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Me encontraba como todos los fin de mes, camino hacia el supermercado. Ya era una costumbre así que al
llegar tome un carrito y saque del bolso la lista de las cosas que necesitaría. Me encamine al pasillo de frutas
y verduras pero este estaba muy congestionado por lo que decidí ir por un cereal. Mientras escogia entre el
sabor a fresas o chocolate. Eschue los gritos de las personas.
-Esto es un asalto- gritó un hombre que tenía un pasa montañas sobre el rostro.
Todas las personas empezaron a gritar histéricas, por mi parte sólo solte el carrito y mire a los asaltantes.
Cuando unos penetrantes ojos verdes me atraparon.s quedamos unos minutos así mirandonos olvidandonos
de nuestro alrededor. También tenía su rostro cubierto por el pasa montañas. Desvió su mirada.
-No se muevan- hablo por vez primera. Su voz de terciopelo inundo el lugar.- Vamos busquen los malditos
papeles y la caja- dijo en tono autoritario.
Tres de los asaltantes se dirijieron a las oficinas y los demás junto con él, se quedaron con el resto de los
presentes. Un joven camino hacia ellos y él solto un disparo. Caí al piso de la impresión, cuando levante la
vista para encontrarme con lo peor, el joven que se acerco a ellos estaba en su antigua posición.
El hombre de ojos esmeraldas volvío a mirarme y le susurró algo a uno que se encontraba junto a él. Este
asintió y me miro.
Caminó hacia a mí a paso lento, al quedar frente a mi. Se agacho y me susurró al oído.
-Espera mi señal- se aclaro la garganta- Si no lo haces date por muerta. Gritare YA y caminarás atrás de ese
Stan hacia nosotros- me miró a travez de sus ojos oscuros- Sabes lo que te pasará si no lo haces.
Se levanto y caminó hacia donde su jefe o eso suponía por el tono autoritario que el hombre de ojos verdes
tenía.
- Ya está Jefe- dijo unos de los hombres que envió a la oficiana. Los otros dos venían con unos sobres y una
bolsa negra.
-Nadie se mueva hasta que estemos fuera- dijo el chico de ojos oscuros- Y saben los que le va a pasar si
hablan- soltó un disparo a aire- Van a morir.
Me levanté a paso torpe. Tropecé dos veces con mis propios pies. Pero logre salir por donde el me indico al
llegar el estaba ahi, le indico algo al chico de ojos oscuros y este le sonrío.
-Sigueme- me dijo y lo seguí hasta una camioneta- Entra- dudé un momento - Sabes lo que te ocurrira si no
lo haces ¿Cierto?- y entre.
El viaje duró aproximadamente 30 minutos estaba sentada entre dos hombres enormes. El chico de ojos
oscuros se quito el pasa montañas y me miró. Su rostro era como el de un niño grande su cabello era rizado
oscuro del mismo tono que el de sus ojos.
- El Jefe quiere hablar contigo- lo mire aterrada ahora si tenía miedo. No sabia que queria él de mi-
Tranquila- me dijó- No te va hacer daño claro si cooperas.- No le respondí, sólo deje escapar un sollozo.
- Ya llegamos- dijó- Bajenla- les ordenó a los grandulones. Estos me ayudaron a bajar de la camioneta y cada
uno se coloco a un lado mío.
-Vamos- dijó y camine con la mirada en el suelo. Cuando por fin tuve el valor de ver a donde habíamos
llegado me quede impresionada. Era una casa de tres plantas , de un blanco elegante, afuera de esta había un
gran jardín y muchos árboles que la rodeaban. Cuando estabamos justo al frente de la puerta está se abrió y
salió una mujer que parecía miss universo. Era alta de un cuerpo de revista, de ojos azules como el mar y
cabello rubio que le llegaba hasta la cintura.
La rubia lo abrazó, y fue en ese instante que se dio cuenta de mi presencia. Se separó de él y lo miro ceñuda.
-Bella Swan- le dije y estreche su mano. No sé porque pero ella me inpiraba confianza.
Entramos a la estancia era mucho más hermosa que por fuera. Estaba pintada de colores claros que
contrastaban con los muebles. Subimos al segundo piso y entramos a una recámara que era como el tamaño
de mi pequeño departamento. Me indico que me sentará y asi lo hice pues estaba hecha un charco de nervios.
-Tranquila Bella- me dijó- No dejaré que te suceda nada- aseguró- Es más no creo que mi hermano sea capaz
de hacer algo que tu no quieras.- sonrío.
-Cuentame de ti - dijó rosalie con un sonrisa- Sabes no tengo amigas a parte de Alice, y me gustaría que tú
fueras mi amiga.- me sonrío.-¿Estudias?ó.
-Es que me encantan los libros- le explique- Algún día quiero llegar a ser una gran escritora- sonreí al pensar
en eso. Era mi sueño desde pequeña.
-Que bien eres una persona soñadora. Espero comprar tu Saga- dijó y sonreimos.
-Rosalie debemos irnos- dijo Emmet en tono serio.- Tu hermano ha llegado y quiere hablar con la chica.
-Bueno te creo, pero tomare medidas.- se giró hacia mí- Ten Bella- me dio un celular- Si el estupido de mi
hermano se llega a pasar me llamas Ok.
-Rose, sólo Rose - me sonrío- Aprieta el número 1 y estarás llamando a mi casa si lo llegas a necesitar. Nos
Vemos Bella- se acercó y me dio un beso en la mejilla.
-Bella- habló el grandulón- Ve al tercer piso a la habitación de la derecha. - asentí- Él hablara contigo allí.
Cerró la puerta. Caminé hacia la gran ventana de cristal que daba a fuera de la casa. Vi a Rosalie y Emmet
subirse en una hummer. Me armé de valor y subí la escaleras, abrí la puerta de la recámara y no había nadie.
Sobre la cama habían bolsas de Victoria Secret´s, Guess , Gucci y marcas reconocidas. Pero ni siquiera las
mire. Me sente en la cama a esperar a que él se dignara en venir.
-Hola- susurró- Espero que estes cómoda. Podrías mirarme por favor- pidío.
-Por favor... suplicó con su voz de tercipelo. Qué tramposo quien no iba a seder con una voz así. Giré
lentamente para encararlo. Y me quede paralizada.
Era el hombre más hermoso que había visto en mi vida. Alto de tez lívida y pomulos sonrosados, sus ojos
eran verde esmeralda y su pelo cobrizo alborotado. Su cuerpo era la tentación, era musculoso y sus brazos se
veían fuertes.
-Si que eres valiente- se acercó- Pero si me importa demasiado como te llamas.- se agacho y rozo mi mejilla
con el dedo pulgar. Sentí como mi estómago se lleno de mariposas y miles de choques eléctricos traspasaron
mi piel.
-Pues Bella será preciosa- dijó y volvió a tocar mi rostro.- Mi nombre es Edward Cullen.
-Nunca digas nunca pequeña- murmuro en mi oido. Eso me hizo estremecer y el rió bajito.
-No- respondi
Y sin más preambulo me beso. Cuando sus labios hicieron contacto con los míos no me pude controlar, le
respondí a ese beso con amor. Era la primera vez que alguien me besaba y me sentí en el cielo, aunque el que
me besara fuera mi secuestrador. Paso su lengua por mi labio inferior pidiendo permiso y se lo concedi.
Nuestras lenguas danzaron como si fueran una sola. Nos separamos cuando necesitamos aire y lo abraze.
Parece loco, pero nunca me había sentido tan protegida y tan bien con alguien. No importaba que este fuera
mi secuestrador. Sentía algo muy fuerte por Edward, ahora era yo la que no lo podría dejar.
Me beso en la frente y me condujo hacia la cama. Me recoste en su pecho y caí en un profundo sueño.
Alice
Bella POV:
Desperte algo desorientada, cuando sentí unos fuertes brazos sujetar mi cintura, imágenes de lo ocurrido
el día anterior inundaron mi mente. Sonreí aunque parezca loco, reír despúes de ser secuestrada no era
normal, pero aunque él me secuestro eso no importaba. Para ser sincera si él me lo hubiera pedido, feliz
hubiera aceptado.
Lo mire yacía completamente dormido, parecía un ángel. Acaricie su rostro se movío un poco y me aprete
más a él, aspirando su delicioso olor.
Estaba acostada al lado del hombre más hermoso del universo y él me tenía abrazada. Era más de lo que
podía pedir.
-Buenos días- me dijó al oído. Me sobresalte ya que no sabía que estaba despierto.
-Lo suficiente para verte sumida en tus pensamientos-dijó y su semblante se volvío triste- ¿En que
pensabas Bella quieres irte?- dijó en un susurró.
-Claro que no tontito- le dijé y lo abraze- Yo quiero estar a tu lado Edward- le aseguré.
-Yo también Bella, pero en esta vida corres mucho peligro amor- me dio un besó en la frente- Si quieres
quedarte conmigo debes aprender a protegerte- dijó en tono serio.
-Luego hablaremos sobre eso.- me sonrío- ¿Qué quiere hacer hoy pequeña?- preguntó.
-Claro pequeña- me besó con pasión yo le respondí con la misma, sentía que me quemaba la piel.
-Demonios- exclamó y cuando vio el identificador de llamadas sonrío.-Hola Alice ¿Cómo estas?.- solto
una carcajada y se alejó de la cama.
¿Quién demonios era la tal Alice? ¿Por qué Edward tenía risa de tonto al ver el identificador? ¿Será su
novia o quizá prometida? Estúpida estúpida me repetí mentalmente como puedes ser tan absurda de
pensar que él siente algo por ti. Lo único que quiere es acostarse contigo y tu de boba se la pones fácil.
Camine hacia el baño y di un portazo al entrar. Estaba molesta por ser tan idiota de creer que él sentía
algo. Vamos Bella deja de pensar boberías.
-¿Quién?-pregunte.
-Alice- me dijó- Es mi hermana Bella quiere conocerte y nos invito a desayunar a su departamento.
Alice su hermana... Bravo Bella me dijo una voz Ya desconfibas de él y sólo es su hermana.
-En el closet hay algo de ropa, despúes puedes ir de compras. En 20 minutos nos vamos cielo- me beso la
punta de mi nariz. Y salió de la recámara.
Tomé un relajante baño y busque entre la bolsas que estaban en el closet. Había ropa finisima, pero opte
por un vestido sencillo de flores que me llegaba a medio muslo. Y unos zapatos de bailarina. Deje mi
cabello suelto y me coloque algo de brillo en los labios.
Baje las escaleras animadamente. Edward se encontraba a pie de estas y al verme por casi se le salen los
ojos. Sólo pude sonreír por su reacción.
-Estas hermosa amor- dijó- Tendré que cuidarte si sigues optando por vestir esos vestidos que sólo cubren
lo necesario.- me sonroje por su comentario.-Vamonos.- me ofreció su mano y la tome sin dudar.
-No le molestara a tu hermana que lleves a alguien- le dijé insegura por la reacción de la tal Alice.
-Porsupuesto que no pequeña- me acaricio la mejilla- Estoy seguro que le caerás bien.
-Ya llegamos- anunció. Y bajo para abrirme la puerta. Entramos al edificio tomados de la mano.
-Señor Cullen.- lo saludó una rubia que salia del asensor. Y lo miró como si él fuera un postre.
-Señorita Laurent- la saludó en tono educado. Ella asintío y salió del asensor.
-¿Quién es?- le pregunte hecha una fiera. Por como lo miró la tal Laurent.
-Sí- le dije furiosa- Y espero que no te vuelva a mirar así porque quedara sin su hermosa cabellera.
Salimos del asensor y yo seguía enfurruñada por lo ocurrido con la rubia oxidada.
JAJAJAJAJAJA wao...- dijó un hombre alto felino de cabellos dorados y ojos azules iguales a los de
Rosalie- Una bella dama manda al gran Edward Cullen- y siguió riendo.
-Basta Jasper- le dijó una chica pequeña de cabello negro como el carbón que salia en todas las
direcciones. Parecía un duendecillo por sus facciones. Avanzó hacia donde nos encontrabamos Edward y
yo, sus andares eran gráciles parecía una bailarina.
Asentí.
-Soy Alice Cullen- se presentó y me abrazo, le respondía a su abrazo.- Pasen adentro esta Rose y Em.
Edward me abrazo y pasamos al departamento. Rose y Emmet veían televisión. Rose voltío al oir la puerta
cerrarse y corrío hacia mi y me abrazo.
-Bella- exclamó- Que alegría verte- me dijó con una gran sonrisa.
El grandulón se acerco y me sonrío. Le devolví la sonrisa, avanzo y me dió un abrazo que me dejo sin
aire.
-Bajala Ya Emmet - lo amenzo Edward. Y me bajo. Edward me tomó entre sus brazos.
-Tranquilo Ed - le dijó Em- Verdad que no te enojastes por el abrazo hermanita- me dijó.
-Bueno Edward porque no la sueltas para poder desayunar- le dijó riendo- O será que todavía tienes
ganas de hacerle cositas sucias- le golpeo juguetonamente el brazo- No fue suficiente anoche.
-Te tienen a dieta ed- dijó Emmet entre risas. Y todos reimos por su comentario, menos Edward que
estaba furioso.
Desayunamos entre risas por los comentarios que hacía Emmet.
-Claro- le dije.
-Acabas de firmar tu sentencia de muerte Bella- me dijo Jasper y todos empezaron a reir.
-¿Por qué?-
Quedamos en vernos por la mañana, ella iria a recogerme ya que Edward tenía algunos negocios muy
importantes que atender.
El resto de la tarde Edward se la paso hablando por celular, atendiendo algunos negocios. Y yo decidí
recorrer la casa. Era muy grande me perdí unas cuantas veces.
Mientras preparaba algo para cenar, sentí unos fuertes brazos apretar mi cintura.
-Me fascina el pollo, aunque creo que más apetitosa esta la cocinera- dijó mordiendome la oreja. Sonreí
como una tonta.
Cuando estabamos cenando, me atrevi a preguntarle algo que me estaba dando vueltas en la cabeza toda
la tarde.
-Edward- le dije y dude un momento- ¿Eres jefe de alguna mafia o trabajas para ellos?.
-Mi padre es el jefe yo sólo estoy acargo de ciertos negocios. Es un imperio grande y me estoy preparando
para cuando llegue la hora de dirijirlo.
-No, todavía no amor, pero si fuera necesario lo haría- dijo serio- Para proteger a mi familia.
-No- respondí sinceramente- Sólo era simple curiosidad. Claro no me gustaría que estubieras matando
como un sicario.
Buenos días preciosa. Disculpa por no despertar a tu lado, pero debía atender unos negocios. Espero
que disfrutes tu día de compras. Te espero en la noche para cenar.
Edward Cullen.
Me bañe y vestí con ropa deportiva. Al terminar de desayunar una de las empleadas me aviso que
Alice había llegado y me esperaba a fuera. Tome mi bolso y salí.
-Si.- conteste. Y me percate de los dos carros que estaba atrás de un Mercedes que me imagine era el
de Alice- ¿Y esos autos?- le pregunté.
-Alice no necesito escoltas- le dije y ella hizo una mueca- Se cuidarme sola, además no tengo enemigos.
-Pues tendrás que acostumbrarte ahora que eres la mujer de Edward Cullen-declaró.
-No es necesario Alice- dije frustrada por tener que soportar que me siguiera.
-Ya te dije acostumbrate. Ahora que estas con Edward quizás tengas muchas enemigas- dijó riendo.-
Ya vamonos o las tiendas se llenaran.
Y partimos al Centro Comercial. Al llegar dos hombres nos siguieron, por lo menos nos dejaban
caminar ya poco le faltaban para cargarnos.
Mientras Alice me escogia un bolso, para agregar a los diez que ya había comprado, una chica de
cabello ruibio rojizo se acercó.
-Que risa me das Tanya - le dijó Alice- Si tengo una cuñada esa es Bella- me señaló- Ella si es la novia
de Edward.
-Oh no me digas- dijo y se voltío para encararme- Así que tu eres la zorra de turno de Eddie.
-La zorra era tú Tanya que ni siquiera a querida llegastes- le dijó una voz conocida- Por tu bien vete
ahora mismo, sino quieres que tu linda cara operada tenga un pequeño desperfecto- la amenzó Rosalie.
Y la muy cobarde se fue. Rosalie y Alice empezaron a reír. Pero a mí me comian los celos por dentro
que tuvo que ver ella con Edward. Tenía que preguntarselo.
Hola chicas... Espero les guste la historia
próximo capi:
Celos y Enfrentamiento.
Celos y Enfrentamiento.
Después de la gran tarde de compras. Alice me llevo a la casa. A fuera estaba el volvo de Edward.
Tire las bolsas en la sala y me dirigí a su despacho hechando humo de la rabia que me consumía.
-¿Quién diablos es Tanya?- le pregunté gritando ya que ni Alice y menos Rosalie hicieron ningún comentario
sobre ella. Al oír mi gritó, se paro de su silla y caminó hacia mi.
-¿Qué pasa Bella?- dijó preocupado- ¿Por qué estas tan alterada pequeña?
-Y me lo tienes que preguntar- grité- Te hice una pregunta Edward Cullen respondeme- le espeté.
-Fue una de mis aventuras Bella- se acercó a mí y yo retrodecí un paso por su avance- Cálmate pequeña- dijó
tratando de acercarse.- Pasó hace mucho tiempo.
-Qué me calme- exclamé- Ahora tengo que soportar que tus ex me digan que soy tu ZORRA de turno- le
grité aún más fuerte- Oh si cálmate Bella- le dijé ahora llorando.
Cruzó en dos zancadas el espacio que nos separaba, me tomó en brazos y me besó con furia, trate de alejarlo
pero fue en vano. Sus besos me volvían loca y sólo con el contacto de sus labios queria más y más. Nos
separamos por aire y él empezo a besar mi cuello con ternura, mientras yo acariciaba su cabello.
-Te quiero Bella- dijó con voz entrecortada- Te quiero y eso es lo único que debe importar- susurró contra mi
piel y me hizo estremecer.- Yo no tengo nada con ella. Sólo te quiero a ti amor.
-No hay nada que perdonar- me dijó y sus labios se encontraron con los mios.
El resto de la noche cenamos y vimos algunas películas. Me dormí en sus brazos, antes del final de la
segunda película.
Al despertar Edward se encontraba a mi lado. Lo besé y salí de la cama en silencio. Fui hasta la cocina y
prepare enselada de frutas, emperadados y un poco de café. Subí con el desayuno en manos. Al entrar en la
habitación todavía seguía dormido, deje el desayuno en la mesita de noche. Y empeze a besarlo, se removío
un poco y abrío los ojos. Las esmeraldas más hermosas del mundo.
-Buenos días amor- dijó aún soñoliento. Me jaló y me colocó arriba de él- ¿Por qué no despertastes a mi
lado?- preguntó entre enojado y juguetón.
Desayunamos en la cama, entre besos y bromas sobre todo lo que Alice compró. Edward y yo llegamos a la
conclusión que sólo Alice podría mantener a todas las tiendas del Centro Comercial. Su celular sonó y él se
dirigío a contestar.
-Hola papá- dijó en tono serio- Claro estaré allí en una hora y te presentaré a alguien especial- me ruborize al
escucharlo.- Nos vemos- concluyó.
- Tengo que aclarar un asunto con mi padre, te llevare a las oficinas- dijó besando mi hombro- Te espero en
30 minutos en la sala amor.- y salió de la recámara.
Iba a conocer a su padre. Y también iba a conocer sus negocios, no pensé mucho en eso y me dispuse a
arreglarme opte por un pantalón negro, una camiseta blanca con rayas negras y un chaleco negro. Tube que
utilizar tacones aunque estos me hicieran más torpe de lo habitual. No me maquille sólo utilize labial, tomé
mi bolso y salí a encontrarme con el amor de mi vida que me esperaba con una gran sonrisa en la sala.
-Gracias- dije.
-Vamos- tomó mi mano y salimos directo a las oficinas. Durante el camino nos mantuvimos en silencio, no
era un silencio incómodo, al contario no hacian falta palabras para expresar lo feliz que estabamos por
tenernos el uno al otro.
De repente Edward paro el carro y salió de él. Salí tras de él y me percate de tres camionetas que se
estacionaron tras nosotros.
Un hombre alto musculoso de pelo negro, bajó de una de ellas y le sonrío de una manera arrogante a Edward.
-¿Qué quieres perro?- gritó Edward muy alterado. Apreté su mano, pero no se relajaba. Mientras trataba de
calmarlo, él hombre de pelo negro sonrío.
- Que hermosura te conseguistes Ed- dijó mirandome con lujuria- Por qué no la compartimos.
-Callaté maldito perro- le gritó Edward, soltó mi mano y avanzo hacia él.- No vuelvas a hablar de ella en ese
tono o no vivirás para contarlo- lo amenzó.
-Sí como no- dijó el hombre y sacó su pistola. Edward en un movimiento veloz hizo lo mismo.- Puedo hacer
mía a tu mujercita cuando quiera- dijó a carcajadas.
- Te lo advertí Félix- dijó Edward y lo apuntó. El tal Félix hizo lo mismo y varios hombres bajaron de las
camionetas.
Estaba aterrada, quería ayudar a Edward pero no sabía como hacerlo. Saque mi celular y llamé a Alice.
-Un hombre esta peleando con edward- dije sin respiración- llama a Jasper rápido.
-No lo se- respondí.- Sólo sé que ibamos camino a las oficinas de su padre.
Edward seguía discutiendo y los hombres de tal Félix apuntaban hacia nosotros. Uno se deslizó
cuidadosamente para golpear a Edward, pero yo actúe más rápido tomé mi tacón y le pegué con todas mis
fuerzas en la cabeza y este cayó al piso jadeando de dolor.
-Bien Bella- me felicitó Edward. Le sonreí. Pero de pronto se escuchó un disparó y Edward cayó al suelo.
Pues aquí les dejo otro capítulo es algo cortito, pero espero de todo corazón que lo disfruten.
BESITOS Y ABRAZOS.
¿Doctores?
Edward yacía en el suelo sangrando. Estaba desesperada por ayudarlo, pero no sabía como.
Cuando un hombre alto y rubio apareció y jaló cuidadosamente a Edward detrás del auto. Sólo se escuchaban
los sonidos de las balas, estaba demasiado asustada, no por estar en medio de una balacera de mafiosos. Sino
por Edward aún no reaccionaba. Y si a él le pasaba algo, mi vida ya no iba a tener sentido.
-B...Bella- dijó Edward y volví a la vida al escucharlo.
-Sí papá- respondío Edward y tomó mi mano- La bala sólo rozo mi hombro.
-Emmet se está encargando de ellos junto con los muchachos- le dijó y Edward sonrío.
Yo lo mire asombrada, pues aunque sólo tenía días de conocerlo, jamás había hablado así delante de mí. Él
notó mi mirada y rozó mi mejilla con la yema de sus dedos. Cerre los ojos ante el contacto.
-Mucho gusto joven- dijó el padre de Edward- Lamento que tengamos que conocernos en estas
circunstancias- extendió su mano y lo la estreche- Carlisle Cullen.
-Solo Carlisle hija- dijó en tono paternal. Le sonreí.-¿Por qué inció la pelea Edward'-le preguntó.
-Tranquila hermanita que no voy a matarte- rió escandalosamente.-¿Cómo estás Ed?- preguntó un tanto serio.
-En una de las bodegas. No quedo ninguno de sus hombres- dijó un frío Emmet.
Llegamos a un gran edificio como de 15 pisos, que tenía en negritas CORPORACIÓN CULLEN.
Carlisle bajó a Edward con cuidado, y los seguí hasta el elevador. Estabamos en el décimo piso y entramos a
una gran oficina. Carlisle ayudó a Edward a sentarse en un sillón, mientras salía en busca de algó para curar
su herida.
Yo no podía dejar de llorar. Edward me jaló para quedar sentada en sus piernas. Y limpiaba delicadamente
mis lágrimas que caían a cantaros por mis mejillas.
-Lo siento tanto Bella.- dijó apenado- No quería que pasarás por esto pequeña, -tomó mi rostro entre su
manos y me besó.- No debes temerme pequeña jamás te aré daño- me besó la nariz.
-No seas tonto- le dijé y pegué juguetonamente a su hombre, a lo que él soltó un jadeo de dolor- Lo siento
Edward, lo siento no quise lastimarte- dijé apenada por pegarle donde le rozó la bala.
-No te temó Edward, al contrario nunca me había sentido tan segura en mi vida- me miró como si estubiera
loca- No me importa lo que ocurrió hace un momento. Si tengo que estar todos los días en una balacera, no
me interesa, si tengo que aprender a utilizar una pistola no me importa. Quiero estar contigo, no me importa
lo demás. No quiero perderte- le dijé sorprendida de mi sinceridad.
La puerta se abrió, sobresaltando. Una mujer de baja estatura y de ojos verdes como Edward corrió hacia él.
Me levanté para que pudiera abrazarlo.
-Si madre - respondío Edward besandole sus cabellos- Estoy perfectamente bien.
-Debes limpiar tu herida hijo, puede infectarse- le repusó, se giro y su mirada se encontró con la mía. Y me
sonrío de forma maternal.- Disculpa linda- me abrazó- estaba tan desesperada por Edward que no te salude-
sonrío apenada- Eres más hermosa de lo que me comentó Alice- dijó sonriente y yo me ruboricé apenada.
Asentí.
Carlisle entro con un maletín y se dispusó a curar la herida de Edward. Lo miré sorprendida, ya que todo lo
hacía con movimientos precisos parecía un...
-Doctor- dijó Edward y me sobresalté.
-Crees que los mafiosos no estudian Bella- dijó Carlisle en tonó divertido.
-Claro que no- dijé apenada- Sólo que me tomó desprevenida que esa fuera tu carrera.
-Ginecología- dijó.
-No te ha revisado todavía hermanita- dijó Emmet entrando a la oficina, le saque la lengua y rió a carcajadas.
-Edward te importaría dormir hoy en casa- le dijó Esme- Así no estaré preocupada por tu herida.
Subimos a un Cadillac CTS, y Edward me dejó conducirlo, ya que no podía por su hombro vendado.
Era la primera vez que conducía un auto decente. Edward miraba a través de la ventana, mientras yo seguía el
auto de Carlisle. Se veía pensativo.
Aparcamos afuera de una casa de tres plantas como la de Edward, pero está era más grande. Estaba cubierta
por grandes árboles que le daban un toque muy original.
Esme me guió hasta la habitación de Edward, mientras éste conversaba con su padre supuse que sobre el tal
Félix.
Me bañe y vestí con la pijama que me dió Esme que me quedaba muy bien.
Al salir del baño, Edward estaba recostado en la cama. Caminé hacia la cama, al llegar gatié hasta él y le besé
el hombro donde se encontraba su herida. Suspiró y me sentó en sus piernas.
- Es que es un poco arriesgado, pero necesito que lo hagas para estar un poco tranquilo- dijó besando mi
nariz. Cada vez que me tocaba perdía el hilo de mis pensamientos.
-Debes tomar clases amor, por si se vuelve a repetir algo como lo de hoy- dijó.
-¿Cuándo empiezan mis clases?- pregunté animada. Parecía divertido lo de las armas.
-No pensé que lo tomarías tan positivo- dijó besando mi cuello- Mañana mismo.
Me acómodo en la cama mientras él se subía encima de mi apoyando su peso en sus brazos. Atacó mis labios
ferozmente y yo envolví mis manos en su cabello. Beso mi cuello y acaricio mis piernas. Mi estómago
parecía explotar por las sensaciones que sentía. Casi por instintó desabroche su camisa con mis temblorosas
manos y recorrí con la yema de mis dedos las líneas de su esculpido pecho.
Volvío a besarme pero esta vez fue más tierno y dulce, nuestras lenguas danzaban juntas.
-Me vuelves loco Bella- dijó hundiendo su rostro en mi cabelo- Pero quiero que hagamos esto cuandos este
preparada-dijó serio- Y no en la casa de mis padres- rió contra la piel de mi cuello.
-Y yo a ti Bella más que nada en el mundo.- me acómodo en su pecho. Y caí en un profundo sueño.
Mañana sería otro día, donde entraría al mundo de la mafia. Todo por el gran amor que sentía por Edward
Cullen.
Otro capítulo...
Un saludito para:
FS-Twilight-, karito CullenMasen, Peliroja, marijocullen y MillyC. GRACIAS POR SUS REVIEWS
CHICAS...
BESOS Y ABRAZOS...
Entramos a una oficina llena de armas. Edward tomó dos y abrió una puerta que daba acceso a un sala de
práctica de tiro. Emmet se encontraba charlando con un chico en cuantos nos vió, se acerco con una gran
sonrisa.
-Hola hermanita, Ed- saludó- Lista para ser una mafiosa hermanita- preguntó riendo.
Emmet me explicó como utilizar la pistola; insertar las balas y aprentar bien el gatillo con el dedo índice, al
principio fue díficil ya que estaba algo nerviosa y mi mano no dejaba de temblar. Y esto era motivo de risa
para Emmet y Edward aunque este último dejo de reir cuando le lanze una mirada envenenada.
-Tira a los globos que tienes al frente Bella- dijo Em- Concentrate piensa que son tus atacantes.
-Maravilloso- exclamó Em- Se ve que tienes puntería hermanita- sonrío- Será que ya tienes práctica con otro
tipo de pistolas- dijo y rió escandalosamente- Me sonroje por su comentario y Edward lo miró y sonrío. -
Vaya Ed le estás dando clases privadas a Bells- dijo riendo más fuerte.
-Ahora vamos al siguientes paso- dijo mi instructor- Trae los chalecos Ed- Edward salió un momento y
regreso con dos chalecos anti-balas y se los tiró a Em- Ten Bellita pontelo y toma esa pistola de allá- me
indicó una mesa- Es de pintura, te atacaré y tú responderás Ok.
Asentí.
-Bien Bella- exclamó Edward feliz y corrío a besarme. Em se deslizó para tomarme desprevenida y atacarme
pero yo fui más rápida quite a Edward del caminó y volví a dispararle a Emmet.
Escuché risas a mis espaldas eran Alice, Rose y Jasper que disfrutaban la derrota de Emmet. Les sonreí.
-Hoy nos vamos de fiesta y no acepto un no por respuesta Bella- me dijó Alice.
-Bien Bella cambiate debemos ir al Centro Comercial y despúes a tu casa a arreglarnos- dijo Rose.
-Sí- exclamó Alice- sólo tenemos cuatro horas para arreglarnos- todos reímos por su comentario.
-!Wao!- exclamó Em- Por fin te atraparon.-apuntó a Edward- Edward Cullen acompañando a las chicas al
Centro Comercial. Esto si que tiene que ser un día histórico- dijo riendo. A lo que Rose le dió un condazo en
las costillas- Auch!-se quejó y reímos- Sólo dije la verdad.
-No molestes a mi hermanito- bromeó Rose. Y Edward le envió un besó que ella atrapo y se lo llevó al
corazón.
Por muy absurdo que parezca, el amor a primera vista existe. Y yo lo descubrí aquella tarde en aquél
supermercado, cuando esos ojos verdes se cruzaron con los míos. Ni siquiera importo que me forzara a irme
con él , eso no importaba porque con sólo verlo me sentí perdida. Al fin encontre mi lugar en esta vida.
-Sí-contesté.
-Aquí esta tu vestido Bella- dijo Alice, giré para verlo y quedé helada.
Era un diminito vestido que tapaba lo necesario, cubiero de brillantes lentejuelas doradas con un pronunciado
escote.
Terminamos de vestirnos a eso de las 8:00 p.m. Ya los chicos nos esperaban para ir a una discoteca llamada
Media Luna, propiedad de un tal Peter uno de los mafiosos de la organización.
Los chicos se encontraban en el recibidor esperandonos. Alice corrío hacia Jasper y este la besó
apasionadamente, mientras Rose y Emmet sólo se observaban.
Edward cortó la distancia entre los dos, y paso sus brazos por mi cintura.
La discoteca tenía una decoración muy ostentosa para mi gusto. Pero aún así tenía ambiente. Uno de los
seguridad del local nos acompañó hasta la zona VIP donde habían sillones muy cómodos. Rosalie y Emmet
fueron a la zona del karaoke, mientras Alice y Jasper charlaban en un sillón contiguo al de nosotros.
Me senté en las piernas de Edward, y este me acariciaba los muslos trazando círculos con su dedo índice.
-¿Bailas?-preguntó Edward.
-No- le dije- Pero tu te arriegas a un pizotón. Él se carcajeo con aquella melodiosa risa.
Mientras bajamos a la pista de baile. Empezó a sonar Ven Bailalo de Khriz y Ángel. Las personas gritaron
eufóricas aunque era una canción de años anteriores snó en sus tiempos.
-Sabes que muchos hombres te miran por tu baile Swan- dijo envenenadamente.
Mordí mi labio y y me colgué de su cuello. Y comenze a descender pegada a su cuerpo, llevandome por el
ritmo de la canción.
-Woo hermanita - gritó Em- No sabía tus habilidades en el baile, estas matando al pobre Ed.
Bailamos tre canciones más, me estaba divirtiendo a lo grande. Por lo bien que me salía bailar con Edward y
los alocados pasos de Emmet y Alice.
-Claro amor- dijó con su sonrisa torcida que me dejaba sin aliento- Ya vuelvo. Y se dirigió a la barra.
Miré a mi alrededor, la gente se la estaba pasando muy bien. Sentí unas manos en mi cintura, me giré
pensando que era Edward, pero me equivoque.
Era un chico alto, tan musculoso como Emmet de piel morena rojiza. Tenía una melena negra sujetada en una
coleta. Traté de que quitará sus manos de mi cintura, pero fue imposible pues me sujetaba fuerte y me estaba
lastimando.
-Suelteme- le dije.
-Eres divina mujer- dijo mirandome- Por que tendría que soltarte.
-Por que quiero que me suelte- dijé y él sonrío. Y su agarre se hizo más fuerte.
-Yo- dijo una voz de terciopelo.- La dama te dijó que la solatarás- dijo Edward furioso.
BESOS Y ABRAZOS.
LU...
-¿Por qué defiendes tanto a esta preciosura Cullen?- preguntó mirándome. Yo apoye mi cabeza en el pecho
de Edward buscando protección- Vaya pero si es tu chica, no déjame pensar tu prostituta de la noche- se rió-
Por eso está tan buena.
Edward me apartó cuidadosamente y en un abrir y cerrar de ojos le propino un ganchazo al chico que lo dejo
sangrando en el piso.
-No vuelvas a referirte así de mi mujer- lo miró lleno de odio- Entiendes Black.
El chico se levantó limpiándose la sangre de los labios mirándolo con odio, y se lanzó a darle un golpe a
Edward. Lo único que se escuchaba eran los gritos de las personas. Edward le propino un golpe al tal Black y
este se volvió a parar.
En ese momento llegó Emmet junto con los demás Rose y Alice trataron apartarme pero no quería dejar sólo
a Edward.
-Perro- gritaba Edward- En tu vida te vuelves a meter con ella- y le pegó más fuerte.
-Basta Edward- le dijo Jasper tratando de calmarlo, lo tomó a la fuerza para alejarlo del tipo que estaba tirado
en el piso sangrando.
-Suéltame Jasper- gritó Edward furioso y luchando para que Jasper lo soltará- Ese infeliz me las va a pagar.
-Calma Edward- pidió Emmet- Piensa en Bella está muy asustada- Fue en ese momento, que Edward se giró
para mirarme. Nuestras miradas se encontraron, y yo estaba llorando como una magdalena por temor a que
algo le pasará. La mirada no duro mucho porque se escucharon disparos.
-Al piso- gritó Emmet.-Toma Bella- me tiró un arma- Cuida a las chicas confío en ti- sonrío.
Corrimos entre la gente que trataba de salir de la discoteca. Nos escondimos detrás de la barra. Alice estaba
nerviosa y Rose vigilaba para ver si alguien nos encontraba.
Corrimos hasta la puerta trasera de la discoteca, llegamos al estacionamiento tres hombres nos seguían pero
Emmet les disparó.
Edward salió de la discoteca seguido de Jasper cubriéndole la espalda, luego Jazz volvió a entrar a la
discoteca.
Cuatro tipos salieron de una camioneta Edward le disparó a dos de ellos y era mi momento de actuar. Deje a
un lado los nervios que me consumían y le dispare a un tipo en la pierna, este cayó en el piso quejándose de
dolor.
-buen tiro Bella- gritó Emmet que venia saliendo con Jasper del lugar y le disparó al otro chico.
-Alice- le grité- Llama a Carlisle y dile lo que ocurre- está estaba hecha un manojo de nervios- Hazlo ya - le
dije. Alice sacó su celular pero estaba desesperada. Por lo que Rose lo tomó y marco a Carlisle.
No tuve tiempo de pensar me pare del suelo. Y le disparé en el pecho, este cayó al piso pero a diferencia del
otro hombre no gritaba de dolor lo que significaba que estaba muerto.
-Tranquila pequeña- dijo yo no paraba de llorar por lo que acababa de hacer- Tranquila- volvió a repetir.
Llegaron dos camionetas y más de diez hombres bajaron. Solté a Edward y los apunté.
-Tranquila hermanita-gritó Emmet- este cachorro sigue vivo- Pero tienes buena puntería.-soltó una carcajada.
Edward me cargó hasta la camioneta, y salimos de ahí seguidos por tres carros más. Llegamos a la casa de
los padres de Edward.
-Sí- respondí.
-Bella ya eres una mafiosa- se burló Em- Mañana recibirás tu certificado de graduación.
-La hubieras visto disparar mamá, parecía que tuviera años de experiencia- dijo Edward riendo- Hasta
calculaba los movimientos y donde tenía que apuntar. Estaba tan concentrada en lo que hacía que por poco
mata a los nuestros- y rompió a reír. Yo me ruborice ya que Esme me veía asombrada.
-Bella- me llamó Rose- Con lo que viviste hoy, deberías escribir tu primer libro.
-Bella trabajaba en una librería- explicó Rose- Su sueño es ser una reconocida escritora- se acerco me dio una
cálida sonrisa y paso su mano por mis hombros, brindándome apoyo.
Edward me miraba sorprendido, a decir verdad creo que ni sabía mi edad. Estos días que habíamos pasado
juntos habían ocurrido tantas cosas que no conversamos sobre los que nos gustaba. Sólo necesitábamos
mirarnos para saber que nos necesitábamos el uno al otro. Eso era suficiente. Ya habría tiempo para hablar.
Así pasamos la noche en una conversación amena sobre lo bien que disparaba y los posibles nombres de los
protagonistas de mi primer libro.
Edward POV.
Los días que estaba pasando con Bella, eran los mejores de mi vida, a pesar de los contratiempos que
habíamos tenido ella seguía ahí para mí. Hasta arriesgo su vida por mí. Era la mujer más maravillosa que
conocía hermosa, sencilla, divertida, inteligente y valiente. Me acepto a pesar de tomarla sin permiso de
obligarla a irse conmigo. Bella sin duda era lo más hermoso de mi vida. Y yo iba a hacerla feliz.
-No.
-Porqué no se lo preguntas-dijo.
WEE... ADORO A ESA BELLA VALIENTE CAPAZ DE TODO POR EL BELLO DE EDWARD.
MIL GRACIAS A LAS QUE SE PASAN POR LA HISTORIA Y DEJAN SUS LINDOS REVIEWS.
YA SABEN PULSEN EL BOTONCITO VERDE. PORFIS Y HAGANME SABER QUE LES PARECIÓ
EL CAPI.
BESOS Y ABRAZOS.
LU393...
Edward POV.
Había acordado con Emmet encontrarnos en la Corporación, pues él ya Tenía la información que le pedí.
-Gracias-conteste.
-En una librería - contesto con una mueca-Tengo entendido que es muy inteligente y sueña con estudiar
Literatura.-Hizo otra mueca. Un Emmet no se le daba muy bien eso de estudiar-Eduardo con todo respeto
pero estoy sorprendido, tu novia a penas tiene dieciocho años y ese cuerpo tiene-dijo admirado-Es increíble.
-No lo sabias hermano-reprocho Em. Negué con la cabeza .- Si Ed a penas tiene esa edad.
- ¿Qué más sabes de ella? - Pregunte curioso.
-Su madre murió hace tres años y de su padre no se mucho en realidad. Vivia sola antes de estar contigo y se
la pasaba trabajando-dijo Emmet.
-tienes amigos.
-Algo que la Haga feliz pensativo-dije-Tengo una idea pero Emmet tomara mucho tiempo.
-Si una Bella le gustan tanto los libros quiero regalarle una librería-le dije con una sonrisa de tonto. La
verdad esa sonrisa me acompañaba desde que Bella Estaba en mi vida.
-Pareces tonto Cuando sonríes Ed-se Burlo Emmet-Pero te tengo una buena noticia amigo Los Dueños de la
librería donde trabajaba tu amada se van del país y quieren venderla.
-Genial-exclamé-Habla con ellos y Emmet Dile que la compro no importa el costo feliz-dije.
Emmet-Gracias-le dije.
Mientras revisaba Algunos documentos sobre un nuevo negocio de la organización. Emmet entro a la oficina.
Cerramos el negocio. La librería Iba a ser reinaugurada con otro nombre. Tenía que hablar con Bella para
saber que nombre le gustaba, claro omitiendo el detalle que así se llamaría su sorpresa. La llame para
invitarla a almorzar, nos encontraríamos en un restaurante de comida italiana.
-Ha adivinado Swan-le seguí el juego-Bella-me miro-se que no He hecho las cosas bien y quiero disculparme
contigo tomo de Seguí y Aire-No debí obligarte a entrar así en mi vida, si pudiera regresar el tiempo te hace
hubiera conquistado, pero como sabes no puedo. Y espero que me perdones Porque no me arrepiento de
haberte Obligado a entrar A Esa camioneta, cambiaste mi vida. La pusiste de cabeza, nunca me había sentido
tan agradecido con la vida.
-No tengo que perdonarte nada Edward, estoy feliz con lo que paso con que lo estoy viviendo estoy feliz
Porque gracias a ese asalto te conocí-dijo Mirándome A Los Ojos. Bella época maravillosa.
-De Forks, mi madre murió Cuando tenia quince años de soja o el mar hace tres Fue muy duro, pero mi padre
me apoyo. Pensé en estudiar pero no podia pagar mis estudios y no depender Quería de mi padre, así que me
vine a vivir aquí y conseguí trabajo en una librería para ahorrar y poder pagar mi universidad-dijo con una
hermosa sonrisa.
-Tu color favorito, Las Cosas Que te gusta hacer-pregunté interesado. Tan Bella era desinteresada y sencilla.
-Mi color favorito es el verde por tus ojos-dijo sonrojada-Me gusta escribir, sueño con ser una gran escritora.
Adoro escribir a la hora del crepúsculo-dijo Fascinada.
-Lo adoro-contesto sonriendo.-Ya sabes mucho de mi Cullen quiero saber de ti-dijo inclinándose en la mesa
Apoyando sus codos sobre el mantel.
-Estudie Ginecología no ejerzo mi carrera por falta de tiempo, trabajo en la corporación que tiene negocios
limpios. Como lo sabes mi familia es la mejor de la mafia del país .- sonreí-Amo la comida italiana y de color
Últimamente mi favorito es el café-Bella se ruborizo .- leer adoro Y-termine con una sonrisa.
-Edward-dijo y se removió en la silla incomoda-Sabes que soy independiente y Quería comentarte que voy a
buscar un trabajo, no quiero depender de nadie.
-No Edward si hace falta-dijo haciendo un lindo puchero-Por favor quiero trabajar.
-Bien-Este acepte.
Plan de Bella mañana por la tarde quiero llevarte A UN lugar especial-le dije Ideando mi.
Deje una Bella en el departamento de Alicia quien la había Invitado a una tarde de chicas.
Fui directo a la oficina donde me Esperabán Emmet y Jasper para preparar la sorpresa.
-Sí-Afirme-Crepúsculo.
-Nadie-Jasper seguro.
-Mañana puedes comentárselo una Alicia-le dije un jaspe-Invitar a un Necesito unas veinte personas a la
inauguración.
-Claro-sonreí.
-Claro que la cuidare-les Asegure una Ambos-Y voy hacer muy feliz. Sonrieron.
Cállate-perro-lo golpeé.
-Es una zorra-gritó.
No me pude Contener y me lance sobre él le di tantos golpes al miserable que no podia ni levantarse.
-Dije .- Aceptar.
A la mañana siguiente, dormida Seguia Bella. Me levanté con cuidado y le marca una Emmet para saber si
todo estaba listo.
-Hola Ed-respondió.
-Todo listo-afirmó.
Todo estaba listo para la sorpresa de mi pequeña. Quería recompensarla por todo lo que ella me había Dado a
cambio de nada. Se que las cosas materiales son lo que menos le importa una Bella, pero Quería hacerla feliz.
Cuando desperté eran las ocho de la mañana. Edward estaba en el balcón hablando por celular. Se veía tan
hermoso era mi Dios griego personal, todo en él era perfecto su voz, su rostro, su cuerpo glorioso y su olor.
Camino hacia la cama y se acomodo a mi lado. Recorrió mi rostro con la yema de sus dedos, cada caricia era
un descarga eléctrica que enviaba a mi piel.
Edward seguía con sus caricias ahora por mi cuello. No resistí más y lo bese al principio el beso fue tierno
pero luego se volvió apasionado. Se coloco sobre mi con cuidado y me beso nuevamente, mientras yo
acariciaba su espalda. Descendió hasta mi cuello dejando besos mojados y con una de sus manos acariciaba
mis piernas.
Bajó lentamente besando mi mentón, mis hombros y luego mis pechos por encima del camisón. Gimió
cuando los beso. Lentamente bajo los tirantes de mi bata y acaricio mis hombros, estaba perdiendo la cabeza
porque no quería que dejara de tocarme. Capturo mis labios y yo lleve mis manos a su cabello. Mordí su
labio inferior y gimió en mi boca. Cuando se disponía a bajar mi bata su celular sonó.
-Maldita sea- gritó molesto y se incorporo para contestar. Miró el identificador y gruñó.-¿Qué quieres Alice?-
casi gritó- Esta bien, nos vemos- se despidió.- Bella- dijo aclarándose la voz- Alice esta en camino viene para
arreglarte.
-Hoy es la sorpresa pequeña- dijo- Voy a tomar una ducha fría- dijo y se retiro hacia el baño.
Este hombre me estaba volviendo loca. Me pare y prepare algo de desayunar, estaba en la cocina
desayunando cuando oí a Alice discutir algo con Edward, pero no le preste mucha atención ya que vivían
discutiendo.
-Hola Bella- me saludo dándome un beso en la mejilla- Sólo tenemos tres horas para arreglarte, así que
vamos señorita- me jalo- Bueno- dijo pensativa- No tan señorita- y se rió.
Esas tres horas fueron de tortura. Alice me coloco más de 5 mascarillas, rizo mi cabello y pinto mis uñas de
un rojo sangre. Maquillo mi rostro con un tono suave y me coloco un vestido straple azul marino con un
escote en forma de corazón que se pegaba a mi cintura y me llegaba hasta la mitad de los muslos. Las
sandalias eran una trampa mortal, eran de tacón de punta con cintas negras que se colocaban en el tobillo.
-Bien nos vemos más tarde Bella- se despidió y salio corriendo de la habitación. No me dio tiempo de
preguntarle a donde nos veríamos.
Baje con mucho cuidado las escaleras, de dos en dos ya que podría perder el equilibrio en cualquier
momentos con los tacones.
-Ya estoy lista- le dije a Edward que se encontraba a pie de las escaleras de espaldas a mí. Se giró lentamente
y me miró de arriba a bajo con los ojos como platos.
Cuando entramos al garaje uno de los escoltas sacó un Peugeot 308. Y le lanzo las llaves a Edward.
-OK- acepté.
Edward deslizo la cinta por mis ojos y la apretó delicadamente. Me tomo de la mano y me ayudo a entrar al
carro. El camino fue silencioso, hasta que Edward encendió el estereo.
El resto del camino nos la pasamos coreando What I've Done de Linkin Park. Era gracioso escuchar a
Edward cantar pues no cantaba nada mal.
-Bien- dijo. Y desato la cinta.- Abre los ojos Bella.- dijo emocionado.
-!SORPRESA!- gritaron todos. Estaba en shock no podía ser cierto. Edward me había comprado la librería
donde antes trabajaba esto era demasiado.
-Edward- dije con lagrimas que corrían por mi rostro- No debiste esto es demasiado.
-¿Cómo sabias que quería que se llamara así?- dije al ver el titulo. Crepúsculo.
-Ayer me comentases que te encantaba leer cuando estaba el crepúsculo y pensé que era el nombre adecuado-
dijo con una sonrisa. Lo bese.
-Dejen los arrumacos tortolitos- dijo Emmet y me dio un abrazo que me dejo sin aire- Te gusto la sorpresa
hermanita- pregunto
-Porque quiero que trabajes en la librería- su rostro se ilumino y mostró una gran sonrisa.
-Entremos- dijo Carlisle- Los invitados esperan que la dueña corte el listón -dijo sonriendo.
Al cortar el listón, estallaron los aplausos. Habían personas que jamás había visto, pero imagine que todas
eran conocidas de los Cullen.
-Aro- lo saludo Edward- Quiero presentarte a la propietaria de la librería y de mi corazón- dijo con un sonrisa
torcida esas que me dejaban sin aliento. Me sonrojo por su comentario.
-Un placer- dijo Aro besando mi mano.-Es usted una mujer muy hermosa Isabella.
-Marco- exclamó Edward y estrecho la mano del hombre- No pensé que vendrías- le dijo.
-Vaya amigo- exclamo Marco- Por fin te han atrapado.- palmeo el hombro de Edward.
La música lleno el lugar y los invitados tomaron a sus parejas para bailar. Sonaba Everything de Lifehouse.
Una de mis bandas favoritas.
Poso sus manos en mi cintura, y me atrajo hacia él recosté mi cabeza en su pecho. Danzamos al ritmo de la
canción.
-Ya te lo dije Bella mereces esto y mucho más- dijo besando mi cuello- Si pudiera comprar el mundo y
ponerlo a tus pies lo haría.
Rozo nuestras narices y me beso tiernamente, lamió mi labio inferior pidiendo acceso a mi lengua, gustosa se
lo concedí. Nuestro alientos se mezclaron, nuestras lenguas danzaron juntas. Cuando nos falto aire nos
separamos uniendo nuestras frentes. No hacían falta palabras para saber lo felices que estábamos.
BESOS Y ABRAZOS.
lu393...
Bella POV.
-¿Qué demonios haces aquí?- le dije.
-No lo ves- dijo riendo- Estoy invitada a la apertura de la librería de la pequeña zorra.
-Lárgate- inquirí.
-Quién me lo va a prohibir tu- dijo señalándome y riendo-! Wao! Eddie en el tiempo que estuvimos juntos
nunca me regalaste algo tan costoso.
-Tanya si no quieres que pierda la poca paciencia que me queda es mejor que te vayas- dijo Edward
ácidamente.
-Vamos Eddie no me digas que esta niña es mejor que yo en la cama- lo miro y empezó a reír.
-Hasta en la cama Eddie si a penas es una principiante no creo que grites su nombre como yo te hacia gritar
el mío- dijo riendo.
-Vete de aquí zorra o me darás el gusto de trapear el piso con tu cabello- la amenazo Rose.
-Vaya pero si se reunió toda la familia a defender a la pequeña zorra- dijo riendo.
No aguante más y le di una bofetada con todas mis fuerzas. Iba a lanzarme a pegarle pero Edward me sujeto.
-Calma señoritas- dijo Jasper- Los invitados pueden darse cuenta de lo que ocurre- miro a Tanya- Es mejor
que te vayas Tanya.
-Olvidemos lo ocurrido- dijo Jasper con una sonrisa- Y sigamos disfrutando la velada.
Y así lo hicimos converse con algunos invitados que estaban interesados en adquirir libros y revistas
mensualmente. Nos tomamos fotos casi más de ochenta gracias a Alice que quería fotos de todos los ángulos
y traía vuelto loco al fotógrafo.
Los invitados hicieron un círculo y Edward se colocó en el centro, extendió su mano hacia mí. No lo dude y
la tome. Tomo mi cintura y unió nuestras frentes, yo coloque mis manos alrededor de su cuello jugando con
su cabello.
-Yo también- dijo mostrando su sonrisa torcida.-Tengo otra sorpresa para ti.
-Sí- dije.
La apertura culmino a eso de las once de la noche, poco a poco se fueron retirando los invitados entre
felicitaciones y asegurando su próxima visita para adquirir libros. Sólo quedaban la familia, Aro y Marco.
-Queridos- nos llamo Esme- Marco y Aro nos han invitado a un viaje- dijo con una gran sonrisa.
-A Panamá- respondió Aro- Es un lugar muy hermoso, y podríamos conocer el canal. Tengo una residencia
allí- dijo sonriendo.
-Es realmente divino el país también podríamos visitar algunos sitios turísticos- dijo Marco sonriendo.
-En una semana saldríamos- dijo Aro- Nos vamos en mi avión, ya que yo invito- dijo mirando a Carlisle.
-Por nada amigo ustedes son mi familia- dijo con una gran sonrisa- Felicidades Bella por tu librería- se
acerco y beso mi mejilla.- Espero tengas mucho éxito- sonrío.
-Nosotros también nos retiramos- dijo Esme- Felicidades pequeña- me dijo y me dio un cálido abrazo.
-Adiós hermanita- dijo Em sonriendo- No hagas cositas malas- soltó una carcajada.
Cerramos la librería y salimos directo a la casa, el camino fue silencioso yo no podía estar más feliz.
Al entrar a la casa me sorprendí mucho, las luces estaban apagadas y la casa solo la alumbraban hermosas
bellas aromáticas, había un camino de rosas rojas por la escalera y velas en cada escalón.
Lo seguí, conducía a nuestra habitación al abrir la puerta por casi grito de la sorpresa. En la cama había un
corazón hecho de pétalos de rosas rojas y en el piso de la habitación decía; "Te amo Bella" también con
pétalos de rosas pero de color blanco. La habitación estaba llena de velas y sonaba un lindo instrumental de
Debussy.
Asentí.
-Te amo Bella- dijo acercáronse- Te amo más que a la vida misma- mi corazón iba a salir de mi pecho de
tanta felicidad. Me amaba tanto como yo a él. Estaba más que feliz.
-Yo también te amo Edward- le dije y esas palabras bastaron, para que me tomara entre sus brazos.
Con cuidado me coloco sobre la cama, con la yema de sus dedos recorrió mi rostro, mi cuello y luego mi
escote. Me beso llevándose mi alma en ese beso.
Descendió dejando besos por mi cuello, me alzo y bajo mi vestido dejándome semi desnuda pues lo único
que me tapaba eran mis braguitas que por cierto eran diminutas.
Poco a poco le quite la camisa con mis temblorosas manos. Acaricie su esculpido pecho. Desabroche su
pantalón y él me ayudo a quitárselo quedando solo en boxer.
-Te amo Edward- logre decir casi sin aliento, eran demasiadas las emociones que sentía.
Acaricie su espalda hasta llegar a sus boxer tome el elástico y se los baje, él marco un camino de besos por
mi cuello cuando llego a mis pechos mordió uno de ellos, no pude evitar gritar, este hombre iba a ser mi
perdición. Después de jugar con mis pechos, beso mi vientre y me quito las braguitas dejándome
completamente desnuda.
-Eres perfecta- susurro mirándome. Y beso mis piernas, mi vientre, mi pecho hasta llegar a mi boca.
Acaricio mis piernas y casi por instinto las abrí. Se posicionó en mi entrada.
Entro en mi al principio grite de dolor y clave mis uñas en su espalda, pero poco a poco el dolor se fue y se
convirtió en un hormigueo. Moví mis caderas y él avanzo dentro de mí.
Los gemidos cada vez eran más altos Edward no dejaba de gritar mi nombre y yo no dejaba de gritar el suyo,
agradecí no tener vecinos, porque sino llamarían a la policía de tantos gritos.
Se bajo de encima de mí y me giro para que recostara mi cabeza en su pecho. Nuestras respiraciones estaban
agitadas, pero lo que acababa de ocurrir era maravilloso. Me había entregado a Edward en cuerpo y alma al
fin era completamente suya. Beso mi cabeza y sentí mi corazón latir desbocado.
!Hola! Chicas...
YA SABEN PULSEN EL BOTONCITO VERDE Y HÁGANME SABER QUE LES PARECIO EL CAPI.
BESOS Y ABRAZOS.
Lu393...=))
Los días pasaron muy rápido. La librería cada día prosperaba más ya teníamos clientes regulares, hasta
lanzamientos de libros programados. Rose y yo estábamos muy felices que nuestro trabajo se viera reflejado.
De vez en cuando Esme iba a ayudarnos. Hoy no iría a la librería ya que Edward quería que lo acompañara a
una reunión con unos clientes.
-¿Qué clase de clientes son Edward?- le pregunte mientras me colocaba un poco de brillo.
-Sabes que eso no me importa- le dije sonriendo-¿ Por qué cancelaron el viaja a Panamá amor?- le pregunte.
-No lo hemos cancelado pequeña- me abrazo- Sólo lo atrasamos dos semanas hay unos pequeños problemas
en la organización.
-A tu auto- le dije.
-No vamos ahí- dijo mordiendo el lóbulo de mi oreja- Vamos en una camioneta blindada.
El camino fue silencioso a excepción de Edward que tatareaba una melodía desconocida, mi vista iba clavada
en el paisaje. Al dar una curva note tres camionetas que seguían un auto blanco. Sabía que esas camionetas
las había visto pero donde pensé... Claro el tal Black.
-Detente- dije.
-Esos autos que están allí- le indique- No son los del tal Black.
-Perro- dijo Edward furioso- Va a matar a las personas del auto blanco.
Los hombres bajaron de las camionetas estaba armadados, rodearon el auto blanco y lo golpearon hasta que
un hombre alto y una mujer salieron. Los hombres apuntaron al chico alto y la mujer gritaba histérica
pidiendo auxilio cargaba un bultito en sus manos y lo sujetaba con fuerza. !OH! por Dios era un bebé... y
sino hacíamos algo iba a morir.
-Edward por favor- suplique- Sino vamos el bebe puede morir. No sabia que me ocurría pero necesitaba
salvar a ese bebé, él no tenía la culpa de nada.
-No hay tiempo- dije - Dame la maldita arma o voy sin nada- lo amenace.
-Voy a caminar detrás de los arbustos nadie me vera ya que soy pequeña, llegare justo detrás de la mujer. Le
disparare al tipo que tiene al frente y le diré que corra con el bebé.
-Vamos- inquirí.
Bajamos del auto y corrí lo más rápido que puede detrás de los arbustos. Edward me seguía sólo que él si
tenia que agacharse. Llegamos a donde estaba la mujer le indique a Edward que no se moviera. Los hombres
amenazaban al tipo y la mujer no paraba de llorar y sostener a su pequeño.
-Vas a morir- grito uno de los tipos y le disparo en la cabeza al hombre qui cayo en el piso.
Edward salio y le disparo. En ese momento llegaron dos camionetas comenzaron a disparar y corrí al lado de
la mujer y el bebé. Esta no paraba de llorar y no podía sostener a su hijo por lo que lo tome en mis brazos.
Mientras tome al bebé uno de los hombres del Black le disparo a la mujer y esta cayo al piso.
-Cuida a mi bebé- dijo con voz débil. Me hinque a su lado- Cuídalo como si fuera tuyo sé que estará bien
contigo- me acaricio la mejilla y no pude contener mis lagrimas.
-Se llama Nahuel tiene seis meses es un niño sano. Cuídalo mucho, quiérelo y dale el amor que yo no le
podré dar- dijo y cerro los ojos.
El pequeño Nahuel yacía dormido en mis brazos, gracias a Dios no presencio la muerte de su madre. Edward
me ayudo a levantarme del suelo y caminamos hacia la camioneta, abrió la puerta para que entrara con el
bebé.
Fuimos a casa de los padres de Edward. A fuera nos esperaban Esme, Carlisle y Rose. Cuando aparcamos el
auto. Esme y Rose corrieron hacia mí.
Edward explico detalladamente lo sucedido. Carlisle estaban sorprendidos de mi empeño por salvar el bebé.
-¿Qué piensan hacer con el pequeño?- preguntó Carlisle.
-Pienso quedarme con él- dije segura- Le hice una promesa a la madre y me quedare con Nahuel.
-Sí- afirme- Su madre me dijo que ese era su nombre, pero de ahora en adelante se llamara Nahuel Cullen
Swan- dije sonriéndole al pequeñín que ya había despertado.
Mientras Carlisle y Rose le hacían mimos a Nahuel, Esme llamo a Alice para que comprara todo lo necesario
para un bebé.
Edward estaba recostado en la ventana que daba vista a la alberca. Me acerque silenciosamente, algo lo
preocupaba.
Desvío su mirada y tome su rostro entre mis manos para que me mirara.
-Pienso que no te merezco Bella- dijo- Eres demasiado buena para mí.
-No vuelvas a decir eso Cullen- dije- Vuelves a decirlo y conocerás mi furia- lo amenace.-
Edward te amo- dije mirándolo intensamente- Y eres lo más hermoso que me ha pasado- le asegure.
-Te amo Bella- dijo- Perdóname por ser tan idiota. Ahora somos una familia- dijo- Tenemos que cuidar a
nuestro bebé.
Sonreí. Nahuel Cullen Swan nuestro hijo, nunca imagine que iba a ser madre a los dieciocho años. Pero eso
no importaba quien dijo que hay un año especifico para ser madre. Nahuel iba a recibir todo el amor del
mundo de eso me encargaría. De amarlo y protegerlo como una fiera.
-¿Quieres cargarlo?- le preguntó Rose a Edward. Este asintió y tomó entre sus brazos a Nahuel nuestro hijo.
Por el pequeño rostro de Nahuel bailo una sonrisa al ver a Edward y este le sonrío. No pude evitar llorar.
-Es que estoy emocionada- dije sollozando- Soy madre- casi grite.
Y todos rieron a carcajadas de mi pequeño grito. A Nahuel le pareció gracioso verme llorar pues no paraba
de mirarme y sonreír. Era el bebé más hermoso que había visto en mi vida y no porque fuera mi pequeño.
HOLA CHICAS AQUÍ LES DEJO OTRO CAPÍTULO. ESPERO ACTUALIZAR MAÑANA CON DOS
CAPIS MÁS.
UN SALUDITO PARA:
FS-Twilight-, karito Cullenmasen, peliroja, marijocullen, MillyC., sil, paz15, miraura, sneidy cullen,
aridenere, tanyacullen17, belatzua, cullen-21-gladys y ingrid.
BESOS Y ABRAZOS.
Lu393...=)
Habían pasado cinco días desde que el pequeño Nahuel vivía en casa, la familia estaba de lo más contenta
con el bebé. Carlisle y Esme estaba orgullosos de su pequeño nietecito, Rose, Emmet y Jasper de su sobria y
Alice de poder comprar ropa y juguetes de bebés.
Ya no trabajaba todo el día en la librería, pues pasaba toda la tarde cuidando a Nahuel.
Eran eso de las tres de la madrugada cuando el sonido de un! BUAAA...! por el monitor me exaltó. Mientras
me lavantaba senti una mano en mi hombro.
Asentí.
El sonido de una hermosa melodía inundo la casa. Camine cuidadosamente si hacer ruido hasta donde
provenía el sonido. No pude contener mis lágrimas al ver a Edward tocando el piano con Nahuel en sus
brazos, el bebé sonreía al ver los dedos de Edward pasar por las teclas.
-Lo sabía porque es imposible no reconocer tu olor, y Nahuel estaba desesperado lo que significa que
andabas cerca- dijo.
Sonreí.
-Pequeña debo salir por cuatro días tengo que atender algunos negocios en Canadá- dijo.
-Te voy a extrañar- dije acariciando su mejilla. Odiaba el hecho de que Edward viajara, pero tendría que
acostumbrarme a vivir con ello.
-A las once de la mañana sale el vuelo. Jasper y Emmet irán conmigo, es un negocio grande- dijo pensativo.
No le pregunte que clase de negocios, pues estaba segura que era algo de la mafia. Y prefería no oírlos.
Acostamos a Nahuel en su cunita y fuimos a dormir un poco. El despertador sonó a eso de las ocho de la
mañana. Edward ya no estaba a mi lado se encontraba preparando la maleta de su viaje.
Cuatro días sin Edward estoy iba a ser una tortura. Lo extrañaría montones.
-! Que extraño!- exclamé. Nahuel casi siempre despertaba a las siete de la mañana.
Fui a la recámara de Nahuel quien ya estaba despierto lo bañe y vestí. Estaba en la cocina dándole leche a
Nahuel, cuando entro Edward.
-Yo más- dijo y me dio un apasionado beso. Camino hacia Nahuel que estaba en su sillita de comer y le dio
un beso en la frente- Cuídala campeón la dejo en tus manos.- el bebé sonrío.
-Adiós amor- dijo y salio de la cocina.
Pasaron los dos días más largos de mi vida, sin la compañía de Edward. Lo único que me reconfortaba era
hablar con él y estar con mi querido bebé.
Era un día regular en la librería. Rose no estaba pues tenía que atender unos pendientes, y Esme se ofreció a
cuidar al pequeño, así que me quede a cargo.
Me encontraba colocando algunos libros infantiles cuando escuche la voz de mi peor pesadilla...
- Tú sabes lo que siempre he querido- dijo tomando un libro- Veo que Cullen te trata bien- dijo ácidamente-
Ya se cual es tu precio- dijo riendo.
-Si te importa- dijo- Te importa demasiado porque sino te importara, estuvieras conmigo y no con él.
-Yo nunca te ame- dije- Creo que siempre te deje claro que éramos sólo amigos.
-A ti- dijo y se acerco, yo retrocedí por su avance- No creo que te hayas enamorado de Cullen.
-Pues si me enamore- dije y sonreí- Como una loca. Edward es lo mejor de mi vida.
Edward POV.
Mi estancia en Canadá fue de lo más aburrida. Trate de cerrar los negocios lo más pronto posible. Necesitaba
estar con Bella, la extrañaba de una forma irracional.
-¿Qué te pasa Edward?- me preguntó Jasper.
-Pues ya deja la preocupación Ed- dijo Emmet- Ya esta todo listo. Está misma tarde llegaremos a casa.
Y rieron.
Durante el viaje me dormí. No sabía que me ocurría, pero estaba realmente preocupado por Bella era como
un presentimiento.
Quería darle una sorpresa así que iría directo a la librería. Compre un ramo de rosas en el camino, al llegar ví
el establecimiento vacío. Pero al abrir la puerta ví a mi pequeña tratando de zafarse del agarre de un estúpido
que cada vez la apretaba más.
-Tranquilo Cullen- dijo el muy cobarde soltando a Bella, quien corrió a mis brazos.
Bella me abrazó y la sentí temblar, estaba asustada. Debía averiguar quien era el estúpido ese para mandar a
borrarlo del mapa.
-¿Quién era ese tipo Bella?- le pregunté controlando la voz. Sentía que mi sangre hervía.
-¿De dónde lo conoces?- pregunté y se estremeció-¿Por qué estás tan asustada pequeña?
-Él es mi pesadilla Edward- dijo hipando por el llanto- Tengo mucho miedo amor- susurró y me abrazó
-Tranquilízate Bella- le dije. Trace círculos con mi dedo índice en su espalda para que se calmara.
Cuando llegamos a la casa llame a mi madre para que se quedara con el bebé esta noche estuvo de acuerdo,
le dije que necesitaba hablar con Bella.
Fui hasta la cocina y le prepare un poco de té para que se calmara. Me senté junto a ella en el sillón, apoyo su
cabeza en mi pecho después de tomarse el té. Así que decidí hablar.
-James es hijo de un amigo de papá- dijo- Cuando cumplí catorce años el se mudo a Forks, al principio me
caía bien era realmente divertido- suspiró pesadamente- Luego se volvió pesado no dejaba de perseguirme y
eso me molestaba. Pero cuando murió mamá él me brindo su apoyo siempre estuvo ahí para mí y nos
volvimos amigos- se removió en mi pecho- Así paso un año pero cada día se tornaba más posesivo y le dije
que si seguía con esa actitud de parecer mi dueño, era mejor dejar de ser amigos.
-Quería mandarme siempre. Escoger a mis amigos me molestaba que Charlie lo apoyara- dijo en tono
enfadado- Odiaba con todas mis fuerzas que quisiera gobernar mi vida.
-Se alejo de mí por un tiempo. No me llamaba y en el colegio ni me hablaba. Me sentí un poco mal por ser
tan dura, pero era libre.
- Una noche me quede hasta muy tarde en la biblioteca terminando un trabajo, y cuando salí.- guardo
silencio, suspiro.- Un chico me seguía, intenté correr pero caí, la noche estaba demasiado oscura así que no
podia ver su rostro. Empezó a besar mi cuello, grité como una loca pero nadie me escucho, así que tome una
piedra que estaba muy cerca de mí, le pegue en la cabeza y salí corriendo de allí.
-Ese chico fue ¿James?- le pregunté. La sangre me hervía, mataría con mis propias manos a ese maldito.
-Sí- dijo y levanto su rostro para mirarme- Estoy segura, al día siguiente fue al colegio con la cabeza
vendada. En la cafetería por casi y me mata con la mirada. Desde ese día no volvimos a hablarnos más. Él
tenía terror de que le contará a Charlie lo ocurrido.
Los días pasaron volando, cada día había más negocios. A Bella le iba de maravilla en la librería estaba muy
feliz.
Al maldito de Félix lo envíe para el otro mundo, quizá se esta quemando en el infierno.
Me encontraba estudiando un nuevo proyecto. Cuando mi celular sonó. Era un número privado.
-Muy bien amigo- dijo riendo- Te llamaba para decirte que en dos días salimos para Panamá.
Llame a mi amada Bella para informarle lo del viaje se mostró feliz, pues nunca había salido del país. Me
causo ternura, de ahora en adelante la llevaría a recorrer el mundo entero.
Bella POV.
Edward me había avisado que en dos días salíamos a Panamá. Al darle la noticia a Alice por casi se desmaya
según ella dos días era poco tiempo para empacar. La verdad ella estaba muy loca.
Estaba de lo más feliz, por fin iba a salir del país, y por lo poco que sabía Panamá era un país muy hermoso.
El pequeño Nahuel nos acompañaría, cada día ese bebé estaba más hermoso y por cierto muy mimado. Lo
amaba demasiado.
Salimos tomados de la mano. A fuera se encontraba Esme y Carlisle con el pequeño Nahuel, Alice y Rose
peleando sobre a que Mall irían. Mientras que Em, Jasper y Edward charlaban tranquilamente sobre la
adquisición de su próximo auto.
Aro sonrío eufórico al vernos llegar al aeropuerto con él se encontraba Marcos y una chica rubia de ojos
azules con un chico alto de pelo castaño, supuse que eran familia de Aro.
-Gracias por la invitación Aro- dijo Carlisle. Este sonrío y se acerco a conversar.
-Soy Jane la hija de Aro- sonrío y apunto al chico de cabello castaño- Él es Demetri mi esposo.
-Mucho gusto en conocerte Jane- le dije de corazón. Parecía una persona muy agradable.
Por favor abrochar sus cinturones que vamos a despegar- dijeron por la alta voz.
Cuando despegamos, todos tomaron sus almohadas y se durmieron. Lo únicos despiertos éramos Edward y
yo.
Empezó a besar mi cuello y poco a poco me quito la blusa, beso mis senos por encima del sostén, mientras yo
acaricie su cabello.
Desabrocho mi sostén y empezó a lamer mis pechos. Gemí y enrede mis manos en su cabello, dejo besos por
mi vientre y me quito las braguitas con los dientes. Me mordí el labio y arqueé mi espalda.
-Edward- susurre sin aliento- Ya para por favor... Necesito...- dije casi llorando.
Siguió bombeado por un momento luego choco sus labios contra los míos. Lo abrase y baje su boxer.
Dejándolo completamente desnudo.
-Te amo Bella- dijo y entro en mí- Eres mi vida- susurro contra mi cuello y emitió un grito cuando nuestros
cuerpos chocaron.
Sus movimientos eran rápidos y lentos, de pronto sentí que iba a explotar.
-Venia al baño, pero veo que esta ocupado- dijo riendo- Vaya Ed tus pompas son muy lindas, tienes que
darme el secreto para mantener las mías así- y rió escandalosamente.
-¿Qué pasa Em?- inquirió Rose-! OH!- casi gritó al vernos desnudos.
-LARGUENSE- gritó Edward quien tenía el rostro rojo de lo furioso que se encontraba.
-Bella- dijo asombrada- Edward... Salgamos de aquí chicos- susurró conteniendo una carcajada.
-Vamos- susurró- Antes de que Emmet piensa que estamos en el segundo round.
Nos vestimos rápidamente, al salir todos habían despertado. Em, Rose y Esme nos miraban divertidos.
Bajamos del avión, todos estábamos muy emocionados. Se sentía un calor abrazador y el sol brillaba a
montón.
Subimos a unas camionetas que nos esperaban afuera del aeropuerto de Albrook.
El paisaje era muy hermoso rodeado de naturaleza. Las calles estaban un poco transitadas, y por ellas
circulaban distintos tipos de autos, hasta que vi unos buses que me llamaron mucho la atención se veían
antiguos, pero aún así estaban decorados con dibujos encendidos.
Llegamos a una gran casa de tres plantas, lo que escuche es que el lugar se llamaba Clayton Áreas Revertidas
de la Zona del Canal.
-Quiero una habitación del segundo piso- le dijo Alice a Aro, este sonrío.
-Hay siete habitaciones querida. Y me he tomado el atrevimiento de asignarlas- dijo riendo- Las de la
primera planta son la mía, Marco, Carlisle, Esme y el pequeñín.- les sonrió- La segunda planta de Emmet y
Rosalie, Alice y Jasper, y Jane con Demetri- estos asintieron- Y la tercera planta la de Bella y Edward, así no
causaran tanto ruido, y no se oirán sus gritos por toda la casa- soltó una carcajada. A la cual los demás
acompañaron, incluso Edward.
Escondí mi rostro en su pecho. Estaba avergonzada... o sea que todos nos escucharon en el avión... Tan
escandalosos éramos se formo una sonrisa tonta en mi rostro.
Subimos a nuestra habitación, acomode la ropa mientras cantaba una de mis canciones favoritas, estaba tan
feliz que sentía que el corazón iba a salirse de mi pecho.
Bajamos a ver que hacían los chicos. Mientras caminábamos a la sala tomados de la mano escuchamos a
Emmet murmurando algo muy bajito.
-Chicos, cuando estaba fuera del baño Él gritaba Siii...Bella te amor por Dios Bella...-dijo- Y ella! OH!
Edward Dios sii... Más... no pares...- imitó mi voz.
! Wow! yo grite todo eso, en realidad ni cuenta me daba. Estaba concentrada en otras cosas.
-Cuando gritaron a la par creo que lo escucharon hasta los pilotos- dijo Jane...
-No puedo creer que Edward tenga unas pompas así- dijo Em en tono preocupado.
-Redondas y paraditas, ese maldito tiene que decirme su secreto. Para volver loca a mí Rose- dijo y los demás
rieron.
-Me alegro que Aro les diera la habitación de la tercera planta, así no tendré que ir al psicólogo con tanto
grito- dijo Jasper.
Todos voltearon a verlo incrédulos. Emmet tenia los ojos como platos, mientras Alice, Jane y Demetri lo
veían divertidos.
-No te preocupes Emmet- dijo Edward- Ya no escucharan nuestros gritos, creo que ahora que estamos
ubicados en la tercera planta, no se escucharan tanto.
-La cena esta servida- anuncio Aro.
Nos dirigimos al comedor. La cena paso divertida, Emmet de vez en cuando hacia comentarios por lo
ocurrido en el avión, y todos reían.
Acordamos ir a visitar las exclusas de Miraflores, o sea El Canal de Panamá donde transitaban los cruceros y
barcos más importantes del mundo.
Fui a darle el beso de buenas noches a mi pequeño Nahuel y subí a encontrarme con Edward en nuestra
habitación.
Al entrar a la habitación, escuche el sonido de la ducha. Edward se estaba bañando, de tan solo imaginar su
hermosa piel cubierta por las gotas de agua me hizo jadear.
Entre y si estaba igual o más sexy de lo que había imaginado. Se giro y sonrío, me tomo de la cintura
atrayéndome hacia él.
Me dio un tierno beso, y me estrello cuidadosamente en la pared, tomo el jabón y lo paso por todo mi cuerpo.
Acaricio mi espalda, mis muslos hasta que llego a mi centro. Solté un gemido cuando me toco, introdujo un
dedo y luego otro y empezó a bombear. Me desconecte del mundo, solo podía sentir placer y poco a poco
alcanzaba la cima del cielo. Sentí un hormigueo y me vine en su mano.
Se apresuro a unir nuestros labios, y los separe para dar paso a su lengua la cual exploro hasta el último
rincón de mi boca.
Masajeo mis pechos con la palma de su mano, bajo su rostro hasta ellos y los mordió.
-Por Dios BELLA...-gritó mientras lo masajeaba.- Ven aquí pequeña- dijo y me alzo, enrede mis piernas en
su cintura. Él apretó sus manos en mis nalgas y entro lentamente en mí.
Empujo dentro de mí y una sensación fascinante me inundo. Sus movimientos eran rápidos, mientras besaba
mi nariz, yo apreté más mis piernas a su cintura, quería sentirlo más. Acelero el ritmo y sabia que muy pronto
terminaría, moví mis caderas para ayudarlo. Y explotamos.
Salió de mí con cuidado. Me tomo en brazos y me acostó en la cama, donde caí en un profundo sueño.
En la mañana cuando bajamos al comedor, todos se encontraban desayunando. Y al vernos soltaron unas
risitas.
Alice, Rose, Esme y hasta Emmet se emocionaban mucho cada vez que pasaba un barco por el canal. Emmet
gritaba de la emoción al ver como se abrían las compuertas y bajan los barcos para después seguir su rumbo.
Las personas que ocupaban los barcos nos saludaban eufóricos al pasar, era muy lindo.
Un empleado de la autoridad del canal de Panamá nos explico el funcionamiento de este y los beneficios que
le brindaba al país.
Las personas del país eran realmente amables y cariñosas. Una señora que tenia un puesto de ventas me
regalo una pulsera que tenía un enmarcado de madera que decía Panamá.
Cuando íbamos directo a un mall llamado Multiplaza que según Alice era uno de los mejores, Edward desvío
el auto.
-¿A donde vas?- pregunte. Me preocupe pues no conocíamos bien el lugar y podíamos perdernos.
-Te voy a llevar a un lugar especial- murmuro con una sonrisa traviesa. Esas de las que me quitaban el
aliento.
-No- dijo.
Y doblo a un camino lleno de árboles. La vista era maravillosa, estaba encantada con el país. Más a delante le
diría a Edward que hiciéramos otra visita.
La casa era especial. De una sola planta pero inmensa, tenia árboles que la rodeaban y plantas a su alrededor.
Sus ventanas eran grandes y su color amarillo la hacia verse como la casa de verano deseada por cualquiera
persona.
-Sí- acepte.
-Pero también se que te encanta este país y quiero que puedas venir las veces que quieras. Y tener algo tuyo
aquí.- dijo con su sonrisa torcida.
La casa era hermosa, tenía cuatro habitaciones una cocina inmensa cubierta con madera fina y una sala que
era como del tamaño de mi antiguo departamento.
Salimos al jardín que estaba cubierto por flores exóticas de diversos colores y árboles inmensos que daban
sombra.
Edward se acostó en el césped y me invito a sentarme junto a él. Se veía tan divino, con su cabello bailando
alrededor de su rostro, estaba sonriente, se sentía feliz. Y yo me sentía la mujer mas afortunada del universo
por tener a ese Dios Griego sólo para mí.
Todo esto había sucedido tan deprisa, nunca imagine enamorarme a primera vista.
Estaba locamente enamorada de él. De su increíble personalidad, de su forma de tratar, de todo de él. No me
importa que es un mafioso no me interesa como nos conocimos. Lo amo y eso es suficiente.
Me halo hacia el y me coloco encima de su pecho. Mi corazón latía desbocado parecía que fuera a salir
volando de mi pecho. Su aliento me golpeaba como el aroma más fresco y agradable del mundo. Nuestras
respiraciones se entrelazaban, como si fuera una sola.
Acaricio mi frente, mis ojos, mis pómulos y mis labios con las suaves yemas de sus dedos. Me beso despacio
sin desesperación fue un beso tierno donde nos demostramos amor, respeto, fidelidad, sinceridad y muchas
otras cosas más.
Enrede mis manos en su cabello y beso mi cuello tiernamente como si me fuera a romper. Me volteo
cuidadosamente para quedar en el césped y él encima de mí. Se froto sobre mi cuerpo y yo solté un gemido.
Cuidadosamente me quito el vestido y yo su camisa. Beso el centro de mis pechos con tanto amor que quise
llorar, luego bajo a mi vientre y lo mordió. Solté un grito.
Yo recorrí su pecho y su espalda acariciándolo lentamente, desabroche sus pantalones y los baje.
El ataco mis labios y los mordió, lleno de besos mojados mi cuerpo hasta llegar a mis braguitas las cuales
quito con los dientes. Sentir sus dientes rozar con mi piel me hacia gemir su nombre sin parar.
Subió y me quito el sostén, beso, lamió y mordisqueo mis pechos, mientras yo me retorcía de placer.
Grite su nombre cuando sus labios hicieron contacto con mi sexo, beso y lamió mi punto de placer mientras
sentía que me llevaba al mismo cielo.
-! OH! BELLA- grito y sentí mi interior partirse en pedacitos. Era uno de los mejores orgasmos que había
tenido, por no decir el mejor. Y todos me los había dado él. El único hombre en mi vida de todas las maneras
posibles.
Me alzo para quedar acostada en su pecho y nos dormimos.
Sentí una fría brisa y poco a poco abrí los ojos, ya era de noche y estaba desnuda a lado del hombre más
maravilloso del mundo, bueno o por lo menos del mío.
Los abrió y me beso apasionadamente. Me senté y le tendí la mano para que él hiciera lo mismo, gire a
buscar mi ropa pero no la vi por ninguna parte.
-Edward- lo llame.
-Tranquila Bella- acaricio mis labios- Llamaremos a Alice, para que nos traiga un poco de ropa.
Edward se carcajeo. Y yo me levante del césped y camine hacia la casa. De pronto escuche el grito de
alguien.
-Es una diosa- gritaba- Dios que preciosa bajo del olimpo.
Me gire y era un joven como de unos quince años que me observaba desde la casa de a lado. Me ruboricé y
entre corriendo a la casa. Edward me siguió, venia diciendo una sarta de palabras.
-Hola Edward- escuche decir a Alice-! Dios! pero si estas desnudo- dijo riendo.
-! WAO!- grito...Emmet! OH! por Dios Em- Descubren nuevos horizontes- dijo y soltó una carcajada.
Salimos a encontrarnos con Emmet, Rose y Alice quien parecía estar muy divertida.
Los días pasaron muy rápido para mi gusto. Panamá era un país espectacular visitamos muchos Mall y
encontramos grandes baratillos. Alice se volvió loca comprando.
En las noches fuimos a varias discotecas donde bailamos hasta el amanecer. Tomamos un poco de sol y nos
bañamos en playa venado.
Visitamos museos y dimos un paseo en barco debajo del puente de las Américas.
El viaje fue fabuloso, quedamos tan encantados que planeamos visitarlo pronto.
Al llegar a casa acosté a Nahuel quien estaba dormidito. Desempaque mientras Edward atendía algunas
llamadas, pues había descuidado un poco sus negocios.
El olor de la comida me golpeo con fuerza y sentí un asco y unas nauseas horribles.
Le respondí vomitando nuevamente. Después de vomitar todo lo que tenia en el estomago y lo que no tenia
también, me lave la cara y tome un poco de agua.
-Amor voy a llamar a un médico- dijo Edward angustiado- Estas muy pálida.
-No- le dije- Sólo fue un vomito- sonreí para calmarlo- Algo debió haberme caído mal.
Hola! chicas aquí les dejo otro capítulo... Espero actualizar el miércoles.
Análisis
Fui al médico como le prometí a Edward. El doctor me envío una serie de análisis, para ver si había
adquirido algún virus.
Al salir del consultorio pase por una sala llena de niños y jóvenes, le pregunte a una enfermera y me comento
que era la sala de niños con leucemia. Me dio mucha curiosidad y entre. Charla con ellos un poco, y me di
cuenta que eran personas luchadoras con ganas de vivir.
Pase por la recepción y pregunte sobre alguna fundación, gracias a Dios había una. Pero les prometí que los
iba a ayudar, por lo que enviaría un porcentaje de dinero de las ganancias de la librería para la fundación.
Se mostraron muy felices por un nuevo donador, y yo estaba contenta de poder ayudarlos.
Mientras me dirigía al estacionamiento del hospital, sentí que alguien me miraba, voltee a ver y no había
nadie.
Un repentino escalofrío sacudió mi cuerpo, tenia miedo y por primera vez me arrepentía de no haber salido
con los escoltas.
Mire el suelo y vi una sombra pasar tras de mí. Entre en pánico y abrí el auto, cuando entre lo encendí y lo
puse en marcha a toda velocidad.
Dos camionetas grises me seguían y del susto y a la velocidad que iba, pase varios semáforos, se que costaría
muchas multas pero no importaba.
Al llegar estaba el auto de Edward estacionado, trate de regular mi respiración, pues lo que menos deseaba
era formar una batalla.
Sabía que las camionetas que me seguían eran de los hombres de Black.
Por Dios es que ese hombre nunca nos iba a dejar en paz. Decidí que no le comentaría nada a Edward.
Corrí a su despacho, tenia algunas horas de no verlo y ya lo extrañaba como si hubieran sido meses.
-Pequeña- susurro con ternura y beso mis cabellos-¿Por qué has demorado tanto?- preguntó...
-Bella no sabes mentir- dijo acariciando mi mejilla- Tus análisis han llegado y dices que acabas de salir-
reprocho.
Baje mi cabeza odiaba mentirle a Edward, pero no sabía si le iba a agradar mi idea.
-E...Es...-tartamudeé- Es que le brinde mi apoyo a una fundación de niños con leucemia- solté.
El rostro de Edward se suavizo y apareció una hermosa sonrisa torcida. No me dio tiempo ni de parpadear
cuando tenia sus labios sobre los míos. Nos separamos por la falta de oxígeno.
-Es cada seis meses- expliqué- Y donare parte de las ganancias de la librería, también pondré alcancías para
que los clientes den su aporte.
Me pare y camine hasta la mesita donde estaba el sobre blanco, se lo tendí y él lo tomo con una sonrisa.
-¿Qué es lo que tengo doctor Cullen?- bromeé mientras él leía el contenido del sobre.
Edward se quedo quieto al leerlo, parecía que ni respiraba. Estaba en shock. Dios será que estoy enferma, no
puede ser.
Se paro del sillón y camino hacia mí. Tiro los papeles al suelo y me alzo y giro por el aire.
Un bebé de Edward y mío, un pedacito de ambos. Un pequeño niño de ojos verdes, piel nívea y cabello
cobrizo.
-Sí mi amor- dije y lo bese con todo el amor que sentía, y con el corazón latiendo desbocado.
-No cariño- dijo acariciando mi nariz- Vamos a tener GEMELOS- gritó riendo.
Esme nos invito a pasar la tarde en su casa. Les dimos la noticia a los demás quienes estaban muy felices.
Rose no paraba de llorar diciendo que otros bebés eran maravillosos. Y Emmet se paso toda la tarde
burlándose de la buena puntería que había tenido Edward.
Jasper por su parte sólo me felicito y me dijo que quería ser padrino de uno de los gemelos.
Paso un mes de lo más rápido. Nahuel cada día crecía más, ya tenía ocho meses y era un bebé muy hermoso.
Edward y Carlisle estaban ocupados con algunos negocios, según me contaba Edward eran negocios limpios,
eso fue un alivio, porque cada vez que los negocios eran sucios me alteraba por temor a que le sucediera
algo.
Esme, Alice y Rose se la pasaban en tiendas escogiendo lo necesario para la decoración de la habitación de
los bebés.
Y yo estaba más gordita aunque Edward decía que estaba igual que no parecía que fuera a tener gemelos, ya
se me notaba el bultito en mi vientre.
Me encontraba jugando con Nahuel en su cuarto, cuando Edward entro y mostró una sonrisa traviesa.
-Bella- me lamo, volteé a mirarlo- Eres la criatura más extraordinaria que he conocido, te amo- susurró con
ternura. Lágrimas de felicidad cayeron por mis mejillas, por sus sinceras palabras.
Sonrió.
-El chofer te llevara al restaurante- aviso y salio de la habitación.
Vestí y prepare el bolso de Nahuel, quien muy feliz fue a dormir con sus abuelos.
Luego tome una ducha para relajarme. Me puse un vestido corto extrapole celeste con detalles bordados en
negros y una cinta abajo de los pechos. Deje mi cabello suelto en rizos y me coloque unas sandalias altas
negras.
El chofer abrió la puerta trasera de un BMW para que entrara, nunca antes había visto el carro a lo mejor era
la nueva adquisición de Edward.
En el camino vi una heladería, me entraron unos antojos de un helado de chocolate y le pedí al chofer que se
había presentado como Seth que aparcara en la heladería.
Cuando iba a entregarle el helado a Seth sentí que alguien me sujetaba con fuerza, grite y Seth corrió a
ayudarme pero lo golpearon.
Trate de zafarme del agarre, pero mi atacante me tapo la boca con un pañuelo y todo se volvió negro.
PASEN X MI NUEVA HISTORIA... UNA NOCHE DE SAN VALENTÍN. Y ME DICEN QUE LES
PARECE.
BESOS Y ABRAZOS.
Secuestrada
Quito la venda de mis ojos, pero estaba tan asustada que no me atreví a abrirlos..
Los abrí lentamente y frente a mí, se encontraba Jacob Black el peor enemigo de la organización, y él hombre
que quería hacernos daño a como diera lugar.
No sabía de donde sacaba tanto coraje, cualquier persona estuviera aterrada. Pero no había tiempo para tener
miedo, lo único que importaba era proteger a mis bebés.
-Te quiero a ti- dijo caminando hacia mí- Tienes agallas para gritarme, ya entiendo porque le gustaste tanto a
Cullen.
Respire profundo no era momento de descargar mi rabia, eso no le hacia bien a mis niños.
-Bien- dijo- En una semana salimos del país, veraz lindura te acostumbraras a mi y te tratare como a una
reina, mucho mejor que el estúpido de Cullen.
-Eres valiente- rió- Me estas retando- se acerco a mi- Piensas que puedes contra mi- se rió nuevamente-
Isabella eres demasiado frágil.
-Quizás tengas razón- le dije conteniendo la rabia- Pero Edward me buscara hasta debajo de las piedras y
cuando te encuentre te dará caza. PERRO- grite.
-Te dije que te callaras- grito y alzo su brazo para abofetearme, pero me miro a los ojos y lo bajo.
-Jared- grito. Un chico como de mi edad entro a la habitación- Quédate con ella- le ordenó.
No entendí porque no me golpeo, tuvo la oportunidad de hacerlo, estoy sola y desprotegida, pero aun así no
lo hizo.
Observé con detenimiento al chico, se veía nervioso y me miraba preocupado. Estaba segura que realizaba el
trabajo por necesidad, no porque le gustara. Por eso decidí pedirle ayuda a ver que decía. No perdía nada con
intentarlo.
-Jared-lo llame, el chico me miro con los ojos abiertos como platos.
-Ayúdame a salir de aquí- dije- No te pasará nada, solo consigue un arma y te juro que saldremos de aquí.
-Debes prestarme tu celular- susurre- Yo llamare a alguien que nos sacara de aquí. Te juro que no trabajaras
mas para la mafia, te daré un trabajo decente.
-Si- dijo- Es hijo de uno de lo más grandes, por no decir el más grande. Muchos le temen.
-¡Dios!- exclamó.
-Ayúdame por favor- le pedí- Sé que eres una buena persona y sé también que haces esto por necesidad, pero
por favor- volví a suplicar- Necesito salir de aquí por mis bebés.
-Sí- afirme- Ayúdame, te juro que nada pasará. Confío en Dios de que esto va a salir bien.
Lo pensó un momento.
-Si- le asegure.
-Bella debes seguir las indicaciones de Jared- dijo- Cuídate mucho amor, pronto estaremos juntos.
-Y yo a ti Edward- dije.
Y la llamada terminó.
Una traicionera lágrima se deslizó por mi mejilla. La saque no había tiempo para llorar.
Debía escapar de este lugar. Por mis bebés y por Edward. Teníamos que ser felices, y sabia que Dios no me
fallaría y me ayudaría a salir de aquí.
-Saldremos en una hora cuando él salga a arreglar unos negocios, los hombres de tu novio van a rodear la
casa y cuando salgamos atacaran a los de Black. Y cuando ataquen correremos a la parte trasera donde nos
esperara Edward.
La puerta se abrió para dar a ver a la persona más desagradable, y más nauseas se acumularon.
Cuando mencionó la comida no lo soporte más. Mi estomago se revolvió y hice intento de vomitar. Él corrió
a desatarme los pies y yo corrí a una puerta que supuse era el baño. Efectivamente era el baño, y descargue
mi estomago en el inodoro.
Asentí. Ya que más daba le había dado pruebas suficientes, además que el bultito se me notaba para los
observadores.
-Hijos, así que son dos- dijo en tono burlón- Tendré que acostumbrarme a los niños. Si se parecen a ti los voy
a querer, pero si salen a él los enviare a un orfanato- soltó una carcajada malévola el muy imbecil.
Se inclinó para besar mi frente, pero baje la cabeza. Me miró furioso y salio como alma que lleva el diablo de
la habitación.
-¿Qué le dijiste que esta tan furioso?- preguntó Jared con una sonrisa.
-Ten- me tendió un chaleco anti-balas-¿Sabes utilizar una de estas?- preguntó señalando un arma.
-Con quien crees que estas hablando- dije con una sonrisa presumida.
Sonreí.
-¿Lista?- me preguntó.
-Claro que sí- respondí, y me reí. Esto iba ser un poco divertido.
Háganme saber su opinión... Adoro sus Reviews y espero poder responderlos pronto.
Gracias por sus reviews, alertas y favoritos de todas mis historias, significan mucho para mí.
Bueno y de paso las invito a que se den una vuelta por mi nueva historia; Una Noche de San Valentín
de mi autoria, que está recién salida del horno como decimos los panameños o sea nuevecita jejeje... Y
me dejen sus reviews a ver que les parece.
BESOS Y ABRAZOS.
Huida.
Corrimos por el pasillo y bajamos las escaleras como si estuviéramos participando en un maratón.
Hablo con ellos y en un abrir y cerrar de ojos ellos estaban en el suelo desmayados. Lo mire incrédula, como
hizo eso tan rápido.
Afuera de la casa se encontraban como veinte hombres más. Iba ser muy difícil que no nos notaran. Jared se
volteó a mirarme.
Los hombres de Black se alarmaron, pero Jared fue rápido me tomo en brazos y corrió hasta escondernos
detrás de unos árboles.
Entre los hombres divise a Emmet que voló la cabeza de más de cinco y se veía muy entretenido.
No veía por ningún lado a Edward, teníamos que encontrarlo rápido, porque Black podría llegar en cualquier
momento y ahí si se armaría. Ya que Edward no descansaría hasta verlo muerto.
Mi corazón dejo de latir por un instante y luego se volvió desbocado. Edward estaba en la parte trasera de la
casa, se veía ansioso y miraba a todos los lados.
Empezamos a correr tras los árboles. Las balas eran el único sonido que se escuchaba a nuestro alrededor.
Jared me cargo nuevamente para cruzar una fuente y corrí con todas mis fuerzas hacia él amor de mi vida.
Me alzo en vilo y me estrecho entre sus brazos con fuerza. Beso mis cabellos y suspiro.
Lo mire a los ojos y pude ver que ya todo estaba en su lugar, mientras estuviera junto a él.
No concebía mi vida sin Edward. Haría hasta lo imposible para estar con él.
Edward me coloco con cuidado en el suelo, y me posiciono tras de él, para protegerme.
-PERRO- gritó Edward con furia. -Creíste que te saldrías con la tuya.
-Devuélvela- dijo Jacob acercándose a nosotros- Y podrás salir bien librado de esta. Por allí te conseguirás
una puta, hasta pueda que sea mejor que ella en la cama.
Y Jacob se acerco a nosotros. Edward trato de bloquearme pero mi torpeza hizo su aparición, me enrede con
mis pies y caí de espaldas.
Black pateó la pistola de Edward y lo tomó por el cuello alejándolo de mí. Me apuntó.
-Vamos- dijo Jacob riendo- Estas desprotegido Cullen. ¿Quieres que lo mate Isabella?- preguntó.
-Hummm...- dijo pensativo- Lo voy a matar- dijo jalando poco a poco el gatillo de la pistola.
Piensa... Piensa Bella me repetí. Fue cuando vi la pistola de Edward en el suelo. Recordé que yo también
llevaba una.
Lo tomo desprevenido, porque abrió los ojos como platos y su estúpida sonrisa desapareció de su rostro.
-Suéltalo- grité.
-Crees que tengo miedo de ti Isabella- dijo riendo- Apenas eres un dulce niñita.
No soporte la desesperación y le dispare. Se oyeron más disparos y Black cayo al pavimento. Parecía un
colador. No sabía si fui yo quien le propino tantos disparos, de lo nerviosa ni cuenta me di.
Corrí hacia Edward. Y lo bese con fuerza. Gracias al cielo él esta bien, había salido ileso.
-Te Amo Bella gracias por salvarme la vida-susurró y me beso con cariño.
Por todos los cielos lo había matado. La desesperación se estaba apoderando de mí y empecé a temblar en los
brazos de Edward.
Asintió.
-¿Qué tal si nos vamos a la casa?-inquirió Jasper- Esme esta con el alma en hielo.
-Claro- dijo Edward.- Vamos Jared tenemos que conversar muchas cosas.
En el camino hacia la casa; Emmet y Jasper estaban muy animados por haber quitado del mapa a una de las
peores calañas de la mafia. No presté mucha atención a su celebración.
Edward me llevaba en su regazo y hacia círculos con su dedo índice en mis brazos, estábamos metidos en
nuestra burbuja.
Edward me guío hasta la parte trasera de la casa, se sentó en una banca y yo me acurruque encima de él.
-Bella- susurró- No sabes lo mal que la pase. Pensar que podía perder... Posé un dedo en sus labios.
-¿Y Seth?-pregunté.
-¿Esta bien?-inquirí.
Me encogí de hombros y el rió suavemente. Coloque mi rostro en su cuello y aspire su aroma, como lo había
extrañado me embriague de el, hasta que Edward hizo que lo mirara. Me perdí es sus hermosos orbes verdes.
-Bella, mi pequeña-susurró con tanta ternura que lloré. Las hormonas ya estaban haciendo de las suyas.
-¿Y Nahuel?-inquirí.
Permanecimos en silencio, aspirando el aroma del otro. Sobraban las palabras en estos momentos.
Al fin estaba en mi lugar en el mundo ese era a lado de él. Creo que el secuestro hizo que me diera cuenta
que mi vida no era vida sin Edward, aunque en realidad eso ya lo sabía. Pero jamás imagine que la necesidad
fuera tanta.
Les sonreí.
-¿Qué les pasa?- preguntó Emmet que venía con Jasper y Carlisle.
-Cosas de mujeres- respondió Edward. Él sabía que si decía algo como; están histéricas sabría quien es
Isabella Swan.
-Cállate- le dije.
Edward POV.
-En como pedirle a Bella que se case conmigo- respondí perdido en mis pensamientos.
-Sí-dije- Pero ahora quiero que sea especial e inolvidable. Quiero algo mágico, que nunca lo olvide.
-La amas-afirmó.
Hola chicas...Aquí les dejo otro capítulo... Pulsen el botoncito verde y háganme saber que les pareció la
huida ¿?
Los días habían pasado volando ya tenía dos meses de embarazo. Me sentía gorda y no podía parar de llorar
porque las hormonas me afectaban demasiado.
-Bellita- me llamó Emmet- Si sigues así- dijo señalando mis pechos- Vas a parecer una vaca lechera.
Por mi parte no podía dejar de llorar. A lo mejor por eso Edward tenía semanas que no me tocaba porque
pensaba que estaba gorda como una vaca.
Señale a Emmet.
Emmet salto del sillón al oírla y salió corriendo de la casa seguido por Rose hecha una fiera.
Edward se tensó.
-Claro que no pequeña- susurró sentándose a mi lado en el sillón- Eres la mujer más hermosa que conozco.
No importa si estas embarazada o no. Te ves preciosa.
-Es que- murmuro y suspiro- Bella si tenemos sexo pienso puedo hacerle daño a los bebés.
Me reí de su ocurrencia.
La verdad que Edward me asombra era tan perfecto, tratando de proteger a mis pequeños.
-Edward-susurre- Tener sexo no le causara daño alguno a los bebés. Lo deberías de saber eres ginecólogo.
-Me tendrás lo prometo. Yo también te necesito tanto Bella- susurró y me abrazó con fuerza.
-Maldita sea Bella-dijo-Debemos esperar hasta la noche, juro que valdrá la espera.
-¿Y a donde iremos?-pregunté curiosa.
-Edward- me quejé.
-¿A donde?-pregunte.
-Ahora que Black esta muerto, el negocio esta más calmado. Pero de todos modos realizaremos una reunión
para posibles enemigos.
Mientras cantaba y preparaba un mousse de banana. Recordé a mi madre, aquellos días donde bailábamos sin
parar por toda la cocina sólo para divertirnos de los extraños pasos que inventaba papá.
Me la arrebataron de la forma más cruel, ni siquiera pude despedirme de ella y poder decirle cuanto la amaba.
Ya habían pasado muchos años desde lo que paso aquel día, pero aunque pasarán cien años nunca lo
olvidaría.
Por eso me fui de Forks no soportaba los recuerdos y ver como cada día mi padre se deprimía más, y yo no lo
podía apoyar porque verme a mí era como ver a mamá y él lo tenía que superar aunque sea un poco.
Nunca había sido una persona rencorosa, pero si algún día supiera quien fue el desgraciado que le arrebato la
vida a mi madre lo odiaría a él y a todo su alrededor. No descansaría hasta que pagará.
-¿Qué piensas Bella?-preguntó Esme y salte de la impresión. No sabía cuanto tiempo llevaba mirándome.
-Yo también perdí a mi madre muy joven Bella-susurró sollozando- Y han pasado muchos años pero todavía
me duele y la recuerdo como si fuera ayer.
-Tú por lo menos pudiste despedirte yo no pude- susurré llorando más alto.
Su abrazo se hizo más fuerte y se lo agradecí porque sentía que me iba a derrumbar.
-Lo siento tanto Bella- dijo Alice llorando desde la puerta de la cocina.
Esme dejo de abrazarme y Alice corrió hacia mí y me envolvió en sus pequeños brazos. No sé cuanto llore
pero me parecieron horas.
-Ven- dijo Alice cuando me calmé- Debes arreglarte en una hora llega Edward.
-OK-dije.
Alice se paso una hora arreglándome. Al final lleve un pantalón de maternidad por mi abultado vientre y una
blusa lila que le daba una formita muy linda a mi barriguita.
Al bajar las escaleras de la mansión Cullen. Me encontré con Edward quien no dejaba de mirarme.
Cuando llegamos al cine Edward me dijo que ya había comprado las entradas para ver una película
romántica.
Play.
-Bella- susurró- Todavía recuerdo el día que te asalte el corazón. Esa fue la única misión de la organización
en la que me siento orgulloso de haber participado.
-No sabía como hacer esto-murmuro- Y creo que esta fue la manera más original y romántica que se me
ocurrió.
En la pantalla pasaron fotos del día que conocí a Alice, las de la apertura de la librería, con Nahuel, el viaje
a Panamá y muchos otros momentos.
-Te Amo Isabella Swan más que a la vida. Y quiero despertar cada mañana contigo y dormir todas las
noches contigo.-suspiró y se rió nervioso.-Quiero cuidar de ti y mis pequeños todos los días de mi vida.
Clavó una rodilla en el suelo y sacó una cajita negra. La abrió y mostró un hermoso anillo.
Miré a Edward que ahora se encontraba en el suelo del cine, inclinado como en la pantalla.
-Sí- respondí.
Deslizo el anillo en mi dedo corazón. Beso mi vientre y se paro del suelo para besarme.
Cuando llegamos a la cama de nuestra habitación. Empezó a besar mi cuello y saco la liga que sostenía mi
cabello dejándolo caer alrededor de mis hombros.
Me quito la blusa y desabrocho mis pantalones, los bajo y se coloco encima de mí.
Chocó sus labios contra los míos. Y como pude me las arregle para quitarle su camisa y el pantalón
dejándolo sólo en boxer.
Rompió mis braguitas e introdujo dos dedos dentro de mí, empezó a bombear con fuerza. Apreté mis piernas
en su cintura.
Podía sentir el hormigueo dentro de mí. Bombeo con fuerza y me vine en su mano. Grite su nombre cuando
alcancé el cielo.
Me besó con fuerza saboreando cada parte de mi boca. Lamió mis labios y yo mordí los suyos.
Besó mis labios, mis mejillas, mi barbilla y mi nariz. Llego hasta mis pezones y los mordisqueo y jugo con
ellos, haciendo que perdiera el control y olvidara hasta mi propio nombre.
-Vuelve a gritar mi nombre Bella-pidió con voz entrecortada. Embistiéndome más fuerte.
Sus movimientos se hicieron más fuertes. Sentí el ya conocido hormigueo recorrer mi cuerpo y mis paredes
contraerse a su sexo. Pronto llegaría.
Edward pareció darse cuenta de eso porque entro más en mí e hizo más rápidas sus embestidas.
Nos abrazamos.
Había pasado ya una semana desde que Edward me pidió matrimonio de la manera más maravillosa del
universo.
Alice, Esme y Rose estaban como locas con los preparativos de la boda.
Estaba enviando un e-mail a un importante editor. Cuando sentí a Rose hablar con alguien.
-Te buscan-anunció.
Camine hacia la estantería de libros de historia donde Rose me indico que se encontraba la persona que me
buscaba.
Allí de espaldas a mí leyendo el título de un libro, se encontraba una de las personas más importantes de mi
vida.
-¿Papá?-inquirí.
-Bella-susurró.
-Papá te extrañe tanto-confesé abrazándolo con fuerza, y lágrimas empezaron a caer por mis mejillas.
Asesino
-Bella-susurró.
-Papá te extrañe tanto-confesé abrazándolo con fuerza, y lágrimas empezaron a caer por mis mejillas.
-Bella-susurró.
-Papá te extrañe tanto-confesé abrazándolo con fuerza, y lágrimas empezaron a caer por mis mejillas.
Fui por mis cosas y le avise a Rose que tomaría un café con mi padre.
-Te he extrañado tanto Bells-dijo- Pero creo que bien por lo menos no estoy ío.
-Pequeña-susurró- Vine a buscarte porque tengo algo que has deseado por años.
Respire profundo. Al fin se iba a ser justicia, ya podría gritarle todas las cosas que guarde tantos años
al maldito que me la arrebato. Ahora sí iba a descargar todo mi odio y hacerlo pagar por haberme
quitado una parte de mí.
-Bella no quiero que te ilusiones con que podamos atraparlo va ser muy difícil hija.-dijo.
-Lo sé Bells yo también deseo que pague, pero es difícil él es el jefe de la mafia del país.
Mi mundo se detuvo. Sentí como si hubieran arrancado una parte de mi pecho y me dolía tanto que
hasta me costaba respirar.
Él es el jefe de la mafia del país... las palabras de mi padre se repetían en mi mente como un CD
rayado.
-¿Estás seguro?-inquirí.
-Si-respondió.
Mi vida y todo lo que había logrado construir en estos meses se derrumbo. Porque él había tenido que
arrebatarme a mi madre.
-Mañana-respondió.
-Cuando este preparada para contarte la verdad sabrás porque me voy papá.
Asintió.
-Vamos a estar bien papá-le dije- Ahora que estaremos contigo vamos a estar bien.
Sonrío.
Maneja como una loca por las calles hasta llegar a la mansión Cullen. Allí se encontraba mi antigua
ropa, sólo me llevaría lo que pague con mi dinero, no quería nada que viniera de ellos. Del dinero sucio
de ese asesino.
Saque mi maleta del clóset y empecé a tirar mi ropa en ella, no era mucha por lo que no tardaría tanto.
-¿Qué sucedió Bella?-me preguntó Jasper.
-Me largo de aquí -le grite- No soporto vivir con asesinos como ustedes.
-No es eso lo que son- le dije acercándome a ella- Son unos mafiosos lo que significa; que SON UNOS
MALDITOS ASESINOS- grite llena de rencor.
-Es Bella mamá- le dijo Alice llorando- Está alterada, no sé que le sucede.
Quería correr y abrazarlo y decirle lo que sentía, pero no, él era el hijo del asesino de mi madre y por
mucho que lo amará. Tendría que asimilar esto primero.
Tomé la maleta y salí de la habitación a la carrera con todos pisándome los talones.
-Bella- dijo Carlisle- Mantén la calma eso no te hace bien. ¿Por qué estas así?-inquirió.
Deje la maleta en el suelo y lo mire con todo el odio que guarde estos años.
Él asintió. Edward y Esme se colocaron a cada lado de él. Para poder mirarme.
-Bien te lo diré, o mejor dicho se los diré -grite- Estoy así porque me enteré que tú-lo señale- Asesinaste
a mi mamá.
Sus caras eran de sorpresa y dolor. Edward me miraba consternado, mientras Esme no paraba de
llorar y Carlisle estaba perdido en sus pensamientos.
-Bella yo...-dijo.
-No quiero su lástima- les dije- Sé que nunca vas a pagar por lo que le hiciste a mi madre, pero los
peores castigos vienen de Dios y de él si espero que te castigue de la peor forma.
Traté de tomar mi maleta, pero antes de que lo hiciera Emmet quien por primera vez estaba serio me
la entregó.
-Como quieres que conviva con el asesino de mi madre Edward- le dije sollozando.
-No- dije.
Rose trajo a Nahuel quien estaba dormido y Jasper traía las bolsas del pequeño.
Asintió.
Emmet le marco al taxi y en cinco minutos estuvo ahí. Sé que todos me observaban pero no quise
mirar ya no había vuelta atrás.
Entre al taxi y acomode las bolsas de Nahuel quien yacía dormido en mi pecho.
Asintió.
En el camino al aeropuerto reserve los pasajes. Gracias a Dios había un vuelo en dos horas, le llamé a
Charlie y estuvo de acuerdo en irnos esta noche.
-Bells-susurró con una sonrisa. Que se le congelo al ver a Nahuel-¿Quién es este pequeñín?-inquirió.
Me miró incrédulo.
Una holeada de dolor me atacó con más fuerza del que sentía.
-Luego papá-dije.
Pasajeros con destino a Port Ángeles, por favor abordar la terminal cuatro.
Tranquilas prontito habrá reconciliación, ya que ni siquiera yo soporto ver a Edward alejado de Bella.
Visita
Había pasado los cuatro peores días de mi vida. No dejaba de llorar. Y sentía que la vida se me iba cada
segundo.
Mi papá no hizo preguntas del porque volví a Forks. Sólo le conté la historia de como Nahuel entro a mi vida
evitando mencionar a Edward Cullen.
Edward lo extrañaba tanto. . . porque la vida tenía que ser tan injusta con nosotros no podía ser otra
persona quien hubiera matado a mi madre. Tenía que ser Carlisle Cullen el padre de la razón de mi
existencia.
Sacudí mi cabeza tratando de alejar aquellos pensamientos. No era momento de pensar en esas cosas. Debía
hablar con Charlie.
No sé como se lo tomaría mi padre, pero ya era hora que supiera quien es el padre de mis hijos y porque huí a
Forks.
Baje directo a la cocina y limpie un poco el reguero de la comida. Luego me encamine a la sala a hablar con
Charlie.
Al verme entrar a la sala apago el televisor y me palmeó un lado del sillón para que me siente.
-Papá voy a contarte todo- le dije- No me interrumpas por favor, puedes decir lo que piensas cuando termine
de hablar-le avisé.
-El padre de mis hijos es Edward Cullen-Charlie abrió los ojos como platos- Vivía con él hasta hace cuatro
días. Sabía que son de la mafia pero no me importo en lo absoluto porque lo amo, hasta aprendí a disparar y
todo-confesé recordando aquellos días donde todo era felicidad en mi vida.
La cara de mi padre no tenía precio.
-Mira- le enseñé el anillo que aun adornaba mi dedo- Me pidió que me casara con él y acepte. Lo amo
demasiado papá, lo amo más de lo normal. Ni siquiera puedes llegar a imaginarte lo que significa él para mí.
-Todos estos días que he estado sin él-susurré- Me siento como si hubieran arrancado una parte esencial de
mí, me cuesta hasta respirar. Sé que él no tiene la culpa de lo que hizo su padre, pero necesito asimilarlo.
Trague en seco.
-No lo pienso alejar de sus hijos, sé que mi mamá nunca hubiera deseado que hiciera algo así- suspire
pesadamente- No te imaginas cuanto lo necesito papá- dije llorando- Sé que es difícil que lo comprendas,
pero él no tuvo la culpa de nada y cuando este lista si es que él ya no ha venido a buscarme yo misma iré por
él, no quiero que mis hijos estén sin su padre.
-Pero te aclaro que estar con él no quiere decir que trate al asesino que tiene como padre- dije ácidamente.-
Termine- anuncie.
-Hija-dijo suspirando-Apenas tienes dieciocho años eres una bebé. No sabes lo que es amar.
-Y tú si lo sabías- le grité irritada- Tú también te enamoraste de mi madre cuando tenias mi edad y hasta la
embarazaste.
-No es lo mismo-dijo.
-Claro que sí-dije- Yo lo adoro papá y estoy completamente segura que él a mi también.
-¿Estás segura?-preguntó.
No soportaba que mi padre dijera esas cosas de Edward, cuando él había sido tan maravilloso conmigo.
Empecé a desesperarme, lo busque por todo mi cuarto y baje a ver si Charlie lo tenía.
Nahuel yacía en los brazos de Rosalie quien le hacia mimos. Lágrimas se derramaron por todo mi rostro, y
corrí a abrazar a mi amiga.
-Me llevare al pequeño, para que puedan hablar-dijo Charlie. Tomó a Nahuel y se encamino a la cocina.
-Lo siento-dije.
-Lo sé- susurró pensativa- Sé que en estos momentos debes sentir un rencor muy grande hacia Carlisle y no
es que lo este defendiendo pero él la está pasando fatal.
Fruncí el ceño.
-Cuando le gritaste asesino no lo podía creer-susurró- Carlisle pensé, el hombre que me había recogido de la
calle quien nos salvo a Jasper y a mí de que nos matarán igual que a nuestros padres- suspiro- Un asesino
aquel hombre que le había enseñado a sus hijos a herir pero no matar.
-Ver que no se defendió cuando lo acusaste -sacudió su cabeza-No quiso responderle ninguna pregunta a
Edward- al pronunciar su nombre sentí que dejaba de respirar- Y se fue de viaje sin ninguna excusa.
-Todo eso me hace pensar que él trata de esconder quien mató en realidad a tu madre Bella- dijo seria- Estoy
segura que él no fue.
No dije nada, al fin de cuentas era su padre. Tenía que creer en él. ¿No?
-Él no tiene porque pagar por los errores de los demás- le dije- Lo amo y nunca lo voy a separar de sus hijos.
-Bella hay alguien que vino conmigo y quiere verte- dijo Rose.
-¿Quién?-le pregunté.
-Yo Bella- respondió Alice saliendo de la cocina. Así que todo el tiempo había estado aquí.
Mi corazón se rompió de nuevo si es que era posible después de todos los golpes que había sufrido
últimamente, al ver que no era Edward quien había venido con Rosalie.
-Tú no tienes la culpa Alice- le dije- Perdóname tú por haberte tratado tan mal.
-No sabes el odio que he sentido todos estos años-confesé- Y al enterarme por fin quien fue no pensé que iba
a desatar más dolor del necesario.
-Lo siento tanto Bella-dijo abrazándome más fuerte- Yo no tengo excusa para el comportamiento de mi
padre.
-Bien-dijo sonriendo- Traje ropa de invierno para ti y Nahuel, ya que aquí llueve a diario.
-Muy mal-dijo con pena- Carlisle no le da explicaciones de nada, y ella esta segura que trata de proteger a
alguien, pero no tiene idea de quien sea.
-Sí-dije.
-! OH! Cuidado y matan a Bellita con esos abrazos-dijo Emmet sonriendo- Recuerden que ella es tan frágil
como una pluma de vaca.
-Es cierto Bellita-dijo riendo- Bueno, ere tan frágil como las plumas de un pavo real.
Sonreí. Con que las vacas tienen plumas. Emmet debería ver más Animal Planet..
Caminó hacía mí y me cargo como un costal de papas, me giró varias veces, hasta que empecé a marearme.
Emmet me bajó y tuve que recostar la cabeza en su gran pecho para que se me pasara el mareo.
Alice se puso como loca a sacar toda la ropa que había comprado, probándole cada juego a Nahuel, hasta
para Charlie trajo ropa. Ella si que estaba loca.
Emmet, Rose, Jasper y Emmet miraban un partido de béisbol junto a Nahuel que se encontraba entretenido
por las caras graciosas que Emmet le hacía.
-Bella- me llamo Alice- Podrías ir a mi auto a buscar una bolsa que tiene unas camisas que compré para tu
padre-pidió.
-Claro- le dije.
Levanté lentamente mi rostro. Y frente a mí se encontraba él ser más maravilloso del universo y la razón de
mi vida.
Acortó la distancia que nos separaba y choco sus labios con los míos. Era tanta la necesidad de estar cerca
que me cargó y yo enrede mis piernas en su cintura.
Su aliento calido lo había extrañado y añorado tanto. Mordí su labio inferior y él gimió en mi boca. Nuestras
lenguas danzaban felices explorando cada rincón como si fuera la primera vez.
Toque cada parte de su hermoso rostro, para cerciorarme que él estaba aquí y no era parte de un sueño.
Apoyo su frente contra la mía y rozo mis mejillas con las yemas de sus dedos.
-No tengo nada que perdonarte- susurré entre sollozos- Te Amo Edward-dije volviéndolo a besar.
Alguien carraspeo. Edward me bajo al suelo, sonrío y volteamos a ver quien era.
La sangre empezó a hervir por mis venas, como se atrevía a presentarse en mi casa como si nada hubiese
pasado.
Asentí.
Se encamino a su auto y me abrió la puerta del copiloto. Subí y me acomode para encararlo, haber que tenía
que decir.
-No seas mentiroso- le dije irritada- Si no fuisteis tú, entonces ¿quién fue?-inquirí.
-Lo que ocurrió aquel día fue muy confuso- dijo perdido en sus pensamientos.
-Aquel día se perdió un gran cargamento de droga, y nos avisaron que las personas que lo robaron lo habían
trasladado a Forks. Decidimos venir a enfrentarlos, pero no esperábamos a la policía en aquel almacén.
Suspiró pesadamente.
-Al llegar comenzó el enfrentamiento, las personas que se encontraban en el almacén estaban desesperadas.
Uno de los policías me reconoció y les gritó a los demás donde me estaba escondiendo. Tropecé con tu
mamá, recuerdo su rostro y ahora más ya que tú eres como ella, pero en una versión más hermosa.
-Me pidió que no la matará, me dijo que su hija la esperaba en casa- susurró Carlisle con lágrimas en sus
ojos- Le dije que no iba hacerlo. ¿Por qué matarla? ella no había hecho nada, sólo estaba en el lugar
equivocado.
Mi mamá suplicó no morir por mí. No quería dejarme sola. Esto era tan doloroso.
-Aunque no lo creas, yo nunca he matado a nadie. Es verdad soy un mafioso pero eso no quiere decir que sea
un asesino que mate a quien sea por capricho. Ese trabajo es de otros, por eso les he enseñado a mis hijos a
herir, pero no matar si no es necesario.
-Bella-dijo- Yo salí del país para hablar con un amigo quien estaba presente aquel día. Él sabía quien había
sido el policía que le disparó a tu madre.
-¿Cómo paso?-inquirí.
-El policía llego adonde me encontraba, y miró a tu madre asombrado y me apuntó. Pero sus manos le
temblaban tanto que la pistola se giró sin que él se diera cuenta. Trate de quitar a tu madre de la dirección,
pero él pensó que yo iba a matarla, soltó un disparó y alcanzo a tu madre.
Tenía una pena tan honda, era un pozo sin fondo. No sé como no había entrado en shock con tantas malas
noticias.
-Carlisle- lo llamé al borde de empezar a gritar- Sabes. ¿Cuál es el nombre de ese policía?-le pregunte.
No Dios mío. ¿Por qué?... Mi papá no podía ser cierto, era una mentira. Él jamás hubiera sido capaz de
hacerle daño a mi madre. Y si hubiera sido el me lo diría.
-NOOOOO- grité y salí del auto corriendo hacia la casa.
Empuje la puerta de la entrada con fuerza y corrí a la cocina. Allí estaba él tomando un vaso de agua de lo
más tranquilo.
-Contéstame-le exigí.
-Papá dime por favor- le pedí- Dime que es mentira- le rogué clavando mis rodillas en el suelo- Dime que no
es cierto.
Asintió.
-No lo quise hacer Bella, yo la quería proteger. Fue un error- me dijo llorando.
Él la había matado. Mi propio padre, esto era una maldita pesadilla. Esto no me podía estar pasando a mí.
Y salí de la cocina a buscar mis cosas, para irme y no volver nunca. Sentí un brazo sujetarme y era mi padre.
Me solté de su agarre.
-No quiero que me vuelvas a tocar- le grité mirándolo a los ojos- Nunca...; entendiste.
Corrí a mi habitación a tomar mis cosas, y me desmorone en el suelo.
Mi mente estaba en blanco. No había palabras para describir la gran angustia que sentía. ¿Por qué?
...nunca habría una respuesta.
No sé cuanto tiempo llore en los brazos de Edward, creo que eso no importaba. Era en el único lugar donde
me sentía segura. Donde no había engaños, ni mentiras.
No entendía como seguía respirando si sentía que con cada segundo que pasaba la vida se me iba.
-Tienes que ser fuerte Bella- susurró- Hazlo por ti y por los bebés, les hace mucho daño que estes así. No
creo que a tu madre le gustaría verte de esta manera.- beso mi nariz.
Asintió.
Me tomó en brazos y salimos de la casa. Ya afuera todos nos miraron. Carlisle se veía tan triste. Le debía una
disculpa.
-¿Quieres que recojamos tu ropa Bella?- me preguntó Alice, mientras le pasaba a Nahuel a Jasper.
-Si- le dije.
El camino al cementerio de Forks, fue silencioso. Edward me miraba por el rabillo del ojo, asegurándose de
que estuviera tranquila. Sabía que él me estaba dando tiempo para poder recuperar fuerzas y asimilar las
cosas.
Al llegar Edward me abrió la puerta del copiloto. Un escalofrío recorrió mi cuerpo al bajar del auto, esa
siempre era mi reacción cada vez que visitaba a mi madre.
Llegue a su lapida y me arrodille junto a ella. Edward poso una mano en mi hombro, para brindarme su
apoyo.
-Perdóname mamá- dije abrazando la lápida como si ella estuviera allí-Perdón pero yo no puedo cumplir la
promesa que te hice. No puedo enviar a la cárcel a mi papá- me tape la boca para no gritar.-Sé que tu nunca
lo aprobarías y yo no podría hacerlo. Pero tampoco puedo perdonarlo, para eso voy a necesitar mucho
tiempo.
-Te Amo mamá-susurré- Te extraño demasiado...Yo sé que me estas escuchando, y donde quiera que te
encuentres me cuidas. Fuiste y siempre serás la mejor madre del mundo. Ni siquiera yo creo poder llegar a
igualarte algún día.
Grite con todas mis fuerzas, necesitaba sacar un poco el dolor que me estaba consumiendo por dentro.
-Mamá- murmure- Necesito tanto de tus consejos, tus abrazos y tus bromas. Como quisiera volver a
escuchar; Te has vuelto a caer Bella, ten cuidado pequeña. Me gustaría que estuvieras aquí y compartieras
conmigo la experiencia de ser madre. Me hubiera gustado tanto que conocieras a mis hijos, a tus nietos, que
me acompañaras el día de mi boda.
-Te adoro mamá-susurre- Te amare por siempre, cada día te recordare, jamás te olvidare; porque fuiste y
serás lo mejor que Dios me dio en el mundo. Cuando tenga a mis hijos, siempre les hablare de ti y les diré
que fuiste la mejor madre del universo. Y que los quisiste aun sabiendo que faltarían años para que llegaran.
-Estoy segura que donde te encuentras estás en paz, y quiero que sepas voy a buscar terminar mi cuento de
princesa como me lo pediste. Ya tengo a mi príncipe mamá y hasta a unos principitos que están por llegar.-
me mordí el labio- Siempre te voy a amar mamá.
Me levanté y me gire para encarar a Edward, quien camino hacia mí y me abrazo con fuerza. Aspire su
delicioso aroma y besé su pecho.
-No-le dije-Quisiera que los chicos conocieran un poco el pueblo, así no habrían realizado el viaje por nada.
-Lo sé- le dije- Pero no tengo ánimos de viajar hoy, aunque tendríamos que buscar un hotel.
-Bella mi padre tiene una Residencia en Port Ángeles, allí nos quedaremos- dijo.
-Está bien-dije.
El trayecto a Port Ángeles, estuvo lleno de lágrimas por mi parte, mientras Edward dibujaba círculos con su
dedo índice sobre mi mano para calmarme. Necesitaba llorar, ahogar el dolor de algún modo. Esto llevaría
tiempo para sanar.
Pero la visita que hice al cementerio me ayudo un poco. Mi madre estaba bien donde se encontraba.
Al llegar a la residencia Alice se abalanzo a abrazarme. Y llore otra vez en su hombro. Ella y Rose me
llenaron de palabras de consuelo.
Después de hablar con ellas. Decidí hablar con alguien, necesitaba que me perdonara por tratarlo tan
injustamente.
Un saludito para todas las que se pasan por la historia y dejan sus hermosos reviews. Espero responderlos
pronto, pero ando tan atareada con la escuela que no puedo.
Dejen sus reviews... Por Favor necesito saber que les pareció el capítulo ¿
Ya nos encontrábamos en nuestra casa, la estadía en Port Ángeles fue corta ya que en la organización se
presentaron una serie de problemas. Me preocupe un poco, pero Edward me tranquilizo diciéndome que no
era nada grave.
Estaba en casa ya que mi ginecólogo me prohibió trabajar porque mi embarazo era múltiple y también por los
últimos hechos, lo dijo tan nervioso que estoy segura que Edward lo amenazo que si no me decía eso le haría
algo, lo deje pasar porque sabía de sobra como mi Dios griego me protegía.
Después del secuestro tenía mas de tres tipos tras de mí, por suerte hoy se había quedado Emmet en la casa lo
que era bueno ya que no estaban los escoltas como mis sombras, y malo porque sólo se la pasaba haciendo
bromas.
Me encontraba en la cocina preparando un rico dulce de chocolates con relleno de almendras, tenía ese antojo
y ya que Edward no estaba y si le decía a Emmet que lo comprara se burlaría, mejor lo prepare.
Mientras colocaba el pastel en el horno, mi querido hermanito Em entro por una manzana.
Venía muy alegre cantando algo, pero no lograba escuchar muy bien que por lo que me senté en una silla del
pequeño comedor de la cocina para escucharlo mejor.
-Siniestro muuu... y las vacas gordatomicas- cantó Emmet y propino una sonora carcajada-SINIESTRO
MUU... Y LAS VACAS- me miró y se rió aún más fuerte- GORDASTOMICAS.
Vaca eso parecía, me mire y estaba enorme, mi vestido de novia no me iba a entrar y Alice me mataría.
Estaba GORDA... empecé a llorar.
-¿Qué te pasa Vaca?- me preguntó Emmet y llore más- Perdón Bella- rectificó.
-No tanto- respondió pensativo- Te pareces más a una linda vaquita que a un hipopótamo.
Más lágrimas.
-Eso es algo no- dijo alzando las cejas.-Bellita no es que estés Gorda..., sino que tus pechos son ENORMES,
con tanta leche que debe haber en ellos puedes darle de comer a un ejercito de bebés- dijo con los ojos como
platos- Pero a pesar de todo para tener un embarazo múltiple sigues conservando tu linda figura- me guiñó el
ojo.
-¿Seguro?-inquirí.
-Bellita-dijo con una sonrisa-Quieres acompañarme al centro comercial, necesito comprarle un regalo a Rose.
-¿Y el pastel?-inquirió.
Recorrimos más de cinco tiendas buscando algo que le gustara a Rose y a Jasper. No encontrábamos nada
especial, debíamos darnos prisa ya que el pequeño duendecillo había organizado una fiesta en la casa de sus
padres.
-Voy a esa tienda- señaló- Creo que encontré algo perfecto para Jasper.
Observe el lindo dije que se encontraba en la vidriera de una fina joyería, me costaría un montón pero el
precio era lo de menos. Rose era mi mejor amiga y se lo merecía.
-Vaya...Vaya- dijo una voz conocida- Pero miren a quien me vengo a encontrar, a la pequeña Zorra.
Me voltee para ver a la mujerzuela de Tanya. Su mirada se enfoco en mi vientre y sus ojos se abrieron como
platos.
-Eres más inteligente de lo que supuse-dijo- Mira que embarazarte para amarrarlo es una buena jugada.
-Yo no necesito de jugadas para tener a Edward conmigo- le dije y eso pareció enfurecerla.
-Ay niña- dijo- En cualquier momento te cambiará por otra, ni siquiera eres más que su novia.
-Pues lamento decirte que eso no es cierto - le dije con una sonrisa y mostrándole mi anillo.
-Eso serás tú- le dije y le estampe mi mano en su rostro. Le pegué tan fuerte que la mano me ardía.
Caímos en el suelo ella debajo y yo encima de ella, era una lucha campal le jale con fuerzas su cabellera
mientras ella hacia lo mismo. Jale con todas mis fuerzas y en mi mano quedaron pedazos de extensiones de
cabellos.
Me reí. Y la muy imbecil aprovecho y me mordió el brazo, pero fue rápida y le propine una bofetada que
nunca la olvidaría.
Eso basto para acumular toda mi furia, me levante y no le di tiempo ni de respirar cuando jale su cabello y
empecé a arrastrarla por el centro comercial.
-No- le dije y como pude me zafe de su agarre. La estúpida ya se había levantado por lo que le propine dos
bofetadas una en cada mejilla.
-Esto es para que en tu miserable vida te vuelvas referir así de lo que es mío- le dije- Vuelves a hablar así de
mis hijos y me las pagaras- la amenace.
Mi comportamiento era extraño nunca en mi vida había peleado. Pero esa zorra llamo bastardos a mis bebés,
y eso no se lo permitiría jamás a nadie. Nunca iba a permitir que alguien ofendiera a mis hijos.
-Bella cálmate por favor- me pidió Edward mientras salíamos del centro comercial seguidos por Emmet
quien venía muy divertido.
-Como quieres que me calme- inquirí irritada- Si llamo bastardos a mis bebés.
Al llegar a la mansión Cullen, baje del auto sin esperar a Edward, estaba tan irritada necesitaba romper una
vajilla completa para quitarme un poco la rabia.
-Lo sé, pero no iba a permitir que ofendiera a mis bebés- le dije.
Dormí el resto de la tarde, ya entrada la noche el duendecillo me despertó para arreglarme ya que solo
faltaban dos horas para la fiesta.
Lo que menos deseaba era verme gorda. Quería que Edward me viera hermosa.
El vestido en el que me había metido Alice era tan diminuto que sólo cubría mi trasero, esperaba que no se
notara que andaba sin ropa interior.
Baje las escaleras animadamente la música que inundaba la casa era muy buena, pude ver a Rosalie y Jasper
recibir a los invitados, y Alice dando brinquitos con Emmet.
Tomo mi mano y nos colocamos casi en el centro de la pista de baile. Mi comportamiento era extraño me
sentía como una adolescente, para los demás era una adolescente por mi edad.
Quería bailar y liberarme sentirme joven por un momento y no tener miles de responsabilidades.
La música inundo mis sentidos y por primera vez no tuve miedo a bailar. Alec bailaba muy bien y poco nos
pegamos, trate de que mis movimientos no fueran tan insinuantes. Cuando gire para dar una vuelta, me
percate que los invitados nos habían hecho un círculo para vernos bailar.
Rose y Jasper sólo reían, mientras Esme y Carlisle acompañaban con los gritos a Emmet.
La canción termino y sonó All up to you, Alec me tomó de la cintura y me pego a su cuerpo y empezamos a
movernos al ritmo de la canción. Se sentía bien bailar con él, era todo un caballero.
Eh
All Up To You…Eh
All Up To You..
All Up To Youuuuuu
Si Mañana Te Vas,
Si Mañana Me Amas
Jamas Me Limito
O Te Quedas O Te Vas
-Genial- le respondí.
(Yandel)
Vete
Pero Si Te Quedas
Ooohh!
(Akon)
Like I Can
All Up To You, Eh
All Up To You, Eh
All Up To Youuuu, Eh
All Up To You, Eh
All Up To Youuuuu, Eh
(Yandel)
(Wisin)
(Romeo)
(Yandel)
All Up To You, Eh
All Up To You, Eh
All Up To Youuu, Eh
All Up To You,Eh
All Up To Youuu
-Bella...-oí que me llamaban pero la música estaba tan fuerte y la canción tan buena que ignore mi nombre.
Romeo
(Mañana Te Olvidooo..W)
Si Mañana Me Amas
Jamas Me Limito
Elije El Camino
Bye Bye
Vete.
Edward estaba enojado tenia la mandíbula tensada y se apretaba el puente de la nariz para calmarse.
-Podemos hablar- dijo entre dientes, enviándole una mirada envenenada a Alec.
Asentí.
Cuando llegamos al jardín la piernas me temblaban, estaba muy asustada. Edward estaba más que enojado y
lo entendía yo me había pasado con mis bailecitos. Pero quien lo mandó a llegar tarde a la fiesta.
-Bella- dijo suspirando- ¿Por qué tuviste que bailar con él?- inquirió.
-Él me invitó a bailar y como yo no tenía con quien, baile con él, además me cayo bien - le respondí con
sinceridad.
Eso me irrito tanto, como se le ocurría algo así. Yo lo amaba y no tenía ojos para nadie más. Él era mi todo...
mi vida.
-Sólo era un baile Edward, los demás no hallaron nada malo- le dije.
Era tanta la rabia que no medí mis actos, lo abofeteé tan fuerte que sentí que me quebraba por dentro.
Salí corriendo de la casa, no podía estar cerca de él. No cuando desconfiaba así de mí.
Al salir a la calle lo oí gritarme y corrí con todas mis fuerzas, pero al cruzar la calle, sólo escuche el chirrido
de unos neumáticos.
Espero de todo corazón que les guste este capítulo...Dejen sus reviews a ver que tal ¿? . Y tranquilas de ahora
en adelante no habrá tanto drama...
POR FAVOR...POR FAVOR... Como me gustaría que la que pasará a leer la historia dejara su c
No había tenido tiempo de avisarle a Bella que llegaría un poco tarde a la celebración.
Me encontraba ocupado arreglando algunos papeles para poder ejercer mi carrera y ayudar a Bella a traer a
nuestros pequeños al mundo.
Nuestros bebés. Nunca hubiera creído que iba a tener una familia.
Yo quien solía decir que el amor no existía, por lo menos para mí, ahora estaba perdidamente enamorado de
la mujer más maravillosa del universo.
-Gracias- le dije.
Llegue a la casa de mis padres que estaba encendida. Se sentía el buen ambiente, el duendecillo diabólico es
la mejor organizando fiestas.
Me dirigí a la sala y busque a Bella pero no la encontraba. De pronto todos los invitados hicieron un círculo
en medio de la pista de seguro alguien estaba bailando. Me giré para ir a mi recamara a cambiarme cuando
escuche a todos corear;
La sangre empezó a hervirme cuando vi a Bella bailando con el imbecil de Alec quien la sujetaba por la
cintura.
Lo que más rabia me dio fue ver que Bella estaba feliz en los brazos de ese tipo. Tenía tantas ganas de matar
a ese miserable por tocarla, pero debía controlarme por Bella además habían muchos testigos.
Suspire.
Asintió.
Al llegar al jardín estaba muy enojado. Quería decirle tantas cosas a Bella. ¿Por qué había tenido que bailar
con ese tipo? Debió esperar a que yo llegara.
No me molesto tanto que bailara con él. Lo que me enfureció fue como la miraba, no porque la mirara con
lujuria al contrario la veía como cuando un ciego ve por primera vez el sol, con adoración. Eso me enfurecía.
Bella era mía solo mía. La amaba demasiado y no me daría el lujo que el imbecil ese fuera su amigo.
-Bella- dije suspirando- ¿Por qué tuviste que bailar con él?- inquirí.
-Él me invitó a bailar y como yo no tenía con quien baile con él, además me cayó bien - me respondió.
-Sólo era un baile Edward, los demás no hallaron nada malo- dijo.
Estaba perdiendo la cordura no sabia ni lo que decía. Los celos me estaban volviendo completamente loco.
Corrió hacia la salida de la casa. Iba demasiado alterada y eso no le hacia bien ni a ella ni mucho menos a los
bebés.
Salí corriendo tras Bella estaba enojada y podía desmayarse en cualquier momento.
Eres un maldito estúpido Edward como pudiste tratarla así. Me regaño mi subconsciente.
Cruzo la calle y escuche el chirrido de unos neumáticos. Todo pasó muy rápido; el auto le pego a Bella y está
callo en la calle sangrando.
La tome entre mis brazos, estaba inconciente y salía mucha sangre de su cabeza.
-Cállate- le grite.
Quería matarla con mis propias manos. Pero yo era un caballero y no me rebajaría a eso, ya habría tiempo de
que alguien se encargara de ella.
-PERRA-le gritó Rose y le propino un puñetazo tan fuerte que dejo a Tanya inconciente en el suelo.
La ambulancia llego y los paramédicos le colocaron un cuello ortopédico a Bella, se veía muy mal y yo
estaba aterrado.
El viaje al hospital se me hizo eterno, no deje de sujetar su mano ningún momento, no quería separarme de
ella.
Al llegar al hospital no esperaban cinco médicos supuse que Carlisle los había llamado. Los paramédicos
llevaron a Bella a la sala de operaciones.
Asentí.
Por mi culpa a Bella la habían atropellado. Si no hubiera tenido esos celos absurdos, ella en este momento
estaría bien.
Tienes que ser positivo Edward me repetí mentalmente, nada le va a pasar a ella ni a los bebés, iban a estar
bien, tenían que estar bien.
Llore porque necesitaba sacar todo el dolor que sentía. Dios me tenía que ayudar, ella tenia que estar bien.
Las horas se me hicieron eternas. Nadie daba noticias del estado de Bella y los bebés.
Estaba desesperado, me sentía impotente sin poder hacer nada por ella.
Sólo le pedía a Dios que los protegiera y que si alguien tenía que pagar. Ese fuera yo.
Bella no se merecía pasar por tantas cosas malas en la vida. Ella era un ángel y como tal no debía de sufrir,
debía ser feliz.
Isabella Swan es la persona más maravillosa de mi mundo. Sencilla, hermosa, inteligente, compasiva y
muchas otras cosas más. No entendía que había hecho para merecerla. Pero estaba tan agradecido con Dios
de tenerla.
Mi pequeña, la mujer más valiente que había conocido. La que luchaba con uñas y dientes para proteger lo
que era suyo.
Ella quien siempre estaba brindándote una hermosa sonrisa. Y hacia tu vida más feliz. No podía sufrir.
La amaba tanto que ni con un millón de palabras podría expresar lo que siento por ella. Bella era mi aire, mi
todo...
-La señorita Swan esta fuera de peligro-dijo y suspire- Gracias a Dios los bebés no sufrieron daño alguno,
sólo les pido que tenga más cuidados en su embarazo. De ahora en adelante no puede realizar esfuerzo
alguno es muy delicado.
-Presentara contracciones a lo largo de la semana, pero no hay que preocuparse. Es normal luego del golpe
que se dio- dijo.
-Sí- le dije.
Al entrar a la habitación quise que alguien me matara. Me partió el alma ver a Bella conectada a tantos
aparatos y con la cabeza vendada.
Me acerque a ella con cuidado y tome su mano y la besé. Necesitaba tanto ver sus ojos, escucharla...Quería
saber de sus propios labios que se encontraba bien.
-Mis bebés- dijo con dificultad, toco su vientre y se desespero- Mis bebés- volvió a decir ahora llorando.
-Tranquila pequeña- le dije- Están bien.- acaricie su rostro y cerro los ojos.
Nos quedamos en silencio por unos minutos, un silencio incomodo. Bella estaba dolida eso lo sabia.
-Bella- le dije- Perdóname- susurré con los ojos llenos de lágrimas.-Fui un estúpido...
-No tengo nada que perdonarte Edward- susurró- Tú no tuviste la culpa de lo que ocurrió bebé.
La puerta de la habitación se abrió, mostrando a Alec. Trate de calmarme, pero su estupida sonrisa no
abandonaba su rostro cada vez que miraba a Bella.
-¿Cómo se encuentra mi paciente favorita?- le preguntó a Bella.
Un momento. Su paciente favorita, así que el imbecil este fue quien atendió a Bella.
-Bien- le respondió Bella con una media sonrisa- No sabia que eras mi doctor- dijo sorprendida.
-Pues si- le dijo él sonriendo. - Debes guardar reposo, no puedes hacer esfuerzos, puesto que será muy
peligroso.
Quería arrancarle esa mano, pero debía mantenerme calmado. Sino Bella se enojaría.
El asintió.
-Vendré por la noche para una nueva revisión- dijo y salió de la habitación.
-Ay Bella- dijo mi madre llorando- Gracias al cielo que estas bien.
-Claro que si- gritó- YUPI!...Yupi... Yupi...- gritaba dando saltitos por toda la habitación.
Una semana en cama, esto ya era demasiado. Sabía que tenía que recuperar fuerzas por mis bebés, pero me
sentía como una completa inútil.
Y lo peor de todo era mi enfermero... Emmet se había ofrecido a cuidarme o mejor dicho a molestarme el
tiempo que Edward no pudiera estar a mi lado.
Miraba la película Marley & Me, tan triste no podía dejar de llorar...Mientras secaba mis lágrimas, Emmet
entro a la habitación con un tarro de helado y se sentó junto a mí.
Miramos la película juntos, sentí un sollozo y no era yo, por lo que mire a Emmet por el rabillo del ojo y vi
como una lágrima corría por su mejilla.
Luego de ver Marley & Me, Emmet decidió ver El Aro, así que me puse a divagar antes de vomitar.
Alice, Rose y Esme me traían loca la última semana con los preparativos de la boda. Que si los vestidos, los
manteles, las servilletas, el salón, la música, los invitados, todo...Venían a diario para que escogiera y
estuviera enterada de todo.
Por otro lado mi Edward se estaba encargando de unos negocios de la familia, y no se de que otra cosa que
mantenía oculta.
-No lo ves Ed, vemos una peli- contestó Emmet llevándose la mitad de la vasija de palomitas que había ido a
buscar, a la boca.
-Debes guardar reposo pequeña por tu bien y el de los bebés- susurró dulcemente.
-Si van a ponerse con sus arrumacos mejor me voy -dijo Emmet.
-No Emmet, tienes que quedarte a cuidar a Bella el resto del día- dijo Edward.
-¿Qué?-gritó Emmet.
-Es uno de los grandes de Europa- dijo Emmet pensativo- Edward por favor no puedo perderme ese
encuentro.
Respire varias veces, y me levante de la cama. Emmet estaba tan perdido en su mundo que ni se dio cuenta.
Baje con cuidado las escaleras, ya que cada escalón enviaba un dolor insoportable a mi vientre.
-No vayas por favor- le rogué bajando los dos últimos escalones.
No tenía fuerzas para discutir con Edward, y sabía de sobra que él tenía la pelea ganada.
La noche paso muy lenta para mi gusto, cada dos minutos el oso y yo mirábamos el reloj, no teníamos
noticias de lo que estaba ocurriendo y los dos estábamos muy impacientes.
Oímos a un auto estacionarse y Emmet me tomó en brazos para bajar a ver quien era.
-Maravilloso hermano- gritó Emmet emocionado y empezó a dar vueltas conmigo en su regazo.
¿De compras? O sea que por fin podría salir. Abrí los ojos de golpe, y la abrase.
-Me fascinan esos ánimos- dijo Alice riendo- Anda a vestirte te espero en la cocina.
Camine con cuidado hasta donde se encontraba Nahuel, quien comía muy entretenido una banana.
-Hola mi amor- le susurre y lo tome en brazos con mucho cuidado. Cada día crecía más- Con que
desayunando sin mamá- le dije juguetonamente.
Posó su pequeña manito en mi mejilla, y la acaricio con cuidado. Cerré los ojos, era tan hermoso.
-M...Ma...maaa...-susurró Nahuel.
Lo miré asombrada con lágrimas que corrían por mi rostro. Su primera palabra fue llamarme mamá.
Llene su rostro de besos y le hice cosquillas, a las cuales respondió con sonoras risotadas.
Pasamos el resto de la mañana y entrada la tarde en el centro comercial. Alice me obligo a probarme más de
quince vestidos.
-Ya lo veraz-respondió.
Alice se paso tres horas arreglándome en la casa de sus padres. Habíamos escogido un lindo vestido blanco
straple, con un cinturón rosa decorado con piedras preciosas que iba a la cintura, mi cabello iba suelto y tenía
un maquillaje ligero.
Jared volvió a ayudarme a bajar las escaleras y al llegar a la sala quede asombrada. La sala la habían
transformado en una especie de discoteca, hasta tarima incluida tenía. Su iluminación estaba perfecta, pero
llamo mi atención el gran cartelón que estaba en el centro de la tarima; Baile de Compromiso...Edward y
Bella...
En la fiesta se encontraban a demás de mi familia; Aro, Jane, Demetri, Marco, Ángela y Ben a quienes había
conocido en las oficinas de los Cullen y se habían vuelto mis amigos, Jared junto con una chica que imagine
era su pareja y un señor que nunca antes había visto.
-Su atención por favor- pidió Alice por las micrófono.-Buenas noches, hoy la familia Cullen celebra la cena
de compromiso de Edward Cullen e Isabella Swan.
-Estamos agradecidos de contar con su presencia, en una ocasión tan especial para nosotros- dijo Alice y le
hizo una seña a la banda que se encontraba en la tarima- Bueno como acto de entrada de esta noche que
decidimos enfocar en el Karaoke. Tengo el placer de presentarles al novio o sea Edward Cullen quien nos
deleitara con un tema de Marc Anthony dedicado especialmente para la razón de su existencia Bella Swan.
Los invitados aplaudieron, las luces de la sala se apagaron y la música inundo el lugar.
Edward apareció en el escenario con un lindo traje negro que se acentuaba a su musculoso cuerpo. Me sonrió
y comenzó a cantar.
Al terminar la canción todos aplaudimos. Esme lloraba de felicidad y de repente le propino un manotazo a
Carlisle.
Subí a la tarima y le dije a la banda la canción que iba a cantar. Me deje inundar por la melodía y canté cada
letra de la canción con mucho sentimiento. La canción expresaba todo lo que Edward me hacia sentir.
Las caras de los presentes no tenían precio, me miraban sorprendidos a medida que cantaba.
Edward me miraba maravillado, ya que él no conocía ese talento. La verdad la única que sabía que cantaba
era mi madre a quien le fascina que lo hiciera para poder alegrar más sus días.
Cuando termine de cantar, todos los invitados se pararon de sus puestos para poder aplaudirme. Me teñí de
rojo. Aro, Carlisle, Marco, Emmet y Jasper gritaban eufóricos.
Sólo reí.
-Bailemos- me pidió.
Empezamos a girar en la pista de baile bajo la melodía de Como yo de Juan Luis Guerra, nunca pensé que iba
a bailar tan bien el merengue.
Jasper se fue a bailar con Alice, mientras yo me guinde del cuello de Edward, le di la espalda y empecé a
mover mis caderas al ritmo de la canción.
Salimos al jardín, y Edward me cargo para poder besarlo mejor, a lo que aproveche para envolver mis piernas
en su cintura.
Llegamos a una banca detrás de un gran árbol. Edward se sentó conmigo en su regazo.
Me coloque a horcadas encima de él, mientras él besaba mi cuello. Su mano viajo debajo de mi vestido.
Volví a sentarme encima de él y entro en mí sin aviso. Gritamos al unísono por la placentera sensación.
Mordió mi cuello, mientras yo mordí su nariz. Dejándola como Rudolf. Apretó mis nalgas con fuerza y sentí
mis paredes contraerse, dio dos embestidas más y alcanzamos un maravilloso orgasmo.
-EDWARD...-alcance a gritar.
Escondí mi rostro en el cuello de Edward. ! Por Dios!Que Vergüenza! Carlisle lo había escuchado todo
Stripers
La fiesta de compromiso transcurrió entre bailes y los vergonzosos comentarios por parte de Emmet, ya que
al parecer Carlisle había comentado la aventura en el patio.
Los días pasaban a la carrera, y ya sólo faltaban dos días para la boda. Al fin seria la señora de Cullen, Bella
Cullen.
No sé como agradecerle a Dios por tanta dicha, por darme el hombre perfecto, a unos hijos y una familia que
me adora.
-¿En qué piensas Bella?- me preguntó Alice mientras le daba los últimos retoques a mi vestido.
Después de más de diez pruebas de peinado y maquillaje, por fin Alice se calmó y yo estuve segura del
adecuado para la boda.
-No fue para tanto- reproche- Estuve dos horas sentada frente a un espejo, mis pies los traigo hinchados.
-Eso es del embarazo- dijo- Ahora me voy debo comprar nuestros atuendos para tu despedida.
Salió danzando de la sala, tatareando una canción, dejándome sin poder decir absolutamente nada. Edward
tenia razón Alice puede ser aterradora cuando se lo propone.
Tome el control de la televisión para ver en que me entretenía, mientras llegaba Edward. Para mi muy mala
suerte pasaron una noticia de Forks.
Y salió de la sala.
Charlie... había mentido para poder proteger su falta, quizá no me doliera tanto si no hubiera dañado mi
felicidad por un momento, pero hasta eso fue capaz de hacer me alejo del amor de mi existencia, para poder
tener un poco su conciencia limpia.
No sé en que momento me dormí en el sillón, cuando oí que me llamaba una hermosa e inigualable voz
aterciopelada.
-Bella durmiente despierta- susurraba la voz aterciopelada, tan suave como una caricia.
-Vamos dormilona- gritó jalándome- Es hora de prepararse para ver chicos guapos.
Edward le dio una mirada asesina. Y luego giró su rostro para verme y estaba rojísimo de la rabia.
-ESTÁN DEMENTES LAS DOS SI PIENSAN QUE BELLA SALDRÁ DE ESTÁ CASA A VER
HOMBRES- gritó caminado de un lado a otro por la sala.
-Basta Edward Cullen- le gritó su madre entrando a la sala- Bella irá y ni una palabra más.
-Descubrí que los chicos van a ir a un bar donde las mujeres se desnudan y no lo podemos permitir-
respondió Rose.
-¿Cuál es el plan?-pregunté.
-Llame al bar y pude hablar con las chicas, les pague el doble de lo que le iba a pagar Emmet y ellas
aceptaron.
-¿Qué haremos?-inquirí.
-Nosotras seremos las que bailaremos para ellos- dijo Rose con una sonora carcajada.
-Muy buen plan -la felicite.
Alice me obligo a usar un vestido blanco pegado al cuerpo con un escote que no dejaba nada a la
imaginación, ya que lo mostraba todo. El vestido era tan corto que mostraba el inicio de mis pompas.
También me obligo a usar unos tacones de aguja y unos guantes que estaban a juego con el vestido y un lindo
antifaz blanco.
Por su parte Alice, Rose y hasta Esme llevaban diminutos vestidos muy pegados a sus cuerpos, con sus
respectivos antifaces.
La más provocativa de todas era yo, me sentía como una prostituta, pero todo sea por Edward. No permitiría
que otra le bailara, la única que tenía derecho a eso era yo.
-Te ves preciosa Bella- me dijo Esme entregándome un abrigo para cubrir el vestido.
Sonreí avergonzada.
Al bajar las escaleras nos encontramos con los chicos, quienes estaban muy bien vestidos.
Le seguí el juego.
Edward me miraba atónito, y a Jasper le salía humo por las orejas al escuchar nuestros comentarios.
La discoteca tenía una iluminación muy buena. De pronto se me ocurrió una idea...
-Claro...-tartamudo.
Nos escondimos tras el escenario la primera en salir sería Alice que le bailaría a Emmet y luego a Jasper.
La música empezó a sonar y Alice salió a bailar Illusion de Benny Benassi. Vimos como gritaba Emmet
quien estaba más que animado.
Alice se acerco bailando sensualmente a Emmet quien se paro de su asiento y bailo junto a ella, mientras
Jasper, Carlisle y Edward chiflaban para darle porras.
Luego se acerco a Jasper y se le sentó en las piernas a lo que Jasper abrió los ojos como platos... En el
momento en que Jasper la iba a levantar para bailar con ella, se alejo y pudimos reír de la cara de decepción
de Jazz.
Rose entro bailando junto a Esme y ambas se dirigieron a bailarle a Carlisle quien se encogía en su asiento y
sus ojos parecían que iban a saltar mirando perdidamente a Esme. Rose por su parte se dirigió a bailarle a
Emmet quien dio un grito de emoción, y bailo junto a ella.
Las Chicas dieron unos pasos más y los dejaron solos, por lo que Emmet y Carlisle tenían caras de
decepción.
Satisfaction de Benny Benassi lleno el lugar y las luces se apagaron. Salí al escenario con pasos marcados y
bailando sumamente sensual como nunca en mi vida lo había hecho.
Tomé la silla y la gire para sentarme con las piernas a los lados sobre ella, poco a poco subí hasta quedar
trepada encima de ella bailando al ritmo de la canción, el vestido cada vez se me subía más.
Mire a Edward y estaba hipnotizado mirándome al igual que los demás, me baje de la silla y la pateé para que
cayera debajo del escenario.
Baje las escaleras y me pare al frente de Jasper quien estaba más pálido de lo normal, le baile por unos
segundos y me dirigí a buscar la silla. La coloque en el centro de ellos y señale a Edward para que se sentara,
él sin dejar de mirarme lo hizo.
Me senté encima de él y empecé a bailarle. Él parecía de piedra pues no se movía, sólo me miraba. Lamí mis
labios y me acerque a su oreja y se la mordí, él sólo se estremeció.
Le envíe un beso imaginario antes de dirigirme a los camerinos, dando por terminada mi presentación.
-No conocía esas facetas Bella- dijo Esme con una sonrisa.
-Ese vestido es perfecto Bella ni se nota tu embarazo por lo que estoy segura Edward no tiene ni idea que
seas tu- dijo Rose.
-Vaya a la mesa de los chicos y diríjase al de cabello cobrizo y dígale que lo esperan en un salón privado.
Sonreí.
Al llegar a la sala privada, ya Edward se encontraba sentado en el sillón. Prendí el estero que se encontraba
allí y me deje llevar por el ritmo de la música.
Edward tenía sus ojos fijos en mí, lo cual me ponía más nerviosa. Mis pies se movían por instinto y al dar
una vuelta sentí los fuertes brazos de Edward en mi cintura atrayéndome hacia él.
Edward POV.
Emmet había insistido en realizar una despedida de soltero y lo peor era que mi padre y Jasper lo apoyaban.
Y para acabar de rematar MI BELLA iría a una despida de soltera con tipos encuerados.
De tan sólo pensar en que ella estuviera en uno de esos lugares, hacia que mi sangre hirviera.
Cuando llegamos al lugar que el loco de Emmet había reservado, un mesero nos indico donde sentarnos.
El show inició con una chica que le bailo a Emmet y Jasper quienes estaban realmente emocionados, luego
salieron dos chicas que se dirigieron a Emmet y mi padre.
Por último las luces se apagaron para volverse a encender y mostrar a la chica más hermosa que había visto.
Traía un diminuto traje blanco que casi no le cubría nada y un antifaz del mismo color que tapaba su fino
rostro.
Bailaba de una forma demasiado sensual, ya que mi amigo al instante ya estaba duro. Tiro la silla donde
había bailado, y eso sólo sirvió para excitarme más...
Bajo del escenario y me indico que me sentara en la silla que había empujado y así lo hice. Se sentó encima
de mí y mordió mi oreja, lo que me hizo estremecer. Termino con su sensual baile y me tiro un beso y se
adentro a lo que imagine eran los camerinos.
Mientras los chicos charlaban muy animados sobre cual de las chicas les había parecido la más atractiva, un
mesero se acerco.
-Disculpe- dijo dirigiéndose a mí. Lo mire esperando a ver que decía.- La bailarina del traje blanco lo esta
esperando en un privado- me aviso.
Asentí.
El salón se encontraba vacío por lo que me senté en el sillón que allí se encontraba. Cuando apareció ella,
todavía con el antifaz tapando su rostro.
Encendió el estero y sonó una música árabe, la cual bailo a la perfección. Bailo provocándome casi toda la
canción.
Hubo un momento en que mi erección se hizo dolorosa, aproveche que se giro para remenear más sus
caderas, y la tome de la cintura atrayéndola hacia mí.
Saltó de la impresión cuando la coloque sobre mí. Estaba seguro de como se sentía.
Bella colocó sus manos en mi hombro y empezó a bajar y subir en movimientos circulares.
Mordió mi hombro cuando empecé a lamer uno de sus pezones. Echo su cabeza hacia atrás para darme
acceso a su cuello, el cual lo bese y mordí con convicción.
No aguante más la maldita tortura que me estaba haciendo pasar, me levante todavía dentro de ella y la
acomode en el sillón. Mordí con fuerza sus grandes pechos, ya que se habían vuelto más grandes con el
embarazo y empecé a embestirla con fuerza.
La acomode en mi regazo aún sin salir de ella. Acaricie sus cabellos con adoración.
-Sólo falta un día para que seas completamente mía- le dije con una sonrisa de tonto.
Chicas primero que todo quiero pedirles disculpas por no haber actualizado antes...Lo siento mucho de
verdad.
Reviews POR FAVOR... ES LO ÚNICO QUE LES PIDO.
Pueden pasar por mi blog que prontito tendrá una nueva historia muy malévola: .com
Escapadita
Nahuel jugaba en los brazos de Carlisle al entrar a la recámara, y cuando sus ojitos se posaron en mí empezó
a agitar sus bracitos para que lo cargara.
-Maaamaaa-murmuro Nahuel.
Luego de probarle más de dos veces el traje de gala a Nahuel, este se estreso tanto que le propino un
manotazo a Alice a lo que todos rompimos en carcajadas, menos Alice quien estaba más que seria. Pasamos
toda la tarde llamando para confirmar que todo estuviera listo para el gran día como canturreaba Alice.
Mientras leí la lista de invitados a los cuales solo conocía como a cincuenta de los trecientos de la lista, sentí
unos fuertes brazos posarse en mi cintura.
-No- le dije.
-CLARO QUE NO-gritó Alice entrando a la sala.-Bella dormirá hoy conmigo, no debes tener ojeras mañana-
sentenció.
Asentí.
-! OH! No...-gritó Emmet trágicamente- Están a dieta chicos-profirió una sonora carcajada.
Edward y Jasper no paraban de reír por la escena que estaba dando Emmet.
-Bien mucho chiste por hoy- dijo Alice- Hora de dormir, mañana nos espera un gran día.
Todos asentimos.
-Yo también-susurré.
-Edward-susurre bajito-¿Cómo entraste?-inquirí recordando que Alice había cerrado la puerta con llave.
-Por la ventana-respondió con una sonrisa torcida.-Vamos antes que el duendecillo despierte-me apuro,
ayudándome a pararme.
-OK-dije.
Me reí.
Y salimos con mucho cuidado del cuarto. Ya afuera Edward me atrajo hacia él y empezó a besar y morder mi
cuello.
-Edward- susurre fingiendo estar cansada-En realidad tengo un poco de sueño- bostece para hacerlo más
creíble.
-Bella- casi se arrodillo- El grandullón Ed o sea- se señalo a su ya gran despertado amiguito- Ya esta listo
para ti- me sonroje al máximo- No me hagas esto- se arrodillo suplicándome.
Me recostó con mucho cuidado en su cama. Siempre tratándome como si fuera una muñeca de porcelana que
se puede romper. Lo amaba tanto...
Trazo una línea con la yema de sus dedos desde mi frente hasta mi ombligo haciéndome vibrar.
Quito mi pijama con cuidado dejándome desnuda ya que últimamente trataba de no usar nada apretado por
los bebés.
-Eres hermosa...-susurró.
Lo atraje hacia mí para besarlo y el descendió hasta mis pechos besándolos con adoración. Trazando círculos
húmedos con su lengua en mis sensibles pezones, jadeé enterrando mis dedos en su cabello, el placer que me
proporcionaba era magnífico.
Cuando recupere el ritmo normal de los latidos de mi corazón, me senté a horcadas sobre él. Baje su pantalón
de dormir de un sólo tirón y me di cuenta que no llevaba boxer y una sonrisa picara se pinto en mi rostro.
Y lo hizo.
Tome el sirope y trace una línea con el por todo el pecho de mi Edward.
-Nada-respondí.
-Deja de jugar Bella- susurró cuando ya había terminado de lamer todo el sirope.
-Hummm...-murmure.
-Te lo advertí- dijo y me tomo en brazos para él quedar encima. Y entro en mí sin aviso. Haciendo que me
retorciera de placer.
-EDWARD-gemí al sentirlo, no puedo describir con palabras lo llena que me sentía al tenerlo dentro era una
sensación de otro planeta.
-Edward-gemí cuando sentí mis paredes contraerse alrededor de su potente virilidad. No pude soportar tanto
placer y vole a la cima de la felicidad.
-Dime-susurro
-Debo irme.
-Cierto-coincidió-El duende puede despertar y me matara si no estas allí- se levanto para ponerse el pantalón
de dormir.
-¿Te gusta lo que ves?-preguntó con una sonrisa engreída, cuando se percato de mi mirada.
-Eres un engreído-lo acuse y me reí-Pero lo admito me encanta lo que veo- respondí mordiéndome el labio.
Y en un abrir y cerrar de ojos lo tenía sobre mi besándome. El beso empezó cariñoso y a medida que pasan
los segundos se volvió ardiente.
Y él asintió a regañadientes.
Caminamos apresurados hasta la habitación de Alice y al llegar a la puerta nos percatamos que los gritos de
la duende no tenían que ver con nosotros.
-Así que el duendecillo no nos deja dormir juntos en cambio ella si puede hacer cositas con Jasper-dijo
Edward a punto de carcajearse.
Oímos unos pasos y nos volteamos para encontrarnos con la risa de Emmet y Rose, y más atrás la sonrisa
pícara de Esme y la furia de Carlisle.
Esperamos unos minutos más y la puerta de la recamara se abrió mostrando a un muy despeinado Jasper. Al
vernos se ruborizo y sus ojos parecían que se le iban a salir de las órbitas.
-Tu eres la mejor-cantó Emmet imitando a Jasper con un baile muy divertido.-SI...SI la mejor...
-Alice-dijo Carlisle-Te agradeceríamos que no hicieras tanto alboroto cuando tienes sexo con Jasper, pues los
demás si necesitamos dormir-dicho esto se retiro.
-Ni loca duermo en esa cama- dije tratando de esconder una sonrisa.
-Tranquila Bella-me dijo Esme- Puedes dormir conmigo. Carlisle dormirá con Edward.
Carlisle nos deseo buenas noches tomo su almohada y se fue a dormir con su hijo.
Dice un escritor famoso que; "Quien ama vence al mundo, no tiene miedo de perder nada. El verdadero amor
es un acto de entrega total."...
Y aquí me encontraba yo. Isabella Swan con un lindo vestido blanco straple que se acentuaba a mi cintura y
resaltaba mis pechos, bordado de lindos detalles que brillaban a la luz del sol proveniente de la ventana, y
con una linda rosa azul marino a un costado de mi cadera...y una envoltura de una tela transparente de un
encaje que lo hacia verse más grande. Vestida como una princesa para por fin poder sellar mi cuento de
hadas, y ser oficialmente ante todos de él.
No llevaba velo por razones obvias, ya iba a recibir la mayor bendición de la vida. Un hijo... Y está vez por
partida doble.
Tenía tantas y tantas cosas que agradecerle a la vida; primero por haber encontrado a un ser tan maravilloso
como Edward y una familia tan unida como la de él, la cual compartió conmigo. También tenia que
agradecerle por Nahuel a quien confío especialmente a mí, no sé con que cometido, pero el tiempo me lo
descifrará. Agradecerle por bendecirme con los dos pequeños que llevaba en mi vientre y que llegarían en
unos meses a alumbrar más nuestras vidas. Agradecerle por permitirme amar y que me amaran...Por darme la
capacidad de soñar y realizar mis sueños...
Sé que sonará egoísta de mi parte, pero no me sentía del todo completa. Necesitaba tanto la sonrisa de mi
madre, diciéndome que todo estaría bien y que era la novia más linda del universo, pero sabía más que nadie
que eso era imposible ya que no podemos revivir a los muertos. Pero en el fondo de mi corazón se que donde
quiera que este, está que no puede con la alegría de al fin verme cumplir mi sueño:
-Ya es hora Bella- susurró Alice, quien vestía un traje azul oscuro que era el color oficial de la boda y de las
damas.
El jardín estaba decorado de detalles blancos con azul marino y los invitados ya se encontraban sentados bajo
la carpa, donde de encontraba el sacerdote y él esperándome para unir nuestros corazones ante Dios.
El sonido de el piano inundo el lugar; Alice, Rose y Nahuel quien llevaba los anillos andaron casi en
coreografía hasta el pequeño altar que habíamos creado con la ayuda del padre.
Carlisle me ofreció su brazo y la tome con una sonrisa. Sí él sería quien me entregaría a su hijo, extraño si...
lo sé, pero no tuve la valentía ni la nobleza suficiente para llamar a Charlie y decirle que deseaba que él me
entregue y que ya nada importaba, y que lo perdonaba.
Caminamos a paso lento dejándonos llevar por la música. Y lo vi a él... Al hombre de mi vida y quien se
había convertido en la razón de mi existencia. Mi príncipe azul...
Edward Cullen quien me había Asaltado el corazón..., robándoselo para cuidarlo y amarlo siempre.
Me sonrió, aquella sonrisa torcida que amaba tanto y que hacia mis días alegres, le devolví la sonrisa
mostrándole con ella lo feliz que me sentía.
Dimos dos pasos más y quede frente a él. Ya las miradas de los invitados no me importaban, ahora sólo
éramos Bella y Edward en nuestro pequeño pero grandioso mundo.
-Cuídala con tu vida- le dijo Carlisle. Y él asintió esbozando una sonrisa a su padre, este le palmeo el hombro
y le entrego mi mano.
Nos miramos unos segundos y sonreímos como unos tontos, por fin todo iba ser más real y que mejor testigo
que Dios, los dos nos arrodillamos frente al sacerdote observando la imagen de Jesús crucificado quien nos
amo tanto que dio la vida por nosotros... Y aquí estábamos nosotros agradeciéndole un poco de todo el amor
que entrego haciendo nuestro amor más fuerte a través de él.
El sacerdote dio inició a la ceremonia y nos explico a todos lo que es capaz de hacer el amor quien no tiene
límites.
-Edward Anthony Cullen. Aceptas por esposa a Isabella Swan para amarla respetarla y adorarla en la salud y
en la enfermedad en las alegrías y en las tristezas para el resto de tu existencia-inquirió el sacerdote.
-Isabella Swan. Aceptas por esposo a Edward Anthony Cullen para amarlo, respetarlo y adorarlo. En la salud
y en la enfermedad, en las alegrías y en las tristezas para el resto de tu existencia.-inquirió nuevamente el
sacerdote.
-Si hay alguien en este lugar que tenga motivos para impedir este enlace que hable ahora o callé para
siempre-pronunció el sacerdote.
Permanecí helada al verlo, tenía los ojos llenos de lágrimas que se desbordaban por sus rosadas mejillas.
Ni siquiera lo pensé y corrí hacia él, al llegar lo abrase con fuerza no quería que se fuera necesitaba que
estuviera acompañándome en un día tan importante en mi vida.
-No tengo nada que perdonarte- susurre y bese su mejilla-Te quiero papá-le dije con una sonrisa.
Los invitados aplaudieron y no pude más que sonreír. No sabía quien le había avisado a Charlie de mi boda,
pero estaría eternamente agradecida con esa persona. Pues me hizo ver todo el amor que le tengo a mi padre
y también que todos cometemos errores y merecemos una segunda oportunidad.
-Padre. ¿Puedo llevar a mi hija al altar?-inquirió Charlie.
-No se preocupe Jefe Swan la adorare el resto de mis días- le dijo Edward.
-Ahora si- dijo el sacerdote- Los declaro marido y mujer- nos bendijo- Puede besar a la novia- le dijo a
Edward.
Edward tomo mi rostro entre sus manos y me beso con tanto amor y ternura que casi lloro, tuvimos que dejar
de besarnos porque una personita le jalaba el saco a Edward.
Saludamos a nuestra familia y a los invitados. Debo admitir que los mafiosos presentes eran personas muy
educadas.
-Bueno su atención por favor-pidió Alice- Es la hora del primer baile de los novios.
-Vamos-me dijo Edward y nos colocamos en el centro de la pista de baile creada por la fantástica Alice.
-Es un resumen de lo que tu significas para mí- me susurro Edward al oído- No es nada para todo lo que
siento por ti Bella, pero al menos me gusta y quiero dedicártela. Te amo...
-Como yo a ti-susurró- Soy el hombre más feliz del universo- dijo riendo.
La canción termino y Charlie me tomo en sus brazos para bailar. Era cómico ver a mi padre bailando, pues
un pie le pedía permiso al otro para dar un movimiento.
-Gracias-le dije.
Dimos unas vueltas más hasta que sentí que alguien me cargaba como un costal de papas.
Bailarlo de Tito El Bambino inundo el lugar y los presentes empezaron a menear las caderas. Edward se
acerco a mí con sexys movimientos y prácticamente me arrebato de los brazos de Emmet quien corrió en
busca de Rose que bailaba con un chico pelinegro.
-¿Uno?-inquirí.
Asintió riendo.
Bailamos en un trencito riéndonos de los alocados pasos de Emmet, Alice, Edward y hasta Carlisle.
Baile con muchos invitados que ni conocía. Edward me presento a muchos miembros de la organización,
quienes sabían de mis hazañas en el arte de disparar, y me pidieron que los ayudara si se presentaba algún
enfrentamiento.
Cortamos el pastel de cinco exagerados pisos y Edward me quito la liga y por casi lo hacemos delante de
todos gracias a mis locas hormonas. Los presentes no paraban de reír por el espectáculo.
Tire el ramo y cayo en las manos de Jane quien estaba más que feliz.
Me ayudo a quitarme el lindo vestido y me metió en un minivestido ya que cubría lo necesario color azul
marino, hermoso por cierto.
-No hay de que Bella- me dio un beso en la mejilla y acaricio mi vientre- Ya eres oficialmente mi hermana.
-Sí-coincidí.
-Yo también- les dije ya que Esme también se había unido al abrazo.
Sonrieron.
Asentí.
-Nos vemos abajo- dijo Esme y salieron dejándome sola con Charlie.
Asentí y bajamos.
Me despedí de los invitados y de mi pequeño Nahuel al igual que de toda mi familia. Al llegar al auto
decorado con un lindo listón azul, comenzó la lluvia de arroz.
-Te amo mi vida- le dije. Y él sonrió.- ¿A donde vamos?-le pregunte ya que no tenía idea del destino de la
luna de miel.
-Te ves muy linda así, pero no te diré-dijo riendo.-Sólo sé que te va a encantar.
Isla Cullen
-¿Qué tienen?-preguntó.
-Están gigantes-respondí- Imagínate cuando tenga más meses.- le dije acariciando mi vientre.
-Algo-respondí.
-¿Ya llegamos?-inquirí.
Cuando bajamos del avión quede asombrada, ya que nos encontrábamos en una hermosa isla.
-Bienvenida a Las Isla Cullen-dijo mi esposo con una sonrisa. Mi esposo... que bien se oía.
-Es divina-comente.
-Era- dijo y frunci el ceño- Ahora será de nuestros hijos. Papá dijo que a su primer nieto se la regalaría.
-Sí mande a construir una casa para vacacionar con nuestros hijos-respondió tocando mi vientre.
La casa era realmente hermosa tenia una gran terraza con vista al mar. Tenía cuatro grandes habitaciones, su
sala era enorme y la cocina perfecta.
-Siempre-le dije.
Ya en la cama beso mis pechos por encima del vestido y empezó a quitármelo lentamente, me estaba
torturando..., ya lo necesitaba dentro de mí. Las hormonas estaban haciendo de las suyas.
Subió y beso el hueco entre mis pechos y arquee la espalda por la sensación y él aprovecho para desabrochar
mi sostén, el cual quito y no se en que parte de la habitación quedo.
Lamió mis pezones erectos y mordisqueo uno mientras que al otro lo masajeaba, yo no hacía nada mas que
estremecerme, este hombre era el mejor. Me frote con él y propinamos un grito al sentir el roce de nuestros
sexos.
Abrí mis piernas y el coloco sus manos a cada lado de mis caderas y introducío su lengua moviéndola fuera y
dentro, cada vez más rápido y profundo.
-EDWARD-gemí estremeciéndome de placer, estaba muy cerca. Como si pudiera leer mi mente fue más
adentro con su lengua.
Por todos los cielos. Este hombre quería matarme, era realmente maravilloso.
Acaricie su cabello y él trazo un círculo con su lengua en mi labio inferior o superior ¿?... creo que fue en el
inferior, la verdad es que no lo sé, estaba tan metida en mi paraíso que no se a cual fue, pero eso sólo hizo
que me viniera en su boca.
Lo empuje y quede sobre él. Empecé dándole besos mojados por todo su glorioso pecho hasta llegar a sus
boxer, los cuales quite con mis dientes.
Tome su miembro en mis manos y lo masaje. Edward no así más que gemir y gritar mi nombre, lo metí en mi
boca y empecé a lamerlo como si fuera un rico caramelo y es que Edward tenía un sabor tan embriagador que
me volvía loca.
Lo lamí cada vez más rápido, ya que Edward masajeaba mi cabello y gritaba de placer, sabia que estaba muy
cerca.
Yo era una inexperta en esto todavía así que hice algo que no sabia si le gustaría, pero me atreví; le mordí la
punta y eso fue suficiente para que él gritara como un animal y se viniera en mi boca. Lo trague todo era un
sabor entre dulce y salado pero sabia bien. Limpie los restos que quedaron en su miembro. Me lamí los labios
y él me jalo para besarme.
El beso fue demasiado erótico, el sabor de cada uno mezclado era fascinante.
No sé en que momento quede abajo de él, pero apreté mis piernas en su cintura. Él empezó a besar y morder
mi cuello y yo me moví para encontrarme con su erección.
Entro en mí con mucho cuidado besando y mordisqueando mis pezones, mientras yo acariciaba su espalda y
su hermoso cabello.
Lo necesitaba más adentro así que apreté con fuerza mis piernas en su cintura y gritamos de placer.
Empezó a moverse fuerte dentro de mí. Sus embestidas se hacían más fuertes cada segundo que transcurría y
el choque de nuestros sexos, era tan excitante. No dejábamos de gemir y gritar nuestros nombres.
Hacer el amor con Edward, era tan maravilloso... La mejor experiencia de mi vida.
Y me embistió con fuerza, mordió mi hombro y yo el suyo. Y nos liberamos llegando a un maravilloso
orgasmo. Edward se desplomo encima de mí y yo acaricie su cabello cobrizo tratando de volver a recuperar
la respiración.
Me desperté muy temprano, y observe a Edward dormir. Se veía tan maravilloso parecía un ángel. Bese su
pecho y lo sentí moverse.
-No lo sé- dije inocentemente viendo su gran erección. Era tan grande no tenía idea como cabía dentro de mí.
-Nada- dijo besando mi hombro.- Estoy seguro que envidiarían el amor que nos tenemos.
-Por ti- dijo con una sonrisa- Tomemos una ducha, luego desayunamos e iremos a la playa. ¿Te parece?-
inquirió.
Nos duchamos y desayunamos entre risas, recordando lo maravillosa que había sido nuestra boda.
Todavía no podía creer que era Isabella Cullen, me parecía un hermoso sueño.
Estaba tan agradecida con la vida, casi la mayoría de mis sueños se habían cumplido, ahora sólo faltaba
esperar a que nacieran mis pequeños y mi familia estaría completa.
-¿Qué piensas amor?-me preguntó Edward mientras acomodaba nuestras toallas sobre la arena.
Se carcajeo.
-Claro- respondí.
-Te voy a morder esa lengua si sigues- me dijo con una sonrisa pícara.
Terminamos de almorzar y tome un poco de sol, mientras Edward nadaba. Vi como una chica lo miraba casi
babeando cuando salía del agua. La sangre empezó a hervirme y quise agarrarle su cabello de trapeador y
arrastrarla por toda la arena de la playa.
La chica volteó a verme con los ojos como platos. Le sonreí con superioridad dejándole claro de quien era
ese hombre.
Edward corrió hacia mí con una sonrisa radiante en su perfecto rostro, le sonreí de vuelta y me arroje a sus
brazos cuando llego a mi lado.
-Sucede algo pequeña-inquirió curioso observando como le enviaba miradas envenenadas a la chica.
-Nada amor- le dije besando su cuello y mordiéndolo levemente. Él emitió un gemido audible y la chica se
alejo.
Reí como loca por varios minutos, disfrutando la cara de la chica parecía decepcionada. Edward me miraba
con un signo de interrogación en su frente.
-Te ves tan sexy con ese traje- me dijo mirando el trajecito que no recordaba haberlo comprado, pero me
imagine que al igual que toda la nueva lencería en mi maleta, el duendecillo diabólico lo había comprado.
-Claro que sí-respondió eufórico con su sonrisa torcida.-Vayamos a la casa-dijo tomando mi mano.
Mordí mi labio inferior y eso pareció excitarlo porque gimió. Me fascinaba ver lo que provocaba en mi
marido. Lentamente me coloque a horcadas sobre él y mordí su cuello.
Lamí todo su pecho hasta llegar a su ombligo y morderlo, él gimió bajito. Coloque mis manos sobre sus
hombros y estimule mi pelvis frotándome con él.
-Edward- gemí.
Me senté en su pecho y él me quito mi vestido dejando mis pechos expuestos. Se sorprendió al verme así, y
comenzó a acariciarlos.
Mientras el acariciaba mis pechos, le baje su traje de baño dejándolo completamente desnudo. Pude observar
su gigante erección, me incline y él mordió uno de mis pezones haciéndome arquear la espalda, lo deje jugar
con ellos un rato. Los lamía y mordisqueaba y creaba círculos con su lengua, haciéndome gemir y gritar su
nombre.
Estaba tan entretenido que tome su miembro en mis manos y entre el él, haciendo que gritáramos alto.
Sujeto mis caderas con fuerza y empezó a embestirme, no deje de gritar su nombre, era adicta a Edward
Cullen.
Se sentó de golpe y lo abraze fuerte mis paredes no dejaban de contraerse alrededor de su miembro, estaba
muy cerca. Seis embestidas más y explote sentí como dentro de mi toda caía en pedacitos, a los segundos
Edward se desplomo encima de mí besando el hueco de mi cuello.
-Acabamos de tener sexo sobre la arena de una playa que es concurrida- me dijo al oído haciéndome
estremecer.
Asentí sonriendo.
El resto de la increíble luna de miel en las mañanas nos la pasábamos nadando y comprando obsequios en las
tiendas para nuestra familia. Por la tardes yo no hacia más que tragar y ver películas. Y en las encantadoras
noches hacíamos el amor, tocandonos el alma.
Pasamos un mes en la isla. Nuestra isla, la verdad que me faltaba mucho por descubrir acerca de la
organización, porque eso de tener islas en varios lugares del mundo, era demasiado ostentoso. Sólo
imaginarme el número de billetes que le costaba me estremecía.
Mi vientre cada vez se abultaba más. Edward no dejo de acariciarlo durante todo el viaje de regreso a casa.
Ya en nuestra casa, subimos a nuestra habitación y nos dormimos exhaustos por el largo viaje.
Sentí una caricia en mi espalda y abrí los ojos para encontrarme con el hombre más maravilloso de la tierra.
-Hola pequeña-dijo besando mi nariz mientras acariciaba mi mejilla con el más suave de los roces. Cerré los
ojos por la sensación.
No había pensado en los nombres y no sabíamos los sexos, pues no quería hacerme un ultrasonido. Me
negaba rotundamente a saber el sexo de mis bebés.
-Si son niños los escojo yo- dijo con una sonrisa.
Él rió.
E hicimos el amor
Besos y Abrazos.
BABY SHOWER
Estaba un poco nerviosa por la llegada de los bebés. ¿Sería buena madre?, ¿Cometería errores criándolos?
Edward se la pasaba diciendo que era la embarazada más hermosa y que sería la mamá más maravillosa del
universo. Y eso me hacia feliz. Ninguna madre es perfecta, sabía que cometería mis errores, pero los amaría
como ha nadie.
Otra cosa que me preocupaba es como quedaría luego del embarazo. ¿Gorda o normal? Estaba hecha una
elefanta ese era el termino apropiado, hipopótamo era quedarse corto. Pero eso a Edward no parecía
preocuparle, ya que aunque mi pancita estuviera enorme podía seguir teniendo el mejor sexo con mi marido.
Por el embarazo nos aventuramos a practicar el sexo en otros ángulos y cada vez nos iba mejor. Edward era
fantástico en la cama y en todo lo que hacía. Ya casi me sabía el Kamasutra entero y eso que nos faltaban
muchas poses. Llegamos a un acuerdo; después de que pasaran los meses necesarios para recuperarme del
parto volveríamos a practicar nuevas posiciones.
Me ruborice dando por hecho que era cierto lo que había dicho.
-Hummm...-murmuro Rose.-Con esa panza todavía tienes energía amiga-comento con picardía.
-Listo-exclamo Alice con una sonrisa- Ya estamos listas para el Baby Shower.
Unos toquecitos en la puerta nos hicieron girar a ver quien era. Sonreí al ver a la persona que había entrado.
Con mucho esfuerzo me puse de pie y camine a abrazarla.
-Me siento excluida- dijo Alice con un puchero y Jane soltó a Rose para abrazarla.
Luego de los abrazos nos sentamos un rato a platicar sobre los viajes de Jane en los últimos meses y salió el
tema de unas bodegas de la organización. Jane permaneció callada unos instantes y luego cambió
rápidamente de tema. Me pareció algo muy extraño.
-Nada-respondió nerviosa.
-Esta bien-dijo tomando aire- En una bodega de la organización tiene a Tanya desde que te atropello.
La mire asombrada llevaba todos esos meses encerrada. Por Dios que calvario. Pobre...
-No lo saben-respondió Jane.- Los hombres no han dicho ni hecho nada para no tener que preocupar a Bella.
-Debemos hacer pagar a esa maldita lo que hizo sufrir a Bella-dijo Alice con odio.
-Yo también lo pienso-dijo Jane.-Pero estoy segura que nuestros maridos no nos dejaran.
-Sabes donde se encuentra la bodega ¿Jane?-inquirió Rose y está asintió-Bien yo me encargo de lo demás-
declaro con una sonrisa malévola.
-Vamos Bella sólo le daremos un poco de su propio chocolate, además recuerda que por su culpa tu estuviste
en peligro de perder a los bebés- me recordó Rose.
Eso era cierto por su culpa estuve a punto de perderlos y eso hacia que mi sangre hirviera. A mis hijos los
protegería como una leona.
-Sí-dijimos al unísono.
-Si...-susurre sonriendo.
-Nadie quería perderse el Baby Shower aquí están todos los invitados-comento Edward con una sonrisa.
Edward se carcajeo.
-! OH! Alice no sabía que estabas aquí-le dije ruborizada desde la frente hasta la raíz de mi cabello.
-Tranquila Bells- me dijo dándome unas palmaditas a mi espalda y danzo hacia Jasper quien estaba muy
entretenido conversando con Demetris.
Recorrimos todo el jardín saludando a los invitados, quienes estaban encantados con la decoración y con el
hecho de que iba a ser madre por partida doble, mientras hablábamos con Aro el osito se acerco e hizo el
comentario de la buena puntería de Edward haciendo que ambos nos sonrojáramos provocando unas
carcajada de Aro y él.
Seguimos recorriendo el jardín hasta encontrarnos con la mesa de mi padre que se encontraba muy
entretenido con su acompañante; una mujer menuda de piel rojiza y de cabello corto de un color negro
azabache, muy guapa por cierto. Papá la miraba con ojos soñadores como un hombre enamorado y me
alegraba mucho por él, ya era tiempo de que volviera a vivir y no se estancara en el pasado. Estaba segura
que mamá se encontraba feliz de que por fin volviera a rehacer su vida.
Mientras Edward me daba trozos de chocolate en la boca, llego Alice danzando y jalando a Edward.
Edward tomo mi mano y nos dirigimos a la pista que Alice había creado con el propósito de que los invitados
bailaran y también que los juegos no faltaran.
Cuando nos coloco en el centro de la pista haciendo que todos los invitados voltearan a mirarnos. Sonrió y
tomo el micrófono para anunciar a los presentes los juegos que realizaríamos. Había una cunita donde
estaban revueltos los nombres de los invitados y yo como hada madrina tenía que sacar uno al azar haciendo
que mi mano se convirtiera en la barita mágica y ese invitado realizaría el juego que indicaba la lista.
No sé como demonios deje que Alice organizara la fiesta. Me recrimine al ver la mirada asesina de Edward.
La duendecilla vio cuando vacilaba y me empujo para que sacara un papel, cuando por fin lo hice sonrío
maliciosamente.
! Bravo Bella! me regañe, de todos los invitados tenías que sacar el nombre de tu padre. Mire a papá y estaba
completamente ruborizado, Sue su acompañante lo empujo para que caminara hacia nosotros.
-Bien Charlie- dijo Alice conteniendo una carcajada- Te ha tocado ponerle un pañal al futuro papá.
-Aquí tienes el pañal y los alfileres- le dijo Alice a Charlie, ignorando por completo la protesta de Edward
quien gruño frustrado
Los invitados trataban con todas sus fuerzas de no reírse y eso que apenas empezaba el espectáculo. Al
principio me pareció una manera muy divertida de manejar el shower con los juegos, pero ahora me parecía
locamente descabellada. Sólo a mí se me ocurría seguir las locuras de Alice "La Duendecilla" de Hale.
Alice hizo que Edward se acostara en una gran cocha que ella había decorado con animalitos y le indico a mi
padre que realizara el cambio de pañal. Mi papá se puso a la altura de Edward y le indico que se parara un
momento para colocar el pañal y luego volvió a acostarse mi papá rápidamente coloco el pañal y los alfileres.
Y se escucharon los aplausos de los presentes y la sonora risa de Emmet, quien se la estaba pasando a lo
grande.
Un fotógrafo capto todos los momentos desde que papá llego a la pista hasta que termino de colocarle el
pañal a Edward. Y encima de eso, Alice nos obligo a tomarnos una foto o cinco no lo recuerdo con Edward
aún con el pañal. Hasta Jasper, Emmet, Rose, Jane y Demetris se unieron a la pequeña sesión fotográfica que
traía a mi padre y a Edward muertos de rabia, mientras los invitados reían sin parar.
Volví a tomar otro papelito estaba vez teniendo cuidado de meter la mano al fondo para no sacar a uno de
mis amigos. Se lo entregue a la duendecilla quien lo abrió y al leerlo se formo una gran sonrisa en sus labios.
Emmet quien sonreía con malicia esperando al próximo motivo de risa se congelo al escuchar a Alice
pronunciar su nombre y todo rastro de sonrisa se borro al instante.
Tuve que toser varias veces para disimular las carcajadas que se avecinaban. Edward no paraba de reírse y
eso no me ayudaba mucho.
-Bella debe darte ese biberón- señalo Alice un biberón gigante lleno de leche.- Y te lo tomaras todo.
Trate de tranquilizarme y me senté en una silla y Emmet se ubico en mis pies tratando de alcanzar el biberón
ya que con lo grande que estaba mi pancita ni siquiera podía mirarme los pies.
Los presentes comenzaron a gritar; "que se lo tome" y estaba segura que para el grandullón de Emmet ese
biberón no era problema, ya que en menos de cinco minutos se lo tomo todo. La duendecilla nos obligo a
tomarnos más fotos con el afortunado bebé grande o sea Emmet quien no estaba nada feliz.
-Bueno señoras y señores- dijo Alice- La futura mamá sacara los últimos tres nombres para el concurso de
gateo.
Las risas de los presentes inundaron el jardín. Nuevamente saque tres papeles más y se los entregue a la
duendecilla.
-Los gateadores son... Carlisle, Jasper y Aro- anunció con una sonrisa.
El primero en acercarse fue Aro quien parecía muy animado, seguido de Carlisle que venia dispuesto a ganar
y por último Jasper quien fulminaba a Alice con la mirada.
Edward quien se convirtió en un buen animado asistento de Alice les coloco a los participantes unas gorritas
de bebés diseñadas por la duende y unos chupetes en la boca.
-Por favor caballeros pónganse en posición de gateo- les dijo Alice. Y Edward me arrastro al final de la
pista.-Ahora deben de gatear hasta la futura mamá, el primero en llegar será el ganador.
La duendecillo silbó y los bebés grandes empezaron a gatear Jasper y Carlisle se chocaron dándole una
ventaja a Aro quien llego de primero.
Luego de descansar un poco y probar casi toda la comida fui a bailar con Edward. En la pista ya se
encontraban los demás, bailamos reguetón y música electrónica ya que mi pancita no me permitía bailar
música pegada, porque cuando hacia el mínimo movimiento empujaba a Edward.
El resto del Baby Shower no las pasamos charlando y riendo con los locos comentarios de Emmet.
Mi padre y Esme compartieron anécdotas de nuestra infancia. Donde descubrí que a Edward le fascinaba
pasearse desnudito por la casa y no le gustaba bañarse ni peinarse, bueno lo último todavía no le gusta
hacerlo pero su cabello despeinado lo hace verse más sexy.
A mi papá se le ocurrió contar mi adicción por jugar y comer tierra de pequeña provocando muchas
carcajadas, trate de esconderme tras Edward pero me fue imposible.
Abrimos los regalos de los invitados quienes se mostraron muy animados de buscar sus regalos y llevármelos
para que los abriera. Fueron regalos muy lindos estaba muy feliz.
-Te había dicho que eres la embarazada más hermosa- me dijo Edward.
Asentí.
Ya entrada la madrugada todos se fueron retirando, luego de felicitándonos por la buena fiesta y ansiando la
llegada de los bebés Cullen Swan.
Cuando no quedo nadie nos despedimos de los demás y nos dirigimos a nuestra casa. Al llegar Edward me
cargo hasta la recamara y me ayudo a ponerme una pijama beso mi vientre, me acostó y me abrazo donde nos
quedamos completamente dormidos.
Me desperté a eso de las nueve de la mañana, Edward aún seguía dormido le di un beso en la frente, tome
una rápida ducha y me vestí rápidamente con un traje que me llegaba hasta las rodillas y unas sandalias bajas.
Arregle mi bolso y me hice una coleta, cuando me disponía a salir de la habitación sentí los brazos de mi
marido rodearme.
-Eh...-murmure.
No sabía que demonios decirle. Vamos Bella algo se te tiene que ocurrir.
-Es que necesitamos ropa para el hospital- le dije y eso pareció convencerlo.
-OK amor- me dijo dándome un tierno beso- No demores.- dicho esto se dirigió a tomar una ducha.
Llegamos a una bodega muy alejada de la ciudad. Unos chicos quien supuse eran los cuidadores me
ayudaron a bajar del auto, Rose y Jane les ordenaron algo y nos dejaron pasar.
La bodega era un lugar húmedo y muy oscuro. Jane abrió una puerta y entramos a una habitación.
-Maldita perra- gritó Tanya abalanzándose sobre mí, pero Rose actúo más rápido y le propino una bofetada
que la dejo en el piso.
-Aquí la única perra eres tú- le dije.
-Entren las cosas- ordenó Rose a los chicos que nos habían seguido.
Los chicos colocaron un gran tanque azul lleno de agua en el centro de la habitación. No tenía ni idea que
locura iban hacer las chicas.
Tanya quien estaba con ropa sucia y el pelo hecho una maraña me veía con ojos asesinos, corrió para tratar
de golpearme pero Alice la tomo del cabello y la arrastro a donde estaba Rose justo al frente del gran tanque.
-Ahora Tanya empezó la diversión- dijo Rose y le jalo con fuerza el cabello haciéndola jadear de dolor y le
hundió la cabeza en el tanque.
-Nunca- me grito mirándome con odio- Esa maldita me quito a Edward y eso jamás se lo perdonare.
-Bella no te quito a nadie porque Edward jamás fue tuyo- dijo Alice.
Eso saco mi lado malo, porque en unos tres pasos estuve a lado de ellas y le propine una bofetada.
Jane la tomo del cabello y la hundió con todas sus fuerzas en el agua.
-NO-gritó Tanya.
-OK-respondió.
Edward me tomo de la mano y me condujo a su auto. Ya dentro manejo con mucho cuidado, pero todo el
camino se mantuvo con el rostro inexpresivo y sin hablar. Al aparcar fuera de la casa no se movió ni yo
tampoco. Sabía que estaba muy enojado.
-Sabes que estaba muerto del miedo de que te pudiera ocurrir algo- susurro.
-Tranquila- dijo tomando mi rostro entre sus manos- No quiero que vuelvas a cometer una locura por favor...-
me pidió.
Las semanas pasaron volando y ya estaba en mi última semana. Había tenido pequeñas contracciones pero
apenas las sentía. Me encontraba sentada en una de las sillas de la piscina, esperando que Edward terminara
su reunión con su equipo de la corporación.
Mi amado marido había trasladado todas sus reuniones a nuestra casa ya que no se quería separar de mí.
Con mucho esfuerzo me pare de la silla para ir a la cocina a tomar agua y sentí un gran dolor. Era una
tremenda contracción.
Camine lo más rápido posible hasta el despacho de Edward. Ya que cada vez se hacía más dolorosas.
Toque la puerta y nadie me abrió, y me salto una contracción y la empuje con todas mis fuerzas haciendo que
todos giraran a mirarme.
RAIOS! GRACIAS A UN REVIEW ME DI CUENTA QUE ME FALTO SUBIR ESTE CAPÍTULO QUE
LE SIGUE A ISLA CULLEN.
LO SIENTO CHICAS... Y ESPERO DISFRUTEN EL CAPÍTULO
BESOS Y ABRAZOS
Epílogo:
Nuevas Vidas….
-Vamos Bella tranquila- me dijo tomando mi mano y conduciéndome hasta el auto. Guardo las cosas en el
maletero y entro encendiéndole rápido y manejo como un loco.
-QUIERES QUE NOS MATEMOS- le grite.-AHHHHHHH...-me queje por una nueva contracción.
-QUIERES QUE NOS MATEMOS- grite tan fuerte que Edward miro al frente todo el resto del camino.
Como si fuera tan fácil, pensé. Al fin conocería a mis bebés, estaba más que feliz, pero el dolor de las
contracciones era insoportable.
Trate de respirar como me lo pidió Edward y para mi sorpresa surgió efecto, me tranquilice un poco y las
contracciones se me hacían más llevaderas.
Al llegar al ascensor que estaba totalmente repleto, mi marido se exalto tanto que saco a todos de allí por sus
gritos y una rabia que se sentía en el ambiente.
-! AH...! Dios- grite por una muy fuerte contracción. Mucho peor que las anteriores.
Me llevaron a una sala y me hicieron acostarme en una camilla y extender los pies. Fue demasiado
embarazoso cuando Edward metió la mano en mi sexo para saber cuantos centímetros tenía. Les dio
indicaciones a las enfermeras y estas salieron en un parpadeo.
-Te crees el dueño del hospital- bromeé, mientras lo veía colocarse unos guantes y se vestía como todo un
doctor. Se veía muy sexy.
-Lo soy- dijo restándole importancia.-Sólo faltan unos minutos para que mis hijos lleguen al mundo- susurró
con voz tierna- Te amo...
-Respira amor.
-Esme gracias por estar aquí- agradecí de corazón, ya que ella si entendería mi dolor, no como Edward que
sólo sabía decir; respira. Parecía un loro.
-¿Quién está con Nahuel?-inquirí preocupada. Esperaba que mi pequeñito se encontrara bien, ya iba a tener
con quien jugar.
-Alice, no te preocupes- respondió.- Gracias por estar en nuestras vidas Bella. Las lágrimas se desbordaron
de mis ojos.
Lágrimas de felicidad por haber encontrado al amor de mi vida, un bebé precioso, una familia con quien
poder compartir felicidad y tristeza y sobre todo feliz porque me habían concedido la dicha de llevar el
milagro de la vida en mi vientre, y está vez por partida doble.
Ser madre es lo que siempre había soñado desde pequeña, formar una familia, era extraño ir al colegio y oír a
mis compañeras hablando sobre las carreras que estudiarían y lo mucho que soñaban con triunfar, yo en
cambio siempre soñé con encontrar al hombre de mi vida y poder llenar mi casa de hijos, para poder así estar
llena de amor.
Hoy en día lo tenía, y estaba tan agradecida con Dios y con la vida, que no había palabras suficientes para
poder expresar toda mi dicha.
-¿QUÉ RESPIRE?-explote- CUANDO TENGA A MIS BEBÉS ENTRE MIS BRAZOS Y ME RECUPERE
TE LOS CORTARE Y LOS TIRARE EN LA PLAYA- le grite furiosa.
Edward se puso pálido y se alejo de mí. Mire a la puerta de la habitación y todos me miraban atónitos.
-Maldito Cullen por tu culpa tengo estos dolores, pero cuando me recupere si no te los corto y los hecho a los
leones.- tome un poco de aire- Estarás a dieta por dos años- lo amenace.
-QUÉ ME CALME... NO LO HARE SI TU SINTIERAS ESTE DOLOR. CUÍDATE EDWARD QUE LOS
TRITURARE Y SE LOS HECHARE A LOS TIBURONES.
-Yo creo que les fascinara como a mí- susurre con una risita picara.
-Lo pensare- cerré los ojos.-NO PUEDO MÁS- grite con todas mis fuerzas.
Edward apretó un botón y apareció todo un equipo médico, me trasladaron al quirófano. Mi familia se quedo
en la sala de espera.
Ya dentro del quirófano me prepararon. No veía a Edward por ninguna parte y estaba muy nerviosa, lo
necesitaba junto a mí, al que tampoco veía era al ginecólogo. Me lleve una gran sorpresa cuando mi marido
se coloco entre mis piernas ya preparado para el parto.
Él asintió.
Sentí el pequeño corte de unas tijeras y mi esposo alzo la cabeza.-Puja Bella...Con todas tus fuerzas- me
ordenó.
Y puje con todas las fuerza que me quedaban y cuando trate de recuperar el aliento escuche el sonido más
hermoso del universo, el llanto de mi primer bebé.
-Es una niña- canturreo Edward emocionado.- Prepárate Bella ya viene nuestro segundo hijo, respira y puja.
Lo hice puje tres veces más que la anterior y oí otra vez más aquel hermoso sonido que inundaba la estancia.
-¡OH! amor es un niño- susurro mi esposo llorando, mientras cortaba el cordón umbilical de nuestro hijo.
Las enfermeras se encargaron de limpiar a mis hijos y mi esposo los tomo en sus brazos, se acerco a mí los
coloco en mi pecho y los acurruque mientras Edward besaba mi frente.
-Te amo... Gracias Bella- susurro acariciando cada una de las mejillas de nuestros hijos.
-Yo también te amo- susurre.- Los amo...- rectifique mirando a mis hijos.-Tenemos que presentarle a Nahuel
sus hermanitos.
Asintió sonriente.
-¿Cómo los llamaremos?- preguntó mi esposo mirando maravillado a las criaturas más hermosas que jamás
haya visto.
-Está pequeñita se llamará Renesmee Carlie Cullen Swan- bese la pequeña cabecita de ambos.
-Disculpen- interrumpió una enfermera de rostro amable-Debo llevarme a estos angelitos para que usted
descanse.- tomo a mi pequeña.
Estaba tan cansada que no recuerdo en que momento me dormí. Desperté por el sonido del llanto de uno de
mis bebés. Abrí un ojo y observe como Edward acurrucaba a ambos en sus brazos, mientras trataba de calmar
a la pequeña Renesmee.
Lo acomode para poder alimentarlo, su pequeña boquita buscaba desesperado mi pezón cuando por fin lo
encontró empezó a succionarlo con una fuerza inimaginable para ser tan pequeño. Hice una mueca.
Era cierto ambos eran iguales a su padre. Le pase a Damon y amamante a Renesmee quien tenía mucha
energía para ser tan joven.
El toque de la puerta me sobresalto, mi esposo la abrió y todos entraron como en una avalancha. Alice,
Jasper, Emmet, Rose, Esme, Carlisle, Aro, Jane, Demetris, Marcus y Charlie. La habitación a pesar de ser
grande con todos ellos dentro se veía pequeñísima, haciéndole mimos a los bebés felicitándonos, bromeando
sobre la puntería de Edward y muchas otras cosas.
No pude evitar sonreír allí se encontraba mi familia. Grabe esa imagen en mi mente para recordarla toda la
vida.
Observe con cuidado mi reflejo frente al espejo. Mi vestido era hermoso; consistía en un corcet rosa pálido y
un faldón de flecos rosa chillón. El peinado en rizos estaba más que perfecto y el maquillaje simple no me
gustaba mucho maquillarme me daba una flojera.
Damon estaba guapísimo con un esmoquin que le quedaba a la medida y una corbata de seda del color de mi
vestido. Era la imagen de mi padre al igual que yo sólo que en versión chica. Compartíamos todo a parte del
parecido, cada vez que nos pasaba algo lo sentíamos y eso era realmente bueno pues estábamos muy unidos.
Hoy celebrábamos nuestros quince años. Mejor dicho mí quince años ya que Damon estaba enojado porque
la tía Alice lo había obligado a participar como si también fuera una quinceañera y él decía que los quince
sólo son de las niñas. Me reí internamente recordando la cara que puso cuando la tía le entrego su corbata.
-Ya es la hora- gritaron los cuatrillizos Nico, Lysander, Molly y Tallie de siete años, mis hermanos eran
maravillosos. Los niños idénticos a mi madre y las niñas a mi padre. ¡Ay! como adoraba a esos mal portados
tan irresistibles.
Recuerdo como si hubiera sido ayer cuando mi padre descubrió que iban a tener cuatrillizos y se desmayo en
el hospital, fue demasiado gracioso a parte de que tuvo que soportar las bromas del tío oso todo el embarazo
de mamá.
-Mamá- susurre y la abrase de forma incomoda, pues su vientre de cinco meses de gemelos nuevamente
estaba muy grande.
-Por aquí están todos hermosos.- dijo mi padre y todos sus hijos corrimos a abrazarlo.-Los Amo saben-
susurro y reímos.
-Rápido- gritó la tía Alice seguida de sus dos hijos Nataniel de catorce y Alex de diez.
Mi hermano me ofreció su mano y la tome sonriendo. Al ritmo del piano tocado por la tía Rosalie entramos a
la gran sala sonriendo y sonaron los aplausos.
Mientras bailaba el Valls con Lysander sentí unas manos conocidas rodear mi cintura. Un escalofrío recorrió
mi espalda, era imposible o me lo estaba imaginando.
Voltee para encontrarme con mi hermano mayor Nahuel. Alto imponente a donde fuera y increíblemente
guapo. Una sonrisa se extendió por mi rostro y llore a lágrima suelta, tenía mas de cinco meses que no lo
veía, ya que estudiaba en el extranjero cosa que mi madre nunca apoyo, pero tuvo que aceptarlo.
Bailamos más de cuatro canciones contándonos lo que habíamos hecho los últimos meses. Nahuel sorprendió
a mi madre dándole la noticia de que volvía al país y terminaría la escuela allí porque nos extrañaba a todos.
Mi papá estaba que desbordaba alegría y ni se diga el tío Emmet que ya planeaba una carrera de autos y se
hacia el ganador por adelantado. Lo dudaba mucho una de las tantas cualidades de Nahuel es ser unos de los
mejor corredores de autos.
La fiesta estaba sorprendente, baile con mis amigos del colegio y con toda mi familia y allegados. A la hora
de las palabras mi padre por casi llora de la emoción y el súper macho de Damon tenía los ojos rojos por las
lágrimas, es que las palabras de mi papi fueron lo máximo.
Los abuelos nos regalaron un crucero a Damon y a mí. Gritamos alegres porque también vendría Nahuel,
Nataniel y mi mejor amiga Leola quien se traía su enredo con Damon esos dos se amaban, pero por tonterías
no se daban por enterado.
Nos colocamos en el escenario de la sala; mis abuelos en el centro de lado de mi abuela, las tía Alice y Rose
con su familia y del lado de mi abuelo nuestra familia que era bastante extensa.
Aquí tienen la dirección http:/ lucecita393 . / . Allí encontrarán los avances de los capítulos, encuestas y
otros proyectos. Espero que se pasan por allí para dejar su comentario