Lejos de parecer un sistema caduco
heredado de un pasado con moral muy
diferente al de la época actual, el colo-
nialismo sigue no solo presente, sino
vigente, y siendo aprovechado por me-
canismos de todo tipo. El neocolonialis-
mo es la adaptación moderna del colo-
nialismo, caracterizado por una opre-
sión silenciosa, indirecta y sutil.
DOMINACIÓN, Neocolonialismo en los
museos, aborda esta problemática pro-
yectada en el mundo del arte y la
geopolítica. Los museos occidentales
quedan cada vez más en entredicho,
pues una no despreciable cantidad de
las obras que recogen los museos
representan un pasado de violencia,
racismo y opresión colonialista, que al
seguir siendo expuestas, dan vigencia a
este modelo y así, entramos en la
cuenta de lo volátil que es tratar este
asunto en pasado.
En términos populares, Europa concen-
tra la mayor cantidad de arte de todo el
globo; es el parque de atracciones de la
historia mundial. Lo preocupante es que
este patrimonio no se debe, en todos
los casos, a transacciones legales ni
morales. Las grandes estrellas arqueo-
lógicas de los grandes museos euro-
peos, como el Museo Británico o el
Museo de Pérgamo, son de dudosa pro-
cedencia. Y esta es la consecuencia de
5 siglos continuados de colonialismo.
Probablemente gracias a la mal llamada
globalización y a la era de internet y de
la información, este siglo XXI ha sido y
está siendo clave para entender este
aspecto y revertirlo. El neocolonialismo
ha sido, por fin, percibido como un ente
fantasmagórico sin corporeidad que
empapa y ahoga todos los aspectos
socioculturales, al igual que el racismo
o el machismo sistemático. Por eso,
algunos museos europeos están
iniciando devoluciones de patrimonio
adquirido en dudosas condiciones, o, al
menos, creando consejerías para estu-
diar su completo inventario, como es el
caso del Museo Británico.
Aquí, se exponen reproducciones de 3
de los casos más llamativos a este res-
pecto, pero desde su perspectiva. El
expolio sin paliativos conlleva la pérdida
no solo de una o varias piezas para su
cultura de origen, sino su caricaturiza-
ción, pérdida de contexto y, por consi-
guiente, de significado. Se convierten
en símbolos vacíos, redundantes y
autorreferenciales. El Hoa Hakananai’a,
el Obelisco de Luxor, o una pequeña
selección de los más de 2000 bronces
de Benin robados, se exponen en insti-
tuciones a las que ahora, supuestamen-
te, pertenecen, en tremenda soledad y
desprovistos del tejido cultural que les
ha dado vida. Por eso, aquí, podemos
comprender la frivolidad con la que la
vitrina ensambla la autorreferencia de la
pieza, como una urna funeraria. Pode-
mos reconocer lo que no vemos, la
ausencia de significado de estos símbo-
los. Se han transmutado a fantasmas de
lo que deberían y una vez fueron, el
espectro del neocolonialismo es una
insaciable fábrica de fantasmas.
El siguiente gráfico ilustra el impacto
del colonialismo desde solo dos de los
países más acusados; Reino Unido y
Francia. El ratio de tamaño entre países
colonialistas y países expoliados por
estos, es de 1:16
Reino Unido
Francia
Egipto Irán
Nigeria
México
Grecia Etiopía
Australia
Chile
Irak
 Objetivos

1 - Visibilizar la popularización del neocolonialismo museístico.

2 - Evidenciar la necesidad de generar el contexto original a la

hora de exponer una pieza.

3 - Desmitificar el valor del interior de las vitrinas expositivas.


- El mundo encerrado en una
vitrina.
- El espectro de la obra, que
reposa en el pasado.
Quatremère de Quincy, arqueólo-
go y arquitecto francés de la
época napoleónica.
Inició un debate en torno al
museo como lugar de descontex-
tualización de piezas artísticas,
siendo su obra literaria Cartas a
Miranda, 1796, la que denuncia y
reflexiona sobre esta práctica.
“¿Cómo puedo contarles sobre la
historia colonial de Mozambique
cuando parece que no hay fuentes
satisfactorias de las que se la
pueda extraer? ¿Dónde encontrar
el pasado?
Mi película se yuxtapone con
recuerdos de mozambiqueños que
vivieron el pasado colonial de mi
país.”

Inadelso Cossa, sobre su documental

Uma memòria em três atos

David Spriggs
Two Way Mirror como metáfora del Piezas impresas, a escala, en resina
encierro y descontextualización de las transparente, SLA, o PLA transparente,
vitrinas en los museos. como metáfora del espectro ausente y
símbolo vacío.
Bronces de Benin, actual Nigeria.
- Piezas robadas por el imperio Británico
en el sXIX.
- Expuestas en Inglaterra, Alemania y
EEUU
- Alemania ha iniciado la devolución
Hoa Hakananai’a, Isla de Pascua.
- Robada por exploradores británicos en el
sXIX.
- Expuesta en el Museo Británico
- Planes de devolución iniciados, pero
boicoteados por Inglaterra.
Obelisco de Ramsés II de Luxor,
Plaza de la Concordia, París.
- Extraído del templo de Luxor, donde
le acompañaba un obelisco gemelo.
- Estado de conservación muy preca-
rio. Egipto lo ha reclamado.
Texto Explicativo
1 2 3 4 5 10
Vitrina
Texto Explicativo
1 2 3 4 5 10
Vitrina
Diagrama de Reflexiones de los espejos

Texto Explicativo

Fotografías

Una estructura en zig zag cuyas paredes son espe-

jos de doble sentido, vertebra la exposición, actuan-
do como vitrinas unidas en cuyo interior se colocan
las reproducciones impresas en 3D con hilo PLA
transparente. Cada obra está acotada en una zona
visible por el color de su respectiva moqueta, que
dirige el recorrido de la reproducción a la zona infor-
mativa; en su pared enfrentada. La exposición
termina con un contenido audiovisual formado por 8
fragmentos de 2 minutos y 30 segundos de 8 pelícu-
las y documentales con tintes colonialistas. Las
vitrinas y pedestales utilizadas son de estandar
museístico; a 80 centímetros de altura.
 Aunque estas fechas puedan vestir de cierta lejanía estos sucesos,
apenas 80 años nos separan de la celebración de la última
exposición colonial internacional. Estos eventos tenían como
objetivo mostrar, en las metrópolis occidentales, las distintas
facetas de las colonias. Daban lugar a reconstrucciones
espectaculares del medio ambiente natural y monumentos de
África, de Asia o de Oceanía. La puesta en escena de habitantes de
las colonias, a menudo desplazados a la fuerza desde sus lugares
de origen, les otorgará más tarde la calificación de Zoológicos
Humanos.
34 millones de personas visitaron la Exposición Colonial de París,
de 1931. Representó a todas las colonias francesas y países bajo
protectorado francés y a países extranjeros y sus colonias. Las
iglesias también estuvieron representadas con las banderas de las
misiones católicas y protestantes. Fue el evento de este tipo más
exitoso de los que tuvieron lugar, sin apenas ninguna crítica por la
caricaturización, violencia y visión supremacista con la que se
representaban las culturas de las colonias.
Para la ocasión, se realizó una extensa campaña de márketing que
involucraba el diseño de cartelería, revistas e incluso sellos para
animar a todo occidental a visitar lo que estaba más cercano a un
opulento parque de atracciones colonialista.
1 2
Total focos: 17
Introducción
En la entrada se introduce al especta-
dor mediante un texto explicativo y un
diagrama en suelo, que representa
gráficamente la desigualdad entre
países imperialistas y colonizados.
Dos rectángulos tintados en la moque-
ta representan el ratio de tamaño
entre los países expoliados, más de
10, y los países colonialistas más
relevantes; Reino Unido y Francia.
Aunque estas fechas puedan vestir de cierta lejanía estos sucesos,
apenas 80 años nos separan de la celebración de la última
exposición colonial internacional. Estos eventos tenían como
objetivo mostrar, en las metrópolis occidentales, las distintas
facetas de las colonias. Daban lugar a reconstrucciones
espectaculares del medio ambiente natural y monumentos de
África, de Asia o de Oceanía. La puesta en escena de habitantes de
las colonias, a menudo desplazados a la fuerza desde sus lugares
de origen, les otorgará más tarde la calificación de Zoológicos
Humanos.
34 millones de personas visitaron la Exposición Colonial de París,
de 1931. Representó a todas las colonias francesas y países bajo
protectorado francés y a países extranjeros y sus colonias. Las
iglesias también estuvieron representadas con las banderas de las
misiones católicas y protestantes. Fue el evento de este tipo más
exitoso de los que tuvieron lugar, sin apenas ninguna crítica por la
caricaturización, violencia y visión supremacista con la que se
representaban las culturas de las colonias. Lorem ipsum Lorem ipsum Lorem ipsum
Para la ocasión, se realizó una extensa campaña de márketing que dolor sit amet,
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involucraba el diseño de cartelería, revistas e incluso sellos para adipiscing elit, adipiscing elit, adipiscing elit,
animar a todo occidental a visitar lo que estaba más cercano a un
opulento parque de atracciones colonialista.
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Hoa Hakananai Piramidón Obelisco Luxor Bronces de Benin Exposición Colonial 1931 Largometrajes
Rapa Nui, Chile Luxor, Egipto República de Benin París Colonialistas
Lo que aquí apreciamos en el fantasma del Hoa Hakananai’a, uno
de los moais robados por el imperio británico en el siglo XIX en la
famosa Isla de Pascua. El Amigo Robado es la traducción literal de
su nombre. Ubicado en una casa ceremonial en el poblado de
Orongo, nos habla de la importancia que pudo haber tenido en su
localización original, hasta que el 5 de Noviembre de 1869 Richard
Ashmore Powell, capitán del HSM Topaze, lo extrajo y colocó en la
cubierta del barco, rumbo de nuevo a Reino Unido para ser regala-
dos a la reina Victoria, junto con otro moai robado de menor
tamaño, expuesto en Manchester.

El Amigo Robado sufrió graves daños en el trayecto, desaparecien- Bjørn Christian Tørrissen, 2014
Moais en Ahu Tongariki
Paul-Émile Miot Valparaiso, 1868
Espalda del Hoa Hakananai’a en la cubierta del HMS Matthew James Harrison, 1868

do los pigmentos que le vestían, y siendo posteriormente expuesto

Paul-Émile Miot Valparaiso, 1868 Hoa Hakananai’a según fue
Topaze
Hoa Hakananai’a en la cubierta del HMS Topaze encontrado por los europeos.

OGS Crawford, 1936 Acuarela sobre papel

en diferentes estancias del British Museum, donde su frío contexto Hoa Hakananai’a en la entrada al British Museum

lo ha convertido en un símbolo vacío.

 Lo que aquí apreciamos en el fantasma del Hoa Hkananai’a, uno de los moais robados
por el imperio británico en el siglo XIX en la famosa Isla de Pascua. El Amigo Robado es
la traducción literal de su nombre. Ubicado en una casa ceremonial en el poblado de
Orongo, nos habla de la importancia que pudo haber tenido en su localización original,
hasta que el 5 de Noviembre de 1869 Richard Ashmore Powell, capitán del HSM Topaze,
lo extrajo y colocó en la cubierta del barco, rumbo de nuevo a Reino Unido para ser
regalados a la reina Victoria, junto con otro moai robado de menor tamaño, expuesto en
Manchester. El Amigo Robado sufrió graves daños en el trayecto, desapareciendo los
pigmentos que le vestían, y siendo posteriormente expuesto en diferentes estancias del
British Museum, donde su frío contexto lo ha convertido en un símbolo vacío.

Paul-Émile Miot Valparaiso, 1868 Paul-Émile Miot Valparaiso, 1868

OGS Crawford, 1936 Hoa Hakananai’a en la cubierta del Espalda del Hoa Hakananai’a en la
Hoa Hakananai’a en la entrada al HMS Topaze cubierta del HMS Topaze
British Museum

Matthew James Harrison, 1868

Hoa Hakananai’a según fue encon-
trado por los europeos.

Acuarela sobre papel

Bjørn Christian Tørrissen, 2014

Moais en Ahu Tongariki
El Piramidón del Obelisco de Luxor es la pieza que corona esta
estructura de 23 metros y más de 3000 años de antigüedad. Recibía,
junto a otro obelsico gemelo, a la entrada del gran templo de Luxor,
hasta que en 1827 el rey Carlos X de Francia pidió ayuda militar a
Egipto para ocupar Argelia. Ante la negativa del imperio británico y
otomano, el valí de egipto Mehmet Alí ofreció los dos obeliscos al
país galo. A modo de compensación, 20 años después el rey francés
ofeció a Egipto un reloj que nunca llegó a funcionar.

Actualmente, el obelisco está situado en la Plaza de la Concordia de

París, sobre un pedestal moderno, habiendo sido arrancado el
original, con esculturas de babuinos desnudos que no encajaban en
la sociedad parisina del XIX; y fueron trasladados al Museo del
Louvre. Las malas condiciones de conservación y las adversidades
del clima de la capital francesa, han ocasionado que el gemelo
Entrada al templo de Luxor.
arrancado esté al borde del colapso, por lo que el Ministro de Pedestal original del Obelisco
de Luxor, en la Plaza de la
Antigüedades egipcio, Zahi Hawass, lo ha reclamado con urgencia, Concordia. Actualmente en el
Museo del Louvre.

para volver a llenar el vacío fantasmal que la guerra dejó en la

entrada del Templo de Luxor.

12
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El Piramidón del Obelisco de Luxor es la pieza que corona esta estructura de 23
metros y más de 3000 años de antigüedad. Recibía, junto a otro obelsico gemelo, a la
entrada del gran templo de Luxor, hasta que en 1827 el rey Carlos X de Francia pidió
ayuda militar a Egipto para ocupar Argelia. Ante la negativa del imperio británico y oto-
mano, el valí de egipto Mehmet Alí ofreció los dos obeliscos al país galo. A modo de
compensación, 20 años después el rey francés ofeció a Egipto un reloj que nunca llegó
a funcionar. Actualmente, el obelisco está situado en la Plaza de la Concordia de París,
sobre un pedestal moderno, habiendo sido arrancado el original, con esculturas de
babuinos desnudos que no encajaban en la sociedad parisina del XIX; y fueron trasla-
dados al Museo del Louvre. Las malas condiciones de conservación y las adversidades
del clima de la capital francesa, han ocasionado que el gemelo arrancado esté al borde
del colapso, por lo que el Ministro de Antigüedades egipcio, Zahi Hawass, lo ha recla-
mado con urgencia, para volver a llenar el vacío fantasmal que la guerra dejó en la
entrada del Templo de Luxor.

Entrada al templo de Luxor.

Pedestal original del Obelisco

de Luxor, en la Plaza de la
Concordia. Actualmente en el
Museo del Louvre.
Piezas en vitrina

Pilono de entrada del templo

de Luxor, 1800
François-Charles Cécile

Acuarela sobre papel

Enderezamiento del Obelis-

co de Luxor, 25 octobre 1836,
Cayrac, 1837

Acuarela sobre papel

Ejemplar original de
Los dos obeliscos de la Vista de la retirada del
Cartas a Miranda, 1796
entrada al templo de obelisco, 1835
Quatremere Quincy
Luxor, 1832 Anónimo
Anónimo
Grabado
Xilografía
En la actual Nigeria, tuvo lugar lo que probablemente sea reconocido como el
caso de expolio de patrimonio más flagrante de la historia. El antiguo Reino de
Benin era la casa de una de las culturas africanas más prolíficas y sofisticadas
en lo artístico, hasta que en 1897, una expedición británica en la zona se saldó
con casi 300 europeos asesinados, al no respetar los rituales que se estaban
celebrando en la ciudad. Inmediatamente después, desde Londres se organizó
una expedición punitiva con un coste de unas 30000 libras, unos 36 millones de
libras actuales, en lo que fue casi un asunto de estado. Como resultado, la
ciudad fue completamente destruida, sin restos visibles hoy, y los bronces que
decoraban el palacio real, junto con todo objeto ritual o de valor, expoliados y
trasladados a Londres, desde donde fueron repartidos a museos europeos.
La masacre de Benin,
suplemento de periódico, 20 de
Marzo de 1897

El rey fue capturado y obligado al exilio. Nada de esta cultura ha sobrevivido La expedición de Benin, 1897
Henry Charles Seppings Wright
Litografía
hasta nuestros días. El Museo Británico, máximo poseedor de estas obras,
expone unas 700 piezas de este expolio, destacando los llamados Bronces de Ilustración de la ciudad
de Benin dibujada por

Benin; exquisitas representaciones de reyes y reinas, animales y placas decora- un oficial británico,
1897

tivas que adornaban el palacio de este reino fantasma, cuya cultura fue borrada
y frívolamente expuesta.
En la actual Nigeria, tuvo lugar lo que probablemente sea reconocido como el caso de
expolio de patrimonio más flagrante de la historia. El antiguo Reino de Benin era la casa
de una de las culturas africanas más prolíficas y sofisticadas artísticamente, hasta que
en 1897, una expedición británica en la zona se saldó con casi 300 europeos asesinados,
al no respetar los rituales que se estaban celebrando en la ciudad. Inmediatamente des-
pués, desde Londres se organizó una expedición punitiva con un coste de unas 30000
libras, unos 36 millones de libras actuales, en lo que fue casi un asunto de estado. Como
resultado, la ciudad fue completamente destruida, sin restos visibles hoy, y los bronces
que decoraban el palacio real, junto con todo objeto ritual o de valor, expoliados y tras-
ladados a Londres, desde donde fueron repartidos. El rey fue capturado y obligado al
exilio. Nada de esta cultura ha sobrevivido hasta nuestros días. El Museo Británico,
máximo poseedor de estas obras, expone unas 700 piezas de este expolio, destacando
los llamados Bronces de Benin; exquisitas representaciones de reyes y reinas, animales
y placas decorativas que adornaban el palacio de este reino fantasma, cuya cultura fue
borrada y frívolamente expuesta.

Ilustración de la ciudad de
Benin dibujada por un oficial
británico, 1897

La masacre de Benin, suple-

mento de periódico, 20 de
La expedición de Benin, 1897 Marzo de 1897
Henry Charles Seppings Wright
Litografía
Piezas en vitrina
Ovonramwen Nogbaisi
Soldados británicos con siendo llevado a su
parte del botín, 1897 exilio en Calabar, 1897

Ovonramwen Nogbaisi, A.J. Malimo, capitán

rey de Benin, con sus asesinado en la primera
mujeres en en exilio, expedición a Benin,
Calabar 1886
1898

Ovonramwen Nogbaisi
Comandandte
en el exilio
Copland-Crawford,
1898
capitán asesinado
en la primera expe-
dición a Benin, 1881

Parte del botín almace- Mr. Powfis, intérprete

nado en cuarteles britá- asesinado en la primera
nicos expedición a Benin,
1897 1886
 Libro de registro de la
expedición de Benin,
1897

Colmillos de marfil
ornamentados, parte
del botín, 1897

Dibujo y notas de Sir William Johann Bart sobre

la expedición a Benin, 1897
 Marfil almacenado
comom botín por los
soldados británicos,
1897

Calle en el cuartel real

Soldados británicos con de la antigua ciudad de
parte del botín, 1897 Benin, 1897

Ilustración de la expedi-
ción punitiva en la
ciudad de Benin, 1897
Anónimo
Guache sobre papel
Aunque estas fechas puedan vestir de cierta lejanía estos sucesos, apenas
80 años nos separan de la celebración de la última exposición colonial
internacional. Estos eventos tenían como objetivo mostrar, en las metrópo-
lis occidentales, las distintas facetas de las colonias. Daban lugar a
reconstrucciones espectaculares del medio ambiente natural y monumen-
tos de África, de Asia o de Oceanía. La puesta en escena de habitantes de
las colonias, a menudo desplazados a la fuerza desde sus lugares de
origen, les otorgará más tarde la calificación de Zoológicos Humanos.

34 millones de personas visitaron la Exposición Colonial de París, de 1931.

Representó a todas las colonias francesas y países bajo protectorado
francés y a países extranjeros y sus colonias. Las iglesias también estuvie-
ron representadas con las banderas de las misiones católicas y protestan-
tes. Fue el evento de este tipo más exitoso de los que tuvieron lugar, sin
apenas ninguna crítica por la caricaturización, violencia y visión suprema- Poster oficial de la Exposición
Colonial de París de 1931
cista con la que se representaban las culturas de las colonias.
Para la ocasión, se realizó una extensa campaña de márketing que Plano Oficial de la Exposición Colonial de
París de 1931
involucraba el diseño de cartelería, revistas e incluso sellos para animar a
todo occidental a visitar lo que estaba más cercano a un opulento parque
de atracciones colonialista.
Aunque estas fechas puedan vestir de cierta lejanía estos sucesos, apenas 80 años nos
separan de la celebración de la última exposición colonial internacional. Estos eventos
tenían como objetivo mostrar, en las metrópolis occidentales, las distintas facetas de las
colonias. Daban lugar a reconstrucciones espectaculares del medio ambiente natural y
monumentos de África, de Asia o de Oceanía. La puesta en escena de habitantes de las
colonias, a menudo desplazados a la fuerza desde sus lugares de origen, les otorgará más
tarde la calificación de Zoológicos Humanos.
34 millones de personas visitaron la Exposición Colonial de París, de 1931. Representó a
todas las colonias francesas y países bajo protectorado francés y a países extranjeros y
sus colonias. Las iglesias también estuvieron representadas con las banderas de las misio-
nes católicas y protestantes. Fue el evento de este tipo más exitoso de los que tuvieron
lugar, sin apenas ninguna crítica por la caricaturización, violencia y visión supremacista
con la que se representaban las culturas de las colonias.
Para la ocasión, se realizó una extensa campaña de márketing que involucraba el diseño
de cartelería, revistas e incluso sellos para animar a todo occidental a visitar lo que estaba
más cercano a un opulento parque de atracciones colonialista.

Poster oficial de la
Exposición Colonial de
París de 1931

Plano Oficial de la Expo-

sición Colonial de París
de 1931
Piezas en vitrina

Cartel de un partido de
fútbol organizado para la
exposición, 1931

Una de las 24 tarjetas

coleccionables de la
exposición, 1931

Guía oficial de la exposición, Cartel oficial del pabellón de Camboya,

1931 1931
 Colección oficial de Colección oficial de
sellos acuñados para la sellos acuñados de Chad
exposición, 1931 para la exposición, 1931

Réplica del templo de Ankor

Wat para la exposición,
Septiembre de 1931

Cartel oficial de la exposición,

1931
Cartel español para la promoción Guía oficial de la Guía oficial de la exposición, 1931
de la exposición, 1931 exposición, 1931

1 2 3 4 5 10
Cartel español para la promo- Guía oficial de la exposición, Cartel promocional español
ción de la exposición, 1931 1931 para la exposición, 1931

Gunga Din, 1939 Zulu, 1964 Uma memòria em três atos, La jungla en armas, 1939
2017

Pasaje a la India, 1984 Memorias de África, 1985 Las cuatro plumas, 1939 Tres lanceros bengalíes, 1935
Fuentes Cartelería

Bookman Old Style

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Fuentes Exposición

Helvetica
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Neocolonialismo en los museos
Eduardo García González
Master Efímeras UPM
Profesorado: Carmen Blasco y
Jesús Moreno
Taller de Museografía