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Bogotá, 12 de septiembre de 2023

SINTESIS Y PUNTOS PARA TRATAR EN PLENARIA RESPECTO A LA POLÍTICA DEL SECTOR CAFETERO

El entorno internacional, tal y como lo ha venido planteando Fernando Morales, destacado activista por los
derechos de los caficultores del planeta, el modelo de negocio impuesto por las multinacionales apoyadas por
los gobiernos de países desarrollados es inaceptable, se fundamenta en la explotación inmisericorde de
millones de familias, incluidos niños, que les proporciona ingresos anuales por más de 495 mil millones de
dólares, mientras que los productores y las naciones que los albergan solo reciben migajas que se reflejan en
el hambre y la miseria que los acogota. Únicamente unos tres centavos de dólar por taza -que paga el
consumidor- les llegan a los productores, se estima que debería ser al menos unos 10 centavos de dólar para
garantizar una compensación justa.

La caída de la producción, además, ha facilitado las importaciones de café de pésima calidad, promovidas por
la industria y los importadores-exportadores que ponen en entredicho la calidad de nuestro grano en el
mercado internacional. Con un precio por carga de $1.250.000 en promedio y unos costos de $1.500.000, las
perdidas resultan intolerables para los productores que se verían abocados a movilizarse para obtener la
atención presupuestal que requieren por parte del gobierno, único actor con capacidad para resolver el
problema. De tal manera que resulta urgente que el gobierno disponga de recursos suficientes para atender
las pérdidas de los caficultores; ponga freno a las importaciones de café, atienda las necesidades de las
cooperativas y concrete los cambios que sean necesarios en la institucionalidad para recuperar su carácter de
instrumento de apoyo a la encomiable labor que adelantan las familias cafeteras. Estos son aspectos cruciales
en la discusión que deben considerarse en el encuentro de Pitalito.

1. Las lecciones de la "compra de café a futuros" para el Fondo Nacional del Café, FoNC, y para las
Cooperativas de caficultores, a fin de saber -por parte de los caficultores- la verdad sobre el manejo
de los recursos del FONC que por informaciones ciertas tiene una afectación de más de 40 millones
de dólares.

2. Los precios internacionales del café están sometidos a la especulación propia de los corredores de
bolsa y son trasladados al mercado nacional. Un análisis del mercado mundial indica que vamos a
tener, seguramente, precios a la baja, así muchos analistas consideren que la recuperación de la
producción brasilera de arábiga es aún, muy escasa, para cubrir el faltante mundial. Debemos
prepararnos para enfrentar el mercado del grano, cualquiera sea el comportamiento del mismo, para
ello e indispensable conocer los costos de producir una arroba de café. Es clave, para cualquier
negoción de precios con las multinacionales compran nuestro grano.

3. Otra situación que aqueja a los productores de café está relacionada con la merma en la producción
nacional por el envejecimiento del parque cafetero nacional. Se suspendieron los programas de
renovación de cafetales y el incentivo a la capitalización rural, lo que condujo a que se rompiera el
ciclo anual de renovación de cafetales, se bajara la producción nacional y se envejecieran los
arbustos.

4. Un tema definitivo para corregir el rumbo, mejorar sustancialmente la política cafetera interna y
jugar mejor en el mercado mundial es la necesidad de garantizar plena democracia en el seno de la
FNC.
5. Es necesario también plantear -con toda claridad- un asunto de supremo interés para los productores
de café y es el que tiene que ver con las cuestiones laborales que, creemos, deben abordarse.

Enviada la Carta, no ha habido pronunciamiento alguno por parte del gobierno nacional.

Aparte de las intervenciones en el Congreso Cafetero del ministro de hacienda y la ministra de agricultura, de
las cuáles tomamos atenta nota, no conocemos discernimiento alguno con relación a lo por nosotros
comentado. Sabemos si, de la renuncia solicitada al gerente general de la FNC, pero, nuestro interés más allá
de eso es la necesidad de una reestructuración de la Federación Nacional de Cafeteros y la construcción de
estatutos y mecanismos en la toma de decisiones. Verdaderamente democráticos. De lo que se trata, no es
solo de cambiar la cara de los funcionarios en los carros oficiales, sino de cambiar las políticas cafeteras
oficiales. El tiempo puede ser propicio para alcanzar algunas transformaciones en el mancio de la política
cafetera del país y generar bienestar para los más de 550 mil caficultores colombianos.

2. Los precios internacionales del café están sometidos a la especulación propia de los corredores de bolsa y
son trasladados al mercado nacional. Un análisis del mercado mundial indica que vamos a tener, seguramente,
precios a la baja, así muchos analistas consideren que la recuperación de la producción brasilera de arábiga
es aún, muy escasa para cubrir el faltante mundial. Para nosotros, los precios deberían responder a un análisis
de los costos de producción de nuestro café, incluido todos los costos laborales y financieros, a más de una
tasa de ganancia para el productor, que permita fijar precios mínimos a los cuales se venda nuestro grano. Y,
ahí, debe hacerse una inmensa labor con los demás países productores para alcanzar precios justos para el
café. En este sentido son varias las propuestas que deberían estudiarse para que, si caen los precios de venta
del grano, por debajo de los costos de producción, podamos exigir a los compradores, que son pocas firmas -
casi todas multinacionales- negociar precios por fuera de los señalados en las bolsas de valores. Resolver estos
asuntos nos permitiría evitar que, después de cada crisis de precios miles de productores queden endeudados
y si no fuera por las luchas dadas, que permitieron a miles de ellos acceder a programas como el FONSA, el
PRAM y otros de alivio a los deudores, seguramente habrían perdido sus tierras. Sin embargo, por varias
razones, se han excluido, repetidamente, a miles de productores de esas políticas de alivio. Eso debe
corregirse.

3. Otra situación que aqueja a los productores de café está relacionada con la merma en la producción
nacional por el envejecimiento del parque cafetero nacional. Se suspendieron los programas de renovación
de cafetales y el incentivo a la capitalización rural, lo que condujo a que se rompiera el ciclo anual de
renovación de cafetales, se bajara la producción nacional y se envejecieran los arbustos. Esto además está
acompañado por unas cifras que son, también, materia de Verdad
Cafetera ya que, se ha afirmado durante varios años, por FNC, que no hay baja en la producción nacional. Sin
embargo, en los últimos años ha caído la producción, y, sin posibilidad de seguirlo ocultando, se ha aclarado
que en los años anteriores las cifras se inflaron por un contrabando de café persistente y por las importaciones
del grano que ya están certificadas por datos de las exportaciones de Brasil a Colombia y cifras de la DIAN.
Está situación pone en riesgo la calidad de nuestro café -se hacen mezclas con cafés importados de menor
calidad- la prima mundial y la certificación de origen. Amerita, que esta realidad se pueda confrontar y definir
una política frente a las importaciones de café, el control del contrabando y los juegos permisivos de la
dirección de la FNC.
4. No son los cafeteros los que deciden el rumbo de la Federación sino los administradores que imponen sus
posiciones, lo que ha llevado al FNC, en el último periodo, a graves pérdidas económicas. Eso también es parte
de la Verdad Cafetera. Es necesaria una reestructuración de la Federación Nacional de Cafeteros y la
construcción de estatutos y mecanismos en la toma de decisiones, verdaderamente democráticos.

5. Es necesario también plantear -con toda claridad- un asunto de supremo interés para los productores de
café y es el que tiene que ver con las cuestiones laborales que, creemos, deben abordarse en el Congreso de
la FNC. Todos están de acuerdo
-en el sector agropecuario- que es indispensable acordar al Estado, los trabajadores y los empleadores en
cómo aplicar la seguridad social a los obreros del sector en especial a aquellos que por las condiciones mismas
de la producción agropecuaria son trabajadores temporales, de cosecha, andariegos como se llaman en las
zonas cafeteras. Los soportes claves para alcanzar unos mínimos que permitan mejorar las condiciones de
vida y trabajo de los asalariados y sus familias, están ligados, sin duda, a que los ingresos de campesinos,
indígenas y empresarios agrícolas que tengan a su cargo o contraten trabajadores para las diversas labores,
dispongan de los ingresos suficientes para cubrir si no todas, si algunas obligaciones que faciliten a los
trabajadores acceder a sus derechos.
Los asuntos claves a atender son salud, riesgos profesionales y pensiones. También está presente el subsidio
familiar. En salud puede afirmarse que el Estado participa, ampliamente, a través de la afiliación que, al
régimen subsidiado, tienen la mayoría de ellos. En cuanto a riesgos profesionales y seguridad laboral es claro
que sería asumido por los empleadores, en su totalidad, por medio de una cuenta que permita la atención de
los trabajadores en estos eventos y, quedaría, como un asunto de concertación la creación de una cuenta para
pensiones de pequeños caficultores y trabajadores. Dicha cuenta se debe nutrir con recursos de tres fuentes:
Una que nazca de un aporte de los caficultores de dos centavos de dólar por libra exportada, otro que
provenga de una contribución pactada, con los compradores de café colombiano de 3 centavos de dólar/libra
y un aporte del gobierno nacional que permita ajustar una pensión para aquellos que demuestren a través del
censo cafetero o las ventas de café a las cooperativas o en registros de los resguardos indígenas o en los
préstamos de instituciones de crédito, que tienen más de 20 años de trabajo en la actividad cafetera y 60 de
edad. El fondo recaudaría por un espacio de tiempo de 5 años, antes de empezar a pensionar a quienes llenen
los requisitos. Una solución de este tipo ayudaría a retener trabajadores en el campo y garantizaría que
dispongan de condiciones que ayuden, realmente, a mejorar el bienestar de los obreros temporales. Otros
asuntos de salubridad y sanidad de los trabajadores deberán mirarse con mayor detenimiento.

PREGUNTAS

1. ¿Qué estrategias o planes de acción se piensan generar con respecto a la merma en la producción
nacional, debido al envejecimiento del parque cafetero nacional?

2. ¿Cómo van a suplir o a reactivar los programas de renovación de cafetales y el incentivo a la


capitalización rural?

3. ¿Cómo mejorar las garantías laborales de los agricultores; es más, de los recolectores de café,
especialmente, en época de cosecha?

4. ¿Qué estrategias para fortalecer, dentro del gremio de agricultores caficultores, el tema desde la
propuesta “MIS COSTOS” en donde se pueda generar los conocimientos respecto a los costos de
producir una arroba de café y así poder continuar con una cadena de precio ascendente y a término
de ganancia y reducir pérdidas económicas?

5. ¿Cómo fortalecer los los programas de renovación de cafetales y el incentivo a la capitalización rural?

6. ¿Qué estrategias han implementado o qué planes de acción ejecutan para proteger el café verde
durante el transporte marítimo: una necesidad latente para los exportadores?

7. Respecto a las carreteras en zonas rurales: SE INSISTE Qué planes de acción han desarrollado para
mejorar estas vías terciarias y el aumentar la capacidad de usos de maquinaria amarilla en los
municipios para dar respuesta a solución de trasporte a los caficultores? Sería interesante el poder
emplear una modificación jurídica a partir del modelo procedimental existente, durante los últimos
3 años (Mayo 2019 – Mayo 2022) del ordenamiento jurídico colombiano, ante los bienes muebles,
en la minería ilegal que pueda existir en Colombia, para beneficio de los municipios y poder mejorar
tales vías.

8. IMPORTANTE: ¿Qué estrategias o planes de acción se van a implementar para aplicar la seguridad
social a los obreros del sector, en especial a aquellos que por las condiciones mismas de la producción
agropecuaria, los trabajadores temporales, de cosecha, andariegos como se llaman en las zonas
cafeteras?

9. ¿Cómo piensan dar solución a puntos claves tales son: salud, riesgos profesionales y pensiones?

10. ¿Qué soluciones piensan fomentar para fomentar la permanencia de trabajadores en el campo y
garantizar que dispongan de condiciones que permitan mejorar el bienestar de los obreros
temporales?

11. ¿Cómo mejorar los espacios de estos trabajadores garantizando la salubridad y sanidad durante el
tiempo de recolecta de café?

12. ¿Cómo controlar el microtráfico de estupefacientes que se generan durante estas temporadas de
recolectas y que llegan a usar hasta como forma de pago en algunos cafetales?

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