manera. Me voy a quedar aquí. Contigo." Dijo caminando hacia la
cama. Comencé a ponerme de pie pero él me empujó por los hombros para que me
quedara sentada. Comencé a sentir más pánico.
"James, detente. Estás ebrio." Dije suavemente. Fue incorrecto lo que dije.
Sentí como se hundía la cama cuando él se subió sobre mí. "Vamos Bella. Hora de
jugar mi juego."
Renee POV
Han pasado cuatro semanas desde la última vez que vi a Bella sonreír. Ella había
estado bien desde esa fiesta. Pero ahora ella estaba distante, fría. Casi sin vida. Le
pregunté que si que le pasaba pero ella solo se encogió de hombros.
"Solo me siento un poco mal mamá." Me dijo con una voz fantasmal. Tal vez no
debí creerle tan fácilmente. Dejé de insistir después de eso. Parece que dejó de
salir con ese horrible de James. Nunca entendí que fue lo que Bella vio en él. Era
grosero, arrogante y un poco raro. Me estremecí de tan solo pensar en esa mirada
fría cuando se enojaba.
Pero nunca esperé que Bella tomara su ruptura tan mal. Casi estaba catatónica. Me
pregunté si quedaría más espacio en su interior para que cambiara. "Mamá," Dijo
entrando en la cocina. Bajé mi taza de té y mi libro.
"¿Si, Bella?" Ella se mordió en labio y se abrazó a sí misma con sus brazos.
"Quiero mudarme con mi papa. No me puedo quedar aquí más. Todo me recuerda a
él." Asentí comprendiendo.
"Lo sé, pero hasta que lo supere, no quiero estar aquí." Mordí mi labio.
"Si estás segura." Ella asintió. "Llamaré a Charlie entonces. Tu hermano estará feliz
de verte." Un intento de sonrisa pasó por su cara antes de que asintiera de Nuevo y
se fuera de vuelta arriba. Respiré profundamente y tome el teléfono.
"Oh hey mamá. ¿Qué paso? ¿Cómo está Bella?" Tomé un respire profundo.
"¿Está Charlie ahí? Necesito hablar con él." Escuché un crujido y a Emmett gritar
antes de que Charlie tomara el teléfono.
"Charlie, ella quiere ir a vivir contigo." Dije lentamente. Podía ver prácticamente la
sorpresa en la cara de Charlie.
"Oh, bien ¿Por qué?" preguntó despacio. Me encogía de hombres, deseando que
pudiera verme.
"No lo sé. Rompió con su novio de casi tres años y ahora es un complete desastre.
Solo quiere irse lejos." Podía escuchar la vacilación de Charlie. "No te preocupes.
Ella no sera ningún problema. Es una Buena niña." Le aseguré. Escuché un suspiro
pesado.
"Claro que está bien por mí. Me encantaría pasar más tiempo con ella y se que va a
querer ver a Emmett de Nuevo. ¿Cuándo viene?" Sonreí tristemente.
"Muy bien Renee. Solo llámame si algo más pasa." Dijo suavemente. Sonreí.
"Lo hare. Adiós Charlie." Colgué y fui a la sala. Moví el ratón de la computadora y
entré a internet. Traté de no verlo como que estaba perdiendo a una hija, sino
como que estaba ganando más tiempo con mi esposo.
Capítulo 1: Hogar
Estaba lloviendo cuando llegué a Port Ángeles. Salí del avión abrazándome
fuertemente. Me estaba congelando. Miré alrededor y vi a un hombre alto y
musculoso parado a la distancia. Sonreí suavemente al ver a mi hermano.
Cuando me acerqué me abrazó muy fuerte. "¡Bella! ¡Te extrañé mucho! No
te volverás a ir de mi lado otra vez." Dijo poniéndome de vuelta en el piso.
Me reí. Era un sonido vació.
"¡Asi que Bella!" me giré hacia Emmett. Estaba sonriendo de oreja a oreja.
"¿Qué dices de ir a ver a tu hermano mayor patear algunos traseros en el
futbol?" No se lo pude negar, especialmente con toda la emoción y
esperanza en sus ojos.
"Me sentaría en el fondo pero no encajo muy bien." Dijo con vergüenza. Me
reí, complacida de escuchar un poco más de vida en mi risa. "¿Asi que,
recuerdas a toda la banda?" Preguntó sonriendo. Fruncí en ceño.
"No voy a ser animadora." Le gruñí. Él se rió y levantó sus manos en forma
de rendición.
"Okay bien, veamos. Oh! Estoy saliendo con Rosalie. Lo sé. ¿Puedes creer
que finalmente la conquisté?" Preguntó sonriendo. Me reí. Él había estado
loco por Rosalie desde primer día que la vio en primer grado. "Y Jasper y
Alice todavía están saliendo." Dijo rodando sus ojos, sonreí. Jasper y Alice
se declararon como pareja cuando Jasper estaba en Segundo y Alice en
primero. Creo que hablaban en serio. "¿Entonces, estas emocionada se
volver?" preguntó emocionado. Asentí y de verdad estaba emocionada. No
era solo un escape, sino una oportunidad de reconectarme con las personas
que más quiero.
"Rosalie debe ser Buena para ti. Te estás volviendo todo un caballero."
Bromeé, él sonrió y se metió en la casa. Me guió hacia mi vieja habitación y
puso las maletas en el suelo.
"Muy bien Bells. Cámbiate y luego nos vamos." Dijo sonriendo. Asentí y me
giré hacia mis maletas. Saqué un vestido de lana, grueso. Era color borgoña
y me llegaba por debajo de las rodillas. Tenía correas gruesas y azules.
Saqué una blusa de manga larga azul y me la puse antes de ponerme el
vestido también. Sonreí al ver qué bien se veía la combinación de colores.
Moví la ropa y encontré una maya de color negro opaco. Me los puse, sin
caerme y sonreí., satisfecha. Me coloqué un par de botas negras de tacón.
Los tacones eran pequeños por lo que no los contaba como en la categoría
de daño mayor. Tomé un sombrero que me recordaba a la vieja Inglaterra,
también me llevé un abrigo negro. Saqué mis guantes negros y una
bufanda roja y me mire de Nuevo en el espejo. Debería considerar usar
maquillaje, pero no me quería molestar. Asentí y bajé las escaleras donde
Emmett se estaba comiendo una barra energética.
"Nah, te vez bien, pero" Frunció el ceño. "Déjame ver debajo del abrigo." Lo
miré y lo golpeé con mis guantes.
"Vivirás, tengo una blusa de manga larga debajo de todo." Dije sonriendo,
me respondió con una sonrisa también.
"Cool cats! (Es una expresión que no supe traducir, la dice varias veces, así
la voy a dejar) ¡Vamos!" gritó, saltando hasta la puerta. Era raro ver a un
hombre saltar la puerta pero de alguna manera, tenía sentido. Lo seguí
hacia afuera a un jeep enorme. Rodé los ojos.
"Me encanta que pienses que voy a ser capaz de subirme a esto sin una
escalera." Dije sarcásticamente. Emmett sonrió y me levantó facilmente. Le
sonreí y me senté. Abroché mi cinturón de seguridad mientras que él se
subía y arrancaba el motor.
El juego fue intenso. Parecía que ambos equipos podían ganar solo veinte
yardas antes de ser interceptados y que el otro equipo tomara el control. Al
final, Emmett hizo un touchdown ganando el juego, 3-6. La multitud se
volvió loca mientras que un maestro anunciaba a los ganadores por un
micrófono. Podía escuchar la voz saliendo de las bocinas.
"Ese fue para mi chica, Bee." Dijo guiñando de nuevo. Me reí y corrí por el
campo. Me atrapó mientras saltaba para abrazarlo. Me abrazó y me giró
alrededor.
"Emmett Jonathan Sawn!" Ambos temblamos ante aquel tono. Me giré para
ver a la rubia alta mirándonos.
"¡Oh por Dios no puedo creer que seas tú!" Gritó abrazándome. Me reí y le
devolví el abrazo. Se separó y examinó mi atuendo. "Te vez linda. ¿Quién te
puso esto?" debería sentirme ofendida pero no lo estaba.
"Un amigo de casa." Ella asintió y sonrió. "¿Entonces qué fue lo que me
descubrió?" Pregunté suavemente. Alice rió y me apretó las mejillas con la
mano. Me reí y rodé mis ojos. Rosalie, Jasper y Edward todavía me estaban
dando miradas extrañas. "Supongo que no la memoria de todos es sacudida
por una sonrojada de mejillas." Dije sonriendo. Vi de pronto la cara de
entendimiento de Jasper, mientras me abrazaba.
"No, estoy segura de que será Edward." Dijo Alice sonriendo. Como si
hubiera adivinado Rosalie jadeó.
"Lo siento mucho por lo de antes. Es solo que me pongo, bueno, loca
cuando otras chicas coquetean con Emmett, creí que eras una de sus
admiradoras, a él le gusta jugar con ellas." Dijo disculpándose. Me encogí
de hombros.
"Te comprendo totalmente. Definitivamente tienes la aprobación de la
hermana menor." Dije sonriendo. Ella sonrió y me abrazó.
"Cuéntame. Aunque creo que Alice está planeando una noche de chicas así
tendremos toda la noche para hablar de eso." Dijo sonriendo. Asentí
lentamente. ¿Debería contarles mi más grande y oscuro secreto? No. Pero
se enterarán tarde o temprano, ¿cierto? Preferiría que fuera después. Ahora
era tiempo de recordar, no de pánico.
"Bella ven conmigo." Dijo sonriendo. Asentí y la seguí a su carro. Ella sonrió
de vuelta y prendió el auto. Estaba sorprendida por el sonido que hizo al
prender. "¡Mamá y papá estarán muy contentos de verte!" Dijo
retorciéndose. Me reí y me relajé en mi asiento. Estábamos en la mansión
de los Cullen cuando menos lo pensé. Alice se estacionó en seguida del
Volvo plateado de Edward y sonrió. "Edward maneja más rápido, soy más
lenta que él y después va Emmett que es el más lento." Dijo sonriendo y yo
me reí.
"No lo dudo en lo más mínimo." Alice sonrió y me sacó del auto. Me jaló a
los escalones de la entrada.
"¡Mamá! ¡Papá! ¡Miren lo que encontré!" dijo sonriendo. Estaba sin aliento y
me reí.
"Alice, cariño ¿No es otro gato perdido o sí? Sabes que no tenemos tiempo
para una masco…" La voz de Esme se fue desvaneciendo mientras salía de
la cocina. Se sonrojó ligeramente. "Oh, Lo siento querida. Soy Esme." Dijo
mientras apretaba mi mano. Sonreí, ¿de verdad había cambiado tanto? Solo
habían pasado siente años. Wow, parece que sí.
"Sabes Alice, ella me recuerda a Bella. La forma en la que esa chica solía
sonrojarse." Me puse más roja por sus palabras y ella se congeló en su
lugar. Se giró de nuevo a mí y me miró por un momento antes de gritar de
emoción. Si, Esme Cullen era muchas cosas, pero no una gritona. Puso sus
brazos a mí alrededor y me apretó fuerte. "¡Oh Bella estás en casa!" Estaba
de hecho llorando. Sentí mis propias lágrimas en respuesta. "¿Por cuánto
tiempo te quedarás?" preguntó, yo sonreí.
"Oh por favor no se molesten por mí." Dije suavemente. Esme solo negó
con la cabeza.
"¡La cena está lista!" Esme nos llamó. Todos entramos al comedor enorme.
Los ocho nos sentamos a la mesa. Me senté entre Edward y Rosalie.
"Bella, ¿qué fue lo que te hizo decidir venir para acá?" Jasper preguntó una
vez que todos estuvimos sentados. Ah así que estaban esperando a que
estuvieran todos para responder algunas preguntas. Sonreí suavemente y
me limpié la boca con la servilleta.
"Tenía unos amigos. Ninguno tan cercano como ustedes chicos. Pero amigos
suficientes. Tuve un novio pero acabamos de terminar." Dije rápidamente.
"¿Tienes una foto?" Negué con la cabeza y me giré para ver a Esme.
"Gracias Bella. Solo estoy contenta de que estés en casa." Sonreí en forma
de agradecimiento.
"Si no te molesta creo que me iré a la cama." Dije bajito, Esme asintió.
Escuché unas risas que fueron las que me despertaron. Fruncí el ceño.
¿Quién se estaba riendo y por qué sentía un cuerpo presionado en mi
espalda? El pánico comenzó a apoderarse de mí. Oh no. No esto. No de
nuevo. Abrí mis ojos y salté de la cama, chocando con una figura alta. Miré
hacia arriba para ver a Jasper, Emmett, Alice y Rosalie mirándome. Alice y
Rosalie se estaban tapando la boca con sus manos. "¿Qué están hacienda
chicos?" Susurré. Miré de vuelta a la cama para ver a Edward recostado,
aun dormido. Oh. Entonces era él con quien desperté. Oh. Miré alrededor
hasta Alice. Estaba tratando, y falló, en esconder su risa.
"Bella debiste ver tu cara." Emmett susurró, riendo. Rodé mis ojos, tratando
de calmar el ritmo acelerado de mi corazón.
"No hablo hasta que estoy bien y lista. Y estaré bien y lista cuando me
despierte apropiadamente. Así que adiós." Dije cerrando la puerta de la
habitación con seguro. Suspiré y me giré para ver a Edward sentándose en
la cama, sobándose la cabeza. "Hey," Dije suavemente. Miró hacia mí y
sonrió.
"Lo siento, no sé qué fue lo que me pasó." Dije en un tono bajo. Él sonrió
lentamente, pero no llegó a sus ojos.
"¿Quieres que bajemos para buscar algo de comida?" Asentí. Estaba muy
hambrienta. Mientras salía del baño me di cuenta de todo lo que había
corrido para llegar al baño a tiempo. Sonreí y me giré para ver a Edward.
"¡Mira todo lo que corrí sin caerme!" Dije emocionada. Edward se rió y rodó
sus ojos.
"¿Y qué tienen planeado para este día?" Carlisle preguntó sonriendo. Todos
nos miramos entre sí, sonriendo.
"Quiero que Bella descanse hoy." Edward dijo en alto. Se escuchó sobre
todos. Lo miré y fruncí el ceño. Él solo asintió. Sabía que no iba a salir de
ésta. Demonios. Desearía que no me hubiera visto vomitar. Aunque era
lindo tenerlo ahí.
"De hecho chicos, no me siento muy bien. Pero tan pronto como mejore
prometo que haré todas esas cosas con ustedes. Excepto tú Emmett. Solo
quieres llevarme a patina para verme caer." Dije apuntando a mi hermano
mayor con el dedo. Fingió una cara de inocencia que no me creí. Todos los
demás se rieron.
"Creo que me voy a recostar. Sigo muy cansada." Dije suavemente. Todos
asintieron y Alice puso mala cara. "No te preocupes Ali. Estás en mi lista."
Ella sonrió mientras subía las escaleras hasta la habitación. Entré al baño de
Edward y me miré frente al espejo. Levanté mu vestido y acaricié y
estómago plano. Tomé un suspiro profundo y luché contra las lágrimas que
querían salir. Me bajé el vestido y me moví a la cama. Suspiré. Me dormí
con el vestido la noche pasada. Me fui al closet de Edward y saqué un
pantalón de deporte. Me quité mi maya y me puse el pantalón. Después
saqué una de las playeras de Edward y me la puse después de sacar mi
vestido y mi blusa de manga larga. Suspiré, eso se sentía mucho mejor. Me
giré hacia la cama y me acomodé debajo de las cobijas. Como los viejos
tiempos.
Cuando volví Alice estaba ahí. "¡Hola Bella!" Dijo saltando y abrazándome.
Sonreí.
"¿A donde fue tu ropa?" Dirigí mi mirada hacia el closet. Ella sonrió. "Bueno
por más que me guste tu atuendo, no creo que a Emmett o a tu padre les
gustaría." Me sonrojé de un color carmesí y ella sonrió.
"Te acostumbras. Lo prometo. Claro que haberte ido por siete años no
ayuda, es como si volvieras a empezar." El sonrió asintiendo y yo gruñí.
"Bien, eso creo. No me había dado cuenta de cuánto te extrañé hasta que
apareciste la otra noche." Admitió. Sonreí suavemente y asentí.
"Claro que sí. Edward eres mi mejor amigo. Lo has sido desde el jardín de
niños. La peor parte de mudarme con mi madre a Arizona, aparte de perder
a la mitad de mi familia, fue perderte a ti. Tú eras mi roca. Estaba
completamente fuera de mí en Arizona. Me tomó tres años para estar bien
realmente sin ti, y aun así no me sentía completamente bien. Te necesitaba
más de lo que creía." Admití. Él estudio mi cara por un momento y me dejé
sonrojar ante su mirada.
"Bella, esto es más seguro que tú tratando de enfrentar las escaleras sola."
Dijo sosteniéndome más fuerte contra su pecho. Lo fulminé con la mirada.
"Bella, me siento ofendido. ¿Crees que no te puedo bajar cargando por las
escaleras?" negué con la cabeza.
"Dudo que puedas incluso medio camino. Ahora, bájame antes de que te
lastimes." Edward se rió.
"Bella, ¿Cuánto quieres apostar a que te puedo bajar, subir y volver a bajar
sin caer?" preguntó, yo lo fulminé con la mirada.
"Es un trato." Y con eso comenzó a bajar las escaleras. Cuando llegamos al
final comenzó a subir, llegó al Segundo piso y comenzó a bajar otra vez. Ni
siquiera estaba respirando con dificultad o sudando. Entre cerré mis ojos
mientras caminaba hacia la cocina y me ponía sobre una silla. Tenía una
sonrisa en su cara pero no dijo nada. Me paré de la silla y me dirigí al
refrigerador. Abrí la puerta y suspire. Nada sonaba bien en estos
momentos. Entonces vi algo que si me apetecía. Agarré el frasco y sonreí.
"Edward." Grité. Se rió más fuerte y negó con la cabeza. No sé porque pero
estaba determinada a hacer que probara el pepinillo. Brinqué frente a él y
sostuve el pepinillo en frente de su boca. "Solo una mordida. Pruébalo." Le
dije suavemente, poniendo mi cara mejor cara triste que pude fingir.
Suspiró y rodó los ojos pero mordió el pepinillo. Sonreí victoriosamente. Fue
justo en ese momento en el que me di cuenta de que estaba presionado
contra su cuerpo. Me hice para atrás con un paso, no me gustaba lo cómoda
que me sentía. La cara de Edward se torció y corrió al fregador a escupir el
pepinillo. Comencé a reírme con ganas, estaba doblada de la risa. Vi como
Edward lavaba su boca con agua y se giraba hacia mí riendo.
"Eso fue la cosa más asquerosa que he probado jamás." Dijo riendo. No
podía controlar mi risa. Me calmé tan pronto como vi la cara de Edward
volverse blanca, excepto por su sonrisa estúpida y el brillo en sus ojos.
"¡Me rindo!" Lloriqueé entre risas. "¡No más!" Rogué. Estaba riendo tanto
que las lágrimas recorrían mis mejillas. Edward se detuvo y me sonrió.
"¿Así que, qué película veremos ésta noche?" pregunté notando que Rosalie
y Emmett venían bajando las escaleras.
"¡Amo esa película!" Dije emocionada. Alice sonrió y bailó hacia la cocina.
Me bañé rápido y corrí al vestidor. Para cuando terminé ya eran las siete.
Bajé las escaleras y desayuné. Escuché a Emmett bajar las escaleras y
sonreí. "¡Buenos días Bella!" me dijo y yo le sonreí.
"Muy bien." Comimos en silencio por un tiempo más. "¿Dónde está papá?"
Pregunté. Emmett le echó un vistazo al reloj.
"¡Em! ¡Ya llegó Rose!" Grité. Lo escuché brincando las escaleras antes de
llegar a mi lado.
"Muy bien Bells. Recuerda lo que dije." Dijo besando mi frente. Asentí y
seguí a Edward a su carro.
"No lo estés. Te prometo que no me separaré de ti. Creo que tenemos las
mismas clases." Dijo sonriendo y yo sonreí también.
"Bien." Dije antes de sentarme en los cómodos sillones de piel. "¿Así que
Alice y Jasper no se van contigo?" Pregunté curiosa. Él sonrió y negó con la
cabeza.
"Me alegra."
"Lauren, ¿te puedes mover por favor?" Edward dijo gentilmente. Pude ver el
coraje en sus ojos. Lauren sonrió.
"Claro Edward. Dime, ¿Qué vas a hacer ésta noche?" preguntó levantando
sus senos. Él la fulminó con la mirada.
"Va a estar en mi casa." Dije tomando su mano. Pude sentir que comenzó a
calmarse inmediatamente. Lauren me fulminó con la mirada.
"Seguro que tienes muchas agallas niña nueva." Dijo siseando. Yo sonreí.
"No tienes idea." No estaba de humor para lidiar con esta bruja. Solo quería
que se fuera. Se puso de pie, aun mirándome. "Bien Edward, Te veré
luego." Balbuceó, presionando la mejilla de Edward con sus manos. Se giró
sobre sus pies y se fue. Fulminé con la mirada a Edward y después comencé
a reír. Él me sonrió.
"¿Cómo podría olvidarla?" Edward se rió. "Oh Dios se ha vuelto algo zorra."
Susurré. Edward se rió.
"Creo que soy la mujer más odiada de la escuela. Por las chavas." Murmuré.
Todos rieron y me sonrojé.
"Aun sigues haciendo que las chicas caigan a tus pies." Me reí. Él rodó los
ojos. Escuché que alguien se aclaraba la garganta y subí la mirada para ver
a Mike Newton parado detrás de mí. Me giré y le sonreí.
"Wow, te ves asombrosa. ¿Han sido como cuantos? ¿Cinco años?" Preguntó.
"Siete." Edward dijo sin rodeos. Mike parpadeó y fulminó con la mirada a
Edward.
"Newton." Dijo con una voz igualmente seca. Miré entre los dos y suspiré.
"Te esperaré aquí." Sonreí y me deslicé dentro del baño. Caminé hacia el
lavabo y me rocié la cara con agua fría. He estado combatiendo las nauseas
todo el día.
"Así que, Bella." Me congelé. Esa voz alta y chillona que solo podía
pertenecer a una persona. Miré al espero para ver a Lauren sonriendo.
Estaba fulminándome con la mirada.
"¿Te crees muy especial no? Solo porque hayas convencido a Edward de
que es conveniente mantenerte a su lado por ahora no significa que te vaya
a mantener por siempre. Digo, mírate. No es posible que te mantenga
siendo él tan bello." Dijo mofando. Sentí una gran burbuja de coraje
mientras encontró la parte débil en mi armadura. Ella sonrió. Escuché una
risita detrás de ella y me giré para ver a una chica de cabello café largo y
ondulado y ojos cafés, dulces.
"¿Jessica?" Pregunté, olvidándome momentáneamente de las palabras
groseras de Lauren. La chica asintió con una mirada fría. Estaba
sorprendida. Jessica y yo éramos a migas antes de irme. Claro, antes, ella
tampoco le hablaba a Lauren. "¿Entonces es así como va a ser?" Pregunté
despacio. Jessica asintió firmemente. Suspiré con desaprobación y negué
con la cabeza. "Esto está por debajo de ti Jess. Eres mejor que esto." Dije
en dirección a la salida. De pronto la mano de Lauren hizo contacto con mi
mejilla. Y sentí como quemaba un rasguño que ocasionó con sus uñas. Me
tambaleé hasta el lavabo sorprendida. Ella estaba enfadada.
"Bella. ¿De verdad te vas a comer todo eso?" Miré hacia abajo a la montaña
a punto de derrumbarse de comida frente a mí. Miré hacia él confundida.
Habían pasado casi tres meses desde que me mudé de vuelta a Forks y
Edward ha estado sospechando de mí toda la semana.
"¿Tu también quieres un pescadito apestoso?" Dije tomando una por la cola
y sosteniéndola frente a su cara. Se estremeció y se alejó de mí y yo me reí
llevándome la anchoa a la boca. Edward se volvió a estremecer ligeramente
y sonreí.
"¡Bella!" Miré hacia arriba para ver a Emmett y a Jasper caminando hacia la
habitación. Emmett sonrió y se sentó a mi lado tratando de agarrar comida
de mi plato. Le pegué para que apartara la mano e instintivamente le gruñí.
Todo estuvo en silencio en lo que procesaba lo que acababa de hacer. De
pronto Edward y Jasper estaban tirados en el piso riendo y Emmett estaba
mirándome con los ojos bien abiertos. Me sonrojé enormemente y puse mi
plato en la mesita frente a mí.
"Bella. ¿Estás bien? Eso es algo que yo haría." Emmett dijo bromeando, yo
redé los ojos y me hundí más en el sofá
"¿De qué se están riendo chicos?" Miré hacia arriba para ver a Rosalie y
Alice entrando en la habitación. Gruñí internamente y rogué por que los
chicos mantuvieran sus bocas cerradas.
"¿Le tienen miedo ahora?" Edward preguntó. Le mandé una mirada asesina
y dejó de reírse. De pronto la habitación se sumió en un silencio total.
"No sabía que Bella era así." Rosalie susurró. Le sonreí, hacienda que todos
se confundieran
"Si sé lo que vas a decir y no, no quiero por ahora. Estoy muy cansada para
ir de compras." Alice hizo un puchero y yo me encogí de hombros.
"Alice." Dije sin dejar de mirar mis uñas. Escuché que dejaban de hablar.
"¿Quieres jugar Barbie Bella?" Mi plato fue arrancado de mis manos
mientras Alice me abrazaba. Se puso de pie, tomó mi mano y me arrastró a
las escaleras, seguida por Rosalie. Me encontraba en una montaña rusa
hormonal y no sabía cómo bajar de ella. Fui jalada al Segundo piso por mis
dos mejores amigas y entonces hice un puchero. "Olvidé mi comida." Dije
frunciendo el ceño. Alice sonrió y abrió la puerta.
"¿Por qué no debería estar bien? Tengo al mejor amigo en todo el mundo. "
De pronto sentí la necesidad de decirle a Edward exactamente cuánto
significaba para mí. Sonrió suavemente y se sentó a mi lado.
"¿Me vas a decir, o voy a tener que asumir lo peor?" Dijo despacio. El Fruncí
el ceño. Hacerme la tonta, eso debe funcionar.
"Oh Dios Edward ¡No puedo creer lo que acabas de decir!" Dije por encima
de mis lágrimas. Él sonrió ligeramente.
"Bueno tenía que preguntar. Eso está en primer lugar en mi lista de "lo
peor" Sonreí.
"¿Sabes qué? Te amo Edward." Dije bajando el ritmo de mi risa. De pronto
me congelé, dándome cuanta de lo que le acababa de decir. Noté que no se
estaba moviendo. Ni siquiera estaba respirando. Bajé mi plato,
repentinamente sin apetito.
"Solo me voy a ir." Susurré. Caminé hacia el baño de Alice donde Rosalie y
Alice estaban corriendo de un lado a otro preparando todo.
"Chicas, por favor, no ahora. Les diré cuando me sienta lista" Susurré. Se
miraron la una a la otra, hablando en silencio. Entonces Rose asintió y me
dejaron ir. Caminé hacia la habitación de Alice para ver que Edward se
había ido. Bajé las escaleras vacilando y mire alrededor. No había señal de
él. Me puse mi abrigo y salí de la casa. Necesitaba aire. Necesitaba espacio
solo para pensar.
Estuve ahí por casi una hora hasta que las nubes parecieron más pesadas.
Me puse de pie en silencio y me dirigí de vuelta a la casa.
Entré por la puerta trasera. Esme estaba en la cocina cocinando stroganoff.
"Hola Bella." Dijo sonriendo. Asentí.
"Hey Esme." Se movió hacia la estufa y sacó agua caliente de una tetera.
Mezcló el contenido de la taza y me lo pasó. Su asombroso chocolate
caliente sazonado.
Estaba tan metida en mis pensamientos, que no noté que Edward se había
despertado y me estaba mirando con una sonrisa. Estaba segura de que mi
cara mostraba mi conversación interna. Lo escuché reír lo que me sacó de
mis pensamientos.
"Siempre estás hambrienta estos días. No hay duda de que eres familiar de
Emmett." Dijo sonriendo. Yo me reí.
"Espero que haya suficiente de eso para mí." Dijo sonriendo. Me reí y rodé
los ojos. Rosalie llegó después de Emmett, seguida de Jasper. Fruncí el
ceño.
"¿No te quedaste a dormir?" Podría jurar que sí. Él solo me guiñó un ojo y
se fue al refrigerador, sacando el cartón de jugo de naranja. Sentí que
Edward topaba mi cadera con la suya y me giré para verlo, confundida, la
pregunta en la punta de mi lengua.
"Si Bella. Pero mis padres no saben eso. No deberían saber eso." Susurró
en mi oído. Asentí, repentinamente sin poder contener la risa en mi
garganta. Jasper y Emmett se miraron el uno al otro y se encogieron de
hombros y Rose solo se rió. Edward sacó más ingredientes mientras que
Alice entraba en la habitación.
"Hey Alice. Creo que estás siendo injusta. Estás completamente enfocada
en mí que estás olvidando a los chicos. No has comprado con ellos desde,
¿hace cuanto? ¿Dos meses?" Pregunté seriamente. Pude sentir las miradas
fulminantes de los chicos detrás de mí mientras la cara de Alice se
iluminaba.
"¡Oh por Dios, Bella tienes razón!" Me había olvidado de ellos por
completo." Se giró hacia Jasper y lo besó rápidamente. "¡Lo siento mucho!"
dijo con voz chillona. Creí que en cualquier momento comenzaría a
derramar lágrimas. "¡Prometo no volver a olvidarlos! Vamos a ir de compras
después del desayuno. Solo para los chicos." Declaró. Vi a Emmett gruñir y
me giré para ver a Edward, sus ojos cerrados y una mirada de absoluta
distancia en su cara. Sonreí y topé mi cadera con la suya. Bajó su mirada
hacia mí.
"Karma es una perra" Dije girando mi atención a los huevos y a las papas.
Sentí un gran brazo apoyarse en mi hombro y vi a Emmett parado detrás de
mí. Estaba sonriendo picaronamente.
"¡Oh Bella! Luces como si necesitaras ayuda para alistarle." Dijo Alice. Me
congelé antes de comenzar a negar con la cabeza.
"No, no te vas a escabullir esta vez." Dijo sonriendo. Gruñí y rodé mis ojos.
Emmett y yo llegamos a la casa de Charlie a las nueve esa noche. Ambos
estábamos exhaustos y traíamos muchas bolsas, nos llevó varios viajes al
carro para recogerlo todo. Dejamos al resto del grupo en el centro
comercial, cuando decidimos que sería mejor regresar a casa. Mis pies
estaban hinchados y me dolía todo el cuerpo. Emmett se veía tan agotado
como yo.
Me había portado bien con Emmett todo el día, pensando en una forma
asombrosa de regresarle la broma. Iba a pensarla dos veces antes de
arrojarme a la piscina de nuevo.
"No deberían dejar que los Cullen gastaran tanto dinero en ustedes." Dijo
frunciendo el ceño. Suspiré dramáticamente.
"¿Alguna vez has intentado decirle eso a Alice? Solo termina comprando
más cosas para ti." Dije sintiéndome más y más frustrada. Charlie asintió.
"Bueno, son muy generosos. Solo desearía poder regresarles algo de lo que
nos dan." Dijo gentilmente. Asentí.
Cuando salí del vestidor, Alice me arrebató la blusa y sin decir nada se la
llevó a la caja registradora. Edward se puso a mi lado entrelazando sus
dedos con los míos. "No te avergüences tanto." Dijo en mi oído. Sentí que
me faltaba el aire con su cercanía. "Se veía muy bien en ti, aunque estoy
seguro de que Emmett no te dejará usarla nunca." Dijo sonriendo. Lo
fulminé con la mirada.
Emmett me llevó a la escuela hoy, algo que era nuevo. Usualmente Edward
me recogía y Rosalie a Emmett. Me sorprendió cuando Emmett me dijo que
me iba a llevar a la escuela.
"Quiero hablar contigo. Eso es todo." Dijo poniéndose de pie para lavar los
platos. Aun estaba insegura pero no había nada que pudiera hacer.
Lavamos los platos y nos dirigimos al auto, Emmett me ayudó a subirme.
Estuvo en silencio el primer minuto hasta que Emmett comenzó con su
tema escogido. "Bella, ¿Qué pasa?" preguntó sin rodeos. Me mordí el labio.
Mis argumentos con Emmett no eran tan abruptamente honestos como
ahora, nada complicado. Luché por ese instinto de decirle de verdad sobre
qué era lo que me pasaba.
"No."
"Bella, he notado que has ganado algo de peso. Sé que la gente que está
muy fea como para conseguir novio se estresan y comen y quería que
supieras que comprendo por lo que estas pasando. Yo también me pondría
gorda si luciera como tú. Quién sabe, tal vez esto será para bien." Mofó.
Sentí la ira aumentar en mí y se desvaneció cuando sentí dos brazos
familiares envolver mi cintura. Miré hacia arriba para ver a Edward
sonriéndome.
"Vamos Bella. Tenemos que llegar a clases." Dijo soltando mi cintura pero
tomando mi mano en la suya. Asentí, aun deslumbrada y lo seguí a clase de
inglés.
"No tengo la más mínima idea. Aunque estoy emocionada. No salimos muy
seguido." Dijo despacio. Asentí, entendiendo lo que quería decir. Mi menté
comenzó a hacerse preguntas sobre mi hijo de nuevo. Como cambiaría mi
vida, como permanecería igual. No había respuestas claras aun. Suspiré.
¡Como desearía que la vida fuera fácil!
"¿Bella?" Miré hacia arriba para darme cuenta de que todos me estaban
viendo.
"Edward hay algo que quiero decirte. No quiero que me interrumpas porque
quizá no sea capaz de decirlo." Dije despacio. Él asintió y caminó hacia la
cama. Me senté recargada sobre la cabecera de la cama, abrazando mis
piernas. Se sentó a mi lado y esperó. Respiré profundo. "Quiero decirte la
razón por la que me mudé de vuelta a Forks." Dije suavemente. Él asintió y
esperó. "Como un mes antes de mudarme, mi novio quería ir a una fiesta.
Yo no quería ir, pero era un hombre muy persuasivo. Tenía estos cambios
de humor muy drásticos donde se ponía muy violento. Nunca me lastimó,
pero aun así me daba miedo. Así que accedí. Iba a terminar con él tarde o
temprano. Cuando llegamos ahí estaba actuando en la forma posesiva de
siempre. Ni siquiera me dejaba hablar con mis amigos. Me dijo que eran
una mala influencia para mí." Dije quedadamente. Pude ver a Edward
respirando profundo, respiros para no enojarse. "Como sea, así que me
aburrí y me fui a la parte de arriba a recostarme. No quería estar ahí pero
no me podía ir realmente. Así que me quedé dormida. Cuando desperté, él
estaba tambaleándose por la habitación completamente ebrio. Nunca se
ponía ebrio Edward, tenía mucho control. Era aterrador. Traté de salir de la
habitación pero me golpeó. Fue tanta fuerza que me aventó a la cama."
Podía notar a Edward temblando por la ira pero continué. "Me violó. No
pude hacer nada. Era mucho más débil que él. No podía siquiera gritar.
Traté un par de veces pero él solo me golpeaba de nuevo. Además nadie
pudo haberme escuchado. La fiesta continuaba en la planta baja. Cuando
terminó solo se fue. Me dejó en ese lugar y yo corrí a mi hogar. Nunca
había estado tan asustada en mi vida. Lo evité tanto como pude. Actuaba
como si no pasara nada. Estaba muy asustada para tratar de romper con él.
Eventualmente comenzó a comportarse distante. Fue ahí cuando me di
cuenta de que estaba embarazada." Susurré las palabras. Cerré mis ojos,
ocultando mis lágrimas. "Entonces llamé a mi papá. No me podía quedar
ahí. Solo no podía." Sentí sus fuertes brazos alrededor de mí y comencé a
llorar en su camisa. Nos sentamos ahí en su cama mientras yo lloraba.
Podrían haber sido minutos, podrían haber sido horas. El tiempo parecía
moverse de una forma extraña. Finalmente mis lágrimas cesaron, pero
Edward me mantuvo presionado en su pecho. "Edward, sigo embarazada."
Susurré. Me miró a los ojos. "No pude matarlo. No pude." Dije sintiendo
nuevas lágrimas derramarse por mis mejillas. Edward me abrazó
fuertemente.
"No quiero que mi hijo crezca alejado de mí." Dije suavemente. Él asintió.
"Shh Bella. Estarás bien. Estoy aquí para ti." Dijo suavemente. De pronto se
rió. Me levanté para ver su cara. Él sonrió. "Es por eso que ansiabas
pepinillos y anchoas y todas esas otras comidas asquerosas." Se rió. Sonreí
y dejé salir una risita. Asentí.
"Bella, ¿no le has dicho a tus padres cierto?" negué con la cabeza. "No te
enojes, pero creo que deberías. Pronto. No estoy seguro de cuánto tiempo
puedas ocultarlo." Dijo con una pequeña sonrisa. Asentí.
"Para nada." Dijo frunciendo el ceño. "¿Por qué?" Abrí mi boca para
explicarle cuando lo entendió. "Lauren." Dijo suavemente. Asentí y mordí mi
labio. "Bella, ¿qué más me estás ocultando?" Preguntó despacio. Abrí mi
boca para negar que le estaba ocultando algo cuando la puerta de la
habitación se abrió de golpe. Salté, asustada y vi a Alice y a Rosalie
entrando a la habitación.
Alice's POV
"No te hagas la tonta conmigo Isabella Swan. Yo sé mejor que tú." Ella
suspiró.
"Bien, pero no sobre actúen." Dijo despacio. Miré a Rosalie y sonreí. Esto
era mejor que Barbie Bella. Rosalie y yo esperamos en la cama a que Bella
hablara. "Estoy reprobando matemáticas y ahora Edward me está dado
tutorías." Dijo en un solo suspiro. La fulminé con la mirada. Eso era tan
típico de Bella, hacer de algo pequeño como reprobar matemáticas un
problema mayor. Rose rodó sus ojos.
Bella's POV
Me acobardé. Les quería decir, pero no pude decirlo. Sabía que tendría que
contarles pronto, pero podía esperar por ahora. Me senté pacientemente
mientras Alice y Rosalie atacaban mi cabeza. Cuando finalmente acabaron,
sonrieron y me sacaron del baño. Alice me vistió con unos jeans ajustados
los cuales eran cómodos y una blusa ligera azul. Todo me quedaba ligero,
sin dejar a la vista nada. Le sonreí, feliz con su elección. "¡Muy Bien!
¡Vamos a ver películas!" cantó, parándose de la cama. Rosalie sonrió.
"¿Cuál escogieron en esta ocasión?" Pregunté parándome después de ellas.
Capítulo 7: Lógica
"¿Y bien?, ¿Qué vamos a hacer?" Alice preguntó dando vueltas por la
habitación. Emmett estaba echando humo.
"¡Sí la amo!" Dijo con voz ronca. Estaba congelada por la sorpresa. ¿Qué?
¿Edward me amaba?
"Lo siento." Jadeé entre risas. "Pero dijiste que Edward estaba calmado todo
el tiempo." Le dije mi punto a Emmett. De pronto Alice comenzó a reír
también. Después todos estábamos riendo por las palabras de Emmett.
"Bella, ¿has ido con la policía?" Jasper preguntó suavemente. Negué con la
cabeza.
"No. No puedo permitir que te involucres más de lo que ya estés. Esos sería
completamente egoísta de mi parte." Dije moviendo mi cabeza. Edward
suspiró.
"Bella, no seas ridícula. Entiende, será mejor para todos. No les romperás el
corazón a tus padres, no habrá problemas legales con los cuales lidiar y
tendrás algo de paz mental." Sonaba muy tentador.
"Eso sería lógico." Dijo en silencio. Edward asintió. Mordí mi labio. ¿Por qué
se sacrificaría tanto por mí? Eso sería arruinar toda su vida. No podía dejar
que abandonara todo tan joven.
"Edward, no puedo permitir que sacrifiques tanto por mí. Tienes toda tu
vida por delante." Suspiró y miró a todos. Ellos asintieron, entendiendo su
mensaje. Sin decir nada, todos se fueron, dejándonos solos. Edward se giró
de vuelta a mí.
Tan pronto como sus cálidos y suaves labios se juntaron con los míos,
enredó sus brazos en mi cintura, acercándome más a él. Me sentí eufórica.
Estaba besando a Edward. Sentí su lengua acariciar mi labio inferior
mientras abría a boca para permitirle entrar. Nuestras lenguas danzaron
juntas y yo gemí de satisfacción. Esto era millones de veces mejor de lo que
había soñado.
"¿Ya arreglaron todo ustedes dos?" Alice preguntó con una sonrisa
cómplice. Me giré para ver a Edward, sus ojos estaban brillando con amor y
pasión. Sonreí.
"Por ahora."
"Buenas noches Bella. Me alegra que al fin nos hayas dicho." Dijo
suavemente. Le sonreí.
"No después de que les acaba de decir que está embarazada." Ambas me
miraron y fruncieron el ceño. "Estoy bromeando. Es muy dulce de su parte
chicas." Dije caminando hacia ellas y abrazándolas. Sonrieron y me
devolvieron el abrazo.
"Así que Bella." Miré a Alice. Estaba sonriendo con esa mirada en sus ojos.
"¿Has comprado algo de ropa para cuando se empiece a notar?" preguntó
sonriendo maliciosamente. Gruñí.
"No por un tiempo. Pero tengo una cita con el doctor después de la
escuela." Dije sonriendo.
"Bueno, dime cuando lo tengas. Quiero esos cien dólares de Emmett cuando
sepamos el sexo del bebe." Dijo sonriendo. Fruncí el ceño.
"¿Qué crees que es?" pregunté con curiosidad.
"Que voy a ganar." La fulminé con la mirada y sentí que Edward hacía
suaves círculos sobre mi espalda. Le sonreí para agradecerle. "Bella, tengo
una pregunta." Alice dijo después de un momento. Asentí y esperé. Ella se
mordió el labio antes de sonreírme despacio. "¿Me dejarías, por favor, por
favor, por favor, decorar el cuarto del bebe?" preguntó suavemente. Pensé
en eso por un momento, mi primer instinto fue negarme. Pero si Alice se
hacía cargo del cuarto del bebe, entonces yo no tendría que hacer nada. Eso
me quitaría mucho estrés de encima.
"No lo sé Alice. ¿Me dirías cual piensas que es el sexo del bebe?" pregunté
sonriendo. Ella me fulminó con la mirada y negó con la cabeza. Me reí. "Eso
pensé. Está bien." Dije distraída de pronto por la manzana en las manos de
Edward. Escuché a Alice chillar de emoción antes de darme cuenta de lo que
estaba haciendo, me acerqué y mordí su manzana, como si me la hubiera
dado en los labios. Me miró sorprendido. Mastiqué, manteniendo mi cara
cerca de la suya. "Mmm… es buena." Dije haciéndome hacia atrás. Sonrió y
asintió, mordiéndola él. Miré hacia arriba para ver a Emmett, Rose, Alice y
Jasper mirándome en shock. Sonreí.
Escuché pasos pero no abrí los ojos. Estaba cansada por el largo día. Los
pasos se detuvieron seguidos por el silencio. Abrí un ojo y vi a un hombre
alto y rubio mirándome. Lo reconocí, lo había visto antes por la escuela pero
no sabía su nombre.
"Soy nuevo aquí, y me preguntaba si podrías ayudarme." Dijo, sin quitar los
ojos de mí. Me mordí el labio.
"¿Qué estás haciendo aquí?" preguntó con voz calmada. Demetri sonrió
maliciosamente.
"Ese era Demetri. Juega para una preparatoria en Seattle. Hemos sido
rivales desde siempre. Odio a Demetri y él me odia a mí." Me explicó. Asentí
despacio.
"Oh." No podía pensar en otra cosa que decir. Edward asintió y me sonrió.
Trabajé en mi tarea mientras que los chicos practicaban. Sabía que Edward,
Jasper y Emmett tomaron turnos para asegurarse de que Demetri no
volviera, aunque nunca los vi mirarme directamente. Solo podía saber que
lo hacían.
"Bella, ¿es eso lo que piensas?" Asentí, sin poder despegar la mirada de mis
pálidas manos. "Oh por Dios Bella, no dudo porqué estabas tan asustada de
decirme." Murmuró. Parpadeé rápidamente, tratando de frenar las lágrimas
que estaban cayendo. "Bella, mi amor. Mírame." Deslizó su delicado dedo
debajo de mi barbilla y giró mi cara para que no tuviera opción más que
mirarlo a los ojos. Brillaban como la más extraña de las gemas y sentí que
era succionada por el abismo interminable. "Te amo como eres. No me
importa lo que los otros piensen de ti. Eres tan hermosa, que me parte el
corazón. No puedo comenzar a explicarte cuan abrumadora es tu presencia.
Es intoxicante sentarme a tu lado. Eres perfecta a mis ojos y nada de lo que
pase va a cambiar eso." Sentí que las lágrimas me picaban detrás de mis
ojos y quería desesperadamente quitarlo. Pero los orbes verdes de Edward
no me soltaban y me vi forzada a ver el verdadero significado de sus
apasionantes palabras y que era exactamente lo que sentía por mí. "Bella,
te amo mucho. No se como mostrarlo porque no hay realmente algo que
demuestre exactamente la extensión. No hay suficientes palabras en ningún
lenguaje que puedan describirlo." Me mordí el labio. Era demasiado
perfecto. No lo merecía. Suspiró, moviendo la mano que tenía libre a través
de su cabello. Lo escuché murmurar para él mismo pero no hallé sentido en
sus palabras. En lugar de eso tomé su cara en mis manos y lo atraje cerca
de mí, presionando mis labios con los suyos, silenciándolos
instantáneamente. Tomó mi cuello con sus manos y me acercó más a él.
Amé la sensación de su cuerpo presionado con el mío. Me sentí como en mi
hogar.
"Gracias." Murmuró contra mis labios. Se alejó muy rápido para mi gusto y
sonrió. "¿Vamos?" preguntó mirando la puerta de la oficina del doctor.
Suspiré y asentí.
"Vamos."
Capítulo 9: Charlie
Cuando nos fuimos de la oficina del doctor, ya había decidido decirle a
Charlie. Entre más pronto terminara, sería mejor. Al menos es así como
funciona, en teoría.
"No. Terminemos con esto." Dije saliendo del auto. Edward tomó mi mano
para tranquilizarme tan pronto como pudo y caminamos juntos dentro de la
casa. Emmett y Charlie estaban sentados en el sofá viendo el futbol juntos.
"Hola chicos." Dije suavemente. Emmett levantó la mirada y vio la mano de
Edward y la mía entrelazada, asintió. Se puso de pie.
"Gracias hermano oso." Dije sonriendo por el apodo que le puse cuando
éramos niños. Sonrió y despeinó mi cabello.
"Hey Bells. ¿Cuándo llegaste?" claro que estaba muy ocupado viendo el
partido como para notar cuando entramos.
Finalmente, Carlisle salió y dijo que estaba bien que viéramos a Charlie. Yo
prácticamente corrí a su habitación, lágrima cayendo por mis mejillas.
"Nos diste un gran susto, Charlie." Esme dijo gentilmente. Charlie miró a
Carlisle, y después a Edward. Su cara de pronto se transformó en disgusto y
el Holter comenzó a sonar.
"¡Su hijo embarazó a mi hija!" riñó. Ambos, Esme y Carlisle se giraron para
mirarnos con los ojos muy abiertos.
"Oh mi Dios, creí que ustedes dos eran más inteligentes que esto." Dijo ella
despacio. Sentí la culpa apoderarse de mí. Oh Dios, todos estaban tan
decepcionados. Si solo supieran la verdad.
"Lo siento, mamá, papá. De verdad. No era nuestra intención que ocurriera
esto. Era nuestra primera vez. Yo solo," Edward se detuvo, corrió su mano
libre por su cabello. Estaba agradecida de que fuera él quien estaba
hablando. Él era capaz de mentir mucho mejor que yo.
"Dos semanas después." Dije sin mirar a nadie a los ojos. Escuché a Esme
sollozar y luché contra mis propias lágrimas. No estaba acostumbrada a la
decepción. Me lastimaba más de lo que creí.
"¿Por qué no nos dijeron antes?" Esme preguntó. Parecía que Carlisle y
Charlie estaban muy enojados para hablar.
"Es solo que no sabía cómo. No quería que todos estuvieran enojados con
nosotros." Hablé bajito.
"Amo a Bella más que a nada. Siempre lo he hecho. Verla de nueva trajo
esas emociones de vuelta diez veces más fuerte." Edward dijo con
tranquilidad. Asentí en acuerdo.
"Ustedes dos no están ni cerca de poder afrontar algo así." Carlisle dijo
después de un momento. "No se dan cuenta del trabajo que es criar a un
niño." Mordí mi labio y apreté mis ojos fuertemente.
"Claro que me lo voy a quedar. ¡Es mi hijo papá!" dije enojada. Se vio
sorprendido por un momento pero después se comenzó a poner rojo.
"Queremos que sepan, que a pesar de que esto fue una decisión inesperada
y ambos somos muy jóvenes para saber la extensión de esto ahora, que
nos amamos el uno al otro y a ustedes mucho." Edward habló suavemente,
obligando a todos a creerle. Parece que funcionó porque de pronto Carlisle
se sentó en una silla corriendo una mano por su cabello rubio. Charlie se
recostó en las almohadas y suspiró, su ritmo cardiaco descendiendo. De
pronto los brazos de Esme me envolvieron. Me abrazó firmemente, pero
siendo gentil al mismo tiempo.
"Papá, sé que estás decepcionado de mí, pero quiero que sepas que te amo
y no quería que tu confianza en mí fuera traicionada." Dije suavemente. Él
no se movió, pero podía jurar que vi sus ojos llenarse de lágrimas. Besé su
mejilla antes de levantarme. "Creo que me voy a casa. Estoy muy cansada."
Anuncié. Todos me miraron y asintieron.
"Bueno ustedes dos no se pueden quedar en esa gran casa vacía solos."
Esme dijo viendo a Emmett y a mí. Me mordí el labio. "Charlie estaría más
que encantada de que se quedaran esta noche." Esme dijo sonriendo.
Charlie se puso rígido ante la idea de mí quedándome en la casa de los
Cullen pero después asintió. Esme sonrió. "Perfecto. Todos iremos entonces,
dejemos descansar a Charlie." Dijo sonriendo. Todos asintieron y dijeron
adiós a Charlie antes de abandonar la habitación. Esme se giró a Carlisle y
lo besó dulcemente.
"Oh por Dios, Rose, esta habitación va a ser increíble." Alice dijo
emocionada. Rosalie rodó los ojos y me sonrió.
"Creo que le acabas de dar una razón a Alice para vivir." Rosalie bromeó.
Rodé los ojos y le sonreí a Alice, quien tenía brillo en su mirada. Tenía una
sonrisa tonta plasmada en su cara y suspiró contenta.
"Oh por favor mamá. El daño ya está hecho. ¿Qué más le puede hacer a
ella?" Alice preguntó rodando los ojos. Me sonrojé furiosamente ante el
comentario de Alice, y Esme también.
"Muy bien ustedes dos, duerman bien." Dijo ella, besándonos a ambos en la
mejilla. Le sonreí antes de que Edward me tomara en sus brazos y me
cargara escaleras arriba. Me puso sobre su cama y sonrió.
"Gracias."
Carlisle's POV
"Te ves como yo me siento." Bromeó, sonriendo. Me reí. Era una risa
forzada y pasé mi mano por mi cabello. Probablemente lucía tan mal como
él. "Abuelo." Dijo meneando la cabeza. Asentí. Charlie cerró los ojos y
suspiró. "Hombre, no esperaba esto de ellos. Emmett y Rosalie tal vez, pero
no Edward y Bella." Dijo despacio. Asentí.
"Creo que incluso aunque no lo sean, estaremos ahí para apoyarlos. Nos
necesitan ahora más que nunca." Charlie asintió.
"Gracias Carlisle. No podría haber pedido otra familia a la cual estar atado."
Sonreí ante sus amables palabras.
Caminé hacia el baño y me giré hacia la ducha. El agua caliente era todo un
lujo en mis músculos tensados y quitaba un poco de culpa de mi pecho
momentáneamente.
"Será ligero. Lo juro." Asentí y rechiné los dientes, esperando que la tortura
terminara.
"¡Lo sé!" besó mi mejilla antes de salir del baño. Me puse de pié y levanté la
camisa para mirar mi estómago. Lo acaricié suavemente y mordí mi labio.
Hubo un suave golpe en la puerta. Bajé mi camisa y me giré para ver a
Edward recargándose en el marco de la puerta.
"No. Voy a dormir este fin de semana." Dije asintiendo. Alice hizo un
puchero y se sentó de vuelta.
"¡Bella!" miré hacia arriba y vi que Jessica se acercaba rápido hacia mí. Se
veía como que iba a explotar.
"Hey Jess." Dije despacio. Ella sonrió y tomó mi brazo, mirado alrededor.
Estábamos solas en el pasillo.
"¿Qué? ¿Por qué no? Bella estas son jugosas noticias; ¡Forks necesita algo
de chismes!" dijo firmemente. Sentí lágrimas agruparse en mis ojos.
"Solo no quiero que todos lo sepan por ahora." Jess suspiró y comenzó a
torcer las manos.
"Solo a mis amigo. ¡Lo juro!" dijo con pánico en los ojos. Mordí mi labio
para tragarme las palabras asquerosas que quería decirle. Sentí un brazo
fuerte alrededor de mi cintura y cerré los ojos.
"Nos escuchó en el hospital." Expliqué. Alice cruzó los brazos por el coraje.
"Esa pequeña…"
"No lo hagas. En serio. Sabía que esto iba a pasar. Así que aquí esta y lo
único que podemos hacer es tomarlo de dejarlo pasar." Él rodó los ojos y
asintió.
"Adiós." Les dije a todos. Emmett asintió y fulminó con la mirada detrás de
mí y siseó. Me giré pero fui bloqueada por el pecho de Edward. Fruncí el
ceño e ignoré a Emmett, tomando la mano de Edward.
"Hey Mike." Traté de hacer que mi voz sonara contenta. No tuve éxito.
"Mike, estoy embarazada del hijo de Edward. ¿En serio esperas que te diga
que si?" le pregunté. Sé que soné como una perra pero no me importó.
Escuché una pequeña risita y miré hacia arriba para ver a Edward sentarse
a mi lado de nuevo. Lentamente me di cuenta de que todos en el aula
estaban mirándome. Aparentemente todos habían escuchado mi riña con
Mike. Suspiré y me recargué sobre Edward.
Para el momento en el que la campana final sonó estaba más que lista para
irme. Charlie no estaría en la casa hasta mañana así que me quedaría en
casa de los Cullen de nuevo esta noche. Edward estaba esperándome fuera
de los casilleros de las chicas y me abrazó.
"Eso es lo que he estado diciendo todos estos años." Él se rió y tomó mis
libros mientras caminábamos hacia el estacionamiento.
Salimos del estacionamiento antes de que nos cortaran el paso. Miré hacia
afuera para ver a Lauren fulminándome con la mirada. Estaba medio
sorprendida de verla. Después de la bienvenida que me había dado estaba
segura de que me odiaba.
"Sabes Bella, nunca te hubiera catalogado como una golfa, pero creo que
me equivoqué." Dijo con su horrible voz chillona. Sentí a Edward tensarse
ante su comentario y hablé antes de que él pudiera.
"Aun no puedo ver lo que tú viste en ella Edward. Es decir, ¿Qué tiene ella
que yo no?" preguntó, presionando su blusa para que sus senos se salieran,
viéndose prácticamente libres. Edward frunció el ceño por el asco.
"Yo también te amo Edward." Sentí sus labios presionar los míos y mi
cuerpo se derritió sobre él. Sabía tan bien. Quería probarlo todo. Sentí mi
lengua chupar su labio inferior y él abrió la boca para darme paso. Mi
lengua se encontró con la suya y gemí dentro de su boca. Él se separó
jadeando por aire. Moví mis labios a su quijada y planté pequeños besos por
todos lados. Lo escuché gemir mientras llegaba a la parte detrás de su
oreja.
Sentí una necesidad incesante de estar con él de todas las formas posibles.
"Bella, amor. La gente nos está mirando." Jadeó.
"Bella amor." Sentí su mano poner mi cabello detrás de mi oído. "¿Por qué
estás llorando otra vez?" preguntó, limpiando las lágrimas de mis mejillas.
¿De verdad me iba a hacer decirlo? Me mordí el labio, tratando de
calmarme lo suficiente para decirle.
"Es muy difícil para mí el no volar a Arizona y matarlo por lo que te hizo."
Dijo en una voz baja. Me mordí el labio. "Bella no puedo creer que creas
que no te deseo." Dijo quedadamente. Mi cabeza se levantó de golpe y lo
miré. Me estaba mirando, con sus deslumbrantes y verdes ojos. "Te deseo
tanto." Dijo suavemente, acariciando mi mejilla con la parte superior de su
mano. "No tienes idea de lo enamorada que estoy de ti. Quisiera mostrarte
cuanto te amo." Dijo suavemente. Sentí las lágrimas en mis ojos. "Pero no
quiero presionarte. No quiero que nuestra primera vez sea un apuro sin
emoción. Te arrebataron tu primera vez y quiero hacer esto especial." Dijo
gentilmente. Sentí las lágrimas derramarse y me sorprendí de que aun me
quedaran más lágrimas para llorar. Creí estar segura de que ya no tenía.
Edward se agachó y quitó mis lágrimas con sus labios, susurrando cuanto
me amaba sobre mi piel. Sentí un escalofrío correr mi espina y emocionada
me pregunté como había sido tan suertuda. Edward era absolutamente
perfecto. "¿Vamos al hospital?" preguntó suavemente. Asentí emocionada y
él se rió. Se sentó derecho en su lugar y se puso el cinturón de seguridad
prendiendo el auto. Prendió con un silencioso ronroneo y salió del
estacionamiento. Sonreí suavemente para mis adentros. Quizá, solo quizá,
las cosas estaban mejorando para mí.
"Es difícil que llegue a ser perfecto." Su aliento fresco corrió a través de mi
cara y sentí mis pensamientos irse de mi cabeza. "Siempre quemo el pan."
Dijo sonriendo. Rodé los ojos y me quité el cinturón de seguridad. Se hizo
para atrás y sonrió.
"¿No es genial que ninguno de los dos disfrute el pan en las mañanas?" dije
deslizando mi abrigo por los brazos. Él sonrió.
"No tienes idea." Salió del auto y estaba a mi lado al instante. Abrió la
puerta y me ayudó a salir. Le sonreí y tomé su mano mientras
caminábamos hacia adentro.
"Estoy bien Bells. ¿Cómo estas tu?" me mordí el labio y me senté en una
silla junto a la cama.
"Estoy bien papá." Él asintió y nos quedamos en silencio por un rato. "No
quiero que lo odies papá." Dije lentamente. Charlie no me miró pero suspiró
profundamente. "Sé que lo odias. Pero de verdad no quiero que lo hagas."
Dije despacio. Charlie frunció el ceño.
"Lo haré papá." Hubo un golpe en la puerta y miré hacia arriba para ver a
Edward.
"¿Estás lista para irnos Bella?" preguntó gentilmente. Asentí y me giré para
ver que Charlie había apretado sus puños y que su ritmo cardiaco había
subido. Caminé a un lado de su cama y puse una de mis manos sobre uno
de sus puños.
"Mamá llamó. Quería hablar contigo pero no has respondido ninguna de tus
llamadas en toda la mañana. Imaginé que estarías ocupado pero le dije que
llamarías." Edward dijo cuidadosamente. Carlisle asintió.
"Si, vamos a casa. Mamá va a preparar tacos para la cena." Carlisle asintió.
"Estupendo. Estaré a las siete." Edward asintió y yo me despedí con la
mano antes de irnos. Algo estaba mal con Carlisle y tenía la ligera sospecha
de que tenía que ver conmigo.
Cuando llegamos a la casa de Edward, nos dimos cuenta de que éramos los
únicos a parte de Esme. Todos los demás habían ido a la playa por unas
cuantas horas mientras en clima estuviera cálido. "Ahora sería perfecto para
llamarla." Dijo Edward suavemente, mientras subíamos las escaleras. Asentí
y mordí mi labio.
"No te preocupes amor. Pase lo que pase, estoy aquí." Asentí y suspiré
profundo mientras Edward me pasaba el teléfono. Me dio un beso en la
frente para animarme antes de sentarse a mi lado en su sofá. Respiré
profundo de nuevo y marqué el teléfono que me era muy familiar.
"Hola mamá, habla Bella." Mi voz estaba temblorosa, y rogué para que no lo
notara.
"¿Recuerdas a los Cullen mamá?" creí haberla escuchado gruñir, pero era
difícil decirlo.
"Si, ¿tus mejores amigos Alice y Edward?" Estuvo en silencio por un rato
antes de gritar. "¿¡EDWARD CULLEN!?" Acusó. Suspiré.
"Cuando recién llegué. Fue inesperado. A penas les conté ayer." Sabía que
no le debía de decirle eso a Renee. Ella hubiera querido ser la primera en
saber.
"No estás lista para algo así Isabella. Yo no estoy lista para algo así. ¡Es
muy difícil ser una madre soltera!" Lloriqueó. Sentí el coraje subir por mi
cuerpo.
"No voy a criar a este niño sola mamá." Dije enojada. Se quedó en silencio
y me pregunté que estaría pasando por su cabeza.
"Querida, no esperarás que Edward de su vida para ayudarte a criar a ese
niño." De pronto me encontraba completamente enojada.
"Mamá, por favor ten más fe que eso." Sentí las lágrimas al borde de mis
ojos y luché por detenerlas.
"Bella, me temo que no estás lista para algo como esto. Quiero que vengas
a casa." Dijo suavemente.
"Bella." La corté.
"De hecho, solo quiero dormir hasta la cena." Dije bostezando. Edward
sonrió suavemente.
"Bella, por favor no llores." Sentí sus suaves y cálidas manos quitar el
cobertor mientras me giraba para verlo a la cara. Me sentía ridícula pero no
podía detener mis lágrimas. Todas las emociones que había estado
guardando desde que le dije a Edward salieron junto con mis lágrimas.
Sentí los brazos de Edward envolver mi cintura mientras me acercaba a él.
Sentí sus manos acariciar mi cabello mientras sostenía mi cabeza contra su
pecho. Me sostuvo hasta que mis lágrimas cesaron y me sentí exhausta.
"¿Ya estás mejor, amor?" preguntó dulcemente. Asentí despacio, respirando
hondo temblorosamente. Cerré mis ojos y me presioné más contra su
pecho. Me sentía entumecida por lo exhausto. "¿Quieres hablar de ello?"
preguntó gentilmente. Me mordí el labio y me encogí de hombros.
"No lo sé. No sé qué me pasa. Siento como si mi mundo estuviera siendo
agitado. Me siento tan culpable por mentirle a Charlie, y después provocarle
un ataque al corazón, y luego me siento culpable por arrastrarte a este
desastre, después me siento triste porque no sé qué va a pasar y estoy
triste porque le causé tanta pena a mi madre y estoy asustada de que
alguien pueda averiguar la verdad…" Edward detuvo mi corriente de
palabras con sus labios. Sentí mi mente ponerse en blanco mientras me
derretía. Sabía tan bien. Me separé, jadeando por aire. Edward sonrió y
besó un punto delicado en mi quijada, debajo de mi oreja.
"Solo estás alterada por el embarazo. Tus emociones están por todos lados.
No te preocupes por eso." Dijo suavemente. Asentí y escuché un golpe
suave en la puerta. Miré hacia arriba mientras se abría y apareció Esme
parada con una sonrisa en su cara.
"Sí, gracias. Bajo en seguida." Esme asintió y cerró la puerta. Me giré hacia
Edward para ver todo el frente de su camisa, mojada. "Lo siento." Dije,
tocando ligeramente la tela. Él sonrió y besó mi frente.
"Entonces solo tengo una mano para sostener mi equilibrio." Dije, doblando
la parte de arriba para que me quedara un poco mejor. Edward rió y me
cargó en sus brazos. Rodé los ojos y él sonrió.
"Solo espera señor. Pronto estaré tan grande como una casa y ya no serás
capaz de cargarme." Lo reté. Él rió y besó mi frente.
"¿Eso es lo que crees? Recuerda Bella, soy más fuerte de lo que parezco."
Le saqué la lengua y crucé los brazos en mi pecho. Se agachó para atrapar
mi lengua con su boca. Jadeé por en inesperado beso y enredé mis brazos
en su cuello, acercándolo más a mí. Sentí sus labios formar una sonrisa y se
separó. Fruncí el ceño y me reí. "Si no la quieres compartir, entonces no la
dejes en el exterior." Dijo riendo. Rodé los ojos pero mantuve mis brazos
alrededor de su cuello. Me cargó hasta la cocina donde Esme estaba
sirviendo comida en platos.
"¡Oh por Dios, Esme esto es asombroso!" dije felizmente. Ella sonrió y secó
sus manos con una toalla.
"¡BELLAAAA!" Gruñí. Era Alice. Edward soltó una carcajada por lo bajo y le
mandé una mirada envenenada.
"Apuesto a que tiene un millón y uno de vestidos para que te pruebes." Hice
un puchero. Edward se rió y me besó en la frente.
"Lo sé." Dijo sonriendo. Rosalie y Jasper entraron, ambos llenos de bolsas.
También las dejaron en la mesa de la cocina y se fueron a un lado de
Emmett, donde estaba llenando un plato con comida.
"No, no escondo nada. ¿Por qué lo haría? Hay todo un festín frente a ti."
Caminó hacia mí, del otro lado de la mesa con su plato lleno de comida en
sus manos.
"Si, si estás ocultando algo." Se detuvo y olfateó. Sus ojos se abrieron más.
"¡Pay de Fresa!" gritó. Salté y el pay se deslizó de mi regazo. Lo iba a
atrapar pero Edward fue más rápido. Lo atrapó a unas pulgadas del suelo.
Le sonreí para agradecerle. Hubiera sido muy triste si el pay se hubiera
arruinado.
"¡HA!" dijo emocionado. "¡Lo sabía!" sentí mis labios formar un puchero y
antes de que me diera cuenta, estaba mirando a Emmett con lágrimas en
los ojos.
"Es verdad Bella, por más que odie admitirlo." Dijo Alice cruzando los
brazos en el pecho. Sonreí al encontrar mu nueva arma secreta.
"No por favor. Quiero terminar de comer y después dormir un poco tal vez."
Dije metiendo una fresa en mi boca. Alice volvió a cruzar los brazos en su
pecho y me fulminó con la mirada.
"Oh Bella, tienes razón. ¡Lo siento!" lloriqueó, abrazándome fuerte. Estaba
en shock. ¿Eso acababa de funcionar? ¿Era tan buena como Alice en
manipular ahora? Miré a Edward por encima del hombro de Alice y sonrió.
Rosalie estaba aplaudiendo en silencio y Jasper se veía divertido. Alice se
alejó y besó mi mejilla. "Solo termina de comer y ve a descansar. Yo me
encargaré de esto." Dijo subiendo las escaleras. Asentí y sonreí. Edward se
rió y lo miré. Bajó su cara y besó el borde de mis labios.
"Te estás convirtiendo en toda una actriz." Se rió. Rodé los ojos.
"Lo que sea con tal de librarme de de los shows de moda de Alice, ¿no?" él
se rió.
"Me alegra de que estén todos aquí. Mis invitados van a llegar en cualquier
momento y me encantaría que los conozcan." Dijo felizmente. Me giré para
ver a Edward suspirar pesadamente mientras Esme le asentía. "Edward,
Emmett, Jasper. Ya saben qué hacer. Rosalie, ¿podrías ir a ayudar a Alice?"
Rose asintió y comenzó a subir las escaleras. Esme se giró hacia mí y
sonrió. "En cuanto a ti Bella, solo relájate. No quiero que trabajes
demasiado." Ella sonrió. Fruncí el ceño y asentí. "Fabuloso, solo ve arriba,
estoy segura de que Alice tiene un atuendo para ti." Dijo mirando alrededor.
Asentí y comencé a subir las escaleras, los chicos detrás de mí.
"Cada mes, mi mamá tiene una junta de su club del libro. Son una especie
de fiestas formales, ama hospedarlos en su casa. Emmett estaciona los
autos, Jasper da la bienvenida, yo toco música y Alice y Rose son meseras."
Me explicó. Sonreí.
"¿Cómo es que Esme consiguió que hicieran todo eso?" Me pregunté en voz
alta.
"Aunque solo las galletas de Esme. ¡Hombre, esas son las mejores galletas!"
Gritó. Negué con la cabeza y reí. Nos detuvimos frente a la habitación de
Alice y nos asomamos para ver que estaba corriendo alrededor, sacando
cosas de su closet.
"Oh, silencio. Nos lo vas a agradecer después." Alice insistió. Rodé los ojos
y me hundí más en la silla, aguantando su intervención.
Veinte minutos más tarde, Esme estaba en la puerta. "¿Están listas chicas?
Ya están llegando los invitados." Dijo entrando en el baño. Rosalie y Alice se
apartaron de mí y sonrieron.
"Si, estamos listas. Vamos." Rosalie dijo yendo hacia la puerta. Alice rió y la
siguió. Esme me miró y sonrió.
"Porque, querida, me temo que no podrá ser capaz de apartar las manos de
ti y necesita tocar el piano." Esme rió. Alice y Rosalie estaban llorando,
riendo y sentí mis mejillas sonrojarse. Esme sonrió. "De verdad te ves muy
hermosa Bella. Más hermosa de lo usual." Mi sonrojo creció y ella sonrió
más antes de irse, Alice y Rose la siguieron de cerca. Estudié mi reflejo un
poco más antes de tomar aire profundamente y dejar el baño.
"Eres la hija del jefe Swan, ¿correcto?" preguntó una mujer con cabello
negro. Asentí despacio. "Sí, y tu madre fue quien se fue, dejándolo solo y
con un hijo al que crió solo." Dijo asintiendo. Sentí mis mejillas flamear ante
sus palabras.
Edward estaba en el borde del banco, presionado contra la pared, con solo
un estrecho lugar para escapar. La mujer se estaba inclinando más cerca y
de pronto me sentí posesiva. ¿Quién era esta mujer para venir y robar a mi
novio? Me encaminé cerca del banco y Edward subió la mirada y me vio
aliviado. Sonrió y me puso sobre su regazo, besándome apasionadamente
antes de girarse para ver a la mujer. Me estaba mirando con una
combinación de sorpresa y enojo. Sonreí y estiré mi mano hacia ella.
"Hola, soy Bella." Dije sonriendo libremente. Aun no me agradaba, pero los
brazos alrededor de mi cintura estaba haciéndome sentir más cómoda poco
a poco, haciéndome olvidar mi enojo. Me fulminó con la mirada y se puso
de pie.
"Eso fue pasarse de la línea Tanya." Dijo fríamente. Podía escuchar el coraje
en su voz. Tanya sonrió maliciosamente.
"Si bueno, ¿no es cierto Edward? Tienes una forma de jugar con los
corazones de las niñas." ¿Fui yo o vi un flashazo de dolor pasar esos fríos y
azules ojos? Edward la estaba fulminando con la mirada
Subí la mirada para ver sus gloriosos ojos verdes y sonreí. Me estiré para
presionar mis labios con los suyos antes de susurrar, "Lo sé."
La fiesta de Esme duró hasta la tarde. Me enteré de que Tanya era hija de
la mujer que me había insultado antes, Narissa. Parecía que la actitud
honrada venía de familia.
"Edward no quiero ponerte bajo presión, pero ¿Qué planeas hacer cuando
este bebe llegue?" era una pregunta sensible y me encontré haciendo un
esfuerzo por quedarme despierta para escuchar.
"De hecho he planeado hablar de esto contigo mamá. Creo que Bella y yo
deberíamos mudarnos juntos, así estaremos ambos ahí para el bebe. En la
casa de Charlie o aquí." Dijo lentamente.
"Oh cariño sabes que ambos son más que bienvenidos a quedarse aquí.
¡Nos encantaría tenerlos!" Esme dijo emocionada.
"Solo me preocupa que Charlie no quiera que Bella se mude. Pero sé que
aquí, tú y todos los demás estarán aquí para ayudarnos y Charlie se sentiría
presionado, creo." Dijo suavemente. Esme suspiró.
El resto de la semana pasó sin ningún incidente, a parte del día de acción
de Gracias donde Emmett y yo nos atascamos de comida. No habíamos
peleado por el último trozo dejando a todos en el suelo riendo.
Yo crecía regularmente más y más cada día hasta tener un pequeño bulto
en mi pansa. Charlie aun no le hablaba a Edward lo que hacía las cosas más
incómodas cuando estaban en la misma habitación. Me sentía mal por hacer
pasar por esto a Edward, aunque él constantemente me repetía que lo hacía
porque quería.
"Me alegra que estés aquí." Dije poniéndome de pie. Edward sonrió cuando
vio mi pequeño bulto.
"A mí también. ¿Estás lista para irnos?" Asentí y tomé mi abrigo. Me ayudó
a ponérmelo y me guió escaleras abajo. Emmett y Rosalie estaban sentados
con Charlie viendo un partido de beisbol.
"Vamos con el doctor." Dije poniéndome mis botas para la nieve. Rosalie
subió a mirada y sonrió.
"No puedo esperar para saber si voy a tener un sobrino o una sobrina." Dijo
sonriendo. Le sonreí de vuelta mientras que Emmett me guiñaba el ojo y
volvía a la televisión. Charlie meramente gruñó en respuesta. Asentí y
envolví la bufanda alrededor de mi cuello antes de seguir a Edward hacia su
carro.
"¿Si amor?"
"¡Edward esto es increíble! ¡No sabía que lo habías grabado!" sonrió más.
"Mi papá obtuvo algunas cosas de grabación por navidad el año pasado." Me
explicó.
"También escribí una para ti, tú sabes. La comencé cuando éramos niños
pero acabo de terminarla recientemente." Estaba sorprendida. ¿Escribió una
canción para mí? Me miró y sonrió antes de cambiarle a la radio y
seleccionar la canción 5. Una melodía que me parecía familiar llenó el auto e
instantáneamente la reconocí como la que Edward tarareaba para mí antes
de dormir. Era la nana más dulce que había escuchado jamás, sintiendo
completa admiración y sentí mi cuerpo relajarse, la tensión y la culpa
disipándose momentáneamente. La canción comenzó a descender y se
terminó y sentí lágrimas en los ojos. Me giré a Edward, quien me estaba
mirando.
"Es la cosa más hermosa que he escuchado jamás." Logré susurrar. Sonrió
y se acercó para besar mis lágrimas que habían descendido por mis mejillas
y limpiarlas.
Estaba recostada en una mesa con pape tieso cubriéndola por protección. Mi
blusa estaba levantada, revelando mi ya algo abultado vientre. Al menos se
veía grande para mí, aunque el doctor dijera que era un tamaño
completamente normal. Edward no podía quitar los ojos, ni las manos de mi
estómago. Estaba acariciándolo delicadamente y susurrando suavemente al
bebe. No pude evitar sonreír por su obvia afección por un niño de apenas
18 semanas de edad.
"No quiero saber el sexo." Dije meneando la cabeza. El Dr. Rodríguez miró a
Edward quien se encogió de hombros antes de que ambos estallaran en
risas.
"Tengo que decir Bella, es la primera vez que alguien responde de esa
manera." Se rió. Me mordí el labio mientras que mis mejillas se teñían de
rojo, bajé mis manos.
"Está bien amor. Solo nos sorprendiste." Se rió. Mordí mi labio y el doctor
Rodríguez rió.
"Muy bien, solo limpiaré este gel y les imprimiré sus fotos para que se
puedan ir." Dijo sonriendo. Asentí y le agradecí mientras limpiaba mi pansa.
Salió de la habitación y me giré hacia Edward.
"¿Bien qué Alice?" pregunté, ligeramente preocupada por mi salud con ella
estando tan cerca de mí y con tanta energía. Ella rodó los ojos.
"¿Es una niña o un niño?" preguntó, poniendo una de sus pequeñas manos
sobre su cadera. Sonreí.
"¡Oh por Dios, es tan lindo!" dijo emocionada. Sonreí y tomé la carpeta
lentamente, guiándola dentro de la casa. Emmett, Rosalie y Jasper estaba
todos sentados alrededor de un tablero de juego mirándonos cuando
entramos. Emmett saltó y se apresuró a llegar a mi lado.
"Gracias Em." Escuché pasos y mire hacia arriba, ahí estaban Carlisle y
Esme bajando de las escaleras.
"¡Oh Bella, esto es hermoso!" dijo feliz. Sonreí y subí la mirada para mirar a
Carlisle examinándome. Me mordí el labio y me agarré a Edward con más
fuerza.
"Sí." Asentí y miró a las escaleras antes de volver la vista a mí. Recibí el
mensaje fuerte y claro, necesitábamos hablar. Asentí despacio y Carlisle se
giró hacia Esme.
"Cariño, voy a tomar algo de mi oficina antes de irnos." Dijo moviéndose
hacia las escaleras. Esme asintió, sin apartar su mirada del retrato. Miré a
Edward, quien observaba al resto de nuestros amigos y familia.
"¿Le vas a decir a todos?" pregunté temblando. Se giró con una cara de
sorpresa.
"Y estás viendo al Dr. Rodríguez, ¿cierto?" asentí y se giró de nuevo hacia la
ventana. "Bella, sé que te gustaría ocultárselo a todos, pero sabes que
siempre me puedes contar ¿cierto?" lo miré sorprendida. Me estaba mirando
con la misma mirada confiada de su hijo. "Te considero como una hija Bella,
no importa qué, ese bebé que vas a tener, es mi nieto. Tal vez no
genéticamente, pero en otras formas lo es." Dijo gentilmente. Sonreí y
luché por no dejar caer las lágrimas que amenazaban detrás de mis ojos.
"Todos te amamos Bella. Todos estamos aquí para ti." Se movió alrededor
de su escritorio y me abrazó. Sentí mis lágrimas salir y mojar toda su
camisa.
Capítulo 14
"Bella, amor. ¿Estás lista?" Quité mis ojos de mi reflejo pata mirar a
Edward. Tenía lágrimas en el borde de mis ojos. "¿Qué sucede?" preguntó
acercándose a mí.
"Estoy gorda Edward." Me quejé. Sabía que esto no era todo lo que iba a
crecer y al pensar eso, exploté en llanto. Edward me abrazó y me presionó
contra su pecho.
"¡Si lo estoy!" sollocé. "¡Y solo voy a crecer más y más!" Estaba temblando,
mis sollozos saliendo de mi cuerpo.
"Shh, Bella mi amor, eres hermosa." Fruncí el ceño y lo miré a los ojos. Era
difícil ver a través de mis lágrimas, pero podía ver sus ojos. Estaban
profundamente llenos de amor.
"Porque es verdad. Eres la mujer más hermosa que jamás había visto y
verte embarazada es igualmente hermoso. Creo que es asombroso que no
solo puedas sostener tu visa, sino la de alguien más. Eres una diosa." Dijo
gentilmente. Sentí mi corazón acelerarse y nuevas lágrimas salir. Lo abracé
fuerte y mojé su camisa con mis lágrimas.
"De verdad creo que es al revés." Rodé los ojos y suspiré mientras que las
lágrimas se detenían. Me separé y limpié mis ojos.
"Genial, ahora tengo que lavar mi cara de nuevo." Dije frunciendo el ceño
Edward sonrió y besó mi frente.
La escuela pasó ese día, tal como en los pasados mese. Todos me miraban,
no hablaban. Al menos no directamente conmigo. Me aproximaba y sus
susurros se detenían y comenzaban de nuevo tan pronto como pasaba. Me
había vuelto casi inmune a eso, con que Edward estuviera a mi lado. Me
ayudaba a mantener mi mente alejada de los chismosos.
"Nuestro primo. No nos relacionamos muy bien con él, bueno nos visita
cada algunos años y se queda con nosotros porque sus padres viajan como
locos. Usualmente se queda con nuestra abuela, han pasado casi cuatro
años desde que estuvo en nuestra casa." Edward me explicó. Asentí.
"Vamos amor, hay que hacer la tarea." Asentí y me bajé de la silla cerca de
la mesa. Me estiré por mi mochila, pero Edward me ganó. Rodé los ojos y lo
seguí a nuestra habitación. Nos sentamos en el piso y comenzamos con
matemáticas, mi materia más odiada.
"¿Bella?" miré hacia arriba hacia los ojos esmeralda de Edward. "¿Qué
sucede?" preguntó gentilmente. Me encogí de hombros y mordí la orilla de
mi pluma.
"Ven, Bella." Dijo Edward abriendo sus brazos. Me puse sobre su regazo y él
me sostuvo fuerte. "Estoy aquí Bella. Lo que sea que es, lo afrontaremos
juntos." Me prometió. Asentí y suspiré.
"Lo que sea que pase amor, yo te salvaré." Me quedé dormida con la
promesa de sus palabras, de salvarme. De ser mi superman.
"Edward, después de que fui violada, comencé a tener pesadillas. Esa noche
se repetía una y otra vez en mi cabeza, volviéndome loca. Cuando me mudé
aquí, las pesadillas se detuvieron. Tú las mantuviste alejadas. Pero anoche,
tuve la misma pesadilla." Le expliqué lentamente. Edward se congeló, un
millón de emociones pasando por sus ojos. "Edward, tengo miedo de que
vuelvan." Susurré. El miedo de que esas pesadillas regresaran, era grande,
y sentía una mano fría presionar mi corazón.
"Claro." Accedió. Rodé los ojos. Jasper siempre accedía a lo que Alice decía.
"Muy bien, entonces será una noche de películas." Dijo Rose sonriendo.
"Mi madre tiene formas de coleccionar cosas. Tiene todas las películas en
estos gabinetes, por lo que tenemos toneladas." Dijo rodando los ojos.
Asentí mientras me ayudaba a salir a salir del auto. Me guió dentro de la
casa, donde se escuchaba a Esme hablando en la sala.
"¿Bella?" Una nueva voz. Una voz de un demonio. Mis ojos se abrieron y vi
dos pares de ojos verdes idénticos mirándome. Grité, algo ahogado por la
sangre que estaba fluyendo por mi cabeza y me senté. Miré a James
moverse más cerca de Edward. Esto tenía que ser una pesadilla. Edward me
sostuvo en su brazos protectoramente y sentí mis mejillas llenarse de
lágrimas. Los ojos de James se llenaron de enojo y yo me estremecí,
acercándome más a Edward. Conocía esa mirada. Esa era la mirada que
tenía antes de violarme.
"Hola Bella." Dijo fríamente. Lloré más fuerte y me presioné más contra
Edward. No quería estar cerca de James por nada.
"Bella, ¿Por qué reaccionaste de esa manera con James?" preguntó después
de un momento. No pude contener el escalofrío que corrió por mi cuerpo, y
me estremecí.
"Edward." Mi garganta estaba seca y mi voz sonaba ronca. Esperó
pacientemente a que continuara. "Conozco a tú primo, salíamos cuando
vivía en Arizona." Vi la cara de Edward mientras procesaba mis palabras.
Podía ver que estaba haciendo las conexiones y de pronto sus hermosos
ojos verdes se volvieron fríos y enojados.
"¿Quieres decir que, mi primo James, fue quien te hizo esto?" preguntó
enojado. Asentí despacio. Gruñó y se puso de pie rápidamente. De pronto
me sentí vacía sin él a mi lado.
"Nunca te dejaré."
Jame´s POV
Bella.
Aun así estaba sorprendido, de ver su estómago había crecido desde que se
mudó aquí. O había estado comiendo mucha de la maravillosa comida de
Esme, o estaba embarazada. Sentí una ola de orgullo y gozo al pensar que
podía estar embarazada, sería mi hijo. Soy el único a quien le pertenecía
completamente. Ahora ella estaba cargando con mi futuro.
Cuando se desmayó, sentí pánico. ¿Estaba bien el bebe? ¿Estaba bien Bella?
Edward estaba a su lado al instante, tocándola de forma cariñosa. Le mandé
una mirada envenenada. Cómo se atrevía a tocar a mí ángel.
"Tú no eres mi familia." Dijo enojada. Sonreí. Disfrutaba hacerla enojar. Era
algo muy entretenido de observar.
"Oh Alice, es cómico verte tratar de hacerte la enojada." Dije con una
carcajada. La expresión indiferente de su novio cambió a una peligrosa en
segundos. Me fulminó con la mirada y sentí una pequeña ola de miedo. No
lo suficiente como para mostrarlo.
Bella´s POV
"No, pero no puedo esconderme aquí arriba para siempre. ¿Cierto?" estaba
esperando que Edward buscara una manera de poder mantenerme acá
arriba hasta que James se fuera. Pero ahora que sabía que yo estaba aquí,
las oportunidades de que consiguiera un momento de paz eran escasas.
Había vuelto a su actitud rara que había tenido los últimos meses que
estuvimos juntos.
"Bella, no quiero que estés para nada cerca de él. No quiero estar cerca de
él. Tengo miedo de hacer algo en un apuro." Edward admitió. Me mordí el
labio y tomé la cara de Edward en mis manos.
"¿Hey llegamos muy tarde para la comida?" levanté la mirada para ver a mi
hermano entrar en la habitación, seguido de Rosalie. Esme negó con la
cabeza mientras apuntaba a los dos lugares vacíos. Emmett sonrió."¡Me
conoces demasiado bien Esme!" él sonrió. Se sentó junto a James y le
asintió. "Hola, soy Emmett." Dijo asintiendo. James sonrió, una sonrisa
sombría.
"¿Sigues siendo torpe Bella?" James preguntó, hablando por primera vez.
Ignoré su pregunta.
"De hecho salíamos en Phoenix." Dijo mirándome. Sentí las cálidas lágrimas
asomarse por la orillas de mis ojos. Edward envolvió un brazo a mí
alrededor, protectoramente y escuché a Carlisle suspirar rápidamente.
Había juntado las piezas del rompecabezas. Subí la mirada para ver a
Emmett congelado, los engranes en su cabeza comenzando a trabajar más
lento que los de Carlisle. De pronto saltó, fulminando con la mirada a
James.
"Perdón por hacerte pasar por todo esto." Susurré. Él negó con la cabeza.
"¿Qué fue eso?" susurró. Negué con la cabeza y puse mis manos sobre mi
estómago. Hubo una pequeña patadita y yo sonreí.
"Hola bebe, es tu tío Emmett. ¿Está todo oscuro allá dentro? Patea una vez
para sí, dos para no." Emmett dijo emocionado.
"¿Te estás cocinando bien?" Emmett preguntó emocionado. Rodé mis ojos.
Hubo otra pequeña patada. Emmett rió. "Muy bien, ¿puedes decirme su
mamá está bien?" preguntó. Hubo otra patada.
"¿Está ella feliz?" preguntó. Contuve el aliento mientras esperaba por las
patadas. No sentí nada y estaba a punto de abrir mi boca para decirle a
Emmett que estaba equivocado. Comencé a hablar cuando hubo dos
patadas contra mi estómago. Miré hacia abajo, sorprendida.
"¿Puedes decir si está triste?" Edward preguntó suavemente. Hubo una sola
patadita. Miré mi estómago con adoración. Emmett sonrió.
"Hey bebe, ¿eres un niño o una niña? Una patada para niño y dos para
niña." Rodé los ojos. Hubo una pausa y el bebe pateó tres veces. Edward y
yo explotamos en risas. Emmett me miró y sonrió. "Como había dicho,
mono marino." Se puso de pié y palmeó suavemente mi estómago. "Muy
bien bebe, adiós. Voy a dejar a mamá y papá hablar." Jadeé cuando una
pequeña mano se imprimió en mi estómago antes de desaparecer. Emmett
y Edward se quedaron fríos de la sorpresa.
"Claro que todo depende de ti, pero sí. Alice y yo hemos diseñado un plan."
Asentí y me senté en el borde de la cama.
"Bueno, como sabes, James sabe que estás embarazada. Y estoy seguro de
que ha juntado las piezas del rompecabezas. Alice cree que va a tratar de
reclamar al bebe como suyo." Edward dijo gentilmente. Negué con la
cabeza, con el pánico envolviéndome.
"Más que a nada. Eres mi vida Edward. No sé donde dónde estaría sin ti."
Asintió y se deslizó fuera de la cama. Se arrodilló frente a mí y yo fruncí el
ceño, confundida.
"Bella, quería esperar para hacer esto. Quería que este fuera un momento
perfecto que jamás olvidaras. Quería que fuera especial porque Bella,
significas más para mí de lo que puedo expresar. Cada día tu belleza me
vuelve loco y tu nobleza me sorprende. Tu alma gentil ha sido golpeada y
abusada; eres la última persona que merecía eso. No, no merecías eso.
Pero lo has superado todo Bella, con una grata sonrisa y un amor
incomparable. Bella, eres una diosa y mereces ser amada como tal. Sé que
jamás podré igualar tu pureza, pero Bella, sé que no podría seguir viviendo
sin ti como mi esposa. Sé que somos jóvenes, y mucha gente nos dirá que
somos tontos, pero Bella, sé en el fondo de mi corazón que eres la única
persona en el mundo capaz de completarme tanto como tú lo haces. Te
amo con todo mi ser. Así que, lo que te estoy pidiendo es, Isabella Marie
Swan, ¿me harías el hombre más feliz del mundo y casarías conmigo?"
Sentí las lágrimas ajuntarse en mis ojos ante este hermoso discurso. Era
demasiado perfecto, demasiado maravilloso para alguien tan común como
yo. Sus ojos me examinaron, buscando mientras mi mente asimilaba sus
palabras. Salté un momento después, el entendimiento me golpeó. ¡Me
acababa de proponer matrimonio! Sentí una sonrisa formarse mientras las
lágrimas caían.
"Está bien." Dije suavemente. Ella se separó y limpió sus lágrimas. Suspiró
profundo y miró abajo, hacia mi estómago. Comenzó a llorar de nuevo y
Esme se acercó a ella, abrazándola. Me giré para ver a Greg fulminándome
con la mirada. Me estremecí y me encogí contra Edward.
"¿Esperan que creo que mi hijo violó a esta pequeña zorra?" exclamó. Me
estremecí y todos se giraron a mirarlo con sorpresa. Me estaba fulminando
con la mirada. "Es decir, está embarazada y ahora se le está arrojando a
otro hombre como si él fuera su oxígeno." Vi a todos comenzar a
molestarse. Rachel miró con sorpresa ante las duras palabras de su esposo.
Carlisle suspiró profundo y habló autoritariamente.
"Mi hijo no hizo nada malo. Estaban saliendo, ella le pertenece a él. Y si
quería acostarse con ella, déjenlo que se acueste con ella. Me tuve que
amarrar al brazo de Edward para prevenir que saltara contra su tío. Miré
hacia atrás y vi que todos estaban tratando de contener a Emmett también.
"También te amo Bells. Lo siento perdí el temperamento con él." Dijo con
un suspiro.
"Yo lamento que no haya sido antes." Dijo Rosalie moviéndose al lado de
Emmett. Rodé los ojos pero acepté calladamente. Me giré para ver a Rachel
recargada en Carlisle, lágrimas cayendo por su cara.
"Lo siento." Sollozó. "Lo siento mucho." Carlisle susurró algo en su oído y
ella levantó la mirada, sorprendida. Greg y James regresaron del baño y ya
podía ver el ojo negro formándose donde Emmett había golpeado a James.
Había rastros de sangre aun, alrededor de su nariz y estaba fulminando con
la mirada en dirección a Emmett.
"Adiós niños." Nos llamó. Me miró y pude ver toda la pena en sus ojos.
Entonces decidí que nadie que fuera tan dulce, había hecho a alguien tan
corrupto como James.
"¡Camino de viaje!" Gritó. Bajé mi mano y me mordí el labio. "¡Oh por Dios
entonces hay una boda que planear! Va a tener que ser pronto. Sí, estoy
pensando en más o menos un mes. No más." Comenzó a hablar muy rápido
a todos mientras la miraban, completamente confundidos.
"Ahora, ¿de qué se trata todo esto?" Esme preguntó, tan pronto como
entramos y nos sentamos. Apreté más fuerte la mano de Edward y él
asintió.
"Sé que somos jóvenes, sé que parece una decisión precipitada y hubiera
preferido que fuera bajo mejores circunstancias, pero le pedí a Bella que se
casara conmigo." Explicó. Esme jadeó y Carlisle asintió, como si lo hubiera
sospechado desde el inicio.
"No quiero levantar un reporte con la policía, contra él. Pensé en eso, solo
agregaría gasolina al fuego y dos, no quiero que Charlie y Renee sepan por
ahora. Sé que tendré que decirles eventualmente, pero aun no. Si lleno un
reporte policiaco contra James, Charlie sabría al igual que todo Forks. Si
regueso a Phoenix, Renee enloquecerá. Solo quiero pasarlo tranquilo por un
rato." Expliqué. Carlisle y Esme asintieron en entendimiento.
"Bella, vas a tener que decirle a tus padres. Sé que estás tratando de
protegerlos pero tienen derecho a saberlo. Todo será mucho más fácil."
Esme dijo gentilmente. Asentí.
"Yo sé que deberían saber. Solo no quiero decirles por ahora Tengo miedo
de que si Charlie se entera ahora de la forma errónea, me da miedo que lo
pueda matar. Ya ha tenido un ataque al corazón." Me mordí el labio por la
culpa pero continué un momento después. "Y si Renee se enterara ahora
mismo me regresaría a Arizona y empezaría a presionarme para que
levante cargos contra James. No quiero que pase ese desastre." Respiré
profundo.
"Entonces parece que la boda es nuestra única opción sana por ahora."
Esme dijo con una radiante sonrisa. Sentí a Edward presionar mi mano y yo
sonreí.
"Y también, Alice y yo hemos estado investigando. Parece ser que en Utah,
hay una ley, de que si una mujer tiene un hijo ahí y está casada, su esposo
es el hijo del padre legalmente y se pondrá en el certificado de nacimiento.
Es por eso que Alice estaba hablando sobre un viaje. Creo que es mejor
acabar con todas las opciones de James con respecto a este bebe." Edward
dijo. Carlisle y Esme asintieron, estando de acuerdo.
"Bien Bella, aunque desearía que fuera bajo circunstancias más felices,
estoy emocionada de poder llamarte hija pronto." Esme dijo poniéndose de
pie. Se puso a mi lado y me abrazó fuertemente. "No puedo esperar para
que seas parte de nuestra familia legalmente. Porque claro, has sido parte
de esta familia desde que Edward y tú se volvieron mejores amigos." Dijo
guiñando. Sonreí.
"Bella, mi hija. Estoy muy contento por ambos. Sé que las cosas van a salir
bien." Dijo reasegurando. Asentí y sonreí.
"¿Ahora?" asentí.
"Muy bien, solo viendo el partido. ¿Cómo has estado tú, Bella?" sonreí.
"Bells siempre estoy pescando. Mañana está perfecto. Llamaré a los chicos."
Sonreí, de pronto sintiéndome emocionada.
"Muy bien, te veré mañana entonces."
"Suena genial. Nos vemos ahí." Colgué el teléfono y me giré para ver a
Edward saliendo de la oficina. Me sonrió y le pasé su teléfono.
"Lo siento. Es solo que creo que será mejor si le digo sin que estés ahí para
dispararte." Edward se rió suavemente y besó mis nudillos.
"¿Ya te vas?" asentí, mirando el reloj. Tenía veinte minutos para llegar al
restaurant. "Ven aquí. Quiero enseñarte algo." Me dijo sonriendo. Fruncí el
ceño y lo seguí mientras se dirigía al garaje. Caminó hacia un pequeño
gabinete y lo abrió. Había un montón de conjuntos de llaves dentro y
Edward sonrió. "Escoge una." Lo miré y fruncí el ceño.
"¿Qué?" asintió.
"¿De verdad quieres que tome una?" asintió y yo mordí mi labio. No quería
tomar el carro de Alice por miedo a abollarlo. No quería tomar los autos de
Edward porque los apreciaba mucho. Solo quedaban los carros de Esme y
Carlisle. Edward suspiró, rodando los ojos y tomó un conjunto de llaves del
gabinete. Las puso en mi mano y sonrió. Las miré.
El camino fue más tranquilo de lo que creí. Era como flotar en vez de
manejar y me descubrí yendo mucho más rápido de lo permitido. Me
estacioné frente al Lodge y todos los presentes se giraron para mirar el
carro, esperando ver quien se bajaba de uno de los carros más lujosos de
Forks. Sentí mis mejillas sonrojarse cuando salí y todos me miraron. Cerré
con seguro el carro y entré al restaurant. Encontré facilmente a Charlie en
una mesa y caminé hacia él. Me miró y sonrió. Se puso de pie y me dio un
abrazo incómodo con un brazo antes de sentarnos.
"¿Lo usual?" asintió y ella sonrió, tomando los menús. "Saldrán en seguida."
Dijo con una sonrisa. Le sonreí de vuelta y me giré a Charlie.
"Bella, tengo una sorpresa para ti." Fruncí el ceño. ¿Qué? ¿Una sorpresa?
"Creo que está en casa de los Hale," dijo Charlie mirándome. Asentí. Era
obvio donde se encontraba. Renee fue a ordenar algo con Ángela y volvió
rápido.
"Entonces, hay algo que tengo que decirles chicos, y no quiero que se
enojen conmigo solo escúchenme." Dije, decidiendo ir directo al punto.
Charlie y Renee asintieron y yo suspiré profundo. "Sé que soy joven, sé que
creen que soy una irresponsable por haberme embarazado, sé que creen
que no amo a Edward de verdad pero si lo amo." Charlie y Renee se
miraron y luego de vuelta a mí. "Edward me pidió que me casara con él
anoche." Dije finalmente. Observé sus reacciones cuidadosamente. Renee
suspiró y Charlie asintió despacio. "Ambos queremos que este bebe crezca
en un buen hogar con una madre y un padre," expliqué. Ambos asintieron y
Charlie suspiró.
"Bueno, solo era cuestión de tiempo." Dijo mirando a Renee. Ella asintió
también.
"¿Qué?" estaba sorprendida. Nadie estaba gritando, nadie estaba teniendo
un ataque cardiaco, nadie estaba sollozando histéricamente. Estaban
calmados, todo lo contrario a lo que esperaba.
"Bueno, cariño. Volé hacia aquí hace unos días. Edward me llamó. Quería
decirme algo en persona. Habló con Charlie y conmigo hace dos días.
Quería nuestro permiso para casarse contigo," Renee explicó. Me recargué
más en la silla, sorprendida. Entonces era por eso que no gritaban. Seguro
que todo pasó cuando Edward les dijo.
"Y cuando me llamaste anoche, asumí que esto era lo que querías
decirnos." Charlie comentó. Yo aun estaba en shock.
"Es un buen hombre. No desearía que pasaras el resto de tu vida con nadie
más." Renee dijo sonriendo. Sentí las lágrimas llenar mis ojos y una
felicidad envolverme.
"Oh por –" fuimos interrumpidas por Ángela cuando trajo nuestra comida.
"Bueno, queríamos que fuera antes de que el bebe naciera." Miré como
Charlie se ahogaba con los huevos y golpeaba su pecho unas pocas veces
antes de hablar.
"Es un poco rápido, lo sé. Pero ambos queremos estar casados antes de que
nazca el bebe." Ambos asintieron intercambiando miradas.
"Bien, Bella, queremos que sepas que a pesar de que no estuvimos ahí para
ti al principio, lo estamos ahora. Queremos apoyarte en cualquier decisión
que tomes de ahora en adelante." Renee dijo tomando mi mano. Sonreí.
Edward debió demostrarles lo mucho que nos amamos si de pronto
aceptaban que nos íbamos a casar.
"Gracias. Significa mucho para mí." Dije honestamente. Asintieron y me giré
a mi desayuno. El resto de la velada la gastamos hablando sobre el pasado,
el presente y el futuro.
Cuando terminamos de comer, Charlie pagó y todos nos fuimos a los autos.
Presioné el control del Mercedes y pitó en respuesta. Charlie y Renee
miraron el auto sorprendidos.
"Genial, vengan como a las seis." Asintieron y los abracé a ambos antes de
subirme en el Mercedes. Prendí el silencioso motor y salí del
estacionamiento., sintiendo los ojos de todos sobre mi mientras me iba.
Tan pronto como llegué a la casa, la puerta principal se abrió y Alice salió.
Me asusté cuando abrió la puerta del auto de golpe, absolutamente
radiante. "¡Bella!" dijo felizmente. Suspiré y me puse de pie, masajeando mi
dolorida espalda.
"¿Bella, puedo, por favor, por favor, POR FAVOR, planear tu boda?"
lloriqueó. Me mordí el labio, pretendiendo pensarlo. Sabía que Alice sería la
mejor para la tarea, era la reina de la planeación.
"¿Quién es?" gruñó. "Prometo que lo haré mejor," dijo ferozmente. Me hice
para atrás, un poco asustada de la mirada salvaje en sus ojos.
"Llamaste a Renee y les pediste permiso a mis padres para casarte conmigo
para hacerlos comprender a la hora de que yo se los dijera y no me
gritaran," le expliqué. Edward sonrió.
"Sí, eso salió bien, ¿no es cierto?" preguntó sonriendo. Sentí mis labios
levantarse y besarlo ligeramente.
"Gracias." Asintió.
"Lo que sea para ayudarte. Entonces, ¿Qué tenían que decir?" me encogí de
hombros.
"Me alegra que lo pienses. De hecho les dije que vinieran a las seis." Esme
sonrió.
"Esme, ¿hay alguna manta que pueda utilizar afuera?" pregunté. Esme me
miró y asintió.
Me desperté tiempo después. Estaba más oscuro y el aire más frío. Temblé
y me pegué más a Edward. Él estaba tan cálido. Me miró y sonrió. "Hola
amor," dijo besando mi frente.
"¿Algo más que esté dolorido?" me susurró, su voz justo en mi oído. Sonreí.
"¿Y qué si quiero que pierdas el control?" gruñí. Presioné mi cadera contra
él de nuevo y gimió.
"Lo sé amor," me moví más cerca de mí, si era posible. Sentí un gran bulto
en sus pantalones y froté mi entrepierna contra él. "Bella, no ahora." Dijo
después de un momento. Suspiré. Sabía que tenía razón; solo que no
quería que la tuviera. "Tus padres estarán aquí en cualquier momento," dijo
de nuevo. Suspiré profundo y me hice para atrás, distanciándome un poco
de él.
"Tomaré una ducha muy fría." Dijo poniéndose de pie. Sonreí y me ayudó a
levantarme. Recogimos la manta y entramos.
Subimos las escaleras y me bañé rápido antes que Edward. Me fui al closet
y busqué por algo decente que ponerme. Sonreí cuando encontré un
sencillo vestido azul marino. Me lo puse cuando escuché la regadera
cerrarse. Esperé unos minutos antes de entrar. Edward estaba en el lavabo,
lavándose los dientes, usando solamente una toalla blanca que se sostenía
peligrosamente bajo su cadera. Sentí todo el control que había ganado,
desvanecerse cuando lo vi. Me miró por el espejo y se congeló. Sostuve la
mirada y observé cómo sus ojos se oscurecían. De pronto gimió y se agarró
del lavabo y enjuagó su boca antes de girarse. "Dios Bella, ¿estás tratando
de matarme?" fruncí el ceño.
"Aun estoy gorda," dije, sin darme cuenta de lo que decía. Edward frunció el
ceño.
"Bueno, es que estás muy delicioso. Ahora dime algo." Me acerqué a su oído
y respiré en él mientras hablaba, un dedo trazando las perfectas líneas de
su pecho sólido. "¿Soy tan tentadora como tú?" sentí un escalofrío correr su
cuerpo y sonreí. Me hice para atrás y sonreí antes de ir al lavabo y secar mi
cabello. Sentí sus brazos alrededor de mi cintura y bajar la cabeza a mi
cuello.
"Eso, señorita Swan, no fue muy amable." Susurró contra mi piel. Sentí mi
cuerpo congelarse. Edward comenzó a besar mi cuello y traté
desesperadamente de recuperar el control de mi mente.
Para cuando Edward y yo bajamos las escaleras, mis padres habían llegado.
Estaban en la sala, hablando con Carlisle, Alice, Jasper, Rosalie y Emmett.
"¡Ah, ahí están!" Carlisle dijo poniéndose de pie. Me sonrojé mientras todos
los ojos se posaban en nosotros.
"¿En serio Bella? ¿Ni siquiera pensaron en un nombre?" negué con la cabeza
y noté que Edward hizo lo mismo.
"¡La cena está lista!" Esme nos llamó. Todos nos pusimos de pie y nos
dirigimos al comedor. No estoy segura como logramos caber todos en él,
pero lo hicimos.
"De hecho vuelvo a casa mañana. Claro que vuelvo para el Baby shower."
Dijo mirándome. Sonreí. "Pero Phil tiene juego el lunes y siento que debo
estar ahí para apoyarlo." Esme asintió.
"Gracias Carlisle, pero tengo trabajo mañana. Aparte, la última vez que
Emmett y yo fuimos a un partido de beisbol, casi tuvieron que escoltarnos
fuera. Creo que me mantendré fuera de esos eventos." Todos rieron y
Emmett asintió.
"¡Recuerdo ese juego! ¡Estaba tan emocionado!" Emmett dijo en voz alta.
Rodé los ojos.
"¿Sabes cuál es una manera muy eficaz de esconderse? Dejar la casa. ¿Qué
dices; quieres comprar unos libros conmigo hoy?" sonreí y me pegué más a
él para besarlo.
"Hay Sr. Cullen. Seguro que conoce el camino hacia el corazón de una
chica." Dije riendo. Él sonrió y me besó de nuevo.
"Solo quiero el mapa para el tuyo" susurró contra mis labios. Sonreí.
"Muy bien, iré a buscarla" dijo saliendo de la habitación. Salí del armario
algo dudosa y fulminé con la mirada a Edward.
"Bueno, usualmente lo soy. Pero no cuando una mujer con seis meses de
embarazo está corriendo de mi cama para esconderse en el armario del
duendecillo de mi hermana" cuando lo puso de esa manera comencé a reír.
Era un poco ridículo.
"Bien, lo dejaré pasar esta vez. Pero yo me bañaré primero" dije sacando la
lengua. Asintió ligeramente y me llevó al baño.
"Pero claro" rodé los ojos por sus modales y me metí en el baño.
"Bien, por este camino." Nos guió a una pequeña mesa y Edward me ayudó
a sentarme. "Aquí están los menús, su mesera llegará en un momento." Le
estaba hablando directamente a Edward. Asintió sin darle importancia, sin
quitarme los ojos de encima. Sentí mi orgullo desvanecerse y tomé sus
manos en las mías. "Bien." La mesera dijo enojada, antes de marcharse.
"Nunca pensé mucho en ello cuando era una niña." Edward recargó su
espalda, sorprendido.
"Alice tiene toda la planeación completa desde los siete años. Creó un plan
enorme cada año, a veces cada seis meses." Dijo lentamente. Rodé mis
ojos.
"Claro que lo ha hecho. Es Alice" Edward rió. "Siempre pensé que cuando
llegara el tiempo, sabría como me gustaría que fuera mi boda." Edward
asintió.
"Bueno, siempre supe que quería tres cosas en mi boda." Asentí y esperé a
que continuara. "Tú, yo y un sacerdote."
"Estoy intentando averiguar cómo terminé con alguien tan maravilloso como
tú." Dije honestamente. Él sonrió.
"Hola, bienvenidos a Egg Heaven. Soy Bonnie ¿qué les puedo ofrecer?" miré
a la pequeña mesera rubia. Tenía una sonrisa contagiosa y cálidos ojos
azules.
"¡Eso es fantástico! Bueno, tengo que irme a ordenar estos platillos. Volveré
enseguida." Dijo sonriendo. Asentí y me giré a Edward quien me estaba
mirando con una sonrisa.
"Nada."
"Hola. Mi nombre es Bella" dije con voz cálida. Mi puse a su altura para
mirarlo directamente a los ojos. Él asintió.
"Bueno Troy, noté que estabas viendo el libro. ¿Te gustaría que lo leyera
para ti?" sus ojos se animaron y asintió vigorosamente. Sonreí y caminé
hacia una pequeña plataforma. Me senté en el borde del escalón más bajo y
le hice señas a Troy de que se sentara a mi lado. Me pasó el libro y leí el
título. "Los osos quieren más." Leí en voz alta. Asintió y se sentó a mi lado.
Abrí el libro y comencé a leer cuando una pequeña niña se acercó. Tenía
lindos bucles dorados y ojos azules cristalinos. Me detuve y le sonreí. "Hola
cariño. ¿Te gustaría escuchar la historia también?" asintió, el pulgar metido
en su boca. Palmeé el lugar a mi otro lado y ella se sentó. "Soy Bella." Dije
suavemente. Ella me sonrió tímidamente.
"Vas a ser una excelente mamá." Dijo gentilmente. La mujer miró a Edward
y después mi estómago. Sonrió y me miró.
"Bueno tengo que coincidir con tu esposo. Vas a ser una buena madre." Dijo
antes de tomar a su hijo y marcharse. El resto de las madres reclamaron a
sus hijos hasta que me quedé solo con Edward.
"Solo le estaba leyendo a unos niños." Dije sin darle gran crédito. Él negó
con la cabeza.
"Bella, los Halcones Marinos son de futbol." Rose dijo despacio. "Vamos a
ver beisbol" me sonrojé. Oh, yo sabía eso.
La emoción cuando llegamos al estadio era casi tangible. Había fans, todos
con colores de los equipos, hablando animadamente y corriendo alrededor,
animando. Me colgué de un costado de Edward, aterrada de soltarlo. Estaba
segura que me perdería entre tanta gente.
Carlisle, siendo el Cullen que era, nunca apartaría lugares comunes. No, ese
no era el estilo de un Cullen. Los Cullen tenían su propia cabina privada de
asientos.
Tan pronto como llegamos ahí, fuimos escoltados hacia la cabina donde
había una larga mesa de comida del tamaño del pasillo. La miré
apreciativamente.
El juego de beisbol no había sido tan emocionante como creí que sería. Los
Cullen tenían una forma de hacerlo sonar como la cosa más fantástica del
año, y estaba muy decepcionada de ver que solo eran un puñado de
hombres, golpeando una pelota con una vara y corriendo alrededor. Los
Cullen lo habían adorado aun así y todos se habían metido en él, incluso
Esme. Había sido gracioso verla emocionarse por el juego, gritando hacia el
campo con el resto de la familia. Ella era usualmente calmada y dulce;
dependía de ella ser la razonable y la bien portada en público. Pero todas
las apuestas estaban perdidas con Esme cuando la levaban a ver un juego
de beisbol.
El juego fue bien hasta la noche y para el final, estaba más que exhausta.
Bostecé mientras que un sonoro anuncio se hacía. Hubo una gran explosión
y salté cuando vi fuegos artificiales salir. Edward me miró y me sonrió. Se
sentó a mi lado y tomó mi mano izquierda. "¿Te divertiste?" preguntó
gentilmente. Me mordí el labio. Había sido tan lindo al traerme con él.
"Bueno, el bebe sí. Pienso que quizá va a ser un fan del deporte." Dije
desviando el tema hacia el bebe, quien había estado pateando sin parar.
Edward rió y se agachó para besar mi quijada.
"Siento mucho que no lo hayas disfrutado." Susurró contra mi mandíbula.
Sonreí mientras que un escalofrío recorría mi espina.
"¿En serio? ¿Cuál fue tu parte favorita?" preguntó, sus labios aun
acariciando mi piel. Me sentía como si estuviera ardiendo en fuego y era
difícil pensar coherentemente.
"Um, pues los fuegos artificiales fueron divertidos." Dije algo perdida.
Edward se rió contra mi piel.
"Además, hubo comida gratis." Se rió y presionó mis labios con los suyos
antes de ponerse de pie. Me ayudó a pararme y unió sus dedos a los míos,
llevándose mi mano a sus labios. Besó mis nudillos, nunca rompiendo el
contacto visual conmigo. "Bueno, mi prometida deslumbrada, ¿nos vamos?"
preguntó. Solo pude asentir, las palabras olvidadas como solía suceder
cuando Edward estaba cerca. Él sonrió y besó mi frente antes de sacarme
de la cabina privada de los Cullen.
"Tengo una idea. Estén listos para correr detrás de mí." Se giró hacia mí.
"Bella, pretende sufrir dolor o mejor aún, no digas nada." Fruncí el ceño y
antes de darme cuenta, me tomó en sus brazos y comenzó a gritar.
"¡MUÉVANSE GENTE! ¡TENGO UNA MUJER EMBARAZADA QUIEN ACABA DE
ENTRAR EN LABOR DE PARTO!" la gente a una yarda de radio, se giró para
ver a Emmett. Comenzó a abrirse paso entre la multitud y la gente comenzó
a moverse. "¡MUÉVANSE, MUÉVANSE, MUÉVANSE!" gritaba mientras corría
camino al estacionamiento. La multitud se dividió como el mar rojo y
llegamos a los autos en minutos. Emmett me bajó cuando llegamos y no
pude evitar reír.
"Emmett, este debe de ser uno de las cosas más ridículas que pudiste llegar
a hacer." Dije riendo. Todos los demás se estaban cayendo de la risa.
Emmett nos calló.
"Le gusta acabar las cosas en grande. Siempre lo ha hecho." Todos rieron.
"Solo me sorprende de que haya funcionado. Me voy a poner mucho más
grande que esto, ¿cierto?" Edward asintió y besó mis nudillos.
"Eso no será necesario." Edward dijo tomándolo del carro. El botones asintió
y se retiró. Me sentí un poco mal por él cuando se fue.
"No te preocupes Bella. Amarás a sus primos. ¡Son geniales!" Alice aseguró
de nuevo por milésima vez. Asentí. Estaba segura de que los amaría, pero
no cuando venían para asistir a mi boda.
"Muy bien." Dije asintiendo. Jasper y Rose habían quedado de recoger a sus
primos del aeropuerto. Solo faltaban unos días para la boda. Sentía
mariposas patear y revolotear en mi estómago con solo pensarlo. En unos
días, me convertiría en la señora de Edward Cullen…
"¿Bella?" salí de mis pensamientos y subí la cara para mirar a Emmett. "Lo
hice." Dijo sonriendo. Me acercó un pedazo de papel para que lo viera. Era
un papel que constataba que me podía casar legalmente con Edward. Sonreí
y miré los papeles de cerca. Después de muchas horas de discutir con Alice,
habíamos convencido a Emmett de que me dejara casarme con Edward.
Quería que mi hermano fuera parte de mi día especial, donde pudiera verlo
todo el tiempo. Su presencia siempre me había dado fuerza y estaba segura
de que lo necesitaría más que nunca en esos momentos.
"¿Qué tan bueno sería si ni siquiera puedo hacer feliz a mi hermana?" sentí
lágrimas en mis ojos y lo abracé fuertemente.
"No puedo imaginar quien." Dije sarcásticamente. Alice rió y fue a la parte
momentos antes de que sonara. La abrió emocionada. "¡Entren! ¡Entren!"
dijo emocionada. Emmett se giró del televisor y me sonrió para darme
ánimos antes de ponerse de pie.
"Bella, te presento a mis primas, Tania, Kate e Irina." Rose dijo sonriendo.
Podía ver la relación familiar. Escuché a Edward entrar y miró hacia arriba
para ver a las chicas. Suspiró y puso el plato de comida en la mesita de café
antes de envolver mi cintura con su brazo y saludar a las chicas.
"Sí, es lindo estar de vuelta en Forks." Kate dijo sonriendo. Era la más
pequeña de las tres y se veía la más agradable. Irina, la mujer con el
cabello suave y pálido parecía fría y distante.
"Sí, solo si tienen algo de comer." Tania dijo sonriendo. Alice asintió y las
guió a la cocina. "Bella, ¿podría hablar contigo un momento?" preguntó
suavemente. Gruñí silenciosamente. No quería estar sola con ella de
ninguna manera. "¿Por favor?" suspiré derrotada y asentí. Tania miró afuera
y salió al pórtico. Me solté de Edward y la seguí afuera. Se giró para
mirarme en cuanto la puerta se cerró. "Escucha, Bella sé que nuestro
primer encuentro no fue el mejor y no te culparía si no me quisieras a
menos de mil millas lejos de tu Edward. "Comenzó. Asentí, contenta de ver
que sabía cuánto me desagradaba. "Pero déjame explicar mis acciones
antes del juicio final. ¿Por favor?" suspiré y me senté en el columpio.
"Muy bien, creo que te puedo permitir eso." Tania asintió, en forma de
agradecimiento.
"Creo que me gustaría eso Tania. Pero necesitas disculparte con Edward y
explicarle también." Asintió con una sonrisa radiante.
"Lo siento amor. Lo que dice Alice es la ley, te veré mañana." Prometió.
Asenti.
"¿Por qué no me llamas antes de que vayas a dormir y cantaré para ti?" le
sonreí y lo besé.
"Lo intento." Escuché a Alice aclarar su garganta y Edward rodó los ojos.
"Te veré mañana amor." Asentí y lo besé una vez más antes de verlo
marcharse con Jasper y Emmett. Me senté de vuelta en el sofá y suspiré.
Alice aplaudió.
Hola amor
Te amo
-Edward
"Bella, este día se trata de ti." Alice dijo gentilmente. "No quiero que te
sientas presionada por nada. Solo siéntate de nuevo y relájate." Asentí y
limpié mis ojos. Palmeó mi hombro y Rose presionó mi mano.
"Sé que estar separada de Edward es muy difícil para ti, y lamento haberlo
hecho que durmiera fuera." Alice dijo, limpiando el rastro de mis lágrimas.
"Pero muy pronto serás capaz de verlo y más pronto todavía seremos
hermanas." Dijo sonriendo. Me tragué una carcajada.
"Por favor, estaba completamente de que llorarías. Por eso aun no te pongo
el maquillaje. Estaba esperando que lo dejaras salir todo. Ahora podemos
terminar de cambiarte." Dijo saltando. Me reí.
"Yo también te amo, Sra. Cullen." sonreí ante mi nuevo nombre y me giré
para mirarlo.
"La primera vez que te conocí, muy dentro de mí, sabía que serías alguien
especial en mi vida, pero no tenía idea de que terminarías convirtiéndote en
mi vida." Sonreí y me sonrojé por sus palabras.
"Me siento de la misma forma." Admití, trazando las líneas de su pecho con
mi meñique.
"Bella, sé que las circunstancias que nos juntaron no son las mejores, pero
quiero que sepas que no me puedo quejar con el resultado. Verte cada día y
ahora saber que eres mi esposa es un sueño hecho realidad y no cambiaría
este sueño por nada del mundo." Las lágrimas se agolparon en mis ojos y le
sonreí.
Los maestros que nos llamaban por nuestros apellidos, fruncían el ceño
cuando me llamaban, no estaban seguros de cómo llamarme. Srta. Swan o
Sra. Cullen. Incluso en la oficina administrativa, la cual me había mandado
un documento, no supieron cómo llamarme y tenía varios nombres
tachados antes de que le dejaran, "Bella".
Así continuó por un par de semanas más hasta que finalmente, ya estaba
lista para marcharnos a nuestra luna de miel. Estaba imposiblemente
grande ahora, pero Alice me aseguraba que no entraría en labor de parto en
el avión.
"Bella, estarás bien. Lo prometo." Alice dijo sonriendo. Asentí y tomé otro
suspiro profundo.
"Es perfecto Edward. Gracias." Asintió. Me ayudó a salir del auto y entrar a
la sala principal del hotel. El Desert Pearl esra un hotel pequeño, con
muebles hermosos y ornamentales color morado y café alrededor, dando un
ambiente cálido, hogareño. Se sentía mucho como mi hogar.
"Estoy bien, ¿Por qué? ¿Pasa algo malo?" Sentí una burbuja de miedo en mi
estómago y bajé el cepillo con cuidado.
"¿Está Edward ahí?" miré alrededor y noté que la ducha se había detenido.
"Bella, amor pásame mis pantalones por favor." Edward dijo calmadamente.
Tomé un par de pantalones de su maleta a un lado mío y se los pasé. Se los
puso y yo me sonrojé, girándome. Sí, estábamos casados, pero
técnicamente aun no lo había visto. Claro que me sentía atraída por
Edward; eso no era ningún problema. No, era mi temor a tanta intimidad.
Estar así de cerca de alguien, aun sabiendo quien era, me asustaba. James
me había arruinado verdaderamente y solo podía esperar que Edward fuera
lo suficientemente fuerte para aguantarme.
"¿Quiere que le limpie el cuarto señor?" miré como los hombros de Edward
se relajaban y miré a través de él para ver a una mujer con el cabello
recogido y rubia, recargada en un carro de limpieza.
"No, no, no aun, no Dios por favor, no aun." Edward e veía como un venado
atrapado por las luces de una camioneta. "Edward. Creo que… creo que no
lograré ir a ninguna parte." Dije presionando mis dientes para calmar el
dolor. Un pequeño quejido salió de mi boca y sacó a Edward se su
congelamiento momentáneo.
"Un Aston Martin. Te diría el modelo y todas las cosas elegantes, pero estoy
seguro de que lo olvidarías tan pronto como te las dijera." Me reí y asentí.
"El dolor viene y va. Estoy más frustrada y ansiosa que nada." Asintió
tristemente.
Aunque no tuvo razón. Tuve que esperar por horas, rezando por estar más
cerca de dar a luz cada minuto. Fue 13 horas después cuando Edward me
dijo que nuestra familia venía en camino que sentí las contracciones más
continuas.
"Muy bien Sra. Cullen. Parece que está lista para pujar." El Dr. Strauss dijo
mirándome. Asentí ligeramente. Había estado lista por 13 horas.
"Te amo Bella. Eres muy fuerte y no puedo esperar para conocer a nuestro
hijo." Dijo dulcemente. Con las palabras 'nuestro hijo' sentí fluir una carga
de emoción. Porque sabía que no importaba qué, este bebe era nuestro.
Ella o él sería el hijo de Edward tanto como sería mío. Aun cuando estaba
atado a él genéticamente por su primo, él era el padre. La genética no valía
nada.
Esta vez, cuando me dijeron que pujara, lo hice con todo lo que me
quedaba. Pujé por mis padres quienes estaban emocionados de conocer a
su nuevo nieto, por Carlisle y Esme quienes nos habían apoyado, por mis
hermanas y hermanos, Alice, Jasper, Rose y Emmett, quienes habían estado
ahí para mí cuando yo no podía estar para mí. Pujé por mí, emocionada de
conocer a mi nuevo centro del universo pero más que nada, pujé por
Edward y mi bebe no nacido, impaciente por que se conocieran, para que su
lazo como padre e hijo se estableciera para que el mundo lo viera. No
quería que nadie dudara. Nunca.
Tenía mi cabello color chocolate, aunque era más ondulado que el mío.
Tenía piel pálida y perfecta y pequeñas mejillas sonrojadas. Sus pestañas
eran largas y delgadas y sus labios de un tamaño perfecto con respecto a su
rostro, rosados y gruesos. Sus pequeños ojos e abrieron y parpadeó. Jadeé.
Sus ojos tenían el color exacto de verde que los de Edward. Miré a Edward,
sorprendida y él me sonrió. "Es tan perfecta." Susurré. Edward asintió.
"Justo como su madre." Sonreí y bostecé, al mismo tiempo que él. Sonreí.
James´ POV
Encontrar la locación de Bella fue muy fácil. Después de que mi familia dejó
la casa de los Cullen, mi madre regresó a Arizona. No habló conmigo o con
mi padre. Mi madre tenía mucho Cullen en su interior. Era débil como ellos.
Nunca había comprendido a mi madre.
No, siempre había sido el hijo que estaba a dos pasos de su padre,
siguiendo todos sus pasos. Mi padre me entendí, veía el mundo de la misma
manera que yo lo hacía. Que para él era mejor porque nadie más podía
seguirlo.
Bella´s POV
Me desperté por el sonido del Holter, sonando rítmicamente. Abrí mis ojos,
mirando alrededor, fijándome en lo que me rodeaba. Flores y globos
cubrían la habitación, todos de colores brillantes y felices. Vi a Alice a mi
izquierda y Jasper sentado pacientemente, hablando con ella. Esme también
estaba ahí, mirando por la enorme ventana, tarareando para sí. Solo había
algo que faltaba. Miré alrededor y me comencé a alterar. ¿Dónde estaba?
"¿Bella?" miré a Alice quien se puso de pie y caminó hacia mí. Escuché un
puerta cerrarse y me giré para ver a Edward saliendo del baño privado. Me
sonrió gentilmente y sentí mi corazón tranquilizarse. Él estaba aquí. "Me
asustaste." Susurré, mi voz sonaba rasposa.
"Lo estabilizaron por ahora. Perdió mucha sangre pero James no dañó
ningún órgano vital así que Charlie estará bien." Sentí sudor frío cubrir mi
cuerpo y negué con la cabeza.
"Bella, amor, está bien. Lo hizo para salvar a nuestra hija. Para salvarte a
ti." Sentí lágrimas picar mis ojos y parpadeé.
"También lo creo."
"¿Mamá?" se puso de pie, y arrojó sus brazos sobre mí. La abracé de vuelta
incómodamente, manteniendo a Charlotte fuera de en medio. "Oh, lo
siento. No la vi." Dijo mirando hacia abajo, a mi hija. Asentí.
"Oh, ¿no eres la bebe más hermosa del mundo?" susurró. Arrulló a
Charlotte delicadamente y yo miré a través de ella a mi padre, recostado en
una cama de hospital. Estaba durmiendo, o drogado, era difícil decir. Tubos
y cable estaban alrededor de él en un complicado desorden y sentí las
lágrimas asomarse por mis ojos. "Bella, tu madre y yo estaremos afuera."
Edward dijo lentamente. Asentí y me giré para mirar de nuevo a mi padre.
Me estiré y tomé una de sus manos en las mías.
"Gracias papi." Susurré, mi garganta llena de emociones atrapadas. "Me
salvaste a mí y a mi pequeña niña. Salvaste a mi familia." Parpadeó y se
abrieron lentamente, pesadamente y me miró.
"Papá, lamento lo que James haya hecho eso." Sollocé. Charlie palmeó mi
espalda y se alejó de mí.
"No quería herirte." Suspiré. Nos quedamos ahí por un momento, ambos
llorando hasta que finalmente Charlie se puso mejor. Yo continuaba siendo
un desastre.
"Soy más fuerte de lo que parezco Bella." Asentí, limpiando mis ojos.
"¿Edward lo sabía?" asentí.
"Lo sé. A veces siento como si no lo mereciera." Admití. Charlie negó con la
cabeza.
"Gracias papá." Asintió y besó mi mano. Nos sentamos por un largo tiempo,
sosteniendo nuestras manos y en silencio hasta que una mano acarició mi
espalda. Limpié mis lágrimas y miré a Edward.
"Amor, deberíamos regresar a tu habitación. Debes estar exhausta." Asentí
y me despedí de mi papá antes de dejar que Edward arrastrara la silla de
vuelta a mi habitación. Movieron a Charlotte a mi habitación. Edward puso
su cuna al lado de mi cama para que pudiera verla dormir.
"Soy libre." Susurré lentamente. "No puede volver a herirme." Edward besó
mi frente.
"No morirás hasta que seamos viejos, tengamos cabello canoso y mucho
nietos." Le ordené. Edward rió y me besó suavemente.
"Trato hecho." Susurró contra mis labios. Sonreí y me presioné más contra
él. Mi padre estaba en lo correcto. Era perfecta para Edward, tanto como él
lo era para mí. Al fin había encontrado mi lugar en la tierra.
Habían pasado cuatro años desde ese fatal día en Utah. Había hablado con
mis padres, les dije todo lo que había pasado. Fue difícil, pero con el apoyo
de Edward, fui capaz de reponerme. La situación nos llevó a unirnos más
como familia y no podía quejarme con los resultados. Mi padre y yo nunca
habíamos sido tan unidos. Un lazo se había formado ese día, uniéndonos
más y yo estaba disfrutando cada minuto.
Charlotte creció más y más y se ponía hermosa cada día más. Era mi
pequeño ángel y no podía imaginar mi vida sin ella. Observé cómo iba de
persona en persona, sonriendo y riendo. Emmett se estiró para tomarla
pero ella se escapó, riendo. Su risa era como el sonido de campanas de
plata. Era la niña más perfecta que nadie hubiera visto. Vi como mantenía
sus ojos en Emmett y fue tomada por Jasper quien comenzó a hacerle
cosquillas sin control. "¡Tío Jasper!" gritó entre sus risas. "¡Basta!" Jasper
sonrió y la bajó. Corrió hacia mí y se puso en mi regazo. Acarició mi mejilla
suavemente y sonrió. "Hola mami." Dijo besando mi nariz. Sonreí y la
abracé.
"Hola Charlie. ¿Te estás divirtiendo con tus tíos?" asintió emocionadamente,
sus bucles cafés volando. Miré a Alice, quien regresaba a la habitación.
Suspiró, acariciando su redondo estómago. Alice no había perdido el tiempo
para embarazarse. Siempre había querido un bebe, pero después de que
tuve a Charlie, había prácticamente demandado uno. Ella y Jasper se
casaron hace dos años, durando su primer año en la universidad. Ahora
estaba embarazada de un niño y no podía esperar para tenerlo.
"Oh por Dios. Juro que Erick cree que mi vejiga es una cama de agua o
algo." Suspiró. Sonreí, recordando la sensación.
"Puedes compartir conmigo y con mami y con papi." Charlie dijo sonriendo.
Rose sonrió y me miró.
"Estoy segura de que sería divertido, pero si viviera contigo, nunca podrías
venir a piyamadas especiales." Los ojos de Charlie se abrieron más.
"Hola Alice, Rose." Asintieron a Edward y chocó sus puños con Emmett y
Jasper. "¿Cómo está el bebe?" Edward preguntó. Alice suspiró.
Misterio
Había estado observando a esta familia desde casi un año. Me había tomado
un tiempo localizarlos, pero una vez que los tenía, no me había alejado de
ellos. Claro, ellos no sabían de mi existencia. Me aseguré de ello. Ellos no
sabían que me sentaba a observarlos, esperando ver que me dieran la
oportunidad de tomar lo que por derecho me pertenecía. No sabrían qué los
golpeó y estaba contando con eso.