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Según el artículo 1504 del Código Civil, son incapaces absolutos: los impúberes,
los dementes y los sordomudos que no pueden darse a entender.
Son también incapaces los menores adultos que no han obtenido habilitación de
edad* y los disipadores que se hallen bajo interdicción. Pero la incapacidad de
estas personas no es absoluta y sus actos pueden tener valor en ciertas
circunstancias y bajo ciertos respectos determinados por las leyes.
Para que una persona se obligue a otra por un acto o declaración de voluntad, es
necesario:
1º.) que sea legalmente capaz;
2º.) que consienta en dicho acto o declaración y su consentimiento no adolezca de
vicio;
3º.) que recaiga sobre un objeto lícito;
4º.) que tenga una causa lícita.
La capacidad legal de una persona consiste en poderse obligar por sí misma, y sin
el ministerio o la autorización de otra»
La ley parte de la presunción que toda persona es legalmente capaz, y que solo
en aquellos casos expresamente señalados por la misma ley, se debe entender
que una persona, en tales condiciones es incapaz para asumir responsabilidades
o para ejercer o exigir derechos.
Llamase infante o niño, todo el que no ha cumplido siete (7) años; impúber, el que
no ha cumplido catorce (14) años; adulto, el que ha dejado de ser impúber; mayor
de edad, o simplemente mayor, el que ha cumplido dieciocho (18) años, y menor
de edad, o simplemente menor el que no ha llegado a cumplirlos, (ii) Las
expresiones mayor de edad o mayor, empleadas en las leyes comprenden a los
menores que han obtenido habilitación de edad, en todas las cosas y casos en
que las leyes no hayan exceptuado expresamente a estos. Conforme a la
legislación civil vigente en Colombia, la capacidad jurídica de una persona inicia
desde su nacimiento
La plena capacidad civil la tienen los mayores de edad. Los menores adultos, cuya
edad está comprendida entre 12 y 18 años si son mujeres, y 14 y 18 años si son
hombres, son relativamente incapaces; pero la incapacidad de estas personas no
es absoluta y sus actos pueden tener valor en ciertas circunstancias y bajo ciertos
respectos determinados por las leyes.
Los dementes eran vistos por el Código Civil como unos individuos que por su
profunda afectación mental no tenían conciencia de sus actos y, por eso, si la
lesión era permanente y sin perspectivas inmediatas de remisión, eran declarados
interdictos y se les nombraba un curador para que administrara sus bienes y
cuidara de su persona. Con la expedición del Código del Menor y luego con el
Código de la Infancia y la Adolescencia, se admitió que los dementes
permanentes siguieran sometidos a la patria potestad de modo que
permanecieran al cuidado de sus padres.
ANÁLISIS JURÍDICO
La guarda es una figura jurídica creada por el legislador con el fin de salvaguardar
los intereses personales y patrimoniales de los incapaces, se divide en tutela y
curatela, según lo contempla el artículo 428 del Código Civil las tutelas y
curadurías o curatelas son cargos impuestos a ciertas personas a favor de
aquellos que no pueden dirigirse a sí mismos o administrar competentemente sus
negocios, y que no se hallen bajo potestad de padre o (marido) que pueda darles
la protección debida. Las personas que ejercen estos cargos se llaman tutores o
curadores y generalmente son guardadores.
Por virtud de lo dispuesto en el Decreto 2820 de 1974 desapareció el régimen de
potestad marital.
La tutela es de carácter general, es decir, está orientada tanto a la protección y el
cuidado personal del pupilo como a la administración de sus bienes, están
sometidos a ésta los impúberes.
La curaduría por su parte es de carácter general para los menores adultos, los que
por prodigalidad o demencia han sido puestos en entredicho de administrar sus
bienes y los sordomudos que no puedan darse a entender, hace referencia a la
protección personal y patrimonial del pupilo, existe a su vez curaduría de bienes,
adjunta, especial e interina.
Las tutelas o curadurías pueden ser testamentarias cuando se constituyen a
través de testamento, legítimas cuando se confieren por la ley a los parientes o
cónyuge del pupilo o dativas cuando el Juez designa un guardador de reconocida
honorabilidad a falta de parientes o cónyuge.
Por su parte la Corte Suprema de Justicia se ha pronunciado sobre el tema en los
siguientes términos: “…Las guardas se clasifican en tutelas y curadurías:
corresponden las primeras a los impúberes; están sometidos a curatela general
los menores adultos, los dementes, los sordomudos que no puedan darse a
entender por escrito, y los pródigos en interdicción (C. C., arts. 431 y 432). Pero al
paso que la tutela es siempre de carácter general y como tal mira al cuidado de la
persona y al de los bienes del incapaz, siendo por tanto de un solo tipo, la
curaduría, en cambio, según la extensión de las facultades del guardador, es de
dos clases: general y especial. La curatela general se caracteriza porque confiere
al guardador simultáneamente la representación del pupilo, la administración de su
patrimonio y el cuidado de su persona. Las demás formas de curadurías no se
refieren directamente a la persona sino sólo a su patrimonio, o a parte de él, o a su
representación en un acto aislado de su actividad jurídica (C. C., arts. 428, 430,
431, 432, 433 y 435). Y en relación con su origen las guardas se dividen en
testamentarias, legítimas y dativas, según que sea el testador, la ley o el juez
quien determine la persona que haya de desempeñarlas (ibídem, art. 443). Como
ya está dicho, las guardas se han establecido con el fin de proteger los intereses
del pupilo. En este objetivo se proyectan todas las disposiciones legales que
regulan la materia”
El artículo 430 del Código Civil establece que tanto la tutela como la curatela
general se extiende no solo a los bienes, sino a las personas sometidas a ellas, lo
que significa que el guardador por mandato expreso de la ley tiene la facultad de
administrar los bienes del pupilo y está obligado a la conservación de los mismos.
Con respecto a las personas llamadas por la ley a ejercer el cargo de tutor o
curador encontramos al cónyuge, el padre o madre o en su defecto los abuelos,
los hijos legítimos o extramatrimoniales, los hermanos del pupilo y los hermanos
de los ascendientes del pupilo (artículo 457 Código Civil).