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Unidad Educativa “Boliviano Japonés”

Sacaba – Puntiti

AUTORES BOLIVIANOS

COMPENDIO DE POEMAS Nacer hombre (Adela Zamudio)

¡Cuánto trabajo ella pasa


Por corregir la torpeza
De su esposo, y en la casa!
(Permitidme que me asombre).

Tan inepto como fatuo,


ESTUDIANTE: Sigue él siendo la cabeza,
¡Porque es hombre!
Si algunos versos escribe,
CURSO: De alguno esos versos son,
Que ella solo los suscribe.
PROFESORA: Amy Brigitte Fuentes Torrico (Permitidme que me asombre).

ÁREA: Comunicación y lenguajes Si ese alguno no es poeta,


¿Por qué tal suposición?
¡Porque es hombre!
Una mujer superior
En elecciones no vota,
Y vota el pillo peor.
(Permitidme que me asombre).

Con tal que aprenda a firmar


Puede votar un idiota,
¡Porque es hombre!
Él se abate y bebe o juega.
En un revés de la suerte:

1
Ella sufre, lucha y ruega.
(Permitidme que me asombre).
DÍA DE LAS AMÉRICAS (Oscar Alfaro)
Que a ella se llame el «ser débil»
Y a él se le llame el «ser fuerte». América del Norte
¡Porque es hombre!
Ella debe perdonar Tengo pupilas de inglesa
Siéndole su esposo infiel; Y tengo piel africana.
Pero él se puede vengar. Negra como noche, negra,
(Permitidme que me asombre). Blanca como la mañana.
Soy una blanca muy rica,
En un caso semejante Soy una negra muy pobre.
Hasta puede matar él, Amo el deporte y la vida.
¡Porque es hombre! ¡Soy la América del Norte!
¡Oh, mortal privilegiado,
Que de perfecto y cabal América Central
Gozas seguro renombre!
En todo caso, para esto, Soy la América que vive
Te ha bastado Al ritmo de una canción.
Nacer hombre. Soy la tierra del Caribe.
Soy música y corazón.
Estoy tatuada de frutas.
Me viste el cañaveral
Soy la reina del azúcar,
¡Soy la América Central!...

América del Sur

Soy la nieta de Pizarro


Y soy la virgen del sol.
En mi cuerpo están bailando
El inca y el español.
Cubierta de piel canela
Y loca de juventud
Soy la muchacha morena,
¡Soy la América del Sud!

2
LOS NIÑOS MINEROS (Oscar Alfaro)

Como filas de mendigas VIAJE AL PASADO (Oscar Alfaro)


son las chozas harapientas, A Doña Carmen Alfaro, mi madre
junto a las cuales se arrastran
Desde adentro, desde adentro,
los muchachitos de greda.
desde el fondo de un abismo,
viene corriendo a mi encuentro
Y la montaña monstruosa,
un niño que soy yo mismo.
con un gesto de hambre eterna,
está detrás de los niños,
Iluminando el olvido,
¡abriendo su boca negra!...
con este niño en los brazos,
yo voy haciendo pedazos
Sus padres y sus abuelos,
los años que ya he vivido.
perdidos en las cavernas,
son sólo radiografías,
En el fondo del pasado,
que brillan en las tinieblas.
hallo mi casa materna
donde esta mi madre eterna
Y gruñe aún la montaña,
frente a un Dios crucificado.
con la piel llena de lepras,
pidiendo al pueblo minero
Junto al molino coplero
bocados de carne fresca.
lleno de antiguas fragancias,
sigue jugando mi infancia
Y cada niño que crece
con la hija del molinero.
agarra sus herramientas...
¡Da un salto mortal al aire
En los vientos pastoriles
y cae en la noche eterna!
desgranan su florilegio,
de canciones infantiles
¡Ay la montaña se traga
las campanas del colegio
generaciones enteras!
¿Quién salvará a los chiquillos
Y, perforando los años,
de sus fauces carniceras?
desde el abismo profundo
salgo de nuevo a este mundo
lleno de niños extraños.

3
y eres quizás toda olvido
Claribel!
BALADA DE CLARIBEL (Franz Tamayo) Mas yo, iluso descreído,
aun pienso que me has querido,
En la desolada tarde, Claribel!
Claribel,
Al claror de un sol que no arde, El pan amargo en que muerdo,
Claribel, Claribel,
me vuelve el amante alarde, hecho está de tu recuerdo,
aunque todo dice «es tarde Claribel!
Claribel». Y el pasado nada cuerdo
Lleva en sus alas el viento, es un sueño en que me pierdo,
Claribel, Claribel!
tu nombre como un lamento
Claribel, Oh mañana azul y rosa,
y en vano mis ansias siento Claribel,
volar tras aquel concento, en que té ví mariposa,
Claribel. Claribel!
Reina y mujer, niña y diosa,
Voz con que pía la ausencia, oro, nácar, nieve y rosa,
Claribel. Claribel!
saudade, canora esencia,
Claribel! Cantaba en el aire un ave,
Añoranza, transparencia «Claribel».
que la ausencia hace presencia, suave cual la suave
Claribel! Claribel.
Y unía el plumado clave
Mar profundo y alto monte, dulce risa y lloro grave:
Claribel, Claribel!
¿Es posible que tramonte,
Claribel, Una música escondida,
tras el húmedo horizonte, Claribel,
y que las nieves remonte, Eres por siempre en mi vida,
Claribel? Claribel.
Maná de mi eterna herida
El tiempo es por siempre ido, lecho rosa y luz florida:
Claribel, Claribel!

4
Vierte mi labio un perfume: ¿QUÉ ES EL EXILIO? (Pedro Shimose)
Claribel,
musgo y clavel que resume Es mirar que el polvo y la ceniza caen sobre nuestros ojos
Claribel.
Mirra que eterna zahume, y que una bruma lenta se eleva entre tú y el pasado;
Óleo que no se consume,
Claribel! es saber cómo se llama la tristeza y no atrevernos a nombrarla;

Tu nombre dulce y cruel es decir: “no me acuerdo del vestido que llevabas
Claribel
Sabe a fresa e hidromiel la noche que nos amamos bajo un limonero”;
Claribel
Son de encantado rabel
Hay un sortilegio en él, es guardar para otro día la risa que traías bajo el brazo;
Claribel
es dolerte los recuerdos en los bolsillos de tu vieja chaqueta;
De un nigromante el compás,
Claribel, es vivir tu muerte a media voz, ahogándote en un grito sofocado;
Trazó en mi alma «nunca más Claribel».
Y así a mis ojos jamás lejos, muy lejos de ti mismo,
Como el alba volverás,
Claribel! lejos de todo lo que amas y has amado,

y que ese día está a la vuelta de la esquina;

es encontrar a un viejo amigo que te tiende su mano

y te hospeda en su casa;

es luchar contra el tiempo

cuando el amor se aleja como un buque fantasma

y tú no puedes sino llorar el bien perdido.

5
y el cansancio
EL ALA ROTA (Matilde Casazola) te agita.

¡No te preocupes, sin embargo!


Esta noche recién caí en la cuenta Sigamos
de que a mi Ángel los dos maltrechos,
le falta un ala. incoherentes
perdidos.

¿Desde cuándo
estará así? A algún sitio habremos de llegar
¿Desde cuándo tarde o temprano.
siempre bordeando mi camino
rodeándome de esquinas blandas,
lo más suaves posible Eres fiel, Ángel mío.
mi ángel venía herido? ¿De qué sirviera
que intacto
luminoso, etéreo
Oh guardián te salvaras tú solo?
dulce enviado
para llevarme a destino seguro
cómo puedo ahora Caigamos juntos
descansar en ti mi fe. y olvidemos
el destino que nos fuera deparado
en los dominios
Rota un ala de Dios.
cuántas sendas habrás equivocado.

¿Sabes que es lindo


Con razón estos campos no tener mañana?
me eran hostiles hace tiempo Infelices hay muchos, te aseguro
y empeñé tanto espejo y la tierra de las sombras
con mi llanto. es generosa:
no termina nunca.

Traes la expresión grave

6
PEREGRINA PALOMA IMAGINARIA LO FUGAZ
(Ricardo Jailes Freire) (Ricardo Jailes Freire)

Peregrina paloma imaginaria


que enardeces los últimos amores; La rosa temblorosa
alma de luz, de música y de flores se desprendió del tallo,
peregrina paloma imaginaria. y la arrastró la brisa
sobre las aguas turbias del pantano.
Vuele sobre la roca solitaria
que baña el mar glacial de los dolores; Una onda fugitiva
haya, a tu peso, un haz de resplandores, le abrió su seno amargo
sobre la adusta roca solitaria... y estrechando a la rosa temblorosa
la deshizo en sus brazos.
Vuele sobre la roca solitaria
peregrine paloma, ala de nieve Flotaron sobre el agua
como divina hostia, ala tan leve... las hojas como miembros mutilados
y confundidas con el lodo negro
Como un copo de nieve; ala divina, negras, aún más que el lodo, se tornaron,
copo de nieve, lirio, hostia, neblina,
peregrina paloma imaginaria... pero en las noches puras y serenas
se sentía vagar en el espacio
un leve olor de rosa
sobre las aguas turbias del pantano.

7
AUTORES DE LA LITERATURA UNIVERSAL
Desde entonces en los besos palpita
BESOS (Gabriela Mistral) el amor, la traición y los dolores,
Hay besos que pronuncian por sí solos en las bodas humanas se parecen
la sentencia de amor condenatoria, a la brisa que juega con las flores.
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria. Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
Hay besos silenciosos, besos nobles tú los conoces bien, son besos míos
hay besos enigmáticos, sinceros inventados por mí, para tu boca.
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos. Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
Hay besos que calcinan y que hieren, besos de tempestad, salvajes besos
hay besos que arrebatan los sentidos, que solo nuestros labios han probado.
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos. ¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
Hay besos problemáticos que encierran y en los espasmos de emoción terrible,
una clave que nadie ha descifrado, llenáronse de lágrimas tus ojos.
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado. ¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
Hay besos perfumados, besos tibios te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
que palpitan en íntimos anhelos, y qué viste después...? Sangre en mis labios.
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos. Yo te enseñé a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
Hay besos que parecen azucenas yo te enseñé a besar con besos míos
por sublimes, ingenuos y por puros, inventados por mí, para tu boca.
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.

Judas besa a Jesús y deja impresa


en su rostro de Dios la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.

8
PIECECITOS (Gabriela Mistral)
POEMA 20 (Pablo Neruda)
Piececitos de niño,
azulosos de frío, Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
¡cómo os ven y no os cubren,
Dios mío! Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos».
¡Piececitos heridos
por los guijarros todos, El viento de la noche gira en el cielo y canta.
ultrajados de nieves
y lodos! Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
El hombre ciego ignora
que por donde pasáis, En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
una flor de luz viva La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
dejáis;
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
que allí donde ponéis Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
la plantita sangrante,
el nardo nace más Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
fragante. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Sed, puesto que marcháis Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
por los caminos rectos, Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
heroicos como sois
perfectos. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Piececitos de niño,
dos joyitas sufrientes, Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos
¡cómo pasan sin veros Mi alma no se contenta con haberla perdido.
las gentes!
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.


Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

9
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. VIENEN POR LAS ISLAS (Pablo Neruda)

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. os carniceros desolaron las islas.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Guanahaní fue la primera
en esta historia de martirios.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Los hijos de la arcilla vieron rota
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. su sonrisa, golpeada
su frágil estatura de venados,
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, y aun en la muerte no entendían.
mi alma no se contenta con haberla perdido. Fueron amarrados y heridos,
fueron quemados y abrasados,
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, fueron mordidos y enterrados.
y estos sean los últimos versos que yo le escribo. Y cuando el tiempo dio su vuelta de vals
bailando en las palmeras,
el salón verde estaba vacío.

Sólo quedaban huesos


rígidamente colocados
en forma de cruz, para mayor
gloria de Dios y de los hombres.

De las gredas mayorales


y el ramaje de Sotavento
hasta las agrupadas coralinas
fue cortando el cuchillo de Narváez.
Aquí la cruz, aquí el rosario,
aquí la Virgen del Garrote.
La alhaja de Colón, Cuba fosfórica,
recibió el estandarte y las rodillas
en su arena mojada.

10
que tal vez
ODA A LA EDAD (Pablo Neruda)
es otra cosa, un manto
Yo no creo en la edad. mineral, un ave
planetaria, una flor,
Todos los viejos otra cosa tal vez,
llevan pero no una medida.
en los ojos
un niño, Tiempo, metal
y los niños o pájaro, flor
a veces de largo pecíolo,
nos observan extiéndete
como ancianos profundos. a lo largo
de los hombres,
Mediremos florécelos
la vida y lávalos
por metros o kilómetros con
o meses? agua
Tanto desde que naces? abierta
Cuánto o con sol escondido.
debes andar
hasta que Te proclamo
como todos camino
en vez de caminarla por encima y no mortaja,
descansemos, debajo de la tierra? escala
pura
Al hombre, a la mujer con peldaños
que consumaron de aire,
acciones, bondad, fuerza, traje sinceramente
cólera, amor, ternura, renovado
a los que verdaderamente por longitudinales
vivos primaveras.
florecieron
y en su naturaleza maduraron, Ahora,
no acerquemos nosotros tiempo, te enrollo,
la medida te deposito en mi
del tiempo caja silvestre

11
y me voy a pescar
con tu hilo largo EL DÍA QUE ME QUIERAS (Amado Nervo)
los peces de la aurora!
El día que me quieras tendrá más luz que junio;
la noche que me quieras será de plenilunio,
con notas de Beethoven vibrando en cada rayo
sus inefables cosas,
y habrá juntas más rosas
que en todo el mes de mayo.

Las fuentes cristalinas


irán por las laderas
saltando cristalinas
el día que me quieras.

El día que me quieras, los sotos escondidos


resonarán arpegios nunca jamás oídos.
Éxtasis de tus ojos, todas las primaveras
que hubo y habrá en el mundo serán cuando me quieras.

Cogidas de la mano cual rubias hermanitas,


luciendo golas cándidas, irán las margaritas
por montes y praderas,
delante de tus pasos, el día que me quieras...
Y si deshojas una, te dirá su inocente
postrer pétalo blanco: ¡Apasionadamente!

Al reventar el alba del día que me quieras,


tendrán todos los tréboles cuatro hojas agoreras,
y en el estanque, nido de gérmenes ignotos,
florecerán las místicas corolas de los lotos.

El día que me quieras será cada celaje


ala maravillosa; cada arrebol, miraje
de "Las Mil y una Noches"; cada brisa un cantar,
cada árbol una lira, cada monte un altar.

12
El día que me quieras, para nosotros dos
cabrá en un solo beso la beatitud de Dios. ROMANCE SONÁMBULO (Federico García Lorca)

Verde que te quiero verde.


COBARDÍA (Amado Nervo) Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
Pasó con su madre. ¡Qué rara belleza! y el caballo en la montaña.
¡Qué rubios cabellos de trigo garzul! Con la sombra en la cintura
¡Qué ritmo en el paso! ¡Qué innata realeza ella sueña en su baranda,
de porte! ¡Qué formas bajo el fino tul…! verde carne, pelo verde,
Pasó con su madre. Volvió la cabeza: con ojos de fría plata.
¡me clavó muy hondo su mirar azul! Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
Quedé como en éxtasis… las cosas le están mirando
Con febril premura, y ella no puede mirarlas.
«¡Síguela!», gritaron cuerpo y alma al par.
…Pero tuve miedo de amar con locura, *
de abrir mis heridas, que suelen sangrar,
¡y no obstante toda mi sed de ternura, Verde que te quiero verde.
cerrando los ojos, la deje pasar! Grandes estrellas de escarcha,
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde...?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.

Compadre, quiero cambiar


mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo,
mi cuchillo por su manta.

13
Compadre, vengo sangrando,
desde los montes de Cabra. Verde que te quiero verde,
Si yo pudiera, mocito, verde viento, verdes ramas.
ese trato se cerraba. Los dos compadres subieron.
Pero yo ya no soy yo, El largo viento, dejaba
ni mi casa es ya mi casa. en la boca un raro gusto
Compadre, quiero morir de hiel, de menta y de albahaca.
decentemente en mi cama. ¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
De acero, si puede ser, ¿Dónde está mi niña amarga?
con las sábanas de holanda. ¡Cuántas veces te esperó!
¿No ves la herida que tengo ¡Cuántas veces te esperara,
desde el pecho a la garganta? cara fresca, negro pelo,
Trescientas rosas morenas en esta verde baranda!
lleva tu pechera blanca.
Tu sangre rezuma y huele *
alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo, Sobre el rostro del aljibe
ni mi casa es ya mi casa. se mecía la gitana.
Dejadme subir al menos Verde carne, pelo verde,
hasta las altas barandas, con ojos de fría plata.
dejadme subir, dejadme, Un carámbano de luna
hasta las verdes barandas. la sostiene sobre el agua.
Barandales de la luna La noche su puso íntima
por donde retumba el agua. como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos,
* en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde.
Ya suben los dos compadres Verde viento. Verdes ramas.
hacia las altas barandas. El barco sobre la mar.
Dejando un rastro de sangre. Y el caballo en la montaña.
Dejando un rastro de lágrimas.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panderos de cristal,
herían la madrugada.

14
la mitad llenos de lumbre,
LA CASADA INFIEL (Federico García Lorca) la mitad llenos de frío.
Aquella noche corrí
Y que yo me la lleve al río el mejor de los caminos,
creyendo que era mozuela, montado en potra de nácar
pero tenía marido. sin bridas y sin estribos.
Fue la noche de Santiago No quiero decir, por hombre,
y casi por compromiso. las cosas que ella me dijo.
Se apagaron los faroles La luz del entendimiento
y se encendieron los grillos. me hace ser muy comedido.
En las últimas esquinas Sucia de besos y arena,
toqué sus pechos dormidos, yo me la lleve del río.
y se me abrieron de pronto Con el aire se batían las
como ramos de jacintos. espadas de los lirios.
El almidón de su enagua me
sonaba en el oído, Me porté como quien soy.
como una pieza de seda Como un gitano legítimo.
rasgada por diez cuchillos La regalé un costurero
Sin luz de plata en sus copas grande de raso pajizo,
los árboles han crecido, y no quise enamorarme
y un horizonte de perros porque teniendo marido
ladra muy lejos del río. me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al río.
Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
Yo me quité la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo el cinturón con revólver
Ella sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapaban
como peces sorprendidos,

15
TE QUIERO (Mario Benedetti) te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
Tus manos son mi caricia la gente viva feliz
mis acordes cotidianos aunque no tenga permiso
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
si te quiero es porque sos y en la calle codo a codo
mi amor mi cómplice y todo somos mucho más que dos.
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos

tus ojos son mi conjuro


contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro

tu boca que es tuya y mía


tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía

si te quiero es porque sos


mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos

y por tu rostro sincero


y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero

y porque amor no es aureola


ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola

16

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