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LEY 1306 DE 2009

La capacidad jurídica se refiera a la aptitud de una persona para ser titular de


derechos y obligaciones; de ejercer o exigir los primeros y contraer los segundos
en forma personal y comparecer a juicio.  La capacidad jurídica está íntimamente
relacionada con la voluntad, entendiéndose esta como la facultad psíquica que
tiene el individuo o persona para elegir entre realizar o no un determinado acto, y
depende directamente del deseo y la intención de realizar un acto o hecho en
concreto. –Capacidad de goce: contrae derechos y obligaciones por nacimiento. –
Capacidad de ejercicio: aptitud e idoneidad para ejercer y cumplir con los
derechos y obligaciones.

Según el artículo 1504 del Código Civil, son incapaces absolutos: los impúberes,
los dementes y los sordomudos que no pueden darse a entender.
Son también incapaces los menores adultos que no han obtenido habilitación de
edad* y los disipadores que se hallen bajo interdicción. Pero la incapacidad de
estas personas no es absoluta y sus actos pueden tener valor en ciertas
circunstancias y bajo ciertos respectos determinados por las leyes. 
Para que una persona se obligue a otra por un acto o declaración de voluntad, es
necesario:
1º.) que sea legalmente capaz;
2º.) que consienta en dicho acto o declaración y su consentimiento no adolezca de
vicio;
3º.) que recaiga sobre un objeto lícito;
4º.) que tenga una causa lícita.
La capacidad legal de una persona consiste en poderse obligar por sí misma, y sin
el ministerio o la autorización de otra»

La ley parte de la presunción que toda persona es legalmente capaz, y que solo
en aquellos casos expresamente señalados por la misma ley, se debe entender
que una persona, en tales condiciones es incapaz para asumir responsabilidades
o para ejercer o exigir derechos.

Llamase infante o niño, todo el que no ha cumplido siete (7) años; impúber, el que
no ha cumplido catorce (14) años; adulto, el que ha dejado de ser impúber; mayor
de edad, o simplemente mayor, el que ha cumplido dieciocho (18) años, y menor
de edad, o simplemente menor el que no ha llegado a cumplirlos, (ii) Las
expresiones mayor de edad o mayor, empleadas en las leyes comprenden a los
menores que han obtenido habilitación de edad, en todas las cosas y casos en
que las leyes no hayan exceptuado expresamente a estos. Conforme a la
legislación civil vigente en Colombia, la capacidad jurídica de una persona inicia
desde su nacimiento
La plena capacidad civil la tienen los mayores de edad. Los menores adultos, cuya
edad está comprendida entre 12 y 18 años si son mujeres, y 14 y 18 años si son
hombres, son relativamente incapaces; pero la incapacidad de estas personas no
es absoluta y sus actos pueden tener valor en ciertas circunstancias y bajo ciertos
respectos determinados por las leyes.

Los dementes eran vistos por el Código Civil como unos individuos que por su
profunda afectación mental no tenían conciencia de sus actos y, por eso, si la
lesión era permanente y sin perspectivas inmediatas de remisión, eran declarados
interdictos y se les nombraba un curador para que administrara sus bienes y
cuidara de su persona. Con la expedición del Código del Menor y luego con el
Código de la Infancia y la Adolescencia, se admitió que los dementes
permanentes siguieran sometidos a la patria potestad de modo que
permanecieran al cuidado de sus padres.

La disipación consiste en una marcada propensión a derrochar bienes materiales,


que la ley busca evitar, con miras a proteger al malgastador, a su familia y a sus
acreedores, así como también a terceras personas que puedan llegar a contratar
con él. El disipador, a diferencia del demente, no carece completamente de
discernimiento; tan sólo carece de capacidad para llevar a cabo el acertado
manejo de sus bienes. Por esta razón su incapacidad no es absoluta sino relativa,
y se concreta en la imposibilidad de administrar por sí mismo sus propios bienes.

El curador ad litem es la persona encargada de asumir la defensa de la parte que


por alguna circunstancia no puede concurrir al proceso o cuando esta sea un
incapaz y por dicha circunstancia no pueda asumir su defensa.
El curador ad liten lo designa el juez encargado del proceso y su función principal
es asumir la defensa de quien representa en el proceso.
El curador ad litem puede efectuar todos los actos procesales a excepción de
aquellos que le corresponden solo a la parte, por ende no puede disponer del
derecho el litigio, es decir, que no puede conciliar, transigir, ni allanarse, pues
dichos actos solo le conciernen a la parte. Quien actúa como curador ad litem en
un proceso solo podrá hacerlo hasta que concurra su representado o quien 
representanta a este último.

ANÁLISIS JURÍDICO
La guarda es una figura jurídica creada por el legislador con el fin de salvaguardar
los intereses personales y patrimoniales de los incapaces, se divide en tutela y
curatela, según lo contempla el artículo 428 del Código Civil las tutelas y
curadurías o curatelas son cargos impuestos a ciertas personas a favor de
aquellos que no pueden dirigirse a sí mismos o administrar competentemente sus
negocios, y que no se hallen bajo potestad de padre o (marido) que pueda darles
la protección debida. Las personas que ejercen estos cargos se llaman tutores o
curadores y generalmente son guardadores.
Por virtud de lo dispuesto en el Decreto 2820 de 1974 desapareció el régimen de
potestad marital.
La tutela es de carácter general, es decir, está orientada tanto a la protección y el
cuidado personal del pupilo como a la administración de sus bienes, están
sometidos a ésta los impúberes.
La curaduría por su parte es de carácter general para los menores adultos, los que
por prodigalidad o demencia han sido puestos en entredicho de administrar sus
bienes y los sordomudos que no puedan darse a entender, hace referencia a la
protección personal y patrimonial del pupilo, existe a su vez curaduría de bienes,
adjunta, especial e interina.
Las tutelas o curadurías pueden ser testamentarias cuando se constituyen a
través de testamento, legítimas cuando se confieren por la ley a los parientes o
cónyuge del pupilo o dativas cuando el Juez designa un guardador de reconocida
honorabilidad a falta de parientes o cónyuge.
Por su parte la Corte Suprema de Justicia se ha pronunciado sobre el tema en los
siguientes términos: “…Las guardas se clasifican en tutelas y curadurías:
corresponden las primeras a los impúberes; están sometidos a curatela general
los menores adultos, los dementes, los sordomudos que no puedan darse a
entender por escrito, y los pródigos en interdicción (C. C., arts. 431 y 432). Pero al
paso que la tutela es siempre de carácter general y como tal mira al cuidado de la
persona y al de los bienes del incapaz, siendo por tanto de un solo tipo, la
curaduría, en cambio, según la extensión de las facultades del guardador, es de
dos clases: general y especial. La curatela general se caracteriza porque confiere
al guardador simultáneamente la representación del pupilo, la administración de su
patrimonio y el cuidado de su persona. Las demás formas de curadurías no se
refieren directamente a la persona sino sólo a su patrimonio, o a parte de él, o a su
representación en un acto aislado de su actividad jurídica (C. C., arts. 428, 430,
431, 432, 433 y 435). Y en relación con su origen las guardas se dividen en
testamentarias, legítimas y dativas, según que sea el testador, la ley o el juez
quien determine la persona que haya de desempeñarlas (ibídem, art. 443). Como
ya está dicho, las guardas se han establecido con el fin de proteger los intereses
del pupilo. En este objetivo se proyectan todas las disposiciones legales que
regulan la materia”
El artículo 430 del Código Civil establece que tanto la tutela como la curatela
general se extiende no solo a los bienes, sino a las personas sometidas a ellas, lo
que significa que el guardador por mandato expreso de la ley tiene la facultad de
administrar los bienes del pupilo y está obligado a la conservación de los mismos.
Con respecto a las personas llamadas por la ley a ejercer el cargo de tutor o
curador encontramos al cónyuge, el padre o madre o en su defecto los abuelos,
los hijos legítimos o extramatrimoniales, los hermanos del pupilo y los hermanos
de los ascendientes del pupilo (artículo 457 Código Civil).

Consejerías: para aquellas personas que tienen comportamientos poco adecuados


con su patrimonio que pueden llevarlos a perderlo, como los disipadores y otros
sujetos que adoptan conductas que reflejan su poca prudencia en el manejo de su
patrimonio, se les asignará un consejero para que autorice aquellas negociaciones
u operaciones respecto de las cuales el juez inhabilita a la persona para
realizarlos.
Administraciones: toman el nombre de administradores los guardadores, sean
personas naturales o jurídicas, quienes se encargan, en las condiciones de la Ley
1306 de 2009, del manejo y la administración de los bienes de terceros cuando
estos no pueden hacerlo directamente (ausentes, herederos que no han aceptado
la herencia) o porque su monto o su complejidad ameritan que alguien
especializado realice la administración.

El proceso de interdicción es un proceso de jurisdicción voluntaria en el que se


declara que una persona no está en capacidades mentales para ejercer su
capacidad de ejercicio.
Esta clase de proceso se encuentra consagrado en el artículo 586 del código
general del proceso, y ese proceso se inicia con una demanda que debe reunir
todos los requisitos legales en especial:
 Certificado de un médico psiquiatra o neurólogo sobre el estado del
presunto interdicto, expedido bajo juramento que se entenderá prestado por
la sola firma.
 Este proceso podrá promoverlo el Juez de Oficio.
 Se ordenará citar a quienes se crean con derecho al ejercicio de la guarda y
se ordenará el dictamen médico neurológico o psiquiátrico sobre el estado
del paciente; la  etiología, el diagnóstico y el pronóstico de la enfermedad.

Son absolutamente incapaces los dementes, los impúberes y los sordos o


sordomudos que no pueden darse a entender claramente. Los incapaces
absolutos bajo ninguna circunstancia pueden actuar personalmente en la vida
jurídica, sino sólo a través de representantes.
Son relativamente incapaces los menores adultos y los disipadores que se hallen
bajo interdicción de administrar lo suyo. Los incapaces relativos deben actuar
representados o personalmente si son debidamente autorizados.

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