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Aspiraba con él a tener una vida holgada, tener una casa en el campo, y otra cerca del
mar— ¡nada quiero!— o por lo menos una casa bastante amplia, quizás, tres coches, tres
hijo, claro uno para los hijos cuando se dirijan al colegio, el mayor me contara que le gusta
una chica dela secundaria; ¡por dios que hare cuando por casualidad lo descubra en su días
felices! ¡malvado Internet!, Rodrigo me tiene que ayudar son cosas de hombres, por eso es
su padre; no sé…quizás lo lleve con alguna chica… ya me imagino los problemas que
medaran, y cuando por primera vez llegue borracho—¡Aureliano!, dios bendito, ¡qué
hiciste chamaco del demonio!, le daré la tunda de su vida, eso que ni que, o dejo de
llamarme María Azucena Balbuena, y de pronto se casara, pero eso sí, se tiene que fijar en
una buena mujer, de eso yo me encargo.
Vaya que rápido pasa el tiempo, dentro de tres meses, cumplimos diecisiete años, y
tres de noviazgo; en un principio creí que en muy poco tiempo se le olvidaría la idea loca
de vivir como escritor, pero a la fecha no ha publicado ningún libro , lo poco que sé, es que
escribe en un block electrónico de Madrid, y como toda mujer en un principio me gustaba
la idea de cómo observaba la vida, las cosas del hombre, y la filosofía, en ese tiempo era
un joven de muy buen ver, su cabellera risada larga, su jovial gesto, me daba mucha risa,
incluso oírlo decir que no encontraba trabajo, era lindo en un principio verlo ir, y venir con
una carpeta bajo el brazo, y casi siempre borracho era lindo.
Para mí todo eso era nuevo, algo que aun no entiendo, todo eso de lo que él, y su
fracasado amigo hablan; ¡qué diablos!, y que pendeja manteniéndoles sus vicios a los dos,
¡diablos! Gabriel es como si fuera el querido de Rodrigo; y si fuera cierto tanto amor se
tiene, que es eso de mariconear cuando leen poesía; ese infeliz incapaz de sostener una
relación fue el culpable: que si no sé qué cosa, que para allá, y más allá, que ahora al revés,
o desde arriba, y es por eso que: Madame Bobary, Ana Karenina sus dos heroínas que por
sus ideales tanto aman ¡ par putonas!
Nunca hizo el esfuerzo por dar clases, me sigue diciendo aún que no es importante, y
que los mejores en la materia la impartieran, y no él, ¡qué extraña moral! en parte lo
entiendo, porque es verdad, hay mucho inútiles en cualquier trabajo, y sin embargo, pueden
ser nuestros jefes, así es México con más razón sur también, nunca entendió, quizás, con
suerte le hubiera ido mejor en otro país. Una vez logre conversarlo que diese clases, y lo
hizo fue tan solo un mes, y salió con que los chico no entendían nada, que y no les
importaba más que los yotuberos , ¡quizás lo tachaban de loco!, que pena por él, además,
siempre se quejaba que el sueldo no era nada, que prefiere dar clases en las cantinas, y no
me entendía, que con sus ahorros podríamos comprar una casa más grande , y no esta
mendiga casa de infonavit, que aún no termino de pagarlo. En un principio me gustaba que
me leyera algunos poemas, algunos cuentos después de hacer el amor, pero ahora nada de
eso, qué importancia tendría que él me leyese nuevamente, con lo que comentan de algún
ensayo mientras defeca, y fuma con eso basta.
No sé pero últimamente verlo todos los días, acostado en el sofá como un gato perezoso
que marca su huella, me incitan a que llene la cubeta con agua, y dejárselo caer— ¡fuera
haraganería!— me parece que siempre viví con un tullido, estoy harta de encontrar
libros, libros que yo mismo compre, corchos, y colillas de cigarro en cualquier lugar de la
casa ¡ puuto Rodrigo que hiciste de mi vida!
Comentarios
Ideas 1 sobre que comenta las mujeres en la oficina, que le molesta aúna mujer cuando
hablan de su parejas
Ideas 2 ella observa el panorama de la ciudad, lo social, lleva la comida saluda a Rodrigo
dialogo dormir otra vez el trabajo